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Revista Geológica de América Central, 22: 25-62, 1999 EL TERREMOTO DEL 4 DE MARZO DE 1924 (Ms 7,0): ¿UN GRAN TEMBLOR INTERPLACA RELACIONADO AL LÍMITE INCIPIENTE ENTRE LA PLACA CARIBE Y LA MICROPLACA DE PANAMÁ? Walter Montero P. Escuela Centroamericana de Geología, Universidad de Costa Rica Apartado 35-2060 E-mail: [email protected] (Recibido 4/11/1998; Aceptado 17/2/1999) ABSTRACT: The seismogenic source, the intensity distribution and the coseismic effects are investigated for the March 4, 1924 (Ms = 7.0) earthquake, which occurred in the central-pacific forearc of Costa Rica. A neotectonic study allows to define the characteristics of the cortical faulting related to this destructive earthquake. From a careful study of macroseismic data obtained from different bibliographic sources, the intensity distribution of this earthquake is defined. Maximum intensities between VIII and IX in the Mercalli Modified scale were defined in the mesoseismal area, which includes the towns of Orotina, San Mateo, San Ramón and Esparza. The earthquake produce the collapse and damage of a great number of houses and buildings, strong damage to the railroad, great number of landslides, rock falls, earth cracks and liquefaction. The earthquake aftershock sequence includes various events with magnitudes Ms between 5.0 and 6.4. The main shock triggered seismic activity in different faults along the interior region of the country, and eruptions at the Irazú and Rincón de la Vieja volcanoes. With criteria such as an epicentral location using regional seismographic stations, the trend of the S wave and the S-P from aftershocks, the mesoseismal area, and a possible earthquake rupture, it is suggested that the seismogenic source of the earthquake was the Tárcoles fault, although it is believed that the Bijagual fault system also contribute to the rupture process. These are transcurrent faults trending NE to N, that belong to a deformation zone located between the Caribbean plate and the Panamá microplate. For this reason, the March 4, 1924 earthquake is considered an interplate event related to the incipient limit between those tectonic plates. RESUMEN: La fuente sismogénica, la distribución de intensidades y los efectos cosísmicos son investigados para el terremoto del 4 de marzo de 1924 (Ms = 7,0), ocurrido en la región del antearco central pacífico de Cos- ta Rica. Un estudio neotectónico permite identificar las características del fallamiento cortical al cual se asocia este destructivo sismo. Un estudio cuidadoso de datos macrosísmicos recopilados de diferentes fuentes biblio- gráficas ha permitido determinar la distribución de intensidades de este evento, el cual originó intensidades Mer- calli Modificada (MM) entre VIII y IX grados en el área mesosísmica, que incluye entre otros a los poblados de Orotina, San Mateo, San Ramón y Esparza. Aparte del gran número de casas y edificios que quedaron inhabi- tables, el terremoto generó innumerables daños a la línea férrea, gran cantidad de deslizamientos, caída de ro- cas, agrietamientos del suelo y licuefacción. El terremoto fue seguido por varias réplicas con magnitudes Ms en- tre 5,0 y 6,4. Además, el evento principal disparó actividad sísmica en varias fallas corticales del interior del país y actividad volcánica en el Irazú y posiblemente en el Rincón de la Vieja. De acuerdo con diversos criterios como son una localización epicentral con estaciones sismológicas regionales, la dirección de la onda S y el S-P de las réplicas, el área mesosísmica y una posible ruptura superficial, se sugie- re que la fuente sismogénica de este terremoto fue la falla Tárcoles, aunque el sistema de falla Bijagual, también debió participar en el proceso de ruptura. Estas son fallas transcurrentes de rumbo NE a N, que forman parte de la zona de deformación que sirve de límite entre la placa del Caribe y la microplaca de Panamá, por lo que este evento se considera un sismo interplaca relacionado al límite incipiente entre las anteriores unidades tectónicas.

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Revista Geológica de América Central, 22: 25-62, 1999

EL TERREMOTO DEL 4 DE MARZO DE 1924 (Ms 7,0): ¿UN GRAN TEMBLOR INTERPLACA RELACIONADO AL LÍMITE INCIPIENTE ENTRE LA PLACA CARIBE

Y LA MICROPLACA DE PANAMÁ?

Walter Montero P.Escuela Centroamericana de Geología, Universidad de Costa Rica

Apartado 35-2060E-mail: [email protected]

(Recibido 4/11/1998; Aceptado 17/2/1999)

ABSTRACT: The seismogenic source, the intensity distribution and the coseismic effects are investigated for theMarch 4, 1924 (Ms = 7.0) earthquake, which occurred in the central-pacific forearc of Costa Rica. A neotectonicstudy allows to define the characteristics of the cortical faulting related to this destructive earthquake. From acareful study of macroseismic data obtained from different bibliographic sources, the intensity distribution of thisearthquake is defined. Maximum intensities between VIII and IX in the Mercalli Modified scale were defined inthe mesoseismal area, which includes the towns of Orotina, San Mateo, San Ramón and Esparza. The earthquakeproduce the collapse and damage of a great number of houses and buildings, strong damage to the railroad, greatnumber of landslides, rock falls, earth cracks and liquefaction. The earthquake aftershock sequence includesvarious events with magnitudes Ms between 5.0 and 6.4. The main shock triggered seismic activity in differentfaults along the interior region of the country, and eruptions at the Irazú and Rincón de la Vieja volcanoes. With criteria such as an epicentral location using regional seismographic stations, the trend of the S wave andthe S-P from aftershocks, the mesoseismal area, and a possible earthquake rupture, it is suggested that theseismogenic source of the earthquake was the Tárcoles fault, although it is believed that the Bijagual faultsystem also contribute to the rupture process. These are transcurrent faults trending NE to N, that belong to adeformation zone located between the Caribbean plate and the Panamá microplate. For this reason, the March4, 1924 earthquake is considered an interplate event related to the incipient limit between those tectonic plates.

RESUMEN: La fuente sismogénica, la distribución de intensidades y los efectos cosísmicos son investigadospara el terremoto del 4 de marzo de 1924 (Ms = 7,0), ocurrido en la región del antearco central pacífico de Cos-ta Rica. Un estudio neotectónico permite identificar las características del fallamiento cortical al cual se asociaeste destructivo sismo. Un estudio cuidadoso de datos macrosísmicos recopilados de diferentes fuentes biblio-gráficas ha permitido determinar la distribución de intensidades de este evento, el cual originó intensidades Mer-calli Modificada (MM) entre VIII y IX grados en el área mesosísmica, que incluye entre otros a los poblados deOrotina, San Mateo, San Ramón y Esparza. Aparte del gran número de casas y edificios que quedaron inhabi-tables, el terremoto generó innumerables daños a la línea férrea, gran cantidad de deslizamientos, caída de ro-cas, agrietamientos del suelo y licuefacción. El terremoto fue seguido por varias réplicas con magnitudes Ms en-tre 5,0 y 6,4. Además, el evento principal disparó actividad sísmica en varias fallas corticales del interior delpaís y actividad volcánica en el Irazú y posiblemente en el Rincón de la Vieja.De acuerdo con diversos criterios como son una localización epicentral con estaciones sismológicas regionales,la dirección de la onda S y el S-P de las réplicas, el área mesosísmica y una posible ruptura superficial, se sugie-re que la fuente sismogénica de este terremoto fue la falla Tárcoles, aunque el sistema de falla Bijagual, tambiéndebió participar en el proceso de ruptura. Estas son fallas transcurrentes de rumbo NE a N, que forman parte dela zona de deformación que sirve de límite entre la placa del Caribe y la microplaca de Panamá, por lo que esteevento se considera un sismo interplaca relacionado al límite incipiente entre las anteriores unidades tectónicas.

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INTRODUCCIÓN

El terremoto de San Casimiro del 4 demarzo de 1924, de las 10 h y 07 min GMT (Ms7,0), ha sido uno de los terremotos más destruc-tivos ocurridos en Costa Rica a través de su his-toria, debido a que generó daños de alta intensi-dad en una gran región que incluyó Orotina, SanMateo, Esparza en la región pacífica central y al-gunas de las principales ciudades del Valle Cen-tral como fueron San Ramón, Atenas, Palmares,Grecia, Alajuela, Heredia y el mismo San José.En la Tribuna del 29 de marzo (página 3) se re-porta que las pérdidas que causó este sismo fue-ron por ¢ 30 millones de colones. El temblor fuesentido en toda Costa Rica y en gran parte de Ni-caragua y Panamá.

Varios son los aspectos del terremoto de1924 que no han sido estudiados en detalle has-ta ahora. Entre estos destacan su fuente sismo-génica, la secuencia sísmica asociada, inclu-yendo la sismicidad que el evento principal dis-paró en la zona central del país, las intensida-des alcanzadas y el patrón de intensidades delevento principal.

Con respecto al origen de este sismo, de-mostraremos que este evento se asoció al siste-ma de fallas corticales que se ubican en el lími-te entre la placa Caribe y la microplaca de Pa-namá y no se relacionó con la zona interplacaCoco-Caribe. Un origen de este sismo en unafalla cortical había sido sugerido previamentepor Montero & Dewey (1982), Jacob et al.(1991) y Montero (1994a), aunque una demos-tración adecuada de este aspecto no ha sidoaún realizada.

En este estudio se dedicará una especialatención a la definición de la fuente sismogé-nica del sismo de 1924. Pero también se le da-rá importancia a la determinación de la distri-bución de intensidades, detallando la zonadonde se concentró la mayor destrucción, lasecuencia sísmica asociada, algunos efectoscosísmicos y finalmente la importancia que es-te tipo de eventos tienen para la adecuada eva-luación de la amenaza sísmica de la regióncentral del país.

METODOLOGÍA

Estudio neotectónico

Se aplicó la siguiente metodología en el es-tudio neotectónico de la región del pacífico central:

1. Interpretación neotectónica con base enfotos aéreas y de imágenes de radar de di-ferentes escalas. Como resultado se elabo-ró un mapa de lineamientos sugestivos deser fallas recientes de la zona de interés.

2. Revisión bibliográfica sobre la neotectóni-ca de la zona marina y continental. Inclu-ye una revisión de la sismicidad históricay especialmente de la reciente, para defi-nir su correlación con lineamientos y fa-llas cartografiadas.

3. Estudio neotectónico de campo que consis-tió en visitas a la zona para definir la natu-raleza de algunos de los principales linea-mientos definidos en el punto uno, especial-mente si correspondían o no con fallas neo-tectónicas. En esta fase, además de recono-cer y caracterizar con mayor detalle los ele-mentos geomórficos observados en las fotosaéreas, se visitaron afloramientos en que-bradas, ríos, caminos, etc, que permitieranconfirmar o descartar la presencia de las fa-llas y sus características estructurales.

4. Elaboración final del mapa sintético delfallamiento neotectónico del antearco cen-tral pacífico de Costa Rica, incluyendo losdiversos datos obtenidos a partir de lospuntos anteriores. En este mapa se clasifi-can las estructuras en fallas neotectónicasy lineamientos sugestivos de ser fallasneotectónicas.

Estimación de intensidades y determinación de isosistas

La estimación de intensidades y el mapade distribución de isointensidades, resultó de da-tos macrosísmicos obtenidos de los periódicos

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La Nueva Prensa, La Prensa, La Gaceta (perió-dico oficial), El Diario de Costa Rica, La Tribu-na, La Voz, y La Noticia. La estimación de la in-tensidad resultó del análisis de los informes re-copilados en los diferentes periódicos. Además,para la región mesosísmica se realizaron entre-vistas a personas que fueron testigos presencia-les del terremoto, la cual fue útil para comple-mentar los datos macrosísmicos recopilados enlos periódicos. En varios casos, la incertidum-bre existente en la información macrosísmicasolo permitió estimar la intensidad entre dos va-lores sucesivos.

La información macrosísmica fue inter-pretada aplicando la escala Mercalli Modifica-da (MM). Para la determinación de las intensi-dades en zonas rurales, como fue el caso del te-rremoto de 1924, se consideraron los criteriosde Dengler & McPherson (1993). Además delos daños a construcciones se evaluaron efectossobre el terreno como son deslizamientos detierra o de roca, formación de grietas y licue-facción. También, se reportaron líneas ferrovia-rias dobladas, puentes destruídos, tuberías fue-ra de servicio, entre otros tipos de daños. Paralas personas interesadas, el autor tiene un cua-dro resúmen de las principales observacionesmacrosísmicas entresacadas de los diferentesperiódicos consultados y las entrevistas perso-nales realizadas.

NEOTECTÓNICA, SISMICIDAD Y SISMOTECTÓNICA

DEL ANTEARCO CENTRALDE COSTA RICA

El terremoto del 4 de marzo de 1924 ocu-rrió en una zona sismológica y tectónicamentecompleja, tanto con relación a las característicasgeométricas de la placa del Coco que se esta sub-duciendo, como con respecto a la configuracióntectónica de las placas cabalgantes. Estas las des-cribimos a continuación.

La zona de interacción de placas

Frente a la costa pacífica de Costa Rica ya partir de la Fosa Mesoamericana, la placa delCoco se subduce con respecto a la placa Caribe,hacia el N30° E a una velocidad entre 9 y 10cm/año (Fig. 1). En esta región, la batimetría dela placa del Coco presenta diversos elementosmorfoestructurales. Al sur de la Península de Ni-coya, la placa del Coco acarrea hacia la fosa, lafrontera rugosa-suave (FRS), la cual divide a laplaca del Coco en una zona de batimetría bastan-te suave hacia el NW, de una zona de colinas sub-marinas hacia el SE (Fig. 1). La FRS se forma enel punto triple Coco-Nazca-Pacífico. El sectorsureste de la misma se origina en la Dorsal deLas Galápagos a una velocidad de acreción entre5 y 7 cm /año, mientras que el sector norte se for-ma en la Dorsal del Pacífico Este, a una veloci-dad de acreción de alrededor de 13 cm/año(Lonsdale & Klitgord, 1978). Por lo tanto, el lí-mite rugoso-suave constituye una zona de cam-bio de la morfología submarina, que a su vez co-rresponde con una zona de diferencia de la edaddel basamento oceánico (Protti et al, 1995a): másjóven al sureste y más viejo al noroeste. Al sures-te del límite FRS, la placa del Coco subduce unaserie de colinas submarinas de rumbo NE, queoriginan cicatrices del lado interno de la fosa deun rumbo paralelo a la dirección de convergencia(von Huene et al, 1995).

El fallamiento cortical del antearco central

Existen varias fallas neotectónicas rele-vantes en el antearco central de Costa Rica. Enla zona continental, comprendida entre Orotina yEsparza, el sistema de fallas tiene rumbo NE a E(Fig. 2), con algunos trechos cortos de rumboNS. Las fallas más importantes de este sistemason las fallas Barranca, Mata de Limón, JesúsMaría y Tárcoles (Madrigal, 1970; Fisher et al,1994; Montero, 1994a; Fisher et al, 1998). Lasfallas Barranca, Jesús María y Tárcoles tienenun movimiento oblicuo combinando desplaza-miento sinestral con normal (Fisher et al., 1994;

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Fig. 1: (a) Marco tectónico regional. Se observa la microplaca Panamá con relación a las otras placas. FRS es la frontera rugo-sa-suave que se subduce frente a la entrada de la Península de Nicoya. (b) Marco tectónico de Costa Rica. Se observa el siste-ma de fallamiento difuso que sirve de límite entre la microplaca de Panamá y la placa Caribe y que atravieza Costa Rica trans-versalmente. Obsérvese como el vector de movimiento relativo entre las placas Coco y Caribe (9 cm/año) y el vector de desli-zamiento deducido para el terremoto de Limón por Goes et al. (1993), difieren en su rumbo. Este último correspondería con eldeslizamiento entre la placa Caribe y la microplaca de Panamá.

Marshall, 1994; Fisher et al., 1998). Fischer(1980) usando superficies bioerosionales, defi-nió una serie de zonas de levantamiento y hundi-miento a lo largo del margen pacífico central,que se relacionan con fallas transversales a lacosta, como serían las fallas Barranca, Jesús Ma-ría y Tárcoles. Madrigal (1970) llamó la aten-ción acerca del rejuvenecimiento geomorfológi-co de la región de Esparza-Orotina. Fisher et al.(1998) y Sak et al. (1997) consideran que la ubi-cación y movimiento de estas fallas es

controlada por la subducción de las cadenas demontañas submarinas de rumbo NE, que sonacarreadas por la placa del Coco bajo el antear-co central (von Huene et al., 1995).

Por otro lado, dentro del Promontorio deHerradura, del lado oeste del Cerro Turrubares,se presenta otro sistema de fallas, el cual denomi-namos como el sistema de fallas de Bijagual. Es-tas tienen un rumbo predominante NS, con la ex-cepción de la falla Tulín, que tiene un rumboENE. Estas fallas han sido menos estudiadas,

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Fig. 2: Sistema de fallamiento cortical del antearco central de Costa Rica. Simbología de las fallas se explica en la figura 1. Enla zona continental se muestran a trazos los lineamientos sugestivos de ser fallas recientes. Las que se ubican en el lado marinoson de Fernández et al. (1997). Los círculos rellenos son los epicentros de Ambraseys (1995). Se ubica con una estrella el epi-centro escogido para el evento principal en este trabajo, el cual esta desplazado al este con respecto al de Ambraseys (1995). Elnúmero al lado del epicentro señala el asignado en el cuadro 1. Para el probable evento precursor (No 1) se indica un signo deinterrogación señalando la duda de que este ocurrió dentro de la zona de ruptura de 1924. FBA: falla Barranca, LML: lineamien-to Mata de Limón, FJM: falla Jesús María, FTI: falla Tivives, FB: falla Bajamar, FT: falla Tárcoles, SFB: sistema de falla Bija-gual, LQ, LE, LG y LT: lineamientos Quebradas, Escobal, Guácimos y Tornos respectivamente, FG: falla Garita, FA: falla Ala-juela, FTU: falla Tulín, FC: falla candelaria y FP: falla Picagres. FPA: falla Parrita deducida de Fisher et al. (1998).

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aunque por su prominencia en las imágenes desensores remotos y su posible correlación con lasismicidad reciente, parecen estar activas.

Montero (1994a) estima que los anterioressistemas de fallas definen el límite entre la placadel Caribe y la microplaca de Panamá. La micro-placa de Panamá, que se ubica al sur de esta zonade cizalle, se desplaza relativamente hacia el NEcon respecto a la placa del Caribe, originandodesplazamiento sinestral y tracción en la regióncentral pacífica de Costa Rica (Montero, 1994a).

En la figura 3 mostramos el fallamientocortical del antearco central superpuesto con lasismicidad de profundidad menor a 20 km, parael período 03/1997 a 01/1998. Los temblores fue-ron localizados con una red de estaciones sismo-lógicas temporales que complementó las de laRed Sismológica Nacional (RSN), que incluyedatos del Instituto Costarricense de Electricidad(ICE) y de la Universidad de Costa Rica (UCR).La anterior información sismológica proviene deun estudio de Montero et al. (en preparación). Es-ta figura permitirá aclarar la sismicidad de algu-nas de las fallas que se discuten a continuación.

Falla Barranca

La falla Barranca (FBA) parece iniciarsecon rumbo NE en el área marina (Fernández et al.,1997) y se continuaría en el continente, con unatraza que sigue un rumbo paralelo al cauce del ríoBarranca (Madrigal, 1970; Fischer, 1980; Fisher etal., 1994; Montero, 1994a; Fisher et al., 1998),hasta entrar en los cerros del Aguacate donde tomaun rumbo cercano al EW. Mi interpretación indicaque se inicia en el área continental al sureste dePuntarenas, en la zona de la desembocadura delRío Barranca (Fig. 2). Esto es corroborado por losdatos de las plataformas bioerosionales levantadasencontradas por Fischer (1980). Once kilómetrosaguas arriba de la desembocadura del Río Barran-ca, la terraza El Diablo, que tiene una edad máxi-ma de 1,2 M.a., subió 30 m del lado sureste de es-ta falla (Fisher et al., 1994). Marshall (1994) esti-ma que las terrazas y las tobas soldadas cuaterna-rias, muestran una separación vertical entre 10 y50 metros a lo largo de la falla Barranca. En los

Montes del Aguacate, mi análisis neotectónicomuestra que la falla Barranca cambia su rumbo en-tre el EW y el WNW.

Con respecto al tipo de desplazamiento,Madrigal (1970) propuso que la falla Barranca eranormal. Sin embargo, los datos de Fisher et al.(1994) sugieren que esta falla combina desplaza-miento normal con desplazamiento sinestral.

Con relación a la sismicidad y sismotectó-nica de esta falla, encontramos una secuencia detemblores registrada por la red de estaciones sis-mológicas de la UCR y del ICE, entre el 21 y 22de junio de 1978. El temblor principal de la se-cuencia tuvo magnitud coda Mc 4,5. Los eventostuvieron profundidades entre 10 y 15 km y seubicaron muy cerca o sobre la traza de la fallaBarranca, donde esta tiene rumbo EW, en losMontes del Aguacate. Posteriormente, Güendelet al. (1992) reportan un mecanismo focal com-puesto para un grupo de temblores que se ubicóen las cercanías del poblado de Esparza. La solu-ción es de fallamiento inverso con una compo-nente transcurrente. De acuerdo con mi estudioneotectónico, la secuencia de Esparza se localizómuy cerca o sobre la traza de la falla Barranca.Finalmente, en la figura 3 observamos que variostemblores superficiales ocurridos entre marzo de1996 y enero de 1998 fueron localizados cerca omuy cerca de la traza de esta falla, en la zona deEsparza. Esta sismicidad es estudiada con másdetalle por Montero et al (en preparación).

Lineamiento Mata de Limón

El lineamiento Mata de Limón (LML) seiniciaría en el sector marino de la entrada del Gol-fo de Nicoya, según se deduce de estudios geofí-sicos (Astorga et al., 1991; Barboza et al., 1995;Fernández et al., 1997). En el sector continental,este lineamiento muestra un escarpe en el lado oc-cidental, sugiriendo que el borde oriental, dondese ubica el estero de Mata de Limón, esta relati-vamente hundido. Este lineamiento puede conti-nuarse al noreste con una falla que aparece enMadrigal (1970), la cual desplaza sinestralmentepor unos 300 metros, un eje sinclinal de un plie-gue de la formación miocénica de Punta Carballo.

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Fig. 3: Sismicidad para el período marzo de 1996 a enero de 1998, de profundidad menor a 20 km superpuesta con el fallamien-to cortical (Montero et al., en preparación). Obsérvese la posible asociación entre ambos, aunque eventos relacionados con el pro-ceso de subducción también están presentes.

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Falla Jesús María

La falla Jesús María (FJM) aparece por pri-mera vez en Madrigal (1970), quien la considerauna falla normal de alto ángulo. La falla Jesús Ma-ría presenta un escarpe bastante disectado que mi-ra al sureste. Sobre el bloque oriental, que se estahundiendo, discurre el río Jesús María y se presen-tan varios esteros. A lo largo de esta falla, laharesdel Cuaternario y del Terciario Tardío muestranuna separación vertical, donde el lado noroeste dela falla sube aproximadamente 120 m (Fisher et al.,1994). Marshall (1994) considera que los laharescuaternarios tienen una separación vertical de 80metros. En el extremo NE, la falla tiene un cambiode rumbo hacia el E. Fisher et al. (1994) han deno-minado al bloque entre las fallas Barranca y la Je-sús María, con el nombre de Esparza, el cual seríaun bloque relativamente levantado.

Sistema de fallas Tárcoles

Es un sistema de fallas de rumbo predomi-nante NE, pero que localmente presenta rumbosentre EW y NS. Tiene varios ramales entre loscuales se encuentran las fallas Tivives, Bajamar,Tárcoles, Pigres, Quebradas, Escobal, Guácimosy Tornos. La falla Tárcoles, que se considera ac-tiva, es la que tiene mayor longitud. Fue original-mente reconocida por Weyl (1961) y luego incor-porada en el mapa geológico de Dóndoli et al.(1968). Posteriormente, Madrigal (1970) la car-tografía con mayor detalle y la considera comouna falla normal. Fischer (1980) y Fisher et al.(1994) fueron los primeros en reconocer sus ca-rácter neotectónico. Marshall (1994) tambiéndescribe desplazamientos neotectónicos en la fa-lla. La traza que se define en este estudio es conbase en criterios neotectónicos usando fotogeolo-gía y trabajo de campo.

Fallas Tivives (FTI) y Bajamar (FB)

Son dos trazas con rumbo cercano al EW,las cuales se inician en la zona costera, cerca de laslocalidades de Tivives y de Bajamar. Estas fallas

parecen tener continuidad en la zona marina (Fig.2). Ambas trazas muestran escarpes que definenuna estructura tipo graben entre ellas. Al este am-bas fallas se unen y se continúan con una sola tra-za antes de terminar contra la falla Tárcoles.

La falla Tárcoles

La falla Tárcoles (FT) se inicia en el áreamarina y se puede relacionar con una falla queparece desplazar sinestralmente el eje de la FosaMesoamericana (Corrigan et al., 1990; Astorgaet al., 1991). También, puede corresponder conuna falla que sería la traza central de la cuencade tracción que se forma junto con la falla Ba-rranca y con el sistema de falla Bijagual (discu-tida posteriormente).

Entra en el área continental alineándosecon el río Grande de Tárcoles. En la desemboca-dura de este río, Fischer (comunicación perso-nal, 1982) encontró plataformas de bioerosiónhundidas, ahogadas, en diferentes niveles, locual indica bloques que se hundieron en formaescalonada. Se puede comprobar una subsiden-cia de un metro debajo del nivel originario. Noobservó mayor subsidencia porque las morfolo-gías bioerosivas necesarias para evaluar ésta,fueron cubiertas por arena acumulada por el ríoen su desembocadura.

La falla presenta varias trazas. La trazaoriental muestra un escarpe que mira al noroestelo cual sugiere levantamiento del lado este de lafalla. Esto es corroborado por Fisher et al. (1994;1998). Depósitos de terrazas fluviales recientesque se localizan cerca de la desembocadura deeste río, se muestran fallados a lo largo de la tra-za central. Al SSW de Orotina se encontraron de-pósitos aluviales recientes cortados por pequeñasfallas, a lo largo de una traza de esta falla (sitio 1en Fig. 4). Al sur de Orotina, la falla Tárcoles seune con el sistema de fallas de Bijagual que tie-ne rumbo NS (Fig. 4). En este sector se observanvarias trazas de rumbo NS, que forman un siste-ma de fallas normales. La falla Tárcoles continúacon una traza de rumbo NE, pasando al este deOrotina y de Hacienda Vieja y entra luego en losMontes del Aguacate, donde se divide en varios

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ramales. En esta zona se define una estructurasigmoidal transtensiva limitada por dos fallas derumbos oscilantes entre NE y NS.

Con respecto a la sismicidad y sismotec-tónica de esta zona, Güendel et al. (1992) re-portan un mecanismo focal compuesto para ungrupo de temblores que se ubicó en las cerca-nías del poblado de Orotina. Este tiene soluciónde fallamiento inverso con una componentetranscurrente. De acuerdo con mi estudio neo-tectónico, la secuencia de Orotina ocurrió en lazona de intersección entre la falla Tárcoles y elsistema de falla Bijagual (Fig. 4). Por otro lado,en la figura 3 se puede observar que existe unabuena cantidad de temblores de profundidadmenor a 20 km, que se localizaron cerca o so-bre la traza de la falla Tárcoles. Es

especialmente conspicuo en el lado marino, unalineamiento de temblores a lo largo de una tra-za de la falla Tárcoles que tiene rumbo NE.Asimismo, se muestran varios temblores del la-do occidental de la traza marina de la falla Tár-coles, donde esta tiene rumbo NS. En Monteroet al. (en preparación) se estudian con más de-talle estos eventos, pero es muy posible que va-rios de estos se puedan asociar a esta falla, aun-que otros se relacionan con la zona interplaca.

Existen una buena cantidad de evidenciasacerca de la actividad reciente de esta falla. Entreestas mencionamos, la presencia de una zona desubsidencia reciente del lado occidental de la fa-lla (Fischer, 1980), desplazamientos en depósitosaluvionales recientes, presencia de lomos de pre-sión en depósitos recientes, desvío de drenajes,escarpes y contraescarpes facetados poco disec-tados, cambios de tonalidad de la vegetación,desvío de divisorias, sillas de falla, cambios dependiente, entre otros.

Subsistema de lineamientos Quebradas, Escobal, Guácimos y Tornos

Más al este, dentro de los Montes delAguacate, la falla Tárcoles parece subdividirseen una serie de lineamientos sugestivos de ser fa-llas recientes de poca longitud, que sugieren te-ner una componente normal con el bloque occi-dental descendiendo. Estos son:

Lineamiento Quebradas (LQ)

Tiene rumbo NE y muestra alineacionesgeomórficas prominentes en el sector noreste yexpresión geomórfica moderada a débil en el ex-tremo suroeste. Al noreste del poblado de Que-bradas, se caracteriza por la presencia de valleslineales, lomas facetadas, sillas de falla y con-traescarpes, que sugieren una posible componen-te de levantamiento local en el bloque oriental.En la margen sur del Río Grande de Tárcoles, po-dría unirse con un ramal de la falla Tárcoles quepasa cerca de Bolsón.

Fig. 4: Detalle de la zona de intersección entre las fallas Tár-coles y Bijagual. El mecanismo focal compuesto mostrado aloeste de Limonal fue obtenido por Güendel et al. (1992). Elmecanismo focal compuesto mostrado al oeste de Higuito fuerealizado por Güendel et al (1993).

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Lineamiento Escobal (LE)

Lineamiento de rumbo NE, que en elsector noreste presenta alineaciones geomórfi-cas prominentes, mientras que en el suroeste,tiene expresión geomórfica moderada a débil.Al noreste del poblado de Escobal, se caracte-riza por mostrar ruptura de pendientes, angos-tamiento de divisoria, valles lineales, silla defalla y posible divisoria desplazada en sentidosinestral.

Lineamiento Guácimos (LG)

Lineamiento de rumbo NE, que al noroes-te de Guácimos tiene una expresión geomórficaprominente. Muestra valles lineales alineados, si-lla de falla, posible divisoria desplazada en senti-do sinestral.

Lineamiento Tornos (LT)

Lineamiento de rumbo NE, que en sussectores central y noreste tiene una expresióngeomórfica fuerte, mientras que en su extremosuroeste es de prominencia débil. Presenta valleslineales alineados, sillas de falla y contraescarpesfacetados que miran al noroeste en su sector cen-tral, lo cual sugiere una componente de levanta-miento en el bloque oriental.

Falla La Garita

Tiene rumbo NE y una prominencia mo-derada a débil. En el cañón del Río Grande, tieneun trazo de valle lineal y presenta una zona de fa-lla ancha, dentro de la cual ocurren desplaza-mientos sinestrales predominantes con desplaza-mientos normales e inversos subsidiarios. Estafalla aparece en Arias y Denyer (1991) y Monte-ro (1994b). Protti (1997) sugirió desplazamientosasísmicos en esta falla luego del terremoto deCóbano de 1990.

Sistema de fallas de Bijagual

El sistema de fallas de Bijagual (SFB) tie-ne un rumbo que varía entre NS y NE (Fig. 2).Presenta tres fallas principales las cuales al nor-te, se unen con la falla Tárcoles, formando el lí-mite este de la cuenca de tracción asociada al fa-llamiento sinestral, que se localiza entre el sectormarino de la entrada del Golfo de Nicoya y elsector continental del antearco. En el continente,las fallas de rumbo N constituyen un sistema en-trelazado de fallas de desplazamiento oblicuo si-nestral-normal. En el sector comprendido entreplaya Herradura y Esterillos, varias trazas de es-te sistema de fallas tienen rumbo NE. Los datosde Fischer (1980), sugieren que varias de estastrazas coinciden con zonas de levantamiento ohundimiento diferencial de terrazas bioerosiona-les. También, corresponde con una de las fallasque Fisher et al. (1998) ubican entrando por elRío Surtubal. Más al este, en la zona de Bijagual,estas trazas tienen un rumbo predominante NS ytienen escarpes que miran al este y localmentepueden definir zonas de tracción, como es la quese ubica cerca de Surtubal y la que esta al pie dela Fila Tronco Negro. La geometría de estascuencas de tracción embrionarias indican que lasfallas principales que las limitan tienen una com-ponente sinestral. El sistema de fallas de Bijagualse localiza del lado oeste del cerro Turrubares.Cortan una antigua superficie estructural que selocaliza a una altura entre 450 y 600 metros don-de se ubica el poblado de Bijagual.

Con relación a la sismicidad y sismotectó-nica de estas fallas, tenemos que Güendel et al.(1993) reportaron un enjambre de temblores ocu-rrido entre el 21 y el 24 de enero de 1989, conprofundidades entre 5 y 10 km al oeste de Oroti-na. El mecanismo focal compuesto realizado porestos autores, muestra una solución de desplaza-miento oblicuo normal-sinestral (plano de rumboEW) y normal-dextral (plano N 34°E) (Fig. 4).Según mi investigación neotectónica, estos tem-blores ocurrieron ligeramente al norte del extre-mo norte del sistema de fallas de Bijagual, en unazona donde no se ha identificado una expresiónneotectónica para esta falla. Esto podría indicarun amortiguamiento del desplazamiento de esta

35MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

falla en esta zona. Por otro lado, Fernández(1995) reporta un mecanismo focal de tipo trans-currente con componente normal, en la zona don-de se ubica el sistema de fallas de Bijagual. Sinembargo, los planos nodales son de rumbo NE yNW. Asimismo, en la figura 3 se muestra una im-portante concentración de sismos a lo largo delsistema de fallas Bijagual. Algunos de estos tem-blores deben estar asociados con estas fallas, es-pecialmente los que se localizaron del lado con-tinental. Otros se relacionan con la subducción,pero su estudio detallado se presenta en Monteroet al. (en preparación).

Falla Tulín

La falla Tulín (FT) fue definida por Arias& Denyer (1991), como una falla de desplaza-miento de rumbo sinestral con una componentede levantamiento en el lado noroeste. Posterior-mente, Montero (1994a) le asocia un relevo dis-tensivo en su extremo este, cerca de su intersec-ción con la falla Candelaria, que concuerda conla geometría de falla sinestral. Se evidencia porsu valle de falla prominente, que limita el sectorsureste del cerro Turrubares. Al oeste, esta fallatermina contra el sistema de fallas NS de Bija-gual, mientras que al este la falla Tulín es corta-da por la falla Candelaria. En la figura 3 esta fa-lla se mostró pasiva sísmicamente para el perío-do marzo de 1996 a enero de 1998.

Falla Candelaria

Dentro del sistema de fallas NW del sectoroccidental central del país, la falla Candelaria(FC) es la más relevante. Tiene una traza promi-nente hacia el sureste de su intersección con lafalla Tulín. Hacia el noroeste la traza es débil ysolo se observa un cambio de pendiente entre elcerro Turrubares y la zona oriental. En el sectordonde la traza es prominente, la falla se alineacon el río Cajón y el río Grande de Candelaria, ymuestra varios valles lineales alineados, sillas defalla, trincheras de falla, entre otros. Arias &Denyer (1991) y Montero (1994a) sugieren unmovimiento dextral para esta falla.

Al sureste del río Pirrís, la falla parece te-ner el bloque este levantado, tal como lo sugiereun escarpe que mira al suroeste, lo cual sugiereuna componente inversa en la falla. Al cruzar lafalla Candelaria al río Parrita, las dos trazas quepresenta estan originando el desvío del río haciael NW por causa de la presencia de espolones ro-cosos asociados a las filas Bijagua y Carbones,ambos ubicados del lado oeste de ambas trazas,lo cual sugiere una componente dextral de la fa-lla en este sector.

EL TERREMOTO DEL 4 DE MARZO DE 1924

(Ms = 7,0; 10:07 GMT) Y LA SECUENCIA SÍSMICA ASOCIADA

Actividad sísmica de Costa Rica anterior al terremoto de 1924

La actividad sísmica de Costa Rica ocurri-da entre 1900 y 1923, se caracterizó por varios te-rremotos en el margen pacífico, algunos de ellosubicados en la zona aledaña a la zona epicentraldel terremoto de 1924 (Fig. 1). Destacamos loseventos de tipo interplaca de Nicoya del 21 de ju-nio de 1900 (Magnitud Milne, MM = 7,2), el deOsa del 20 de diciembre de 1904 (Ms = 7,5), el dela entrada del Golfo de Nicoya del 20 de enero de1905 (Ms = 6,5), el de Bahía Culebra del 27 de fe-brero de 1916 (Ms = 7,3), del 24 de abril de 1916(Ms = 7,4), del Cinturón Deformado del Norte dePanamá del 26 de abril de 1916 (Ms = 6,9). Tam-bién, ocurrieron varios temblores con magnitudesMs entre 5,0 y 6,5, relacionados con el fallamien-to cortical del arco interno de Costa Rica, comofueron el terremoto del Tablazo del 13 de abril de1910 (Ms = 5,6), el terremoto de Cartago de 1910(Ms = 6,1), el terremoto de Toro Amarillo del 28de agosto de 1911 (Ms = 5,8), el sismo de Guatu-so del 10 de octubre de 1911 (Ms = 6,5), el tem-blor de Tres Ríos del 21 de febrero de 1912 y eltemblor de Sarchí del 6 de junio de 1912(Ms =5,1). Como se observa, la actividad sísmica ante-rior al sismo de 1924 fue sumamente intensa con

36 REVISTA GEOLOGICA DE AMERICA CENTRAL

varios terremotos interplaca de magnitudesM ≥ 6,75 y otro buen número de temblores demagnitudes entre 5,0 y 6,5 relacionados al falla-miento cortical, la mayoría de ellos localizadoshacia el este de la zona epicentral del terremoto de1924. Se puede presumir que los esfuerzos indu-cidos por estos terremotos, bien pudieron sobre-cargar de esfuerzos y temporalmente adelantar elterremoto de 1924.

Temblores de posible caracter corticalocurridos en la zona focal del sismo de 1924, pa-recen haber sido observados unos cinco años an-tes. En el Diario de Costa Rica del 13 de marzode 1924, se reproduce una entrevista con el Prof.Tristán, quien indica que “aquellos sismos loca-les que se sintieron en Orotina hace unos cincoaños fueron el principio del desquiciamiento te-rrestre que ha culminado con los violentos tem-blores ocurridos en este mes de marzo”. Debe-mos indicar que en los diversos catálogos de tem-blores de Costa Rica, no hay reporte de ningúntemblor de magnitud ≥ 6,0 en 1919.

Una nueva secuencia de temblores ocurrióa principios de 1923, dentro de la zona hipocen-tral de 1924. En el Diario de Costa Rica se repro-duce el 7 de marzo de 1924 una nota que se pu-blicó el 4 de enero de 1923 y que dice “Ayer con-versamos con un afincado de Turrubares, quenos informó de una serie de fenómenos sísmicosque tienen alarmados a los vecinos... El juevespasado la cosa pasó de punto pues se registró untemblor tan fuerte como los de abril de 1910. Lostemblores son locales pues ya en Coyolar apenasse sienten débiles. Se oyen ruídos subterráneos yse han derrumbado varias peñas... El vecindarioesta alarmado y se sospecha del nacimiento deun nuevo volcán en Herradura o Turrubares...”.Aquí, nuevamente indicamos que en los diversoscatálogos de temblores de Costa Rica, no hay re-porte de ningún temblor de magnitud ≥ 6,0 en1923 o a fines de 1922.

¿Que ocurrió sísmicamente en los mesesanteriores a 1924?. Según el conteo diario de lostemblores que realizó el Observatorio Nacional,ubicado en San José, durante los dos meses ante-riores al terremoto de 1924, hubo un ligero incre-mento de la actividad sísmica de enero a febrero,debido a un enjambre de temblores que ocurrió

¿Ocurrió un evento precursor ?

De acuerdo con las localizaciones hipo-centrales efectuadas por el International Seis-mological Summary (ISS) y por Ambraseys(1995), durante la secuencia sísmica que ocurrióen la región pacífica central de Costa Rica en1924 (cuadro 1), se reporta un evento precursora las 02 h 06 min del 4 de marzo de 1924, el cualocurrió prácticamente 8 horas antes del sismoprincipal. De acuerdo con Ambraseys (1995),este tuvo una magnitud Ms = 5,2. Sin embargo,en el recuento de los sismos diarios de ese mesrealizado por el Observatorio Nacional, el sismoanterior al terremoto principal ocurrió a las 16 h56 min, hora local (22:56 GMT) del día 3 demarzo. Por lo tanto, este reporte no incluye

Fig. 5: Sismicidad de los dos meses anteriores y un mes pos-terior al terremoto de 4 de marzo de 1924, según datos delObservatorio Nacional. Se observa un enjambre de tembloresocurrido alrededor del 10 de febrero. El nivel de actividad sís-mica era bajo unos dias antes del sismo del 4 marzo de 1924.Luego del evento principal se observa el decaimiento hiper-bólico de las actividad sísmica, pero con picos de actividadsuperpuestos, que aumentan el número de eventos por díaluego de la ocurrencia de réplicas con magnitudes Ms ≥ 5,0.

entre el 7 y el 12 de febrero. En el mes de enero sedetectaron 41 temblores, donde el de mayor inten-sidad tuvo entre II y III grados. En el mes de febre-ro se contaron 62 temblores, el mayor de los cualesocurrió el 13 de febrero y tuvo intensidad III (Fig.5). Sin embargo, no se conocen las zonas sísmicasdonde se originaron los anteriores eventos.

37MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

ningún temblor ocurrido en la hora indicada porel ISS, lo cual es sumamente extraño conside-rando especialmente la magnitud Ms = 5,2 quetuvo el supuesto evento precursor. Adicional-mente, en los reportes recopilados en los perió-dicos y de las entrevistas efectuadas en la zonaafectada, no se menciona nada sobre la ocurren-cia de un sismo precursor. Para aclarar este pun-to hemos revisado nuevamente el boletin del ISSy hemos deducido las diferencias de tiempo S-P,en las diferentes componentes de la estación máscercana a la secuencia de 1924, que era la esta-ción de Balboa, Panamá (BHP). Encontramosque los S-P leídos para el supuesto evento pre-cursor fueron de 36 y 40 s, lo que equivale a al-rededor de 390 km de distancia epicentral deBHP. Esto corresponde con un círculo con un ra-dio que pasaría por la zona fronteriza de Costa

Rica-Panamá (Fig. 6). Por lo tanto, este S-P esbastante más corto que el que se estima para lasecuencia de 1924, que debió ser de alrededorde 54 s, como fue el S-P leído para el eventoprincipal (entre 52 y 64 s). Incluso, los S-P delas réplicas son en general bastante mayores queel S-P del supuesto evento precursor, los cualesoscilan entre 60 y 80 s para los sismos ocurridosentre el día 4 y el día 24, hasta las 11 h 40 min.La réplica del día 24 de las 20 h 29 min tiene unS-P entre 44 y 48 s y las de los días 25 al 28 demarzo oscilan entre 46 y 66 s. Lo anterior noslleva a concluir que el sismo de las 02h 06 mindel 4 de marzo no fue un evento precursor, ocu-rriendo en una zona sísmica diferente de la de1924 y tuvo su epicentro posiblemente alejadode San José y de la zona de Orotina, porque nofue reportado sentido en estos lugares.

Fig. 6: Ubicación de las estaciones sismológicas TAC en México D. F., el Observatorio Sismológico de El Salvador (OSS) y BHP,en la Zona del Canal de Panamá. Para cada estación se dibujan los círculos con un radio igual a la distancia en grados, deducidadel S-P, considerando un foco superficial (TAC y BHP) o la distancia epicentral reportada (OSS). Para BHP, el círculo con un ra-dio de 3,5° del supuesto evento precursor, pasa por la zona fronteriza de Costa Rica-Panamá (a trazos). Además, el círculo de 4,9°equivale al S-P del evento principal (trazo continuo fuerte). El de radio de 6,9° es para las réplicas con el mayor S-P reportado(círculo punteado). Los círculos para el evento principal de OSS y BHP se cortan cerca de Herradura, practicamente en el sitioescogido para el epicentro del terremoto de 1924 (estrella rellena).

38 REVISTA GEOLOGICA DE AMERICA CENTRAL

Distribución temporal, espacial y de magnitudes del evento principal y de las principales réplicas según el ISS y Ambraseys (1995)

El terremoto del 4 de marzo ocurrió a las10 h 07 min (GMT) y fue localizado por ISS, conepicentro en 9,5º N y 84,0º W. Las réplicas demayor magnitud, fueron también ubicadas con elmismo epicentro por el ISS. Este epicentro ins-trumental se ubica dentro de la zona donde la in-tensidad estimada fue de VI grados, al sureste delárea de mayores intensidades (VIII-IX). Más re-cientemente, Ambraseys (1995) reubicó el tem-blor principal en las coordenadas 9,8º N y 84,7ºW, así como varias de las principales réplicas(cuadro 1). La figura 2 muestra las localizacionesde este último autor, todas las cuales tuvieron

foco de profundidad normal (h <40-60 km). Es-tas se basan parcialmente en datos macrosísmi-cos y son sustancialmente mejores que las delISS, dado que se ubican dentro de la zona que fuemás afectada por esta secuencia sísmica.

La magnitud asignada por Gutenberg &Ritcher (1954) para el evento principal fue M =7,0. Duda (1965), Abe (1981) y Ambraseys(1995), revisaron esta magnitud utilizando dife-rentes criterios, concordando con el valor origi-nalmente asignado por Gutenberg & Richter(1954). Aunque la secuencia de réplicas duró va-rios meses de acuerdo con los datos recopiladosen periódicos y entrevistas personales, los even-tos con magnitudes entre Ms 4,8 y 6,4, ocurrie-ron durante el mes de marzo.

La descripción que realiza el ObservatorioNacional del evento principal señala “Gran

CUADRO 1

SECUENCIA SISMICA ASOCIADA CON EL TERREMOTO DEL 4 DE MARZO DE 1924 (10 h: 07 min)

N Fecha Epicentro* h Ms** ComentarioDía h Min s

1 04 02 06 12 9,70º 85,00º n 5,2 Precursor?2 04 10 07 42 9,80º 84,70º n 7,0 Evento principal.

9,83º 84,58º 15 6,6 mb I= VII en San José.3 04 10 49 9,83º 84,58º 15 (5,0-5,5) I= VIII RF en San José4 04 11 43 36 9,80º 84,70º n(15) 6,4 Réplica principal.

I = V RF en San José.5 11 10 41 08 9,90º 84,60º n(15) 6,3 I = VI RF en San José.6 11 20 34 06 9,80º 84,50º n(15) 5,7 I = IV RF en San José7 12 02 50 20 9,80º 84,50º (15) 5,5 8 20 09 56 12 9,80º 84,50º n(15) 5,4 I = V RF en San José9 24 11 40 15 9,80º 84,50º n(15) 5,2 I = IV RF en San José.

10 24 20 29 00 9,80º 84,50º n(15) 5,9 I = VI RF en San José11 25 14 07 00 9,60º 84,30º n(15) 6,2 I= VI RF en San José12 25 15 03 32 9,60º 84,30º n(15) 5,9 I= V a VI RF en San José13 27 08 29 45 9,80º 84,20º n(15) 5,5 I = V RF en San José.14 28 04 57 00 9,80º 84,20º n(15) 4,8

Notas:* En esta y la siguiente columna se indican la localización epicentral y la profundidad reportada por Ambraseys (1995)

donde n indica profundidad < 40-60 km. Entre paréntesis las profundidades estimadas en este estudio. El epicentro y laprofundidad estimados en este trabajo para el evento principal se ubican en el siguiente renglón.

** Indica magnitud Ms según Ambraseys (1995). También se proporciona la magnitud mb determinada por Ambraseys(1995) para el evento principal. Entre paréntesis se indica la magnitud Ms estimada en este estudio para la réplica de las10:49 (GMT) del 4 de marzo. En comentario las intensidades Rossi-Forel (RF) son del Observatorio Nacional.

39MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

temblor que vino súbitamente. El sismógrafoEwing no funcionó, pero la duración completadel sismo se ha apreciado en dos minutos y 30 se-gundos, incluyendo el tremor que fue cortísimo.La fase principal de dirección NNW a SSE y queduró aproximadamente 50 segundos, tuvo por lomenos cinco remezones violentos, los que produ-jeron los primeros daños, como caída de repellos,ladrillos, etc. La fase final se caracterizó por unaserie de balanceos de gran amplitud con la cir-cunstancia, muy especial, de que estos balanceoscambiaron de dirección del W al E..”. En estadescripción destaca un tremor cortísimo, el cualrelacionamos con una fase P de poca duración,sugiriendo un S-P corto. Además, se indica que lafase principal fue de dirección NNW a SSE. Inter-pretamos que esta corresponde con la fase S, porlo que el epicentro debió estar al WSW de San Jo-sé. Más adelante, utilizamos este dato y otrosmás, para localizar el terremoto del 4 de marzo ytener una mejor idea del área de réplicas.

Una restricción adicional de la orientaciónde los epicentros con relación a San José, lo

constituye un registro del evento principal inscri-to por el sismoscopio del Observatorio Nacional.Una reproducción de este se encuentra en el Dia-rio de Costa Rica, página 4, del 6 de abril de1924 (Fig. 7). Se pueden observar dos direccio-nes principales de movimiento del péndulo “trifi-lar”, con respecto al registrador ahumado, aun-que el movimiento de la partícula del suelo fuebastante complicado. Estas son: NW a SE y NE aSW. Otra dirección menos importante fue la NS.Las oscilaciones de dirección NW a SE parecenser las de mayor amplitud, dado que van de unborde al otro del disco registrador y se interpretaque corresponden con la fase sísmica S. Las os-cilaciones de dirección NE a SW corresponde-rían con la fase P. El anterior análisis sugiere queel epicentro se ubicó al SW de San José.

Sin embargo, consideramos que el reportede dirección emanado directamente del Observa-torio Nacional es más preciso que nuestra suge-rencia de que el evento se ubicó al SW de San Jo-sé, dado que corresponde con un reporte oficialusando los datos originales. Por lo tanto, estima-mos que el terremoto del 4 de marzo se ubicó alWSW de San José (azimut entre 240º y 265º).

El enigma de la réplica de las 10h 49 min(GMT) del 4 de marzo

Según el reporte del Observatorio Nacional,a las 4 h y 49 min (hora local) hubo un sismo de in-tensidad VIII en San José, que fue referido así:

“Segundo gran temblor de duración totalaproximada de 1 minuto y 15 segundos; con ca-racter susultorio. Tremor bastante corto de 8 se-gundos. En la fase principal hubo un balanceomuy fuerte acompañado de una serie de vibra-ciones trepidatorias violentas que produjerondaños materiales de bastante consideración. Laduración del balanceo de la fase final, fue muycorta, aproximadamente de 25 segundos...”

En la anterior descripción aclaramos quedesconocemos el significado de la palabra susul-torio; probablemente es un localismo usado paradescribir el tipo de movimiento del temblor. Ve-mos que este fue un sismo sumamente fuerte ylargo en San José, al que se le asignó una

Fig. 7: Registro del sismoscopio ubicado en el ObservatorioNacional para el terremoto del 4 de marzo de 1924 (Diario deCosta Rica, 6 de abril de 1924). Se observan las fuertes osci-laciones NE y NW, que presumiblemente corresponden a lasfases P y S respectivamente.

40 REVISTA GEOLOGICA DE AMERICA CENTRAL

intensidad bastante alta (VIII), que causó dañosimportantes en la ciudad capital. Sobre este tem-blor hablan diversos testigos de la secuencia sís-mica de 1924, quienes destacan que causó dañosen la región occidental del Valle Central y en elPacífico Central. En Atenas fue reportado con es-pecial intensidad (Wilfredo Rojas, comunicaciónverbal, 1998).

Lo interesante de esta réplica es que a pe-sar de su alta intensidad, la misma no fue locali-zada por el ISS ni por Ambraseys (1995). Tampo-co, existe estimación de magnitud para la misma.Para tratar de entender la causa de esta circuns-tancia, hemos revisado nuevamente el boletín delISS y hemos encontrado la indicación de que pa-ra el 4 de marzo existen lecturas adicionales (sinindicarse el tipo de fase) para un sismo (?) a las10 h en las estaciones de Tacubaya (TAC, Méxi-co D.F.), Balboa (BHP) y La Paz, Bolivia. Ade-más, se hace la acotación interesante de que lalectura en BHP es para un sismo cercano a esa es-tación, lo cual nos lleva a suponer que se trate delevento de las 10 h 49 min.

Hemos obtenido copia del sismograma delterremoto de 1924 para la estación de TAC, ubi-cada en México D. F. ( Fig. 8). En el mismo noubicamos esta réplica; no encontramos una fasede P que se pueda identificar, como si ocurre conla réplica de las 11 h 43 min, que tuvo magnitudMs = 6,4. Por otro lado, en el boletín del ISS,TAC reportó todas las réplicas mayores a Ms 5,5.Por lo anterior, este sismo parece haber tenidouna magnitud entre 5,0 y 5,5 Ms. Otra posibili-dad, es que el temblor de las 10 h 49 min hayaquedado enmascarado dentro del tren de ondasregistrado en la parte final del terremoto princi-pal que registró TAC y que por lo tanto, su mag-nitud pudo ser mayor que la sugerida.

Con respecto a la localización de esta ré-plica, destaca en el reporte del Observatorio Na-cional, que el tremor duró 8 segundos. Obsérveseque aún en este año trabajaba el sismógrafoEwing, del cual se habían obtenido sismogramasde terremotos como el de Guatuso del 10 de octu-bre de 1911(Tristán, 1911). Nuestra interpretaciónes que la duración del tremor indica la duración

Fig. 8: Reproducción del sismograma de la Estación Tacubaya (TAC) ubicada en México D. F., México, para el terremoto del 4de marzo de 1924 (parte superior de la figura) y para la réplica mayor (parte inferior de la figura). No se observa la réplica de las10: 49 GMT, que debe ubicarse en la traza superior a la réplica de las 11:43 GMT. P, S y LR señalan la entrada de las ondas P, Sy Rayleigh.

41MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

de inscripción de la fase P. Por lo tanto, el S-P deeste evento debió ser de 8 segundos. Si considera-mos que el sismo fue superficial y que la razón develocidades Vp/Vs es 3, una velocidad promediode Vp de 5,85 km/s, entonces un S-P de 8 segun-dos equivale a una distancia epicentral de aproxi-madamente 64 km de San José, con un epicentroal oeste o suroeste de Orotina. Asignamos a esteevento el mismo epicentro del sismo principal, locual se determina más adelante.

Distribución temporal y espacial de las réplicassegún el Observatorio Nacional

El Observatorio Nacional realizó un con-teo de los diferentes temblores que fueron regis-trados diariamente durante el mes de marzo ymeses sucesivos de 1924. Desafortunadamente,no se conoce el paradero del documento originaldonde se llevaba la recopilación del tiempo deocurrencia de los temblores, su intensidad Rossi-Forel, y las características de dirección y dura-ción de fases de los sismos registrados en el sis-mógrafo Ewing. Sin embargo, en los periódicosesta información fue parcialmente publicada, ycon esta se pueden obtener datos útiles sobre lasréplicas. He recopilado del Diario de Costa Rica,la información del número de sismos por día re-gistrados con intensidad mayor o igual a I (RF)en el Observatorio Nacional, desde el día 4 demarzo al 10 de abril. Esta información permitedefinir el decaimiento temporal de la actividad deréplicas durante un poco más de un mes (Fig. 5).Vemos que una vez ocurrido el evento principal alas 4:07 (H. L.), se contaron un total de 312 tem-blores durante ese día. A partir de la ocurrenciadel evento principal la actividad de réplicas fuedecayendo rápidamente hasta el día 10 de marzocuando se contabilizaron 18 réplicas. El 11 demarzo la actividad sísmica nuevamente recrude-ció, luego de que ocurrieron dos temblores demagnitudes Ms = 6,3 y Ms = 5,7 y otro más el 12de marzo de Ms = 5,5. El día 11 de marzo se re-gistraron 83 temblores, siendo el segundo día conmás réplicas de toda la secuencia sísmica. Nue-vamente, la actividad de réplicas comenzó a de-caer hasta el 18 de marzo cuando se dió un nuevo

incremento de la sismicidad, que perduró hasta el4 de abril. A partir del 5 de abril y hasta el 10 deabril que se suspendió la recopilación de estosdatos, la actividad de temblores se mantuvo convalores menores a 10 eventos por día, que se-guían la tendencia normal de decaimiento de laactividad de réplicas.

Es claro que dentro de la tendencia de de-caimiento hiperbólico de las réplicas asociadacon las rupturas del 4 de marzo, de acuerdo conla ley de Omori, estan superpuestos en la curva,incrementos de la sismicidad debido al desarrollode nuevas zonas de ruptura, además de la asocia-da al evento principal. Entre estas destacan lasque se asociaron con los terremotos del 11 y 12de marzo. También, las nuevas zonas de rupturaque ocurrieron entre el 20 de marzo y el 27 demarzo. Aunque esta más allá del alcance de estetrabajo el análisis detallado de cada una de estasréplicas en cuanto a su zona epicentral, es claroque cada uno de estos eventos fue por si mismoun terremoto, con las que debieron asociarse nue-vas secuencias de réplicas (Fig. 5).

Del análisis de las réplicas reportadas por elObservatorio Nacional y recopiladas en el Diariode Costa Rica, es posible definir la zona epicentralde estas usando el S-P y el azimut aproximado desu fuente. Veamos algunos ejemplos. Una réplicabien caracterizada por el Observatorio Nacional esla del 6 de marzo de las 18:58 de la cual se dice:“temblor susultorio de intensidad VI, duración detremor 5 segundos; fase principal 8 segundos, re-flejos de las ondas 13 segundos; dirección princi-pal de Norte a Sur y NNW a SSE. Característicaprincipal: choque trepidatorio inicial, 5 segundosde movimiento preliminar, fuerte remezón de nor-te a sur seguido de oscilación NNW a SSE. Tieneocho oscilaciones principales en la componentenorte a sur y ocho también en la este a oeste. Mo-vimiento oscilatorio de alguna amplitud y bastan-te rápido y el movimiento trepidatorio de pocaamplitud y algo rápido también”. Como se obser-va hay una excelente descripción de la onda P (tre-pidatoria y con duración de 5 segundos) y de laonda S (oscilatoria y de 8 segundos de duración).El S-P indicaría un temblor ubicado a unos 40 kmde San José entre el W y el WSW (debido a que laonda S tenía dirección NS a NNW a SSE).

42 REVISTA GEOLOGICA DE AMERICA CENTRAL

Otro evento réplica que se caracterizó bas-tante bien fue el de las 10:25 (H. L.) del 11 de mar-zo: “a las 10:25 temblor ondulatorio intensidad V,duración tremor 6 segundos; fase principal 19 se-gundos; fase final 17 segundos; duración total 52segundos; reflejos de las ondas 50 segundos; di-rección dominante de NW a SE con cambios de Wa E. El sismógrafo Ewing dió un grafo bastantedetallado...”. Interpretamos que este evento tuvoun S-P de 6 segundos y por tanto se ubicó al SW aaproximadamente 48 km de San José.

Con respecto a las direcciones dominantesde las réplicas, tenemos múltiples ejemplos queseñalan que estas se ubicaron entre el W y el SW

de San José. Aparte de los dos casos anterioresque provinieron del WSW y del SW, tenemos ungran número de ejemplos que indican direccionessimilares. Así, un temblor del 7 de marzo 00:58,(GMT) tuvo dirección predominante N a S yNNW a SSE. Para el temblor del 20 de marzo(09:56 GMT), la dirección dominante en el regis-tro del sismógrafo Ewing fue NNW a SSE conmovimientos combinados N a S y al finalizar Wa E. Otro temblor fuerte ocurrido el 25 de marzo(14:06 GMT) tuvo dirección NW a SE y de W aE. El mismo día a las 15:09 (GMT) hubo un tem-blor con dirección marcada del NW a SE combi-nado con WSW a ENE. Los reportes anteriores

Fig. 9: Sistema de fallamiento de la región central pacífica de Costa Rica. FJ: falla Jaris, FE: falla Escazú, FJE: falla Jericó, FF:falla Frailes, FAC: falla Agua Caliente, FN: falla Navarro, FL: falla Lara, FRS: falla Río Sucio. Las otras fallas fueron referidasen la figura 2. Se ha dibujado círculos con un radio de 10 km alrededor de cada uno de los lugares donde se reportaron retum-bos, para indicar las zonas con las fallas más probables donde se originaron estos temblores. Los lugares son E: Esparza, BH: He-rradura, SP: San Pablo de Turrubares, PN: Piedras Negras, S: Santiago de Puriscal, G: Guayabo, CC: Ciudad Colón, SA: SantaAna, Es: Escazú, LG: Llano Grande, S: Sanatorio Durán y SJ: San Juan. Con triángulos se muestra la ubicación de los cerrosBandera (CB), Turrubares (CT) y Cangreja (CCA). El cono con foco en el Observatorio Nacional (ON) en San José, cubre el in-tervalo de direcciones de donde provenían las réplicas. El área de réplicas se ubica entre los arcos concéntricos comprendidos en-tre la distancia mínima (40 km) y máxima (80 km) de estas, de acuerdo al S-P.

43MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

indican una dirección predominante entre NS yNW a SE, con una mayor frecuencia de eventoscon onda S de dirección NNW.

Mi interpretación indica un rumbo bastan-te similar de la fase S, que implicaría áreas deruptura para la secuencia de 1924, entre W y elSW con respecto a la ciudad de San José. Ade-más, los S-P que han sido recopilados, nos per-miten definir que las réplicas tuvieron entre 5 se-gundos como valor mínimo (40 km) y 10 segun-dos como valor máximo (80 km). La figura 9muestra la zona azimutal que sugieren las direc-ciones de las réplicas y las distancias epicentralesmínima y máxima de las mismas.

DISTRIBUCIÓN DE ISOSISTAS

El terremoto del 4 de marzo de 1924 cau-só una enorme destrucción en la parte central pa-cífica del país. Las diversas réplicas contribuye-ron a aumentar estos daños, aunque fueron espe-cialmente dañinas la de las 10 h y 49 min (5,1<Ms < 5,5), y la de las 11 h y 43 m (GMT) demagnitud Ms = 6,4. Los reportes de daños y laforma como fueron percibidos estos temblores,aparecen profusamente detallados e ilustrados enlos diversos periódicos de la época.

La figura 10 muestra la distribución deisosistas en Costa Rica hasta el grado de intensi-dad MM V. Los datos recopilados solo permitendibujar parcialmente las isosistas de menor inten-sidad, dado que estos valores fueron observadosen gran parte fuera del país. El temblor alcanzó aser percibido a distancias tan lejanas como Bal-boa en Panamá y en Bocas, en el Departamentode Chontales, Ciudad Rama en Bluefields y engran parte de la costa caribe y en la zona del granlago en Nicaragua. El área de percepción deltemblor no es fácil de estimar porque la isosistade intensidad II no cierra en tierra firme; la ma-yor parte de su configuración debe ser inferida enlas áreas oceánicas. La distancia mayor dondefue percibido el temblor dentro del territorio dePanamá, fue en Balboa, a unos 530 km de la zo-na mesosísmica; en Nicaragua, este fue sentido

en Boaco a 300 km de distancia de la zona másafectada. Una estimación grosera del área de per-cepción considerando un radio promedio de 420km, deducido de las máximas distancias epicen-trales reportadas en Nicaragua y Panamá, daríaun área de percepción de alrededor de 550000km2. Gutenberg y Richter (1956) obtuvieron pa-ra California la relación:

M = -3,0 + 3,8 log r (1)

donde r es el radio medio de percepción yM la magnitud. Si consideramos r = 420 km, Msería 7,0, lo cual concuerda con la magnitud Mestimada instrumentalmente. Toppozada (1975)obtuvo para California y el oeste de Nevada:

ML = -1,88 + 1,53 * log A(I) (2)

donde A (I) es el área de percepción y ML

es la magnitud local definida por Richter (1954).Sustituyendo A(I) por 550000 km2, obtenemosML = 6,9. Los valores de magnitud obtenidos conbase en el radio de percepción, son consistentescon los estimados mediante relaciones empíricas.El área de percepción está por tanto, de acuerdocon los valores esperados para un terremoto demagnitud Ms = 7,0.

Al área mesosísmica que incluye Orotinay San Mateo y la zona al sur-suroeste de estas po-blaciones, se le asignó intensidad IX, luego deconsiderar los daños observados en diferentespoblados, los efectos sobre el terreno y la formacomo fue percibido el temblor (Fig. 11). Unejemplo de las observaciones macrosísmicas eneste nivel de intensidad, fueron las recopiladas enCoyolar de Orotina: “una caja de caudales bas-tante pesada fue arrojada de la casa del señorCastro, también quedó volcada una cepilladoramontada sobre barras de cemento y sujeta a estapor potentes pines de acero. Pequeñas casas demadera hundiéronse y otras cayeron de lado”;en Orotina “las casas se ladearon y están ente-rradas diagonalmente”. En los periódicos apare-cen algunas fotos que muestran casas de maderatotalmente colapsadas, aunque otras aparente-mente resistieron bien el temblor. En Orotina lacañería fue destruída quedándose la población

44 REVISTA GEOLOGICA DE AMERICA CENTRAL

sin agua. En las faldas del Cerro Turrubares, el“Administrador de finca que queda en el Cerroinforma, que durante el temblor fue lanzado dela cama contra un tabique. El edificio que ocu-paba de dos pisos de madera quedó inutilizadono obstante, su magnífica construcción”. En Ca-pulín de Orotina: “los árboles fueron arrancadosde cuajo, en una finca una maquinaria de hierrofue lanzada al aire”. En San Mateo, las fotos

muestran la casa cural y la iglesia destruídas y lostubos de cañería rotos. En Tronco Negro de Tu-rrubares: “las casas se levantaron como tres va-ras”. Además de los daños en construcciones, sepresentó dentro del área mesosísmica, gran can-tidad de deslizamientos, caída de rocas, agrieta-mientos en el terreno y licuefacción. Esta últimafue reportada en Herradura y Jacó y zonas aleda-ñas. Una señora describe así la licuefacción en

Fig. 10: Mapa de isosistas del terremoto del 4 de marzo de 1924. El número indica el nivel de intensidad observado en cada lo-calidad. Se utiliza el + cuando la intensidad es incierta entre dos niveles de intensidad sucesivos. El triángulo indica un sitio endonde hay datos macrosísmicos pero no se asignó intensidad.

45MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

Jacó: “que de algunas grietas salen chorros con-siderables de agua sucia color ceniza y que el te-rreno a lo largo de la costa, que es de arena, pe-ro que siempre ha sido dura, ahora esta comple-tamente suave, hundiéndose a gran profundidadlas personas o cualquier objeto que sobre el des-canse...” (Diario de Costa Rica, 29 de marzo).Las anteriores son algunas de las observacionesmacrosísmicas que nos llevaron a asignar inten-sidad IX en el área mesosísmica.

Deslizamientos, agrietamientos y caídasde roca fueron reportados en una extensa regiónque comprendió los Montes del Aguacate, espe-cialmente entre el sur de San Ramón, San Mateoy Atenas, a lo largo del cañón del Río Grande deTárcoles desde Balsa hasta su desembocadura; enel cerro Turrubares; en el Promontorio de Herra-dura y en las zonas de colinas y en los cañones delos ríos entre Esparza y Orotina y San Mateo. In-cluso, en la zona de Toro Amarillo y en los alre-dedores de Zarcero, Puriscal y al sureste hasta en

la zona de la cuesta de la Candelaria hacia SanMarcos de Tarrazú, se describen los mismos fe-nómenos. Muchos de los deslizamientos cerrarontemporalmente el cauce de los ríos, causandocrecidas y la pérdida de ganado en fincas. Estasdeformaciones del terreno se localizan en zonasentre intensidades IX a VII, y ayudan a la defini-ción de la intensidad en dependencia de su fre-cuencia y magnitud.

Destacamos que las observaciones de da-ños ocurridos en las diversas obras de construc-ción no distinguen los que resultaron del temblorprincipal, de otros que fueron consecuencia delfactor acumulativo de las cargas sísmicas debidoa las réplicas, y muy especialmente a la de las 10h y 49 min y a la de las 11 h y 13 min (GMT)(Ms= 6,4), que ocurrieron dentro de la siguiente horadel evento principal. Por eso, las intensidades de-terminadas en las diferentes poblaciones, por lomenos hasta la intensidad VII, resultan de los da-ños acumulados y provocados tanto por el evento

Fig. 11: Detalle de la distribución de intensidades en la región central pacífica de Costa Rica. A trazos cuando esta poco restrin-gida. Misma simbología a la de la figura 10.

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principal como por las réplicas de mayor magni-tud ocurridas el mismo día.

Las isosistas entre IX y VII grados mues-tran cierta elongación hacia el nor-noreste (Figs.9 y 10). Sin embargo, también hay una marcadaelongación hacia el este, evidenciando un menordecaimiento de las intensidades a lo largo del Va-lle Central Occidental. Esto se explica porque es-ta región esta en gran parte cubierta por suelos la-háricos, piroclásticos y aluvionales que en algu-nos sectores alcanzan un espesor importante. Esdecir, en el Valle Central Occidental, la isosistade intensidad VII muestra una configuración quesigue groseramente el contacto entre el suelo sua-ve y el duro, sugiriendo por consiguiente un con-trol geológico en la distribución de las intensida-des entre VII y VIII grados. Las intensidades VIIasignadas a la mayoría de las poblaciones delsector oeste del Valle Central, incluyen reportesde daños en diversas construcciones, aumentan-do el número de las afectadas en muchos casosen proporción al tamaño de la población. Así, enlas ciudades principales del Valle Central comoHeredia (en su sector sur), Alajuela y San José,las fotos muestran y los reportes mencionan grancantidad de daños, casas caídas y otras que obli-gaban a su demolición. No obstante, en estas úl-timas poblaciones, las casas bien construídas re-sistieron perfectamente el temblor principal y lasréplicas principales.

Hay reportes que sugieren que el temblorfue percibido con mayor intensidad en la partenoreste del país. Por ejemplo, se mencionan da-ños en Toro Amarillo, Ciudad Quesada y AguasZarcas. Nuevamente, esto se explicaría por el re-lleno aluvial y lahárico sobre el cual se asientanestas localidades.

Un aspecto notable de destacar es quepracticamente no se reportaron daños en Guana-caste. Esto indica que existió una rápida atenua-ción de las intensidades en la dirección noroestedel epicentro macrosísmico. Así, los lugares máslejanos en esta dirección donde se reportaron da-ños, fueron en la Isla de San Lucas y Puntarenas,a distancias epicentrales menores de 40 km. Laausencia de daños importantes en Guanacastepuede ser explicada en buena parte, porque va-rias de las localidades de esta región, están

ubicadas sobre un suelo rocoso o donde soloexiste un pequeño espesor de depósitos aluvialessobre la roca (por ejemplo en Nicoya). También,la mayor atenuación de intensidades en esta re-gión podría explicarla su ubicación cerca de unnodo en el patrón de radiación de la onda S aso-ciada con la ruptura, que como veremos es derumbo entre N y NE y con una importante com-ponente sinestral.

ACTIVIDAD SÍSMICA Y VOLCÁNICADISPARADA POR EL TERREMOTO

DE 1924

Un aspecto de gran interés con respecto alterremoto de 1924, fue el efecto disparador deactividad sísmica y volcánica en las horas y díasinmediatamente posteriores a la ocurrencia delsismo principal. Tenemos varias informacionesque permiten detallar este fenómeno. En unaconferencia dictada por el Dr. Sapper a principiosde abril de 1924, se describe que: “.. es suma-mente probable que los retumbos observados du-rante los ultimos temblores en Orotina, Turruba-res, Puriscal, Santa Ana, Escazú, Esparta, Gua-yabo, Villa Colón, Piedras Negras pertenecen aesta clase..”. Se refiere a retumbos de origen tec-tónico. Luego continua “..mientras que los re-tumbos que se hicieron oir en Llano Grande o enel Sanatorium del Irazú el 4 y el 11 de marzoeran de origen volcánico..”. Más adelante agre-ga que: “..pero sabemos con seguridad, que lossismos tectónicos orotinenses han despertado alo menos un foco volcánico, el del Irazú...”. Con-tinúa indicando que “Don Emilio Robert ubicadoen San Juan, en una finca situada en las faldasmeridionales del volcán indicado, luego del te-rremoto de la 04:07 observó a las 4:30 de la ma-ñana fuertes retumbos en Llano Grande y en elSanatorio (pero no en San Juan) y a las cinco ho-ras hizo el Irazú una erupción fuerte. Como a las7 horas de la mañana se observó en San Juanotro temblor, pero de caracter absolutamente di-ferente: el movimiento no era ya en una sola di-rección sino circular... Tales temblores de

47MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

movimiento circular que son característicos enciertos temblores volcánicos, se observaron enseguida muchas veces en San Juan. Luego secontinua indicando que el 11 de marzo se nota-ron muchos choques sísmicos en San Juan y en-tre estos unos fuertes a las 10:30, 15 horas y 16horas; el movimiento era horizontal. En LlanoGrande se observó en la tarde del 11 además deruídos subterráneos un temblor muy fuerte elcual superó en intensidad de los temblores que senotaron en Orotina y en la Altiplanicie demos-trando con eso, que no dependía del foco oroti-nense, sino de otro que no puede ser otro que eldel Irazú. Este volcán ha tenido erupciones algograndes el 20, el 23 en la madrugada y el 31 demarzo (desde 4 a 6 a.m.) pero se había presenta-do tranquilo durante la presencia de la comisiónantes del medio día del 23..”. (Diario de CostaRica, 11 de abril de 1924, pág. 7).

En la anterior información debemos distin-guir entre la sismicidad y el volcanismo dispara-do. Analicemos primero este último caso. Es cla-ro que el terremoto del 4 de marzo disparó erup-ciones en el Irazú, posiblemente debido a que in-dujeron movimiento de magma residual. El vol-cán Irazú se localiza a unos 80 kilómetros de lazona de probable ruptura del terremoto de SanCasimiro. Las erupciones del Irazú fueron confir-madas por varios observadores en diversas citasque aparecen en el Diario de Costa Rica. Un de-talle del tipo de erupciones que tuvo el Irazú se daa raíz de la visita que realizaron al volcán alrede-dor del 23 de marzo, el Dr. Sapper en compañíaentre otros del Prof. Fidel Tristán, este último lue-go reporta en el Diario de Costa Rica (26 de mar-zo) que: “las erupciones no son tan frecuentes co-mo antes, pero salen vapores blancos que se des-vanecen rápidamente, dejando un humo azul, quees ácido sulfúrico gaseoso..”. En contraposicióna lo que ocurrió en el Irazú, los reportes mencio-nan que el volcán Poás se mantuvo inactivo.

Existe otro reporte sobre posible actividadvolcánica asociada con este terremoto. En el Dia-rio de Costa Rica (pág. 7 del 11 de abril de 1924),un corresponsal mencionó emanaciones volcáni-cas en el Rincón de la Vieja. Luego, el 25 de mar-zo en el mismo periódico, se transcribe un men-saje fechado 20 de marzo, proveniente del

corresponsal de Liberia que dice: “En estos diasde agitaciones sísmicas el Rincón de la Vieja noha querido quedarse atrás y quedó en un perío-do de franca actividad, que no es natural por es-tos meses del año. En algunas de estas mañanasy tardes, ha podido verse la columna de humoque sale de esta enorme chimenea..”. El volcánRincón de la Vieja se localiza a una distancia cer-cana a los 140 kilómetros de la zona de Orotina.

Finalmente, el 10 de abril se menciona enel Diario de Costa Rica que están en erupción losvolcanes Ometepe, Santiago, y Cerro Negro enNicaragua y que se han sentido temblores en to-da la costa del pacífico desde Granada hasta Co-rinto. Desafortunadamente, no se sabe si la acti-vidad de los volcanes nicaraguenses fue posterioro anterior al terremoto del 4 de marzo, pero si esposterior podría también haber sido disparadapor el terremoto del 4 de marzo, al igual que lostemblores de la costa pacífica.

Stark & Davis (1995) describen varios en-jambres de microtemblores disparados en el cam-po geotérmico de los Geysers, California, por te-rremotos ocurridos a distancias de cientos y milesde kilómetros. Hill et al. (1993) describen los en-jambres de temblores en el campo geotérmico delos Geysers, que siguieron al terremoto ocurridoen 1992 en Landers, California (Mw = 7,3). Loanterior, indica que fenómenos sismovolcánicospueden ser disparados por terremotos mayores.

Aparte de la actividad volcánica ocurridaen el macizo del Irazú, destaca también que el te-rremoto del 4 de marzo disparó movimientos sís-micos que pudieron ser de tipo sismovolcánico oasociados con las fallas que existen en este vol-cán (Montero & Alvarado, 1995), especialmenteen aquellas que se encuentran más cercanas aLlano Grande y a San Juan.

El Dr. Sapper indica también que hubotemblores con retumbos y por lo tanto de foco su-perficial, en Turrubares, Puriscal, Santa Ana, Es-cazú, Esparta, Guayabo, Villa Colón y PiedrasNegras (Fig. 9). Asimismo, el Prof. Fidel Tristánconfirma actividad en fallas cerca de San José:“La observación que muestra de que los movi-mientos tendían a propagarse hacia San José es-ta confirmada. Hemos comparado nuestros re-gistros sismológicos con los que inserta el Diario

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de Costa Rica y de esa comparación resulta quefueron más fuertes los temblores del martes (serefiere al 11 de marzo) en esa capital que en Oro-tina y en San Pablo de Turrubares..”. Lo anteriorindica que varios de los temblores sentidos conretumbos fueron debidos a eventos disparados endiferentes fallas periféricas a la zona de rupturadel terremoto del 4 de marzo.

Gomberg (1996) indica que los tembloresdisparados pueden asociarse a esfuerzos y defor-maciones dinámicas inducidas durante el pasajede las ondas sísmicas o a esfuerzos y deformacio-nes estáticas asociadas con la ruptura cosísmica.También, considera que las deformaciones diná-micas explicarían los eventos disparados a distan-cias remotas, mientras que los sismos disparadosa distancias cercanas pueden deberse a ambos ti-po de deformaciones. En nuestro caso, las erup-ciones del volcán Rincón de la Vieja serían rela-cionadas con deformaciones dinámicas. Las delVolcán Irazú, asi como los temblores con retum-bos ocurridos entre Orotina y ese volcán, es posi-ble asociarlos con esfuerzos dinámicos y estáti-cos. Si consideramos el modelo de Stein et al.(1992) de los esfuerzos estáticos inducidos en elcampo cercano por el terremoto de Landers de1992 (Mw = 7,3), ocurrido en una falla dextral derumbo NNW y por otro lado el terremoto del 4 demarzo de 1924 se asocia con la falla Tárcoles, quees de tipo sinestral y de rumbo NE, entonces es-peraríamos un incremento de esfuerzos estáticosen la continuación del sistema de falla Tárcoles alnoreste de Orotina, en el sector del sistema de fa-llas de Escobal, Quebradas, Tornos y La Garita yotras fallas de rumbo similar a la falla Tárcolescomo la falla Virilla o conjugadas a la falla Tárco-les y de movimiento dextral como el sistema defallas de Picagres-San Antonio (Montero et al.,1991). También, se incrementarían los esfuerzosen el sistema de falla Barranca en su sección derumbo paralelo a los Montes del Aguacate.

Un detalle interesante es que Puriscal,Guayabo, Villa Colón y Piedras Negras formanparte de la misma zona epicentral donde ocurrióla secuencia sísmica de mayo a junio de 1990,que luego culminó con el terremoto de PiedrasNegras del 22 de diciembre de 1990 (Ms = 5,7)(Montero et al., 1991). Por lo tanto, es muy

posible que el terremoto del 4 de marzo sobrecar-gó con esfuerzos adicionales y temporalmenteadelantó la actividad sísmica de 1990, en la zonade fallamiento de Picagres-San Antonio-Virilla.Esta actividad sísmica fue finalmente disparadapor el terremoto de Cóbano del 25 de marzo de1990 (Mw = 7,0) (Barquero et al., 1991; Protti etal., 1995b). Es interesante observar que este últi-mo terremoto y el de Limón del 3 de abril de1991 (Mw = 7,7) no dispararon actividad sísmi-ca en lo que fue la ruptura de 1924, porque estatuvo una importante caída de esfuerzos luego deeste temblor y probablemente el período de recu-rrencia en esta fuente sismogénica sea del ordende cientos de años, porque no existe evidencia deterremotos históricos en este sistema de fallas(Peraldo y Montero, 1994).

Sismicidad disparada en Costa Rica fuepreviamente sugerida por Montero & Alvarado(1988), quienes proponen que el terremoto deBagaces del 6 de diciembre de 1941 (M = 6,0)fue disparado por el terremoto del Golfo Dulcedel 5 de diciembre de 1941 (M = 7,5). Igualmen-te, se observó sismicidad en la zona periférica alárea de ruptura y actividad volcánica en el Irazúdisparada para el terremoto de Limón de 1991(Barquero & Rojas, 1994; Barquero et al., 1995).

EFECTOS ELÉCTRICOS

El Dr. Sapper reporta en una conferenciatranscrita en el Diario de Costa Rica entre el 10y 11 de abril que: “.. El señor Obispo don Agus-tin Blessing, observó en Amurero, cerca de Sipu-rio que se verificó en la madrugada de aquel díaun temblor fuerte de intensidad V a VI. Un minu-to después se oyeron enormes retumbos, pareci-dos en su vehemencia a la cañonada.. y se vie-ron grandísimas descargas eléctricas de abajoarriba y de arriba hasta abajo en dirección ha-cia el NO..”. Amubri se encuentra al este deCosta Rica, cerca de la frontera con Panamá(Fig. 9), a unos 180 kilómetros de la zona deOrotina. La anterior observación puede debersea una asociación entre el fenómeno eléctrico y el

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terremoto, aunque pocos casos han sido reporta-dos en la literatura.

Otra interpretación posible es que las des-cargas eléctricas realmente representaran un fenó-meno luminoso. Efectos luminiscentes han sidofrecuentemente asociados con sismos debido a fe-nómenos piezoeléctricos que se desarrollan en elcuarzo (por ejemplo, Derr, 1973). Esta interpreta-ción es posible porque el temblor ocurrió en lamadrugada a las 4: 07 (H. L.). Yasui (1968) indi-ca que estos fenómenos luminosos se observanfrecuentemente en zonas donde hay cimas monta-ñosas con rocas falladas de dioritas cuarzosas. Es-te es precisamente el ambiente geológico que sepresenta en la Cordillera de Talamanca, dondeexisten gran cantidad de rocas intrusivas de tipoácido a intermedio, ricas en cuarzo. Fenómenosluminosos también me fueron reportados por dis-tintos observadores para el terremoto de Osa,Costa Rica del 3 de abril de 1983 (Mw = 7,4). Es-tos fueron observados desde distintos sectores delValle Central hacia la Cordillera de Talamanca.

EFECTOS HIDROGEOLÓGICOS

Existen en el Diario Costa Rica varios re-portes de distintos lugares que sugieren que elterremoto provocó cambios en el movimientode las aguas subterráneas (Fig. 9). Una nota in-dica que por el lado sur del Cerro Turrubares,las aguas de los riachuelos disminuyeron mien-tras que por el lado norte han aumentado de un25 a un 30 % de caudal. Otra nota del 15 demarzo proveniente de San Mateo indica: “Otrofenómeno que notamos es que habían muchasquebradas que no tenían absolutamente nadade agua, y que ahora corre como si estuviera-mos en invierno, y en otras partes se han seca-do manantiales en los que nunca faltaba”. DeDesmonte de San Mateo se reporta el 29 demarzo: “En este lugar hay gran alarma por laescasez de agua. Hasta la vez todos teníamosmedios para servirnos de este líquido, pero des-de los últimos temblores, están secándose todaslas quebradas de donde se proveía el pueblo...”.

Finalmente, el 27 de marzo se describe en unanota que: “El martes, a las cuatro de la tarde, elRío María Aguilar mermó el caudal de susaguas en doce centímetros, después de los tem-blores; más tarde a las cinco y media completósu curso natural de verano”. Efectos hidrogeo-lógicos han sido frecuentemente observadosasociados con terremotos de magnitud alta.

LA FUENTE SÍSMICADEL TERREMOTO DE 1924

Uno de los aspectos más relevantes sobreel terremoto de 1924, es dilucidar la fuente sís-mica que originó este evento, lo cual es impor-tante para la correcta evaluación de la amenazasísmica de la región pacífico-central e inclusodel Valle Central, asiento de la mayor poblacióny de la principal infraestructura de Costa Rica.Para realizar este análisis, evaluamos las posi-bles fuentes sísmicas donde se pudo haber origi-nado este terremoto, las cuales se pueden dividiren dos grandes grupos:

1.- Relacionadas con la subducción de la placadel Coco, donde tenemos tres alternativas:a) El temblor se originó como resultado

del movimiento interplaca Cocos-Ca-ribe (o Cocos-microplaca Panamá). Elplano de ruptura correspondería conuna falla de bajocorrimiento. Una va-riación de esta propuesta es considerarque el evento rompió una aspereza re-lacionada con una montaña submarinaacarreada por la placa del Coco a lolargo del plano de contacto con la pla-ca superior (von Huene et al., 1995).En este caso la profundidad de la zonade ruptura debió ser inferior a los 40km, que corresponde al límite inferiorde la zona frágil interplaca en CostaRica (Protti et al., 1995a).

b) El sismo se originó dentro de la placadel Coco (temblor intraplaca). En es-te caso el evento debió tener una

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profundidad superior a los 40 km yuna profundidad máxima entre 70 y80 km, en correspondencia con lasprofundidades que tiene la zona deBenioff bajo Orotina-San Mateo.

c) El temblor se originó en una disconti-nuidad transversal a la Fosa Mesoa-mericana localizada dentro de la pla-ca del Coco (Stoiber & Carr, 1973;Burbach et al., 1984; Protti et al.,1995a). La falla sería una falla de tipotijera, con una fuerte componente dedesplazamiento de rumbo.

2.- Relacionadas con el fallamiento corticalde la placa superior. Evaluamos tres dife-rentes opciones: a) El temblor se originó en una frontera

incipiente entre la placa Caribe y lamicroplaca de Panamá (Montero &Dewey, 1982; Güendel & Pacheco,1992; Goes et al., 1993; Fan et al.,1993; Montero, 1994a; Fisher et al.,1994). La falla tendría desplazamien-to de rumbo sinestral, aunque unacomponente de desplazamiento de in-clinación importante podría esperarse(normal ?).

b) El temblor se originó en un segmentode la gran falla longitudinal de CostaRica (falla Candelaria), de rumbo N60°W. La falla sería dextral con unacomponente de levantamiento.

c) El temblor se originó en una falla cor-tical ubicada en la placa superior, cu-yo movimiento es inducido por lasubducción de montañas submarinaspor parte de la placa del Coco (Fisheret al., 1998).

Como vemos, existe un buen número defuentes sísmicas y de modelos tectónicos alterna-tivos para explicar el origen del terremoto de1924. Para dilucidar entre las anteriores fuentessísmicas, debemos tratar de ubicar el posible hi-pocentro de este evento. Para el caso del sismointerplaca relacionado con la subducción de laplaca del Coco, este tendría una profundidad

menor a 40 km y un área de ruptura bajo la zonamarina. Un caso reciente de este tipo de eventos,fue el temblor de Cóbano del 25 de marzo de1990 (Ms = 7,0), el cual tuvo epicentro a la en-trada del Golfo de Nicoya, en el área marina ubi-cada entre la Península de Nicoya y el promonto-rio de Herradura. De acuerdo con Protti et al.(1995b) este fue un sismo interplaca, cuyas répli-cas fueron localizadas entre 15 y 25 km. Sin em-bargo, aunque tuvo la misma magnitud que el te-rremoto de 1924, la zona de intensidad VIII queeste evento generó dentro del área continentalapenas alcanzó a afectar el sureste de la Penínsu-la de Nicoya y el sector costero entre Puntarenasy Jacó y en la zona comprendida entre Esparza yOrotina, las intensidades observadas fueron deVII grados (Climent, 1991). Un evento interpla-ca un poco más grande ocurrido en esta zona fueel temblor del 21 de diciembre de 1939 (Ms =7,3), el cual tampoco originó intensidades comolas observadas para el terremoto de 1924. Por lotanto, una fuente interplaca no parece explicar elorigen del terremoto de 1924.

Igualmente, la propuesta de que el sismose relacionó con una falla transversal a la FosaMesoamericana localizada dentro de la placa delCoco, se descarta si el hipocentro se localizó dellado marino (es decir, a la entrada del Golfo deNicoya), porque al igual que en el caso anteriororiginaría intensidades menores que las observa-das para el terremoto de 1924. Por lo tanto, elárea de ruptura del terremoto de 1924 debió estarentre el área marina y la continental y predomi-nantemente en esta última.

Es conveniente ahora definir la posibleprofundidad del evento de 1924. Esto para aclararsi el sismo fue cortical o puede ser consideradocon una profundidad entre 40 y 70-80 km. Con re-lación a la profundidad existen algunos indicado-res que señalan un hipocentro relativamente su-perficial. En primer lugar, las altas intensidadesobservadas entre VIII y IX grados dentro de la zo-na mesosísmica y que incluso muy localmentepudieron alcanzar hasta el grado X. Las mismasson concordantes con un sismo de profundidadsomera. Igualmente, existen innumerables repor-tes de que los sismos réplica venían precedidospor retumbos. Por ejemplo, como vimos

51MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

anteriormente, el Dr. Sapper mencionó: “Es su-mamente probable que los retumbos observadosdurante los últimos temblores en Orotina, Turru-bares, Puriscal ...sean de esta ultima clase”. Serefiere a retumbos de origen tectónico. El reportede retumbos asociados con las réplicas del sismode 1924, es un fuerte indicativo de que el mismofue de origen superficial. Esto porque las ondas Pson audibles al refractarse en la atmósfera, solocuando la trayectoria de viaje de la onda entre lafuente y el observador es lo suficientemente cor-ta, como para permitir que las altas frecuenciasaudibles no sean filtradas en su viaje entre el me-dio rocoso y el aire. El mapa de intensidadesmuestra un rápido decaimiento espacial de las in-tensidades, lo que también está de acuerdo con unfoco somero. Finalmente, existe la sugerencia deque hubo una ruptura superficial asociada con elterremoto de 1924. Con base en lo anterior, pode-mos descartar las alternativas de una fuente sísmi-ca de profundidad intermedia (entre 40 y 80 km),quedando como única posibilidad de que el terre-moto fue cortical. Tenemos varias posibles fallascon diferente mecanismo de ruptura que pudieronoriginar este terremoto. Entre estas estan las fallasTárcoles, Bijagual, Barranca y la Candelaria. Vea-mos cual es la más viable de acuerdo con los da-tos recopilados.

SELECCIÓN DE LA FALLA

Tenemos varios tipos de informaciones in-dependientes para escoger la posible falla queoriginó el terremoto de 1924, los cuales revisare-mos seguidamente.

Distancia epicentral y dirección epicentralcon base en el evento principal y las réplicas

Previamente vimos que los datos del Ob-servatorio Nacional permiten estimar que los epi-centros del evento principal y de las réplicas selocalizaron entre el W y el SW, a distancias epi-centrales entre 40 y 80 km con respecto a San

José (Fig. 9). Esta información restringe bastantelas fallas donde se pudo originar el terremoto de1924. Además, como vimos el evento principal,según la descripción del Observatorio Nacional,se localizó al WSW.

Epicentro usando datos de estaciones sismológicas regionales

En el reporte del ISS, la estación BHP fuela estación más cercana al epicentro. Las lectu-ras de P y S señalan un S-P entre 52 (componen-te NS) y 64 segundos (componente EW). Dadoque BHP se ubica hacia el este del epicentro, lalectura en la componente NS (la de 52 segun-dos) es más confiable. Pero además, tenemoscopia de una carta del Comandante de la Zonadel Canal dirigida al Embajador de los EstadosUnidos en Costa Rica, en donde se le reporta alObservatorio Nacional, que el temblor se locali-zó a unas 300 millas (540 km) de BHP. Hemostrazado un círculo con un radio de 4,9° (equiva-le a 540 km) alrededor de BHP en la figura 6.Este radio pasa por la zona de Herradura. La si-guiente estación con lecturas de P y S en el bo-letín del ISS es TAC, en México D. F. Su lectu-ra de S-P es de 3 minutos y 25 segundos, lo cualequivale a alrededor de 2140 km (19,3°). Mislecturas de P y S a partir de la copia del sismo-grama que tenemos coincide con las leídas en-tonces (ver Fig. 8). He trazado igualmente uncírculo con el radio anterior para TAC, el cual seubica sobre la zona fronteriza de Costa Rica yPanamá. Aunque las lecturas del ObservatorioNacional de El Salvador no fueron incorporadasen el ISS, hemos recopilado en el Diario deCosta Rica un par de informaciones sobre estaestación sismológica. Una nota del 19 de marzodice: “El sismógrafo de San Salvador registróel temblor del cuatro.. a la altura de Puntare-nas...”. Más adelante, el 25 de marzo otra notadice: “Hoy a las cuatro horas y nueve minutosfueron registrados en el Observatorio Sismoló-gico de esta capital, dos largos movimientossísmicos. Las distancias focales calculadas conlas constantes de Omori y de Stiatessi oscilaronalrededor de 700 kilómetros”. Esto equivale a

52 REVISTA GEOLOGICA DE AMERICA CENTRAL

un radio de 6,3° para esta estación (Fig. 6). Lasdos estaciones sismológicas más cercanas alepicentro, que fueron BHP y la de San Salvador,muestran que sus círculos se cortan en la zonadel promontorio de Herradura. Considerandolos errores inherentes a estos cálculos, esto im-plicaría que el epicentro del sismo del 4 de mar-zo se ubicaría entre Herradura y Puntarenas.

Relación de la falla con el mapade intensidades

En primer lugar, analizaremos el área me-sosísmica del patrón de intensidades. Si superpo-nemos el sistema de fallamiento y la zona meso-sísmica (Fig. 12), vemos que podemos descartarla falla Barranca como la fuente del sismo de1924, dado que un evento en esta falla habría ge-nerado muy altas intensidades en Puntarenas,Miramar y Esparza, lo cual no corresponde conlo observado, especialmente porque en las dosprimeras poblaciones la intensidad observada fueVII, dos grados menor que la máxima intensidaddeterminada. Asimismo, se considera que las

fallas Mata de Limón y Jesús María no fueron lafuente de este sismo, porque las máximas inten-sidades estan desplazadas hacia el E con respec-to a las trazas de estas fallas. Igualmente, se pue-den descartar las fallas Tulín y Candelaria, por-que una ruptura en estas fallas con las caracterís-ticas del sismo de 1924, habría generado intensi-dades más altas en el sector comprendido entrePuriscal y Quepos, aunque esta era una zona su-mamente despoblada. Además, la zona mesosís-mica del terremoto de 1924 se ubica al oeste deesta fallas. Lo anterior no implica descartar quealgún evento réplica pudiera haber ocurrido encualquiera de las fallas mencionadas.

Por lo tanto, quedan como alternativas pa-ra seleccionar la fuente del terremoto de 1924, elsistema de falla Tárcoles o el sistema de falla deBijagual. En la figura 12, se muestra que ambosfallamientos se ubican dentro del área mesosís-mica y son buenos candidatos para haber origina-do el sismo de 1924. Obsérvese que el patrón deisosistas tiene una cierta orientación NNE en lazona de mayor intensidad, aunque hay poca res-tricción hacia el sur de las isosistas en la zonadonde se ubican las fallas de Bijagual, dado que

Fig. 12: Se superpone el sistema de fallamiento cortical del antearco central pacífico y las isosistas de intensidades mayores queVII del sismo principal. Obsérvese que los sistemas de fallas Tárcoles y Bijagual se localizan dentro del área de intensidad IX.

53MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

era una región sumamente despoblada en 1924.Sin embargo, las pocas referencias que existensobre observaciones macrosísmicas en esta re-gión indican una intensidad del orden de IX. Porejemplo, el Dr. Sapper en su conferencia dictadaa principios de abril de 1924, menciona que “..sies cierto que los efectos de los temblores eran losmás fuertes en Orotina y alrededores .. bién pue-de ser que el foco principal del movimiento sís-mico principal se halle más al sur de Orotina, talvez en la vecindad del mar pacífico, como lo pa-recen indicar los hechos observados en Herradu-ra, Paquita y Quepos..”. Desafortunadamente loocurrido en Paquita y Quepos no es descrito enningún documento recopilado; aún así como vi-mos, se pueden deducir altas intensidades al surde Orotina, hacia Quepos, con base en los repor-tes provenientes de Herradura y Jacó. Además,una Comisión que viajó a la zona oeste del CerroTurrubares, observó numerosos y algunos gran-des deslizamientos en esta región.

Probable ruptura superficial asociada

Un terremoto de profundidad superficialde magnitud Ms = 7,0 como el de 1924, es un ex-celente candidato para originar una ruptura su-perficial. Aunque no se realizó inmediatamentedespués de este sismo una investigación geológi-ca que permitiera documentar fidedignamente siocurrió o no una ruptura superficial, si tenemosreportes periodísticos y hemos recopilado contestigos, informaciones que sugieren una posibleruptura superficial del terreno ocasionada por fa-llamiento. Por ejemplo, en el periódico La Tribu-na se menciona que el señor Fernando Castro,quien tenía finca en Coyolar de Orotina: “..Infor-ma que de fuente fidedigna le mencionan la exis-tencia de una enorme grieta que partiendo delbajo de Capulin, casi en la desembocadura delRío Grande (de Tárcoles) atraviesa toda su fincay casi por una distancia de 15 km para ir a mo-rir a un paraje cercano al Higuito en San Ma-teo”. Aunque esta descripción es muy imprecisaen los detalles de la ubicación exacta de la grie-ta, si observamos que el Bajo del Capulín se en-cuentra a lo largo de la traza de la falla Tárcoles,

mientras que Higuito de San Mateo se localiza alnorte de una traza de falla de rumbo NS, que seubica al norte de la intersección entre las fallasTárcoles y Bijagual (sitio 5 en Fig. 4). La proba-ble ruptura de la falla Tárcoles la he ubicado enla figura 9 con un trazo más grueso. Además, lla-ma la atención que se exprese que la grieta tenía15 km de largo. Aunque se desconoce que tan ve-rídica puede ser esta estimación, he medido ladistancia a lo largo de la trazas de las fallas Tár-coles y Bijagual, desde la hacienda Capulín has-ta ligeramente al norte del poblado de Coyolar,donde la traza de falla es de rumbo N (Fig. 4) yhe supuesto (aunque geomorfológicamente no seexpresa), la continuación de esta traza con rum-bo N hasta donde la grieta fue observada en laFinca La Rosita, cerca de Higuito, al oeste de SanMateo. Esa distancia es de 18 km, distancia simi-lar a la reportada en la nota periodística de 15km. De acuerdo con la relación entre la longitudde la ruptura L y la magnitud momento Mw de-ducida por Wells y Coppersmith (1994) paratemblores de cualquier tipo de fallamiento:

Mw = 5,08 + 1,16 log L

una falla de 15 a 18 km de largo, corresponde conun temblor de magnitud Mw = 6,4. Un temblor deMw = 7,0, originaría una longitud de ruptura delorden de 45 km. De lo anterior, se puede especu-lar que la supuesta longitud de ruptura superficialreportada fue solo parte de una longitud de ruptu-ra mayor que no fue observada porque ocurrió enzonas deshabitadas o en la zona marina.

Otro reporte sobre una posible zona deruptura describe una grieta con una orientacióndiferente a la anterior. En el Periódico Alajuelaen La Nación del 6 al 13 de abril de 1983 (pag2D), don Julio Obando informa: “La otra es quela zanja que se abrió venía de las montañas nor-teñas de San Ramón, pasaba por Higuito de SanMateo en los llanos de la finca La Rosita, luegobuscaba al sur, cruzaba como 400 metros al oes-te de la quebrada de Guayabal, pasaba por Po-zón, cogía los sitios de Pigres para morir en lasgrises arenas del mar”. Obsérvese que en estecaso nuevamente se habla que la grieta pasabapor Higuito de San Mateo, aunque como dije, en

54 REVISTA GEOLOGICA DE AMERICA CENTRAL

este sector la falla no se expresa geomorfológica-mente. Vemos que la grieta continuó unos 400metros al oeste de la quebrada Guayabal. Deacuerdo con mi interpretación neotectónica, esen esta zona donde geomorfológicamente se ob-serva el extremo norte de la traza de la falla Bi-jagual, luego de intersectarse con la falla Tárco-les (Fig. 4). En la zona de la quebrada Guayabalse forma una depresión anómala que orienta eldrenaje al N. Un aparente escarpe se forma en ellado W de esta depresión, en una posición muycercana a la descrita por el señor Obando. Sedescribe que la fractura seguía hacia Pozón, pa-saba por los sitios de Pigres hasta morir en elmar. En esta zona de acuerdo con mi interpreta-ción neotectónica, existe la traza Tivives queforma parte de la falla Tárcoles que pasa por lossitios de Pigres, y luego al este pasa al sur de laquebrada Pozón. Esta traza se une al este con lafalla Tárcoles (Fig. 2).

Para confirmar las anteriores observacio-nes, se realizaron varias entrevistas con testigosque vivian en esta zona cuando ocurrió el terre-moto de 1924. Esto incluyó una visita con el Sr.Obando a los sitios descritos por él. Diversostestigos corroboraron la grieta en la zona de lafinca La Rosita (sitio 5 en Fig. 4). Además, va-rios describen una grieta pasando al este de laplaza de Coyolar y que dobló la línea del tren(sitio 3 en la Fig. 4). En el pueblo de Coyolar, seobservaron importantes deformaciones en elsuelo, cerca de la actual plaza de futbol (sitio 4en Fig. 4). Esta ubicación de la grieta coincidecon la ubicación de la traza de la falla Bijagualen este sector. Asimismo, un testigo nos habló deuna grieta al este del poblado de Limonal (sitio2 en Fig. 4), la cual se ubicaría bastante cerca dela localización de la traza de la falla Bijagual.Otro testigo reportó, al igual que el señor Oban-do, unas grietas por el lado de Pozón.

Lo anterior permite concluir que existeuna fuerte sugerencia de que hubo una rupturasuperficial de la falla Tárcoles y en parte de lafalla Bijagual. Los datos aportados por diferen-tes testigos concuerdan en que esta ocurrió a lolargo de la traza de la falla Tárcoles desde la ha-cienda Capulín, hasta intersectar la falla Bija-gual. Luego, parece que la ruptura siguió la falla

Bijagual, pasando al oeste de la quebrada Gua-yabal y extendiéndose hasta la finca La Rosita,aunque en este último sector la falla Bijagual nose expresa claramente en la geomorfología, por-que posiblemente corresponde con la zona don-de la falla pierde desplazamiento o su compo-nente normal es muy pequeña. También, puedepresumirse que la ruptura superficial reportadapor el señor Obando y algunos otros testigos porel lado de Pozón y en los Bajos de Pigres, co-rresponde con otra ruptura en la falla Tivives oBajamar, que forman parte del sistema de fallaTárcoles, que pudo ser simultánea con el eventoprincipal o con alguna de las réplicas de mayortamaño, las cuales alcanzaron magnitudes Msentre 5,0 y 6,4. Además, una ruptura asociadacon un sismo de esta última magnitud, puede al-canzar hasta 15 km de longitud.

Con relación a una posible ruptura super-ficial del sistema de falla Bijagual, al sur de suintersección con la falla Tárcoles, considero queesta sería casi imposible de documentar, dadoque en 1924, esta era una zona sumamente des-poblada.

Mecanismo focal

Un mecanismo focal realizado para esteterremoto por Jacob et al. (1991), es de falla-miento transcurrente con una componente inver-sa (Fig. 1). Javier Pacheco (comunicación ver-bal, 1998) indica que el terremoto de 1924 es se-guramente de desplazamiento de rumbo, y que lacomponente de desplazamiento de inclinaciónesta mal restringida, por lo que no puede confir-mar una componente inversa o normal para estesismo. Los planos nodales son de rumbo NE condesplazamiento sinestral y de rumbo NW de des-plazamiento dextral. Esta solución concuerdacon que la fuente del terremoto de 1924 fue lafalla Tárcoles, dado que su rumbo y tipo de des-plazamiento apoyan la selección del plano nodalNE del mecanismo focal como el plano de rup-tura. El plano nodal NW correspondería porejemplo con un movimiento en la falla Candela-ria, pero ningún dato apoya un deslizamiento co-sísmico en la misma.

55MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

Tsunami o ola sísmica asociada

Para este temblor no hay reporte de un tsu-nami en el catálogo de Iida et al. (1967) o enCruz & Wyss (1983). Sin embargo, en el Diariode Costa Rica (pág. 8 del 7 de diciembre de1941) se reporta que “El año 1924 se acercaba aPuntarenas el vapor Acajutla y su capitán infor-mó al llegar que lo sucedido a la altura de He-rradura, le hizo pensar que encontraría destruí-do el puerto. Un movimiento sacudió la superfi-cie del mar; la nave no andaba; parecía deslizar-se hacia la profundidad. Tuvo la sensación deque el mar se hundía”. Esta observación se pue-de interpretar de dos formas diferentes: 1) Que enel barco se percibió un tsunami o 2) Una ola sís-mica. Ambas posibilidades son viables porque elmecanismo de ruptura en la falla Tárcoles es con-sistente con una componente normal (Fisher etal., 1994; este trabajo), que podría originar des-plazamiento del piso marino y disparar un tsuna-mi. Una ola marina es también de esperar porqueel barco Acajutla se ubicaba a la entrada del Gol-fo de Nicoya, dentro del área mesosísmica cuan-do ocurrió el temblor y la transmisión en el marde ondas P de suficiente amplitud podían ser per-cibidas en un barco.

SELECCIÓN DEL HIPOCENTRO DEL TERREMOTO DE 1924

Y DE SU SECUENCIA DE REPLICAS

Existen dos determinaciones hipocentra-les anteriores para este evento, que son la del ISSy la de Ambraseys (1995). La localización delISS esta desplazada hacia el este, unos 50 a 60km del área mesosísmica y por lo tanto se consi-dera que esta localización es inapropiada para es-te sismo. Por otro lado, Ambraseys (1995) ubicael temblor en el piso oceánico entre la proyecciónde las trazas de la falla Tárcoles que se inician enla boca del Río Grande de Tárcoles y cerca delpoblado costero de Tivives. Esta localización esbastante apropiada y sustancialmente mejor quela del ISS. Sin embargo, considero que esta se

puede mejorar con base en el área mesosísmicadel mapa de intensidades, el epicentro deducidocon los datos de estaciones sismológicas regiona-les, la zona epicentral deducida del S-P de las ré-plicas y su dirección con respecto a San José y elconocimiento del fallamiento existente en la re-gión afectada incluyendo una posible zona deruptura. Entonces, combinaré estos diversos da-tos para obtener una mejor determinación de losparámetros focales del terremoto de 1924.

Considerando los diversos datos existen-tes concluyo que el terremoto de 1924 y algunasde sus principales réplicas ocurrieron en la fallaTárcoles y en el sistema de falla Bijagual. Sinembargo, prefiero seleccionar el hipocentro delevento principal directamente sobre la falla Tár-coles, con base en la posible zona de ruptura y elmecanismo focal. Como mencioné, un temblorde Ms = 7,0 puede originar una ruptura de alre-dedor de 45 km de largo. La longitud de la fallaTárcoles dentro del área continental es cercana alos 25 km. Considerando que la extensión mari-na de la falla Tárcoles es la que se muestra en elmapa geológico de Fernández et al. (1997), en-tonces esta falla se continuaría mar adentro poruna longitud adicional de varias decenas de kiló-metros. Por lo tanto, es de esperar que una partede la ruptura haya que ubicarla en la zona mari-na. No hay criterio especial para localizar el epi-centro del temblor en uno u otro sector de la fa-lla Tárcoles. Sin embargo, prefiero ubicarlo en elsector continental dado que es en esta zona don-de existe una posible evidencia de una rupturasuperficial de la falla. Por lo anterior, ubico elepicentro cerca de la Hacienda Capulín, en lascoordenadas 9° 50’ lat N y 84° 35’ long W y laprofundidad se estima en 15 km. Esta última co-rresponde con la profundidad en que normalmen-te se inician las rupturas dentro de la zona frágilde la corteza. Además, es más precisa que la pro-puesta por Ambraseys (1995). En el cuadro 1 in-corporo los datos de mi ubicación hipocentral.

Con respecto a las réplicas cuyas magnitu-des fueron estimadas telesísmicamente (cuadro 1),considero que aunque para algunas se tienen re-portes de intensidad, estas requieren un estudio es-pecial para mejorar su posible ubicación. Sin em-bargo, algunos de estos eventos muy posiblemente

56 REVISTA GEOLOGICA DE AMERICA CENTRAL

ocurrieron en el sistema de falla segmentado quees continuación de la falla Tárcoles al este de Ha-cienda Vieja y que se presenta sobre la margennorte del Río Grande de Tárcoles, zona de losMontes del Aguacate, como serían las fallas Esco-bal, Tornos, Guácimos, Quebradas y La Garita. In-cluso, es muy posible que el sistema de fallas dePuriscal (Picagres, San Antonio) y Virilla (Monte-ro et al., 1991), que puede extenderse hasta SanAntonio de Belén, haya sido epicentro de algunasde las réplicas sentidas. También, es posible quealgunas de las réplicas de mayor magnitud ocu-rrieron a lo largo del sistema de falla Bijagual,considerando la interacción entre ambas fallas yque ambas forman parte del límite oriental de unacuenca de tracción. De hecho, parte de la rupturadebió ocurrir en el extremo norte de este últimosistema de falla.

SIGNIFICADO TECTÓNICO DEL TERREMOTO DE 1924

Existen varias posibles explicaciones parael origen tectónico de este sismo. Fisher et al.(1998) propusieron que este tipo de eventos sepueden relacionar con esfuerzos inducidos den-tro de la corteza de la placa cabalgante relaciona-dos con la subducción de montañas submarinaspor parte de la placa del Coco. Aunque este es unproceso tectónico plausible, nos parece que estetipo de deformación podría ocurrir directamentearriba de la zona interplaca y menos probable so-bre la zona intraplaca, como corresponde con laubicación en el sector continental de los sistemasde falla Bijagual y Tárcoles; este último se ex-tiende posiblemente hasta la falla La Garita. Ba-jo esta región, la zona de subducción esta muyprofunda como para esperar un efecto de lasmontañas submarinas sobre la placa cabalgante.Por otro lado, el sistema de falla Tárcoles (Fig.2), constituye un sistema de falla continuo que sepuede seguir desde la Fosa Mesoamericana, pa-sando por el Valle Central Occidental y conti-nuarse con otras fallas hasta el sector caribe deCosta Rica (Fisher et al., 1994; Montero, 1994a).

Especialmente, Montero (1994a; en preparación)muestra en detalle como esta falla forma parte deuna zona de deformación que incluye un sistemacomplejo de fallas, que es el límite incipiente en-tre la placa Caribe y la microplaca de Panamá.Este modelo tectónico me parece más viable, porlo que aquí propongo que el sismo del 4 de mar-zo de 1924 y su secuencia de réplicas, se relacio-nó con el límite incipiente entre los anterioresdos bloques tectónicos. Esto concordaría con losmodelos propuestos por Goes et al. (1993), Fanet al. (1993) y Fisher et al. (1994), entre otros au-tores. Con este sistema de falla se relacionó el te-rremoto de Limón del 3 de abril de 1991 (Mw =7,7), el cual como Goes et al. (1993) mostrarontiene un vector deslizamiento que correspondecon el probable movimiento entre la placa Cari-be y la microplaca de Panamá (Fig. 1).

La existencia de un límite incipiente entrela microplaca Panamá y la placa Caribe a travésde la región central de Costa Rica ha sido refuta-do recientemente por Fernández (1996), quiénconsidera que no existen evidencias geológicas,sismológicas ni sismotectónicas que apoyen elmismo. Sin embargo, Fernández (1996) estudiasolo la región central de Costa Rica y no incluyeen su análisis fallas como la Barranca, el sistemade falla Tárcoles, Bijagual y sus relaciones conotras fallas de la región central, norte y caribe delpaís. Además, el mapa de fallamiento que mues-tra incluye fallas provenientes de diferentes fuen-tes de información, varias de las cuales no sonneotectónicas. Asimismo, fallas sinestrales im-portantes como la falla Navarro o inversas comola falla Alajuela no son evaluadas dentro del aná-lisis. En Montero (en preparación) se darán másargumentos en favor del modelo del límite inci-piente placa Caribe-microplaca de Panamá.

CONCLUSIONES

Considerando diferentes evidencias comoson la zona donde se originaron las réplicas y ladirección de estas con respecto a San José, unepicentro localizado con estaciones regionales,

57MONTERO: El terremono del 4 de marzo de 1924

una posible zona de ruptura, la relación entre elfallamiento y la zona mesosísmica y un mecanis-mo focal, existe la fuerte sugerencia de que el te-rremoto de 1924 se originó en la falla Tárcoles,aunque también se considera que el sistema defalla Bijagual participó en el proceso de rupturasque caracterizó al evento principal y las réplicasprincipales. La posible interacción entre ambossistemas de fallas es tectónicamente viable con-siderando que ambas forman parte del límiteoriental de un sistema de fallamiento sinestralasociado con estructuras transtensivas. Este sis-tema de fallas que existen en el antearco centralpacífico de Costa Rica, forma parte de un zonacaracterizada por un intenso fallamiento corti-cal, que se localiza encima de la zona de conver-gencia de placas y que es parte de un límite di-fuso, que existe entre la placa del Caribe y la mi-croplaca de Panamá. Este límite difuso está ca-racterizado al occidente por fallamiento sinestralcon una componente normal importante. Ambosse relacionan con el movimiento de escape haciael este de la microplaca de Panamá, generandotracción en la parte trasera oeste y compresiónhacia el sector este (zona del Cinturón Deforma-do del Norte de Panamá). Por consiguiente, el te-rremoto de 1924 tiene un significado tectónicoimportante, dado que se considera un evento in-terplaca originado en el límite incipiente queexiste entre los dos anteriores bloques tectóni-cos. Tomando en consideración su magnitud (Ms= 7,0), su profundidad superficial y su ubicaciónal oeste de la región más densamente poblada deCosta Rica, este tipo de eventos presentan unaalta amenaza sísmica para la región del pacíficocentral del país.

AGRADECIMIENTOS

Esta investigación fue financiada por la Vi-cerrectoria de Investigación bajo el número deproyecto No 113-96-306, a quienes agradecemosel apoyo logístico recibido. Agradecimiento aHéctor Flores, Raúl Arias, Ricardo Cascante, Wil-fredo Rojas y Mario Fernández, quienes dieronapoyo en el campo. Muy especial agradecimiento

a Sergio Rojas quien se esmero en la realizaciónde las figuras de este artículo. Un muy calurosoapoyo fue recibido de todo el personal del Cuer-po de Bomberos de Orotina, en especial de DanielMoscoso y de Hernán Azofeifa. A todos ellos lesexpreso mi más cordial agradecimiento por todala colaboración y atenciones recibidas. Finalmen-te, se agradece a los dos árbitros que ayudaron amejorar el texto.

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