Empoderamiento y gestión pública. Hacia lametodología del...

XXIX Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "Empoderamiento ciudadano y gestión pública" Caracas, 2016

Empoderamiento y gestión pública. Hacia la metodología del cambio. Promoción y evaluación

Manuel Díaz Pérez ______________________________

Mención Honorífica

I.- Introducción. Empoderamiento. El empoderamiento ciudadano es una cuestión que reviste la mayor importancia para el desarrollo de una sociedad civil moderna, estable y consolidada. Ya Simón Bolívar, en el discurso de Angostura afirmó, como recogería más adelante Salvador de Madariaga (1951), “la continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos”; en ese mismo discurso refiere que la ignorancia y la tiranía son el lastre de la libertad. Ya aborda el empoderamiento, sin referirse expresamente al término, pero mostrando su consustancialidad con el elemento fundacional de toda Latinoamérica bajo el prisma de la libertad: “No gozábamos de la consideración personal que implica el brillo del poder a los ojos de la multitud, y que es de tanta importancia en las grandes revoluciones”. Resultan ser, éstas, expresivas palabras de una necesidad formal de reconocimiento del empoderamiento que, superando la legitimidad material requiere en su ejercicio la legitimación formal y los cauces adecuados para lograr su eficacia y sostener la virtualidad del propio instituto del empoderamiento. No es baladí el tema puesto que ha sido considerado que el empoderamiento ciudadano es una de las formas de construir el futuro en desarrollo, especialmente en las áreas más desfavorecidas OECD (2012), cuestión que se encuentra íntimamente conectada con los objetivos del milenio de la ONU. En particular, el caso de las economías iberoamericanas, a pesar de la evolución y de los cambios, no podemos desoír elementos estructurales a su economía y desarrollo como son los recogidos por Palazuelos (2000): - La incapacidad para garantizar el crecimiento económico y la estabilidad a largo plazo; - La fuerte desarticulación productiva que conlleva una heterogeneidad permanente de la estructura sectorial y empresarial, la "forma" en que se produce la transferencia tecnológica o la insuficiente capacitación de la fuerza de trabajo; -La profunda dependencia tecnológica, comercial, financiera y cultural, que genera una grave vulnerabilidad en las relaciones externas y un constante desequilibrio de las mismas; - El insatisfactorio avance conseguido en términos de reducir las desigualdades sociales y eliminar o reducir drásticamente la pobreza y marginalidad, en buena parte de la población. A ello, además, debemos sumarle un deficiente funcionamiento de las instituciones en términos de confianza (Transparency, 2015), situándose Latinoamérica como una de las regiones donde la percepción de la corrupción presenta una mayor entidad. El empoderamiento, en su carácter transversal, es un mecanismo, o modo de actuación, más bien, que impregna a las instituciones y a su praxis. Como quiera que ello resulta demasiado amplio para una disertación de esta longitud, focalizaremos nuestro análisis en aquellos aspectos del empoderamiento que son nucleares en el desarrollo de una gestión pública adecuada. En idéntico sentido, la Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la Gestión Pública, CLAD (2009) ya señaló que dada su especial relevancia requieren un reforzamiento, por parte de los poderes públicos, los mecanismos de participación.


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Analizaremos, como resulta objeto de la presente convocatoria, íntima conexión existente entre el empoderamiento ciudadano y el desarrollo, que se materializa, no únicamente, pero si de un modo principal, a través de las gestión pública. A tal efecto, partiremos de un doble análisis que comienza, primeramente, por observar el ideal de empoderamiento, su esencia y fines en términos generales, así como lo que vendremos en llamar “empoderamiento especial” de carácter específico; ello nos permitirá diseñar los parámetros de evaluación del empoderamiento y la detección de los problemas más usuales que al efecto puedan surgir. Secundariamente, analizaremos los nuevos paradigmas de la gestión pública, incidiendo en aquellos sobre los cuales se están centrando los esfuerzos de las líneas regionales e internacionales para el desarrollo. Por último, en este ítem, integraremos la conciliabilidad de las líneas de desarrollo de los modos de gestión pública con mejorar el grado de empoderamiento ciudadano. Finalmente, las conclusiones del presente informe se elaborarán demostrando la íntima relación entre empoderamiento y desarrollo a través de la correa transmisora que es la gestión pública; deduciendo las oportunas consideraciones acerca de la necesidad de un método o criterio que, evaluando el empoderamiento, garantice la efectividad del mismo como contribución a las políticas y decisiones de desarrollo que toman los poderes públicos. II.- El empoderamiento: configuración A) Configuración general. La palabra empoderamiento puede ser conceptualizada en diversos sentidos, todos ellos complementarios, desde la óptica abierta, plural y dinámica que debe buscarse. Sin duda, una de las aproximaciones que con más precisión hemos considerado por lo sintéticos es la de un proceso del cual se deriva el poder en la toma de decisiones públicas y que consiste en la obtención de esa posición. El punto central de este concepto, se sitúa en el plano intersubjetivo, el sujeto activo del empoderamiento debe ser el comunidad de a la cual se pretende dotar de poder relevante, y no la, torticeramente entendida, forma de empoderamiento donde se confiere el poder desde la entidad superior como gracia. Se detectan tres manifestaciones fundamentales en torno a las cuales debe generarse el oportuno debate constructivo -Personal, como desarrollo del sentido del yo, de la confianza y la capacidad individual. -De las relaciones próximas, como capacidad de negociar e influir en la naturaleza de las relaciones y las decisiones. -Colectiva, como participación en las estructuras políticas y acción colectiva basada en la cooperación. La posibilidad de actuación en estos tres ámbitos concebidos como una unidad permite que el empoderamiento se constituya en una estrategia fundamental para generar y consolidar los procesos de emancipación, desarrollo, y crecimiento personal y colectivo. Sin embargo, el planteamiento no debe situarles al mismo nivel en el esquema funcional. Ello constituiría un burdo error de base inaceptable. El primero de ellos debe tener un carácter transversal con respecto a los otros dos vectores, que deben configurarse de manera que entre ellos no se produzca una ruptura; esto es, aunque sus garantías deben ser independientes, de forma que la contaminación o deterioro de uno de ellos no suponga una puesta en peligro del otro. Por ejemplo: el diseño del empoderamiento administrativo o institucional no debe, por cuestiones de la dinámica gubernamental, ser oclusivo sobre la posibilidad de toma de decisiones en el ámbito que es propio de la comunidad empoderada, o aquellas realidades no necesitadas de En cuanto a las condiciones necesarias para que se produzca un empoderamiento pleno, la CEPAL establece:


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(i).-En primer lugar, la creación de espacios institucionales adecuados para que los sectores excluidos participen en el quehacer político público. Tomando como ejemplo la Unión Europea, aunque descartando el ánimo de traslado idéntico de las instituciones, pero reconociendo las similitudes de los espacios jurídico-públicos, debemos reconocer que el Tratado de Lisboa consagra el deber de las Instituciones comunitarias de fomentar la participación. En su artículo 11 se determina que las instituciones darán a los ciudadanos y a las asociaciones representativas, por los cauces apropiados, la posibilidad de expresar e intercambiar públicamente sus opiniones en todos los ámbitos de actuación de la Unión. Se remarca el mandato de mantenimiento de «[...] un diálogo abierto, transparente y regular con las asociaciones representativas y la sociedad civil» y a la Comisión se le subraya el deber de consulta pública para mantener la coherencia y la transparencia de las acciones de la UE. No obstante, la más sobresaliente de las disposiciones del citado artículo es el reconocimiento del derecho de iniciativa legislativa al ciudadano europeo. En este sentido, el derecho a participar y el de ser oído porque, entre el principio de participación y el derecho a acceder al expediente, puede situarse el derecho a ser oído. Especialmente, tiene sentido la garantía de este derecho a ser oído en los procedimientos sancionatorios que, en Derecho comunitario, por excelencia han sido los relativos al respeto a las normas de la competencia. En relación con el respeto al derecho de defensa, el Tribunal de Justicia (STJCE, 19/07/1997) ha subrayado la importancia del respeto al derecho de ser oído en los procedimientos administrativos iniciados a instancia de la Comisión siempre en relación con el derecho de acceso al expediente. Esto es, el ciudadano o la empresa tienen derecho a expresarse en relación con la totalidad del expediente y, con tal fin, debe garantizarse también que lo han podido consultar y que conocen los aspectos sustantivos del mismo en los términos que a continuación se describen. Resulta cierto que son cuestiones de carácter básico, pero el empoderamiento es un proceso desconocido, de consecuencias imprevisibles y con un gran poder amplificador tanto de consecuencias positivas como negativas, por lo tanto, habrá de seguirse una política de petit pas que facilite una construcción firme y racional de éste mecanismo de ejercicio del poder. (ii).-En segundo lugar, la formalización de derechos legales y el resguardo de su conocimiento y respeto. La virtualidad de la Ley cobra especial relevancia en un mundo como el actual donde los Derechos de las personas cada vez son más relativos en el tiempo, el espacio y la circunstancia. Naciones Unidas, CELP, ha afirmado que “el fantasma de la pobreza y el sufrimiento, consecuencia de la carencia y el temor han formado parte de nuestra realidad por tanto tiempo que la pobreza se considera a menudo como parte natural e inevitable de la condición humana. En otros tiempos, cuando la lucha por la mera supervivencia era lo primordial para la mayoría de la gente, semejante conclusión parecía razonable, quizás incluso inevitable. Sin embargo, en nuestra era contamos con todas las posibilidades para hacer que las oportunidades de crecimiento económico estén ampliamente disponibles. En las últimas seis décadas se ha generado más riqueza que a lo largo de toda la historia precedente. Ya no se puede argumentar que la pobreza es natural o inevitable”. El empoderamiento, aunque no debe circunscribirse exclusivamente al Derecho positivo es, definitivamente, un mecanismo que requiere de una configuración legal que permita a los empoderados contar con mecanismos de garantía para hacer valer los mecanismos de que se dota a la sociedad. Desde los postulados del pensamiento plural, dinámico, abierto y complementario aprendemos que todo ello constituye una red que, a modo de cuerdas tranzadas, da sustento al constructo del modelo de sociedad integradora que deseamos.


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La configuración legal del empoderamiento exige, por rigor, contar con una precisión de los mecanismos que en las más diversas áreas concurren para una mejor formación del interés general. La Administración pública parece actuar ciega, inducida si se prefiere, por un interés cuya formación es de configuración legal y que, lejos de ser un simple pretexto supone una abstracta habilitación que debe dotarse de más contenido que su simple estampa como coletilla o expresión de cierre. El empoderamiento nutre el interés antemencionado, aportándole la verdadera vox populi que la sorda y ciega Administración es incapaz de recabar por la mera intuición. Será por lo tanto el empoderamiento legal una construcción de Derechos y canales innegables de diálogo bilateral cuya utilización sea susceptible de generar efectos palpables en el actuar de Administrativo. En esta configuración cobra especial relevancia la posibilidad de impetrar del poder judicial del Estado para la garantía de esos Derechos, lo que también requiere una reforma integral del Estado donde se garantice la imparcialidad de este poder, pues en caso contrario nos encontraríamos ante una medida estéril. (iii)-.En tercer lugar, el fomento de una organización en que las personas del sector social excluido puedan participar e influir en las estrategias adoptadas por la sociedad. Evidentemente, la reforma del Estado y de las organizaciones internacionales que desempeñan papeles análogos al mismo o que ejercen algún tipo de poder público de tipo directo o indirecto debe ser considerado altamente como uno de los vectores de reforma necesaria, puesto que el empleo de una configuración orgánico-institucional determinada es el componente tecno estructural del empoderamiento. De otro modo: con una estructura administrativa de corte francés y originada en el siglo XIX, difícilmente se podrá dar respuesta a los nuevos mecanismos de gobernanza que los nuevos tiempos exigen. (iv).-En cuarto lugar, otro de los vectores fundamentales de trabajo en el empoderamiento es la transmisión de capacidades para el ejercicio de una ciudadanía donde la producción presenta un papel relevante en términos de competitividad económica. Así, resulta necesario integrar en el enfoque del empoderamiento la dotación de mecanismos de que permitan adquirir y herramientas para el análisis de las dinámicas económicas y las políticas relevantes que genera el propio mecanismo del empoderamiento. (v).-En quinto, se hace fundamental para el empoderamiento el sostén del mismo sobre la abstracta posibilidad de acceso y control sobre recursos materiales, financieros e informáticos que permiten la generación de utilidades derivadas del conocimiento y las capacidades que los propios empoderados generan; esto es: el aprovechamiento de espacios, derechos, organización y capacidades, en competencia y en concierto con otros actores. B) Configuración especial, que desarrollamos sobre la base de las líneas de trabajo de la OECD (OECD, 2012) En el presente epígrafe abordaremos lo que podemos subsumir bajo el concepto de empoderamiento especial. Su virtualidad frente al empoderamiento genérico viene dado por la proyección sobre determinadas realidades a las que, a nuestro juicio, se hace preciso dar una respuesta de intensidad complementaria al empoderamiento general para que el equilibrio de fuerzas entre los empoderados sea cuestión efectiva y, así, se evite el fracaso del sistema. (i).- Empoderamiento de las poblaciones rurales en situación de pobreza a través de iniciativas sobre la gestión de la agricultura y los recursos naturales. Las actividades del sector primario y las de gestión y ordenación de la gestión de los recursos son


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básicas en el enfoque de un empoderamiento que pretenda incidir sobre el desarrollo de los pueblos a través de la gestión pública. Conscientes de ello, el enfoque de un empoderamiento correcto es positivo por contribuir a una mayor sostenibilidad de los recursos al garantizar una mejor aproximación a las necesidades de los dependientes de las mismas. El modo concreto de implementación de este empoderamiento parte del respeto al acceso legítimo al recurso de quien se encuentra próximo, considerando que existen una serie de derechos adquiridos sobre el recurso económico que deben encontrarse en balance con el medio ambiente, pero si que ello pueda suponer una disminución de la capacidad del mismo para satisfacer las necesidades de las poblaciones empoderadas. Asimismo, debe concurrir la posibilidad de control a través de la transparencia en la información de acceso al recurso. Además, las políticas públicas deben orientarse hacia la facilitación del acceso a los mercados para los productos, de forma que la participación no se encuentra solo circunscrita al ámbito de la política y la gobernanza, sino que –quien no lo posea – debe complementar la promoción hacia el acceso a los mercados, mecanismo altamente interesante para generar valor añadido sobre los recursos naturales. Asimismo, se debe dar soporte toda la actividad anterior por medio de sistemas de generación de conocimiento conjunto, de integración de actividades económicas tanto vertical como horizontal, institucionalizando las interacciones constructivas entre los diferentes intereses, lo que constituirá las alianzas estratégicas que sentarán las bases del crecimiento y del mayor poder de los colectivos al adquirir relevancia en la actividad económica. (ii).- Empoderamiento económico de las mujeres Considerando que el papel de la mujer ha ocupado tradicionalmente un papel secundario, el empoderamiento de la mujer es un requisito de inicio para el desarrollo (OECD, 2012) sostenible, en particular en aquellos lugares donde los avances en materia de igualdad de derechos han sido menores. El empoderamiento femenino parte de una igualdad material donde uno de los elementos necesario es la posibilidad de acceso libre a los activos y servicios, la información y el reconocimiento de igual valor del trabajo femenino. Este es uno de los primeros elementos fundamentales, por cuanto viene a convertirse en el paso hacia la independencia económica femenina que le dota de la suficiente independencia para erigirse como una empoderada, en el resto de planos, de pleno y efectivo derecho, donde su contribución a la producción y relevancia económica en términos de Producto Bruto Interior le otorga similar papel al de sus congéneres del sexo opuesto tanto a nivel local, como regional como global. El empoderamiento femenino contribuye muy altamente al fortalecimiento de los derechos de las mujeres y les permite tomar control de su propia vida y excluir la influencia de terceros (Swedish Ministry for Foreign Affairs, 2010), permitiendo así que en los mecanismos de participación sus decisiones no se vean mediatizadas y, por lo tanto, sean expresión fiel de sus intereses y permitan un adecuado funcionamiento de los mecanismos de participación que son correlato necesario del empoderamiento. El enfoque del empoderamiento femenino debe ser holístico, considerando los factores sociológicos y políticos que influencian la participación femenina. Son elementos que de forma complicada dependen y se realimentan. -En primer lugar, el respeto a la cultura y la tradición. -En segundo, educación y formación. Es una de las herramientas más poderosas para el empoderamiento de la mujer, en tanto que le hace independiente e intelectualmente libre para


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desarrollar oportunidades con relevancia económica que ayuden al desarrollo propio y de su comunidad. -En tercero, la mejora de la salud reproductiva y sexual. El acceso a los servicios sanitarios, en este aspecto, es una cuestión básica que se desarrolla desde una doble perspectiva, tanto la de la prevención de las enfermedades como la el derecho a la planificación familiar. Estos elementos son clave en el desarrollo económico que es uno de los pilares del empoderamiento, puesto que permiten un ajuste más adecuado entre el cuidado a la familia, que muchas veces deben asumir las mujeres, y la opción a la realización de trabajos productivos. -En cuarto, existe una necesidad de políticas concienciadas con el problema de género que aborden la implementación de un marco de actuación que comprenda esta problemática también desde ópticas macroeconómicas, financieras y de comercio internacional. -En quinto, la incorporación de perspectivas de género a la planificación presupuestaria nacional. Sin embargo, no sólo el Estado debe ser quien provea los mimbres para el armado de este empoderamiento especial, sino que la coordinación entre todos los actores que concurren a escena será el factor determinante para el éxito. Para conseguir tales cuestiones, resulta importante, en primer lugar, que todos aquellos participantes en el proceso de desarrollo de Iberoamérica (poder público o no) sean conscientes de la necesidad de dotar a la mujer de un papel de relevancia suficiente a la hora de elaborar objetivos e indicadores, percibiendo que se trata de un incentivo y no de un lastre a la hora de implementar políticas o llevas a cabo proyectos. (Paris Declaration and the Accra Agenda for Action.) En segundo lugar, la lucha que librarán los poderes públicos a favor de un más relevante papel femenino debe venir complementado por una colaboración con los aliados estratégicos del sector privado a través de todas las formas de intervención que resulte posible; a este respecto, también se suscita como cuestión que debe concernir la empoderamiento la necesidad de contar con aquellos partners que mejor satisfagan los intereses de la comunidad en que van a actuar, para ello la formación de tal voluntad deberá considerar sus opiniones y deseos como empoderados. En definitiva, podemos afirmar que existe un amplio campo de actuación para el empoderamiento de las mujeres, que si bien es una cuestión compleja, cuenta con el incentivo de convertirse en un elemento fundamental para el desarrollo económico. Como problema e hondo calado, el enfoque debe ser también multidimensional, adoptando diversas perspectivas y diversos actores de la escena pública que permitan un mejor acceso de éstas a los bienes y servicios que fortalezcan sus posiciones, tanto en términos de equidad como de igualdad para fomentar su contribución en la economía nacional; su consideración como un factor relevante en la implementación de políticas públicas, las cuales deben orientarse al levantamiento de las barreras que, éstas, tradicionalmente han experimentado. (iii).-Empoderamiento local. Las poblaciones, en especial en aquellos casos en que la vulnerabilidad es mayor, vive, como resulta lógico, en niveles locales, que es donde se conectan con el Estado, los mercados, los servicios públicos y el sistema político. Ello viene motivado por la falta de recursos tanto internos como externos que permitan a las comunidades locales extender su proyección hacia niveles superiores a la localidad. El gobierno de lo local para el empoderamiento global parte de la transparencia, el control y la participación, en suma: una ciudadanía inclusiva. Este concepto de ciudadanía requiere el entendimiento de las relaciones de poder existentes y de los obstáculos que existen, en realidad, para la participación efectiva que los grupos más excluidos de la misma deben afrontar.


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En este sentido la descentralización del sector público es una oportunidad importante para el empoderamiento a través del refuerzo de la acccountability en las políticas públicas, cuestión que se sustancia por medio de la construcción y el desarrollo de capacidades de liderazgo, agilidad en la comunicación, servicio público y habilidades políticas; todo ello en concurso con información transparente y ampliamente disponible para todos los actores desde las primeras etapas del desarrollo, para que así se pueda maximizar el aprovechamiento de las oportunidades de empoderamiento. En términos de puridad, el empoderamiento solo ocurre de forma efectiva a nivel local, puesto que de acuerdo con los postulados del principio de subsidiariedad, es el punto más cercano para la captación el interés, y por lo tanto el mejor nivel para la implementación de la política o su concreción material, puesto que (en especial los sectores sociales más desfavorecidos y necesitados de inclusión) las personas realizan su vida y tienen su círculo de intereses en un nivel local, donde se conectan, como hemos señalado, con la base del Estado, los servicios públicos, los mercados y el sistema político. El empoderamiento de los mismos requiere participación y capacidad de control en la gobernanza local y en el proceso de toma de decisiones. Ello se plasma a través de los vectores de actuación que a continuación se refieren. -La inclusión de los sectores más desfavorecidos y tradicionalmente relegados a un segundo, o tercer, plano en un elemento crítico que requiere de acciones específicas que comprendan y dirijan las relaciones de poder actualmente existentes hacia la remoción de los obstáculos que dificultan la ejecución de las políticas públicas de tipo integrador tanto de modo pasivo como aquellas que pretenden la integración activa a través de la participación en el proceso de toma de decisiones. -La descentralización del sector público, por su parte, también constituye una oportunidad clave en el empoderamiento, ya que las potestades de los gobiernos locales, en especial la potestad presupuestaria, presentan (como ya se ha expuesto) un alto nivel de incidencia en la esfera de la vida de los ciudadanos, por lo tanto, la posibilidad de contribuir a su rediseño de forma que la función consultiva y el control del sector público opere, permitirá una mejor distribución de las utilidades ciudadanas derivadas de la actividad de la Administración. Sin embargo, a este respecto debemos puntualizar que la descentralización no suele implicar mayores niveles de capacidad de control sobre la Administración; de facto en los países extremadamente descentralizados la relación entre el centro y las unidades descentralizadas es una cuestión crítica. Una descentralización efectiva requiere un centro fuerte que habilite a la periferia y coordine las actuaciones. -Fortalecer las capacidades tanto en los extremos de la demanda y la provisión de mecanismos de accountability. Para ello deben proveerse incentivos a los flujos de información; los cuales, además, resultan extremadamente fáciles de obtener en los primeros estadios de la promoción del empoderamiento. -La ciudadanía efectiva e inclusiva. Como quiera que un ciudadano es alguien con derechos, aspiraciones y responsabilidades en relación a otros actores sociales y económicos en el marcos del Estado. Ahí es donde el empoderamiento a través de la ciudadanía local cobra virtualidad, significando que todo el mundo puede participar en las decisiones, diseñando los procesos y promoviendo el control sobre quienes ejercen poder público. -Promoción de la participación: Las políticas que tengan como último fin el desarrollo económico y el favorecimiento de unas condiciones de vida dignas, necesitan ser informadas e influenciadas desde el empoderamiento ciudadano desde el momento de su concepción hasta su implementación.


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-Dotación de mecanismos de accountability, una cuestión que ya hemos avanzado en los párrafos precedentes. Debe ser un correlato de la participación, puesto que ésta será únicamente efectiva cuando las instituciones sean cristalinas y respondan a los reclamos ciudadanos. Esto es, la consulta pública sin el reconocimiento de la vinculación de las mismas para el poder público es estéril. Ello es tremendamente peligroso para la viabilidad de los Estados, particularmente cuando implica a los sectores más desfavorecidos, puesto que es el caldo de cultivo de los totalitarismos. Así, la Administración a nivel local y sus cargos deben operar como una suerte de interfaz entre el Estado, el mercado y la sociedad. -Inclusión. La participación y la accountability, requieren de la implicación de todos los sectores sociales, haciendo frente a cualquier tipo de discriminación de exclusión de alienados u opresivos. -Las relaciones de poder informales en la comunidad. A pesar de su carácter difícilmente visible no debe desatenderse la existencia de las mismas. No se debe olvidar que la actuación de la Administración, como ya hemos señalado, no solo tiene base en técnica jurídica, sino que existen multitud de ciencias transversales que le asisten, como pueda tratarse de la sociología, que sirve para entender estas relaciones de poder que tienen que ser consideradas porque incidirán en el modo y los efectos de la proyección del fenómeno de empoderamiento. De facto, incluso entre las causas de exclusión social se encuentra la imposibilidad de extraerse de las redes de poder que se tejen en las comunidades y cuyo origen puede resultar variopinto: transitando desde la herencia histórico-cultura, como los fenómenos criminales transnacionales. En todo caso, el juego de los procesos de empoderamiento no debe desechar completamente estas relaciones preexistentes, sino conservar lo virtuoso y desmontar lo lesivo para los fines que se pretenden. -Incrementar la representatividad de los sectores sociales marginados en los niveles locales. Ello puede suceder a través de sistemas de cuotas de participación en determinados órganos colegiados, por ejemplo. La implementación de los vectores anteriormente mencionados debe establecerse desde una perspectiva que abarque multitud de frentes. Esto es, lo que resulta en suma los mecanismos de empoderamiento a través de la participación y la accountability cuando se les enfoca desde perspectivas diversas que faciliten la mejor comprensión de los intereses que se pretenden integrar a través del empoderamiento ciudadano. Se trata en suma de realizar un trabajo desde ambos lados de la ecuación (Moore, 2001; Mosse, 2004; Menocal Rocha and Sharma, 2008; GSDRC, 2009). Este enfoque multidisciplinar debe tomar en consideración la accountability social como mecanismo esencial de empoderamiento. Esta modalidad puede definirse como una aproximación de la accountability cuya esencia se basa en la confianza en el compromiso civil de los ciudadanos y las organizaciones civiles que integran los mismos. Su promoción no corresponde exclusivamente al Estado, sino que debe tomarse por todos los actores valiéndose de múltiples herramientas como: iniciativa en la agenda pública, planeamiento y diseño de políticas públicas, control presupuestario y sobre el gasto público, evaluación de los servicios públicos, monitoreo constante, auditorías ciudadanas, reportes anticorrupción constante, comités de usuarios, participación en el buen gobiernos, entre otros. En todo este proceso de empoderamiento debe plantearse también las necesidades financieras que surgirán a partir del mismo y el modelo fiscal de que debe dotarse el Estado para su subvención. Uno de los aspectos que a esta parte, se le plantean como esenciales es la necesidad de fortalecer los procesos de descentralización Fiscal en los gobiernos locales. En primer lugar, en la descentralización para el empoderamiento debe ser transparente, coherente, equitativa y además paccionada. En segundo lugar, en multitud de ocasiones la descentralización en las prestaciones en


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las potestades tiene lugar en nivel local pero no cuenta con el correlato de la descentralización Fiscal suficiente; ello presenta como efecto que no se posean recursos suficientes de forma discrecional o que lo tensión de los mismos se realice vía incremento de los ingresos (tributos). Tercer lugar se hace necesario romper con una tendencia nacional, cuál es la distribución y me equitativa de los recursos, asignando progresivamente mayores cantidades cuentan con multitud de servicios establecidos y menos cantidad desactives cuentan con pocos servicios, de esta forma se supedita la inversión en los mismos al presupuesto nacional como lo que es lo mismo el reparto de una suerte de pastel del país que se divide entre las autoridades locales y a cuyo concurso se debe engaña vivir muchos factores de índole política y de juego de poderes. En definitiva, el trabajo a niveles de decisión local debe encontrarse compensado entre la necesidad de mantener unos estándares de política nacional y los objetivos locales que concurren. De esta forma la implementación de programas nacionales se realiza a nivel local, con recursos nacionales, pero adaptándoles a las necesidades concretas de la comunidad en que la aplicación de los mismos tiene lugar. (iv).-Empoderamiento en los estados frágiles y las situaciones de potencial fragilidad. En los estados se situación de fragilidad, la recuperación económica y el crecimiento debe ser una propiedad nuclear para todos los actores. En estos estados las oportunidades y desafíos que sólo sean tan para el empoderamiento parten de los fallos en la autoridad, la falta de legitimación, de capacidad, de capital social y humano y unos altos niveles de desigualdad y exclusión. Yo deriva en que, en multitud de situaciones, sean instituciones informales ajenas al Estado las que regulan la vida diaria y es complejo establecer conexiones entre ellas los estados, la sociedad si los fines de los ciudadanos para conseguir una actuación integrada. Fragilidad de un estado, como sea señalado, puede venir configurada por amplias situaciones y circunstancias. En primer lugar, la debilidad institucional o del propio aparato de gobierno, deriva de situaciones en las que restado no es capaz o no protege a sus ciudadanos frente a la violencia o la criminalidad, o aquellas situaciones en las que el Estado no proveen los accesos a los servicios básicos educación la salud o las infraestructuras. Ello suele venir acompañado de problemas de legitimación para los gobiernos, que en muchos casos se ven obligados a mantener su posición por la fuerza. En segundo lugar, la situación de fragilidad puede venir determinada por una ausencia de capital humano o social, como quiera que estás sociedades débiles han sido privadas de capital físico humano intelectual, científico incluso social, nos encontramos con una sociedad sin cohesión ni capacidad de auto-regeneración. Considerado este escenario, empoderar a una población debe partir de la promoción de rutas para llegar gradualmente a la construcción de una ciudadanía apta para ser empoderada. A los efectos de conseguir tales fines, la acción debe tomarse desde la reconstrucción de la administración, de la legitimación del Estado y de su capacidad para hacer frente a la garantía de los derechos de los ciudadanos, puesto que sin este mecanismo la autotutela y la arbitrariedad y la violencia campará a sus anchas, limitando, altamente, la capacidad de los ciudadanos para ejercer poder en la sociedad. Además debe garantizarse la indemnidad de la propiedad y el núcleo básico de elementos que deben asistir a todo ser humano en su dignidad fundamental. En el caso latinoamericano, es difícil encontrar una receta que en este caso, pueda ser aplicable a todos los estados, debido a la variedad idiosincrasia de cada uno, sin embargo, entendemos que cuestiones básicas como reducción de calidad y la garantía de los derechos sociales fundamentales de los ciudadanos permitirán crear bases sociales económicamente independientes cuyas decisiones no sea mediatizadas por sus necesidades inmediatas sino que puedan redundar en mejor beneficio de la sociedad considerando los intereses a largo plazo de los grupos en los que se insertan.


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(v)-Empoderamiento de los sectores sociales susceptibles de generar empleo de calidad que luche contra el estancamiento de la pobreza. Trabajo digno es una de las herramientas claves para sobreponerse a las inseguridades que genera la falta de acceso a las oportunidades que lleva al disgusto generalizado en la sociedad de la generación de problemas de gobernanza. Trabajo digno incluye derechos, protección social, empleo, promoción del diálogo social aplicado en una manera integrada. A la configuración legal de este derecho se encuentra en el corazón del proceso de empoderamiento, ayudando a romper los ciclos de desigualdad, en la provisión de una base legal para el empoderamiento. Todos los actores deben participar proactivamente en el respeto de las normas internacionales que lo garantizan. El empoderamiento en este ámbito se consigue a través de una serie de políticas y acciones que orbitan en torno a las siguientes líneas de actuación: -Por medio de la promoción de un empleo que cree un entorno sostenible desde los puntos de vista institucional y económico donde los individuos puedan desarrollar y actualizar las capacidades necesarias para el desempeño de su labor, con unas condiciones sanitarias adecuadas y con un salario justo. -Integración del diálogo social entre todos los actores y sectores que conforman la influencia sobre este ámbito de empoderamiento, el Estado, las empresas, los inversores, los trabajadores, las organizaciones como existentes o no, de los mismos y otros interesados de la comunidad cuyos intereses deban hacerse patentes. -Proveer los incentivos necesarios para la efectividad de los derechos básicos en el ámbito social y laboral de todos los trabajadores, puesto que sin esta base de tipo económico y social, la puerta se abre a todo tipo de movimientos que podrían poner en riesgo la estabilidad política del país. Todos estos mecanismos objetivos son inseparables, interrelacionados si se prefiere, pues el fallo en la promoción dan uno por la falta de éxito pueden llevar a una pérdida de eficacia de los demás. (vi).-Empoderamiento legal. “4 millones de personas alrededor del mundo son sustraídas de la posibilidad de tener una vida mejor y salir de la pobreza, porque se encuentran excluidos de la aplicación de los postulados del Estado de derecho.” (CELP, 2008) En empoderamiento legal, en especial de los más desfavorecidos, supone una aproximación o un tratamiento de una de las técnicas de trabajo desde la base hacia los niveles más altos del Estado. Es cierto que el empoderamiento legal debe ser uno de los mecanismos que por medio de la virtualidad de la norma consigan limar esas asperezas desigualitarias que la sociedad genera de forma natural, por medio de la creación de marcos de derechos, herramientas legales de escape de la marginación y la configuración del empoderamiento en sí mismo entorno a las siguientes medidas -Universalidad e incolumidad de los derechos humanos. -Mecanismos de control sobre las ministración pública -No discriminación -Participación


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-Inclusión -Equidad (vii) Empoderamiento equitativo. Como hemos señalado epígrafe precedente, el ejercicio empoderamiento representarse sobre una base equitativa para contribuir al recibir la relación de las desigualdades en imprescindible la creación de un entorno que permita poner en marcha estos procesos a través de la dinámica democrática y el acceso a las oportunidades. Para el logro de la equidad se necesita un doble enfoque, que pasa recogerlas más comprometidos por explicar a la izquierda y haciendo frente a la discriminación estructurales al empoderamiento y, por otra parte, dando el parte al empoderamiento aquellos marginados, con posibilidades de tomar decisiones en modo descentralizado en los niveles de gobernanza más cercanos al interés que se pretende satisfacer. , Asimismo qué nivel político se desarrolle un formación que se base de la red barreras entre los diferentes grupos de poder, permitiendo eso, oportunidades y modos de interacción tanto formal como informal a la hora de proceder a la toma de decisiones y dotar de gobierno a las instituciones. El empoderamiento y su relación con la equidad se derivan también del asentamiento político que se produce en el seno de una sociedad, un fenómeno que únicamente pude ser cambiado a través de acciones a largo plazo de tipo endógeno. En el proceso de empoderamiento deben considerarse tales límites para definir los objetivos en función del horizonte temporal en que se inscriben. En definitiva, los elementos alrededor de los cuales el debate de la equidad afecta el empoderamiento son esencialmente tres: -Igualdad en las oportunidades vitales -Igualdad en la importancia que suponen las necesidades del grupo concreto; y, -Meritocracia Elementos cuya materialización tiene lugar de modo estructural o accesorio. Desde la óptica estructural, el centro de la actuación se sitúa las fuerzas externas que constriñen los derechos y las acciones de cambio de las personas; se persigue así dinamitar los privilegios injustos de la sociedad y reformar las normas y la configuración de las instituciones que generan desventajas para ciertos grupos. Complementariamente, el enfoque accesorio se focaliza sobre en llevar el poder a los sectores más desfavorecidos para que ellos sean el motor del propio cambio que permita empoderarles; ello incluye, incrementar su capacidad de participación, de adquisición de habilidades, recursos, acceso a los mercados, acción colectiva y derechos. Con ello se pretende dar soporte a una sociedad civil que constituye la base de esta clase de procesos a través de las siguientes acciones: -Extensión a todos de los servicios públicos de la protección social -Oportunidades económicas para los más desfavorecidos -Redistribución del bienestar


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-Análisis del impacto de las políticas implementadas -En la reducción de las desigualdades la clave estriba en la equidad y no en la igualdad. -Acceso universal a la justicia. -Instituciones públicas con mejor perfil para la accountability. -Creación de capacidades para dirigir las necesidades de los marginados y necesitados -Disposición de mecanismos de análisis de las relaciones de poder en los niveles nacional y descentralizado. -Fulminar las relaciones de poder inequitativas -Promover la gobernanza local inclusiva, con especial mención al fortalecimiento de las instituciones intermediarias entre los ciudadanos y éste ámbito público. (viii).-Empoderamiento sostenible. El empoderamiento como actuación deseable hacia un determinado estado de las cosas a través de proyectos y programas que generan capacidad y transforman relaciones, debe ser sostenible tanto como fenómeno intrínsecamente como de modo extrínseco. -El diseño e implementación de las políticas, cuando fuere posible, a través de las organizaciones locales ya existentes. -El empoderamiento debe comenzar por abordar las destrezas y el cambio institucional para el fortalecimiento del capital social y el gobierno local. -El trabajo con las organizaciones locales debe buscar la realización de los fines que se han venido exponiendo y, además, la obtención de sinergias generadoras de eficiencia económica, tan necesarias para la construcción de proyectos rentables en la más amplia acepción del término -Asimismo, cualquier iniciativa de empoderamiento debe ser “vendible”. Esto es, mostrar resultados positivos en las capacidades adquiridas, en el cambio institucional, en la respuesta del sector público...etc. C) Elementos de acompañamiento Los elementos de acompañamiento son una serie de aspectos que, sin tratarse de cuestiones nucleares, actúan como una suerte de catalizador del proceso de empoderamiento, permitiendo que el mismo pueda gozar de una mayor efectividad. -En primer lugar, proponemos el monitoreo de los procesos de empoderamiento, cuestión que se detalla más adelante, cuando referimos la evaluación del empoderamiento. No obstante, el rigor metodológico obliga a considerar que los métodos de monitoreo, al menos en las fases embrionarias del proceso de empoderamiento, no deben imponer una carga administrativa excesiva que haga perder el éxito de la iniciativa por el exceso de carga formal que el monitoreo implica. -Evaluación de los procesos de empoderamiento. Una vez recogidos os datos, tratados, sistematizados y organizados en el proceso de monitoreo, la evaluación de los procesos será el estadio en que se establezcan las valoraciones del éxito de las iniciativas. La cuestión de cómo se


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produce la evaluación, de si la misma es subjetiva u objetiva o mixta, creemos que de debe ser multidimensional; debe tratarse de una evaluación total. Precisamente para ese carácter de totalidad los actores empoderados deben ser quienes provean la evaluación en colaboración con los poderdantes. -Soporte al empoderamiento. Con posterioridad al proceso de evaluación surgirán debilidades que es necesario reforzar, procesos que han tenido éxito y que constituyen un aprendizaje, etc.; así, se hace patente la necesidad de dar soporte a todo el proceso de empoderamiento, en especial la solución de los problemas y desafíos que puedan haberse presentado. Indudablemente, el empoderamiento es un proceso in fieri. III.- Empoderamiento y desarrollo Habida cuenta que las decisiones y las acciones de las personas que forman los países y las regiones en riesgo de exclusión o de pobreza son uno de los elementos que mejor puede aportar mejoras sustanciales y sostenibles para sus vidas. Ello tiene como origen la complejidad que supone la detección de las causas de la pobreza y lo delicado que supone la adopción de soluciones que no produzcan mayores desequilibrios en la economía fruto de efectos bumerán. Resulta importante, por lo tanto, reconocer que las relaciones de poder deben someterse a un canon de equidad, puesto que la exclusión de tal canon deriva en la dificultad para integrar a los más desfavorecidos en el aparato decisorio. Constituye, éste, desde nuestra óptica, un punto fundamental a considerar ya que el empoderamiento de éstos permite abordar las problemáticas desde un punto multidimensional que, como mínimo, nos permite considerar pluralidades; y, particularmente, integrar visiones que desbordan el mero ámbito de la ciudadanía. Como ya avanzábamos, la propuesta del parágrafo anterior no debe deslucir la labor del empoderante para con el empoderado, pues para que todo el potencial se revele, debe existir por los poderes públicos una conciencia de la esencia del empoderamiento, cuál es su funcionamiento y como darle conducto y soporte. En definitiva, tiene sentido que quién se va a beneficiar del proceso de crecimiento, tenga también un papel importante en la participación y la contribución al mismo. ¿Cómo hacerlo? El elemento central es el cambio en las relaciones de poder, que actúa como catalizador de los factores de cambio anteriormente descritos, algo que podemos subsumir, por necesidad de una mayor simplicidad, en cinco vectores básicos: inclusión, acción colectiva, representación política, incremento de las capacidades humanas y la conciencia crítica colectiva. Sin embargo, y resulta habitual esta confusión, no debe quedarse estanco el empoderamiento ciudadano en una mera concesión de facultades, concretas o abstractas, para el ejercicio de poderes. La cuestión es infinitamente más compleja. Entendemos, por lo tanto, que existe una necesidad de conducción del empoderamiento, que no es otra cuestión que un correlato, en cierto modo axiológico, del Derecho Administrativo multidimensional. Esto significa relativizar el valor del empoderamiento como un absoluto, puesto que es necesario aportar un conducto y orientación determinada a la realización de la fuerza de gobierno que produce el empoderamiento. No se trata de mediatizar o alterar el contenido material del ejercicio del empoderado, sino de proveer orientación formal a resultados. El resultado a que se debe orientar es, indudablemente el desarrollo. Sin embargo este término resulta demasiado abstracto, y por lo tanto debe ser descompuesto es unidades menores que, en relación con el mecanismo del empoderamiento, resulten útiles para que éste mecanismo sea efectivo en el proceso decisorio. De este modo, siguiendo las orientaciones de los más reconocidos organismos internacionales (OECD, 2012), podemos situar 3 ejes de catalización básica del


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empoderamiento para que cristalice en desarrollo: acceso a los mercados, acceso a los activos necesarios para producir y trabajo digno. Empoderar Como hemos ya señalado, el empoderamiento requiere del desarrollo de mecanismos de soporte. Uno de los importantes, lo integra el papel de los gobiernos y de los socios para el desarrollo (organizaciones internacionales, bancos de inversión, etc...). Ellos son quienes tienen la verdadera capacidad para efectuar o conducir las inversiones hacia el camino de la idoneidad y la corrección, de suerte que la inversión tenga impactos sociales positivos, acompañados de medidas regulatorias que garanticen los derechos básicos, como al trabajo y la propiedad de los medios productivos de forma individual o colectiva; mejorando, así, las condiciones y los resultados del trabajo. En este contexto, las transferencias de efectivo también se vuelven mucho más eficaces, puesto que encuentran un tejido donde fructificar a través de consumo o inversión. Uno de los elementos más usuales para el desarrollo son las ayudas dinerarias, que van desde los micro proyectos a los niveles de grandes cuentas nacionales; todo ello puede ser diseñado de modo que contenga mecanismos de toma en consideración y promoción del empoderamiento. Las oportunidades para proveer mecanismos son infinitas: desde inclusión de las organizaciones civiles y sus representantes en las conversaciones, en la elaboración del presupuesto, en la selección de los proyectos y criterios técnicos y también en la elección de los contratistas. No debemos olvidar que la capacidad de la gente para el control de sus propias acciones individuales o comunitarias constituye el verdadero empoderamiento. Debe, por lo tanto, ser apoyada la iniciativa de las personas quienes emprendan acciones tendentes de forma directa o indirecta a satisfacer cánones de empoderamiento que redunden en una mejor intervención sobre la realidad. Introducimos así un componente mediato en la toma de decisiones, en la cosa pública, que rompe el arcaico debate entre liberalismo e intervencionismo, carente de sentido en un momento como el actual donde la economía colaborativa se erige en uno de los principales vectores para el desarrollo de muchas comunidades y, por lo tanto, se requiere de un nuevo approach decisorio, donde el empoderamiento juega con unas características de tertium genus entre los dos modos anteriormente citados. Un punto intermedio que rompe con las reglas de las ineficiencias derivadas de la asimetría informativa reduciéndola y permitiendo la toma de decisiones más acercada tomando en cuenta el pulso de la realidad. Como ventaja fundamental, en los términos de desarrollo que interesamos, la intervención a través del empoderamiento, por su carácter total, multidimensional, transversal y plural es susceptible, con gran economía de fuerzas, de aportar un importante efecto multiplicador. Éste valor añadido que el proceso de empoderamiento genera, si es correctamente gerenciado, presenta como añadidura la imposibilidad de su control o gestión externa, más allá de la provisión de cauces que proporcionan para darle conducto a esta clase de modelo de gobernanza. Es muy importante que en el diseño del sistema se entiendan los espacios de poder y las relaciones existentes para facilitar los procesos de toma de decisiones de forma plural y equitativa. En particular, dos ámbitos resultan de extrema delicadeza a la hora de entender el equilibrio de fuerzas idóneo para dotar los mecanismos de empoderamiento de eficacia; a saber: aquellos que implican transferencia de liquidez o activos de gran valor y los gobiernos donde los mecanismos de buen gobierno se encuentran cortados por la configuración del régimen político del país. Convenimos, de esta suerte, que existe una posibilidad de pérdida de eficacia de los mecanismos de empoderamiento derivada del poder que los actores poderdantes poseen; deben ser responsables en el ejercicio de su influencia para no hacer desmerecer al mecanismo de gobernabilidad que exponemos. Las formas de dar conducto y apoyo al empoderamiento, para evitar la pérdida de las finalidades del empoderamiento o su propia esencia, se articula de forma directa e indirecta. La primera de ellas a


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través de la estrecha cooperación con las organizaciones de la sociedad civil en que los colectivos más desfavorecidos se integren; en el segundo de los supuestos, a través de la cooperación entre instituciones que ostentan poder sobre la sociedad, permitiendo un entorno favorable a un buen gobierno participativo en que se definan los horizontes del empoderamiento sin perder de perspectiva que existen intereses de dos grupos que pueden resultar contrapuestos en el corto plazo. No se puede soslayar la dificultad que entraña conciliar ambos elementos en el término expresado; mostraremos alguno de los ejemplos que, desde la experiencia investigadora, podemos señalar como buques insignia de la lucha por la conquista de un empoderamiento efectivo. En primer lugar, los intereses del partido en el poder por mantener a corto plazo su posición en el gobierno por medio del control de las masas que se materializa a través de transferencias de efectivo o de activos de utilización directa como alimento o vivienda, pero que no satisface, en la mayor parte de ocasiones las necesidades estructurales que un desarrollo sobre bases consolidadas requiere. Mismas, circunstancias y fundamento pueden predicarse, en segundo lugar, sobre los intereses de estabilidad de la comunidad internacional y los stakeholders con intereses en el país. Muchas veces se trata de intereses a corto plazo en el aseguramiento de inversiones o intereses por un período no muy entendido de tiempo En tercero, los intereses corporativos continúan de modo muy similar a los anteriormente mencionados. El comportamiento esperable persigue asegurar la rentabilidad a corto plazo de las inversiones para la satisfacción de los accionistas. Sin embargo, parte de la conducción de este empoderamiento multidimensional plural y complementario deriva en una necesidad por parte de los poderes públicos de construir el marco donde los juegos de intereses se produzcan en los términos de equidad antemencionados, para garantizar la rentabilidad de los inversores a corto y largo plazo, pues un marco de adecuada seguridad nacional, basada en sociedades consolidadas en crecimiento, es el marco perfecto para reducir los costos derivados del riesgo y la incertidumbre que las inversiones transnacionales plantean. Por lo tanto, uno de los puntos fundamentales en la agenda del empoderamiento es la necesidad de conocer como los grupos de interés van a reaccionar en influenciar a su entorno, de forma que este cambio hacia la dotación de un poder social global resulte efectivo. IV.- Empoderamiento: Fines y objetivos. Se precisan herramientas efectivas para analizar los complejos cambios a los que puede llevar el sistema de empoderamiento, desde los simples análisis de los grupos de interés llamar complejas a multinivel. La clave de todo ello es integrarlo en la ejecución de los programas. De esta forma se podrá observar y evaluar cómo se alteran las estructuras de poder existentes, como se afecta a todos los actores conocer si los efectos realmente del empoderamiento son efectivos para los fines que los propios empoderar dos perfiles, que hacerse también a los demás grupos de interés en poder arlos raro, que sobre la misma realidad concurren. Es decir, el proceso de empoderamiento requiere su propio análisis del riesgo. Además, requiere también de la dotación de adecuadas estructuras político-administrativas para dar respuesta a los reclamos que se plantean y toda la realidad a las que se pretende, por medio de ellos, dar respuesta. Ello significa que ecosistema del empoderamiento requiere, también, de un paso previo que es la lucha por los derechos fundamentales del ciudadano, en relación de círculo virtuoso con el empoderamiento, pues también es un modo de garantizar eficazmente la observancia de aquéllos. A este respecto se proponen las medidas que siguen, las cuales se han diseñado para fortalecer el


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control de empoderamiento de los empoderados sobre sí mismos con independencia del panorama político en el que se insertan por medio de la promoción de la influencia de las personas sobre la gobernanza en sí misma, de suerte que se mejoren los términos que los mismos se integran en los mercados. Esta vía de empoderamiento para-institucional de base económica debe correr parejo al político descrito, para lograr la plena eficacia del sistema de empoderamiento a través de un desarrollo económico que supera el mero crecimiento en indicadores. -El empoderamiento debe asegurar los derechos ciudadanos y los elementos determinantes del empoderamiento y el crecimiento económico, de forma que los instrumentos de ayuda, cualquiera que sea su naturaleza se encuentren diseñados para considerar el empoderamiento y los efectos multidimensionales de éste. -El empoderamiento debe tener lugar a través de las acciones de la ciudadanía, habida cuenta de la necesidad de un ecosistema que le de soporte y con el fortalecimiento de quienes ejercen poderes que podrían coadyuvar al proceso. - Se debe considerar en todo momento que las relaciones de poder son inequitativas por naturaleza, y por lo tanto debe existir una consciencia y una configuración tendente a igualar los poderes y su intensidad para conseguir un papel efectivo en la toma de decisiones. -Resulta fundamental cohonestar el largo plazo con el corto plazo en cuanto a sus consecuencias y la necesidad de satisfacción de los objetivos de unos y otros interesados, de forma que no queden comprometidos los intereses de ninguna de las partes. V.- EVALUACIÓN DEL EMPODERAMIENTO Una las cuestiones que proponíamos como básicas en epígrafes anteriores para el desarrollo de un proceso de empoderamiento adecuado, es su evaluación. Sujetamos ello no pocas reservas puesto que no debe suponer una carga excesiva que termine por lastrar al sistema imponiendo demasiados requisitos formales en la implementación. No estante lo anterior, los sistemas devaluación basados en indicadores en signos, en índices, en todo tipo de construcciones del tipo objetivo o subjetivo o nos permitirán, por básicos que serán, detectar debilidades del sistema de empoderamiento que puedan ser corregidas en estadios posteriores. El empoderamiento no se trata de una cuestión fácil, de implementación automática, o para la cual baste una regulación exhaustiva. No. El empoderamiento requiere de un proceso de diálogo, devaluación, de corrección y sobre todo de adaptación al cambio constante de la realidad supone para todos los actores. Hemos intentado encontrar un enfoque y una metodología, a través de ciertos ámbitos donde puede producirse la valuación, que resulte ligero, liviano fácil de implementar, que no se centra únicamente un carácter objetivo sino que haga patente que existe una vertiente subjetiva innegable a la hora de evaluar el empoderamiento. La idea es sistematizar los datos de una manera que permita combinar todas estas virtudes y aspectos ofrecer información relevante para la toma de decisiones y la realización de los fines que hemos pretendido. En los siguientes epígrafes efectuaremos un análisis tanto del enfoque metodológico como aquellos aspectos que consideramos son los puntos más sensibles del sistema que pueden ser evaluados para su posterior ajuste teniendo la imagen más fiel del sistema posible. En primer lugar, expondremos el enfoque genérico de la metodología adoptada y, en segundo lugar, los posibles indicadores o caminos de indicación que creemos necesario tomar en cuenta A)- Metodología


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ENFOQUE PROCESOS En la última década, aproximadamente, se ha desarrollado un enfoque alternativo basado en procesos, que resulta menos prescriptivo y más flexible y adaptable. En vez de definir todos los elementos del sistema de seguimiento al inicio del proyecto, el sistema se desarrolla y evoluciona a partir de la experiencia permanente de ejecutar el proyecto. El seguimiento y evaluación debe incidir sobre el producto, el resultado y el impacto de la intervención. Quizás sea conveniente analizar los términos resultados e impacto. La evidencia sugiere que las organizaciones de desarrollo ‘en general’ son mejores en evaluar aspectos tales como los productos, el esfuerzo y las actividades, pero menos hábiles a la hora de determinar cuál ha sido el resultado de todo el proyecto. Hay que tener en cuenta además que, mientras que la población local puede participar en la definición de los ‘resultados’ y el ‘impacto’, dichos términos a menudo provienen de la perspectiva de los donantes; sin embargo, entender el ‘cambio’ que ha tenido lugar desde la perspectiva de la población involucrada será más relevante. La opción de un enfoque metodológico para evaluar cualquier campo de la actuación humana siempre es una cuestión compleja que se debate entre los análisis estático y dinámico, objetivo y subjetivo, adaptabilidad o fiabilidad. En suma una serie de características que hemos intentado, como ya hemos expuesto, con estar unas con otras. De ello resulta en enfoque de procesos como más ajustado esta vocación multidimensional del tratamiento de los índices. El enfoque de procesos se sube enfoque de tipo alternativo que ha tenido un desarrollo muy importante en los últimos tiempos. Huye de la prescriptibilidad para volverse flexible, la tablet, multidimensional. Éste enfoque de procesos está especialmente bien a nuestra construcción de un empoderamiento continuo a través de escalones o pasos, es decir, in fieri, puesto que el sistema se desarrolla y evoluciona continuamente a partir de las experiencias que le retroalimentan a partir de la ejecución del propio proyecto. Así, el seguimiento y la evaluación se centra en los efectos y en el objeto de la actuación que se realiza. Permite este método obtener buenos resultados acerca de la evaluación del impacto de los proyectos. Este documento pretende ser una guía práctica, con posibilidades de aplicación inmediata que genera valor para los estados a los que se dirige, aportaremos una serie de notas técnicas o condiciones que debe reunir este enfoque de procesos para tener pleno éxito. -Deben definirse en cada proyecto un programa objetivos claros en términos de objeto, efecto el impacto del mismo. El objetivo principal, así, será comprobar si el proyecto se encuentren el camino para el cumplimiento del objetivo principal y, si no lo estuviera, proceder a la adaptación del mismo para encontrar un camino que conduzca a ello. -En el proceso de seguimiento y evaluación deben ser identificadas las debilidades del proyecto y las posibles amenazas, permitiendo utilizar las virtualidades que el propio proyecto haya generado para mitigar o anular éstas y superarlas. -Éste proceso de seguimiento también incorporan la evaluación de los recursos que se han empleado para la puesta en marcha del mantenimiento del proyecto. Es decir tiene que existir, como hemos predicado abundantemente, un sistema de rendición de cuentas por parte de los proyectos de empoderamiento para que puedan ser valorados y evaluados por sus principales destinatarios y por quienes los financian. -Mismo, este procedimiento de evaluación constante y de retroalimentación nos permite comprobar si el proyecto sigue siendo relevante para las necesidades de los potenciales temporadas. Así, se puede realizar la adaptación a las necesidades que constantemente surjan a través de unos flujos de información constante y una flexibilidad del proyecto que la haga ser plenamente adaptativo a la


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multiplicidad de situaciones que pueden concurrir y que se derivarán de efectos del propio proyecto o de externalidades. B).- Posibles indicadores. Los indicadores que hemos compendiado en este epígrafe parten de 13 Jerez que hemos considerado fundamentales. En primer lugar, de control sobre los activos; has decidido utilizar el control sobre los activos puesto que excluye reducirnos solo al ámbito de la propiedad privada de los bienes, lo que supondría un grave error sobre todo en aquellas comunidades en las que la colectivización de determinados medios productivos se encuentra bastante arraigada; entendemos que nos permite configurar mucho mejor el panorama de capacidad o actitud para un potencial desarrollo económico futuro. En segundo lugar, nuestro grupo de indicadores se focaliza en los niveles de conocimiento que posea la comunidad en términos genéricos, especialmente, aquellos que se generen durante el proceso de empoderamiento; consideramos que este indicador es complemento necesario del primero, pues la gestión de activos sin conocimiento es uno de los elementos que deriva en subdesarrollo una infra utilización de los activos que genera importantes ineficiencias. En tercer lugar, a copiamos indicadores de gobernabilidad que nos permiten hacer un seguimiento de la relación de los ciudadanos con el poder y su capacidad para implementar cambios a través de sí mismos y en diálogo con las instituciones que le sirven de amparo y gobierno. Los indicadores que revelan el control sobre los activos nos permite efectuar el seguimiento de cómo se desarrolla el diálogo con el poder económico a través del fomento de capital, los beneficios, los medios de producción como en la tierra la tecnología, los cuidados sanitarios que ellos deben asociarse tanto para los trabajadores como para las familias, la productividad, las edades de trabajo, en los momentos de descanso, lo de perfección de la información en los mercados, la velocidad de la puesta en mercado de los productos etc. Resulta de gran importancia que realicemos esta misión en aspectos de acceso y de control sobre los recursos de la comunidad nación interese integran. Los indicadores tienen que mostrar niveles de estos aspectos para poder apreciar los cambios que verdaderamente tengan lugar. Los indicadores relativos a los grados de conocimiento adquiridos permiten evaluar como el proceso de empoderamiento contribuye al refuerzo de las capacidades de análisis, de crítica y de autocrítica; así como el refuerzo de las capacidades de gestión de los recursos humanos y los conflictos, la administración de las actividades económicas y una mejor comprensión de los desafíos en el ámbito de la sociedad civil. En este mismo censo, no puede soslayarse la cuestión de la calidad de los conocimientos adquiridos y cómo se proceda a la aplicación de los mismos. Estos indicadores relacionados con el conocimiento deben permitir, al igual que los anteriores, la apreciación de los cambios efectivos en las posibilidades que tanto los empoderados individualmente como en grupo para hacer elecciones pertinentes con base a la interpretación de los datos habidos sobre su realidad, intereses, inquietudes, necesidades etc., que es, en suma, la realización de la esencia del empoderamiento. Los indicadores relacionados con los niveles de gobernabilidad tienen como fin monitorizar el incremento de posibilidades de ejercicio de poder en relación con el refuerzo de la confianza que en sí mismo sea susceptible de presentar el grupo empoderado. Al nivel del empoderado, se trata del hecho de ser capaz de ejercer la tutela de sus intereses por medio de los mecanismos que el proceso de empoderamiento prevé. Al nivel del colectivo, debe ponderarse la capacidad de contribución o de respeto de los procedimientos en relación a un proyecto común de la sociedad. Los indicadores del nivel de querer servirán para apreciar los cambios después del programa en relación con las elecciones de las mujeres gracias al aumento en la confianza en sí mismas, la reducción de la violencia doméstica, el control de su sexualidad, la valentía de decir «no», etc. ¿Cuáles son los proyectos personales realizados, los compromisos que tienen para otras actividades en su comunidad y fuera del programa, etc.? Al nivel de la comunidad, se trata por ejemplo del


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compromiso de las asociaciones de mujeres como actrices de cambio. Los indicadores del nivel de «poder» permitirán hacer un seguimiento del refuerzo de las capacidades de las mujeres para organizarse, para administrar las agrupaciones o los servicios; las capacidades de presión y de negociación; de poder influir en las instituciones (Estado, Instituciones financieras, Instituciones de educación, Instituciones religiosas, ONG, etc.). Un punto al que también hay que prestar atención es el grado de dominio o de participación al nivel de la comunidad, desde la simple presencia en ella hasta una verdadera participación en la toma de decisiones. Los indicadores del nivel de «poder» permitirán apreciar los cambios después del programa en relación con las capacidades de las mujeres para expresarse, reivindicar sus derechos y participar en la toma de decisiones en tanto que individuos a diferentes niveles (familia, comunidad, etc.). Al nivel colectivo hay que apreciar la influencia y la participación de las mujeres en las instituciones (políticas, económicas, jurídicas y socioculturales). a).- Indicadores (1)De control sobre los activos -¿Acceso y/o control? -¿Condiciones de acceso y de control? -Ejecución de las actividades; Uso de los productos y producción sostenida de beneficios. -Participación económica y poder de decisión. Medido por la representatividad de los colectivos empoderados ostentada en puestos legisladores, altos funcionarios o directivos y participación en puestos profesionales y técnicos. -Control sobre los recursos. Formal y material. Medido a través de la estimación de ingresos percibidos los empoderados objeto de estudio. - La situación de los empoderados en relación con los recursos económicos: la tierra, los equipamientos, el capital, el tiempo, la salud, el agua y la energía, el mercado, el mercado laboral, la información y las formaciones. -El grado de dominio de estos recursos económicos: el acceso y el control de los recursos y los servicios relativos a los mismos. -Condiciones en las que los hombres y las mujeres tienen acceso al control sobre estos recursos y servicios y la manera en la que se realizan las elecciones. -Atención específica a las diversidades sociales: edad, clase social, etnia, religión, etc. -Capacidad de interlocución. La capacidad de interlocución ha de poner en relación tanto los canales de comunicación abiertos, la intensidad de uso de los mismos proyectada en el tiempo y el éxito de las propuestas surgidas por esta vía de comunicación. -Creación de servicios. Identificadas las necesidades de la comunidad, la tasa de creación de servicios o ampliación de los existentes para dar respuesta a este reclamo es una cuestión altamente relevante. (2) Conocimiento


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-La situación de las mujeres y los hombres en calidad de grupo en las organizaciones o en la comunidad en relación con: a) Los conocimientos, la creatividad y la imaginación en calidad de grupo; b) Las capacidades y competencias de aplicar y utilizar sus conocimientos; c) La voluntad y el compromiso en calidad de colectivo -Capacidad de juicio e interpretación sobre las informaciones importantes: sobre la salud y los servicios disponibles. Existencia de adecuados canales de comunicación institucional al respecto. -Comprensión de los intereses en cuestiones de política local (y nacional) gracias a una mejor comprensión e interpretación de la información; -Comprensión de los intereses relacionados con el mercado: fijación de precios, monopolización de las diferentes ramas, etc.; en especial aquellos que afectan de forma directa a la comunidad empoderada. -El grado de dominio de estos recursos: acceso y control. (3) Gobernanza y poder. - Capacidad de influencia sobre las instituciones y organizaciones que ejercen el poder de modo directo o indirecto. -Grado de dominio o de participación en el ámbito de la comunidad: la participación en términos de estar presente o en términos de participación en la toma de decisiones. Participación política y poder de decisión. Medido por la proporción empoderados que acceden a escaños parlamentarios. -Facilitar a los individuos el acceso a los grupos o asociaciones formales o informales; -Grado de participación: presencia o participación en la toma de decisiones -Estructuración y la gestión de los grupos y/o de las organizaciones; -Apoyo a la creación de las redes – Técnicas de lobby -Tener la posibilidad de organización y de reforzar su seguridad, lato sensu. -Posibilidad de participar en la toma de decisiones como individuo en el ámbito de la agrupación -La calidad de la participación: Presencia y capacidad de influencia efectiva. -Capacidad de interlocución. -Compromiso de las asociaciones o agrupaciones como actrices y actores de cambio: una visión elaborada sobre la justicia social. VII.- Gestión pública. Elementos fundamentales. El presente apartado se encargará de fijar aquellos aspectos nucleares La reunión del CLAD de Santo Domingo de 2010 reconoció la existencia de siete elementos que se encuentran el patrimonialismo, el formalismo excesivo, la fragilidad de la gestión pública en el área social, el proceso incompleto de modernización administrativa generado por el aislamiento


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burocrático, la excesiva centralización, la imitación de fórmulas extranjeras y el déficit democrático. Frente a estos lastres, incorporamos aquellos vectores de trabajo donde se permiten realizar, a través de la gestión pública, las condiciones y mecanismos necesarios para que el empoderamiento pueda tener lugar y resulte un instrumento útil para el sistema. Estas líneas de actuación se corresponden con los retos que, a juicio del CLAD, en el mencionado documento A). Mecanismos de gobernanza. -Apertura. El desafío de toda administración pública es facilitar a los ciudadanos el acceso a servicios públicos de calidad de la forma más sencilla posible, de manera justa y equilibrada, y con criterios transparentes de concesión y de acceso a los mismos -La apertura de los gobiernos y su aparato administrativo. Los nuevos modos de entender y pensar los servicios al ciudadano, bajo mayores parámetros de eficiencia y atendiendo a la transparencia, la eficiencia, la colaboración, la efectividad en la convención el gasto; Y no sólo eso, sino simplificando los trámites administrativos, realizando las oportunas comunicaciones y haciendo partícipes a los ciudadanos de las decisiones que más afectan la surfera de intereses antes de que las mismas se produzcan. Así se podrá producir la evaluación y análisis de las políticas de una forma integrada, practicando un gobierno abierto cuyo Centro es el ciudadano. -Interdependencia. El actuar en el marco del empoderamiento considerará la alta relevancia de los términos interdependientes, correlacionados, homocedásticos; puesto que ello condicionará que al accionar partes del esquema social que se pretende modificar con el empoderamiento se produzcan efectos colaterales, lo que puede resultar tanto virtuoso como perjudicial en función del sentido en que se lleve a cabo la actuación. -Diálogo. La actividad de la Administración y, generalmente, del poder debe ser la de partícipe activo en el establecimiento del necesario diálogo social, tanto en calidad de interlocutor, como en calidad de promovente de los canales adecuados para que los diversos agentes que ejercen poder puedan encontrar un espacio donde hacer converger sus intereses con los de los empoderados. -Descentralización-subsidiariedad. La subsidiariedad es la garantía de la toma e implementación de las decisiones en el ámbito más cercano al ciudadano. El funcionamiento del principio de subsidiariedad ha supuesto un notable avance frente a los Estados centralmente planificados. Este mecanismo permite una mejor captación de las demandas de la sociedad, y por lo tanto una aplicación del actuar administrativo que no respeta únicamente la técnica y la legalidad, sino que además es social, porque es capaz de establecer el necesario diálogo con quienes reciben la aplicación de la norma o el acto; esto es: Se empodera al ciudadano. -Interregionalidad. La mayor revolución del siglo XX ha sido la localización tanto de la economía como de las relaciones humanas, algo que ha venido propulsado, en parte, por las nuevas tecnologías y la aceleración en las comunicaciones. Ello ha permitido la realización de inversiones transnacionales, la realización de nuevas relaciones entre sujetos-actores internacionales; pero, además, han entrado en escena actores internacionales desprovistos de base territorial con capacidad regulatoria. Resulta obvio que, en el proceso de empoderamiento, los grupos a empoderar deben contar con papel


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relevante, desde las ópticas mencionadas, en cuanto a miembros de una comunidad global donde sus intereses deben tomarse en consideración. Sin embargo, lo que se viste de oportunidad, supone, en multitud de ocasiones no sólo un canal global, sino la generación de enormes interdependencias que deben ser tenidas en cuenta a la hora de llevar a cabo el proceso de empoderamiento. -Problemas complejos. La complejidad de las relaciones, deriva en que los problemas que deban enfrentarse cada día sean más difíciles de abordar por la cantidad de implicaciones y consecuencias que de una misma acción pueden derivarse. -Superar esquemas S XIX. La administración pública actual hunde su raigambre en los esquemas de la administración francesa del siglo XIX. Sin embargo, no se han operado diferencias de base desde entonces, no existido un paradigma superador; es cierto que la realidad fáctica ha contribuido a realizar nuevos modos de ejercicio del poder diferentes a las fórmulas clásicas y que exigen volver a pensar las categorías, los modos de actuación y la posición del ciudadano. -Unidad de la administración. Uno de los temas que se nos plantea entorno al fenómeno del empoderamiento es la necesidad de mantenimiento de coherencia global del actuar administrativo para la realización de los fines del mismo. Debe evitarse la dilución del interés general entre los diferentes niveles de poder, donde a través de la concurrencia de los distintos niveles, terminan existiendo intereses contrapuestos. -Coordinación. Uno de los modos de conseguir la precedente unidad de la administración es la coordinación, que tiene, entre sus virtudes, la de conseguir evitar la contraposición de intereses y la generación de duplicidades. -Desconcentración. Desconcentración es el sueño, el proceso de transformación de la organización administrativa donde se mantiene un centro decisorio pero determinadas unidades administrativas se les encomienda en tareas que por su posición funcional pueden desempeñar de un modo mejor, más eficiente y que satisfaga mejor los intereses a los que la actividad administrativa pretende servir. -Enfoque estratégico Lo tenéis haciendo un enfoque estratégico supone realizar la actividad administrativa más allá de la norma, más allá de la satisfacción de los intereses puntuales, supone trazar planes a largo plazo, donde todos los actores implicados, y en esto consiste el empoderamiento, tomen parte y establezcan cuáles son los objetivos y los horizontes hacia los cuales se debe caminar. Se trata de una definición colectiva de las aspiraciones y objetivos hacia los cuales el sistema orienta sus esfuerzos. -En red. La actividad administrativa, en multitud de ocasiones no es unidimensional, sino que adpta dimensiones plurales; estas dimensiones plurales no vienen únicamente determinadas por el concurso de los diversos niveles administrativos, sino por aquél de muchas más formas de ejercer el poder en sociedad, por lo tanto la respuesta a los intereses generales debe darse de forma colegiada, de forma global, donde el verdadero reto consiste en cohonestar la actuación de todos los concurrentes.


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-Respeto a la diversidad étnica. Esta cuestión toma la mayor de las relevancias en un territorio de alta interculturalidad como es el Iberoamericano, donde Europa y América se dan la mano en un crisol de culturas, donde el respeto al factor indígena debe ser cuestión de agenda, puesto que se trata de uno de los colectivos con mayores necesidades de empoderamiento por los riesgos de exclusión social que soportan. -Debilitación de los mecanismos de poder para-legales. Os olvidar en el contexto latinoamericano actual sucede que existe una serie de mecanismos de poder para legales, asociados actividad criminal contra los que se debe luchar desde todos los frentes y con la mayor contundencia puesto que suponen una deturpación de la capacidad administrativa legalmente constituida sobre la que debe construirse el empoderamiento. Otros fenómenos no hacen sino empecer la construcción que pretendemos. B). Corrección del déficit democrático. -Transparencia. La transparencia, el acceso a la información pública y las normas de buen gobierno deben ser los ejes fundamentales de toda acción política. Sólo cuando la acción de los responsables públicos se somete a escrutinio, cuando los ciudadanos pueden conocer cómo se toman las decisiones que les afectan, cómo se manejan los fondos públicos o bajo qué criterios actúan nuestras instituciones podremos hablar del inicio de un proceso en el que los poderes públicos comienzan a responder a una sociedad que es crítica, exigente y que demanda participación de los poderes públicos. Los países con mayores niveles en materia de transparencia y normas de buen gobierno cuentan con instituciones más fuertes, que favorecen el crecimiento económico y el desarrollo social. En estos países, los ciudadanos pueden juzgar mejor y con más criterio la capacidad de sus responsables públicos y decidir en consecuencia. Permitiendo una mejor fiscalización de la actividad pública se contribuye a la necesaria regeneración democrática, se promueve la eficiencia y eficacia del Estado y se favorece el crecimiento económico. La transparencia en la actividad pública -que se articula a través de obligaciones de publicidad activa para todas las Administraciones y entidades públicas-, reconoce y garantiza el acceso a la información -regulado como un derecho de amplio ámbito subjetivo y objetivo- y establece las obligaciones de buen gobierno que deben cumplir los responsables públicos así como las consecuencias jurídicas derivadas de su incumplimiento -lo que se convierte en una exigencia de responsabilidad para todos los que desarrollan actividades de relevancia pública -Mecanismos asociativos. Uno de los modos de promoción, canalización del empoderamiento y reducción del déficit democrático es la puesta en marcha de promoción pública de mecanismos radiactivos que permiten agrupar los intereses de los ciudadanos y representar mejor ante las instituciones los deseos colectivos. -Órganos de participación e integración. (Consulta y evaluación). Las formas en poder a la población es a través de la relación de consultas y evaluaciones de la actividad de la administración por parte de todos aquellos riojanos o administrador suelos que se proyecta tal actividad. Así, la creación de órganos donde participen y se integren todos los actores que son condicionados y condicionan tanto la actividad administrativa como el ejercicio del poder, es una de las claves de toque. -Globalidad.


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Sin embargo, uno de los problemas más evidentes que enfrenta el paradigma del empoderamiento es el auge del derecho público global. Si bien los mecanismos de participación ciudadana son claros en el ámbito de los estados, no lo son tanto en las actuaciones globales en las medidas que toman los reguladores mundiales donde sólo determinados estados tienen peso y donde la realización de los paradigmas propios del empoderamiento ciudadano se vuelven más dificultoso. C). Método de gestión. -Evaluación combinada: Deberá realizarse por rendimiento y consecución de objetivos estratégicos. -Participación ciudadana en la promoción e implementación de los proyectos. D). Profesionalización de los servidores públicos. -Lucha contra la corrupción. Si bien es necesario concienciar a la administración de la necesidad de dar poder a los ciudadanos, también es necesario que los ciudadanos tengan una buena percepción de las instituciones para poder confiar en quienes ayudan a canalizar sus inquietudes, a quienes tienen que ejercer un poder público de manera centralizada. La percepción de la corrupción ya es en sí misma un lastre porque la confianza es sistémico importante; no te entiendo tampoco soslayar de la corrupción en sí misma entraña una importante ineficiencia económica. -Evitar conceptos patrimonialistas. Uno de los gérmenes de la corrupción es el concepto patrimonialista de administración pública que puede manifestarse de muy diversas formas. La primera de ellas, lo vais a través del inmovilismo de determinados grupos en el poder, quienes consideran que esa posición es la que legítimamente les corresponde. En segundo lugar, el concepto patrimonialista de los bienes o servicios públicos, los cuales se utilizan, en multitud ocasiones, para fines muy distintos a los que los intereses generales exige intentando satisfacer aspiraciones privadas, necesidades privadas o cualesquiera otros fines de tipo desviado con respecto a la ortodoxia administrativa. -Necesidad de retención de talento. Otro de los extremos que en el proceso de empoderamiento estación abordar, es financiable repercusión de para venta. Éste es un factor importante porque las ministración se conforma de personas que se establecen relaciones más allá del institucional con las personas en poder hadas es decir, existe un ámbito para-formal muy importante que tampoco debe ser olvidado. Asimismo, el factor confianza tiene una mayor capacidad de generación a través de la experiencia en la praxis del empoderamiento, que como proceso largo, requiere continuidad en las personas que sirven a los intereses generales. -Meritocracia. Si la política y la retención del talento tiene que ser plenamente operativa, en las censor los puestos de poder no puede realizarse por lo otro factor que sea el mérito como motivación del designio. Fuera de eso, la puerta se abre a la corrupción, a la mala administración y, en suma, a la arbitrariedad. -Responsabilidad de la Administración Pública. De consagrarse que las ministración pública sea plenamente responsable por todos aquellos daños que su actuar produzca a los ciudadanos que no tengan la obligación legal y justa de soportar. -Ética pública.


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Canción a todos los actores y administradores del poder en el ámbito jurídico público a través de la extensión de la ética pública como elemento transversal derecha contra la corrupción y que persigue el mejor funcionamiento de la administración pública y de los resortes del Estado para dar respuesta a los reclamos de los ciudadanos, que es el fin último del empoderamiento. -Calidad. Hablar de calidad administrativa, no sólo es hablar de un concepto abstracto, sino que implica la necesidad de dotarse de una serie de indicadores índices y signos que permiten parametrizar esa calidad y hacerla exigible por los ciudadano empoderados. -Evaluación Precisamente es la capacidad de evaluar el propio sistema empoderamiento así como las propias instituciones que concurren en este ejercicio del poder junto con los ciudadanos. Un ejemplo de ello, lo constituye el caso anterior de la calidad, la cual puede ser evaluada juzgada incluso parametrizado a paralelamente por aquellos actores en poderá dos que persiguen una mejor actuación administrativa y un mejor funcionamiento de las instituciones con poder. E). Nuevas tecnologías. -Modo de implementación medial Lo importante entender las nuevas tecnologías Mary no como un fin en sí mismo de la administración. La modernización no es separar la realidad de medios electrónicos que resulten estériles. Debe existir una política de nuevas tecnologías orientada a conseguir mayor poder y capacidad de visión de los ciudadanos en los términos en que el empoderamiento, que expuesto se produce. -Accesibilidad Así, esta tecnología debe ser accesible para todos debe poder ser extendida a todos los ciudadanos, que a través de su uso encontrarán una herramienta mucho masaje el de ración y de ejercicio de ese empoderamiento que se les otorga. No también es una buena oportunidad para que la administración sea más transparente y se pueda acceder a una mayor cantidad de datos y contenidos -Seguridad cibernética. Embargo todo recorrer paralelo al desarrollo de los sistemas cibernéticos de seguridad. Ya que un empoderamiento como una administración transparente totalmente digitalizada es un foco muy goloso para todo tipo de ataques, por lo tanto deberá implementar una política defensiva digital contraataques que, puedan tener efectos, en funcionamiento de la administración pública, altamente desfavorables VIII.- Conclusiones §1. El empoderamiento se dice uno de los principales bastiones de la lucha democrática de este ciclo. En un momento en que los poderes públicos se desdibujan, la globalidad debilita el papel tradicional de las democracias y la formación de mayorías para decidir sobre su destino con base en los funcionamientos soberanos, el empoderamiento surge como un soplo de aire fresco y que permite recabar mejor los intereses de cada comunidad. §2. La administración de la potestad y la prerrogativa se encuentra herida de muerte, pues la administración participativa, inclusiva, abierta, plural, dinámica que toma y ejecuta decisiones en colaboración con los grupos de interés tiende a desplazarla. Así, se persigue dar una mejor respuesta a los poderes complejos de los propios grupos sociales por medio de la mejor captación del interés general. Un interés que ya no se construye como una mera categoría retórica, sino que tiene en su formación un reconocimiento procedimental que es el empoderamiento. Esto es crucial para la


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historia del Derecho Administrativo. §3. El empoderamiento no es una cuestión de sola configuración legal, sino que requiere de un amplio elenco de elementos de acompañamiento como la ética pública o el desarrollo del conocimiento, los cuales sin una específica regulación se convierten en elementos coadyuvantes. §4.- Se plantea como reto fundamental en el proceso de empoderamiento, el papel de los actores de gobierno global, por las implicaciones que a nivel participativo y de transparencia tales entes y organizaciones suponen. §5.- Es posible poner en marcha un proceso de empoderamiento ciudadano sobre la base de comenzar con pequeños pasos de base territorial local y continuar en su expansión sucesiva en red para la totalidad del ámbito que se desee empoderar. §6.- También es posible acceder a sistemas de evaluación del empoderamiento y su grado de perfección para servir a la mejora del sistema. IX.- Bibliografía. CELP La Ley: Clave para el desarrollo sin exclusiones ISBN: 978-92-1-126219-3 (2008) CLAD Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la Gestión Pública, (2009).

http://observatorioserviciospublicos.gob.do/publicaciones/miscelaneos/carta_iberoamericana_participacion_ciudadana.pdf

INTRAC Seguimiento y evaluación del empoderamiento (1999). http://preval.org/files/00429_0.pdf Madariaga (de), S. Simón Bolivar . Aguilar, p. 25 (1951) OECD Promoting pro-poor growth: the role of empowerment (2012).

http://www.oecd.org/dac/povertyreduction/povertyreductionandpro-poorgrowththeroleofempowerment.htm

Palazuelos Manso, A. Introducción a la realidad económica latinoamericana. Universidad Complutense de Madrid (2010). https://www.ucm.es/data/cont/media/www/17360/untitled%20folder/untitled%20folder/lectura%204.pdf

Transparency, informe sobre la percepción de la corrupción (2015). http://www.transparency.org/cpi2015

Datos del autor Manuel Díaz Pérez Pasaporte: A5351989100 Cargo actual: investigador de la Universidad de Coruña. Derecho Público Global Dirección postal: Campus de Elviña, Facultad de Derecho Número de teléfono: (+34)665636190 e-mail: [email protected]

Empoderamiento y gestión pública. Hacia lametodología del...

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