El Sueño de Dora

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El sueño de Dora. Había una vez de tantas veces, que Dora, una pequeña exploradora decidió sumergirse en una aventura más para buscar una preciosa coraza de mar que le regalaría a su abuela que un par de días después cumpliría 95 años. - Voy a encontrar la más hermosa que exista Dora, al ser una exploradora muy exigente, no le bastó con buscar las corazas que las olas arrojaban a las orillas de la playa – Aquí no hay nada, creo que debo buscar algo mejor- así que se armó de mucho valor, y se sumergió en el inmenso y salado mar para buscar en el fondo a la más hermosa. El día pasó muy rápido para Dora, así que cuando menos lo esperó el Sol ya se estaba metiendo, e lla es una exploradora que siempre tiene equipaje, así que cargaba consigo una linterna que le permitiría ver aun en la oscuridad. –Esperemos que sea una coraza muy bonita y grande eso que escucho-. Pasando el tiempo se encontró con un curioso personaje: -qué tal Dora, soy el Señor Arcoíris- -cómo sabes mi nombre- -te conozco desde que eras un bebé, pero eso no importa, qué te trae por aquí- El Sr. Arcoíris llevó por el mar a Dora, para poder llegar hasta un barco donde se suponía, habría preciosas corazas. Al avanzar pudieron ver a lo lejos una silueta de lo que parecía ser un barco – ¡Ya lo veo!- -¡Era ese el sonido!- Al entrar al barco, amablemente los recibió una preciosa y radiante princesa – Sean ustedes bienvenidos al navío real de la princesa Sofía, ¿qué los trae por aquí? - -Estoy buscando una coraza hermosa - -En este mar hay muchas, pero debes buscar bien, deja que el Rayo McQueen te acompañe - - Hola, soy el Rayo McQueen, para servirte, cucháu!- Durante el camino, se encontraron a un ratón marino muy particular, llamado Nico – Hola, soy el Ratón Nico, qué

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El sueño de Dora.

Había una vez de tantas veces, que Dora, una pequeña exploradora decidió sumergirse en una aventura más para buscar una preciosa coraza de mar que le regalaría a su abuela que un par de días después cumpliría 95 años.

- Voy a encontrar la más hermosa que exista

Dora, al ser una exploradora muy exigente, no le bastó con buscar las corazas que las olas arrojaban a las orillas de la playa – Aquí no hay nada, creo que debo buscar algo mejor- así que se armó de mucho valor, y se sumergió en el inmenso y salado mar para buscar en el fondo a la más hermosa. El día pasó muy rápido para Dora, así que cuando menos lo esperó el Sol ya se estaba metiendo, e lla es una exploradora que siempre tiene equipaje, así que cargaba consigo una linterna que le permitiría ver aun en la oscuridad. –Esperemos que sea una coraza muy bonita y grande eso que escucho-.

Pasando el tiempo se encontró con un curioso personaje: -qué tal Dora, soy el Señor Arcoíris- -cómo sabes mi nombre- -te conozco desde que eras un bebé, pero eso no importa, qué te trae por aquí- El Sr. Arcoíris llevó por el mar a Dora, para poder llegar hasta un barco donde se suponía, habría preciosas corazas. Al avanzar pudieron ver a lo lejos una silueta de lo que parecía ser un barco – ¡Ya lo veo!- -¡Era ese el sonido!- Al entrar al barco, amablemente los recibió una preciosa y radiante princesa – Sean ustedes bienvenidos al navío real de la princesa Sofía, ¿qué los trae por aquí? - -Estoy buscando una coraza hermosa - -En este mar hay muchas, pero debes buscar bien, deja que el Rayo McQueen te acompañe - - Hola, soy el Rayo McQueen, para servirte, cucháu!- Durante el camino, se encontraron a un ratón marino muy particular, llamado Nico – Hola, soy el Ratón Nico, qué buscan por aquí? –Busco la coraza más hermosa - -Oh, yo tengo una en mi casa, se las puedo obsequiar, acompáñenme-

Al regresar al navío Dora conoció al señor Frozen, que era muy amigable. (dialogo de fer) Y a La mariposa Montse que también le gustaba hacer amigos. (voz azul) sin embargo, Dora se dio cuenta de que todo estaba siendo un sueño, y que debía despertar para buscar la verdadera coraza que ya sabía dónde estaba; no se fue sin antes despedirse de sus nuevos amigos que la cuidaban en sus sueños.