El Rincón del Escritor 02

EL RINCÓN DEL ESCRITOR

MARZO-ABRIL 2015 NÚMERO 2 -EJEMPLAR GRATUITO

REVISTA BIMENSUAL TERTULIA DE ESCRITORES APTR

TÚ

POEMAS DE AMOR Y CELOS CORTOS

LA VERDAD Y LA VIDA

AUTORESANA TERE USERO LUIS SANCHEZ TOMÉ BRAD PITT CECILIA BRITO JAVIER FUENTES ABUNDIO JULIA BRAVO JUANA BERMEJO GRAPHOS D IGYO

Brujz ANA MARÍA

OTROS PARTICIPANTES MARIA TERESA MARTÍN FLORES JUAN SANCHEZ ARANZUEQUEALFREDO GONZÁLEZ MELENDI

El número dos de nuestra revista surge desde dos rincónes; el del escri-tor y el del fotógrafo, que confrontan con otros dos; el rincón del poema y el del relato.

Cada vez que en nuestra tertulia se nos propone un tema para escribir, nos situamos en el centro de un cuadrilatero del que solamente podre-mos salir victoriosos ante nuestro enemigo; la página en blanco.Nuestro rival es fuerte y hábil. Finta entre nuestro miedo al ridículo, nuestra flojera y nuestra falta de ambición.Rival no es sinónimo de enemigo. Una primera derrota no es humillan-te; si aceptamos que la constancia y el estudio tienen siempre premio. En este camino vamos encontrando otros rincones y más ahora que contamos con la luz y los colores de la primavera.

¡CONTINUAMOS!

EDITORIAL

Tú eres joven, tú eres bella, eres lista, tienes familia… Lo tienes todo, pero me dices

que te vas, que te vas muy lejos a un pequeño poblado perdido por África a cuidar y

enseñar a unos niños a sumar, restar y multiplicar, a leer y escribir, y si es necesario,

curaras sus heridas con mercromina y gasas o con algún bálsamo que tengan por allí.

Te echaré de menos; añoraré nuestras charlas y nuestros paseos, pero te veo feliz.

Donde vas no habrá teatros, ni cines, ni terrazas con cervezas, pero verás cosas nue-

vas que te deslumbrarán: aire puro y cristalino, verdes valles y montañas con plan-

tas, árboles y flores, todas nuevas para ti. Mariposas de miles colores, rozarán con

sus alas las blancas paredes de tu bungaló. La fauna será distinta, pero no te asustes,

tigres y leones ya no quedan por allí, los tienen bien controlados en los cotos y reser-

vas. Si el calor te agobia, puedes darte un baño en ese arroyito, que junto al poblado,

os surtirá de agua. Si quieres leer, busca un baobab, que aunque es peligroso, fresca

sombra da.

Al llegar la noche, desde tu tumbona, verás brillar las estrellas como si fueran dia-

mantes que no podrás alcanzar, y al rayar el alba, el piar de pajarillos te despertará; te

llegarán los olores del pan recién hecho, que todas las madres, al amanecer, amasan y

cuecen.

Jugarás con tus niños, reirás con ellos y hasta llorarás, pero verlos felices te llenará, y

sus caricias y besos te darán felicidad.

Señor, TU que todo lo puedes, ¡protégela¡

JUANA

TÚ

Laura estaba sentada en el banco, exactamente donde dijo que estaría. Pablo la vio prime-

ro y se paró en seco, respiró aliviado, después de todo lo que había sucedido entre ambos,

no esperaba encontrarla. Su entusiasmo inicial se convirtió en asombro.

Tan solo habían pasado unas semanas, desde la última vez que la vio, pero se percató que

había cambiado. Era Laura hermosa, pero algo ocurría, lo supo incluso antes de acercarse.

De repente se sintió desconcertado, creía estar preparado para verla, pero al distinguirla

ahí sentada con la mirada gacha, muy frágil y menuda le pilló desprevenido, sintió miedo

y ternura a la vez.

Ella lo vio entonces, sonrió y un brillo extraordinario le iluminó el rostro.

El pensó, por un momento, como fue capaz de dudar de ella, era imposible que con aquel

rostro para él, angelical, le hubiera traicionado. Ella seguía sonriendo, Pablo le devolvió

la sonrisa y se dirigió hacia ella; se preguntó si alguien había osado hacerle daño, tanto

como para arrebatarle el temple, pues parecía triste.

Laura se puso en pie cuando él se acercó y se abrazaron: solo Tú, puedes hacerme temblar

así, pensó, y también sintió sus huesos finos como los de un pájaro herido que se deja aca-

riciar porque presiente que solo el calor de unos dedos pueden devolverle la vida. Así lo

sintió Laura. El se descubrió así mismo acariciándole el pelo, igual que a una niña perdida

y vacilante.

Laura lloró amargamente, sus lágrimas no parecían tener final. – Cometí un error Pa-

blo.- No debería haberte tratado así. Aquello no significó nada en mi vida y nunca debí de

dejarte ir esa noche, sin aclarar ciertas cosas. Lo siento muchísimo.

Pablo asintió. Pensó que debería decir algo, pero estaba demasiado sorprendido y conmo-

vido para encontrar las palabras adecuadas. Aquello fue suficiente. Comprendió que ella

necesitaba que la hicieran feliz.

Se quedaron así, mirándose embelesados, como si quisieran detener de alguna manera, el

movimiento del mundo.

Comprendieron adonde querían llegar; que había sido un largo proceso, lleno de obstácu-

los, pero apasionante: Ahora ni Tú - ni Yo: NOSOTROS

JULIA

TÚ

No creo que haya habido en la historia de la medicina un caso como éste. Mi

amigo Fermín, compañero de infancia y juventud, era supersticioso hasta extremos

incalificables. Salir con él era como hacerlo con el Jack Nicholson de “Mejor impo-

sible”. No pisaba las rayas del pavimento, iba pendiente de escaleras y gatos, veía

tuertos y jorobados potencialmente peligrosos en gente de buena apariencia, contaba

a veces los pasos para verificar distancias entre lugares sin interés alguno, miraba

al cielo soleado para justificar haber sacado el paraguas… en fin, que yo trataba

de salir poco con él porque terminaba estresado y al borde de la neurosis histérica.

Además, y por si fuera poco, tenía todos los tics que están descritos en textos espe-

cializados y algunos más, nuevos, de su propia cosecha.

El caso es que su última primicia era que un zahorí le había comunicado que se

cuidase de no escuchar el sonido que generaba la sílaba “tu” porque le originaría,

según le dijo, una crisis bulbo-raquídea que podía llevarlo a la suspensión de los

latidos cardíacos y a la paralización de la respiración.

¿Pueden imaginarse lo que tal cosa significaba en la vida del desdichado Fermín?

De nada valieron los consejos de todos los que le apreciamos (no somos muchos),

pues la palabra de Al-Hakén-ibn-Keral estaba fuera de cualquier duda. Descartó el

uso de cientos de palabras de uso común, algunas tan frecuentes como el trato de tú.

Con él no se podía hablar de turbinas, turbulencia, turismo, turquesa, y otras miles;

y si se trataba de geografía o historia, nada de Turquía o Tutankamón. Al final, las

conversaciones con él se fueron enrareciendo de tal manera que el único amigo que

le visitaba era yo. Siempre tenía que pensar lo que le iba a decir o a contestar antes

de pronunciarlo porque una vez que le pregunté si le gustaba la música de Joaquín

Turina sufrió un desmayo y permaneció inconsciente más de cinco minutos, batién-

dose en el suelo como poseído y lanzando espumarajos por la boca.

TÚ

Dejó de leer, no podía ser de otra manera, no había página de libro alguno donde no

apareciera la sílaba fatídica. Al fin, dejó también de conversar y hasta se compró unos

tapones para los oídos que usaba al salir a la calle.

En sus paseos, siempre cortos, alrededor de la manzana donde vivía, la gente le deja-

ba espacio con cierto temor, pues, entre manías, tics y mirada extraviada en el piso con

lentes de luz polarizada negra y sus tapones descomunales que emitían un bip-bip sufi-

ciente para evitar oír nada con claridad, parecía un espantajo patético y atemorizador.

Le perdí la pista mucho tiempo. Tuve la suerte de conseguir un buen trabajo en una

ciudad a buena distancia de la suya. A veces en algún periódico de ésos tan proclives al

chisme y al cotilleo, que abundan y son del agrado de tanta gente, veía algún comen-

tario sobre su condición estrafalaria o alguna foto donde había agregado tal cúmulo de

cosas a su atuendo que parecía un alienígena importado de algún film hollywoodense.

Anteayer me enteré que había muerto. Indagué y me contaron que había viajado a

Gran Bretaña. Estaba montado en un tren por las llamadas Midlands en dirección a

Worcestershire, cuando poco antes de llegar a una estación en la que el ferrocarril haría

una parada muy breve, el altavoz interno del vagón anunció que era una simple deten-

ción para adaptarse correctamente a su trayectoria, recortando algo la velocidad. Nadie

estaba autorizado a descender ni a subir pues la interrupción sería apenas de cuatro

minutos, expresando todo en buen inglés y con un volumen que traspasó los tapones

auditivos de Fermín. La parada era “from two to two to two two”. Cayó muerto en el

acto. Sólo se me ocurre decir: “paz a sus restos”.

abundio

TÚ (Continuación)

- ¿Y quién eres tú…?-¿Que quien soy yo…? Pues… no creas que resulta tan sencillo explicarlo… Aunque tene-mos muchas cosas en común, mi perspectiva hacia ti es muy diferente de la tuya hacia mí… Pero no creo que tenga importancia saber quien sea yo… Lo importante es que llegues a comprender el significado del ser, y en este caso yo soy tú, de la misma manera que tú eres yo. ¿No te parece? - ¡Pero qué tonterías estás diciendo…! ¿Qué yo soy tú y que tu eres yo…? ¿Cómo vas a ser tú yo, y yo tú…? En todo caso, lo lógico sería pensar que tú eres tú y que yo soy yo…- Quizá sea más lógico, pero también menos realista.-¿Estas tratando de decirme que yo no sé quién soy…? - A veces tengo la sensación de que no; que no sabes a ciencia cierta quién eres. Y aunque crees estar muy seguro de saberlo, es posible que realmente no lo sepas… - Bueno, bueno… Tú puedes decir lo que quieras… yo tengo muy claro que yo soy yo y no tú.- ¡Ah! ¿Qué yo no soy tú…? ¡Pues tú en cambio si eres yo…! Esa puede ser la diferencia…- Y tú ¿quién eres tú? Porque quién soy yo, parece que lo tienes muy claro, pero me da la impresión de que tú no conoces muy bien quién eres tú.- ¿Pero realmente importa quién sea yo…? Yo siempre seré un fiel reflejo tuyo… Aunque no siempre tú serás el reflejo mío… Al fin y al cabo nada es tan significativo como nos pro-ponemos…- Y en este caso ¿quién puede decirse que es más importante, o más trascendental: tú qué dices que eres yo, o yo que dices que soy tú…?-Trascendental no es nadie… O mejor dicho, lo somos todos: tú porque no sabes que eres tú, y yo porque pienso que eres yo.- ¿Y por qué estás tan seguro de que yo soy tú y tú eres yo?- Pues sencillamente, porque desde aquí, yo puedo abarcar la distancia con una mayor objeti-vidad, que la que tú percibes.- En resumen: ¿qué me quieres decir con todo ese galimatías de que yo soy tú y tú eres yo?- Pues algo tan sencillo como que puedas entender que no todo es lo que parece, y dónde está la realidad y dónde la ficción; y que tanto puedo ser yo la realidad y tú la ficción o viceversa. * * * * - Yo no sé que me pasa últimamente… Seguramente es la fiebre que me está jugando una mala pasada… Tengo la absurda sensación de que estoy hablando con el espejo…

3 marzo 2015 Brad

TÚ

De niño es normal el titubeo antes de iniciar una palabra, se aprende antes -el mío-,

que,- el tuyo.

En el alfabeto medianamente aprendido la “m” precede a la “t”. El mamá, el mío, el

me duele, se aprende antes que el tú-ti- te-contigo.

Más tarde aprendemos a hablar de tú a tú y a veces nos atrevemos a decir a nuestra

pareja

“yo soy yo y tú eres tú”.

Al llegar a la madurez podemos descubrir que tú y solo tú es quien consigue diluir

nuestro ego que suele crecer en nosotros como célula cancerosa que limita nuestra

capacidad de llenarnos de ti.

Si quiero saber lo que persigo y me impresiona, saldré al campo, dirigiré la mirada a

un paisaje con el sol al frente, pondré mi mano a modo de visera y podré descubrir los

tonos oscuros que me ciegan los claros, luego y con la luz que dejan entrar mis ojos,

enfocaré, iluminaré, recortaré y enderezaré mi vida.

Si quiero saber lo que persigo y me impresiona, cogeré mi pluma y volcaré en el pa-

pel dos mil palabras, escogeré aquellas que más amo, las pondré en verso con ritmo

y sentimiento y si a pesar de ello aún no sé ver aquello que persigo y me impresiona,

sácame el corazón y mis entrañas, cúbrelas con un montón de tierra en un paisaje, que

la lluvia y el sol te los devuelvan. Tú no fallaste, solo falló mi carne.

Tú aire, no me faltes, no te dejes enturbiar, llámame cuando me necesites.

Tú luz de mis ojos, no me faltes ¿cómo podría ser feliz sin claros, sombras y colores?,

llámame cuando me necesites.

Tú agua, no te dejes domesticar, corre libre para llegar en libertad a todos, llámame

cuando me necesites.

Tú compañero que convives junto a mí, debes saber que en tu abrazo yo abrazo lo que

existe, llámame cuando me necesites.

Graphos d Igyo

TÚ

Cuando era una adolescente soñaba, cómo no, que encontraría un amor maravilloso

y que pasaría flotando en las nubes el resto de mi vida. Encontré un amor, que me

dejó por Dios, y dejé de esperar el milagro mientras intentaba organizar mi futuro.

Estando en estos quehaceres (ya se sabe que en la Universidad se conoce a mucha

gente) me fijé en tus ojos: el resto de tu cuerpo me pasó desapercibido, pero tus ojos,

ahí arriba, me miraban de una forma distinta, pues parecías querer escrutar todos mis

pequeños secretos en un segundo.

Me quedé prendida de ellos, y poco a poco fui descubriendo el resto de tus virtudes,

que son muchas y grandes: te vi generoso, altruista, respetuoso, honrado, leal, cari-

ñoso, tierno, alegre, de firmes convicciones…, en fin, una buenísima persona. Decidí

que yo quería seguir el resto de mi vida pendiente de esos ojos y, en relativamente

poco tiempo, los dos fuimos uno.

De eso hace ya mucho tiempo. En medio hemos compartido un sinfín de experien-

cias: unas, que han contribuido a unirnos más; otras, que han ido descubriendo ante

nosotros partes nuevas de unas personalidades siempre en ebullición, y que, inevita-

blemente, nos han ido separando.

Los elementos de unión, nuestros hijos, siguen manteniendo nuestras miradas atentas

ante cualquier cosa que ellos necesiten. Lo demás, casi ya no nos es necesario. Hoy

te miro y necesito buscar en lo más profundo de tus ojos algo de aquella ilusión tan

contagiosa de antes. Tu silla de ruedas ha dado al traste con el empuje y la fuerza que

tenías para emprender nuevos retos. Pero yo también estoy aquí, todavía a tu lado, y

sigo buscando cada día en tus ojos una pequeña chispa que me ayude a coronar cada

día con resignada serenidad.

Ana Tere

TÚ

LA VERDAD Y LA VIDA

¿Por qué necesito siempre comenzar mis discursos igual? La verdad es que este principio

me atrapa, porque uno tiene, creo, que presentarse cuando comienza a hablar y, además,

tantos discursos ya me van fatigando, por lo que, a veces, uso algunos pasajes anterio-

res para introducirlos delicadamente en nuevos textos. Pienso que usar frases iguales en

todos los discursos me identifican conmigo mismo y ante la multitud de mis oyentes.

Pero no crean que me repito tanto, sólo el comienzo y algunas frases de siempre en textos

nuevos.

Ayer fue emocionante: no se imaginan lo que disfruté ante un público tan selecto, tan

atento, tan respetuoso… pero no se crean que siempre es así. A veces, al poco de comen-

zar, alguno de los oyentes empieza a boicotear mi conferencia y los uniformados tienen

que sacarlo a la fuerza porque no se quiere ir de motu proprio. Sé que no me queda más

remedio que soportar este tipo de manifestaciones, porque también sé que no le gusto a

todo el mundo, aún no. Ya veremos cuando pase algo de tiempo. Mientras, debo tener

paciencia y controlar las ganas que me entran de decirle un par de cositas a algunos es-

pectadores.

Ahora estoy un poco nervioso. Porque acaban de notificarme que las autoridades estarán

presentes en mi discurso y me interesa mucho convencerles porque, ya se sabe que si el

jefe defiende una idea, los que le siguen también la defenderán. Espero que todo me salga

bien y no como la semana pasada, que en pleno discurso me comenzó un dolor de cabeza

tan fuerte que no pude soportarlo y tuve que marcharme a la mitad.

-“Carlos, prepárate que tienes que entrar en cinco minutos. Ya sabes lo importante que es

que respondas bien al director. ¿Has tomado las pastillas? Recuerda que es fundamental

que las tomes siempre. Si eres capaz de obedecer a lo que te pidan piensa que, quizá, en

poco tiempo, puedas salir del hospital psiquiátrico a visitar a tu familia”.

Estos uniformados siempre terminan fastidiándome. En fin, comenzaré: “Yo soy la verdad

y la vida y quien crea en mí…”

Ana Tere

LA VERDAD Y LA VIDA

Dos palabras que bien pueden ir unidas, pues no hay mayor verdad que la realidad de la

vida: el dolor y la alegría, la sonrisa y el llanto, la familia y los amigos, la luna y el sol…

Dicen que la vida es bella y tienen mucha razón, ya que tenemos la suerte de poblar

y disfrutar este pequeño planeta, lleno de luz y calor, que nos proporciona el sol. Los

animales, unos nos dan su cariño y otros hasta nos regalan su vida. Las plantas, con sus

variados colores, cautivan y embelesan nuestra vista y nuestra imaginación y además

nos proporcionan productos imprescindibles en nuestra alimentación. Disfrutar de todo

eso, es deber y obligación, ya que en nuestro largo caminar nos podemos encontrar con

cosas, que unas veces serán buenas y nos traerán felicidad, y otras por el contrario, des-

gracia y penalidad; aprovechemos el tiempo, disfrutemos de lo bueno, no perdamos la

ocasión.

La verdad se usa frecuentemente, para significar el acuerdo entre una afirmación y unos

hechos o unas cosas. Los humanos preferimos la verdad a la falsedad, al error o a la

mentira, pues siempre será mejor la certeza que la duda. Cuando hablamos normalmente,

y sin que nos demos cuenta, expresamos la verdad; a veces hay que tener cuidado, pues

hay verdades que “matan”, sobre todo, si se dicen con prepotencia o maldad, eso de: “la

verdad por delante”, o la “verdad cara a cara”, a mí no me gusta nada.

En muchas ocasiones, hasta es necesario usar una “mentira piadosa”, disfrazando la ver-

dad, para evitar hacer daño, o un inútil sufrimiento.

JUANA

(Marzo 2015)

LA VERDAD Y LA VIDA

Cada sábado por la tarde nos reuníamos Pancho, Jacinto, Alcides y yo, Julio, en el bar del

mallorquín. Solíamos jugar al mus, otras veces al dominó. Y entre trago y trago seleccioná-

bamos un tema de conversación, ya que nos conocíamos tan bien que hablar de nuestras vi-

das resultaba aburrido por demás. Esa tarde acordamos hablar de la vida y de la verdad. Los

vasos de cerveza iban y venían y al fondo se dejaba escuchar el parloteo incesante de alguien

que comentaba un partido de fútbol. El tema lo propuso Jacinto, que era el único con algunos

estudios… pero no muchos. Empezó él.

- La vida es lo que ocurre cada día, es lo que nos pasa desde que nos despertamos hasta

que volveos a dormirnos en la noche.

- Entonces, cuando duermes ¿estás muerto?

- No seas idiota, me refiero a que sólo somos conscientes mientras estamos despiertos.

- Pues yo, dormido, tengo unos sueños en los que vivo con una intensidad que pa’qué..

Ayer mismo…

- ¡Calla ya! Ya nos diste la tabarra el otro día con el sueño de tus amores con la mujer

del conserje.

- Bueno, si les fastidia lo que digo que hable Julio.

Yo intervine enseguida para desviar el tema hacia el otro, el de la verdad.

- La verdad es lo que yo siempre digo, porque desde hace mucho tiempo no he mentido.

- ¿Y qué hacías el domingo pasado hablando con el cura en la iglesia? Me dijeron que te

confesabas; alguna mentirilla debiste confesar.

- Pues no, le preguntaba por qué Pilatos no sabía qué era la verdad.

- Y tú, Pancho, que presumes de haber leído los Buenos Testamentos, dime, ¿a quién le

preguntó?

- ¡A Barrabás!, ¿a quién más? Y como le contestó con certeza le dejó ir libre y mandó a

la horca a Jesús.

LA VERDAD Y LA VIDA

LA VERDAD Y LA VIDA (Continuación)

- Bueno, dejémonos de Testamentos Buenos y Malos y de religiones. Siempre que em-

pezamos con el tema de santos, beatas y esas cosas, terminamos a las greñas.

- Eso es verdad –dijo Alcides-, ahí tienen una verdad, que es el tema. Pero tú, Jacinto,

que has estudiado tanto, ¿qué piensas que es la verdad?

- La verdad es lo que la ley dice que es verdad –sentenció con voz de catedrático de

leyes.

- ¡Anda ya! Las leyes cambian con cada gobierno. Fíjate lo que dijo el otro día…

- No empecemos con politiquerías, que siempre terminamos tirándonos cosas a la cabe-

za.

- Es que como tú has leído la biografía del general Yagüe crees que sabes más que Fran-

co, José Antonio y el general Miaja.

El tono de la voz empezaba a crecer cuando llegó otra bandeja con cuatro botellas de cer-

veza, pero en ese momento se oyó un escándalo que venía del fondo del tugurio.

- ¡¡ Goooooool, gol, gol, gol, gol, gooooool !! Gol de Trinquete. ¡Trinquete, Trinquete,

toca el balón y mete!, ¡Trinquete, Trinquete, toca el…

La baraúnda era aterradora. La discusión en nuestra mesa había tocado a su fin. Empina-

mos las botellas a nuestra salud y a la de Trinquete, Pancho aprovechó la algarada, empezó

a toser y sacó un as que había escondido en el bolsillo junto con el pañuelo. Quizá ésa era la

verdad y la vida, o la verdad de la vida. El gol de Trinquete, un as escondido y poco más.

abundio

LA VERDAD Y LA VIDA

Claudia meditó:

Quisiera para mí: el viento, el mar y las estrellas.

En la calma del descanso sueño y pienso dejarme llevar por el viento, navegar eternamente

en la lontananza del mar y en las serenas noches alcanzar alguna perdida estrella, que me

acerque hasta el infinito.

En este momento de mi vida, no deseo grandes cosas o casi nada; solo el mimo y la ternura

de mis seres queridos, la compañía de mis amigos (los que creo que lo son). Risas y pala-

bras de cariño y templanza antes de dormir.

Deseo el árbol que roza los cristales de mi ventana en primavera. Un pedazo de cielo con

sol que ilumine la estancia donde me encuentre. Un libro que abra mis pensamientos y una

música armónica que emocione mi alma y me haga soñar hasta derramar lágrimas de emo-

ción.

También quiero mantener el espíritu y la libertad para manifestar mis opiniones sin tener

que pagar por ello. Quiero serenidad para el futuro y toda la alegría de lo bueno: poco o

mucho que me depare la vida. Disfrutar de la belleza.

No desesperarme por los que se fueron o se irán y si valorar los buenos momentos que

disfruté a su lado. Seguir llorando si algo lo merece, no pasar de todo y saber estar junto al

que lo necesita, sin perder la paciencia. No convertirme nunca en una persona amargada, y

desde luego, dormir plácidamente con la conciencia tranquila.

Después cuando todo acabe, me gustaría pensar que alguien me recuerde y piense que me-

reció la pena conocerme…

Difícil tarea.

Julia

“La verdad os hará libres” Esta frase se repitió cada día ante mis ojos durante la etapa

escolar, cada vez que subía por aquella escalinata que daba acceso a las aulas de mi

colegio.

Allí me enseñaron aquello de “Yo soy el camino, la verdad y la vida”

La verdad, no creo haber vuelto a leer aquella inscripción y tampoco escuchar ni re-

flexionar sobre ello hasta que ahora Cecilia une verdad y vida como leitmotiv de nuestro

relato de hoy.

Es cierto que leí a Machado: “Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Cami-

nante no hay camino se hace camino al andar” (…)

También Nietzsche me incitó a identificar lo verdadero con lo apto para la conservación

de la humanidad, y sobre la libertad dijo:

-El hombre es la criatura más libre que conozco… Lástima que siempre lo encuentre

encadenado.

Todo ello, ahora me da la oportunidad de escribir un micro-relato para uso y disfrute

mío y de quién indulgentemente quiera leerlo.

La situación real es que el avión estaba cayendo, no había duda. Era la

hora de la verdad y mi vida pendía como nunca de un hilo.

Quise escribir unas líneas de despedida para los míos.

-Queridos, en estos últimos momentos…

El piloto consiguió finalmente salvar mi vida con un aterrizaje azaroso, pero ¿qué fue de

mi verdad?

¿Dónde fue a parar? ¡ Tal vez quedó apresada entre aquellos histéricos pasajeros!

Arrugué la hoja donde había iniciado mi despedida llena de tachaduras y me salvé de

hacer el ridículo.

Graphos d Igyo

LA VERDAD Y LA VIDA

Yo voy buscando caminossin ramas entrecruzadasque consiguen los destinosde una vida fiel y sana.

Yo voy soñando verdadesque no mienten mi vivenciay que engañen mi existenciacon oscuras realidades.

Yo voy girando caminosque lleven a la verdadveredas de mis destinosen mi oscura claridad.

La vida rompe mis sueños,por eso quiero pensarque voy por la senda clara,camino de eternidaddonde encontraré la dichacon la que suelo soñar.

Yo busco verdades seriaspues en la vida no estány que un soñador divinopredicó que su verdadtenía sangre de cielode biblia y seguridad.

Yo predico sus lecturasepístolas de su verdady que la vida maldicey tergiversa su plan.

Quiero seguir su caminoque tiene seguridad,contra los predicadoresy falsos con su maldad.

Abridme paso, dejadmeseguir su ruta, cantarconmigo sus reglas sanas.Llegaremos al finalde un cielo casi escondido,pero que siempre estarácon sus brazos bien abiertosqueriéndonos abrazar.

No sigáis otros caminospues de la vida saldráquien quisiera equivocarnosy mentirnos con maldad,buscando sueños, quimerasde otros mundos que vendrán.

Solo un hombre,Dios presentepredicó su santidady nos señaló el caminovereda de eternidad.

Lo demás es falso cielode predicadores, talque dicen tener certezade la su falsa verdad.

Y si seguimos sus rutasque nunca tendrán finalla verdad quedará rota,tú vida no serviráy quedaremos frustradospor una tesis falaz.

Nuestro destino, fijadopara una eternidad,quedará en ruta vanaque un predicador capazilusionó con sus cantosde sirena falseada,sin más luz que la que arde, sin más verdad que la nada.

Ya dijo: Yo soy la Viday la Verdad predicadacon hechos intencionadospara salvaros, por nada.

Y quién me quiera seguirdeje todo lo terrenoy me acompañe, segurole regalaré mi cielo.

Cantemos pues sus verda-desde la vida, con acierto,que Dios nos lo premiarápues su fe no tiene cuento.El ha venido a salvarnos,sigamos su pensamientocon nuestros ojos cerra-dos,sin un mal presentimiento.

Su Verdad nos hará libres.Os lo juro, pues no mien-to.

Por Pedro Javier Fuentes Gálvez

LA VERDAD Y LA VIDA

¿Tú verdad? No, la Verdad.Y ven conmigo a buscarla…La tuya guárdatela. A. Machado

¿Y qué es la verdad? – Preguntó a Jesús Poncio Pilatos. Jesucristo no respondió. ¿Cómo po-día explicarle al gobernador romano que la Verdad únicamente impera en el alma, a diferen-cia de la verdad que tan solo existe en el individuo? Pilatos tampoco insistió en su pregunta; es posible que como tantos otros, tuviera miedo de enfrentarse a la verdad, que es asimismo enfrentarse a la vida.Aparentemente hay veces en que la verdad y la vida parecen conceptos opuestos, sin embar-go si los analizamos detenidamente, vemos que la afinidad entre ambos no solo es absoluta, sino que es vital para cualquier tipo de convivencia. Para que exista la verdad es necesaria la vida, y la vida sin verdad tampoco puede existir. Ambos conceptos son absolutamente inseparables formando un básico fundamento que es, sin duda alguna, la auténtica razón de nuestra existencia. De ahí que cada persona deba forjar su propia vida, su propia verdad; y del mismo modo, tiene no solo el derecho, sino la obligación de vivir la vida como crea más conveniente. Y si al inicio, con la verdad me apoyaba en Machado, con la vida me atrevo a plagiar a otro clásico, Calderón, quien afirmaba que la vida es sueño. ¿Podemos considerarla así…? Pero entonces si la vida es sueño ¿cómo podemos considerar la verdad? ¿Una ilusión…? ¿Una utopía…? Todas estas preguntas quedan en el aire; la reflexión para analizarla o no, queda al criterio de cada uno; ese es su privilegio.Como todo lo autentico, también estos valores tienen un camino a recorrer y ese camino tie-ne que ir siempre hacia adelante; es su natural itinerario, cualquier otro sería ficticio… ¿Qué es un camino difícil? Sin duda, pero ¿hay algo en la verdad o en la vida que no lo sea…? Sin embargo cuando este camino se realiza con fe, con autenticidad, todas las dificultades que pueda entrañar su peregrinaje, se ven ampliamente compensadas. No tenemos por qué ser un punto más en el mundo de los puntos…Si aceptamos que el mundo es un teatro, como también decía Calderón, es posible que lle-guemos a entender que la vida y la verdad no son el escenario donde se representa el drama o la comedia, sino la propia representación, en la cual la vida es la obra a representar, y la verdad su principal protagonista; ello viene a confirmar que de algún modo también nosotros somos partícipes de un acontecimiento tan excepcional como pueda ser nuestra propia repre-sentación. ¡Casi nada!

No quisiera finalizar estas divagaciones sin invitar a todos a que consideremos que la verdad y la vida son conceptos perfectamente armonizados que nos conducen a otro también tras-cendental para la humanidad: la esperanza. ¡Atrevámonos!

BRAD

LA VERDAD Y LA VIDA


-¡Usted nos acusa falsamente de imprevisión y de ignorantes y dice que “los celos eran cortos”! Señorita, ¿por qué su rabieta infantil? A este jurado no le consta que haya participado en el concurso. Le exigimos que vigile su lenguaje y le aconsejamos que intente superar su inmadurez psicológica. Sonreí y con rabia contenida les expliqué mi participación y mi esfuerzo por cumplir los requi-sitos: “Poema de amor inédito en papel fucsia, colocar el 24 de marzo en el lugar previsto utili-zando la cinta adhesiva reglamentaria, etc.” Y mirándolos uno a uno les dije:-Cuando llegué orgullosa con mi poema el panel ya estaba tapizado de fucsia, pero en una esqui-nita de arriba conseguí acoplarlo. Allí, bajo la ventana de madera y protegido por la cortina pla-teada resaltarían mis metáforas, y el aire que se colara por sus rendijas extendería el perfume de mis palabras. Con el final de la cinta adhesiva sobre el “te quiero” del primer verso y otro trocito pegado abajo, lo dejé sujeto y me fui hasta que se conociera “el fallo inapelable del jurado”. Como me sentía muy segura de mi discurso, continué:-Para esperar, me instalé frente a la ventana en una cafetería. ¡Quería resguardarme de la tor-menta que se acercaba! Al instante, granizada y aguacero formaron una densa pantalla vertical. Aterrorizada, me atragantaba como las alcantarillas que no podían engullir más agua. Cuando por fin volvió la calma, vi con preocupación que la ventana de madera estaba abierta.-¡Hable claramente!-Regresé rápida a la sala y vi deslizarse hasta el suelo por las cortinas plateadas gotitas brillan-tes, como lágrimas por el rostro de una joven enamorada. Entre olores de humedad, busqué y mi poema no estaba. Sentí deseos de chillar, pero llegué a pensar que quizá Góngora o la mismí-sima Teresa de Jesús, maravillados con mis versos, se lo habrían llevado. ¡Ilusa de mí! En una papelera arrinconada, encontré humedecidas y deshechas mis metáforas y con ellas emborrona-dos todos mis sueños. ¡Solo brillaba intacto bajo el pegamento transparente el “te quiero” del primer verso! -Por todo esto -continué airada- con mis ansias de justicia me dirigí a ustedes y al defensor del poeta, inundé medios de comunicación y redes sociales con mis reivindicaciones creyendo, ingenuamente, que alguien temblaría con mis palabras. -¡Oiga señorita, que no hemos podido leer su poema!-Eso ya me da igual -les devolví-, ¡los dioses y las musas lo estarán disfrutando! Pero sí denun-cio públicamente, que los que trabajan con las palabras tengan tan pobre dominio del lenguaje y desconozcan las nuevas acepciones de nuestro rico y constantemente renovado vocabulario. Les ruego que siempre tengan en cuenta que la imprevisión y las tormentas de primavera pueden condenar a las papeleras las ilusiones y los sueños. Porque ustedes, pésimos calculadores ade-más de tacaños, me obligaron a utilizar trocitos de celos cortos que no pegaban.Y crecida en mi orgullo me eché a reír de nuevo y rematé:-Porque señores del jurado, hasta Cervantes traído a nuestros días y leído con mentes flexibles me justificaría: “La rabia de los celos -cortos añadiría yo- es tan fuerte que fuerza a hacer cual-quier desatino”. Ana Mª Morales

Yo no sé si lo he entendido:“hay que hacer un verso corto”Pero lo que me ha salido más que verso es un aborto.

Pero en fin, hay que seguir con el tema planteado,¿pretendo así conseguir que pueda inspirarme el hado?

* * * * * *

¿Por qué en celos y amor no encaja rimasi tienen los dos la misma medida?Ninguna libertad los aproxima:¡Uno es oscuridad, el otro vida!……………..

Al tiempo que el amor llegan los celos; los dos con una fuerza arrolladora,cada uno imponiendo sus anhelos:te enervan los celos; el amor llora.

¿Y por qué, amor, dejaste que me fuerasabiendo que soy débil e inseguro?Me acosan los celos, el amor no espera…¿Me puede defender algún conjuro?……………..

Los celos acrecientan la amargura, coartan la libertad de quien los siente, su alma irradia solo luz oscura, se transforma en cobarde el más valiente.

Por contra en el amor hay armonía, es jubiloso canto de alabanza; al corazón le inunda la alegría… ¡Donde hay amor habrá siempre esperanza!

Brad 7 abril 2015


DE CELOS CORTOS 1. Tengo celos, celos tengo, te prevengo, son de abolengo.

2. Tengo ce, son celos cor, son celos que yo sentí en Cór. POEMAS DE AMOR “AMOR CON MÚSICA”

Elena, te llevo una serenata con músicos muy buenos espero te sea grata porque es música de estreno

Chopín tocará el violínMendelssóhn el saxofónTurina estará en la bocinaY Zubin Mehta en la trompeta

Yo me iré por buleríasy hasta te bailaré un tango espero que no te rías porque no soy ningún zanguango.

Cuando la música termine Para lo de la “viola“recuerda que te previne que debes esperarme sola.

Y nueve meses después nacerá una soprano de este buen feligrés que tan bien toca el piano.

abundio


Allí, junto a la chimenea de brasas encendidas, también celebraba tertulias con mí mejor amigo.Allí, sin pretenderlo, me hice poeta. Aquella noche tocaba compartir lectura; El Cantar de los Cantares de Salomón.- “¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino”(…)Allí, junto a la chimenea interrumpió el teléfono asonante. Una voz grave llegó como ola en palacio, pero él siguió leyendo.-“Como el manzano entre árboles silvestres Así es mi amado entre los jóvenes” (…) Al otro lado de teléfono ella, mi compañera, me amonesta, de pronto ya no me dice que me quiere, tiene un gran susto. Mientras, él, ajeno, continúa a media voz con voz de velas y de cirios.-“Hasta que apunte el día y huyan las sombras vuélvete, amado mío, se semejante al corzo, o como el cervatillo” (…) Allí, junto a la chimenea fue un clic al colgar quien hizo el silencio y ya no tuve tiempo para más tertulia.Mi amigo partió, y yo, por ella, escribí estos poemas que ahora vuelvo a leer. Él nunca más estará a mi lado.

Que entre nosotros no aparezca nadie:si no quiere que mi perro le muerda,si no quiere que mi gato le arañe.

Si deseas que mi alma se abra,si deseas que mi boca te llame,qué cuando desde lejos te divise,corra hacia ti, y tu barca arrastre.

No dejemos que el orgullo nos hunda,no dejemos que la ira nos mate,pues yo solo sin ti y tú sin mí, sola,seguro que entre nosotros no aparece nadie.

Escrito sobre el agua está mi nombre¡Oh linda!; tiende hacia mí tú mano impetuosa penetra en mi rostro y en mis venasque anhelan tu caricia en larga espera

Por ti rompí la brújula y los mapasabandoné el rumbo de mi viday en llegando al desierto de esta playacomprendo ya quién soy y quién he sido

Que lo mío se pudra en los abismosentre helados cruceros sin sentidocierra entre tus puños el agua de rocíotu nombre y mi nombre, y abre la compuertaque nos inunde juntos hacia el infinito

Graphos d Igyo


Crece el viento con el fuego,Con la noche el padecer,Con el recuerdo la pena,Con los celos el querer.

¿Los celos están íntimamente ligados al amor? ¿Son consecuencia de él?Antes de empezar con los poemas cortos convendría analizar un poco ambos concep-tos.En pequeñas dosis, los celos, junto al amor, sí pueden ser saludables, pero si son exce-sivos resultarán enfermizos y provocaran dolor. En algunas ocasiones, puede que estén motivados por el miedo a perder a la persona amada, pero aunque el motivo sea ese, habrá que tener cuidado con sus, a veces, incontrolados impulsos. Lo que sí está claro, es que la persona celosa nunca podrá encontrar en el amor la felicidad. El amor es otra cosa: es entrega, es ilusión, es cariño, es pasión…

Amo tanto tus cabellos, Quiero embriagarme de ti.Niña de mirada triste. Quiero sentir tus aromas.Se me despiertan los celos Quiero acariciar tus manos,Cuando pienso que te fuiste. Quiero que estés junto a mí ---------- ---------- Quiero que se oculte la luna. Asómate al balcón,Quiero que se pare el viento. Amada niña mía,Sólo quiero estar contigo, Me duele el corazón, y que se detenga el tiempo. Ansío tu alegría. ---------- ----------Los celos me destrozan. Con quién estará mi amor.Sólo quiero adorarte, Con quién estará jugando.Darte mi corazón, Se me rasga el corazón, Y poder abrazarte. Solamente de pensarlo.

Hay otro amor y celo distinto: el de los padres por el amor y el cuidado del hijo, aunque éste normalmente suele pasar más desapercibido; pero haberlos haylos, si no, basta con leer del Cancionero Popular, la “Canción del Conde Olinos” y comprobar hasta dónde pueden llegar los celos de una madre. Afortunadamente, el verdadero amor suele sobrevi-vir, aunque en esta ocasión, haya que ponerle una gran dosis de imaginación, pues dicha canción termina así: ”de ella naciera una garza, de él un fuerte gavilán. Juntos vuelan por el cielo, juntos vuelan par a par”. JUANA


En la noche, prendida entre mis sueños

naciste, sin que yo te deseara.

Te busqué por la vida; Mil empeños

no plasmaron la idea que soñara.

Cansado de buscarte, sentí frío

sintiendo no encontrar mi pensamiento.

Dejé solo vagar al albedrío

y surgiste, ¡ bendito nacimiento ¡

Sin embargo, huí de tu figura

Temiendo equivocar mi pasión loca.

Tuve vértigo al ver tu gran postura

y los celos sedientos de mi boca

se apagaron en toda mi locura.

Quise huir de tu vida, por temores,

sin saber ni pensar que tu corrías

con la misma pasión, por mis amores.

Sin pensar que la cruz que tu sentías

marchitábase de amor entre las flores.

Solo Dios que manda los destinos,

a pesar de mis celos, hízome verte,

y rompiendo mis dudas unió caminos

y nos hizo correr la misma suerte.

Con el tiempo venciste mis latidos

robándome pasiones, pensamientos, horas.

¡ Qué fuerza consiguen tus sentidos!

¡ Qué no conseguirás tú cuando oras!

Hoy prendido de amor, feliz me siento.

Déjame siempre vivir encarcelado,

Con barrotes de amor, entrelazado

a esa vida contigo que presiento

como nunca en el mundo había soñado.

Te amaré sin más celos, enamorado.

Y que se rompan mis cuerdas si te miento

Y que me quiten la vida si he pecado.

Por Pedro Javier Fuentes Gálvez.



No te vayas aúnespera un nuevo encuentro

y así poder contarqué pasó con lo nuestro.

——————¿Por qué me miras así

si sabes que me haces dañoy solo vivo por ti?

—————-Ella presume de ti

y yo me muero de amorporque siendo yo tu esposa

siento que te vas de mí.——————

Tus manos me dan calory tus manos me sustentan

pero producen dolorsi te busco y no me encuentran.

——————Ven,

no tengas miedo, estoy aquí por ti,

mi corazón se ensanchasi te veo venir.

Cuando llego a tu ladoolvido qué me faltpues solo tu mirada

y tus manos me bastan.

Ana Tere

OTROS RINCONESDe la Revista Universo Holistico nº 80 Marzo 2015

Seguimos caminando y valorando, y en estos días nos hacemos planteamientos, estamos bombardeados por los nuevos aires educati-vos, las escuelas diferentes, la docencia con-templada desde otro punto de vista.Recordamos la base del aprendizaje y com-prendemos que aprendemos major o peor en function de nuestras necesidades, hacienda de algunos aspectos escolares un camino de esfuerzo, en la mayoría de los casos, sin ob-jetivo claro. La sociedad aprovecha la gran capacidad cerebral de los infants para llenarla de datos, en muchas ocasiones sin objetivo inmediato de uso. No nos enseñan “la magia” que está detrás de muchos actos cotidianos, la ciencia, la filosofía, el arte, la historia, etc. nos rodean, y si somos capaces de argumentar nuestras acciones más communes aprendere-mos con mucho más sentido y muchos más entusiasmo.Debemos regresar a la educación por necesi-dad, y dar prioridad a aprender aquellas pau-tas que, por ejemplo en un momento dado, nos puedan salvar la vida o nos proporcionen recursos para sobrevivir en ausencia de cues-tiones importantes. Los niños que han crecido en zonas rurales son mucho más creativos que los que han crecido en las grandes ciudades, en algunos casos,, los campamentos de verano deberían tener ese fin, siempre que se hagan de forma creativa y consciente, y siempre basados

en juegos, volver a la comunicación y a las relaciones sin tener la certeza de que la única forma de comunicarse es a través del móvil y la de distraerse a través de la TV o de los videojue-gos.Tener experiencias reales en la naturaleza, en grupo disfrutando de la ausencia de la tecno-logía, que está muy bien, pero como decían nuestras abuelas:”hay que ser cocinero antes que fraile”, es decir, saber qué es cada cosa, para qué sirve y cómo funciona. Nos encon-tramos con niños que se vuelven a apasionar con los concursos de cocina, que disfrutan de un telar artesano, que aprenden a crear huertos urbanos y así con muchas más activi-dades.Hay que recuperar las noches alrededor de una mesa y disfrutar de los cuentos y de las experiencias vividas en el día, de compartir las risas y/o las penas. De realizar puestas en común sobre la razón de muchas cuestiones, cantar, actuar, perder el miedo al contacto físico, leer y PREGUNTAR aquello por lo que tenemos curiosidad y que nada como los mayors para aclararlo, bien por experiencia, bien porque nos enseñen el camino que lleva al lugar en el que se encuentra “el saber”, “el conocimiento”.A no juzgar y a comprender al prójimo, que al fin es con el que vamos a compartir muchas horas en nuestras vidas.

El Rincón del Escritor 02

Documents

Transcript of El Rincón del Escritor 02