El Soldado De San Marcial

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    EL

    SOLDADO

    DE SAN MARCIAL

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    L

    MDADI)

    DE

    M

    liRCIJL

    MELODRAMA

    EN

    CINCO

    ACTOS Y

    EN

    PROSA

    ESCRITO

    SOBRE

    Xr3Sr..S>. C-5>-T7S-A-

    CEXjEBIIE

    > r

    D.

    VALENTN GMEZ

    D.

    FLIX

    G.

    LLANA

    estrenado con

    extraordinario

    xito

    en

    el

    TEATRO DE

    APOLO

    el 19

    de

    Noviembre

    de

    1885

    SEGUNDA

    EDICIN

    MADRID

    K.

    VELASCO,

    IMPRESOR,

    RUBIO,

    20

    1S94

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    REPARTO

    FEBSONAJES

    ACTOHES

    >-,

    Magdalena

    \

    {

    Srta.

    D.a

    Matilde

    Eodrguez^

    Luca,

    joven

    de

    17

    aos

    )

    Luca,

    nia

    de

    cinco

    aos.

    .

    .

    Aurelia

    Guinea.

    Marquesa

    Sra.

    Alver

    de

    Nestoea.

    DiEECTOEA

    del

    colegio de

    San-

    ta Teresa Guerra.

    Valentina

    Mata.

    Petra

    Urrutia.

    Luisa

    Snchez.

    Juan

    Guilin

    Sres.

    Mata.

    LZARO

    T>

    Guerra.

    El Coronel

    Marqus

    de

    Udalla

    Montenegro.

    Pascual

    Garca.

    Roberto

    Barcel.

    Un

    alcalde

    Lirn.

    Un

    sargento

    *

    Manso.

    Jos

    >>

    Torrijos.

    Presidiario

    1.0

    Len.

    dem

    2.

    Fernndez.

    Un

    cabo

    Boto.

    Un

    centinela

    Capistrs.

    Soldados,

    presidiarios, etc.

    La

    accin

    del

    primero

    y

    segundo acto

    en

    1813,

    y

    de

    ios

    Ires^

    ltimos en

    1825

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    ACTO

    PRIMERO

    anterior

    de una

    humilde casa de

    aldea

    en las

    Provincias

    Vascongadas.

    A la

    deiecha

    del espectador el cuarto

    de Juan

    y

    su

    mujer, A la

    izquierda,

    chimenea

    en primer

    trmino; una

    ventana

    que

    da

    al.

    campo

    en

    segundo

    trmino. En

    el

    fondo

    puerta

    de entrada: un

    armario

    de

    roble,

    una

    sencilla alacena,

    mesa^

    sillas,

    etc., etc.

    ESCENA PRIMERA

    MAGDALENA,

    PETRA

    y

    LUISA,

    estn

    sentadas alrededor

    de

    la

    mesa,

    repasando

    ropa

    blanca

    la luz del

    veln

    de

    bronce.

    La

    pri-

    4nera ha dejado

    la

    costura

    en

    el

    momento

    de

    levantarse

    el

    teln,

    y

    se

    ve

    que

    est

    muy

    preocupada

    Pet.

    (Dirigindose

    Luisa.)

    Pobre

    Magdalena

    Mira

    que

    pensativa

    est

    Luisa No

    le faltan

    motivos... Hace

    ya

    cerca

    de

    un

    mes

    que

    no

    tiene

    noticias

    de su

    Juan.

    PiT.

    Maldita guerra ... Siempre

    viviendo

    en

    un

    ay ... Cundo

    se

    marcharn

    esos picaros

    franceses?

    MaG.

    (Levantando

    la cabeza.)

    OS?

    Pet

    )

    Luisa

    Q^^?

    (sobresaltadas.)

    Mag. Ruido

    de

    pasos

    por

    la carretera...

    Pet.

    Ser algn destacamento

    que va

    incorpo-

    rarse

    al

    ejrcito espaol.

    Luisa No vemos

    ms

    que

    soldados

    desde

    la ma-

    ana la

    tarde

    Pet. El

    seor

    Alcalde

    ha

    dicho

    que

    maana

    se

    dar

    una

    batalla

    en

    San

    Marcial.

    613187

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    6

    MaG. Dios

    mo (Mirando

    su

    alrededor.)

    Pero

    dnde-

    est mi hija?

    Pet.

    Est

    en la

    casa

    de

    al

    lado

    jugando

    con

    las

    chiquillas...

    Mag.

    Voy

    buscarla.

    Pet.

    Djala,

    mujer,

    djala

    que

    juegue.

    Dichosa

    ella,

    que

    no

    piensa

    ms que

    en eso

    Mag.

    Tienes

    lazn,

    (vuelve

    sentarse.)

    Para

    pena

    basta

    con las mas

    desde que

    mi

    pobre

    Juan

    se

    march

    al ejrcito... Esto

    no es para

    m.

    L4costumbrada

    verle

    siempre

    mi lado,,.

    ;

    trabajando

    en

    la

    heredad,

    lleno

    de esperan-

    zas

    y

    de alegra...

    y

    ahora

    con

    tantos

    peli-

    /

    grosy

    sin

    saber

    de

    l

    en mucho tiempo ...

    Si

    /

    este

    sobresalto dura,

    os

    digo

    que

    no

    tendr

    fuerzas para

    resistirlo.

    Pet.

    Vamos,

    Magdalena, nimo,

    (se

    acerca

    eiia.)

    Conociendo

    Juan, 3'a

    debas

    suponer

    que

    ms

    tarde

    ms

    temprano

    haba

    de

    tomar

    las armas

    para defender

    la patria.

    Luisa

    Y

    mucho

    ms

    siendo

    tu

    marido

    el

    hombre

    mg valiente

    de esta

    tierra. Lstima

    que sea

    tambin

    un

    poco

    celosol

    Mag. Todos los matrimonios tienen sus disgustos,

    pero

    se olvidan pronto cuando

    la desgracia

    los

    aflige. Qu poco pensaba yo en los arre-

    batos

    de

    Juan

    el

    da

    en

    que

    le

    vi

    marchar

    con

    la mochila

    la

    espalda

    y

    el

    fusil

    al hom-

    bro

    por esas veredas

    adelantel

    Cundo le

    ver volver

    Pet, La guerra no

    puede

    durar mucho

    tiempo.

    Luisa Y tu

    marido recibir su licencia como

    los

    dems

    soldados,'

    Mag.

    Si fuese

    preciso, yo

    misma

    ira

    pedrsela

    mi

    hermana

    de

    leche,

    la

    rnarquesa

    de

    da-

    11a,

    seora

    del

    coronel,

    que ha sido siempre

    tan

    buena

    para

    nosotros.

    Pet.

    No fu ella la que

    arregl vuestro

    matri-

    monio?

    Mag.

    S. Todo

    se

    lo

    debemos

    la

    seorita

    en cuya

    compaa

    he

    vivido

    hasta

    el

    da en que

    me

    cas. Ella

    me

    dio

    la

    dote

    conque

    compramos

    nuestro

    casero,

    y

    un collar

    con un

    meda-

    lln

    como

    regalo de

    boda.

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    Pet.

    Que

    guardas

    como

    oro en

    pao.

    No

    nos lo

    has

    enseado

    nunca.

    Mag.

    Qu

    tonteral

    Ahora lo

    veris.

    (Abre

    ei

    arma-

    rio

    y

    saca

    un

    collar

    que

    ensea

    sus

    amigas.)

    Pet.

    Qu

    hermoso

    es

    Luisa

    Lo

    que pesa ...

    Y tiene

    tres

    diamantes

    en

    el medaUnl

    Mag.

    y aqu

    dentro

    est grabado el

    nombre

    de

    la

    seorita...

    Pet.

    Vaya

    una alhaja

    Debe

    valer un

    capital.

    Mag.

    Ms

    la estimo

    por

    ser

    de quien

    es,

    que

    por

    lo que

    vale,

    (neja el

    coUar sobre la

    mesa.)

    ESCENA

    n

    LAS

    MISMAS, LUCIA,

    despus

    PASCUAL

    Luca

    Madre

    Madre

    Mag.

    Qu hay, hija ma?

    Lucia

    Los

    soldados

    Los

    soldados

    Mag.

    Bien

    deca

    yo

    que

    haba

    odo ruido

    en la

    carretera...

    Dnde

    estn?

    Luca En

    la

    plaza.

    Vuelve mi padre

    con

    ellos?

    Mag.

    Dios lo haga

    Luisa Vamos ver.

    Mag.

    S;

    vamos

    pronto,

    pronto,

    (se

    dirigen

    hacia

    la

    puerta del

    fondo.)

    PaS.

    (Aparece

    en

    el fondo

    vestido

    de

    uniforme.)

    Alto

    No

    hay

    que molestarse,

    patrona.

    Mag.

    Pascual

    Pet.

    Pascualillo

    Pas.

    No

    valen

    motes, Petrancha.

    Yo me

    llamo

    Pascual

    Perlern,

    sargento primero

    de

    la pri-

    mera

    compaa

    del

    primer

    regimiento

    del

    primer

    ejrcito

    del mundo.

    Pet.

    Pues

    no

    gasta

    poca fachenda

    el hijo

    de Per-

    lern...

    Mag.

    Qu

    noticias

    nos traes?

    Cmo est

    mi

    ma-

    rido?...

    Luisa

    Y mi

    primo Pedro?

    Pet.

    y mi

    sobrino Santiago?

    Pas.

    Silencio

    en las filas Si

    hablan ustedes

    un

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    Luisa

    Mag.

    ^Pero..

    tiempo,

    doy media

    vuelta

    y

    bon

    soir,

    como

    dicen los

    gabachos.

    Pet.

    Pas. Traigo

    noticias

    de

    todos,

    y

    noticias

    buenas,

    muy buenas,

    inmejorables.

    Mag.

    Gracias, Dios

    mo

    Luisa

    Cmo

    est Pedro?

    Pas.

    Pedrillo

    est

    en el

    hospital

    con un

    balazo

    en salva sea la

    parte.

    Luisa

    Pobre

    primo

    mo

    Pet.

    y

    Santiago?

    Pas.

    Ese ha

    tenido

    ms

    suerte...

    No

    ha

    recibido

    ms

    que un sablazo

    encima

    de

    la

    nariz...

    Pet.

    Un

    sablazo

    Pas. No

    es cosa

    de

    cuidado.

    El

    chico

    conserva la

    nariz: lo

    nico que ha

    perdido

    es el

    ojo

    iz-

    quierdo.

    Pet.

    Un

    ojo

    Pas.

    Pero le

    queda

    el

    derecho

    para

    mirar

    las

    muchachas

    bonitas.

    Pet.

    y

    son

    estas

    las

    buenas

    noticias

    que tenas

    que

    darnos?

    Pas.

    El

    honor

    del

    soldado

    est en

    sus...

    narices

    rotas.

    Mag.

    y

    mi marido?

    Pas.

    Juan

    Guillen?

    Ese

    est

    bueno

    y

    sano,

    y

    con

    tantas

    ganas de abrazar

    su

    mujer,

    como

    yo...

    si

    la tuviera

    Mag.

    Dios

    sea bendito

    Pero

    cmo te

    encuentras

    t aqu?

    Pas.

    Una casualidad.

    Me

    encargaron

    de

    conducir

    un convoy de

    vveres

    y

    municiones,

    y

    para

    no

    tropezar

    con

    los

    franchutes,

    he

    tenido

    que

    dar

    un

    largo

    rodeo

    por este

    valle.*

    En cuanto

    M

    desde

    la

    montaa

    el

    campanario

    delpue-

    /blo,

    me

    entr

    un

    hipo

    tan

    grande

    por echar

    / una

    parrafada

    con

    los amigos,

    que

    dije:

    all

    .Ijvoy

    para alegrarlos un

    pocOjTy

    aqu

    estoy

    dispuesto

    beberiiie un

    par e

    vasos

    de

    si-

    dra,

    como

    si fuera sangre de

    franceses,

    Mag.

    y

    si

    hubiera

    por

    aqu

    una

    botella

    de

    tinto

    riojano?

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    9

    Pas.

    Tinto

    riojano?

    Lo

    recibira con todos

    los

    honores de la

    ordenanza.

    Mag. Pues

    suelta

    el

    fusil

    y

    descansa

    mientras

    te

    la sirvo.

    '

    Pas.

    Eso no;

    no

    puedo perder

    tiempo.

    An

    me

    quedan

    por

    andar un

    par de

    leguas

    largas

    hasta el

    campamento.

    Mag.

    Tan pronto

    vas

    marcharte?

    (Le sirve ei

    rio.)

    Pas. En

    seguida.

    No sabes

    t

    la

    falta

    que

    yo

    hago

    en el ejrcito.

    Ms que

    el

    general.

    Como

    que

    les

    llevo la

    manducatoria.

    (Toma

    ei

    vaso que le

    da

    Magdalena.)

    A

    la

    salud

    de

    todos

    los

    soda-

    dos

    del

    pueblo

    y

    de sus

    novias respectivas

    (Bebe.)

    Pet.

    Te dejamos,

    Magdalena,

    con

    el seor

    sar-

    gento.

    Tendrs

    que hacerle algn encargo

    para

    tu

    marido...

    Ea.

    (a Pascual.) Hasta luego,

    seor don

    Pascual.

    Pas.

    Hasta la vista,

    seora doa Petra,

    y

    tran-

    quilizarse,

    que

    no

    es

    nada

    lo

    del

    ojo...

    Y

    t

    no

    quieres

    nada

    para tu primo?

    (a

    Luisa.)

    Luisa

    Que

    se

    cure pronto

    para matar muchos fran-

    ceses.

    Pas.

    y

    querer

    mucho

    las

    espaolas, pimpollol

    ESCENA

    m

    magdalena, pascual

    Mag. Has visto Juan?

    Se

    acuerda de

    m?

    Por

    qu

    no ha venido

    contigo?

    Pas. Porque no servimos en

    la misma compaa:

    la suya ha quedado en

    el campamento,

    pero

    antes

    de

    que

    yo

    saliera,

    me

    encarg

    que,

    si

    pasaba

    cerca de la

    aldea,

    viniera

    saludarte

    en su

    nombre

    y

    dar dos besos

    la

    nia.

    (viendo entrar

    Lucia.) Ah

    AqU

    est: Ven

    aqu, chiquilla,

    quiero

    cumplir

    el

    encargo

    de

    tu

    padre. (Besa

    la

    nia.) As

    Luca

    Y

    no hay besos

    para

    mi

    madre?

    Pas.

    Diantre Por m...

    (Alarga

    las

    manos

    Magdale-

    na.)

    Pero

    esas

    comisiones

    no

    se

    hacen

    por

    tercera

    persona.

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    12/74

    10

    MaG. (Se

    sienta

    cerca

    de

    Pascual

    con

    la

    nia

    sobre

    las

    ro-

    dillas.)

    Es

    decir, que no se

    olvida

    de

    nos-

    otras?

    Pas.

    Olvidarse

    Ni

    un

    momento.

    Cuando

    habla

    de

    su mujer

    y

    de su

    hija,

    el alma

    se

    le

    sale

    por los ojos,

    y

    hasta

    creo que

    se le arrasan

    de

    lgrimas, como si

    hiciera

    mil

    aos

    que

    no

    os

    ha

    visto.

    Mag.

    Lo

    oyes,

    hija

    ma?

    Tu padre

    no piensa ms

    que

    en

    nosotras.

    Luca Tambin

    nosotras

    nos

    acordamos mucho de

    l,

    verdad,

    madre?

    Pas.

    (a

    Magdalena.)

    Ayer,

    sin ir ms lejos,

    habla-

    mos de

    t,

    y

    por cierto

    que le dimos broma

    con la

    tontera

    de sus

    celos.

    Mag. Anda, v

    jugar, hija ma.

    Demasiado sabe

    l

    que no tiene

    motivos

    para estar celoso,

    porque nunca

    he

    dejado

    de quererle

    con

    toda

    mi

    alma.

    Pas.

    Vaya

    Que no

    lo

    sabemos

    todos

    Pero

    l,

    fuerza

    de cario,

    tom

    esas

    manas...

    Mag.

    Que yo

    sufrir

    con gusto,

    con

    tal de

    tenerle

    mi lado.

    Pas.

    Me

    parece que

    no tardar en

    suceder

    eso.

    Mag.

    De

    veras?

    Pas.

    Nuestros

    enemigos

    han

    sufrido

    grandes

    re-

    veses

    y

    se

    dice

    que

    muy

    pronto

    abandona-

    rn

    la

    cindadela

    de

    Pamplona

    y

    la

    plaza

    de

    San

    Sebastin. Si

    maana alcanzamos

    la

    victoria,

    no

    queda

    en

    Espaa

    un

    francs

    para un

    remedio.

    Mag.

    (sobresanada.)

    Maana

    se da la

    batalla?

    Pas.

    Desde aqu

    oiris

    el

    jaleo.

    Mag. Dios

    mo

    Cabo

    (Que

    aparece

    por

    el

    fondo.)

    Mi

    primero,

    los Ca-

    ballos

    han

    tomado

    el pienso. Cuando

    usted

    quiera nos

    pondremos

    en

    marcha.

    Pas.

    Andando

    (coge su mochila

    y

    se

    la

    coloca

    la

    es-

    palda.)

    Adis,

    Magdalena...

    Ven

    ac, chiqui-

    lla...

    Mag. Luca,

    hija

    ma,

    abraza al sargento que

    va

    ver

    tu padre

    Luca

    Estos

    dos besos

    para

    mi

    padre.

    (Besa

    Pascual.

    Este

    coge

    la nia

    y

    despus

    se

    la entrega

    Magda-

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    13/74

    14

    lena.

    Luca

    tiende

    de nuevo

    los brazos

    a

    Pascual.)

    i

    estos dos para

    t.

    Pas.

    Monsima

    Me la

    comera

    Ea,

    adis.

    Adis.

    (Magdalena

    y

    Luca

    le

    acompaan

    hasta

    la puerta,

    desde

    donde

    le

    hacen

    seas

    de

    despedida.)

    ESCENA

    IV

    MAGDALENA,

    LUCA

    Luca

    Mira,

    mira,

    cunta

    gente

    hay en la

    plaza

    Mag.

    Son los vecinos qne

    despiden

    los soldados.

    Ya se

    han

    apagado las

    luces.

    Luca

    Qu

    obscuro est

    Cierra

    la puerta:

    tengo

    miedo...

    Mag, (cierra.)

    No cstoy yo

    contigo?

    Luca

    S;

    pero no est

    mi

    padre.

    Mag.

    Ah

    Cundo

    est

    l

    no

    tienes

    miedo?

    Luca

    Algunas veces... Si

    se

    incomoda

    y

    te

    rie...

    yo

    lo oigo

    desde

    la

    cama.

    Mag.

    Tranquilzate. Ya

    no

    me

    reir ms.

    (En

    este

    momento

    se oye

    llamar

    ligeramente

    la

    puerta.)

    Luca

    (Agarrndose

    su

    madre

    )

    Han

    llamado?

    Mag.

    Debe

    ser

    la

    Petra... (se

    dirige

    abrir.)

    Luca

    No

    abras.

    Mag.

    No

    tengas

    miedo,

    hija

    ma.

    (vuelven

    llamar.)

    Quin

    es?

    Voz

    (Fuera.)

    Soy

    yo,

    Magdalena.

    Abre.

    Mag.

    Juan

    (So

    dirige

    precipitadamente

    hacia

    la p-ierta.

    Juan

    entra

    en

    la escena.)

    ESCENA

    V

    DICHOS,

    JUAN

    Mag.

    Eres

    t?

    Luca Padre

    Juan Silencio (cierra

    la

    pucrla con

    precaucin.)

    Mag.

    (Arrojndose en

    sus

    brazos

    )

    Es

    posibic?

    .Juan

    Ms bajo

    Luca

    Qu contenta estoy

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    14/74

    i'H

    Juan

    Luca

    Juan

    Mag.

    Juan

    Mag.

    Juan

    Mag.

    Juan

    Mag.

    Juan

    Luca

    Juan

    Mag.

    Luca

    Juan

    Luca

    Ya

    lo

    veo... pero no lo

    digas

    tan

    alto,

    hija

    ma.

    Por

    qu?

    Porque

    los

    vecinos

    no deben

    saber

    que

    ha

    venido

    tu

    padre.

    Entiendes?

    No

    digas

    nadie que

    me has visto.

    (Entreabre

    la

    puerta

    y

    mira

    con

    inquietud.)

    [Pero,

    explcame ...

    En seguida,

    (seala

    la nia.) Pcro

    autes dja-

    me que

    os

    mire, que os

    estreche

    entre mis

    brazos,

    sobre mi

    corazn...

    Ah

    Me

    parece

    que

    hace

    un

    siglo

    que no

    os

    veo,

    Cuntos temores

    y

    cuntos

    sobresaltos

    he

    sufrido

    en

    tu

    ausencia

    Magdalena

    Y

    qu alegra

    he

    experimentado esta

    noche

    cuando recib noticias

    tuyas

    Por Pascual?

    Acaba

    de

    salir

    de

    aqu.

    No

    s

    lo que

    hubiei'a

    dado

    esta

    maana.

    por

    acompaarle,

    JpexPl

    d'eb he BIigaba

    ocuprlhi^p^to,

    y

    Dios sabe que entonces

    no poda

    presumir

    siquiera

    que esta noche

    tendra

    el placer

    de

    estrecharte

    entre

    mis

    brazos.

    '

    -

    Y

    ya no

    volvers marcharte?

    Dentro

    de

    poco

    estar

    para

    siempre con

    vos-

    otras;

    pero

    ya se

    hace

    tarde

    y

    t

    (a Luca.)

    debes

    estar cansada, (a

    su

    mujer.)

    Acustala.

    Vamos, hija ma; da

    las

    buenas

    noches

    tu

    padre.

    Buenas

    noches.

    Adis, hija ma.

    Ahora

    ya

    no

    tengo

    miedo,

    (juan

    y

    Magdalena

    acompaan

    la

    nia

    hasta

    su

    cuarto.

    Esta

    ltima

    cierra

    la

    puerta.)

    ESCENA

    VI

    magdalena,

    JUAN

    Mag.

    Habla

    pronto,

    porque

    presumo

    que

    nica

    mente

    un

    motivo

    muy

    imperioso

    ha

    podido

    obligarte

    abandonar

    el campamento.

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    15/74

    i3

    Juan

    No

    te

    equivocas. Aunque el deseo que

    tena

    de

    verte era grande, no me

    hubiera

    atrevi-

    do

    realizarlo si

    una

    circunstancia casi pro-

    videncial

    no

    me

    obligase

    ello,

    (cogindole

    una

    mano.)

    Magdalena, ya

    sabes que hemos

    sufrido muchas

    privaciones,

    pero hoy casi

    somos ricos.

    Mag.

    Ricos? Cmo?

    Explcate.

    Juan

    Esta

    maana,

    nos -enviaron

    practicar

    un

    en el

    bosque para

    vigilar el

    camino,

    por el

    cual

    slo

    veamos

    pasar

    de

    tiempo

    en

    tiem-

    *

    po algunos

    aldeanos

    de

    los

    caseros

    inme-

    I

    diatos, que

    huan

    despavoridos.

    A

    la

    cada

    de

    la

    tarde,

    unas

    compaas

    francesas

    trata-

    I

    ron,

    aunque

    en

    vano,

    de

    desalojarnos

    de

    i

    nuestras

    posiciones;

    y

    como

    era

    ya noche

    \

    cerrada

    cuando

    termin

    la

    esca

    ramuza,

    se

    ^

    _nosdi^La

    orden

    de

    retirarnos.

    ^fquearun

    poco

    rezagado

    y

    marchaba

    a

    buen

    paso con

    el

    propsito

    de

    incorporarme

    mis compa-

    eros,

    pero

    al

    volver

    un recodo del camina

    me

    pareci

    oir

    una

    voz

    que

    peda auxilio.

    Creyendo que

    se

    trataba de algn

    camarada

    herido,

    me

    dirig

    precipitadamente al sitio

    de

    donde

    salan

    los

    gritos.

    Al

    llegar,

    vi

    dos

    hombres

    que luchaban

    brazo

    partido: uno

    de ellos tona colocad

    a

    la rodilla, sobre el

    pecho

    d

    su

    adversario

    kjupuse

    desde

    luego

    T

    j

    que

    este hombre

    era

    alguno

    de

    esos mero-

    [

    deadores

    que siguen la

    retaguardia

    de

    los

    \

    I

    ejrcitos

    para

    robar

    los muertos

    y

    lois-

    |

    I heridos.

    >

    -

    .., '

    ~

    '

    '

    Mag.

    '

    Miserables

    Juan

    Ca,

    pues,

    sable

    en

    mano,

    sobre el

    malhe-

    chor, el

    cual, al

    verme,

    huy

    como

    un

    gamo

    y

    yo

    me apresur

    socorrer

    al herido,

    que

    tena

    en

    la

    cabeza

    una ancha

    herida,

    de

    donde

    sala la sangre

    borbotones.

    Al

    le-

    vantarse

    del

    suelo

    se

    desmay

    en

    mis

    bra-

    zos

    sin

    pronunciar

    ni

    una

    sola

    palabra,

    y

    como

    no me pareci

    caritativo

    abandonarle

    en

    tal

    estado,

    le hice

    beber algunas

    gotas

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    16/74

    44

    de

    vino

    despus

    de

    vendarle la

    cabeza,

    con

    cuyo auxilio

    no tard

    en

    recobrar

    el cono-

    cimiento.

    Qa

    puedo

    hacer en

    su obse-

    quio?

    le

    pregunt.

    El

    herido

    me

    indic

    que

    recogiese este cofrecillo

    5'

    esta cartera

    que

    haban

    cado al

    suelo

    en

    la

    lucha.

    Tome

    usted,

    me

    dijo,

    son

    joyas

    y

    papeles que

    con-

    fo

    su

    lealtad.

    Y

    despus aadi,

    no sin

    gran

    trabajo,

    -que era

    hijo

    de

    una familia

    espaola que

    estaba al servicio

    del

    intruso,

    y

    que quera

    ganar

    la frontera,

    donde

    le

    es-

    peraba su

    padre, el conde

    de

    Laujar, gentil

    hombre

    de

    Jos I,

    suplicndome

    que le en-

    viase en

    su

    nombre

    ambos

    objetos.

    Despus

    me

    dio

    esta

    bolsa,

    que contiene cien

    onzas

    en oro, dicindome

    que la aceptase en

    pre-

    mio de mi

    servicio.

    En este momento

    oimos

    ruido

    de

    pasos

    y

    de

    fusiles. Son los

    fran-

    ceses

    que

    vuelven,

    me

    dijo,

    huya

    usted

    pronto. Y como el ruido se notaba cada

    vez ms cerca,

    abandon

    aquel sitio, no sin

    estrechar la

    mano del moribundo.

    Wag.

    Pobre conde

    Juan Al

    unirme

    mis

    compaeros

    se me

    ocurri

    la idea

    de

    que

    podra

    ser

    muerto

    en la

    ac-

    cin

    de

    maana,

    y

    quise

    dejar

    asegurado

    este

    depsito.

    Ya

    sabes

    l

    objeto

    que

    rh

    tTarg *

    'aqu.

    Ahora,

    Magdalena,

    pongamos

    estas jo-

    |

    yas en

    sitio seguro,

    3'^

    si Dios

    dispusiera

    de

    I

    m,

    morira

    con

    el

    consuelo de

    haber

    ase-_

    |

    gurado

    tu porvenir

    y

    el

    de

    mi hija^

    f

    I

    Mag.

    '* T3 eTdea No

    hables d eso

    Juan

    Guarda

    esas alhajas

    con

    el

    medalln

    qu

    te

    regal

    tu

    hermana

    de

    leche,

    la

    marquesa

    de

    Udalla.

    Mag. (Mirndolas.)

    Cuntas

    joyas

    Sortijas,

    braza-

    letes, collares...

    Juan

    Deben ser alhajas

    de

    familia.

    Mag. (Mirando

    la bolsa.) Y

    todo ,

    cstc

    dinero

    es

    tuyo?

    Juan

    S.

    Mag.

    Qu

    dote

    para

    nuestra

    hijal

    (va

    al

    armario

    y

    coloca

    en

    l

    todos

    los

    objetos:

    despus

    echa

    la

    llave

    y

    se

    la

    gnarda

    )

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    17/74

    15

    Juan

    Necesito volver al campamento inmediata-

    mente.

    Apenas

    me

    queda tiempo

    pava lle-

    gar hasta las

    avanzadas

    sin

    que

    se

    note mi

    ausencia.

    Mag.

    Me haces temblar

    Juan

    No temas;

    llegar

    antes

    que toquen

    diana.

    Mag.

    Dios mo Cundo acabar esta

    horrible

    guerra?

    Juan

    (Estrechndola

    en

    sus

    brazos.)

    Magdalena,

    DO

    quiero

    marcharme

    sin

    pedirte

    perdn por

    los

    malos

    ratos

    que

    te

    han

    proporcionado

    mis malditos

    celos.

    Mag. Desde

    hoy comenzaremos

    una nueva vida,

    ya que

    Dios

    nos protege de

    este modo.

    Juan Yo

    te lo

    prometo.

    Pero

    dime que

    me

    per-

    donas

    Mag.

    (Llorando.)

    Y

    t me lo

    preguntas

    Juan Adis,

    Magdalena.

    No sabes

    qu

    tranquili-

    dad

    tan

    grande

    me

    da

    la

    idea

    de

    que

    nada

    ha de faltarnos en

    adelante.

    Mag.

    Te vas sin

    abrazar

    tu

    hija?

    Juan

    No quiero

    despertarla. Pero djame que

    la

    vea un

    momento.

    (Entreabre la

    puerta del

    cuar.

    to

    y

    mira

    su

    bija

    visiblemente

    conmovido.)

    Mag.

    (Apoyada en

    el

    hombro

    de

    su

    marido.)

    Todavia

    no

    se

    ha

    desnudado

    Juan

    Se

    ha

    dormido

    junto

    la

    cama.

    Mag.

    Rezando

    sus oraciones.

    Juan

    No

    me

    olvides

    en

    las tuyas.

    Adis.

    Mag.

    Juan de mi alma

    (juan enva

    un

    beso su

    hija

    y

    cierra la puerta,

    despus

    coge

    el

    fusil. Durante

    este tiempo Magdalena abre

    la puerta

    y

    mira con

    inquietud.) Qu

    obscura

    est

    la

    noche ...

    no se

    v

    nada,

    (juan

    abraza

    su

    mujer

    y

    trata

    de

    salir.

    Magdalena

    le

    detiene

    cogindole

    las manos

    y

    desapa-

    recen

    ambos

    hablando sn voz baja.

    En este

    momento

    se abre

    la

    ventana

    y

    aparece

    Lzaro

    horcajadas so-

    bre

    el

    marco.)

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    18/74

    d6

    ESCENA

    VII

    LZARO,

    despus

    MAGDALENA

    LaZ.

    (Mira

    con

    precaucin

    todos

    lados, despus

    en-

    tra

    en

    el

    cuarto

    y

    se

    dirige

    hacia

    el

    armario.)

    Ce-

    rrado

    Y

    no

    puedo

    abrir

    sin

    hacer

    ruido...

    Maldita

    mujer...

    Peor para

    ella, (inclinndose

    hacia

    la puerta.) Aqu

    est...

    Esperemos.

    (Se

    desliza

    detrs del armario.

    Magdalena

    aparece

    y

    se

    detiene

    en

    el

    umbral

    mirando

    hacia fuera;

    por fln

    se decide

    entrar

    en

    el

    cuarto. En este momento

    Lzaro

    empuja la puerta

    y

    se coloca

    delante

    de

    ella.)

    MaG.

    (Con

    espanto.) Ah

    LZ.

    (Amenazndola)

    Silencio

    Mag.

    Quin

    es usted?

    Qu

    busca usted

    aqu?

    LZ.

    Qu

    te

    importa Pronto

    Las joyas

    y

    el di-

    nero

    que

    estn

    en el

    armario

    Mag.

    En

    el armario

    no hay

    nada. Yo

    no

    tengo

    nada

    LZ. Es

    intil

    negarlo...

    He

    seguido ese hom-

    bre

    desde

    el campamento

    y

    conozco

    el

    de-

    psito

    que

    se le

    ha

    confiado. Adems,

    te

    he

    visto guardar las alhajas

    desde

    esa

    ventana.

    Mag.

    Ah

    Es usted

    el

    que

    quera

    robar al

    via-

    jero?

    LZ.

    (sealando

    al

    armario.) Basta

    de charla.

    Abre

    Mag.

    No...

    LZ.

    Abre,

    repito.

    Mag.

    Nunca

    LZ.

    Yo

    te obligar

    hacerlo.

    Mag.

    y yo

    gritar para

    que

    vengan

    en mi au-

    xilio.

    LZ,

    (sacando

    un

    pual.)

    Hazlo

    S

    te

    atrcves.

    Mag.

    Ah

    Luca

    (Oesde

    el

    cuarto.) Madre

    Madre

    (Lzaro que

    se

    encuentra al lado de

    Magdalena,

    cierra

    el pasador

    de

    la

    puerta.

    Magdalena,

    creyendo

    que

    el

    criminal

    va

    entrar en

    el

    cuarto, se

    interpone;

    pero ste

    la

    detiene por

    un brazo.)

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    19/74

    47

    Mag.

    Lz.

    Luca

    LZ.

    Luca

    Mag,

    LZ

    Mag.

    LZ.

    Mag.

    Lz.

    Mag.

    Luca

    Mag.

    Luca

    Mag.

    Luca

    Mag.

    Luca

    (con

    voz fuerte.)

    Perdn

    Perdn

    Si

    das

    otro grito

    te mato.

    (Golpeando la

    puerta.)

    Madre

    Madre

    Dile

    que

    se

    calle,

    no

    respondo de

    m.

    (nace

    un

    ademn amenazador.)

    Madre,

    abre

    la

    puerta.

    (con la

    voz

    alterada.)

    Calla,

    hija

    ma...

    Calla

    Ea,

    pronto:

    venga

    esa

    llave.

    [Nunca Nunca

    (Apretndola el

    puo,

    y

    despus

    de

    registrarle

    los

    bolsillos

    del

    delantal.)

    La

    necesito...

    Aqu

    est

    (Se

    dirige

    hacia el armario.)

    (Arrojndose l.)

    No .. No...

    No abrirs...

    So-

    corro

    Maldita seas Toma

    (Le da

    una pualada.)

    (Cae lanzando

    un

    grito.)

    Ay

    Madre

    (Tratando

    de

    levantarse.)

    Asesino ... Ladrn ...

    (Lzaro

    saca

    las

    alhajas

    y

    huye

    por

    la

    ventana.)

    So-

    corro

    A

    m Socorro

    (Dando

    golpes

    la

    puerta.)

    Madre

    Madre

    (Se

    arrastra

    hasta

    la

    puerta

    y

    descorre

    el

    pasador.)

    Hija ma, hija

    ma

    Madre

    Llama. Pide

    socorro:

    yo no

    puedo.

    Socorro

    Socorro

    (Se oyen voces fuera.

    Lucia

    se

    arrodilla

    cerca

    de

    su

    madre.)

    Madre

    ESCENA

    VIII

    MAGD.^LENA,

    LUCA,

    PETRA^ LUISA.

    Aldeanos

    y

    aldeanas.

    Des-

    pus

    EL

    ALCALDE.

    Los

    vecinos

    entran

    primero

    seguidos

    de

    Petra

    y

    se

    dirigen

    donde est

    Magdalena

    LuiS'v

    Magdalena

    Pet.

    Herida

    Mag.

    Me

    han

    asesinado...

    Luca...

    Hi... ja... ma.

    Mi

    hi...

    ja Ah

    (cae

    inerte.)

    Pet.

    Muerta

    Alc. (Entrando.) Qu?

    Asesinada

    Pet.

    S...

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    20/74

    18

    Alc.

    Cmo?

    Por quin? Quin

    ha

    estado

    aqu?

    (a

    Luca.) Has visto

    alguien,

    hija

    ma?

    Luca

    Yo...

    S

    Alc.

    Quin estaba con tu

    madre?

    Vamos...

    Ha-

    bla...

    Responde.

    Luca

    Mi

    padrel

    Alc.

    (Con horror.)

    Su padre

    (Todos

    los

    vecinos

    hacen

    un

    gesto

    de

    horror.

    Teln

    rpido.)

    FIN DEL

    ACTO

    PRIMERO

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    21/74

    ACTO SEGUNDO

    lina parte

    del campamento espaol en

    San

    Marcial

    despus

    de la

    batalla de este

    nombre. En uno de los

    lados de la

    escena,

    la

    bajada

    de

    la

    montaa

    por

    donde desfilan

    las

    ltimas

    fuerzas

    espaolas

    al son de

    un

    paso

    doble.

    En

    el

    fondo

    el

    cerro de San

    Marcial.

    Grupos de

    soldados,

    cantineras,

    etc.,

    etc.

    Al

    levantarse

    el

    teln

    reina

    gran alegra, oyndose vivas

    Espaa.

    ESCENA PRIMERA

    -PASCUAL,

    JUAN,

    SOLDADOS. Juan

    llega

    por

    la

    izq-uierda

    rodeado

    de

    soldados

    que

    le felicitan

    con

    entusiasmo

    SoLDS.

    Viva

    el

    sargento

    Guillen ...

    Viva

    Juan

    Gracias,

    muchachos.

    Pas.

    Viva

    el soldado de

    San

    Marcial ...

    Todos

    Viva

    Juan

    Ese viva

    me

    gusta. Prefiero

    ser

    soldado

    se-

    cas con gente

    tan brava

    como vosotros,

    que

    general

    con esos

    gabachos que

    se

    dejan

    co-

    ger

    las

    banderas

    y

    clavar

    los

    caones

    por

    un

    pelafustn

    como

    yo.

    Un

    sold.

    Valiente

    pelafustn: te

    habrs ganado

    una

    cruz

    de esta

    hecha.

    Otro

    O

    la charretera de

    alfrez.

    Pas.

    Por

    de pronto,

    se

    gana

    este vaso de

    vino

    que

    le

    ofrezco

    en

    nombre

    de

    todo

    el ejrcito,

    (se

    lo

    da despus

    de

    pedrselo

    una

    cantinera.)

    Juan

    Ni

    cruces, ni grados ...

    Con el aprecio

    de

    mis caraaradas

    tengo

    bastante.

    Pas.

    y con

    otro sorbo

    que

    vas

    echar

    en

    nuestra

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    22/74

    20

    Juan

    Todos

    Pas.

    Juan

    Pas.

    Juan

    SOLDS.

    Pas.

    Juan

    Pas.

    Juan

    Pas.

    compaa

    la

    salud

    del

    Coronel,

    que

    tam-

    bin

    68 hombre de

    pelo

    en

    pecho.

    A la

    salud

    del

    coronel

    (Bebiendo.)

    Viva

    el

    Coronel

    Vaya un

    hombre,

    muchachos

    Mientras

    ste,,

    (por Juan.)

    coga la bandera

    y

    clavaba

    los ca-

    ones

    del

    enemigo,

    el

    Coronel

    estaba

    ocupa-

    do

    en un

    asunto

    de

    mucha

    ms impor-

    tancia.

    En qu?

    En nada que

    digamos;

    en

    salvar

    la vida

    un

    personaje

    de

    primera.

    I

    A

    un

    personaje?...

    A

    quin?

    ]A m (Se

    ren

    los

    soldados.)

    ,

    Embustero

    Formalidad,

    seores, formalidad

    Digo

    que

    he

    nacido

    hoy

    y

    que mi

    padre

    es

    el

    mar-

    qus de

    Udalla, coronel

    del

    regimiento

    de

    tiradores.

    Mira^si

    soy

    personaje

    Siempre de broma

    Broma?

    Ahora lo vais

    ver.

    Marchaba

    yo-

    la

    cabeza de

    un pelotn,

    ocupar

    un

    ca-

    sero

    que haban abandonado los

    franceses.

    La

    metralla barra

    el

    camino,

    y

    el humo

    de

    la

    plvora nos

    cegaba

    de

    tal

    modo, que

    sin

    saber

    cmo

    me

    enconti

    separado

    de

    mis

    compaeros

    y

    delante de

    diez

    oce

    fran-

    chutes,

    que se preparaban

    darme

    el

    pasa-

    porte

    para el otro mundo con las puntas

    de

    las

    bayonetas... Cerr los ojos para

    no

    ver

    la

    cara

    que

    ponan

    aquellos

    condenados

    al

    agu-

    jerearme el

    pellejo, cuando

    un

    jefe

    caba-

    llo, seguido de

    dos

    oficiales,

    cay como

    una

    bomba

    en

    medio

    de

    mis

    enemigos,

    repar-

    tiendo

    sablazos

    diestra

    y

    siniestra.

    Salta

    la grupa,

    me

    dice

    el Coronel, porque

    l

    era mi

    salvador,

    compaeros: salto

    en

    efec-

    to;

    desfilamos al

    galope,

    pesar

    de

    las balas,

    que

    silbaban

    nuestro

    alrededor,

    y

    cinco

    minutos

    despus

    no

    ramos

    nosotros,

    sino

    los

    gabachos

    los

    que corran

    la

    desbanda-

    da

    delante del regimiento...

    Ya

    veis si

    yo

    tena

    razn

    en decir que

    el

    coronel

    estaba

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    23/74

    ocupado

    en un asunto

    importante...

    sobre

    todo

    para mi. Como que

    yo

    tengo

    que reci-

    bir

    el

    premio

    de

    esta

    hazaa.

    'N

    CABO

    T?

    Pas.

    Claro

    est

    Juan

    Creo

    que

    quien

    merece el premio es el

    Co-

    ronel.

    Pas.

    Pues

    estis

    equivocados.

    Yo

    iba

    dejar

    este

    valle

    de

    lgrimas, cuando

    mi jefe, sin

    to-

    marse

    el

    trabajo

    de consultarme,

    me

    oblig

    permanecer

    aqu. Creis

    que

    se

    puede

    salvar

    la

    vida un pobre diablo

    para

    aban-

    donarle

    despus

    su suerte? No, seor; el

    Coronel

    es

    mi segundo

    padre,

    y

    como

    tal,

    ha

    contrado

    el

    deber

    de

    asegurar

    mi porvenir.

    -Solos.

    (Rindose.)

    Qu

    buen

    humor

    gasta

    el sar-

    gento

    I

    Pas.

    Es

    lo

    nico

    que podemos

    gastar.

    (ei

    coronel

    aparece

    por

    el fondo, seguido

    de

    algunos

    oficiales.)

    ESCENA II

    DICHOS:

    EL

    MARQUS

    DE

    UDALLA

    Marqus

    Que

    se

    coloquen

    algunos

    centinelas

    para

    vi-

    gilar el

    camino.

    (Los

    centinelas

    ocupan

    sus

    puestos.)

    Juan

    (^Estoy

    tranquilo Nadie

    ha

    notado

    mi

    au-

    sencia.)

    (Se

    detiene

    delante

    del

    Coronel.)

    Marqus

    Juan:

    maana te

    dar

    permiso

    para

    que

    vuelvas

    tu

    aldea.

    Quiero

    que Magdalena

    conozca por t mismo tu heroico

    comporta-

    miento

    en

    esta

    jornada.

    Juan

    No he

    hecho

    ms que

    cumplir

    con

    mi

    de-

    ber. (Se aleja.)

    Marqus

    (ai volverse ve Pascual que est

    cuadrado

    delante

    de

    l.) Qu haces ah?

    Pas. Espero las rdenes

    de

    mi

    Coronel,

    de mi

    salvador... de mi padre...

    Marqus

    Tu padre?

    Pas.

    No

    habr

    olvidado

    usa

    que

    le

    debo

    la

    vida...

    Marqus

    No soy

    yo

    sino

    t

    el

    que

    no debe

    olvidar

    ciertas

    cosas.

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    24/74

    22

    Pas.

    Yo

    guardar

    usa un

    eterno

    agradecimien-

    to. No

    tengo

    padre ni

    madre...

    Usa

    es

    mi

    nica

    familia,

    y

    no

    pienso

    separarme

    nunca

    de

    su lado

    por todo el oro

    del

    mundo.

    Cuan-

    do

    termine

    la

    guerra

    ir

    donde usa

    vaya....

    Marqus

    Hombre...

    Cent.

    i

    Alto

    1

    Marqus

    (a

    Pascual.) Qu

    sucede?

    Pas.

    (Dirigindose hacia

    el fondo.)

    Qu desea USted,

    seor Alcalde?

    Alc.

    (Desde

    el

    fondo.)

    Desco

    hablar

    inmediatamente

    al Coronel.

    Marqus

    Dejadle pasar. (e1 Alcaide

    se aproxima

    y

    saluda

    respetuosamente.)

    Qu quiere

    USted?

    Alc. Perdone

    usa

    que venga

    molestarle en

    es-

    tos

    momentos.

    Soy

    el

    Alcalde

    de

    Andoan.

    Marqts Me

    sorprende

    que haya usted

    podido

    llegar

    hasta

    aqu

    Alc.

    Nos

    han

    seguido

    algunos

    soldados.

    Marqus

    No

    viene usted slo?

    Alc.

    No,

    seor.

    Me acompaan una

    mujer

    y

    una

    nia.

    Marqus

    De

    qu se trata?

    Alc. De

    un asunto muy grave que quisiera

    con-

    fiar

    usa reservadamente.

    (bi

    Coronel hace

    una

    seal

    indicando

    que

    se

    alejen

    todos.)

    Marqus

    Hable usted.

    Alc.

    No tiene usa

    en

    su

    regimiento

    un

    sargento

    llamado Juan

    Guillen?

    Marqus S.

    Alc.

    La

    mujer, no

    ha

    estado

    al servicio?...

    Marqus

    De

    mi esposa,

    con

    quien ha

    vivido

    desde

    su

    infancia. Magdalena

    era

    entonces

    una

    exced-

    iente

    muchacha, que

    habr

    hecho

    una

    es-

    posa

    modelo...

    Alc.

    La

    infeliz

    fu

    anoche asesinada

    Marqus Asesinada

    Alc.

    S,

    seor.

    A

    los gritos desesperados

    de

    su

    hija, que peda

    socorro, llegamos varios

    ve-

    cinos

    del

    pueblo,

    pero era

    ya

    demasiado

    tarde.

    El

    asesino haba

    tenido

    tiempo de

    es-

    caparse.

    Marqus Pero

    qu

    motivos

    impulsaron la

    mano

    dei

    criminal?

    El

    robo,

    acaso?

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    25/74

    23

    Alc.

    No,

    seor.

    Marqus

    Una

    venganza?

    Alc.

    Tampoco.

    Marqus

    En

    suma.

    Contra

    quin recaen

    las sospe-

    chas

    de

    este

    crimen?...

    Todo

    el

    mundo

    acusa...

    A

    quin?

    A

    Juan

    Guillen.

    Su marido

    No puede ser.

    Juan

    Guillen

    es

    el

    soldado

    ms valiente

    del

    regimiento.

    Hoy

    mismo

    ha

    clavado

    dos

    caones

    al

    enemigo,

    y

    le

    ha

    cogido

    una bandera...

    Hace tiempo

    que

    el

    matrimonioj

    aoyh

    '

    c

    on

    ja

    mayor

    conformidad.

    ..

    Jl^nestos ulti-

    '

    % lV)b^ll;

    sobr

    todo,

    ha habido grandes

    disgustos

    entre

    marido

    y

    mujer, porque l

    pareoemie

    es

    muy celoso.

    ^

    Tero la

    acusacin

    contra

    Juan

    Guillen

    es

    absurda,

    porque

    l

    no

    se

    ha

    movido

    del

    campamento.

    Juan ha

    estado

    en su casa

    la noche

    ltima.

    Cuidado,

    seor

    Alcalde

    El hecho

    que

    acaba

    usted

    de

    afirmar es

    grave,

    porque

    aun

    en

    el

    caso de que

    Juan

    resulte inocente

    del cri-

    men que

    se

    le

    imputa,

    pudiera

    ser

    castiga-

    do

    severamente

    por

    haber abandonado

    su

    puesto.

    Yo

    no

    afirmo

    nada

    que

    no

    pueda

    probar.

    (Dirigindose

    Pascual.) Haz que

    llamen

    Juan

    Guillen.

    (Pascual

    sale.

    Los

    soldados

    se acercan.)

    Alc.

    Marqus

    Alc.

    Marqus

    Alc.

    Marqus

    Alc.

    Marqus

    Alc.

    Marqus

    ESCENA

    ni

    LOS

    MISMOS

    y

    JUAN.

    Este

    se

    acerca acompaado

    de

    Pascual.

    El

    Alcalde

    se

    retira

    un

    lado de

    la

    escena

    y

    habla

    en

    voz

    baja

    con el

    Coronel

    Pas.

    (a

    Juan.) Acrcate; el Coronel

    desea

    hablarte.

    Juan

    (inquieto.)

    A

    m?

    X

    AS.

    S.

    (juan

    se aproxima

    y

    saluda

    militarmente.)

    Marqus

    Cunto tiempo

    hace

    que

    abandonaste

    el

    pueblo para

    ingresar

    en

    las

    filas?

    Juan

    Seis meses.

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    26/74

    24

    Marqus

    Jaun

    Marqus

    Juan

    Marqus

    Juan

    Marqus

    Juan

    Marqus

    Juan

    Marqus

    Juan

    Marqus

    Juan

    Marqus

    Juan

    Pas.

    Juan

    Marqus

    Pas.

    Alc.

    Juan

    Marqus

    Y desde

    entonces

    no

    has vuelto sin

    mi

    per-

    miso?

    (vacilando.) No...

    No,

    seor,

    mi

    Coronel.

    Ayer,

    cuando

    se

    dio

    la

    orden

    de

    retirada,

    volviste

    al

    campamento

    con

    tu

    compaa?

    S,

    mi

    Coronel.

    Est

    bien.

    (Aparte, cada vez ms inquieto.)

    Me

    habrn de-

    latado?

    Aproxmese

    usted, seor

    Alcalde.

    (Aparte

    y

    muy turbado.)

    El

    Alcalde Qu

    vienC

    hacer

    aqu?

    Juan:

    el

    seor Alcalde acaba

    de comunicar-

    me

    una noticia

    gravsima,

    que

    no puedo ni

    debo ocultarte.

    Anoche

    se

    ha

    cometido un

    crimen

    en

    tu

    casa.

    (con

    espanto.) Un

    crimen

    en

    mi casa?

    Hable

    usa

    pronto, mi

    Coronel.

    Valor

    Qu ha pasado?

    Tu

    mujer...

    Qu

    le

    ha sucedido

    Magdalena?

    En

    nom-

    bre

    del cielo,

    hable

    usa.

    Magdalena

    ha muerto

    asesinada,

    Asesinada

    No...

    eso

    no

    es

    posible;

    no es

    cierto, mi Coronel?

    (Este baja

    la

    cabeza.)

    Ah,

    conque

    es

    cierto

    Dios

    mo ...

    Pero

    esto

    es

    horrible... espantoso.

    (Rompiendo

    en

    sollozos.)

    Pobre

    Magdalena Pobre

    esposa

    ma

    Animo, Juan

    Guillen

    (volvindose

    Pascual.)

    Pero, no has odo? Di-

    cen que

    ha

    muerto mi esposa Magdalena,

    quien

    viste t

    anoche,

    llena

    de

    vida

    y

    de

    salud. Muerta

    Muerta (mora.)

    (a

    Pascual.)

    Es

    cicrto CSO?

    S,

    mi

    Coronel. Esta misma noche,

    al con-

    ducir

    el convoy, pas

    por

    Andoan

    y

    me

    de-

    tuve algunos minutos en

    casa

    de

    Magdalena.

    En efecto;

    una

    hora

    despus

    de

    haber

    salido

    los

    soldados, Magdalena

    caa

    sin vida

    en

    nuestros brazos.

    (sin

    abandonar su idea.)

    Mucrta

    Sabes

    quin

    se

    acusa como

    autor

    de

    tan

    espantoso

    asesinato?

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    27/74

    25

    ^

    Juan

    (con

    ira.)

    A

    quin?

    Marqus A

    t.

    Juan

    jA

    m ...

    Oh

    (RecLazando con

    desprecio

    la

    acus

    cipn.)

    Fas.

    a

    l

    Eso no es

    verdad.

    Marqus

    Se

    dice que

    los celos te

    han

    impulsado

    co-

    meter tan

    horrible

    crimen.

    Juan

    Esto

    ms, cielo santo No es

    bastante

    la

    des-

    gracia

    quG

    me

    aflige;

    To

    basta

    que

    hayaper-

    ^odo mi

    mujer, que era

    mi alegra,

    mi

    ^

    ^dicha,

    mi

    amor,

    y

    me

    acusan de

    haber

    co-

    ?

    metido

    esa infamia...

    Ah

    pero

    usa, mi

    Co-

    ;

    i

    ronel,

    no

    dar

    crdito

    semejante

    impostu-

    |

    ra.

    Usa sabe

    que

    soy

    hombre

    honrado,

    que

    I

    t

    he

    cumplido

    siempre

    con

    mi

    deber,

    que no

    |

    I

    tengo una

    sola falta^

    en

    mi hoja de

    servicigs^l

    Pas.

    ^Todo*?

    regimiento

    est' 3ispueMB'1i

    probar

    su inocencia.

    AlC.

    (ai

    Coronel

    en

    voz

    baja.)

    La

    nia CSt ah.

    Marqus

    (Lo

    mismo.)

    Est bien.

    (aUo

    y

    mirando Juan

    con

    s

    tencin.)

    Diccs que no has faltado

    nunca

    tu

    deber?

    Juan

    (vacilando

    de

    nuevo.)

    No,

    mi

    Corouel.

    Marqus (ai

    Alcaide.)

    Que venga

    la

    nia.

    Juan

    (con

    ansiedad.)

    Qu

    nia

    es

    esa?

    Marqus

    La

    tuya.

    Juan

    Mi hija

    Est

    aqu mi hija?

    Quiero

    verla...

    Marqus

    (Detenindole.)

    Aguarda. No le

    digas

    una

    sola

    palabra

    hasta

    que

    yo

    la

    interrogue.

    Juan

    (Alejndose.)

    Por qu

    me habrn

    respetado

    las

    balas?

    Pas.

    Ten

    calma.

    T

    puedes

    justificarte.

    (Luca

    en-

    tra

    acompaada

    de

    Petra

    y

    del

    Alcalde.)

    ESCENA

    IV

    LOS

    MISMOS,

    LUCA

    y

    PETRA

    Pet.

    Ven:

    no

    tengas miedo.

    Luca (Agarrada

    al

    vestido

    de

    Petra.)

    Dnde

    VamOS?

    Alc.

    (Con dulzura.)

    Acrcate,

    hija

    ma.

    Luc,

    Est aqu

    mi

    padre?

    Marques

    (Acercndose

    la nia

    y

    tomndola

    de

    la

    mano.)

    S;

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    28/74

    26

    ahora

    vendr,

    Pero

    antes

    dime,

    hija

    ma. .

    .

    hace

    mucho

    tiempo

    que

    no

    le has

    visto?

    (Lucia

    vaoila

    sin responder.)

    Juan

    (Desde el

    fondo.)

    Qu va

    decir, Dios

    mo

    Marqus Vamos,

    contesta

    y

    di

    la

    verdad,

    porque tu

    madre te

    habr

    dicho

    que

    las

    nias

    no

    de-

    ben mentir.

    Luc.

    S,

    seor.

    Maequs

    Pues,

    bien;

    cundo

    has

    visto

    tu

    padre?...

    Responde,

    hija ma.

    (Luca

    baja

    ios

    ojos

    y

    guar-

    da

    silencio.)

    Luc.

    Es que...

    no

    puedo

    hablar...

    Marqus

    Por qu?

    Luc.

    Porque

    mi

    padre me

    mand

    que

    no dijera

    nadie

    que

    haba

    estado

    en

    casa ayer

    noche.

    A':

    [^^'-

    Marqus

    Es

    decir,

    que

    le

    has

    visto;

    no

    es

    cierto?

    Luc.

    S,

    seor.

    Marqus

    En casa?...

    Luc.

    S,

    seor.

    Me

    dio

    un

    abrazo,

    y

    despus me

    mand que

    me acostase,

    porque era

    tarde.

    Marqus

    Y

    despus?

    Luc. Despus

    le

    o

    hablar

    con mi madre.

    Marqus

    (Haciendo Tina

    sea

    Juan

    para

    que

    se

    aproxime.)

    Qu

    tienes

    que

    responder?

    Luc,

    (viendo

    su padre.)

    Padre

    (Quiere acercarse

    l,

    pero

    la detienen.)

    Marqus Galla,

    hija

    ma.

    Juan

    Mi

    hija

    ha

    dicho la verdad.

    Pasc.

    Eh ,.,

    Cmo

    Marqus

    Y para

    obligarte

    confesar que has aban-

    donado

    tu

    puesto,

    ha

    sido preciso

    el testi-

    monio

    terminante

    de

    tu

    hija?

    Juan Mi

    Coronel:

    no niego que

    fui

    Andoan

    du-

    rante

    la

    noche, pero

    volv

    antes de

    comen-

    zar

    la

    batalla,

    y

    adems,

    ya sabe usa

    que

    me he

    batido

    valerosamente.

    Marqus

    La

    accin

    heroica

    que

    has

    realizado hoy

    puede

    disculpar tu

    ausencia;

    pero

    ahora

    no

    se

    te

    acusa

    de

    desertor,

    sino

    de

    asesino,

    Juan

    Yo asesino

    Marqus

    Qu

    motivo te

    ha

    obligado

    faltar

    la

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    29/74

    11

    disciplina,

    abandonando el campamento la

    vspera de

    una

    batalla?

    Un

    motivo

    imperioso,

    mi

    coronel.

    No

    fu

    slo el deseo

    de

    abrazar

    mi mujer

    y

    mi

    hija, sino

    la

    necesidad de entregar Mag-

    dalena

    un depsito sagrado que

    me

    confi

    un

    moribundo,

    quien

    socorr

    en

    el bosque

    despus

    de

    la

    escaramuza

    de ayer.

    En

    qu

    consista

    ese

    depsito?

    Alhajas,

    papeles

    de

    familia

    y

    cien

    onzas de

    orol

    (Dirigindole

    al

    Alcalde.)

    Se

    ha

    registrado

    la

    casa?

    Con

    la mayor escrupulosidad, pero

    no

    he

    mos

    encontrado

    una

    sola

    alhaja,

    (vivamente.) Me

    han

    robado

    Todos

    los objetos estaban

    en

    su sitio

    y

    no

    vimos

    seales de

    fractura en

    ninguna

    parte.

    Ha

    habido

    lucha entre

    Magdalena

    y.

    .

    .

    Lo

    ignoro.

    (a

    Luca.)

    Habla

    t,

    hija ma,

    y

    procura

    no

    olvidar

    nada.

    Has

    odo

    hablar

    tu

    padre

    desde

    tu cuarto?

    S,

    seor;

    mi

    padre

    pareca muy

    incomo-

    dado.

    Mi

    hija

    se

    equivoca.

    Durante

    nuestra

    con-

    versacin no

    hemos

    cambiado una sola pa-

    labra que

    no

    fuese

    de

    afecto

    y

    de

    cario.

    Sin duda

    el

    asesino

    entr despus,

    y

    mi

    hi-

    ja, desde

    su cuarto,

    no pudo

    distinguir

    el

    cambio de

    voz.

    Qu deca

    tu

    madre?

    Perdn

    Perdn

    Se diriga

    al

    asesino

    Ests

    segura,

    hija ma, de que era con

    tu

    padre

    con

    quien

    hablaba?

    S,

    seor.

    Yo vena

    miedo

    y

    quera

    entrar^

    pero...

    Basta.

    Calla,

    hija ma, calla

    Qu

    significa?...

    Mi Coronel,

    lo

    que

    sucede

    en

    este momento

    es

    espantoso...

    No

    se

    debe

    obligar

    una

    nia

    de

    corta

    edad

    declarar

    contra su padre,

    y

    mucho

    menos

    acusarle,

    condenarle,

    por-

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    30/74

    28

    que

    esto, adems

    de

    ser

    contrario

    las

    leyes

    humanas,

    es un

    ultraje

    las

    leyes

    divinas.

    Pasc.

    (Tiene

    razn.)

    Juan

    .;

    En nombre

    del

    cielo,

    mi

    coronel,

    no la

    in-

    terrogue usa,,

    .

    Que

    se

    me

    juzgue, que se

    ;

    me

    condene, [ue

    se

    me

    fusile

    en

    el

    acto

    i

    Poco

    me

    importa

    la

    vida, despus

    de haber

    I

    perdido Magdalena;

    pero

    lo que no

    quiero

    consentir

    es que esta

    infeliz

    criatura llegue

    .

    quiz

    acusarse

    de

    mi

    muerte;

    lo que yo

    f

    deseo

    evitar

    es

    que

    pueda

    un

    da

    decirse:

    \ Yo

    he

    hecho

    condenar

    mi

    padre;

    yo

    so}''

    :

    quien le

    ha

    llevado al

    cadalso...

    No,

    no

    1

    quiero que suceda

    esto,

    no

    quierol,/;

    ^

    Marqus

    Mi

    deber

    me

    obliga

    inti'rogarl.'

    Juan

    Y

    para

    qu, si yo no me

    defiendo?

    Marqus

    Respndeme,

    hija

    ma:

    cuando

    llamaste des-

    de

    tu cuarto,

    quin

    te

    contest?

    Luc.

    Mi

    madre.

    Marqus

    Y

    qu dijo?.,.

    Luc.

    Calla,

    hija ma,

    calla

    Juan

    (Fuera de

    si.) Ah

    Marqus Ests

    segura de que dijo

    eso?

    Luc. Si,

    seor.

    Juan

    (Abrumado

    por

    la

    fuerza

    de

    estas

    declaraciones.)

    Virgen

    de

    mi

    alma

    Estoy

    perdido

    para

    siempre

    Marqus

    (con

    voz

    solemne.)

    Sargento

    Guillen,

    maana

    ser

    usted

    juzgado ante el consejo de

    guerra.

    Juan

    Arrnqueume

    ahora

    la

    vida

    que

    me

    estorba,

    y

    harn

    una

    obra

    de

    caridad.

    (ei

    coronel

    hace

    una

    seal

    Pascual. Este

    toma el sable que

    le

    alarga

    Juan,

    enjugndose

    los

    ojos.)

    Pasc.

    (cajo

    Juan

    )

    Auuque

    todo

    el

    mundo

    te

    juz-

    gue

    culpable,

    yo

    digo

    que

    eres

    inocente.

    (juan alarga

    la

    mano Pascual.)

    Marqus

    (a

    ios soldados

    )

    Llevadle.

    Juan

    (con

    ademan de splica.)

    Permtame

    usa

    que

    abrace

    mi

    hija

    por ltima

    vez. (juan

    tiende

    los

    brazos

    Luca,

    que

    se arroja

    en

    ellos.

    Juan,

    sin

    poder

    hablar, la

    estrecha

    sobre su

    corazn.

    Todo

    el

    mundo

    mira este

    grupo

    con

    inters.)

    Luc.

    Padre mo

    Soy yo

    quien

    te

    hace

    llorar?

    Juan.

    No, hija

    de

    mi

    alma,

    no...

    No

    te

    acuso

    de

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    31/74

    29

    nada... Entiendes?

    De

    nada,

    y

    por

    si

    el

    cielo

    hace

    que algn

    da

    llegues

    tener

    no-

    ticia

    de la espantosa

    desgracia de

    tu

    padre,

    graba

    en

    tu

    memoria

    mis

    ltimas

    palabras...

    T

    me

    has perdido,

    pobre

    nia...

    pero

    no

    olvides

    que

    te

    amo...

    No

    olvides

    que

    te

    perdono

    con

    todo

    mi

    corazn ... (ai

    decir

    es-

    tas

    palabras

    extiende sus manos

    sobre

    la

    cabeza

    de

    Luca

    y

    la

    abraza

    una

    y

    otra

    vez

    llorando,

    hasta

    que

    los

    soldados

    le separan

    de

    ella la

    fuerza. Luego

    Pascual

    toma la

    nia

    en sus

    brazos.)

    FIN

    DEL

    ACTO SEGUNDO

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    32/74

    ACTO TERCERO

    Jardn de

    una

    lujosa

    casa de campo

    en

    las inmediaciones

    de

    Carta-

    gena. En el

    fondo

    verja de

    hierro

    que

    se

    pierde

    ambos

    lados de

    la

    escena.

    Se ve^el mar

    lo lejos. A la

    izquierda

    la entrada

    del

    jardn.

    A la derecha

    en

    primer trmino, la fachada

    de

    la casa

    con puerta

    practicable,

    y

    en segundo

    trmino

    un

    cenador;

    un

    asiento de piedra

    hacia

    el

    fondo

    Izquierda.

    Estatuas,

    macetas,

    et-

    ctera.

    Un

    velador

    y

    sillas

    en

    el

    centro.

    ESCENA

    PRIMERA

    LA

    MARQUESA

    y

    LUCIA.

    Se levantan

    del velador

    y

    se

    dirigen

    hacia

    la

    verja,

    mostrando

    alguna

    impaciencia

    Marq.^

    Cunto tarda tu padre

    Luc.

    Una hora

    para

    ir

    Cartagena,

    y

    otra

    para

    volver...

    y

    cuenta

    conque

    el

    Gobernador

    militar de

    una plaza

    tiene

    siempre

    ocupa-

    ciones

    imprevistas.

    MARQ.a

    (Miando.)

    Ah

    Helos

    ah ...

    Luc.

    Roberto

    tambin?...

    Marq.

    Le

    faltarn

    l pretextos para visitarnos ...

    A

    que

    le

    esperabas t?...

    Luc.

    (Bajando la

    cabeza.)

    Me

    ha

    esCrito

    que hoy

    ven-

    dra

    tratar un

    asunto de

    importancia...

    tal

    vez

    en

    compaa

    de

    su

    madrina, la

    directora

    de

    mi

    colegio.

    Marqus

    (Dentro.)

    Pascual

    Pascual

    (Entra ei

    Marqus,

    luego

    Roberto.)

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    33/74

    Z\

    ESCENA

    n

    DICHOS,

    MARQUS, ROBERTO, luego,

    PASCUAL

    Marqus Nada: no

    responder

    aunque

    oiga

    las trom-

    petas

    del

    juicio

    final.

    Desde

    hace

    doce

    aos

    que porque le salv

    la vida

    se empe

    en

    que no haba contrado

    la

    obligacin

    de

    mantenerle,

    no

    trata

    ms

    que

    de impacien-

    tarme.

    Luc.

    Padre mo

    Marqus

    T, picaruela, tienes

    la

    culpa de sus gandu-

    leras.

    Eres

    su defensora ...

    MARQ.a

    Qu ha de hacer,

    si

    le

    ha

    conocido desde

    nia?

    Marqus

    (Mirando.)

    Ves?

    Roberto

    ha tenido

    que entre-

    gar

    los

    caballos

    Jos,

    porque

    el

    dichoso

    Pascual

    no parece.

    (Roberto sale.) Pascual (Lla-

    mando.)

    RoB.

    Seora

    Marquesa,

    seorita ...

    Luc. Caballero

    Marq.

    Seorita...

    Caballero

    Veo

    que

    son

    ustedes

    personas

    muy

    bien

    educadas,

    y

    muy

    cum-

    plidas,

    y

    muy...

    Pas.

    (saliendo.)

    A

    la

    orden de

    usa,

    mi

    General

    .

    Marqus

    A buena

    hora Siempre

    llegas

    cuando no

    haces

    falta.

    Pas.

    Eso

    digo

    yo,

    mi General.

    Nunca

    hago

    falta,

    y

    siempre

    me

    estn

    llamando.

    Marqus Vete

    Pas.

    i

    a la orden

    (Mirando

    Luca

    y

    Roberto.)

    (Qu

    pareja

    tan

    apaadita

    Han nacido el

    uno

    para

    el otro.

    Si

    m

    no

    se

    me

    despinta

    nada ...)

    Marqus

    Ah

    Pascual (Liaraa.)

    Pas.

    (Marchndose.)

    (Y

    todo csto me

    lo

    deber

    ella

    m ... A

    m, que no

    sirvo para

    nada,

    segn

    dicen.)

    Marqus

    (cogindole

    por

    un brazo.) Pascual del demonio

    Pas.

    (cuadrndose.)

    Perlern,

    mi

    General.

    Marqus No oyes?

    Pas.

    a

    la

    orden

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    34/74

    32

    Marqus

    Di

    que

    no

    quiten

    la

    silla

    al caballo

    del

    seor

    teniente.

    (Por Roberto.)

    Pas.

    Est

    bien,

    mi

    Ge... (Vamos,

    que haran

    muy

    buena

    pareja )

    (vase.)

    ESCENA ni

    MARQUS,

    MARQUESA

    y

    LUCA

    Luc.

    Cmo

    Se

    vuelve usted

    marchar?

    (a

    Ro-

    berto.)

    RoB.

    Encargado por mi Coronel

    de

    conducir

    una

    cuerda de presidiarios

    Cartagena, proce-

    dente

    de Ceuta, el

    General

    quiere

    que

    desempee otro esta

    comisin,

    y

    va

    man-

    darme

    con

    la

    orden para

    el

    oficial que ha

    de

    sustituirme.-

    Marqus Voy

    firmarla

    ahora

    mismo para

    que

    te

    marches

    en

    seguida.

    (Entra

    en

    el

    cenador

    y

    es-

    cribe.^.

    ESCENA IV

    DICHOS,

    LA

    DIRECTORA

    y

    VALENTINA

    DiR. Cmo Quin

    piensa

    en

    marcharse

    cuando

    yo llego?

    RoB. Madrina

    Marq. Seora Directora

    Luc.

    (Abrazando Valentina.) Valentina

    (a la

    Directo-

    ra.)

    Gracias,

    seora,

    por

    haberine

    cumplido

    la

    palabra de

    traer

    Valentina

    pasar-

    al-

    gunos

    das

    mi

    lado.

    DiR.

    Habr

    alguna cosa que

    yo

    pueda

    negarte,

    hipocritilla?

    Marqus (saliendo

    del

    cenador.) Pascual ...

    Ah

    Seora

    Directora,

    tanta

    honra

    por este

    humilde

    re-

    tiro.

    DiR. Seor

    Marqus,

    mi visita

    es

    hoy

    un

    poco

    in-

    teresada.

    Hay alguien, que segn

    parece,

    necesita

    de

    mi

    autoridad

    para

    un

    asunto

    importante...

    (Mirando

    con intencin

    Roberto

    y

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    35/74

    33

    Luca, qne

    bajan

    la cabeza.)

    y

    nO

    he Vacado en

    ofrecerla

    con

    la mejor

    voluntad

    del

    mundo.

    RoB.

    (cambiando

    de

    conversacin.)

    Mi

    General,

    S

    est

    ya

    la orden

    despachada...

    DiR.

    Qu

    Te

    vas

    sin...

    RoB.

    Llevo

    la

    orden

    escape,

    y

    vuelvo esperar

    aqu

    el convoy.

    Es

    cuestin de

    pocos

    minutos.

    DiR.

    Que te

    espero

    con impaciencia

    Marqus

    Vamos

    ver

    si Pascual ha cumplido mi

    en-

    cargo. Ser

    capaz

    de dormir

    la

    siesta, (vanse.)

    ESCENA

    V

    LA

    MARQUESA,

    LUCIA,

    DIREJTORA

    y

    VALENTINA

    Marq.

    Dejaremos

    aqu las jvenes que

    tendrn

    muchas

    cosas

    que

    contarse, mientras

    nos-

    otras

    hablamos

    de...

    DiR.

    S;

    de

    nuestro

    asunto,

    es

    decir,

    del

    asunto

    de

    esos

    muchachos

    que

    tienen

    tanta

    prisa

    por

    dejar

    de

    serlo.

    Marq.*

    y

    Valentina?

    An

    es la

    hurfana

    sin es-

    peranza

    de

    recobrar

    su familia?

    -->^

    -^,-,,^^

    Val.

    Si,

    seora.

    Desde

    que mi padre, ^fugitvjOj,/

    I

    proscripto

    y

    errante

    me

    confi

    sus mater-

    '

    nales cuidados,

    (por

    la

    Directora.)

    no

    tcugo

    ms

    familia

    ni

    ms

    amor

    que

    el que

    su

    caridad

    me

    demuestra.

    Ni

    aun

    mi

    apellido

    conozco,

    seora;

    pero

    conozco todo

    lo que ese

    corazn

    me ama,

    y

    nada

    echo de

    menos en

    el

    mundo.

    DiR.

    Tan hipocritilla como todas.

    Con

    sus

    zala-

    meras

    hacen lo que quieren de

    m. Ea

    Hasta

    luego...

    y

    juicio

    ESCENA

    VI

    LUCIA

    y

    VALENTINA

    Val. Por fin, estamos solas.

    Luc.

    Cunto

    deseaba

    verte

    Vaj..

    S;

    para satisfacer el egosmo

    de tu

    felicidad

    que

    quieres

    anunciar todo

    el

    mundo,

    aun-

    que

    todo el mundo

    se

    muera de envidial

    3

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    36/74

    34

    Luc.

    No,

    Valentina.

    Mi amor Roberto

    no ha

    atenuado

    en

    lo

    ms mnimo el

    que

    te

    pro-

    feso desde el da

    en

    que

    te

    conoc.

    Val.

    Lo creo,

    Luca.

    Juntas

    en

    el

    colegio desde

    la

    infancia, no

    hubo

    jams entre

    nuestras

    compaeras

    quienes

    se amasen

    tanto como

    nosotras.

    Luca

    Querida

    Valentinal

    Qu

    habra

    sido

    de

    m

    en

    aquellos

    das

    de fiebre

    y

    delirio, si con

    tu

    afecto

    y

    con tus

    juegos

    infantiles

    no

    hu-

    bieras

    distrado

    mi

    espritu

    perturbado?

    Val.

    Supongo

    que estars

    ya

    curada

    de

    aquellas

    visiones...

    Luca

    No,

    amiga

    ma. Hay

    pocas

    en

    que vuelven

    inquietarme

    con

    ms violencia

    que

    nunca.

    Val.

    Pero,

    ahora?...

    Luca

    No hace

    muchas

    noches, me

    despert ba-

    ada

    en

    sudor fro.

    Queriendo

    rasgar

    el

    velo

    de

    la

    obscuridad

    que

    rodeaba

    mi

    lecho,

    pa-

    recime

    ver una

    luz siniestra

    de cuyo

    fondo

    se

    destacaba l

    figura

    plida

    y

    triste de

    un

    hombre que me

    miraba con

    ojos

    preados

    de

    lgrimas,

    y

    como

    otras

    veces,

    o

    clara

    y

    distintamente

    de sus

    labios aquella voz

    en-

    trecortada por los

    sollozos

    que me

    deca:

    No

    olvides,

    hija ma, que

    te

    amo: no

    olvi-

    des

    que

    te

    perdono

    con todo mi

    corazn

    Val. Pobre Luca

    Lucia

    Y

    no

    es esto slo. En ocasiones,

    hasta

    des-

    pierta

    se evocan

    en mi

    imaginacin

    recuer-

    dos

    lejanos que no

    me es

    posible

    precisar.

    Val.

    No tuviste, siendo

    muy

    nia, una

    enfer-

    medad que

    te

    puso

    las

    puertas de

    la

    muerte?

    Luca S,

    y

    cuando

    volv

    la

    vida no

    reconoc

    las personas

    que

    me

    rodeaban...

    nicamen-

    te

    Pascual

    que

    me

    quiere tanto...

    Val.

    y

    nunca le has dicho tu madre?...

    Luca

    Ni

    una

    palabra.

    He tratado de

    indicarle

    algo

    sobre mis primeros

    aos,

    pero

    la

    seve-

    ridad

    y

    la

    tristeza

    de

    su semblante

    me

    han

    impe(do

    proseguir...

    Marqus

    (Dentro.)

    Eso

    es

    volar, amigo Roberto.

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    37/74

    35

    ESCENA VU

    DICHOS. EL

    MARQUS,

    ROBERTO.

    Luego LA MARQUESA,

    LA

    DIRECTORA

    y

    PASCUAL

    Luca Ah

    Ah

    estn

    RoB.

    Mi

    caballo, aunque no tiene alas...

    Marqus Si, las toma prestadas tu deseo. Conozco,

    conozco

    perfectamente...

    Pascual

    A

    que

    no viene

    encargarse

    de tu

    caballo?

    (La

    Mar-

    quesa

    y

    la Directora, talen por la derecha.)

    DiR.

    Muy

    bien,

    querido

    ahijado.

    Veo que no

    me

    has

    hecho

    esperar,

    y

    ya que

    todos estamos

    reunidos...

    RoB. (Ahora

    me parece que he venido

    demasiado

    pronto.)

    Luca

    (Aparte

    la

    Directora.)

    Empiezo

    temblar

    co-

    mo

    si

    fuera

    examinarme.

    DiR.

    Roberto

    dir de

    qu se

    trata...

    RoB.

    Yo...

    (Ms

    quisiera tomar

    una

    batera..,)

    Marqus

    Seor

    teniente...

    RoB.

    Mi

    general...

    Si

    mi

    madrina tuviese la

    bon-

    dad

    de...

    MARQ.a

    Supongo

    que

    en

    las

    batallas

    estar usted

    algo

    ms

    sereno.

    RoB.

    Oh Si hubiera

    que

    andar

    linternazos,

    Marquesa...

    DiR.

    J

    .J

    Pues

    hablar

    yo. Se

    trata

    nada

    me-

    nos

    que

    de

    un

    matrimonio.

    RoB.

    '

    (Ay,

    Dios )

    Marqus

    De un

    matrimonio?

    DiR.

    Pero

    no

    del

    mo.

    Marqus

    Supongo...

    DiR.

    Mi ahijado,

    el joven

    teniente, Roberto

    de

    Sandoval,

    parecindole

    que la vida de

    solte-

    ro no concuerda

    con

    sus

    inclinaciones, tie-

    ne el

    honor...

    Me

    parece,

    Roberto, que t

    te

    toca

    concluir la

    frase...

    RoB.

    Tiene

    el

    honor...

    DiR.

    Vamos

    RoB.

    Tiene

    el

    honor...

    Marqus

    El

    honor...

    de

    qu?

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    38/74

    36

    DiR.

    De

    pedir

    usted

    la

    mano

    de

    su hija

    Lucia.

    ROB.

    Eso esl

    (pascual

    ha entrado

    y

    escucha.)

    Marqus

    Ah ...

    Eso

    es?

    .Marq>

    Comprendo,

    seor teniente, las

    vacilaciones

    de

    usted, porque

    sin

    duda no cuenta

    para:

    dar ese

    paso con el consentimiento

    de

    la

    in-

    teresada.

    Luca

    I^y

    ^*

    (con

    mucha

    espontaneidad.)

    Pas. Ya

    deca

    yol

    Me he llevado un susto ...

    Marqus

    Miren la nia

    candorosa

    qu pronto

    ha

    re-

    suelto

    la

    cuestin

    1

    Pas.

    Pues

    no

    que

    no

    Marqus

    Pascual Ahora

    que no te

    llaman vienes

    hasta

    meterte

    en

    la

    conversacin.

    Pas. Mi

    general

    Como parece que se trata de

    una cosa ma...

    Luca

    Perdnele

    usted,

    padre

    mo...

    Hoy

    quiero^

    que

    haya

    indulgencia plenaria^

    para

    todos...

    y

    ms para

    l,

    que

    me

    quiere...

    Pas.

    Con

    toda el alma;

    y

    si me permitiera su ex-

    celencia...

    Marqus Qu?

    Pas.

    Darle un

    abrazo.

    Con

    esto

    prometo ser

    el'

    criado ms

    diligente de

    la casa.

    Luca

    (Abrazndole.) Por

    qu

    no,

    si

    hoy es

    el da

    ms

    feliz

    de

    mi

    existencia?

    DiR.

    Ya

    que

    tocan

    abrazar,

    aprieta

    Roberto,,

    que

    algo

    merezco yo por haber

    educado

    tu

    futura.

    Marqus

    Y

    por

    haberle

    sacado

    del

    atolladero.

    RoB.

    Madrina ma Me parece un

    sueo...

    Dir.

    El

    abrazarme mi? Pues ten

    un'poco

    de

    paciencia, que ya abrazars

    cosa

    mejor.

    Ea

    Mi

    coche?

    (a

    Pascual.)

    Pas.

    En seguida estar

    listo,

    (vase.)

    Marq.

    Se va

    usted

    tan

    pronto?

    Dir.

    a

    hacer otras

    visitas en

    estos

    alrededores.,

    Luca

    Volver

    usted?...

    Dir.

    a

    buscar Valentina,

    si

    antes

    no

    ocurriese-

    novedad.

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    39/74

    ^

    37

    ESCENA

    Vm

    DICHOS.

    UN

    SARGENTO

    ^ARG.

    Mi

    teniente?...

    RoB.

    Qu

    hay?

    SyvRG.

    Acaba de

    llegar la

    cuerda.

    DiR.

    La

    cuerda?

    ,RoB.

    La

    cuerda

    de

    presidiarios

    que

    deba

    yo

    es-

    c>)ltar hasta

    Cartagena. Mi general

    (pidiendo

    rdenes.)

    Que

    contine

    la

    marcha.

    Perdone

    vuecencia, pero

    el calor es sofocan-

    te,

    y

    los soldados agradeceran

    que

    se les

    concediese

    algunos

    minutos

    de

    descanso.

    DiR.

    (Mirando.) [Mirad

    All

    estn

    sentados

    en

    ei

    polvo

    del

    camino.

    Luca

    Pobre

    gente

    DiR.

    Y

    no

    hay

    un rbol que los

    resguarde

    de

    los

    rayos del

    sol.

    Luca

    Que

    entren

    todos

    aqu.

    Marqus

    Pero

    nia,

    quieres

    entregar el

    jardn

    al sa-

    queo

    de esos

    miserables?

    jUCa

    Yo

    no veo

    ms

    que

    su desgracia;

    y

    al

    fin,

    los

    soldados

    que

    les

    acompaan

    bien

    mere-

    cen

    que

    se

    les

    permita algn

    descanso.

    Est

    visto

    que

    no

    puedo negarte

    nada.

    Eres

    la

    defensora

    de

    Pascual,

    y

    ahora

    te haces

    la

    abogada

    de

    los

    presidiarios.

    Si

    vas al cielo

    y

    te

    canonizan,

    buenos devotos

    tendrs

    To-

    dos

    los

    perdidos.

    Vamos

    dar

    las

    rdenes,

    Roberto.

    (Vanse

    los

    dos.)

    (a

    Valentina.)

    Toma

    cstc dinero,

    y

    socorre

    esos

    infelices,

    aunque

    el

    Marqus

    nos

    llame

    tambin abogadas

    de

    los

    perdidos.

    Dinero?

    Pues

    yo

    no he

    de

    ser menos,

    (pi-

    diendo

    la

    Marquesa.)

    Toma

    (Dndole

    un

    bolsillo.)

    para

    tus

    futuros

    devotos.

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    40/74

    38

    ESCENA IX

    DICHOS, LOS PRESIDIARIOS

    y

    JUAN

    GUILLEN. EL

    SARGENTO

    Tuelve con

    el piquete

    y

    los presidiarios, cruzando por

    detrs

    de

    la

    verja

    del foro. A una seal del Sargento se

    paran,

    y

    unos

    se

    echan

    por tierra,

    mientras otros se apoyan contra

    los

    rboles

    van

    sen-

    tarse

    en

    los

    salientes de la balaustrada de la verja.

    Otro

    grupo

    se

    queda

    Ja izquierda un poco

    ms

    hacia el proscenio.

    Juan Guillen

    y

    otros

    dos entran con el Sargento

    y

    dos

    soldados,

    sentndose

    Juan

    en

    el

    banco.

    Los

    soldados

    formau

    pabellones

    con

    los fusiles

    para

    descansar

    tambin. Dos se

    quedan con

    el

    arma

    al

    brazo,

    vigilanda

    las salidas.

    Todo esto se

    ta

    verificado mientras

    el Marqus,

    la

    Marquesa

    y

    la

    Directora

    se

    dirigen

    hacia

    el foro

    Val. (a

    Luca.)

    Vamos,

    pues,

    repartrselo.

    Luc.

    Oh

    S.

    Yo

    quisiera

    que todo

    el

    mundo par-

    ticipase

    hoy

    de

    mi felicidad,

    (valentina va ha-

    cia los

    grupos

    del

    fondo

    y

    Luca

    hacia

    el

    de

    la

    iz-

    quierda.)

    Los

    PRESOS

    (Levantndose,

    tendiendo las

    manos

    y

    pidiendo

    todos

    la

    vez.)

    A

    m...

    seorita ... A

    m ...

    UNOS

    Dios

    se

    lo

    pague

    Otros

    Y

    para nosotros,

    seorita?...

    SarG.

    a

    ver,

    orden

    y

    silencio (Luca

    se

    para

    delante

    de Juan

    Guillen, sentado

    en

    el

    banco

    y

    que,

    con la ca-

    *

    beza

    baja,

    no

    hace

    caso

    de

    lo

    que

    ocurre

    en

    derredor.)

    Luc. Y

    usted,

    no

    pide

    nada?

    Juan

    Yo

    no

    necesito nada.

    (Levantando

    la

    cabeza.).

    Gracias,

    seorita.

    Luc.

    (Dando

    un

    grito.)

    Ah

    (Cogiendo

    un

    brazo

    Valen-

    tina

    y

    mostrndole

    en voz

    baja Juan.)

    Es l,

    Va,-^

    lentina,

    es

    l

    Val.

    Quin?

    Luc.

    El

    hombre

    que

    yo he

    visto en

    sueos...

    cuya

    voz

    oigo

    constantemente.

    Dir. (viniendo

    con

    la Marquesa.)

    Luca ...

    Qu

    te

    pasa? Qu tienes?

    Luc.

    Oh

    Seora ...

    Marq.

    Es

    natural Estos espectculos

    le

    impresio-

    nan

    demasiado. Vamonos de

    aqu.

    Dir.

    S,

    Marquesa.

    Llvesela

    usted.

    Esta

    curio-

    sidad

    infantil...

    Luc. (Le ver...

    y

    le

    hablar ...)

    (vanse

    todos.)

  • 7/25/2019 El Soldado De San Marcial

    41/74

    39

    ESCENA

    X

    JUAN

    GUILLEN,

    EL

    SARGENTO,

    SOLDADOS,

    PRESIDIARIOS.

    Luego LUCA

    y

    VALENTINA.

    Luca

    ha

    dejado

    caer

    su'

    bolsillo

    al