“El secreto oculto del palacio Torre-Saura, de...

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“Deus tremendae majestatis”. El secreto del palacio Torre-Saura, de Ciudadela: El velo, la puerta al Conocimiento oculto de Dios Lola Carbonell Beviá “El Señor confía Su secreto a quienes le temen”. (Sal. 25:14) 1. La simbología del velo en las teosofías de las religiones procedentes de la arcaica “Religión de los Hijos de la Luz”. Las religiones procedentes de la arcaica “Religión de los Hijos de la Luz” se extendieron entre el Asia central y el Oriente Medio y Próximo. De la religión madre, nacieron numerosos hijos que heredaron múltiples aspectos de la primitiva teosofía. Geográficamente se hallan vestigios de la arcaica “Religión de los Hijos de la Luz” en la India, Tibet, China, Persia, Egipto, Israel, Siria, Turquía, Francia y España. 1.1. El hinduismo. En la India surgieron diversos movimientos teosóficos como los Vedas, los Upanishads, el Tripitaka (1). Algunos de estos movimientos se disociaron creando nuevas religiones y extendiéndose a otros lugares geográficos (2). En la antigua India se creía en una ley universal que gobernaba el universo, en orden con las fuerzas de la naturaleza y con la Conciencia Cósmica (3). 1.2. Budismo y taoísmo. La teosofía budista nacida en India, fue forzada a salir de la India y trasladarse hacia el Tibet y China (4). Budistas y taoístas siguieron la teosofía del “Camino”, es decir del espíritu primordial, mediante un método para clarificar la 1

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“Deus tremendae majestatis”. El secreto del palacio Torre-Saura, de Ciudadela: El velo, la puerta al Conocimiento oculto de Dios

Lola Carbonell Beviá

“El Señor confía Su secreto a quienes le temen”. (Sal. 25:14)

1. La simbología del velo en las teosofías de las religiones procedentes de la arcaica “Religión de los Hijos de la Luz”.

Las religiones procedentes de la arcaica “Religión de los Hijos de la Luz” se extendieron entre el Asia central y el Oriente Medio y Próximo. De la religión madre, nacieron numerosos hijos que heredaron múltiples aspectos de la primitiva teosofía.

Geográficamente se hallan vestigios de la arcaica “Religión de los Hijos de la Luz” en la India, Tibet, China, Persia, Egipto, Israel, Siria, Turquía, Francia y España. 1.1. El hinduismo.

En la India surgieron diversos movimientos teosóficos

como los Vedas, los Upanishads, el Tripitaka (1). Algunos de estos movimientos se disociaron creando nuevas religiones y extendiéndose a otros lugares geográficos (2).

En la antigua India se creía en una ley universal que gobernaba el universo, en orden con las fuerzas de la naturaleza y con la Conciencia Cósmica (3).

1.2. Budismo y taoísmo.

La teosofía budista nacida en India, fue forzada a salir

de la India y trasladarse hacia el Tibet y China (4). Budistas y taoístas siguieron la teosofía del “Camino”, es decir del espíritu primordial, mediante un método para clarificar la

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mente conocido por “El secreto de la flor de oro” (5), basado en la apertura del “Conocimiento de Dios” a la mente (6).

El principal objetivo de la religión del “Camino” fue restaurar el espíritu primordial dado por Dios y volverse un ser humano auto-realizado (7).

El secreto budista y taoísta era el equivalente al “velo” que impedía la aproximación a la “Esencia” o al “Rostro original” (8).

1.3. YHWH.

Moisés fue el personaje principal que unió la arcaica

religión de los “Hijos de la Luz” con sus posteriores seguidores Esenios y Terapeutas.

Moisés fue el iniciador de la patriarcal teosofía del culto a “YHWH” en la Protohistoria, dentro de la religión egipcia en la que había sido educado como príncipe de una monarquía teocrática (9). Descubrió una deidad que se hallaba en la naturaleza y que estaba por encima de todas las cosas. A dicha deidad la denominó Ley (10). Extrajo dicha nueva teosofía tras su estancia en el desierto (11), cuya Ley se guiaba por el principio de causa y efecto (12).

Moisés decidió emprender el culto monoteísta de YHWH saliendo de Egipto y dirigiendo a sus seguidores religiosos hacia la tierra de Israel (13). El culto a YHWH se desarrolló entre las doce tribus de Israel creando un nuevo código religioso basado en una nueva ética y rituales en el sacerdocio (14).

La nueva teosofía de la religión de YHWH estaba basada en:

- La angeología, teoría religiosa en la que los ángeles eran mediadores entre Dios Padre Universal y Diosa Madre Terrenal con los hombres (15).

- La necesidad de vivir en armonía con un orden cósmico para el cual era necesario regirse por una serie de reglas o mandamientos: unidad del universo de la vida y del hombre mediante un único dios. La implantación de una religión monoteísta (16) en la que fueron necesarios cuarenta años –el Éxodo- para que fuera realmente implantada en la sociedad (17).

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1.4. “La hermandad de los hijos de la Luz”: Esenios y Terapeutas.

El estudio de la Ley iniciada por Moisés, fue continuado

por las hermandades gnósticas de Esenios en el Mar Muerto en Israel y, Terapeutas en el lago egipcio de Mareotis (18). El estudio de la angeología (19) fue implantado en la teosofía esenia siendo la base de sus acciones diarias las comuniones (20) con los diferentes ángeles.

En la teosofía esenia existía una comunión constante con la naturaleza plasmada tanto en su trabajo diario en la agricultura, como en los rezos, la dieta o en las actividades musicales (21). Los gnósticos esenios y terapeutas eran seguidores de la lectura del “Génesis”, (22), de la concepción religiosa del Árbol de la Vida y de la Luz o Conocimiento de Dios (23). Por sus creencias en una entidad deífica formada por una parte masculina –Dios Padre Universal- y, otra femenina –Diosa Madre Terrenal-, tuvieron profundos conocimientos de la astronomía que identificaban con la energía Universal masculina (24). Mientras que la entidad deífica femenina estaba relacionada con la Madre Terrenal y las fuerzas visibles de la naturaleza, que eran representadas como raíces que penetraban en la tierra (25).

Los esenios y terapeutas consideraban que la teosofía gnóstica debía quedar velada a la trasmisión esotérica (26), realizada mediante “misterios”, en la que se utilizaba la simbología del velo para preservar y proteger la sabiduría a los no iniciados (27).

Emblemáticamente, la entidad deífica quedaba oculta mediante la utilización de uno o varios velos (28) en el santuario (29), manteniéndose bajo el secreto de los misterios y no se revelaba jamás a los impenitentes (30).

1.5. El sufismo.

El gnosticismo de la primitiva “Religión de la Luz”

permaneció a lo largo de los siglos, influenciando a corpúsculos de eruditos de otras religiones, como fue en el caso de la religión musulmana, el sufismo, en el siglo X (31).

Los sufíes eran conocidos como los sabios “puros”, “los que se visten con lana”, “los que se visten de blanco” (32), con un sello impreso en sus túnicas una vez que habían superado la etapa de aprendices (33).

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El sufismo consistía en la búsqueda de los medios que conectaran con Dios (34), con el “Conocimiento divino”, el conocimiento esencial. Cuando el sabio ha entendido el camino de la grandeza y poder del “Conocimiento de Dios”, que está separado por medio de un velo, entra en contacto directo con él (35).

Para el sufismo, el velo separa la ceguera absoluta, del Universo de la Naturaleza Divina. Y cuando el estudioso de la teosofía sufí entra en contacto con el “Conocimiento de Dios”, el velo o cortina se descorre (36).

Ibn Arabi profundizó en la denominación de “velo” y, destacó que el “misterio” de Dios o de Alá, se descubre a través del velo y, gracias a los efectos del amor (37). Una vez que se descubre el velo, la esencia de Dios aparece como una luz que brilla en la noche (38). Y sólo cuando Dios quiere permite que se descorra el velo y que aparezca su visión (39).

Ibn Arabi compara el acceso a Dios con unos amantes, es decir, cuanto más amor haya hacia Dios, más pronto se retira el velo (40), que abre paso al secreto del “Ser penetrante” (41).

La simbología del velo en el sufismo conoció una distribución geográfica en el Mediterráneo Occidental y Oriental. El gnosticismo sufí admitía mujeres en sus filas. De hecho, Ibn Arabi conoció en Córdoba, entre los años 1179 y 1197 a Fátima Bint ibn Muthanna, que contaba con 95 años de edad y fue su discípulo (42). En La Meca vivía otro gnóstico sufí llamado Yunus b. Yahya (43). Y Abd-Allah, en Fez entre 1195-1196 (44).

Dentro del sufismo, había un corpúsculo especializado en el estudio de la “Caballería espiritual del alma”, denominado “futuwwa”, de carácter similar a la orden militar de los “Pobres caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén”, dentro de la religión musulmana. Dicho movimiento religioso se desarrolló a lo largo del siglo IX d. C., entre Irán y Oriente medio (45). La “futuwwa” consistía en abrir el alma completamente a la orden de Dios, sin que el velo impidiese el acceso al “Conocimiento de Dios” (46), que se hallaba en el corazón (47).

Para acceder al “Conocimiento de Dios” y traspasar el velo del secreto, “la futuwwa” establecía que el iniciado en dicha práctica espiritual tenía que atravesar las cuarenta estaciones del alma o estados de espiritualidad (48).

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1.6. La Cábala judía.

Otra de las fuentes heredadas del arcaico gnosticismo y posteriormente de las hermandades esenias y terapeutas fue la “Cábala judía”, plagada de simbología sobre el velo.

En ocasiones relacionan la simbología del velo con una membrana etérea que separa el misterio de Dios (49). Para otros, la propia palabra es un velo, porque en ella se encuentra el nombre de Dios (50).

En los libros sagrados que servían de estudio para la “cábala judía”, como es “El libro de la claridad”, al frente del velo o separación del “Conocimiento de Dios”, se hallaba una figura humana llamada Masmariah (51), puesto que la “cábala” hacía hincapié en que el velo era una cortina que separa los mundos “Interno y Externo” (52) y, que ejercía una función a modo de pantalla de separación (53).

La “Cábala judía” explica que el velo como un símil de “vestido de Adonai” (54), es decir, que el pecado original se produjo al revelar el secreto del “Conocimiento de Dios”, conocimiento que tuvieron constancia Adán y Eva y que perdieron, al revelar el secreto, quedando desnudos (55).

Con el paso del tiempo, la “cábala judía” fue denigrada y, tergiversadas sus palabras, denostada (56) y calificada como” diabólica” (57).

Dentro de los estudios cabalísticos, el “Eneagrama” operaba a nivel más profundo (58). Su simbología hacía referencia a una estrella de nueve puntas, y su contenido no estaba claro. Algunos destacan que procedía del sufismo, mientras que otros lo enlazan con la antigua hermandad mesopotámica de “Sarmoun”, que se perpetuó a través de los filósofos griegos (59). Igualmente como la hermandad esenia y terapeuta, el “Eneagrama”, también tuvo en cuenta la figura bíblica de Moisés, de quién señala que el propio Moisés llevaba siempre un velo cuando se hallaba en presencia de Dios (60).

El “Eneagrama” heredó también la teosofía esenia y terapéutica de creer en un principio masculino y femenino deífico (61), infinito e incognoscible (62), que emite un resplandor divino como un relámpago (63) y, cuya forma representa una nube (64); en el “Árbol de la Vida” (65); en la madre suprema o principio femenino (66); en la creación de Adán (67).

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“El Zóhar o Libro del Esplendor” es otro de los libros básicos cabalísticos con una amplia simbología sobre el velo, herederos de la “Hermandad de los hijos de la Luz” esenia y terapéutica. El Zóhar explica que Moisés entró en contacto con YHWH en el Sinaí, tras apartar el velo que lo ocultaba (68).

El velo es la separación que se encuentra en las sagradas escrituras (69), y que se abre cuando se ha profundizado en el “Conocimiento de Dios” (70).

El velo también simbolizaba la cortina a través de la cual se podía ver desde fuera el rostro de Dios, denominado “el pequeño rostro” (71).

1.7. La Cábala cristiana: Templarios.

La “Cábala cristiana” fue una adaptación de la cábala

judía, que introdujeron cátaros y templarios en Francia y España y que fue una herencia gnóstica de la teosofía de la religión del “Camino”, de Jesús el Cristo (72).

Para los “Pobres caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén” la simbología cabalística del velo se hallaba en la figura de la “Verónica” (73).

2. La relación con la Iglesia en la genealogía de los condes de Torre

Saura.

El linaje Olives fue el apellido existente en la línea sanguínea de los condes de Torre Saura, desde la Edad Media. El primero de ellos en llegar a Menorca fue Bernardo Olives, quién participó en la conquista de Mallorca, junto a Nuño Sans (74).

2.1. La familia Olives en el siglo XVI.

En el siglo XVI, la familia Olives establecida en

Ciutadella de Menorca era la descendiente del primer Bernardo Olives que vivió en el siglo XIII (75). Pertenecieron al escalón más bajo de la nobleza, puesto que ostentaban el título de hidalgos y tenían el tratamiento social de “mossén”, inferior al de “don” (76).

Juan Sancho y Pons y Juana Olives y Seguí vivieron en

Mahón en el año 1565. Juan Sancho se dedicaba profesionalmente a ejercer como mercader. Tuvieron una familia numerosa siendo el primero de sus descendientes

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Pedro Sancho Olives a quién sus padres enviaron a estudiar en Barcelona (77).

Juan Sancho y Pons falleció en Mahón el 31 de diciembre de 1587 (78), dejando viuda a su esposa Juana Olives Seguí, la que era igualmente originaria de Mahón, e hija de padre hidalgo. Juana Olives y Seguí sobrevivió a su esposo 24 años, falleciendo el 29 de diciembre de 1611 (79).

En el año 1595, Pedro Sancho Olives perteneció al estamento eclesiástico como monje benedictino y, desempeñó el cargo de abad en el Real Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat, fundador del primer priorato de su Orden en el Perú, historiador de la expansión montserratina por tierras de América, Abad de San Pedro de la Portella y de Santa María de Ripoll, y acérrimo propugnador de la re forma de los monasterios de la Orden de San Benito (80).

Pedro Sancho Olives tuvo una hermana llamada Juana Sancho Olives que falleció en Ciudadela el 22 de agosto de 1595 y fue sepultada en el convento franciscano de Jesús (81).

Un hermano de 25 años de edad, que residía en Mahón junto a su madre ya viuda, y que era llamado Marcos Sancho Olives.

Y un segundo hermano, de 23 años, llamado Juan que estudiaba Leyes en Barcelona (82) y, se estableció posteriormente en Menorca (83).

Igualmente en Mahón residía un miembro colateral de la familia Sancho Olives, muy importante en la educación de los descendientes, por ser el hermano varón de Juana Olivas, la madre viuda de los hermanos Sancho Olives. El hermano y tío materno se llamaba Bernardo Olives Seguí y pertenecía al estamento nobiliario. Contrajo matrimonio con Juana Vell y Parets el 21de agosto de 1574 (84).

Marcos Sancho Olives había heredado profesionalmente el oficio de su padre, pues también fue mercader (85).

Francisco Sancho Olives fue el tercer hermano varón, de Pedro Sancho Olives. Fue el más pequeño de los hermanos. Estudio en la abadía de Montserrat y se dedicó al oficio de sacerdote (86). Durante su juventud tuvo problemas de salud que le hicieron volver a Menorca durante algunas temporadas (87).

Rafael fue el cuarto hermano varón de Pedro Sancho Olivas, que debía llevarse muy pocos años con su hermano Francisco fue bautizado en Mahón el 20 de abril de 1580 y,

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falleció a los 51 años en Mahón sin haber dejado descendencia (88).

Y todavía hubo un quinto hermano varón que falleció a los 7 años de edad y que se llamó Blas Sancho Olives (89).

Entre la familia colateral de Pedro Sancho Olives, junto a sus tíos maternos Bernardo y Juana padres de Margarita, se encontraba un tío llamado Miguel Pelliser que en 1598 era viudo y padre de hijos casados. Miguel Pelliser pertenecía al estamento nobiliario y estaba casado con una tía directa de Pedro Sancho Olives (90).

2.2. La familia Olives en el siglo XVII.

En el siglo XVII, la familia Olives fue mejorando

socialmente por medio de matrimonios realizados entre la nobleza menorquina (91).

Pedro Blas Sancho Olives continuó su carrera eclesiástica (92).

Marcos Sancho Olives contrajo matrimonio con la joven ciudadelana Catalina Serra Squella el 17 de agosto de 1609 y se estableció en la capital de Menorca. Por sus hazañas y condecoraciones militares ascendió al grado de “Caballero” dentro del estamento nobiliario al que ya pertenecía. Fruto de su matrimonio nacieron cinco hijos -tres varones y dos mujeres-. Falleció en Ciudadela el 26 de noviembre de 1637, sobreviviéndole su viuda Catalina durante14 años, ya que ella falleció el 29 de agosto de 1651 (93).

Juan Sancho Olives contrajo matrimonio con la ciudadelana Juana Pons y Angelats con la que tuvo tres hijos, dos varones y una mujer que fue monja del convento de Santa Clara de Ciudadela (94).

Rafael Sancho Olives contrajo matrimonio con una viuda de Mahón, llamada Juana Abadía Seguí con la que no tuvo descendencia, falleciendo en Mahón el 12 de septiembre de 1631 (95).

Francisco Sancho Olives perteneció al estamento eclesiástico desde 1608 y, como su hermano Pedro permaneció en la escolanía de Montserrat. Fue diácono, luego presbítero en Mahón en el año 1616, párroco de la población catalana de Llisá en 1619. Falleció el 6 de agosto de 1619 en Barcelona (96).

Bernardo Olives Seguí, hermano de la madre de los hermanos Sancho Olives falleció el 29 de abril de 1602,

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dejando viuda a su esposa Juana Vell, la que también era conocida por Juana Olivas (97).

Pocos años después, el 29 de diciembre de 1611 falleció Juana Olives Seguí, la madre de los hermanos Sancho Olives (98).

3. La línea genealógica de los habitantes del palacio de Torre

Saura.

La rama de los descendientes de Marcos Sancho Olives fue la que dio lugar en el siglo XVIII a la construcción del palacio de Torre Saura en Ciutadella de Menorca.

Uno de los hijos de Marcos Sancho Olives fue March Olives Martí, de oficio Abogado Fiscal del Reino de Mallorca, con despacho en Menorca en el año 1681 (99). Este descendiente entroncó con la nobleza ciudadelana pariente suya que procedía de la rama de Bernardo Olives Seguí y Juana Vell Parets, tíos maternos de Marco Sancho Olives. Este matrimonio tuvo un hijo llamado Marc Olives Vell, -nacido en 1583 y muerto en 1632-.

Marc Olives Vell contrajo matrimonio con Margalida Ametller Gomila, -nacida en 1588 y fallecida en 1643- y, en 1626 fue nombrado caballero por el rey Felipe IV y se trasladó a vivir a Ciutadella. Marc Olives y Margalida Ametller tuvieron un hijo llamado Bernat Olives Ametller –nacido en 1613 y fallecido en 1648- y fue el promotor del palacio Torre Saura.

Bernat Olives Ametller contrajo matrimonio en el siglo XVII con Joana Martí Quart –nacida en 1612 y fallecida en 1642- y tuvieron un hijo llamado Marc Olives Martí que nació en 1634 y falleció en 1692 y con él se unieron las fortunas de ambas familias.

Marc Olives Martí contrajo matrimonio en dos ocasiones. Su primera esposa fue Francisca Martí Cardona –nacida en 1654 y fallecida en 1658-; y la segunda esposa María de Nadal Despujol –nacida en 1558 y fallecida en 1695-.

Los hijos de Marc Olives Martí fueron Bernat Josep Olives de Nadal, -nacido en 1678 y fallecido en 1715. Y Jaume Olives de Nadal –que nació en 1692 después de muerto su padre y, fallecido en 1764-.

Bernat Josep Olives de Nadal fue el heredero que contrajo matrimonio con Mariana Squella Gomila –nacida en 1691 y fallecida en 1753.Tuvieron por heredero a su hijo Gabriel Olives Squella –nacido en 1725 y fallecido en 1759-, que contrajo matrimonio con Rafaela Martorell Gomila, -nacida en 1731 y fallecida en 1803-.

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Tuvieron un hijo que fue el heredero llamado Bernat Josep Olives Martorell –nacido en 1753 y fallecido en 1815-.

Bernat Josep Olives Martorell contrajo matrimonio con Mariana Olives Olives, -nacida en 1766 y fallecida en 1810-, y fueron padres de un hijo heredero llamado Marc Olives Olives, - nacido en 1782 y fallecido en 1855-.

Marc Olives Olives contrajo matrimonio con Eugenia de Vigo Squella, -nacida en 1790 y fallecida en 1875-. Fueron padres de Bernat Josep Joaquin Olives i Vigo, heredero del patrimonio del palacio Torre Saura. Nació en 1820 y falleció en 1895 (100).

4. El patrimonio de los Torre Saura.

Las diferentes líneas genealógicas que dieron lugar al condado

de Torre Saura disfrutaron de un amplio patrimonio, tanto en fincas agrarias (101), como en caballerías (102) y, formando parte de los grandes terratenientes menorquines durante los siglos XVII, XVIII y XIX (103).

En cuanto al patrimonio urbano de dichas familias, ubicado en Ciutadella de Menorca, fueron construyendo desde el siglo XVII, “Ca N´Olivar” por Bernat Olives en el año 1633 (104).

La casa situada en la calle Santa Clara, adjunta a la ex-iglesia de San José, habitada por la familia del caballero Sancho Olives durante los siglos XVII y XVIII (105).

El palau “Martorell” construido poco tiempo antes que el palacio Torre Saura, concretamente en 1813 (106).

El palacio Torre Saura alzado entre 1813 y 1835 (107), donde en su fachada principal fueron esculpidos los leones rampantes del blasón de la familia Sancho (108).

Y la finca de “Sa Vinyeta” en el siglo XIX, mandada construir por Marc Olives y Olives y su hijo, Josep Olives y Vigo (109).

5. Los ideólogos religiosos que pudieron intervenir en la

construcción del palacio de Torre Saura.

Como ya se ha visto, durante el siglo XVII, destacaron dentro del estamento religioso Pedro Sancho Olives y su hermano Francisco Sancho Olives.

En el siglo XVIII, entre los antepasados de los condes de Torre Saura se hallaba Marcos Olives, quién concretamente en el año 1790, desempeñó el cargo de vicario general de Menorca (110); Gabriel Vell, cuñado del noble caballero, Bernardo Olives y, Rafael Serra, cuñado del noble caballero Marcos Sancho (111).

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Otros familiares pertenecientes al estamento nobiliario pasaron al estamento eclesiástico tras enviudar, como Juan Carreras Alberti, Guillermo Olives Martorell, Jaime Olives Nadal (112) y Bernardo Olives Nadal (113).

6. La simbología del altorrelieve del rostro de la mujer con velo,

ubicada en la puerta lateral del palacio de Torre Saura.

En la fachada principal ubicada frente al Ayuntamiento de Ciutadella, los detalles escultóricos que decoran dicha fachada son dos atlantes ubicados a ambos lados de la puerta principal (114), un tenante central sobre la misma puerta del que parten dos leones rampantes afrontados (115), un plafón rectangular (116), la carátula de un león (117) y numerosas hidrias que jalonan una balaustrada corrida (118).

El altorrelieve de la mujer con velo se encuentra en el “carrer de cas Comte o carrer Major des des Born”, que es la fachada secundaria. La puerta está formada por un arco rebajado (119) de arquitrabe semicircular (120), jalonado por dos pilastras terminadas en sendos ábacos (121). A pesar de que la decoración de la puerta no presenta dovelas (122), en el lugar de la clave (123) se halla la carátula antropomorfa (124) en altorrelieve del rostro de una mujer con los ojos tapados por un velo.

Del palacio de Torre Saura no se conocen los escultores que realizaron las obras que contienen las fachadas. Pero se podría presuponer que pudieron haber sido los mismos que trabajaron en otras obras coetáneas en la isla de Menorca (125).

La mente directora de la escultura en altorrelieve ubicada en la puerta del “carrer de cas Comte” pudo haber sido alguno de los familiares directos o indirectos de la familia condal Torre Saura, puesto que hubieron numerosos sacerdotes en dicha genealogía.

A priori, la casa de los Torre Saura, podría advertir a la población ciudadelana, que era el lugar donde vivían los temerosos de Dios, conocedores de la verdadera religión, los que tenían acceso al mundo superior tras la muerte. La casa de los sacerdotes que participaban en el misterio del “Conocimiento de Dios”; los sacerdotes que habían adoptado el estudio de la “Cábala cristiana”; la casa de los sacerdotes y de los nobles caballeros descendientes del Temple que llegaron como parte de la mesnada de Nuño Sans.

Lo que está claro es que el lapicida o escultor, tan sólo realizó la propia emblemática de la obra maestra, y que el carácter simbólico de la misma tuvo que ser dirigido por un conocedor de la simbología

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religiosa. Y por lo tanto, no pudo ser el propio autor material, sino el propio conde de Torre Saura o un familiar allegado.

7. Conclusiones.

El concepto religioso del velo ha sido mantenido religiosamente a lo largo de milenios. Nació de una religión matriz: la “Religión de los Hijos de la Luz”, para ser interpretado y adaptado por teosofías descendientes de la religión primigenia.

La simbología del velo fue empleado en el hinduismo, taoísmo, budismo, gnosticismo, sufismo, judaísmo y, cristianismo.

Los artistas escultóricos que trabajaron la piedra para el altorrelieve de la carátula del rostro femenino con velo, ubicado en la puerta del “carrer des comte” de Ciutadella de Menorca, tuvieron que estar dirigidos por una mente intelectual conocedora de la simbología cristiana cabalística, que bien pudo ser directamente el conde de Torre Saura, o bien uno de sus familiares -directos o indirectos-, que pertenecieron al estamento eclesiástico.

El concepto simbólico que preside la puerta del palacio Torre Saura indica que los antepasados de la familia Torre Saura eran descendientes intelectuales de la teosofía templaria, con acceso restringido al “Conocimiento de Dios”, temerosos de Dios, practicantes de la religión cristiana, y descendientes de una línea genealógica de sacerdotes custodios de la verdad eterna para la salvación de las almas.

En Villajoyosa (Alicante). A 23 de diciembre, 2013.

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Citas bibliográficas

(1). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 52. Moisés, príncipe de Egipto. El sendero de la tradición. “(…) Desde estos alejamientos y meditaciones en la selva han llegado una serie de altos valores para la humanidad. “Los “Avestas” de Zaratustra, los “Vedas” de los Brahmines, los “Upanishads” de los sabios de los bosques de la India, el “Tripitaka” de Buda (…)”. (2). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 55. Moisés, príncipe de Egipto. El sendero de la tradición. “(…) Ellos expresan la idea esenia de que el hombre en el centro del universo extrae su vitalidad de todas las fuerzas del cosmos. Esta nueva filosofía de la vida y del universo que fue revelada a Moisés en el desierto cerró el segundo periodo de su vida. (…) La concepción universal de Moisés de la Ley fue posteriormente interpretada por la autoridad eclesiástica como un sencillo monoteísmo. Dogma tras dogma fue erigido sobre el principio básico de la vida que él estableció, la verdad fundamental de la Ley. Lo mismo / (Página 56) ha sucedido con todas las religiones. Las enseñanzas de Jesús del primer siglo tienen muy poco en común con los cientos de iglesias y miles de dogmas que luchan el uno con el otro en Su nombre. Buda no reconocía las supersticiones de las lamaserías tibetanas, las ruedas de oración y otras prácticas que han sido agregadas a su profundo sistema de pensamiento metafísico y ético. De igual manera Zaratrusta se asombraría de la estrecha interpretación de los parsis del fuego de la vida, pues enseñó que significaba la vitalidad y debería mantenerse permanentemente ardiendo en los corazones de los hombres, alimentado solo con substancias puras. Pero los parsis creyeron que había querido decir el fuego visible, el que en consecuencia mantuvieron ardiendo en sus hogares. (…)”. (3). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 91. Moisés y nosotros. El sendero de la Ley. Cabalistas. “(…) Finalmente, en el cuarto ciclo de una vida completa, el individuo llegaba al más alto de todos los deberes, tras haber adquirido el conocimiento tradicional disponible, haber cumplido con su deber en una armoniosa vida familiar y haber ayudado a la humanidad en las esferas social, ética y económica. De acuerdo con la concepción brahmánica, este deber era su unidad con la Ley que gobierna el universo, su unidad con las fuerzas de la naturaleza y, la unidad de su conciencia humana con la Conciencia Cósmica. En la antigua India este ideal del último ciclo de la vida humana se manifestaba por el retiro al bosque (…)”.

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(4). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 57. Moisés, príncipe de Egipto. El sendero de la tradición. Buda. “(…) Cuando Buda enseñó la igualdad de los hombres, se encontró con la enorme oposición de la doctrina brahmánica del sistema de castas. Pero no fue este último que fue derrotado por la bella ética del budismo; fue el budismo el que fue forzado a salir de la India para retroceder al norte, hacia el Tíbet (…)”. (5). CLEARY, Thomas. “El secreto de la flor de oro”. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2006. (5ª edición). Página 9. Introducción. La Iglesia del Camino: Jesús el Cristo. Budismo y Taoísmo. “(…) A la naturalidad se llama el Camino. El Camino no tiene nombre ni forma; es simplemente la esencia, simplemente el espíritu primordial. El secreto de la flor de oro es un manual profano de métodos budistas y taoístas para clarificar la mente. Destilación de los elementos psicoactivos internos presentes en los textos clásicos espirituales antiguos, describe un método natural para alcanzar la libertad mental practicada en China durante siglos (…)”. (6). CLEARY, Thomas. “El secreto de la flor de oro”. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2006. (5ª edición). Página 9. Introducción. La Iglesia del Camino: Jesús el Cristo. Budismo y Taoísmo. “(…) La flor de oro simboliza la quintaesencia de las vías budistas y taoístas. El oro representa la luz, la luz de la misma mente; la flor representa el florecimiento, la apertura de la luz de la mente. Así pues, la expresión es emblemática del despertar fundamental del yo real y de su potencial oculto (…)”. (7). CLEARY, Thomas. “El secreto de la flor de oro”. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2006. (5ª edición). Página 9. Introducción. La Iglesia del Camino: Jesús el Cristo. Budismo y Taoísmo. “(…) En términos taoístas, la primera meta del Camino es restaurar el espíritu primordial dado por Dios y volverse un ser humano autorrealizado. En términos budistas, un ser humano realizado es alguien que es consciente de su mente original, o del yo real, tal como es en su estado natural espontáneo, independiente del condicionamiento del entorno. / (Página 10) Este espíritu primordial también es llamado la mente celestial o, la mente natural. Estado de conciencia más sutil y también que el pensamiento o la imaginación, es fundamental para el florecimiento de la mente. El secreto de la flor de oro se consagra a la recuperación y refinamiento del espíritu primordial. Este manual contiene diversas técnicas útiles de meditación, pero el núcleo de su método es más profundo que una simple forma de meditación. Es un proceso que va directamente a la fuente que se halla en la raíz de la misma conciencia, sin utilizar ninguna idea ni imagen. El objetivo de este ejercicio es liberar la mente de las limitaciones arbitrarias e innecesarias

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impuestas sobre ella por la fijación habitual de sus propios contenidos. Con esta liberación, dicen los taoístas, el individuo consciente se convierte en un “cocreador”, en lugar de ser prisionero de la creación. La experiencia de la apertura de la flor de oro se compara con la luz del cielo, un cielo de conciencia más vasto que las imágenes, los pensamientos y los sentimientos, un espacio sin obstáculos que contiene todo sin estar lleno. Así, se abre un camino hacia una fuente infinita de intuición, creatividad e inspiración. Una vez que se ha desarrollado este poder del despertar mental, se puede renovar y profundizar sin límites. La práctica esencial de la flor de oro no necesita ninguna aparatosidad, ningún dogma / (Página 11) filosófico o religioso, ni ninguna parafernalia o ritual. Se practica en el transcurso de la vida cotidiana. Está siempre a mano, ya que existe en la misma mente, aunque no implica ninguna imaginería ni pensamiento. Es lejana sólo en el sentido de que consiste en una utilización de la atención generalmente extraña para lamente que está habituada a imaginar y a pensar. El secreto de la flor de oro es extraordinario por la agudeza con que se centra en un método muy directo de autorrealización accesible a las personas ordinarias legas en la materia. Cuando fue escrito hace más de doscientos años en medio de una crisis, se trataba de una recuperación concentrada de una antigua enseñanza; y desde dicha época ha sido periódicamente recuperada durante diversas crisis, debido a la rapidez con la que el método puede despertar recursos que se hallan ocultos en la mente. El secreto de la flor de oro es el primer libro de su naturaleza que se ha traducido a una lengua occidental. Una traducción alemana de Richard Wilhelm se publicó por primera vez en 1929 y, una traducción inglesa a partir de la versión alemana se publicó poco después. Tanto la edición alemana como la inglesa incluían un extenso comentario del distinguido psicólogo C. G. Jung, cuyo trabajo influyó enormemente en la psicología occidental, en los estudios de mitología y religión y en la cultura Nueva Era en general. / (Página 12) Aunque Jung afirmó que El secreto de la flor de oro le había clarificado su propio trabajo sobre el inconsciente, mantuvo serias reservas sobre la práctica enseñada en el libro. Lo que Jung ignoraba era que el texto que había leído era una confusa traducción de una versión mutilada de una recensión corrompida en el proceso de transmisión de la obra original; pero, no obstante, el libro produjo una poderosa impresión. Se convirtió en una de las principales fuentes del conocimiento occidental sobre la espiritualidad oriental y también en una de las influencias seminales del pensamiento jungiano sobre la psicología de la religión. Cary F. Baynes, que tradujo la versión alemana de Wilhelm al inglés, llegó

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incluso a alabarlo como “el secreto del poder de desarrollo latente en la psique”. Los enfoques psicológicos y vivenciales de la religión han enriquecido el pensamiento y la investigación de la psicología moderna, que, a su vez, han enriquecido la comprensión y la experiencia de la religión. En lo que concierne a la religión como cultura, una de las ventajas de un enfoque psicológico es la facilidad con la que pueden transcenderse mediante éste las fronteras emocionales entre iglesia y secta. En la propia introducción de Wilhelm a su traducción del Secreto de la flor de oro, observa que las organizaciones taoístas que seguían esta enseñanza en aquellos días incluían no sólo a confucianos y budistas, sino también a judíos, / (Página 13) cristianos y musulmanes, sin que fuera necesario por ello romper con sus propias congregaciones religiosas. El despertar de la flor de oro es tan fundamental que hace surgir las dimensiones internas de todas las religiones. Desde el punto de vista de esa experiencia central, ya no hay ninguna diferencia entre llamar al despertar de la flor de oro una relación con Dios o con el Camino, o llamarla el espíritu santo de la naturaleza de Buda, o el yo real. El tao Te King dice: “Pueden nombrarse los nombres, pero no existen términos fijos” (…). / (Página 14). El secreto de la flor de oro es, sin duda, un poderoso tratado sobre el despertar del potencial oculto de un ser humano universal (…)”. Página 13. Cita (*). “(…) Tao Te King. Versión de John C. H. Wu. Editorial Edaf. Madrid, 1993 (…)”. (8). CLEARY, Thomas. “El secreto de la flor de oro”. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2006. (5ª edición). Página 24. II. El espíritu original y el espíritu consciente. Esencia = Rostro original. Velo = Secreto. “(…) 3.Esto sólo es posible si se ve la esencia. Es por ello por lo que se llama el rostro original.

4. Lo más maravilloso es cuando la luz se ha cristalizado en un cuerpo espiritual, haciéndose poco a poco conscientemente eficaz y, está a punto de entrar en acción. Este es el secreto que nos ha sido trasmitido durante miles de años (…)”. (9). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 62. Moisés en el desierto. El sendero de la Naturaleza. “(…) Amón, Ra y Osiris, con sus formas petrificadas, habrían sido largo tiempo olvidadas. El espíritu de Egipto, sabía, no estaba basado en ninguna realidad verdadera, sino que era una desviación de la Ley; y sabía que ninguna desviación de la Ley podría sobrevivir mucho tiempo. Todo lo creado como resultado de una

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desviación se destruye a sí mismo y desaparece pues es únicamente la Ley que es eterna y omnipotente. Moisés representó una concepción de la vida enteramente diferente a la de los egipcios. A través de su experiencia durante los primeros cuarenta años pasados en aprender las tradiciones antiguas como príncipe de Egipto y, durante los segundos cuarenta años como pastor en el desierto, llegó a la conclusión de que el hombre vive en un universo dinámico y eternamente cambiante. Observó los movimientos de las estrellas durante las largas noches en las que cuidaba de los rebaños en el desierto. Vio que las plantas del desierto crecían y morían; y que generación tras generación de ovejas aparecían y desaparecían. Llegaban las alboradas; los rallos del sol brillaban sobre la tierra; y el sol se ocultaba. La luna crecía y menguaba. Y al meditar, se percataba de los elementos constantemente cambiantes en su propia conciencia. Reconoció en ella la misma unidad dinámica de los cambios y transformaciones que continuamente tenían lugar en la naturaleza externa. De estas observaciones percibió que no hay un solo punto estático en la naturaleza ni en el hombre. Todo se mueve y evoluciona y no hay un verdadero estancamiento en ningún lugar. Cuando algo no prospera, retrocede. La Ley constantemente se manifestaba a Moisés en el cambio perpetuo. Pero detrás vio un plan de Orden Cósmico en gran escala. Detrás de la totalidad de las leyes de la vida y del universo estaba el poder supremo (…). / (Página 63) La pasividad era extraña en su naturaleza. Era una personalidad dinámica y, creía que el conocimiento mismo de la Ley era poder y, que por medio de este poder habría de alcanzar su meta (…)”. Página 50. Moisés, príncipe de Egipto. El sendero de la tradición. “(…) No es necesario analizar la vida y las enseñanzas de Moisés dentro del marco de la historia eclesiástica. La significación de estas han sido ampliamente discutidas en todas las épocas. Hay algunas informaciones históricas disponibles, pero la información más auténtica nos llega de las antiguas tradiciones esenias preservadas por las Hermandades Esenias del Mar Muerto y del Lago Mareotis en Egipto. Estas tradiciones dividen la vida de Moisés en tres periodos de cuarenta años cada uno. El primero cubrió su vida en Egipto desde su juventud hasta los cuarenta años de edad. El segundo periodo de cuarenta años lo pasó en el desierto después de haber huido de Egipto y durante ese tiempo vivió como pastor. Los terceros cuarenta años también los pasó en el desierto guiando al pueblo de Israel / (Página 51), después de libertarlo del cautiverio de Egipto. De acuerdo con las enseñanzas esenias, cada uno de estos tres periodos tuvo una nota dominante. El primer periodo de cuarenta años lo pasó en adquirir la suma de conocimientos que le estaba disponible como príncipe de Egipto, que era

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entonces el centro cultural del mundo occidental. Hace tres mil años Egipto era una monarquía teocrática y el clero guardaba las tradiciones y poseía el conocimiento acumulado de la época. Estudió todas las fuentes antiguas de la sabiduría egipcia, los “Preceptos de Pta-Hotep” y el “Libro de los Muertos” egipcio, que databa de una época de varios miles de años anterior a la suya. La sabiduría de los egipcios representaba no solamente sus propias tradiciones, sino también las que vinieron del Oriente. Moisés tenía una insaciable hambre de verdad y de sabiduría: fue quizá la mente más inquieta de la historia. Después de adquirir la suma total del conocimiento que le fue posible en Egipto, llegó a la conclusión de que sabía muy poco. Trató de rescatar la sabiduría de Egipto de los pantanos de sus cosmogonías y sus teologías. Penetró en los tenebrosos laberintos de los rituales de Isis, Amón, Ra y Osiris, pero encontró únicamente una enorme pirámide de oscuros dogmas y tradiciones petrificadas, sin dinamismo interior, sin un principio unificador para explicar los problemas del universo y de la vida. Después de cuarenta años de intentar unir los innumerables fragmentos de las tradiciones egipcias, llegó a la conclusión de que tendría que comenzar a recorrer otro sendero para encontrar una explicación integral a los problemas finales de la existencia. Después de su fracaso en encontrar la verdad por el sendero de la cultura tradicional, comenzó a caminar por el sendero de la naturaleza. Entró al desierto y llevó la vida de un pastor. Observó todos los fenómenos / (Página 52) de la naturaleza y trató de penetrar en el sentido interior de cuanto veía. El desierto se convirtió en su amigo más íntimo. El nombre de Moisés y el desierto son inseparables. Muchos otros grandes genios se han retirado al desierto. Los profetas lo hicieron y Jesús lo hizo. Quizá sea bueno preguntar por qué –preguntar lo que es el desierto y lo que significó para los que buscaban su soledad. Hay en el desierto algo grande, una vastedad que trasciende todas las suplefluidades. En él el hombre es despojado hasta un mínimo de necesidades materiales para el sustento del cuerpo y en él es libertado de las distracciones del espíritu. Únicamente en los sitios vacíos de la naturaleza, en los desiertos de Arabia o en los bosques de la India –lejos de las influencias perturbadoras- descubrieron los grandes titanes del pensamiento humano las verdades interiores que expresaron para beneficio de la humanidad (…)”. (10). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 52. “(…) Fue este empeño lo que le distinguió del resto de la humanidad. / (Página 53) (…) Moisés descubrió la Ley. No una ley creada y promulgada por un monarca o por un legislativo, sino una ley que era la totalidad de todas las leyes –la

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ley misma. Él fue el primero en descubrir que detrás de todo fenómeno de la naturaleza hay una ley invisible. Luego se encontró con la idea de la totalidad de las leyes. Y a esta totalidad la llamó la Ley, con “L” mayúscula. Vio que esta Ley era la suma total de las leyes que gobiernan todas las manifestaciones de la vida y del universo. No hizo intento alguno de hacer una exposición analítica minuciosa de estas leyes, como sería necesario en nuestra actual civilización. Pero estableció la nación de Una Ley y la nación de la incorporación de la totalidad de las leyes que gobiernan el universo en esta Una Ley. Después de que hubo hecho este descubrimiento decidió dedicar el resto de su vida a la verificación y a la aplicación de la Ley. Su deseo fue el de llevar a la humanidad a la armonía con la Ley. Esta palabra “Ley” se encuentra en los escritos apócrifos esotéricos de las tradiciones esenias, pero en los textos esotéricos, oficiales de las iglesias, la palabra “Señor” ha sustituido a la palabra “Ley” (…)”. (11). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 55. Moisés, príncipe de Egipto. El sendero de la tradición. “(…) Ellos expresan la idea esenia de que el hombre en el centro del universo extrae su vitalidad de todas las fuerzas del cosmos. Esta nueva filosofía de la vida y del universo que fue revelada a Moisés en el desierto cerró el segundo periodo de su vida. (…) La concepción universal de Moisés de la Ley fue posteriormente interpretada por la autoridad eclesiástica como un sencillo monoteísmo. Dogma tras dogma fue erigido sobre el principio básico de la vida que él estableció, la verdad fundamental de la Ley. Lo mismo / (Página 56) ha sucedido con todas las religiones. Las enseñanzas de Jesús del primer siglo tienen muy poco en común con los cientos de iglesias y miles de dogmas que luchan el uno con el otro en Su nombre (…)”.Página 59. Moisés, príncipe de Egipto. El sendero de la tradición. “(…) Moisés se percató de que su tarea requería de un largo periodo de reeducación de todos los valores de estas personas cuya monótona vida diaria había inducido a una mentalidad de esclavos y una embotada inercia que serían difíciles de superar. Pero no vaciló en emprender la tarea. Por medio de su particular genio, de su inagotable fuente de vitalidad y energía, de su infatigable perseverancia, creó una nueva nación, y es la única figura en la historia universal que ha logrado tal hazaña. Más aún, unificó a un grupo de personas cuya fuente de valores tenía que ser por completo diferente de la de los hallados en los esclavos con quienes comenzó su gran misión. Es una ley de la naturaleza la de quelas células del cuerpo tomen el lugar de las antiguas. Como una generación en la vida corresponde, en cierto sentido, a las células del cuerpo del individuo, así Moisés emprendió el cambio de las células de Israel. Le tomó cuarenta años hacerlo. Emprendió la renovación de un pueblo en una generación, para formar

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una nueva nación con una nueva concepción de la / (Página 60) vida. Después de pasar los segundos cuarenta años de su existencia en el desierto como líder de sus rebaños, regresó a Egipto para guiar al pueblo de Israel durante otros cuarenta años. Esta tarea ocupó el tercero y último periodo de su vida. Ese periodo representó el tercer sendero. En la primera parte de su vida transitó por el sendero de la tradición. Durante el segundo periodo siguió el sendero de la naturaleza. El tercer sendero fue el de la intuición, el sendero del despliegue de la consciencia interior a través del que pudo dar la Ley a la humanidad. Él trajo un nuevo sistema ético y estableció una nueva nación. El tercer periodo comenzó con el exilio de los israelitas de Egipto; continuó con el de dar la Ley en el Monte Sinai; y terminó con la desaparición final de Moisés del teatro de la historia en el Monte Nebo cuando había alcanzado la edad de ciento veinte años (…)”. (12). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). (…) [Moisés] Pues él descubrió el más grande de los milagros para aumentar su grandeza, la Ley universal, que demuestra que no hay más milagros porque todo el universo opera bajo la férrea ley de causa y efecto. Este descubrimiento fue más grande que los así llamados milagros realizados en el planeta entero. La verdad detrás de estos milagros ficticios fue sencillamente la mente penetrante y los extraordinarios poderes de observación de Moisés que le capacitaban para ver la ley de causa y efecto que opera en todos los fenómenos de la naturaleza. Fue por esta razón que a menudo apareció como un hacedor de milagros (…)”. (13). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 87. Moisés y nosotros. El sendero de la Ley. “(…) Moisés no entró en la tierra de Canaán con su pueblo. Este hecho es uno de los misterios del Antiguo Testamento y ha confundido a muchos historiadores y estudiosos de la Biblia. Moisés organizó el Éxodo, dio la Ley en el Monte Sinaí y refundió un grupo de pueblos en una nación. Creó la religión monoteísta que ha influido en la civilización occidental, con los Diez Mandamientos reguló todas las actividades de la vida de acuerdo con la Ley. Cuando todo fue realizado y el árbol que había plantado estaba pronto a dar frutos, terminó su trabajo; no cosechó el fruto. Subió al Monte Nebo y desapareció de la historia. No se ha dado ninguna explicación satisfactoria de este acto al mundo en general. Pero en las tradiciones esenias, registradas en ciertos escritos apócrifos, toda la vida, la obra y la enseñanza de Moisés son atribuidas al dictado de dos grandes intuiciones que le sobrevivieron. Una fue la intuición inspirada por la antigua leyenda de Jacob y de los ángeles,

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la que fue responsable de la filosofía de Moisés de la vida vivida en armonía con los ángeles –es decir, con las fuerzas de la naturaleza y los poderes de la conciencia. Su propósito intuitivo al organizar al pueblo de Israel fue / (Página 88) el de la creación de una nación que viviera en armonía con la Ley, como fue posteriormente anunciado en el Monte Sinaí. Esta intuición marcó un hito en la historia de la humanidad, al ser una nueva interpretación de los valores universales que dieron al hombre su título de nobleza. Cuando Moisés hubo realizado la tarea de conducir a su pueblo a una percatación de la Ley y los hubo llevado al umbral de la nacionalidad fundada en la Ley, su obra exotérica estaba terminada. Pues esta intuición no comprendía todo el propósito de su vida. La segunda gran intuición de Moisés estaba basada en la tradición relativa al patriarca Enoch. Escribió solo unas palabras sobre él, pero estas pocas palabras son quizá las más magníficas del Antiguo Testamento: “Y Enoch caminó con Dios; y no fue; pues Dios le llevó”. La idea detrás de esta historia es de incomparable grandeza. Pocos la han comprendido alguna vez, hasta hoy. Lo sumo del esfuerzo humano pareciera haber sido logrado en el Monte Sinaí cuando la Conciencia Cósmica llenó la conciencia individual de Moisés y produjo la Ley para encarnar en la nación entera. Pero en el monte Nebo hubo otro logro aún más tremendo, pues la conciencia de este, el más grande de los profetas, se unió con la Conciencia Cósmica y se disolvió en ella. La realización de este estado ha sido el ideal supremo de los sistemas metafísicos y místicos más profundos a través de todo el ascenso del hombre. Hay una conexión entre este suceso en el Monte Sinaí y el del Monte Nebo. Uno representaba la misión exotérica de Moisés y el otro era la meta esotérica que proyectó para la humanidad. Este enlace de lo exotérico y lo esotérico fue un motivo dominante en toda su vida y su enseñanza. Los consideraba igualmente necesarios e importantes. Sabía que no podía alcanzar a una sin la otra (…)”. (14). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 89. “(…) En la enseñanza de Moisés hubo siempre / (Página 89) los dos aspectos –el temporal y el eterno. La nación de doce tribus, de religión monoteísta, del código de ética, del sacerdocio y el ritual que creyó, fueron logros temporales, perfectamente adecuados para la época y acordes con el grado de evolución de la humanidad en ese tiempo. El gran genio de Moisés reside en su capacidad para adaptar los valores eternos de sus intuiciones y sus revelaciones a las necesidades de la época. Pero su obra maestra más grandiosa fue si enseñanza esotérica. Y la idea conductora en esta fue la imagen de Enoch (…)”.

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(15). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 73. Moisés y los israelitas. El sendero de la intuición. “(…) Lo encontró en una antigua leyenda traída a Egipto por el pequeño grupo de israelitas que habían venido de Palestina varios siglos antes por los descendientes de Jacob que huyeron del hambre que había azotado a su país natal. Moisés, también era descendiente de este pueblo que había sido esclavizado por los faraones egipcios. Aunque no había sido criado por los israelitas, conocía la leyenda del patriarca Jacob, de quién estaba escrito que había luchado y conquistado a un ángel. / (Página 74) Y también estaba escrito que Jacob había tenido una visión de una escala que conectaba el cielo con la tierra y, en las noches de sus cuarenta años en el desierto meditaba continuamente en su significado que pretendía que habría de tener algún significado oculto. (…) Finalmente llegó a una interpretación de la leyenda de la visión de Jacob que era tanto mística como racional. Identificó al ángel con el que Jacob había luchado y los que Jacob había visto en la escala que conectaba el cielo con la tierra como las fuerzas de la naturaleza y los poderes de la conciencia del hombre, tanto visibles como invisibles. Consideró que estos ángeles o fuerzas eran el lazo que unían al hombre con Dios. Tenía una concepción esotérica de Dios a quién identificaba con la gran ley universal, la totalidad de las leyes que gobiernan la vida y el cosmos –el poder invisible y omnipotente detrás de todas las manifestaciones del universo visible. Llegó a la conclusión de que si el hombre debe llegar a Dios, primero debe hacerse dueño de todas las fuerzas que son manifestaciones de Dios –las manifestaciones de la Ley. Dividió estas fuerzas en dos grupos: las fuerzas visibles de la naturaleza y los poderes invisibles de la conciencia del hombre. Cuando Jacob conquistó el ángel, le fue dado el / (Página 75) nombre de Israel, que significaba “fuerte con la Ley” (pero posteriormente fue interpretado exotéricamente como “fuerte con el Señor”). Era en verdad el ideal de Moisés, cuando comenzó el Éxodo, hacer a su pueblo “fuerte con la Ley”- hacer de los israelitas el pueblo de la Ley. Este propósito básico le acompañó toda la vida desde el momento en que comenzó el Éxodo y, todo cuanto hizo giró alrededor de este propósito central e intuitivo. Se esforzó por crear un sistema de vida que hiciera posible a su pueblo penetrar en la quintaesencia de la Ley, en el misterio de la divinidad. Quería que conquistaran a los ángeles así como su antepasado Jacob lo había hecho. Este fue en realidad el fundamento de las ciencias ocultas que habrían de tener tan vasta influencia en las especulaciones metafísicas posteriores. Fue el principio de la ciencia mística

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posteriormente conocida como angeología o la ciencia de los ángeles por Flavio Josefo, el historiador judío, por Filo, el filósofo alejandrino. Fue, en verdad, una ciencia simbólica, pero una ciencia analítica más que mística. La tradición de la ciencia de los ángeles apareció posteriormente en muchas otras religiones de la antigüedad, incluyendo el cristianismo. Sus elementos básicos fueron incorporados en la Kábala, el sistema místico más profundo del mundo occidental y, en la Francmasonería que aún preserva un gran número de los símbolos y principios fundamentales establecidos por Moisés. En la angeología las fuerzas de la naturaleza estaban divididas en los mismos elementos que aparecían en el Árbol de la Vida: el sol, el aire, el agua, la tierra, la vida, la alegría y la totalidad de las fuerzas de la naturaleza, la Madre Terrenal. Este grupo de siete fue conocido como el reino de la Madre Terrenal. Moisés enseñó a sus seguidores a pasar un rato cada mañana / (Página 76) en la contemplación de una de estas fuerzas de la naturaleza. Cada día de la semana debían comulgar intuitivamente con uno diferente de los siete ángeles del reino de la Madre Terrenal. En el segundo grupo de siete estaban los ángeles del Padre Celestial, los poderes de la conciencia del hombre que correspondían a las fuerzas representadas por las ramas del Árbol de la Vida. Estos eran los poderes inmateriales e imponderables, por encima del tiempo y del espacio, invisibles y dinámicos. A estos poderes les fueron dados los nombres de amor, sabiduría, poder, trabajo creador, vida eterna, paz y de la totalidad de ellos –el Padre Celestial. Juntos constituían el reino del Padre Celestial. Cada noche los seguidores de Moisés debían comulgar con uno de estos siete poderes: uno diferente de los siete poderes de la conciencia del hombre, que correspondían a cada noche de la semana. El deseo intuitivo de Moisés era el de hacer al hombre consciente de que vive en un paralelogramo de fuerzas en un universo dinámico. Quería que sus seguidores se percatarán de que la vida es un efluvio perpetuo de energía y de que el hombre está en contacto constante con todas las fuerzas de la vida y del universo en todo momento de su existencia y en todos los puntos de su ser. Les demostró que si el hombre se pone en contacto con estos poderes –simbólicamente interpretados como ángeles- y se hace consciente de ellos, disfrutará de perfecta salud y energía en su cuerpo, habiéndolo transformado en un aparato eficiente para absorber las fuerzas de la naturaleza. Enseñó que el hombre puede también transformar su mente, su sistema nervioso, toda su conciencia, en un aparato tan receptivo para todos los poderes imponderables. Puede tanto recibir como transmitir estos poderes y elevarse así por sobre el tiempo y el espacio, creando un contacto con el infinito océano de / (Página 77)

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energía cósmica. El hombre puede si utilizar todas las fuerzas de la naturaleza y de los poderes de su mente y de su conciencia como fuentes de energía, armonía y conocimiento. Fue esta concepción dinámica de la vida, unida a la inagotable fuente de energía y de poder detrás de él, lo que permitió realizar tareas aparentemente imposibles y de incomparable magnitud. En la práctica de las comuniones con los ángeles de la Madre Terrenal y del Padre Celestial primero preparó al pequeño grupo de discípulos selectos que cuidaban de que la Luz Eterna ardiera en el Tabernáculo. Las tradiciones de esta práctica fueron preservadas a través de los tiempos. Su renacimiento en las Hermandades Esenias del Mar Muerto y del Lago Mareotis, en Egipto, fue registrado por Flavio Josefo, Filo y otros escritores del siglo primero. De acuerdo con estas tradiciones esenias, Moisés trajo las comuniones del Monte Sinaí al pueblo de Israel. La esencia de las siete comuniones con los ángeles de la Madre Terrenal y de las siete comuniones con los ángeles del Padre Celestial fueron grabadas en tablas de piedra. Pero cuando Moisés encontró a su pueblo danzando alrededor del becerro de oro rompió las tablas, ya que no estaban listos para estas enseñanzas. Posteriormente Moisés trajo otras dos tablas de la montaña y en ella estaban escritos los Diez Mandamientos. La actitud de Moisés en este momento trágico de su vida fue una combinación de desprecio y de comprensión de la naturaleza humana. Tuvo que soportar la eterna tragedia del genio que es incapaz de elevar a sus seguidores hasta las alturas que ha alcanzado. Parecía como si Moisés hubiera llegado demasiado pronto. La humanidad no estaba lista para las comuniones hace tres mil años y no está lista para las comuniones hace tres mil años y no está lista para ellas aún hoy. Puede tomar todavía cientos de generaciones antes de que la humanidad alcance el grado de evolución / (Página 78) psicofisiológica que le permita una vida plena y armoniosa en comunión con las fuerzas de la naturaleza y las de la conciencia superior (…) / (Página 79) Después del momento crucial en la vida de Moisés cuando descendió del Monte Sinaí y encontró a su pueblo adorando al becerro de oro, dio la enseñanza esotérica solamente a unos pocos seguidores escogidos. Estos pocos preservaron las tradiciones y, fueron trasmitidas a las generaciones sucesivas. Se sabe que estas enseñanzas esotéricas fueron practicadas por las Hermandades Esenias del Mar Muerto y del Lago Mareotis durante los cinco siglos que precedieron a la era cristiana. Por aquellos de su pueblo a quienes no encontró listas para su enseñanza esotérica, Moisés dio los Diez Mandamientos. Estos eran más concretos y más fáciles de comprender. Los consideró como una ley

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adecuada para la nación y más apropiados al grado de evolución del pueblo como un todo (…)”. (16). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 79. Moisés y los israelitas. El sendero de la intuición. “(…) Por los que poseían una comprensión en algo superior, capaces de aprehender la idea de un orden cósmico y de la necesidad de vivir en armonía con él, Moisés dio los primeros cinco mandamientos. La traducción literal del primero de estos es: “Como soy el Señor tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de un estado de esclavitud, no tendrás otros dioses a mi lado”. Esta es una expresión maravillosa de la unidad del universo, de la vida y del hombre. En la totalidad de las leyes hay una Ley universal: las palabras “no tendrás otros dioses” significan que el / (Página 81) hombre no tiene que crear leyes artificiales, ya que no existe ley alguna sino la Ley una y primordial de la que se derivan todas las demás leyes de la naturaleza y de la conciencia del hombre. La frase “que te sacó de la tierra de Egipto, de un estado de esclavitud”, significa que es un esclavo el hombre que no comprende ni practica la Ley, que sólo la ley puede libertarle. La libertad consiste en la comprensión de la Ley y la voluntaria observancia de ella. A través de la historia el hombre ha fabricado continuamente leyes que son artificiales y que se desvían de la Ley primordial de la vida y del universo. Esta es la fuente de todas sus dificultades. El siguiente mandamiento, “No tallaréis para vosotros imagen alguna en forma de cuanto hay en los cielos o en la tierra, o en las aguas bajo la tierra”, expresa un principio importante pero menos frecuentemente reconocido –el de la totalidad de la Ley. El hombre es así amonestado para que no base su vida en un fragmento de la Ley, sino la base en la totalidad de ella, en la totalidad de todas las leyes. La naturaleza no debe ser considerada como el principio supremo. Esto fue revelado por Moisés hace más de tres mil años, diez siglos antes de que la filosofía griega la convirtiera en uno de los fundamentos del pensamiento occidental. Los filósofos milesios de la escuela jónica se consideran generalmente como el ejemplo de los esfuerzos de la mente humana por interpretar la vida y el universo. Tales, Anaxímenes y Anaximandro, tomaron cada uno un principio único –el agua, el aire y el infinito- como la quintaesencia del universo. Cada uno de ellos identificó el elemento que habían escogido como el universo mismo. El genio de Moisés fue mucho más universal. No cayó en el error de la unilateralidad, pues sus conceptos fueron siempre grandes síntesis. La validez eterna de este segundo mandamiento en su consejo al hombre de no ser unilateral y / (Página 82) no tallar imagen en forma alguna, porque todo en la vida y en el universo es una unidad de energía eternamente cambiante, no una cosa material y

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estática. El hombre, por tanto, cae en un error cuando trata de hacer visible lo invisible y, adorar lo que es formado y estático, en lugar de lo que es real y dinámico. Moisés fue un profeta del dinamismo; enseñó un universo dinámico, no de imágenes talladas ni pedazos estáticos de piedra o de madera; enseñó las fuerzas de la naturaleza y los poderes de la mente. “No invocarás el nombre del Señor tu Dios con mal intento”. Este mandamiento era un recordatorio de que una gran intuición conecta al hombre con la divinidad, con la Ley. Esta experiencia intuitiva es lo que se llama “religión” –una palabra derivada, quizá occidentalmente, del latín “religere”, conectar. (…) “Cuidad de guardar sagrado el Sabat; durante seis días laborarás y harás tu trabajo, más en el séptimo día no trabajarás y harás tu trabajo, más en el séptimo día no trabajarás”. El cuarto mandamiento dado por Moisés al pueblo ha sido interpretado muy unilateralmente por las iglesias. Él había dividido la semana en siete días que correspondían a las siete comuniones con los poderes cósmicos. La séptima de estas comuniones no era con un ángel de los poderes cósmicos como los otros seis, sino con el Padre Celestial mismo. Significaba que un día en el ciclo de siete días el hombre deberá apartar su atención del universo material y de los asuntos materiales y tratar de penetrar en los misterios / (Página 83) más recónditos de la conciencia. Deberá esforzarse por realizar la unidad de su conciencia con la Ley, así como la unidad de la vida con todas las formas existentes de energía. Los esenios, en sus hermandades, iban aún muy lejos y ayunaban en el séptimo día para que ninguna rutina diaria interviniera entre la conciencia humana y la conciencia cósmica. La comunión en el séptimo día era la contemplación pura de la unidad cósmica. Por la observancia de los periodos cíclicos semanales el hombre promovería su evolución individual a grados de percepción cada vez más elevados y así, por el efecto acumulativo de esfuerzo y de concentración, penetrará cada vez más profundamente en el Principio Supremo del Cosmos. “Honra a tu padre y a tu madre para que puedas vivir largo tiempo en la tierra”. En el mandamiento positivo final “Padre” y “Madre” tienen el mismo significado que en las comuniones con los ángeles. Con “padre” quiso decir “Padre Celestial” y con “Madre” la “Madre Terrenal”. Honrar a la Madre Terrenal es honrar las fuerzas de la naturaleza que fueron identificadas con los ángeles de la Madre Terrenal y así vivir de acuerdo con la Ley para gozar de una perfecta vitalidad, de salud y de larga vida sobre la tierra. Honrar al Padre Celestial significaba reverenciar y obedecer a la totalidad de los poderes de la conciencia individual y de la conciencia cósmica y utilizar estos poderes como fuentes de energía y de armonía. Así el hombre habría de tener vida

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perdurable, pues estos poderes imponderables representaban fuentes de energía inagotables en el infinito océano cósmico de la vida, que existen por encima y por fuerza del tiempo y del espacio en la infinitud de la eternidad. Estos, entonces, fueron los cinco mandamientos positivos dados por Moisés a aquellos de su pueblo capaces de meditar y que sentían la necesidad de comprender los problemas últimos de la vida y del / (Página 84) universo. De acuerdo con la tradición moisaica, el hombre era un ser a mitad del camino entre el animal y Dios. Estos cinco mandamientos pretendían ayudarlos a acercarse a Dios, a la Ley, a una vida en armonía completa con la Ley. Los cinco mandamientos negativos eran para el resto del pueblo, cuya mayoría era incapaz de sublimar sus instintos animales en valores creadores superiores (…)”. (17). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 97. Moisés y nosotros. El sendero de la Ley. “(…) Tiene que recordarse que la generación que comenzó el éxodo bajo Moisés no lo sobrevivió para entrar a la tierra de Canaán. Es éxodo tomó cuarenta años, pero fue únicamente un principio en el sendero del aprendizaje para vivir en armonía con las leyes de la vida, de la naturaleza y del cosmos (…)”. (18). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 89. Moisés y nosotros. El sendero de la Ley. Cabalistas. “(…) Si se analiza la quintaesencia de la enseñanza de Moisés, se encontrará que sus verdaderos seguidores fueron los profetas de Israel, los esenios del desierto y los cabalistas de la Edad Media en lugar del sacerdocio de Aarón con sus ritos practicados en el Tabernáculo (…)”.Página 64. Moisés en el desierto. El sendero de la Naturaleza. “(…) Así comenzó el Éxodo. Mil quinientos años más tarde los esenios hicieron exactamente lo mismo cuando abandonaron Palestina e hicieron un éxodo al desierto en el que pudieran vivir una vida de acuerdo con la Ley. Formaron sus hermandades y abandonaron los lugares poblados en los que reinaba la inarmonía con la Ley. Rehusaron al igual que otras acciones en Palestina, colaborar con los romanos y no quisieron luchar con una fuerza armada. Decidieron mantener sus propios ideales superiores y sus formas de vida superiores, llevando consigo a quienes estuvieran dispuestos a cooperar con ellos y crear una nueva vida en armonía con la Ley. Fue una solución específicamente esenia a un problema siempre / (Página 65) recurrente y, fue inaugurada por Moisés en el éxodo de Egipto (…)”. (19). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 75. Moisés y los israelitas. El sendero de la intuición. “(…) En la angeología las fuerzas

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de la naturaleza estaban divididas en los mismos elementos que aparecían en el Árbol de la Vida: el sol, el aire, el agua, la tierra, la vida, la alegría y la totalidad de las fuerzas de la naturaleza, la Madre Terrenal. Este grupo de siete fue conocido como el reino de la Madre Terrenal. Moisés enseñó a sus seguidores a pasar un rato cada mañana / (Página 76) en la contemplación de una de estas fuerzas de la naturaleza. Cada día de la semana debían comulgar intuitivamente con uno diferente de los siete ángeles del reino de la Madre Terrenal. En el segundo grupo de siete estaban los ángeles del Padre Celestial, los poderes de la conciencia del hombre que correspondían a las fuerzas representadas por las ramas del Árbol de la Vida. Estos eran los poderes inmateriales e imponderables, por encima del tiempo y del espacio, invisibles y dinámicos. A estos poderes les fueron dados los nombres de amor, sabiduría, poder, trabajo creador, vida eterna, paz y de la totalidad de ellos –el Padre Celestial. Juntos constituían el reino del Padre Celestial. Cada noche los seguidores de Moisés debían comulgar con uno de estos siete poderes: uno diferente de los siete poderes de la conciencia del hombre, que correspondían a cada noche de la semana (…)”. (20). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 77. Moisés y los israelitas. El sendero de la intuición. “(…) En la práctica de las comuniones con los ángeles de la Madre Terrenal y del Padre Celestial primero preparó al pequeño grupo de discípulos selectos que cuidaban de que la Luz Eterna ardiera en el Tabernáculo. Las tradiciones de esta práctica fueron preservadas a través de los tiempos. Su renacimiento en las Hermandades Esenias del Mar Muerto y del Lago Mareotis, en Egipto, fue registrado por Flavio Josefo, Filo y otros escritores del siglo primero. De acuerdo con estas tradiciones esenias, Moisés trajo las comuniones del Monte Sinaí al pueblo de Israel. La esencia de las siete comuniones con los ángeles de la Madre Terrenal y de las siete comuniones con los ángeles del Padre Celestial fueron grabadas en tablas de piedra (…)”. (21). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 90. Moisés y nosotros. El sendero de la Ley. Cabalistas. “(…) Los profetas, los esenios y los cabalistas vivieron en una conciencia dinámica, en comunión permanente con lo eterno, tuvieron una sed insaciable de comprender la relación del hombre con el universo y con las realidades sin aspectos formales, las que por siempre se manifiestan en las leyes de la naturaleza y de la conciencia superior. Solo ellos pudieron comprender

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el cumplimiento de la concepción y de la meta esotérica de Moisés alcanzadas en el Monte Nebo. Al interpretar esta meta en forma más amplia, se puede comparar el logro de Moisés con el ideal más alto creado alguna vez –la concepción brahmánica del objetivo final de la vida humana. De acuerdo con la tradición brahmánica, una vid completa en la tierra consistía en cuatro periodos de realizaciones. Los tres primeros eran periodos de preparación y adiestramiento para el logro supremo del cuarto. El primer periodo de la juventud estaba dedicado a la educación y al estudio de adquirir la quintaesencia del conocimiento obtenido por las generaciones anteriores. Este periodo era considerado como la precognición de una vida completa. En la vida de Moisés estaba representado por el periodo de Egipto cuando adquirió el conocimiento de las tradiciones y de la cultura egipcia –en ese tiempo la civilización más alta del mundo. Este constituyó el primer periodo brahmánico de su vida. El segundo ciclo, de acuerdo con la concepción brahmánica, era la vida familiar, la crianza de una familia en el cumplimiento armonioso. Este fue el periodo en la vida de Moisés en el que habitó con su familia como un pastor en el desierto. El tercer ciclo de la forma brahmánica de vida era el de la participación activa y creadora en los asuntos de la sociedad humana, contribuyendo a la promoción de la justicia y al mejoramiento de la calidad de las / (Página 91) instituciones humanas. Este periodo correspondió a los cuarenta años de Moisés después del Éxodo en el que condujo a los hijos de Israel y creó una nueva nación. Sirvió no solamente como cabeza y comandante supremo, sino también como legislador y fundador de una nueva religión y una nueva ética. Moisés cumplió los requisitos del tercer ciclo brahmánico más cabalmente que cualquier otro de los grandes conductores de la humanidad. Finalmente, en el cuarto ciclo de una vida completa, el individuo llegaba al más alto de todos los deberes, tras haber adquirido el conocimiento tradicional disponible, haber cumplido con su deber en una armoniosa vida familiar y haber ayudado a la humanidad en las esferas social, ética y económica. De acuerdo con la concepción brahmánica, este deber era su unidad con la Ley que gobierna el universo, su unidad con las fuerzas de la naturaleza y, la unidad de su conciencia humana con la Conciencia Cósmica. En la antigua India este ideal del último ciclo de la vida humana se manifestaba por el retiro al bosque. Y en la vida de Moisés se manifestó en forma similar cuando alcanzó el cumplimiento de su vida por su desaparición en el Monte Nebo. Este suceso marcó la realización final de la intuición básica que había vivido en su corazón durante toda la vida. Para él era un ideal más

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alto que la creación de una nación o ritos o tradiciones, independientemente de la importancia que tuviese –este cumplimiento místico de una gran vida llevó a Moisés a retirarse al Monte Nebo. Muchas críticas de la Biblia se pierden en los detalles del Antiguo Testamento. Se han concentrado en las enseñanzas temporales y han descuidado las que son eternas. Se han preocupado de las instrucciones formales que nos parecen hoy inadecuadas y hasta ridículas para la vida. Han dejado de lado o han rechazado / (Página 92) el contenido más importante del Antiguo Testamento –sus valores eternos (…)”. (22). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 67. Moisés en el desierto. El sendero de la Naturaleza. Origen del universo. “(…) Moisés lo hizo así tanto en forma exotérica como esotérica en los Libros de Moisés. Derivó las leyes para la vida diaria del principio de todas las cosas. La suya fue una concepción cósmica que no comenzaba por decreto de ningún cuerpo legislativo, o de un emperador, o de ninguna otra autoridad externa. El / (Página 68) quería que su pueblo siguiera sus enseñanzas no por él mismo, sino cuando enseñaba representaba las leyes inherentes a la vida y al universo. Los principios sobre los que basó su código para la vida diaria le fueron relevados por el universo mismo, a través de la auto-revelación de la Ley. Este fue el sublime punto de partida de Moisés. Es analizado en otra obra “El Génesis, una interpretación esenia”, que ofrece una comprensión más plena de la estatura titánica de este gran profeta (…)”. (23). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 66. Moisés en el desierto. El sendero de la Naturaleza. “(…) Las enseñanzas de Moisés, trasmitidas por el pueblo de Israel en el desierto, han sido entregadas en su forma más perfecta en las tradiciones y los símbolos de los antiguos esenios. La primera de ellas fue la gran obra maestra de Moisés, el Génesis, como fue enseñado en las Hermandades Esenias. La segunda fue el significado simbólico del Tabernáculo y el papel que su Luz Eterna desempeñó en las vidas de los israelitas. La tercera fue el Árbol Esenio de la Vida –otra de las grandes tradiciones que brotaron de Moisés. La cuarta fue el Día de Contrición como fue iniciado Moisés, / (Página 67) la gran tradición que los esenios celebraron hasta el siglo primero de nuestra era. Y finalmente están los diez mandamientos, llamados el Decálogo en (24). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 68. Moisés en el desierto. El sendero de la Naturaleza. Origen del universo. “(…) Las tradiciones esotéricas de los esenios fueron la más auténtica interpretación de las enseñanzas fundamentales de Moisés. Siguieron su explicación acerca del origen y de la aparición de los siete elementos de la vida en el

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planeta, los que identificó como el agua, el sol, el aire, la tierra, las plantas, los animales y el hombre. Estos fueron formados en siete grandes ciclos y Moisés agrupó los días de la semana un ciclo correspondiente de siete. Una fuerza vital o elemento específico fueron asignados a cada uno de los siete días. En sus enseñanzas Moisés combinó al hombre inseparablemente con el universo y, toda manifestación de la vida del hombre estaba enlazada con las manifestaciones de la vida universal. Este fue el sistema de lógica omnilateral de Moisés porque demostró que todas las cosas en el universo, incluyendo al hombre, eran partes de un todo, reunidas de acuerdo con la Ley de la vida y del universo. Esta fue la enseñanza fundamental como fue dada en el Génesis original e interpretada por los esenios. El segundo motivo básico de las enseñanzas de Moisés fue el del Tabernáculo y la Luz Eterna que ardía en él. El Tabernáculo, que fue llevado al desierto por los israelitas, simbolizaba el universo en un microcosmos, perpetuamente existente bajo la Ley y, recordaba a los peregrinos tener la Ley siempre presente. Representaba / (Página 69) la fuerza cohesiva que mantenía a toda la tribu junta. En el centro de él estaba la Luz Eterna. Todo fenómeno de la naturaleza, según lo demostró, enseña una ley, alguna ley especifica de la que el hombre tiene que permanecer consciente en todo momento de su existencia. La luz que ardía en el tabernáculo servía para recordar al pueblo de Israel la Luz Eterna, que era el principio el mundo y de todas las cosas manifiestas en ella, como lo relata Moisés en los primeros versículos del Génesis. La Luz que arde fue llevada con el pueblo al trasladarse de sitio en sitio en el desierto y, para siempre ardía en la gran tienda de si Tabernáculo. En las tradiciones esenias la luz simbolizó la conciencia del hombre, la unidad dinámica del pensamiento y de todos los elementos de la conciencia, que revelan la Ley, como lo hace todo en la naturaleza, en todo momento de la existencia. Para recordar al pueblo las leyes básicas del universo y de la vida, Moisés encendió siete velas en el Tabernáculo cada séptimo día de la semana. Estas representaban los siete ciclos cósmicos del mundo como se enumeran en el Génesis, ciclos de los que vinieron las siete fuerzas básicas de la naturaleza manifiesta en el mundo visible y los siete poderes básicos que operan en el mundo invisible de la conciencia del hombre. Estos poderes y fuerzas visibles e invisibles representaban las eternas fuentes de energía, conocimiento y armonía (…)”. (25). BORDEAUX SZÉKELY, Edmond. “El libro esenio de la creación”. Málaga. Sirio. 2001. (5ª edición: diciembre). Página 69. Moisés en el desierto. El sendero de la Naturaleza. Origen del universo. “(…) El tercer símbolo básico creado por Moisés y utilizado por los esenios fue el Árbol de la Vida. Las siete raíces que penetran en la tierra representaban

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las siete fuerzas visibles de la naturaleza: el sol, el agua, el aire, la tierra, la Madre Terrenal, la vida y la alegría. Las siete ramas del árbol que se extienden hacia arriba representaban los siete poderes invisibles de la conciencia del hombre: el amor, la sabiduría, el trabajo creador, la paz, la vida eterna y el Padre Celestial. Los / (Página 70) símbolos de Moisés usualmente representaban todo el universo en miniatura y, siempre concibió al hombre viviendo en medio de un océano de energías, un océano de vida en el espacio infinito. Él vio al hombre no como un ser únicamente material, sino como una unidad de energía, una unidad de pensamiento y de emociones, una unidad de fuerzas de vida, una unidad de fuerzas que constantemente comulgan con la totalidad de las fuerzas del universo. Moisés quería ver al hombre viviendo en armonía con las leyes que gobiernan estas energías tanto dentro como fuera del hombre. Quería que el hombre estuviera consciente de las leyes detrás de esas energías, pero que utilizara también las fuerzas y poderes en sí mismo y en su ambiente a su alrededor como fuentes de energía, conocimiento y armonía. Estos dos símbolos –la Luz Eterna y el Tabernáculo y el Árbol de la Vida- fueron representaciones microcósmicas de la Ley. Los preceptos de Moisés para la vida práctica diaria se derivaban directamente de la estructura del universo y, no de ningún concepto super-impuesto de algún curso de acción que pudiera haber originado. Ellos representaban la quintaesencia de la Vida y de la Ley de la Vida. Moisés vio el universo como un Océano Cósmico gigantesco en el que existían fuentes inagotables de energía, conocimiento y armonía que estaban a disposición del hombre. Hizo a sus seguidores inscribir al lado derecho de la entrada de sus tiendas la frase: “Escucha, oh Israel, Yo soy el Señor”. Y sobre el lado izquierdo de la entrada esta inscripción: “Amaréis al Señor (La Ley) con todo el corazón, toda la mente y todos los actos”. Estas dos frases eran un recordatorio constante a los pueblos nómadas siempre que entraban a las tiendas, de que la Ley es eterna y omnipotente y que es el deber del hombre estar consciente de ella en todo momento de su existencia. / (Página 71) Otro gran maestro de la humanidad, Zaratrusta, recordaba a sus seguidores de manera similar, de la Ley: sobre la entrada de todo santuario avéstico estaban las palabras: “Buenos Pensamientos, Buenas Palabras, Buenas Acciones”. El Día de Contrición fue establecido por Moisés para ayudar a sus seguidores a comprender la Ley, vivir en armonía con ella y ser conscientes de este derecho y de esta obligación supremos. Esta ceremonia les capacitaba para ser participantes activos en el Orden Cósmico. Se celebraba en el equinoccio de otoño de todos los años y es considerado

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como un día de balance en el que todos meditaban sobre sus hechos durante los doce meses precedentes. Tenían que reconsiderar todo cuanto habían hecho o pensado o creído durante ese tiempo y determinar si estaba en armonía con la Ley o era una desviación de ella. Las personas eran llamadas a la meditación en este día con las notas de un pequeño instrumento similar a una flauta, hecho con los cuernos de las ovejas. Durante más de mil quinientos años los esenios preservaron esta tradición por el ayuno y por llamar a sus gentes al Día de Contrición una vez al año, como un recordatorio de las enseñanzas de Moisés. Estas, entonces, fueron las cinco tradiciones establecidas por Moisés durante los cuarenta años de peregrinaje en el desierto –tradiciones que fueron preservadas durante muchos siglos por los esenios y son aún el fundamento de ciertas prácticas realizadas en el presente (…)” (26). PIÑERO, Antonio & MONSERRAT TORRENTS, José & GARCÍA BAZÁN, Francisco. “Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi III. Apocalipsis y otros escritos III”. Colección Paradigmas. Biblioteca de Ciencias Religiosas. Madrid. Editorial Trotta. 2009 (2ª edición). Página 495. Índice analítico de materias. Velo. “(…) = a Límite: HipA 94,10 95, 20; = a Ogdóada o mediedad (círculo de las estrellas fijas): OgM 98, 20 y ns. 2 32: no identificable con Horos/Límite; v. entre inmortales y los que existen posteriormente: SabJC 114, 20; v. del templo: EvFlp 69,30 84, 25 (interpretación gnóstica). Véase Límite (…)”. (27). HALL, Manly, P. “Las enseñanzas secretas de todos los tiempos”. Madrid. Ediciones Martínez Roca. 2011. Página 23. Prefacio a la edición del sexagésimo aniversario. Velo. “(…) Los “velos” que ocultaban los arcanos de los Misterios no se utilizaban para disimular la ignorancia, sino para proteger la sabiduría, que en Europa estuvo protegida durante un milenio (…)”. (28). HALL, Manly, P. “Las enseñanzas secretas de todos los tiempos”. Madrid. Ediciones Martínez Roca. 2011. Página 270. XV. El cuerpo humano en el simbolismo. “(…) Así como la vida precede a la luz existe de forma temporal, pero la oscuridad existe de forma permanente. Así como la vida precede a la luz, su único símbolo es la oscuridad y la oscuridad se considera el velo que debe ocultar eternamente la verdadera naturaleza del Ser abstracto y no diferenciado (…)”. (29). BAIGENT, M. & LEIGH, R. & LINCOLN, H. “El enigma sagrado. El santo grial, la orden de Sión, los Templarios, los Francmasones, los Cátaros, Jesucristo”. Colección: Enigmas y misterios. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2012. (7ª edición: octubre). Página 447. Tercera parte. La estirpe. 12. El rey-sacerdote que jamás gobernó. “(…) introdujo ciertos dichos de cuya interpretación él sabía, como mistagogo,

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que conduciría a los oyentes hacia el santuario desea verdad oculta por siete [velos] (…)”. (30). HALL, Manly, P. “Las enseñanzas secretas de todos los tiempos”. Madrid. Ediciones Martínez Roca. 2011. Página 271. XV. El cuerpo humano en el simbolismo. “(…) los Misterios se establecieron con la finalidad de desarrollar la naturaleza del hombre según determinadas reglas fijas que, cuando se observaban religiosamente, elevaban la conciencia humana hasta un punto en el que era capaz de conocer su propia constitución y la verdadera finalidad de su existencia. Este conocimiento de la manera de regenerar más rápida y completamente la constitución múltiple del hombre hasta alcanzar la iluminación espiritual constituía la doctrina secreta o esotérica de la Antigüedad. Algunos órganos y centros aparentemente físicos son en realidad los velos o fundas de los centros espirituales. Lo que eran y la manera de desarrollarlos no se revelaba jamás a los impenitentes, porque los filósofos sabían que cuando alguien comprende el funcionamiento de todo un sistema, puede conseguir un fin establecido, aunque no esté cualificado para manipular y controlar las consecuencias que haya producido (…)”. (31). MULHL, Laars. “El Manuscrito de O (Vol. I). El vidente. La Magdalena”. Barcelona. Ediciones Urano. 2013. (1ª edición: marzo). Página 332. 11. Sufíes. “(…) El sufismo se ha considerado siempre la vertiente mística del islam, de ahí que su historia se haya identificado oficialmente con la historia del islam, tomando como punto de partida el inicio del siglo X (…)”. (32). MULHL, Laars. “El Manuscrito de O (Vol. I). El vidente. La Magdalena”. Barcelona. Ediciones Urano. 2013. (1ª edición: marzo). Página 333. “(…) El término “sufí” puede traducirse por “puro”, “lana” o “los que se visten con lana”, es decir los que visten de blanco” y, se refería en un principio a los sabios itinerantes que vestían toscas túnicas de lana. Hay además ciertos nexos lingüísticos entre “sufí” y la palabra griega “sofía”, “sabiduría” o “certeza”. Esos sabios itinerantes no se interesaban por la política o la religión. Para ellos, la relación con Dios era una relación amorosa que consistía en disolver la propia personalidad de manera que el alma pudiera reencontrarse con su Padre. De ahí que se sometieran siempre al poder gobernante. Era el único modo de poder acercarse pacíficamente a la meta a la que aspiraban. Algunos místicos afirman que es casi una coincidencia que los sufíes acabaran formando parte del islam y siguiendo la ley coránica, mientras que, en opinión de otros, si los sabios sufíes se decantaron por el islam fue precisamente por el profeta Mahoma y el Corán. Los verdaderos sufíes creen que todas las grandes religiones del mundo y todas las tradiciones místicas comparten la misma verdad esencial. Creen en un único Dios que se haya detrás de todas las cosas,

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visibles o invisibles. No hace falta ir a la Meca o a Jerusalén para encontrar a Dios, porque vive en tu corazón. La vida no termina con la muerte. La vida terrenal es como un sueño, mientras que la verdadera vida se da en el más allá. Para los sufíes es importante estar presentes en este mundo con todo lo que ello implica en cuanto a trabajo, matrimonio y otras obligaciones terrenales. Pero para ellos se trata de divinizar su vida cotidiana, de vivir de manera muy especial una existencia corriente. Estar “en” el mundo, pero también comprender que no formas parte “de” él (…)”. (33). MULHL, Laars. “El Manuscrito de O (Vol. I). El vidente. La Magdalena”. Barcelona. Ediciones Urano. 2013. (1ª edición: marzo). Página 343. 11. Sello sufí. “(…) Es un sello con quinientos años de antigüedad que los sabios sufíes tenían costumbre de estampar en las túnicas blancas de sus discípulos cuando superaban la etapa de aprendices (…)”. (34). IBN ARABI. “El núcleo del núcleo”. Traducción de Ismael Hakki Bursevi. Málaga. Editorial Sirio. 2002. (5ª edición: noviembre). Página 7. Capítulo 1. Conocimiento. Página 10. “(…) Para que una persona gnóstica encuentre a su propio origen tiene que actuar de esta manera y el versículo coránico que sigue lo dice así: “Busca los medios que te llevarán a Él”. Esto se puede explicar de la forma siguiente: entre Mis siervos están los que Me han encontrado. Si Me quieres encontrar, sigue sus huellas. Son para ti un medio que conduce a Mí. Sirviéndoles así, una persona puede llegar a conocerse a sí misma. Entenderá de donde viene y adonde va y captará detalles de la etapa del estado presente (…)”. (35). IBN ARABI. “El núcleo del núcleo”. Traducción de Ismael Hakki Bursevi. Málaga. Editorial Sirio. 2002. (5ª edición: noviembre). Página 7. Capítulo 1. Conocimiento. Velo = cortina. “(…) Uno de los temas concretos de Ibn Arabi quiere explicar en su Futûhaâtal-Makkiyah en éste: “Si un gnóstico (´arif) lo es realmente, no puede permanecer atado a ninguna forma de creencia. Eso quiere decir que si alguien, que ha adquirido conocimiento, llega a conocer el Ser que hay en su propia persona, con todos sus significados, no se quedará atrapado en una creencia. No se reducirá su círculo de conocimiento. Es como una materia prima (hayûla) y aceptará cualquier forma que se le dé. Al ser externas estas formas, no se produce ningún cambio en el núcleo de su universo interior. / (Página 8) El que conoce a Dios (árif bi´llah) se mantiene en su origen, cualquiera que éste sea. Acepta todo tipo de creencias; pero no se ata a ningún credo figurativo. Sea cual sea su puesto en el Conocimiento divino, que es el conocimiento esencial, permanecerá en su sitio. Conociendo el núcleo de toda creencia, ve el interior y no el exterior. Reconocerá bajo cualquier apariencia, todo aquello cuyo núcleo conoce y en este tema su

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círculo será amplio. Llegará al origen de esas creencias y dará testimonio de ellas desde cualquier lugar posible, sin tener en cuenta la apariencia con que se manifiesta al exterior. Los dos mundos existen gracias a la revelación de Dios. Contempla la belleza de la Verdad desde el lugar que prefieras. Hay un hadith que dice lo siguiente: “Cuando la gente destinada al Paraíso llega a cierta etapa, el Señor les muestra un destello, corriendo un poco la cortina que esconde Su Grandeza y Poder, y dice: “Soy vuestro Señor, el más grande”. Es decir, soy ese gran Dios al que durante años habéis anhelado y ansiado ver. Esta revelación de Dios les asombra y la niegan diciendo: “Nunca pudiste ser nuestro Señor”. Y, dicho esto, deliran y se enfurecen. En ese momento la revelación cambia tres veces y las tres vuelven a negarla. Entonces Dios le presgunta “Hay algún indicio e vuestro Señor entre vosotros” y, contestan: “Si lo hay”. Entonces, Él se aparece a cada uno, según la medida y la / (Página 9) capacidad de entendimiento de lo que cada uno supone y cree. Tras esa revelación lo aceptan y dicen: “Tú eres nuestro Señor, el más grande de entre los grandes”. Según dice el hadith: “Estarás buscando a tu Señor como si fuese la Luna llena y te perderás en el éxtasis”. A pesar de que sea así, los gnósticos afirman plenamente a Dios en la primera revelación, porque han hecho suyas todas las creencias y han ganado aptitud para todas las revelaciones.

Los que ven hoy a su amado son los que verán mañana. ¿Qué sabrán del amado allí los que están ciegos aquí?

Por supuesto, el Sagrado Corán dice así: “La persona que está ciega en este mundo lo están también en el otro”, lo que significa que el que no haya abierto el ojo de la mente aquí seguirá siendo ciego cuando tenga que ir al otro mundo y, por consiguiente, no será capaz de ver la Revelación Divina (cuando le sea presentada por primera vez). Lo que le rogamos a Dios es que libre a todos sus siervos de tener una fe que no vaya más allá de la imitación y la ficción. Aquí se nos plantea una pregunta: ¿cómo entiende su propia realidad la persona que tiene aptitudes para el estado de gnosis (ma´arifa)? Se puede contestar así: necesita encontrar a un gnóstico que se conozca a sí mismo y, cuando lo haya encontrado, hacer que, desde el fondo del / (Página 10) corazón y con todo su espíritu, su carácter sea el suyo. (36). IBN ARABI. “El núcleo del núcleo”. Traducción de Ismael Hakki Bursevi. Málaga. Editorial Sirio. 2002. (5ª edición: noviembre). Página 20 y 21. Capítulo 3. Velo = la ceguera absoluta = Universo de la

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Naturaleza Divina. Primera Presencia Ghaybi-l Mutlaq (La Causa Primera Absoluta). “(…) A esta presencia también se le llama Universo de la Naturaleza Divina (âlemi-l lâhût). Se le conoce también como el universo sin manifestaciones (La ta´ayyum) que no se puede someter a medida, forma o comprensión. Es también / (Página 21) el Universo de lo Absoluto, la Ceguera Absoluta, Ser Puro, Ser Absoluto, Aseidad Pura (dhàt), Madre del Libro, Expresión Absoluta, el Punto de la Profundidad del Océano, lo Desconocido de lo Desconocido. El Corán dice: “Todas las claves de la Causa Primera están escondidas en su nivel: sólo Él las conoce”. Los nombres mencionados arriba solamente son de un grado. Por ello, en este estado Dios se halla en plenitud de Amor y tiene una Riqueza que supera toda Necesidad, en cuanto a todos los calificativos que pueden hacerse de Él. En este estado no hay posibilidad de calificativo ni nombre. Toda palabra que se use para calificar este estado es inadecuada porque en esta Presencia la Aseidad de Dios está en Trascendencia Completa de todo, porque Él aún no ha bajado al Círculo de los Nombres y las Cualidades. Todos los Nombres y Cualidades están enterrados y absorbidos en la Aseidad de Dios (…)”. (37). ARABI, Ibn. “Tratado del amor”. Versión de Maurice Gloton. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2012. (7ª reimpresión, julio 2012). Página 42. Capítulo 3. Los efectos del amor. Velo = Misterio. “(…) permite a las almas tener la premonición de las cosas descubriéndolas a través del velo del Misterio (ghayb) (…)”. (38). ARABI, Ibn. “Tratado del amor”. Versión de Maurice Gloton. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2012. (7ª reimpresión, julio 2012). Página 43. Capítulo 3. Los efectos del amor. Velo = Tapa el rostro de Dios. “(…) Ignoraba todo de la que mi pecho estrecha hasta que dejó ver su rostro bajo el velo semejante a la nube que brilla en la noche bajo el efecto de la luna cuando está llena (…)”.Página 52. Capítulo 3. Los efectos del amor. Velo = Simbología y emblemática utilizada por los gnósticos. “(…) Los gnósticos (arifun), por su parte, no oyen poema, alegoría, panegíricos ni palabras galantes, sin que Dios se revele a través del velo de las formas. Ahora bien, la causa de todo esto son los celos (ghayra) de Dios, que no acepta que se ame a otro que no sea Él (…)”. (39). ARABI, Ibn. “Tratado del amor”. Versión de Maurice Gloton. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2012. (7ª reimpresión, julio 2012). Página 66. Capítulo 4. Del amor divino. Velo. “(…) La morada de este mundo está hecha de realidades dispares y de velos, determinados en función de la medida asignada por el Todopoderoso-Inaccesible e Infinitamente-Sabio (…)”. Página 102. Capítulo 6. Del amor natural. Velo. “(…) Considera con atención la ley que gobierna la naturaleza antinómica en cualquier lugar donde ésta interviene. Sin embargo, la

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causa de la dualidad que ordena la naturaleza no se opone a la Ciencia divina. En efecto, debes saber que ningún ser creado tiene poder efectivo sobre la más mínima cosa que Dios ha creado, ni en este bajo mundo, ni en la vida futura, hasta el extremo de que esta morada última implica dos aspectos: visión (ra´ya) y velo (hijab) (…)”. (40). ARABI, Ibn. “Tratado del amor”. Versión de Maurice Gloton. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2012. (7ª reimpresión, julio 2012). Página 112. Capítulo 7. De los nombres del amor (62). Velo. “(…) Además, Dios –exaltado sea- ha dicho: Quienes creen tienen un amor más intenso por Dios (Corán, II 165). En efecto, cuando se retire el velo, quienes han sido seguidos le dirán a los que les seguían y los que les / (Página 113) habían seguido dirán: “Si pudiéramos volver, los negaríamos como ellos nos han negado” (Corán, II, 166 y 167) (…)”. Página 126. Capítulo 9. De algunos estados de los amantes. Velo. “(…) Cuando se levanta el velo ante ellos y su visión interna se vuelve penetrante, se encuentran como el espejismo que se manifiesta bajo el aspecto del agua y sólo veían para cumplir los Derechos de Dios al Creador de los actos que es Dios mismo –exaltado sea-. Sienten, así, que Dios es esta Esencia que ellos habían imaginado de (modo ilusorio) que era su propia esencia que se libera de este espejismo. Sólo entonces subsiste el Ser. De forma análoga (la ilusión) del agua en este espejismo deja de existir y éste contempla en lo que es en sí sin ser agua. En conclusión, el espíritu también es una realidad en sí, pero sin serla efectivamente (…)”.Página 165. Capítulo 10. De los atributos de los amantes en el Corán. Velo = Separación entre el hombre y Dios. “(…) sintiendo cansancio en razón del velo indisociable que se interpone entre él y el encuentro de su Bien amado (…)”.Página 187. Capítulo 11. Anécdotas sobre los estados de los amantes. Velo-Gnosticismo. “(…) Finalmente, en tercer lugar, ese ser dijo: “Su espíritu es de la misma naturaleza que el velo”. En efecto, cuando Dios hubo moldeado perfectamente la forma corporal, se ocultó (en ella), o mejor, disimuló el espíritu manifestándose a través del receptáculo corporal tal como Dios lo menciona: Infundí en él (Adán) Mi Espíritu (Corán, XV, 29). El espíritu de los seres creados se produce a partir de este Espíritu bajo la forma de ocultación. Contemplan su principio sabiendo que se oculta, pues conocen a Aquel que se muestra a través de su esencia concreta; saben también que se llama Fulano por qué es designado así. Aquí radican los secretos sutiles. Las anécdotas sobre los amantes gnósticos son muchas (…)”.Página 196. Capítulo 12. De los nombres del amante. Velo. “(…) Comprueba que Dios le ha dejado en poder de Sus criaturas en virtud de las palabras que Él les hace pronunciar en relación al amante, al mismo tiempo que las excusa. Dios hace caer el velo sobre ellas, disimulando así la tristeza de este amante en este bajo mundo, porque en la vida futura no

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se sentirá afligido. Por esta razón, intenta evadirse de este mundo (…)”.Página 198. Capítulo 12. De los nombres del amante. Velo. “(…) 8 EL ESTADO DEL AMANTE ES SENTIR HASTÍO AL VELO INDISOCIABLE (SUHBA) QUE SE INTERPONE ENTRE ÉL Y EL ENCUENTRO (LIQA) CON SU BIENAMADO. Este atributo presenta en el amante un carácter más general que el precedente. Únicamente la ausencia de existencia real o pura potencialidad (adam) (de amor), que en sí no es una realidad efectiva, viene a interponerse entre (el amante) gnóstico y el encuentro con su Bienamado (…)”. Página 203. Capítulo 12. De los nombres del amante. Velo-Gnosticismo. “(…) A propósito de esto, sucedió que una persona santa nos contó que Qays, el loco, uno de los enamorados de Dios, que había hecho de Layla su velo, era uno de aquellos a los que el amor había subyugado por completo (…)”.Página 235. Capítulo 12. De los nombres del amante. Velo de los celos = Impiedad. “(…) Este comportamiento forma parte de los celos por el ser amado, por el temor de profanar su carácter sagrado y disminuir la veneración que debe resultar de la santísima Excelencia divina, sin mostrar, no obstante, esta veneración a los demás. He aquí porque Dios ha desplegado el velo de los celos en el corazón de los siervos enamorados de Él (…)”.Página 240. Capítulo 12. De los nombres del amante. Velo. “(…) El amor de la pasión me absorbe en Tu solo nombre. El amor del que eres digno me hace quitar el velo a fin de verte (…)”.Página 243. Capítulo 12. De los nombres del amante. Velo. “(…) 33. EL ESTADO DEL AMANTE ES DECUIDAR SU PROPIO CASO Y EL DE SU BIENAMADO. El amor preocupa al amante hasta el punto de hacerle olvidar o descuidar tanto al Bienamado como a Sí mismo. Eso es lo que se llama el amor del amor (hubb al-hubb). La Realidad divina de la que procede esta verdad presenta un carácter indescriptible, ciertamente indescriptible, cuyos secretos no pueden ser divulgados. Únicamente el amante a quién son desvelados los conoce sin que le sea posible comunicarlos a otros. El versículo del Libro de Dios que se refiere a esto es el siguiente: Se olvidaron de Dios, de modo que Él les olvidó (Corán, IX, 67). Y quién descuida su propia forma se separa de sí mismo (…)”.Página 253. Capítulo 12. De los nombres del amante. Velo. “(…) UNO DE LOS ESTADOS DEL AMANTE ES IGNORAR QUE AMA. No sabe por quién siente deseos tan numerosos, como tampoco se sabe por quién siente una emoción de éxtasis. Su bienamado no se le aparece claramente. Incluso Su

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extrema proximidad es un velo, de forma que no encuentra en sí mismo sino las secuelas del amor (…)”. (41). ARABI, Ibn. “Tratado del amor”. Versión de Maurice Gloton. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2012. (7ª reimpresión, julio 2012). Página 252. Capítulo 12. De los nombres del amante. Velo = Secreto. “(…) El amor, domina tanto al corazón ¡que sobre él el velo no tiene efecto! Cuando aparece el secreto del ser penetrante, e muestra al muchacho que queda sumergido. (…) / (Página 253) En efecto, tan fuerte es el amor que quita todo velo sin vergüenza y divulga cualquier secreto (…)”. Página 260. Notas. Velo. “(…) 22. Al-kashf: “Es la comprensión de las realidades inteligibles del Mundo del Misterio y de los principios verdaderos que se encuentran tras el Velo y que surgen por emoción extática (wujud) y contemplación (shushud)”. Jurjani, al-Ta´rifat (…)”. Página 261. Notas. Velo. “(…) 32. Véase nota 7 y 9. Al-tajalli: “Es el término que designa las luces de los Misterios que se descubren en el corazón tras la existencia del recubrimiento y del velo”. Ibn Arabi, Kitab al-Istilahat (…)”. (42). ARABI, Ibn. “Tratado del amor”. Versión de Maurice Gloton. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2012. (7ª reimpresión, julio 2012). Página 176-178. Capítulo 11. Anécdotas sobre los estados de los amantes. Cronología: Entre 1179-1197, Ibn Arabi, en ambos años, estuvo en Córdoba. Mujer gnóstica de Córdoba. “(…) En cuanto a mí, me puse en seguida al servicio de una de esas mujeres prendadas de amor y gnósticas. Se llamaba Fátima Bint ibn Muthanna de Córdoba (102). Permanecí dos años sirviéndola. En aquella época, ella decía tener noventa y cinco años, pero yo sentía pudor de mirar su rostro. A pesar de su edad, sus mejillas estaban aún frescas y sonrosadas, / (Página 177) conservaba la belleza de su aspecto que le daba la apariencia de una jovencita de catorce años. Ella tenía con Dios un estado espiritual que le era propio. Entre todos los que estaban a su servicio, era yo el preferido. Ella decía de mí: “Nunca vi algo parecido. Cuando él viene a mi casa, lo hace con todo su ser y no deja nada suyo cuando sale de ella. Al salir de mi casa, lo hace igualmente con todo su ser, sin dejar emanar nada de él en mí”. Le oí decir lo siguiente: “Estoy sorprendida de las palabras de quién pretende amar a Dios y que no se alegra por ello. Sin embargo, Dios es Aquel de quien da testimonio y al que su ojo contempla en todo momento. Y es incluso posible de sustraerse a Dios ni durante los instantes que dura un parpadeo. Esos seres lloran, ¿pero cómo pretenden su amor llorando? ¡No tienen vergüenza, pues la proximidad de Dios de la que goza un amante es mayor que la de los mismos Siervos Cercanos –el amante está más cerca que los siervos de Dios-, porque Dios es el objeto de su contemplación. ¿A

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quién lloran, pues? ¡Esto es extraordinario!”. A continuación ella le dijo: “¡Oh, hijo mío!, ¿qué piensas de las palabras que acabo de pronunciar?” “¡oh, madre mía!, estas palabras son las tuyas!” Ella respondió: “En cuanto a mí, Dios es mi testigo, estoy maravillada. Mi Bienamado me ha ofrecido el sura inicial del Libro (fatihat al-kitab) (103), que está a mi disposición, por Dios, sin distraer mi atención de Él”. A partir de ese día supe qué grado alcanzó esta mujer cuando me dijo que la fatiha del Libro le servía.

Estando allí sentados, entró la mujer y me dijo: “¡Oh, hermano mío!, i marido está en Sidonia en la provincia de Sharish y he sido informada de qué quería / (Página 178) casarse allí. ¿Qué te parece?” “¿Y a ti te gustaría verlo volver?”. Ella asintió. Yo me volví hacia la abuela y le dije: “¡Oh, madre mía! ¿No has oído la petición de esta mujer? “¿Y qué es lo que quiere, hijo mío?”. “La satisfacción de su deseo al instante ¡y mi deseo es que su marido vuelva!”. La anciana aceptó diciendo: “¡Entiendo!, le envió la Fatiha del Libro y le pido que vaya a buscar al marido de esta mujer”.

La Fatiha del Libro adoptó una forma mientras nosotros recitábamos juntos. Supe el grado alcanzado por esta mujer en el momento en que ella gritaba este sura, que adoptó una forma corporal etérea durante esta recitación y ella le asignó esta misión. Después de esta corporalización, oí decir a la abuela: “¡Oh, Fatiha del Libro!, ve a Sharish y trae al marido de esta mujer y no descanses hasta volver con Él. Solo deberá permanecer alejado el tiempo necesario del viaje y, después se reunirá con su familia”. Ella tenía costumbre de tocar la pandereta y disfrutar con ello. Como yo le hacía preguntas sobre esta actividad, ella me respondió. “Siento alegría en la medida en que Dios se ocupa de mí y por el hecho de que me ha contado entre el número de sus Santos y me ha unido a Él. ¿Quién soy yo para que este Señor me haya escogido entre los hijos de esta especie? Por el Poder de mi Patrón, a veces se sienten celos de mí, unos celos indescriptibles. No puedo esperar ningún apoyo después de un olvido sin que mi Dueño no me pruebe por medio incluso de lo que ha distraído mi atención de Él”. Ella me hizo ver cosas extraordinarias relacionadas con todo esto. Yo no dejé de estar a su servicio y le construí una cabaña de juncos a su medida en laque vivió hasta su muerte. / (Página 179) Ella me decía: “¡Yo soy tu madre en Dios y la luz de tu madre terrenal!”. Y cuando mi madre acudió a avistarla, ella le dijo: “¡Oh luz!, él es mi hijo y tu padre; debes, pues, tener piedad filial de él ¡y no le desobedezcas lo mismo que no se desobedece a un padre!” (…)”. Página 272. Cita (102). “(…) Respecto a esta santa, véase Ibn Arabi, Los sufís de Andalucía, ob. cit. pp. 160 y ss (…)”. Página 272. Cita (103). “(…) Se trata del primer sura del Corán, titulado: Al- Fatiha, “La Apertura” o “La que

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inaugura”, recitada en numerosas ocasiones y especialmente al principio de la oración ritual (…)”. (43). ARABI, Ibn. “Tratado del amor”. Versión de Maurice Gloton. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2012. (7ª reimpresión, julio 2012). Página 179. Capítulo 11. Anécdotas sobre los estados de los amantes. Velo = Descubrimiento del conocimiento. La revelación del secreto de Dios. “(…) En el año 559, en La Meca, Yunus b. Yahya me contó esto que se remonta a Dhu-n-Num. (…) Mientras que daba vueltas alrededor de la ka´ba, me encontré ante un ser, colgado del velo que rodeaba al Templo. (…). Con un velo protector te recubrió y tú no te sonrojaste de pudor (…)”.Página 183. Capítulo 11. Anécdotas sobre los estados de los amantes. Velo. “(…) “Estaba dando las siete vueltas rituales alrededor de la Ka´ba, cuando oí una voz suplicante. Me encontré entonces ante una joven, colgada de los velos de la Ka´ba (…)”. (44). ARABI, Ibn. “Tratado del amor”. Versión de Maurice Gloton. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2012. (7ª reimpresión, julio 2012). Página 181. Capítulo 11. Anécdotas sobre los estados de los amantes. Ibn Arabi estuvo en Fez en el año 1195-1196. Velo. “(…) El joven añadió: “¡No conviene que el amante se esfuerce en traicionar el secreto del Bienamado! ¡Y más aún!, permanecerá atento a Su orden y si el Amado desea que Su secreto sea divulgado, el amante lo hará, de lo contrario el principio consiste en dejarlo oculto”. Dios me gratificó con uno de Sus secretos cuando me encontraba en Fez en el año 594 H. Yo lo divulgué sin saber que se trataba de un secreto que no podía ser comunicado y recibí, por ello, reproches del Bienamado; mi única respuesta fue callarme. Le pedí, no obstante: “Toma este asunto en tus manos ante aquel a quién yo se lo confié si hay en Ti una razón de celos a propósito de este secreto, porque Tú puedes intervenir pero no yo. Creo que he confiado este secreto a dieciocho hombres”. Dios me respondió que Él se ocupaba de ello. Me informó de que había extraído este secreto de sus pechos, extirpándolo mientras dormían. Yo dije a mi compañero “Abd-Allah, el siervo, que Dios me había advertido que había hecho tal o tal cosa. “Así que ven, viajaremos juntos hasta Fez para que podamos ver lo que Dios me haya comunicado a este respecto”. Partimos y, al llegar a la ciudad, todos los que estaban implicados en esta confidencia (…)”. (45). GUIJARRO, Andrés. “Textos, sobre la caballería espiritual Ibn Arabi. Las Cuarenta estaciones del alma. Abi-l-Khayr”. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2006. Página 9. Introducción. “(…) El término futuwwa (que, en este contexto, traduciremos como “caballería espiritual”) designa en su origen la cualidad del fatà. Este término, a su vez, designa al hombre joven o al adulto en la plenitud de sus fuerzas, generoso y dispuesto a dar su vida, virtud caballeresca por excelencia.

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Más adelante, en torno al siglo IX y, en un momento en el que en el Islam se empiezan a concretar diversas formas del conocimiento y de pertenencia comunitaria, el término futuwwa comienza a usarse para referirse a dos realidades complementarias. Una, más visible, tiene lugar en el plano social en la zona de Irán y Oriente medio y alude a diversas organizaciones iniciáticas, a menudo practicantes de artes marciales o ligadas a los gremios de oficios. La otra más profunda, se confunde con los medios sufíes con las que está en contacto. Abû Ábd al-Rahmân al-Sulami (m. 1021), que jugará un papel fundamental en la transmisión de la enseñanza de los primeros / (Página 10) sufíes a las generaciones ulteriores, se convirtió en el intérprete de esta segunda realidad en su Kitâb al-Futuwwa (…)”. (46). GUIJARRO, Andrés. “Textos, sobre la caballería espiritual Ibn Arabi. Las Cuarenta estaciones del alma. Abi-l-Khayr”. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2006. Página 43. Capítulo CXLVII. Sobre el conocimiento de la estación del abandono de la futuwwa y de los secretos que contiene. Autor: Ibn Arabi. Simbología del velo = Perplejidad absoluta a la orden de Dios. “(…) Debe en este caso comenzar por el derecho de su propia alma, por su propio derecho, sin respetar las condiciones de la futuwwa. Si no actúa de esta manera, no está respetando este otro aspecto de la futuwwa, que es el de plegarse de forma absoluta a la Orden de Dios. Se encontrará entonces en un estado de perplejidad, hasta que recuerde que Dios ha comprado a los creyentes sus almas (Corán IX, 111). En efecto, mi alma no me pertenece a mí, sino a Dios. Debo entonces comenzar por ella, y concederle la preferencia sobre las demás, pues es Dios su poseedor, no yo. Por esta razón, la futuwwa encuentra su perfección, su culminación, ¡oh paradoja!, en el “abandono” de ella misma. (Sin embargo solo lo percibirán así, como una paradoja, aquellos a los que un velo impida ver la verdadera realidad de las cosas) (…)”. (47). GUIJARRO, Andrés. “Textos, sobre la caballería espiritual Ibn Arabi. Las Cuarenta estaciones del alma. Abi-l-Khayr”. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2006. Página 55. Las cuarenta estaciones del alma en su ascensión a Dios. Autor: Abû Sa´id Abî-l-Khayr. Simbología del velo = El secreto oculto al corazón. “(…) “Se te reveló un secreto que por largo tiempo te [había estado oculto, y brilló una aurora, de la cual tú eras la oscuridad. Tú, en efecto, eres el velo que a tu propio corazón oculta el secreto de tu misterio (…)”. (48). GUIJARRO, Andrés. “Textos, sobre la caballería espiritual Ibn Arabi. Las Cuarenta estaciones del alma. Abi-l-Khayr”. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2006. Página 90. Las cuarenta estaciones del

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alma. “(…) La vigésima tercera estación es la Ciencia de la Certeza (ílm al-yaqîn). Cuando miran con el ojo de la Ciencia de la Certeza, contemplan todo el Universo, desde el cielo superior hasta el nivel más bajo de la Tierra, sin ningún velo (…)”. Página 91. Las cuarenta estaciones del alma. “(…) La vigésima cuarta estación es la Realidad de la Certeza (haqq al-yaqín). Cuando miran con el ojo de la Realidad de la Certeza, dejan atrás todas las obras creadas y todas las criaturas y, ven a Dios sin “como” ni “por qué”, sin velo alguno (…)”. Página 100. Las cuarenta estaciones del alma. “(…) La trigésima tercera estación es el desvelamiento (kashf). No hay velo alguno entre sus corazones y Dios. Si dirigen su mirada hacia abajo, su vista alcanza el Gaw-mâhi (10). Si la dirigen hacia lo alto, alcanza el Trono, el Pedestal, el Cálamo, la Tabla Guardada e incluso el “Recinto Sagrado” (hadî-rat al-quds). Nada les está oculto (…)”. Página 100. Cita (10). “(…) El Gae Màhi es el ser mitológico, medio vaca medio pez, que sostiene el mundo (…)”. Página 107. Las cuarenta estaciones del alma. “(…) La cuadragésima estación es el sufismo (tasawwuf). El sufí es aquel en el que ha desaparecido todo deseo. Su ser interior está libre de cualquier imperfección y, sus palabras libres de toda irreflexión o calumnia. Su pensamiento irradia luz y sus ojos no se dirigen hacia el mundo de la multiplicidad. Es un instrumento de la Verdad. Cada una de estas estaciones pertenece a uno de los profetas –la Paz sea con todos ellos- desde Adán a Muhammad. Que Dios derrame la Paz sobre ellos y sobre todos los demás profetas y enviados divinos, así como sobre los ángeles de la Proximidad. Y que Dios, Exaltado Sea, esté satisfecho de todos los Compañeros del Enviado de Dios. Amén (…)”. (49). MUHL, Lars. “El Manuscrito de O. (Vol. 1). El Vidente. La Magdalena”. Barcelona. Ediciones Urano. 2013. (1ª edición: marzo). Página 411. Aclaración de términos. Velo. “(…) Membrana etérea. Un muro invisiblemente las realidades físicas y etéreas sobre el cual las imágines arquetípicas de los archivos akáshicos se hacen visibles cuando reciben suficiente energía, por ejemplo a través de la oración (…)”. (50). MATEU I ROTGER, Joan. “Sefer yetsirah. Breve introducción a la cábala hebraica”. Colección: Cábala y Judaísmo. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2004. (2ª edición: diciembre). Página 10. Introducción. Cábala y Ciencia Hermética. Velo = Palabra. “(…) Asimismo, leemos en el Libro interior de Rumi: La palabra es un velo. ¿Cómo pueden ser causa de vida y excitación la combinación de dos o tres letras? La palabra que posee vida es la de Dios, la de sus profetas y la de sus santos (3) (…)”. Página 10. Cita (3). “(…) Ed. Paidós, Barcelona, 1996, p. 246 (…)”.GAFFAREL, Jacobo.

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“Profundos misterios de la Cábala Divina”. Introducción, traducción y notas de Juli Peradejordi. Málaga. Sirio. 2003. (2ª edición: enero). Página 96. Los misterios ocultos de la Cábala divina defendidos de los sofismas de los filósofos. Velo. “(…) Además, si no estuviera permitido buscar el sentido oculto de las letras, ¿por qué razón Dios mismo, en Isaías XXI, 22, prescribe que se escriban, se transpongan, se empleen unos por otros, los caracteres divinos y las letras, cuando se trata de expresar las cosas divinas? / (Página 97) ¿Por qué, finalmente, han afirmado los antiguos Padres que la escritura Santa entera tenía varios sentidos, si bastara con el sentido literal? ¿No rompen, en alguna ocasión, san Jerónimo y san Crisóstomo el sentido literal, que es como la envoltura del otro? San Gregorio de Roma y san Gregorio de Nacianzo intentan, los dos, penetrar hasta el alma del Sepher (66), disimulada bajo la forma como bajo un velo (…)”.Página 96. Cita (66). “(…) Sepher significa “libro”; leamos “hasta el alma del libro” (…)”.Página 60 y 61. Cita (15). San Gregorio de Nacianzo. “(…) San Gregorio de Nacianzo, llamado también “el teólogo”, contemporáneo de san Basilio, fue uno de los personajes más importantes del cristianismo oriental del siglo IV; hijo del obispo de Nacianzo, fue ordenado sacerdote / (Página 61) en 361 por su propio padre. Su actividad principal fue la predicación, en la que alcanzó tal renombre que el mismo san Jerónimo se desplazó a Constantinopla para oírle (…)”. (51). HAKANÁ, Rabí Nehunia ben. “Sefer ha-Bahir. El libro de la claridad”. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2012. (1ª edición: octubre). Página 86. CXI. Masmariah = el que está al frente del velo. “(…) Ese es el shem ha-meforah que fue grabado en la frente de Aarón y, del que salen las setenta y dos letras de múltiples combinaciones y los doce Nombres que el Santo, bendito sea, hubo trasmitido a Masmariah, el que está al frente del velo y, quién a su turno pasó a Elías sobre el Carmelo (…)”. (52). GRAY, Willian G. “La Cábala renovada. Una escalera de luz”. Málaga. Editorial Sirio. 2002. Página 13. Capítulo 1. Los patrones de las cosas. El velo. “(…) Cada Sefirath y cada Sendero debe estar ligado a ideas que llevan a la exploración de la conciencia, desde una dimensión de la experiencia a otra. Estos conceptos deben ser aceptados por las Inteligencias existentes en ambos lados del Velo que divide a los mundos Interno y Externo. Una vez que pensamos, sentimos y vivíamos con estas ideas, literalmente estaremos aprendiendo el lenguaje de los Ángeles (…)”. (53). GRAY, Willian G. “La Cábala renovada. Una escalera de luz”. Málaga. Editorial Sirio. 2002. Página 145. Capítulo 7. La Sefirath, belleza, armonía, 6. “(…) Al dejar a Tifereth para seguir subiendo por el Árbol, inmediatamente después nos encontramos con una especie de

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cortina o velo llamado Paroketh, que significa “pantalla de separación” y cuyo significado es el mismo que el de las cortinas del templo que recordaban al participante que estaba pasando de una estancia a otra y, por lo tanto, debía hacer una pausa y ajustar su mente y su alma a las circunstancias existentes al otro lado de la cortina. Una cortina o velo es una separación, pero al mismo tiempo, permite el paso y ésta precisamente es la función de Paroketh. (…) / (Página 146) Un antiguo nombre dado a Tifereth era Kav ha Emtzai, “la Línea Media” y, se decía que tanto las inclinaciones buenas como las malas, comparten una raíz común en Tifereth. De todas formas, una vez cruzado Paraketh, lo bueno y lo malo carecen del sentido que les damos mientras somos seres mortales y nunca debemos pensar en los poderes y los principios que están sobre Tifereth como buenos o malos en sí mismos, cualesquiera que sean sus efectos remotos sobre nosotros (…)”. (54). GAFFAREL, Jacobo. “Profundos misterios de la Cábala Divina”. Introducción, traducción y notas de Juli Peradejordi. Málaga. Sirio. 2003. (2ª edición: enero).Página 91. Los misterios ocultos de la Cábala divina defendidos de los sofismas de los filósofos. Velo. “(…) El segundo argumento de Raguseius es que el gran nombre que los antiguos traducían por Anekphoniton, el Inefable, no contiene, en su profundidad, ningún misterio. Estoy completamente en contra de semejante afirmación. Este nombre santísimo es, en efecto, temible, admirable y adorable. Bajo la Ley antigua no se pronunciaba jamás. Era reemplazado por el nombre Adonai, bajo el cual se le adoraba con un profundo respeto, como bajo un velo, un vestido (…)”. (55). GAFFAREL, Jacobo. “Profundos misterios de la Cábala Divina”. Introducción, traducción y notas de Juli Peradejordi. Málaga. Sirio. 2003. (2ª edición: enero). Página 77. Los misterios ocultos de la Cábala divina defendidos de los sofismas de los filósofos. Velo. “(…) Nos encontramos al principio del Génesis III, 21 este magnífico ejemplo de la transposición cabalística de las letras: Dios hizo a Adán y a su esposa vestiduras de piel; transportando cabalísticamente las letras, se obtiene, (…) o sea: velos de misericordia; reemplazándose (…) a causa de su análoga pronunciación (43) (…)”. (56). GAFFAREL, Jacobo. “Profundos misterios de la Cábala Divina”. Introducción, traducción y notas de Juli Peradejordi. Málaga. Sirio. 2003. (2ª edición: enero). Página 54. Los misterios ocultos de la Cábala divina defendidos de los sofismas de los filósofos. Tergiversación del texto original por los judíos tras la muerte de Cristo. “(…) Habiendo hecho falta que la Iglesia, inspirada y dirigida por el Espíritu, hubiera garantizado la autenticidad de las escrituras, habría sido necesario, del

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mismo modo, que la Iglesia no hubiera dejado subsistir ninguna duda en lo que concierne a la interpretación de las Escrituras. Pero no sé qué potestades infernales enviadas por Satanás vinieron a oscurecer el cielo, hasta entonces sin nubes, de la Iglesia. Dejando caer un engañoso velo sobre estas enseñanzas, provocaron una deplorable división, origen de todos los males (…)”. (57). GAFFAREL, Jacobo. “Profundos misterios de la Cábala Divina”. Introducción, traducción y notas de Juli Peradejordi. Málaga. Sirio. 2003. (2ª edición: enero). Página 65. Los misterios ocultos de la Cábala divina defendidos de los sofismas de los filósofos. Velo. “(…) Por esta razón se encuentran en los escritos de los cabalistas hebreos todo lo que los antiguos han escrito referente a la magia. No hablo aquí de magia negra y diabólica, la cual es conveniente cubrir con un tupido velo de sombra, (…)”. (58). ADDISON, Howard A. Rabino. “El eneagrama y la cábala”. Málaga. Editorial Sirio. 1999. Página 9. Prólogo. “(…) La tradición judía mantiene que un texto sagrado se puede leer desde cuatro niveles: Peshat, significado histórico y exotérico; Remez, las alusiones verbales y literarias que lo vinculan con otros pasajes y contextos; D´rash, sus enseñanzas morales y, Sod, su sentido oculto, que señala el camino místico hacia el significado último. Es el texto conocido como el corazón humano, el eneagrama opera al nivel más profundo, Sod (…)”. (59). ADDISON, Howard A. Rabino. “El eneagrama y la cábala”. Málaga. Editorial Sirio. 1999. Página 51. Correlación: Ser y Espíritu. “(…) la Cábala y el Eneagrama muestran influencias comunes que proceden de la antigüedad y de la época medieval. Hemos de incluir al pitagorismo, platonismo, gnosticismo, ascetismo cristiano y al sufismo (19) (…)”. Página 51. Correlación: Ser y Espíritu. “(…) la Cábala y el Eneagrama muestran influencias comunes que proceden de la antigüedad y de la época medieval. Hemos de incluir al pitagorismo, platonismo, gnosticismo, ascetismo cristiano y al sufismo (19) (…)”. Página 17. “(…) El eneagrama es un símbolo en forma de estrella de nueve puntos. Su origen está rodeado de misterio. Algunos atribuyen sus principios a una congregación de místicos islámicos que surgió en la Edad Media y, que aún existe en la actualidad: el sufismo. Otros lo / (Página 18) remontan los filósofos de la antigua Grecia, e incluso otros lo datan en la escuela de la sabiduría de Mesopotamia del tercer milenio antes de Cristo, llamada la Hermandad de Sarmoun. Se considera que, al igual que el Árbol de la Vida, el Eneagrama no sólo simboliza la estructura de la Realidad Última, sino también los aspectos centrales de la personalidad. Los nueve puntos representan los nueve tipos de personalidad humana que existen. Bajo circunstancias normales, cada uno de nosotros manifiesta predominantemente las

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tendencias de un tipo en particular. Los nueve puntos del eneagrama están rodeados por un círculo que les conecta, indicando que cada tipo de personalidad puede compartir tendencias con uno o ambos puntos “Ala” situados a sus lados. Además, los puntos se conectan internamente mediante líneas y, este patrón indica el modo en que nuestra personalidad básica se desvía hacia las características de otro tipo, cuando estamos bajo estrés, o aún hacia otro, cuando nos sentimos especialmente bien y seguros. Como veremos en los capítulos siguientes, el Etz Jayim y el Eneagrama se inspiraron en las mismas fuentes históricas y presentan varios puntos de correspondencia (…)”.Página 34 y 35. El Eneagrama. “(…) A diferencia del Eneagrama de Kircher, el divulgado por Gurdjieff (diagrama 4) posee solo un triángulo cerrado, comparable con la divinidad: perfecto pero estático. Los otros seis puntos de la figura se conectan mediante una línea que va en secuencia: 1-4-2-8-5-7 y vuelta al punto 1. Esta secuencia se basa en el decimal recurrente que se obtiene cuando se divide el 1, la unidad cósmica original, por el número siete, lo que equivale a las notas que forman una octava (es decir 1/7 = 0´1428571428571). Según Gurdjieff, esta pauta de movimiento continuo representa el movimiento dinámico de nuestro mundo cambiante, tanto por sus ritmos continuos como por la necesidad de inyectar energía externa, o choques, para impedir que el sistema y la vida desaparezcan. / (Página 35) Esta pauta que conecta los dos triángulos inferiores muestra la contribución que las matemáticas islámicas medievales, con su descubrimiento del 0, el sistema decimal y las secuencias de decimales recurrentes, hicieron al Eneagrama. Aunque Gurdjieff atribuyó al origen del símbolo a la antigua Hermandad de Sarmoun, es muy probable que a lo largo de generaciones algunas órdenes del sufismo lo trasmitiesen reflejando las influencias matemáticas islámicas (11) (…)”. Página 178. Cita (11). “(…) D. R. Riso con R. Hudson, Personality Types (Boston: Hougton Miffin, Revisado en 1996), pág. 223 (…)”. Página 31. El Eneagrama. “(…) El vocablo Eneagrama se deriva del griego y se puede traducir por “nueve puntos”. Este diagrama con apariencia de estrella se ha utilizado para crear mapas tanto de procesos cósmicos como de la psique humana. Su funcionamiento es tal vez mejor comprendido como la unión de dos antiguas leyes de la progresión numérica: la ley de la Tríada y la Ley de la Octava. En términos sencillos, la ley de la Tríada indica que todo acontecimiento en nuestro mundo se deriva de la interactuación de tres fuerzas: una activa, que inicia el movimiento; otra receptiva, que procesa la acción inicial; y otra reconciliadora, que equilibra las dos anteriores y que permite conocer una nueva realidad. El movimiento de nuestro mundo, desde la simple Totalidad a su estado actual de Multiplicidad,

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puede entenderse como la manifestación continuada de la ley del Tres. Desde este punto de vista, la unidad primaria, o el / (Página 32) uno, se divide en dos, de la misma manera que la célula de un organismo se divide mediante el proceso biológico de la mitosis. El equilibrio necesario para armonizar creativamente la nueva relación de estos dos aspectos se representa con el número tres. Este proceso es aparente en el movimiento que nos conduce de la tesis a la antítesis y, de ahí a la síntesis; es la interacción creativa entre los polos eléctricos positivo y negativo, la fuerza y la forma, el macho y la hembra, etc., pues todos ellos requieren un factor reconciliatorio que crea la relación y hace posible que surja la nueva realidad. La Ley de la Octava la conocemos por la música. Si una cuerda que está vibrando se divide en ocho secciones mediante la interposición de siete cejuelas, el cambio de vibración que se produce de una sección a otra irá aumentando en una escala matemáticamente precisa. Si bien el tono de cada nota sucesiva suena más alto, cada segmento de la cuerda acortada muestra una tensión incrementalmente mayor, menos flexibilidad y menos movilidad que el anterior. El número creciente de vibraciones se vuelve más denso a medida que el segmento de la cuerda decrece. Este modelo se utilizó para medir la progresión de la realidad de lo puramente espiritual, de la unidad relajada y dinámica de lo divino, hasta el ser físico, fragmentado, compuesto, restringido y estático. El matemático Francésco Giorgi describió la analogía en el siglo XVI, en su trabajo De Harmonia Mundi (Sobre la Armonía del Mundo) (8) (…)”.Página 178. Cita (8). “(…) James Webb, The Harmonious Circle (New York: G. P. Putnam´s Sons, 1980), pág. 150 (…)”. (60). ADDISON, Howard A. Rabino. “El eneagrama y la cábala”. Málaga. Editorial Sirio. 1999. Página 19. El velo. “(…) En el Éxodo se dice que tras el pecado por la Adoración del Becerro de Oro y la destrucción de las Tablas de los Diez Mandamientos, Moisés volvió a subir a la cima del Monte Sinaí. Una vez allí, su piel se endureció, a la vez que su rostro empezó a radiar poder y luz (3). Desde aquel momento, cada vez que se relacionaba con los demás, siempre llevaba puesto un velo. Solo en presencia de Dios se lo quitaba y mostraba su rostro desnudo, con toda su dureza y resplandor (…)”. Página 177. Cita (3). “(…) La frase utilizada en el Éxodo 34-29 para describir el rostro de Moisés es karan o panav. Esto se traduce literalmente por “La piel en su rostro se tornó como de cuerno”. Puesto que la palabra karan también significa “rayo de luz”, el texto puede denotar que la piel de Moisés se endureció y /o resplandeció (…)”. (61). ADDISON, Howard A. Rabino. “El eneagrama y la cábala”. Málaga. Editorial Sirio. 1999. Página 21. El Árbol de la Vida. Letra Bet = Nº 2. Bet-El. el santuario de Dios significaría Dios = El es 2 = Dios es

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principio masculino y femenino. “(…) La primera letra hebrea de este vocablo es “Bet” (…) ¿Por qué empezar la Torá con “Bet” y qué denota el número 2? (…)”. (62). ADDISON, Howard A. Rabino. “El eneagrama y la cábala”. Málaga. Editorial Sirio. 1999. Página 21. El Árbol de la Vida. Significado de los sefirots. Página 21. El Árbol de la Vida. Significado de los sefirot. “(…) el Ayn Sof, el Dios infinito e incognoscible y, las diez características de la personalidad divina, las sefirot. Algunos dicen que estas no son más que las Diez características externas del propio Ayn Sof, como una joya y sus caras. Otros lo entienden como los diez instrumentos del poder divino o los diez receptáculos de Shefa, la energía divina radiante que emana del Ayn Sof y llega al mundo. Las sefirot son también conocidas como las coronas de Dios o los nombres que utiliza para denominarse a Sí Mismo. La estructura de las sefirot se ha ilustrado con una variedad de formas geométricas, humanas y arbóreas. Los pensadores místicos no llegan ni siquiera a ponerse de acuerdo respecto a la numeración de las sefirot (…)”. (63). ADDISON, Howard A. Rabino. “El eneagrama y la cábala”. Málaga. Editorial Sirio. 1999. Página 25. El Árbol de la Vida. Simbología del resplandor divino = Relámpago = zigzag = Nº 10. “(…) El resplandor divino de Shefa corre de uno a otro de las sefirot, de adelante hacia atrás, en un equilibrio que es bastante precario. Este proceso se conoce con el nombre de Ratso Va Shov, “Ida y Retorno”, y tiene lugar como un relámpago, en forma de zig-zag, por los veintidós canales (véase diagrama 1) que corresponden al número de letras del Alef-Bet (alfabeto hebreo) (…)”.Página 50. Correlación: Ser y Espíritu. Simbología de Netsotsot = Chispas del resplandor divino. “(…) Netsotsot, las chispas del resplandor divino, fueron dispersadas por todo el mundo (…)”. (64). ADDISON, Howard A. Rabino. “El eneagrama y la cábala”. Málaga. Editorial Sirio. 1999. Página 171. Simbología de Dios = nube. “(…) Visualiza la nube luminosa y brillante de Ayn Sof, el Dios Absoluto e Ilimitado flotando encima de ti (…)”. (65). ADDISON, Howard A. Rabino. “El eneagrama y la cábala”. Málaga. Editorial Sirio. 1999. Página 21. El Árbol de la Vida. Significado de los sefirots. “(…) Etz Jayim o Árbol de la Vida, está compuesta de diez características / (Página 22) diferentes. Constituye tanto la infraestructura, la realidad oculta de todo lo que existe, como el modo en que las criaturas de Dios pueden reconocer y llegar a conocer a su creador (…)”.Página 29. El Árbol de la Vida. “(…) Si bien cada uno de nosotros posee el potencial de todas las sefirot, la raíz de cada alma procede de las sefirot individuales que originaron el Árbol de la Vida. Varios héroes bíblicos han sido vistos como encarnaciones vivientes de sefirot concretas. Por ejemplo, Abraham se asocia con Gedulah, Isaías a

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Din, Jacobo a Tiferet,Moisés a Netzaj, Arón a Hod, José a Yesod y David o la matriarca Raquel a Malkhut o Shekinah. La única alma que descenderá de Keter, desde el mundo superior de Olam Ha-Atzilut, es el espíritu del Mesías que está por venir. El sello final de nuestra individualidad es la personalidad adquirida, conocida como Tzelem. Tzelem se entiende como un cuerpo etéreo que sirve de intermediario entre el alma y el ser físico (…)”. (66). ADDISON, Howard A. Rabino. “El eneagrama y la cábala”. Málaga. Editorial Sirio. 1999. Página 77. Segunda parte: El Eneagrama a través de la lente de la Cábala. Punto dos: Binah-Entendimiento. Sabiduría = Jojmah = Nº 1 = semilla. Binah = Nº 2 = matriz. Madre Suprema = Ima = Fuente o pozo de bendiciones. “(…) Los cabalistas han personificado a la sefirah que corresponde a este punto, Binah, en la Madre Suprema, Ima. Si Jojmah se representaba como una semilla, Binah es la matriz en la que se planta dicha semilla. (…) Como la fijación del tipo Dos, Ima posee un aspecto controlador. Como Fuente o Pozo de Bendiciones Ima continúa nutriendo y sustentando cada uno de sus retoños sefiróticos aún después de que hayan surgido de su matriz (…)”. (67). ADDISON, Howard A. Rabino. “El eneagrama y la cábala”. Málaga. Editorial Sirio. 1999. Página 26. El Árbol de la Vida. Simbología de la creación de Adán por Dios = hombre y mujer unidos en coito. “(…) Puesto que el Génesis nos dice que Dios creó a Adán como hombre y mujer, el Adán Kadmon de las sefirot es un hombre y una mujer unidos en coito (…)”. (68). “El Zohar. El libro del Esplendor”. Traducción de Carles Giol. Colección: Testigos de la Tradición. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2008. (5ª edición: marzo). Página 179. Cuarta parte. Israel y el Mesías. I. La Historia Mística de Israel. I.2. Moisés. 77. Moisés en el Sinaí. Velo = oculta a Dios. “(…) Mientras el ángel lo acompañaba, Moisés notó el ardor del inmenso fuego que propagaba un ángel llamado Sandalfón. Una tradición nos enseña que Sandalfón se encuentra a una distancia de quinientos años de camino, detrás del velo que oculta al Santo, bendito sea, trenzando a Señor las coronas elaboradas con las plegarias de Israel” (171) (…)”.Página 179. Cita (171). “(…) Ver 98 (…)”. (69). “El Zohar. El libro del Esplendor”. Traducción de Carles Giol. Colección: Testigos de la Tradición. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2008. (5ª edición: marzo). Página 57. Segunda parte. Dios y sus emanaciones. II. El alfabeto divino. 15. Elohim. Velo. “(…) está escrito: Al principio. (Gen. 1:1). Rabbi Eleazar habló diciendo: “Alzad los ojos hacia arriba y mirad; ¿quién lo ha creado?”. (Is. 40:26) ¿Hacia dónde? hacía allí donde se toman las iradas… Allí aprenderéis todos los misterios. Anciano, eterno, objeto de toda investigación, lo ha creado. ¿Y quién es? (Mi, Quien). Es el llamado la extremidad del cielo (Deut. 4:32) arriba, pues

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todo está en sus planes. Y por ser el eterno objeto de las investigaciones que lo cubre un velo misterioso y, porque no se descubre es llamado Mi (Quien) y, en ello no es necesario profundizar. Esta extremidad superior del cielo es llamada Mi. Pero Abajo hay otra extremidad llamada mah (Que). ¿Qué diferencia hay entre uno y otro? La primera, misteriosa, llamada Mi es el eterno objeto de investigación; y cuando el hombre la ha hecho, tras meditar y ascender escalón a escalón hasta el último, llega al mah. ¿Qué has aprendido? ¿Qué has / (Página 58) entendido? ¿Qué has buscado? Todo ello es tan misterioso como atemorizante (37). (I, Ia-Ib) (…)”. Página 58. Cita (37). “(…) Beresit (al principio) simboliza la existencia primordial, es decir: la sabiduría de Dios, anterior a la obra de la Creación. El sujeto implícito de bara es el Ain, la misteriosa Nada (ver 10), desde ahora emanente o revelada, mientras que Elohim es el grado de la divinidad creadora. Ver más adelante 57. Por Eleh se entiende el mundo determinable y accesible al conocimiento humano, mientras que Mi representa la esfera superior del conocimiento divino, algo que no puede ser visualizado ni tal solo por el pensamiento. Elohim, el Nombre de Dios, equivale a la continuidad de la creación al garantizar la unión de eleh y de Mi, que uniendo sus letras equivalen a Elohim, como se explicará más abajo. Según esta concepción, eleh representa el conocimiento del mundo accesible a la mayoría, pero el contacto con Mi se consigue sólo a través de la experiencia mística. Cf. Scholem, G. Major trnds., pp. 220-221 (…)”. (70). “El Zohar. El libro del Esplendor”. Traducción de Carles Giol. Colección: Testigos de la Tradición. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2008. (5ª edición: marzo). Página 37. II. la interpretación de las Sagradas Escrituras. El velo. “(…) Cuando el hombre se acerca a ellas, éstas le hablan a través de la cortina que aún les separa. Él empieza entonces a comprender poco a poco, llegando a lo que se le llama desarah (la interpretación de la tradición). Inmediatamente le hablan a través de un transparente velo. Entonces llega el hombre a la alegoría, llamada aggadah (8). Al final, cuando él se ha familiarizado ya con las sagradas Escrituras, éstas le revelan cara a cara los misterios que han estado ocultando desde el principio de los tiempos (9). Solamente entonces asume un conocimiento perfecto de las mismas; y es entonces cuando pasa a ser Maestro, pues le han sido revelados todos los misterios sin excepción alguna (…) (II, 98b, 99b) (…)”. Página 37.Cita (8). “(…) Es decir, a uno de los relatos míticos. Sin embargo, no se refiere aquí a las enseñanzas de los sabios tradicionales, sino a aquellos de los círculos esotéricos (…)”.Página 37.Cita (9). “(…) Varias son las comparaciones de los distintos niveles de interpretación bíblica expuestas en el Zóhar. La más parecida a ésta es la nuez, en la que se distingue una capa dura, el sentido

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literal, en cuyo interior hay otra capa más fina, las enseñanzas de la tradición y, por fin, el fruto, que equivale a la interpretación mística. Sin embargo, la que tuvo más éxito fue la del Pardés, el vergel (ver nota 187). Parece ser que la concepción de la Ley en un doble plano, externo e interno, parece derivar de la mística islámica, especialmente de los ismaelitas. Cf. Scholem, G. La Cábala., pág. 55 ss (…)”. (71). “El Zohar. El libro del Esplendor”. Traducción de Carles Giol. Colección: Testigos de la Tradición. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2008. (5ª edición: marzo). Página 69. III. Las formas de Dios. 20. El anciano de los ancianos. Velo = Cortinas. Velo = Acceso a la esencia divina llamada Pequeño Rostro. “(…) La blancura de la cabeza se expande en trece direcciones: cuatro hacia delante, cuatro hacia el lado derecho, cuatro hacia la izquierda y uno por encima de la Cabeza. De aquí que la longitud de la Cabeza se extienda trescientas setenta veces diez mil mundos. Cuando es visto bajo esta forma se le llama “Gran Rostro” (56). Al anciano entre los ancianos se le conoce por el nombre de Gran Rostro, mientras que visto desde fuera, es decir a través de las cortinas es llamado el “Pequeño Rostro”. El Pequeño Rostro corresponde exactamente al Anciano, al Viejo, al Santo entre los santos. Cuando el Pequeño Rostro mira al Anciano, su semblante se ensancha y va engrandeciéndose, sin que llegue siempre a ser del mismo tamaño que el Anciano. En ese momento todo lo que está aquí abajo se afianza. Un hilillo blanco pasa de la / (Página 70) Cabeza del Anciano a la del Pequeño Rostro y de éste pasa a las innumerables cabezas del mundo inferior. (III, 128b) (…)”. Página 69. Velo. Cita (56). “(…) La esencia real de Dios está por encima de toda comprensión, sólo la conoce ella misma. La Sefirah Keter (Corona) es llamada también el Anciano entre los ancianos, el Gran Rostro. Éste está compuesto por tres naturalezas o principios superpuestos: varón, hembra e hijo. Para crear los mundos que sólo en dios y por Dios pueden subsistir, el Gran Rostro corre un velo a través del cual la esencia divina empieza por entreverse y es llamada Pequeño Rostro. Además de este primer velo, otros muchos más son corridos a intervalos distintos. Vista a través de cada uno de ellos, la esencia divina aparece con un aspecto distinto: Misericordia (el corazón), Rigor (el brazo), sabiduría (el cerebro), etc., que son las diez Sefirot. Fleg. E: Le livre de la Splendeur, pág. 52 (…)”.Página 69. III. Las formas de Dios. 20. El anciano de los ancianos. Nº 13 = Dios = El Anciano = La blancura de la Cabeza. “(…) La blancura de la cabeza se expande en trece direcciones: cuatro hacia delante, cuatro hacia el lado derecho, cuatro hacia la izquierda y uno por encima de la Cabeza. De aquí que la longitud de la Cabeza se extienda trescientas setenta veces diez mil mundos. Cuando es visto bajo esta forma se le llama “Gran Rostro” (56). Al anciano entre los ancianos se le conoce por el nombre de Gran Rostro,

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mientras que visto desde fuera, es decir a través de las cortinas es llamado el “Pequeño Rostro”. El Pequeño Rostro corresponde exactamente al Anciano, al Viejo, al Santo entre los santos. Cuando el Pequeño Rostro mira al Anciano, su semblante se ensancha y va engrandeciéndose, sin que llegue siempre a ser del mismo tamaño que el Anciano. En ese momento todo lo que está aquí abajo se afianza. Un hilillo blanco pasa de la / (Página 70) Cabeza del Anciano a la del Pequeño Rostro y de éste pasa a las innumerables cabezas del mundo inferior. (III, 128b) (…)”. Página 69. Velo. Cita (56). “(…) La esencia real de Dios está por encima de toda comprensión, sólo la conoce ella misma. La Sefirah Keter (Corona) es llamada también el Anciano entre los ancianos, el Gran Rostro. Éste está compuesto por tres naturalezas o principios superpuestos: varón, hembra e hijo. Para crear los mundos que sólo en dios y por Dios pueden subsistir, el Gran Rostro corre un velo a través del cual la esencia divina empieza por entreverse y es llamada Pequeño Rostro. Además de este primer velo, otros muchos más son corridos a intervalos distintos. Vista a través de cada uno de ellos, la esencia divina aparece con un aspecto distinto: Misericordia (el corazón), Rigor (el brazo), sabiduría (el cerebro), etc., que son las diez Sefirot. Fleg. E: Le livre de la Splendeur, pág. 52 (…)”.Página 70. III. Las formas de Dios. 21. El Gran Rostro y el Pequeño Rostro. Velo. “(…) El Anciano entre los ancianos y el pequeño Rostro son una misma cosa; todo lo que ha sido y todo lo que será. No es susceptible de transformación; nunca ha cambiado no cambiará jamás. Es el centro de toda perfección. Es la imagen que abarca todas las imágenes, la imagen que encierra todos los nombres, la imagen que se ve por doquier y bajo toda forma, pero solo como reproducción y pintura, ya que nadie puede ver la imagen real y auténtica. La reproducción más fiel al original es la imagen del hombre. Todos los mundos de arriba y de abajo están comprendidos en la imagen de Dios. El Anciano sagrado y el Pequeño Rostro son la misma imagen. Pero, te preguntarás, ¿qué diferencia hay pues entre uno y otro? El todo es una balanza, en cuyo peso está la Clemencia y en el contrapeso, el Rigor. ¿Forman ambos [el equilibrio de] las dos balanzas? De ninguna manera; depende de nuestras obras que el peso se decante a uno u otro lado. Estos misterios solamente son confiados a quienes cultivan el campo sagrado, tal como está escrito: El Señor confía Su secreto a quienes le temen (Sal. 25:14) (III, 141a-141b) (…)”. (72). CORRAL, José Luís. “Breve Historia de la Orden del Temple”. Barcelona. Ensayo Edhasa. 2007. (1ª reimpresión: enero). www.breve_historia_de_la_orden_del_temple_jose_luis_corral.pdf Página 89. Capítulo 8. La regla y la organización de la orden. Expulsión de la orden. Reminiscencias de la Iglesia del Camino. “(…) La soberbia y el

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orgullo de que fueron acusados los templarios, y que está presente en muchas de sus actitudes, intentaba ser rebajada con ciertos ritos, como la obligación de lavar los pies y secárselos con paños y después besárselos con humildad a trece pobres a los que, siguiendo la costumbre de la Iglesia, se les reunía el día de Jueves Santo. (…)”.

(73). HOPKINS, M. & SIMMANS, G. & WALLACE-MURPHY, T. “Los hijos secretos del Grial. Una conspiración de siglos alrededor de un linaje sagrado”. Barcelona. MR Ediciones / Grupo Planeta. 2005. (3ª edición: mayo). Página 168. Capítulo 13. ¿El fin de los templarios? Los cargos (contra los templarios). Simbología templaria. Velo templario. “(…) Destacan entre ellos los que aluden característicamente al credo de los templarios: la estrella de cinco puntas, el rosetón, la paloma que lleva en el pico la rama de olivo, una alusión indirecta a la pareja de jinetes a lomos de un solo caballo, el sello templario llamado el Agnus Dei, la cruz floreada y, por último, el más inocuo en apariencia pero que señala a los iniciados la verdadera herejía de los templarios: el Velo de la Verónica (37). Esta figura, como todas las de su género en toda Europa, apunta directamente a la verdad herética que manifiesta la reliquia más controvertida: el Santo Sudario de Turín (…)”. Página 281. Cita (37). “(…) J. A. Durbec, Les Templiers dans les Alpes-Maritimes, publicado en el periódico Nice Historique, enero-febrero de 1938, pp. 4-6 (…)”.Página 168. Capítulo 13. ¿El fin de los templarios? Los cargos (contra los templarios). Velo templario. “(…) Uno de los motivos ornamentales que se tienen por característicos de la influencia templaria representa una cabeza barbada, así por ejemplo en el bajorelieve del Velo de la Verónica que tiene la capilla Rosslyn (33), en Escocia, o la cabeza pintada de Templecombe, en Somerset (Inglaterra) (…)”. Página 281. Cita (33). “(…) Tim Wallace-Murphy, An Illustrated Guidebook to Rosslyn Chapel (…)”.

(74). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (212). Libro III. CAPÍTULO IV. De la pasada del rey con su armada a la isla de Mallorca; y de las batallas que tuvieron con los moros; y de la muerte de don Guillén de Moncada vizconde de Bearne y de don Ramón de Moncada. “(...) Los que tomaron la insignia de la cruzada y fueron con más señaladas compañías. Escribe el mismo Aclot que después de haberse deliberado por el rey lo de su ida contra Mallorca, procuraron

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los ricos hombres de Cataluña con el legado de la sede apostólica que estuvo con el rey por este tiempo en Lérida, que se hiciese la guerra contra el reino de Valencia, y que no se pudo con él acabar. Y tomó la insignia como se acostumbraba en las cruzadas, que se concedían en las / (Página 213) guerras que se hacían contra los infieles. Lo mismo hicieron los perlados y ricos hombres de Cataluña y Aragón que se habían ofrecido de servir al rey y todos se pusieron en orden. Pero los que más se señalaron en las compañías de gente que llevaban fueron: el obispo de Barcelona que era de gran linaje y don Nuño Sánchez y el vizconde de Bearne. Llevaba el obispo consigo a don Guillén Ramón de Moncada que era su primo y a Ramón de Solsona y a Ramón Montaña y Arnaldo Dezvilar que eran dos caballeros muy señalados. Con don Nuño iban don Jofre de Rocabertí, Oliver de Termens, Ramón Roger, Guillén Asbert de Barcelona, Ponce de Vernet, Pedro de Barberá, Bernaldo Español, Bernaldo Olives, Bernaldo de Montesquiu y Castellros y dos ricos hombres de Castilla que Aclot no nombra (...)”. (75). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 80. Parte I. La familia Sancho en Menorca. “(…) GRAFÍA. El apellido Sancho presenta en la antigua documentación menorquina la grafía «Sanxo» y la corrupción «Xanxo», con las correspondientes formas desinencia les femeninas «Sanxa» y «Xanxa», propias de aquella época en que era corriente feminizar los apellidos.

ORIGEN. Esta familia era originaría de la isla de Mallorca, y debió de establecerse en la ciudad de Mahón en la primera mitad del siglo XVI. Así se desprende de lo que dice el mismo Abad Sancho en su carta fechada en Barcelona el 30 abril 1616: «Foren los primers fundadors de nostra casa en aquexa Isla nostros avi y avia». Y en fecha 15 agosto 1622 alude a los «serveys y mérits» de su familia, que dice ser «dels conquistadors de Mallorca». En la vecina isla existe la / (Página 81) noble familia de los Sancho de Jordana, de la que se ocupa el genealogista D. Joaquín M. Boyer en su «Nobiliario Mallorquín» (1); pero comparando la heráldica de ambas casas, y teniendo en cuenta que en Mallorca el apellido Sancho está bastante extendido, cabe concluir que los Sancho menorquines ninguna relación tenían con los mallorquines Sancho de Jordana (…)”. Página 80. Cita (1). “(…) Palma, 1945, tomo II, pág. 214 (…)”. MARTÍ CAMPS, Fernando. “Iniciación a la Historia de Ciudadela”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LVIIII-Séptima Época. Mahón. Primer semestre. 1967. Página 166. Capítulo décimo tercero. Ciudad de Blasones. “(…) En el

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transcurso del siglo XVII, y como extensión del prurito de hidalguías, a la sazón endémico en España, también en Ciudadela se registra un vivo afán por los títulos de nobleza: afán desmesurado que es más bien signo de decadencia que de esplendor... Hasta entonces la aristocracia venía reducida a un pequeño núcleo de familias, descendientes de los guerreros catalanes que más se distinguieron en la conquista de Menorca y quedaron en ella enfeudados. Eran gente de costumbres sencillas, que tenían en sus fincas una torre para defensa de la tierra y un caballo para servicio del Rey (…)”. (76). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Iniciación a la Historia de Ciudadela”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LVIIII-Séptima Época. Mahón. Primer semestre. 1967. Página 167. “(…). Categoría inferior a la de los nobles ocupaban los hidalgos. No tenían derecho al uso del deseado «don», sino tan sólo al tratamiento de «mossén», extendido más tarde a la burguesía y al clero (…)”. (77). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 80. Los padres del Abad. “(…) Los PADRES DEL ABAD. El primer miembro del linaje Sancho de Menorca del que tenemos datos ciertos es el padre del Abad, mossén Juan Sancho y Pons. En 1565 (2) residía en la ciudad de Mahón y estaba ya casado con la señora Juana Olives y Seguí (3). Ejercía el oficio de mercader (4), pero debió ser persona de distinción, pues en toda la documentación coetánea se le da el honorífico tratamiento de «mossén» o «mossó», propio en aquel tiempo del estamento de hildalgos (“Cavallers» y «Donzells») y de lo que ahora llamaríamos burguesía acomodada. Además su posición sería económicamente acomodada, cuando pudo enviar a sus hijos a cursar estudios en Cataluña, como más adelante se verá. Una carta que mossén Juan Sancho escribió en 1584 a su primogénito Pedro, el futuro Abad, que se hallaba estudiando en Barcelona, resulta un interesantísimo retrato en / (Página 82) que se nos presenta como varón religioso y padre prudente y ejemplar, que da a su mentado hijo los más sanos consejos morales e incluso higiénicos (rasgo curioso atendiendo a la época), con estilo lleno de ardor y viveza, si bien la ortografía, harto defectuosa, indica que no era el buen mercader hombre muy letrado (…)”. Página 80. Cita (2). “(…) Año más antiguo a que alcanzar los libros sacramentales de la parroquia de Mahón, guardados en el Archivo de la Curia Diocesana, en Ciudadela (…)”. Página 80. Cita (3). “(…) Consta por el libro 1° de bautismos de Mahón (1565-1587) sin foliar que «Joanna muller de Joan Xanxo” fué madrina de

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Juana Sancho, hija de Jaime, bautizada el 17 noviembre 1565. Ignoramos qué parentesco tendría este Jaime Sancho con la familia que nos ocupa (…)”. Página 80. Cita (4). “(…) Consta por el sobrescrito de la carta del futuro Abad, fechada en Montserrat el 22 enero 1588 (…)”. (78). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 82. “(…) Habiendo testado en poder del Notario Discreto mossén Jaime Badía, falleció en Mahón el 31 diciembre 1587 y fué sepultado en el convento franciscano de de Jesús (5). (…)”. Página 80. Cita (5). “(…) Archivo Diocesano, libro 1º de difuntos de Mahón (1565-1655) fol 5 (…)”. (79). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 82. “(…) La madre del Abad, Juana Olives y Seguí, era hija de mossén Marcos Olives y de la señora Margarita Seguí, naturales de Mahón y progenitores de la ilustre casa de Olives, que obtuvo Real Privilegio de Hidalguía en 1626, Título de Nobleza de Sangre en 1636 y el Condado de Torre-Saura en 1818. Juana Olives murió en Mahón el 29 diciembre 1611 y «fonch enterrada en lo monestir de Jesús en un del vasos del altar major ab hábjt», lo que induce a creer era terciaria franciscana; entre otras obras pías, dispuso «una Míssa matinal cantada lo día del Ssm. Sacrament (festa del Corpus) celebradora tots anys per los Preveres de Mahó» (6) (…)”. Página 80. Cita (6). “(…) Ibid., fol. 113. En la partida mortuoria aparece el año 1612, siendo en realidad el 1611; ello es debido a que el vicario que la redactó empezó a computar los años el día de Navidad, como hacían muchos en aquella época (…)”. (80). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 79. “(…) Figura interesante y significativa en la vida religiosa y cultural de su época fue el Reverendísimo Don Pedro Sancho y Olives, menorquín benemérito de la Iglesia y de la Hispanidad, monje benedictino del Real Monasterio de Ntra. Señora de Montserrat, fundador del primer priorato de su Orden en el Perú, historiador de la expansión montserratina por tierras de América, Abad de San Pedro de la Portella y de Santa María de Ripoll, y acérrimo propugnador de la re forma de los monasterios de la Orden de

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San Benito. A pesar de todo ello, el Abad Sancho no ocupa en las crónicas benedictinas ni en las obras de los historiógrafos menorquines el lugar que por derecho meritísimo le corresponde. En el presente estudio nos ceñiremos a contribuir a una ulterior y más completa biografía riel citado Abad, publicando su / (Página 80) interesante epistolario familiar, inédito hasta el presente y conservado en el archivo de la primera rama de la casa de Olives, de Ciudadela. Más antes de la transcripción y anotación de las cartas consideramos necesario dar algunos datos acerca de la familia Sancho en Menorca: su origen, los padres y hermanos del Abad; importancia social de esta casa, su nobleza, sus armas, su domicilio en Ciudadela. También adelantaremos un resumen biográfico del insigne Abad. De este modo nuestro estudio quedará dividido en tres partes: 1. La familia Sancho en Menorca. II. El Abad Don Pedro Sancho y Olives. III. Transcripción de su epistolario familiar (…)”. (81). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 65. Cita (1). “(...) Juana Sancho Olives soltera, en Mahón, el martes 22 de Agosto de 1595. Fue sepultada en el convento de Jesús, de frailes menores (Archivo Dioc. Libro 1 Difuntos Mahón, fol. 57 (...)”. (82). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 65. Parte II. Los hermanos del abad Pedro Sancho Olives. “(...) Carta 10. A su hermano Marcos Sancho. Montserrat, 24 septiembre 1595.- Trata del fallecimiento de su hermana. Su hermano Juan estudia leyes en Barcelona. Desea Don Pedro que Marcos se case para que su anciana madre esté más acompañada. “Yo he sentit y sentiré la morte de aquexta nostre Germane (1) (...) / (Página 66) que la va fer soterrar a v.m., aquest matex agraiment y voluntat. (...) y sobre tot en Joan com aquí esta ab mes perill que tot los demes per ser ia home (1) ell acabara sens falta sos estudis dins de mitx Any y se passara Bachiller (...). Tambe ´l suplic aconsole a mi señora Mare moltissim de part mie que per no donarli mes pena no li escric y pus reste tan sole procur v. m., se consolatio en sercarli qui li sie fille y li face la compañir que nostre sancte Germane li ha feta fins are, que ya v. m., es home (2) y me mare ni aquexa case me apar poden estar de la manera que are estan. Al señor Onclo (3) Beso las mans (...). De Montserrat y Setenbre a 24 1595.

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Son germá de v.m.” (Aquí descuidó Don Pedro Sancho de poner su firma) (...)”. Página 65. Cita (1). “(...) Juana Sancho Olives soltera, en Mahón, el martes 22 de Agosto de 1595. Fue sepultada en el convento de Jesús, de frailes menores (Archivo Dioc. Libro 1 Difuntos Mahón, fol. 57 (...)”. Página 66. Cita (1). “(...) Estaba a punto de cumplir los 23 años (...)”. Página 66. Cita (2). “(...) Contaba Marcos entonces 25 años (...)”. Página 66. Cita (3). “(...) Su tío materno mossén Bernardo Olives Seguí (...)”.Página 72. Parte II. Los hermanos del Abad: Joan y Francisco estudiaron en Barcelona y retornaron a Menorca. “(...) Carta 16. A su hermano Marcos.- Montserrat, 2 agosto 1597. Anuncia su próximo viaje a Castilla, donde permanecerá dos años para completar sus estudios. Notifica que su hermano menor Francisco salió de Montserrat para Barcelona y luego a Menorca. Su otro hermano Juan se da prisa para terminar sus estudios y regresar también a Menorca, contra la opinión de Don Pedro, que preferiría se estableciera en Barcelona. “Francisco no estave ab salud y vatxlo enviar a Barcelona y Mon germá (1) me apar que la enviat aquí perque lo miño ne gustave y pus a arribat a bon salvament Deu lo face bo y lo encamin (...) de Monst. y agost a 2 1597. Fra Pere Blay Sanxo”. (Hay un sello con las armas del Abad de Montserrat). Sobrescrito: “Al senyor Mossén March Sanxo, Mahó” (...)”. Página 72. Cita (1). “(...) Su hermano Juan que, terminados sus estudios de Derecho en Barcelona, está dispuesto a regresar a Menorca (...)”. (83). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 74-76. Parte II. Los hermanos del Abad. Juan, Doctor en Derecho, residente en Menorca. “(...) Carta 17. A su hermano Marcos.- Madrid, 13 agosto 1598.- Sus superiores le han elegido para la fundación de un monasterio benedictino en el Perú, y partirá para Sevilla el 16 de agosto. Desearía tener consigo, en América, a alguno de sus hermanos, especialmente a Francisco. Nótese que a partir de esta carta, nuestro monje emplea el idioma castellano, como hace siempre que reside fuera de Cataluña. (...) / (Página 74) “Suplico hermano de mi alma, y no le encomiendo cosa mas que esta, y que Francisquito estudie todo lo posible y escriva, que desde allí yo le ampararé meior que no hisiera estando acá (...) porque queria mucho que alguno de vs., ms., se viniesse por allá al menos Fransisquito, de lo

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que yo iré dando aviso, como me fuere hallando, solo pido que nadie desto entienda nada, hasta que se aian de venir y que en este punto me avise de su voluntad y lo consulte con nro., hermano, guardando secreto, asta que se aia de efectuar (...) / (Página 75) Guarde nro. Señor a v. m., en Madrid a 13 de agosto 1598. A mis tíos y tías y primas muchos besamanos y disculpas. El rei está a la muerte oleado. Dios le de buen fin (1). Fray Pº su hermano”. (Hay un fragmento de sello con armas abaciales). Sobrescrito: “A Marchos Sancho, y al Doctor Juan Sancho mis hermanos. La isla de Menorca” (...)”. Página 76. Cita (1). “(...) Su hermano Juan, ya doctor de Derecho y residente en Menorca (...)”. Página 76. Cita (2). “(...) D. Felipe II no murió sino algún tiempo después, al alba del domingo 13 septiembre de aquel mismo año 1598 (...)”. (84). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 71. Cita (1). “(...) La señora Juana Vell y Parets, casada con mossén Bernardo Olives Seguí, tío materno de nuestro benedictino, en Ciudadela el 21 agosto 1574 (Arch. Dioc., Libro i Matrimonios Ciudadela, 1566-1639, fol. 19 vº) (...)”. (85). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 67. Parte II. Marcos y Joan, hermanos del Abad. “(...) Carta 11. A su hermano Marcos.- Montserrat, 14 octubre 1595.- Pide unas vituallas para regalar probablemente a un maestro o bienhechor de su hermano Juan que continúa estudiando Derecho en Barcelona. Aconseja nuevamente a marcos que costee dichos estudios hasta el final. “Ja tinc escrit a v.m. per altres dues y axi are en esta no será mes que suplicar lo que me face merce de enviarme per lo primer vaxell que vingué quant sia lo temps un quintar de formatees y un baco, asso es ho ha de ser una ocasió que se m´offerex y ha de ser de molt profit per a tot nosaltros y en particular per en Joan y aci l´suplic no y age falte. Per amor de Deu lo prec que´s recort den Joan y que ´l favoresca (...) de Monst., y octubre a 14 1595. A mi Señora Mare mil besamans.

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Son germá. Sobrescrito: “Al señor Mossén March Sanxo Mercader, Mahó” (...)”. (86). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 70. Parte II. Marcos y Francisco, hermanos del Abad. Mosén Olivas, tío del abad. “(...) Carta 15. A su hermano Marcos.- Montserrat, 24 abril 1597.- Su hermano Francisco está estudiando en Montserrat. Don Pedro desaconseja a Marcos pretender una plaza en las galeras de Cataluña. “Las de v. m., tinc rebudes ab contento entenent que me mare y los demés estau ab salud, Francesc y yo la tenim, encare que may dexe de añorarse yo pens que li pasará (2) / (Página 71) Suplic lo que don mos besamans al Señor onclo mossén Olivas y a la señora tía (1) que li diga que en acabant de traure lo Ecce Homo que me ´l envia, y tenbé dará mos besamans a las senyoras cusines, y al Senyor onclo Pellisser y tie y a la Senyora Anna y son Marit, y a las cusines de Mal Buge y Bentauje y a tots los de case de Molines, Mossén Pau Serre y la Senyora se Mare y Germanes y a totom Gde. nro. Senyor & de Monst., y abril a 24 1597. Fra Pere Blay Sanxo”. Sobrescrito: “A Mossén March Sanxo, Mahó” (...)”. Página 70. Cita (2). “(...) Francisco aún no había cumplido los 12 años, Era el menor de los hermanos del Padre Sancho y fue sacerdote (...)”. (87). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 72. Parte II. Los hermanos del Abad: Joan y Francisco estudiaron en Barcelona y retornaron a Menorca. “(...) Carta 16. A su hermano Marcos.- Montserrat, 2 agosto 1597. Anuncia su próximo viaje a Castilla, donde permanecerá dos años para completar sus estudios. Notifica que su hermano menor Francisco salió de Montserrat para Barcelona y luego a Menorca. Su otro hermano Juan se da prisa para terminar sus estudios y regresar también a Menorca, contra la opinión de Don Pedro, que preferiría se estableciera en Barcelona. “Francisco no estave ab salud y vatxlo enviar a Barcelona y Mon germá (1) me apar que la enviat aquí perque lo miño ne gustave y pus a

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arribat a bon salvament Deu lo face bo y lo encamin (...) de Monst. y agost a 2 1597. Fra Pere Blay Sanxo”. (Hay un sello con las armas del Abad de Montserrat). Sobrescrito: “Al senyor Mossén March Sanxo, Mahó” (...)”. Página 72. Cita (1). “(...) Su hermano Juan que, terminados sus estudios de Derecho en Barcelona, está dispuesto a regresar a Menorca (...)”. (88). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 186. Parte II. Los hermanitos pequeños del abad: Francisco y Rafael. “(...) Carta 26. A su hermano Marcos.- Cuzco, 12 febrero 1603.- Felicita a Marcos por una gestión oficial que para remediar las necesidades de Menorca le encargaron las autoridades de la isla. Manifiesta que ha sufrido mucho en América y quiere regresar pronto a Montserrat. (...) / (Página 186) que en todas las cosas paresca hijo de un tan honrado y buen Padre como tuvimos (...) Y particularmente de la salud de mi Sa. (madre) a la qual besara las manos de mi parte que io querria poderlo hazer y servirla de rodillas, y assí le ruego a v.m., que lo aga pues de devemos tanto y Dios nos lo manda, a essos hermanitos Rafael y Francisco me encomiende mucho y me avise en que se ocupan, y particularmente querría saber si hacen estudiar a Francisco, y si no ruegole que lo hagan, pues tanto / (Página 187) importa a todos el ancaminarle bien, y si io se que estudia le aiudaré con alguna cosa para libros. A mi Señor Tío Bernardo Olivas y a mis Señoras Tía su muger y a mis Primas sus hijas de mis besamanos y me encomiende mucho y lo mismo a todos los de casa de nro Tío Miguel Pellisser y a sus hijos e hijas nras., primas y lo mismo a todos los de casa de nro., Tío Molinas y nras., primas sus hijas (...) En el gran Cusco a 12 de Hebrero 1603. Fr. Pedro Sancho”. Sobrescrito: “A mi hermano Marcos S...” (Está rasgado el papel (...)”.Página 86. “(…) Moseén Rafael Sancho y Olives fue bautizado en Mahón el 20 abril 1580. (…) No se trasladó a Ciudadela como sus hermanos Marcos y Juan, sino que permaneció siempre en Mahón, donde murió, sin dejar descendencia, el 12 septiembre 1631. Fue sepultado en el convento franciscano de Jesús, y en su testamento dispuso se celebrara “lo dia de son ebit Missa cantada de Assumtione beatae mariae Virginia”, según la interesantísima costumbre piadosa tan arraigada en aquella época (17) (…)”.

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(89). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 85. “(…) Blas Sancho y Olives fue bautizado en Mahón el 27 diciembre 1577 y murió durante el verano de 1584, en fecha que ignoramos, pues entonces no se anotaban en los libros de la Parroquia de Mahón las defunciones de los párvulos o “albats”, sinó únicamente las de los adultos o “cossos” (…)”. (90). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 77-79. Parte II. Tíos y sobrinos del Abad. “(...) Carta 20. De Don Pedro Sancho a su hermano Marcos.- Sanlúcar de Barrameda, 26 octubre 1598.- Hace ya dos meses que guarda tiempo favorable para la partida de la flota. Insiste en el deseo de que le acompañe en A mérica algún hermano suyo. (...) / (Página 79) y procure mirar por Fransisquito y encaminarle en que escriva y estudie bien que podrá ser huviesse de venir también y aviseme si Frasisquito esta con v., m., o con el Doctor Sancho (...). / (Página 79) En la ciudad de Lima que con esto vendrán a mi las cartas, podrá las v. m., remitir a nro., Primo el Licenciado Pellicer, (...) A mi madre suplico a v.m., que consuele y regale mucho ques mucha razón, ya que Dios le ha quitado todos sus hijos y en particular a mi, que la riruiera toda mi vida muy de buena gana a Raphael haga v. m., lo mismo y A mi Señora Madre de mis besamanos, y a los señores Tíos Mossén Bernat Olivas y mº Miguel Pellisser. A nros., primos Molinas y Oivas y A nras., Primas y en particular a la señora Margarida Olivas y me avise siempre dellas y a la señora Tía su madre y a la Muger de Mossén Miguel Pellisser Moça y vieja, y a todos los demás parientes, y en particular a las primas de Bentaufa y de Malbuge (...) En San Lucar de Barrameda del Río y puerto de Sivilla, a 26 de octubre del año 1598. Su Hermano” (Hay un sello con armas de Abad, y en torno una inscripción que empieza “PROTEGE NOS SEMPER...”). Sobrescrito: “A mi Hermano Marchos Sancho, Mahón” (...)”. Página 80. Parte II. La madre del Abad. “(...) Carta 21. A su madre Juana Olives.- Panamá, 30 marzo 1599.-Da cuenta del feliz arribo a las Indias y espera ocasión para trasladarse al Perú. (...) Sobrescrito: “A mi Madre Juana sanxa y olivas (2).Mahón” (...)”. Página 80. Cita (2). “(...) A la sazón las mujeres casadas (y viudas) adoptaban el apellido del

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esposo, feminizado, y añadían al apellido propio de ellas: este es el caso en “Joana Sanxa y Olives” del sobrescrito (...)”. Página 81-82. Parte II. Los familiares del Abad. “(...) Carta 22. A su hermano Marcos.-Panamá, 30 marzo 1599.- Salió de Cartagena de Indias el3 marzo y el 14 llegó a Panamá. En mayo irá a Lima. Desearía fuesen a América sus hermanos, pero hay muchas dificultades y allí es difícil ganarse la vida. “(...) Al doctor Sancho nuestro hermano doy con más cumplimiento (...) / (Página 82) A mi Señora Madre y hermanillos encomiendo a v. m., que por reverentia de Dios sirva y regale y de mis besamanos al Señor Alcayde y a su Muger. A mi tío Mossen Pellisser con sus hijos e hijas y Nuera. A Mossén Hieronimo Arnau, a Mossen Pau Serra y a su Madre y Hermanos, al Señor Retor, A mi tío y tía Mossen Olives con sus hijos e hijas y en particular a la Señora Margarita mi prima, y al Señor tío Molinas con sus hijos e hijas (...) en panamá a 30 de Março 1599. Fray Pedro Sancho”. (Hay un sello, bien visible, con un blasón abacial partido, cuyo flanco diestro presenta las armas de Montserrat. En torno un mote del que solo son legibles las palabras “...TVA POTENTIA PROTEGE NOS SEMPER”). Sobrescrito: “A mi Hermano Marchos Sanxo, Mahón” (...)”. (91). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Iniciación a la Historia de Ciudadela”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LVIIII-Séptima Época. Mahón. Primer semestre. 1967. www.RevistadeMenorca1967.pdf Página 166. Capítulo décimo tercero. Ciudad de Blasones. “(…) En el transcurso del siglo XVII, y como extensión del prurito de hidalguías, a la sazón endémico en España, también en Ciudadela se registra un vivo afán por los títulos de nobleza: afán desmesurado que es más bien signo de decadencia que de esplendor...

Hasta entonces la aristocracia venía reducida a un pequeño núcleo de familias, descendientes de los guerreros catalanes que más se distinguieron en la conquista de Menorca y quedaron en ella enfeudados. Eran gente de costumbres sencillas, que tenían en sus fincas una torre para defensa de la tierra y un caballo para servicio del Rey. Pero durante los últimos reinados de la Casa de Habsburgo empiezan a prodigarse los despachos de hidalguías y las ejecutorias de nobleza de sangre. Payeses acomodados y mercaderes enriquecidos pasan a engrosar el estamento nobiliario. Y éstos ya no se conforman con la severa parsimonia de los caballeros antiguos. Constrúyense grandes caserones, de mejor o peor gusto arquitectónico, por lo general carentes de unidad y simetría, ya que van ampliándose y reformándose a compás del crecimiento de la familia o de la pingüedad de las cosechas. Pero nadie, ni los nobles primeros, ni los caballeros noveles, descuída ostentar sus escudos de armas. Unos lo esculpen pomposamente en las fachadas, otros en lo alto de la / (Página

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167) escalera principal, los más modestos, en las claves de bóveda de las estancias. Así se abre en la ciudad una floración heráldica, en que se entremezclan y repiten los mismos blasones: la mata y los tres cardos, el almendro y el olivo, el saúco y la cinta roja, la campana y el ramo del que penden aceitunas...

Los caballeros y nobles, aunque sean originarios de Mahón o de Alayor, vienen por lo común a establecerse en Ciudadela. De aquí que un siglo después de la época en que ardió esta fiebre nobiliaria, pudo escribir aun el historiador inglés Amstrong: «En Ciudadela hay mayor número de dones y caballeros, que pueden hallarse juntos en el resto de la isla». Esto da a nuestra ciudad, aun en el día de hoy, una característica muy peculiar, que captan enseguida los espíritus observadores que nos visitan. Al contemplar hoy aquellos inmensos salones con retratos al óleo, aquellos zaguanes melancólicos en que resuenan sonoramente las pisadas, aquellos jardines con araucarias y rosales, umbrosos y llenos de evocación, una pregunta nos asalta indefectiblemente. ¿Cómo debían de vivir los caballeros y las damas que allí habitaron? Vida severa, vida aislada. El estamento principal se hallaba distribuido en una jerarquía tripartita, cuyos rigurosos límites no era lícito traspasar. En la cima, las familias de nobleza de sangre, cuyos miembros no se apeaban nunca del honroso «don». Sus relaciones sociales y sus entronques sólo podían realizarse con casas de rango igual. Su aspiración más viva era alcanzar del monarca algún título que les permitiera timbrar sus cuarteles con una corona heráldica. De hecho, la nobleza ciudadelana sólo logró una baronía en el siglo XVII, un marquesado en el XVIII y un condado en el XIX: los de más títulos que han existido en Ciudadela radican de fuera de la isla y se concedieron a casas forasteras. Categoría inferior a la de los nobles ocupaban los hidalgos. No tenían derecho al uso del deseado «don», sino tan sólo al tratamiento de «mossén», extendido más tarde a la burguesía y al clero. Quien obtenía el cíngulo militar era llamado / (página 168) «cavaller»; sus descendientes, «donzells ». Los hidalgos apetecían muy de veras entroncar matrimonialmente con las familias nobles, ya que en tal caso sus hijos ya podían ostentar el «don»...

Por debajo de los hidalgos estaban los ciudadanos distinguidos, llamados vulgarmente «mussons». Pertenecían a la clase media acomodada, eran hacendados o ejercían profesiones liberales —el foro o la medicina— que en ciertas familias pasaban de padres a hijos como una herencia intangible. Excepcionalmente ocurrió unirse en matrimonio algún «mussó» con una doncella de la verdadera aristocracia: abuso intolerable que, a los ojos de los nobles de entonces, socavaba peligrosamente los fundamentos mismos del buen orden y de la sociedad...

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Para conservar sin mezcla vulgar el lustre y limpieza de su sangre, la aristocracia había de matrimoniar, al correr de los siglos, siempre entre las mismas familias, con las funestas consecuencias que es fácil comprender, y que explica la total desaparición de tantas casas. Y para no desmembrar a cada generación los bienes familiares, distribuyéndolos entre la numerosa prole, guardábase estrictamente el derecho del mayorazgo: sólo el primogénito heredaba la hacienda, íntegra y a menudo vinculada al título nobiliario. Los segundones habían de vegetar célibes forzosos de expensas de los padres, hermanos mayores o sobrinos que fuesen, andando el tiempo, los jefes de su casa. Así vino a formarse, a cada generación y en cada familia linajuda, un grupo de solterones, cuyas hazañas y tipos hubieran sido dignas de la cáustica pluma de Quevedo o de un cartón de Goya. Con mano maestra nos trazó dos de estos figurones Ruiz Pablo en su atinada obra «El final de una leyenda». La aristocracia ejercía siempre parte activa en el régimen de la ciudad y de la isla. El primer estamento tenía un Jurado de la General Universidad. El Clavario, el Baile General y varios Consejeros eran por derecho establecido hijos de las principales familias nobiliarias. Además, los señores jóvenes / (Página 169) corrían toros y cazaban; cuando ancianos, administraban sus haciendas y se adormilaban pacíficamente durante las largas tertulias en las inmensas salas bien iluminadas de bujías. Algunos hubo que salieron aficionados a la historia o a la literatura, y de sus pacienzudas vigilias nos legaron obras inéditas, que aun hoy día se consultan con algún interés.

Al clero, a la sazón tan abundante, pertenecieron gran número de segundones. Algunos llegaron a las dignidades de la Pabordía o del Cabildo. Además, en varias familias fue el mismo jefe de la casa quien, al enviudar, abrazaba las órdenes sagradas (…)”. (91). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1948.pdf Página 82. El abad Pedro Sancho y sus hermanos. “(…) 1. Fué primogénito de los consortes arríba mentados insigne benedictino que nos ocupa, Pedro Blas Sancho y Olives, bautizado en Mahón el 14 de octubre de 1567 (7) (…)”. (92). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1948.pdf Página 39. Parte II. Síntesis biográfica del abad Don Pedro Sancho y Olives. Naturaleza, nacimiento e infancia. “(…) Confusas y contradictorias son las noticias que de la patria de este insigne benedictino nos proporcionan los autores.

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Así, Pujades, nos lo presenta como natural de Rosas, en el Ampurdán (1); según la Enciclopedia Espasa-Calpe, nació en Pons, provincia de Gerona (2). Un viejo catálogo montserratino, en cambio, da en la verdad al afirmar que nació en Mahón. Nació efectivamente, en dicha ciudad, «primogenitus Joanis Sancho et Pons et Joannae Olivas», según reza / (Página 40) la inscripción que ostenta el retrato del Abad conservado en casa Sintas, de Ciudadela. Vino al mundo un día del mes de octubre del año 1567; no se expresa aquél en la partida de bautismo, pero según la costumbre entonces vigente en la Isla de cristianizar a los nacidos cuanto antes, debió ser el mismo del bautismo o el anterior inmediato. Recibió las aguas regeneradoras en la iglesia parroquial de Mahón el 14 octubre 1567; se le impuso los nombres de Pedro Blas, que el futuro Abad no cambió al hacer su profesión monástica, sino que usó frecuentemente en las firmas. Fueron sus padrinos mossén Domingo Pons y la señora Clara, esposa de mossén Miguel Montayol. Transcribimos la partida bautismal, de gran importancia para demostrar ya de una vez la patria verdadera del Abad ripollerise: «A 14 de dit (Octubre 1567) fou batejat Pere Blay, fill de Joan Sanxo, compare m° Domingo Pons, menor (3), comare la senyora Clara, muller de m° Míquel Monteyol» (4). Nos faltan datos acerca de la niñez del futuro benedictino. Es probabilísimo que el niño Pedro Blas recibiera la instrucción primaria en el «Monestir de Jesús» que tenían en Mahón los frailes franciscanos, ya que era entonces común, entre los jóvenes menorquines que emprendían estudios, frecuentar primeramente alguno de los conventos existentes en la isla: franciscanos de Ciudadela y de Mahón y Agustinos de Ciudadela (5). Lo que si sabemos ciertamente es que nuestro / (Página 41) pequeño Pedro estudió desde su más temprana edad: «Com tú sabs -le escribe su padre en 1584- tota ta vida t’he tingut en etudis d’ençá que ets nat» (6). Cuando no contaba aun los 17 años, en julio-septíembre 1584, lo encontramos estudiando ya en Barcelona, hospedado en una casa particular. A la sazón estudiaba las humanidades; pide a su familia que le envíen la célebre obra enciclopédica de Ambrosio Calepino y cita frases de Cicerón (7). Su propósito era dedicarse a la Iglesia, pues su padre le en carga: «avise’m si has presa corona» (8), y promete ayudarle «fins (que) sias theólech» o «doctor en Cánones» (9). Interesante sería conocer como se despertó en el joven estudiante menorquín la vocación monástica que le llevó a solicitar el ingreso en la celebérrima Abadía de Nuestra Señora de Montserrat; mas sólo nos es dado saber que recibió la cogulla benedictina el día 12 de septiembre de 1585, a los 18 años no cumplidos. Durante su noviciado atravesó una grave crisis en su vocación, debida sin duda a la penosa situación en que entonces se hallaba aquel cenobio catalán, sujeto a los monjes de Valladolid, cuya actuación suscitó diferencias harto conocidas y lamentables. Este estado de angustia y cerrazón -dato biográfico

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interesante, que aumenta el valor humano del futuro Abad de Ripoll- fue providencialmente solucionado por las cartas alentadoras de un amigo de Barcelona, mossén Bernardo Sabater, y por la elección del Abad catalán Don Juan Campmany (10). Superado todo / (Página 42) obstáculo, hizo su profesión monástica el día de San Mateo, 21 de septiembre de 1586 (11). En 1588 fue designado nuestro joven monje para asistir a las clases que un padre predicador venido de Salamanca daba en Montserrat (12). Don Pedro Sancho ejercía por entonces algún cargo en la formación de los jóvenes de la escolanía (13), entre los que se contaron sucesivamente sus hermanos Rafael y Francisco. En diciembre del propio año 1588 recibió el sagrado orden del Subdiaconado de manos del Obispo de Vich, y a la sazón esperaba cantar su primera Misa dentro de tres años (14). En junio de 1590 residía el Benedictino menorquín en Zaragoza, pues refrendó como secretario un documento expedido en dicha ciudad el día 4 por Don Pedro del Campo, Abad de San Benito el Real de Valladolid y General de toda la Congregación; en dicho documento se otorgaba carta de hermandad y comunicación de los bienes espirituales de la Orden benedictina al M. Rdo. Dr. Marcos Martí, Paborde de Menorca, «porque vos -le dice- según nos fue notificado por nuestro amado Fray Pedro Blas Sancho, monje de Monserrate, os habéis señalado en la devoción y afición que a nuestra Religión tenéis». Y a la firma del Abad General sigue la / (Página 43) de nuestro monje: «Ex mandato Reverendissimi Generalis: Frater Petrus Blasius Sancho» (15). En septiembre de 1595 se encontraba de nuevo en Montserrat (16). Para después de Pascua de 1596 proyectaba un viaje a Menorca (17), aunque no hallamos prueba documental de que llegara a realizarlo. En septiembre de 1597 disponiase a ir a Castilla, donde había de completar sus estudios por espacio de dos años (18). En 1598, probablemente a principios de agosto, fue llamado a Madrid desde Zamora, donde residía, y en la Corte el Abad de San Martín, Dom Bernardino de Navarra, notificole que se le había designado para la fundación de un monasterio benedictino en el Perú, según los deseos de Don Felipe II. «Voy -escribe Dom Pedro Sancho a su hermano Marcos, con grandísimos favores del Rey y del Príncipe y de todos los Señores desta corte, y muy contento pues me lo mandan mis perlados que están en lugar de Dios, sin procurarlo ni pretenderlo yo, ni aun imaginarlo, y espero que Su Divina Magestad me ha de hazer muchas mercedes por este camino, y la Madre de Dios de Montserrat, pues para servirla (emprendo) una jornada de tanta dificultad. Aunque no dexo de sentir mucho el apartarme tanto de mi tierra y de mis deudos y amigos, pero espero en Dios que nos veremos algún día con más gusto, y si no, en el Cielo» (19). En la segunda quincena del mismo mes de Agosto de 1598 partió para Sevilla, en donde estaba ya el día 29, muy / (Página 44) atendido por los funcionarios de la Casa de Contratación de Indias y provisto de

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nombramiento de Capellán Mayor de la Armada; allí había de esperar ocasión favorable para emprender el viaje (20). Por causa del tiempo no zarpó hasta el día 27 de noviembre. Iba con el Padre Sancho otro monje montserratino, llamado Don Bernardino de Arguedas, que había de fundar un monasterio en Méjico (21); pero en las cartas del Benedictino menorquín ninguna alusión hallamos a este su compañero. La flota en que viajaba nuestro monje arribó a Cartagena de Indias a últimos de febrero o principios de marzo de 1599. Don Pedro Sancho salió de dicha ciudad el día 3 de marzo y llegó el día 14 a Panamá, «a siescientas leguas -escribe- de la ciudad de Lima donde yo abré de parar, y me partiré para ella, ayudándome Dios, por todo el mes de mayo» (22). El día primero de octubre de 1599 llegó a la Ciudad de los Reyes (Lima) (23), «donde le recibieron y acariciaron mucha gente principal y devota, y en particular le favorecieron mucho los Padres de la Compañía de Jesús, y allí edificó una iglesia, con un cuarto de casa muy buena, en uno de los mejores sitios que ay en la ciudad, al fin de la calle más principal que cae sobre el rio y en medio de muchas azequias. Tiene la iglesia 30 pies de ancho y más de 100 de largo, con su Capilla mayor y muy linda reja y retablo, en el que está retratada la Montaña de Montserrate y Monasterio, con sus Ermitas, y en medio la Imagen de N. Señora, con N. P. San Benito a un lado y Santa Escolástica a otro. Tiene / (Página 45) cálizes, frontales y doseles, alhombras y campana; y valdrá todo lo que allí tenernos hasta aora, como diez mil ducados. El día de Reyes del año de 1601, la bendixo el Sr. Arçobispo, acompañado de su Cabildo, estando en ella en la calle y plaça casi toda la ciudad, con gran música y tiros, y a la noche muchas luminarias. Estuvo la capilla toda colgada con tres altares ricamente adornados, y al día siguiente, que fue domingo, el dicho P. Fr. Pedro Sancho dixo por la mañana la primera Missa reçada, y la Mayor celebró de Pontifical un obispo, y predicó el P. Povincía1 de la Compañía un sermón eloquentísimo, y trató mucho de las grandes as y milagros que hace N. Señor en Montserrat por intercesión de su Santísima Madre, y movió mucho a devoción a toda la gente; y estando allí todos los Prelados de las Ordenes, Consejo Real y Cavalleros de Alcántara y Calatrava; y en suma fue una de las más regocijadas y devotas fiestas que se han hecho en aquella tierra, por ser el lugar devoto, y de mucho recreo del alma». Así describe el Padre Argáiz (24) la fundación del primer priorato montserratí en América, según datos suministrados por el mismo Don Pedro Sancho en su carta de 30 abril 1609, que existía en el archivo de Montserrat antes de su destrucción por los franceses en 1811. En carta fechada en Montserrat el 11 abril 1602 y dirigida por el Abad Don Lorenzo Nieto al Paborde de Menorca Dr. Marcos Martí, hallamos una interesante referencia a nuestro monje «Del P. c Fr. Pedro Sancho ha cerca de un año que no tengo carta y en la última que recibí suya me avisaba como estava con salud y mucho

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contentamiento en el Piru, y havra corno 15 días que passando por esta santa casa un mercader valenciano que venía de Indias me dijo que le havia visto y hablado diversas veces y que estava / (Página 46) con entera salud obrando una casa e iglesia a invocación de Ntra. Señora de Montserrate Pienso tener brevemente nuevas frescas; porque ha llegado ya la flota de Indias a Sevilla y espero que serán como aquí deseamos” (25). Al principio ilusionaba a Don Pedro Sancho que sus hermanos, especialmente Marcos le acompañasen en América (26); pero un año después de haber partido de España el monje, ya les desaconsejaba la azarosa jornada: «Allo todas las cosas -les escribe- muí diferentes de lo que por ay se piensa, y me paresce que cuesta más por acá ganar que comer que no en España, y por uno que va medrado quedan acá mil, y así me paresce que se estén en sus casas y pues Dios les ha dado caminos honrados con que en ellas ganen que comer, le gane ay sirviendo a Dios, que por acá todo falta, y así sin duda que mi buelta será lo más presto que yo pueda plaziendo a Dios» (27). Mas durante su estancia en el Perú no dejó nunca de preocuparse Don Sancho por el bienestar de su anciana madre y por la Suerte y estudios de sus hermanos, en especial del menor, Francisco, y por el estado de los demás parientes y amigos (28). En las cartas escritas por el benedictino menorquín des de tierras americanas se nos manifiestan algunos rasgos psicológicos que es interesante observar. Sea el primero su entrañable amor al venerando cenobio montserratino: «Espero en Dios que me pagará los trabacos que por su amor passo, en bolverme a mi sanctísima casa» (29). «Siempre hallo / (Página 47) de menos a mi sanctisíma casa y parientes y amigos pero con suélome con ver que esta la voluntad de Dios y que de aquí a seis o ocho años abre vuelto a España» (30). Esta esperanza del regreso y sobre todo el amor a Nuestra Señora de Montserrat le hacen tolerables los trabajos y penalidades que encuentra: «E trabajado aquí mucho y padescido grandes trabajos y enfermedades» (31). «Acá trabajamos lo que podemos en servitio de la madre de Dios Ntra, Sra. la qual encamina siempre mui bien todas nras cosas y me aiuda enmuchos trabajos que se passan aunque el ver que son por suamor, los haze tolerables, ruegole que inc saque dellos y me lleve ay con bien que no tenemos en las Indias mas consuelo que pensar que hemos de bolver algún día a España» (32). El espíritu sobrenatural que animaba al buen benedictino en medio de estas dificultades se pone bien de relieve al pedir a sus familiares rueguen a Dios «para que inc aga para esta Jornada tan sancto como devo ser, pues es de tanta honra y gloria suya» (33). Aunque en 1601 Don Pedro Sancho pensaba regresar a España «de aquí a tres o cuatro años» (34), en 1603 salió «por la tierra adentro, a procurar ajuntar alguna buena limosna para ir con ella a Montserrat y sin duda -añade- que en juntándola me bolvere» (35) sabernos por el P. Argáiz (36) que nuestro monje encontrábase aun en América el 30 abril

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1609. Bien poco tiempo después debió emprender el regreso a España, por cuanto el 24 de octubre del propio año / (Página 48) 1609 va escribe a su hermano, mossén Marcos desde Barcelona (37). Según el P. Argáiz (38) «bolvió Fr. Pedro Sancho a España con mucha honra, estuvo en Montserrate muy estimado», pero de las cartas 28-30 se deduce que a su regreso de América residió en Barcelona, sin que se encuentre ninguna alusión a Montserrat. Era muy considerado y comensal frecuente del Obispo de Barcelona (39). Probablemente entonces escribió nuestro monje su relación del origen de la Orden Benedictina en las Indias (40), que sólo conocemos por unos extractos que de ella hizo Pujades; según este historiador, fue dicha obra presentada «á la magestad del Rey D. Felipe el Prudente» (41), lo que cronológicamente no puede admitirse (42); debió ser ofrecida a su hijo D. Felipe III. El ilustre bibliotecario de la Vaticana e historiador montserratino Don Anselmo M. Albareda (43) se inclina a creer que el P. Sancho escribió además una relación histórica de Montserrat, independientemente de las mentadas memorias, ya que el mismo Pujades cita algunos fragmentos en que el benedictino menorquín trata de acontecimientos de aquella / (Página 49) Abadía en el siglo XIV, que no pueden formar parte de las crónicas de América (44). En febrero 1612 Don Pedro Sancho estaba a punto de recibir las bulas de su Abadiato de S. Pedro de la Portella, y solicitaba de su hermano Marsos un préstamo para reunir las «sincocientas libras que costaran las bulas» (45). En la inscripción que el Abad envió a Menorca para que se pusiera en su retrato (46) se lee: «Post multos labores in Indiis occidentalibus & Curiis Romana & Hispana Dei amore perpes sos, a Philippo 3. Rege catholico ad Abbatiam Sancti Petri de la Postella promotus Auno 16011 (por 1611). A Paulo quinto Pontifice Maximo Abbas creatus Anno 1612». En cambio, en la inscripción que actualmente hay al pie del re trato existente en Ciudadela (47) se dice erróneamente: «Ad Abbatíam Sancti Petri de Horteil promotus anno 1621, eta Paulo V Pontifice Maximo Abbas creatus anno 1622». El historiador Pujades escribe así de la primera Abadía que rigió nuestro benedictino: «Pedro Sanxo (sic) Dr. en Theología fue monge de Montserrate y procurador de la casa en Indias. De allí promovído a Abad de Sta. María de la Postella unida con S. Pablo del Campo de Barcelona» (48). Sabemos por sus cartas que en este último monasterio solía residir habitualmente (49), y allí le sorprendió la muerte de su hermano Francisco en 1619, la cual, además de afectarle mucho, le envolvió en espinosos asuntos testamentarios y a / (Página 50) la postre le ocasionó una larga enfermedad muy probablemente contraída por contagio tífico (50). En febrero-abril 1621 estuvo el Abad Sancho de viaje en Madrid, y en junio del propio año notificó a su hermano Marcos su promoción a la abadía de Ripoll, «que en calitad cantitad y grandeza y numero de vasalls -escribe- es la Abbadía mayor quey ha en España... me

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encomane a nre Señor, pera que me dexe ben acertar a governar aquel! Monastir y sos llocs» (51). La inscripción de su retrato dispuesta por el Abad dice con acierto: «A Philippo 4 ad Abbatiam Rivipulli presentatus & A Gregorio 15 confirmatus Anno 1621» (52). Según D. José M. Pellicer, el benedictino menorquín «fue el sucesor que el Rey designó al Abad Senjust, al ser este pro movido al Obispado de Elma. El nuevo Abad -añade- consagró en 14 de mayo de 1623 el altar mayor de Santa María (de Ripoll) al cual fueron trasladadas las reliquias» (53), Esto no significa que el abad Sancho estuviera dotado del carácter episcopal, por cuanto los Abades «nullius», cuál era el de Ripoli, podían entonces, como ahora en el nuevo Código (54) consagrar iglesias y altares fijos en sus territorios, aun careciendo de la consagración episcopal. Una historia de Montserrat de principios del siglo XVIII hace de nuestro Abad el siguiente elogio: «R. P. Petrus Sancho Vir probitate et doctrina praeditus. Prímun in / (Página 51) Abbatiam S. Pauli Barcinonensis, deinde in abbatian Pivipollensem evectus est. Vtreeque antem perpetuae sunt» (55). Los principales asuntos de que trata el Abad en sus cartas familiares son: el proyecto de Marcos de armarse Caballero (56), el establecimiento en Mahón de una comunidad de monjas Concepcionistas, a las que el Abad daría muchas cosas y ayudaría «si fuessen Benitas» (57), y sus deseos de que su hermano Marcos o alguno de los hijos de éste fuesen a residir en Cataluña y ocupasen la plaza de Gobernador de los lugares sujetos al Abadiato (58). En varias cartas nos habla el Abad de sus muchos gastos, mayores en Ripoll que cuando estaba en la Portella: «Estic ab maíors obligacions y estíc molt gastat de la anada de la cort y me sobrevenen mayors gastos... y a mes de asso tinc de posar y sustentar una casa cornpetent a las mias obligacions» (59). «Estic empenyat en casi tres muja lliures, sí be vatx tractant de pagar y silo Señor done vida se podrá acudir a tot» (60); a pesar de lo cual afirma en la misma carta: «Yo m trobo molt be en aquesta Prelacía la qual es de las Mayors de aquest Regne». En otras ocasiones alude a las grandes ocupaciones que le incumben en su nuevo Abadiato: «Estic en aquesta ciutad -escribe desde Gerona en mayo 1622- días ha en unas / (Página 52) grandísimas ocupationes del Servey deT Señor, de Se Magd. y de la Relígio, las quals penso concloura dins quince Dias, y tornarmen al meu Monastír» (61), y un año después afirma que ya Se Siente «veil y Cansat, que may las ocupacions y quefers me donan una hora de repos, per mes quel desitjo y procuro, y espero que mel donará lo Señor quant ell será servit» (62). «So tingut en opinio de home molt recte -escribe en 1622- y que los meus vull que sian los millors» (63). Así se comprende su labor reformadora, de la que dice Pellicer: «Consecuente con sus particulares aficiones, Fr. Pedro Sancho se puso luego de parte de los que pretendían reducir las casas de 5. Benito de Cataluña al modo de la Congregación de San Benito de Castilla lo que le ocasionó serios

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disgustos» (64). Pujades alude también a estas dificultades y llega a afirmar que «fue a Roma y a Madrid para meter la reformación en Ripoll... donde siempre fue mal quisto» (65). A esta resistencia de los monjes claustrales de Ripoll a la reforma de Valladolid que pretendía el Abad Sancho se refiere éste al tranquilizar a su hermano Marcos por si han llegado a conocimiento del mismo las divergencias surgidas en Ripoll: «Si acas arribaven a noticia de y. m. algunas pesadumbres que tinc ab aquestos religiosos de aquest Monastir no te de que tenir cuydado, porque no son per mes que voler yo que de veres se face lo servey del Señor y s cunple ale nostras obligatjons, en que no faltaua lo señor ni / (Página 53) moltes personas honradas al costat y axí no y ha que tenir pena» (66). Tanto Pujades como Pellicer (67) dicen que el Abad Sancho no pudo lograr su intento de reforma, por sorprenderle la muerte en Ripoll el año 1627 (68). Según el P. Argáiz, en cambio, habría sido trágico el fin del Abad reformador: «Las cosas vinieron a enconarse de suerte que dos monges de Ripoll, ministros detestables, acometieron una cosa enorme, que fue quitar de por medio al Abad Fray Pedro Sancho, y lo executaron, poniéndole dos barriles de pólvora debaxo del aposento... y dándoles fuego le bolaron con todo el aposento, y le quitaron la vida... Sucedió el caso el año de mil seiscientos veinte y cuatro, sino me engaño, o veinte y cinco» (69). «Aquesta noticia -nos escribe el Archivero de Montserrat D. Cipriano M. Baraut- no la he vist en lloc mes confirmada, aixó i el fet de que el P. Argaiz sovint fa confusions lamentables permet posar-ho en dubte. En tot cas es peró cert el que diu referent a l’intent de l’abad Sancho de reformar el monastir de Ripoll». Ya hemos visto más arriba como lo afirma el mismo Abad en una de sus cartas. En cambio la inscripción del retrato a que varias veces liemos aludido dice: Obiit anno 1629, etatis suae sexagesímo segundo». Y afirma que a la sazón era «ab eodem Philippo IV. ad. episcopalem sedem Majoricensem electus». Fuera de estas palabras nada más hemos hallado respecto de la elección episcopal del Abad Sancho. En 1629 era / (Página 54) Obispo de Mallorca Don Baltasar de Borja (15 abril 1626-l0 julio 1630), y ni entonces, ni tampoco retrocediendo se halla indicio alguno de nuestro Abad en la documentación de Mallorca ni en los catálogos episcopales de aquella diócesis, como P. Gams y Villanueva). Ninguna luz arrojan sobre este punto las cartas del Abad, pues la última data de unos cuatro años antes de su muerte (70). ¿Será un error de la inscripción, bastante defectuosa, como hemos visto, en cuanto a cronología? ¿Su pretendida elección episcopal fue tan sólo un propósito del monarca, que no pudo pasar adelante por el fallecimiento de Don Pedro Sancho? Es éste un punto interesante de la biografía del Abad; mas, por rebasar los límites de estos apuntes concernientes tan sólo a la documentación menorquina dejámoslo al estudio de quienes puedan esclarecerlo con mayor preparación y con los necesarios medios de

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trabajo. Cerremos esta segunda parte con una nota relativa a la iconografía del Abad. Dedúcese de varias de sus cartas (71) que ya en 1621 existía en Menorca, en casa del capitán mossén Marcos Sancho, un retrato de su hermano el Abad, con una inscripción corta al pie y otra larga en la parte posterior de la tela; ambas fueron corregidas y completadas por Don Sancho al ser éste promovido a la Abadía de Ripoll. En una «Estimatio dels bens mobles» de la familia Sancho, hecha en 1662 y a la que nos hemos referido repetidamente, mencionaba «un quadro de tela gran ahont esta pintad lo Abad Sancho», y se le estima por valor de cinco libras (72). En la casa que posee en Ciudadela la noble familia Sintas, a la que pasó, como dijimos la representación del / (Página 55) linaje Sancho se conserva un retrato al óleo del Abad (le gran tamaño. Aunque presenta la inscripción larga al pie y no al dorso de la tela creernos es el mismo cuadro de 1621 con el rótulo añadido debajo y modificado después de la muerte del Abad. Aparece éste de cuerpo entero y sentado de faz austera y morena; viste hábito y muceta negros y sobre ésta fulge la cruz pectoral, pendiente de gruesa cadena. Su dieztra sostiene un papel y su izquierda descansa sobre el brazo del sillón. A su lado derecho se ve una mesa cubierta de rojo tapete, sobre la cual hay un crucifijo, papeles y la mitra abacial; al fondo reluce el báculo. A su izquierda destácase, en la parte superior, un escudo ovalado de Sancho cortado de Pons, trimbrado del capelo de abad. La inscripción contiene algunos errores de fechas (73) que hemos ya indicado en el curso de esta segunda parte. Dice literalmente así: «Venerabilis Dei Servus Petrus Sancho Ordinis Sancti Benedícti. Primogenitus Joannis Sancho Pons et Joanae Olivas, anno 1567 factus monach. Montis-Serrati, anno 1586 jam Sacrae Theologiae acutissirnus Professor et post multos labores in Indias occidentales ob defensionen Hispaniae et Curíae Romanae perpessos a Philipo IV Rege Cath. oco., ad Abbatiam Sancti Petri de Hortell promotes anno 1621, et a Paulo V Pontífice Maximo Abbas creatus anno 1622. Deinde a Philipo IV Abhatiam Btae. virginis Mariae Rivipulli prae sentatus & Gregorio XV confir.fi! anno 1623 et tanadem ab eodem Philipo IV ad Episcopalem Sedem Majoristensern elec tus. Obiit auno 1629 aetatis suae sexagesimo secundo O.P.M.» El Historiador menorquín D. Rafael Oleo Quadrado trae copia de esta inscripción al ocuparse del Abad Sanchoen su catálogo de personas que figuraron en Menorca. Y añade este dato: «Dícese que obtuvo la Abadía de S. Pedro de Exlonzas (León)», lo que no hemos visto en parte alguna ni creemos verdadero (74) (…)”. Página 39. Cita (1). “(…) «Crónica universal del principado de Cataluña», Barcelona 1830, tomo VI, libro XII, cap. XXVI, pág. 410 (…)”. Página 39. Cita (2). “(…) Artículo «Sancho (Pedro)». Tomo 53, pág. 1251 (…)”. Página 40. Cita (3). “(…) No estando en aquella época en uso los apellidos maternos, se distinguí a con los adjetivos «major» o «menor» a dos

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personas de iguales nombre y apellido (…)”. Página 40. Cita (4). “(…) Archivo Diocesano: Libro 2.° de bautismos de Mahón (1565-1587), sin foliar (…)”. Página 40. Cita (5). “(…) Los Agustinos de Monte-Toro, los Franciscanos de Alayor, los Antonianos de Ciudadela y los Carmelitas de Mahón establecieron sus residencias con posterioridad a la época que historiamos (...)”. Página 41. Cita (6). “(…) Carta n.º 2 (transcrita en la tercera parte de este trabajo) (…)”. Página 41. Cita (7). “(…) Carta n º 1 (…)”. Página 41. Cita (8). “(…) «Pendre corona» significa recibir la primera clerical tonsura (…)”. Página 41. Cita (9). “(…) Carta 2 (…)”. Página 41. Cita (10). “(…) Carta 3 (…)”. Página 42. Cita (11). “(…) En la inscripción que el Abad Sancho mandó en 1622 a Menorca para que se pusiera en un retrato suyo (carta 44) se lee: «Factus monachis Montis Serrati anno 1586». En la Enciclopedia Espasa (art. «Sancho» cit,) se menciona el mismo año de profesión (…)”. Página 42. Cita (12). “(…) Carta 5. Es por tanto cronológicamente inexacto este inciso del rótulo del retrato del Abad conservado en Ciudadela: «Anno 1586 jam Sacrae Theologjae acutisimus professor». Véase esta inscripción íntegra al final de la segunda parte de este trabajo (…)”. Página 42. Cita (13). “(…) Así se desprende de la carta 6 (…)”. Página 42. Cita (14). “(…) Carta 9 (…)”. Página 43. Cita (15). “(…) Archivo de la rama primera de Casa Olives (Ciudadela) *Papers tocants a la Jornada de Constantinopla que feu el Sr. Paborde D. March Marti». t. 2.° (…)”. Página 43. Cita (16). “(…) Carta 10 (…)”. Página 43. Cita (17). “(…) Cartas 13 (…)”. Página 43. Cita (18). “(…) Carta 16 (…)”. Página 43. Cita (19). “(…) Carta 17 (…)”. Página 44. Cita (20). “(…) Cartas 18 y 20 (…)”. Página 44. Cita (21). “(…) P. Argáiz «La Perla de Cataluña» Madrid, 1677, cap. I.XVI, pág. 227 (…)”. Página 44. Cita (22). “(…) Carta 22 (…)”. Página 44. Cita (23). “(…) Carta 23 (…)”. Página 45. Cita (24). “(…) Obra y lugar citados (…)”. Página 46. Cita (25). “(…) Archivo de la 1ª rama de Olives, de Ciudadela: documentación relativa al Paborde Martí, ya indicada (…)”. Página 46. Cita (26). “(…) Cartas 17, 18, 20 y 22 (…)”. Página 46. Cita (27). “(…) Carta 23.-Véase también la 26: «En lo que toca a su venida a estos Reinos nunca lo e juzgado por conveniente» (…)”. Página 46. Cita (28). “(…) Cartas 21 24 y 26-27 (…)”. Página 46. Cita (29). “(…) Carta 21 (…)”. Página 47. Cita (30). “(…) Carta 22 (…)”. Página 47. Cita (31). “(…) Carta 26 (…)”. Página 47. Cita (32). “(…) Carta 27 (…)”. Página 47. Cita (33). “(…) Carta 23 (…)”. Página 47. Cita (34). “(…) Carta 24 (…)”. Página 47. Cita (35). “(…) Carta 26 (…)”. Página 47. Cita (36). “(…) «La Perla de Cataluña», cap. LXVI, pág. 227 (…)”. Página 48. Cita (37). “(…) Carta 28 (…)”. Página 48. Cita (38). “(…) Obra y lugar citados (…)”. Página 48. Cita (39). “(…) Carta 29 (…)”. Página 48. Cita (40). “(…) «Al volver a Montserrat compuso una obra titulada “Historia de la Orden de S. Benito en la India”. Enciclopedia Espasa, art.

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Sancho (Pedro) tomo 53, pag. 1251 (…)”. Página 48. Cita (41). “(…) «Crónica Universal del Principado de Cataluña» Barcelona 1830, tomo 6, libro 12, cap. 26, pag. 410 (…)”. Página 48. Cita (42). “(…) Don Felipe II murió el 13 de septiembre 1598. Cuando Don Pedro Sancho aguardaba aún en Sevilla viento favorable para su travesía (…)”. Página 48. Cita (43). “(…) «Bibliografía deis Monjos de Montserrat» segle XVI en «Analecta Montserratensja», volumen VII, pag. 272 (…)”. Página 49. Cita (44). “(…) Obra cit.; por ejemplo cap. 21 donde se cuentan diferencias habidas en 1346 entre los monasterios de Montserrat y de Ripoll (…)”. Página 49. Cita (45). “(…) Carta 30 (…)”. Página 49. Cita (46). “(…) Carta 44 (…)”. Página 49. Cita (47). “(…) Véase la inscripción al final de esta II parte (…)”. Página 49. Cita (48). “(…) Obra cit. tomo VI, folío 12, cap. 12. pag 363 (…)”. Página 49. Cita (49). “(…) Cartas 31, 33-36, 38 y 39 (…)”. Página 50. Cita (50). “(…) Cartas 32, 33 y 34 (…)”. Página 50. Cita (51). “(…) Carta 40 (…)”. Página 50. Cita (52). “(…) Carta 44—En cambio la inscripción que lleva el retrato (Véase al final de esta II parte) trae otra inexactitud al decir que fue promovido a la Abadía de Ripoll en 1623 (…)”. Página 50. Cita (53). “(…) «Sta. María del Monasterio de Ripoll», reseña histórica, Mataró 1888. Cap. IX La Congregación claustral tarraconense, pag. 199 (…)”. Página 50. Cita (54). “(…) Canon 323, parágrafo 2 (…)”. Página 51. Cita (55). “(…) «Una historia inédita de Montserra», en «Analecta Montserratensia» volumen IV, pag. 46 stes (…)”. Página 51. Cita (56). “(…) Cartas 31, 45-48 y 51 (…)”. Página 51. Cita (57). “(…) Carta 37—Algún perjuicio contra la Orden benedictina opondría Marcos al contestar al Abad, por cuanto éste en la carta 39 teje una gran apología de «la religió del glorios Pare St. Benet, porque en ninguna de tota la Iglesia de Deu y ha aguda ni hi ha mayor santedad» (…)”. Página 51. Cita (58). “(…) Cartas 41, 43, 45, 50, 5. y 55 (…)”. Página 51. Cita (59). “(…) Carta 41 (…)”. Página 51. Cita (60). “(…) Carta 42 (…)”. Página 52. Cita (61). “(…) Carta 44 (…)”. Página 52. Cita (62). “(…) Carta 47 (…)”. Página 52. Cita (63). “(…) Carta 42 (…)”. Página 52. Cita (64). “(…) «Sta. María del Monasterio de Ripoll». Mataró 1888, cap. IX, pag. 199 (…)”. Página 52. Cita (65). “(…) «Crónica Universa! del Principado de Cataluña» tomo VI, libro XII, cap. 12, pag. 363 (…)”. Página 53. Cita (66). “(…) Carta 53 (…)”. Página 53. Cita (67). “(…) Obras y lugares citados (…)”. Página 53. Cita (68). “(…) Pellicer es más concreto al señalar la fecha del fallecimiento: 8 agosto 1627 (…)”. Página 53. Cita (69). “(…) “Perla de Cataluña”, cap. LXXIII.pan. 246 (…)”. Página 54. Cita (70). “(…) Carta 55, fechada en Barcelona el 22 mayo 1625 (…)”. Página 54. Cita (71). “(…) Cartas 41, 42, 44 y 53 (…)”. Página 54. Cita (72). “(…) Arch. Dioc. Documentación del Sto. Oficio, Ciudadela 1550-1675 (…)”. Página 55. Cita (73). “(…) Compárese con la inscripción corregida por el Abad, que transcribimos a

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continuación de la carta 44 (…)”. Página 55. Cita (74). “(…) «Historia de la Isla de Menorca», Ciudadela 1876, Tomo II, Cuarta parte. cap V, pag. 563 y sec. (…)”. (93). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll (Continuación”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Año XLVI. Sexta Época. Mahón. 1950. Suplemento. “Na Patarra”. Por: Alberto GOMILA SIREROL. Mahón. Septiembre. 1950. www.RevistadeMenorca1950.pdf Página 189. Parte II. Boda de Marcos Sancho, hermano del Abad. “(...) Carta 28. A su hermano Marcos.- Barcelona, 24 octubre 1609.- Ya en España, se congratula por el buen casamiento que ha hecho Marcos. Envió a Menorca a un hermano suyo (indudablemente Francisco, que estudiaba en Barcelona) (...) “Muy grande contento e tenido con los avisos y cartas que v. m. me a escrito de su casamiento (2) y mas de que en el aya ydo todo tan honradamente, en que ha demostrado v. m., muy bien todo lo que siempre esperávamos de su discretion (...). a 24 de octubre 1609.  F. Pº. Sancho (...)”. Página 189. Cita (1). “(...) Marcos Sancho casó en Ciudadela, el 17 agosto 1609, con Catalina Serra Squella, hija de Pablo y de Valentina, perteneciente a la aristocracia menorquina (...)”. MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1948.pdf Página 82. El abad Pedro Sancho y sus hermanos. “(…) 2. Siguióle mossén Marcos Sancho y Olives, bautizado / (Página 83) en Mahón el 11 abril de 1570. Como su padre, ejerció primeramente el oficio de mercader en su ciudad natal. Hacia 1600 fué designado por las autoridades de la Isla para «remediar las necesidades de su tierra», como escribe su hermano el Abad en su carta fechada en Cuzco el 12 febrero 1603, y realizó en la península ciertas gestiones encaminadas muy probablemente a la adquisición de trigo, del que hartas veces sintió falta Menorca en aquella época. El día 17 de agosto de 1609 casó en Ciudadela con la señora Catalina Serra y Squella, entroncando de este modo la familia Sancho con la aristocracia ciudadelana (8). En 1621 era mossén Marcos Sancho «Capitán del socorro del castillo de San Phelipe del puerto de Mahón» (9), es decir, jefe de una de las compañías de paisanaje formadas para reforzar en caso de apuro la guarnición ordinaria (regularmente forastera) existente, en la célebre fortaleza que defendía la entrada del puerto de Mahón. En 5 junio 1625 el Rey Don Felipe IV despachaba Privilegio de Caballero a favor de mossén Marcos Sancho, quien, siguiendo la costumbre de cuantos menorquines eran a la

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sazón condecorados con el honor militar, deja su ciudad de Mahón para establecerse en Ciudadela, sede de la aristocracia isleña, en fecha que oscila entre los años 1627 y 1629 (10). Su hermano el Abad trató a mossén Marcos con mucha estima. A él dirigió 44 de las 52 cartas suyas que se conservan en el epistolario, como se verá en la tercera parte de este trabajo; y en todas ellas le da el honroso tratamiento de / (Página 84) «mossén» y de «vostra mercé», no obstante la diferencia de edad y condición. El Capitán Marcos Sancho tuvo tres hijos y cinco hijas (11), y falleció en Ciudadela el 26 noviembre 1637. Entre las obras pías que en su testamento dispuso hallamos un piadoso recuerdo a la memoria de su hermano el Abad: «Item que cada any perpetuament lo die de Sant Pere o díns la octava sia dit per los Preveres de Ciutadella un offici de totes hores, lo qual dexa per la ánima del Molt Reverent Fr. Pere Xanxo Abat de Ripoli son germá» (12). Su viuda Catalina Serra y Squella le sobrevivió hasta el 29 agosto 1651; fué sepultada en la iglesia del Convento franciscano de Ciudadela, «en lo vas de la capella de las ánimas» (13) (…)”.Página 82. Cita (7). “(…) Nos ocuparemos de su biografía en la segunda parte de este trabajo (…)”. Página 83. Cita (8). “(…) Archivo Diocesano: Libro 1.° de matrimonios de Ciudadela (1566- 1639), sin foliar (…)”.Página 83. Cita (9). “(…) Consta por el sobrescrito de tas carias del Abad, fecha 14 abril y 30 mayo 1621(…)”.Página 83. Cita (10). “(…) Pues en 23 diciembre 1626 nació en Mahón su hijo menor Marcos, y en 27 noviembre 1629 falleció en Ciudadela su primogénito Juan (…)”. Página 84. Cita (11). “(…) Juana (nacida en 1610), Juan (1612), Pablo (1614), Valentina (1617), Catalina (1619), María (1621), Práxedes (1624) y Marcos (1626) (…)”. Página 84. Cita (12). “(…) Archivo Diocesano: Libro 2.° de difuntos de Ciudadela (1601-1639) (...)”.Página 84. Cita (13). “(…) Archivo Diocesano: Libro de difuntos de Ciudadela (1640-1666), fol. 18, vº (…)”.MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll (Continuación”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Año XLVI. Sexta Época. Mahón. 1950. Suplemento. “Na Patarra”. Por: Alberto GOMILA SIREROL. Mahón. Septiembre. 1950. www.RevistadeMenorca1950.pdf Página 194. Parte II. Los abuelos del Abad. Las cuñadas del Abad. Los sobrinos del Abad. “(...) Carta 31. Del Abad Sancho a su hermano Marcos.- Barcelona, 30abril 1616.- Don Pedro Sancho, ya Abad de la Portella, aconseja a su hermano que, cuando sea armado Caballero, vaya a residir a Cataluña. Pagará la deuda que tiene contraída con Marcos. Envía objetos de devoción a sus familiares. Postdata curiosa, en que habla de sus armas y de sus abuelos, fundadores de la casa de Sancho en Menorca. “Las dos últimas de v. m. tinc rebudes, y ab molt contento, per les bones novas que ab cada una delles me done de la sue salud de la sa.

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Catarina (1) a la qual bes las mans, y de aquexos miñons (2) que nre. Sor., li face bons; Alegrem lo bon animo que v. m., te de venirse peraçi que be pot creure seria un dels grans consuelos que yo podrie tenir; y mes venint y ha decorat; ab ser se armar cavaller que yo se aparexen los seus bons pensaments pus tant deberes tracte de honrar se case y kis fills, nre señor nos ho dex veure a tots, sols dic que si v.m., viu ab intentio de venirsen per assí, la primer acosa que aviam de procurar ere comprar alguna heretat per aquesta costa, ont v.m., de colp se pogués recullir, ab comoditats, y retirarse a sos temps (...) / (Página 195) Tanbe beso las mans a v. m. y a la Sa. catharina per lo regalo de las sobreasadas y baco, y longunisas, tot lo qual estimo molt y ho servire ab altre cose. Per are envio remes a v. m. una caxeta llarga que Francesc Sancho (1) embarcara, dins la qual van dos telas de nra Señora, 8 Rosaris set agnus dos creus, 8 midas de la cathereda de St. Pere, y 24 medallas, los Rosaris y medallas tenen las Indulgentias de que envio a v.m., copia ab esta (2) las quals lo matex Papa me otorga a mi, y axi son certissimas; la mitad de cada cosa sera per la señora Joana Sanxa (3) y la altra mitad per la Sa. catharina, envio tot a v.m. perque trie lo que aparegue millor, y tenbe perque ho confio mes que no de miucer Sanxo y de que v. m. li envciara la sue part y copia de las indulgentias. Tenbe envio a v. m. un estadal per la sa. catherina y un altre per la Joaneta (4) los quals yo beney lo dia de nra señora candelera, y fins ara no los he pogut enviar per no aver trobat ab qui. Tenbe envio una capseta en que va una Peregrina de cera, que me ha donada una Sa. Graida y unas arracadas de vidra, pera que no envias a alguna de aquexas miñonas (5), v.m. ho done a la que vulle. Guarde nro Señor a v.m. de Barcelona, a 30 de Abril 1616. Lo Abbad de la Portella. Advertesc a v. m., que si nre Señor vol que s arme cavaller, que prengue per armes lo Leo, dels Sanxos, y los Ponts, / (Página 196) pues foren los Primers fundadors, de nra casa en aquexa Isla, qui foren nron Avi y Avie” (...)”. Página 194. Cita (1). “(...) Catalina Serra Squella, esposa del Capitán Marcos Sancho (...)”. Página 194. Cita (2). “(...) Los dos hijos mayores de mossén Marcos: Juan, a la sazón de cuatro años, y Pablo, de dos (...)”. Página 195. Cita (1). “(...) Su hermano menor Francisco (...)”. Página 195. Cita (2). “(...) No se halla esta copia entre las cartas del Abad (...)”. Página 195. Cita (3). “(...) Juana Pons Angelats, esposa de micer Juan Sancho. Aquí, como en toda la documentación coetánea, la esposa adopta el apellido del esposo (...)”. Página 195. Cita (4). “(...) Juana Sancho Serra, hija de Marcos (...)”. Página 195. Cita (5). “(...) Las sobrinas del Abad (...)”. (94). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo

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Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1948.pdf Página 82. El abad Pedro Sancho y sus hermanos. “(…) 3. El doctor micer Juan Sancho y Olives, otro de los hermanos del Abad, fué bautizado en Mahón el 9 octubre 1572. Dedicóse a la carrera de las Leyes, que estudió en Barcelona, apoyado con gran empeño por su hermano el Abad, como consta par muchas de las cartas de éste. Era ya doctor en Derecho el año 1598. El 1º febrero 1604 contrajo matrimonio en Ciudadela con Juana Pons y Angelats. En 1608 era Jurado por el brazo de ciudadanos en la General Universidad de la Isla, y como tal firma en fecha 5 noviembre del expresado año en la aprobación de los curiosísimos estatutos de la «Confraria dels gloriosos y Benaventurats metges Sanct Cosme y Sanct Damiá de la vila de Ciutadella» que se / (Página 85) guardan en el Archivo Diocesano. Falleció en Ciudadela el 22 marzo de 1621, dejando dos hijos—Juan y Bernardo—y una hija, Catalina, monja del Real Monasterio de Sta. Clara de Ciudadela. Varias de las cartas del Abad aluden a su hermano Juan—a quien da el tratamiento de «micer» o el grado o de «doctor»—y a la muerte del mismo (14). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll (Continuación”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Año XLVI. Sexta Época. Mahón. 1950. Suplemento. “Na Patarra”. Por: Alberto GOMILA SIREROL. Mahón. Septiembre. 1950. www.RevistadeMenorca1950.pdf Página 85. Cita (14). “(…) Cartas núms. 20,22, 5, 6, 8 y 9 (…)”.Página 202. Parte II. Una sobrina religiosa del Abad. “(...) Carta 36. del Abad a su hermano Marcos.- Barcelona, 24 enero 1621.- Después de consolar de nuevo a Marcos por la pérdida de la playa robada por los piratas, se refiere a la entrada de una sobrina suya en religión. Anuncia en la postdata su próximo viaje a Madrid. “(...) Ja me ha avisat micer Sancho de la entrada de la sue Filla (2) en lo Monastir (3) (...) / (Página 203) a 24 de Gener, 1621.

Lo Abbad Fr. Pere Sanxo” (...)”. Página 202. Cita (2). “(...) Catalina Sancho Pons, primogénita de micer Juan Sancho, bautizada en Ciudadela el 1 marzo 1612 (...)”. Página 202. Cita (3). “(...) El Real Monasterio de Sta. Clara de Ciudadela, único de religiosas existente en Menorca en aquella fecha. Fue fundado en 1287 por el monarca conquistador de la Isla, D. Alfonso III de Aragón, que lo dotó de un predio y le otorgó privilegios. Este monasterio fue arrasado por los turcos en su invasión de 1558, en que fue martirizada la Abadesa y llevadas a Turquía muchas religiosas. Reedificado posteriormente el edificio, fue totalmente asolado, por acuerdo del Ayuntamiento marxista, en la última revolución. Recientemente se ha levantado de nueva planta y ha sido bendecido pontificalmente el 28 junio 1946 (...)”.

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(95). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1948.pdf Página 86. El abad Pedro Sancho y sus hermanos. “(…) 6. Mossén Rafael Sancho y Olives fué bautizado en Mahón el 20 abril 1580. Muy joven aún, estudió en la célebre Escolanía de Montserrat, muy protegido por su hermano Don Pedro, a la sazón simple monje de aquella comunidad. Ni durante el tiempo de su estancia en América dejó Don Pedro Sancho de preocuparse por la formación de su hermano Rafael, como se revela en muchas de sus cartas (16). El 1º marzo 1619 casó en Mahón con Juana Abadía Seguí, viuda. No se trasladó a Ciudadela como sus hermanos Marcos y Juan, sino que permaneció siempre en Mahón, donde murió, sin dejar descendencia, el 12 septiembre 1631 Fué sepultado en el convento franciscano de Jesús, y en su testamento dispuso se celebrara «lo día de son ebit Missa cantada de Assumptione beatae Mariae Virginis», según la interesantísima costumbre piadosa tan arraigada en aquella época (17). (…)”. (96). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1948.pdf Página 86. El abad Pedro Sancho y sus hermanos. “(…) 7. El último de los hermanos del Abad Sancho fué el Reverendo mossén Francisco Sancho y Olives, bautizado en Mahón el 16 mayo 1585. En 1597 ya lo encontramos estudiando en Montserrat, al lado de su hermano Don Pedro, en la Escolanía de aquel monasterio, Habiendo ingresado en el estado eclesiástico, en diciembre 1608 era ya diácono y en 1611 familiar del obispo de Barcelona, cargo que sin duda alcanzó por mediación de su hermano Don Pedro, entonces recién venido de su fundación en América y muy bien quisto en la Curia episcopal barcelonesa. Incluida en el / (Página 87) epistolario del Abad, hallamos una carta de su hermano Francisco, escrita en Barcelona el 30 abril 1611 y dirigida a su madre, a quien da cuenta de su viaje desde Mahón a la ciudad condal para completar en ella sus estudios teológicos (18). En septiembre 1616 mossén Francisco Sancho, ya presbítero, ejercía su sagrado ministerio en Mahón (19). En 1619 era párroco del pueblo catalán de Llíssá (quizá sujeto a la jurisdicción abacial de su hermano Don Pedro), y el 6 agosto del propio año falleció en Barcelona, asistido por el Abad, quien en carta del 8 del mismo mes nos cuenta, con gran abundancia de detalles, las vicisitudes de ‘la rápida enfermedad (al. parecer una perforación intestinal de carácter tífico). Tanto apenó al Padre Sancho la muerte de su hermano Francisco, que le produjo una

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enfermedad «ben pesada y llarga», de la que escribe en junio 1620 «encara tinc que gemegar». La familia Sancho conservaba en 1662 en su casa de Ciudadela un «retrato del senyor Francesch Sanxo, prevere, sobre llauna», según se lee en una interesante «Estimatio deis bens mobles» de dicha familia (20). No sabemos que se conserve actualmente dicha pintura (…)”.Página 87. Cita (18). “(…) Carta n°29 (…)”. Página 87. Cita (19). “(…) Desde el 7 septiembre 1616 el Rvdo. moosén Francisco Sancho (…)”. Página 87. Cita (20). “(…) “Estimatio deis bens mobles de dicha familia, hecha por los Rvdos. Domingo Marqués, y Ramón Serra en Ciudadela, el 26 mayo 1662 (Archivo Diocesano: Docurrentación del Tribunal del Sto. Oficio (16ñ0-167b) (…)”. Página 87. Cita (21). “(…) Posee actualmente este Privilegio la noble dama ciudadelana Doña Rafaela de Carreras y de Vigo, cuya ascendencia estuvo repetidamente emparentada con los Sancho. El real documento está redactado en latín y firmado por D. Felipe IV. Consta de 10 folios en pergamino, tamaño 30 x 20 cms., sin foliar, pulcramente manuscritos, con bella ornamentación miniada al principio y blasón colorido en la séptima página (…)”.MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll (Continuación”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Año XLVI. Sexta Época. Mahón. 1950. Suplemento. “Na Patarra”. Por: Alberto GOMILA SIREROL. Mahón. Septiembre. 1950. www.RevistadeMenorca1950.pdf Página 196. Parte II. El hermano del Abad Francisco Sanxo murió en 1619. “(...) Carta 32. Del Abad a su hermano Marcos.- Llissà, 8 agosto 1619.- Relata minuciosamente la enfermedad y fallecimiento de su hermano Francisco, fallecido piadosamente el 6 agosto y enterrado en la iglesia de S. Pablo, de Barcelona. Para arreglar los asuntos del finado, el Abad ha tenido que ir a Llissà, lo que hace suponer que Francisco, a quién se llama en esta carta “nostro germè el rector”, era párroco de dicho pueblo. “De nro señor es estatr servit portarsen a la sue gloria la Anima de nro germa lo Rector, lo qual diumenge a 28 de Juliol vingué a casa mía en Sta. Pau, malalt ab dolor de ventrell y poca febre fiulo posar al lit y lo dimars li donaren los metges alguna cosa per a evacuar, pensant era son mal pervingut de beure fret, dojous seguent se lleva, y estant dinant ab mi li prengue febra, ab poc fret y desta manerapassa fins a dilluns a 5de Agost que pensavem que no seria con mal de consideratio, y Al vespre despres de aver sopat fonc lo señor sirvió, que li torna la sessessio de la febre ab un suor tant fret que en tocantlo yo, lo tinguí per mort, y ell so conegue tenbe y penso que en tots aquest discurs breu de la sue malaltia senpre sopensa,perque may lopogui alegrar, sino que estava ab tan profunda melancolia,que no gustava de veure a ningú ni parlar; Aquellanit fiu estar los metges ab ell fins a la mitja nit, y may cesarme de aplicarli remeys, y

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com viu que may prenia calor,a la punta del dia lo fiu côfessar y congregar y fer testament, y sens may cessar de / (Página 197) ferli remeys, veyem senpre que sens ne anava acabant, y resolent ab lo suor fret, fiulo extremutiar a las Tres de la Tarde, y a les quatre hores dona la sue anima a son criador, ab molta conformitat, dia de la Transfiguratio, a 6 de Agost y ab regonexsense y devotio, que cert, penso lo te lo Sor. en lo cel, perque mentres pogue parlar tot ere cantar salms y himnes, y les ultimes paraules sues foren una devotissima recomendatio a nra. Sa. de Mont. Yo ne resto tant llastimat y sol, com pot v. m. pensar, que al fi lo tenia en compte de Fill. Sie lo Sor. alabat per tot. Fiulo enterrar en la Iglesia de St. Pau, ab la solemnitat que pogui, y aquella matexa hora li fiu dir las missas que he pogut. Lo seu mal tot li es vingut de desordes, y no voler creure al qui desijave tant son be com yo. En lo testament fa hereu a v.m.y a Micer sanxo perodispose ab causses pies de lo que pot tenir aquí que yo crec sobrara poc, com v, m., veurá quant li enviare la copia del Testament, fa marmessors als matexos y a mi. Aquí no resten sino deutes y poquissims fruyts,perque no entra la sue prorrata fins al primer de Maig ni per aver de ells sino Tres mesos som nen vingut assi (1) a recullir lo poc que y ha y portar meno a Barcelona hont ne fare inventari, y anire acomodant lo que podre, y donante raho a vs. ms. a qui prego que tingan tots patientia, pus lo Sor, ho vol de aquesta manera y podra avisar a v. m. a micer Sanxo, que yo no puc mes (2). G de lo Sor. a v.m de Lissa, a 8 de Agost 1619. Lo Abbad Fr. Pº. Sanxo” (...)”. Página 197. Cita (1). “(...) Es decir, al pueblo de Llissá (...)”. Página 197. Cita (2). “(...) Tanto sintió nuestro Abad la defunción de su hermano menor y sacerdote. Es muy probable que esta fatiga y decaimiento de Don Pedro Sancho fuesen los primeros síntomas de la enfermedad a que alude en las dos cartas siguientes, y que en la 34 reconoce causada por la muerte de Francisco fuese por contagio o por la pesadumbre, lo que parece mas probable, ya que, a la luz de los síntomas expuestos en esta carta, la defunción de Francisco parece más bien producida por un ataque de apendicitis que por un tifus u otra fiebre contagiosa (...)”.MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll (Continuación”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Año XLVI. Sexta Época. Mahón. 1950. Suplemento. “Na Patarra”. Por: Alberto GOMILA SIREROL. Mahón. Septiembre. 1950. www.RevistadeMenorca1950.pdf Página 190-191. Parte II. Francisco Sancho, uno de los hermanos pequeños del Abad, era familiar del Obispo de Barcelona. “(...) Carta 29. De Francisco Sancho a su madre. Barcelona, 30 abril 1611.- El menor de los hermanos de Don Pedro

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Sancho da razón de su viaje desde Mahón a Barcelona, donde se hospeda en el Palacio Episcopal, como familiar del Obispo. (...) la matexe nit besi les mans a mon jerma (3) lo sendema vingui en Palasio y me mana lo bisbe mi sr., restas / (Página 191) en casa com de antes (1) (...) lo sr. jerma no escriu para esta bo y a v. md. se encomane molt est punt se n va de case que ha dinat asi (2) y dine soviet a causa que es en casa un sr. arcabisbe de Italia y lo bisbe mi sr., li fa md., jo pens anirem fora alguns dies p fer la visite (3) y sera p mi de molt de gust,a mº rafael no escrich prenga este p sue sols lo suplico mire p.la salud y vide de v. md., p. que nro. sr. se le done en ell. de Barca., y abril als 30 de 1611. Son fill de v. md. Fran. Sanxo” (...)”. Página 190. Cita (3). “(...) Su hermano Don Pedro Sancho (...)”. Página 191. Cita (1). “(...) Francisco Sancho venía residiendo, ya con anterioridad a su viaje a Menorca, en el palacio del Obispo de Barcelona, sin duda en calidad de familiar. Probablemente era ya sacerdote, pues sabemos que en 1608 estaba ordenado de diácono (libro 2 de bautismos de Mahón, 1588-1613, partida de Catalina Marqués, 12 dic. 1608) (...)”. Página 191. Cita (2). “(...) Nuestro benedictino era frecuente comensal del Obispo de Barcelona: prueba de las distinciones de que era objeto después de su honrosa estancia en las Indias (...)”. Página 191. Cita (3). “(...) Francisco Sancho acompañará al Obispo de Barcelona en su próxima Visita Pastoral (...)”. (97). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll (Continuación”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Año XLVI. Sexta Época. Mahón. 1950. Suplemento. “Na Patarra”. Por: Alberto GOMILA SIREROL. Mahón. Septiembre. 1950. www.RevistadeMenorca1950.pdf Página 188. Parte II. Viudedad de la tía del Abad: Juana Olivas. “(...) Carta 27. A su hermano Marcos.- Ciudad de los Reyes, 2 mayo 1604.- Después de bellas expresiones de amor filial, alude a los trabajos que sufre en América, que solo hacen tolerables el amor a Ntra. Sra. de Montserrat y la esperanza de regresar a España. (...) / (Página 188) A mis hermanos me encomiende mucho a todos, y a todos nros., tíos y tías y particularmente a mi Sa. Juana Olivas (1), la cual me pesa mucho que aia perdido a nro., buen Tío (2) que de Barcelona me avisaron era muerto, aquí lo encomendamos a dios y rogamos tenga su ánima el cielo., y a nros., Primos y Primas (...). Fr. Pedro Sancho Ponse”. (Hay un sello como el de las cartas 20 y 21). Sobrescrito: “A mi Hermano Marcos Sancho” (...)”.

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Página 188. Cita (1). “(...) La Sra. Juana Vell y Parets, esposa de mossén Bernardo Olives tío de Don Sancho (...)”. Página 188. Cita (2). “(...) Mossén Bernardo Olives Seguí falleció en mahón el 29 abril 1602 (...)”. (98). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll (Continuación”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Año XLVI. Sexta Época. Mahón. 1950. Suplemento. “Na Patarra”. Por: Alberto GOMILA SIREROL. Mahón. Septiembre. 1950. www.RevistadeMenorca1950.pdf Página 192-193. Parte II. Muerte de la madre del Abad: año 1611. Marc Olives, primo hermano del Abad. “(...) Carta 30. De Don Pedro Sancho a su hermano Marcos.- Barcelona, 20 febrero 1612.- Habla del fallecimiento de su madre. Está esperando las Bulas de su Abadiato; para ellas necesita una suma de dinero, que solicita en préstamos a sus familiares. “Tenga Dios en el cielo a mi Sa. madre, y guarde a v. m., muchos años que como a hijos no se puede dejar de sentir su muestra (por “muerte”), pero como a cristianos nos hemos de sujetar a Dios nro Señor y a su Sta. voluntad (1). (...)”.Página 192. Cita (1). “(...) Juana Olives falleció en Mahón el 29 diciembre de 1611. Fue enterrada en el convento de Jesús, de PP. Franciscanos (...)”. (99). CAMPS EXTREMERA, Antoni. “Estudi Històric de Sa Vinyeta”. Octubre 2011. Publicado en la web de la Sociedad Histórico Arqueológica Martí i Bella. www.historia_de_sa_vinyeta.pdf Página 2. “(...) En els Manifests de Béns de l'Arxiu Històric Municipal de Ciutadella de finals dels segle XVII es pot constatar la immensa riquesa que havia anat acumulant el noble Marc Olives Martí en el darrer quart d'aquest segle; concretament, el Manifest de 1679 cita que “Lo magnífic noble i doctor Don March Olives Advocat Fiscal per sa Majestat que Deu guarda en esta illa de Menorca. Fonc arbitrat en credit de possessions, cases, vinya, hort i partides de cens així de diner com de forment en 35.000 Lliures” (11), i el de 1681 que “Lo magnífic noble Don March Olives Advocat Fiscal per sa Majextat fonc arbitrat conforme una llisa que adverà en lo any 1681, 17.720 Lliures” (12) (…)”.Página 22. Cita (12). “(...) Manifest de Béns. Registre de propietats rústiques de 1681. Arxiu Històric Municipal de Ciutadella (...)”. (100). CAMPS EXTREMERA, Antoni. “Estudi Històric de Sa Vinyeta”. Octubre 2011. Publicado en la web de la Sociedad Histórico Arqueológica Martí i Bella. www.historia_de_sa_vinyeta.pdf Página 5. Marc Olives casado con Margalida Seguí. “(...) L'estirp dels Olives comença amb els pròsper mercader maonès Marc Olives (nascut abans de 1558 i mort el 1583), casat amb Margalida Seguí (nascuda abans de 1558 i morta el 1590). La família Olives entroncarà amb dues riques famílies menorquines al casar-se el primogènit, Bernat Olives Seguí (nascut cap a 1552 i mort

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el 1602), amb Joana Vell Parets (nascuda abans de 1558 i morta el 1618), i la filla petita, Joana Olives Seguí (morta l'any 1621), amb l'hereu de la família Sancho de Maó, consolidant-se el seu estatus i la seva riquesa com a terratinents. Del matrimoni entre Bernat Olives Seguí i Joana Vell Parets neix Marc Olives Vell (1583-1632), que entroncarà amb l'aristocràcia ciutadellenca al casar-se amb Margalida Ametller Gomila (1588-1643). Marc Olives Vell serà afavorit per Felip IV amb el Reial Privilegi Militar de Cavaller el 1626, i seguint amb la tradició de les famílies aristocràtiques menorquines d'establir-se a la capital de l'illa, traslladarà la seva residència permanent de Maó a Ciutadella. L'hereu de la família Olives serà Bernat Olives Ametller (1613-1648), ennoblit amb el Reial Privilegi de Noblesa de Sang el 1636 i promotor de l'actual casa noble de la família situada davant la façana de la Catedral de Menorca.

De la unió entre Bernat Olives Ametller i Joana Martí Quart (1612-1642) neix Marc Olives Martí (1634-1692), que esdevé l'hereu de la fortuna de les famílies Olives i Martí. La privilegiada posició econòmica de Marc Olives Martí li permetrà obtenir una sòlida formació en dret i desenvolupar, / (Página 6) després, una destacada carrera política com a síndic dels Jurats a la cort de Madrid, amb la qual veurà incrementar el seu prestigi i, al llarg dels anys, la seva fortuna personal. Marc Olives Martí es casa primer amb Francisca Martí Cardona (1654-1668) i, després, amb Maria de Nadal Despujol (1558-1695). L'heretat de la família Olives passa al fill pòstum de Marc Olives Martí, Jaume Olives de Nadal (1692-1764), germà de Bernat Josep Olives de Nadal (1678-1715). Aquest es casa amb Marianna Squella Gomila (1691-1753). L'hereu Gabriel Olives Squella (1725-1759) es casa amb Rafaela Martorell Gomila (1731-1803), i el seu fill Bernat Josep Olives Martorell (1753-1815) és hereu del patrimoni acumulat per la seva família. Aquest darrer es casa amb Marianna Olives Olives (1766-1810), i l'hereu és el seu fill Marc Olives Olives (1782-1855), marit d'Eugènia de Vigo Squella (1790-1875) i pare de Bernat Josep Joaquim Olives i Vigo (1820-1895) (24) (...)”. Página 22 y 23. Cita (24). “(...) Dades extretes en part de: MARTÍ I CAMPS, Fernando (1986). “Heráldica en Menorca y su vinculación con la historia de la isla”. Revista de Menorca, LXXVII, 7a època, 1r trimestre. Maó. Pàg. 285-335, 397-511; de l'obra manuscrita i inèdita de Rafael Bosch Febrer “Apuntes genealógicos de la família Olives” (Ciutadella, 1926); i de l'obra manuscrita i inèdita de Fernando Martí Camps “Genealogias nobiliarias”, cedida molt amablement per Miquel Anglada. Les dades de naixement i de defunció de la genealogia de la família Olives s'han extret de la documentació referent a baptismes i defuncions del segle XVI al XX existent en l'Arxiu Diocesà de Menorca. S'ha comptant amb la inestimable col·laboració de Marc Pallicer Benejam, de l'Arxiu Diocesà de Menorca, i Florenci Sastre Portella, de l'Arxiu

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Històric Municipal de Ciutadella. Per als personatges de Marc Olives Martí i Maria de Nadal Despujol i de la seva descendència directa, especialment de Bernat Josep Olives de Nadal, veure: MARTÍ CAMPS, Fernando (1987). “El noble, magnífico y reverendo señor don Bernado-José Olives de Nadal (1678-1715): Una vida azarosa, breve y bien aprovechada”. Revista de Menorca. Maó. Pàg. 313-373; AMORÓS PORTOLÉS, José Luís (1990). Brujas, médicos y el Santo Oficio. Menorca en la época del Rey Hechizado. Institut Menorquí d'Estudis i Torre del Puerto. Menorca; AMORÓS, José Luís et al. (1993). Europa 1700. El Grand tour del menorquín Bernardo José. Institut Menorquí d'Estudis i Ediciones del Serbal. Barcelona/Maó; AMORÓS, José Luís i CANUT, Mª Luisa (1995). Lo que vió Bernardo José en su viaje por Flandes, Holanda y sur de Inglaterra. Ministerio de Asuntos Exteriores. Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas i Institut Menorquí d'Estudis. Madrid/Maó. AMORÓS, José Luís (1999). Al creuer de la història. L'època i la vida de Bernat Josep Olives de Nadal. Institut d'Estudis Baleàrics i Institut Menorquí d'Estudis. Palma de Mallorca. Per a la figura de Marc Olives Martí veure també: RAMIS I RAMIS, Juan (1817). Varones Ilustres de Menorca y noticia de los apellidos que más se han distinguido en ella. Imprenta de Serra. Maó. Pàg. 153 [Edició facsímil d'Edicions Nura, Ciutadella de Menorca, 1989] (...)”. (101). VIDAL BENDITO, Tomás. “Evolución de la agricultura y de la propiedad rural de la isla de Menorca”. Revista de Menorca, fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LX.- Séptima Época. Mahón. Primer trimestre. 1969. www.RevistadeMenorca1969.pdf Página 28. Capítulo VI. La reestructuración del campo menorquín. Las Cavallerías. “(…) La palabra «Torre» aparece casi siempre (Torreblanca, Torre d’en Quart, Binisaida de sa ‘Torre., etc.). Las más monumentales de estas torres son las cercanas a Ciudadela (Torre Saura, Torre del Ram, Torre d’en Quart) quizás porque dada la proximidad de esta ciudad los propietarios de dichas fincas residían en ellas parte -del año (…)”.

(102). VIDAL BENDITO, Tomás. “Evolución de la agricultura y de la propiedad rural de la isla de Menorca”. Revista de Menorca, fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LX.- Séptima Época. Mahón. Primer trimestre. 1969. www.RevistadeMenorca1969.pdf Página 38. Capítulo VIII. El siglo XVI. Leyenda del mapa nº III. “(…) I, II, III y IV. Cavalleríes de Margarita Olives y Quart (…) VII, VIII y IX. Cavalleríes de Jaime Olives. X y XI.Cavalleríes de Gabriel Olives (…)

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XV. Cavalleríes de Miguel Saura. XVI. Cavalleríes de Gabriel Saura (…)”. Página 42. Capítulo IX. La estructura agraria en el año 1600. “(…) A grandes rasgos el extracto de este documento publicado por Riudavets coincide con el «capbreu» publicado por A. Ramis. Si los titulares de las «cavalleries» citadas por Riudavets fuesen como parece los correspondientes al año 1600 tendríamos un importante punto de partida para el conocimiento de la clase terrateniente de carácter feudal de la isla (60). Según la relación citada de Riudavets las 16 cava1lerias pertenecían solo a 12 titulares, uno de ellos, la Sra. Margarita Olives y Quart acaparaba tres cavalleríes, las de Algayarens, Binifabini y Binicorrás que en total debían rebasar las 3.000 ha. Otro cavaller de igual apellido, Jaime Olives acaparaba las cavalleries de Binidonaire y Tirant con una extensión superior a las 2.000 ha (…)”. (103). VIDAL BENDITO, Tomás. “Evolución de la agricultura y de la propiedad rural de la isla de Menorca”. Revista de Menorca, fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LX.- Séptima Época. Mahón. Primer trimestre. 1969. www.RevistadeMenorca1969.pdf Página 46. Capítulo X. El siglo XVII. Política triguera en el siglo XVII. Clase nobiliaria. “(…) El primer título nobiliario menorquín se crea en 1683 y es la baronía de Lluriach cuyo primer titular fue Miguel de Cardona. Más tarde en 1688 Rafael Squella Martorell, caballero de la Orden de Calatrava solicitó sin éxito la baronía de Santa Galdana (…)” en dos categorías: los nobles y los caballeros. Los nobles tenían el honorífico tratamiento de «Don» y su condición se transmitía tanto por línea masculina como femenina. Los caballeros tenían el tratamiento de «Mosaen» y quienes conseguían el privilegio militar se denominaban «cavalleres, y sus descendientes «donzells”. El título de caballero sólo se transmitía por línea masculina. En total en el siglo XVII alcanzaron títulos de nobles seis familias y de caballeras unos treinta individuos En cuanto una familia era ennoblecida pasaba a vivir en Ciudadela donde la aristocracia era ir brazo potente con gran influencia en las esferas militar, eclesiástica y política. Es en estos últimos años del siglo XVII que empiezan a construirse los palacios ciudadelanos era frecuente que los segundones de familias hidalgas se hiciesen clérigos e incluso los «hereus» se hacían sacerdotes al enviudar. En las familias Cariras, Vigo y Olives esto sucedió varias veces (…)”. Página 97. Segunda dominación británica. “(…) El gobierno inglés consiguió ganarse las simpatías de la clase terrateniente con la posible intención de servirse de ella como instrumento de dominio y como clase aliada en sus diferencias con los municipios y con el clero. La alianza llegó al extremo de que la nobleza ciudadelana fue invitada a formar una milicia encargada de la defensa de la isla .Diversos caballeros ciudadelanos entre los que

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aparecen apellidos todavía vigentes (Saura, Squella, Olives, Olivar, Sancho, Vigo, Carreras, Martorell, etc.) respondieron al llamamiento considerando que el ejercito inglés podía ser una excelente salida para los segundones de sus familias. No obstante pusieron condiciones que aunque moderadas, molestaron al gobernador inglés y el proyecto se malogro en parte. Es curiosa que según testimonio de uno de los gobernadores ingleses, las autoridades municipales fuesen generalmente de baja extracción y escasa cultura y estuviesen en franca oposición con los, caballeros terratenientes (71) quejosas de que los municipios los abrumaban con impuestos para paliar la ruina de sus economías, debida a la mala administración y principalmente a la inadecuación de la instalación municipal a la coyuntura (…)”. Página 102. Capítulo XI. El siglo XVIII: Etapa internacional. Segunda dominación británica. Los grandes propietarios en 1860. Clave mapa nº VI. “(…) Conde de Torresaura 3.900 ha. Squella Olivar, Marcos. 2.321 ha. (…) Saura, Hdos. de D. Juan. 1.314 ha. (…) Olives Martorell, Guillermo y Hermano 1.208 (…) Martorell Olives, Pedro 886 (…) Olives, Bernardo 562 (…)”. Página 112. Capítulo XII. El siglo XIX. Explotación y propiedad agraria en el primer tercio del siglo. Los grandes propietarios hacia 1960. Leyenda del mapa nº VIII. “(…) Conde de Torresaura 3.020 ha. (…) Olives Feliu, hermanos 1928 ha (…)”. Página 168. Del amirallamiento de 1860 al Catastro de 1960. Capítulo XV. El catastro de 1960. La propiedad. “(…) Sólo el conde de Torresaura y los Squella no han perdido puestos aunque sus propiedades de 1960 eran inferiores a las de 1860 (…)”. (104). JULIÀ I SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella de Menorca. Edita Gabriel Julià- Institut Menorquí d´estudis. 1994. Página 118. Ca N´Olivar. “(...) la casa Olivar de davant l´església, té el seu origen l´any 1633, quan Bernat Olives comprà una enfilada de cases davant el portal major d la parròquia per edificar la seva residència. Adaptacions succesives li donarien la seva configuració actual entorn de la gran escala. La façana de pedra vista és de gran severitat. Està dividida en tres cossos en perfil poligonal, amb aprofitament Intel.ligent, en haver-se dádaptar al tirat d´un carrer estret, sense perdre l´`emfasi dúna llarga façana arrenglerada. Els cossos queden delimitats per pilastres encoixinades que sostenen una cornissa adornada amb dentellons, i el cos central remata amb un frontó triangular llis, adornat igualment amb moltllura de dentellons (...)”. (105). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de

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Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1948.pdf Página 87. Condición social de la familia Sancho. “(…) Ya hemos apuntado más arriba que en 5 junio 1625 fue expedido Real Privilegio Militar a favor del Capitán Marcos Sancho y Olives, hermano del Abad (21). A esta honorífica distinción contribuyó eficazmente la influencia del prestigioso Prelado ripollense, / (Página 88) que ya en 1616 se preocupaba por la hidalguía de su hermano Marcos. Muchas son las cartas en que trata Don Pedro Sancho de este asunto (22), en el que también cupo parte al entonces Prior del Convento de Agustinos de Ntra. Sra. del Socorro, de Ciudadela, Rvdo. Fr. Miguel Subírats Palmer (1574-1632), que por aquellos tiempos estaba gestionando en la Corte seis títulos de Caballero para aplicarlos a los que más contribuyeran con sus donativos a la edificación del expresado cenobio (hoy Seminario Conciliar), empezado en 1619. Un hijo de mossén Marcos Sancho y Olives, llamado Don Pablo Sancho y Serra (1614-1652) vio acrecentado el prestigio de su casa al obtener Real Título de Nobleza de Sangre, expedido por el Rey Don Felipe IV el 28 febrero 1640 (23). Las diversas ramas en que se dividió esta familia dieron hijos ilustres a la Iglesia, al Tribunal del Santo Oficio y al régimen político de la Isla. Abundaron además los enlaces de esta familia con los linajes más conspicuos de la aristocracia menorquina (24). / (Página 89) La representación de la casa Sancho pasó a la noble familia de Sintas, de Ciudadela, por matrimonio de Doña Josefa Sancho Pasqueda Sintas y Olivar (cuarta nieta de micer Juan Sancho y Olives, hermano del Abad), con Don Antonio Sintas Saura Olivar y Gomila, que casaron en Ciudadela el 26 noviembre 1788 (25). A causa de la representación asumida, los jefes de la familia Sintas cambiaron su apellido, llamándose «de Sancho antes de Sintas», hasta las leyes que abolieron los vínculos en el último tercio del siglo pasado (…)”. Página 87. Cita (22). “(…) Cartas 31, 45-48 y 51 (…)”. Página 87. Cita (23). “(…) Consta de seis páginas de pergamino, con Ornamentación a pluma, y lleva al final la firma autógrafa de D. Felipe VI. Está encuadernado Juntamente con el Privi1egio de Caballero a que arriba nos hemos referido, y es propiedad de Doña Rafaela de Carreras y de Vigo (…)”. Página 87. Cita (24). “(…) Por ejemplo, notamos entronques con las Carrerras (1624), Squella (1656 y 1756), Pons (1639), Mercadal (1646 y 1683), Quart (1647), Morell (1655) Ameller (1661), Saura (1702), Albertí (1725) Sintas (1734 y 1788), Pasqueda (1767), Salori (1798)... También emparentó la casa Sancho con las familias peninsulares Fernández de Salazar (1798) y La Lastra (1808) (...)”. Página 89. Cita (25). “(…) Archivo Diocesano: Libro 7.° de matrimonios de Ciudadela(1778-1795) (…)”. Página 89. Cita (26). “(…) Cartas núm. I y 47 deI Epistolario del Abad, que se publicará en la tercera

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parte del pre5ente estudio (…)”. Página 89. Cita (27). “(…) Carta 5 del Epistolario del Abad (…)”. Página 91. Domicilio de la familia Sancho en Ciudadela. “(…) Terminamos esta primera parte relativa a la familia Sancho con una indicación concerniente a la casa que, desde que alcanzaron la hidalguía; habitaron los Sancho en Ciudadela. Era la antigua mansión señorial de la familia Serra (29), a la que pertenecía la esposa de mossén Marcos Sancho, Catalina Serra y Squella. Esta casa está situada en la calle de Santa Clara, adjunta a la ex-iglesia de San José, anteriormente dedicada a San Antonio Abad. Mucho tiempo atrás, en el siglo XIV, había tenido allí su residencia la noble familia catalana Salomó (30). Que tal fue la morada de los Sancho desde el primer tercio del siglo XVII a la segunda mitad del XVIII, se des prende de una queja presentada en 1655 al Comisario del Santo Oficio en Ciudadela en contra del Gobernador de la Isla Don Antonio Imperial, que molestaba e impedía la libertad de los Sancho moradores de la indicada residencia, que se describe como situada en la plazuela de San Antonio y contigua a la mentada iglesia, entonces dedicada al Santo Abad egipcio y más tarde a San José (31). Después de los Sancho, habitaron dicha casa las familias Carrió y Despujol. Hoy es propiedad de D. Juan Simó de Olivar (…)”. Página 91. Cita (29). “(…) Así consta por las anotaciones de defunción de la familia Serra, consignadas en el libro 1º de entierros del Convenio de San Francisco de Ciudadela (Archivo Diocesano) (…)”. Página 91. Cita (30). “(…) Constaba por un antiguo “Cabreu» del archivo de la Comunidad de beneficiados parroquiales de Ciudadela, desaparecido en la devastación roja de 1936 (…)”. Página 91. Cita (31). “(…) Archivo Diocesano: Documentación del Sto. Oficio, Ciudadela, 1650-1675 (…)”. MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Don Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll (Continuación”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Año XLVI. Sexta Época. Mahón. 1950. Suplemento. “Na Patarra”. Por: Alberto GOMILA SIREROL. Mahón. Septiembre. 1950. www.RevistadeMenorca1950.pdf Página 194. Parte II. Los abuelos del Abad. Las cuñadas del Abad. Los sobrinos del Abad. “(...) Carta 31. Del Abad Sancho a su hermano Marcos.- Barcelona, 30abril 1616.- Don Pedro Sancho, ya Abad de la Portella, aconseja a su hermano que, cuando sea armado Caballero, vaya a residir a Cataluña. Pagará la deuda que tiene contraída con Marcos. Envía objetos de devoción a sus familiares. Postdata curiosa, en que habla de sus armas y de sus abuelos, fundadores de la casa de Sancho en Menorca.   “Las dos últimas de v. m. tinc rebudes, y ab molt contento, per les bones novas que ab cada una delles me done de la sue salud de la sa. Catarina (1) a la qual bes las mans, y de aquexos miñons (2) que nre. Sor., li face bons; Alegrem lo bon animo que v. m., te de venirse peraçi que

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be pot creure seria un dels grans consuelos que yo podrie tenir; y mes venint y ha decorat; ab ser se armar cavaller que yo se aparexen los seus bons pensaments pus tant deberes tracte de honrar se case y kis fills, nre señor nos ho dex veure a tots, sols dic que si v.m., viu ab intentio de venirsen per assí, la primer acosa que aviam de procurar ere comprar alguna heretat per aquesta costa, ont v.m., de colp se pogués recullir, ab comoditats, y retirarse a sos temps (...) / (Página 195) Tanbe beso las mans a v. m. y a la Sa. catharina per lo regalo de las sobreasadas y baco, y longunisas, tot lo qual estimo molt y ho servire ab altre cose. Per are envio remes a v. m. una caxeta llarga que Francesc Sancho (1) embarcara, dins la qual van dos telas de nra Señora, 8 Rosaris set agnus dos creus, 8 midas de la cathereda de St. Pere, y 24 medallas, los Rosaris y medallas tenen las Indulgentias de que envio a v.m., copia ab esta (2) las quals lo matex Papa me otorga a mi, y axi son certissimas; la mitad de cada cosa sera per la señora Joana Sanxa (3) y la altra mitad per la Sa. catharina, envio tot a v.m. perque trie lo que aparegue millor, y tenbe perque ho confio mes que no de miucer Sanxo y de que v. m. li envciara la sue part y copia de las indulgentias. Tenbe envio a v. m. un estadal per la sa. catherina y un altre per la Joaneta (4) los quals yo beney lo dia de nra señora candelera, y fins ara no los he pogut enviar per no aver trobat ab qui. Tenbe envio una capseta en que va una Peregrina de cera, que me ha donada una Sa. Graida y unas arracadas de vidra, pera que no envias a alguna de aquexas miñonas (5), v.m. ho done a la que vulle. Guarde nro Señor a v.m. de Barcelona, a 30 de Abril 1616. Lo Abbad de la Portella. Advertesc a v. m., que si nre Señor vol que s arme cavaller, que prengue per armes lo Leo, dels Sanxos, y los Ponts, / (Página 196) pues foren los Primers fundadors, de nra casa en aquexa Isla, qui foren nron Avi y Avie” (...)”. Página 194. Cita (1). “(...) Catalina Serra Squella, esposa del Capitán Marcos Sancho (...)”. Página 194. Cita (2). “(...) Los dos hijos mayores de mossén Marcos: Juan, a la sazón de cuatro años, y Pablo, de dos (...)”. Página 195. Cita (1). “(...) Su hermano menor Francisco (...)”. Página 195. Cita (2). “(...) No se halla esta copia entre las cartas del Abad (...)”. Página 195. Cita (3). “(...) Juana Pons Angelats, esposa de micer Juan Sancho. Aquí, como en toda la documentación coetánea, la esposa adopta el apellido del esposo (...)”. Página 195. Cita (4). “(...) Juana Sancho Serra, hija de Marcos (...)”. Página 195. Cita (5). “(...) Las sobrinas del Abad (...)”. (106). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 118. Capítol VII. El Neoclàssic. L´Arquitectura fins al segle XIX (II). Arquitectura civil. Palau Salort. “(…) Sense dubte, el conjunt urbà de major monumentalitat de Ciutadella

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és el determinant pel carrer Major del Born i laseva unió amb la reial plaça d´Armes, identificats per dues úniques construccions que partint, si més no, de concepcions ben diverses, es complementen i es fonen harmònicament en una escenografía única grandiosa. Embocant el Born, retallant al bell mig lort i a la dreta el del comte de Torre Saura. L´antic palau Martorell, de principis del dinou (1813), desplega la seva façana principal al carrer Major (…)”.RINCÓN GARCÍA, Wifredo. “Plazas de España”. Editorial Espasa Calpe. S. A. 1998. (ISBN: 84-239-9303-5). Sin paginar. “(…) el palacio Martorell o de Salort -tal como se le conoce actualmente-, construido en 1813, con fachada de estilo neoclásico hacia la plaza del Borne y otra fachada hacia la calle Mayor, con tres alturas, volados balcones, óculos, frontón y remate de jarrones, que se enfrenta a lo largo de 55 metros con la también fachada lateral del palacio del conde de Torre Saura, en solución de continuidad entre el casco histórico, con la plaza de la catedral reformada en el siglo XIX, y la plaza del Borne, centro del ensanche decimonónico de la ciudad (…)”.

(107). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 115. Capítol VII. El Neoclàssic. L´Arquitectura fins al segle XIX (II). Arquitectura civil. Palau Saura. “(…) A Ciutadella s´aixeca el palau Saura de nova planta, ocupant una illa sencera de cases i aconseguint una gran unitat en el conjunt, actualmente olt desfigurada en la planta baixa per mor de l´adaptació poc respetuosa al seu ús d´entitat bancària. És obra de principis del segle XVIII, edificada a càrrec del govern d´ocupació de l´illa per preiar el cavaller Miquel Saura i Morell pèr una arriscada empresa durant la Guerra de Successió. Es tracta d´un edifici de gran unitat pel teractament homogeni donat a les diverses façánes. La principal, que dóna al carrer del Seminari, està dividida per sis pilastres encoixinades que recorren la façana de baix a dalt, segons la tradició del segle anterior que, a Menorca, trobarà continuítat fins ben entrar el / (Página 116) segle XIX. Enmig dels espais entre pilastres s´obren cinc grans balcons amb parabandes de ferro forjat, coronats per frontó trianguylar llis de gran alçada, el central més empinat que la resta. Les finestres de les façanes laterals coronen amb frontons idèntics als de la principal (…)”.Página 120. Capítol VII. El Neoclàssic. L´Arquitectura fins al segle XIX (II). Arquitectura civil. Palau Torre Saura. “(…) El palau Torre Saura es construí pocs anys deprés que l´anterior. Els plànol foren presentats per Ildefonso Hernández, l´arquitecte del teatre Principal / (Página 121) de Maó l´any 1839 (no é cert pert tant, el que algún autors afirmen que la llotja de can Martorell é una rèplica de les del palau comtal). ´havia arribat a un acord amb l´ajuntament per poder alinear la façana del caal amb la del palau Matorell, de manera que el nou edifici avançava, repecte d´un espai

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públic, a canvi del qual el comte de Torre Saura cedí un terreny al municipi (amb el temp eria el lloc escollit per aixecar l´Institut Josep M. Quadrado). La construcción presenta dues façanes, una a la plaça del Born i l´altra al carrer Major, molt ben diferenciades. El palau ocupa gairebé tota la llargària del carrer Major, amb l´únic element destacat de la portada, delimitada per dues columnas cilíndriques que suporten un entaulament corb amb una curiosa carassa femenina amb els ulls tapats amb un vel, que segons una bella tradició pretén anunciar que, en no veure el qui traspassa el portal, hi deixa entrar tothom sense fer distincions. Una llarga filera de finestres sense cap mena d´orientació discorre al llarg de tota aquesta façana. La façana de la plaça des Born està dividida en tres cossos, el central més baix, vorejat pels lateral son s´en lairén les gradioses llotges de triple / (Página 122) arcada, formant un conjunt de gran aparença i regust italiá. La façana està recorreguda perpendicularment per poderoses pilastres encoixinades fins a l´altura del pis principal, amb un portal i una finestra de part damunt, a cada pany de paret. El cos central presenta cinc obertures a nivel del carrer i quatre (dues per banda) en el primer pis. La portada central, d´ordre gegant, es desplega en torn d´un gran portal d´arc carpanel, delimitat per dos estípits que sostenen dos atlants emergint de volutes d´inspiració vegetal. De part damunt discorre un entaulament coronat per un frontó corb, ostenant l´escut comtal sostingut pe dos grifos alats dácurada execució. El frontó amb la corona amb dues figures sedents que recorden una balaustrada de pedra recorre la resta delcos central, decorada amb dos busts de pedra, en línia amb les pilastres encoixinades. Els dos cossos laterals són d´una gran monumentalitat. Les llotges están recorregudes per sis pilastres llises entre les quals s´obren tres grans arcs de mig punt, coronades per capitells d´ordre compost, per sobre els quals discorre un poderós entaulament que ressegueix el perfil delespilastres, amb fris llis i cornisa amb dentellons de part damunt de la qual sobres surt encara un coronat amb sis gran copes amb decoració floral. És probable que hi hagués una primera intenció d´unificar el segon terme d´aquesta façana, unint els dos cossos laterals amb el del fons amb un corredor porticat, delimitant un veritable pati d´honor que mai s´arribà a fer. Una versió simplificada d´aquestes galeries de la plaça del Born ña trobem a la casa Salort del carrer de Santa Clara, amb tractament molt més senzill i a escala més reduida, que assoleix igualment una graciosa elegancia (…)”. Página 121. Texto pie de foto. “(…) Façana del palau Torre Saura al carrer Major des des Born, conegut com el “carrer de cas

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Comte”. (Foto de l´autor) (…)”.RINCÓN GARCÍA, Wifredo. “Plazas de España”. Editorial Espasa Calpe. S. A. 1998. (ISBN: 84-239-9303-5). Sin paginar. “(…) Fachada del palacio del conde de Torre Saura en la plaza del Borne de Ciudadela. Propiedad de los descendientes de la familia que lo construyó a principios del siglo XIX, este palacio muestra hacia la plaza del Borne su fachada principal, de estilo clasicista con recuerdos franceses. El palacio del conde de Torre Saura, que ha sufrido a lo largo de los años numerosas reformas, ocupa una manzana entera. Su fachada principal, que mira hacia la plaza del Borne, se debe a las obras que se realizaron tras su aprobación por el Ayuntamiento en 10 de junio 1839. Relacionada con obras francesas del momento, el cuerpo central, de menor elevación que los laterales, se articula con la ornamentada puerta y curvo frontón con escudos que da acceso al gran patio de las caballerizas. En los cuerpos laterales, con tres alturas, hay que destacar las grandes logias de recuerdo italiano que ocupan la mitad superior de la fachada. Estos palacios, en la actualidad, siguen siendo propiedad de los descendientes de las familias que los construyeron (…)”. (108). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Epistolario familiar de Dom Pedro Sancho y Olives. Abad de Santa María de Ripoll”. “Epistolario familiar de Don pedro Sancho y Olives”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año XLIV – (Sexta Época). Mahón. 1948. www.RevistadeMenorca1948.pdf Página 89. La heráldica de la familia Sancho. “(…) El blasón de este linaje era: en campo de gules león rampante de oro, linguado y armado del mismo metal. Ya en 1616 escribía el Abad a su hermano mossén Marcos: «Advertesc a vostra mercé que si nostre Senyor vol que s’ arme cavaller, que prengue per armes lo Leó dels Sanxos, y los Ponts», y lo mismo repetía en otra carta en 1623: «Les armes sien los Ponts y lo Leó y creu en la forma que jo las fas» (26). En efecto, el Abad ostentaba en su blasón el león de Sancho, cortado de azur con un puente de plata. Así aparecen sus armas en el retrato suyo que se conserva en casa Sintas, de Ciudadela, y en los sellos (regularmente poco visibles) de algunas de sus cartas. Se ha perdido el repostero con su escudo que mandó hacer para su solemne entrada en Ripoll y mandó a su hermano mossén Marcos en 1624 (27); sin duda es el mismo «drap de raz ab las Armas del Abad Sanxo» que se menciona en el ya citado inventario de los bienes de la casa de Sancho, que se hizo en 1662 por orden del tribunal del Sto. Oficio. / (Página 90)   En el ya citado Privilegio Militar del Capitán Marcos Sancho aparece dibujado y primorosamente colorido el blasón cuartelado de Sancho, Pons, Olives y Serra, y en el texto latino se halla su técnica descripción (28). Además, en un cuadro al óleo de fines del siglo XV1I o principios del XVIII, que representa a Ntra. Señora del Rosario con San Juan Bautista y San Lorenzo arrodillados a sus pies, y se

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conserva en el Real Monasterio de Sta. Clara, de Ciudadela, aparece un escudo de Sancho, cuartelado igual que el descrito, pero sin mote en la bordura y con campo de plata en el cuarto cuartel. En casa de Don Lorenzo de Salort de Martorell, de Ciudadela, se guarda un estuche, ornamentado con el león de los Sancho, que contiene un juego de navajas y una lanceta de flebotomía, operación tan frecuente en aquella época. Creemos no andar desacertados al afirmar que se trata del regalo hecho por el Abad a su hermano mossén Marcos en 1620, según dice el mismo Prelado en carta fechada el 11 noviembre de dicho año: «Li envio un estox de fer la barba / (Página 91) y signar, que m’ apar que ahi (es decir, en Menorca) hi ha falta de aquexos instruments» (…)”. Página 90. Cita (28). “(…) «...Scutum supra quadrdtum et mfra ovalum in qualuor parles di visum, in cujus prima dextera Leo in camporut cocernitur; in secunda laeva superiori unum pontem (error del copista, en lugar de quinque ontes», que son los que se ven en el escudo; además, el verbo que sigue está en plural in campo coerulo conspiciuntur; in tertia dextera inferiori naiius lenera ramum cum olivis in campo viridi ineal, in quarta inferiori instrumentum ferreum dentalum vulgo serra in campo gilvo videlur. In sculi vero lin bo castellano idiomate scripto tilulus lic legitur: DEL CAPITAN MARCOS SANXO. Cui quidem aculo supereminet galea ferruginea clausa, rernis sive lascineis rubei el aun colorum totum fere scutum anibienlibus redimila el ornata». Es curiosa la brisura o variación heráldica que notamos en el tercer cuartel correspondiente a las armas de Olives (campo de sinople, brezo vestido de gules empuñando rama de olivo al natural), cuando en las «armas limpias’ de dicho linaje el campo es de gules, el brazo vestido de fuerte y en orla de plata se lee en sable el mote patronímico sacado de la Biblia: Olivas habebis in omnibus terminis tuis» (…)”.

(109). CAMPS EXTREMERA, Antoni. “Estudi Històric de Sa Vinyeta”. Octubre 2011. Publicado en la web de la Sociedad Histórico Arqueológica Martí i Bella. www.historia_de_sa_vinyeta.pdf Página 6. Marc Olives, padre de Bernat Josep Olives. “(...) Marc Olives i Olives i el seu fill Bernat Josep Olives i Vigo són els vertaders promotors del que avui coneixem com la finca de Sa Vinyeta. Bernat Josep Olives i Vigo es casa amb Maria de los Dolores de Magarola y de Sarriera (1832-1916) i ho deixa al primogènit Josep Olives Magarola (1861-1933). Després d'un primer matrimoni no reconegut per l'Església, que donarà lloc a la branca il·legítima dels Olives (la de la casa situada en la plaça Vella de Ciutadella), Josep Olives Magarola es casa amb Maria del Carmen Despujol Chaves (que morí el 1943). De la unió entre Josep Olives Magarola i Maria del Carmen

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Despujol Chaves no hi ha descendència, i el patrimoni familiar passa a la seva neboda Maria del Pilar Despujol i Pou (1894-1982), filla del germà de Maria del Carmen, la qual es casa amb Carles Olivar Olives (1887-1965). L'herència familiar passa al primogènit Josep Maria de Olivar i Despujol (nascut el 1916) i a la resta dels seus fills, els quals, l'any 1998, venen la finca de Sa Vinyeta a l'Ajuntament de Ciutadella (25) (...)”. Página 23. Cita (25). “(...) La recerca de la documentació històrica existent en l'Arxiu Històric de Ciutadella ha estat realitzada per Antoni Camps Extremera i Montserrat Vivó Sastre, tot comptant amb la inestimable col·laboració i implicació de Florenci Sastre Portella, arxiver de l'Arxiu Històric Municipal de Ciutadella. El nostre agraïment per les facilitats donades i per l'interès demostrat en la nostra recerca (...)”. Página 8. La finca Sa Vinyeta pertenecía a Marcos Olives. “(...) El nom de la finca Viñeta apareix per primera vegada en l'empadronament de l'any 1842, en el qual consta que hi està empadronada la família de Miquel Gorries Campins, l'”amo”, i Joana Alba Benejam, “madona”. Aquest matrimoni apareix enregistrat, juntament amb els seus fills, a la finca de Sa Vinyeta en els diferents empadronaments municipals realitzats durant el període comprès entre 1842 i 1859. Entre 1839 i 1841 aquest matrimoni resideix en el denominat “Huerto de D. Marcos Olives”, fet que en indica que aquest era el nom amb el qual es coneixien aquestes terres abans d'adoptar el de Sa Vinyeta. La propietat coneguda com “Huerto de D. Marcos Olives” apareix per primera vegada en el padró de 1830, i tant en el padró d'aquest any com en els de 1833, 1934 i 1835 hi consta que la finca no està habitada (30) (...)”. Página 23. Cita (30). “(...) En l'Arxiu Històric Municipal de Ciutadella no hi ha “Padrón General” en els anys 1836 i 1837, i en el de 1838 no hi ha empadronament en l'àmbit rural. Per altra banda, en els “Compliments Pasquals de Ciutadella” del període 1804-1830, de l'Arxiu Diocesà de Menorca, no consta l'existència de cap explotació identificada amb el nom de “Huerto de D. Marcos Olives” o “Viñeta”, fet que fa pensar que fins aquest moment no estava habitada (...)”. Página 9. Sa Vinyeta pertenecía a Bernat Josep Olives y Vigo. “(...) En l'amillarament de Miguel Sorà de 1860, el primer cadastre de concepció moderna realitzat a Menorca, la finca de Sa Vinyeta és propietat de Bernat Josep de Olives i Vigo, i hi recull un plànol detallat de la finca, en el qual ja hi apareixen representants la major part d'elements que actualment la configuren, tant les edificacions com la distribució dels horts i jardins que actualment caracteritzen aquesta explotació. Segons el llibre de registre de l'amillarament, la finca té “Hortalisses, arbres fruiters, cereals i farratges (602,07); Regadius (52,32); Figueres de moro

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(16,72); Ametllers (50); Improductiu (105,84)”, que confronta “Por el norte con tierras de Juan Lluch y de los herederos de Doña Juana Soliveras. Por el este con el predio Rafal den Bonet y con la huerta llamada Calam Busquets y por el sur y oeste con la playa, con el camino y con la Quintana de Mar.”, i que té una cabuda de 840,45 ha de superfície, un valor de 8.800,00 pta. i una renda anual de 290,00 pta. (31) (...)”. Página 23. Cita (31). “(...) Amillarament de Miguel Sorà de 1860. Arxiu Històric Municipal de Ciutadella (...)”. Página 10. Sa Vinyeta pertenecía a Bernat Josep Olives y Vigo. “(...) Quan l'Arxiduc Lluís Salvador (1847-1915), de la Dinastia Imperial dels Hasburg d'Àustria, visita la finca poc anys després de l'amillarament, Sa Vinyeta és propietat encara de Bernat Josep de Olives i Vigo i l'explotació viu la seva època de màxima esplendor. Les obres realitzades pel seu avi i pel seu pare i, possiblement, amb aportacions seves, destinades a ennoblir la finca i deixar patent el poder de la família, causen l'efecte desitjat en la figura de l'Arxiduc, fet que queda patent quan diu que “Lo más hermoso es, con todo, la Vinyeta de don Bernat Olives, con su vasto huerto y pequeño vivero de plátanos” (...)”.

(110). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Estudio de la antigua Religiosidad Menorquina”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXIII. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1972. www.RevistadeMenorca1972.pdf Página 22. “(...) 3.- Los vicarios generales.- Según la constitución misma de la pabordía de Menorca, los párrocos de Ciudadela habían de ser pabordes de toda la isla y ejercer sobre sus iglesias jurisdicción ordinaria, a modo de vicarios generales natos, bajo la dependencia de los obispos de Mallorca. Pero en realidad sucedió con frecuencia que los pabordes, retenidos fuera de nuestra isla por otros cargos, a veces de gran honor en la corte real, dejaban de cumplir su obligación de residencia en Ciudadela. Entonces los prelados nombraban a algún otro sacerdote de su confianza, para que le representara al frente de la grey menorquina como vicario general. Ya en 1349 se prescinde del cargo de paborde para crear vicarios generales a simples presbíteros (...)”. Página 24. “(...) Marcos Olives, en 1790 (...)”. Página 24. “(...) Bartolomé Pons, en 1617 (...)”.MARTÍ CAMPS, Fernando. “Estudio de la antigua religiosidad Menorquina”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXIII-Séptima Época. Mahón. Primer semestre. 1972. Página 32. “(…) 5.- Convento franciscano de San Diego, en Alayor.- Se erigió en 1623 y fue concluido por los años de 1676. Es muy curioso el claustro

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–llamado vulgarmente “Sa Lluna”- que tiene un marcadísimo parecido con los claustros conventuales de la época colonial americana (…). / (Página 33). 6.- Preceptoría de canónigos regulares antonianos, en Ciudadela.- El año 1696 el Comendador de esta orden en Malorca, don Antonio Gayá, inició las gestiones encaminadas a la fundación de un convento-hospital de Canónigos de San Antonio de Viana en Ciudadela. El 14 septiembre 1700 hízose para ello la demarcación del lugar inmediato a la ermita de Santa Rosalía, existente ya en 1656 fuera de las murallas de la ciudad, en el baldío llamado “Quintana de la part det tramontana”, situado a unos 200 metros al norte de las dichas murallas.

Las obras del convento y ampliación de la ermita –cambiada ahora en iglesia de San Antonio Abad- estaban ya terminadas en 1704. El cambio de dominación de la isla hizo que se ausentaran los canónigos regulares. Vueltos a los pocos años, se les hizo una nueva entrega de la iglesia y del hospital adjunto el 1º de abril de 1709 (…). En 1741 escribía de este convento el historiador inglés Armstrong: “La casa es pequeña, como también lo es el número de sus frailes; sin embargo está bien dotada y tiene una capilla decente. A poca distancia se ha edificado un huerto muy romántico, en la cantera de donde fue sacada la piedra con que fue construido el convento” (…) el 23 septiembre de / (página 34) 1791, el Vicario general Dr. D. Marcos Olives, por mandato del obispo de Mallorca, notificó a los antonianos la extinción de su orden; los sacerdotes de ella pasaron a formar parte del clero diocesano (…)”. (111). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Estudio de la antigua Religiosidad Menorquina”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXIII. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1972. www.RevistadeMenorca1972.pdf Página 27. “(...) Los segundones de las familias aristocráticas solían abrazar con mucha frecuencia el estado eclesiástico. Únicamente en Ciudadela y en el siglo XVII encontramos a los Rvdos. Bartolomé Pons (tío de mº Juan Pons, “donzell”); a mº Gabriel Vell (cuñado de mº Bernardo Olives, “cavaller”); (...) a mº Rafael Serra (cuñado de mº Marcos Sancho, “cavaller”) (...)”. (112). MARTÍ CAMPS, Fernando. “Estudio de la antigua Religiosidad Menorquina”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXIII. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1972. www.RevistadeMenorca1972.pdf Página 28. “(…) Tampoco faltaban cabezas de familia caballeresca que, al enviudar, recibían las sagradas órdenes, como los Revdos. Juan Carreras Alberti (nacido en 1606, viudo de la Sra. Juana sancho Pons en 1637, fallecido en 1682); (...) D. Guillermo Olives Martorell (nacido en 1679, viudo de Dª

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Francisca Olives Nadal en 1709, fallecido en 1744); su cuñado D. Bernardo Olives Nadal (nació en 1678, viudo de Dª Juana Olives Martorell en 1706, fallecido en 1715); el hermano del anterior D. Jaime Olives Nadal (nacido en 1692, viudo de Dª Mariana Squella Gomila en 1753, fallecido en 1764) (...)”. (113). GARRIDO, Carlos. “Es furat de ses bruixes”. Publicado en: “Menorca Mágica”. Prólogo de Pau Faner. Colección: La isla de la calma (serie menor, 2). Palma de Mallorca. José J., de Olañeta, editor. 1998 (5ª edición). Página 106. “(...) Aún sin duda el episodio más impactante ocurrió en el siglo XVIII. Estuvo protagonizado por un joven miembro de la nobleza ciudadelana, Don Bernat Olives, quién a los veintiún años había viajado por Europa, recogiendo las impresiones de un interesante diario. Querido y respetado por todos, el año 1705 -a sus 27 años- contraía matrimonio con doña Joana Olives Martorell, de ilustre abolengo también. La unión fue una de esas bodas felices con las que la gente, por una u otra razón, se identifica. Sin embargo, al año siguiente una extraña enfermedad hizo mella en la muchacha. Todos se preguntaban por el origen de aquel súbito mal que, como animado por una fuerza diabólica, la iba consumiendo a grandes pasos. El marido, pálido y desesperado, se paseaba sin dormir de un lado a otro. Y las mujeres murmuraban entre ellas que la / (Página 167) joven señora de Olives había sido objeto de un embrujo ordenado por otra mujer, celosa de su matrimonio con el joven aristócrata. Nada pudieron hacer los médicos ni los sacerdotes. La bella desposada fallecía en medio de atroces dolores el día 7 de septiembre de 1706. La noticia recorrió Ciudadela como una maldición. Y las miradas de todos se volvieron hacia dos mujeres-madre e hija- que vivían en un edificio colindante al palacio de los Olives, y que tenían fama de brujas por su carácter desaliñado y huraño. Presionado por la opinión popular, el tribunal de la Inquisición tomaría cartas en el asunto juzgando a ambas mujeres. El joven viudo, abandonando riquezas y viajes, se ordenó sacerdote apenas un año después de la muerte de su esposa. Después de tan infausta fecha, llevó una vida retirada durante siete escasos años más. Muriendo a la temprana edad de treinta y seis años. Para todos, las brujas fueron las causantes de tan lamentables infortunios (...)”. MARTÍ CAMPS, Fernando. “Estudio de la antigua Religiosidad Menorquina”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXIII. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1972. www.RevistadeMenorca1972.pdf Página 63. “(...) Personas que, por alguna razón, fuesen consideradas como brujas eran perseguidas por el tribunal del Santo Oficio, como dos mujeres, madre e hija, de Ciudadela, que a principios del siglo XVIII fueron procesadas por la Inquisición por

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atribuírseles la repentina enfermedad y subsiguiente muerte (7 septiembre 1706) de la dama ciudadelana Dª Juana Olives Martorell, esposa de D. Bernardo Olives Nadal (...)”. (114). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 205. Atlante. “(…) Escultura d´home emprada con element arquitectònic a manerade columna exempta o pilastra adossada al mur, que serveix per sostener un entaulament o cornisa (…)”. (115). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 216. Tenante. “(…) Es diu de les figures humanes o d´animals que sostenen un blasó o escut a cada costat (…)”. (116). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 215. Plafón. “(…) Relleu ornamental poligonal o circular que es posa en un sostre o cel ras (…)”. (117). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 207. Carassa o Carátula. “(…) Escultura que reproduix un rostre humà o d´animal i es posa a les Claus dels portals, finestres, cantonades, etc (…)”. (118). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 212. Hídria. “(…) Gerro de grans dimensions de pedra o pasta, emprat com a ornamentació en el coronament de les façanes, retaules, etc (…)”. (119). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 204. Arco rebajado. “(…) Arc d´altura del qual no arriba a la meitat de la seva llum, a partir de la línia d´arrencada (…)”. (120). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 205. Arquitrabe semicircular. “(…) Part inferior d´un entaulement que descansa directament sobre els capitells de les columnes o dels pilars (…)”. (121). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 203. Ábaco. “(…) Part superior d´un capitell, format per una peça oblonga sobre la qual reposa l´arquitrau (…)”. (122). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 209. Dovela. “(…) Cada peça de pedra tallada en

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regràs (és a dir, més estretes d´un cap que de l´altre) que sémpraperconstruir els arcs i les voltes (…)”. (123). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 207. Clave. “(…) Peça central que clou un arc o una volta (…)”. (124). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 203. Carátula antropomorfa. “(…) S´aplica a l´ornamentació que presenta forma humana (…)”. (125). JULIÁ SEGUÍ, Gabriel. “Les arts plàstiques a Menorca (Segles XIV-XIX). Arquitectura-Escultura-Pintura”. Ciutadella. Editado por el autor/IME. 1994. Página 143. Capítol IX. Les darreries del Barroc i el Neoclassicisme en l´Escultura. Ferran Miquel Comas i Ramon (1742-1799). “(…) Ja a finals de segle XVIII arriba a Menorca l´escultor mataroní Ferran Miquel Comas i Ramon (d´existència fins ara desconeguda per tots els qui havien estudiat l´escultura de Comas, confonent la del pare i la del fill, natural de Maó). Amb Ferran iquel clou la producción barroca, ja que Comas pare comença a introduir a Menorca l´imperatiu neoclàssic que ell va descubrir en elseu aprenentatge a catalunya, on havia conegut una intensa activitat artística a partirde la presencia del pretendent austríac al principat, durant la Guerra de Successió, u la tasca del gran artista catalá Viladomata la seva ciutat nadiua (…)”. Página 152. Capítol IX. Les darreries del Barroc i el Neoclassicisme en l´Escultura. Francesc Miquel Comas (1772-1854). “(…) Francesc Miquel Comas (1772-1854). El fill segon de Ferran Miquel Comas, nascut a Maó l´any 1772, seguí la professió del pare, vora el qual és de suposar que donaria les seves primeres passes en l´art de l´escultura. Tenia 25 anys quan morí el pare, que el deixà com a únic mestre escultor de Maó, al qual s´encomanarien les principals obres que es feren a la ciutat nadiua en la primera meitatdel segle XIX (…)”.