En Que Sociedad Vivimos Capitulo 1

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    IntroduccinVivimos hoy el eclipse de la idea de sociedad. Qu significa esta afirmacin absurda a prior/yaque sabemos que lo social nos atraviesa de par en par? Hablamos una lengua social, nuestra

    identidad y nuestros sentimientos ms ntimos estn formados en una cultura y en el contexto derelaciones sociales, actuamos, a menudo racionalmente, pero con la ayuda de los recursos y de loscdigos sociales. No podemos escapar a todos los mecanismos sociales, conscientes oinconscientes, que determinan cada momento de nuestra vida. El eclipse de la idea de sociedad noes pues el eclipse de lo social. No conlleva de ninguna manera el retorno a los pensamientos pre-

    sociolgicorque oponan la libertad de un sujeto soberano a los determinis-mos mecnicos de lavida social, pensamientos que conceban la sociedad como el producto de una ley natural o divina, ocomo un "contrato". Vivimos permanentemente, hoy como ayer, inmersos en conjuntos sociales, en

    formaciones sociales, y en realidad el progreso de la sociologa no es ms que la demostracinsostenida de la primaca de lo social sobre nuestras conductas y nuestros pensamientos. La expresin eclipse de la idea de sociedad alude al agotamiento de cierto tipo de representacin dela vida social, aqul construido por la mayora de los socilogos entre la segunda mitad del siglo

    pasado y los aos cincuenta.i La idea de sociedad no era solamente la construccin de un objeto de

    estudio en particular, era tambin una representacin colectiva y una filosofa social esforzndosepara describir el orden social en un momento en el cual el mundo estaba asistiendo al auge de larevolucin industrial, de la revolucin democrtica, y de la formacin de los estados-nacionesmodernos. La idea de sociedad fue la respuesta brindada por los socilogos frente a todas estas

    mutaciones, fue tambin la manera de reformular las viejas cuestiones concernientes a la accin,

    el orden y el cambio. La sociologa "invent" la idea de sociedad "frente" a las teologas del

    siglo clsico, "frente" a las respuestas imbuidas por la idea del contrato del Siglo de las Luces,y "frente" a las respuestas comunitarias de los pensadores contrarrevolucionarios.^Este es el motivo por el cual la idea de sociedad est en el horizonte del pensamientosociolgico clsico, y que nunca pudo ser definida claramente. Es a la vez un postulado empri-

    co y el proyecto social de la sociologa naciente. Sin ser necesariamente positivista, lasociologa defini la "naturaleza" de la sociedad mientras estaba plasmando, sin explicitarlo entodas las ocasiones, sus formas deseables y aceptables. La idea de sociedad es un objeto de

    conocimiento y una filosofa poltica. La sociologa se form como una actividad "hbrida"entre ciencia y literatura, entre ciencia y filosofa social.3 La cuestin de la "implicacin" de los

    socilogos en los problemas del siglo no es por lo tanto en sociologa un tema de menor impor-tancia.La pluralidad de sus orgenes y de sus objetivos llev a la sociologa a darse como meta ladescripcin y el anlisis de la totalidadsocial. La sociedad estaba pensada como un conjuntocoherente organizado por algunos elementos fundamentales. La sociologa construa tipos

    sociales, pintaba los frescos del cambio, definasimultneamente el orden y el cambioarticulando la Historia, la estructura social y la cultura. De tal manera que hasta los aos

    sesenta, la corriente principal de la sociologa propuso cuadros sociales en el seno de los cualesera factible analizar y situar las prcticas sociales y las instituciones; ella defina a la sociedad

    como moderna, capitalista, industrial, de masas, democrtica... Ms all de todas estas teoras,

    de sus versiones diferentes, de sus ideologas y de sus debates, se mantena una representacinde la totalidad que era la idea de la sociedad misma.Desde hace unos treinta aos, especficamente luego de las tentativas de Bell y de Touraine de

    definir a la sociedad posindustrial, el pensamiento sociolgico dej de lado notoriamente laidea de totalidad, y por ende, la idea de sociedad.4 A pesar de que la sociologa sigui

    describiendo, y cada vez mejor, las prcticas sociales, las organizaciones, las instituciones, losmodos de vida y las culturas, sus esfuerzos tericos se dirigieron fundamentalmente hacia losproblemas de la accin. Hoy, las grandes corrientes tericas ya no se construyen en regla

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    general como consecuencia directa de representaciones generales sobre la naturaleza de las

    sociedades, sino que se elaboran en mayor medida en funcin de los diversos paradigmas de laaccin social. Los "clsicos" se leen de este modo. Se "redescubren" autores relativamenteabandonados como Mead, Pareto o Simmel, y sobre todo, asistimos al triunfo de lasmicrosociologas, del inte-racciomsmo o de la etnometodologa principalmente, y al xito de

    los modelos racionalistas o cogmtivistas.s Los debates ya no oponen representaciones y teoras

    de la totalidad social, sino concepciones del actor, del sujeto y de los lazos sociales. Por su-puesto, estas teoras no son totalmente separadas de las representaciones de la totalidad, peroestas ltimas ya no se encuentran colocadas en la primera parte de la escena. Para muchos, la

    idea de sociedad se ha vuelto intil. El campo intelectual de la sociologa parece habersefragmentado, aun cuando sea absurdo reconstruira posteriori la unidad del pasado. Algunos

    estudian los problemas sociales y los problemas polticos pblicos a partir de categorasprcticas que les definen sus objetivos, sus actores, sus efectos. Otros analizan las interacciones

    sociales, o bien se vuelcan hacia los modelos cognitivistas y a las teoras de la argumentacin.Algunos socilogos se preocupan a propsito de los problemas de filosofa poltica y moral.Otros se dedican tambin a la antropologa cultural de las sociedades modernas... Sin duda

    alguna, estas especializaciones existieron siempre, y constituye un progreso de la ciencia el

    hecho de construir objetos particulares que engendran cuerpos tericos propios. Podemosregocijarnos con el carcter ecumnico y la tolerancia epistemolgica que resultan de estasituacin.6 Sin embargo, la mayora de estas orientaciones de investigacin practican la

    reduccin de la idea de sociedad, y ya no proponen una representacin general de los conjuntos

    sociales, de su estructura y de su organizacin.7 En la mayora de los casos, la prctica de esteejercicio fue dejada a los cuidados de los ensayistas y de los "filsofos", a los que entiendenque la definicin de la sociedad sigue siendo una apuesta poltica y que, desde este punto de

    vista, la sociologa es una rama particular de la filosofa social, aunque no renuncie a suvocacin cientfica. Dejando de lado la idea de totalidad, abandonando el proyecto de definir

    tipos sociales, la sociologa se ha convertido en realidad en "posmoderna"; el mundo social esunpatcbwork.Hoy en da, la idea de sociedad concebida como una totalidad organizada "funciona" de la

    misma manera que la idea de comunidad del siglo pasado. Es un tipo ideal anterior, una apo-ray un momento de equilibrio con respecto al cual la vida social contempornea se asemeja a una

    larga crisis, al reencuentro con un mundo perdido y a una evolucin destructiva a travs del

    individualismo, el mercado, la racionalizacin, y el desencanto del mundo. Pero mientras quelos socilogos clsicos se resistan a esta visin construyendo justamente la idea de sociedad,parece que ahora la gran mayora de los socilogos ha renunciado prudentemente a esta

    empresa. Es cierto que la mayora de las respuestas clsicas ya no son aceptables, y peor aun,

    que a veces quedan ligadas a los aspectos ms controvertidos y ms trgicos de la modernidad.Nadie es lo suficientemente ingenuo para identificar la modernidad con el progreso y pararecorrer nuevamente los caminos de la historicidad. La definicin de la sociedad como sistema

    natural, como un conjunto de funciones, ya no da cuenta de la complejidad y de la diversidad

    de las conductas sociales. La identidad del actor y del sistema constituye el punto de crticaesencial de todas las teoras que hablan de la accin. En resumen, nadie cree ya en las viejasrespuestas.En una obra publicada hace algunos aos, habamos participado, an indirectamente, en estemovimiento de "deconstruccin" de la idea de sociedad.8 Habamos tratado de mostrar que lanocin de rol tena que ser reemplazada por la nocirm de experiencia social, en la medida en

    la que los actores se ven obligados a gerenciar racionalidades y lgicas diferentes. Dicho de

    otra manera, si la accin social no tiene unidad, la sociedad que determina dicha accintampoco la tiene. Ella se muestra como una yuxtaposicin de esferas y de racionalidades

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    diferentes. Ms precisamente, se presenta como el encuentro de varios mercados, de

    mecanismos de integracin y de definiciones culturales del sujeto. Una sociologa de la accinque est atenta a las contradicciones de la misma y a los procesos de formacin de lasubjetividad debe alejarnos definitivamente de las concepciones ms "clsicas" de la sociedad.De todos modos, de acuerdo a lo que nos seala Bauman^, debemos construir una sociologa de

    la posmodernidad ms que una sociologa posmoderna. Aquello significa que aun cuando la

    sociedad no puede seguir siendo representada por un conjunto natural integrado en tomo de unacultura, un modo de produccin y un conjunto de "funciones", no es necesario renunciar poreste motivo a la idea de sociedad y a la vocacin de la sociologa de construir la imagen

    emprica y filosfica de los conjuntos en los cuales vivimos. Varias razones nos conducen aesta eleccin.En primer lugar, si las respuestas de la sociologa clsica carecen ya de validez, las preguntasque planteaba siguen vigentes, en particular las referidas al conocimiento sobre lo que

    "mantiene" a la sociedad unida, a los modos de dominacin, a la construccin de las apuestascolectivas y de sus vnculos con las pruebas individuales... Las respuestas microsociolgicasson a menudo creativas, apasionantes, y tambin convincentes. Pero permanece esencial el

    conocimiento del modo con el cual se pasa de los ajustes locales a los mecanismos generales,

    quedndose de cualquier manera en el campo y en el proyecto de la sociologa, o sea nopropiciando un corte entre los procesos intersubjetivos y los mecanismos del sistema. Por otrolado, no existe la seguridad de que podamos realmente asumir tal corte, ya que muchas

    sociologas renuncian con ms facilidad a las re-presentaciones sobre la totalidad en la medida enque las rein-troducen de un modo marginal, como una evidencia implcita. El corte asumido entremicro y macrosociologa es una representacin de la sociedad en la cual la integracin social y sub-

    jetiva es independiente de la integracin sistmica objetiva. Es este corte que aqu no aceptamos.Por otro lado, no se puede renunciar a la idea de sociedad ya que la construccin de unarepresentacin de la vida social es parte de la vocacin de una sociologa que no quisiera correr el

    riesgo de caer en la "insignificancia". Si admitimos que la sociologa es una filosofa social con unacaracterstica particular, tiene que ser capaz de aclarar los problemas y los debates que se plantean alos actores en el contexto de lo que perciben como una sociedad. Aquello no significa que la

    sociologa sea una investigacin, una tecnologa orientada a ayudar la decisin, pero no puede dejarde producir representaciones de los problemas sociales y de la sociedad misma. Asimismo, no

    podemos ignorar que hay una demanda social fuerte en este sentido, desde el momento en que lasideologas y las representaciones ms tradicionales no estn en condiciones de dar cuenta de la"realidad". Los socilogos no son proclives a tener un rol social que los involucre, pero de todosmodos lo cumplen, aunque sea a regaadientes. Hoy como ayer, la sociologa participa de laconstruccin de las representaciones de la sociedad.Finalmente, importa construir una imagen de la sociedad en la cual vivimos para que nos demoscuenta de que hoy nos encontramos en un cruce de caminos, involucrados en cambios de

    envergadura, tan importantes como los que conocieron los "padres fundadores" cuando seconstituyeron las sociedades democrticas, industriales y nacionales.'La grandeza de estos pen-sadores consisti en no ceder totalmente a las nostalgias comunitarias, en no dejarse sumergir por

    un sentimiento de crisis. Ahora bien, nos encontramos hoy frente a un riesgo grave, sobro lodo enFrancia, con respecto a la posibilidad de ceder a las un,ibones demasiado trilladas de la "crisis", y

    de concebir a la sociedad nicamente a travs de la representacin que le fue propia, desde el albade la Tercera Repblica hasta la declinacin de los Treinta Gloriosos. Estaramos entoncescolocados frente a la alternativa fatal entre "la Repblica" y "el modelo francs", o sea, entre la

    idealizacin de un pasado improbable y el "horror econmico" de la globalizacin. No se puedeescapar a esta encrucijada si no se define "positivamente" la sociedad en la cual nos encontramos,

    restituyndole sus capacidades de accin.

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    Para describir la sociedad en la cual vivimos, tenemos que escapar a la doble tentacin del "nada

    cambia" y del "siempre nuevo". Tenemos que rechazar el tema de la inmovilidad y de la rupturaradical. Para eso, no hay prcticamente otra solucin fuera de la que consiste en una descripcin

    minuciosa de una sociedad dada. Eligiendo hablar principalmente de Francia, no hemos optado porla solucin ms elegante, ni la ms brillante. Para construir un "tipo" de sociedad, hubiramostenido que abarcar todas las sociedades comparables, construir modelos, tipos puros a partir de

    algunas variables importantes cuyas variaciones hubiramos observado en distintos contextosnacionales: americanos, asiticos, europeos. Lo decimos claramente, el intento es demasiado difcil

    y demasiado ambicioso para escapar a los riesgos de la caricatura y del apresuramiento, ya quedisponemos hoy de conocimientos sociales considerables sobre todas estas sociedades. Lossocilogos, los organismos de estadsticas, los economistas, acumularon tantas informaciones que

    resulta ya muy difcil circunscribir algunos temas a un solo pas. Adems, si podemos admitir que lamodernidad se unifica alrededor de sus grandes principios, las vas de la modernizacin, los mo-

    delos del cambio permanecen mltiples y eminentemente nacionales. Si bien es cierto que laspresiones econmicas son relativamente homogneas, las vas por intermedio de las cuales lassociedades las integran y proceden a su gerenciamiento varan sensiblemente de un caso al otro, ylas sociedades se definen ge-nuinamente tanto por sus modelos de cambio como por su fun-cionamiento. De hecho, lo que llamamos una sociedad puede ser concebida como el encuentro ms

    o menos aleatorio de una economa, una cultura, y un sistema poltico. Vamos a abordarsucesivamente cada uno de estos elementos.La unidad de la sociedad no puede ser construida a partir de su estructura, de su sistema derelaciones entre clases. Las clases sociales ya no son entes sociales "totales" definiendo simultnea-mente una funcin, una identidad colectiva y una accin comn. La produccin y el consumo se

    separan, las actitudes y los modos de vida se ven determinados por una cantidad de variables muydiferentes a la que considera nicamente la posicin profesional. Por decirlo sencillamente, la

    estratificacin y la dominacin se distinguen progresivamente. Aun cuando el trabajo permanecesiendo una dimensin esencial de la experiencia social y de los vnculos sociales, los problemas deltrabajo y del empleo no forman ms un sistema homogneo. Tenemos que agregar a estas

    mutaciones profundas los mecanismos de la exclusin social que remiten a una disociacincreciente entre las relaciones de produccin y las relaciones de reproduccin a travs de las polticas

    pblicas y los mecanismos de transferencia. La estructura social aparece no solamente como unsistema complejo y multidimensional, sino tambin como un sistema desarticulado en el cual los"competitivos", los "protegidos", los "precarios" y los "excluidos" forman grandes conjuntos que

    estn ellos mismos estratificados y mantienen vanas relaciones de dominacin. Ciertamente, no esen su estructura social que la sociedad francesa puede ser entendida como sociedad, como un

    conjunto ms o menos "funcional" asegurando una integracin sistmica, o como un sistemacoherente soldado por intermedio de una divisin del trabajo compleja, como pensaban de maneraopuesta Marx y Durkheim.La unidad de la sociedad, es decir la posibilidad de definirla como un conjunto relativamentehomogneo, acaso puede ser fundada sobre la integracin social misma, la cultura, y algunos

    grandes valores interiorizados por parte de los actores? En este registro, observamos tambin unestallido. El fenmeno de mayor envergadura consiste en la desinstitucionalizacin de los procesos

    de socializacin. Ni la escuela, ni la familia, ni las igle- sias pueden ser consideradas comoinstituciones en el sentido clsico del trmino. Son ms bien cuadros sociales en los cuales losindividuos construyen sus experiencias y se forman, as, como sujetos. Observamos un proceso de

    individualizacin creciente, con poca originalidad, una proyeccin continua del individuo en losprimeros planos de la escena. Este individuo se vuelve ms expuesto y ms fuertemente sometido a

    una serie de pruebas concernientes a su obligacin de ser libre y soberano. El encuentro entre unaestructura social desarticulada y una cultura del individuo provoca una "psicologizacin" crecientede las contrariedades y los conflictos sociales. Hay que interpretar de esta manera las

    reivindicaciones con respecto a la identidad que provienen no tanto de las resistencias del pasado

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    como de las modalidades de reconstruir las identidades y los modos de participacin que apuntan a

    socializar las peripecias del individuo. De todos modos, la unidad de la sociedad ya no est dada porsu cultura y su grado de socializacin, hecho que han corroborado todas las sociologas de accin

    contemporneas.La sociedad no aparece ms como un conjunto natural e integrado por sus funciones sistmicas y

    por su cultura. Ahora bien, no es materia de discusin el hecho de que tenemos permanentemente el

    sentimiento de vivir en un conjunto y de ser tomados en una historia colectiva. Esta conviccin seforja en el sistema de representaciones constituido por los movimientos sociales, el espacio pblico

    y la vida poltica. En otras palabras, la sociedad se concibe ella misma como sociedad en su"voluntad" de ser una sociedad, as como Renn defina la nacin como una "voluntad". Si eldebilitamiento de una estructura homognea de las relaciones sociales y el ascenso del

    individualismo han fracturado la imagen de un movimiento social central estructurando la accincolectiva y la representacin poltica, los movimientos sociales sin embargo, por ms heterogneos

    que sean, forman un "sistema", el de los debates y de las apuestas que estructuran la vida social porintermedio de sus preguntas. El espacio pblico, en especial el de los medios y la televisin, parti-

    cipan tambin en la construccin de la representacin de la sociedad. Este espacio anrquico,oscilando entre el mercado del divertimento y el testimonio y la construccin de debates, esteespacio "impuro", muy alejado de los debates racionales de la opinin esclarecida de las

    luminarias, participa activamente en la representacin de la vida social como sociedad.Finalmente, la sociedad se construye en una accin poltica compartida entre una funcin de

    representacin simblica de la nacin y la racionalidad de las polticas pblicas y las estrategiasinternacionales. Es en este conjunto desequilibrado, complejo, hasta confuso, que la sociedad seaprehende a ella misma y se construye. En este sentido, la democracia no aparece solamente

    como una filosofa poltica particular, sino tambin como el modo de construccin de unconjunto que ya no puede fundar su coherencia y su unidad en su cultura y su estructura

    funcional.Este intento de descripcin articulada y razonada de la sociedad participa en definitiva del

    proyecto mismo de la modernidad. Proyecto que anhelamos verlo despojado de connotaciones

    emocionales: ni optimista, ni nostlgico. Apoyada sobre datos actuales, esta descripcin afirma

    a menudo lo mismo que lo que decan los "padres fundadores" de la disciplina cuando pensabanque la sociedad era una produccin autnoma, que los hombres hacan su historia sin saber muy

    bien cmo ni por qu. Pero esta conviccin causaba a menudo vrtigo, y muchos pensadores

    sociales se han replegado hacia concepciones "naturalistas" de la sociedad. Toda la sociologa

    de estos ltimos treinta aos hizo trizas estas referencias naturalistas. Este libro no se aparta de

    esta tendencia. Pero adems es un libro "clasico" en la medida en que se interroga sobre la

    naturaleza de los conjuntos sociales cuando el pensamiento social aparece desgarrado entre dos

    escenarios, el de la integracin de la vida social por intermedio de los mecanismos "objetivos"

    del mercado, y el de la reduccin de la sociedad a la nacin. Si hay que defender la idea de

    sociedad, aun bajo una forma renovada, esta defensa radica en el hecho de que excluye esta

    ltima alternativa.

    La declinacin de la idea de sociedadLa idea de sociedadA riesgo de ser insistentes, tenemos que recordar que hablamos aqu de la idea de sociedad, osea de una representacin social, de una filosofa social y de un objeto de conocimiento. En este

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    sentido, la idea de sociedad desborda el mundo exclusivo de los especialistas en ciencias

    sociales. No es posible decir si tal sociedad existi "efectivamente" alguna vez independiente-mente del proyecto de describir las formaciones sociales como si fueran sociedades. La idea desociedad es un conjunto de imgenes, de metforas y de relatos en los cuales ciertos actores sereconocieron ms o menos totalmente. Se reconocieron a travs de los intelectuales, los

    socilogos, los novelistas, los militantes... En lo que se refiere a la gente "comn" y a la opinin

    pblica, no tenemos claro de qu se trata, pero los actores que han dejado las huellas msfuertes -los movimientos sociales, los hombres polticos, las instituciones y la escuela-participaron plenamente de esta representacin. Es razonable pensar que una representacin

    nunca es totalmente independiente de lo que se esfuerza por representar, aun cuando su lazocon esta "realidad" es a menudo tan complejo que aparece como misterioso.Para los socilogos clsicos, la idea de sociedad es un conjunto de proyecciones, un cuadrosiempre presente y sin embargo indefinido. Ninguna teora sociolgica nos dice desde el vamos

    en qu consiste la sociedad, as como la biologa no nos dice tampoco qu es la vida, ya quedej durante mucho tiempo esta tarea a los filsofos. Las teoras de los socilogos llegan a ser

    precisas y operatorias cuando la idea de sociedad est asociada a un adjetivo: "moderna",

    "industrial", "capitalista"... Sin embargo, es posible reconstruir hoy la idea misma de sociedad que

    estuvo en el corazn de las sociologas clsicas, en la medida en que trataron de caracterizar losgrandes movimientos que conducan al mundo: la industrializacin, la racionalidad, elindividualismo, la democracia... As como lo observa Furet, la sociologa quiso responder al"desgarramiento" burgus, que haca la apologa del individualismo moral y del egosmo eco-

    nmico, de la autenticidad sentimental y de las desigualdades justas, i En resumen, quiso saber dequ manera se "mantenan" los conjuntos sociales cuando el capitalismo y la democracia parecan

    conducir hacia una fragmentacin continua del mundo social. Confrontada al problema de Hobbesrelativo a la naturaleza del orden social, participando del romanticismo comunitario y no siendo almismo tiempo romntica, compartiendo el espritu burgus y midiendo al mismo tiempo la distancia

    entre el ideal burgus y la realidad de la vida social, la sociologa construy progresivamente unarepresentacin de la sociedad esforzndose por superar las contradicciones de una poca que no era

    menos atormentada que la que nosotros vivimos un siglo ms tarde. De manera ms concreta,

    podramos construir la genealoga de la idea de sociedad a travs de las formalizacio-nes de lacuestin social.2 Cmo conciliar la solidaridad y el mercado? Cmo asegurar la cohesin socialcuando los individuos parecen llevados hacia el egosmo y la soledad? Qu hacer para que lademocracia no conduzca a la tirana de las mayoras y al terror? Las respuestas a todas estas

    preguntas conllevan la idea de una sociedad concebida como un conjunto moral y funcional,estableciendo as el lazo que fue perceptible en Francia durante mucho tiempo, entre el socialismo yla sociologa.Con el costo que implica una proyeccin deficiente comparada con un intento de hacer una historia

    un poco rigurosa de la sociologa, parecera que la idea clsica de sociedadLa sociedad es

    modernaLa idea de sociedad es inseparable de una defina mu modernidad. Todas las sociologas clsicas se

    basan en ',1.111 ni1 dida en un relato sobre la modernidad, sobre una coi u p| de la evolucin

    entendida como necesidad natural, y en un mil grado en una nocin de cambio percibido como elpimli "aleatorio" de la Historia. La oposicin entre la comuiiititJ \ < sociedad est, en la base delpensamiento sociolgico d;sn , i n yos conceptos esenciales no son ms que variaciones sobt' tetema presentado de esta manera como un mito organi/,i>l< >i del pensamiento social, como un

    "gran relato". EvidcnU'in n te, los socilogos de cierta importancia proponen versiones n ginalesde este relato, ms o menos lineales, ms o menos evo lucionistas, ms o menos optimistas, pero

    todos ellos ddinrii a la sociedad como la emergencia de la modernidad c.n.u irn zada por algunosrasgos constantes. Un "antes" tradicion.il y un "ms all" extico se oponen a un "aqu y ahora"moda no \ occidental. Desde este punto de vista, la obra de Tonnirs, Co munidady Sociedad, aparece

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    como una matriz esencial, una (. tructura armnica estable en torno de la cual improvisa tod< > rl

    pensamiento social.4 La sociedad es la modernidad arrancad,i y opuesta al universo tradicional, eluniverso "anterior" al Renacimiento y a la Reforma, a las revoluciones cientfica, democrtica e

    industrial. La oposicin entre estas dos entidades apareci tan tajantemente que la naturaleza mismade lo social poda llegar a ser diferente, ya que su estudio se basaba, en Francia en especial, en dosdisciplinas independientes: la etnologa o la antropologa por un lado, y la sociologa por el otro.

    Todo ocurri como si no hubiera verdaderamente una sola humanidad, una sociedad humana nicams all de sus diversidades, sino dos conjuntos totalmente extranjeros. La identificacin de lasociedad a la modernidad se inscribe en los relatos de las evoluciones percibidas como historias

    naturales desbordando el encadenamiento catico de los acontecimientos histricos. Todos

    aquellos frescos se presentan como tantas versiones diferentes del nacimiento de lamodernidad. Es la emergencia progresiva de la democracia y del individualismo paraTocqueville, el desarrollo de las fuerzas productivas para Marx, la instauracin de una divisindel trabajo social cada vez ms complejo para Durkheim, el proceso de racionalizacin para

    Weber... Cualquiera fuesen estas interpretaciones de la modernizacin, revelan siempre unapostura ambivalente y ambigua de los socilogos. La mayora de ellos se ven alcanzados por elespritu romntico del encantamiento comunitario mientras reconocen a la modernidad como

    una necesidad. Tocqueville es un conservador acomodndose a una democracia inevitable.Weber percibe la "jaula de hierro" de la razn instrumental a travs del desencanto fatal del

    mundo. Durkheim teme que las distorsiones sean vinculadas al reino de la divisin del trabajo ydel individualismo. Simmel anticipa la "tragedia" de una cultura objetivada en la cual los

    actores no puedan reconocer ya su experiencia personal. Marx mismo no puede describir alcomunismo de otro modo que bajo la forma de una comunidad primitiva perdida, y luegoreencontrada... Queda el hecho de que, para todos aquellos, la modernidad caracteriza

    situaciones en la meta o en la vanguardia de la historia de la humanidad. Los distintos

    agrupamientos humanos y las distintas formaciones sociales se ordenan y adquieren jerarquacon esta escala de modernizacin. Weber, el menos "evolucionista" y el ms "trgico" de los"padres fundadores", quiso propiciar el ingreso total de Alemania a la modernidad invitando a

    la burguesa a jugar el papel que le asignaba esta modernidad.s Desde Tocqueville, pasando por

    Riesman y Parsons, la sociologa trabaj en la definicin de la sociedad moderna, y las modasposmodernas no hacen otra cosa.No hay que creer que, una vez desembarazada de estas escorias historizantes o evolucionistas,

    la sociologa pudo conformar una representacin de la sociedad desvinculada de los relatos dela modernidad, una suerte de construccin ahistrica de la idea de sociedad. El relato de la

    modernidad est tan present que funciona en los conceptos elementales de la sociologaclsica, conceptos que no son a menudo otra cosa que la proyeccin "sincrnica" de esta

    representacin de la historia natural de la modernidad. Las formas de solidaridad definidas porDurkheim, las variables de configuracin de Parsons, los tipos de personalidad social deRiesman son distintas variaciones sobre el tema dualista de la comunidad y de la sociedad. Aun

    cuando desaparece el andamiaje de la evolucin, permanecen los conceptos de la modernidad.De tal manera que la primera Escuela de Chicago construy una concepcin de los procesosmigratorios que no es ms que una versin especfica del relato de la modernizacin, ya que elrecorrido migratorio est concebido como el pasaje, en el curso de una vida, de la comunidad a

    la sociedad, pasaje encarnado por el personaje del extranjero, figura central de la modernidad.

    Y la oposicin contempornea del holismo y del individualismo, ms all de sus dimensionesepistemolgicas, no hace ms que retomar la misma trama suponiendo la existencia de dostipos de sociedades.6 Hilando ms fino, las teoras ms "elaboradas" no estn exentas de un

    vnculo con esta visin: el nio y el adulto, la mujer y el hombre, el campo y la ciudad seoponen como la comunidad y la sociedad. En resumen, se ha constituido todo un conjunto de

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    nociones y de conceptos, los de casta y clase por ejemplo, que nos llevan a identificar todava la

    sociedad con la modernidad, el remo de la razn, del individualismo, de la complejidad...La representacin de la sociedad como moderna no se limita solamente a las esferas

    intelectuales, y menos aun a los socilogos nicamente. El pensamiento social ms banal com-

    parti intensamente esta representacin. Durante mucho tiempo, el campo del progreso estuvo

    en oposicin al campo de lo reaccionario, el campo de la razn y de la democracia al de lareligin y la tradicin. El movimiento obrero pens poder disputar el monopolio de la

    modernidad con la burguesa esclarecida; el comunismo y el socialismo pretendieron ser ms

    modernos que el capitalismo. Francia ha conquistado un impeno colonial en nombre de la

    modernidad y de la civilizacin, y desde Jules Feriy a Guy Mollet, los ms republicanos y pro-

    gresistas no han sido los menos colonialistas. La historia del sigloXXfue lo suficientemente atroz

    para que estas representaciones no puedan ser calificadas de ingenuas, ni de totalizadoras, pero

    durante mucho tiempo se mantuvo el hilo rojo del relato, especialmente a travs del deseo de

    asociar el progreso cientfico y tcnico al progreso social y a la democracia. Ms all de los

    acontecimientos, el ro de la modernidad segua su curso a pesar de las trampas de la Historia, en los

    grandes acontecimientos como en la vida cotidiana. Todo participa de la modernizacin, aun lo que

    pueda parecer como un desvo, como por ejemplo lo que llaman el "retorno" a la naturaleza.7

    La fe en el progreso no est necesariamente asociada a la definicin de una sociedad moderna. Lasdos nociones no son del mismo orden: la primera remite a los valores, la segunda al relato. Esterelato llev durante mucho tiempo al hecho de ver el pasado y la tradicin nicamente bajo la

    perspectiva de una resistencia al cambio, a percibir los "desrdenes" bajo el ngulo de la crisis. La

    representacin moderna de la historia del arte caracteriza los lazos entre este relato moderno y elprogreso. No es indispensable creer en el progreso del arte, Wagner no es "superior" a Bach, niPicasso a Velzquez, para concebir a la historia de la pintura y la msica como una serie de

    rupturas, como una serie de innovaciones arrancadas de las tradiciones, aunque fuesen tradicionesmodernas. En esta perspectiva, el retorno a la tradicin es tambin moderno, ya que procede de una

    voluntad libre y racional. No hay forma de escapar a la modernidad cuando el llamado a la tradicin

    participa de la obligacin moderna de ser libre. Con el tema de la modernidad, la idea de sociedadbrinda un sentido al cambio; con el tema del sistema, la idea de sociedad designa una totalidad

    organizada, da un sentido al orden cuando este ltimo no est garantizado por ningn garantemetaso-cial. De modo que obedeciendo a buenas razones y en plena discusin sobre el

    funcionalismo, un socilogo poda afirmar que toda sociologa es por esencia funcionalista.sCualquiera sea el peso de la metfora organicista, ofrece poca materia para la discusin el hecho de

    que toda una corriente de la sociologa clsica concibi la sociedad como un sistema, como unconjunto integrado de funciones y de roles. La obra de Parsons es la culminacin del conjunto deideas de esta corriente. De todos modos, no es el funcionalismo propiamente dicho el que caracteri-

    za la idea de sociedad, sino la identificacin de la sociedad a una totalidad, a un conjunto que poseefronteras, estructuras, una coherencia genuina. La sociedad no es el encuentro aleatorio de

    elementos esparcidos, sino que se funda sobre algunos principios esenciales.

    La idea de sociedad trae aparejada la de una coherencia funcional en la cual la diversidad de losestatus, de los roles y de las instituciones, contribuye a asegurar la integracin del conjunto. Lasolidaridad orgnica es la integracin sistmica. La sociologa tiene que mostrar de qu modo elindividualismo, la especializacin de las tareas, la pluralidad de las instituciones y de las normas

    contribuyen, ms all de las intenciones de los actores, a asegurar esta integracin. De tal manera,durante mucho tiempo, la sociologa clsica quiso explicar las "cosas" por su funcin y su utilidad.Definir qu es la familia y la religin es mencionar para qusirven, en qu son necesarias y en quse encuentran complementadas con otros rganos de la sociedad. El hecho de que en Malinowski elfuncionamiento sea "absoluto" y en Merton "relativo" no cambia nada al asunto: la sociedad es un

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    conjunto organizado y coherente.? Los tratados de sociologa nos explicaban, no hace mucho

    tiempo, que el progreso de la disciplina est vinculado al progreso de la idea de sistema.10Asimismo, hace un tiempo tambin relativamente corto, se poda afirmar acertadamente que el

    Marx de la "madurez", el Marx "cientfico", es un estructuralista que se desconoce." Larepresentacin de la sociedad siendo un conjunto organizado y funcional desborda ampliamente

    las filas de los funcionalistas reivindicados. Y podremos apreciar fcilmente la amplitud de esta

    perspectiva observando que fue tanto el soporte del conservadurismo como el de una sociologacrtica develando los engranajes de la dominacin y de la alienacin. 12 En el punto en el cualalgunos ven el mecanismo de la integracin social, otros denuncian los efectos de ladominacin, en cuestiones en las cuales algunos hablan de valores, otros evocarn la ideologa

    dominante, pero la imagen de los mecanismos sociales no cambia para nada. Durante mucho

    tiempo el funcionalismo, en todas sus formas, fue el medio para acceder a la totalidad; sudeclinacin puede aparecer como el renunciamiento a la ambicin de aprehender esta totalidad,la sociedad. El funcionalismo es el heredero de la teologa de las Luces. Cuando el Dios

    creador fue reemplazado por el de las Luces y de las leyes de la naturaleza, el orden social se

    explic nicamente a travs de la coherencia interna de los sistemas sociales. La unidad de lasociedad se basa en las leyes simples de la utilidad funcional, los valores comunes, la

    complementarie-dad de la divisin del trabajo, la adaptacin de los actores a sus roles. Lasociedad, como la naturaleza, est regida por un gran relojero.El funcionalismo propiamente dicho est lejos de haber sido compartido por todos los "padres

    fundadores"; Weber vea nada ms que un "falso realismo conceptual". Pero tenemos queabarcar el alcance del proyecto funcionalista, que no es una teora regional o secundaria con

    respecto al orden social. Para Durkheim por ejemplo, no se trataba simplemente de trasvasar elpositivismo de las ciencias duras al dominio del conocimiento de lo social, sino de fundar larealidad moral de la sociedad como siendo una totalidad capaz de imponerse a los individuos

    aislados y egostas. Identificando a la sociedad con lo sagrado y con la moral, equiparando a la

    religin con la representacin de una conciencia colectiva superior a las concienciasindividuales, Durkheim deca en voz alta lo que otros pensaban en voz baja: la conductaadecuada es la que contribuye al funcionamiento armonioso de la sociedad. La idea de sociedad

    exige que sea superada la diversidad de los intereses, de los valores y de las culturasespecficas, en el contexto de una totalidad superior, a la que llamamos justamente la sociedad.Y de la misma manera que el socilogo aprende a leer el relato de la modernidad a travs de lasastucias y los desvos de los acontecimientos histricos, tambin aprende a percibir la unidad

    ms o menos funcional de la vida social detrs de la diversidad de las conductas y de lascreencias.i^ Desde el "punto de vista de la sociedad" todo ocurre como si cualquier hecho

    contribuyera a su unidad y a su cohesin. La desviacin misma es un engranaje esencial delorden. El funcionalismo crtico de los aos sesenta y setenta no hizo ms que acentuar esta

    imagen.La sociedad es trabajoLa sociedad es moderna y es un sistema. Pero la sociedad industrial que es el objeto delpensamiento de los socilogos se desarrolla y se transforma por el trabajo y la acumulacin delos recursos invertidos en la produccin. La sociedad no es solamente una "naturaleza", es

    tambin una "praxis", una auto-produccin por intermedio del trabajo. El trabajo no solamentefunda las identidades nuevas cuando desaparece el orden tradicional, sino que adems engendralos vnculos sociales que desgarran a las sociedades modernas. De modo que la sociedadmoderna es una sociedad de clases y de conflictos de clases, y los marxistas no fueron los

    primeros ni los nicos en sostener esta tesis.14 En las sociedades modernas, la cuestin social

    se transforma poco a poco en una cuestin obrera. La exclusin de los pobres y de los intilescede lugar a la explotacin de losproletariados que transforma esta pobreza en algo "til" para la

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    creacin de las riquezas y para el desarrollo. Cmo sobrellevar la violencia de las relaciones entre

    clases? Cmo permitir el ingreso de los obreros en la sociedad y la comunidad nacionalasegurando al mismo tiempo el dinamismo econmico del capitalismo? Toda la filosofa social del

    siglo pasado se apoder de estas cuestiones y contribuy directamente a la formacin de lasociologa europea, is Si la sociedad es un sistema, es un sistema desgarrado por los conflictossociales. La sociologa del trabajo se situ durante mucho tiempo en este punto de articulacin, en

    el cual se conjugaban la creatividad humana, la organizacin social y los movimientos sociales. Demodo que pudo aparecer como una sociologa general tomando a su cargo todos los temas

    esenciales de la idea de sociedad. Ella observa los efectos del "progreso", de la tecnologa y de laciencia, el desarrollo de la racionalizacin. Muestra cmo la organizacin del trabajo conllevaformas de solidaridad orgnicas y reflexivas. Observa finalmente los conflictos sociales esenciales,

    aquellos cuyas apuestas conciernen a la creatividad humana en el trabajo.El trabajo industrial es a la vez solidaridad funcional y conflicto social. Conocemos la respuesta

    sociolgica a este dilema. Durkheim defina al socialismo como la bsqueda de una regulacincentral contra los efectos destructores del capitalismo, contra la divisin del trabajo que constituyeuna anomia.' Importa que el conflicto que atraviesa a la sociedad sea regulado por la democraciarepresentativa y la adquisicin progresiva de los derechos sociales. La paradoja y el "milagro" de lasociedad industrial se deben al hecho de que reconoci las diversidades de los intereses sociales, en

    especial los de los conflictos laborales, y que este reconocimiento permiti la integracin de lasociedad de un modo mucho ms ntido que cualquiera de los que sucedieron anteriormente. Es este

    proceso que pusieron en evidencia Polanyi, Castel y muchos otros: la sociedad se construye"contra" el mercado, instaurando los derechos sociales al lado de los derechos polticos.'7 Lasluchas sociales participan de una progresin de los derechos civiles, polticos y sociales, las mismas

    refuerzan de este modo la sociedad con la perspectiva de una visin optimista, aun cuando paraMarshall la guerra entre los principios de la igualdad y los del capitalismo no se va a acabar nunca

    totalmente.is Lo esencial se debe al hecho de que el enfrentamiento entre estos principios permite laconstitucin de un orden a travs de la formacin de los derechos mltiples, de las institucionessociales, y de un estado benefactor. La idea de sociedad, independientemente del hecho de que uno

    sea reformista o revolucionario, marxista o no mar-xista, implica la creencia en la existencia de unmovimiento social central alrededor del cual se organizan pedazos enteros de la vida social.

    En este caso tambin, esta representacin de la sociedad no es una simple construccin de la menteya que por intermedio de la industrializacin, el movimiento obrero ocup la escena social y

    poltica. En todas las sociedades industriales europeas, la vida poltica se organiz escasamente

    alrededor de los conflictos sociales derivados de las relaciones de produccin. A pesar deimportantes diferencias nacionales, lo que se llam la izquierda tuvo por vocacin representar a los

    intereses de los trabajadores, y tomar el relevo de los sindicatos. Bajo modalidades diferentes,laboristas, socialdemcratas, socialistas y comunistas, trataron simultneamente de desarrollar losconflictos y de reforzar la integracin social de grupos que estuvieron durante mucho tiempoexcluidos de la nacin. Revolucionario o no, el movimiento obrero adhiri plenamente a la idea desociedad. Comparti totalmente las representaciones histricas de la modernidad y del progreso.

    ,A1 lado de un internacionalismo fundado en principios, parlicip en la construccin de unaintegracin social y nacional, y se identific a un ideal Je justicia basado en la contribucin de cada

    uno al trabajo colectivo, oponiendo el trabajo a la renta y al ocio. As como lo puso de manifiestoTourame, la conciencia de la clase obrera se forma en la dualidad de la adhesin a los valores de lasociedad industrial y al sentimiento de explotacin econmica, i? La idea de sociedad industrial no

    puede estar separada de la conviccin de que existe un movimiento social "central", que considerael lugar, tambin central, del trabajo y de la produccin, como modos de accin de la sociedad sobre

    s misma. Hoy, cuando el empleo industrial se ha hecho escaso, cuando el movimiento obrero se hadebilitado, el dominio de esta representacin de la sociedad aparece de un modo ms ntido todavaa travs de los relatos de las grandes fechas del progreso, de las nostalgias de un historicisrno que

    mezcl, hasta confundirlos con las mismas palabras, el progreso cientfico, el progreso social, y el

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    progreso de la democracia, fundando de este modo uno de los imaginarios de la izquierda francesa.

    Tenemos que subrayar que este imaginario social es siempre nacional, que entremezcla los plieguesde la bandera roja con los de la bandera tricolor, que reivindica la Comuna, movimiento social y

    patritico, el ao 1936, la Resistencia... La sociedad industrial es adems una sociedad nacional.La sociedad es el estado-nacinLa sociologa no es solamente hija de las Luces y del Romanticismo. Es adems hija de las

    revoluciones y de la primavera de los pueblos en la medida en que es obvio que la sociedadmoderna se realiza en el estado-nacin. El estado-nacin es el contexto histrico en el cual se

    expande o debe conquistar la sociedad moderna. Desde este punto de vista, el pensamientosociolgico no es diferente de la representacin corriente: la sociedad es el estado-nacin ya que no

    se encarna autnticamente sino en el estado-nacin. Podemos describir a la sociedadde la manerams analtica posible, pero estamos pensado siempre en sociedades particulares: Alemania, EstadosUnidos, Francia, Gran Bretaa, Japn...Esta representacin no apunta solamente a tomar conocimiento de la evolucin histrica, ya que elestado nacional es concebido como el modo de agrupamiento que sucede al de las comunidades

    "naturales", al de las hordas y de las tribus, y luego al de las ciudades y de los imperios. El estadonacional es definido como el recubrimiento de una "gran cultura", simultneamente nacional y

    universal, de un mercado nacional y de unasoberana poltica. La sociologa se forma cuando los

    historiadores redactan los grandes frescos de las historias nacionales, cuando los gegrafos seesfuerzan para inscribir estas historias en territorios, cuando los escritores y los msicos dibujan os

    contornos de las "almas" y de las culturas nacionales... Al mundo fragmentado de las culturaslocales, de los poderes feudales entremezclados, de los mercados parciales y de las religiones

    universales, lo sustituye la larga formacin de las sociedades nacionales articulando un podercentral, sino centralizado, una cultura dominante y un mercado encerrado dentro de sus fronteras,regido por leyes y una moneda comunes.20Poco importa que los relatos nacionales decidan privilegiar el rol de la cultura, como Herder, o de la

    burguesa como Marx, o de la Constitucin como los revolucionarios americanos, o del estado,

    como Tocqueville y los franceses en general. Independientemente del "motor" de su formacin, losestados-naciones siguen definindose como la integracin progresiva de las culturas, las soberanas

    polticas, y las economas.21 Esta representacin, ms fuerte en Francia que en cualquier otro lado,

    se impuso a todos, incluso a los que se liberaron de los imperios coloniales en nombre de la nacin.La polisemia de la nocin de nacin es en este sentido fundamental. La nacin se define como la

    comunidad cultural de los nacionalistas, pero sobre todo, as como lo han sealado pensadores tandiferentes como Weber y Renn, se constituye en el mismo deseo de hacer una nacin, de construiresta cultura compartida de los patriotas.22 Por este motivo, la nacin es tambin una voluntad

    poltica, es la "comunidad" de los ciudadanos descripta por Schnapper,23 es la comunidad de laConstitucin americana como aquella del mito de Valmy. Finalmente, la nacin es asimismo el

    mundo de los que tienen derechos, de los que pueden pretender beneficiarse de los derechospolticos y sociales otorgados a los miembros de la comunidad. Los obreros marginados durante

    mucho tiempo fuera de las paredes de la ciudad queran pertenecer a esta nacin. En todas susacepciones, la nacin es moderna porque es poltica, alianza entre los ciudadanos y reparto de unacultura nacional que se percibe como una de las versiones de la modernidad, y si nos atenemos a la

    tradicin francesa, como uno de los rostros de la Razn y de la Civilizacin.El estado nacional moderno es la comunidad moderna cuando empiezan a declinar las comunidadestradicionales, cuando el individualismo se impone, cuando el capitalismo podra arrastrar todo. Porqu no seguir a Durkheim cuando explica que el patriotismo sustituye a las antiguas figuras de losagrado? La identificacin de la idea de sociedad con la de estado-nacin es ms evidente y fuerte

    aun cuando esta construccin histrica combina las distintas dimensiones de la sociedad. Laidentidad nacional oscila entre la comunidad natural lingstica y la voluntad individual de los

    ciudadanos. El estado es a su vez una soberana histrica, territorial, y un contrato poltico...

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    Sabemos que cada estado nacional resulta de una combinacin original de diversos elementos de la

    sociedad. Nos complace decir que Francia es ms poltica que estatal, que Gran Bretaa es mspoltica y comunitaria, que Alemania es ms cultural y comunitaria... Es probablemente en este

    aspecto que las construcciones sociolgicas y las representaciones colectivas tienen la menordistancia. Cuando los franceses dicen "la sociedad", piensan "Francia", y ms precisamente, "laRepblica", o sea una construccin poltica y estatal de la sociedad. La Repblica no designa

    solamente un rgimen constitucional, evoca tambin un modo de intervencin del estado, el espaciootorgado al servicio pblico, la homogeneidad de la cultura nacional, la "grandeza" de Francia en la

    escena internacional... Esta Repblica es la representacin que la sociedad se otorga a s misma.La idea de sociedad es ciertamente ms compleja y mltiple que lo que acabamos de decir. De talmanera que los "padres fundadores" reconstruyeron este conjunto partiendo dimensiones y los

    problemas particulares. Weber eligi el tema de la modernidad y de la racionalizacin. Durkheimprivilegi el tema de la integracin y de la unidad de las sociedades. Marx construy su

    pensamiento alrededor de la idea de trabajo y de praxis... Todos saben que este conjunto es frgil,que la sociedad no sustituye nunca plenamente a la comunidad, que el individualismo amenaza a lasociedad misma, que el capitalismo puede llevar a la revolucin o la guerra... En cada caso, la ideade sociedad ha sido elaborada a partir de un punto de vista particular, el de la cultura, el de lasinstituciones, el de las relaciones sociales. Se trata en este caso de diferencias considerables, y todas

    estas tradiciones nunca se encuentran totalmente armonizadas ya que la idea de sociedad toma sufuerza del hecho que autoriza varias interpretaciones y vanos puntos de vista ideolgicos. Pero, al

    mismo tiempo, todas estas orientaciones participaron, en la construccin de la idea de sociedad, dela cual subrayamos su fuerza y su coherencia, ya que brinda una explicacin del orden como delcambio, del conflicto corno de la integracin, de la "naturaleza" de la sociedad y de la accin

    racional y voluntaria de los individuos, y propone una representacin de la totalidad ms all de lasespecificidades nacionales, de la complejidad de las sociedades, de los desgarros de la modernidad. La declinacin de la idea de sociedadLa declinacin de la idea de sociedad no se asemeja a la desaparicin repentina de una especieviviente, se parece ms bien al derrumbe de un monumento cuyos pilares y paredes se agrietan y seerosionan piedra por piedra. En la medida en que la idea de sociedad tiene este carcter

    fundamentalmente implcito, no ha sido "atacada" frontalmente. Cada uno de sus componentes se

    vio debilitado por los golpes conjuntos de las crticas y las innovaciones tericas por un lado, ylas mutaciones sociales por el otro lado. Ninguna sociologa del conocimiento permite

    determinar cul de estos dos fenmenos aparece en primer lugar, si los "hechos" o sus

    representaciones. Incluso, quiz la idea de sociedad no sea otra cosa ms que una construccinintelectual, y que la sociedad nunca haya "existido". La sociedad puede ser considerada desdela misma perspectiva que la comunidad; es en mayor medida una herramienta del pensamiento

    que un objeto "concreto". De todas maneras, esta manera de pensar se desdibujinsensiblemente. Entendida como una idea "seria", la idea de sociedad se aleja hoy del pen-

    samiento sociolgico.La crisis de la modernidadEl "gran relato" de la modernidad se agot.24 La historia se impuso sobre el evolucionismo y el

    historicismo. Los estados y los partidos que se han identificado fuertemente a la modernidad,sobre todo el mundo comunista, se han transformado en totalitarismos sin haber cumplido con

    las promesas de desarrollo econmico y de democracia. El tema de la revolucin vislumbradocomo parto radical de la modernidad desapareci de nuestro imaginario poltico; quedanicamente un deseo de rebelin y de justicia que no hace alusin a ninguna "necesidad

    histrica". Pero el fin del comunismo no es el fin de la Historia, no se ha engendrado un mundo

    moderno homogneo. El desarrollo de los intercambios y del mercado no impidi lamultiplicacin de los nacionalismos y de los movimientos religiosos ms o menosfundamentalistas e integristas, en el seno mismo de las economas ms prsperas y de los

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    universos tecnolgicos ms sofisticados.25 Aun cuando los flujos de informaciones y de

    intercambios cubren el conjunto del planeta, la modernidad no es una sola. Lo que se llamaglobalizacin no es el triunfo de la sociedad moderna universal. Muchos pases semodernizaron, pero la mayora de los mismos lo hizo adoptando vas especficas, dirigidos porburguesas o burocracias, eligiendo la democracia o el autoritarismo, el desarrollo endgeno o

    la apertura hacia el mercado. El mundo claro en el cual se crea poder oponer fcilmente la

    modernizacin y las resistencias al cambio no existe ms. Estamos obligados a establecerdiferencias entre la modernidad como cultura, y los procesos de modernizacin comomovilizacin y como historia. As como lo puso en evidencia, hace ya mucho tiempo, B.

    Moore, la concepcin evolucionista del cambio provena quizs de una "ilusin inglesa", o deuna "ilusin occidental" asociando las nociones de progreso econmico, modernizacin cultural

    y democracia.^ Cada sociedad se moderniza de un modo tan particular que los "modelos" semultiplican, y el gran ro de la evolucin se dispersa en un delta de mltiples brazos. Es lcito

    pensar que las sociedades se definen en menor medida por su grado de modernidad que por lastensiones que conllevan entre un desarrollo econmico, las historias y las identidadesnacionales. Dicho de otro modo, la sociologa del cambio no puede seguir siendo una

    sociologa del "progreso" y de la evolucin. Las versiones crticas de las teoras del

    subdesarrollo no han resistido ms exitosamente frente a los hechos que las teoraspredominantes de las "etapas" necesarias de la moderniza-cin.27 Desde este punto de vista,Parsons y Franck envejecieron tan rpidamente uno como otro; no se habla ms de estadios de

    la modernidad, ni de las leyes de la Historia.28 No es posible clasificar a las sociedades sobre el

    rbol de la modernidad, salvo que estemos convencidos de que las economas y los estados mspoderosos estn adems entre los ms modernos. La crtica recurrente sobre las diversas teorasdel determi-nismo tecnolgico afirma permanentemente la "autonoma" de lo social, nos

    muestra sin cesar que la modernizacin divide tanto como reagrupa.La crisis de la modernidad no es solamente histrica, los sueos de la modernidad se

    transformaron a veces en una pesadilla. Las crticas no tuvieron que ver nicamente con lasposibles consecuencias perversas de la modernidad: el fascismo, eJ estanilismo, la destruccin de lanaturaleza, la manipulacin de las necesidades, el egosmo de la masa... Tuvieron que ver adems

    con los principios mismos de esta modernidad, y a travs de una filiacin posnietzscheana, la raznmisma, aquella de las Luces, fue denunciada como una modalidad de dominacin y de poder, comosi fuera una ideologa que reprimira todo aquello que no estuviese en condiciones de controlar, y

    controlara todo aquello que no pudiera reprimir, la femineidad, la naturaleza, la locura, el cuerpo...La liberacin moderna no sera ms que una ilusin, una astucia del poder identificado con estaRazn misma. Se podra, con argumentos slidos, ver en estas crticas de las cuales Foucault fue un

    brillante portavoz, nada ms que una forma de libertinaje intelectual ce la intelectualidad de lospases democrticos y ricos. De todos modos, unos cuantos movimientos sociales y corrientes de

    opinin han alimentado prcticamente la crtica a la modernidad sin que sus ataques hayan sidopercibidos como una resistencia de grupos "arcaicos". Los movimientos ecolgicos encuentranapoyo en grupos sociales "modernos" gozando de un alto nivel educativo. Los movimientos

    feministas denuncian tanto las desigualdades de las cuales las mujeres son vctimas, como la

    identificacin del universo masculino con lo universal. En cuanto a las renovaciones religiosas, noson reducibles a la resistencia a la tradicin: en el mundo cristiano como en el mundo islmico,estas renovaciones estn a menudo sostenidas por grupos sociales considerados modernos.29 De

    manera general, el tema del deterioro producido por el progreso se impuso con la fuerza suficientecomo para que la idea de sociedad ya no pueda estar asociada ingenuamente a la modernidad y al

    progreso.El agotamiento del relato de la modernidad se debe en menor medida al derrumbe del mito mismoque al triunfo de sus concepciones trgicas. El tema weberiano del desencanto se impuso, la razn

    liberadora y moral se degrada hasta convertirse en simple instrumentalizacin, vaciando la

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    experiencia individual de calor y de sentido, que aparecen nicamente bajo la forma de un

    reprimido arcaico. La Escuela de Francfort ha desarrollado largamente esta critica. El sujetomoderno se perdi en la sociedad de masas, en el control de las necesidades y de las identidades por

    parte de las industrias culturales. La democracia no es ms que un modo de dominacin tecnocrticacuando el espacio pblico est sometido a la manipulacin de la opinin. En el fondo, el relato mssombro de la modernidad se impuso. Pero sobre todo, la unidad misma de la modernidad no es ms

    creble. Touraine puso en evidencia claramente la contradiccin fundamental de la modernidad.30Por un lado, est definida por el llamado al sujeto, a la fe, a los sentimientos, a la autonoma moral.

    Por el otro, es el triunfo de la racionalidad instrumental, de la utilidad, de la funcionalidad. Durantemucho tiempo cercanas, las dos caras de la modernidad se separan progresivamente, oponiendo elactor al sistema, las pasiones a los intereses, y hablando ms concretamente, l.i cultura a la

    economa, el individualismo moral al utilitarismo. Este desgarro puede ser interpretado de maneracontradic lon.i, como apologa o crtica de la "autenticidad" , pero lo rsciu i.il consiste en que este

    desgarro se impone.3i Este sentimiento se encuentra ms avivado en Francia ya que la modernidadle percibida bajo el aspecto de un progreso contribuyendo a la integracin creciente de la nacinalrededor de las instituciones y de una accin voluntaria y continua del estado. Ms all de la crisiseconmica, es este relato que se fractura.Del sistema a los efectos emergentes

    La metfora del organismo social, y de modo ms abarcati-vo el funcionalismo, no ha dejado dedebilitarse, y conjuntamente, la percepcin de la sociedad como una totalidad "natural", quedandoestablecido de antemano que esta naturaleza es social. Se puede afirmar incluso que todas las teoras

    sociolgicas nuevas o redescubiertas desde hace unos treinta aos concentraron sus ataques contraesta representacin de ia sociedad. La teora de los sistemas autopoiticos de Luhman seencuentra muy lejos del funcionalismo, ya que la vida social se ve representada por un enredo

    de sistemas teniendo cada uno su racionalidad. Cuando el nico sistema global es el sistema

    mundial, la sociedad est "disuelta". El auge de la "complejidad" proviene de la mismarepresentacin: la sociedad es un conjunto de flujos y de sistemas desprovistos de centro y de

    "finalidad". Esta complejidad y esta interdependencia continua de los procesos sociales ynaturales afectan la idea de sociedad ya que invitan a ahondar la distancia entre el mundosubjetivo inmediato y un mundo objetivo demasiado complejo para ser aprehendido. El sistema

    social tiene entonces que "reducir a complejidad". La idea de sociedad ya no evoca una

    totalidad ms o menos funcional, ms o menos teleolgica. Podremos admitir fcilmente quese trata en este caso de un proyecto cientfico, el proyecto de una disciplina que trata dedesembarazarse de sus arcasmos metafisicos forjados en los imaginarios filosficos ynaturalistas del siglo pasado. Pero esta mutacin adquiere un sentido totalmente diferente

    cuando se considera la idea misma de sociedad, ya que invalida el proyecto de definir un

    conjunto concreto y coherente. La idea de sociedad, que era trascendente y "concreta", pasa aser inmanente y "abstracta".La evolucin de la sociologa de las organizaciones constituye un ejemplo del agotamiento del

    modelo funcionalista. Durante mucho tiempo, las organizaciones han sido percibidas como

    conjuntos funcionales, con fronteras delimitadas, y en los cuales los estatus y los roles eran

    definidos mfmepor las exigencias del sistema, los valores compartidos, y una cierta cantidad de"leyes". Con los trabajos de March y de Simn, y luego los de Crozier y de Friedberg, estaimagen ha sido progresivamente dada vuelta.32 Las organizaciones son ahora definidas comosistemas de accin concretos producidos por las estrategias de los actores que movilizan

    recursos de, distintas naturalezas. La organizacin ya no se percibe como un conjunto coherente

    recubriendo las prcticas y explicndolas, sino que al44 contrario, aparece como el producto de estas acciones individuales. Son todos estos cambiosque cristalizan las teoras sucesivas del tnanagementque recurre a la crtica continua del tay-lorismo, el llamado a la movilizacin, a la regulacin difusa... De manera ms radical an, el

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    individualismo metodolgico concibe a los sistemas sociales como efectos emergentes.33 Los

    individuos racionales persiguen sus propias metas, tienen "buenas razones" para actuar, y elefecto del sistema no es ms que el resultado de todas estas acciones reunidas, efecto emergentems o menos "perverso", ms o menos opuesto o ajeno a las intenciones de los individuos. Eneste caso, la definicin del sistema es la misma que la que pertenece a los economistas clsicos,

    que fue segn lo recordamos uno de los blancos de la sociologa clsica, que se construy "en

    oposicin" a ella. Encontramos a veces relecturas de los "padres fundadores" sometindolos aesta nueva visin, esforzndose por separar a Durk-heim o Weber del barro del "holismo" quemancilla sus obras; ahora bien, este barro no es un mero detalle, incluso en Weber cuyos

    trabajos de sociologa de las civilizaciones y de las religiones se adaptan mal a esta lectura.34Del mismo modo, Elster se esfuerza por reconstruir un Marx individualista metodolgico, lo

    que puede parecer verosmil para el heredero de Ricardo, pero lo es en mucho menor gradopara el heredero de He^el.i En resumen, se trata de eliminar la idea de sociedad sin inier

    reparos, sin embargo, en proponer extraas lecturas de la tradicin sociolgica.Otra manera de abandonar la idea de sociedad es la que proponen las corrientes interaccionistasy contructivistas.36 Lo que llamamos sociedad no es una totalidad organizada, sino el producto

    conjunto realizado por los actores en el curso de sus intercambios sociales y discursivos. Los

    acuerdos y los arreglos locales construyen una vida social sin que sea necesario plantear lahiptesis de principios centrales ni de una totalidad organizada. No criticamos aqu estascorrientes sociolgicas, ni tampoco defendemos la idea clsica de sociedad. Constatamos

    simplemente que esta idea ya no parece necesaria al pensarmiento social contemporneo,queda reducida a un decorado, ms an a una vieja costumbre.En trminos de representaciones banales, el agotamiento de la idea de sociedad como sistema es

    menos perceptible que la crisis de la modernidad, ya que est menos directamente asociado aalgunos valores. Es menos trgico y menos espectacular. Es cierto que en Francia las esquirlas del

    estructuralismo crtico ms radical y ms mecnico proporcionaron una imagen tan poco verosmilde la vida social, a travs del llamado funcionalismo "induciendo a lo peor", que es probable que laidea de sociedad como totalidad organizada haya podido ser arrastrada en su cada, tal como

    atestigua la desaparicin tan repentina como absurda del marxismo. Queda como efecto un

    sentimiento difuso del escaso dominio sobre la vida social, una conciencia aguda y paralizante delos efectos perversos, una declinacin de las soluciones alternativas radicales. Cmo cambiar unasociedad que no es un sistema o que constituye un sistema tan complejo que no podemos tener delmismo nada ms que aprehensiones locales? A menudo, el conocimiento paraliza a la accin.La sociedad posindustrialLa idea de sociedad ha sido definida tambin en trminos de trabajo y de praxis, de conflictos de

    clases. Con la declinacin de la sociedad industrial, esta representacin se debilita.37 Aquello nosignifica que la produccin industrial deje de ocupar un lugar esencial en la produccin de riquezas

    o que el trabajo no sea una actividad crucial. Pero, tanto en la industria como en la agricultura, laproduccin creciente de riquezas moviliza cada vez menos trabajo humano. Despus de un apogeo

    alcanzado en Francia en la mitad de los aos setenta, la cantidad de obreros baj permanentemente,hecho compensado en una gran medida por la cantidad de empleados trabajando en mltiples

    servicios. La estructura misma de la clase obrera se transforma adquiriendo una caracterstica"dual". Al lado de los empleos no calificados, se desarrollan empleos cada vez ms calificados, contecnologas y modos de organizacin sofisticados y flexibles. En todas las sociedades occidentales,al lado de aquellos que poseen un empleo relativamente estable, aparece la masa de los desocupadosy de los asalariados que disponen de empleos precarios e inestables. De modo que, de una manerasubrepticia, el mismo vocabulario comn se transform: se habla menos de "clase obrera" que de

    "clases populares", menos de "explotados" que de "excluidos". Se habla menos de las "relacionessociales" que de la "desigualdad de las condiciones" y de la suma de los bandicaps y de los

    problemas que implica. La figura de la cuestin social se transform. Ya no est centrada sobre el

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    trabajo y la clase obrera, sino sobre la ciudad, los alrededores, las minoras, la pobreza, y la eficacia

    del estado benefactor. Desde este punto de vista, se tiene A veces la impresin de haber vuelto a lamitad del siglo XIX, en el cual la cuestin de la pobreza y la de las "clases peligrosas" eran

    esenciales. Esta mutacin transform profundamente al movimiento obrero. El sindicalismo sepresenta cada vez menos como la expresin del movimiento obrero y de un proyecto detransformacin de la sociedad. Se fracciona en una serie de luchas de defensas corporativistas y

    "neocorporativistas", al tiempo que hace un esfuerzo para constituirse en un interlocutor poltico,incrementando de esta manera la distancia entre la cspide y la base de las organizaciones, entre las

    polticas sindicales y las luchas reivindicativas.s El conflicto de clases est recubierto por el corteseparando los sectores "protegidos" y los otros, abandonados a las "leyes" del mercado del trabajo yde la desocupacin.El agotamiento de la sociedad industrial y del movimiento obrero afecta los fundamentos de larepresentacin poltica. Se sustituyeron a los antiguos electorados estructurados por las identidades

    sociales y culturales relativamente estables por electorados ms flotantes, ms heterogneos,proporcionando a menudo el sentimiento de crisis de la representacin democrtica de los interesessociales.39 Desde el punto de vista electoral, el Partido Comunista no es ms el "partido de lostrabajadores", as como las formaciones de la derecha liberal no son ms aquellas de los propietariosy de las clases dirigentes. En cuanto al electorado del Frente Nacional, es uno de los ms he-

    terogneos. 10 Se constituye una distancia importante entre los problemas sociales percibidos porlos ciudadanos -la desocupacin, la salud, la seguridad, la educacin- y las apuestas polticas. De tal

    manera que los medios de comunicacin, los grupos de presin y los lobbies cumplen un rolimportante, mientras que los electorados se recomponen de una eleccin a otra. A veces, comoocurri en ocasin del referndum sobre el tratado de Maastricht, los partidos se escinden, y los

    electorados se dispersan totalmente.La hiptesis relativa a los nuevos movimientos sociales anti-tecnocrticos est lejos de haber sido

    confirmada por los hechos; ya no se puede imaginar que estos movimientos sucedan al movimientoobrero con formas comparables de organizacin y movilizacin. Sin embargo, es cierto que ladeclinacin de la sociedad industrial permiti el surgimiento, en un lapso de tres dcadas, de actores

    totalmente nuevos. Movimientos relativamente dbiles colocaron sus problemas y sus aspiracionesen el corazn de los sistemas de decisin. Lo lograron sin necesidad de transformarse en fuerzas

    polticas importantes. Pensemos en el movimiento de las mujeres, en los movimientos de lasdistintas minoridades, en las sublevaciones de los barrios perifricos y pobres, en los movimientosregionalistas, y a veces en las simples cruzadas moralizadoras de los ciudadanos. Son estos

    movimientos que los partidos de izquierda tratan de incorporar para constituirse en expresinpoltica de los mismos, a travs de alianzas Verdes-Rosas, o a travs de conglomerados de minoras

    como el Partido Demcrata norteamericano. La fragmentacin de los actores sociales en una senede "minoras", aunque sean mayoritarias como en el caso de las mujeres, los problemas planteados

    por las transferencias sociales entre Lis rl.isrs de distintas edades, la aparicin de los "temasprivados" en la escena poltica, multiplican las demandas polticas y, paradjicamente, debilitan lalegitimidad de las representaciones polticas.En todo caso, la idea de un conflicto y de un movimiento social centralizadores, alrededor de loscuales se reorganizan la accin colectiva y las apuestas sociales, parece no corresponder ya a una

    escena ms fragmentada, ms dispersa, dominada por las minoras activas y los problemas decultura y de identidad. Ya no resulta fcil, como antao, reconstruir la imagen de la totalidad a

    partir de un conflicto central y de un tipo de dominacin nica. No asistimos ni al final de las

    ideologas, ni a la declinacin de los conflictos y los movimientos sociales. Incluso, Franciapermanece siendo un pas de movilizacin y de acciones colectivas organizadas. Pero la sociedad

    no parece ms estructurada por un conflicto central, por una demarcacin clara de las apuestaspolticas, culturales y sociales. 'En un perodo en el cual la izquierda accede al poder de una maneraregular, se ve atravesada por una crisis de identidad que no se limita solamente a la confrontacin

    con las tensiones del gobierno, sino que remite tambin a la inadecuacin de las categoras intelec-

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    tuales, culturales y sociales, nacidas con la sociedad industrial y desvanecidas con su desaparicin.

    En Francia, la izquierda es cada vez menos "social" y ms "republicana", se aferra a la defensa deuna versin particular de la idea de sociedad.Las mutaciones del estado-nacinLa sensibilidad colectiva con respecto a las mutaciones del estado-nacin es particularmenteacentuada' en Francia, en una sociedad que se identific de tal manera con el estado nacional que

    termin confundiendo el estado y la nacin alrededor de la Repblica. Sin embargo, sera absurdoanticipar alguna declinacin de los estados-naciones, ya que no se interrumpi la creacin deestados nuevos durante los ltimos veinte aos, y que observamos en todos lados un despertar de las

    nacionalidades y de los nacionalismos.''! Los populismos aparecen en algunas viejas nacionesque se sienten amenazadas, los nacionalismos renacen sobre las ruinas de imperios, y losmovimientos tnicos se desarrollan en estados nuevos que no son estados-naciones. En todoslos casos, no es la nacin que sufre una declinacin sino la identificacin de la sociedad con el

    estado-nacin, la solidez del mecanismo de integracin de una cultura, de una soberanapoltica y de una economa nacional. En otras palabras, la sociedad no se confunde tan

    claramente con el estado nacional como se podra presumir. Tal como lo observa Birnbaum,^ la

    nacin ocupa un lugar marginal en la obra de los "padres fundadores" de la sociologa. Esta"ausencia" se debe al hecho de que se consideraba evidente la identificacin de la sociedad con

    el estado-nacin. Hoy, esta situacin ha cam-Iu,ulo, ya que el nacionalismo se desarrolla sobrela base de la m I llura de esta misma alianza, que haba sido a menudo im-pur.si.i por la

    violencia de los imperios.Mientras que los estados trabajaron durante mucho tiempo I >.H.i hi integracin de laseconomas locales y regionales en un increado nacional, ensanchando los intercambios en unespa-u(' monetario y jurdico nico, hoy vemos que estas economas se encuentran arrastradas

    hacia el desarrollo de los intercambios internacionales. Lo que torpemente se designa como el

    impacto de la globalizacin -este fenmeno no es nuevo-est caracterizado sobre todo por lavelocidad en el intercambio de bienes, de informaciones y de capitales sin localizacio-nes y

    circulando cada vez ms rpidamente. Este fenmeno conlleva tres consecuencias deimportancia. La primera es el incremento considerable de las riquezas producidas en el planeta;

    una gran cantidad de pases se desarrollan rpidamente, y la nocin de Tercer Mundo, porejemplo, ya no tiene mucho sentido. La segunda es la desarticulacin de las economas nacio-

    nales producida por las empresas y los sectores orientadas hacia el mercado internacional y lasempresas nacionales y locales que actan en un registro ms reducido. Esta desarticulacin, quecreamos reservada nicamente a las sociedades dependientes o al modelo japons delprocedimiento subalterno, se instaura en los pases ms ricos, pudiendo incrementar los de-

    sequilibrios internos de las sociedades nacionales. Finalmente, y aquello constituye el efecto demayor importancia de la glo-balizacin, las economas nacionales son tan fuertemente inter-dependientes que las burguesas y los estados nacionales no ejercen ms un control total sobrelas mismas.43 El peso de las multinacionales y la interdependencia de los mercados financieros

    producen el hecho de que los gobiernos no tienen un dominio sobre su poltica econmica as

    como un propietario administra sus bienes. En Francia, la crtica hacia el "pensamiento nico"

    no seala otra cosa que este sentimiento de declinacin de la autonoma nacional. Desde elviraje econmico del ao 1983 en Francia, sabemos que las polticas econnnc.is nacionales seefectan de un modo marginal. En el fondo, estamos ahora en la situacin anunciada desdehace tiempo por las tesis de Hilferding y Lenin sobre el imperialismo.El incremento de los intercambios internacionales no es v> lamente econmico, es cultural

    tambin. Al lado de las iiiliu ras nacionales, los medios de comunicacin de masas instala ronuna cultura internacional por intermedio de la televisin, el cine, los espectculos devariedades, las modas que se iinp nen a todos. El ejemplo ms espectacular es quizs el de la

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    cultura juvenil difundiendo sus productos en toda una franja tlr una misma edad. Al lado de las

    msicas populares nacionales, se desarrollan msicas y estilos sin fronteras, el rock, el rap, ypor intermedio de estos conjuntos de signos, los jvenes de Pars, de Tokio o de San Pablo seidentifican con una escena musical cuyos centros se encuentran en Londres, Nueva York, LosAngeles... Siguiendo el ejemplo de los cuadros superiores que poseen casas de campo

    "autnticas", frecuentan los aeropuertos y trabajan en una cultura internacional, los jvenes

    viven cada vez ms en varias esferas culturales: local, nacional e internacional. Por otro lado,las culturas nacionales se ven confrontadas, incluyendo a los estados nacionales ms antiguos, amovimientos regionalistas, culturales o nacionalistas, que cuestionan los

    modelos nacionales que se suponan instaurados para toda la eternidad. A los universalismosnacionales se oponen las comunidades ms diversas y nada nos autoriza a percibirlas como

    "resistencia" al cambio, cuando el estado-nacin ya no es ms la sociedad, y consecuentemente,dej de representar a la modernidad.Finalmente, en Europa aparecen soberanas supranaciona-les, legislaciones y tratados que seimponen a las soberanas nacionales. Una gran parte del debate poltico trata sobre la com-patibilidad de los acuerdos y de los tratados europeos con las polticas nacionales. Hecho que

    muchos consideran como intolerable: una verdadera sociedad es autnoma. El debilitamiento

    del estado nacional explica, en gran medida, la fuerza ejercida, en Francia en especial, por partede un populismo nacional deseoso de defender el modelo antiguo, de cerrar las fronteras, deprohibir la mezcla de razas... No se trata solamente de una vuelta de la extrema derecha, sino de

    una preocupacin ms amplia experimentada por aquellos que se sienten abandonados por la

    nacin. Muy a menudo, el tema de la defensa de la Repblica y del servicio pblico no expresauna angustia diferente, aun cuando moviliza otro imaginario nacional.^La idea de sociedad fue el terruo de la sociologa clsica, su andamiaje compartido, aquel que

    no hace falta formular ya que resulta tan evidente. Esta idea adquiri mayor presencia en lamedida en que declinaba en varios registros: en un registro cientfico a menudo positivista, y en

    otro filosfico. La misma permiti el desarrollo de las corrientes criticas. Fue el teln de fondode los grandes pensamientos polticos modernos. Fue simultneamente una idea compleja y

    representante del sentido comn. La sociologa no es reducible a la idea de sociedad, pero no

    escapa a su declinacin, en la medida en que participa de la misma con su propio trabajo. Elsigno ms visible del repliegue de la idea de sociedad constituye sin duda hoy el peso del tema

    de la crisis. En efecto, la idea de sociedad ya no existe habitualmente ms que bajo la forma 'de

    la nostalgia de un pasado, y el sentimiento de verse involucrado en una crisis indefinida. Losescasos anlisis macrosociales a los cuales se arriesgan todava los socilogos estn todosmarcados por este tipo de razonamiento. El mundo contemporneo est descripto en trminos

    de una unidad perdida, bajo el ngulo de un mundo que se deshace y del cual nadie percibe el

    sentido: crisis de la sociedad salarial, crisis de la escuela republicana, crisis de las instituciones,crisis de la sociedad industrial, crisis del movimiento obrero, crisis de las culturas y lasidentidades populares, crisis de la familia, crisis del lazo social... La lista es infinita y

    recurrente. La filosofa poltica adopta a menudo un razonamiento parecido. La unidad nor-

    mativa del mundo antiguo parece irremediablemente perdida. Los principios de justicia seoponen y son contradictorios, su reconciliacin es imposible, ni hoy ni en un horizonte histri-co previsible. La justicia ya no es la simple suma de la libertad, de la igualdad y de la

    fraternidad, es la fraternidady el respeto de las diferencias, la igualdady la eficacia econmica,la solidaridady la libertad individual, la universalidad de las normasy la moral de laintencin...Habiendo realizado el estado de situacin, podemos de todos modos pasar por alto la idea de

    sociedad? No lo creemos, ya que la descripcin de la sociedad como totalidad participa de lavocacin de la sociologa en tanto filosofa social. Y nadie escapa a esta vocacin, sobre todo

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    aquellos que creen poder hacerlo con el pretexto del realismo o de la cientificidad, y que

    reintroducen filosofas sociales a menudo ms ingenuas que aquellas que pretenden combatirsiendo las ms ordinarias aquellas que conciben a la vida social sobre el modelo de un mercado.Pero al mismo tiempo, est claro que la idea de sociedad ya no puede ser defendida desde elestado, que aquello conducira a un especie de fundamentalismo sociolgico cada vez ms

    alejado de las prcticas y de los hechos observados. Para avanzar en esta construccin,tenemos que mirar ms detenidamente de qu manera las teoras de la accin y de la obser-

    vacin de conductas pueden orientarnos hacia otras imgenes de los sistemas sociales.