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RESUMEN La restitución en Barcelona en 1986 de la excepcional arquitectura del Pabellón Alemán de Mies van der Rohe (1929) supone el origen de la nueva modernidad: el origen del periodo estrictamente contemporáneo en la arquitectura moderna. Desarrollando dicha idea, se estudian las tres vidas del Pabellón Barcelona: la reali- dad inicial, la desaparición de ésta durante medio siglo al tiempo que se mantenía y aún se agigantaba su rea- lidad virtual, y su restitución hace ahora veinte años, como origen y emblema de la nueva modernidad con- temporánea. ABSTRACT The return in Barcelona’s architecure (1986) of the exceptional Mies van der Rohe’s German’s Pavilion (1929), represents the origin of new modernism: the origin of the strictely contemporary period in modern architecture. Developing this issue, here there are studied the three lifes of the Pavilion Barcelona: the initial reality, its disparition during half a century while its virtual reality remains and giganted also, and its resto- ration just twenty years ago, as origin and flag of the contemporary new modernism. PALABRAS CLAVE: Arquitectura contemporánea. Movimiento moderno. Mies van der Rohe. Pabellón Barcelona. KEY WORDS: Contemporary architecture. Modernism. Mies van der Rohe. Barcelona German’s Pavilion. **** El pabellón Barcelona y la nueva modernidad en la arquitectura contemporánea José Ramón Alonso Pereira Universidad de La Coruña LIÑO 13. Revista Anual de Historia del Arte. 2007

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  • RESUMENLa restitucin en Barcelona en 1986 de la excepcional arquitectura del Pabelln Alemn de Mies van der

    Rohe (1929) supone el origen de la nueva modernidad: el origen del periodo estrictamente contemporneo enla arquitectura moderna. Desarrollando dicha idea, se estudian las tres vidas del Pabelln Barcelona: la reali-dad inicial, la desaparicin de sta durante medio siglo al tiempo que se mantena y an se agigantaba su rea-lidad virtual, y su restitucin hace ahora veinte aos, como origen y emblema de la nueva modernidad con-tempornea.

    ABSTRACTThe return in Barcelonas architecure (1986) of the exceptional Mies van der Rohes Germans Pavilion

    (1929), represents the origin of new modernism: the origin of the strictely contemporary period in modernarchitecture. Developing this issue, here there are studied the three lifes of the Pavilion Barcelona: the initialreality, its disparition during half a century while its virtual reality remains and giganted also, and its resto-ration just twenty years ago, as origin and flag of the contemporary new modernism.

    PALABRAS CLAVE:Arquitectura contempornea. Movimiento moderno. Mies van der Rohe. Pabelln Barcelona.

    KEY WORDS:Contemporary architecture. Modernism. Mies van der Rohe. Barcelona Germans Pavilion.

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    El pabelln Barcelona y la nuevamodernidad en la arquitectura

    contempornea

    Jos Ramn Alonso PereiraUniversidad de La Corua

    LIO 13. Revista Anual de Historia del Arte. 2007

  • Articulado sobre el discurso del ArcoAtlntico que, como Programa de Doctorado,ha obtenido Mencin de Calidad del Ministeriode Educacin y Ciencia, se plantea Lio unareflexin plural sobre los temas que han sido yestn siendo objeto de estudio e investigacinen el Programa.

    Dentro de l, esta monografa viene a refe-rirse al curso impartido con el ttuloConstruccion y deconstruccin de la ciudadcontempornea, pero no como resumen, sinocomo continuacin y profundizacin en unode sus supuestos, en concreto, en el papel quela modernidad juega en la arquitectura en losumbrales del siglo XXI.

    Al modo acadmico clsico, en que unaafirmacin sustentada en un texto del pasado,se hace hiptesis y base de partida para unanueva investigacin, voy a desarrollar una delas afirmaciones contenidas en el texto Utopay deconstruccin (2003) que sirvi de origen alcurso de doctorado, para abrir una nueva refle-xin sobre la ciudad y, sobre todo, sobre laarquitectura contempornea.

    Afirmaba all1 que la restitucin enBarcelona en 1986 de la excepcional arquitec-tura del Pabelln Mies (1929) supona el origende la nueva modernidad: el origen del periodocontemporneo en la arquitectura moderna.Voy ahora a desarrollar dicha idea, estudiandolas tres vidas del Pabelln Barcelona: la reali-dad inicial, la desaparicin de sta durantemedio siglo al tiempo que se mantena y anse agigantaba su realidad virtual, y su restitu-cin hace ahora veinte aos, como origen yemblema de la nueva modernidad contempo-rnea.

    I. EL PABELLON DE 1929

    El 19 de mayo de 1929, Alfonso XIII inau-guraba en Montjuic la ExposicinInternacional de Barcelona, y, dentro de ella, elPabelln que Alemania haba encomendado aLudwig Mies van der Rohe (1886-1969). Unpabelln representativo o reprsentationa-raum2, esto es, un espacio con propsitos for-

    males, desvinculado de funciones utilitarias ydestinando slo a actos protocolarios3.

    Seguramente escribe Shulze4 en sudocumentada biografa de Mies no podahaber nada tan cercano al corazn de Mies poresa poca como un encargo tan libre de limi-taciones prcticas con el que pudiera hacerpura arquitectura. As, aade, habiendo reci-bido el encargo a primeros de junio de 1928,Mies respondi con una rapidez y una decisininslitas. Excus su asistencia al Congreso dearquitectura moderna de La Sarraz, primero delos CIAM y piedra angular de la modernidad, yse puso a trabajar con energa en el encargo.

    Su primera decisin importante fue elemplazamiento del Pabelln que, tras algunasdudas, se situ perpendicularmente al eje prin-cipal de la Exposicin, al extremo de una granevenida jalonada por una hilera de columnasnoucentistas, y al pi de los Palacios AlfonsoXIII y Victoria Eugenia alzados por PuigCadafalch, cuyos muros ciegos de mamposteraesgrafiada formaban, junto con la vegetacinde Rubi Tudur que ascenda hacia el PuebloEspaol, el marco escnico del Pabelln.

    El Pabelln de Alemania de Mies era muchoms que un simple edificio representativo. Erael ejemplo paradigmtico de una nueva edaddel espacio, en que la arquitectura deja de serun paraleleppedo excavado, y se hace espa-cio-temporal, destruyendo el volmen y dejan-do fluir conjuntamente el espacio interior yexterior, haciendo realidad la planta libre y lafachada libre.

    Verdadero templo de la modernidad, en lMies lleva al lmite los principios neoplsticos.Como escribe Zevi5 en 1950: El lenguaje deMies, fenmeno nico del racionalismo euro-peo, fluidifica los espacios encauzndolos porentre planchas en disonacia. Tramas segmen-tadas que, en la planta, entroncan con la pin-

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    1 ALONSO PEREIRA, J. R.: Utopa y deconstruccin en laarquitectura contempornea, Oviedo, Facultad deGeografa e Historia, 2003, p. 17.

    2 W. GENZMER, W.: Der deustsche Reichspavillon aufder internationalen Ausstellung Barcelona, rev. DieBaugilde, Berln, octubre 1929. El Pabelln fue asimis-mo publicado en 1929 por las revistas alemanas Die

    Form y Der Baumeister, as como por la francesaCahiers dArt, con texto y planos del arquitecto espaolN. Rubio Tudur. Todos ellos recogidos en BONTA, J. P.:Anatoma de la interpretacin en arquitectura. Reseasemittica de la crtica del Pabelln Barcelona de Miesvan der Rohe, Barcelona, Gili, 1975.

    3 ste no era la nica presencia alemana en laExposicin, y el mismo Mies construy tambin allotro pabelln para las industrias elctricas, as comodiversos stands dedicados a la industria textil, del papelo del automvil, colaborando con Lilly Reich.

    4 SCHULZE, F.: Mies van der Rohe, biografa crtica(Chicago 1985), Madrid, H. Blume,1986.

    5 ZEVI, B.: Historia de la arquitectura moderna (Turn1950), Barcelona, Poseidn, 1980, pp. 115-121.

  • tura neoplstica, con las parcelaciones deMondrian, pero que desbordan del marco. Lasintaxis descomponedora, cuatridimensional,propugnada por van Doesburg, se vaca delaparato que mira a destruir la caja del edificiopara la creatividad espacial temporalizada.

    El edificio se sita sobre un podio queresalta su funcin representativa. Sobre l,Mies realiza una descomposicin anloga a lasde Mondrian, pero extrapolndola de modoque no se distinga el plano principal de parti-da, aunque podamos intuir como origen dosrectngulos que se yuxtaponen, enriqueciendola composicin. Sobre ellos, y con una estruc-tura sencilla de pilares cromados en una ret-cula simple que sustenta la placa superior,consigue liberar los espacios, al tiempo que laproyeccin de los muros hacia el exterior loshace fluir dinmicamente.

    La planta se dijo6 se determin a partirde consideraciones estticas y no funcionales,ya que se trata de un pabelln de exposicin.Las paredes son planos independientes bajouna cubierta de losa continua sustentada poresbeltos pilares metlicos. A pesar de la abso-luta regularidad de la situacin de los pilares,hay una gran variedad a la hora de colocar lasparedes para formar distintos espacios.

    Y si el plano es el origen del proyecto, elverdadero objeto de la exposicin es asimismoel plano: los muros polcromos de mrmol, lospaneles acristalados, transparentes y traslci-dos, la pared de luz como sueo ideal hechorealidad, etc. Es un plano que usa como colorel del propio material: el esmeralda del mr-mol, el pardo del nice, la transparencia delvidrio y el juego de reflejos del agua o el metal,siendo su nico rasgo figurativo una bailarinade Kolbe situada en un ngulo del estanque.

    Mies concibi el Pabelln como la culmi-nacin de un proceso experimental de todauna dcada, que ligaba la neue sachlichkeit onueva objetividad, con las investigacionesespaciales y las indagaciones lingsticas deorigen neoplstico. Lo concibi como un ges-samkunstwerk, una obra de arte total que rein-terpretaba la arquitectura y los materialesconstructivos, dndoles esa apariencia, tanbuscada y tan alabada en su tiempo, de tecni-ficacin: de experimentacin constructiva.

    En su ejecucin material, el edificio fueobjeto de continuas improvisaciones que no

    quedaron bien documentadas debido al apremiode las fechas de inauguracin. Adaptacionespresupuestarias, exigencias dictadas por la tec-nologa disponible en Barcelona en aquelmomento, retrasos en el suministro de algunosmateriales y errores en la topografa inicialmen-te considerada, obligaron al arquitecto a ajustesy cambios que se produjeron hasta el ltimomomento7. Los diversos elementos del Pabellnse ban realizando tan pronto como se recibanlos materiales, importados en su mayora deAlemania en rgimen temporal. As se llegarona revestir algunos muros interiores de mrmolantes de haber acabado la cubierta. Por su parte,los recortes presupuestarios obligaron a simularalgunas partes traseras y laterales medianteestucos. La ejecucin tcnica tampoco fuedemasiado correcta ya que no se realiz un dre-naje correcto de las superficies horizontales yhubo una excesiva flecha provocada por losenormes voladizos, resueltos con una seccin devigas insuficiente, en un intento de reforzarconceptualmente el carcter liviano de la losade cubierta.

    Con todo, sus exquisitas proporciones y susopulentos materiales le convirtieron en segui-da en una obra clave de la modernidad, trans-formndose en verdaderos iconos sus pilarescruciformes o sus majestuosas butacas. As,desde su misma inauguracin, el edificio fueidentificado como una obra excepcional, lricay sobresaliente de la arquitectura.

    II. EL PABELLON Y LA MEMORIA

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    6 HITCHCOCK, H. y JOHNSON, Ph.: El estilo internacio-nal (Nueva York 1932), Murcia, Yebra, 1984.

    7 SOL-MORALES, I., RAMOS, F., CIRICI, C.: 1929-1986, reconstruccin del Pabelln Alemn deBarcelona, rev. Arquitectura, n 261, Madrid, jul-ago1986, pp. 5-15.

  • El final de la Exposicin coincidi con lacrisis financiera mundial de octubre de 1929,cuyas repercusiones fueron especialmente sen-sibles en Alemania. Sumida en plena crisiseconmica, la Repblica de Weimar no podamantener el Pabelln, e intent venderlo a ins-tituciones o particulares, para que fuera dedi-cado a otros usos. Pero al no llegarse a ningnacuerdo, las autoridades alemanas decidierondesmontarlo, vendiendo la estructura de aceroen Barcelona y enviando de vuelta a Alemaniala escultura de Kolbe, as como los mrmoles yotras cosas rescatadas, con la esperanza de quepudieran ser reutilizadas por las empresas quelas haban suministrado.

    Durante medio siglo, el Pabelln Barcelonacareci de realidad fsica. Sin embargo suarquitectura no desapareci de la modernidad.A travs de la fotografa y la planimetra, laobra se hizo recuerdo. El recuerdo se hizomemoria. Y la memoria fue creciendo y agi-gantndose con el paso de los aos.

    En la trayectoria profesional de su autor, elPabelln Barcelona encontr diversos reflejos,sobre todo en la presencia exultante de la CasaTugendhat en Brn (Repblica Checa, 1928-30) y en el pabelln de la Exposicin de laConstruccin de Berln de 1931, donde Miescontinuaba y confirmaba la experiencia espa-cial y arquitectnica del Barcelona con objetosarquitectnicos emparentables, por ms que nollegasen a alcanzar la alta cota de poesa delPabelln.

    Hechas material pedaggico, sus experien-cias presidieron la enseanza miesiana en losaos que permaneci al frente de la Bauhaus,especialmente en los meses postreros enDessau antes de su trasado definitivo a Berln.Smbolo de la investigacin miesiana en losaos veinte, el Pabelln, al igual que las casas-patio, se hara magisterio indisputado y ejerci-cio de aprendizaje.

    El cierre de la Bauhaus en 1933 seala elascenso del nazismo rampante y el comienzodel fin de la etapa miesiana en Europa.

    En en esas mismas fechas, sin embargo, supersonalidad y su obra adquiran resonanciamundial, enmarcadas o incorporadas a laexposicin inaugural de la seccin de arqui-tectura del Museo de Arte Moderno de NuevaYork en 1932. En ella, queriendo presentar alpblico norteamericano la arquitectura moder-na europea del momento, Hitchcock y Johnsonlo hacan bajo la etiqueta estilstica a quedicho pbico estaba habituado, la mejor yquiz nica comprendida en aquel tiempo.

    Surge as el estilo internacional8, como culmi-nacin de la triloga metodologa-territorio-lenguaje del movimiento moderno definido enLa Sarraz en 1928 y entendido desde entoncescomo la confluencia de las distintas fuerzas devanguardia en una accin y en una arquitec-tura unitaria.

    Codificado en la visin americana delMoMA su lenguaje, el movimiento modernoencuentra en Mies su poeta mximo, rivalizan-do con Le Corbusier en la retina europea, peroprimando netamente sobre aqul en la retinanorteamericana.

    Hitchcock y Johnson alabaran de Mies suequilibrado sentido de la proporcin y suimportancia como innovador esttico querompe con la idea de la pared como plano con-tinuo que rodea a la planta, y que elabora sucomposicin a partir de planos intersecantes.

    Con estos presupuestos, el desembarco enEstados Unidos era slo cuestin de tiempo9.

    Si Gropius o Mendelsohn abandonaronpronto la Alemania nazi para, tras una breveetapa en Londres, instalarse en Norteamrica,Mies demorar el abandono, pero cuando lodecida en el verano de 1937, saltar a losEstados Unidos sin escalas intermedias.

    Tras treinta aos de vida profesional enBerln, comenzaran treinta aos de vida arqui-tectnica americana, a caballo entre NuevaYork y Chicago donde se instalar definitiva-mente en 1939, abriendo un segundo periodode su vida profesional que slo la muerte ven-dra a cerrar en 1969.

    En esta nueva etapa, la fuerza del magiste-rio de Mies directo desde el InstitutoTecnolgico de Illinois e indirecto a travs delos medios que pone a su disposicin la grancaja de resonancia norteamericana, especial-mente despus de finalizar la Guerra Mundial,es arrolladora.

    Y en este magisterio, el Pabelln Barcelonacobra un carcter muy especial. Su ausencia derealidad fsica, no le impide ms bien al con-trario gozar de una extraordinaria realidadvirtual.

    La coleccin de fotografas de poca, susplanos, aparecen en los libros, en las primerashistorias de la arquitectura: de Pevsner aRichards, de Giedion a Zevi, que rivalizan en

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    8 HITCHCOCK, H. y JOHNSON, Ph.: The internacionalStyle: architecture since 1922, Nueva York, MoMA1932; Murcia, Yebra, 1984.

    9 SCHULZE, F.: Mies van der Rohe Opus cit.

  • valorar y potenciar la memoria del PabellnBarcelona como magisterio y poesa arquitec-tnica.

    Bruno Zevi10, en Potica de la arquitecturaneoplstica (1947), lo consagra como la obramaestra de la primera mitad del siglo XX y rei-tera el elogio y la valoracin en su Historia dela arquitectura moderna (1950) y, sobre todo,en Saber ver la arquitectura (1948), obra dedifusin universal, donde llega a seleccionarlocomo una de las tres obras que identifican laedad moderna de la arquitectura11.

    El Pabelln Alemn de la exposicin deBarcelona escribe en 195012 seala unacima excelsa de la arquitectura moderna. Setrata de una metodologa proyectual inequvo-ca: se parte de una secuencia regular de pilas-tras cromadas que sostienen la placa que seproyecta desde la cubierta; despus, libredanza de las paredes para desanudar los espa-cios y prolongarlos hacia el exterior. nico

    instrumento de comunicacin: la plancha bidi-mensional de Stijl. (..) El volmen, en el senti-do compacto de Le Corbusier y en el fragmen-tado de Gropius, desaparece; igualmente lasuperficie, tanto en funcin de generadora delprisma como de proyeccin de los huecos. Yprecisaba: El orden de los elementos estructu-rales permanece rgidamente geomtrico, peroel volmen arquitectnico se descompone. Elespacio continuo y cortado por planos vertica-les que nunca forman figuras cerradas, geom-tricamente estticas, crea una fluencia ininte-rrumpida en la sucesin de ngulos visuales.

    Un cuarto de siglo despus, en Espacios dela arquitectura moderna (1973), an afirma13

    que el Pabelln Barcelona constituye un textolgido del arte moderno (..) es el vrtice de lapoesa de Mies y acaso tambin de todo elpanorama racionalista europeo, ilustrando sutexto con una planta, una axonometria y,sobre todo, con ocho fotografas de pocatomadas de Johnson de 1947.

    En todas estas ocasiones, como puedeobservarse, Zevi no escribe nunca en pasado;siempre en presente activo. En el mismo pre-sente activo que utilizaba el propio Mies, cuya

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    10 ZEVI, B.: Poetica dellarchitettura neoplastica, il lin-guaggio della scomposizione quadri-dimensionale,Turn, Einaudi, 1947.

    11 ZEVI, B.: Saper vedere larchitettura, saggio sullinter-pretazione spaziale dellarchitettura, Turn, Einaudi,1948, pp. 94-96, t. 15.

    12 ZEVI, B.: Historia de la arquitectura moderna (Turn1950) Barcelona, Poseidn, 1980.

    13 ZEVI., B.: Espacios de la arquitectura moderna (Turn1973), Barcelona, Poseidn, 1980.

  • actitud hacia su propia obra era claramenteahistrica y se formulaba siempre en tiempopresente.

    Precisamente en los mismos aos de Zevi,en 1947, el MoMA de Nueva York dedicar unaexposicin antolgica a Mies, comisariadanuevamente por Philip Johnson que, si en1932 haba sealado a Mies como maestro delestilo internacional, quiso ahora ofrecerle unamuestra monogrfica y una consagracinabsoluta dentro de la nueva modernidad quetena su epicentro en los Estados Unidos.

    La exposicin se acompaaba con la edi-cin de un minucioso libro, inmediatamenteconvertido en un clsico de cabecera para losarquitectos de uno y otro lado del Atlntico,cuya portada representaba precisamente comoimagen nica una fotografa del PabellnBarcelona. En su texto se deca14: La culmi-nacin de la carrera europea de Mies fue elPabelln Alemn para la Exposicin deBarcelona en 1929 (que) ha sido aclamado porcrticos y arquitectos como una de las obrasmaestras de la arquitectura moderna. Es real-mente una de las pocas manifestaciones delespritu contemporneo que justifica su com-paracin con la gran arquitectura, y es lamen-table que no haya durado ms que una tempo-rada. En este caso Mies pudo por primera vezconstruir sin barreras funcionales y sin limita-cin de fondos. (..) El proyecto es al mismotiempo simple y complejo: sus componentesson en esencia las columnas de acero y los pla-nos rectangulares de materiales diversos colo-cados verticalmente como paredes y horizon-talmente como techos; pero estn dispuestosde tal manera que el espacio es canalizado msbien que encerrado: nunca se detiene, sino quefluye continuamente.

    Pasada la Guerra Mundial, Europa estabaen esos aos en plena recuperacin internacio-nal de la modernidad. Con unos aos de retra-so, tambin en Espaa el movimiento modernoestaba en torno a 1950 en fase de restitucindespus del periodo autrquico posterior a laGuerra Civil. Una restitucin abordada con unaalegra y un optimismo despreocupados y librede prejuicios. Esta recuperacin de la moderni-dad se prolongar durante un cuarto de siglo,cuando la expansin edilicia haga coincidir elesplendor moderno con su trivializacin. Laarquitectura optimista ambicionada en los cin-

    cuenta, ser una realidad compleja pero toda-va luminosa en los sesenta y an los primerossetenta.

    Desde esos presupuestos, no puede extraarque al constituirse en 1953 Barcelona el GrupoR para la recuperacin de la modernidad en laarquitectura espaola tras el parntesis de laautarqua, el entonces joven Oriol Bohigas ala sazn de 29 aos de edad, en nombre pro-pio o como secretario del Grupo, propusiera en1954 la restitucin a Barcelona del PabellnAlemn, llegando incluso a dirigirse formal-mente al propio Mies para avalar la propuesta.Las informaciones eran entonces confusas ycirculaba la leyenda de que el Pabelln seencontraba an en Barcelona, almacenado enuna localizacin desconocida. Nadie saba conprecisin que el Pabelln, falladas las tentati-vas alemanas para venderlo, haba sido final-mente desmontado en 1930.

    La aceptacin de Mies15, declarndosesatisfecho por la iniciativa y dispuesto a ocu-parse personalmente de la restitucin, legiti-mar en buena medida las actuaciones poste-riores y definitivas emprendidas un cuarto desiglo despus, muerto ya Mies van der Rohe.

    Entretanto, como decamos, la lmpara dela memoria del Pabelln se haca paradigma: lahistoria y la crtica de arquitectura hablabande l como si estuviera muy presente. Su vir-tualidad y su magisterio se asemejaban a la delas arquitecturas clsicas para los hombres delrenacimiento. Legiones de profesores ensea-ban el Pabelln en las escuelas de arquitecturay generaciones enteras de alumnos de arqui-tectura dibujaban con fruicin una y otra vezsus planos y sus detalles.

    Al Pabelln se le llegara a dedicar un libromonogrfico en 1975, con motivo de la cele-bracin en Espaa del XII Congeso Mundial dela Unin Internacional de Arquitectos, dondese recopilaba casi exhaustivamente la informa-cin planimtrica y fotogrfica disponible, ascomo las diversas opiniones expresadas en

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    14 JOHNSON, Ph.: Mies van der Rohe (Nueva York, 1947),Buenos Aires, Vctor Ler, 1960.

    15 Carta mecanografiada de Mies, reproducida enArquitecturas Bis, rev. cit, p. 6., fechada en Chicago, el30 de enero de 1957: Dear Mr. Bohigas: Thank youvery much for your letter. It was a surprise and adelight. The original construction drawings of thePavilion were lost or misplaced in Germany. However Icould do this work again for cost. Please undestandthat I have no idea as to building costs in Barcelona,but the fine materials used will be expensive. It wouldbe a real pleasure to visit Barcelona again and to meetyou. Very sincerely yours, Mies van der Rohe.MvdR:hm

  • torno a l a lo largo del tiempo16. E igualmen-te le dedicara el MoMA una exposicin mono-grfica en su cincuentenario, exhibida luegoen la Fundacin Mir de Barcelona, en elmarco de una serie de seminarios, conferenciasy publicaciones.

    La idea de restituir el Pabelln fue, pues,tomando cuerpo a medida que aumentaba laimportancia histrica y esttica del edificio ysu reconocimiento internacional como una delas ms excepcionales obras de la modernidaduniversal. El proceso, sin embargo, sera largoy no culminara hasta 1986.

    Poco a poco se ban estableciendo asimis-mo contactos nacionales e internacionalesque posibilitasen llevar a trmino esta restitu-cin deseada con las mximas garantas derigor cientfico y de aceptacin por parte dela opinin pblica especializada en el mundode la arquitectura y el arte contemporneo.Pero ello ya en un nuevo marco histrico. Enel que podramos llamar el contramarco de lamodernidad: en esa postmodernidad rampan-te que se impona en el mundo en torno a1980.

    III. EL PABELLN DE 1986MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD

    El nombre de modernidad es ms neutro ymenos comprometido que el de movimientomoderno. Es ms estiltico, menos social ymenos cientfico; quizs ms polticamentecorrecto.

    Las componentes metodolgicas y socialesdel movimiento moderno haban contribudo agenerarlo tanto o ms que las lingsticas, peromediado el siglo, parecan contaminarlo dema-siado y pareca que deban ser eliminadas. Esahaba sido, en esencia, una de las caractersti-cas principales de la recuperacin de la moder-nidad tras la Guerra Mundial, como un peajeoptimista que sirvi para que Europa entera y Espaa luego se enfrentasen mejor a uncrecimiento acelerado, que conllevaba un ver-tiginoso desarrollo edilicio en los aos cin-cuenta, sesenta y primeros setenta. Pero amediados de los setenta, la quiebra en el ritmode aceleracin econmica, hizo quebrar lafidelidad a esa modernidad internacional, que

    hace crisis, abriendo un nuevo periodo. Unperiodo postmoderno17.

    Ya en 1959 Louis Kahn haba defendido lamemoria como base de la arquitectura: unamemoria subconsciente que aflora ante elrequerimiento funcional, en la que los objetosdel pasado resurgen a travs de una nueva lec-tura formal. El recurso kahniano a la memoriagener toda una serie de analogas culturales,que desbordan los lmites del campo arquitec-tnico intentando explicarlo desde la historia,la sociedad y la cultura. Por otra parte, la cr-tica al nfasis funcional y al empobrecimientodel lenguaje moderno, conllev un recursoapresurado a la Historia, desde el que se plan-te la definicin del postmoderno y su contras-te ms o menos radical con la modernidad tar-da o tardomoderno.

    Las propuestas subsiguientes se podranentender como epifenmenos de una prdidade identidad disciplinar de la arquitectura, quebuscaba sta pretendiendo justificar sus plan-teamientos propios a travs de teoras ajenas.Frente a ellas se plante la recuperacin disci-plinar: la reconsideracin de la arquitecturacomo disciplina autnoma a travs de su fun-damento lgico y del anlisis tipolgico. As,en La arquitectura de la ciudad (1966), AldoRossi pretendi hallar la disciplina partiendodel estudio de la ciudad y de los elementos quela componen, recuperando el tema de la formaurbana y, ligado a ella, el de las preexistenciasy, con ambas, la relacin entre ciudad, arqui-tectura e historia.

    Su aportacin no se agot en su teora, sinoque se desarroll tambin como tendenza neo-racionalista. Relacionados con ella surgenvarios grupos, los ms radicales de los cuales

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    El pabelln Barcelona y la nueva modernidaden la arquitectura contempornea

    16 BONTA, J. P.: Anatoma de la interpretacin en arqui-tectura. Resea semittica de la crtica del PabellnBarcelona de Mies van der Rohe, Barcelona, Gili, 1975.

    17 ALONSO PEREIRA, J. R.: Modernidad y postmoderni-dad, en Introduccin a la historia de la Arquitectura,Barcelona, Revert, 2005, pp. 277-289.

  • renuncian polmicamente a la modernidad yafirman el llamado proyecto clsico en arqui-tectura, convirtiendo la Historia en un bal delque extraer elementos formales, reutilizadosluego de modo eclctico.

    En este marco genrico de la postmoderni-dad y en el marco particular de la Espaa de latransicin y de los primeros ayuntamientosdemocrticos, Oriol Bohigas ya un maduro ybien reconocido profesional, catedrtico ydirector de la Escuela de Barcelona, llamado enoctubre de 1981 a asesorar al Ayuntamiento ya ordenar el urbamismo y la arquitectura de laciudad propone de nuevo la restitucin delPabelln Barcelona.

    Y esta vez, casi treinta aos despus de lasprimeras iniciativas, el Ayuntamiento abordafinalmente la decisin de reconstruir elPabelln, de Mies a travs de un acuerdo entreel entonces alcalde, Narcis Serra, y el presi-dente de la Feria de Muestras de Barcelona. Elpoder municipal refuerza as el carcter delocomotora cultural de Bohigas que, remandocontra la postmodernidad, plantea la restitu-cin filolgica y constructiva del Pabelln,creando para ello un equipo de arquitectosespecialmente competentes en esos aspectos:Ignacio Sol-Morales (1942-2001), CristianCirici (1941) y Fernando Ramos (1942), quedeba llevar a trmino el empeo18.

    La erudicin e investigacin, el anlisis y lacrtica de Sol vendran a determinar la indivi-dualidad de la obra en su emplazamiento, suhistoria compositiva, su desarrollo y su biogra-fa. La gran capacidad profesional y tcnica deRamos, conseguira hacer permanente la cons-truccin del edificio miesiano.

    Los arquitectos se proponan reedificar fiel-mente aquel hito de la modernidad; sin embar-go se encontraron con diversos problemas:tcnicos y conceptuales.

    Tanto en el proceso de proyecto como en elde ejecucin de la obra, existi una continuatensin entre la reconstruccin y la invencin;entre el proceso de recreacin y el de imagina-cin filolgica.

    En primer lugar, se quiso resaltar que elPabelln se reconstrua en el mismo lugar deledificio original, ya que, contra la suposicinampliamente divulgada de que era una obra

    abstracta y universal, su diseo guardabaestrecha relacin con las condiciones del terre-no, demostrndose en el curso de las obras queel concepto con que Mies traz el edificio noera tan efmero como se haba supuesto.

    En segundo lugar, el proyecto quiso basar-se en una investigacin bien razonada y docu-mentada19. Sus arquitectos realizaron unaintensa labor de investigacin dentro y fuerade Espaa. Consultaron exhaustivamente losarchivos en busca de la imagen rigurosa y fieldel original. Llegaron a desplazarse a NuevaYork, Chicago y Berln en busca de documen-tacin, y a otros lugares en busca de canterasque ofrecieran materiales de configuracinsimilar a la original. Investigaron en torno alas carpinteras, para reconstruirlas en su con-cepcin formal, al modo miesiano ms riguro-so. Etctera.

    Optaron por una tcnica de reproduccin loms fidedigna posible en clave formal filol-gica se dijo que llevaba consigo una reinter-pretacin de los diversos sistemas que compo-nan la unidad del edificio con el fin de elabo-rar una construccin que garantizase su carc-ter permanente, despojado de cualquier carc-ter originario de temporalidad. La reconstruc-cin que ahora se lleva a cabo escribiranno se hace para levantar de nuevo un edificiode condiciones tcnicas exactas a las del edifi-cio de 1929, sino pensando en la garanta desu permanencia

    Pero la adaptabilidad a la permanencia y lacorreccin de los errores habidos durante elproceso de construccin del edificio en 1929,llev en 1983-86 a reconsiderar una y otra vezla obra. Tuvieron as que readaptar la cubierta,con una nueva solucin estructural que cam-biaba por losa el antiguo forjado bidireccional,con una nueva solucin de impermeabiliza-cin. Debieron reajustar el plano horizontal dela plataforma, creando bajo las losas de piedrauna cmara que facilitase el drenaje. Tuvieronque rehacer las carpinteras en acero inoxida-ble, ya que el cromado original no era estableen el clima salino de Barcelona. Debieronplantear las instalaciones de iluminacin, declimatizacin y de calefaccin radiante deledificio. Hubieron crear un nuevo sistema deseguridad.

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    18 CIRICI, C., RAMOS, F., y SOL-MORALES, I.: Proyectode reconstruccin del Pabelln Alemn en la ExposicinInternacional de Barcelona de 1929, rev. ArquitecturasBis, n 44, Barcelona, julio 1983, pp. 6-16.

    19 La documentacin de planos y fotografas se encontra-ba, fundamentalmente, en el Mies van der RoheArchive, del MoMA y en el Archivo del InstitutoMunicipal de Historia de Barcelona.

  • En 1986, conmemorando el centenario delnacimiento de Mies, el Pabelln era restitudoa Barcelona. La prestigiosa revista Casabellaescribira20: A quasi trentanni di destanzadalla prima proposta di ricostruzione, ilPadiglione di Mies vede ora la luce una secon-da volta, destinato ad occupare stabilmente lostesso luogo in cui era sorto nel 1929 perlEsposizione internazionale. Il senso di risco-perta e il risultato di sorpres generato da unpadiglione che pensavamo di conoscere, poneancora una volta il problema del restauro odella ricostruzione del moderno.

    El 2 de junio de 1986 el Pabelln fue rei-naugurado por el alcalde de Barcelona, PascualMaragall, como una pieza fundamental parala historia de la arquitectura, parte funda-mental y emblema de la Barcelona culta, cos-mopolita y abierta. Comienza aqu la cuartaparte, la vida nueva del Pabelln de Mies, con-vertido en punto de arranque y emblema de lanueva modernidad contempornea.

    IV. LOS PROBLEMAS DE LA RESTITUCION

    Pero antes de abordar esta nueva vida larga ya de dos dcadas, conviene reflexionarde nuevo sobre los problemas conceptuales yfsicos de la restitucin. Restitucin, que noreconstruccin ni restauraracin. Restituir pararecuperar la memoria, para recuperar la arqui-tectura.

    Los arquitectos y los crticos han habladoaqu de restitucin filolgica, entendiendo porfilologa el estudio y anlisis de los textos parareconstruirlos, fijarlos e interpretarlos.

    Pero no es fcil abordar y no es fcil com-prender este tipo de actuaciones en arquitectu-ra, donde los problemas se multiplican a nive-les tericos, conceptuales, compositivos yconstrutivos. Precisamente a esta complejidady a la amplia casustica que genera el tema vaa dedicarse en abril de 2007 el VI Congreso deDocomomo Ibrico21, bajo el expresivo ttulo

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    El pabelln Barcelona y la nueva modernidaden la arquitectura contempornea

    20 La riconstruzione del Padiglione de Mies a Barcellona,rev. Casabella, n 526, Miln, jul-ago 1986, 1.

    21 Do Co Mo Mo son las siglas de la asociacin interna-cional para Documentacin y Conservacin delMovimiento Moderno, creada en 1988, a cuyo papel ya cuya relacin con el Pabelln Barcelona nos refereri-mos ms adelante.

  • de Experiencias, apuestas y paradojas de laintervencin en la arquitectura del movimientomoderno.

    En el caso del Pabelln Barcelona ya se haindicado cmo, previamente a cualquier actua-cin de restitucin, se haban establecidoamplios contactos que posibilitasen llevarla atrmino con la mxima garanta de rigor cien-tfico y de aceptacin por la opinin pblica.Pues, ciertamente, la recuperacin planteaba yplantea problemas importantes22.

    En primer lugar, el de su adecuacin oadaptacin mutable a la realidad temporal y ala realidad social.

    Mies haba dicho en 1923 que la arquitec-tura es la voluntad de la poca expresada espa-cialmente Es indudable que la restitucin delos elementos arquitectnicos en un tiempodiferente y en una realidad social y econmicamuy distinta, genera dudas acerca de su inte-gracin funcional y urbana.

    En segundo lugar, al margen de la ejecucinmaterial del edificio y de su rigor filolgico, espreciso interrogarse sobre el sentido de lareconstruccin de una arquitectura que se pro-yect efmera, por ms que este valor sea dis-cutido y refutado por arquitectos y crticos enel proceso de restitucin del Pabelln. En todocaso, al margen del reto profesional y de losproblemas tcnicos e intelectuales que suponela labor de restitucin, deba establecerse unareflexin en torno al proceso creativo.

    En ningn momento escriben en198323 se ha pensado en una revisin con-ceptual del proyecto inicial, sino que ha sidopremisa indiscutible una reconstruccin queinterpretase lo ms fielmente posible la idea yla materializacin del Pabelln de 1929. (..)

    Nuestra fidelidad no ha sido gratuta o pura-mente especulativa, sino que ha estado siemprecontrastada con la informacin disponiblesobre las soluciones concretas que el edificiotuviese en la poca.

    Ello nos lleva, en tercer lugar, al problemade la fidelidad. Fidelidad constructiva y fideli-dad formal a la obra primitiva. Ya nos hemosreferido a cmo la voluntad expresa de perma-nencia de la obra motiva ajustes puntualespero importantes sobre caractersticas cons-tructivas concretas de la obra de 1929. La dia-lctica entre la fidelidad a la forma y el respe-to al recuerdo constructivo, contrastadas lasfunciones que un anlisis actual aade al futu-ro edificio, configuran el nudo gordiano delproyecto de reconstruccin. Querrn, pues24:restablecer exactamente tanto la geometracomo los materiales del Pabelln, afrontandoel problema de la permanencia del edificio,buscando soluciones contructivas contra todocarcter provisional y evitando tanto el car-tn-piedra como el museo de construccin

    Y en cuarto lugar, y sin duda ms impor-tante, al problema de la razn: al problema delpor qu de estas reedificaciones, ligado steindisolublemente al de la reproductiblidad delas obras de arquitectura.

    En efecto, en esta poca de reproductibili-dad de la obra de arte, podra parecer que fuerarazonable haberle llegado el turno a la arqui-tectura25. No slo planos, bocetos y fotograf-as son divulgados a un ritmo nunca conocido,sino incluso los mismos edifcios son recons-trudos en su totalidad con mayor o menorfidelidad, bien para recuperar la memoria per-dida o bien para satisfacer el gusto contempo-rneo por la posesin y el coleccionismo.

    Aunque, ciertamente, hay ejemplos pun-tuales de reedificaciones y copias de arquitec-turas concretas desde la Antigedad, es a fina-les del siglo XX cuando en Espaa y en Europase suceden las ejecuciones de edificios histri-cos. Y, ms particularmente, de toda una seriede edificios clave en el desarrollo de la arqui-tectura moderna.

    A veces, como el Pabelln Barcelona, estasactuaciones se ejecutan sobre el emplazamien-to original, pero otras llegan a realizarse inclu-so en una ciudad distinta. Este es el caso del

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    22 Sobre todo este tema, y adems de referenciar como eslgico las conocidas Carta del Restauro, Roma 1931;Carta del Resturo, Roma 1972; y Carta di VeneziaVenecia 1964, queremos destacar algunos debates quelos arquitectos espaoles llevaban a cabo por las mis-mas fechas, entre los que cobran valor singular lasaportaciones del propio Sol-Morales o de AntnCapitel: SOL-MORALES, I.: Teoras de la intervencinarquitectnica, rev. Quaderns dArchitectura iUrbanisme, n 155, Barcelona 1982; y CAPITEL, A.:Metamorfosis de monumentos y teoras de la restaura-cin, Madrid, Alianza Forma, 1988, desarrollando ycompletando el tema ya planteado en: El tapiz dePenlope: apuntes sobre las ideas de restauracin eintervencin arquitectnica, rev. Arquitectura, n 244,Madrid, 1983, pp. 24-34.

    23 CIRICI, C., RAMOS, F., y SOL-MORALES, I.: Proyectode reconstruccin..., rev. Arquitecturas Bis, n 44,Barcelona, 1983, pp. 6-16.

    24 Id. id.25 SOL-MORALES, I., CIRICI, C. y RAMOS, F.: Mies van

    der Rohe, el Pabelln de Barcelona, Barcelona, Gili,1993.

  • pabelln del Lspirit Noveau, alzado por LeCorbusier en la Exposicin de ArtesDecorativas de 1925 en Pars, edificado hoy enBolonia, la del pabelln de la RepblicaEspaola en la Exposicin de Pars de 1937,realojado en Barcelona en 1981, o la construc-cin del proyecto ideal de Casa para unAmante del Arte, de Mackintosh, levantada en1990 en Glasgow, en el marco de su capitali-dad cultural europea.

    En estos ltimos casos, al margen del rigormaterial e histrico, es preciso interrogarsesobre el sentido de la reconstruccin descon-textualizada de una arquitectura que se pro-yect efmera. Volver a construir en un entor-no y en una ciudad distinta el Pabelln de laRepblica de 1937, despojado de su funcinoriginal, sin las obras de arte que lo poblaban

    y le daban razn de ser, y con un destinoincierto, no produce sino un contenedor sinalma, un edificio sin aura26.

    Caso singular es el de la Gasolinera Porto-Pi de Fernndez Shaw en Madrid (1927)27 una de las primeras muestras de la modernidaden Espaa, destruda por sus propietarios en1977, ante el riesgo de que fuera catalogada yprotegida. El escndalo y la necedad de la ope-racin llevaron a autnticas aberraciones.

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    El pabelln Barcelona y la nueva modernidaden la arquitectura contempornea

    26 MUOZ, A.: Lo efmero permanente, el Pabelln de1937: de Pars a Barcelona, rev. Arquitectura Viva, n25, Madrid, jul-ago 1992, pp. 42-45.

    27 ALONSO PEREIRA, J. R.: La gasolinera Porto-Pi deMadrid, la paradoja de su creacin, destruccin yreconstruccin, comunicacin presentada al VICongreso Docomomo Ibrico, Cdiz, 2007.

  • Mientras que el uso se mantena, los poderespblicos pretendan obligar a recrear su arqui-tectura como condicin previa a la concesinde licencia en cualquier proyecto de funcinsimilar en Madrid. Finalmente la paradoja serecondujo cuando, veinte aos despus, lamisma propiedad destructora orden una cui-dadosa reedificacin a fin de poder aprovecharel resto de su solar para usos hoteleros. El fac-smil, como en el caso del Pabelln Barcelona,ocupa su mismo lugar pero, a diferencia deaqul, mantiene su funcin originaria, quenunca se interrumpi.

    En este caso, como en el del PabellnBarcelona, la reedificacin filolgica se con-vierte en imagen del orginal, y no en copia. Enrestitucin o en reinvencin, y no en una merareconstruccin. Slo un obstinado romanti-cismo intelectual podra impedirnos revelar elmisterio congelado de las viejas fotografas,escriban sus autores en 1986, aadiendo28:Ahora, despus de haber llevado a trminonuestro trabajo, debemos confesar la satisfac-cin de haberlo hecho.

    Por supuesto, no estamos hablando derplicas descontextualizadas en establecimien-tos recreativos o parques temticos de Europao Amrica, donde castillos y pirmides puedenser imitados en cartn-piedra y convertirse enseas de identidad festiva. Ni de actuacionespatticas como la del Fontn de Oviedo (1998),que conllev la prdida de cualidad comoPatrimonio de la Humanidad, y donde la pre-tendida fidelidad de las respuestas plantea laimposible repeticin de la obra original.

    La cuestin aqu es si arquitecturas de cali-dad merecen y pueden restituirse de la memo-ria a la realidad, al modo de las obras literariaso musicales. Si la tensin y la fidelidad de larestitucin de arquitecturas ausentes es com-patible y coherente con la tensin de la crea-cin artstica inicial. O, dicho de otro modo, lacuestin es plantearnos si la obra de arquitec-tura es un valor nico e irrepetible o no.

    Alejandro de la Sota presentaba as en1986 la restitucin del Pabelln: La importan-cia de la arquitectura no es otra que la delambiente que crea. Un ambiente es conforma-

    dor de conductas. (..) La arquitectura buenaest llena de renuncias de todo. En el Pabellnde Barcelona yo me encontr pleno, lleno depersonas y cosas relacionadas en aquellaausencia. Estuve acompaado plenamente yno necesit ms. Esa es para m la gran leccin.Se discute si debi o no ser reconstruda. S;Mies invent un lunes una arquitectura paraser repetida, rehecha, copiada. y agregaba,como apostilla final Es intil continuar laSagrada Familia...29

    V. LA NUEVA MODERNIDADY EL PABELLON BARCELONA

    En 1986 hace ahora veinte aos tenalugar en Barcelona la restitucin del PabellnMies. Estos veinte aos coinciden con el perio-do estrictamente contemporneo de nuestrahistoria.

    Si la cada del muro de Berln en noviem-bre de 1989 simboliza el fin de la utopa mar-xista y de la dinmica de bloques que habaregido el mundo desde el final de la GuerraMundial, puede afirmarse que el periodo con-temporneo en arquitectura arranca de losaos inmediatos. Tras dcadas poniendo enduda la existencia misma del movimientomoderno, los aos finiseculares son un perio-do de exaltacin de la modernidad, cuya reno-vacin esttica se valora como uno de los pro-cesos ms creativos y trascendentes de laHistoria. Y se habla del back to modern: delregreso a la tradicin moderna.

    Dentro de ella hemos afirmado, la resti-tucin del Pabelln Barcelona supone el origende la nueva modernidad: el origen del periodocontemporneo en la arquitectura.

    En 1986, el centenario del nacimimiento deMies vino a coincidir con una etapa de especialfervor postmoderno, y esa inoportuna simulta-neidad proyect sobre la efemrides una luzindecisa. Tres lustros despus el clima habacambiado, y ya en el umbral del nuevo siglo dosgrandes exposiciones monogrficas: Mies enBerln y Mies en Amrica, (2001) seran testi-monio de la nueva actitud.

    En 1986 Fernndez Galiano, desde su revis-ta AV Monografas haba titulado: Mies esmenos: un centenario revisionista. En 2001,

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    28 SOL-MORALES, I., RAMOS, F., y CIRICI, C.: 1929-1986, reconstruccin del Pabelln Alemn deBarcelona, rev. Arquitectura, n 261, Madrid, jul-ago1986, pp. 5-15; y La riconstruzione del Padiglione deMies a Barcellona, rev. Casabella, n 526, Miln, jul-ago 1986, pp. 44-55.

    29 Esa polmica Sagrada Familia de Barcelona, presunta-mente basada en trazas contradictorias de Gaud. SOTA,A. de la: rev. Arquitectura 261 cit, p. 14.

  • siguiendo el nuevo estado de opinn, la mismarevista se permite titular su monogrfico: Mieses ms30 En contacto con la corriente pos-tmoderna dominante escribe, el halo derigor de Mies se evaporaba (en 1986). Desdeentonces el viento ha soplado en una mismadireccin borrando los excesos estilsticos delos ochenta, y se ha atribudo a Mies la pater-nidad del minimalismo, la transparencia y laligereza de las arquitecturas de los noventa.

    En ese impulso y en ese inters reciente porMies y su legado, fue sin duda un hecho deci-sivo la restitucin en 1986 del PabellnBarcelona.

    Slo dos aos ms tarde, en 1988, se fundaDocomomo, organizacin internacional para ladocumentacin y conservacin de la arquitec-tura moderna. La seccin hispano-portuguesao Docomomo Ibrico se crea desde muy pocodespus, con sede en Barcelona. Con sede, pre-cisamente, en el Pabelln Mies. En los prime-ros aos hizo una catalogacin general de laarquitectura moderna, y desde hace diez aosorganiza seminarios bienales para estudiartemas sectoriales ms o menos concretos. En1997 se estudi la vivienda, en 1999 la indus-tria, el 2001 los equipamientos culturales, en2003 el turismo y la arquitectura del sol, mien-tras en 2007 analizar, precisamente, las expe-riencias de la intervencin en las arquitecturasmodernas. Todo ello bajo el patrocinio de laFundacin Mies-Barcelona, creada en 1983tanto para impulsar la restitucin del Pabellncomo para el estudio, difusin y proteccin dela arquitectura contempornea, que ha puestoen funcionamiento diversos programas y acti-vidades, entre las que destaca la organizacin

    del Premio bienal de Arquitec-tura de la UninEuropea31.

    En la ltima dcada el crecimiento econ-mico, los avances tcnicos y la masificacinmeditica en la cultura han hecho de la arqui-tectura un espectculo que ingresa en el domi-nio colectivo a travs de sus imgenes, muchasveces con ostentacin y despilfarro; otras conmanierismos caprichosos alejados de la esferacolectiva, bien a travs de la fragmentacindeconstructiva, bien a travs del minimalismo.

    Como reaccin a una dcada de locuacidadpostmoderna, en los aos noventa recorriEuropa una ola de rigor minimalista, de im-genes a la vez poderosas y delicadas que dis-cutan el sentido del lugar: el sense of place, yel sentido contextual, desde unas bases ligadasal minimalismo y el arte conceptual.

    Al mismo tiempo, la arquitectura comenza entenderse de modo preferente como comu-nicacin y como diseo, en un proceso quellev a un predominio desaforado de las for-mas y al eclecticismo. Todo vale, pareca poderdecirse. Ello lleva a la cultura italiana a hablarde pensamiento dbil: pensiero debole y, con-siguientemente, de arquitectura dbil comobase de la contemporaneidad32.

    Mientras tanto, mucha de la arquitecturams reciente se ha venido refugiando en losltimos aos en la construccin como nuevaesencia disciplinar. Una construccin precio-sista y abstracta, casi metafsica, que no valo-ra el hecho real de la puesta en obra facetaesencial de la arquitectura, sino en el hecho

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    El pabelln Barcelona y la nueva modernidaden la arquitectura contempornea

    30 FERNNDEZ GALIANO, L.: Mies es ms, rev. AVMonografas, n 92, Madrid, nov-dic 2001.

    31 Mies van der Rohe Pavilion Award for EuropeanArchitecture (1988 y siguientes)

    32 ALONSO PEREIRA, J. R.: El desafo de la contempora-neidad, en Introduccin a la historia de laArquitectura, Barcelona, Revert, 2005, pp. 305-315.

  • virtual de ella: el detalle constructivo, que seesfuerza en pulir una y otra vez.

    El Dios est en los detalles de SantaTeresa, haba sido hecho suyo hace ya unoscuantos aos por algunos de los mejores arqui-tectos del siglo XX. Mies van der Rohe o, enEspaa, Alejandro de la Sota, por ejemplo. Elmenos es ms miesiano casi podra asimilarsea este aforismo teresiano. Tras unas dcadas derelativo silencio, en los aos noventa ambosresurgen con fuerza.

    La reedificacin en 1986 del PabellnBarcelona seala el punto de arranque de estaresurreccin miesiana.

    Un resurgir que cobra tanta ms fuerzacuanto ms jvenes sean sus arquitectos prac-ticantes. El miesiano menos es ms empieza aligarse por la crtica a lo que otras disciplinashan denominado minimal o minimalismo. Y laarquitectura actual puede decirse que es, enbuena medida, minimalista.

    Un minimalismo ligado por otra parte, alno-lugar. Segn escribi Sol Morales relacio-nando a Mies con el minimal33: Hablar delcontexto en la obra de Mies es introducir unparadigma conceptual inadecuado. Sus obrasno se hacen en relacin al contexto ni consti-tuyen un comentario o una mmesis del lugar.Como dijo Harald Rosenberg refirindose a lasobras de arte minimalistas, stas afirman laexistencia independiente del objeto artsticocomo significativo por s mismo.

    Desde 1986 se habla del back to modern:del regreso a la tradicin moderna. En Berlnse defiende una nueva simplicidad o neue ein-fachkeit, similar en su fiebre tica a la neuesachlichkeit o nueva objetividad de los veinte,que persigue igualmente la sencillez comoobjetivo econmico y esttico. Pero aunquesemejantes en austeridad formal y regularidadgeomtrica, estas revisiones modernas primanlo formal y lo simblico a expensas de lo fun-cional y lo social. Su nueva simplicidad essimilar a la nueva objetividad de los aosveinte, pero reducindola a menudo a un meroestilo.

    Ya en 1969 el MoMA haba planteado larevisin formal desde dentro del movimientomoderno a travs de la obra de cinco arquitec-tos: los New York Five, cuya inteligente revi-sin del lenguaje moderno y cuyas estrategias

    de diseo generaron importantes ecos formalesen Amrica y en Europa, que se tradujo en elregreso a unas arquitecturas blancas, formal-mente perfectas, de las que es ejemplo emble-mtico Richard Meier, autor de obras europeastan significativas como los Museos de ArtesAplicadas de Frankfurt (1984) y de ArteContemporneo de Barcelona (1995).

    La nueva modernidad europea tiene suscentros esenciales en la arquitectura suiza y enla hispano-portuguesa. Mientras la primeraliga el minimal al no-lugar, la segunda anquiere apoyarse con fuerza en el sentido dellugar y dar un sentido contextual a su obra,aunado la contencin formal, el rigor tectni-co y la importancia del detalle constructivo.

    Paradigmas de esta opcin son las obras deRafael Moneo en Espaa y de Alvaro Siza enPortugal, con ejemplos emblemticos como laKursaal de San Sebastin (1999) o el MuseoSerralves de Oporto (1999) y el Centro de ArteContemporneo de Santiago (1994). El magis-terio de ambos se extiende a sendas escuelasarquitectnicas, que se ligan asimismo a Miesy Sota a travs del ascetismo y la depuracinextrema. Portugueses como Souto de Moura yespaoles como Navarro, Campo Baeza,Gallego, Noguerol, Bonell, Llins, y un largoetctera, no son ajenos a esta modernidadminimalista. Hay en ello una verdadera eclo-sin de nuevos profesionales con protagonis-mo creciente, tanto en mi generacin: Tun-Mansilla, Vicens, balos-Herreros, Caicoya-Garca, Penela, Mangado, Diego Llaca, como,an ms, en las generaciones ms jvenes,promesas an silenciosas de esa nueva moder-nidad ms o menos miesiana de edificios lumi-nosos y lricos.

    En Suiza, por su parte, se apuesta por con-tenedores atpicos, en los que priman lasobriedad compositiva, la depuracin antifigu-rativa, y el manierismo del detalle. Sus cajasabstractas tienen sus mejores artfices en PeterZumthor, Jacques Herzog y Pierre de Meuron,autores de obras-manifiesto como las Termasde Vals (1997), la Kunsthaus de Bregenz(1996), la Galera Goetz de Munich (1995), o,en otra dimensin, la New Tate de Londres(2000), iconos imitados en toda Europa.

    Estas arquitecturas dialogan polmicamen-te con las vanguardias y postvanguardiasdeconstructivas o con la arquitectura high-tech, interesada simultneamente por el mini-malismo y por la ingeniera. Por un lado, labelleza violenta de la deconstruccin es el con-trapunto visceral y exuberante a una poca de

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    33 SOL-MORALES, I.: Hacia el grado cero: Mies, un ani-versario minimalista, rev. Arquitectura Viva, n 39,Madrid, nov-dic 1994, pp. 69-73.

  • fracturas y mudanzas34. Por otro lado, lasobras high-tech comparten hoy un esqueletoeficaz y una piel fascinante, ambas con tecno-loga de punta, compatibilizando la expresinmaquinista con el refinamiento formal neomo-derno.

    Por otra parte, el todo vale que confundeeclecticismo con objetividad, se traduce en eltriunfo del concepto de supermercado culturalen el que se amalgaman de modo confusodiversas influencias tericas con una mezclade divulgacin acrtica. A su vez, la masifica-cin meditica hace de la arquitectura unespectculo que ingresa en el dominio colecti-vo a travs de las obras de autor, cuyas imge-nes de marca o brand images, se difundencomo vanguardia cultural y propaganda pol-tica a una audiencia global, en un tiempo enque la arquitectura asume un carcter mediti-co y propagandstico de s misma, con un ricodespliegue de sus potencialidades.

    Las revisiones de estos ltimos veinte aoshan desdibujado el vigor puritano del movi-miento moderno, dando origen a una nuevamodernidad, que sustituye los antiguos idealesticos por unos ideales estticos que priman laforma y lo simblico a expensas de la funciny lo social.

    En ese contexto, a menudo esta nuevamodernidad no es ms que un racionalismo msabstracto, reducido a puro estilo. Otras, sinembargo, es notoria la relacin entre minimalis-mo y homogeneidad, la atencin al entorno, lacontencin formal, el rigor tectnico, la impor-tancia del detalle constructivo y, sobre todo, unadeclarada fidelidad a los caminos abiertos por elmovimiento moderno. Una fidelidad declaradapero laxa pues, a diferencia de las vanguardiasmodernas, carece de programa de reforma tcni-ca y social. Son semejantes nicamente en laausteridad formal y la regularidad geomtrica.

    Se ha producido un ensimismamiento de laarquitectura y de los lenguajes, de inters pre-

    ferentemente esttico, con una sobriedad com-positiva y la depuracin discreta y lrica de laforma y el manierismo minimalista del detalle,que da lugar a obras modernas, cautelosas yelegantes, eficaces y rutinarias. Hay una flora-cin geomtrica de cajas esenciales, contene-dores neomiesianos neutros e indiferentes a loscontenidos. Cajas de piel fra, sobrias y abs-tractas en su reduccionismo geomtrico, colo-nizan la ciudad y su paisaje con sus volme-nes hermticos y el refinamiento de sus reves-timientos. Con una arquitectura elegante, pre-ciosista y primorosamente acabada, pero deuna cierta banalidad formalista que se esfuer-za en pulir el acabado, la pequea escala, eldetalle convertido en episodio.

    Estas eran algunas de las caractersticasms definitorias de Mies. Del Mies americano,pero tambin en alguna medida del Mies euro-peo, el artista lrico por excelencia de las van-guardias del siglo XX.

    Por todo ello, en los comienzos del sigloXXI, el legado miesiano est sin duda en elpunto ms alto del aprecio crtico y de la ins-piracin profesional. Y, dentro de l, elPabelln Barcelona se ha convertido en unmanifiesto de la arquitectura neo-moderna.Pues como afirmbamos al principio su res-titucin en 1986 quiz sin pretenderlo expl-citamente vino a certificar el final de la post-modernidad que haba infestado la arquitectu-ra de los aos setenta y ochenta, y supuso elarranque el periodo estrictamente contempor-neo en la arquitectura actual.

    Terminaramos con una aparente paradojasi afirmsemos que el Arco Atntico se trazacon centro en el Mediterrneo, en el PabellnBarcelona. Pero podramos servirnos de estaparadoja para entender mejor la nuevamodernidad en nuestras arquitecturas con-temporneas.

    La Corua, diciembre de 2006

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    El pabelln Barcelona y la nueva modernidaden la arquitectura contempornea

    34 ALONSO PEREIRA, J. R.: Utopa y deconstruccin en laarquitectura contempornea, Oviedo, Facultad deGeografa e Historia, 2003.