El Viaje Fotografico

Cuadernos de TurismoISSN: [email protected] de MurciaEspaa

Vzquez Casillas, Jos FernandoUna ventana al mundo. El viaje fotogrfico: sudamrica como mbito de expresin

Cuadernos de Turismo, nm. 15, enero-junio, 2005, pp. 209-222Universidad de Murcia

Murcia, Espaa

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Cuadernos de Turismo, 15 (2005), 209-222

UNA VENTANAAL MUNDO. EL VIAJE FOTOGRFICO: SUDAMRICA COMO MBITO DE EXPRESIN

Jos Fernando Vzquez Casillas*Universidad de Murcia

RESUMEN

El objetivo de este artculo es tratar de aclarar la importante y fructfera relacin queexiste entre la fotografa y el viaje. Como consecuencia de ello, se presenta a lo largo deltexto el valioso papel que juega esta actividad ldica en la expresin fotogrfica, como unavertiente precisa de manifestacin creativa. En este sentido, tratamos de desvelar la atraccinque han experimentado diferentes fotgrafos por las culturas sudamericanas, siendo estas elcentro de sus manifestaciones plsticas. As pues, sus imgenes recogen la vida y costumbresde los distintos pases por los que transitan.

Palabras clave: viaje, turismo, Sudamrica, fotografa, vida, cultura.

ABSTRACT

The aim of this article is to try to clarify the important and fruitful relation that they existbetween the photography and the trip. As consequence of it, one presents along the text thevaluable paper that plays this playful activity in the photographic expression, as a slope it isnecessary creative manifestation. In this respect, we try to reveal the attraction that differentphotographers have experienced for the South American cultures, being these the center ofhis plastic manifestations. This way so his images gather the life and customs of the differentcountries along which they pass.

Key words: Trip, tourism, South America, photography, life, culture.

Fecha de recepcin: 9 de febrero de 2005.Fecha de aceptacin: 25 de mayo de 2005.* Departamento de Historia del Arte. Universidad de Murcia. Campus de la Merced. 30001 MURCIA

(Espaa). E-mail: [email protected]

ISSN: 1139-7861Cuadernos de Turismo2005, 15; pp. 209-222

JOS FERNANDO VZQUEZ CASILLAS210


1 FREUND, GISLE (1976): La fotografa de prensa, en La fotografa como documento social, Barce-lona, Gustavo Gili, p. 96.

2 SONTAG, SUSAN (1996): En la caverna platnica, en Sobre la fotografa, Barcelona, Edhasa, p. 13.3 No se debe pasar por alto la coincidencia en el tiempo del Daguerrotipo con el despliegue de las expedi-

ciones arqueolgicas.4 SOUGEZ, MARIE-LOUP (1999): Publicaciones ilustradas, arqueologa y paisaje, en Historia de la

Fotografa, Madrid, Ediciones Ctedra, S. A., sptima edicin, 1999, p. 90.5 NEWHALL, BAUMONT (2002): Fotografa documental, en Historia de la Fotografa, Barcelona,

Editorial Gustavo Gili, S. A., pp. 235-248.

1. INTRODUCCIN

(...) Con la fotografa, se abre una ventana al mundo. Los rostros de los per-sonajes pblicos, los acontecimientos que tienen lugar en el mismo pas y allendede las fronteras se vuelven familiares. Al abarcar ms la mirada, el mundo seencoge (...)1.

La reflexin que hace la autora Gisle Freund es clara de la trascendencia que el hechofotogrfico va a tener como medio de aproximacin y de conocimiento del mundo. Eneste sentido, este procedimiento tcnico cambiar la visn que se tiene de todo lo que nosrodea, puesto que nos acercar a lo lejano, a lo remoto, haciendo accesible y prximocualquier lugar. Son muy significativas a este respecto las palabras de Susan Sontagcuando afirma:

(...) el resultado ms imponente de la empresa fotogrfica es darnos la sensa-cin de que podemos apresar el mundo entero en nuestras cabezas, como una anto-loga de imgenes. Coleccionar fotografas es coleccionar el mundo (...)2.

As pues, desde la segunda mitad del siglo XIX, la fotografa tena como una de sus cua-lidades intrnsecas la de ser usada como un medio de documentacin de la realidad. En esteaspecto, ser utilizada para atrapar, por medio de la tcnica, lo que no se poda conseguir porotros medios. Es el caso de la fotografa cientfica, de reportaje o de viaje su capacidadcon respecto a capturar la realidad, hace que sea empleada tanto para recoger aspectos socia-les, como culturales. La posibilidad de ver y apreciar otros lugares sin necesidad de via-jar no debemos olvidar que no todos los estamentos sociales tenan el suficiente apoyoeconmico para realizar esta labor conlleva que surja desde los primeros aos de desa-rrollo de la imagen un oficio concreto de fotgrafo, el documentalista, el viajero. En estesentido, ya en 1840, tan slo un ao despus de la presentacin del Daguerrotipo, comienzana realizarse las Excursiones daguerriennes3, a travs de ellas se consigue un amplio reperto-rio de vistas de diferentes pases; estas imgenes se ponen a la venta como una coleccin delminas que son ofertadas mediante una publicacin de entregas sucesivas4. De esta forma,las expediciones a cualquier zona geogrfica son campo de accin para los fotgrafos, con-virtindose esta vertiente en algo habitual durante todo este periodo de tiempo.

La andadura iniciada en el siglo XIX se ampla y se extiende durante el siglo XX y sedocumentan todos los acontecimientos y lugares donde el hombre estuviera presente5. El

UNA VENTANA AL MUNDO. EL VIAJE FOTOGRFICO 211


avance de la imagen la conducir irremediablemente a multitud de tendencias y aplicacio-nes, as como a determinar su propia naturaleza. Los fotgrafos se definen como realiza-dores de un arte y expresan a travs de sus reproducciones conceptos, ideales y reflexiones.La idea de su funcin primaria, que se centra en captar un testimonio, para servir de testigoinmutable al registrar un evento6, comienza a ser acompaada, a finales de este siglo, de lasubjetividad del artfice, en la que empieza a exteriorizarse la individualidad del que ela-bora la accin, sin que ello lleve a la imagen a perder el carcter de documento. En estesentido, los fotgrafos muestran la necesidad de expresarse abiertamente y se produce unaimagen documental cargada de la particular visn del artfice. Son explicitas las expresio-nes de Joan Fontcuberta cuando apunta, a propsito del nuevo rumbo que llevan este tipode ejercicios:

(...) Frente a un documentalismo que prescriba para el fotgrafo una actitudneutral, de no intervencin, de obediencia estricta a unas estrechas convencionesde representacin, muchos fotgrafos se sintieron incmodos y reaccionarontomndose, mayores licencias de interpretacin. Desplazaron de este modo suobjetivo de un inters por la realidad asptica a un inters por su propia expe-riencia de esa realidad. El universo de lo visible se haba convertido en la panta-lla sobre la que esos fotgrafos proyectaban sus propias vivencias, sus maneras dever y de sentir (...)7.

El viaje seguir siendo uno de los temas preferidos por estos nuevos realizadores, acer-cndose a territorios lejanos con la intencin de proyectar, como ya se ha afirmado, sus pro-pias vivencias. Dentro de este mbito son de gran inters las diferentes aproximacionesvisuales que se han producido al continente sudamericano, rea geogrfica que se convierteen campo de batalla expresiva para un nutrido mbito de autores. Entre todos ellos desta-camos la figura de tres realizadores de la regin de Murcia como son Carlos Gallego, JuanManuel Daz Burgos y Moiss Ruiz que manifestarn con desiguales actitudes un acerca-miento a Sudamrica.

2. CARLOS GALLEGO. DE LO REALAPREHENDIDO: NICARAGUA Y CHILE

El relato fotogrfico involucra una operacin conjunta del cerebro, del ojo y delcorazn. El objetivo de esta operacin es representar el contenido de algn hechoque esta en proceso de desenvolverse, y con ello comunicar una impresin. Algunasveces un solo acontecimiento pude ser tan rico en s mismo y en sus facetas, que esnecesario dar vueltas, girar a su alrededor, en busca de una solucin a los proble-

6 SANTOS, MANUEL (1991): Fotografa Contempornea Espaola 1970-1990, en Fotografa Con-tempornea Espaola 1970-1990, Cuatro Direcciones Fotografa Contempornea Espaola 1970-1990, tomo II,Madrid, Lunwerg Editores, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa, p. 53.

7 FONTCUBERTA, JOAN (2002): La ciudad fantasma, en El beso de Judas. Fotografa y verdad, Bar-celona, Editorial Gustavo Gili, S. A., p. 98.



mas que plantea, puesto que el mundo entraa movimiento, y podemos tener unaactitud esttica frente a algo que est movindose (...)8.

Estas enseanzas del maestro Henri Cartier-Bresson sern para Carlos Gallego9 unaregla a seguir, puesto que este autor tiene como base de inspiracin a este fotgrafo. En estesentido, centra su atencin en el mundo, en el espacio real que se proyecta ante nosotros,concretamente en el sudamericano. Sus viajes a este continente comienzan a ser una fuentede inspiracin para sus composiciones. Con estas inquietudes, en 1983 y 1984 ejecuta sen-das estancias en Nicaragua10.

En las escenas que fotografiar en este lugar demuestra siempre una intensa bsquedadel ser y del entorno que le identifica como miembro de una cultura concreta. Es trascen-dental el acercamiento que se produce por parte del artfice a estos temas, ya que no buscael preciosismo o la belleza idealizada, ni lo extico que pueda ofrecerle este pueblo por eldistanciamiento al que se enfrenta. Tampoco tiende hacia la presentacin de imgenes,excesivamente, amables sino que se aproxima, directamente, a estas sociedades para mani-festar la situacin que viven estas comunidades tal y como l mismo las contempl. Por lotanto, las realizaciones nos sirven como ejemplo de lo que ser su lenguaje expresivo,puesto que con su obra se acerca a este lugar y se posiciona, de una forma particular, antelos disturbios producidos por el conflicto blico que vive su colectividad en esos momen-tos, sin entrar en la representacin directa de la muerte o de la lucha que genera este tipo deactuaciones.

En este aspecto, su atencin queda focalizada en el hombre, en su vida cotidiana, ascomo en sus tristezas y alegras, con lo que trabaja dentro de sus fotografas toda esa con-traposicin contradictoria que se produce ante el ser que no deja de sonrer aunque su exis-tencia transcurra en una penuria constante. As pues, rastrea la vida que sigue y se encierraen una comunidad que convive, diariamente, con la muerte, no cayendo en una imagen con-tenida para narrar todo aquello que le impacta de unos individuos con los que conecta.

8 CARTIER-BRESSON, HENRI (2003): El instante decisivo, en Esttica fotogrfica, Barcelona, Edi-torial Gustavo Gili, SA, p. 223.

9 Carlos Gallego Rodrguez (La Nueva, Langreo, 1958) se presenta como uno de los integrantes destaca-dos del movimiento fotogrfico generado en la ciudad de Cartagena a mediados de los ochenta, donde se adivina,como rasgos diferenciadores, una conexin directa con la tradicin fotogrfica de carcter documental de grancalidad tcnica. Estas caractersticas generales se propiciarn desde la Asociacin Fotogrfica de Cartagena y seconvertirn, a lo largo de los aos, en un rasgo de identidad de algunos autores de este grupo. Carlos Gallegocomienza su andadura amateur hacia 1979, para unirse en 1983, aproximadamente, a la mencionada AsociacinFotogrfica de Cartagena, Afocar. Ser al calor de esta agrupacin donde empiece a desarrollar su faceta creativa,en la que asume rpidamente un lenguaje particular inscrito en el reportaje humano, siendo un miembro distin-guido de sus actividades hasta la desaparicin de la misma en 1988. Es en este mismo ao, 1988, cuando pasa alcampo profesional y entra a formar parte, como reportero grafico, del peridico La Opinin de Murcia, medio enel que trabaja hasta la actualidad. Su particular forma de entender la fotografa, a la que haba llegado por voca-cin personal, lo aplicar, igualmente, a su oficio, motivo que le convertir en uno de los mejores documentalis-tas de la regin de Murcia. Para ms informacin sobre este autor y los otros que aparecen en este texto (JuanManuel Daz Burgos y Moiss Ruiz) vase: VZQUEZ CASILLAS, JOS FERNANDO: Fotgrafos autores enMurcia a finales del siglo XX (1975-2000), Murcia, Producciones NaveK, (en prensa)

10 GALLEGO, CARLOS, PARRA, ANTONIO y GALLEGO RODRGUEZ, ALEJANDRINO (2003):Carlos Gallego 1958-, coleccin Fotgrafos Regin de Murcia CEHIFORM, Murcia, Centro Histrico Fotogr-fico Regin de Murcia, pp. 30-53.



11 Ibidem, pp. 82-87.12 GARRIDO, LOLA (2001), Juan Manuel Daz Burgos. Del mirar para ver, en Juan Manuel Daz Bur-

gos, Biblioteca de Fotgrafos Espaoles. PhotoBolsillo n 39, Madrid, Editado por La Fabrica, p. 9.

En todas las reproducciones trata de plasmar las inquietudes del ser que se manifiestana travs de su lucha por su subsistencia y de su enfrentamiento ideolgico. Su aproxima-cin a otras culturas se produce de una forma ntima para buscar el rasgo que identifica acada uno de los hombres que componen una comunidad dentro de una sociedad, no cen-trando sus ojos en la fiesta o en cualquier otro tipo de acto predeterminado sino que, por elcontrario, pone su atencin nica y exclusivamente en el devenir diario de estos semejan-tes. Por consiguiente, en sus ejercicios, siempre con un estricto uso del blanco y negro,queda recogido la vida a travs tanto de los nios que mantienen an el rasgo de la inocen-cia como de los portadores de armas que, en ocasiones son los mismos, como algo comnen su da a da.

Tras este ejercicio, en 1988 visita Chile11 y, al igual que en el caso precedente, dejaconstancia con su mirada cercana de las convulsiones sociales que se vienen efectuando enel pas. Son composiciones que recogen, como un firme notario, todo lo que sucede en esetiempo, siempre de una forma sincera, sin ningn elemento que interrumpa la transmisinnarrativa de la fotografa. El drama y la esperanza del pueblo son mostrados en toda su cru-deza dentro del ms puro realismo.

Se entremezclan, por ende, en sus diferentes trabajos dualidades que componen esce-nificaciones en las que se hallan vocablos como tristeza y alegra, a los que se unen mise-ria y esperanza, muerte y vida, etc. Consecuentemente, su prctica se convierte en testigofirme de un instante concreto y en un documento estricto que refleja la personalidad delfotgrafo mediante la reflexin que ste experimenta ante la observacin de estos aconte-cimientos.

3. JUAN MANUEL DAZ BURGOS. UN APASIONAMIENTO POR AMRICALATINA: PER, REPBLICA DOMINICANA Y CUBA

(...) Creo que el misterio de la fotografa est en el hecho de que cuanto msreal, ms teatral aparece. La buena fotografa es aquella en la que no parece suce-der nada y que al releer descubrimos las infinitas posibilidades de su trama. As,creo esta estructurado todo el trabajo de este autor, como si retratos de evidenciasse tratara, slo que hay algunas pistas pequeas en todo l, de forma que nosescribe todo lo visible adems de lo latente que por oculto no vemos. No son nadaespectacular, pero resultan impactantes por que no pertenecen al reino de lo simu-lado, ni caen en la trampa de la excesiva narracin, por que es sabido que estaaltera el sentido final de su contenido.

Poseen sus imgenes un sentido platnico al unir las tres categoras: belleza,bien y verdad. No hay una puesta en escena en las que exista el distanciamiento,sino que participa de la escena discretamente, como un ojo invitado, que habla contransparencia de lo cercano (...)12.



La acertada descripcin que hace Lola Garrido sobre Juan Manuel Daz Burgos13 nospone sobre la intencin plstica y expresiva que va a manifestar este excelente fotgrafoen sus diferentes trabajos. Desde un principio, centra su produccin creativa en la ima-gen directa, sin artificios, circunscrita al reportaje, en un estricto ejercicio de blancoy negro. En este sentido, el documento dentro de sus manos se transforma en unafotografa personal y tendr en los territorios sudamericanos la fuente primaria de ins-piracin, presentndose esta vertiente como una de sus trascendentales vas de manifes-tacin.

Es a principios de los noventa cuando comienza a realizar distintos viajes al conti-nente americano, siendo en este preciso momento cuando se produce un interesanteavance en su concepcin creativa. En este aspecto, en 1991, ve la luz su ensayo Caminodel Inca14. Las imgenes que nos propone en este proyecto son un claro exponente de loque es su lenguaje particular; vocablos en los que seguir trabajando hasta la actualidad.Nos presenta, por un lado, al hombre en su ambiente, en su fiesta o en su vida cotidiana,representado de una forma sencilla y veraz. Con lo que construye un documento preciso,preparado en algunas ocasiones, que nos acerca a la visin de este autor sobre su expe-riencia en el lugar. Y, por otro, muestra un retrato fiel y expresivo de individuos humil-des, en el que no hay escapatoria para el ser representado ya que ocupa todo el espacio dela composicin. Todos ellos se constituyen de una forma directa, recogidos con una grandignidad, que nos recuerdan a toda la tradicin del retrato de precisin y de transmisincorrecta de una bsqueda de lo antropolgico.

Con este ejercicio nos introduce en ese inters que va a despertar en Juan Manuel DazBurgos el continente sudamericano, as como en la interpretacin que, de esta zona, vaemprender en diferentes producciones creativas. Series que siempre son tratadas con la altacalidad tcnica que le imprime a su trabajo.

Traspasado el meridiano de la dcada de los noventa, la carrera fotogrfica de JuanManuel Daz Burgos alcanza su mxima expresin con la culminacin de dos ensayos quemarcan, definitivamente, la personalidad del ejercicio que vena cosechando desde los aosochenta. El impacto social, cultural y esttico que supone para su visin el continente ame-

13 Juan Manuel Daz Burgos (Cartagena 1951) es, sin duda alguna, uno de los representantes ms sig-nificativos de la fotografa contempornea de la Regin de Murcia y entra, por su trabajo fotogrfico, dentrode la corriente documental que, desde los aos setenta, va conformndose en Espaa con gran desarrollodesde la dcada de los ochenta hasta la actualidad. Este autor en los primeros aos de los setenta empieza aextender, paulatinamente, su actividad fotogrfica. En 1983, pasa a dirigir la Asociacin Fotogrfica de Car-tagena (Afocar) en la que desarrolla actividad como miembro de la misma hasta su desaparicin en 1988. stale servir para difundir sus ideas en torno a la fotografa, e intercambiar pensamientos alrededor de un intere-sante grupo de practicantes de la localidad reunidos en torno a l. Durante todos los ochenta ser un gran asi-duo a las competiciones fotogrficas, por lo que luce en su haber ms de doscientos trofeos conseguidos en lasegunda mitad de este perodo. No obstante, alcanza su mxima trascendencia durante la dcada de losnoventa. As, las muestras individuales realizadas durante los ochenta y sus primeras publicaciones comien-zan a desarrollar su faceta ms personal, especialmente desde la segunda mitad de los aos noventa hasta laactualidad.

14 DAZ BURGOS, JUAN MANUEL Y CASTELLOTE, ALEJANDRO (1991): Camino del Inca,Murcia, Quinto Centenario, Comisin Murciana, Concejala de Cultura, Ayuntamiento de Cartagena.



ricano queda registrado en sus obras Raz de sueos15 de 1995 y Malecn de la Habana, elGran sof16 de 1997.

En Raz de sueos presentaba una seleccin del trabajo ejecutado en la RepublicaDominicana entre los aos 1992 y 1994. El lenguaje es claro e identificable: se trata de unautor que busca lo que quiere ver y expresar sin centrar su atencin en lo pintoresco. Eltranscurrir de la vida, bajo su propia visin subjetiva, construye un documento realista enel que el hombre en su existencia cotidiana le sirve de recurso creativo. El reportaje social,libremente interpretado, es el punto de arranque del proyecto, que nos lleva al propioimpacto que el fotgrafo siente en ese momento. La ciudad, el campo o las fiestas sirven deescenario a la vida de unos seres que se mueven entre la miseria y la esperanza, entre latristeza y la alegra, y que nos retrotraen al espacio temporal que l mismo vio. Son imge-nes estticas y cuidadas que narrarn historias concretas, donde el documento contienetanto informacin como expresin creativa, por lo que no se queda en la epidermis sino queahonda en lo que est representando.

Pero sobre todo ser con Malecn de La Habana, el Gran sof con el que su laboralcance un importante nivel expresivo y se introduzca de lleno entre los documentalistasms interesantes de todo el territorio nacional. El trabajo recoge parte de su ejercicio efec-tuado en Cuba entre 1995 y 1996, en el que deja totalmente explicitado el desarrollo abso-luto de su produccin. Sus fotografas nos ensean aquello que el fotgrafo ha querido ver,hallar e interpretar de la cultura que nos presenta. No se deja llevar en sus explicaciones porfalsas ideas, por apariencias anecdticas que puedan interrumpir la visin ntima que hacede estos pueblos con los que se integra. Se trata de una declaracin de principios, de unaposicin precisa ante una manifestacin consciente de la vida de estas personas insertas ensu devenir diario, situacin y acto que se convierte en su punto de partida. Por todo ello,hace de la existencia en su transcurrir cotidiano, siempre bajo una visin subjetiva, unmundo sugerente con el que nos cuenta historias de seres reales y concretos que habitan enestos lugares.

En definitiva, el hombre se muestra como un recurso creativo a travs del cual el autorexpresa las ideas que quiere comunicarnos. Se trata, por tanto, de un documento socialinterpretado libremente, que nos retrotrae a todo el impacto emocional y cultural que lesupone su enfrentamiento a esta sociedad sudamericana; donde nada que quiera interpretarqueda al azar y todo lo que acontece es objeto de su mirada. Con todos estos principios,concibe imgenes que se cargan de la idealizacin potica de su mirada, pero siempre den-tro de un estricto realismo que no deja cabida a la alteracin de las circunstancias. Aunquenarra miserias y esperanzas, tristezas y alegras, no se deja atormentar, ni influenciar a lahora de interpretar, por la situacin de desgracia o desesperanza que pueda vivir esta comu-nidad.

El malecn de La Habana se convierte en su estudio, en el escenario en el que tras-curren los hechos esas pequeas historias que encarnan los que posan ante su cmara

15 DAZ BURGOS, JUAN MANUEL, CHAMORRO, KOLDO y LAGUILLO, MANUEL (1995): Raz deSueos, Murcia, Ayuntamiento de Murcia, Palacio Almud, Ayuntamiento de Cartagena, Sala Muralla Bizantina,Comunidad Autnoma Regin de Murcia, Direccin General de Cultura.

16 DAZ BURGOS, JUAN MANUEL y OTROS (1997), Malecn de la Habana, el Gran Sof, Murcia,Murcia, Mestizo A. C.



que testifican los instantes de vida que pasan por ese lugar de la ciudad. Aquello que lasociedad le ha ofrecido es trasmitido en sus representaciones y se produce una visinntima del hombre y de su actitud, que siempre giran alrededor de una alegra, en oca-siones contenida. Por todo ello, su proceso creativo queda bajo el entendimiento con-temporneo de la fotografa documental, como un medio libre y no condicionado para laexpresin de un autor17.

4. MOISS RUIZ. CARTAGENAS Y CARTAGOS DEL MUNDO: DE LA CON-CEPCIN DE UNA IDEA A LA PRCTICA MATERIAL

(...) No se trata de fotografa denominada creativa, ni de la fotografa dereportaje ni de fotografa aplicada, sino de la que utilizan los artistas; la fotografaque no se inscribe en una historia del medio supuestamente pura y autnoma sino,por el contrario, la que atraviesa las artes plsticas y participa de la hibridacingeneralizada de la prctica, de la desaparicin, cada vez ms manifiesta, de lasseparaciones entre los diferentes campos de produccin (...)18.

Esta excelente definicin de la fotografa ms actual, aportada por Dominique Baqu,es totalmente aplicable a este fotgrafo. Sin embargo, la amplia libertad de registro que elautor alcanza a finales del siglo XX hace posible la convivencia de distintos parmetrosexpresivos dentro de la locucin narrativa de un mismo creativo. En este aspecto, MoissRuiz19 es uno de los ms destacados fotgrafos de esta regin, ya que, por un lado, mues-tra un importante inters por la manipulacin y trasgresin de los lmites fotogrficos;hecho que propicia que sus realizaciones invadan otras reas plsticas. Y, por otro, ejercitala faceta ms puramente realista y documental, en la que ser, igualmente, un magnificoproductor. As, desde el ao 1991, promueve la idea de realizar un proyecto sobre las dife-

17 La pasin que este autor llega a tener por Cuba hace que siga trabajando continuamente sobre sus gentesy su vida. En este aspecto en el 2002 vuelve a presentar otro amplio reportaje sobre este pas bajo el ttulo de LaHabana visin interior. Sobre este particular vase: DAZ BURGOS, JUAN MANUEL, CASTRO MUIZ,MIGUEL Y DE LA NUEZ CARRILLO, IVN (2002): La Habana visin interior, Barcelona, Lunwerg Editores.

18 BAQU, DOMINIQUE (2003): Prlogo, en La fotografa plstica, Barcelona, Editorial Gustavo Gili,S.A., p. 9.

19 Moiss Ruiz Cantero (Cartagena, 1953) es uno de los grandes transgresores y experimentadores delcampo fotogrfico en Murcia. Formado en Madrid en la Ingeniera de Telecomunicaciones a finales de los setentase instala de nuevo en la ciudad de Cartagena. En este sentido, a su regreso a Cartagena, compagina su prcticams artstica o creativa con su faceta comercial. En este aspecto, a principios de los ochenta pasa a trabajaral campo profesional de la mano de Ramn Ruiz, colaborando en su tienda Cine-Foto 2000; establecimiento a tra-vs del que realizar todo tipo de trabajos. En 1984, se har cargo del mismo y ejercer, desde all y hasta la actua-lidad, el oficio de fotgrafo. Igualmente, situado ya en Cartagena comienza a relacionarse con los diferentesfotgrafos creativos de la ciudad y entra a formar parte de la Asociacin Fotogrfica de Cartagena, a la que se uneen 1983 y en la que estar activo hasta su desaparicin en 1988. Desde un principio, destaca dentro del colectivoall formado por presentar, como ya hemos afirmado, una personalidad renovadora y unas imgenes quebranta-doras de preceptos tcnicos y estticos. Paralelamente a estos hechos, sigue ampliando su faceta profesionalmediante las funciones desempeadas como foto reportero, desde 1989 y hasta 1998, para el diario La Opinin deMurcia, donde deja clara constancia de su personalidad ante el reportaje grafico, en el que entiende la fotografacomo un medio artstico y expresivo dispuesto siempre a manifestar la visin del autor.



rentes Cartagenas del mundo, al que un ao despus se le unir Juan Manuel Daz Burgos.No obstante, este ensayo se pondr en marcha hacia 1995 y, tras siete aos de esfuerzo porparte de ambos fotgrafos, ver la luz bajo la denominacin de Cartagenas y Cartagos delmundo. Al fondo del mar20.

En l resulta patente el buen ejercicio documental de este artista, con lo que queda cla-ramente manifestado el no abandono de este autor de la fotografa de reportaje para cen-trarse en documentar todos aquellos lugares que portan la denominacin de Cartagena ydejar testimonio de todas las culturas que se desarrollan bajo este topnimo. En esteaspecto, sern fotografiadas las Cartagenas de pases sudamericanos como Colombia,Cuba, Costa Rica, Chile, Per, Panam y Mxico21.

Por consiguiente, el acercamiento a las distintas sociedades se propicia con la inten-cin de una bsqueda de identidad particular, para mostrar un amplio grupo humano quese encuentra unido por el nombre de un lugar. En este aspecto, sus fotografas ponen suatencin en todo el entorno del individuo al que hace partcipe como protagonista de supropia interpretacin. Siempre se manifiesta en unas imgenes directas, cargadas de granexpresividad y muy plsticas, en las que hace uso, indistintamente, del color o del blancoy negro tan slo depender de la expresin, y donde el trnsito de la vida quedaparado en la escena sin perder por ello la continuidad de la accin. En su cmara hacenacto de presencia todos los eventos que contempla de estas culturas, desde el descansoldico hasta la fiesta, pasando por el trabajo, por sus calles o sus paisajes. Y, a travs deellos, configura un documento sincero y preciso en el que cuenta las historias de unosterritorios concretos que son contrapuestos y unidos, a la vez, al resto de colectividadesfotografiadas.

Por lo tanto, todo su lenguaje expresivo se encuentra inserto en la vertiente creativa mscontempornea de fotografa de reportaje, comprendida en la ms amplia representacindel trmino, con lo que su ejercicio enlaza con las nuevas corrientes documentalistas,donde el fotgrafo se encuentra implicado, directamente, con aquello que retrata22.

BIBLIOGRAFA

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20 DAZ BURGOS, JUAN MANUEL, RUIZ CANTERO, MOISS Y OTROS (2002): Al Fondo, el Mar.Cartagenas y Cartagos del Mundo, Murcia, Comunidad Autnoma de Regin de Murcia, Direccin de Proyectose Iniciativas Culturales, Murcia Cultural, S. A., Ayuntamiento de Cartagena, Concejala de Cultura.

21 Del mismo modo, este ejercicio se extiende a pases como Chipre, Espaa, Estados Unidos, Jamaica oTnez. Lugares que, igualmente, cuentan entre sus localidades con una ciudad del mismo nombre que buscanestos interpretes.

22 SOLOMON-GODEAU, ABIGAIL (2003): Restaurando el realismo en el fin de siglo: nuevas encarna-ciones del documental, en Aln dos lmites: A fotografa contempornea, Santiago de Compostela, Xunta deGalicia, Centro Galego de Arte Contemporneo, Centro Galego de Artes da Imaxe, Universidad de Santiago deCompostela, p. 190.



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