El poder de un No positivo.

Dentro de la vida diaria y en toda relación humana nos enfrentamos a un sin

número de situaciones en las que es de suma importancia tomar decisiones, en

las cuales intervienen un lenguaje positivo o negativo. La palabra “no” suele ser

una de las palabras más difíciles de pronunciar; por lo que pudiera llegar a ser

ofensiva, grosera, agresiva e irrespetuosa, pero también con esta palabra estamos

defendiendo nuestros valores, necesidades y principios. El saber emplear la

palabra de una manera adecuada encierra un enorme potencial y lograr una mejor

sustancial en las relaciones.

Es de suma importancia manejar y desarrollar la habilidad de saber pronunciar la

palabra no y para lograrlo es necesario conocer los tres principales características

y en qué momento y como utilizarlas. Comenzamos siempre con un sí, seguido de

un limitante que sería un no positivo y terminar con un si propositivo.

Para prepararnos a decir no, tenemos que comenzar con un sí, cuidando y

respetando a los demás, interesándonos, escuchando, observando y detectar cual

es realmente su necesidad y hacer preguntas que nos permitan conocer más

fondo las inquietudes de las personas.

Para dar una negativa a una respuesta es difícil para las demás personas; porque

la reacción pudiera no ser lo que las otras personas desean, pero tenemos que

poner los limites y tener bien claro cuáles son nuestras razones, presentar una

alternativa positivas y sobre todo con la seguridad de respeto hacia los demás,

para poder defender nuestro no.

Tendremos que finalizar siempre con un si propositivo que pueda ayudar a

equilibrar la anterior respuesta. Logrando que la otra persona vea un resultado

positivo con una solución práctica que a la vez es especifica, realista, y

constructiva.

El saber manejar los tres pasos, nos dará la oportunidad de obtener mejores

resultados escuchando, preguntando y contando siempre con un plan B, opcional

que nos de alternativas sin afectarnos, ni afectar a los demás. Tendremos que

identificar las necesidades reales de las personas para así podamos emplear las

alternativas.