Ellacuría

download Ellacuría

of 15

Transcript of Ellacuría

  • 8/13/2019 Ellacura

    1/15

  • 8/13/2019 Ellacura

    2/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 2

    que le llev a Aarriesgar la vida@como el pastor bueno (Jn 10,11)...

    Sin embargo, y sin pretender ser exhaustivos, tambin creemos que puede afirmarse que

    Ellacura muri por un autnticoA

    odium fidei@

    .Como telogo, Ignacio busc iluminar una fe que nace de la caridad y que se expresa en lacaridad. Ya lo hemos dicho. Una fe que le exiga comprometerse e iluminar desde la fe la cruz delpueblo salvadoreo. No es fe, sino caricatura, una palabra que no hable rectamente, que deforme elrecto rostro de Dios. O ms que caricatura, idolatra. Ellacura, con su Ahablar de Dios@desenmascar los falsos dioses a los que dan culto los ejecutores de la muerte. (9) Frente a tantosque Alos matan creyendo que dan culto a Dios@(Jn 16,2) Ellacura desenmascar esos tales comofalsos dioses, enemigos del Dios de Jesucristo. Difcilmente se pueda negar que esos dolos, y sussacerdotes y aclitos, odian visceralmente la fe en un Dios que dice Aslo a Dios amars@,Apalabra liberadora por excelencia@ (DP 491). Esos dolos odian tanto a ese Dios que losdesenmascara y desarma volvindolos absolutamente intiles, que quieren que nadie predique en

    su nombre. (10) Una Ateologa@pensada desde el poder, desde el Aamor al dinero@, que es la razde todos los males (1 Tim 6,10), y autntica idolatra (Col 3,5), es una teologa idoltrica, y unateologa que busca combatir, como los Aamigos@de Job, un Ahablar de Dios@que busque darrespuesta al sufrimiento del inocente. Es un autntico Aodium fidei@, ya anunciado por Jess:Aamar a uno y aborreceral otro@ (Mt 6,24). Ellacura habl del Dios liberador, del Dios deJess, y alcanz el aborrecimiento de los seguidores de Mammn.

    Repetimos que no creemos que este Aodium@sea lo ms importante. Ignacio es Amodelo@para nuestro tiempo, no por sus asesinos, sino por su amor; es testigo por su fidelidad, no por laviolencia de las fuerzas armadas al servicio de los dolos. Y, aunque no es lo ms importante, en elcaso del Atelogo mrtir@el aborrecimiento a la fe se hace muy evidente. Y ac queremos notarlo.

    Sin embargo, tambin esto ha sido reflexionado profundamente por otros autores (inclusoen este mismo nmero) con ms autoridad que en estas pginas.

    Pueblo crucif icado

    Lo que aqu queremos sealar, sin pretensiones de abarcar todas sus dimensiones esdetenernos en uno de los Acaballitos de batalla@ predilectos de Ignacio Ellacura para Ahacerteologa@desdela realidad de muerte de Amrica Latina, y ahondar en su dimensin bblica. Nosreferimos a la categora de Apueblo crucificado@. (11)

    Es sabido que tal idea fue suprimida del documento de trabajo preparatorio a SantoDomingo. Quizs precisamente por sus resonancias a Teologa de la Liberacin. Es ms, la mismapalabra ATeologa de la Liberacin@ fue suprimida de este documento (ver el documento detrabajo 201-205; mientras que la nica referencia explcita a la TL la encontramos en el Discursoinaugural de Juan Pablo II).

    As deca el Documento de Trabajo:

    ALa gran muchedumbre de crucificados latinoamericanos que camina por esta vida en

    condiciones infrahumanas, desilusionada con las promesas de sus gobernantes y experimentando

    dificultades socio-econmicas crecientes, se siente muy prxima a Jesucristo, el Siervo pobre y

    sufriente, que tambin vivi situaciones angustiosas y pas sufrimientos@(DT 365).

    Esto fue reemplazado por la idea, que ya provena del Documento de Puebla de Alosrostros@(DP 31-39):

    ADescubrir en los rostros sufrientes de los pobres el rostro del Seor (cf. Mt 25,31-46) es

    algo que desafa a todos los cristianos a una profunda conversin personal y eclesial. En la fe

    encontramos los rostros desfigurados por el hambre, consecuencia de la inflacin, de la deuda

    externa y de injusticias sociales; los rostros desilusionados por los polticos, que prometen perono cumplen; los rostros humillados a causa de su propia cultura, que no es respetada y es incluso

    despreciada; los rostros aterrorizados por la violencia diaria e indiscriminada; los rostros

    angustiados de los menores abandonados que caminan por nuestras calles y duermen bajonuestros puentes; los rostros sufridos de las mujeres humilladas y postergadas; los rostros

  • 8/13/2019 Ellacura

    3/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 3

    cansados de los migrantes, que no encuentran digna acogida; los rostros envejecidos por el

    tiempo y el trabajo de los que no tienen lo mnimo para sobrevivir dignamente (cf. CELAM,"Documento de trabajo", 163). El amor misericordioso es tambin volverse a los que se

    encuentran en carencia espiritual, moral, social y cultural@(SD 178).

    La idea de Alos rostros@ es de indiscutible riqueza y fuerza, pero corre el riesgo dehacernos perder una doble dimensin que la idea de Apueblo crucificado@enriquecera: por unlado, Apueblo@ remite a una dimensin comunitaria (ciertamente muchos de los Arostros@sealados, refieren a grupos, ms que a personas), pero la idea de Apueblo@es polivalente. Si sehubiera usado en Puebla, por ejemplo, no hubiera sido necesario Aalargarla@(SD 179) ya que eltrmino incorporara a todos estos sectores y a los nuevos que la realidad cada vez ms mortalhiciera necesario agregar. Pero la segunda dimensin que nos hace preferir el tema de la Acruz@esporque Acrucificados@supone Acrucificadores@. La dimensin de violencia causada, de muerteprovocada, remarca una dimensin de Aconflicto@que parece haberse buscado evitar, o al menos

    suavizar. Decir, por ejemplo, que la deuda externa engendra rostros sufrientes no es lo mismo quedecir que la deuda externa mata, crucifica.

    Dicho esto, pretendemos ahora mostrar en qu medida esta imagen de Apueblocrucificado@tiene sus races en la Biblia, y por lo tanto, es importante mantenerla.

    A. La dimensin conflictiva de la cruz

    Ya en los primeros escritos del NT se nos seala que la predicacin de la cruz es unautntico escndalo (1 Cor 1,23; Gal 5,11). Una predicacin que slo desdeuna Allamada@, unavocacin, permite superar el desconcierto y verla como liberacin (1 Cor 1,24.30).

    No es improbable que Pablo haga memoria de una cierta nota autobiogrfica al recordarnosque el crucificado es Amaldicin@(Gal 3,13-14). Un crucificado, para un judo es signo evidente ypatente de que Dios ha maldecido a este Acolgado de un madero@, (12) y slo desde la particularluz que da la resurreccin podemos ver en el Amaldito@una Abendicin@, slo desde un Dios quetransforma la maldicin en vida podemos decir que la cruz es Afuerza de Dios@.

    Esta dimensin de la cruz, por otra parte, tiene enemigos por doquier. No slo enemigos deJesucristo crucificado, sino de la misma cruz (Fil 3,18). La eficacia de la cruz puede quedaraniquilada en la medida en que muchos se anteponen y anteponen su propia vida (Gal 2,21). Pero asu vez la cruz es presentada como autntica sabidura en contraposicin a las sabiduras Ade este

    mundo@

    (1 Cor 1,20-21).Ms de una vez hemos sealado que la cruz, la misma cruz, tiene una doble dimensin de

    muerte y de vida. (13) Sin embargo, la insistencia en la cruz como Adadora de vida@(algo quedeber precisarse), no puede eliminar la otra cara de la misma moneda: la cruz es dadora demuerte. La cruz de Jess es un crimen, un asesinato, y como tal, un pecado. Hubo un juicio injusto,falsos testigos, una premeditacin para eliminar a Jess que debe recordarse. La predicacin deJess parece haber sido lo suficientemente conflictiva como para que las mximas autoridadesreligiosas y polticas decidan eliminarlo. El Aprincipio Caifs@es expresin de un modo polticode entender la dimensin religiosa, el preferir que muera uno -aunque inocente- por el pueblo,guiado por criterios de Aprudencia poltica@no es sino un grfico negativo de la figura del pastor

    que no teme dejar las 99 ovejas en el desierto para buscar la perdida. (14) La cruz es-indudablemente- un crimen, un pecado, y como tal algo no querido por Dios. Aunque l, creadorASeor y dador de vida@sepa sacar vida de la muerte. Dios -y slo l- puede sacar vida de la cruz,de all la resurreccin.

    Mientras en la cruz los asesinos dicen su ltima palabra, la mxima que pueden decir losviolentos, Dios todava se reserva la suya, despus de haber callado en la cruz. La resurreccin esAla@ palabra de Dios frente a la violencia criminal de quienes pretenden silenciar a Jess. ElAreino de Dios@ y el ADios del Reino@ proclamados por Jess parecen callar y morir con elcrucificado, pero sin embargo, Dios Aapuesta@, confirma, ese Reino y ese Dios-Padre anunciado.Es desde aqu que la cruz se transforma en Buena Noticia. El mximo acto criminal puede ser ledodesde una nueva ptica, mirada de vida, desde que Dios pronuncia su palabra y desautoriza a los

    Pilatos y Caifs.

  • 8/13/2019 Ellacura

    4/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 4

    Desde el primer Viernes Santo de la historia, los violentos no tienen ms la ltima palabraya que en la Pascua Dios apuesta por su Hijo y sus hijos: Austedes lo mataron... Dios lo resucit@(Hch 2,23-24). Nunca ms actual la doble referencia a Amuerte@yAvida@en el Discurso de Mons.

    Romero al recibir el Doctorado Ahonoris causa@en la Universidad de Lovaina: Ael pecado es loque da muerte al Hijo de Dios y da muerte a los hijos de Dios@yAla gloria de Dios es el pobre quevive@.

    Los modernos estudios bblicos han sabido devolver a la cruz y a la resurreccin suverdadero lugar en la historia de la salvacin, despus que siglos de predicacin parecan llevar a lagente sufriente a identificarse -pasiva y resignadamente- con la cruz esperando para un futuroincierto la resurreccin. (15)

    Los modernos estudios de escatologa han sabido dar su justo lugar a la esperanza, que noes Aadormecedora@que aguarda un maanaque slo llegar despus de la muerte mientras losfuertes y poderosos, los asesinos parecen seguir teniendo la ltima palabra. Los pobres sufren

    ahora pero maana reirn, mientras que los que son ricos gozan ahora pero sern duramentecastigados maana; los que ahora sufren la cruz maanagozarn de la pascua, mientras que losque ahora ren llorarn maana, se deca en una curiosa lectura de las Bienaventuranzas que Alesvena muy bien@a los ricos, a los violentos y a los que ren. Adems que siempre, nueva curiosalectura mediante, se les haba dicho que aunque ricos podan ser Apobres de espritu@sin dejar deserlo as que ni siquiera Amaana@se veran perjudicados.

    Es real que hay una identificacin entre Ael@ crucificado y Alos@ crucificados, y esaidentificacin es importante para los segundos. Pero no para resignar sus esperanzas o proyectarlaspara Amaana@, sino para ver en ellos un Asacramento@, un Atest@de nuestra fidelidad. (16) Lacruz de nuestros hermanos es una invitacin urgente a la misericordia Acomo es misericordioso el

    Padre@ (Lc 6,36), y esa invitacin es para Ahoy@. Hoy tengo un compromiso con el hermanocrucificado, un compromiso que se revela en aliviar su cruz.

    Probablemente no haya texto donde se revele con mayor claridad la dimensin conflictivade la cruz que en el citado texto de la carta a los Glatas. Permitsenos un breve comentario:

    Dentro de una unidad marcada por la novedad trada por Jess el Cristo (3,1.14), novedadsealada en la repeticin de Afe@y AEspritu@(3,2.14) y la novedad de la Acruz@(3,1.13), Pablonos recuerda que la fe en la predicacin (3,2.5) nos da el Espritu. Abraham es modelo porquecrey y eso le fue reconocido como justicia (3,6-7). En este lugar Pablo marcar su Evangelio, y asu vez se defender de quienes lo han cuestionado: si no es la ley la que justifica, sino la fe, pudoafirmar que Anosotros hemos credo@(2,15-17), y ahora recordar que Ael justo vivir por la fe@(3,11).

    La fe fue la que justific a Abraham y por lo tanto le alcanz la bendicin a todos lospueblos (Gn 12,2-3). Fue su fe la que le alcanz la bendicin, y no la ley; sta, por el contrario,acarrea maldicin. (17) Es esa maldicin que impera la que fue asumida por Cristo Ahacindose lmismo maldicin@en la cruz; Apues dice la Escritura: maldito el que est colgado de un [email protected], en la fe, estando Aen Cristo@recibimos la bendicin y el Espritu (3,14).

    No es la nica vez que Pablo recurre a una paradoja para sealar la redencin (hina) obradapor Cristo, en 2 Cor 5,21 haba dicho que a Jess Dios Alo hizo pecado@, Apor nosotros@(hyperhmn).

    2 Cor 5,21 2 Cor 8,9 Gal 3,13 Rom 8,3-4A quien no

    conoci pecado, le hizopecado por nosotros(hyper hmn), a fin deque (hina) vinisemosa ser justicia de Dios enl.

    Pues conocen lagenerosidad de nuestroSeor Jesucristo, el cual,siendo rico, por ustedesse hizo pobre a fin deque (hina) seenriquecieran con supobreza.

    Cristo nos rescat de lamaldicin de la ley,hacindose l mismomaldicin por nosotros(hyper hmn), puesdice la Escritura:Maldito todo el que estcolgado de un madero, afin de que (hina) llegaraa los gentiles, en Cristo

    Jess, la bendicin deAbraham, y por la fe

    Pues lo que eraimposible a la ley,reducida a la impotenciapor la carne, Dios,habiendo enviado a supropio Hijo en una carnesemejante a la delpecado, y en orden alpecado, conden elpecado en la carne, a fin

    de que (hina) la justiciade la ley se cumpliera en

  • 8/13/2019 Ellacura

    5/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 5

    recibiramos el Espritude la Promesa.

    nosotros que seguimosuna conducta, no segnla carne, sino segn elespritu.

    En nuestro texto, lo importante es que @de hecho,es el nico texto de las Escrituras en elcual Pablo interpreta la muerte de Cristo@. (18) Nos interesa, entonces, tener en cuenta cmo leePablo el texto que cita:

    El texto de Dt 21,22-23 habla de un criminal que es condenado a muerte y luego su cadveres colgado de un rbol todo un da (no a la noche) expuesto como Amaldito de Dios@; Pabloabrevia el texto de modo que ahora parece decir que Ael maldito@ es matado en el rbol (unarelectura semejante puede verse en Qumrn, 11QTemplea64,6-13; cf. 4QpNah I,8).

    En segundo lugar, omite la referencia a que es maldecido Apor Dios@, permitiendo que seafirme que en este caso es Amaldito de la Ley@.

    En tercer lugar, Pablo reemplaza el participio perfecto kekatramnos(maldecido) por eladjetivo epikatratos(maldito) de modo de unir la maldicin con aquella de Dt 27,26 que habacitado en v.10 uniendo una vez ms la maldicin a la Ley.

    Veamos los textos en una sinopsis lo que nos permitir descubrir ms claramente lo quehemos dicho:

    Dt 21,22-23 (TM) Dt 21,22-23 (LXX) Dt 21,22-23 (Pablo)Si un hombre, con pecado demuerte, ha sido matado, locolgars de un rbol. No dejars

    sin enterrar en el rbol; loenterrars ese da.

    Un colgado es maldicin de Dios.

    As no hars impura la tierra queYahveh tu Dios te da en herencia.

    Si hay uno cuyo pecado merece lamuerte, y lo matan y lo cuelgan deun madero, no dormir su cuerpo

    en el madero sino que enterrarnel cadver en aquel da,

    maldito (kekatramnos) de Diostodos los colgados de maderoy no manchars la tierra que elSeor Dios te dio en herencia.

    ...dice la Escritura:

    Maldito (epikatratos) todo elque est colgado de un madero.

    Pero para comprender la paradoja, la clave est en que Cristo se hace maldicin hyperhmn(por nosotros). Sera extrao a Pablo entenderlo como un Apago@, Aen cumplimiento de lajusticia exigida por la ley@. (19) La maldicin es una separacin de Dios y una ruptura con los

    dems, es la cima del conflicto universal, pero en este caso nos encontramos con un beneficio, unacto liberador Aen favor de@ los dems, (20) un acto de amor (Gal 2,20, hyper emou). ALa clavede la paradoja se encuentra en el hyper hmn a condicin de que se lo comprenda a la luz del

    agapsantos de Ga 2,20". (21)Ac est el centro: el escndalo de la cruz adquiere su eficacia en el amor, no es ciertamente

    un sacrificio, no es un pago, es un conflicto con la Ley vivido en el amor, integrando en ese acto labendicin, incorporando en ella a todos los excluidos por la maldicin. Esa maldicin trada por laLey era universal, tanto para todos los que estn bajo la Ley como quienes estn sin la Ley, y lamaldicin oprime a toda la humanidad, pero el amor de Cristo (hyper hmn) beneficia (rescata,exgorasen) (22) tambin a todos liberando a la humanidad; Asiendo maldito, no slo se levanta,sino que adems deviene dador de vida@. (23)

    ANo hay forma ms rotunda de subrayar la novedad cristiana que afirmar un datohistrico y, adems, sumamente escandaloso: la realidad de un Mesas crucificado@. (24)

    En un mundo como el mediterrneo del s. I donde el honor es elvalor fundamental, (25) lacruz aparece con toda la fuerza de escndalo y vergenza. Pero esta cruz es causada por losAprncipes de este tiempo@que Adesconocen@la verdadera sabidura de la cruz (1 Cor 2,8). )Enqu la desconocen? Es posible que desconocieran que la Cruz los llevara a su fin. (26) )Quinesson estos Aprncipes@? Debemos abandonar posturas como la de R. Bultmann que sostena que,usando concepciones gnsticas Pablo presenta un revestimiento terrenal que serva a Cristo paraocultarse, y ese desconocimiento provoca la ruina de los prncipes, (27) aunque encontremos unmarco apocalptico como puede verse en el uso del trmino ASeor de la gloria@ (cf. Hen (et)

    22,14; 25,3; 63,2), o imgenes que encontramos tambin en AscIs 10,8-12.

  • 8/13/2019 Ellacura

    6/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 6

    Textos como Hch 3,17; 13,27 unen los jefes judos, el pueblo y la ignorancia a la muerte deJess. (28) La situacin de conflicto es evidente: por un lado los asesinos que matan al profetadesarmado, y creen que en ello triunfan sobre l con su Apoder@; por el otro la vctima de laviolencia, y Dios que habla con su poder de dar vida triunfando as sobre los Aprncipes de estetiempo@. La misma palabra Acruz@ es Auna obscenidad que no puede mencionarse en unaconversacin@ en el mundo romano. (29) Es a esto, el ms cruel y terrible de los suplicios (Cicern), la pena ms torpe(Tcito) e infeliz(Sneca), reservada solamente a esclavos que fuesometido escandalosamente un Apredicador de parbolas@, (30) Atratado en este caso como lasheces de la sociedad del imperio romano@. (31) De all que Pablo refuerce este escndaloprecisando -por si hiciera falta- que el que Atom forma de esclavo@ fue fiel a Dios Ahasta (elextremo de) la muerte, (y muerte de cruz!@(Fil 2,8). La idea de que se humill Aa s mismo@refleja que su accin es libre y voluntaria. No se comprende cmo J. Schneider, piense que PabloAno se refiere al acontecimiento histrico de la cruz de Jess sino a su significacin salvfica@.

    (32) Creemos que Pablo no separa ambas dimensiones, la salvfica (cruz de la fe) y la conflictiva(cruz de la historia), (33) y este conflicto sigue siendo escndalo. (34) La cruz es una palabra de losasesinos, Aprncipes de este tiempo@, y es a su vez una palabra de Dios, Afuerza de Dios ysabidura de Dios@para los llamados...

    B. La dimensin comunitaria de la cruz

    Pero la cruz no lleva sobre s solamente una carga de conflicto. Utilizando un lenguajetomado de la hermenutica podemos afirmar que la cruz es un lenguaje que Aqueda abierto@, ycomo tal se carga de sentido siempre nuevo. Es por esto que la cruz tambin puede serAmanipulada@ o Adomesticada@. De aqu -para evitar cualquier manipulacin- que sea tanimportante empezar por la Acruz de la historia@. (35) Esta Aapertura@del lenguaje de la cruz nodebera conducirnos por cualquier camino, sino por la huella de la misma cruz. Esta apertura,entonces, debe seguir los mismos caminos abiertos por el Nuevo Testamento, y es lo quetrataremos de presentar.

    Nuestra intencin -en este prrafo- es mostrar cmo releyeron algunos autores del NuevoTestamento este mismo lenguaje de la cruz aplicndolo a sus propias realidades. Brevementesealaremos las relecturas individuales, deteniendonos ms atentamente en las relecturascolectivas, por servir ms claramente a nuestro objetivo: hablar de un Apueblo crucificado@.

    1.- Una proyeccin personal de la cruz:

    AA la luz de la cruz interpreta Pablo su misma condicin social como apstol y las

    caractersticas de su predicacin. Pablo reivindica polmicamente el personificar los valores

    alternativos de la cruz y se pone como ejemplo para sus comunidades. Personificar la cruz sirve a

    Pablo para aumentar su autoridad@. (36)

    La pedagoga de la cruz, que Pablo presenta insistentemente, y que hemos sealado ennuestro prrafo anterior, no es ajena a la misma predicacin, o mejor dicho, al mismo predicador.Pablo sabe ver una estrechsima relacin entre el mensajero y el mensaje, de all su frecuenteapologa frente a las crticas, y tambin su presentacin insistente.

    Veremos, sintticamente, dos textos:

    En 1 Cor 2,1-5 Pablo presenta brevemente el modo con que l evangeliz en Corinto. Supresentacin es una ejemplificacin grfica de los contenidos de su misma predicacin: la cruz. Esen este marco, de predicacin de la cruz, que Pablo seala que la presentacin que l hizo delmensaje fue dbil: puesto que no quiso saber sino Aa Jess, el Cristo, y ste crucificado@ sepresent Adbil, tmido y tembloroso@, sin los Adiscursos persuasivos de la sabidura@, y con lanica fuerza del Espritu. Podemos decir que Pablo se presenta como Aun predicador crucificado@,y que los mismos medios a los que recurre son Acrucificados@, son medios dbiles que sabenAsacar@ de ellos, fuerza de Dios; es la misma antinomia debilidad-fuerza que apareca en el

    contexto de la cruz (1,18.24.25). Sobre esta unidad volveremos en seguida.

  • 8/13/2019 Ellacura

    7/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 7

    Otro prrafo a tener en cuenta es el texto de Gal 3,1: all Pablo dice que a los ojos de losGlatas fue Apresentado@Cristo crucificado. )A qu presentacin se refiere? Recientemente se hapropuesto, y no parece desacertado, que el contexto de Gal 2,19-21 y la semejanza entreA

    presentacin@

    (proegraf) y el presentarse comoA

    espectculo@

    (theatron, 1 Cor 4,9), ya queAcuando soy dbil entonces soy fuerte@(2 Cor 12,10) invitan a ver que Aa travs de su debilidad,Pablo proclama a Cristo crucificado ... el lenguaje visual debe entenderse metafricamente...(as)podemos entender el aspecto visual de proegraf como una presentacin (display)de Pablo delCristo crucificado@. (37) El texto, que como vimos remarca fuertemente la importancia de la cruz,ha sido presentado por la misma persona del predicador, con su debilidad.

    Como podemos ver, Pablo no ha puesto Ala cruz@ como algo Acerrado@, sino que lapredicacin de la cruz es algo que muestra toda una pedagoga: en los contenidos, y en elmensajero. Predicar la cruz, lo que es el centro de la predicacin paulina, no es simplementeobjetivar un tema. Es presentar ese mismo tema como un todo. Predicar la cruz con medios

    Afuertes@, con Asignos de poder@, con recursos Asabios@ sera para Pablo una incoherencia.Atentara contra la misma cruz que se predica.

    2.- Una proyeccin comunitaria de la cruz

    Volvamos al texto de 1 Cor 1: Pablo ha predicado la fuerza de la cruz. De hecho es unadebilidad que se revela como fuerza Apara los que se salvan@(1,18). Hemos sealado la antinomiafuerza-debilidad. La fuerza aparente (Adel mundo@) puede resultar muy atractiva, y de hecho es uncriterio que se sigue frecuentemente para evaluar la Averdadera sabidura@, la Aperfecta@. Losgrandes predicadores de la antigedad son excelentes oradores. (38) Pablo, en cambio, hapresentado una sabidura diferente. Tan diferente que es vista como escndalo o necedad para los

    diversos grupos. El contenido mismo de la predicacin paulina es escandaloso. Pero -como lohemos visto- no slo su contenido aparece Adbil@ sino tambin su mismo predicador. Sinembargo, esto es coherente con el contenido, hay una Asyn-tona@entre el contenido de la cruz,debilidad y escndalo, y la Apresentacin@del predicador: Adbil, tmido y tembloroso@.

    Pero no slo el contenido y el mensajero estn Asealados@ con la cruz. Los mismosdestinatariostambin lo estn. Para Pablo todo esto es signo evidente de la absoluta coherencia delafuerzade Dios que se manifiesta en la debilidad. Puesto que para el Apstol la gracia toma lainiciativa y es la expresin de un Dios que siempre da el primer paso, y que no pretende que nosguiemos con criterios de eficiencia, o de Aprudencia humana@, la manifestacin de la debilidadpermite que la gracia muestre toda su capacidad y su fuerza. La debilidad es patente (del mensaje,

    del mensajero y los destinatarios) y permite evidentemente descubrir la fuerza de la intervencinde Dios. (39) Es la coherencia de la pedagoga de la cruz. Si hay un mensaje de la cruz, y unmensajero crucificado, ahora Pablo nos recuerda que los corintios tambin son una Acomunidadcrucificada@:

    A(Mirad, quines han sido llamados, hermanos! No hay muchos sabios segn la

    carne, ni muchos poderosos, ni muchos de la nobleza. Ha escogido Dios ms bien

    lo necio del mundo para confundir a los sabios, y ha escogido Dios ms bien lo

    dbil del mundo, para confundir lo fuerte. Lo plebeyo y despreciable del mundo haescogido Dios, y lo que no es, para hacer ineficaz lo que es. Para que ningn

    mortal se glore en la presencia de Dios. De l les viene que estn en Cristo Jess,

    el cual es hecho para nosotros sabidura de Dios, justicia, santificacin y

    redencin, a fin de que, como est escrito: El que se glore, glorese en el Seor@(1Cor 1,26-31).

    Es interesante ver cmo presenta esto W. Schrage en su comentario a la carta paulina. ltitula la unidad: La Composicin de la comunidad como reflejo de >la palabra de la Cruz=. Yaade ms: AQue la mayora de los miembros de la comunidad de Corinto no pertenecen a losricos o poderosos, sino a las masas; es un reflejo de la Cruz de Cristo@. (40) Y al mostrar laresonancia del texto en diferentes momentos y lugares (historia de los sentidos) afirma:

    ANo es casualidad que en la >Teologa de la Liberacin=las implicaciones sociales de 1Cor 1,26-31 sean utilizadas repetidamente, contrariamente a lo que ocurre con el integrismo o la

  • 8/13/2019 Ellacura

    8/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 8

    indiferencia social. Con nuestro texto se puede leer: >El amor de Dios y de la humanidad de

    Cristo son parciales para los fatigados y sobrecargados, para los humillados y ultrajados=.

    ALos llamados de 1,18ss estn modelados en la Teologa de la Liberacin por la

    experiencia de la pobreza y la represin como horizonte, en ellos la meta de la Cruz vuelve arevelarse y el conocimiento del dolor y la represin interior domina el sistema de la Comunidad

    como adecuado intrprete para la comprensin de la cruz. Sin embargo, los pobres no son un

    ideal, sino que la solidaridad con los pobres debe volverse protesta contra la pobreza@. (41)

    Los textos podran multiplicarse, sealemos solamente dos ms. En una misma linea con ladinmica de la predicacin de la cruz, Pablo afirmar que con el bautismo quedamos Acrucificadoscon Cristo@(cf. Rom 6,3.6) y que hay que tener Alos mismos sentimientos de Cristo@(Fil 2,5).

    Una vez ms podemos ver la importancia que para el Apstol tiene la relacin entre la cruzy la comunidad. Es en el primero de los textos donde encontramos la extraa frmula

    synestaurth(con-crucificados) en la que Pablo, como varias veces hace, une estrechamente laeclesiologa y la cristologa (42) movido por la escatologa. El Bautismo nos pone en comuninestrecha con el crucificado y nos hace vivir con-crucificados; la comunidad de los bautizados,ciertamente es con-crucificada. AEl v.5 (...) muestra que en la representacin sacramental delacontecimiento-Cristo se establece una unin de la muerte y resurreccin entre Cristo y el

    bautizado. Con synestaurth: >fue crucificado con=, v.6a establece la base de esta unin con

    Cristo enteramente en el evento histrico de la crucifixin. Los bautizados estn unidos a Cristo de

    un modo tal que son arrastrados al evento que ocurri una vez en el Glgota. La muerte de Cristo

    deviene efectiva en sus vidas cuando ellos son arrastrados por el bautismo a la unin salvfica dela cruz de Cristo. (43)

    Por otra parte, esta estrecha relacin, se ve de un modo patente, y de una manera msevidentemente comunitaria, en el prrafo que antecede al llamado Ahimno@que encontramos en lacarta a los filipenses (2,1-5). G. Fee ha sealado claramente la estrecha relacin estructural entre loque Pablo pretende de la comunidad (paraklsis ) y el Ahimno@. Los cristianos estn llamadosa Asentir@Aen Cristo Jess@, pero esa actitud debe llevar a un modo de vida en la comunidad(Asiendo de un sentir armnico@, 2,2): la repeticin de trminos en esta introduccin y en elAhimno@ sealan que para Pablo ese movimiento de descenso y ascenso que se registra en laknosis y exaltacin de Jess tambin se da en las comunidades. La misma Ahumillacin@(etapensen) que lo lleva a obedecer hasta la muerte Ay muerte de cruz@es la que se espera de loscristianos (tapeinofrosyn-i, v.3). Ese es, ciertamente, el sentido del v.5 que une ambas unidades.(44)

    Pero dejemos a Pablo. Sobre la solidaridad de la Acomunidad@, el Apueblo de Dios@o elsentido colectivo de la cruz, entendida ya no slo como el instrumento que lleva a la muerte aJess, sino de un modo amplio, el Nuevo Testamento con mucha frecuencia presenta el conceptoextendindolo:

    El Evangelio deMateoconstantemente pone en paralelo a Jess y su comunidad diciendode sta lo mismo que haba dicho de Aquel hasta el punto de poder decirse que es el Evangelioeclesiolgico por excelencia, y que esto puede descubrirse desde la misma estructura de la obra. Dehecho, la caracterstica de la Iglesia de Mateo es la presencia constante del Seor: Aestoy con

    ustedes todos los das hasta el fin del mundo@

    (28,20)Lucas en su obra no teme en presentar a los seguidores de Jess como crucificados. El

    mximo -pero no nico- ejemplo, es el estrechsmo paralelo que presenta el autor entre la cruz deJess y la cruz de Esteban, pero lo mismo podramos decir de la figura de Pablo presentada porHechos a lo largo de su obra como Aapstol crucificado@. (45)

    Juan, se ha dicho claramente, presenta en paralelo a Jess y su comunidad hasta el puntoque su obra se mueve en dos niveles simultneos y lo que se dice de Jess puede afirmarseasimismo de la comunidad del Discpulo amado. Las actitudes de los judos con Jess no sondistintas que las que los contemporneos del Evangelio tienen con los cristianos al Aexpulsarlos de

    las sinagogas@por confesar a Jess como Mesas.

  • 8/13/2019 Ellacura

    9/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 9

    Tambin, laprimera carta de Pedrofrente a la persecucin que padecen los cristianos, alos que presenta como Pueblo adquirido (2,9), y -sea esta persecucin real, potencial oAespiritual@, presente o inminente- une claramente esa persecucin con la cruz de Cristo (cf. 4,13).

    La carta a losHebreospresenta a Jess comoA

    precursor@

    de un camino que estamos invitados aseguir (cf. 10,20). E incluso elApocalipsis,que no slo presenta a la Iglesia en solidaridad martirialcon su Seor, lo que le alcanza dignidad de pueblo sacerdotal, sino que a los dos testigos no temeen relacionarlos tan estrechamente al Seor que los cadveres son expuestos tres das y medio alldonde su Seor fue crucificado (cf. 11,8).

    Lo que hasta aqu presentamos tiene como intencin mostrar que en la teologa bblica lacruz no es un hecho aislado, y que hablar de personas, comunidades o pueblos crucificados no essino ser coherente con la teologa del Nuevo Testamento, que aunque no utilice el trmino, sestablece una estrecha relacin entre el Seor crucificado y la cruz de sus seguidores.

    Sin embargo, y para ser ms explcitos, no hay probablemente texto donde sea msevidente esta teologa de la cruzque en el Evangelio de Marcos.Detengmonos, entonces, brevemente en este Evangelio:

    Aunque la importancia de la theologia crucisen el Evangelio de Marcos no necesita serdemasiado resaltada, veamos esquemticamente cmo est presentado.

    Hay consenso general en que el Evangelio puede dividirse en dos partes teniendo laConfesin de Pedro como texto bisagra de la obra. La estrecha relacin entre Jess y susseguidores se nota claramente en la primera parte ya que a cada uno de los tres sumarios quecomienzan una sub-unidad de esta parte, le sigue inmediatamente un relato de vocacin de losdiscpulos. Recin a continuacin encontramos el conjunto de relatos (empezado y terminado cadauno por una inclusin). En estas tres partes se descubre un Jess cada vez ms aislado, al principiode las autoridades o jefes de Israel, (46) luego por la familia de Jess, y los suyos (6,4) y finalmentepor Alos hombres@en general (8,27).

    En la segunda parte, el lugar central lo ocupa el bloque enmarcado por los tres relatos de lapasin. Nuevamente, a cada uno lo sigue un relato que hace referencia a los discpulos, esta vezmarcado por la incomprensin. Esto supone un modo de ser discpulos, un ponerse en caminodetrs de la cruz, sealado por la negacin de s (8,34), la humillacin de s (9,33-35) y la renunciaa los puestos de honor (10,35-40), (47) de all que en cada unidad encontremos el dicho Asi unoquiere...@(8,34; 9,35; 10,43).

    Veamos esto esquemticamente:

    Prlogo: 1,1-13: Evangelio de Jess el Mesas, el Hijo de Dios

    Parte I: Mc 1,14-8,30 ParteI I: Mc 8,31-15,39

    Sumario (1,14-15) 1,14-3,6Relato de vocacin de los discpulos (1,16-20)Cuerpo del relato (1,21-3,6)

    (Inclusin quistica: sbado... sinagogaen 1,21 y 3,1.2)

    Incomprensin

    8,31-9,29Primer anuncio de la Pasin (8,31-32a)Incomprensin de los discpulos (8,32b-33)Cuerpo del relato (8,34-9,29)

    Sumario (3,7-12) 3,7-6,6aRelato de vocacin de los discpulos (3,13-19)Cuerpo del relato (3,20-6,6a)

    (Inclusin quistica: casa... parientes en3,20.21 y 6,4)

    Incomprensin

    9,30-10,31Segundo anuncio de la Pasin (9,30-32)Incomprensin de los discpulos (9,33-37)Cuerpo del relato (9,38-10,31)

    Sumario (6,6b) 6,6b-8,30Relato de vocacin de los discpulos (6,7-13)Cuerpo del relato (6,14-8,30)

    (Inclusin: Juan el Bautista... Elas...

    10,32-52Tercer anuncio de la Pasin (10,32-34)Incomprensin de los discpulos (10,35-45)Cuerpo del relato (10,46-52): un ciego

  • 8/13/2019 Ellacura

    10/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 10

    profeta en 6,14.15 y 8,28)Incomprensin

    Aeres el Mesas@(8,29)

    deviene discpulo modelo.

    Jess en Jerusaln (11,1-13,37)Pasin y Pascua de Jess (14,1-15,39)

    Aera el Hijo de Dios@(15,39)

    Conclusin15,30-16,8

    Es muy probable que Marcos destine su Evangelio a una comunidad perseguida de la actualItalia, posiblemente de Roma. Esta persecucin es vista como una cruz, y ante esta Acomunidadcrucificada@, Marcos intenta presentar como Buena Noticia que la comunidad est siguiendo lasmismas huellas de su Seor. Abandonada de todos, sin signos aparentes de solidaridad, lacomunidad se siente incluso abandonada por Dios. Su identificacin con su maestro se da

    particularmente en esta cruz.Esto se remarca particularmente si podemos decir que la comunidad de Marcos estaba

    entusiasmada por una theologia gloriae, es decir, que frente a la persecucin, pona su confianza enlos milagros, en lo extraordinario; Jess, por el contrario, se revela en la cruz.

    ALa tesis de la teologa de Marcos de la cruz como contrapuesta a una teologa de la

    gloria ha tenido su mximo desarrollo en L. Schenke: >La circunstancia que ha llevado a la

    redaccin de Mc fue una equivocada teologa de la gloria al interno de la comunidad. Esta se

    manifestaba en relatos singulares, relatos que representaban la actividad terrena de Jess en

    obras de potencia y milagros como apariciones de Dios y su fuerza sobre la tierra. Estos prodigiosde Jess daban a la comunidad la certeza de encontrarse ya salvada y de participar de la gloria

    del Glorificado. A esta teologa, destinada a equivocarse en esta poca de crisis y persecucin,Marcos responde con una teologa de la cruz. Dios no ha querido manifestarse en accionesgloriosas, sino en la bajeza de la cruz de Jesucristo. En el mismo abandono extremo de Dios en la

    cruz (15,14) Dios est absolutamente presente. Por esto la filiacin divina de Jess y la gloria

    celeste pueden reconocerse en definitiva slo en el advenimiento de la cruz=...@(48)

    El llamado Asecreto mesinico@ de Marcos, intenta silenciar malas interpretaciones,particularmente relacionadas con el ttulo Mesas. Una vez que Jess presenta la cruz como parteintegrante de su camino, puede comenzar a explicar Aqu tipo de Mesas@es; es por esto que en lasegunda parte del Evangelio, ciertamente ms cristolgica, desaparecen prcticamente lasmultitudes y los milagros, mientras Jess se dedica a explicar o predicar a sus discpulos en

    privado, o en la casa.Por eso podemos decir que Ala cruz@no es slo algo que los asesinos impusieron a Jess de

    Nazaret; es tambin algo que deben cargar (incluso Acada da@, al decir de Lucas) los que quieranser discpulos; la cruz forma parte de la vida de los seguidores del Seor. La cruz de Jess y la cruzde la comunidad, una comunidad crucificada, son -como vemos- inseparables en la estructura deMarcos, y -lo hemos visto- totalmente coherentes con las dems teologas de la cruz del NuevoTestamento, donde la relacin entre Jess y los suyos es absolutamente estrecha. Es extrao que alhablar de la teologa de la cruz se omita a los creyentes crucificados los que, queda claro, estnestrechamente ligados y difcilmente pueda aislrselos sin ser infieles a la teologa bblica.Ciertamente que esta Aligazn@no es sin ms identidad, no es la misma la cruz de Cristo que la delos pueblos crucificados, pero aquella pierde un aspecto fundamental sin esta. Podemos decir queomitir la referencia a los pueblos crucificados quita a la cruz, (a la verdadera cruz!, ciertaencarnacin.

    Conclusin

    Hemos sealado una doble dimensin, conflictiva y comunitaria, presentes en la categorapueblo crucificado. Creemos haber mostrado que ambos elementos son plenamente coherentes conlo que nos dice el Nuevo Testamento. Ms aun, nos preguntamos, dada la contundente cantidad yfuerza con la que ambos aspectos aparecen, cmo puede omitirse, de los escritos teolgicos ypastorales, una imagen tan precisa y a su vez til para entender nuestro presente.

  • 8/13/2019 Ellacura

    11/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 11

    Es evidente que no es lo mismo hablar de la cruz de Jess y la cruz del pueblo. Ciertamentela dimensin de cruz que encontramos en el pueblo es anlogaa la de Jess, y no todo lo quepodemos decir de la cruz de Jess podemos asimismo decirlo de la cruz del pueblo. Pero eso no nosimpide dar el paso de Ellacura: lo que se dice de la cruz de Jess ha de decirse analgicamente (ometafricamente, o por Asemejanza@) de la cruz de la comunidad o del pueblo crucificado.Sealemos algunas tal como Ignacio las presenta: (49) como continuador de la obra de Jess aportala salvacin (214), es vctima del pecado y aportar la salvacin al mundo (201-204, 215), esaceptado por Dios como siervo de Yahv (213). Por otra parte es claro que no es el dolor y lamuerte del pueblo lo que alcanza salvacin sino que Aslo un pueblo que vive, porque haresucitado de la muerte que se le ha infligido, es el que est dispuesto a salvar al mundo@(215),que otra vez, el mundo de la opresin no est dispuesto a aceptar y otra vez Adesechar la piedraangular@(216). J. Sobrino complementa esto diciendo que los pueblos crucificados tambin traenluz, ofrecen valores, esperanza, fe, un gran amor, ofrecen el perdn a sus opresores, generansolidaridad, y un modo de ser Iglesia. (50)

    ALa Teologa de le Liberacin (nacida veterotestamentaria y madurada neotestamentaria)(51) ve que las mayoras oprimidas son hoy un pueblo crucificado: relee la crucifixin de Jess

    desde esta situacin e interpreta sta desde el Cristo crucificado.

    APor ello Ellacura afirm por activa y por pasiva, y argument con solidez, que la

    salvacin de Dios ofrecida histricamente a los hombres una y otra vez, pasa hoy por la liberacin

    estructural de las mayoras populares. Sin duda, la salvacin no se reduce a una simple liberacinpoltica, pero la salvacin sin la liberacin poltica es un cuento de hadas que no se traga nadie.

    (...)

    AQue la salvacin pase por la liberacin poltica... significa dos cosas en Ellacura: que

    los pobres son objeto de salvacin y que esos mismos pobres son sujeto de salvacin (...)

    ALo segundo es ms peliagudo, aunque igualmente cierto: los pobres son sujeto de

    salvacin, o sea, ellos traen la salvacin. No es que ellos sean la fuente de la salvacin (slo Dioses la fuente), sino que la salvacin nos viene a nosotros a travs de ellos... porque Dios es as,porque su amor se da kenticamente, porque su amor se muestra en el abajamiento. La Biblia est

    empapada de este ser de Dios...@(52)

    Nuestro trabajo ha intentado aportar a la obra de Ignacio Ellacura, telogo y mrtir. No fuenuestra intencin explicitar lo que l mismo dice. Al hablar de pueblo crucificado, l suele trabajarotros textos y otros autores. Ciertamente su texto predilecto son los cantos del siervo de Yahv, y alhablar de la cruz cita frecuentemente a los estudios bblicos que han trabajado la actitud de Jessante la muerte (Schurmann, Lon Dufour).

    Nuestro intento fue por otros carriles, intentamos mostrar la validez de la categora, para lo

    que hemos presentado una serie de textos o unidades literarias. La conflictividad de la cruz, que tanclara vemos en nuestros das, no siempre se vio antes de ese modo. Lo mismo hemos de decir de laaplicacin de la metfora (o imagen) de la cruz a las realidades comunitarias de debilidad,victimizacin o muerte inminente.

    Muchas cosas cambiaron en Amrica Latina desde la muerte de Ignacio. El Salvador ya noes el mismo, y no parece que la sangre derramada por Ignacio y sus compaeros y compaeras, lasangre de Romero y de los 70.000 asesinados del Salvador, lo mismo que los 80.000 de Guatemala,entre los cuales recordamos a mons. Girardi, no parece que toda esa sangre sea ajena a algunoscambios que podemos ver. Parece haber pasado la hora de las balas, ahora la muerte tiene otrocolor: verde dolar. La usura internacional y la muerte lenta por el pago de una deuda externa que

    mata a los pobres, el imperialismo internacional del dinero, la dictadura neoliberal, ladesocupacin, la imposicin de planes de ajuste desde los centros de poder, el enorme crecimientode la corrupcin poltica, empresarial, sindical, periodstica..., la violencia, las enormes ycrecientes desigualdades sociales, el analfabetismo, la concentracin multinacional de capitales ymedios de produccin en manos cada vez ms limitadas... Y a esto podramos agregar el inviernoeclesial, la centralizacin cada vez mayor de la curia romana, el congelamiento del ConcilioVaticano II, los nombramientos de obispos (entre ellos el Arzobispo del Salvador) cada vez mslejanos de los pobres y ms cercanos al poder, y una iglesia que a veces habla mucho de los pobrespero propone modelos que no temen acercarse a los pobres mientras ellos sigan donde estn...

    Hablar de los pueblos crucificados parecen ser cada vez ms un desafo de notable

    actualidad.

  • 8/13/2019 Ellacura

    12/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 12

    Hablar de pueblos crucificados es tener muy presente el conflicto, y saber que haycrucificadores: los mismos que crucificaron a Jess y a Ellacura, a Mugica y a Angelelli, aRomero y a tantos otros, son los dolosque necesitan vctimas para saciar su sed. Pero es tambindecir que Dios no est de ese lado de la historia, sino Adel reverso@, Dios s hace una verdaderaopcin por los pobres, comprometido con su historia, comprometido con su vida; y en esecompromiso Dios siempre tiene la ltima palabra, que es palabra de vida y resurreccin.

    Hablar de pueblos crucificados es hablar de salvacin, de sentido al dolor. No un sentido enun Amaana@indefinido, no un sentido en la resignacin, sino un sentido que se encuentra en elhermano (hyper hmn), un sentido que es de vida.

    Hablar de pueblos crucificados es hablar de pueblo, palabra provocadora en el imperio delindividualismo y la aislacin. Pueblo que es comunidad y fiesta, que es cultura y fe. Pueblo esperegrinacin e historia, eleccin y compromiso con el otro y otra, un hermano y hermana.

    Hablar de pueblos crucificados es hablar de martirio y sangre, de fidelidad y proyecto. Eshablar de testimonio de un amor mayor. Siempre mayor. Es hablar de encarnacin y Pascua, deEspritu y espiritualidad. Es hablar de Amrica Latina y el Tercer Mundo, y tambin de las armasvendidas por el Primero, del FMI y el Banco Mundial, de una iglesia de los pobres y de unateologa que quiere hablar desde la fidelidad y el compromiso.

    Hablar de pueblos crucificados es hablar de Ignacio Ellacura.

    Notas:

    1. G. Gutirrez, Teologa de la Liberacin. Perspectivas, Salamanca 1973, 35.

    2. J. Sobrino, ATeologa en un mundo sufriente. La teologa de la liberacin como >intellectus amoris=@, en Elprincipio-misericordia. Bajar de la cruz a los pueblos crucificados, (Presencia Teolgica 67), Bilbao 1992, 47 -80.

    3. La idea es de Bartolom de las Casas, G. Gutirrez la cita desde los comienzos de sus escritos, cf. ADe Medelln aPuebla@ en La fuerza histrica de los pobres, Salamanca 1982, 98; sigue usndola en su monumental trabajolascasiano, En busca de los pobres de Jesucristo, Salamanca 1993; la frase de Las Casas es: AToda la concesin ycausa de ella de los reyes de Espaa y seoro que sobre estas tierras y gentes tienen, fue y es para la vida de ellas y

    para la salvacin y conversin de sus almas, y hselas convertido en muerte muy acelerada y miserable y final

    perdimiento@, 40.

    4. Juan Pablo II, Discurso a los Obispos del CELAM, Estadio olmpico de Santo Domingo, 12.10.1984, III,1.

    5. La imagen parte del dicho Aignaciano@in actione contemplativus(propiamente de Nadal, no de Ignacio, aunqueexpresa su intuicin).

    6. Cf. G. Gutirrez, El Dios de la vida, Salamanca 1992; V. Codina, ADios de la vida, dioses de la muerte@ enParbolas de la mina y el lago, Salamanca 1990, 47-62.

    7. L. Boff, AMstica y poltica. Contemplativo en la liberacin@, Christus 3 (1991) 27-31.

    8. Lo hemos hecho en AEl amor mayor, testimonio de una vida plena@artculo de prxima aparicin en Concilium.Sin

    duda que elA

    odium fidei@

    puede ser un criterio, y all donde est evidentemente presente podemos hablar de martirio;pero tambin podemos hablar de martirio en otras circunstancias aunque el Aodium fidei@est ausente. No creemosque sea el criterio mayor.

    9. Cf. J. Sobrino, Compaeros de Jess. El asesinato-martirio de los jesuitas salvadoreos, Bilbao 1989, 27:Avivieron y lucharon por su erradicacin@.

    10. Dejamos de lado la capacidad o incapacidad, maldad o ignorancia humana, los doloss Asaben lo que hacen@. Suproblema es que no saben hacer otra cosa que dar muerte, de all que matando a Jess encuentran su propia muerte. Losinstrumentos humanos, en cambio, pueden saber o no. La proliferacin del egosmo, la centralidad del dinero, suenorme capacidad de muerte nos hace dudar que -al menos siempre- Ano sepan lo que hacen@.

    11. Cf. I. Ellacura,AEl pueblo crucificado@en Mysterium Liberationis (I. Ellacura - J. Sobrino eds.), Madrid 1990, II

    189-216.

  • 8/13/2019 Ellacura

    13/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 13

    12. La posibilidad de que los judos contemporneos a Jess viesen a los crucificados como Amalditos de Dios@releyendo Dt 21,22-23 no slo se refuerza por su uso en Qumrn, sino por la lectura de Trifn en dilogo con Justino:A... de lo que dudamos (los judos) es de que el Cristo hubiese de morir tan ignominiosamente, pues en la ley se diceque es maldito el que muere crucificado (epikatratos gar ho stauromenos)@ (Dial 89,2; 90,1); como se ve, sin

    embargo, el uso de epikatratosinvita a sospechar que Justino estara influenciado por Pablo. Cf. C. M. Tuckett,ADeuteronomy 21,23 and Paul=s Conversion@, en A. Vanhoye et al. L=Aptre Paul, BETL, Louvain 1986, 345-350.

    13. E. de la Serna, Con los pies en el barro, Montevideo 1993, 32-38.

    14. Cf. R. E: Brown, An Introduction to the New Testament(ABRL), Doubleday 1997, 192.

    15. Basta ver a modo de ejemplo el prlogo de la obra de X. Lon Dufour, Jess y Pablo ante la muerte, Madrid1982, 14: AEl lenguaje corriente es el que manifiesta, por ejemplo, en Amrica Latina a travs de losCristos de losdolores, que ostentan llagas sanguinolentas para invitar a los pobres a soportar con paciencia la opresin que losmantiene en la miseria...@

    16. La distincin entre Ayo@y Alos otros@es muy importante. AYo@puedo asumir el sufrimiento, por amor, y dar la

    vida, incluso soportar la injusticia para que Alos otros@tengan vida. Pero Ayo@debo luchar para que la injusticiacometida a Alos otros@cese cuanto antes. Del mismo modo, Ayo@puedo querer permanecer en la cruz para que otrosvivan, y eso es amor. Pero precisamente por amor debo trabajar y dar la vida para aliviar la cruz de Alos otros@, oAbajar de la cruz a los pueblos crucificados@. Pero tambin dentro del Ayo@es importante hacer una distincin entreel auto-sacrificio y el Adon de s@, como lo hace F. Hinkelammert en Sobre dolos y sacrificios. Ren Girard contelogos de la liberacin (H. Assmann ed.), San Jos de Costa Rica 1991, 43.

    17. Como se ve, y volveremos sobre esto, la maldicin en este caso viene Ade la Ley@y no Ade Dios@.

    18. J. L. Martyn, Galatians(AB 33A), Doubleday 1998, 319.

    19. As lo entiende H. Schlier, La carta a los Glatas, (BEB 4), Salamanca 1975, 163

    20. AGal 3,13 y 2 Cor 5,21 son pasajes en los que Pablo desarrolla el significado expiatorio de la muerte y pasin deJess con la ayuda de un modo tipolgico de pensamiento. El primero representa el efecto liberador del acto de

    salvacin, anlogo a la redencin de un esclavo (...) El uso de las palabras euloga y epaggela muestra

    intrnsecamente que el uso de hyper hmn aqu es >en nuestro favor=... >en nuestro lugar= (palabra que tendrsentido bautismal)@, Reisenfeld, hyperTDNT VIII, 509 (cf. 512); de modo semejante H. Patsch en EDNT III, 398.

    Nos detenemos brevemente en esto porque la muerte de Jess Apor nosotros@ha sido muchas veces leda en Aclavedolorista@: Anosotros matamos a Jess@cargando culpas en las conciencias y eximiendo de su real culpa a los Caifsy Pilatos... As lo afirma asimismo B. Ferraro: ALas primeras comunidades retomarn los textos de las Escrituraspara hacer frente a las interpretaciones de los poderosos que vean a Jess como impuro, pecador, blasfemo,

    agitador. Los textos del Nuevo Testamento, sobre todo Lucas y Juan, hablan de la muerte de Jess como una >muerte

    por...=(Hyper, en griego). Una muerte por solidaridad. Una muerte para defender la justicia @, en Sobre dolos ysacrificios, 44.

    21. A. Vanhoye, APense thologique et qualit rhtorique en Galates 3,1-14", en The Truth of the Gospel(Galatians1,1-4,1) J. Lambretch (ed.), Monographic Series of ABenedictina@. Biblical-Ecumenical Section 12, Rome 1993, 114.

    22. El trmino es propio del lenguaje comercial, y puede referir a la compra de bienes, o particularmente de esclavospara ser liberados. El uso del aoristo refiere a una accin puntual del pasado: la cruz de Jess ha producido tal rescate,la liberacin de lo que esclaviza.

    23. A. Pitta, Lettera ai Galati, (Scritti delle origini cristiani 9), Bologna 1996, 190.

    24. R. Aguirre, ASociologa de la cruz en el Nuevo Testamento@en La mesa compartida, (Presencia teolgica 77),Bilbao 1994, 183.

    25. Cf. B. Malina, El mundo del Nuevo Testamento. Perspectivas desde la antropologa cultural, Verbo Divino1995, 45-83.

    26. W. Schrage, Der Erste Brief an die Korinther(1 Kor 1,1-6,11), (EKK VII/1), Neukirchener 1991, 254.

    27. R. Bultmann, Theologie des Neues Testaments, Tbingen, 1958, 179.

    28. I. Fulkes, Problemas pastorales en Corinto. Comentario exegtico pastoral a 1 Corintios, San Jos, Costa Rica,1996, 100.

    29. As F. F. Bruce, citado por P. O=Brien, Commentary on Philippians, (NIGTC), Eerdmans 1991, 231; Ala mismapalabra >cruz=debe removerse no slo de la persona del ciudadano romano, sino de su pensamiento, sus ojos, sus

    odos@, Cicern.

    30. A)Cmo se puede conciliar la existencia de Jess as definida [existencia escatolgica en la que triunfaba el

  • 8/13/2019 Ellacura

    14/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 14

    poder del amor] con el hecho histrico de su muerte violenta? La suerte de malhechor sufrida por el narrador de

    parbolas )no desmiente la relevancia escatolgica de lo narrado por l y, en consecuencia, la verdad escatolgica

    de su existencia? )Su ajusticiamiento en la cruz, no es un indicio claro de la impotencia del amor y de la prepotencia

    del mundo operativo? El hecho de la muerte violenta de Jess, )no viene a confirmar la norma de lo real segn la

    cual el sufrimiento es consecuencia de la mala accin (cf. Gal 3,13b en conexin con Dt 21,23)? El kerigma pascualcontradice el veredicto latente en estas preguntas, dando a conocer que justamente la impotencia del Crucificado

    responde a la esencia del amor. El kerigma pascual presenta la muerte especial de Jess como la expresin ms

    radical de la autoalienacin del amor. En la muerte de Jess se manifiesta de qu es capaz el amor.. .@, W. Harnisch,Las parbolas de Jess, (BEB 66), Salamanca 273-274.

    31. G. Barbaglio, Dios, )violento?, Verbo Divino 1992, 215.

    32. J. Schneider,staurs, TDNT7,575.

    33. Cf. J. Gnilka, Der Philipperbrief, (HThKNT X 3), Herder 1987, 124; G. Fee, Paul=s letter to the Philippians(NICNT), Eerdmans 1995, 217.

    34. J. D. G. Dunn, The Theology of Paul the Apostle, Edinburgh 1998, 207-233: AEsta es la Buena Noticia delEvangelio de Pablo: quienes se identifican con Cristo en su muerte son salvados de morir su propia muerte como

    resultado de su supervivencia del pecado. Identificndose con Cristo en su muerte, la muerte que experimentan es su

    muerte. La muerte es inevitable (2 Cor 5,14) pero por virtud de compartir su muerte, ni la muerte ni el pecado tienen

    la ltima palabra@, 223.

    35. Nos movemos en el mismo terreno que en el Jess histrico, y de all hemos tomado la analoga. Profundizar en lafigura histrica de Jess ayuda a impedir que sea manipulado o domesticado.

    36. R. Aguirre, ASociologa de la cruz@, 187.

    37. B. S. Davis, The Meaning ofproegrafin the Context of Galatians 3,1" NTS 45 (1999) 211.212.

    38. De all que muchos interpreten que el texto est en polmica con el Agrupo de Apolo@. No es improbable que laAelocuencia@de Apolo haya sido desencadenante del tema Asabidura@en esta parte de la carta, pero creemos quePablo no enfrenta a un grupo sino al hecho de que haya grupos en la comunidad.

    39. Es muy importante tener en cuenta este Amovimiento@de la pedagoga divina, que se Aabaja@para Aelevar@, queusa medios y destinatariosAdbiles@para manifestar su Afuerza@. Si solamente nos quedramos en el Aabajamiento@,o en la debilidad-pobreza estaramos dndole la razn a Nietzche y su crtica a una Amoral de esclavos@. Aquhablamos de uno que nos enriquece con su pobreza, fortalece con su debilidad y eleva con su abajamiento. La paradojaes evidente, pero lo chocante del primer paso no debe hacernos perder de vista el segundo trmino del movimiento.

    40. W. Schrage, Der erste Brief an die Korinther, 217 (el ttulo en pg. 203).

    41. W. Schrage, Der erste Brief an die Korinther, 221 (las citas pertenecen a J. Moltmann y a G. Gutirrez).

    42. Con una cierta frecuencia se encuentran en los escritos paulinos los verbos a los que incorpora la preposicin consealando la presencia de la obra escatolgica de Cristo en la vida del/de los cristiano/s: AAqu el Bautismo es designificacin decisiva (...) Pablo ha contrastado a Cristo como el Segundo Adn con el Primer Adn, representando

    cada uno una persona corporativa (...) La unin del individuo con la persona corporativa de Adn se efecta por el

    nexo de procreacin y nacimiento, cuando la unin con Cristo es trada por el Bautismo @, Grundmann,syn-met,TDNT VII, 789.

    43. L. Perry Akli, The Pauline concept of Baptism and New Life in Christ. The dynamics of Christian LifeAccording to St. Paul, Rome 1992, 55

    44. G. Fee,Paul=s letter to the Philippians, 174-229, esp. 198-210.

    45. As lo seala, por ejemplo, R. Fabris en su reciente Paolo. L=Apostolo delle genti, Roma 1997. Pone en paralelo elviaje de Pablo a Jerusaln con el viaje de Jess, tan importante en Lucas: Aprimera fase de su pasin (de Pablo)@430;Acomo el proceso de Jess, tambin el de Pablo se ha abierto@466...

    46. Esto se remarca claramente al referirse a los Afariseos y herodianos@(3,6) que se confabuilan para matarlo, grupoque slo volvemos a encontrar en el contexto de la pasin (12,13).

    47. Cf. J. Ernst, Il Vangelo secondo Marco II, Brescia 1991, 375.

    48. As L. Schenke citado por R. Pesch, Il vangelo di Marco I, (CTNT II/1) Brescia 1980, 113

    49. Los nmeros entre parntesis responden a la pgina del citado artculo AEl pueblo crucificado@.

    50. J. Sobrino, ALos pueblos crucificados, actual siervo sufriente de Yahv@, Christus 3 (1991) 35-37, artculo escrito

  • 8/13/2019 Ellacura

    15/15

    AEl pueblo crucificado@. Aspectos bblicos. Pg.- 15

    a la memoria de I. Ellacura.

    51. El autor, en realidad, est respondiendo a objeciones de Balthasar. Dudamos muy seriamente que los orgenes de laTeologa de la Liberacin sean veterotestamentarios. Aunque la tipologa del xodo lo sea, la liberacin es

    esencialmente neotestamentaria. Nadie que haya ledo a G. Gutirrez sin prejuicios, por ejemplo, podra afirmarlo. Laidea de Acrucificado@, evidentemente, debe remontarse al Nuevo Testamento, aunque elementos del AntiguoTestamento ayuden en su relectura. Slo Marcin dira que tal relectura es veterotestamentaria.

    52. J. Sols Lucia,El legado de Ignacio Ellacura, para preparar el decenio de su martirio, Cuadernos Cristianisme iJusticia 86 (noviembre 1998) 21-22.

    (*) Publicado originalmente en El pueblo crucificado. Aspectos bblicos, Proyecto 33 (1999) [enHomenaje a Ignacio Ellacura] 115-141