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Boletín No. 45, octubre 2016

En el Xerón

Entregan Premio al Mérito Literario José Joaquín Palma 2016

Miguel Barnet (IZQ), el Sr Juan León (CEN) y el premiado Arsenio Rosales (DER)

El ensayista Arsenio Rosales Morales, recibió, hoy, en Bayamo, el Premio al Mérito Literario José Joaquín Palma 2016, en el marco de la XXII edición de la Fiesta de la Cubanía .

Dicho lauro que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en Granma y La Embajada de la República de Guatemala en Cuba, con el patrocinio de la Orquesta Típica Original de Manzanillo, reconoce la permanente y reconocida ejecutoria de los escritores de la provincia en el campo de las letras.

Rosales Morales, quien ostenta el grado de especialista en segundo grado de Psiquiatría, y es profesor consultante, sobresale por su labor como narrador, poeta, crítico e investigador literario.

Resaltan dentro de su producción La coronela y los cadalsos, Los cuervos en los mástiles, ambas novelas publicadas por Ediciones Bayamo; y el volumen de ensayo Sobriedad y altivez: La condición humana de Zenea.

Este autor, atesora la Distinción Majadahonda 1936 por la labor cultural en la República de Mozambique, los Premios de poesía Regino Pedroso, Nacional en Talleres Literarios y Bayamo, así como la condición de Hijo Ilustre de la Ciudad Monumento Nacional.

La ceremonia de entrega tuvo lugar, en el salón de Protocolo de la Plaza de la Patria y contó con la participación del Excelentísimo señor Juan León, Embajador de la República de Guatemala, Miguel Barnet, presidente nacional de la Uneac, además de intelectuales y representantes políticos y culturales en el territorio.

El señor Juan León, dijo sentir una dicha compartida entre Cuba y Guatemala, porque dos bayameses ha escrito los Himnos nacionales, suceso que no es una coincidencia, sino una cuestión de armonía en la historia que marcó pasos de visitas permanentes y temporales, de colaboración estrecha entre las dos naciones, que todavía se mantienen.

Con carácter anual se entrega el mencionado galardón y hasta el momento lo han recibido el historiador José Carbonell Alard, la narradora y pedagoga Mercedes Cossío, el poeta Alexander Besú, el escritor Luis Carlos Suárez y su esposa la poetisa Lucía Muñoz.

Los galardonados con el Premio al Mérito Literario José Joaquín Palma, de izquierda a derecha, Luis Carlos Suárez (2014), Lucía Muñoz (2015), y Arsenio Rosales Morales (2016)

Juan León Alvarado (I), embajador de Guatemala en Cuba, entrega el Premio al Mérito Literario

José Joaquín Palma 2016, al escritor Arsenio Rosales Morales

Momento cultural con el conjunto de cuerdas Lira Bayamesa, en la entrega del Premio al

Mérito Literario José Joaquín Palma 2016, al escritor Arsenio Rosales Morales

El escritor Arsenio Rosales Morales, interviene al recibir el Premio al Mérito Literario José

Joaquín Palma 2016

Develan estatua en cera de Nicolás Guillén

Cientos de bayameses se dieron cita este jueves en el Museo de Cera para presenciar la develación de la estatua, a tamaño natural, de Nicolás Guillen.

En la actividad previa a la revelación de la escultura fueron interpretados poemas y canciones realizadas con los textos del que es considerado Poeta Nacional de Cuba.

Sentidas palabras sobre el también Premio Nacional de Literatura expresó el doctor Luis Álvarez Álvarez, quien resaltó la fina ironía y el sentido del humor de este escritor.

Destacó, además, la formación autodidacta, el talento y la defensa de la unidad nacional en su creaciones, pues para él solo existía una raza, la cubana.

Nicolás Hernández Guillén, nieto del destacado intelectual, al observar la figura de cera refirió que es una obra bien lograda y ha cumplido el propósito que la animó.

“Me emocioné al verla porque sentí una cercanía con mi abuelo que no había tenido desde hace mucho tiempo, porque hay elementos de su personalidad bien reflejados. Espero que quienes visiten este hermoso lugar se lleven un poco de Guillén y su legado cultural”.

Desde hoy el Poeta Nacional, coincidentemente, habita un espacio de la Ciudad Monumento Nacional, donde al decir de su nieto se ha unido a viejos conocidos.

En la develación participaron Federico Hernández Hernández, primer secretario del Partido Comunista de Cuba en Granma, Abel Prieto Jiménez, Ministro de Cultura, y familiares del ilustre camagüeyano.

El Museo de Cera -único de su tipo en Cuba- fue fundado el 14 de julio del 2004 y expone, entre otras, figuras de los próceres cubanos Carlos Manuel de Céspedes y José Martí.

Muestra, además, a los músicos Benny Moré, Carlos Puebla, Compay Segundo, Sindo Garay, Bola de Nieve, Polo Montañés y Juan Formell.

La actriz y cantante Rita Montaner; los escritores Ernest Hemingway y Gabriel García Márquez, y el joven italiano Fabio di Celmo, víctima del terrorismo contra Cuba, también engalanan la institución museológica.

Rinden homenaje a Bladimir Zamora

Un sentido homenaje al periodista, poeta y crítico bayamés Bladimir Zamora Céspedes (13 de abril, 1952- 5 de mayo, 2016) tuvo lugar en la Casa del Joven Creador, sitio donde reposaron sus restos antes de su sepultura. El tributo, realizado dentro de la XXII edición de la Fiesta de la Cubanía, incluyó la inauguración de una biblioteca con el nombre del bardo, un local donde se encontrarán cientos de libros que atesorara Zamora durante su vida. Familiares, amigos y compañeros de trabajo de El Blado, como también se le llamaba, contaron anécdotas del destacado intelectual, conocido en toda Cuba por sus análisis sobre temas culturales, muchos de estos publicados en la revista Caimán Barbudo. “Fue la primera persona que confío en mí, alguien que me dio esperanzas cuando apenas tenía 15 años”, dijo emocionado el trovador David Torrens. Otros, como la periodista Paquita de Armas y el realizador Ismael Perdomo, destacaron su acentuado “anti industrialismo” en la pelota y su manera de convencer a los demás con una extraordinaria paciencia. El artista de la plástica Francisco Javier Suárez remarcó que fue los últimos en llegar al círculo de amigos de Bladimir, pero aún así pudo apreciar el inmenso orgullo que sentía por ser bayamés, “algo que lo hizo más cubano”. Por su parte, Carlos Rodríguez Lora, por muchos años director de Cultura en Granma, lo describió como un muchacho envuelto en carnes, de pelo rojo, amante del ron, que se fue a La Habana en su juventud y se convertiría en un profundo y valiente analista, defensor siempre de su verdad y en un paladín del son y de las esencias cubanas. En el homenaje participaron, entre otros, Rosa Céspedes, (madre de Bladimir), Fidel Díaz, director de Caimán barbudo, el trovador Ray Fernández, los poetas Lucía Muñoz y Luis Carlos Suárez, y Luis Carlos Frómeta, presidente en Granma de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

Yasel Toledo, vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Granma, explicó a La Demajagua digital que la familia de Bladimir también donó a la Casa del Joven Creador, sede de la AHS, la inmensa colección de música que poseyera en discos de acetato el periodista, aunque esta se digitalizará para conservarla en ese recinto. Para hoy, como continuación del homenaje, están previstas una visita a la tumba de Blado, en la necrópolis de Bayamo, y una descarga de trovadores en la Plaza de la Revolución, de la Ciudad Monumento. Bladimir Zamora cursó hasta el preuniversitario en Bayamo y se graduó en Licenciatura en Estudios cubanos en la Universidad de La Habana. Se especializó, como periodista y crítico, en temas culturales, pero también fue un investigador de la historia, especialmente de la vida y obra de José Martí. Fue un activo colaborador de publicaciones de Cuba y el extranjero, hasta su muerte, provocada por una cirrosis hepática.

Presentan Caimán Barbudo dedicado a Bladimir Zamora

Recuerdos, anécdotas y vivencias sobre el poeta y periodista Bladimir Zamora Céspedes (1952- 2016) aderezaron la presentación, en Bayamo, del número 394 de la revista cultural Caimán Barbudo, dedicado a dicho autor.

Durante el espacio que tuvo lugar este martes en el café literario Ventana Sur, Fidel Díaz Castro, director de la publicación inició su intervención recordando el aniversario 30 de la Asociación Hermanos Saíz, una “institución modélica” integrada por jóvenes, a la cual Zamora Céspedes se sintió muy ligado hasta sus últimos días. Además, enfatizó que el Blado como le llamaban sus amistades, vivió con una sencillez

absoluta y estaba en el centro del Caimán por su espíritu unificador.

“Él entregó a la cultura cubana una obra con una profunda poética, un periodismo digno de estudiar, desalmidonado, fiel el espíritu bayamés y que incorpora el lenguaje cotidiano”, aseguró Díaz Castro.

La periodista Paquita Armas, también recordó al crítico, al amigo, hermano en que se convirtió Zamora Céspedes mientras ella dirigió esa revista.

También le reconoció el mérito de ser un hombre excepcional y un cubano raigal que defendió la música de calidad frente a la comercial.

Darío Escobar, resaltó la devoción y confianza que sentía Bladimir por los jóvenes, algo que experimentó al recibir su consejo y apoyo. Durante la presentación los panelistas compartieron algunos de sus poemas recogidos en este número y exhortaron a degustar los textos de Joaquín Borges-Triana, Rafael Grillo, Michel Hernández y Guille Vilar, entre otros que evocan al amigo y defensor de la cultura nacional. Como parte del homenaje al intelectual bayamés en la XXII edición de la Fiesta de la Cubanía, esta tarde, jóvenes y artistas realizan una peregrinación hasta su tumba, en la Necrópolis de Bayamo.

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Boletín No. 45, octubre 2016

Nombrar las cosas

Premio José Joaquín Palma: La literatura a su lugar y con su protagonista.

Por: Juventina Soler Palomino

En el escrito del mes pasado me referí a la literatura

en la provincia de Granma, su estado en cuanto a

publicaciones, modos de legitimación y concursos

perdidos y rescatados; pues bien, hoy me centraré

en unos de los premios que todavía tenemos: El

premio José Joaquín Palma al mérito Literario y por

la obra de toda la vida que otorga la Filial de

Escritores del Comité Provincial de la Uneac en

Granma a un escritor miembro de la organización

cultural nombrada y que resida en la provincia. Sí

este lauro se creó, precisamente, para poner a la

literatura como práctica cultural y oficio junto a su protagonista: el escritor, que año a

año de su vida crea para sentirse bien consigo mismo y darle a los demás, a través de

sus composiciones, la sabía que le hace falta al espíritu humano desarrollar durante

toda su existencia y darla a las generaciones venideras.

Este año le fue otorgado al escritor y Doctor en Siquiatría Arsenio Rosales Morales, que

si lo vamos a caracterizar, diría que es un ser humano de los elegidos por los dioses, los

hombres y las mujeres por su integridad humana. Este hombre de ciencia y de letras

ha logrado durante su desarrollo laboral estar en los dos campos, ya aunque retirado

del servicio médico, siempre acuden a él como el salvaguarda de la tranquilidad en

estos tiempos tan convulsos y dispersos. La obra de Arsenio siempre se mueve de la

narrativa con un sustrato histórico a la reflexión ensayística, su incursión en la poesía

es más discreta, pienso que no le ha hecho falta cultivarla como género independiente,

porque ya su prosa tiene mucho de contenido y forma lírica adaptada, por supuesto, a

la caracterización de atmósferas y personajes.

Este premio por la obra de toda la vida y los logros en el campo literario es para

Arsenio Rosales Morales el colofón de un camino que continuará sin dudas para que

las letras granmenses sigan , que si bien su continuación se vislumbra un poco escasa

por los tiempos que corren como dicen nuestros abuelos, al menos tenemos figuras

que enriquecerán la historia literaria de una provincia que ya es dueña de la riqueza y

el impacto de la revista Orto, el Grupo Literario de Manzanillo, la revista Acento, entre

otras publicaciones y hechos literarios. El premio José Joaquín Palma viene todos los

años a reconocer a los protagonistas del oficio más solitario: escritor.

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Boletín No. 45, octubre 2016

Los Filos del Dado

Nuestro Himno Nacional no fue una casualidad histórica

Por: Miguel Barnet

Palabras de Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en la gala por el Día de la cultura cubana, desarrollada en la ciudad de Bayamo el 20 de octubre de 2016.

Hay ciudades en las que cabe un país. Una de ellas es Bayamo. A más de medio milenio de existencia, sus raíces se afianzan y multiplican. Bayamo es historia viva. Aquí estuvo asentada una de las comunidades más prósperas de los pobladores originarios de la isla. En una comarca cercana, Hatuey, llegado desde tierras vecinas dio un temprano ejemplo de rebeldía contra la colonización española y pagó con su vida, en la hoguera.

Bayamo también se ubica en la geografía fundacional de las letras cubanas, pues desde esta villa en 1604 partieron varios de sus habitantes a combatir al pirata Gilberto Girón, sucesos recogidos en el poema Espejo de Paciencia. “Comenzar una literatura con un título de tan milenario refinamiento como Espejo de Paciencia, nos sobresalta y

acampa, nos maravilla y resguarda”, dijo Lezama Lima. No deja de ser elocuente la descripción que el autor de la obra, Silvestre de Balboa, hace del héroe del episodio:

Andaba entre los nuestros diligente / Un etíope digno de alabanza, / Llamado Salvador, negro valiente, / De los que tiene Yara en su labranza; / Hijo de Golomón, viejo prudente: / El cual armado de machete y lanza

Cuando vio a Gilberto andar brioso, / Arremete contra él cual león furioso… ¿Acaso no fue aquella una anticipación de la savia épica que nutriría el espíritu de los hijos de esta tierra que protagonizaron las gestas independentistas del siglo XIX?

El 20 de octubre de 1868, jornada en que se cantó por primera vez el Himno de Bayamo, nuestro Himno Nacional, no fue una casualidad histórica, sino consecuencia de la toma de conciencia que los cubanos teníamos de ser libres y decidir nuestro destino.

Diez días antes, en el ingenio Demajagua, Carlos Manuel de Céspedes se había alzado en armas por la independencia de la isla. Al gesto político se sumó otro de profundo significado social: la libertad a los esclavos. Abolición e independencia en un mismo haz, como Io había querido José Antonio Aponte en 1812. Patria y justicia social desde entonces inseparables.

Antiguos esclavos, cimarrones, negros libertos, campesinos, modestos artesanos y colonos agrícolas, maestros, gente sencilla toda junto a un sector del patriciado que renunció a su origen de clase integraron la vanguardia de los combatientes en el impulso inicial de la guerra y, no pocos de ellos, radicalizados, la llevaron hasta los últimos actos, sin dejarse vencer por la capitulación del Pacto de Zanjón. La Protesta de Baraguá, con Maceo, simbolizó la altura patriótica y ética de aquellos hombres.

La abolición definitiva de la esclavitud tuvo que esperar al fin de la guerra. Aunque desde mucho antes los propios esclavos sublevados fraguaron su libertad en los montes. Una estrecha lectura de la economía política explica la obsolescencia del régimen esclavista por ser un obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas y la modernidad capitalista. Al conmemorar este año el aniversario 130 de la abolición, no debemos olvidar que por más razones tecnocráticas que se puedan esgrimir, el tiro de gracia a la esclavitud fue dado por quienes en el campo de batalla dieron su sangre por la libertad de Cuba. El grito de Independencia o Muerte lanzado en Demajagua implicó desde su propia raíz la decisión de acabar con el infamante sistema.

En el memorable discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro en ocasión de conmemorar los Cien Años de Lucha, calificó “aquella decisión de abolir la esclavitud” como “la medida más radicalmente revolucionaria que se podía tomar en el seno de una sociedad genuinamente esclavista”.

Martí enalteció el gesto cespediano al describir la escena del 10 de octubre con estas palabras: “Tras unos instantes de silencio, en que los héroes bajaron la cabeza para ocultar sus lágrimas solemnes, aquel pleitista, aquel amo de hombres, aquel negociante revoltoso, se levantó como por increíble claridad transfigurado. Y no fue más grande cuando proclamó a su patria libre, sino cuando reunió a sus siervos, y los llamó a sus brazos como hermanos”.

Nunca será suficiente insistir en la deuda contraída con la memoria de Carlos Manuel de Céspedes y su pasión revolucionaria. Hizo caso omiso a quienes postergaban el inicio de las acciones, y se lanzó al combate en el momento justo. No se arredró en la noche triste del 11 de octubre cuando la pretensión de tomar el poblado de Yara se frustró y quedaron dispersas las fuerzas insurrectas. Por el contrario, reagrupó las huestes, concertó nuevas acciones con la colaboración de los más decididos patriotas y pronto, en apenas días, la revolución triunfó en Baire y Jiguaní, Guisa y El Horno, Cauto del Paso y EI Dátil.

Bayamo, su Bayamo, estaba en la mira de la estrategia. EI 18 de octubre comenzó el asedio a las tropas coloniales en la villa. Francisco Vicente Aguilera, que poco antes había dudado acerca de la pertinencia del alzamiento, tuvo la grandeza de aceptar el liderazgo de Céspedes y asumió posiciones en la entrada a la ciudad desde Holguín para impedir el envío de refuerzos a la guarnición española. En menos de 48 horas se liquidó la resistencia. Bayamo era territorio libre.

Al lado de Céspedes se erguía un bayamés a quien celebramos hoy: Perucho Figueredo, el autor del Himno. La historia de este símbolo se remonta a una de las reuniones de iniciación del Comité Revolucionario de Bayamo. La fecha nos estremece: 13 de agosto de 1867. Aguilera fue designado su presidente, asistido por Maceo Osorio y Perucho. Los amigos conspiradores solicitaron a Perucho un himno que, como la Marsellesa, enardeciera los ímpetus combativos. Al amanecer del día siguiente el ilustre bayamés había concluido la melodía y más tarde en la noche, compartió la obra, tocada al piano, con sus cofrades.

“La bayamesa”, título original de la composición, arropada por la orquestación del maestro Manuel Muñoz, tuvo su primera audición pública en la Iglesia Mayor el 11 de junio de 1868, en la festividad del Corpus Christi. El gobernador militar de la plaza se dio cuenta de que la pieza distaba de responder a los códigos de la música sacra y requirió a Muñoz y Perucho. Este respondió con ingenio y cautela:

“Señor Gobernador, no me equivoco al asegurar, como aseguro, que no es usted músico. Por lo tanto, nada Io autoriza a usted para decirme que ese es un canto patriota”. El representante de la metrópoli no se dio por vencido y ripostó “Dice usted bien; no soy músico, pero tenga la seguridad de que no me engañó. Puede usted retirarse con esa certidumbre”.

Con Bayamo en manos de los revolucionarios, el 20 de octubre Perucho Figueredo completó su obra al dar a conocer los versos seguramente pensados o escritos antes de que la memoria popular consagrara su imagen de patriota inspirado sobre la cabalgadura mambisa en lo que Martí llamó “la hora más bella y solemne de nuestra patria”.

Con el tiempo, la frase inicial, “al combate, corred, bayameses”, implicó a todos los cubanos. El Himno de Bayamo lo fue, lo es, de toda Cuba. Es un canto de combate y victoria, de lo que somos y no renunciaremos a ser. Es símbolo de nuestra nación no solo porque ello se establezca en decretos oficiales, sino porque a lo largo de casi siglo y medio ha encarnado en nuestro espíritu, al punto que es ya parte inalienable de nuestra identidad.

El Himno expresa una noción que nos define y a la cual se refirió el maestro de todos los cubanos Fernando Ortiz cuando afirmó: “la cubanidad es principalmente la peculiar calidad de una cultura, la de Cuba. La cubanidad es condición del alma, es complejo de sentimientos, ideas y actitudes”.

Condición que en estos momentos, quizás como nunca, se nos presenta esencial e insustituible para afirmar nuestra capacidad de resistencia y vocación revolucionaria. Ante los renovados intentos de recolonizarnos y disolvernos, por parte de un adversario que nunca ha dejado de mirar a Cuba como su patio trasero nuestro himno hoy más que nunca es canto de rebeldía.

Permítanme compartir una vivencia. En mis días de juventud, durante la crisis de Octubre, tuve la necesidad de expresar, mi sentido de pertenencia.

Entonces escribí este poema al que titulé “Patria”, con el que termino estas palabras.

PATRIA

No puedo esperar más / digo y vuelvo a repetir ahora / que cada día que pasa / quiero más este viento debajo delas hojas. / Esta casa que mis ojos han visto diariamente / que yo sabré cuidar / y la sombra del jagüey / y la tierra. / Pero no basta. Ahora van a oírme una voz / templada en el fuego / porque han preguntado por mí. / Y me parece que se trata de un amigo cercano / y mi corazón me entiende / y yo se que a mi lado, en los pueblos, lejos, en el campo / hay una fuerza como el viento / que está dispuesta a defender la vida.

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Boletín No. 45, octubre 2016

Al Ruedo

Arsenio Rosales Morales. Bayamo, 1942

Escritor, poeta, narrador, crítico e investigador. Doctor en Medicina. Especialista de Segundo Grado en Psiquiatría y Profesor Consultante. Es miembro de la Uneac.

Escribe desde 1960. Ha cultivado los géneros de: Poesía, ensayo, cuento, novela,

décima, crítica literaria. Miembro de la Columna Juvenil de Escritores (Santiago de

Cuba, 1967-72). Perteneció a los Talleres Literarios “Manuel Navarro Luna”

(Manzanillo 1973-75) y “José Martí”, de Bayamo (1979-86). Integró la Brigada

“Hermanos Saíz” entre 1974 y 1985. Miembro de la UNEAC en Granma desde 1987.

Actual Presidente de su Filial Provincial de Escritores. Delegado ante el IV y el V

Congresos, ostenta la Distinción “Majadahonda 1936” de la UNEAC. Trabajos suyos

han aparecido en diferentes medios de divulgación como: UNION, Revolución y

Cultura, Bohemia, Revista de los CDR, Santiago, Cauce, La Gaceta de Cuba, Ventana

Sur; en suplementos culturales y periódicos como La Demajagua, Sierra Maestra,

Granma Internacional y otros...

OBRAS PUBLICADAS.

LA CORONELA Y LOS CADALSOS— Primera parte (Cerca de los cadalsos) —fue

publicada en 1992. En el 2001, aparecería la segunda parte de esta saga—Los

Cuervos en los mástiles—, ambas por Ediciones BAYAMO. Las dos restantes partes

de la tetralogía (Yo, Martha, Coronela en activo y Noticias para un Epílogo) aún

permanecen inéditas... Su ensayo El Caserón: Psicopatología y violencia en José

Soler Puig (Premio en el VII Encuentro Nacional de Talleres Literarios) fue editado

en 1981 (Talleres Literarios 1980, Editorial Letras Cubanas). Fue reeditado con

posterioridad en el 2006 por la Editorial ORIENTE, en el volumen Valoración crítica

de JOSE SOLER PUIG. IN GOD WE TRUST, VIAJEROS (cuento), fue editado por la

UNEAC de Las Tunas, en el 2003. El ensayo SOBRIEDAD Y ALTIVEZ: LA CONDICION

HUMANA DE ZENEA, fue publicado por Ediciones BAYAMO (2006).Tres relatos

morbosos, apareció en el 2008, por el Sello editorial BAYAMO. Otros trabajos suyos

(poemas, cuentos y artículos), han aparecido en México, Mozambique, Puerto Rico y

España. El cuento Incertidumbre, fue incluido en el volumen ANUARIO DE

NARRATIVA, de la UNEAC en 1994. Tiene alrededor de 95 a cien artículos,

semblanzas, reseñas, prólogos, ensayos y presentaciones de libros efectuadas en

diferentes eventos y ocasiones; la mayor parte de esta producción apareció en

publicaciones periódicas; otra una buena porción de la misma permanece inédita.

PREMIOS Y MENCIONES OBTENIDAS.

1) Premio de Ensayo en el VII Encuentro Nacional de Talleres Literarios (Varadero,

1980). “El Caserón: Psicopatología y violencia en José Soler Puig”.

2) Premio Nacional de Poesía “Regino Pedroso”, de TRABAJADORES, en 1999, con su

poema “Oda a la luna negra y azul de Naguib”

3) Premio del Concurso Nacional del Sindicato de Trabajadores de la Salud, con el

ensayo “AMBROSIO GRILLO: Realidad y tragedia de un Hospital Antituberculoso

antes de la Revolución” (1983).

4) Mención en el Concurso Nacional de Poesía OCLAE / 1963.

5) Mención en el Concurso “Juan Clemente Zenea” de Novela, auspiciado por la

UNEAC en Granma (1993), con la “La Coronela y los cadalsos”.

MEDALLAS, DISTINCIONES Y RECONOCIMIENTOS.

1) Diploma y Medalla de la Campaña Nacional de Alfabetización. Consejo de

Estado, 1986.

2) Medalla del Trabajador Internacionalista. Consejo de Estado, 1991.

3) Medalla por el “40 Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias”.

Consejo de Estado. / Diciembre de 1997.

4) Hijo Ilustre de la Ciudad de Bayamo (Asamblea Municipal del Poder Popular

de la Ciudad). Bayamo MN., 2003.

5) PREMIO BAYAMO. Otorgado por el Comité Provincial de la UNEAC, por la

Obra de toda la Vida. Bayamo MN., octubre del 2009.

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Edición: Juventina Soler Palomino. Diseño: Jaime Pérez. Composición Digital: Alex Delgado. Estos textos pueden ser reproducidos libremente (siempre que sea con fines no comerciales) y se cite la fuente.

UNEAC, Granma 2016.