El tango
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El tango
El fenómeno del tango, a pesar de su origen incierto, ha inquietado a músicos, sociólogos
y literatos que han dado algunas de las mejores definiciones. Para el compositor Enrique
Santos Discépolo, el tango es “un pensamiento triste que se baila”. Ese mismo punto de
vista es expresado por el escritor Ernesto Sábato en su libro Tango, discusión y clave: “El
porteño que se baila un tango lo hace para meditar en su suerte (que generalmente es
grela) o para redondear malos pensamientos sobre la estructura general de la existencia
humana”. Así se concluye fácilmente que la melancolía es la esencia que corre por las
venas de esta música.
Pero hay además una mitología, una serie de personajes y de historias que ayudan a crear
el “efecto” tanguero. En un célebre poema, el escritor Jorge Luis Borges lo describe así:
“El tango crea un turbio/ pasado irreal que de algún modo es cierto,/ el recuerdo
imposible de haber muerto/ peleando, en una esquina del suburbio”.
Los inicios
El primer tango del que se imprimió una partitura fue “El entrerriano”, firmado por el
argentino Rosendo Mendizábal en 1896. Este personaje de ascendencia africana se
cuenta entre los músicos más destacados de los primeros tiempos del tango: algunos lo
llaman “el mejor de la guardia vieja”. Tocaba el piano, y era muy apreciado por su
manejo singular de la mano izquierda. El hecho de que Mendizábal fuera mulato (o
“pardo”, como decían en Buenos Aires) alimenta la teoría de que el tango tiene raíz
africana: se cree que la palabra viene de “tambor”, a través de sucesivas deformaciones:
Tambó-Tangó-Tango.
Hay documentos de comienzos del siglo XIX que emplean la palabra “tango” para
referirse a los lugares donde se juntaban los negros para bailar, y parece que por
extensión se le empezó a llamar así también al baile. En todo caso, el elemento negro en
el tango se quedó en la vieja guardia, ya que en adelante se transformaría en una danza de
fuerte resonancia europea. El instrumento emblemático del tango es el bandoneón, que
aparentemente llegó a Argentina en la segunda mitad del siglo XIX, proveniente de
Brasil. A su vez, el instrumento tuvo su origen en Alemania, donde fue inventado por
Heinrich Band hacia el año 1850, y era usado como remplazo del órgano en ceremonias
religiosas al aire libre.
Los primeros discos
Con respecto a la manera en que se baila el tango, el escritor Blas Matamoro anota: “La
mitad superior del cuerpo permanece rígida, con los bailarines apretados y como
inexpresivos. Todo ocurre de la cintura hacia abajo, subrayando el carácter sexual del
entrevero que dibujan las extremidades inferiores”.
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Tal baile, como es de suponerse, era de ambientes cerrados e incluso se le consideraba
indecente. Pero con la llegada de las tecnologías de grabación, el disco empezó a
expandir la influencia tanguera. Entre los primeros artistas en grabar repertorio de tango
se cuentan el pianista Roberto Firpo (1913) y el dúo integrado por los cantantes Carlos
Gardel & José Razzano (1914).
Discos y partituras viajaron hasta Europa, donde no se encontraron con las restricciones
morales que aún tenían en Suramérica. A través de los marineros argentinos llega a París
la melodía de “El choclo” del compositor Ángel Villoldo. Esta pieza bien puede ser el
más popular de los tangos; ha sido grabada por casi todas las orquestas argentinas y
extranjeras, y es una permanente embajadora musical del Río de la Plata. Con “El
choclo” y otras piezas de esa época, el tango llegó a los grandes salones de baile
recibiendo la llamada “bendición parisina”. Entonces la sociedad de Buenos Aires lo
acogió por fin sin reparos.
(cd) Roberto Firpo “De la guardia vieja” EMI
Roberto Firpo “Tangos y valsesitos” EMI
Orquestas típicas y cantantes
Casi llegando a los años 20 surge la orquesta típica como fórmula instrumental más
común en el tango: en primera fila se ubicaban, sentados, varios bandoneonistas y atrás
los intérpretes de otros instrumentos como los violines y el contrabajo. Cada una de las
orquestas típicas tenía su sonido, su sello propio, que le imprimía su director. La más
popular en la primera época fue la fundada por el violinista Francisco Canaro.
Contaba Canaro en sus memorias que, al poco tiempo de echar a andar su orquesta típica,
sintió que algo le faltaba: “No me sentía del todo satisfecho y me pareció que a mis
discos y a la orquesta le faltaba algo, y era la parte vocal, pero no para llenar el disco,
sino para dar más interés a la ejecución musical, así se me ocurrió hacer cantar el
estribillo”. Esta frase explica, de paso, por qué a los primeros cantantes de tango los
llamaban “estribillistas”.
En 1918 hacen su entrada las letras en el tango, más allá del simple estribillo. Se
desarrolla entonces una literatura propia y un oficio de letrista que requiere cierta cultura
y especialización. El tango que marcó el inicio de esta nueva época fue “Mi noche triste”,
con letra de Pascual Contursi:
La guitarra, en el ropero
todavía está colgada;
nadie en ella canta nada
ni hace sus cuerdas vibrar.
Y la lámpara del cuarto
también tu ausencia ha sentido
porque su luz no ha querido
mi noche triste alumbrar.
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La versión más famosa de esta canción fue grabada en 1930 por Carlos Gardel.
Entramos aquí a hablar del personaje más importante del tango en la primera mitad del
siglo XX. La fama de Gardel en vida fue monumental: sus conciertos y sus películas de
cine (protagonizó 9 largometrajes y varios cortos) llenaban todos los teatros. Su voz fue
aclamada en toda Hispanoamérica, Barcelona, París y Nueva York. Carlos Gardel falleció
en un accidente aéreo en Medellín, el 24 de junio de 1935. A ese trágico suceso se debe
que la ciudad de Medellín haya adoptado al tango como una de sus músicas cotidianas. A
partir de ese momento, como escribió Horacio Vásquez-Rial en su libro Las dos muertes
de Gardel, “murió el hombre y se erigió el mito”.
(cd) Carlos Gardel “Su vida y obra” (5 CDs) Yo Yo Music
Francisco Canaro “Grandes éxitos – Serie de Oro” EMI
El tango después de Gardel
Los años 40 son conocidos como “la resurrección” porque es la época en que el tango se
reinventa y se reafirma. Nuevos artistas de gran calidad aparecerán para fortalecer
definitivamente esta música. Según el investigador Oscar Himschoot, “se da el milagro
de que músicos, poetas, instrumentistas, cantores, grabadoras y difusoras produzcan toda
una verdadera resurrección musical”.
El pianista Osmar Maderna desarrolla un estilo de tango virtuoso y elegante, a veces
cercano a la forma clásica de concerto por el diálogo entre el piano solista y la orquesta:
se le ha comparado con el compositor estadounidense George Gershwin. Pero tal vez el
más querido de los músicos de esta época fue el bandoneonista Aníbal Troilo, conocido
por el apodo cariñoso de “Pichuco”. La primera orquesta de Aníbal Troilo hizo su debut
apenas dos años después de la muerte de Gardel y, como escribió Jorge Gottling,
“concibió el tango instrumental como una forma cantora que adaptó el fraseo
gardeliano”. Su manejo del bandoneón sigue siendo considerado el más estético de la
historia. Además de dirigir la orquesta, grabó en formato de cuarteto y como
acompañante de grandes cantores, entre ellos Edmundo Rivero y Roberto Goyeneche.
(cd) Aníbal Troilo con Edmundo Rivero “Cafetín de Buenos Aires” BMG
Osmar Maderna “Colección 78 RPM” BMG
La vanguardia
Entre los integrantes de la orquesta de “Pichuco” empezó a destacarse un joven
bandoneonista llamado Astor Piazzolla. A pesar de ser estupendo en la ejecución del
tango bailable, Piazzolla también se interesaba por contrapuntos más complejos y por
compositores como Bach, Mozart o Bartók. Empezó a encargarse de los arreglos
orquestales en 1943, creciendo como músico.
A partir de 1955 Piazzolla desarrolla un tango más para el oído y menos para el baile. Se
inventó incluso una nueva manera de tocar, de pie y con una pierna apoyada en una silla,
a diferencia de la manera clásica como lo hacían Troilo y los demás: sentados, con el
instrumento sobre el regazo. Musicalmente fue el gran transformador del tango y muchos
sugieren que lo llevó hasta un límite donde cualquier progresión es imposible. En su libro
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Astor Piazzolla: tango del ángel, tango diablo, el periodista Jaime Andrés Monsalve
afirma que “Piazzolla fue una conjunción entre lo lírico y lo violento, que trascendió lo
meramente musical… Si una condición sine qua non del tango es que musicalmente sea
reflejo de Buenos Aires, entonces la música de Astor Piazzolla es mucho más tango que
cualquier otra”.
Alguna vez dijo Piazzolla: “Tengo una ilusión: que mi obra se escuche en el 2020 y en el
3000 también”. A juzgar por los nuevos ejercicios de tango electrónico que se han hecho
a partir de su obra, parece que su ilusión se cumplirá.
(cd) Astor Piazzolla “La Camorra”
Astor Piazzolla & Gerry Mulligan “Reunión cumbre” (“Summit”)
Textos: Juan Carlos Garay
Libros recomendados
Sábato, Ernesto. “Tango discusión y clave”. Losada.
Blas Matamoro “El tango” Acento Editorial
Oscar Himschoot “El tango: la pasión del 2x4” Ediciones La Llave, colección Diversus
Jaime Andrés Monsalve “El tango en sus propia palabras” Icono
Jaime Andrés Monsalve “Astor Piazzolla, tango del pangel, tango diablo” Panamericana
Jaime Andrés Monsalve “Carlos Gardel, cuesta arriba en su rodada” Panamericana
Videos recomendados
Piazzolla in Portrait. BBC/Opus Arte
Tango. Película. Director: Carlos Saura.
Internet
http://www.tangocity.com/
http://www.esto.es/tango/
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