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    Nmero 158Domingo,14de julio

    de 2013

    El perseguidor

    ALFONSO DOMINGO QUINTERO

    La imaginacin es una de las facultadesque el escritor pone en funcionamiento ala hora de crear. En este sentido, Miguelde Unamuno quiso que don Quijote pasaraen Fuerteventura una de sus aventuras.

    Una aventura a la que podemos denomi-nar de penitencia, pues la ficcin que nospropone el poeta filsofo es que don Qui-jote busc la soledad que propicia la medi-tacin en Fuerteventura, como la busctambin en Sierra Morena imitando alcaballero Amads de Gaula.

    Pero, qu encontrara don Quijote enFuerteventura? Posiblemente lo mismoque encontr Miguel de Unamuno: unaisla que nos interpela y que nos obliga aponernos delante de nosotros mismos, sinengaos. Una sinceridad que emana delconvento franciscano de Betancuria, y quese afirma en el paisaje esencial de la isla.

    Don Quijote en Fuerteventura fue el ttuloque Unamuno eligi para el libro quedebi dar cuenta de esta aventura fuerte-venturosa, pero no lo escribi. Qued ensimple proyecto.

    Quiz escribiera algunas notas en supequeo despacho en el Hotel Fuerteven-

    tura donde se hosped durante su estan-cia en Puerto Cabras; o quiz esbozara elplan general de la obra en las tertulias conRamn Castaeida, en cuya bibliotecafamiliar se dedic por cierto a la lectura deBenito Prez Galds. No lo sabemos. Peros sabemos que estuvo entre sus propsi-tos vincular para siempre a don Quijotecon Fuerteventura.

    Lo consigui? Es difcil de evaluar elxito que ha tenido esta propuesta en lasletras canarias, y puede que sea la raznpara otro artculo. Lo que s sabemos esque Fuerteventura influy profunda-mente en Miguel de Unamuno.

    Sus librosDe Fuerteventura a Pars,Por

    tierras de Portugal y Espaa yCmo se haceuna novela dejan a las claras lo importanteque para el escritor vasco fue su experien-cia como exiliado en Fuerteventura. Sepodra escribir largamente sobre estaexperiencia, reflexionado en uno u otrodetalle, pero quisiera slo remitirme a lasiguiente afirmacin de Unamuno en sulibroAlrededor del estilo: All [Fuerteven-tura] empec a comprender y sentir lamsica, a la que he sido siempre retuso. Einsert esas apuntaciones sobre el estilode la voz, sobre la personalidad de la voz,sobre la esencia espiritual de la voz,oyendo el mar, que es voz, y voz ms quehumana. Canarias obr nuevamente elmilagro, consigui que el poeta filsofodulcificara su estilo.

    Canarias dej en Miguel de Unamuno lomismo que heredamos los escritores deesta tierra: un tono lrico para una melan-

    cola contenida, y este tono se refleja tantoen nuestra produccin potica como en lanarrativa.

    Se olvid Fuerteventura de su ilustrevisitante? No, el Hotel Fuerteventura des-pus de albergar el Archivo Histrico Insu-lar se ha recuperado para dar cabida alMuseo Unamuno; tambin en una de lasladeras de Montaa Quemada situaron unmonumento en su honor.

    Esto es todo? No, los crticos literariosde estas islas han dedicado varios estudiosa la estancia de Unamuno en Fuerteven-tura. Me viene ahora a la memoria la obrade Sebastin de la Nuez Unamuno en Fuer-teventura, por ejemplo; pero queda anuna cuestin no menos importante, laletra pequea de este hito dentro de la his-toria de las letras insulares.

    Puede acaso un profesor de LenguaCastellana y Literatura de enseanzas

    medias en Canarias, con ms razn enFuerteventura, dirigirse a sus alumnos sinhacer referencia durante el curso a laestancia de Miguel de Unamuno en Tene-rife, Gran Canaria y Fuerteventura? Creoque no. Por ello, pienso que la estancia delescritor bilbano ha dejado una granimpronta en las Islas Canarias. No slo enescritores ya clsicos de nuestra tradicincomo Domingo Rivero o Alonso Quesaday en los que vinieron despus, sino tam-bin en la intrahistoria de las Islas Cana-rias.

    Miguel de Unamuno dej su huella en elpaisaje y en la manera de entenderlo, yadems, y lo que es ms importante, estpresente en el imaginario del canario gra-cias, entre otras cosas, a las clases de Len-gua Castellana y Literatura en secundaria,y tambin a esa maltratada asignaturaoptativa no obligatoria que se llama Lite-ratura Canaria.

    DON QUIJOTE ENFUERTEVENTURA

    Miguel de Unamuno

    Miguel de Unamunodej su huella en elpaisaje y en la manerade entenderlo, y

    adems, y lo que es msimportante, estpresente en elimaginario del canariogracias, entre otrascosas, a las clases deLengua Castellana yLiteratura ensecundaria, y tambin aesa maltratadaasignatura optativa noobligatoria que se llama

    Literatura Canaria

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    EDUARDO GARCA ROJAS

    - Cmo definira su literatura, su pro-ceso de creacin?

    - No soy un autor bibliotecario. Minarrativa no se encuentra en los librosque he ledo aunque uno tiene que leerlibros pero no es como la msica pop,que tiene una parte de espontaneidad yen donde puedes escribir cancioneschulas sin contar con un bagaje musi-cal. Es decir, que no hace falta ser unexperto en msica pop para hacermsica pop, esa es una de sus glorias.En literatura, sin embargo, tienes quehaber ledo mucho pero mis libros nosalen de los libros que he ledo aunques la forma en cmo hacerlos. Me hanservido de manuales, de cmo escribir-los pese a que mis libros son eminente-

    mente vivenciales, trgico comediasvivenciales en las que te encuentras enuna telaraa de mentiras donde la emo-cin tiene que ser verdadera.

    - En ese sentido, considera que lamayora de sus obras son resultados desus propias experiencias?

    - S que me gusta sacar las ideas de

    vivencias verdaderas, no ficticias, perostas me tienen que emocionar y hacerrer mientras escribo, antes de que lellegue al lector. Luego est la aventura,la debacle, el cataclismo, el esperpento,el hecho de que me gusta que le suce-dan cosas exageradas a mis protagonis-tas. Me gusta someterlos a perreras,muchas de las cuales me han sucedidopero otras no, y de ah salen las cuatroideas fundamentales de mis libros: sur-gen de un lugar real. Mo.

    - Dice que leer le ha servido comomanual para ponerse a escribir. Quautores considera que son los que ms lehan enseado?

    - Intento parecerme a John Fante por-que para mi ese es el tipo de literaturaideal: escrita en primera persona, muyvivenci al y con ave ntura ur bana, ascomo con una parte de humor y otra denegrura, melancola y penas. No es solo

    esperpento sino algo as como el mejorhumor ingls, en este caso americano,en el que se explican experiencias durasy temas importantes como la familia y

    cosas as, pero a los que se les quita lacapa de solemnidad. Y este tipo de sen-cillez, como deca Bukowski la senci-llez es mi dios, es para mi un manda-miento fundamental porque aspiro a lamxima sencillez posible, a decir cosasque puedan tener calado particular ygraves, heridas terribles o sucesoscatrticos lo menos solemne posible ys explicarlas con el mnimo de herra-mientas, sin demasiadas metforas.Busco el lenguaje ms sencillo, esquel-tico y eso lo aprend de gente comoFante aunque escribo porque esto esvocacional. Uno tiene que tener la pro-clividad y si no la tiene, y en esto mien-

    ten los talleres literarios, nunca podrsser escritor. Y si eres escritor, un escri-tor en todo caso pasable porque hayuna cierta excelencia, excelencia queno quiero decir que haya conseguido,pero s que solo se obtiene con proclivi-dad.

    - Cundo descubre entonces que

    puede escribir?- Yo me di cuenta que poda escribir

    cuando le a Richard Brautigan. Fuedescubrir un modelo a seguir paragente como yo. Si llego a leer La mon-taa mgica no hubiera pasado eso, yaque de Brautigan me atrajo su narra-tiva econmica, breve, sencilla. A vecesincluso un poco esperpntica y demen-cial pero sin llegar a cotas de incom-prensibilidad para que no resultaracrptica sino escrita con una voluntadpop, que no populista, fresca, rpida yexplosiva. As que cuando le a RichardBrautigan me di cuenta que yo podaescribir algo as.

    - En todos los autores que cita, Fante,Bukowski y Brautigan, no menciona a nin-gn espaol o latinoamericano.

    - Es que estos escritores forman partede mi tradicin, que es cien por cienangloamericana. De todas formas, y de

    un tiempo a esta parte, he aprendido avalorar a gente de aqu y reledo cosasque haba ledo por obligacin en elBachillerato y que por una reaccin

    punk rock me las haba pasado por larabadilla y ahora veo que tenan uncierto valor y que mi cabrero estabamotivado porque me obligaban a quelas leyera. Era un tiempo en el que a milas cosas que me inspiraban de verdaderan las anglosajonas por alguna razn.Algo hay ah.

    - Algo hay ah?- Posiblemente su falta de solemni-

    dad. Para los ingleses el peor pecado esla solemnidad y tomarse en serio asmismos y eso forma parte de su carc-ter nacional y esto me habl directa-mente. Expresaba con exactitud cmome senta y reflejaba los ambientes en

    los que crec: mi crculo de amigos y latradicin oral de bar de la que provengoy todo eso desemboc en mi narrativa.Una narrativa en la que desdramatizolo terrible. Es como si alguien entra llo-rando en un bar porque lo han despe-dido del trabajo y lo convierte en unaancdota, en algo con lo que hacer rer

    a su pandilla inmediata. Y eso es lo quepretendo, al menos, con mis libros:hacer rer. Incluso cuando hablo decosas tristes intento que me salga elcarcter ingls, ese humor negro quedice vamos a rernos de esto aunquesea horrible porque no hay otra manerade vivir que rernos de la infinita come-dia de la condicin humana.

    - Habla mucho del carcter ingls peroentiendo que tambin le ha marcado laliteratura norteamericana.

    - Tambin me influye porque mis ra-ces son de subcultura: rock and roll perotambin degaraje, los sesenta. Subcul-turas nacidas con el rock and roll y queson una parte muy importante de miuniverso personal al que intento adap-tar con un lenguaje de mi barrio porquesoy un autor del extrarradio de Barce-lona que nunca ambienta sus historiasen otro sitio. Una frmula, por otra

    Kiko Amat (San Baudilio de Llobregat, Barcelona, 1971) es un conversador infatigable y un escritor que ha logradoconstruir un discurso coherente a travs del cual giran sus historias. Todas ellas, configuran su manera de entender la

    literatura y la msica, esencialmente pop. Amat visit recientemente Tenerife para promocionar su ltima novela,Eres el mejor, Cienfuegos (coleccin Contraseas, editorial Anagrama), as como impartir una conferencia tras dedicar

    toda una maana y una tarde a firmar ejemplares de sus libros, algunos de ellos crnicas demoledoras sobre lajuventud de ese barrio al que ha sabido darle voz comoRompepistas; o bien para ofrecer un cido y cataclsmico

    retrato sobre los 40 aos, experiencia que vuelva en su prometedoraEres el mejor, Cienfuegos. El escritor y periodistaes autor adems deEl da que me vaya no se lo dir a nadie yCosas que hacen BUM, entre otros ttulos.

    SOY UN

    AUTOR DEL

    EXTRARRADIO

    KIKO AMAT /Escritor y periodista

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    parte, que me parecer atroz.- Atroz?

    - S, esa tendencia de ambientarnovelas en sitios donde no ha vividoel autor, aunque el autor puedehacer lo que quiera. En mi caso lasnovelas se desarrollan en el extra-rradio de Barcelona, reflejan unacultura juvenil de clase obrera aun-que cada vez menos juvenil porqueahora me gusta tambin escribirsobre la debacle de los 40 aos. Eneste aspecto, mis lecturas son ingle-sas pero mi experiencia es la delextrarradio de Barcelona, as quede lo que quiero hablar es de eso.

    - La crisis de los 40 centra sunovela Eres el mejor, Cienfuegos.

    -Eres el mejor, Cienfuegos nace deuna experiencia personal y el librointenta hablar de eso. Es un pococomoLa cad a y au ge de Regi nald

    Perrin , de David Nobbs, que la le

    despus pero con la que encuentromuchas similitudes que an meparecen altamente reveladoras. En

    Eres el mejor, Cienfuegos intento con-tar la cada de un hombre que poredad y temor a la paternidad y pormiedos particulares y particularesconexiones morales, espirituales ylaborables acaba siendo una versinmucho peor de lo que era. Ha per-dido toda pureza al venderse almejor postor. Un to que asalta elbar cuando tiene problemas y quees completamente egocntrico yquejica, un personajes que renetodas las cosas que me resultanhorripilantes del hombre pero a lavez procuro explicar la posibilidadde indulto, de salvacin de ese hom-bre. Y eso es lo que hace Cienfue-gos, un to que es una alimaa aun-

    que lo que intento explicar en ellibro es su cada y la forma de cmoes capaz de tocar un indulto, unasalvacin. Es un libro que naci paratener un final feliz, pero un finalridculamente feliz. Muy a lo FrankCapra, y eso es lo que hice con Cien-fuegos, tambin como reaccin con-tra una afectacin de la literaturaque no me gusta nada y contra laque me posiciono: la tendencia unpoco pomposa de hacer que lascosas terminen horriblemente malaunque no tenga nada que ver conla experiencia particular del autor yque lo escribe as solo porque pareceque resulta mas real si el final esamargo.

    - Y usted reacciona contra eso.- Es que yo pienso que no es as, y

    cualquiera que haya vivido un poco

    sabe que no es as porque la vidatiene una parte de luz y otra deoscuridad. La gente toca el cielo y elinfierno y hay cosas que terminanbien, est claro y por poco que hayasledo sabes que hay finales felices.Que existen posibilidades de salva-cin porque las has visto y entien-des que estn ah. As que desde elprincipio quise que Cienfuegos seposicionara en contra del mal final.

    - No es usted un autor pesimista.- Intento ser optimista pero en mis

    tres libros anteriores muchos lecto-res opinan que acaban mal. Bueno,

    Rompepi stas termina mal por lacarga que tiene del pasado, lamelancola, pero no es una novelaexactamente nostlgica aunque sque te quedas con la sensacin delos aos que nunca volvern. De laimposibilidad --no el deseo porque

    nunca querra volver a los dieci-siete-- de reencontrarte con tupasado como adolescente. Perocreo que tras leer la novela, con laque te has redo ocasionalmentequiero creer. o carcajeado porqueesa fue su voluntad, hay una partecon una cierta amargura que se te

    queda dentro. El caso es que a vecesmis libros parecen ms optimistasde lo que en realidad son porquerecurro al humor. No le tengomiedo a la comicidad y a ridiculizara mis personajes y ponerlos en situa-ciones cataclsmicas pero a la vezdivertidas.

    - Yqu es lo que ms le molestaque le digan de sus libros?

    - Considero un insulto cuandoalguien me dice que se ha redomucho con uno de mis libros por-que entonces pienso que algo hehecho mal ya que sus ambicioneseran que te rieras pero tambin quete sentara como un tiro las partes depena, de ignominia que sufre el pro-tagonista porque se trata de tragi-comedia.

    - Hasta que punto pesa la msica

    en sus historias?- Muchas veces parece ms exa-

    gerada de lo que es. No obstante, mieducacin es musical, dejandoaparte la literatura infantil. En esteaspecto, mis catarsis y epifanas sonmusicales. A la edad de catorce aosfue una cancin la que me cambila vida. Una cancin, no un libro, yeso que a partir de esas edad heledo una barbaridad pero siendosincero lo que me cambi fue unacancin, una cancin de The Jampara ser ms concretos,In the City.Tambin temas de Brighton 64, ungrupo que alter realmente elcamino que ha llevado mi vida.

    - Noto inquietudes mods.- S, s, aunque luego dej de mili-

    tar porque es una subcultura obli-gatoriamente joven, con sus aosde pasin, todas esas epifanas,

    parte de la pica y romntica deadolescente, me viene de esa sub-

    cultura as que, evidentemente,entiendo que la msica tiene esacarga emocional y es otra forma devolver a explicar la sencill ez, dehacer las cosas sencillas, de expli-car verdades complejas pero sinsolemnidad, y esto lo aprend de lamsica pop porque el pop, en supropia naturaleza, es sencillo y creoque eso es una influencia en lo quehago; pero otro lado no quiero serun autor que hace referencias, delos que todo el rato est hablandode canciones y libros porque lo con-sidero un defecto. As que las vecesque se cuelan en mis libros lo veocomo un error formal, como algoque si pudiera tirar atrs, cambia-ra. Ahora lo veo como un exceso dereferencialidad. Por ejemplo, EnCosas que hacen BUM, la intencin

    sigue siendo la misma, ser divertidopero encuentro en ella demasiadasreferencias que ahora dejara a lamitad. En este sentido, en mi tercery cuarto libro hay menos referen-cias porque no me parece buenopara un autor. De hecho es algo per-nicioso. Tanto, que en libros deotros autores a los que se los tolerhace aos, como por ejemploLa for-taleza de la soledad de JonathanLethem, ahora me molesta. Y hablocomo lector, como narrador diraque intento no hacerlo aunque lacompulsin est ah porque quiereshablar de libros que te inspiran por-que en el fondo deseas hacer prose-litismo y hablar de las cosas que tehan cambiado la vida y que te inspi-ran pero creo que en narrativa insis-tir en ello tiene un lado pernicioso

    que procuro evitar.- Y que libros de Kiko Amat reco-

    mendara?- Yo no empezara cronolgica-

    mente porque mi primer libro sepublic hace diez aos y es com-pletamente Richard Brautigan yescrito en tercera persona. Se tratade un libro en el que intento pare-cerme a l, as que yo comenzarapor el final, conRompepistas yEresel mejor, Cienfuegos, aunque tengomuchos lectores a los que les gus-tas Cosas que hacen BUM, la cues-tin es que nunca puedes coincidir.Yo apostara por Rompepistas por-que es la historia de mi adolescen-cia yEres el mejor, Cienfuegos por-que es la historia de una cada, lade mis cuarenta aos, y porque losdos son en cuanto a las ambiciones

    de lo que quera contar los msajustados a lo que pretenda notanto por el xito sino por lo que yoquera escribir.

    - Es usted un escritor de mapas ode los que se deja llevar por la impro-visacin?

    - La parte divertida de narrar es laimprovisacin pero yo viajo conmapa y tengo un guin perfecta-mente trazado y manuscrito a milado para no desviarme aunqueocasionalmente entro en esa parteque es la utpicamente divertida deescribir, la del subconsciente, la quebrota de algn sitio inesperado yque obliga a veces a rectificar elguin, pero siempre viajo con mapaporque la historia la tengo clarsimay s que no hay que temer pensarporque eso es una parte crucial delproceso creativo.

    UNANOVELA

    LIBERTARIAMis catarsis yepifanas sonmusicales. A la edadde catorce aos fueuna cancin la queme cambi la vida.Una cancin, no unlibro, y eso que apartir de esas edad heledo una barbaridadpero siendo sincero loque me cambi fueuna cancin, una

    cancin de The Jampara ser msconcretos, In the City.Tambin temas deBrighton 64, ungrupo que alter elcamino de mi vida

    EDUARDO GARCA ROJAS

    Hoy no hay sexo, ni compras, ni paseos, ni restaurantes, ni libreras,ni tiendas, hoy solo hay pensamientos negros que conviven en per-

    fecta armona con las palomas blancas de ayer. Estoy sentado en elLinos caf, a diez metros del mar, la msica de la radio se mezcla conel sonido de las olas al golpear las rocas, yo tambin soy como el agua,

    pero me limito a golpear las palabras.

    (El hombre que se enamor de Sasha Grey,Antonio Lorenzo GmezCharln, coleccin Cultiva, Cultiva Libros)

    Para leer a Antonio Lorenzo Gmez Charln hay que vaciar lacabeza y dejarse arrastrar por su escritura improvisada, un estiloque es sea de identidad y en el que parece que enciende el pilotoautomtico al menos en los dos libros que llevo ledos del escritor:

    La leyenda de Fukaeri yEl hombre que se enamor de Sasha Grey.Tiene Gmez Charln adems la particularidad de desconcer-tarme cuando empiezo con sus historias cuajadas de reflexiones yreferentes literarios y cinematogrficos, aunque cuando que sepone ms interesante pisa el acelerador y se va por otra direccin,lo que me deja descolocado, sin saber a ciencia a cierta hacia dondese dirige el autor.

    Lo mejor por eso es leerlo con la cabeza vaciada, tras triturar conpaciencia los prejuicios que te condenan y prepararte para lo mejory lo peor de un escritor que ha hecho de la literatura un espejo.

    Espejo ora cncavo, ora convexo, en el que intenta disimular ellaberinto de sus ideas.

    As que Gmez Charlnlo vuelve a hacer con Elhombre que se enamor deSasha Grey, un ttulo conmuchos atractivos queapenas se explotan por-que, sospecho, se la traeal pairo a un escritorvocaci onal que solo

    escribe para mostrarse, yadije, en un espejo.

    Me gusta de GmezCharln su estilo, as comocomparto muchos de losreferentes culturales quedisemina por esta novelaque no es una novela peros memoria sin ser memo-ria ni una de ciencia fic-cin con manchas de rea-lismo sucio.

    Las impresiones quesaco tras La leyend a de

    Fukaeri yEl hombre que se enamor de Sasha Greyson por lo tantola de observar a un escritor que insiste en un mismo rompecabe-zas: Antonio Lorenzo Gmez Charln.

    En su nueva experiencia se rene pues esa misma constante.Se palpan sus obsesiones, en especial las que siente por el oficio

    de la escritura y tambin su devocin por narradores y poetascuyo trabajo considera fundamentales. Por otro, desparrama un

    lirismo que cuando frena queda corto, y que cuando alarga se con-vierte en una nube.

    Leerlo exige por ello estar predispuesto a viajar a su otro yocomo escritor. A lidiar con sus contradicciones, su entusiasta esp-ritu literario al que le pesa la carga de una vida diaria que no leconvence.

    Estructurado en tres personales relatos (Plegarias diurnas,Dic-cionario espiritual para los jvenes escritores yCrnicas del grantiempo)El hombre que se enamor de Sasha Greyquiere ser muchascosas, aunque lo mejor es tomrsela como un juego de espejos enel que Gmez Charln asoma la cabeza a veces con mucha fortunay otras fallidas.

    En esta historia que son muchas historias, el conjunto finalresulta un mosaico abstracto que no recomendara leer/observaren su conjunto.

    Agradezco as, probablemente porque soy un inconsciente, queGmez Charln contine trabajando futuras novelas con ese estiloque le arde entre los dedos. Porque aqu donde lo ven, este caba-llero tiene estilo.

    Me atrevo a decirlo porque conEl hombre que s e enamor deSasha Greyme pas lo mismo que conLa leyenda de Fukaeri: nodeja de sorprenderme su literatura libertaria.

    Portada de El hombre que se enamor de SashaGrey, de Antonio Lorenzo Gmez Charln.

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    YOLANDA DELGADO BATISTA

    San Petersburgo era el epicentro cultural deRusia, caldo de cultivo de las vanguardias.Simbolistas, representados por Blok, futuris-tas liderados Maiakovski, acmestas, y artis-tas de todas las disciplinas, se congregabanen un pequeo stano multidisciplinar,El

    Perro Errante, donde ya en 1913, Ajmtovaera la reina indiscutible.

    Desde muy joven, el mayor anhelo de AnnaAndreiev na Gorenko era converti rse enpoeta. Todo en ella tuvo un halo de misterio,

    empezando por su nacimiento, la nochemgica de San Juan, 24 de junio de 1889,cuando la tierra se siembra de hogueras.Nac el mismo ao que Charlie Chaplin, La

    sonata de Kreuzer de Tlstoi, La Torre Eiffel y,o eso parece, Eliot. A lo largo de su vida,ella forjara esa imagen de mujer especial. Suapellido artstico, Ajmtova, lo tom de unabisabuela, una princesa trtara de la estirpede Genghis Khan. Fue su padre, quien al leersus poemas la llam poeta decadente y seopuso a que utilizara su apellido. Su metroochenta de estatura, su extremada delgadez,su porte altivo, su melena larga y lisa reco-gida en la nuca, su flequillo en la frente; surostro de pmulos marcados, inmensos ojosgrises, labios finos y nariz aquilina; su carac-terstica manera de vestir, con su chal sobre

    los hombros, su anillo, su collar de perlas degata negras y sobre todo, el ritmo hechi-zante de su voz cuando recitaba sus versos,hicieron de Anna Ajmtova una mujer dese-ada, icono de belleza que muchos pintores,como Modigliani, quisieron retratar.

    A los siete aos aprendi a leer con el alfa-beto de Lev Tlstoi, y a los once aos escribisu primer poema. Fue una adolescente intro-vertida y solitaria que lea a Blok, y a los poe-tas franceses malditos, Verlaine y Baudelaire.

    Tsrkoie Sel, fue el paisaje de su infancia,al que siempre regres en sus poemas, y queella identificaba con su admirado Pushkin. Apocas millas de distancia, otro lugar clave:San Petersburgo, su ciudad amada y llorada.All vivi con intensidad la vanguardia, y lafiesta, disfrut del amor y de la libertadsexual, pero tambin all vivi el dolor, lapobreza y la enfermedad.

    Su deriva personal la despoj muy prontode un hogar: Pero, dnde estn mi casa y mi

    razn, aunque de manera intermitente sealojara durante muchos aos en la Casa delFontanka, --hoy museo dedicado a la escri-tora-- propiedad de su tercer marido, Niko-li Punin, un crtico de arte con quien convi-vi en una insana intimidad que inclua a lamujer de ste y a la hija del matrimonio. Lainestabilidad afectiva sera la tnica en la vidade Ajmtova. Enamoradiza por naturaleza, elamor no lo hall en sus numerosos amantes,lo encontr en la poesa tal y como ellaexplica en una especie de autobiografapublicada en Espaa como:Anna Ajmtova

    Prosa(Ed. Nevsky Pospects, 2012).En 1910 contrajo por primera vez matrimo-

    nio con Nikoli Gumiliov, poeta reconocidoen el ambiente cultural de San Petersburgo.

    Por entonces, Ajmtova ya escriba versospero estos carecan de calidad. Aprove-chando que Gumiliov, muy aficionado a lasexpediciones, se encontraba en Abisinia,Anna se inscribe en un curso de literatura enKiev, y lee El cofre de ciprs de Innokentinnenski, una obra decisiva en su vocacin.Los versos surgan como una uniforme,hasta ese momento no haba experimentadonada parecido. Buscaba, encontraba, perda.Senta (de una forma bastante confusa) queempezaba a conseguirlo.

    El 14 de marzo de 1911, Anna ley sus nue-vos poemas enLa Torre, y ese da, la intelec-tualidad de San Petersburgo celebr el naci-miento de una de las poetas ms importantesde la literatura rusa del s. XX, de la talla deGeorge Eliot en Inglaterra, o de George Sanden Francia.

    San Petersburgo era el epicentro cultural deRusia, caldo de cultivo de las vanguardias.

    Simbolistas, representados por Blok, futuris-tas liderados por Maiakovski, acmestas, yartistas de todas las disciplinas, se congrega-ban en un pequeo stano multidisciplinar,El

    Perro Errante, donde ya en 1913, Ajmtovaera la reina indiscutible. Un ao antes, lapoeta public su primer libro,La tarde, con elapoyo de El Taller de los Poetas, agrupacinque daba nombre al nuevo movimiento acme-sta, en el que N. Gumiliov, sip Mandelstam,Sergi Godoretski y por supuesto Ajmtovafueron figuras claves. Los acmestas, al con-trario que los simbolistas, reivindicaban laclaridad del verso, valoraban la experienciaindividual y defendan la relacin de la poesacon la realidad ms inmediata. 1912 tambinsignific el nacimiento de Lev Gumiliov, elnico hijo de Anna Ajmtova. Al aosiguiente, despus de una serie de desencuen-tros de egos e infidelidades, el matrimoniodecidi separarse aunque conservaron una

    relacin de amistad. Le gustaban tres cosasen la vida: / pavos reales blancos, canciones alatardecer, / y desgastados mapas de Am-rica. / Detestaba el lloriqueo de los nios, /confitura de frambuesa para el t / y la histe-ria femenina / Y yo era su mujer

    La tarde obtuvo un xito inesperado. Lospoemas hablaban de la infelicidad del amor,y se hicieron muy populares. Por primera vez,una mujer protagonista, la misma Ajmtova,abra de par en par la puerta de su intimidadal lector. En 1914 sali a la luz su segundolibro, Rosario, al que le sucedieron otros:Elrebao blanco (1917);Llantn (1921);Anno

    Domini MCMXXI(1921)...A partir de l 1 de agosto de 1914, cuando

    Alemania declara la guerra a Rusia, la poticade Anna Ajmtova tomar un rumbo dife-rente. Por la maana, todava algunos poe-mas sosegados sobre otras cosas. Pero, por latarde, el mundo entero se ha hecho aicos. Apartir de entonces, la poetisa dirigir su

    mirada hacia Rusia, una tierra que ama y queno abandonar jams, pues al igual que Gumi-liov, pensaban que emigrar al extranjero eraun acto de traicin imperdonable. Yacemosen ella y en ella nos convertimos/ y por eso,con toda libertad, la llamamos nuestra.

    Mientras en Rusia van sucedindose sintregua terribles acontecimientos histricos, amedida que crece el sufrimiento de los rusos,la voz de Ajmtova se hace cada vez mspotente y comprometida con los dbiles. Lapoeta toma consciencia de su responsabili-dad. Ajmtova vive la cada del imperio delos zares, la Revolucin de octubre, y dos gue-rras mundiales. Ajmtova vive el terror deStalin y la persecucin de sus amigos escrito-res que pertenecieron a la Edad de plata: Ese-

    nin, Blok, Ivnov, Gumiliov, Maiakovski, Bul-gkov, Mandelstam, Pasternak, TsvetievaToda una generacin ha pasado a travs dem como a travs de una sombra. Y a pesarde la pobreza y su debilitada salud, la genero-sidad y la solidaridad de Ajmtova con sufamilia y sus amigos fue siempre una cuali-dad de su carcter.

    Tal y como le ocurriera a muchos compa-eros, tambin su poesa fue oficialmentesilenciada en 1924 por el Partido Comunista.Sin embargo, ella nunca renunci a su escri-tura. Entre 1922 y 1940 compuso Requiem:un va crucis personal donde llora el fusila-miento de su primer esposo, la detencin deN. Punin y el encarcelamiento de su hijo Lev.PeroRequiem tambin signific un canto deresistencia de un pueblo ante el poder de Sta-lin. () Diecisiete meses pas haciendo colaa las puertas de la crcel, en Leningrado, ()Un da alguien me reconoci. Detrs de m,

    una mujer () y me pregunt al odo (all sehablaba solo en susurros):

    -- Y usted puede dar cuenta de esto?-- Puedo. ()La madurez potica de Ajmtova llega a su

    mxima expresin conPoema sin hroe, unade las mayores aportaciones a la literaturauniversal en la que ocup 22 aos de su vida.Escrito entre Leningrado, Tashkent y Mosc,Poema sin hroe (1940-1962) se trata de unpoemario pico, desfragmentado, donde sedan cita mltiples voces, y gneros distintos,que van componiendo la crnica lrica en laque se funden la Historia de un pueblo, la cul-tura y las experiencias de todo lo vivido.Dedico este poema a la memoria de sus pri-meros oyentes -a los amigos y compatriotasque murieron durante el sitio de Lenin-grado.

    Cuando detuvieron por primera vez a suhijo Lev, Ajmtova quem todos sus cuader-

    nos de poemas. A partir de ese momento,memorizaba cuanto escriba, para despusrecitrselo a sus amigos de confianza. Estesalto a la oralidad supuso tambin un cambioen su estilo: ms fragmentario, visual y sobretodo, ms sonoro.

    Esa fue su estrategia para sobrevivir y sal-vaguardar la memo ria colectiva de su pue-blo. Ella como poeta no poda salvar a las vc-timas, pero su verso transparente pudo pre-servar la memoria; salvarla de una segundamuerte: el olvido.

    Rehabilitada polticamente en 1956, AnnaAjmtova recibi todos los honores en su pas.Su obra fue traducida a varias lenguas y le con-cedieron varias distinciones en el extranjerocomo el Premio Internacional de Poesa Etna-Taormina, y el Honoris Causa por la Universi-dad de Oxford en 1965.

    Muri en Mosc el 5 de marzo de 1966. Susrestos yacen en el cementerio de Komarovo,en San Petersburgo.

    VERSOS CONTRA EL DOLOR

    La poeta Anna Andreievna Gorenko.

    EL PERSEGUIDOR 158 ok.qxd 03/09/2013 17:54 Pgina 4