El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego...

10
1 El siglo de las siglas. Como docente y Psicopedagoga, utilizaré un cuento como introducción, para poder captar la atención del lector y, luego, vincular el título de mi trabajo con los conceptos de NSE. Ratoncito no sabía por qué, pero siempre lo elegían a él. Apenas tenía amigos porque, como él se sentía pequeño e insignificante, prefería dedicarse a lo suyo para no enfurecer ni decepcionar a nadie. Pero daba igual: cada vez que llegaba a la selva un nuevo rey, él era el objeto de las burlas y los golpes. Gritar, correr, morder o insultar tampoco servía de nada, porque cuanto más lo hacía más disfrutaban sus agresores. Y aunque alguna vez había pensado en pedir ayuda a los elefantes, tenía miedo de lo que pudiera pasar. Cierto día, mientras un gigantesco león estaba divirtiéndose a su costa agarrándolo por el rabo y girándolo como un ventilador, se soltó y salió volando por los aires. El ratón rebotó largo rato de árbol en árbol, bajando por la montaña, hasta quedar suspendido de una rama, ¡precisamente un par de metros por encima de otros dos leones! Ratoncito quedó inmóvil, sujetándose con su rabito a la rama con todas sus fuerzas para evitar ser visto, pues conocía de sobra a uno de los leones. Era el anterior rey de la selva que, tras perder la lucha con el gigantesco león, había cambiado su puesto de rey por un montón de heridas y cicatrices. Lo que escuchó el pobre ratón colgado de aquella rama casi hizo que se soltara. -Mira contaba el antiguo rey- yo llegué a ser el rey después de llenar de miedo a todos. Tal y como me enseñó mi padre, busqué un animalillo miedoso y solitario, alguien sin amigos que no se atreviera a buscar ayuda, y lo castigué para mostrar mi fuerza y mi crueldad. Tuve suerte, porque en esta selva hay un ratoncillo perfecto para eso, que además llora mucho y se llena de rabia, así que también era muy divertido fastidiarle… Tanto lloró Ratoncito en silencio, colgado de su rama, que los leones pensaron que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, pues aquel león cruel había recibido su mismo castigo, y además ahora ya sabía que no lo elegían a él por mala suerte o por casualidad. Estaba claro, necesitaba nuevos amigos y aprender a controlar su miedo. Como nada de eso se le daba bien, miró qué hacían los demás animales, y aprendió que nadie hacía amigos dedicado a sus propios asuntos con gesto triste, como solía hacer Ratoncito, sino mostrándose alegre, preocupándose por los demás y ayudándoles con sus problemas. Consiguió un aire más alegre tras horas de ensayo ante un espejo. Y encontró cómo ayudar a los demás tras descubrir que, aunque no fuera muy rápido ni muy fuerte, su tamaño y su fino oído eran de gran utilidad para muchos otros animales.

Transcript of El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego...

Page 1: El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, ... ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando

1

El siglo de las siglas.

Como docente y Psicopedagoga, utilizaré un cuento como introducción,

para poder captar la atención del lector y, luego, vincular el título de mi trabajo

con los conceptos de NSE.

Ratoncito no sabía por qué, pero siempre lo elegían a él. Apenas tenía amigos porque, como él se sentía pequeño e insignificante, prefería dedicarse a lo suyo para no enfurecer ni decepcionar a nadie. Pero daba igual: cada vez que llegaba a la selva un nuevo rey, él era el objeto de las burlas y los golpes. Gritar, correr, morder o insultar tampoco servía de nada, porque cuanto más lo hacía más disfrutaban sus agresores. Y aunque alguna vez había pensado en pedir ayuda a los elefantes, tenía miedo de lo que pudiera pasar.

Cierto día, mientras un gigantesco león estaba divirtiéndose a su costa agarrándolo por el rabo y girándolo como un ventilador, se soltó y salió volando por los aires. El ratón rebotó largo rato de árbol en árbol, bajando por la montaña, hasta quedar suspendido de una rama, ¡precisamente un par de metros por encima de otros dos leones! Ratoncito quedó inmóvil, sujetándose con su rabito a la rama con todas sus fuerzas para evitar ser visto, pues conocía de sobra a uno de los leones. Era el anterior rey de la selva que, tras perder la lucha con el gigantesco león, había cambiado su puesto de rey por un montón de heridas y cicatrices. Lo que escuchó el pobre ratón colgado de aquella rama casi hizo que se soltara.

-Mira – contaba el antiguo rey- yo llegué a ser el rey después de llenar de miedo a todos. Tal y como me enseñó mi padre, busqué un animalillo miedoso y solitario, alguien sin amigos que no se atreviera a buscar ayuda, y lo castigué para mostrar mi fuerza y mi crueldad. Tuve suerte, porque en esta selva hay un ratoncillo perfecto para eso, que además llora mucho y se llena de rabia, así que también era muy divertido fastidiarle… Tanto lloró Ratoncito en silencio, colgado de su rama, que los leones pensaron que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, pues aquel león cruel había recibido su mismo castigo, y además ahora ya sabía que no lo elegían a él por mala suerte o por casualidad. Estaba claro, necesitaba nuevos amigos y aprender a controlar su miedo.

Como nada de eso se le daba bien, miró qué hacían los demás animales, y aprendió que nadie hacía amigos dedicado a sus propios asuntos con gesto triste, como solía hacer Ratoncito, sino mostrándose alegre, preocupándose por los demás y ayudándoles con sus problemas. Consiguió un aire más alegre tras horas de ensayo ante un espejo. Y encontró cómo ayudar a los demás tras descubrir que, aunque no fuera muy rápido ni muy fuerte, su tamaño y su fino oído eran de gran utilidad para muchos otros animales.

Page 2: El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, ... ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando

2

Así pudo por fin, con buenas dosis de esfuerzo y paciencia, hacer su primer amigo: un simpático mono a quien ayudó a recuperar unos plátanos. Y este, que tenía muchos y buenos amigos, le ayudó conocer a muchos otros animales y a sentirse mucho más feliz en la selva. Desgraciadamente para el pequeño ratón, no tardó en llegar un nuevo rey que quiso volver a infundir el miedo a costa de Ratoncito. Éste se había entrenado con su amigo el mono para controlar su miedo y sus gritos, pero, aun así, estuvo a punto de desmayarse al sentir las garras del tigre acariciando sus orejitas. Consiguió aguantar sin gritar ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando el tigre lo insultó y lo empujó. El tigre se enfureció, pues no se estaba divirtiendo y se preguntaba por qué le habrían dicho que ese ratón era ideal para provocar miedo en los demás… ¡ni siquiera él parecía tenerlo! Además, los amigos del pequeño empezaban a llenar el lugar, y sus caras mostraban más enfado según subía el tono de las amenazas y provocaciones.

Entonces ocurrió lo impensable: un león recién llegado, viendo el poco apoyo que tenía el tigre, pensó que podría ganarse la simpatía de aquellos animales fácilmente, así que intervino para pedirle al tigre que dejara tranquilo a Ratoncito. Para sorpresa de todos, el tigre le hizo caso, entre otras cosas porque ya se había convencido de que aquel ratoncito valiente y alegre no le serviría para infundir el miedo en el resto de animales. Y aquella fue la última vez que nadie quiso abusar de Ratoncito, que lo celebró con una gran fiesta llena de amigos a la que no faltó el león salvador, con quien se mostró muy agradecido y del que terminó siendo un gran amigo.

Desde entonces, cada vez que Ratoncito ve a algún animalito convertido en el centro de los ataques y las burlas, corre a ser su amigo y le cuenta su historia para animarlo a convertirse en alguien valiente y alegre que esté siempre rodeado de buenos amigos.

(Autor: Pedro Pablo Sacristán)

¿Cuántas veces nos hemos comportado como alguno de los personajes de este cuento? ¿Quién no se siente, acaso, identificado con Ratoncito, quedando a merced de otros más poderosos? ¿Quién no ha actuado como el león bueno, o el león malo, según las circunstancias?

Hace muchos años que me desempeño como docente. Tantos que, ya decidí jubilarme. Prefiero irme a que me “inviten” a hacerlo. Pero, como los campos de la Educación y la Salud, considero, que están asociados a la vocación de servicio, inicié mis Estudios Universitarios en 2007. Me recibí de Psicopedagoga en cinco años. Cursando “Neurociencias aplicadas al aprendizaje”, con un Neurólogo del FLENI, el Dr. Marcelo Gorga, me “enamoré” de la Neurociencias y todo lo que tenía que ver con los “secretos” que encerraba el cerebro. El doctor Damasio, me acercó a la historia de Phineas Gage, cuando leí su libro “El error de Descartes”. Leer a Oliver Sacks, en sus relatos de consultorio, como “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, activaron mi curiosidad y mi anhelo por conocer y, de ese modo, acercarme a la propuesta de la Neurosicoeducación. Comencé con el curso de Plasticidad Neuronal, y aquí estoy, dando mi testimonio de lo aprendido y de lo que falta aprender, para ser una buena Neurosicoeducadora. Pero, sobre todo, de aquello que uno vive en la experiencia diaria, en el aula o en el consultorio.

Observando las actitudes, las conductas, las reacciones, de alumnos, padres, colegas, me di cuenta que era necesaria una formación más avanzada

Page 3: El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, ... ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando

3

para poder aportar un pequeño granito de arena en un mundo cada vez más violento y agrietado.

Conocer nuestro cerebro es aproximarse al concepto de “Conócete a ti mismo”. Por ello, me uní a la propuesta de la Neurosicoeducación y el Sistema Línea de Cambio, comprendido como un sistema educativo basado en la capacitación y el entrenamiento, que tiene como finalidad completar el desarrollo de la una mejor salud mental, lo cual implica conocer nuestra U.C.C.M (Unidad Cuerpo Cerebro Mente) y hacer que otros logren hacer lo mismo, es decir, convertirnos en replicadores, para que logremos, de a poco, un cambio radical, entre el pensamiento y la acción ,es decir, que cambiando nosotros, logremos cambiar el mundo.

Conocernos a nosotros mismos, implica una serie de tareas que nos

llevarán trabajo y esfuerzo permanente. La principal función de la U.C.C.M es la SUPERVIVENCIA. Debido a su origen evolutivo tan duro y competitivo, el principal cometido de todas las variantes de U.C.C.M. conocidas, por encima de todas las otras funciones que esta puede realizar, es sencillamente: asegurar la supervivencia de su poseedor. Por ello, podemos inferir en el caso del ser humano que todas las conductas que éste lleva a cabo ―desde las más crueles a las más sublimes― 9 tienen este origen y pueden ser comprendidas a través de la aplicación de este simple concepto. La supervivencia en la cual se desarrolló no se caracterizó por la abundancia de recursos, por lo que las diferentes especies que conviven en un mismo territorio deben competir duramente para obtener los elementos necesarios para sobrevivir, algo que fue denominado por Charles Darwin como selección natural.

Page 4: El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, ... ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando

4

Nuestra U.C.C.M es la generadora de nuestras sensaciones, percepciones, emociones, sentimientos, creaciones, pensamientos, imágenes mentales, siendo todos estos factores los que conforman el contenido de nuestra mente, que de una u otra forma terminará siempre manifestándose como alguna de nuestras conductas. Entender cómo el cerebro produce la marcada individualidad de la acción humana, es parte de nuestra tarea de educadores. Necesitamos conocer el cerebro de nuestros alumnos, de nuestros hijos, para diseñar estrategias pedagógicas de intervención. El por qué de estas diferencias de un individuo a otro está dado por dos factores principales: 1) la genética 2) la calidad de la información recibida o acumulada en nuestros bancos de memoria. La genética determina solo un porcentaje de su potencial y el resto dependerá de la calidad de información acumulada en la memoria y de los contextos. La capacidad de pensar del individuo se vincula no sólo a la cantidad de información recibida, ni a su CI (Coeficiente Intelectual), sino también a la interacción del individuo con el medio ambiente, que puede ser favorecedor o no.

En estos últimos años nos hemos encontrado con que se han ido incrementando las derivaciones a la consulta a espacios terapéuticos en niños con dificultades de conducta, de aprendizaje o de ambas. Los viejos maestros trabajábamos con niños que hoy se incluyen en la etiqueta de “Discapacitados” o “Con capacidades diferentes”, utilizando nuestros recursos pedagógicos, didácticos y metodológicos, en pos de su bienestar y tránsito en la escuela. Quizá porque teníamos más “EMPATÍA, esta capacidad que el ser humano debería recuperar y poner en práctica cada día.

Page 5: El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, ... ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando

5

Tenemos que emprender el camino hacia un “Nuevo ser humano”, cuya meta sea la TRASCENDENCIA. Como dijimos la función principal de nuestra U.C.C.M es la SUPERVIVENCIA, pero si focaliza todas sus energías en ello , perderá de vista el verdadero sentido de su existencia, que es trascender.

Un ser humano puede desarrollar niveles de conocimiento muy dispares en cada una de estas áreas. Por eso, el denominado Coeficiente de Inteligencia debería dividirse en dos: uno que midiera la inteligencia orientada al conocimiento del mundo exterior o C.I.E. y otro al mundo interior o C.I.I. Para considerarnos integralmente desarrollados, deberíamos contar con los dos.

La historia nos muestra esta dualidad en la vida de muchos famosos que,

a pesar de haber sido sumamente inteligentes en algunos aspectos, no pudieron aplicar estas mismas capacidades a nivel de su vida personal (Picasso, Beethoven, Mozart, entre otros). Comprender que existen dos tipos de inteligencias no implica desestimar alguna de ellas. Ambas son imprescindibles para el completo desarrollo del ser humano. Pero si tenemos en cuenta el sueño de un mundo mejor, sin lugar a dudas, la inteligencia del mundo exterior tendría que relacionarse con la inteligencia interna del individuo.

Yo he llamado a este trabajo “El siglo de las siglas”. He observado cómo se han incluido en el Manual de Psicopatología DSM IV (ahora en su nueva versión, DSM V), cantidad de “patologías” que no su usan, a menudo, para identificar, clasificar, o diagnosticar, sino para “etiquetar”.

He leído a la Lic. Gabriela Dueñas, en su trabajo “Niños en peligro: la escuela no es un hospital”, (Ed. Noveduc). En él la profesional pone al desnudo cómo estos últimos años se ha patologizado todo, en pos de poner en el mercado más medicación sintética, con la complicidad de profesionales inescrupulosos.

Entonces aparecieron las “SIGLAS”, los “SINDROMES”, cada vez más frecuentes. Cada maestro se convirtió en un “diagnosticador profesional” y un “derivador” serial. Todo niño que se mueve mucho o no presta atención; todo niño que se mueve poco; todo pequeño que tienen “fea letra”, TODO, se volvió, de pronto : patológico.

Page 6: El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, ... ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando

6

Page 7: El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, ... ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando

7

Luego de transitar la lectura de los conceptos de Neurosicoeducación, considero la necesidad de concebir NUEVOS DOCENTES. Todos los aportes de las Neurociencias y las Ciencias de la Educación deben converger en los conceptos de Igualdad e Inclusión: es decir en una educación para todos. Debemos salir de esa mirada darwinista de la supervivencia del más apto: todos los niños deben estar preparados para desempeñarse en forma autónoma en la vida y autogestionarse, más allá de sus dificultades. Pero, para ello, necesita de un medio ambiente, de un contexto facilitador, que le brinde las herramientas para lograrlo. La familia y la escuela cumplen roles insustituibles en el desarrollo, crecimiento y madurez de los pequeños.

La formación de los padres es una parte esencial para mejorar el futuro de los niños: desde el momento del embarazo, donde se gesta la nueva vida, el desarrollo del Sistema Nervioso vinculado a una buena nutrición de la madre, a erradicar el uso de tóxicos (alcohol, drogas, psicofármacos), al control de la madre embarazada, tiene que ver con una intervención primaria para evitar tener que padecer patologías inevitables en niños a futuro. Muchos de los daños que los pequeños traen genética o hereditariamente, pueden ser evitables con un buen plan de intervención, sobre todo de EDUCACIÓN DE LOS PADRES.

Algunos conocimientos neurocientíficos nos explican por qué cambiar es

difícil pero no imposible. Lo primero y fundamental es saber que la función principal de toda U.C.C.M, como vimos, y sea de la especie que sea, es asegurar la supervivencia de su poseedor (supervivencia individual). La segunda función (siempre y cuando se cumpla con éxito la primera) es la del instinto gregario (supervivencia del grupo) y la tercera, asegurar la reproducción (supervivencia de la especie). Los instintos guían siempre la SUPERVIVENCIA en caso de peligros extremos. Pero no saben enfrentar situaciones nuevas o desconocidas pues carece otra inteligencia que no sea la instintiva o genética. Y, además, no es influenciable por cuestiones culturales o personales. Si bien todos los componentes de la U.C.C.M humana tienen como función principal el asegurar la supervivencia, en el caso del cerebro humano existe otro camino alternativo (aunque poco transitado) que es el de la TRASCENDENCIA. Éste nos permite hacer nuestras vidas más espirituales al permitirnos crecer día a día como seres humanos. Para alcanzar este cometido en el cerebro humano existen dos estructuras que es el lugar en donde podemos decir que asientan todas las cualidades que definen a un ser humano como tal y es en ellos en donde la educación (Neurosicoeducación) debe hacer el impacto para conseguir esta transformación tan deseada. Estas áreas son los lóbulos prefrontales, izquierdo y derecho.

Page 8: El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, ... ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando

8

Las tres soluciones posibles que están a nuestro alcance para resolver el

problema humano son: 1) Esperar a que la evolución cree una U.C.C.M más perfecta que la nuestra. 2) Que la ingeniería genética haga el mismo trabajo, pero en un tiempo más corto. 3) Una educación dirigida a conocer, comprender, controlar, modelar y supervisar nuestro mundo interior de forma consciente. El camino más viable es el de la educación (Neurosicoeducación), para producir el cambio, ya que esperar soluciones mágicas no parece ser una buena estrategia teniendo en cuenta el rumbo negativo por el que se desliza la realidad actual a pasos agigantados. Pero ello, la nueva educación tiene que tener en cuenta continuar con el desarrollo del coeficiente dirigido al conocer, comprender, controlar y modelar el mundo exterior, y lograr hacer lo mismo con el coeficiente de inteligencia dirigido al mundo interior. Pues sólo así lograremos crear seres humanos que puedan lograr el objetivo de tener una visión de adentro hacia afuera, única manera de verse así mismo tal cual son y tomar la dirección de sus propias vidas. Toda persona debe tener un desarrollo que le permita asegurar su supervivencia pero que vaya de la mano con su capacidad de alcanzar la trascendencia. Esto origina dos filosofías de vida, una es HACER-TENER-SER (pro-supervivencia) y SER-HACER-TENER (pro-trascendencia) HACER-TENER-SER es una filosofía de vida derivada del impulso de supervivencia, por lo que, cuanto más se haga o se tenga, mayores serán las chances de éxito en el cumplimiento de este mandato. El problema es que el ser natural (conjunto de capacidades o defectos y atracciones o repulsiones determinados por la genética) debe someterse, generalmente, a favor de los mandatos imperantes en cada sociedad, aún a costa de pagar el alto precio de la pérdida de su salud mental. Esto genera individuos con trastornos emocionales, egoístas, consumistas, aferrados a escalas jerárquicas y de poder, a los que no les importa en lo más mínimo la supervivencia de los demás.

Page 9: El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, ... ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando

9

De todo lo que he tratado de resumir en esta exposición, y, retomando el tema central: la NO PATOLOGIZACIÓN de la infancia, quisiera dejar un mensaje esperanzador, para los padres y docentes. Mucho tenemos por aprender, sobre nuestra U.C.C.M. Mucho tenemos por hacer con los niños que padecen algún tipo de “trastorno”, “patología” o “síndrome” … Ese niño no “ES”, su patología. Ese niño es una persona que, ayudado por adultos formados y neurosicoeducados, además de SOBREVIVIR, podrá TRASCENDER. Enseñar a controlar los impulsos, y las emociones; enseñar que la amígdala ha quedado como un “recuerdo” de que somos animales, pero que nuestros LPF (Lóbulos Pre Frontales) nos hacen humanos; que, a diferencia de otros animales, tenemos el LENGUAJE, (en las áreas de Broca y Wernicke) para comprender y para expresarnos. Empezar a MIRAR a nuestros niños y a ESCUCHARLOS.

Quisiera compartir con ustedes una experiencia que tuve la

semana pasada en la escuela. Cumplía mi turno de salida. De repente vi y escuché un gran revuelo, gritos y corridas. Un niño, descontrolado, tironeado por adultos, queriéndole pegar a otro, ambos de 10 años. Su maestra, muy joven, inmóvil. Entonces, decidí actuar. Me paré delante de él y traté de que focalizara su mirada en la mía. Le hablé con voz pausada, lo llamé por su nombre, a pesar de que tuve que preguntar cómo se llamaba. Hice que respirara lenta y suavemente y traté de que activara su atención. Su amígdala se había activado y no podía razonar. Poco a poco, le fui explicando que era necesario que pensara, que hablara, mientras llamaba al otro jovencito para poder consensuar y activar la EMPATÍA en ambos. Cada uno se fue con su familia, que había presenciado el “evento”, con el compromiso de CONVERSAR y REFLEXIONAR, y la promesa de retomar lo sucedido, al otro día, en frío”. Uno se siente tranquilo de la intervención, no puede garantizar lo que sucederá a futuro, porque sería necesario continuar con una tarea sistemática y sostenida en el tiempo. Quisiera concluir con un mensaje a mis colegas docentes, acompañado de la siguiente ilustración:

Page 10: El siglo de las siglas. - asociacioneducar.com · que comenzaba a llover y se marcharon. Pero luego el ratón se sintió aliviado, ... ni llorar, y también se mantuvo tranquilo cuando

10

Entre todas las cosas que debemos aprender es que nuestras U.C.C.M nos hace a todos diferentes, por lo cual, cada uno podrá realizar lo que se le pide de acuerdo a sus posibilidades. Conocer nuestro cerebro, sus funciones cognitivas y ejecutivas, tener en cuenta la plasticidad neuronal, el sistema de redes hebbianas, cómo funcionan y qué importantes son las neuronas espejo en el momento de imitar conductas (positivas o negativas), entre tantas, es un DESAFÍO a futuro que debemos proponernos para que, dentro de pocos años, tengamos: mejores líderes, mejores gobernantes, mejores padres, mejores docentes, mejores seres humanos. Seres humanos capaces de comprenderse entre sí, de ser empáticos, de ser solidarios, de no mirar para otro lado; capaces de incluir, no de etiquetar. Ojalá “El siglo de las siglas”, le devuelva el lugar al “El siglo del cerebro”, en el cual se ha avanzado en el conocimiento de este misterioso órgano que rige nuestras vidas, desde lo biológico, hasta lo social. Ojalá que, como en el cuento inicial, cada vez haya menos “Ratoncitos” miedosos, y más leones amigables y empáticos, para que “La ley de la selva”, sea derogada definitivamente.

“El cerebro es el secreto mejor guardado de la naturaleza” Erick Kandel.

Agustina Metri-Docente-Psicopedagoga.