El síndrome del corazón del atleta

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Investigado por JOTORO}

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Investigado por

JOTORO}

En temas de salud, los

atletas dan que hablar.

Posiblemente hayas

oído hablar del pie de

atleta, una infección

común del pie causada

por un hongo. ¿Sabías

que también existe el

corazón del atleta? Pues

ahora lo sabes. Sigue

leyendo y descubre más

detalles sobre esta

condición que a veces

desarrollan los

deportistas que se

entrenan de manera

excesiva.

El corazón es el músculo

encargado de bombear la

sangre para que circule

por todo el cuerpo. Y así

como los demás, él

también se fortalece con

el ejercicio. Por eso,

muchos atletas y

deportistas que entrenan

en exceso (más de una

hora por día, la mayoría

de los días de la semana)

pueden desarrollar lo

que se conoce como

síndrome del corazón del

atleta.

El síndrome del corazón del atleta no es más

que una adaptación de este músculo al esfuerzo

físico extremo que requieren los

entrenamientos. En general no da síntomas,

pero un especialista puede detectarlo porque se

caracteriza por cambios en la estructura del

corazón.

Sin embargo, esta condición no es peligrosa para quienes

hacen deportes. Muchas personas creen que el síndrome

del corazón del atleta puede ser el causante de los casos

de muerte súbita de los deportistas que mueren

repentinamente durante el juego o el entrenamiento de

los que a veces se escucha. Sin embargo, el síndrome del

corazón del atleta no tiene nada que ver con esa situación

fatal, que en general es provocada por un problema

cardíaco más serio.

¿Por qué se produce el síndrome del corazón

del atleta? Como te decía anteriormente, el

corazón es un músculo que se fortalece a

medida que entrenas y se va adaptando para

poder responder a las necesidades de tu

cuerpo frente al entrenamiento. Así, por

ejemplo, los ejercicios aeróbicos, como correr,

nadar y andar en bicicleta pueden hacer que el

corazón se vuelva más grande, para poder

bombear más sangre en cada latido. Por su

parte, los ejercicios de resistencia o de fuerza,

como levantar pesas, aumentan el poder de

bombeo engrosando las paredes del corazón.

Y eso no es todo, no sólo

el corazón se vuelve más

grande y grueso, también

cambia el ritmo cardíaco

o pulso, que se vuelve

irregular (arritmia).

También una persona

con el síndrome del

corazón del atleta podría

tener las pulsaciones

más lentas, por ejemplo,

35 a 50 pulsaciones por

minuto cuando está en

reposo (a diferencia del

ritmo normal, que es de

alrededor de 60

pulsaciones por minuto).

Además, los impulsos

eléctricos pueden tomar

rutas extrañas a través

del corazón, causando

resultados anormales en

los electrocardiogramas

(un electrocardiograma,

también denominado

ECG o EKG es un

examen que sirve para

monitorear el

funcionamiento del

corazón y permite

identificar los problemas

más comunes, como

arritmias, lesiones,

infartos o miocarditis).

Todas esas señales características del denominado

corazón del atleta son peligrosas para las personas

sedentarias, que no hacen deportes ni entrenamiento

físico de ningún tipo. Sin embargo, para los deportistas

que entrenan de manera excesiva, el síndrome del

corazón del atleta no representa un riesgo ni necesita

tratamiento.

De todos modos, es importante distinguir si la persona

tiene el síndrome del corazón del atleta (que

generalmente no necesita tratamiento), para así poder

detectar si tiene algún otro tipo de anomalía

(anormalidad) en su corazón, que si requiera

tratamiento.

Actualmente, los especialistas continúan investigando

este tema y algunos usan las mismas pruebas que

emplean para detectar el corazón del atleta, para ver la

respuesta del corazón de las personas sedentarias que

comienzan a hacer ejercicios. De ese modo, los

especialistas (y los pacientes) pueden determinar los

beneficios de la actividad física para un corazón que

responde correctamente a las exigencias del deporte y, de

ese modo, puede mantenerse más flexible y sano, durante

más tiempo.

Recuerda mi consejo y ponlo en

práctica: consulta con tu médico acerca

de los posibles síntomas de este

síndrome.