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ÍndicePORTADASINOPSISPORTADILLAPRÓLOGO1. EL NACIMIENTO2. EL INICIO3. EL CONFÍN DEL MUNDO4. EL HINDUKUSH5. LOS MANUSCRITOS6. EL REGRESOBIBLIOGRAFÍACRÉDITOS

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SINOPSIS

La vida de Jesucristo ha marcado durante más de 2.000 años el devenir de los acontecimientos mundiales. Noobstante, muchos capítulos de su vida son un enigma, en especial los que van desde los 13 hasta los 30 años.¿Dónde estuvo? ¿Qué hizo? ¿Viajó Jesucristo a la India, Tíbet y Nepal adquiriendo conocimientos sagrados?¿Recorrió el sur de Inglaterra? ¿Visitó Japón?

Tras los años de predicación en tierra Santa, ¿murió en la cruz o años después en la India? ¿Por qué hay unatumba de Jesucristo en Japón? ¿Tuvo un hermano gemelo?

Parece que la respuesta a estas y otras preguntas se halla en un compendio de antiguos textos quepermanecen ocultos en los ancestrales monasterios budistas de la India y el Tíbet.

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Thor Jurodovich KostichEL PEREGRINOLos años perdidos

de Jesús

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PRÓLOGO

Hace más de tres décadas me embarqué en una búsqueda que tenía visos de que jamás llegaría asu término. Un peregrinaje tras las huellas de la que posiblemente sea la figura más importante dela historia de la humanidad, Jesucristo.

A lo largo de todo este tiempo he visitado bibliotecas en cuyos estantes se almacenabansiglos de sabiduría, he recorrido pueblos y ciudades de medio mundo en busca de un difusolegado, he seguido unas huellas desdibujadas por la palabrería de personajes de toda índole,desde párrocos de diminutas parroquias sumidos en la más rígida ortodoxia cristiana, hastasacerdotes romanos con mentes ofuscadas por la sinrazón del dogma capaces de transformar aJesús, literalmente, en un ser celestial.

A lo largo de mi búsqueda he compartido horas de estudio e investigación con arqueólogos,estudiosos de las Sagradas Escrituras, teólogos y filósofos, con maestros de diferentes creencias,desde monjes budistas, imanes y rabinos hasta sacerdotes de mentes abiertas, que me dieron laspistas y claves para desvelar una verdad incómoda.

Es inaudito no querer conocer en profundidad al ser humano que se esconde tras Jesús. Elhombre que, durante más de dos mil años, ha marcado el devenir de los acontecimientosmundiales. Porque su huella ha marcado y marca el paso del tiempo, las festividades másimportantes, las normas y leyes, pero sobre todo nuestra moralidad y nuestro sentido del bien y elmal.

Pero ¿quién fue realmente Jesús?Todos tenemos una imagen creada a lo largo de los siglos sobre su figura y conocemos

algunos de los acontecimientos más importantes de su vida como su nacimiento, algunas de lasfrases que parece ser que pronunció durante su ministerio y, por supuesto, lo que aconteció durantelos últimos días de su vida. No obstante, lo más probable es que nada de lo que se haya explicadosea cierto y que, con total seguridad, sea toda una patraña urdida con habilidad por personajescomo el emperador romano Constantino, los apóstoles Pedro y Pablo y, por supuesto, por aquellosque manipularon a lo largo de centurias los evangelios canónicos (los que supuestamenteescribieron los evangelistas Mateo, Lucas, Marcos y Juan). Evangelios que fueron redactadosentre el año 60 y el 100 d.C.

Sin embargo, el tiempo transcurrido entre la crucifixión y el inicio de la redacción de estostextos hace que muchos de los datos que aparecen en ellos no puedan ser considerados ciertos. Esmás, las versiones de los textos que han llegado a nuestros días no son las que los evangelistas yapóstoles escribieron originalmente, sino que son copias de copias traducidas en varias ocasionescon las consiguientes variaciones derivadas de ello, ya que fueron muchos los que interpretaron ytransformaron los textos originales en su propio beneficio.

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Descubrimientos como los manuscritos de Nag Hammadi, el Evangelio de San Marcos, el deMaría Magdalena o el de Tomás, echan por tierra muchos de los preceptos ortodoxos yproporcionan una visión más completa de la figura de Jesús, del que solo conocemos un puñadode datos. Incluso creemos conocer cuál era su rostro, aunque no exista ni una sola imagen real deél.

De hecho, para las primeras representaciones de Cristo que se crearon se usaron modelosiconográficos ya establecidos en el arte grecolatino, como el moscóforo o portador de la ovejaque se identifica con el Buen Pastor o el filósofo, para representarlo como un maestro.

En estos casos, aparece con aspecto juvenil, imberbe y vestido a la usanza clásica. Tambiénfue representado con el rostro de dioses paganos como Helios o Apolo, y no fue hasta el principiode la Edad Media, en el siglo V, que se impuso otro tipo de representación surgida en Siria yPalestina, que presentaba a Jesucristo del modo más conocido para nosotros, en edad adulta, conbarba y larga cabellera.

La realidad es que existen dos Jesucristo. El Mesías de la fe, la mística y legendariacreación, un ser capaz de realizar milagros, de caminar sobre las aguas y de resucitar parademostrar que era el hijo de Dios, y el Jesús histórico, del que casi nada sabemos. Esa es la figuraque nos interesa, el que debemos descubrir, conocer quién era, dónde pasó la mayor parte de suvida, qué aprendió durante su niñez, adolescencia y madurez. Por ello, las siguientes páginas sesumergen en un rompecabezas repleto de incógnitas y de enigmas sin resolver que guardan la llavede un mensaje trascendental.

Desde el mismo instante en que aparece su madre María en la escena, embarazadamilagrosamente por el Espíritu Santo, las piezas no encajan.

¿Quién fue el padre? ¿Fue José, un carpintero de Nazareth, un hombre de avanzada edad quese desposó con una adolescente en un matrimonio concertado y que podría haber repudiado aMaría al quedarse encinta antes de la ceremonia, pero a la que perdonó evitando así que fueralapidada por adúltera, tal y como establecían las leyes judías?

O, como escribió el filósofo griego Celso dos siglos después de la crucifixión, el padre deJesús podría haber sido un soldado romano llamado Pantero, un relato que pasó a formar parte deltexto judío Toledot Yeshu, o también, como escribió el escritor Robert Graves, el padre delMesías podría haber sido Herodes Antipater, por lo que Jesús sería nieto del rey Herodes elGrande.

Un galimatías de posibles padres que puede parecer una auténtica locura, pero que, aun así,son hipótesis más verosímiles que las contadas durante años.

Cierto es que la concepción divina de la Virgen es solo un símbolo que se sumerge entradiciones esotéricas relacionadas con el culto a la feminidad y la ancestral veneración de ladiosa que fue hábilmente absorbida por los padres del cristianismo para hacer olvidar los cultospaganos, o incluso para transformar a la Virgen María, una sacerdotisa pagana elegida pararealizar el ritual sagrado donde concebiría al profetizado Cristo.

Así que, como vemos, desde antes del nacimiento de Jesucristo la leyenda lo cubre todo conun manto de incertidumbre donde nada es lo que parece, incluso su muerte en la cruz y su posteriorresurrección están plagadas de incongruencias y sorpresas, ¿realmente murió?, ¿dónde fueenterrado?

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Son preguntas sin respuesta, porque lo cierto es que a lo largo y ancho del planeta son variaslas tumbas donde se dice que estuvo depositado su cuerpo, incluso algunas parecen tener elprivilegio de guardar sus restos, lo que tiraría por la borda el dogma principal de la fe cristiana,su resurrección.

Cuatro supuestas tumbas se encuentran en Jerusalén, la más conocida, aunque jamásconfirmada, es la que habría estado situada donde actualmente se alza la iglesia del SantoSepulcro. A corta distancia también encontramos la tumba del Jardín, que adquirió ciertarelevancia hacia finales del siglo XIX como supuesto sepulcro. Otra posible tumba nace de lasdelirantes visiones que en 1889 tuvo Josephine Peladan, el fundador de la Orden de la Rosacruzdel Templo y del Grial —uno de tantos grupos esotéricos—, que afirmó que, en la Colina delTemplo, en la mezquita de Omar bajo la cúpula de la Roca, se encontraba el lugar de sepultura deCristo. Otro de los lugares del reposo eterno de Jesús estaría en Francia, en el monte Cardou.Incluso en Japón, en la prefectura de Shingo al norte de la isla de Honsu, existe otra tumba deJesús, donde según cuentan murió con más de cien años tras haber tenido tres hijas.

Aunque tal vez la tumba más relevante de todas, por la posible unión con sus años perdidos ypor la historia que se ha tejido a su alrededor, sea la que está entre las altas cumbres delHimalaya, en la India, en la provincia de Cachemira, en la ciudad de Srinagar. Su tumba esconocida como Rozabal, donde descansa Yuzafaf, el nombre con el que los habitantes de la regiónconocen a Jesucristo.

Acompañadme para conocer la verdad.

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EL NACIMIENTO

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La joven jadea, transpira copiosamente, perladas gotas de sudor surcan su frente, sus púberes mejillas estániridiscentes por el esfuerzo, su alborotado cabello está salpicado de briznas de hierba. Su pecho sube y bajaconvulsamente con cada respiración, el sudor se arremolina en su cuello, aprieta las manos con fuerza mientrascierra los ojos. En el exterior, la noche cubre las pedregosas colinas. Las arrugas en el ajado rostro del hombre seperfilan en la oscuridad, los rayos de la luna producen marcadas sombras sobre las paredes de la cueva. Lascontracciones son cada vez más intensas, el espacio entre ellas se acorta, el dolor es desgarrador.

Se miran intensamente, él está arrodillado entre sus piernas abiertas, sus manos buscan ayudar; temeroso, sucuerpo tiembla como una hoja mecida por el viento, ella, entre lágrimas, le sonríe, le sosiega. La capa que le sirvede lecho está empapada con el líquido surgido de su interior mezclado con su sangre. Sus miradas se cruzan y todose torna en calma; María aprieta los dientes, resopla, realiza un último esfuerzo. José siente el pequeño yresbaladizo cuerpo entre sus manos. Aún unido a su madre, lo deja delicadamente sobre el pecho ahora en calma deMaría, el pequeño mueve sus diminutas manos, el primer hálito de vida impulsa su llanto. Todo ha acabado..., todoempieza.

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FRÍO, LLUVIA Y BARRO

Todos y cada uno de los lectores, al leer las anteriores líneas, habrán situado la escena en unafecha concreta, la única fecha que cientos de millones de personas en todo el mundo reconocen yrecuerdan de inmediato, el 25 de diciembre del año 1 de nuestra era, y un lugar, Belén. Peropronto descubrirán que todo ello está muy alejado de la verdad, Jesucristo no vino al mundo enuna fría madrugada invernal y la aldea de Belén tampoco tiene visos de ser el pueblo querealmente lo vio nacer.

La elección del día, lugar y año es solo una de las piezas de la más importante conspiraciónde la historia de la humanidad, la creación de la vida conocida de Jesucristo que oculta su otravida.

Ningún teólogo, historiador, arqueólogo o erudito, laico o cristiano, puede confirmar la fechaexacta en la que Jesucristo vino al mundo. Se barajan días, meses y años diferentes. En la Bibliano aparece ninguna fecha que indique un momento tan importante y emblemático. Solo en dos delos cuatro evangelios canónicos se habla del nacimiento de Jesús: en el de Lucas y en el de Mateo.Si se estudian con detenimiento, proporcionan pistas para descubrir la verdad. En el de Lucasaparecen los pastores, dato que revela que el alumbramiento no pudo ser en el frío y húmedo mesde diciembre porque las bajas temperaturas en esa región de Palestina impiden el pastoreo.

Era costumbre entre los pastores en tiempos de Cristo iniciar la temporada de pastoreocuando se acercaban los días de Pascua, a principios de la primavera, hasta que las primeraslluvias de octubre los ponían sobre aviso de la llegada del invierno, y era entonces cuandollevaban los rebaños de regreso a los establos, al abrigo de las inclemencias meteorológicas.Ningún pastor cometería la estupidez de seguir pastoreando en los días más fríos del año, y menosaún se aventuraría a pasar la noche al raso en la gélida e invernal Galilea.

Las ovejas y las cabras eran su sustento y el de sus familias, por ello se dedicaban en cuerpoy alma a su cuidado, rescataban a las que se despeñaban en el abrupto terreno, se echaban sobrelos hombros a los animales heridos y luchaban a brazo partido contra los ladrones si eranecesario. Por las noches conducían el rebaño hacia un refugio, cueva, cercado o redil, y el pastorsiempre dormía protegiendo la entrada —como si de una puerta humana se tratara—, armado conuna honda como con la que David venció a Goliat, preparado para cualquier emergencia. Por ello,es inadmisible el relato de Lucas:

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.

LUCAS 2, 8

Además, uno de los libros que forman el Antiguo Testamento, el Cantar de los Cantares,describe el clima de Tierra Santa:

Porque, mira, ha pasado ya el invierno, la lluvia ha cesado y se ha ido.

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Cantar de los Cantares 2, 11

Lucas yerra premeditadamente, ya que su deseo era el de otorgarle veracidad histórica altexto, y su intención dispensar visos proféticos al nacimiento al elegir Belén para que María dieraa luz, actuando más como un novelista que como un historiador.

Por su parte, el Evangelio de Mateo habla de la Matanza de los Inocentes, de la estrella deBelén y de los Reyes Magos, pero en ningún momento hace alusión a los pastores ni a un censo delque habla Lucas. Solo coinciden en ubicar el nacimiento en la aldea de Belén, como si no hablarandel mismo acontecimiento. Son dos historias que se parecen en el fondo, pero no en la forma.

Los evangelistas hábilmente urdieron, cada uno a su manera, un plan maestro con el queinfluir en las creencias de los primeros cristianos divinizando al hombre para convertirlo en elMesías esperado. Actuaron como fabuladores, como cuentacuentos, no como historiadores;unieron los datos a su antojo, rellenando los espacios en blanco con hechos que, o no ocurrieron ofueron tratados con mucha vehemencia para otorgarle el halo de divinidad que la figura de Jesúsnecesitaba. ¿Manipularon o fueron manipulados? Con toda seguridad, las dos cosas.

ELLOS NO LOS CELEBRABAN

La siguiente pregunta es: ¿por qué no está escrito el día de su nacimiento en la Biblia? Larespuesta hay que buscarla en las tradiciones del pueblo hebreo. Jesús era judío, sus primerosseguidores también, por lo que en gran medida las costumbres de los primeros cristianos eranadaptaciones de las leyes hebreas. Una de esas normas era no celebrar los nacimientos y, porende, tampoco los aniversarios. No se menciona en ningún párrafo bíblico la celebración deningún alumbramiento porque al nacer se heredaba el pecado original de Adán y Eva, y solo alllegar la muerte, tras una vida recta y honrosa, se lograría liberarse de él. Por eso consideraban eldía de la muerte como el mejor de los días.

En siglo III d.C., Orígenes, el padre de la Iglesia oriental, en una de sus más importanteshomilías aseguraba:

No se relata en la Biblia que ninguna de las personas santas haya celebrado una fiesta o hecho un banquete ensu cumpleaños o que haya festejado el día en que su hijo o su hija nació. Pero los pecadores se regocijan yhacen festividades en esos días.

Orígenes remarca cómo las creencias mosaicas formaban parte del cristianismo primitivo alconsiderar las celebraciones relacionadas con los cumpleaños actos paganos. Otra de las razonespor las que los cristianos primitivos las evitaban era su relación con la astrología, que asociabancon las idólatras creencias orientales de las que deseaban alejarse.

EL PACTO

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Dos poderosos hombres, uno el símbolo del Estado y el otro del clero, caminan por los pasillos del palacioimperial, sus pisadas resuenan en el frío mármol y sus palabras fluyen desde un pozo de conspiración. Es lareunión definitiva de las muchas que han mantenido durante las últimas semanas. Bajo la luz de las antorchasdebaten y traman. La primera reunión tuvo lugar al calor del fuego en una gélida mañana de febrero; hoy la cálidabrisa profetiza la llegada del verano. Durante días han regado sus conversaciones con el mejor vino, con los másexóticos manjares traídos desde todos los rincones del imperio. Y por fin ha llegado el momento: alzan sus copaspor última vez, brindan y sonríen de satisfacción, el pacto está sellado.

Estos fueron los días que transformaron la historia del nacimiento de Jesús, entre la ascensión alpontificado de Julio I —en febrero del año 337 d.C.— y el fallecimiento del emperadorConstantino en las postrimerías de mayo del mismo año. Las confabulaciones y manipulaciones deun emperador y de un papa dieron forma a la Navidad, pues tomaron la decisión de que el RexMundi, el Mesías, Jesucristo, había nacido el 25 de diciembre.

Hasta el siglo IV d.C., el nacimiento de Jesucristo se celebraba el día 6 de enero junto a laepifanía de los Reyes Magos y el bautismo de Jesús, aunque tampoco se tenía la certeza de quehubiera sido así; fue la fecha que eligieron los primeros líderes de la Iglesia. Pero el emperadorConstantino y el papa Julio I decidieron cambiar la efeméride con la intención de transformar lascreencias de los súbditos del Imperio romano cristianizando las fiestas paganas más popularesque existían en Roma, las Saturnales, que se celebraban entre el 17 y el 23 de diciembre en honoral dios Saturno, y que conmemoraban la mitológica «edad de oro».

A lo largo de esos días reinaba la libertad en todos los aspectos, el pueblo buscaba lafelicidad engalanando las casas y las calles, adornando los árboles, intercambiándose regalos enbulliciosas fiestas, en opíparos banquetes y en desenfrenadas bacanales. Todo estaba permitido; elhedonismo, el ideal de vida romano, se adueñaba de calles y templos. Eran las fiestas másesperadas, conocidas como las fiestas de los esclavos, pues consistían en volver a instaurar porunos días la igualdad que imperaba originalmente entre los hombres. Se suspendía el poder de losamos sobre sus siervos cambiando los roles: los esclavos tenían el derecho a hablar y actuar contotal libertad; el señor actuaba como el esclavo y el esclavo como señor:

Que nadie tenga actividades públicas ni privadas durante las fiestas, salvo lo que se refiere a los juegos, lasdiversiones y el placer. Solo los cocineros y los pasteleros pueden trabajar. Que todos tengan igualdad dederechos, los esclavos y los libres, los pobres y los ricos. No se permite a nadie enfadarse, estar de malhumor o hacer amenazas. No se permiten las auditorías de cuentas. A nadie se le permite inspeccionar oregistrar la ropa durante los días de fiestas, ni practicar deportes, ni preparar discursos, ni hacer lecturaspúblicas, excepto si son chistosos y graciosos, que producen bromas y entretenimientos.

LUCIANO DE SAMO

El día más importante era el 17 de diciembre, en el que se realizaban las ofrendas en eltemplo de Saturno. Esta festividad en principio tenía una duración de seis días, pero Julio César leañadió dos más, el libertino emperador Calígula le sumó uno y otro más el emperador Domiciano,que estableció que duraran una semana. Por supuesto, el pueblo deseaba que nunca acabaran:

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Ya os digo que las Saturnales no durarán siempre.

SÉNECA

Las Saturnales eran fiestas muy diferentes a las actuales Navidades; no tenían nada que vercon días de amor fraternal y paz. Eran celebraciones orgiásticas donde todo estaba permitido, porlo que erradicar una celebración que permitía todo tipo de placeres sensoriales y carnales no fuetarea fácil para los padres de la Iglesia católica.

El principio del fin de la festividad lo sellaron el papa y el emperador, un pacto que fue unahábil maniobra civil, religiosa y política orquestada con la clara vocación de desterrar no solo lasSaturnales, sino también las celebraciones de carácter esotérico que se realizaban en honor a losdioses solares, a los señores de la luz, que cada temporada vencían a la oscuridad en laspostrimerías del mes de diciembre, durante el solsticio. Así se borraban de un plumazo lasSaturnales y, a su vez, la adoración a Mitra, Attis, Baco, Dionisio o Apolo.

DEUS SOL INVICTUS

La segunda parte de esta conspiración urdida por el catolicismo primigenio contra los idólatras ypaganos era reconvertir otra celebración. La festividad en honor a Deus Sol Invictus, elinvencible dios Sol, un título aplicado al menos a tres divinidades distintas en Roma: al dios sirioGabal, al dios griego Helios y al dios persa Mitra, que se celebraba el 25 de diciembre.

Era tal su importancia entre los romanos, que la fiesta del Sol Invicto continuó siendo partede la religión estatal, hasta que el paganismo fue abolido por decreto del emperador Teodosio I enel 380 d.C., en el edicto de Tesalónica. Este dictaminó que la única religión del imperio debía serel cristianismo y fue entonces cuando se acabó de oficializar que la natividad de Jesús debíacoincidir con la fecha en la que se homenajeaba al Sol Invicto.

Al tirar del hilo y desentrañar la madeja, es fácil comprender de dónde proviene el origen dela elección del 25 de diciembre como la fecha que desde niños nos inculcan como la delnacimiento de Cristo. Hemos visto que fueron el papa Julio I y el emperador Constantino quienesdecidieron, sin que les temblara el pulso, en el año 337 d.C., que el 25 de diciembre sería el díadel nacimiento de Jesucristo.

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Estatua de Mitra en Ostia Antica (Roma)

Apaciguaron, en parte, los muchos enfrentamientos entre paganos y cristianos, y a su vezreconvirtieron a los idólatras a la fe de Cristo al hacer coincidir las fiestas paganas de lasSaturnales y la del Sol Invicto con la celebración del nacimiento del Mesías.

Entonces ¿qué día nació Jesús? Muchas son las teorías vertidas a lo largo de los siglos;estudios de todo tipo han arrojado diferentes fechas: 6 de enero, 25 de marzo, 19 de abril, 17 deagosto y hasta ciento treinta y tres fechas más, pero la realidad es que lo único que sabemos contotal certeza es que María no dio a luz en una gélida noche a principios del invierno del año 1.

LOS PAPAS LO ADMITEN

Durante siglos la Iglesia evitó admitir esta manipulación, pero la evidencia es tan apabullante queel catolicismo lo admitió por voz de diferentes papas, entre ellos Juan Pablo II, que en la Navidadde 1993 aceptó que la tradición navideña era una fiesta pagana: «Un acuerdo entre los primeroscristianos que consideraron lógico y natural sustituir la fiesta en honor al Sol Invicto, por lacelebración del único y verdadero sol, Jesucristo, surgido sobre la Tierra para traer a los hombresla luz de la verdad».

Años más tarde, en 2009, Benedicto XVI confirmó que «la Navidad asumió una formadefinida en el siglo IV, cuando tomó el lugar de la fiesta romana del Sol Invicto».

CONSTANTINO Y EL PAPADO

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia.

MATEO 16, 18

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El hedor es insoportable, las heces y orines forman una amalgama putrefacta, reina la oscuridad, la humedad calalos huesos, el lamento de los prisioneros es el sonido del infierno, miradas vidriosas presagian la muerte.

Un hombre se yergue sobre los demás condenados. Los guardianes abren sus grilletes, lo arrastran, no tienencontemplación; cae, el ruido seco de sus rodillas al chocar contra el suelo es atronador, sangran. Recibe un golpeen la espalda de uno de sus guardianes, pero su fe es inquebrantable.

Esta cruenta escena ocurrió en Roma en el año 67 d.C., antes de la crucifixión de su protagonista,Simón Pedro, el apóstol sobre el que se edificó la Iglesia católica y primer obispo de Roma.

¿Cómo pudo un forajido, líder de un grupo de rebeldes, perseguido por el imperio másimponente de la Antigüedad, convertirse en uno de los hombres más importantes de la historia?

Su título ha pasado a lo largo de más de dos mil años a más de doscientos sesenta obisposque se convirtieron en los líderes religiosos del credo más importante de Occidente. Un cargo quetransformó y convierte al hombre que lo ostenta en uno de los más poderosos sobre la faz de latierra.

El apóstol Pedro llegó en el año 42 d.C. a Roma, que estaba bajo el reinado del emperadorClaudio. Era un viajero cubierto por el polvo y agotado por un largo viaje, que llegó a la puertaNaval, una de las entradas de la ciudad, decidido a destruir el culto idólatra y pagano,promulgando la palabra del único dios, y establecer una nueva religión, según él, la única queostentaba la verdad.

Comenzó a predicar su mensaje entre los más desfavorecidos, dos terceras partes de lapoblación eran esclavos y su mensaje de igualdad caló hondo entre ellos.

Cuando el emperador Claudio murió y el poder pasó a manos de Nerón, el mensaje de Pedrose había convertido en una amenaza para la estabilidad del imperio. Por ello, las persecuciones alos cristianos se incrementaron, y fueron culpados de casi todos los problemas, aunque no tuvierannada que ver con ellos en la mayoría de las ocasiones.

Nerón los usó como chivo expiatorio tras el gran incendio que durante cinco días destruyógran parte de la ciudad en el mes de julio del año 64 d.C. La causa sigue siendo un misterio, perocon toda seguridad fue orden del propio Nerón, que pretendía reconstruir la urbe a su gusto. Así,la quemó, transformó a los cristianos en culpables y desató su ira sobre aquellos que tantosproblemas estaban causando. Ordenó que los apresaran, que los lanzaran a los perros, yfinalmente fueron quemados vivos y crucificados.

Así lo describe Tácito en Anales:

En consecuencia, para deshacerse de los rumores, Nerón culpó e infligió los más refinadísimos tormentos ala clase odiada por sus abominaciones, quienes eran llamados cristianos por el populacho, el vulgo cristiano.Cristo, de quien el nombre tuvo su origen, sufrió la pena máxima durante el reinado de Tiberio a manos de unode nuestros procuradores, Poncio Pilatos, y la superstición muy maliciosa, de este modo sofocada por elmomento, de nuevo estalló no solamente en Judea, la primera fuente del mal, sino incluso en Roma, dondetodas las cosas espantosas y vergonzosas de todas partes del mundo confluyen y se popularizan. Enconsecuencia, el arresto se hizo en primer lugar a quienes se declararon culpables; a continuación, por suinformación, una inmensa multitud fue condenada, no tanto por el delito de incendiar la ciudad como por suodio contra la humanidad.

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Pedro fue capturado unos años después del gran incendio. Las persecuciones eran cada díamás atroces y vivió en sus propias carnes los peores martirios hasta que fue ejecutado en la cruz.

Tras su muerte, sus seguidores decidieron que había que organizarse para no caer en manosde sus perseguidores y establecieron una serie de normas que modificarían sus estamentos. Sushogares se convirtieron en los centros de reunión donde se oficiaban las ceremonias religiosas; lascasas se convirtieron en iglesias clandestinas y se organizaron comunidades que agrupaban a losciudadanos que ofrecían sus moradas para convertirlas en capillas.

Y así empezaron a surgir los líderes; cada uno de ellos gobernaba sobre una de estascomunidades usando el modelo jerárquico del Imperio romano. Aparecieron las figuras de lossupervisores, de los episcopus, de los obispos, a los que se consideraba sucesores de losapóstoles, un cargo que les confería el poder eclesiástico sobre su ciudad. Y como Roma era elcentro del mundo y la capital del imperio, no podía haber mejor enclave para difundir su mensaje.Por ello se decidió que el obispo de Roma se convertiría en la figura más importante de lacristiandad, en el líder la Iglesia católica.

Durante doscientos años, tras la muerte de Pedro, los cristianos continuaron siendoperseguidos, pero los obispos de todas las congregaciones defendieron su credo, a pesar de lascruentas persecuciones a las que se vieron sometidos bajo los mandatos de emperadores comoSéptimo Severo o Dacio. Pero los mayores tormentos aún estaban por llegar y los sufrieron bajoel reinado de Diocleciano, que deseaba reforzar el culto imperial, por lo que los seguidores deJesucristo tenían que ser aniquilados.

UNA CRUZ EN EL CIELO

Una visión profética llevó al poder a un jefe militar, Constantino, el comandante pagano de lastropas de Occidente, que vio el momento de convertirse en emperador al decidir luchar contra suúltimo competidor, Majencio, en la batalla de Puente Milvio, el 28 de octubre del año 312 d.C.

El día antes de la batalla tuvo una sorprendente visión; al salir de su tienda vio sobre elhorizonte, en lo alto del cielo, una cruz resplandeciente y consideró que era un augurio de suvictoria sobre Majencio. Tras la aparición, tuvo un sueño en el que volvió a ver la cruz, esta vezacompañada de una inscripción en griego que decía: Con este signo vencerás.

Al despertar, seguro de su victoria, mandó pintar en todos los escudos de su ejército el nuevosímbolo, una cruz con las iniciales de Cristo en griego.

Ganó la batalla y se convirtió en emperador. A partir de entonces, el águila imperialdesapareció de los estandartes para ser el crismón, la cruz, el símbolo del poder de Roma.

Una visión, un sueño o un fenómeno atmosférico convertido en profecía convirtió aConstantino en el primer emperador que ofreció su apoyo a la fe cristiana con la promulgación delEdicto de Milán, en el que se establecía la libertad religiosa. Se dictaba así el fin de laspersecuciones a los cristianos:

Cuando yo, Constantino Augusto, y yo, Licinio Augusto, nos reunimos felizmente en Milán y nos pusimos adiscutir todo lo que importaba al provecho y utilidad públicas, entre las cosas que nos parecían de utilidadpara todos en muchos aspectos, decidimos sobre todo distribuir unas primeras disposiciones en que se

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aseguraban el respeto y el culto a la divinidad, esto es, para dar, tanto a los cristianos como a todos en general,libre elección en seguir la religión que quisieran, con el fin de que lo mismo a nosotros que a cuantos vivenbajo nuestra autoridad nos puedan ser favorables la divinidad y los poderes celestiales que haya.

Por lo tanto, fue por un saludable y rectísimo razonamiento por lo que decidimos tomar esta nuestraresolución: que a nadie se le niegue en absoluto la facultad de seguir y escoger la observancia o la religión delos cristianos, y que a cada uno se le dé facultad de entregar su propia mente a la religión que crea que seadapta a él, a fin de que la divinidad pueda en todas las cosas otorgarnos su habitual solicitud y benevolencia.

Esto no solo legalizó el cristianismo, sino que lo favoreció. Por primera vez, un emperadordecidía aliarse con la Iglesia entrelazándola con el Estado al darse cuenta de su utilidad paraunificar el imperio bajo un mismo Dios y, sobre todo, una doctrina con los mismos valores.Convirtió a los obispos en sus representantes; de esa forma, los líderes de las comunidadescristianas de Grecia, Egipto o Palestina canalizaban el poder del Estado. Les otorgó un poder quejamás hubieran podido imaginar. Los habitantes del imperio vieron en ello un acicate paraconvertirse en cristianos, pues la relevancia de los obispos era tan importante que sus decisionesinfluían en todo el entramado social de la comunidad. Además, ser cristiano tenía ventajas fiscalesy tributarias, por lo que todas las iglesias dejaron de pagar impuestos. Constantino es la razón porla que las iglesias no pagan impuestos aún hoy, mil setecientos años después.

Pero en cuanto los cristianos dejaron de ser perseguidos por los romanos, empezaron losconflictos entre ellos. Diversas doctrinas se enfrentaron; cada una promulgaba y describía la vidade Jesús a su beneplácito, y los dilemas teológicos llevaron al derramamiento de sangre.

Constantino, advirtiendo que todo se podía ir al traste, vio peligrar su imperio, así queconvocó a los obispos en el Concilio de Nicea. El emperador facilitó la participación de losobispos poniendo a su disposición los servicios de postas imperiales para que hicieran el viaje yles ofreció hospedaje en Nicea. Deseaba que esa reunión cohesionara a la Iglesia que en esos

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momentos estaba sacudida por la predicación de Arrio, que negaba la divinidad de Jesucristo. Lospartidarios de Arrio contaban con las simpatías del emperador Constantino y pensaban que, encuanto expusieran sus puntos de vista, la asamblea les daría la razón.

Sin embargo, cuando Eusebio de Nicomedia tomó la palabra para decir que Jesucristo no eramás que un hombre, sin naturaleza divina, la mayoría de los asistentes se opusieron a ese mensajey el 19 de junio del 325 d.C. acordaron, a través de la creación del Credo de Nicea, queJesucristo era humano y divino.

Pero los conflictos no acabaron con el concilio; el imperio aún vivía momentos convulsos.Constantino murió siete años después dejando una Iglesia dividida y el imperio sin un líder fuerte.Pasados más de cien años, en el 476 d.C., Rómulo Augústulo se convirtió en el último emperadordel Imperio romano de Occidente, despojado de su condición por Odoacro, rey de los hérulos.Las tropas bárbaras entraron en la ciudad de Roma arrasando la capital política y espiritual delimperio. Fue el inicio del fin de una ciudad que tardaría siglos en volver a brillar. En siglo VI

Roma estaba sucia y era peligrosa, los grandes templos y palacios ya no resplandecían, las calleseran el hogar de mendigos y ladrones, no era un buen lugar para vivir, una ciudad que habíaacogido a más de dos millones de personas en la época de su máximo esplendor ahora solo estabahabitada por treinta mil almas en pena.

Mientras en Constantinopla el imperio sobrevivía, en Roma no existía gobierno, solo suobispado seguía allí intentando gobernar; el obispo Simplicius luchó con toda su energía, como elpadre que defiende a su familia. Es aquí cuando aparece una palabra que otorgará un título. Lapalabra procedía del griego, la lengua de los escritos sagrados, y era la que servía para designaral padre; desde ese momento, el obispo de Roma se convirtió en pappas. Desde entonces, ese esel título de los herederos de Simón Pedro, el primer papa.

¿AÑO 1?

No sabemos el día, pero tampoco sabemos el año, y eso es mucho más grave. Porque no se puedeobviar que el eje cronológico por el que nos regimos se define antes y después de Cristo y, comohemos visto en los evangelios, no aparece ninguna fecha. Entonces ¿por qué hablamos de esesupuesto año 1?, pues por una razón tan trivial como el error de cálculo de un monje: Dionisio elExiguo, nacido en la antigua Escitia, que vivió en Roma durante el siglo VI y que se dedicó a idearun nuevo sistema cronológico para dejar de usar el calendario romano. Él consideraba que loscristianos no debían continuar usando el almanaque de aquellos que los habían perseguido ytorturado, y que, sobre todo, debían identificar correctamente las fechas de la Pascua deResurrección.

Durante el Imperio romano se contaban los años a partir de la fundación de Roma ab urbecondita, que la mayoría de historiadores datan en el año 753 a.C. Pero, a excepción de laadministración imperial, la mayor parte del pueblo se limitaba a usar como referencia los años delconsulado o del imperio en vigor; tercer consulado de César, cuarto año del mando de Calígula,etc.

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Así pues, la primera tarea de Dionisio para señalar correctamente las fechas de la Pascua deResurrección era concretar la fecha de la crucifixión de Jesucristo y, por supuesto, también debíafijar la fecha de nacimiento. Tenía una referencia muy concreta: una línea de tiempo en elEvangelio de Mateo que decía que Jesús nació en tiempos del rey Herodes el Grande:

Cuando hubo nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente llegaron aJerusalén.

MATEO 2, 1

Dionisio fijó la fecha de la muerte de Herodes el Grande en el año 750 a.C. desde lafundación de Roma, pero se equivocó al datar la muerte y el nacimiento de Jesucristo usando esteparámetro, porque lo cierto es que Herodes murió unos años antes, entre el 4 y el 8 a.C.

Otro dato relevante para sus cálculos fue la supuesta orden de Herodes de asesinar a todoslos niños menores de dos años, conocida como la Matanza de los Inocentes, que tuvo que ocurrirentre el nacimiento y los dos años posteriores, por lo que la fecha del alumbramiento debía deestar situada entre el 4 y el 6 antes de su nacimiento. Además, también se habla en los evangeliosde que Augusto ordenó llevar a cabo un censo que no coincide con las fechas que aparecen en laBiblia. Un auténtico rompecabezas que nos lleva a arrastrar un error que prácticamente no tienesolución. Un problema matemático de sumas y restas donde faltan datos para obtener un resultadodefinitivo.

Si unimos todas las conjeturas que se han hecho sobre el tema hablaríamos de que tuvo quenacer entre el año 8 o 4 antes del año 1, por lo que cuando fue crucificado no tendría treinta y tres,sino treinta y siete o cuarenta y un años.

¿BELÉN O NAZARETH?

El sol cae a plomo, José camina delante de la jinete, sus pies arden mientras transita por los pedregosos caminos.Su turbante está empapado por el sudor. María se deja mecer por el bamboleo de su montura, su sayo le cubre lacabeza y cae sobre sus hombros. Sus manos reposan sobre la crin de su montura mientras asciende las colinas deJudea. Se detienen al ver una arboleda de acacias, se protegen bajo su sombra. De su bolsa María extrae una jugosagranada y un par de higos frescos, José le alcanza el odre con agua; comen y beben. Aún les queda camino. La luzdel sol es más débil, las sombras más alargadas. Deciden continuar. La noche los atrapa mientras María nota unintenso dolor, su vientre se mueve, pone las manos sobre él. José acelera el paso, ve las tintineantes luces de laslámparas de aceite en las ventanas del caravasar. Los últimos cinco días no han sido fáciles para María, que estáembarazada. Exhaustos, cada noche han logrado encontrar aposento gracias a la hospitalidad de algún extraño queles dio cobijo. Azorados llegan a los altos muros del caravasar, una enorme cantidad de gente pulula a su alrededor,una cacofonía de rebuznos, balidos y mugidos se unen al incesante parloteo. José mira a María, necesita encontrarun lugar para ella. Habla con varias personas, agita las manos con frenesí y las hace mirar el angustiado rostro de sumujer, pero nadie se apiada de ellos; no hay cobijo. Observa la primera planta y sabe que nunca podrán hospedarseallí, solo los adinerados mercaderes dueños de las caravanas duermen en sus cómodos lechos. Tampoco se puedenalojar en sus terrazas divididas con telas y celosías, y destinadas a los conductores.

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Las personas sencillas y humildes solo pueden extender sus mantas en el patio, rodeadas de los animales decarga, pero hoy ni siquiera hay espacio para poder acurrucarse entre ellos. María está a punto de dar a luz. Toma lasriendas y apresuradamente franquean las puertas en busca de un lugar donde yacer, de una cueva…

SOBRE UNA ESTRELLA DE PLATA

La capilla de la Natividad se alza sobre la supuesta cueva en la que María dio a luz. Desde hacediecisiete siglos los peregrinos recorren su interior, se arrodillan, acarician y besan una brillanteestrella de plata donde está inscrita una frase trascendental: «Hic de Virgine Maria JesusCristhus natus est» (Aquí nació Jesucristo de la Virgen María). Es el lugar donde para ellos todocomenzó.

Pero ¿realmente nació en Belén? La respuesta una vez más parece sencilla: sí. Pero lo ciertoes que tiene visos de ser otro gran embuste para crear una dramática historia, un bello cuento y unadivina leyenda con la que certificar que Jesús era el Mesías profetizado.

LA PROFECÍA CUMPLIDA

La población de Belén era una elección obvia, la más adecuada para otorgarle carácter divino alnacimiento. El pueblo hebreo llevaba cientos de años esperando la llegada del Mesíasdescendiente de la estirpe del rey David, que mil años antes de Cristo había sido ungido como reyde Israel por el profeta Samuel en esta misma localidad.

He aquí el punto de inflexión para que Belén adquiera tan relevante puesto en la historia, ypara que los evangelistas ubicaran el nacimiento en esta localidad vinculando a Jesús con laprofecía que aparecía en el libro de Miqueas que preconizaba quinientos años antes delnacimiento de Jesús que el Mesías nacería en Belén:

Pero tú, Belén de Efratá, aunque eres pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el que ha de dominar Israel.Él gobernará con el poder y la majestad de Yahvé, su Dios.

MIQUEAS 5, 2

Y aunque el historiador Justino Mártir habla de que José y María se establecieron en unacueva cerca de la aldea de Belén, y que el Protoevangelio de Santiago afirma lo mismo, estostestimonios no certifican nada. Solo recopilan testimonios difusos que hablaban de que elnacimiento de Jesucristo había tenido lugar en la aldea de Belén. Porque los relatos de losevangelistas Lucas y Mateo presentan lagunas, y solo certifican que su intención era la deconfirmar la profecía y divinizar la figura de Jesús.

¿POR QUÉ JOSÉ Y MARÍA DECIDEN IR HASTA BELÉN?

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La Biblia sostiene que tuvieron que ir a Belén por orden de César Augusto, que dictó un edictopara que todos los ciudadanos de Palestina se empadronasen cada uno en su ciudad. Entonces ¿elpueblo al que pertenecía José era Belén?

Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazareth, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuantoera de la casa y familia de David.

LUCAS 2, 4

La manipulación de Lucas es evidente, dirige los pasos de José desde Nazareth hasta Belénpara emparentarlo con la estirpe del rey David. Además, el censo del que habla Lucas no estáprobado históricamente que tuviera lugar en esas fechas, aunque sí que hay datos de que seefectuaron tres censos en fechas anteriores y posteriores: se llevaron a cabo durante el 28 y el 8a.C., y el 14 d.C.

En mi sexto consulado, llevé a cabo, con Marco Agripa como colega, el censo del pueblo. Celebré laceremonia lustra después de que no se hubiera celebrado en cuarenta y dos años, en ello fueron censados4.063.000 de ciudadanos romanos. Durante el consulado de Cayo Cesorino y Cayo Asinio llevé el censo pormí solo, en virtud de mi poder consular, en cuya lustración se contaron 4.233.000 ciudadanos romanos. Hiceel censo por tercera vez, en virtud de mi poder consular y teniendo por colega a mi hijo adoptivo TiberioCésar, en el consulado de Sexto Pompeyo y Sexto Apuleyo con ocasión de este censo conté 4.937.000ciudadanos romanos.

AUGUSTO,Res Gestae Divi Augusti

Lucas hace coincidir el censo, que tuvo lugar catorce años después de la crucifixión, con elnacimiento de Jesús. Y si lo comparamos con el relato de Mateo nada cuadra, pues este relata queJesús nació bajo el reinado de Herodes, que murió cuatro años antes de nuestro año 1. Por tanto,si hacemos un simple cálculo matemático, descubrimos que existen dieciocho años de diferenciaentre los acontecimientos relatados por Mateo y Lucas.

Los dos evangelistas, Marcos y Juan, inician el relato de la vida de Jesús cuando es adultosin aportar referencia alguna sobre su nacimiento. Tampoco hablan de Belén en ninguna de laslíneas que escribieron, pero en cambio le otorgan mucha importancia a otra localidad. Los dos danpor hecho que Jesús y su familia son del pueblo de Nazareth, un dato sorprendente, porque era unaaldea minúscula que no merecía ni ser referenciada en los mapas de la época. Tan insignificanteera en aquel tiempo, que los fariseos, ante la relevancia que adquirió Jesús, se preguntaban si enNazareth podía nacer algo bueno:

Nataniel le dijo: «¿De Nazareth puede salir algo de bueno?». Le dijo Felipe: «Ven y ve».

JUAN 1, 46

Nazareth era una ciudad minúscula y de mala fama. En el Antiguo Testamento no se lamenciona nunca, ni siquiera cuando el libro de Josué describe la región de Galilea habla de ella.Tampoco la nombra Flavio Josefo, el gran historiador judío del siglo I, que menciona cincuenta y

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cuatro ciudades galileas, pero ignora a Nazareth. Y el sagrado Talmud judío enumera sesenta ytres ciudades galileas, pero tampoco habla de Nazareth. Por eso, que alguien tan importante comoJesús hubiera nacido allí producía escándalo entre la gente.

Otro argumento importante para defender que Jesús nació en Nazareth y no en Belén serefiere al hecho de que a los judíos del siglo I se les añadía el nombre del padre o del lugar delnacimiento. Por lo que Jesús debería haberse llamado Jesús de José o Jesús de Belén, pero noJesús de Nazareth. Por ello, cuando los apóstoles salieron a predicar el evangelio después de laresurrección de Jesús, se encontraron con muchos problemas porque Jesús era de Nazareth, unpueblo en absoluto relevante.

Frente a este problema, los primeros cristianos decidieron que el nacimiento de Jesús habíasucedido en Belén. Falseaban la realidad, porque lo único que deseaban era confirmar la proféticallegada del Mesías. Por lo tanto, cuando Mateo y Lucas afirman que Jesús nació en Belén, lo quetransmiten es que Jesús es realmente el Mesías que todos esperaban. A pesar de eso, a lo largo desus evangelios, al igual que Marcos y Juan, le llaman Jesús de Nazareth.

Como vemos, las pruebas evangélicas sobre el nacimiento de Jesús en Belén son débiles,pero resultan abrumadores los datos en contra. La mayoría de los biblistas sostienen hoy que laciudad natal de Jesús no habría sido Belén, sino Nazareth. Las pruebas históricas confirman lastergiversaciones y manipulaciones de los evangelistas, seguramente influenciados por lastradiciones orales que recopilaron y que ellos engrandecieron. Los estudiosos sostienen que elnacimiento de Jesús en Belén, más que una transmisión histórica de los hechos es una indicaciónteológica para conformar un mito dejando de lado la vida del hombre.

ADONIS

Pero la conjura para otorgarle a una cueva de Belén tan sobresaliente puesto en la historia de lacristiandad no acabó con los evangelistas, ya que siglos después la emperatriz Helena, la cristianay devota madre del emperador Constantino, viajó desde Roma para transformar Tierra Santaempezando por autentificar el supuesto lugar del alumbramiento y arrebatárselo a los paganos.

Su intención surgía de la devoción, su manera de actuar de la conspiración, la de transformary hacer olvidar el culto pagano al dios Adonis, que se realizaba en la gruta y en los bosques que larodeaban desde tiempos del emperador Adriano en el siglo II a.C.

La adoración de Adonis en Belén no puede ser discutida, lo único rebatible es si su culto seprodujo antes o después de Cristo. Los testimonios y los datos certifican con toda seguridad queantes de Cristo ya era un santuario dedicado a Adonis; el propio testimonio de la emperatrizHelena da fe de ello al afirmar que desde tiempos remotos era profanado por los adoradores deAdonis. También san Jerónimo, el primer erudito en traducir la Biblia del hebreo al latín y quevivió en Belén en el siglo IV, mostró su indignación por esa idolatría pagana. Pero el datodefinitivo es que Adonis era «el espíritu del pan» y el nombre de Belén significa «la casa de pan».

EL NACIMIENTO DE ADONIS Y EL ÁRBOL DE MIRRA

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El bello Adonis es el hijo de un incestuoso engaño, su padre era el rey de Chipre y su madre suhija Mirra. La joven estaba en edad de tomar marido, pero rechazó a todos los pretendientesporque estaba enamorada secretamente de su padre. Desesperada por este amor imposible decidióahorcarse, pero su nodriza la salvó en el último momento y cuando supo el porqué de su intento desuicidio decidió ayudarla. Una tarde, la nodriza le habló al rey de que una hermosa joven estabaperdidamente enamorada de él y, con la oscuridad de la noche como cómplice, condujo a Mirrahasta el lecho del rey y durante nueve noches yació con él. Una noche, el rey, curioso por ver elrostro de su amante, iluminó la estancia y descubrió con terror que era su propia hija. Intentómatarla, pero Mirra logró escapar suplicándole a los dioses que la transformaran en otro ser vivopara no ofender nunca más ni a vivos ni a muertos. Su deseo le fue concedido y fue transformadaen el árbol de la mirra. El hijo que llevaba en su vientre creció en el interior del árbol hasta que,con la ayuda de Lucina, la diosa del parto, logró romper la corteza y surgió Adonis.

EL 8.º DÍA

Os circuncidaréis la carne de vuestro prepucio; y esto será la señal del pacto entre Mí y vosotros.

Génesis 17, 11

Han pasado ocho días desde el nacimiento; ha llegado el momento. Siguiendo la ley de Moisés, como establece elGénesis, el infante debe ser circuncidado. María lo abraza con ternura, lo deposita en el tálamo y destapa supequeño cuerpo, que se retuerce al notar la fresca brisa de la mañana. A su alrededor su familia recita los salmossagrados. José se cubre la cabeza y toma entre sus manos la afilada cuchilla que sellará el pacto con Yahvé. Tras elcorte ceremonial sumerge la piel cortada en una pequeña vasija llena de aceite de nardo. María sonríe, José recitacon alegría una antigua oración recordando la alianza de Dios con Abraham. Ha llegado el momento, el bebérecibirá su nombre: Jesús.

Este ritual imposible de evitar por parte de los judíos propició una de las reliquias más sagradasde la cristiandad: el prepucio de Jesucristo. La carne vera sacra, auténtica carne sagrada,venerada por las autoridades eclesiásticas que la asumieron como un sustituto del habitual pene ofalo erecto que otras religiones idolatraban como símbolo de la fertilidad.

La historia de la reliquia del santo prepucio se pierde en el tiempo. La leyenda dice que laVirgen María le regaló la pequeña vasija de aceite de nardo con el prepucio en el interior a MaríaMagdalena. Siete siglos más tarde, un ángel lo entregó a Carlomagno, quien a su vez se lo regalóal papa León III la noche de Navidad del año 800. Durante otros setecientos años, la reliquiapermaneció en la iglesia romana de San Juan de Letrán hasta llegar al pequeño pueblo italiano deCalcata, de donde desapareció en 1983. Aunque la primera aparición documentada del prepuciotras la circuncisión se produjo en la abadía francesa de Charroux, cuyos monjes declarabanhaberlo recibido como regalo del emperador Carlomagno, quien a su vez lo habría obtenido como

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un regalo de bodas de la emperatriz Irene de Bizancio. Los monjes llevaron el sagrado capullo enprocesión a Roma, y su devoción dio origen a la Hermandad del Santo Prepucio, encargada depreservar esta reliquia tan venerada por las embarazadas.

Alrededor del prepucio surgieron todo tipo de místicas historias que lo convirtieron enmilagroso. Se dice que en el siglo XVIII sor Agnes, una monja mística, comulgaba con él y gozabahasta el delirio con su sabor dulce y carnoso. Otra santa mujer, Catalina de Siena, también tenía elprepucio divino como protagonista de sus visiones, en las que se casaba con Jesucristo y este selo ofrecía como anillo de bodas.

Pero su devoción fue prohibida en 1900 por la Sacra Congregación para la Defensa de la Fe,que declaró que toda persona que hablara, escribiera o leyera sobre el Santo Prepucio seríaexcomulgada.

Así pues, el comercio de objetos y partes del cuerpo que pertenecieron a un santo o mártir —las más preciadas de las cuales eran las que tuvieron que ver con Jesucristo y sus allegados— seconvirtió en un gran negocio durante la Edad Media. Su veneración se popularizó inmensamente,pues eran consideradas milagrosas, algo que alimentó su tráfico y el fraude.

Los fieles peregrinaban allá donde hubiera una de ellas, por más inverosímil que resultara.Los cuerpos enteros, cabezas, brazos, tibias y órganos vitales tenían más importancia que el restode los objetos. Pero también los cabellos, dientes, telas, espinas y clavos eran venerados. Unsinfín de elementos que fueron usados para consagrar iglesias y capillas, encabezar procesiones oexorcizar a los demonios.

Así se explica que una de las más importantes reliquias de la cristiandad junto con el SantoPrepucio fuera la Vera Cruz. Supuestamente fue hallada por Helena, madre del emperadorConstantino, fragmentada en tres pedazos en el año 1099 y repartidos entre Roma, Constantinoplay Jerusalén. Aunque un cuarto fragmento fue hecho astillas y vendido para poder ser repartido endiversas iglesias del mundo. Se distribuían miles de objetos que difícilmente podían ser reales,como paja del portal de Belén, gotas de leche de la Virgen María, un suspiro de san José, oplumas y huevos del Espíritu Santo.

LOS SABIOS DE ORIENTE

Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos.«¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos aadorarle.» Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principalessacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén deJudea; porque así está escrito por el profeta».

Y tú, Belén, de la tierra de Judá,no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;porque de ti saldrá un guiador,que apacentará mi pueblo Israel.

Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de laaparición de la estrella y enviándolos a Belén, dijo: «Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; ycuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore». Ellos, habiendo oído al rey, sefueron; y he aquí que la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que, llegando, se

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detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en lacasa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieronpresentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes,regresaron a su tierra por otro camino.

MATEO 2, 12

Esto es lo descrito por Mateo, el único de los evangelistas que habla de aquellos queconocemos como los Reyes Magos. Pero si habla de magos, ¿por qué se les conoce como reyes?Como vemos, no solo fueron los evangelistas los que jugaron con las palabras para tergiversar lasya de por sí fantasiosas historias bíblicas.

En ningún momento Mateo expone que sean reyes ni que sean tres ni, por supuesto, de dóndeproceden. Lo que manifiesta es que eran unos magos o sabios, llegados de Oriente, seguramente deBabilonia, Arabia o India.

Los tres reyes magos, Basílica de San Apolinar Nuovo (Rávena)

En tiempos de Jesucristo, el término mago se aplicaba a los astrólogos y adivinos queconocían el significado de los sueños y la posición de las estrellas, y eran venerados comohombres sabios. Tales sabios estudiaban el cielo nocturno en busca de profecías y acontecimientosnotables.

¿Qué fue lo que observaron que los llevó a emprender tan largo viaje?

LA ESTRELLA DE BELÉN

Año 1925. Un equipo de arqueólogos excava en las inmediaciones de la antigua Babilonia ydescubre un conjunto de tablillas de barro con escritura cuneiforme. Describen algo muyrelevante, hablan de varias conjunciones entre Júpiter y Saturno en el año 7 a.C. Se trata de textosque coinciden con los estudios astronómicos modernos que certifican que Júpiter y Saturno se

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encontraron tres veces en el año 7 a.C., estuvieron en la misma línea visual tres veces a lo largode aquel año y debieron de contemplarse excepcionalmente brillantes como una sola y granestrella. Un año después, Júpiter y Saturno se unieron a Marte. Y lo que siguió fue una fantásticasecuencia de conjunciones en los años posteriores, Saturno con Mercurio, Saturno con Venus,Venus con Júpiter y Venus con Mercurio. Un fenómeno astronómico que según algunos astrónomosno se repetirá en quinientos mil años.

Los magos que llegaron a honrar a Jesús interpretarían este hecho en términos proféticos. Lasalineaciones y conjunciones eran consideradas en la Antigüedad signo del nacimiento de un rey.Para los astrólogos de la Antigüedad, Saturno representaba al padre celestial de Júpiter, el hijoque no fue devorado por su padre porque su madre Ops lo rescató de tan trágico destino, por loque la unión en la bóveda celeste de Júpiter y Saturno presagiaba la llegada de un nuevo Dios. Afinales de ese mismo año, otro planeta, Marte, el dios de la guerra, les confirmaría que ese nuevoDios sería muy poderoso. Los tres planetas aparecieron en la constelación de Piscis, que regía aAdar el último mes del calendario hebreo, nuestro marzo, que para los judíos representaba unperiodo de sublime espiritualidad. Los astros predecían la llegada de un gobernante con unmagnánimo destino.

El paganismo oriental estaba repleto de rituales adivinatorios y ceremonias esotéricas. Puedeparecer extraño que los primeros cristianos, que tenían aversión a cualquier referencia pagana,introdujeran a los magos en el nacimiento de Jesús. Pero la razón es sencilla: su intención fue lade otorgarle relevancia al nacimiento de Jesús haciendo ver a sus seguidores que incluso lossabios de otras culturas consideraron a Jesús un ser divino. Aunque al inicio del cristianismo elnúmero de magos que acudieron a honrar a Jesús era incierto, el Evangelio de Mateo no loespecifica. Hay referencias diseminadas por diversos lugares donde los cristianos se asentaron; enalgunas catacumbas romanas se describe que pudieron ser dos o tal vez cuatro, en otrastradiciones como en la Iglesia armenia se habla de doce.

Solo desde el siglo III d.C. se indica de forma clara que eran tres, a partir de que el teólogoAdamantius considerara que, si tres fueron los regalos, ese sería el número de sabios quevisitaron a José y a María. Además, lo eligió para otorgarle relevancia simbólica; el tres es unacifra presente en diversas religiones y la cristiandad la asimiló enraizándola con el concepto de laSantísima Trinidad.

Otro de los temas más controvertidos es que hasta el siglo XV los magos eran tres hombres deraza blanca, pero en ninguna representación se describía a un personaje de piel oscura. Fue en elRenacimiento cuando se sumó al cortejo un mago que proviene de África, uno de los trescontinentes conocidos en aquella época, dotando así a la historia de mayor relevancia, porqueademás dejaban de ser solo magos y ahora también eran reyes. Algunos estudiosos ven aquí laintención de representar a los descendientes de las tres estirpes que repoblaron la Tierra tras eldiluvio universal a partir de los tres hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet.

Pero lo más importante en este capítulo del nacimiento es la simbología que guardan los tresregalos. Cada uno habla de una de las cualidades del recién nacido y de su vida futura. El ororepresenta que es rey y que reinará sobre todos los hombres, es el rey de reyes. El incienso usadoen la Antigüedad como ofrenda a los dioses simboliza su carácter divino, que su reino tambiénestá más allá de este mundo. Y la mirra, tal vez el elemento más importante, se empleaba entiempos de Jesucristo para ungir a los muertos profetizando su muerte en la cruz.

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Y, sobre todo, la decisión de que fueran tres está claramente ligada al simbolismo sagrado deeste número, pues revela las tres funciones de Jesucristo: rey, sacerdote y profeta.

EL NÚMERO SAGRADO

En la Antigüedad el tres era el más sagrado de los números y se le atribuyeron virtudes místicas.Para las antiguas civilizaciones expresaba el orden intelectual y espiritual, la conjunción de ladualidad, el producto del cielo y la tierra, de lo masculino y lo femenino.

La importancia del número tres aparece en diversas religiones y tradiciones. En elhinduismo, a través de la Sagrada Trimurti compuesta por Brahma el creador, Vishnu elpreservador y Shiva el destructor. La filosofía budista contiene las Tres Joyas, que son los Buda(los seres iluminados), Dharma (el entendimiento) y Sangha (la pureza).

Los griegos creían que estaban gobernados por tres dioses, Zeus, Poseidón y Hades, y sumitología estaba repleta de representaciones de este número sagrado. Tres son las Furias, lasParcas, las Gracias y las Harpías. Pitágoras decía que el tres era el número perfecto de losfilósofos, el símbolo de la divinidad, pues representaba el comienzo, el medio y el final.

En la cultura celta los dioses también eran venerados en diferentes tríadas como las deMorrigan, Macha y Badb; Britania, Brigit y Birganti, o Taranis, Teutes y Esus, la tríada de lanoche. Además, dividían al hombre en tres aspectos: cuerpo, alma y espíritu. Tres eran tambiénlas fuentes de sabiduría: pensamiento, intuición y aprendizaje. En China, los Hi y los Ho son losdueños del sol y la luna, y son tres hermanos.

La mitología nórdica tenía a Odín, el padre de todos los dioses; Tyr, el dios de la guerra, yThor, el dios del trueno y la fuerza. Y en el antiguo Egipto aparece una de las tríadas másimportantes de la Antigüedad: Osiris, Isis y Horus.

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EL INICIO

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El vino corre de copa en copa, los comensales clavan su mirada en el adinerado comerciante absortos con lashistorias que salen de su boca. Acaba de llegar de lejanas tierras, de más allá del mar del Norte, de los confines delimperio. Habla de extraños rituales en noches de luna llena, de toros blancos, de sacrificios, de sacerdotes quesurgen de la bruma y de círculos formados por piedras que solo los gigantes podrían mover.

Entre las piernas de su madre, bajo la mesa, un niño permanece atento, hipnotizado con las mágicas historiasque escucha. En su corazón ha brotado un deseo, el de caminar entre los grandes círculos de piedras y conocer alos sacerdotes blancos del norte.

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EL DE ARIMATEA

En Gran Bretaña, desde hace siglos, existen como mínimo cuatro tradiciones que hablan sobre elviaje que Jesús realizó junto a su tío abuelo, José de Arimatea, el guardián del Santo Grial enestas tierras.

Para desvelar qué hay de cierto en las historias que relacionan a Jesús con las islasbritánicas hay que saber quién era José de Arimatea, porque su aparición es fundamental paracomprender una de las etapas más importantes en la vida de Jesús: su adolescencia y su caminohacia la madurez.

Su protagonismo en las escrituras sagradas es muy importante, pero está sesgado. La historiabíblica lo ha relegado a un segundo plano, a un difuso recuerdo, muchos ni siquiera conocen suexistencia, otros dudan de ella.

En el Nuevo Testamento los datos sobre José de Arimatea y su relación con Cristo estáncubiertos con un velo de oscuridad y secretismo. Los diferentes escritores que han dado forma a laBiblia han omitido parte de su relación con Jesús con la intención de ocultar detalles que, de serconfirmados por la Iglesia católica, transformarían la figura del hijo de Dios.

José de Arimatea irrumpe en los evangelios solo en el capítulo final de la vida de Jesucristo.Aparece mencionado en los cuatro evangelios, siempre relacionado con la pasión y la muerte deJesús. Es quien solicita a Pilatos bajar el cuerpo de la cruz. Los datos descubren a un relevanteciudadano y miembro ilustre del sanedrín, el tribunal supremo de los judíos y decurión delImperio romano:

Y al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José.

MATEO 27, 57

José de Arimatea, miembro ilustre del sanedrín…

MARCOS 15, 43

Ser miembro del sanedrín y decurión le permitía estar muy relacionado con la jerarquíagobernante, tanto romana como hebrea, y tener los contactos necesarios para solicitar el cuerpodel crucificado al prefecto Poncio Pilatos. Su posición social le impedía hacer pública sufiliación al movimiento que su sobrino Jesús acababa de iniciar, así que formaba parte de él demanera clandestina por miedo a las autoridades. Durante la vida pública de Jesucristo, no hizonotorio que era uno de sus seguidores, pero eligió el momento más peligroso para desvelar su fe.Mientras que los que luego serían conocidos como los apóstoles permanecían escondidos, José deArimatea no temió enfrentarse cara a cara con Poncio Pilatos y el sanedrín.

Concedido pues el permiso por el prefecto romano, descolgó al crucificado, lo envolvió enuna sábana y, con ayuda de Nicodemo, otro enigmático personaje en la trama, depositó aJesucristo en un sepulcro de su propiedad que todavía nadie había utilizado. Y, así, tras cerrarlo

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con una gran roca se marchó:

Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a losjudíos, pidió permiso a Pilatos para llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilatos concedió el permiso. Entonces élvino y se llevó el cuerpo de Jesús. Y Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, vino también,trayendo una mezcla de mirra y aloe como de cien libras.

JUAN 19, 38-39

Hasta aquí las referencias bíblicas. Según un ingente número de historiadores, era el hermanomenor de Joaquín, el padre de la Virgen María, por lo que era tío abuelo de Jesús. Y teniendo encuenta la temprana muerte de José, el esposo de María, el de Arimatea se habría convertido enuno de los tutores del joven Jesús.

EL DECURIÓN

La clave del enigma sobre José de Arimatea y su relación con Jesús se encuentra, no en suparentesco, sino en su profesión, que le permitía viajar por todo el imperio al ser el de decuriónun título que otorgaba el Imperio romano a los comerciantes e inspectores de minería. Y,precisamente, uno de los centros mineros más importantes del imperio se encontraba en el sur delas islas británicas, en la actual región de Cornualles. Por lo que José de Arimatea viajaría conasiduidad para comerciar con los habitantes de aquellas brumosas tierras.

DOCE AÑOS SIN NOTICIAS. EL RITUAL

La vida de Jesucristo no solo tiene dieciocho años ocultos, los que van de los doce a los treinta,también su niñez permanece en la sombra. Las referencias bíblicas solo aportan dos datos: sunacimiento y su aparición en el templo a los doce años. Si sumamos todo ello, descubrimos queson treinta años sin tener datos oficiales sobre la vida del personaje más relevante de los últimosdos mil años.

La aparición en el templo se debió a uno de los momentos más importantes en los primerosaños de la vida de Jesús, algo que indicaba a todas luces que estaba preparándose para elprimitivo ritual, génesis del actual Bar Mitzvah, el tránsito de la niñez a la madurez.

El Bar Mitzvah, como hace miles de años, se sigue realizando cuando los niños cumplentrece años y las niñas doce. Es un hito en la vida de todo judío porque muestra al mundo que elniño ha alcanzado la edad adulta, que ante Yahvé asume la responsabilidad de sus acciones, y secompromete a seguir la ley ritual fortaleciendo su identidad como judío y anclando su vida a lamilenaria historia de su pueblo.

En los evangelios leemos que Jesús fue examinado por los sacerdotes y los maestros deltemplo justamente a la edad de doce años. Así aparece en el Evangelio de Lucas:

Los padres de Jesús subían todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años,fueron allá según era la costumbre.

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LUCAS 2, 41-42

Que Jesús vuelva a aparecer en los evangelios tras doce años de oscurantismo demuestra lagran importancia que revistió esta ceremonia en su vida, al convertirse en el único eventoregistrado sobre su niñez después de su nacimiento. El detalle más importante de este episodio esque Jesús niño muestra su disconformidad con algunas tradiciones y ceremonias que se realizan enel templo.

Es el propio Lucas, en otro pasaje bíblico, el que referencia las capacidades de erudición yconocimiento del niño desvelando que poseía una gran formación teológica y académica, muchomás importante que la que nos quieren dejar ver en las sagradas escrituras:

Terminada la fiesta emprendieron el viaje de regreso, pero el niño Jesús se había quedado en Jerusalén, sinque sus padres se dieran cuenta. Ellos, pensando que él estaba entre el grupo de viajeros, hicieron un día decamino mientras lo buscaban entre los parientes y conocidos. Al no encontrarlo volvieron a Jerusalén enbusca de él. Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros, escuchándolos yhaciéndoles preguntas. Todos los que lo oían se asombraban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando lovieron sus padres, se quedaron admirados.

—Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? —le dijo su madre—. ¡Mira que tu padre y yo te hemosestado buscando angustiados!

—¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?Pero ellos no entendieron lo que les decía. Así que Jesús bajó con sus padres a Nazaret y vivió sujeto a

ellos. Pero su madre conservaba todas estas cosas en el corazón.Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente.

LUCAS 2, 43-52

Un niño demasiado inteligente, inquieto y vivaz para pasar el resto de su adolescenciatrabajando como carpintero junto a su padre. Sin olvidar que los evangelios no hablan de laceremonia más difícil de omitir dentro del mundo hebreo, la del matrimonio.

El Talmud, cuyo significado literal es estudio y enseñanza, y que es el texto principal deljudaísmo rabínico, dice con claridad:

Aquel que pasa sus días sin una esposa, no tiene felicidad, ni bendición, ni bien.

No es una recomendación, es una ley que manda que la gente se case. La valoración que eljudaísmo hace del matrimonio conlleva el rechazo del estado de soltería como algo no queridopor Dios, por ello los judíos se debían casar cuanto antes y tener hijos, para perpetuar así laestirpe del pueblo elegido. Una ley teológica muy práctica, pues la esperanza de vida en laPalestina del siglo I era solo de veinticinco años, y, además, un cuarenta por ciento de los reciénnacidos fallecía a lo largo de su primer año de vida, por lo que tener hijos era fundamental.

Jesús era judío, sus padres eran judíos, sus creencias eran judías, ¿no tomaría esposa parafundar una familia? Demasiados interrogantes abiertos en un momento crucial en el desarrollo dela personalidad de cualquier individuo, la adolescencia.

Recapitulemos antes de continuar. José de Arimatea, el tío abuelo de Jesús, era un decurión,título que le permitía comerciar con diversos metales, en especial con estaño, un materialimprescindible para los fabricantes de bronce que tenía un sinfín de aplicaciones, desde estatuas

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hasta armaduras. Con seguridad viajaría en busca de las mejores minas de estaño de la época quese encontraban en Cornualles, en el sur de la actual Inglaterra. Se arma de valor y le solicita aPoncio Pilatos que le permita bajar el cuerpo de la cruz, junto a Nicodemo y María Magdalena, yle cede su sepulcro a Jesús para que sea depositado allí tras la crucifixión. En los evangelioscanónicos la única alusión tras el virginal e impactante nacimiento de Jesús es cuando tiene doceaños y visita el templo para realizar el ritual de tránsito a la madurez.

Además, obligado por las leyes judías, Jesús se tendría que haber casado o, como mínimo,prometido, para establecer un vínculo matrimonial y tener descendencia. Pero de todo ello, si esque ocurrió, no se sabe nada. Nadie dejó constancia, ni una línea dentro de los textos aceptadospor las instituciones religiosas. Lo único claro es que desde los doce a los treinta desaparece surastro, como si de un fantasma se tratase. ¿Qué le ocurrió durante esos dieciocho años?

EL TECKTON

La idea que hemos asimilado es que, de niño, Jesús aprendió el oficio de su padre y se hizocarpintero. Algo que, si ocurrió, tampoco sería del todo cierto, ya que las equivocaciones,tergiversaciones y manipulaciones en los evangelios son la norma. La palabra usada para designarsu ocupación fue teckton, un término griego que procedía de la familia lingüística de arquitecto.Un apelativo que se utilizaba en aquella época para designar a alguien que se ganaba la vidaconstruyendo algo con las manos; un artesano, un orfebre, un herrero, carpintero o, incluso, segúnel contexto, un agricultor, pero que no definía explícitamente a alguien que trabajase únicamentecon la madera. Así que, cuando se quería especificar el material con el que se trabajaba, seagregaba una palabra más que indicaba el oficio, pero, si no aparecía esa palabra definitoria,podía usar cualquier material. Sin embargo, fue san Justino, con una visión reduccionista, quien enel siglo II y tergiversando la realidad estableció que la palabra teckton significaba carpintero, yese sería desde entonces el oficio de Jesús.

Pero, aunque hubiera sido carpintero, no pasó su adolescencia y su juventud en la pequeñaaldea de Nazareth trabajando junto a su padre, usando gubias y formones, entre maderos y serrín.Galilea se le había quedado pequeña.

EL PRIMER VIAJE

Palestina era una región bajo ocupación romana, y las ciudades que rodeaban Nazareth eranlocalidades prósperas y repletas de oportunidades para un joven con ganas de aventuras. Las rutasmarítimas en el siglo I estaban dominadas por el Imperio romano. El Mediterráneo era su lago; susonerarias, los barcos que transportaban mercancías, partían desde Tiro, Escalón, Cartago, Cireney de un puerto muy cercano al hogar de Jesús, Cesarea Marítima.

Nazareth distaba unos pocos kilómetros de Sephoris, una de las ciudades más relevantes, dela que partían algunas de las rutas comerciales más importantes. Una población que estaba en ellugar perfecto para que los comerciantes, entre ellos el decurión José de Arimatea, mercadearancon lejanas colonias.

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Con total seguridad fue en Sephoris donde Jesús vio por primera vez, siendo niño, a José deArimatea, y se quedó prendado de aquel hombre mundano que hablaba diferentes lenguas ycharlaba con entusiasmo de lugares exóticos y lejanos.

Jesús visitaría Sephoris en muchas ocasiones. Era un lugar en el que se necesitaba mano deobra al estar en constante crecimiento. Se construían casas y se instalaba nueva gente quenecesitaría todo tipo de objetos cotidianos, por lo que su padre llegaría a residir durante meses enesta ciudad que le ofrecía buenas oportunidades laborales. Cuando lo visitaba vería cómo loscomerciantes extendían telas brocadas con hilo de seda y plata, se maravillaría con los brillantescolores que salpicaban los puestos de los orfebres repletos de joyas engarzadas con esmeraldas yturquesas. Oiría conversaciones en lenguas extrañas, se sumergiría en la cháchara de losvendedores venidos de India, de Saba, de Tracia y de más allá de las fronteras que conocía. Lellegarían noticias de lejanos países donde todo era posible, avivando su imaginación, germinandoasí la idea de conocer otros mundos. Sus ansias por aprender, por adquirir conocimientos, porvivir en primera persona todo aquello de lo que oía hablar, por indagar en otras religionesmistéricas, en otras filosofías, todo ello lo llevó a convertirse en un peregrino, en el Peregrino.

¿JESÚS, EL ASESINO?

El apócrifo evangelio de la infancia según Tomás el Israelita, escrito entre finales del siglo I ymediados del siglo II d.C., revela parte del proceso de aprendizaje de Jesús. Es uno de los textosapócrifos más extraños que se han descubierto. Cuenta la infancia de Jesús y solo comparte unepisodio con lo descrito en la Biblia, la discusión con los rabinos del templo cuando Jesúscontaba doce años.

El contenido presenta a un niño capaz de odiar, de ser colérico y hasta de matar. Justifica losasesinatos que comete como consecuencia del proceso de descubrimiento de sus poderes:

Y el hijo de Anás el escriba se encontraba allí, y, con una rama de sauce, dispersaba las aguas que Jesús habíareunido. Y Jesús, viendo lo que ocurría, se encolerizó, y le dijo: «Insensato, injusto e impío, ¿qué mal te hanhecho estas fosas y estas aguas? He aquí que ahora te secarás como un árbol, y no tendrás ni raíz, ni hojas, nifruto». E inmediatamente aquel niño se secó por entero.

Otra vez, Jesús atravesaba la aldea, y un niño que corría chocó en su espalda. Y Jesús, irritado, exclamó:«No continuarás tu camino». Y, acto seguido, el niño cayó muerto.

El evangelio continúa describiendo con claridad lo acontecido:

Y los padres del niño muerto fueron a encontrar a José, y se le quejaron, diciendo: «Con semejante hijo nopuedes habitar con nosotros en la aldea, donde debes enseñarle a bendecir, y no a maldecir, porque mata anuestros hijos».

Los padres y los vecinos se enfrentaron a José; Jesús, con solo ocho años, había cometidodos asesinatos. Así que a su padre no le quedó otra salida que reprenderlo, sin imaginar que estotraería nefastas consecuencias para todo el vecindario:

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Y José tomó a su hijo aparte, y lo reprendió, diciendo: «¿Por qué obras así? Estas gentes sufren, y nos odian, ynos persiguen». Y Jesús respondió: «Sé que las palabras que pronuncias no son tuyas. Sin embargo, me callaréa causa de ti. Pero ellos sufrirán su castigo». Y, sin demora, los que lo acusaban quedaron ciegos.

Las grandes aptitudes intelectuales y espirituales que poseía Jesús niño aún no estabanpulidas, palpitaban en su interior, pero no las dominaba, aún no estaba formado. Le quedaba unlargo camino aún para llegar a ser el Jesús ungido, para ser el Cristo.

Si lo descrito por Tomás es cierto, confirmaría que Jesús fue un simple hombre. Un factordeterminante que muchas de las primeras sectas cristianas que surgieron tras la muerte de Cristodefendían. El adopcionismo en el siglo II d.C. difundía a través de Teodoro el Viejo y Pablo deSamosata que Jesús era solo un hombre y que en algún momento alcanzó la divinidad. La Gnosistambién en el siglo II promulgaba a través de las palabras de Marción, Valentín, Epifanio y Simónel Mago, que Jesús no era Dios y que el espíritu divino descendió sobre él en el momento delbautismo, no antes, y que el arrianismo negaba su divinidad.

LA DESPEDIDA

El primer capítulo del peregrinaje que creó al Jesucristo que conocemos, y que muchos quierenocultar, se inicia con un joven Jesús despidiéndose de su madre y de sus hermanos. Se dirige haciala costa de Palestina y llega al animado puerto de Cesarea Marítima, donde centenares de barcosfondeaban desde todos los rincones del imperio. Un bullicioso conglomerado de lenguas, culturasy creencias. Así que, cuando se le presentó la oportunidad, no dudó un solo instante y empezó superegrinación. Sus padres le dieron su beneplácito para que iniciara el primero de los muchosviajes que haría en los próximos dieciocho años.

La conveniencia de desaparecer era importante, pues escapaba así del compromisomatrimonial. Una boda no era lo más adecuado para su futura misión, no era un judío más, era elMesías profetizado, el legítimo rey, y su formación debía completarse.

LA TRAVESÍA

Una mañana, entre los años 5 y 8 d.C., Jesús tomó sus bártulos, se calzó sus sandalias y junto a su tío abuelo, Joséde Arimatea, atravesó la pasarela de alguno de los muchos barcos de mercancías anclados en Cesarea.

Inquieto como cualquier viajero, al dar el primer paso pensó en lo que dejaba atrás mientras la brisa del martejía de salitre sus cabellos. Aún sentía en su frente los cálidos labios del último beso de su madre. El ancla surgiódel agua como la ballena de Jonás sobresaltándolo, el sonido de la maroma tensando el velamen y el viento en lasvelas lo espolearon, pensó en lo que le depararían los días venideros, no imaginaba que aún tardaría muchos añosen volver a Galilea. Partió en el primer viaje en busca de su destino.

Jesús llegaría a Siracusa, en Sicilia, y disfrutaría por unos días de la que Cicerón dijo que era «la más grandede las ciudades griegas y la más bella de todas».

Desembarcaría en el puerto romano de Ostia y visitaría Roma, la capital del imperio, maravillándose con lagrandiosidad de sus templos, descubriendo nuevas costumbres y nuevos dioses.

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No se quedó mucho; su travesía tenía un destino, Masilia, la actual Marsella. En aquel momento aún noconocía la importancia que años después tendría para él y su familia. Desde allí, junto a José de Arimatea,atravesaría la Galia siguiendo la ruta de los yacimientos mineros para llegar a la costa de la actual Francia, aldesaparecido Portus Icio. Tan solo cincuenta millas náuticas lo separaban de Portus Dubris, la actual Dover.

Jesús arribó a la costa inglesa y observó el fulgor del sol en la resplandeciente piedra caliza de los altosacantilados que se recortaban contra el embravecido cielo norteño. Aún les quedaban varias jornadas por tierra parallegar a su destino, el lugar adonde José de Arimatea solía ir para cerrar sus negocios, al sur de las islas británicas,en los actuales condados de Devon y Cornualles.

DRUIDAS

El joven Jesús conocía la existencia de los druidas, sabía que atesoraban conocimientosmistéricos, que eran capaces de sanar a los enfermos y de obrar milagros. Sabios de todos losrincones de Oriente Medio hablaban de ellos desde hacía cientos de años:

Se les considera como los hombres más justos. A menudo reflexionan acerca de los astros y su movimiento,del tamaño del mundo y de la Tierra, del poder de los dioses inmortales y sus aptitudes; transmiten a lajuventud todo este saber.

POSIDONIO DE APAMEA

El misticismo celta era conocido en todo el Mediterráneo desde el siglo VI a.C. Desdetiempos remotos, una ingente cantidad de filósofos e historiadores griegos honraron los místicosconocimientos de los druidas considerándolos filósofos y sacerdotes. Comparaban sus enseñanzascon las que promulgaba Pitágoras, por ello, algunos estudiosos como Hipólito de Roma y AmianoMarcelino creyeron que los druidas fueron instruidos por el sabio griego. Sin embargo, otros

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como Clemente de Alejandría afirmaban que fue Pitágoras quien aprendió de ellos. Lo cierto esque las dos escuelas tuvieron contacto y fueron permeables, es innegable que existen similitudesen sus enseñanzas. Los druidas creían en la existencia de un alma inmortal que se reencarnaría:

Se preocupan sobre todo en persuadir la inmortalidad de las almas y su transmigración de unos cuerpos enotros, cuya creencia juzgan ser grandísimo incentivo para el valor, poniendo aparte el temor de la muerte.

JULIO CÉSAR

Los pitagóricos creían en la transmigración del alma; la muerte suponía la separación delalma del cuerpo y, tras el deceso, vagaba libre hasta reencarnarse. El ciclo se podía rompermediante la purificación:

Dice que al pasar él (Pitágoras), en una ocasión, junto a un cachorro que estaba siendo maltratado, sintiócompasión y dijo: «Cesa de apalearle, pues es el alma de un amigo la que reconozco al gritar».

JENÓFANES DE COLOFÓN

Druidas y pitagóricos eran escuelas de carácter social, político y religioso, transmitían susenseñanzas de forma oral, sin dejar testimonio escrito, y los discípulos estaban obligados aguardar en secreto todos sus conocimientos.

La existencia de las misteriosas doctrinas secretas de los druidas y los pitagóricos llegaron aoídos del joven Jesús mostrándole el camino a seguir en el primer episodio de su viaje iniciático.Y gracias a José de Arimatea podría conocer los secretos místicos que los druidas atesoraban.

Así que, al igual que cien años antes hizo el filósofo y científico Posidonio de Apamea, queviajó a las tierras de los celtas y llevó a cabo un detallado estudio de sus costumbres, Jesúsdescubrió los grandes conocimientos que guardaban los druidas y los bardos —poetas inspiradosdirectamente por los dioses que recitaban sus obras acompañados por una lira de siete cuerdas—y los vates —que practicaban la adivinación mediante el sacrificio de animales—, unas órdenesreligiosas que compartieron espacio y tiempo en el mundo celta.

Durante décadas los académicos más ortodoxos, influenciados por el estudio de las fuentesromanas tras las invasiones de la Galia por parte de Julio César, vieron a los druidas comoestrafalarios y bárbaros sacerdotes que adoraban a la madre naturaleza y se entregaban a todo tipode extraños rituales, entre ellos el sacrificio humano, algo que los convertía en asesinos quedestripaban a sus víctimas para poder ver el futuro usando sus entrañas.

Otros los definieron como poderosos hechiceros, réplicas de Merlín, el mago de la sagaartúrica. Pero nada está más alejado de la realidad que esa reduccionista y propagandista ideaforjada en el yunque del miedo por el Imperio romano, acabada de pulir por el cristianismo. Yaque la misión de los druidas tenía como eje vertebral la búsqueda y transmisión de la sabiduría.

Entre los celtas, los druidas eran la casta superior. Con un estatus similar a la casta de losbrahmanes de la cultura hindú, incluía a todo aquel oficio que exigía un nivel elevado deconocimientos como profesores, jueces, músicos, médicos, astrónomos, poetas y, por supuesto,filósofos y sacerdotes. Algo que los convertía, no solo en los guías espirituales, sino también enasesores políticos. Sus consejos eran siempre aceptados por los reyes, que no tomaban ninguna

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decisión trascendental sin su consentimiento. Por tanto, los druidas eran los que realmentegobernaban. Siempre hablaban antes que el rey, reglamentaban la elección de los sucesores altrono y elegían a los candidatos. Solo ellos en la Europa occidental formaban una clase sacerdotalorganizada y jerarquizada, eran el reflejo de sus dioses en la tierra, que les habían otorgado susdones y cuyo papel consistía en establecer las relaciones de los hombres con el mundo de lasdivinidades:

Nadie habla antes que el rey, pero el rey no habla antes que sus druidas.

Mesca Ulad

Muchos druidas se acabaron convirtiendo en sacerdotes cristianos, sin dejar de ser la castaque siempre atesoró el conocimiento y la sabiduría cuando los primeros misioneros llegaron a lasislas británicas. Fue así como descubrieron que algunos tenían un elevado conocimiento de lanueva religión y los consideraron al mismo nivel que los obispos.

Jesús sabía que el Imperio romano los perseguía y que no aceptaba sus rituales, por ello sepreguntó qué era lo que incomodaba a los gobernantes romanos de aquellos sacerdotes. Entendióque los druidas eran perseguidos porque contradecían peligrosamente a la organizaciónsociocultural de los romanos. Su ciencia y su filosofía eran peligrosas para Roma, los romanosbasaban su ley en la propiedad privada de la tierra y en el poder absoluto del emperador, pero losdruidas pregonaban la colectividad ante la individualidad, y la hedonista forma de vida romanaera la antítesis de la espiritualidad druídica. Las mujeres, para los druidas, formaban parte de lavida política y religiosa, no solo estaban destinadas al placer y a procrear. Todo ello eranpensamientos y costumbres demasiado subversivos para ser aceptados por los gobernantesromanos. Pero los druidas sobrevivieron manteniendo su legado durante todo el periodo queestuvieron bajo dominio romano, supieron esconderlo e incluso hábilmente se fundieron con elcristianismo cuando este se estableció como la religión imperial.

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MUÉRDAGO Y ROBLES

Se ha acostumbrado a llevar pantalones de lana que sujeta a sus pantorrillas con las finas tiras de piel de sus botas.Su túnica yace en un arcón, ahora viste una camisa ocre estampada con un intrincado diseño de cuadros con vivoscolores, la ciñe a su cintura con un grueso cinturón de cuero y se sujeta su cabello recogido en una trenza. Pasaríapor un habitante de la Britania celta si no fuera por su oscuro color de pelo y sus rasgos.

Lleva días sin parar de llover, pero su mentor le incita a continuar su ruta. Durante meses ha recorrido lascolinas y valles de Britania, ha estudiado en algunas de las mejores escuelas druídicas, ha conocido a sabiossacerdotes que lo han instruido en el uso de las plantas para tratar todo tipo de dolencias. Ha descubierto que paraellos la naturaleza es la manifestación de las fuerzas divinas y que el aspecto mágico de las plantas posee unindisociable efecto terapéutico. Conoce la veneración a la cima de ciertas colinas, a las corrientes de agua, a loslagos, al cielo, a la tierra, al mar, y aprende que el fuego es purificador. Unos conocimientos que hace suyos y que,años más tarde, a su regreso a Tierra Santa, usará para obrar «milagros».

Ha llegado el momento del que tanto le han hablado. Es la noche de la sexta luna y ha llegado a uno de lostemplos druídicos. Un templo sin paredes, sin columnas, sin altares de piedra: es el Vernemeton, un bosque deroble. Entre los centenarios árboles han preparado un banquete, las viandas salpican las mesas y las jarras estánllenas de cerveza de mijo y cebada, y vino por doquier. Dos figuras espectrales parecen surgir de otro mundo, sondos enormes toros blancos que esperan bajo las hojas con los cuernos atados. Jesús viste una blanca e impolutatúnica, como muchos de los asistentes a la ceremonia, se ha soltado el cabello, que le cae sobre los hombros, y susojos brillan expectantes. Ve a un sabio en la copa de un árbol, lo acompañan cuatro doncellas de rubios y cobrizoscabellos. Le ofrecen la herramienta consagrada, Jesús sabe que esa hoz simboliza el sacrificio divino, el descensodel espíritu sobre la materia, así que el druida alza sus brazos y se oye el fugaz siseo del filo atravesando el aireque de un tajo corta el sagrado fruto que ha anidado en el roble, el glorioso muérdago.

Los druidas no tienen nada más sagrado que el muérdago y el que lo soporta, siempre que el árbol sea unroble. De hecho, creen que lo que crece sobre el roble ha sido enviado desde el cielo. Sin embargo, elmuérdago se encuentra rara vez sobre el roble, y cuando se encuentra se lo recoge con la debida ceremoniareligiosa. Habiendo dispuesto un banquete bajo el árbol, los druidas traen dos toros, cuyos cuernos atan porprimera vez. Vestidos con ropas blancas, los sacerdotes suben entonces al árbol y cortan el muérdago conhoces de oro y lo recogen otros dos con una capa blanca…

PLINIO el Viejo

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CÍRCULOS DE PIEDRA

El aprendizaje de Jesús junto con los druidas lo llevó a recorrer gran parte de las actuales islasbritánicas en busca de lugares de poder y de ancestrales santuarios, no solo bosques y colinas,sino también aquellas megalíticas construcciones que inundaban sus territorios.

Las primeras referencias sobre los celtas aparecen en fuentes griegas en el siglo VI a.C., perohasta cuatro siglos después no se habla de druidas, por tanto, ninguna de las construcciones que seasocian con sus ritos fue levantada por la civilización celta, y mucho menos por orden de losdruidas, simplemente fueron heredadas de civilizaciones cuya aparición se pierde en el origen delos tiempos.

Durante su estancia, Jesús caminaría por el hoy bautizado Ridgeway, el camino más antiguode Gran Bretaña, una ruta que ya en tiempos de Cristo tenía más de tres mil años de antigüedad ycruzaba el sur de la actual Inglaterra usando las crestas de las colinas como calzada. Este antiguosendero iba desde el Canal de la Mancha hasta el mar del Norte. En su periplo, Jesús descubriríafiguras gigantes grabadas en las verdes colinas como El Caballo Blanco de Uffington, del cual nose conoce el significado ni quiénes lo realizaron, tan solo se sabe que los celtas vieron en él aEpona, la diosa de los caballos, y que, por el contrario, los cristianos vieron al dragón queaniquiló san Jorge.

Jesús visitaría el santuario de Overton Hill, más conocido como el Crómlech de Avebury,donde los druidas realizaban rituales en honor a los muertos. Se adentraría entre los cuatro anillosconcéntricos formados por más de ciento sesenta grandes troncos y sería partícipe de ritosatávicos. Llegaría a Stonehenge para celebrar, entre las grandes moles pétreas, ceremoniasmistéricas donde el sol y la luna se unían, y los druidas conocedores de los secretos de suconstrucción celebrarían ante él los solsticios, donde la luz del sol cruzaba el monumental templo.

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Todos ellos eran santuarios que nada tenían que ver con lo que había visto en Jerusalén durante suniñez, lugares que le transmitían un profundo misticismo y que estaban unidos a las estrellas, alfirmamento, a la madre tierra y al universo.

LOS CRISTIANOS DE BRITANNIA

La documentación sobre el arraigo del cristianismo de las primeras comunidades cristianas enGran Bretaña ha desaparecido o tal vez jamás existió. Al ser perseguidos en los lugares donde loscristianos empezaban a predicar la buena nueva, muchos se ocultaron y no dejaron excesivostestimonios de sus mensajes. Desde Roma, Tiberio ordenó controlar su posible auge tras la muertede Jesús considerándolos una secta judía con tendencia a la sedición. Así que, a su muerte, losemperadores que le sucedieron, Calígula y Claudio, siguieron con la misma tónica. Sin embargo,al alcanzar el trono Nerón, se iniciaron las sangrientas persecuciones que acabarían en baños desangre.

Y mientras en Jerusalén los líderes del sanedrín mantenían su lucha contra los que ellosconsideraban blasfemos, mandaron ejecutar a Esteban, el primer mártir cristiano, lapidándolo soloun año después de la crucifixión de Jesucristo. Así que no dejar testimonio escrito y ocultarse erala única opción de los primeros cristianos si querían sobrevivir en una sociedad que los veíacomo una secta peligrosa.

Por ello, las huellas del primitivo cristianismo en Gran Bretaña son tan escasas, y aunqueexisten indicios arqueológicos no hay pruebas sólidas de actividad cristiana hasta el siglo IV d.C.,justo cuando el Imperio romano convirtió el cristianismo en la religión oficial y los primeroscreyentes dejaron de ser perseguidos por su fe.

Pero las tradiciones orales anteriores, incluso a la llegada de los primeros cristianos,describían los viajes que Jesús realizó por Britania. Eran historias tejidas de leyendas, pero queestaban arraigadas con sólidas raíces en sus habitantes.

A finales del siglo VI d.C., san Agustín fue enviado por Roma a establecer allí la Iglesiacatólica con las siguientes recomendaciones del papa Gregorio I:

No destruir los templos de los paganos, sino convertirlos en templos cristianos. No acabar con todas lasfiestas de los paganos, sino convertirlas en fiestas cristianas. Si ellos celebraban las fiestas de sus ídolos congrandes banquetes en los cuales participan todos, hacer esos banquetes, pero en honor de los mártires ysantos.

San Agustín se sorprendió al ver en ciertas localidades a una comunidad cristiana arraigada ybien organizada, con obispos y fieles, algunos de ellos antiguos druidas, que hablaban de que Joséde Arimatea regresó a las tierras donde caminó junto a Jesús.

WILLIAM DE MALMESBURY

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Estas historias se dieron a conocer a lo largo del siglo XII gracias a los textos del historiadorWilliam de Malmesbury —criado en la abadía de Malmesbury, cerca del espiritual enclave deSalisbury— que, tras ser ordenado monje, se convirtió en bibliotecario. Ello le proporcionó elacceso a la documentación necesaria para escribir Historia novella, Gesta pontificum Anglorumy Gesta regum Anglorum, en la que apuntaba que José de Arimatea fundó la primera iglesiacristiana en Glastonbury tras regresar de Palestina en el año 63 d.C.

Sus investigaciones le despertaron una gran inquietud y decidió trasladarse a la abadía parapasar un largo periodo de tiempo. Deseaba confirmar las tradiciones orales que hablaban de queJesús estuvo en Britania y que José de Arimatea fundó esa mítica primera iglesia.

Algunos teólogos e historiadores consideran que lo que describió son simples exageracionese invenciones que sirvieron para otorgar a la abadía la importancia que había perdido. Pero estasacademicistas afirmaciones parecían olvidar que Glastonbury era uno de los centros religiososmás importantes de Britania y la universidad más importante de los druidas durante siglos. Losperegrinos acudían en tropel, no solo en busca de la fe cristiana sino también para rememorarantiguas ceremonias celtas. La importancia de la abadía no solo radicaba en su conexión con lascreencias cristianas, iba mucho más allá. Desde hacía siglos era uno de los lugares de veneraciónmás importantes de la cultura celta y las creencias druídicas, que seguían siendo practicadas poruna gran parte de los habitantes de la región que supieron mimetizarlas con el nuevo culto.

TOR, LA ISLA DE AVALON

La bruma lo rodea, permanece sentado en la parte delantera de la pequeña embarcación, mira hacia el este y vecomo el cielo se tiñe con los colores del amanecer. Observa los acerados ojos azules del barquero, vivaces a pesarde estar rodeados de las arrugas del tiempo. El largo remo se hunde sibilante en el agua. Su guía clava la mirada enel horizonte. Jesús ve ante sí la verde Tor, la colina aterciopelada y majestuosa.

Arriba a la orilla, salta y sus pies se hunden en el negro fango, arrastra la barca hasta tierra firme, toma sucayado y empieza a caminar. El silencio es roto por el viento, sus pies crepitan al pisar la húmeda hierba. Caminaveloz, la emoción lo lleva en volandas, la capucha que le cubre la cabeza se desliza, su maestro ve que una sonrisacruza su rostro. Asciende por la serpiente, el camino iniciático, la laberíntica espiral que abraza a la Gran Diosa.Alcanza la cumbre entre la niebla, a sus pies el manto de agua se convierte en el espejo del cielo, mira a sualrededor y confirma que todo lo que le han dicho es cierto; ha llegado a la isla sagrada, a Ynis Witrin, la isla deCristal, a la sagrada Avalon, a la entrada de Annwm, el inframundo.

En Glastonbury Tor, se entrelazan desde hace siglos el mito y la leyenda, la historia y laespiritualidad. Es el paraje idóneo para adentrarse en otras realidades, en historias que hablan deislas mágicas, de buscadores de tesoros, de reyes y reinas, de magos, de puertas a otros mundos yde mesías venidos de tierras lejanas.

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Cuando Jesús llegó a Britania, las aguas del mar rodeaban la sagrada Tor, la colina quedesde tiempos ancestrales era hogar del semidiós celta Avalloc, guardián del mundo invisible.Aquel antiguo santuario pagano había sido también regentado por los más importantes druidas,pero con el paso del tiempo se convirtió en un lugar de veneración cristiano. En parte, gracias alas leyendas que existían alrededor de la visita de Jesús, pero, sobre todo, debido al regreso deJosé de Arimatea tras la muerte del Nazareno. Estas historias narraban cómo José se instaló enGlastonbury y fundó la primera iglesia cristiana de las islas británicas en honor a la Virgen María.Y no lo hizo en cualquier sitio, sino donde el propio Jesús le indicó, el lugar donde el Mesíashabía aprendido los secretos de los druidas: en la mítica isla sagrada de Avalon.

Cuando José de Arimatea regresó, el recuerdo de la visita del joven Jesús continuabapresente entre los líderes de las tribus celtas y los sacerdotes druidas, así que le cedieron unterruño y, junto a sus primeros seguidores británicos, alzó sobre el lugar que Jesucristo le habíaindicado el principio de un nuevo Jerusalén.

LA ÚLTIMA CRUZADA, LA BÚSQUEDA DEL GRIAL

En ninguna página de la Biblia aparece mencionado el Grial, ni en una sola referencia. Solo sehabla en los evangelios de una simple copa:

Después tomó la copa, dio gracias, y se la ofreció diciéndoles: «Beban de ella todos ustedes».

MATEO 26, 27

De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, quees derramada por ustedes».

LUCAS 22, 20

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Y tomó en sus manos una copa de vino y dio gracias a Dios por ella. Se la dio a ellos, y todos bebieron de lacopa. Y les dijo. «Esto es mi sangre, la cual confirma el pacto entre Dios y su pueblo. Es derramada comosacrificio por muchos. Les digo la verdad, no volveré a beber vino hasta el día en que lo beba de nuevo en elreino de Dios».

MARCOS 14, 23-25

¿Por qué mil años después esa copa se convirtió en el objeto más preciado de la cristiandad?Las cruzadas dieron forma en el siglo XII a una honda transformación entre los caballeros, quecomenzaron a ser cuestionados por algunos de los más grandes teólogos de la época. Estasreflexiones llevaban a deliberar sobre las profundas contradicciones que debían albergar lasalmas de aquellos que tenían que ser fieles a su espada y a la vez a Dios. Y aunque la primeracruzada otorgó la excusa ideal para dotar de un hondo sentido espiritual al hecho de pasar acuchillo a los infieles, era necesario asignarles una misión más elevada, mitológica, una místicapropia que los llevara a alcanzar la divinidad.

Fueron los poetas y trovadores, monjes en muchas ocasiones, los que lograron enlazar mitospaganos al cristianismo a través de románticas historias de amor cortés y de cuentos en los que lamisión consistía en la búsqueda de diversos objetos sagrados. Historias que se agruparon en tresgrandes ciclos, repletos de mitos y leyendas milenarias que nada tenían que ver con elcristianismo ortodoxo.

Y así fueron unidas en tres materias que transformaron, no solo la literatura sino también laforma de afrontar la fe y la búsqueda de Dios.

La Materia de Roma recuperaba la esencia grecorromana usando figuras legendarias comoJulio César o Alejandro Magno, representados como caballeros de brillantes armaduras. LaMateria de Francia tenía como personaje principal a Carlomagno y la Materia de Bretaña, la mássimbólica de todas, se adentraba en las hazañas del rey Arturo y en la búsqueda del Santo Grial.

Jean Bodel, uno de los más reconocidos trovadores del siglo XII, comentaba:

Hay tres ciclos literarios que nadie debería ignorar: la Materia de Francia, de Bretaña, y de Roma la grande.Estas tres materias no se parecen, ¡los cuentos de Bretaña son tan irreales y seductores! Mientras que los deRoma son cultos y llenos de significado y los de Francia ven su autenticidad confirmada día a día.

El poeta y clérigo francés Chrétien de Troyes dio inicio a las sagas griálicas con Perceval oel Cuento del Grial, que escribió en la segunda mitad del siglo XII. Influenciado por la lectura dela Historia Regum Britanniae de Goffredo de Monmouth, escribió diversos textos: Erec y Enide;Lancelot, el caballero de la carreta; Yvain, el caballero del León, y, el más importante, Percevalo el Cuento del Grial. Este texto tiene por protagonista a un joven galés llamado Perceval. Sumadre, la Dama Viuda, lo mantiene aislado de todo contacto con el resto del mundo en YermaFloresta. Sin embargo, la contemplación de cinco caballeros hace que Perceval tome la espada ysalga en busca de aventuras abandonando a su madre, que se desploma y muere. Esto loatormentará durante todo su peregrinaje en busca del Grial.

El joven Perceval es invitado al castillo del Grial, donde reside el Rey Pescador, que nopuede caminar y está postrado en la cama a causa de una antigua herida en el muslo. Presencia unaextraña procesión; sus integrantes son un paje que sostiene una lanza de cuya punta mana una gota

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de sangre y una doncella que porta una bandeja de oro que proyecta luz celestial. Perceval evitapreguntar por el sentido de la procesión y lo que simboliza la bandeja para no pasar por unignorante. A la mañana siguiente, el caballero despierta en el castillo solo, todos handesaparecido. Cuando inicia la marcha y ha abandonado la fortaleza, una doncella se le aparece yle reprocha no haber preguntado cuál era el significado del Grial y de la bandeja, porque si así lohubiera hecho el Rey Pescador habría sanado y el reino habría vuelto a ser fértil.

Perceval peregrina durante más de cinco años en busca del Grial viviendo un sinfín deaventuras repletas de simbología, hasta que la aparición de un ermitaño le desvela la razón de queno logre encontrarlo. Está maldito por la muerte de su madre y por no comprender el significadode lo que vio cuando pasó la noche junto al Rey Pescador: aquella brillante bandeja y el Grial,que contenía el único alimento que sanaría al rey y que a la par haría que el reino volviese aflorecer.

Chrétien de Troyes murió antes de acabar Perceval o el Cuento del Grial, dejándoloinconcluso y con el significado de los elementos que intervienen en el cortejo sin aclarar. Noobstante, su sentido ha sido desvelado para el iniciado en el resto de los textos del Grial quesurgieron tras su estela.

El poeta dice que es un recipiente, aunque no indica que sea una copa o un cáliz. Habla deuna bandeja forjada en oro y ornamentada con piedras preciosas, la copa de un rey, del rey Jesús.La lanza de la que brota sangre representa la lanza de Longinos, el legionario romano que atravesóel costado de Jesucristo en la cruz y cuya sangre fue recogida por José de Arimatea en el Grial.

Pero no fue hasta la aparición de Los libros del Grial de Robert de Boron cuando sevislumbró la interpretación en clave cristiana del Grial.

En el primer poema, con un título tan evocador como el de José de Arimatea, Robert deBoron parece que toma prestado parte de lo descrito en el evangelio apócrifo de Nicodemo, quedebería conocer, y relata cómo su protagonista recoge las últimas gotas de la sangre de Jesucristotras la crucifixión en el cáliz utilizado para la consagración del vino en la Última Cena. Afirmatambién que José es apresado por el sanedrín, que lo culpa de la desaparición del cuerpo, y que sele aparece Jesucristo para entregarle el cáliz que le proporciona el alimento diario parasobrevivir en su celda. Así que, una vez liberado por el general romano Vespasiano, Joséabandona Judea.

Asimismo, cuenta que prepara una comida donde estará presente el Santo Grial y a la queinvita a sus seguidores con el propósito de discernir entre justos y pecadores. Aparece Bron,yerno de José, que, al proveer de pescado a la mesa, se convierte en el Rey Pescador, y juntospartirán hacia Glastonbury, el hogar de Jesús en Britania.

En el segundo poema, Merlín, Robert de Boron enlaza la trama con el mundo artúrico através del personaje que da título a la obra, quien promueve la constitución de la Mesa Redonda yeleva a Arturo al trono. He aquí una figura extrañamente ligada a la reliquia cristiana másimportante de la Edad Media, un mago, un sacerdote druida que se convierte en uno de lospersonajes fundamentales para entender el significado del Grial y la importancia del peregrinajede los personajes.

La historia del Grial adquirió una gran importancia y los relatos se enriquecieron. En losaños posteriores se escribieron tres nuevas novelas: Peredur, Perlesvaus y Parsifal, quecontinuaron la historia de Perceval desde enfoques distintos, pero con una dimensión cristiana del

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Grial que se mantenía fija e inamovible.El relato más profundo, descriptivo y completo es Parsifal, de Wolfram von Eschenbach, que

toma la novela de Chrétien de Troyes como punto de partida. Eschenbach ahonda en lapersonalidad de Parsifal, arquetipo del principio caballeresco y desgarrado por el conflicto entresus ambiciones terrenales y la obediencia a Dios.

Así pues, los caballeros ya tienen su propia mitología, los arquetipos fijados y el findeterminado. Todos los relatos coinciden en que se trata de un símbolo de poder que goza devirtudes sobrenaturales, que ilumina, sana, nutre, regenera, fertiliza la tierra y da la inmortalidad.Pero que también es capaz de destruir a aquel que no sea digno de contemplarlo. Solo el que tengahonor, coraje y fe lo alcanzará; solo al misericordioso se le mostrará.

EL GRIAL Y LA SERPIENTE

La leyenda del Grial es la fascinante historia del anhelo del ser humano por comprender la esenciade lo divino a través de algo tangible, de algo material que pueda confirmar sus creenciasespirituales. Pero la posibilidad de verificar que alguna de las copas que se encuentran a lo largoy ancho del mundo sea realmente el cáliz que Cristo sostuvo entre sus manos es prácticamentenula. Griales de madera de olivo como el vaso de Nanteos, de ónice como el de Hawstone Park,ornamentados como los de O Cebreiro y Antioquía, objetos extraños como el Sacro Catino oemblemáticos como el de Valencia; ninguno es el auténtico Grial.

Incluso si en alguno de ellos hubiera permanecido un vestigio de la sangre del Mesías,también sería imposible confirmar que le pertenecía, ya que para ello necesitaríamos una muestracon la que poder compararla.

Hasta la fecha no tenemos ni una sola prueba de que algunas de las reliquias esparcidas porel mundo estén impregnadas con la sangre del Nazareno. Pero el Grial es mucho más que unobjeto, la esencia de la búsqueda griálica lleva siglos anclada en nuestra psique como símbolo dedivino conocimiento y, por ende, de la vida eterna. Porque más allá de la tradición cristianadescubrimos que la historia del Grial no es más que la recopilación de antiguos rituales queformaban parte de civilizaciones tan dispares como la egipcia, la celta, la maya o lagrecorromana. Porque en todas ellas se utilizaron cuencos, vasos, bandejas o copas comoreceptáculos de un conocimiento supremo unido a otro símbolo universal, la serpiente. En todas ycada una de ellas aparece la serpiente como el símbolo masculino del renacimiento y lainmortalidad, y el cáliz como el símbolo de la feminidad, de la diosa madre portadora de vida queda forma al conocimiento sagrado.

Al estudiar mitos mediterráneos, observamos que son parte del génesis de las sagas griálicas.En los mitos griegos descubrimos a Higia, diosa de la salud, lo femenino, y a Asclepio, dios de lamedicina, lo masculino. Ambos unidos representan el símbolo del cáliz y la serpiente.

Otra alusión, entre las decenas que podemos encontrar solo en los mitos mediterráneos, es uncapítulo de la vida de Apolo, el dios solar que conducía su carro cada diecinueve años hacia ellegendario reino de Hiperbórea, donde rejuvenecía y obtenía conocimientos supremos al beberdel recipiente sagrado que se encontraba en Leuke, la isla Blanca, la Avalon artúrica, que no es nimás ni menos que la Leuke griega.

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Y no olvidemos la posibilidad de que Jesucristo tuviera descendencia; nada lo acredita, peronada lo desmiente. Incluso hay más datos que pueden confirmar la teoría de que el Mesías se casóy tuvo hijos que informaciones que lo contradigan. No olvidemos que era judío y por ley debíacasarse. Sobre todo, siendo, como dice la Biblia, descendiente del rey David. Si fuera así, elGrial sería la Sangre Real, los hijos del Grial. Así que la búsqueda del Santo Grial es latransfiguración de la historia en mito para dar forma al hombre universal.

WILLIAM BLAKE, JERUSALÉN

Durante siglos las historias sobre la visita de Jesucristo a Britania permanecieron en la penumbraa pesar de que eran conocidas; se hablaba de ellas y los monjes misioneros las conocían. Cuandosan Columba desembarcó en el año 563 en la isla de Iona para evangelizar a los pictos, la ínsulaaún era conocida como Innis na Druineach, la isla de los druidas, que durante siglos había sidouno de los centros de aprendizaje más importantes, al mismo nivel que Glastonbury, y centroneurálgico en la antigua Escocia. Columba defendió el legado de los druidas y, cuando los reyesquisieron prohibir la poesía que los bardos recitaban, él hablo de Jesús llamándolo «su santodruida», aplacando así a los gobernantes.

Durante más de mil doscientos años, se escucharon las historias que continuaban hablando delo que Jesús aprendió de los druidas; sin embargo, todas eran sistemáticamente acalladas,tergiversadas y ocultadas, hasta la aparición de Jerusalén, que fue escrito en 1804 y vio la luzaños más tarde. Un poema de un misterioso artista, William Blake, que se inicia con unosenigmáticos versos confirmando que el Cordero de Dios caminó por las verdes tierras deBritannia:

Y hollaron esos pies, antaño,los verdes montes de Inglaterra.Y viose el sacro Cordero de Diospor los pastos ingleses, placenteros.

Resplandeció el divino rostrosobre nuestras colinas nubladas.Y edificose una Jerusalénen medio de esos negros, satánicos molinos.

¡Dadme mi arco de oro ardiente!¡Dadme mis flechas de deseo!¡Traed mi lanza! ¡Abríos, oh nubes!¡Traedme mi carro de llama!

No cejará en mi espíritu la luchani ha de dormirse en mi mano la espada,hasta que levantemos otra Jerusalénen el solar verdeante y dulce de Inglaterra.

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William Blake nació en Londres en 1757 y, salvo tres años pasados en Felpham en la costade Sussex, no salió nunca de su ciudad natal. Jamás visitó Italia para ver las obras de MiguelÁngel, el artista que lo inspiró para crear los ángeles y demonios que poblaron su obra. Suprimera y única exposición la realizó en 1809, con cincuenta años, y como no podía permitirsealquilar un local usó la casa de su hermano.

La muestra fue un rotundo fracaso y las críticas hirientes. Su obra no era comprendida, soloartistas místicos y tenebrosos como Füssili y Mary Wollstonecraft se entendían con él.

Durante diez años trabajó en silencio sin ningún afán de notoriedad. No fue hasta 1819cuando Blake, animado por un grupo de poetas y artistas jóvenes, decidió sacar a la luz su granobra maestra final, el poema épico Jerusalén, en el que había estado trabajando.

Durante todo ese tiempo, Blake siguió estudiando doctrinas secretas y practicandoceremonias que lo enlazaban con los antiguos cultos celtas y orientales. Porque él no solo era unartista dotado del don de la genialidad, era un místico que afirmaba haber contemplado en susvisiones obras de arte originales perdidas miles de años atrás, en las cuales cada detalle estabacargado de un «sentido recóndito y mitológico». Era un filósofo, un buscador que profundizó enlos mensajes herméticos. Toda su obra buscaba elevar la conciencia humana hacia la NuevaJerusalén.

William Blake creció en un hogar libre de normas estrictas. Sus padres pertenecían a losDisidentes, una secta radical donde la experiencia visionaria no era considerada una rareza. Dehecho, siendo un niño, Blake tuvo sus primeras visiones de ángeles en llamas, y con doce años yaescribió sus primeros poemas.

Durante la época de Blake, estaba teniendo lugar una nueva recuperación de las cienciasocultas en una especie de brusca ebullición que parecía relacionada con el ambiente deradicalismo político que se respiraba por entonces. Blake abominaba del racionalismo ypredicaba una revolución espiritual. Leyó ávidamente a alquimistas y magos renacentistas comoParacelso y Cornelio Agripa, estudió el Manuscrito Nodin —uno de los libros sagrados de losRosacruces—, mantuvo contactos con los seguidores de la Iglesia moraviana —precursores de lateosofía—, y se sumergió en experiencias tántricas en el ashram de Zabbatai Zevi, un santohinduista que se había instalado en Londres y que lo sometió al ritual de iniciación suprema de laNoche Oscura.

Puede que sus estudios y su profundo misticismo lo llevaran a conocer secretos queconfirmaban la visita de Jesús y otras doctrinas gnósticas que nos desveló a través de su obra yque hoy en día aún no hemos logrado comprender.

El dios de Blake no era un ser lejano, sino un dios que estaba en el hombre y lo acompañabasiempre. No creía en la existencia del mal; lo que otros llaman mal para él era simplemente error.

Para él, el cuerpo era una fuente de placer y el placer no podía ser nunca pecado. Creía quela represión sexual era una consecuencia del racionalismo y la religión que amenazaban una visiónimaginativa del mundo. Y que la mujer no tenía que ser reprimida, pues el sagrado femeninoresidía en ellas. Son creencias gnósticas que los primeros cristianos promulgaban.

Blake fue filósofo, poeta, visionario, místico, radical y alquimista. Predicó la revoluciónespiritual, denunció la represión sexual y moral. Sus contemporáneos lo tacharon de lunático,presidió la nueva Orden de los Druidas, fue declarado santo por la Ecclesia Gnóstica Catholica,el brazo eclesiástico del Ordo Templo Orientis, y se adentró en las doctrinas secretas de Oriente.

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¿Pudo Blake conocer los secretos del viaje del joven peregrino llamado Jesús?Lo cierto es que Blake alcanzó la verdadera síntesis de su visión en su gran obra maestra,

Jerusalén.

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3

EL CONFÍN DEL MUNDO

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El sol asoma sobre el horizonte, desde el ventanuco de su hogar en Nazareth un niño despierta. Los primeros rayosde sol rozan su aniñado rostro, se despereza y sonríe. El polvo en suspensión danza ante sus ojos atravesando el hazde luz que inunda la habitación anunciando el inicio de un nuevo día. No ha dormido mucho, tardó en conciliar elsueño, no podía dejar de pensar en las historias que había oído a la sombra de los sicomoros en boca de su tutor. Ensu cabeza había germinado una idea, ¿un sueño de niñez o un destino imposible de evitar?

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HACIA EL SOL NACIENTE

Dos años en Britania eran suficientes; volvería, pero un nuevo capítulo escrito en el libro de su vida estaba a puntode comenzar, tenía que emprender el camino. Aquella mañana su rostro ya no era el de un imberbe niño de doceaños; su mirada contenía las sabias enseñanzas de los druidas.

Ligero de equipaje, sabedor de que el camino le proporcionaría lo necesario, se puso sobre los hombros lacapa de tosca lana que lo protegería de las inclemencias del tiempo, se la abrochó con una sencilla fíbula de broncey, sin mirar atrás, dio los primeros pasos hacia el sol naciente.

En su petate no había nada más que un cuenco, una hogaza de pan y un pedazo de queso que le servirían paraapaciguar el hambre y la sed durante las primeras jornadas de viaje. Atado en el lateral de su zurrón, en el interiorde una bolsa de cuero, atesoraba una rama de muérdago. La mágica Rama Dorada, la más sagrada de las plantas delbotánico Olimpo celta.

Dejó atrás las brumosas tierras norteñas y recordó vívidamente aquella mañana en Nazareth en la que, conocho años, decidió que tenía que seguir los pasos de un rey que rompía cadenas, del libertador de pueblos, de unser divino, del hijo de Zeus Amón, de un hombre: Alejandro Magno.

EL ALUMNO

El joven Jesús conocía las tradiciones de su pueblo y la historia de la región, así que se tuvo quesentir irremediablemente atraído por la figura de Alejandro Magno, el hombre que llevó elsignificado de las palabras gloria y triunfo hasta extremos nunca conocidos en la Antigüedad.

Aunque durante décadas la propaganda ortodoxa deseó mostrar a un Jesús ignorante eiletrado, a un analfabeto que no sabía leer ni escribir, nada está más alejado de la realidad:

Entonces los judíos se maravillaban, diciendo: «¿Cómo puede este saber de letras sin haber estudiado?».

JUAN 7, 15

El texto de Juan quiere confirmar justamente este embuste; no obstante, unos versículos másadelante, la Biblia se contradice al dar testimonio de que Jesús se inclina y escribe sobre la arena:

Decían esto, probándole, para tener de qué acusarle. Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribió en la tierra.

JUAN 8, 6

Y no son un caso aislado, puesto que las contradicciones sobre el supuesto analfabetismo deJesús vuelven a aparecer de la mano de Lucas:

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Llegó a Nazareth, donde se había criado, y según su costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y selevantó a leer. Le dieron el libro del profeta Isaías, y abriendo el libro halló el lugar donde estaba escrito.

LUCAS 4, 16-17

Examinados los anteriores párrafos, queda claro que las contradicciones reflejan ladeformación de la realidad y ponen de relieve que la ambigüedad salpica la Bibliaconstantemente.

Para conocer la verdad, hay que profundizar en las costumbres del pueblo hebreo. Esfundamental descubrir si Jesús adquirió conocimientos académicos, algo que el cristianismoortodoxo no quiere revelar.

Las escrituras sagradas del pueblo hebreo pregonaban que los hijos de Israel, el puebloelegido, no podían permanecer en la ignorancia. El historiador judío Flavio Josefo dejótestimonio de ello en Contra Apión, uno de sus escritos, donde refleja la educación que se lesdaba a los niños y jóvenes en Palestina:

Nos dedicamos preferentemente a la educación de nuestros hijos, a la observancia de las leyes y a lasprácticas piadosas que, conforme a esas leyes, han sido transmitidas, haciendo de ella la tarea más necesariade toda nuestra vida. La ley ordena que se enseñe a los niños a leer y que aprendan las leyes y las acciones desus antepasados.

Dios era el gran profesor, les enseñaba el camino y los obligaba a estudiar. Los rabinospredicaban que Yahvé deseaba que sus discípulos fueran personas inteligentes, doctas y educadas,por lo que los niños judíos en tiempos de Cristo recibían una buena formación a través de distintasmaterias.

Las escrituras sagradas marcaban sus vidas y su aprendizaje; es cierto que muchos no sabíanleer ni escribir, pero la transmisión oral de conocimientos les proporcionaba una buenaformación. Por tanto, tildarlos de analfabetos es erróneo:

Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos.

ISAÍAS 54, 13

Usando el Antiguo Testamento como principal fuente académica, cuando el niño comenzaba ahablar, su madre le enseñaba algunos pasajes de El Shemá. En concreto, una plegaria que resumetres pasajes del Pentateuco:

Oye, Israel, Adonai es nuestro Dios, Adonai es Uno. Bendito sea el nombre de la gloria de Su reino porsiempre jamás. Amarás a Adonai tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza. Y estaspalabras que Yo te ordeno hoy estarán sobre tu corazón. Las enseñarás a fondo a tus hijos, y hablarás de ellasal estar sentado en tu casa y al andar por el camino, al acostarte y al levantarte. Las atarás como señal sobre tumano y serán por recordatorio entre tus ojos. Las escribirás sobre las jambas de tu casa y en tus portones.

Cuando lograba memorizar la plegaria, al niño se le mostraba el texto para que aprendiera aescribir adoctrinándolo a la par que instruyéndolo. Esta primera parte de su enseñanza iba a cargode los padres, un dato muy importante para comprender que José y María tampoco eran

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analfabetos. Poseían una formación lo suficientemente amplia como para poder instruir a Jesúsdurante sus primeros años de vida.

La escuela era conocida como la casa del libro. Entre sus paredes todo se aprendía a partirde las escrituras sagradas. Para empezar, la geografía se enseñaba a través de los diferentesconflictos bélicos en los que el pueblo de Israel había tomado parte. Para aprender matemáticas,los maestros usaban las edades de los patriarcas y las cronologías que aparecían en los librosproféticos. No obstante, la materia más importante era la historia, que estaba sujeta a laperspectiva de los sacerdotes y levitas que tenían como precepto formar a los estudiantes bajo laley de Moisés. Por tanto, como hemos podido comprobar, es obvio que los judíos estabanobligados por la ley a aprender a leer y escribir para poder comprender las sagradas escrituras.Pero, de nuevo, los evangelistas volvieron a manipular la realidad distanciándose de lasenseñanzas mosaicas dando a entender que Jesús estaba en contra de los rabinos y que lossacerdotes habían olvidado el mensaje original de Yahvé. Además, como, según ellos, Jesús notenía formación, le otorgaron una dimensión sobrenatural haciendo creer a los creyentes que susconocimientos no procedían del hombre, sino que emanaban de Dios.

Si leemos entre líneas, los evangelistas quieren hacer ver que Jesús, con poco más de cuatroaños, tuvo la capacidad de convencer a sus padres de que no debía ir a la escuela y que losrabinos no tenían nada que enseñarle.

José y María habrían aceptado sabiendo que se arriesgaban a ser castigados, porposicionarse en contra de la ley, una idea inadmisible si se conocen la historia del pueblo judío ysus preceptos.

Pero, nada más lejos de la realidad, lo que ocurrió no tendría nada que ver con lo descrito enla Biblia. Sus padres lo habrían llevado a la escuela más cercana y habrían seleccionado a sustutores para que le enseñaran griego, aritmética, poesía, filosofía, teología y mitología de otrasreligiones. No solo la historia de su pueblo fue parte de su formación, sino que las crónicas de lascivilizaciones que rodeaban Palestina también habrían modelado su aprendizaje.

Conocería las vidas de Ramsés II, de Darío I o de Nabucodonosor II, pero sobre todas ellassobresaldría la figura de Alejandro Magno, el más grande de los conquistadores, lo que excitabasu imaginación y lo incitaba a viajar hacia el sol naciente, hacia más allá de Indo, siguiendo laestela de un rey, de un Dios.

NADA ES IMPOSIBLE

Busca, hijo mío, un reino igual a ti, porque en Macedonia no cabes.

FILIPO II DE MACEDONIA

El legado del rey macedonio era palpable más de doscientos años después de su muerte, ya queera venerado como un Dios a lo largo y ancho del Imperio romano. Julio César, Octavio Augusto yMarco Antonio lo idolatraban. El culto a Alejandro se había apoderado de Roma, muchosemperadores lo tomaron como modelo a seguir. No solo los límites geográficos imperiales

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contenían esta idolatría, en tierras tan lejanas como los actuales Pakistán y Afganistán, losdescendientes de los soldados de su ejército lo honraban como un dios. Su vida había sido laprueba irrefutable de que los mitos se encarnan en hombre.

La veneración de su figura llevó a llorar a Julio César ante su busto:

Durante su cuestura, logró la España Ulterior, donde, al recorrer las asambleas de esta Provincia paraadministrar justicia por delegación del pretor, al llegar a Cádiz, viendo cerca de un templo de Hércules laestatua de Alejandro Magno, suspiró, profundamente, lloró lamentando su inacción; y censurando no haberrealizado todavía nada digno a la misma edad en que Alejandro ya había conquistado el mundo, dimitióenseguida de su cargo para regresar a Roma y aguardar en ella la oportunidad de grandes acontecimientos.

CAYO SEUTONIO,La vida de los doces Césares

Su mito se forjó en vida, pero se engrandeció tras su muerte. Alejandro Magno nació enverano, una sofocante noche de julio del año 356 a.C., bajo el signo del león, en Pella,Macedonia. Veinte años después, tras el asesinato de Filipo de Macedonia, su padre, en el 336a.C., se convirtió en rey.

Su madre, Olimpia de Epiro, era la preferida entre las siete esposas de Filipo. Se enamoróde ella siendo solo una niña de trece años. El rey había acudido a la isla de Samotracia parainiciarse en el culto a Dionisio y al verla se quedó fascinado por su salvaje belleza. Danzabarodeada por el fuego sagrado de Apolo mientras los tambores resonaban como martillosgolpeando los yunques que estaban bajo el monte Olimpo, en honor a Hefestos, dueño y señor dela fragua del inframundo.

Olimpia, princesa del reino de Molosia, afirmaba descender de Aquiles. Practicaba la magiay la adivinación, veneraba a las serpientes a través del ancestral culto de los dioses cabiros y erasacerdotisa del culto de Zeus-Amón. Consideraba que había sido elegida para engendrar al hijo delos dioses. Filipo promulgaba que era descendiente de Hércules, así que unos progenitoresemparentados a las deidades solo podían esperar que su descendiente fuera un ser divino.

Su nacimiento fue predicho por los oráculos y aquella misma noche el templo de Artemisa enÉfeso se incendió. Un suceso que provocó que los adivinos consideraran que el niño que habíanacido tenía el corazón de un león y que incendiaría todo Oriente.

Olimpia lo inició en los ritos mistéricos, en la astrología, la adivinación a través del vuelode los pájaros y los ritos órficos. El misticismo sobrevoló siempre sobre Alejandro forjando sucarácter, sus sueños y su destino:

Perdóname Diógenes, por imitar a Heracles, imitar a Perseo y seguir los pasos de Dionisio.

ALEJANDRO MAGNO

El tutor de Alejandro fue Aristóteles, al que siempre tuvo en alta estima:

Estoy en deuda con mi padre por vivir, pero con mi maestro por vivir bien.

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El filósofo despertó en él una gran admiración por la cultura griega y por las antiguasepopeyas, y se enamoró de la Ilíada de Homero, que se convirtió en su libro de cabecera. Teníauna edición con anotaciones del propio Aristóteles cuyo verso predilecto eran las palabras queAquiles pronunció en Troya:

Procurar siempre la excelencia y descollar por encima de los demás.

Ávido de saber, Alejandro estudió con empeño las hazañas de los héroes, algo en lo querápidamente se vio reflejado. Así, adoctrinado por su madre, sintió que era descendiente deAquiles y Hércules. Aristóteles le descubrió a Océano, el río que en el mito de Homero rodeabael mundo y que era el origen de los dioses. Esto lo hizo soñar con llegar al Hindukush, a losconfines de la tierra:

[…] a los confines de la fértil tierra para ver a Océano, padre de los dioses, y a la madre Tetis, los cuales merecibieron de manos de Rea y me criaron y educaron en su palacio…

HOMERO,Ilíada

LA SERPIENTE

Han pasado muchos meses desde que desembarcó en Portus Dubris. Es de noche, las gaviotas lo sobrevuelan y sugraznido le confirma que está a poca distancia de la costa. El sol se ha escondido y la temperatura ha descendido,decide cobijarse y esperar al amanecer para continuar su marcha. Encuentra un roble, ve un hueco en su tronco y seacurruca en su interior. Se envuelve en su capa e intenta conciliar el sueño sin éxito. Ve una serpiente reptando anteél y busca entre sus recuerdos. A su cabeza acuden las historias que escuchó de boca no solo de sus maestros, sinode viajeros y peregrinos que a su paso por Galilea le explicaron la vida del más grande de los conquistadores.

Recita con un hilo suave de voz la mítica crónica de la gestación de Alejandro:

Olimpia descendiente de Aquiles, madre de Alejandro, el hijo de Zeus Amón yace en el lecho, desnuda. Sus turgentes pechosse dibujan bajo la sábana de seda. Las nubes ocultan la luna, su piel se eriza, la onírica visión toma forma, una broncíneaserpiente repta sinuosamente por el suelo marmóreo de los aposentos reales. Los anillos del reptil brillan con hipnóticosdestellos tornasolados. El tintineante y débil centelleo de las candelas ilumina la estancia, el perfume ceremonial lo envuelvetodo. La bífida lengua marca el camino del serpenteante dragón. Olimpia abraza el deseo, se deja seducir por el íncubo. El diosse introduce bajo las sábanas, entre sus piernas, rodeando sus muslos, poseyéndola silenciosamente; se sabe germinada por lasemilla divina de Zeus, será la madre de un dios.

Alejandro Magno debió de estar siempre presente en la vida de Jesús, durante su estancia entrelos druidas no dejó de toparse con su recuerdo. El símbolo que adornaba su escudo, el Sol deVergina, la estrella argeada, era ostentado por caudillos y generales que buscaban su protección.Su busto era adorado en templos y casas, y a lo largo del Imperio romano los símbolos con elrostro de Alejandro no dejaron de aparecer por todas partes. Especialmente, en las monedas

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transformadas en amuletos en las que el perfil del conquistador aparecía tocado con los cuernosdel dios Amón o representado como Hércules portando, a modo de casco, la cabeza del León deNemea. Talismanes que más de trescientos años después eran portados por los cristianos.

Los primeros padres de la Iglesia detestaban la costumbre de llevar amuletos, considerabanque con ellos se conjuraba a Satanás. Crisóstomo, uno de los líderes de la Iglesia, al ver estaidolatría se enervaba; lo que más le irritaba era un tipo de medallón que estuvo de moda durantelos siglos IV y V d.C., en el que se veía a Alejandro junto al nombre de Jesucristo. Era un rivaldemasiado poderoso para los padres de la Iglesia y, aunque intentaron por todos los medioserradicar su idolatría, no lo lograron:

Y qué decir de aquellos que usan dijes y amuletos y rodean sus cabezas y pies con monedas de Alejandro deMacedonia.

CRISÓSTOMO

La sombra de Alejandro era perenne, solo el paso del tiempo hizo olvidar que era un dios.

EL ORÁCULO DE AMÓN

La plateada luz de la luna lo acompaña, mira hacia la copa de los árboles y observa como las ramas se hanconvertido en dedos que acarician el manto azul casi negro de la bóveda celeste. Jesús piensa en Alejandro, lecontaron que tenía una esbelta figura, el cabello ensortijado y que sus ojos eran de diferente color, uno azul y otrocastaño. Que corría como si las alas de Mercurio anidasen en sus tobillos, que era un jinete espléndido capaz decabalgar sobre el lomo de Pegaso y que quien lo conocía no podía hacer más que admirarlo.

Jesús rememora la vida de Alejandro evocando profecías, augurios y sueños proféticos que el conquistadortuvo a lo largo de su vida y que marcaron su camino. Todos sus recuerdos lo llevan hasta el Oráculo de Amón.

Alejandro fue recibido como un héroe en muchos de los reinos que conquistó, especialmente enEgipto, al que liberó de la opresión persa. Erigió varios templos en honor a los dioses egipcios ymandó construir la ciudad de Alejandría porque, según las palabras de Plutarco, Alejandro tuvo

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un sueño en el que se le apareció Homero y le indicó dónde debía construir una ciudad sinparangón: «Una isla hay en el mar profundo, enfrente del Egipto fecundo, que por el nombre deFaros es conocida».

Alejandro fue proclamado faraón en Menfis, donde reunió a su cohorte y se encaminó hacialas estériles arenas del desierto. Ningún cometido militar abrigaba su corazón; susceptible asupersticiones y augurios, esperaba encontrar la respuesta que anhelaba su alma. Así que marchóen busca de su destino:

Alejandro tenía el presentimiento de que era descendiente del dios Amón.ARRIANO

Durante días la comitiva marchó hacia el oeste con el mar como vigía y el amenazantedesierto flanqueándolos. Casi todos habían desaconsejado a Alejandro emprender el viaje, perosabía que no podía mostrar el menor atisbo de temor ante sus hombres, debía dejar claro que no letemía a nada ni a nadie. El recorrido fue duro, el calor abrasador y las tormentas de arena llevarona la desesperación a muchos hombres, pero Alejandro les infundió valor comportándose como unsoldado más, bebiendo y comiendo el último, y recostándose a descansar cuando todos lo habíanhecho ya.

En su recorrido vieron tribus de nasamones y garamantes que procedían de más allá de lasdunas; también divisaron a etíopes y libios con la piel más oscura que jamás habían visto.

Llegaron al oasis al amanecer, las alargadas sombras de las palmeras se reflejaban en lascristalinas aguas. El borboteo de las fuentes se convirtió en el canto de los dioses, parecía quehubieran llegado a los Campos Elíseos. Su visita era esperada y fue recibido como hijo de Amón-Ra.

Al caer la noche se dirigió al templo del oráculo de Amón para formular la pregunta quehabría de apaciguar su espíritu: ¿quién era su padre? Jamás se supo la contestación que dio eloráculo. Pero Alejandro, desde aquel momento, supo que su destino era divino. No creía en loimposible.

Ruinas de la ciudad de Arghumi, oasis de Siwa

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El roble donde descansa le trae recuerdos de una antigua historia que escuchó por primera vez en Galilea. Pareceoír la voz de Alejandro pidiéndole a su madre que le explique una vez más cómo los dioses profetizaron sunacimiento y su destino. Jesús sabe que cientos de años los separan, pero el tiempo se difumina. Todo parece estarconectado, robles sagrados entrelazados surgen de la tierra para unir mitos más allá de las fronteras del tiempo. Ensu mente aparecen conexiones que saben que guardan los misterios que ansía desvelar. Sigue recordando queOlimpia le explicaba a Alejandro que en Dodona, al pie del monte Tomaros, una paloma llegó desde Tebas paraposarse sobre un roble, marcando así el lugar donde debía erigirse un santuario consagrado a Zeus. El roblesagrado se transformó en el mediador entre Zeus y las sacerdotisas del oráculo que, cientos de años después,predijeron el nacimiento de Alejandro.

Antes de ser coronado faraón y ostentar los símbolos de Amón, vinculó con habilidad el mito deTroya a su campaña contra Persia al lanzar una jabalina a la costa de Anatolia después de cruzarel Helesponto, ya que desembarcó enjaezado con la armadura de combate como hizo el héroegriego Protesilao.

En la ciudadela de Gordio desató el nudo gordiano que, según la profecía, quien lograsedesatarlo reinaría sobre Asia. Y Alejandro lo consiguió con un solo movimiento al cortarlo con suespada. Acto seguido, pronunció una simbólica frase de Curcio Rufo: «Es lo mismo cortarlo quedesatarlo».

Usó todos los símbolos a su alcance para dar a conocer su figura. Lisipo el escultor loidealizó con su ensortijado cabello, cual melena de león, con la mirada fija en la lontananza y elcuello levemente girado hacia la izquierda. El pintor Apeles lo mostró como el hijo de Zeus, acaballo con el rayo de su padre y acompañado por Niké, la diosa griega de la victoria.

Todos estos fueron los símbolos que el joven Jesús no dejó de ver a lo largo de toda su viday que, desde su infancia, forjaron su deseo de viajar más allá de las fronteras de Galilea.

ALEJANDRO MAGNO EN JERUSALÉN

El ulular de los búhos lo acompaña, la noche es plácida, no le importa no poder dormir. Los recuerdos le siguensusurrando, se deshace la trenza con la que mantiene su cabellera recogida. Decide pasear entre la arboleda, suspies hacen crepitar las hojas a su paso. Alcanza un claro y ve el contorno de seis enormes piedras recortándosecontra la negra noche. Se acerca a ellas y camina a su alrededor, recuerda lo que ha aprendido entre los milenarioscírculos sagrados, aquellos crípticos mensajes que le transmitieron los sabios del norte. Acaricia las pequeñasescarificaciones de su antebrazo, siempre le recordarán la primera vez que trepó por la corteza del sagrado roble,sus cicatrices son el único testimonio de su aprendizaje. En su zurrón no hay un solo escrito, ni una sola hoja a laque volver, no hay testimonio, todo está asimilado. Se sienta entre las pétreas moles que, como gigantes, lo rodean.Se siente como aquel niño que, sentado ensimismado ante los rabinos, escuchaba con atención las historias sobreAlejandro.

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La lectura del Talmud le descubrió a temprana edad que Alejandro, tras la conquista de Tiro,atravesó Palestina y llegó a la tierra de sus ancestros, Jerusalén. Y Onias, el sumo sacerdote deltemplo de Jerusalén, temiendo que Alejandro destruyera la ciudad, salió a su encuentroacompañado por su séquito. Pero Alejandro, al ver al sacerdote, descendió de su caballo y, ante lasorpresa de todos sus generales, se arrodilló ante él y dijo: «Bendito sea aquel a quien tú sirves».

Sus soldados y generales, deseosos de saquear la ciudad y quedarse con un gran botín,estaban atónitos. Jamás habían visto a su rey postrándose. Parmenión le preguntó por qué noatacaba la ciudad. Alejandro le explicó que unos años atrás había tenido una visión en la que unser divino, que identificó con Onias, le aseguraba que lograría ser el más grande de losconquistadores. También le explicó que aquel sueño le servía de motivación cuando se sentíadesfallecer. Por tanto, ¿cómo no habría de honrar al sumo sacerdote de Jerusalén?

El historiador judío Flavio Josefo, en su libro Antigüedades Judías, lo describe así:

No hice una reverencia ante él, sino ante el Dios que lo ha honrado con el Sumo Sacerdocio; pues he visto aesta misma persona en un sueño, con esta misma apariencia.

El historiador continuó el relato dejando testimonio del respeto que Alejandro mostró hacialos judíos:

Y cuando hubo dicho esto a Parmenión, habiendo ofrecido su mano derecha al Sumo Sacerdote, los demássacerdotes acudieron corriendo junto a él, y Alejandro entró en la ciudad. Y cuando llegó al interior deltemplo, ofreció un sacrificio a Dios, siguiendo las directrices del Sumo Sacerdote, siendo magníficamentetratado tanto por el Sumo Sacerdote como por los demás sacerdotes. Y cuando le fue mostrado el Libro deDaniel, en el que Daniel declaraba que un griego destruiría el imperio de los persas, Alejandro pensó que laprofecía se refería a él.

Alejandro interpretó la visión como un presagio y conquistó pacíficamente la ciudad. Comotributo al conquistador, los sacerdotes del templo declararon que, a partir de entonces, todos losprimogénitos serían llamados Alejandro. Además, el día del encuentro fue declarado unafestividad menor a la que se atribuyeron cualidades divinas.

Alejandro vuelve a aparecer en el Talmud con una historia repleta de simbolismo y que Jesústambién descubriría dejándose llevar por un mensaje repleto de misterio. Y es que, en su viaje deregreso a Macedonia, Alejandro se detuvo junto a un río a comer pescado salado. Después deenjuagar el pescado en la corriente, su sabor se hizo dulce y fragante, así que pensó que le vendríabien un baño refrescante, por lo que se encaminó hacia el nacimiento del río. Y, según la leyenda,Alejandro llegó a las mismas puertas del jardín del Edén:

—Abrid la puerta —ordenó.—Esta es la puerta del Señor y solo a los justos se les permite entrar —respondió una voz desde arriba.—Soy un rey —dijo Alejandro—. Y soy lo suficientemente digno como para que se me dé algo. No me

enviéis de vuelta con las manos vacías.Y así, a Alejandro le dieron un ojo humano.

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Pensando que el ojo debía de ser valioso, lo puso en una balanza para pesarlo con oro y plata, pero, adespecho de las cantidades de metales preciosos que se trajeron, fue incapaz de juntar suficientes riquezascomo para inclinar la balanza. Alarmado, Alejandro reunió a los rabinos y les pidió que interpretaran aquelmisterio.

Los rabinos le explicaron al gran líder que, dado que aquel era un ojo humano, deseaba todo lo que sepudiera ver, y que, por tanto, no habría riquezas suficientes para equilibrar la codicia que representaba.

—¿Y cómo puede ser eso? —les desafió Alejandro.—Recoged un poco de polvo y cubrid el ojo con él —le pidieron los eruditos.Alejandro hizo lo que le habían sugerido e, inmediatamente, la balanza cayó al otro lado. Una vez cegado, la

codicia del ojo se debilitó.—En lo tocante a la codicia humana —dijeron los rabinos—, el ojo nunca está satisfecho.

A todas estas referencias se unen las profecías que hablan de Alejandro en el AntiguoTestamento; aunque no aparece su nombre en las descripciones, todas conducen con certeza a lafigura del conquistador:

Estará como señal y testimonio de Yahveh Sebaot en el país de Egipto. Cuando clamen a Yahveh a causa de losopresores, les enviará un libertador que los defenderá y liberará.

ISAÍAS 19, 20

Dos siglos más tarde, en el VI a.C., trescientos años antes de que naciera Alejandro, elprofeta Daniel predijo que llegaría un rey que ocuparía el trono de Salomón. Pero también predijoque el rey griego conquistaría el Imperio persa y que lo sucederían cuatro reyes de su mismolinaje. El profeta Joel, en el siglo V a.C., también vio a Alejandro en sus visiones.

Es imposible que el joven Jesús no hubiera conocido la figura de Alejandro: aparecía en loslibros sagrados e incluso los profetas hablaban de él, su legado era reconocible siglos después ysu influencia había transformado el mundo. Alejandro era omnipresente.

JESUCRISTO VERSUS ALEJANDRO MAGNO

Ha pasado mucho tiempo desde que partió de Britania. Camina por Damasco, el sol está en el cenit, cubre la cabezacon un turbante de lino, viste una túnica que ciñe con el cinturón de cuero que curtió bajo un roble britano. Verostros con exóticos rasgos, la ciudad está atestada por comerciantes y mercaderes llegados de Persia, Saba oHispania que parlotean en koiné, el dialecto griego legado de las conquistas de Alejandro y que une a los pueblosdesde la India hasta Egipto. Se tropieza con las jaulas que abarrotan las calles donde todo tipo de pájaros trinan ygraznan. La sombra de un halcón al sobrevolarlo le sobresalta, la rapaz se posa sobre el brazo de un cetrero que lesonríe descubriendo una dentadura donde faltan demasiadas piezas. Camina entre los puestos de frutas y verduras,se turba al llegar al mercado de carne, el hedor es nauseabundo. Las moscas zumban entre los pedazos de jabalí ycordero revoloteando y anidando sobre los charcos de sangre seca; se apresura para atravesar la pestilenteamalgama.

A una yarda ve dromedarios y camellos cargados con grandes alforjas balanceándose bajo las cargas deincienso y azafrán. De camino al caravasar, se detiene ante el puesto de un perfumista. Sobre su mesa, distintasvasijas y recipientes con ungüentos rodean un puñado de pequeñas botellas de vidrio que se entrelazan formando un

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caleidoscopio de hermosos colores, todas ellas guardianas de promesas de amor, de mensajes de amantes infielesy de recuerdos y anhelos. El propietario clama con desparpajo que posee las mejores esencias de rosa, narciso yjazmín, que sus ungüentos y pomadas guardan la belleza de Apolo y Afrodita.

Sigue caminando y un grupo de risueñas mujeres le ofrece sus encantos, sonríe con amabilidad, con afecto,sin lascivia. No están acostumbradas, se sienten libres por un instante y le devuelven la sonrisa como hace tiempoque no hacen; Jesús sigue su camino. Llega a la escalinata del templo mientras observa el ir y venir de los fieles yallí vuelve a oír el nombre de Alejandro.

Alejandro murió el 10 de junio del 323 a.C. en Babilonia. Y, tres siglos después, cuando nacióJesucristo, la figura del macedonio seguía siendo divinizada por judíos, griegos, egipcios,seléucidas, idumeos, babilonios, partos y persas.

Tuvieron que pasar setecientos años para que el cristianismo se convirtiera en la religiónoficial del Imperio romano, cuando así lo decretó el emperador Teodosio con el edicto deTesalónica el 27 de febrero del 368 d.C. Pero, aun así, Alejandro seguía apareciendo en laimaginería de muchos de los primeros cristianos.

A medida que el cristianismo se fue haciendo más popular, los obispos intentaron acabar conlos antiguos cultos. Cometido muy difícil, pues mucha gente aún conservaba su fe en los dioses delpasado. Y muchos se dieron cuenta de que la nueva fe no era realmente algo tan nuevo, sino latransformación de las antiguas creencias.

Jesucristo y Alejandro, dos seres divinos, se enfrentaron en una épica lucha espiritual en laque la manipulación y la conspiración fueron las protagonistas.

Todo empezó con el obispo Osio de Córdoba, que aleccionó a Constantino contra lospaganos. Osio había visitado Alejandría, donde descubrió la veneración a la tumba de Alejandro.Se sobrecogió al ver como los ciudadanos, tanto paganos como cristianos, habían transformado ellugar del eterno reposo de Alejandro en un santuario.

Al obispo le fue fácil convencer a Constantino de la conveniencia de luchar con ahíncocontra el paganismo, ya que no solo la tumba de Alejandro era venerada, en otros lugares como elSerapeo los paganos seguían fervorosamente antiguos cultos en los que los dioses egipciosestaban unidos a las deidades griegas. Constantino seguía siendo pagano, aún era sumo sacerdotedel Sol Invicto, pero la conveniencia de tener a los cristianos a su favor lo llevó a permitir laquema de algunos textos y templos que atentaban contra la nueva fe.

El emperador sabía que el paganismo continuaba vivo en muchos rincones de su imperio yque sus seguidores acudían a cuevas, manantiales, montañas, y espesos bosques y grutas paraseguir su tradición. Los paganos poseían miles de lugares sagrados donde contactaban con losdioses, donde lo intangible se volvía tangible, y eso debía cambiar. Pero estos santuarios nopodían ser destruidos de igual forma que se quemaban templos y se demolían estatuas. Lo másinteligente era absorberlos y reconvertirlos al credo cristiano.

En Roma, el templo de la diosa Minerva se convirtió en la basílica del mismo nombre, enBritania y la Galia se edificaron iglesias en lugares donde los celtas veneraban a sus dioses, enOriente Medio Jesucristo adquirió los rasgos de dioses solares como Mitra y Helios. EnAlejandría, en el año 350 d.C., cerca del lugar de reposo de Alejandro se había levantado un

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templo, el Cesáreo, por orden de Cleopatra en honor a Julio César. Allí cada año se celebraba unaceremonia en honor a Saturno, festividad que detestaba el patriarca de la ciudad, el obispoAlejandro, que decidió abolirla. No obstante, los habitantes de la ciudad se enfrentaron al obispoy lo obligaron a adquirir el compromiso de que los alejandrinos seguirían manteniendo el lugar deculto y sus festividades a cambio de honrar a san Miguel. Y así fue establecido.

Pero transformar la veneración de las tumbas no era posible, ya que para los paganos eranlugares especialmente sagrados, umbrales al otro mundo. El Mausoleo de Halicarnaso o lastumbas de los faraones eran prueba de ello. Allí, los que habían nacido hombres se convertían endioses al traspasar las puertas del más allá.

La tumba de Alejandro era la más venerada de todas, y miles de peregrinos continuabanacercándose al lugar donde estaba su mausoleo, aunque no se podía acceder a su interior desdeque el emperador Séptimo Severo la sellara en el año 200 d.C.

El cuerpo del rey macedonio permanecía desde hacía más de seis siglos momificado,ataviado con su armadura en un sarcófago traslúcido de alabastro. Nadie dudaba de ello, no era unmito, su cuerpo permanecía allí y durante siglos se le habían rendido honores. No habíadesaparecido tras su muerte como ocurrió tras la resurrección de Jesucristo.

Fue entonces cuando Osio y Constantino se dieron cuenta de que el cristianismo no poseíaningún lugar tan importante y con una dimensión tan divina y cercana al creyente. Por ello,aprovechando el Concilio de Nicea, el emperador se reunió con Macario, el obispo de Jerusalén,y con Osio, que presidía el concilio.

No era la primera vez que Constantino tramaba un acuerdo secreto, un pacto para transformarlas creencias del imperio, y decidieron que Macario debía encontrar la tumba de Jesucristo paracompetir contra Alejandro.

El obispo Macario regresó a Jerusalén y, sorprendentemente, en unas semanas encontró ellugar que durante más de trescientos años había permanecido en el olvido; sin que ninguna señal,inscripción o símbolo marcara el sepulcro, el obispo dio con él. Macario no pudo aportar ni unasola prueba que certificara que aquel sepulcro, cerca de Gólgota, era el que José de Arimateacedió a Jesucristo. Simplemente marcó el que más le convenía para su cometido. Un éxitoapabullante.

Constantino mandó construir una iglesia sobre el lugar. Acababan de crear, sin temblarles elpulso, el lugar más importante de la cristiandad.

El Santo Sepulcro ya tenía forma.

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4

EL HINDUKUSH

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Cumbres perpetuamente nevadas lo acompañan desde hace días. El viento lo azuza, se protege del frío con una pielde cordero, lleva semanas caminando junto a los mercaderes. Al primer grupo lo conoció en Damasco, se enrolóofreciendo su trabajo a cambio de comida y seguridad, sabía que no era adecuado recorrer en soledad los caminos.

Sus constantes paradas en busca del legado de Alejandro lo han hecho cambiar en muchas ocasiones decompañeros de viaje. Sigue la estela del conquistador guiado por un mismo fin, llegar a la India. Desde que salió deBritania ha recorrido una larga distancia, ha cruzado la Galia y Dalmacia hasta llegar a Pella, el hogar de Alejandro.También ha estado en Mieza, donde el conquistador conoció, de manos de Aristóteles, la Ilíada. En Ancira,comprobó que los gálatas tenían costumbres que ya había visto antes en Glastonbury, y compartió lo aprendido consus sacerdotes. Visitó Gordio, se encaminó hacia las puertas de Cilicia para llegar a Issos y de allí a Damasco,donde se embarcó en las caravanas que encontró a cambio de trabajo. Siempre eran bien recibidos entre losmercaderes los jóvenes con ganas de aprender.

Todos los caravaneros que lo han conocido lo aprecian y se ha granjeado la amistad de muchos de ellos. Sucarácter es afable y risueño, tiene fuertes brazos y siempre está dispuesto a ayudar. Se ha convertido en el sanadoral que todos recurren, cura las heridas usando los conocimientos que adquirió en Britania. Macera plantas parahacer brebajes con los que sosegar a los inquietos, hace emplastos con los que sana heridas infectadas, cubre loslabios cuarteados con finas capas de aceite y calma dolores haciendo masticar corteza de árbol. Muchos ven en élalgo diferente; su mirada, su forma de caminar, su tono de voz, no pertenecen a un joven adolescente. Todos losque lo conocen demandan su atención y le piden que se quede con ellos.

Pero su destino está cerca, ha caminado junto a buenos hombres, de los que guardará un grato recuerdo. A sulado ha atravesado el Tigris y el Éufrates, el jardín del Edén de sus antepasados, ha recorrido Opis, Ecbatana,Hecatómpilos, Alejandría de Aria y Alejandría de Aracosía, la roca Sogdiana. Pero ya ha cruzado el Paropamiso yotro viaje da su inicio.

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India es un mundo vasto y complicado, de muy difícil comprensión para el occidental, paradójicoy contradictorio. Aún hoy, sus rituales sagrados nos sorprenden y hacen agitar nuestrospensamientos. Sus costumbres son extrañas y sus exóticas ceremonias están lejos de sercomprendidas por la gran mayoría, que ignora que la cultura occidental y oriental estánintrínsecamente unidas. Forman una urdimbre en la que se unen el acervo científico, antropológicoy teológico de las civilizaciones.

La diversidad geográfica de sus territorios es apabullante, desde los hielos perpetuos de lascumbres del Himalaya hasta las selvas tropicales más densas donde los rayos del sol jamás lograntocar el suelo. La diversidad de sus pobladores incluye arios, drávidas, mongoles, etc. Todosellos divididos en numerosas ramas y pueblos, y esto ya era así en tiempos de Jesucristo. Aunquehace dos mil años el rompecabezas tribal era mucho mayor. Dialectos diferentes que convertíanlas tierras más allá del Imperio romano en una Babel bíblica donde la mitología era el medio paracomprender el devenir del tiempo, y las diosas y dioses eran asimilados por los pueblos en unincesante trasiego místico.

La propia Roma asimiló los dioses griegos que, a su vez, había hecho suyos el panteón dediferentes civilizaciones. Al analizar los cuentos y leyendas mitológicos griegos, al remontarnosen busca de sus fuentes, descubrimos que los pensadores y artistas griegos se inspiraron en losmitos y creencias de las tradiciones mesopotámicas, egipcias e hinduistas.

El joven Jesús, en su irrefrenable afán por aprender y poseedor de un espíritu incansable,llegaría a la India dos años después de embarcar en Cesarea.

José de Arimatea seguiría viajando de Palestina a Britania y su madre, sentada en el alféizarde la puerta, esperaría su regreso. Su pueblo aguardaría la llegada del Mesías.

«¡ESTOS LIBROS DICEN QUE VUESTRO JESÚS ESTUVO AQUÍ!»

¿Existen documentos que confirmen que Jesucristo atravesó la cordillera del Hindukush y quepasó varios años en la India, Nepal y Tíbet? La respuesta vuelve a parecer obvia: no.

Pero, como hemos visto, la vida conocida de Jesucristo es una amalgama de mentiras,tergiversaciones, manipulaciones, errores y conspiraciones que han querido ocultar la parte másimportante de su vida, la que le dio la formación como hombre para transformarlo en el hijo deDios.

Son varios los testimonios que confirman que existen textos milenarios que documentan condetalle su viaje a Oriente, manuscritos de los que la Santa Sede posee copias que mantieneocultas, manipulando así la verdad para salvaguardar sus estamentos.

El Archivo Secreto Vaticano esconde, entre miles de libros y manuscritos sepultados entredos mil años de historia, sesenta y tres legajos escritos en arcaicas lenguas orientales que esperanver la luz para transformar la historia.

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Son un arbusto de espinas oculto entre una arboleda de secretos, y el más frondoso bosque esel archivo secreto del papado. La Santa Sede se ha mofado en muchas ocasiones de losinvestigadores que subrayan que esta inmensa biblioteca guarda algunos de los secretos másimportantes de la humanidad.

Se defienden de este tipo de acusaciones expresando que todo es más privado que secreto, eincluso que la palabra en latín secretum no significa secreto sino privado o personal. La realidades que ocultan todo tipo de pruebas sobre conspiraciones y manipulaciones. El secretismo llevasiglos instalado en el Vaticano.

La lista de documentos que esconden sus 85 kilómetros de estanterías es incalculable.Algunos han podido ser consultados tras muchas trabas, como el pergamino de Chinon, en el queaparecen las acusaciones vertidas por la Santa Inquisición contra los caballeros de la Orden delTemple, pero también su absolución por parte del papa Clemente V. También hay notas sobre eljuicio a Galileo Galilei, cartas de Carlomagno, Voltaire, Descartes y Miguel Ángel; documentossobre exorcismos realizados entre las paredes del Vaticano, los archivos sobre la misteriosamuerte de Juan Pablo I, que falleció en extrañas circunstancias tan solo treinta y tres días despuésde convertirse en papa; textos con la categoría de Secreto Pontificio a los que solo el papa puedetener acceso, alguno de los cuales es tan extraño como el que tiene que ver con la enigmáticaconversación que mantuvo el papa Juan Pablo II en diciembre de 1982 con Ali Agca, el hombreque intentó asesinarlo en la plaza de San Pedro siete meses antes.

Entre los secretos mejor guardados, con una férrea prohibición de ser consultados, están losque tienen que ver con la enigmática relación entre el papa Pío XII y Hitler. Pero los archivos máspeligrosos son los evangelios y las cartas de los primeros cristianos, entre ellos los textos queconfirmarían el peregrinaje de Jesucristo a la India. Documentos que podrían hacer caer, como uncastillo de naipes, a la Iglesia católica.

El primero en documentar la existencia de estos documentos fue Nicolás Notovitch,periodista y explorador que se aventuró, a finales del siglo XIX, a recorrer las regiones del nortede la India.

A su regreso publicó La vida secreta de Jesús; allí desvelaba que en su viaje descubrió, enel monasterio de Hemis, la copia de un antiguo manuscrito budista cuyo original se encontraba enLhasa, la capital del Tíbet, que afirmaba que Jesús vivió en la India durante varios años. Pero nosolo él tuvo el privilegio de leer los citados textos. Varias décadas después otros corroboraron suhistoria.

El yogui Swami Abhedananda publicó una traducción de los manuscritos en 1929, quecoincidía con los de Notovitch. Años después, Nikolái Roerich descubrió y confirmó los mismosversos. Y, por último, los lamas del monasterio de Hemis se los mostraron de nuevo, en 1939, aElisabeth Caspari y a su compañera asegurándoles que «estos libros dicen que vuestro Jesúsestuvo aquí».

ATRAVESANDO EL INDO

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Mira hacia la otra orilla, las fangosas aguas del Indo lo separan de las ruinas de Alejandría de Oxiana, la última delas ciudades fundadas por Alejandro Magno. Lo ha cruzado a bordo de una pequeña y ligera embarcación circularconstruida con pieles y listones de madera que solo había visto en su estancia en Britania cuando cruzó el río quebordeaba Londinium y navegó por las marismas de Glastonbury, junto a José de Arimatea.

El delgado pescador saca el bote del agua y lo carga a su espalda. Jesús no entiende sus palabras, pero susonrisa y sus gestos son inequívocos. Lo acompaña hasta su hogar y se instala unos días junto a la familia. Sabe quetiene que descansar, le queda un largo camino por recorrer.

Se lava las manos y la cara usando una jofaina, se sienta en el suelo junto a sus anfitriones, intercambiasonrisas y miradas cómplices. Está orgulloso, se siente feliz, ha cruzado uno de los grandes ríos, el Indo.

Su anfitrión lo instruye, durante los pocos días que pasa en su chamizo, en el arte de la pesca y aprende alanzar las redes. Comparte la mesa y degusta alimentos que jamás había visto. Descubre costumbres muydiferentes, pero siente que está unido a ellas.

Solo tiene catorce años, pero sabe que tendría que estar casado según la costumbre de su pueblo y quedebería estar estudiando en casa, recitando los versículos sagrados y honrando a sus padres. Pero piensa para símismo que todo eso ya lo está haciendo. Está casado con su destino, jamás podría haber aprendido tanto si sehubiera quedado en Galilea y, además, sabe que su familia está orgullosa de él porque no se ha dejado vencer por elmiedo y ha seguido el dictamen de su corazón.

El pescador lo acompaña hasta el final del sendero, los días han pasado rápido, junta sus manos a la altura delpecho, sonríe e inclina la cabeza, se despide de su anfitrión. El desierto se abre ante él.

Se une a un grupo de pastores, algunos conducen ovejas y otros dromedarios, y camina junto a ellos durantedías. Aprende algunas palabras de su lengua gracias al líder del grupo que conoce el griego y el arameo. El curtidocapataz ha descubierto su indómito carácter, ha estrechado sus manos y ha visto que sus palmas están cubiertas decallos delatando que ha tensado cuerdas y levantado pesadas cargas. El pastor le habla de sus viajes a Palestina y aSephoris, y de Jerusalén. Jesús siente que las fronteras no existen.

A pesar de la aridez, los pozos de agua salpican el camino, más de cincuenta cabezas conforman el rebañoque se dirige a la feria. Durante tres semanas los pastores han defendido a la manada del ataque de enormes leones.Jesús se siente uno más del grupo.

A lo lejos se alza una enorme polvareda, es una señal inequívoca, los pastores sonríen, saben que están cercadel pueblo y que decenas de caravanas han cruzado el gran desierto de Thar para llegar a la feria.

Jesús está emocionado, han arribado en luna llena y durante cinco días descubrirá algunos de los secretos dela India.

El trajín es incesante; los hombres compran y venden su ganado, las mujeres engalanadas con pulseras ypendientes pululan entre los puestos de telas.

La música lo guía hasta una niña que danza, se arrodilla ante ella, su piel morena destaca bajo un hermoso sarirojo que le cubre parte de la brillante cabellera negra como el azabache. Las pulseras y collares tintinean mientrasella gira sin cesar, como si levitara, mientras su padre, sentado a su lado, arranca una vibrante melodía de surudimentario sanrandi.

Continúa su deambular y ve acróbatas que atraviesan aros tachonados de afilados cuchillos, encantadores deserpientes como los que vio en Damasco y magos que suben por cuerdas suspendidas de la nada.

Ha llegado la noche, el silencio es roto por el crepitar de las ascuas y, sentado en la ladera de la montaña, veel reflejo de las hogueras en el lago sagrado. Se tumba sobre el manto que lo acompaña desde hace meses, mira alcielo y ve la perfecta alineación de las estrellas que lo orientan.

Mañana iniciará el camino en solitario.

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EL AVENTURERO

Nicolás Notovitch fue un periodista aventurero que, en 1878, tras finalizar la guerra entre Rusia yTurquía, que cubrió como corresponsal, decidió emprender una serie de viajes antropológicos yarqueológicos por Oriente, el propósito de los cuales era conocer las costumbres de los pueblosde la India y el Tíbet y, de paso, encontrar fortuna y gloria:

Finalizada la guerra ruso-turca emprendí una serie de viajes por Oriente. Después de haber visitado todas laslocalidades más o menos interesantes de los Balcanes, crucé el Cáucaso en dirección a Asia Central y Persia.Finalmente, en 1887 partí para la India, el más extraordinario de los países, el que tanto me había atraídodesde la más temprana edad.

NICOLÁS NOTOVITCH

El recorrido de Notovitch fue similar al que hicieron el joven Jesús, Alejandro Magno yMarco Polo siglos antes a través de la Ruta de la Seda.

Algunos de los ramales comerciales que habían formado parte de la más importante rutacomercial de Oriente continuaban abiertos, y muchas de las ciudades que formaban parte de laantigua ruta se mantenían como hitos que marcaban el camino. Notovitch, sin saberlo, seguía lospasos de Jesús, porque esta sería en gran medida la ruta que marcó su peregrinaje hacia la India.

La mítica ruta comenzaba en Xi’an y atravesaba, a lo largo de más de siete mil kilómetros,los actuales Afganistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kazajistán, Kirguistán, Irán, Irak,Siria y Turquía hasta llegar a Constantinopla. La realidad es que surgían de ella otras rutas hacialos cuatro puntos cardinales que atravesaban las montañas del Himalaya, cruzaban desiertos comoel de Taklamakán o el Gobi, y llegaban por mar hasta Japón y Corea. Se podían alcanzar losconfines de la tierra siguiendo las caravanas.

Mucho antes de que Jesucristo llegara a la India, comerciantes, sacerdotes, diplomáticos,soldados y aventureros iban y venían sin cesar a lomos de sus caballos, en las jorobas de suscamellos y también a pie.

El germen de la Ruta de la Seda hay que buscarlo cinco siglos antes del nacimiento de Jesús.En el antiquísimo Camino Real abierto por el rey persa Darío I, durante el Imperio aqueménidaque unía la ciudad de Susa en Persia con la de Sardia a orillas del mar Mediterráneo (actualTurquía).

A partir de ese momento, sus sucesores crearon ramales que conectaron Egipto, Libia yPalestina, y llegaron a crear una tela de araña que llegaba hasta la India, impulsando así elcontacto, no solo comercial sino también cultural, entre Asia, Mesopotamia y el Mediterráneo.

Pero, una vez más, es Alejandro Magno quien tiene la clave. El conquistador expandió sureino usando como columna vertebral el primitivo Camino Real; ese fue el primer paso en lacreación de la Ruta de la Seda. Alejandro y sus hombres llegaron en el verano del año 329 a.C. aSogdiana, la actual Tayikistán, y fundó Alejandría Escate, la Alejandría más apartada y lejana.

La ciudad se convirtió más tarde en una parada importante en la Ruta de la Sedaseptentrional. Los hombres de Alejandro helenizaron la región y abrieron nuevas rutascomerciales, lo que dio lugar a los primeros contactos conocidos entre China y Europa. Con el

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paso del tiempo, crearon vías marítimas que surcaron el mar Arábigo y unieron puertos desdeEgipto hasta la India que servían para comerciar con pueblos que estaban más allá de la cordilleradel Himalaya.

Siglos después, el emperador chino Wu, de la dinastía Han, envió a un diplomático, ZhangQian, a recorrer Asia. Tenía un ambicioso proyecto: buscar aliados y extender sus dominios, porlo que durante trece años viajó sin cesar e informó al emperador de las posibilidades que había sise afianzaba una ruta comercial con los pueblos con los que había entablado contacto. De estemodo, se abrió por primera vez una vía de comunicación oficial entre China y el resto del mundo,aunque desde los tiempos de Alejandro Magno, e incluso antes, ya existía el contacto comercialentre los pueblos de Oriente y Occidente.

En el siglo V a.C., la seda china ya era conocida en la antigua Grecia y otras regiones delCáucaso y Mesopotamia. El historiador griego Ctesias habla de ella usando la palabra seres alreferirse a un antiguo pueblo de Asia Central, pues creía que ellos eran los que conocían elsecreto de la producción de seda. De ahí podría surgir el nombre de seda y Plinio el Viejo losdescribía así en el siglo I d.C.:

Más allá de los montes Emodio, se encontraba el pueblo de los Seres, que eran conocidos por el comercio. Elde Raquias había llegado hasta allí y a su llegada los seres habían acudido a su encuentro. Eran individuosaltos, de cabellos rubios y con los ojos azules, tenían la voz rauca y su lengua no era muy adecuada para elcomercio.

En tiempos bíblicos, la seda era conocida y las rutas que llevaban hacia ella también, por loque sin duda Jesús pudo usar esta vía comercial con todas las ventajas que ello suponía. Tanto elAntiguo como el Nuevo Testamento se refieren a la seda como una de las telas más preciadas:

Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina detrigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar.

EZEQUIEL 16, 13

Mercadería de oro, plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, detoda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y demármol.

Apocalipsis 18, 12

Notovitch, como siglos antes había hecho Zhang Qian, no siguió un rumbo fijo, e iba vagandocomo un nómada de un lugar a otro. Viajó usando todo tipo de transportes y contrataba guías que leservían de intérprete. Atravesó las montañas de Afganistán a través de los pasos de Bolán yGuernaï, y llegó a la lndia.

Durante su estancia conoció a numerosos budistas; algunos de ellos regresaban de visitar elTíbet. Lo que le relataron despertó su curiosidad, por lo que decidió emprender un nuevo viajepara descubrir la vida en los monasterios budistas que estaban desperdigados en las cumbres delas montañas del Himalaya.

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En tren llegó a Rawalpindi, recorrió el Punjab, la tierra de los cinco ríos, y visitó el TemploDorado de Amritsar, desde donde se trasladó a Cachemira y después a Ladak:

El día 27 de octubre de 1887 por la mañana, el señor Notovitch partió de Srinagar para dirigirse hacia el Tíbet,añadiendo a su comitiva un gran perro que ya había acompañado a los famosos exploradores Capus, Pepin yBon Valot.

Después de llegar a la cadena montañosa que separa el valle del Cachemira del desfiladero del Sind, elgrupo se vio obligado a gatear casi todo el camino para alcanzar una cima de mil metros de altura, losportadores estaban completamente exhaustos debido a la carga y al miedo de resbalar por la empinadapendiente.

El grupo de viajeros cruzó la frontera de Ladak o el pequeño Tíbet, quedando muy sorprendidos de hallargentes dulces, felices, que ni sabían qué era una pelea ni encontraban gusto en ella.

VIRCHARD R. GANDHI

Durante jornadas exploró los alrededores de la capital, Leh, desde la provincia de Ladak. Ensus expediciones, llegó a la gompa de Mulbekh, uno de los muchos monasterios que visitaríadurante las semanas que pasó entre las altas cumbres.

Allí escuchó por primera vez las historias sobre los viajes de Jesús y allí fue donde florecióla idea de encontrar su huella. Vio la fortuna y la gloria al alcance de su mano:

LAMA: El único error de los cristianos es que, tras haber adoptado la gran doctrina de Buda, se separaroncompletamente de él y crearon un Dalái Lama distinto.

NOTOVITCH: ¿Quién es el Dalái Lama de los cristianos de quien habla? Nosotros tenemos un Hijo de Dios(Jesús) al cual nos dirigimos en nuestras fervientes oraciones y al que recurrimos para que interceda pornosotros ante nuestro Dios único e indivisible.

LAMA: No es de quien hablo, sahid. Nosotros también respetamos a aquel que reconocéis como el Hijodel único Dios, pero no lo vemos como único hijo, sino como un ser perfecto elegido entre todos. El espíritude Buda encarnó en la sagrada persona de Issa (Jesús), quien sin ayuda de fuego ni espada vino al mundo paradifundir nuestra grande y verdadera religión. De quien les hablo es de su Dalái Lama terreno, aquel a quien seda el título de padre de la Iglesia (el papa). Aquí está el gran pecado.

NOTOVITCH: Usted acaba de decirme que, precisamente, un hijo de Buda, Issa, fue escogido para difundirsu religión. ¿Quién es?

LAMA: Issa es un gran profeta, uno de los primeros veintidós Budas; el más grande de todos los Dalái Lamaporque constituye una parte de la espiritualidad de Dios.

NICOLÁS NOTOVITCHLa vida del Santo Issa

El lama superior le explicó con locuacidad que en el monasterio de Lhasa existíandocumentos muy antiguos que trataban sobre la vida de Jesús en Oriente y que los monasteriosbudistas más importantes poseían copias de ellos:

Los rollos principales fueron compilados en la India y Nepal al largo de diferentes épocas, están en Lhasa ennúmero de varios miles. En algunos monasterios importantes hay copias.

NICOLÁS NOTOVITCHLa vida del Santo Issa

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La emoción lo embargaba, su única idea era poder ver los textos y confirmar su existencia.En su camino llegó a Lamayuru y se acercó a su monasterio en busca de alojamiento, donde fuerecibido con amabilidad por los monjes. Les preguntó si poseían documentos que hablaran deIssa, pero los lamas le informaron que en su biblioteca solo albergaban tratados sobre laobservancia religiosa y que las biografías de sus santos se guardaban en los monasteriosimportantes.

Supo que uno de los monasterios más importantes estaba en Leh, a no más de 150 kilómetros.Así que subió a su caballo y junto a su intérprete se encaminó al monasterio de Hemis, quealbergaba una de las bibliotecas más relevantes.

Notovitch llegó días después, justo en el momento en que iba a dar inicio uno de los ritualesmás importantes.

Aunque Notovitch no apunta el nombre de la celebración en su libro, sin duda alguna debióde haber presenciado una de las representaciones que se celebran el 23 y 24 de junio queconmemoran el nacimiento de lord Padamsambhav, el gurú Rimpoche que según la tradiciónvenció a las fuerzas del mal con la ayuda del budismo Vajrayana.

Tras disfrutar del sorprendente ritual, se dirigió al superior de los lamas del monasterio parapedirle que le hablara sobre los textos que hacían referencia a Jesucristo.

Fue recibido con cortesía, pudo conversar afablemente con el lama rector y le confirmó queposeían copias de los textos y que, incluso, atesoraba una traducción.

El lama le explicó que el nombre de Issa era muy respetado entre los budistas, que existía unnúmero infinito de Budas parecidos a Issa y que entre los ochenta y cuatro mil rollos que habíaabundaban datos sobre ellos. La norma establecía que cada discípulo o lama que visitase Lhasadebía regalar al convento al que pertenecía una o más copias de los manuscritos que hablaban delos santos budistas:

Nuestro monasterio posee un gran número de ellas, algunas contienen descripciones de la vida y obra de BudaIssa, el cual predicó las sagradas doctrinas en la India y entre los hijos de Israel.

NICOLÁS NOTOVITCHLa vida del Santo Issa

El periodista le preguntó si sería un acto pecaminoso leer aquellas copias, a lo que el lamamanifestó:

Lo que pertenece a Dios pertenece también al hombre, nuestro deber nos obliga a colaborar con buenavoluntad a la propagación de sus doctrinas. Solo que yo no sé en qué lugar de nuestras bibliotecas puedenencontrarse estos rollos. Si alguna vez vuelve usted a visitar nuestra gompa será un placer mostrárselos.

NICOLÁS NOTOVITCHLa vida del Santo Issa

El lama pensaba que la dificultad de llegar al templo haría desistir al explorador en suempeño. Días después, Notovitch emprendió camino hacia Cachemira, volvería a Hemis, pero nodeseaba levantar sospechas con su insistencia, así que tomó la decisión de pasar unas semanas

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alejado del monasterio. Pero el destino se puso de su parte de camino a otra gompa, la de Pintak;su caballo resbaló, lo arrojó al suelo y se fracturó una pierna, así que vio la oportunidad perfectapara pasar su convalecencia en Hemis:

Había concebido el proyecto de llegar a Cachemira y en un momento posterior partir desde allí a Hemis, peroel destino lo ordenó de otro modo. Pues al pasar ante la colina de Pintak, mi caballo tropezó y caí al suelocon tal violencia que me fracturé la pierna derecha por debajo de la rodilla. Por tanto, me era imposible miviaje y, como no tenía ningún deseo de regresar a Leh o de pedir hospitalidad en la gompa de Pintak (un lugarpoco saludable), ordené que me llevaran a Hemis, donde pude llegar tras medio día de lento viaje.

De forma improvisada me entablillaron la pierna fracturada, operación que me produjo un intensosufrimiento, y me pusieron sobre mi silla, mi culi llevando el caballo de la brida, mientras otro me sujetaba lapierna. Cruzamos el umbral de Hemis a una avanzada hora de la noche. Enterados de mi accidente, todossalieron a recibirme. Me condujeron con gran cuidado al mejor de sus aposentos…

NICOLÁS NOTOVITCHLa vida del Santo Issa

Durante ese tiempo pudo entablar una relación más estrecha con los lamas, hasta el punto deganarse su confianza y obtener el ansiado permiso para estudiar los misteriosos documentos sobrela vida de Jesucristo:

[...] me trajo dos libros encuadernados cuyas grandes hojas de papel el tiempo había amarilleado. Fueentonces cuando me leyó la biografía de Issa [...].

NICOLÁS NOTOVITCHLa vida del Santo Issa

Los textos que vio Notovitch eran una copia de los originales, que se encontraban en laresidencia del Dalái Lama en Lhasa. La copia que examinaba el explorador estaba escrita enlengua pali sobre hojas de abedul.

El corazón debía de palpitarle con fuerza mientras con devoción los observaba. Su intérpretese los iba traduciendo para que él pudiera transcribirlos.

Los textos describían la vida de Jesucristo no solo en la India sino también los pasajes de sunacimiento y crucifixión. Lo allí escrito podía transformar la historia radicalmente.

Así que, a su regreso a Europa, sabiendo que los textos eran muy importantes, concertódiversas entrevistas con algunos de los líderes eclesiásticos de la ciudad de Kiev para que ledieran su opinión sobre sus descubrimientos.

Como era de esperar, algunos de ellos —como monseñor Platón—, intentaron disuadirlo deque los diera a conocer y lo amenazó de manera velada. Notovitch pensó sobre ello y prefiriómantenerlos ocultos, al menos durante un tiempo. Un año después llegó a Roma, donde se reuniócon uno de los cardenales más importantes —del que nunca se reveló el nombre— y le mostró lostextos. Este misterioso cardenal intentó comprar los manuscritos por una suma muy importante,pero Notovitch no cayó en la trampa.

Más tarde se traslada a París y habla con el cardenal Rotelli, del que, airado, vuelve aobtener una respuesta perniciosa: «La iglesia sufre demasiado por la nueva oleada de pensamientoateo. Solo conseguirá dar nuevo pasto a los detractores y calumniadores de la doctrina evangélica.

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Se lo digo en interés de toda la Iglesia cristiana».A pesar de las amenazas y los diversos intentos de soborno, nadie consiguió disuadirlo de su

objetivo. Había consultado a numerosas personalidades de la Iglesia, y de todas ellas habíaobtenido respuestas crípticas y pérfidas. Así que se decidió a publicar los documentos. Pidióorientación al filósofo y librepensador Jules Simon, que había sido primer ministro de Francia.Simon encontró muy interesante su relato, así que le recomendó que contactara con el afamadoescritor, historiador y filósofo Ernest Renan, que en 1863 ya había publicado una novela muycontrovertida titulada Vida de Jesús. En ella dejaba de lado la divinidad del Mesías y lo retratabacomo a un anarquista:

Lo que distingue, en efecto, a Jesús de los agitadores de su época y de todos los siglos es su perfectoidealismo. En ciertos aspectos, Jesús es un anarquista, porque no tiene ninguna idea del gobierno civil. Estegobierno le parece pura y simplemente un abuso.

Los milagros son de esas cosas que no ocurren nunca, solo las personas crédulas creen verlos, no se puedecitar uno solo que haya ocurrido ante testigos capaces de comprobarlo, ninguna intervención particular de laDivinidad ni en la confección de un libro ni en ningún otro tipo de acontecimiento ha sido jamás probada.Desde el momento en que se admite lo sobrenatural, se está fuera de la ciencia.

ERNEST RENAN,Vida de Jesús

La obra de Renan, por supuesto, fue recibida con ira por el clero, que se alzó en su contra yla condenó como blasfema. Se prohibió su lectura a los fieles y se incluyó en el Index librorumprohibitorum, la lista que contenía los libros o publicaciones que la Iglesia católica considerabaperniciosos y que un buen católico no podía leer.

Este índice fue creado en 1559 por la Sagrada Congregación de la Inquisición de la Iglesiacatólica romana. Incluía obras de Giordano Bruno, Descartes, Diderot, Balzac y Sartre, entreotros. Incluso libros específicos como La vida del Lazarillo de Tormes, Madame Bovary o ElGran Diccionario Universal Larousse del siglo XIX.

La última edición del índice data de 1948 y, aunque se incorporaron títulos hasta 1961, unadisposición de 1966 decretó que no se siguiera renovando.

Notovitch conocía la polémica que se había creado alrededor de Vida de Jesús, la novela deRenan. Seguramente la habría leído y conocería las lapidarias sentencias que los más importanteslíderes eclesiásticos de toda Europa habían vertido sobre él:

Ernest Renan es el mayor de los blasfemos europeos.

PÍO IX

El impío racionalista escéptico y panteísta sr. Renan ha arrancado un grito unánime de dolor e indignación a lasociedad cristiana.

TOMÁS SIVILLA,obispo de Gerona

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Notovitch se reunió con Renan y este le propuso que le dejara el manuscrito para revisarlo ypoder realizar un informe que, posteriormente, presentaría a la Academia para su valoración. Noobstante, Notovitch decidió llevárselo con la excusa de revisarlo de nuevo antes de entregárselo.Preveía que, si aceptaba la propuesta, su nombre quedaría relegado a un segundo plano, así quedejó pasar el tiempo y lo publicó a la muerte de Renan:

Vi enseguida que si aceptaba solo tendría el honor de haber descubierto la crónica, mientras que el ilustreautor de la Vida de Jesús se llevaría todo el prestigio a través de los comentarios y la publicación. Por tanto,como me consideraba suficientemente preparado para publicar la traducción de la crónica y prepararla conmis notas, rehusé amablemente la oferta que así me hacía. Sin embargo, para no dañar en modo alguno lasusceptibilidad del gran maestro, a quien respetaba profundamente, decidí esperar a su fallecimiento, tristeacontecimiento que preveía, a juzgar por su estado de salud, debilitado, que no podía hallarse lejano.

NICOLÁS NOTOVITCH

El libro vio al fin la luz en 1894 y Notovitch lo tituló La vida secreta de Jesús; en él incluíael texto La vida del Santo Issa; el mejor de los hombres, que era el texto que había visto ytraducido durante su estancia en el monasterio de Hemis.

El éxito fue apabullante, en menos de un año se publicaron varias ediciones en Francia, seeditó en Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, España e Italia. Pero, al igual que le ocurrió aRenan con Vida de Jesús, el libro levantó ampollas y los medios de comunicación se cebaron conél tildándolo de mentiroso, embaucador, y de buscar únicamente fama y fortuna. Muchos creíanincluso que ni siquiera había visitado las escarpadas montañas del Himalaya.

Incluso Edward Hale, pastor de la Iglesia de la Congregación del Sur en Boston, y que añosdespués fue nombrado capellán del Senado de Estados Unidos, creía que el monasterio de Hemisno existía y que todo había sido una gran farsa.

Otras voces siguieron alzándose en contra de Notovitch, como la del alemán Max Müller,reconocido filólogo de la Universidad de Oxford y experto en libros sagrados hinduistas. Müllerpublicó una feroz crítica en la que expresaba su total convencimiento de que el libro de Notovitchera un fraude. Lo desacreditaba con varias referencias, pero hacía especialmente hincapié en undato que parecía el clavo definitivo para sellar el ataúd de La vida del Santo Issa. Según Müller,era prácticamente imposible que los textos que hablaban de Jesucristo no estuvieran incluidos enla lista de textos sagrados del budismo que forman el Kangyur, la traducción de la palabra, y elTengyur, la traducción de los tratados. Pero eso era algo que Notovitch ya había avanzado. Losversos que hablaban sobre Jesucristo no estaban agrupados, por lo que iba a ser muy complicadoque aparecieran como un solo documento y no formando parte de una recopilación:

[…] están esparcidos en más de un libro.

NICOLÁS NOTOVITCH

Notovitch aportó en su defensa otro dato muy importante que Müller conocía pero quehábilmente ocultó cuando publicó su crítica en la revista Nineteenth Century. Y es que el Kangyury el Tengyur contienen una mínima parte de los textos que forman la literatura budista.

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Asimismo, existen otras colecciones sagradas que reúnen miles de textos budistas, como porejemplo el Vinaya Pitaka o cesto de disciplina. Estos escritos conciernen al Sangha, las reglas dedisciplina de Buda para los monjes y las monjas, e informan sobre la fundación y la historia de losprimeros monasterios.

El Sutta Pitaka, o cesto de los discursos, contiene los suttas o sermones, que son lashistorias de Buda y sus primeros discípulos, donde se define su doctrina y las prácticas necesariaspara alcanzar el nirvana.

El Abhidbamma Pitaka, o cesto de la razón, también está repleto de comentarios filosóficossobre las enseñanzas del budismo. Por lo que vemos, hay cientos de escritos que no forman partedel Kangyur y el Tengyur, pero que son igualmente importantes para la religión budista. Pero, apesar de ello, el ensañamiento hacia Notovitch no acabó ahí y apareció en escena ArchibaldDouglas, un profesor inglés afincado en la India en la ciudad del Taj Mahal, Agra.

El profesor Douglas era la figura que faltaba para que esta trama, digna de la pluma de sirArthur Conan Doyle y de Rudyard Kipling, adquiriera un tono dramático. Douglas deseabacomprobar si realmente los lamas del monasterio de Hemis habían dado cobijo al aventurero ruso,y también la existencia de los controvertidos textos. Así pues, marchó a Hemis.

Lo que allí supuestamente descubrió lo documentó al regresar a Agra. Al finalizar suinvestigación escribió una carta a la redacción de Nineteenth Century en la que decía:

He visitado Hemis y me he esforzado en realizar una investigación imparcial para desvelar la verdad conrespecto a la extraordinaria historia del señor Notovitch, con el resultado de que no he encontrado un solohecho que apoye sus afirmaciones, todo el peso de la prueba conduce a refutarlas más allá de toda sombra deduda. Ningún pasaje como que el señor Notovitch pretende haber traducido existe en el monasterio de Hemis,y, por tanto, es imposible que pueda haberlo reproducido fielmente.

Atentamente,

J. ARCHIBALD DOUGLAS

La investigación apareció en la revista, el mismo semanario en el que Müller refutó aNotovitch. Douglas declaró que nadie lo conocía en Hemis y que no recordaban haber atendido aningún viajero que hubiera tenido una fractura.

Sobre los misteriosos textos, el lama contestó:

Durante cuarenta y dos años he sido lama, estoy familiarizado con todos los manuscritos y libros budistasconocidos, y nunca he oído hablar de uno que mencione el nombre de Issa, por lo que mi firme y sinceracreencia es que no existe.

Desde ese momento la reputación de Notovitch quedó dañada, la opinión pública solo vio enél a un buscavidas interesado en la notoriedad y el dinero, así que el libro quedó relegado alolvido y acabó desapareciendo de las librerías, con lo que cada vez era más difícil encontrar unejemplar. Para el público todo quedó resumido en una sola palabra: ¡fraude!

Pero la historia aún no había acabado de escribirse y estaba a punto de dar un giro de 180grados con la aparición en escena de uno de los místicos más importantes del siglo XX.

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EL MÍSTICO

La polémica que rodeó el libro de Nicolás Notovitch parecía olvidada, pero los dados del destinojugaron a favor del ruso y, en 1922, Swami Abhedananda, un famoso y prestigioso místico hindú,viajó hasta la cordillera del Himalaya tras las huellas de Jesucristo.

Abhedananda era la figura perfecta para desvelar la verdad. Había nacido en 1866 en laIndia, en la milenaria ciudad de Calcuta, y desde su niñez mostró un gran interés por aprenderyoga y descubrir los secretos de hinduismo, profundizando en el Bhagavad-gītā y en lasUpaniṣads. Por ello, desde temprana edad estudió sánscrito y filosofía oriental para podercomprender los textos sagrados. A su vez, también se empapó de la literatura occidental y estudiódoctrinas como la cristiana o la judía, muy alejadas de los principios religiosos hindúes.

Poco antes de cumplir dieciocho años, se dirigió hasta la orilla del río Hugli, para instalarseen Dakshineswar, cerca del templo de la diosa Kali, donde es venerada como Bhavaratani —laredentora—, que libera a sus discípulos del ciclo de la reencarnación.

Abhedananda fue recibido por el que sería su maestro, el gurú Sri Ramakrishna. Este le dijoque en una vida anterior había sido un gran yogui y que esta era su última reencarnación. Maestroy discípulo se reconocieron, y desde el primer momento la senda estuvo marcada.

Así que, Abhedananda se instaló en el ashram, y durante dos años se dedicó en cuerpo yalma al estudio del yoga y la meditación. Tras la muerte de su gurú en 1886, con solo veinte años,inició un largo peregrinaje como monje asceta. Durante diez años, caminó descalzo, vistió unsimple calzón y portó una sencilla escudilla que le servía para comer y beber. Renunció aconseguir dinero, por lo que dependía enteramente de las limosnas.

Su camino lo llevó hasta la falda del Himalaya, a las fuentes del Ganges, donde encontró unacueva y se instaló con el único fin de trascender a través de la meditación. Pero tres mesesdespués emprendió de nuevo el camino, atravesó la India hacia el sur y llegó hasta la isla dePamban, donde se instaló cerca del templo de Rameswaram, a orillas del océano Índico. Veneróel lingan de Shiva, uno de los doce yiotir-lingans, bebió de sus veintidós manantiales de aguafresca, cada una con un sabor diferente, y caminó por sus corredores infinitos.

En 1896, recibió la llamada de Swami Vivekananda para que lo ayudase en su tarea de dar aconocer las enseñanzas esotéricas extraídas de los Araniakas y las Upaniṣads que forman lafilosofía vedanta en Inglaterra. Así que se embarcó hacia allí, donde curiosamente conoció alprofesor Max Müller, con el que entabló una amistad que duró hasta la muerte del profesor en1900.

Más tarde, con treinta y un años, viajó a Estados Unidos para hacerse cargo de la SociedadVedanta de la ciudad de Nueva York, donde conoció al inventor Thomas Alva Edison y alpresidente William McKinley. Finalmente, volvió a la India en noviembre de 1921 transformadoen uno de los místicos más relevantes del mundo. Para muchos era un hombre santo.

Abhedananda había leído el relato de Notovitch, del que había dudado inicialmente. Conocíalas furibundas críticas en su contra, entre las cuales se encontraba la de su amigo Max Müller, asíque decidió que la única manera de comprobar la veracidad de la historia era llegar hasta Ladak yvisitar Hemis personalmente. Estaba dispuesto a confirmar la existencia de los textos o bien acorroborar el fraude:

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En 1922 partí de Cachemira en dirección al Tíbet y crucé a pie el Himalaya, para estudiar las maneras,costumbres y filosofía budista y el lamaísmo predominante entre los lamas tibetanos. Fui por el camino deYarkant, la vía principal hacia Europa, y me detuve en Leh, capital de Ladak, en el Tíbet occidental. Mi destinoera el monasterio de Hemis, unas 25 millas al norte de la ciudad de Leh.

Caminó durante días hasta llegar a Leh, como Nicolás Notovitch y Archibald Douglas habíanhecho años antes, y se dirigió al monasterio de Hemis.

Llegó el 4 de octubre de 1922, los lamas lo recibieron de forma muy distinta a como lohicieron con Douglas e incluso con Notovitch, que logró ganarse su confianza gracias a suconvalecencia.

Los monjes del monasterio no vieron en él a un envarado profesor inglés que hablaba deforma engolada y era demasiado directo para la diplomacia budista. Tampoco lo podían compararcon Notovitch, un astuto periodista con alma de aventurero. En Abhedananda vieron a un místico,a un sabio que conocía en profundidad el camino del yoga, discípulo de Ramakrishna. Unperegrino como ellos en busca del nirvana, una afinidad que le permitiría descubrir la verdad.

Durante su estancia pudo ver y traducir los versos que describían el peregrinaje de Jesucristodesde Palestina hasta la India. Mientras recorría las estancias del monasterio, el lama que loacompañaba cogió un manuscrito de uno de los estantes de la biblioteca y se lo enseñó,indicándole que el original estaba depositado en Lhasa, escrito en lengua pali. El que tenía entrelas manos era una traducción al tibetano y comprobó que aquellos catorce capítulos repartidos endoscientos veinticuatro versos hablaban de Issa, de Jesucristo:

Supe entonces por ellos que todo era cierto.

SWAMI ABHEDANANDA,Kashmir o Tibbate

Habían pasado treinta y cinco años desde que Notovitch tradujera el texto, así queAbhedananda volvió a realizar la traducción. Y, efectivamente, esta coincidía con la que elaventurero ruso había transcrito años antes. Notovitch no era un embustero, su libro no era unfraude. Todo era verdad.

A partir de entonces, Abhedananda empezó a hablar frecuentemente de la vida de Jesús en laIndia a sus discípulos en los discursos que dictaba en su escuela KrishnaKali, en Calcuta. Una desus discípulas más reconocidas, la norteamericana Mary LePage, conocida como la hermanaShivani, conoció a Abhedananda en 1908 en Estados Unidos y escribió dos libros sobre su vida.Recordaba que Swami hablaba, incluso antes de su viaje a Hemis, de que la posibilidad de queJesucristo hubiera recorrido la India era muy real. Shivani repitió en diversas ocasiones a lo largode su vida una frase que oyó pronunciar a Abhedananda y que lo marcó profundamente: «Cristohabía pasado con los yoguis del Tíbet los años anteriores a su ministerio».

En sus charlas, Abhedananda explicaba que pudo leer los textos que hablaban sobre laestancia del galileo en Asia y se refería con frecuencia a las altas enseñanzas morales deJesucristo comparándolas con las del budismo.

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También explicaba a sus discípulos que los milagros que llevó a cabo Jesucristo a su vuelta aPalestina se debían a su alto conocimiento del yoga, porque, para el Swami, Jesucristo había sidouno de los más grandes yoguis que habían existido.

Abhedananda, tras su extenso viaje por Cachemira y el Tíbet, reunió sus notas y escribióvarios capítulos que aparecieron a lo largo de 1927 en el boletín mensual de su ashram. El interésque despertaron lo llevó a editar dos años después un libro con sus experiencias que incluíafragmentos del libro de Nicolás Notovitch. Esta obra fue titulada inicialmente Parivrajaka SwamiAbhedananda (El monje errante Swami Abhedananda) para llamarse finalmente Kashmir oTibbate (Cachemira y Tíbet).

El joven Jesús se ciñó las sandalias, limpió de arena su manto, bebió un poco de agua y caminó hacia el pueblo.Era temprano, algunos hombres dormitaban entre los camellos, mientras otros, acuclillados, preparaban

frugales comidas al fuego esperando a que el agua hirviera. Una tenue neblina se alzaba por encima del lagosagrado. El silencio de la mañana era roto por el graznido de los cuervos que se peleaban con las palomas por lasmigajas de comida que estaban esparcidas entre los puestos de la feria. Jesús se acercó hasta las escalinatas que sesumergían en las aguas y vio a un hombre meditar. Tenía que seguir su camino.

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5

LOS MANUSCRITOS

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Por primera vez desde que partió de Galilea rumbo a los confines del Imperio romano, lleva semanas caminando ensoledad. Pasa la mayor parte del tiempo alejado de los caminos y de las aldeas. En alguna ocasión se aproxima alchamizo del algún campesino ofreciendo su trabajo a cambio de comida.

Se ha convertido en un avezado viajero y eso le permite entablar rápidamente contacto con la gente que secruza. Ha aprendido algunas palabras de los muchos dialectos de la región de los cinco ríos y descubre que sunombre en aquella tierra es Issa.

Cuando el sol del mediodía está en lo más alto y las sombras son más cortas, el horizonte parece danzarcomo la llama de una vela. Echa de menos la húmeda hierba que rodea el monte Tor, la brisa del mar que recorríalas columnas del templo de Hera en la siciliana Selinunte y la sombra fresca del cobertizo de su hogar en Nazareth.Cuando anochece, saca de su bolsa la capa que le tejió en Glastonbury la brandrui, la sacerdotisa celta que leenseñó los secretos de las diosas, y la hace servir de lecho. Como almohada usa el manto rojo adornado con dosfinas rayas, una blanca y otra negra, que le entregó María, su madre. No se desprendió de él cuando el paso deltiempo lo convirtió en un harapo. Pero era un pedazo de su hogar, las manos de su madre habían hilado y teñido lalana que su padre había esquilado de sus ovejas. Cuando apoyaba la cabeza, vencido por el sueño, evocaba la dulcefragancia floral que envolvía siempre a su madre y que se mezclaba con el olor a pan recién horneado que cadanoche comía en Nazareth. Aromas repletos de recuerdos que lo hacían volver a casa.

Era muy temprano cuando se despertó, aún era noche cerrada. Lleva caminando un largo trecho; a lo lejos, unvalle se abre rodeado de verdes colinas. Sobre un promontorio rocoso, una silueta se recorta contra el liliáceocielo del amanecer. Se dirige hacia allí. Es un anciano, permanece con las piernas cruzadas una sobre la otra, consus manos en el regazo, desnudo, su piel pegada a los huesos, la cabeza rapada por completo y a su lado un plumerode grandes plumas negras. Permanece absorto con los ojos entreabiertos, como si no estuviera en este mundo.

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Han pasado más de cien años desde que Nicolás Notovitch tradujera los textos que hablaban delaprendizaje de Jesucristo más allá de Palestina.

Como hemos visto, toda la jerarquía eclesiástica y parte del academicismo victoriano sujetoa estrictas normas y encorsetadas creencias no creyeron ni una sola de las palabras que transcribióel explorador y que vieron la luz en su libro La vida del Santo Issa.

Todo buscador del conocimiento debe comparar y buscar empíricamente la verdad. Pero,sobre todo, debe no cerrarse a dogmas arcaicos. Y una de las claves para comprender esto esponer sobre la mesa todas las pruebas, unir unas y descartar otras. Y en esta fase de lainvestigación es ineludible confrontar y cotejar los versos que escribieron tanto SwamiAbhedananda como Nicolás Notovitch, ya que la comparativa desvela coincidencias abrumadorasque llevan a pensar que, con décadas de diferencia, estas dos personalidades —tan distintas entresí pero unidas por un mismo espíritu— descubrieron la verdad.

En las páginas de La vida secreta de Jesús de Notovitch y en el Kashmir o Tibbate deSwami Abhedananda, aparecen los versos que ambos tradujeron repartidos de forma muy similar,pero con algunas pequeñas disparidades que se deben probablemente a las traducciones.

La primera la llevó a cabo el guía de Notovitch, del que no existen referencias de ningunaíndole, por lo que es imposible conocer el nivel lingüístico que poseía, no solo del tibetano —quees un factor determinante en la investigación—, sino del inglés y el francés, que serían los dosidiomas en los que se comunicaría con el explorador. Así que, con toda seguridad usaría unescueto vocabulario, suficiente para ser guía y traductor de viajeros más interesados en elcomercio que en descifrar centenarios manuscritos rodeados de leyenda.

Por el contrario, Abhedananda poseía conocimientos multidisciplinares, dominaba elsánscrito y tenía nociones de tibetano. Pero, sobre todo, tenía profundos conocimientos religiosos,razón por la que pueden observarse diferencias en la forma, pero no en el contenido, al compararlos dos manuscritos. Es innegable que hablan de lo mismo y que los versos están ordenados con lamisma disposición y cadencia.

La concomitancia es sorprendente, y no solo en lo referente a los años perdidos de Jesús. Losprimeros versos se adentran en historias del Antiguo Testamento:

El pueblo de Israel, que habita en tierra fértil, que da dos cosechas al año y posee grandes rebaños, causó consus pecados la cólera de Dios.

Quien les infligió un castigo terrible separándolos de su tierra, su ganado y sus posesiones. Israel se vioreducida a la esclavitud por los poderosos y ricos faraones que reinaban entonces en Egipto.

Reinaba entonces en Egipto un faraón ilustre que se había hecho famoso por sus numerosas victorias, porlas riquezas que había amontonado y los vastos palacios que sus esclavos, con sus propias manos, habíanerigido por él.

Este faraón tuvo dos hijos, el más joven de los cuales se llamaba Mossa (Moisés). Los israelitas instruidosle enseñaron diversas ciencias.

En Egipto amaban a Mossa por su bondad y por la compasión que mostraba por todos los que sufrían.Sucedió al poco tiempo después que un gran mal visitó Egipto. La peste llegó a diezmar a jóvenes y

ancianos, a débiles y a fuertes, y el faraón creyó en el resentimiento de sus dioses contra él.

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Pero el príncipe Mossa le dijo a su padre que era el Dios de los esclavos quien estaba intercediendo a favorde los desgraciados, castigando a los egipcios.

Les condujo a la Tierra que habían perdido por sus numerosos pecados, les dio leyes y se unió a ellos pararezar siempre al Creador Invisible, cuya bondad es infinita.

Su reino se hizo el más poderoso de todos los de la Tierra, sus reyes se hicieron famosos por sus tesoros yuna larga paz reinó entre el pueblo de Israel.

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. II, 1-2-6-7-8-13-14-17-19

Las tribus de Israel vivían en una tierra muy fértil que producía dos cosechas al año. Tenían varios rebaños deovejas y cabras. Por su acto pecaminoso incurrieron en la ira de Dios.

Por esta razón, Dios confiscó todas sus propiedades y los puso bajo la esclavitud del faraón, el poderosogobernante de Egipto.

Pero el faraón infligió una opresión inhumana sobre los descendientes de Israel. Les puso cadenas, lescausó heridas en el cuerpo, les privó de sustento y les ocupó con duros trabajos.

El faraón tenía dos hijos. El más joven se llamaba Mossa (Moisés). Estaba versado en ciencias y artes.Y se hacía querer por todos por su buen carácter y su compasión por lo que sufrían.Cuando Mossa trasladó esta súplica a su padre, este se enfadó mucho y comenzó a oprimir más a sus

súbditos cual esclavos.Pero al poco tiempo Egipto fue visitado por una gran plaga que comenzó a matar a jóvenes y viejos, a ricos

y pobres. El faraón pensó que los dioses estaban enfadados y que le estaban castigando.A su debido tiempo, por la gracia del Padre del Universo, los hijos de Israel comenzaron a encontrar

prosperidad y libertad.

SWAMI ABHEDANANDA,Jesucristo, el líder de los hombres

Cap. II, 1-2-3-7-8-12-13-15

Los manuscritos continúan a lo largo de los siguientes capítulos detallando con exactitud loque ocurrió en Palestina siglos después de que Moisés liberara a los judíos y recibieran lasTablas de la Ley, donde estaban inscritos los diez mandamientos que fueron guardados en el Arcade la Alianza.

Los relatos del aventurero y del místico coinciden al hablar de cómo el Imperio romano,llegado desde el otro lado del mar, sometió a los hebreos y estableció entre ellos una serie dejefes militares que los gobernaban por orden del César. También relatan cómo destruyeron sustemplos, obligaron a sus habitantes a dejar de venerar a Yahvé y los obligaron a realizarsacrificios en honor de los dioses paganos, los esclavizaron y los enviaron lejos de su tierra.

Los dos relatos terminan el tercer capítulo con la misma súplica por parte del pueblo judío:que Dios perdonara sus pecados y que escuchara sus ruegos.

A partir de aquí es cuando el protagonista absoluto del manuscrito es Jesús, aunque laprimera aparición del Nazareno haya que buscarla en los cinco primeros versos de las dostraducciones. Unos versos que dan testimonio de la crucifixión y de las torturas a las que fuesometido.

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También se describe el nacimiento y su niñez, y aporta algún dato que, sumado a los queaparecen en el Nuevo Testamento, confirman que el futuro Mesías tenía que haberse casado segúnlas costumbres judías. Asimismo, manifiesta que, siendo niño, Jesús poseía grandesconocimientos que asombraban a los que lo conocían:

En ese tiempo llegó el momento en que el Juez todo misericordioso eligió encarnar en ser humano.Poco después, un niño maravilloso nacía en la tierra de Israel, hablando el propio Dios por boca de ese niño

sobre la fragilidad del cuerpo y la grandeza del alma.Los padres del recién nacido eran pobres, pertenecían por nacimiento a una familia de notable

misericordia, que alababa el nombre del Creador y le agradecía los males con que juzgó convenientementeprobarles.

El niño divino, a quien le dieron el nombre de Issa, empezó desde sus más tiernos años a hablar del Diosúnico e indivisible, exhortando a las almas de los que se habían extraviado al arrepentimiento y a lapurificación de los pecados de los que eran culpables.

De todas las partes llegaron gentes para oírle, y se maravillaron de los discursos procedentes de la boca deun niño. Todos los israelitas estaban de acuerdo al decir que el Espíritu Eterno habitaba en el niño.

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. IV, 2-5-6-78

El Dios supremo, Padre del Universo, por su gran compasión hacia los pecadores, deseó aparecer en la Tierraen forma humana.

Apareció como niño inmaculado en la tierra de Israel. El niño se convirtió en portavoz del Padre delUniverso para explicar la naturaleza transitoria del cuerpo y la gloria del alma.

Los padres de ese niño eran pobres pero muy devotos y de alta cuna. No prestaban atención a lasposesiones terrenas a fin de proclamar el nombre y la gloria de Dios, y creían que el Señor del Universo sololes hacía sufrir para ponerles a prueba.

Llamaron a ese niño divino Issa. Durante su infancia, exhortó a la gente a ser devota y respetuosa con elÚnico Señor del Universo, y a los pecadores, a abstenerse de los actos pecaminosos y a arrepentirse.

Gentes de todas partes venían a escuchar la sabiduría que salía por la boca de ese niño, y los hijos de Israelproclamaron unánimemente que el Alma Suprema, infinita y misericordiosa, que no conoce principio ni fin,existía en el niño.

SWAMI ABHEDANANDA,Jesucristo, el líder de los hombres

Cap. IV, 1-5-6-8-9

Issa alcanzó la edad de trece años, la época en la que un israelita puede tomar esposa.La casa en donde sus padres se ganaban la vida con un oficio modesto empezó a ser lugar de reunión de

ricos y nobles, deseosos de tener como yerno al joven Issa, famoso ya por sus discursos en nombre delTodopoderoso.

Fue entonces cuando Issa abandonó la casa de sus padres en secreto, se fue de Jerusalén y partió con losmercaderes hacia el Sind.

Con el objetivo de perfeccionarse en la Palabra Divina y estudiar las leyes de los grandes Budas.

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. IV, 10-11-12-13

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Con el transcurso del tiempo, Issa cumplió su decimotercer año. Los israelitas, según su costumbre, se casana esa edad. Sus padres solían vivir como gente común que posee una casa.

Esa humilde choza suya fue lugar de llegada de ricos y aristócratas. Todo el mundo estaba ansioso de tenera Issa como yerno.

Issa no quería casarse. Ya había alcanzado fama por su exposición de la naturaleza de Dios. Ante lasproposiciones de matrimonio decidió abandonar en secreto la casa de su padre.

En ese momento era muy fuerte en su mente el deseo de alcanzar la perfección mediante el servicio devotoa Dios y el de estudiar religión con los que habían alcanzado la iluminación.

Abandonó Jerusalén, se unió a un grupo de comerciantes y partió hacia la tierra del Sind.

SWAMI ABHEDANANDA,Jesucristo, el líder de los hombres

Cap. IV, 10-11-12-13-14

LOS JAINAS, EN LA TIERRA DE LOS CINCO RÍOS

El anciano abrió los ojos, alzó la cabeza, miró a aquel joven de largos cabellos y le indicó con un suave gesto de lamano que se sentara a su lado.

Jesús así lo hizo, intentó sentarse de la misma forma que el anciano, durante unos instantes lo logró, pero alcabo de unos minutos el dolor era insoportable. Su continuo vaivén —que él creía imperceptible para el anciano—intentando evitar los calambres hizo sonreír al hombre santo, que le aconsejó que se sentara de otra forma. Unamueca de alivio cruzó el rostro de Jesús.

Quería saber más sobre aquel ser humano capaz de permanecer sentado durante horas, abstraído, como siestuviera fuera de este mundo.

En el transcurso de su decimocuarto año, el joven Issa, bendecido por Dios, llegó a este lado del Sind y seestableció entre los arios en la tierra amada por Dios.

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. V, 1

Camina envuelto en una gran túnica blanca. Sus pertenencias, tal y como hizo en Britania, están guardadas. Haadelgazado, pero se siente fuerte. Se ha cortado el pelo y afeitado la barba rala, sus músculos se han marcado y sucuerpo es más flexible. Desde hace meses sobrepasa en altura a la mayoría y sabe que la camisola que guarda juntoa su capa se le ha quedado pequeña. Han desaparecido los callos de sus manos, su rostro se ha bronceado, susblancos dientes destacan enmarcados por sus labios y su mirada desprende sabiduría. Está entre las jainas, losconquistadores de la mente.

Desde que el anciano lo llevó con ellos, ha aprendido su lengua y ahora conoce un nuevo culto. Hadescubierto que se oponen al sistema de castas y que reniegan de los ritos que llevan a cabo los brahmanes, ritosde los que aún no conoce el significado.

Durante las últimas semanas ha profundizado en el ascetismo, ayuna durante días y se dedica a la meditación,ya no le duelen las piernas cuando se sienta en la posición de la flor de loto y es capaz de permanecer horasdesarraigado del mundo material.

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Respeta, pero no comparte por completo, las enseñanzas de sus nuevos maestros. Pero los jainistas ven en éllo mismo que vieron los druidas: a un hombre que puede ser un Dios.

Ha elegido conocer a los Svemtabar, que solo visten túnicas blancas y su ascetismo es menos radical,alejándose del extremismo de los Digambar, que van completamente desnudos, haga frío o calor, sea invierno overano, ya que para ellos «el cielo es la única cobertura». Caminan descalzos, llevan totalmente afeitada la cabeza yse alimentan pobremente comiendo una sola vez al día una ínfima cantidad, la que les cabe en la palma de la mano.No ha conocido a ninguno de ellos en profundidad, no ha podido entablar una amistad, pues nunca se quedan más detres días en un lugar. Ese es el motivo por el que nunca más volvió a ver al anciano.

Antes de sentarse, y respetando la tradición, limpia el suelo con un plumero de plumas de pavo real. Escostumbre entre los jainistas hacerlo para no lastimar a ningún ser vivo por muy pequeño que sea. Por este motivo,los jainas no pueden ser campesinos, granjeros ni tampoco guerreros. Todos los que ha conocido se dedican alcomercio y algunos hablan griego koiné, lo que le ha permitido aprender rápidamente la nueva lengua.

Jesús descubrió en el jainismo la religión más ascética de todas las doctrinas de la India, unareligión que busca obtener la perfección por medio del abandono gradual del mundo material.

Los sacerdotes le intentaron hacer comprender que en el alma del jainista reside la creenciade una forma extrema de no violencia, la ahimsa, que pide que ningún ser deber ser lastimado:

Quien daña a un ser vivo no ha entendido o renunciado a la ley del pecado. Aquellos cuyas mentes están en pazy son libres de pasiones no desean vivir a expensas de otros.

Achanranga Sutra

Jesús conoció las hazañas de su fundador, el noble Mahavira, que seis siglos antes de sullegada abandonó sus riquezas en busca del camino de la perfección.

Ya no viste la túnica blanca de los Svemtabar, ha vuelto a cruzar sobre su pecho su zurrón y con un jirón de suantigua camisola se cubre la cabeza. Antes de partir se dirige al templo, se descalza para entrar y es recibido congratitud por los monjes. Su carisma es sobresaliente, tiene el cuerpo de un novicio pero la experiencia de un sabio.Los sacerdotes se acercan a él. Lo tienen en alta estima y le imploran que se quede entre ellos, pero Jesús debeseguir su camino.

Los manuscritos revelados por el místico y el aventurero continúan la narración explicando elperiplo de Jesús y la devoción que despertaba a pesar de su juventud. Swami Abhedanandatranscribió las siguientes líneas en su libro:

Mientras viajaba solo por la tierra de los cinco ríos sus rasgos majestuosos, su rostro lleno de paz y la ampliafrente impulsaron a los jainistas devotos a reconocerle como aquel que ha recibido la misericordia del Señor.

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SWAMI ABHEDANANDA

Del mismo modo que debieron de hacer los sacerdotes druidas y los viajeros que loconocieron, los jainistas adivinaron que, tras su limpia mirada, se escondía una capacidad innatapara alcanzar la sabiduría que había cultivado desde su niñez en Palestina.

Tenía poco más de quince años y ello, en gran medida, debió de ayudarle en su camino,porque muchas de las personas con las que se cruzaría le doblarían la edad y algunas incluso latriplicarían, por lo que debieron de sorprenderse al ver que un adolescente podía debatir y rebatirusando conocimientos que muchos sacerdotes y sabios tardaban años en adquirir.

Desde que partió junto a José de Arimatea, había viajado más lejos que el propio AlejandroMagno. La gran mayoría de los sacerdotes, sabios y eruditos con los que se había cruzadoconocían una ínfima parte del mundo que Jesús ya había atravesado y de los conocimientos, tantoreligiosos como filosóficos, que había asimilado.

En su camino aprendió de campesinos y comerciantes, de artesanos y ganaderos, de ladronesy santos. Todos hombres y mujeres que forjaron su carácter y lo dotaron de la experiencianecesaria para reconocer arquetípicamente la personalidad de los que lo rodeaban. Y, una vezmás, al igual que hicieron mercaderes y sacerdotes, los ascetas de Jaina le rogaron quepermaneciera entre ellos:

Le pidieron que se quedara en sus templos. Pero no aceptó la invitación porque por aquel tiempo no quería lasatenciones de los otros.

SWAMI ABHEDANANDA,Jesucristo, el líder de los hombres

La fama extendió la reputación de ese niño maravilloso por el norte del Sind, y cuando cruzó el país de loscinco ríos y el Rajputana, los devotos del dios Jaine le rogaron que se quedara entre ellos.

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. V, 2

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Los manuscritos de Hemis continuaban. Jesús cruzó toda la India de oeste a este para llegar aorillas del golfo de Bengala, hasta la ciudad de Puri. Allí se estableció en el templo de Jagannath,ya que sabía que era uno de los enclaves más sagrados de la India.

El templo formaba parte del Char Dhan o cuatro moradas de los dioses. Estas estabanrepartidas en los cuatros extremos de la India: en el sur (en Rameswaram), en el norte (enBadrinath), al este (en Puri) y al oeste (en Dwarka). Desde hacía más de mil años antes de lallegada de Jesús, los peregrinos hindúes aspiraban a visitar, al menos una vez en la vida, cada unode los templos, en un doloroso y costoso peregrinaje que les permitía contactar con sus deidades.

Jesús conocería las motivaciones de los fieles y descubriría que la tradición marcaba que elmístico viaje había de comenzar en Puri, en el templo de Jagannath, para después rodear todo elpaís siguiendo el orden que establecía la tradición. Así que, Rameswaram sería la siguienteparada del joven Jesús, seguida de Badrinath para acabar en Dwarka.

Después de haber compartido conocimientos con los jainistas, fue recibido por losbrahmanes del templo de Jagannath, que le enseñaron a leer y comprender las escrituras sagradas,los Vedas y las Upaniṣads, unos textos que eran tan antiguos como los círculos de piedras que losdruidas veneraban:

Pero abandonó a los veneradores errantes de Jaina y fue a Jagannath en el país de Orissa, donde reposan losrestos mortales de VyasaKrishna y donde los sacerdotes blancos de Brahma lo recibieron llenos de júbilo.

Ellos le enseñaron a leer y entender los Vedas, a curar por medio de la oración, y a enseñar, y a explicar lassagradas escrituras a la gente y a expulsar los espíritus malignos de los cuerpos de los hombresrestituyéndoles su cordura.

Pasó seis años en Jagannath, en Rajagriha, en Varanasi y otras ciudades santas. Todos amaban a Issa, porquevivía en paz con los vaysya y los sudras, a quienes instruía sobre las sagradas escrituras.

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. V, 2-3-4-5 EL KARMA

Durante esos seis años, Jesús aprendió todo lo que pudo sobre el hinduismo. Sus maestros leenseñaron que el camino de la liberación se lograba a través del dharma, le explicaron que todaacción viene acompañada de una reacción, que si un individuo se comporta de acuerdo a losprincipios morales, sus consecuencias serán positivas, y es por ello que podrá recibir unarecompensa en el presente. Por el contrario, si los actos son perniciosos se convierten en karma,que se pagará en las vidas venideras.

Ellos creían en la reencarnación de las almas y que la vida presente no es más que un reflejode las acciones que uno llevó a cabo en su vida anterior, así que para conseguir encarnarse enforma humana hay que reencarnarse cincuenta y dos millones de veces en cualquier otro ser vivo.Por tanto, no se puede desperdiciar la oportunidad realizando malas acciones o pecando, porqueuna sola vida en que tu dharma sea el correcto puede permitirte ascender dentro del ciclo delnacimiento y lograr romper el ciclo de las reencarnaciones.

Jesús pensaría que era una creencia muy útil para mantener el control sobre la población, queestaba dividida por el sistema de castas, un sistema que permitía controlar desde hacía milenios, através de un dogma religioso, a la población. Los brahmanes predicaban que los textos sagrados

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marcaban cómo cada persona debía seguir los dictámenes sociales y religiosos de la casta en laque había nacido. No hacerlo podía violar su deber dhármico y hacerlo renacer en una castainferior. Cada uno debía aceptar su destino.

VARNA

El concepto hindú de casta proviene de la palabra Varna, que literalmente quiere decir color.Cómo surgieron las castas es uno de los temas más confusos del hinduismo. Se cree que los ariosllegaron desde el norte dos milenios antes de Cristo y que poseían un idioma diferente, eran altos,rubios de ojos claros y piel blanca. Estas diferencias físicas y étnicas podrían haber sido en granmedida la base de un sistema que aún hoy sigue las mismas reglas.

Hace más de tres mil años se estableció que los brahmanes, que habían surgido de la boca deBrahma, y eran altos y de piel clara, serían los profetas y sacerdotes, así que su trabajo seríapredicar. También se decretó que los kastriyas, que tenían figuras esbeltas y piel clara surgieronde los brazos de Brahma, por lo que serían los administradores y protectores de la sociedad. Lostrabajos más duros los realizarían los vaishas, que salieron de las caderas del Brahma, de pieloscura, y cuerpo pequeño y enjuto, que se dedicarían al comercio. Finalmente, los sudras, quesalieron de los pies de Brahma, serían la mano de obra no cualificada y seguirían la palabra delos kastriyas y brahmanes.

LA CIUDAD INMORTAL

Las piras arden sin cesar, densas nubes de humo ascienden formando espirales, el sonido de las campanas reverberaentre las callejuelas.

El lugar está realmente sucio, el paisaje que se abre ante sus ojos es desolador, cientos de viejas ydeterioradas chabolas se agolpan en callejones llenos de lodo e inmundicia. Llueve como nunca antes ha visto, lascalles se han convertido en ríos, el agua que baja gorgoteando es oscura, densa y maloliente. Las casas están tanjuntas que con sus brazos extendidos logra tocar las paredes a derecha e izquierda.

Para de llover, las nubes dejan entrever el sol, sus rayos se filtran como dedos celestiales. En un instante lascalles se abarrotan, y a pesar de la suciedad, el fango, los excrementos y el poco espacio, la ciudad bulle.Comercios de todo tipo abren sus puertas, los niños salen a jugar con cualquier objeto mientras sus madrespreparan la comida usando boñigas de vaca como combustible.

No es como las otras ciudades que ha conocido, sabe que es más vieja que la tradición, más vieja que laleyenda y aun así parece dos veces más vieja que todo lo anterior unido. Ha llegado a Varanasi.

Cubre su rostro con una espesa y cuidada barba, sus cabellos han crecido y le llegan a los hombros y parte dela espalda. Se ha acostumbrado a vestir túnicas blancas que sigue ciñendo con su viejo cinturón de cuero. Calzaunas sandalias, aunque hoy echa en falta las botas que llevaba en Britania y recuerda que las calzaba hace casi diezaños. Vuelve a mirar, como otras muchas veces, las cicatrices de su brazo y se acuerda de su tío, José de Arimatea.

Se ha levantado muy temprano, va a pasar un largo tiempo en la ciudad inmortal, sabe que es una etapaimportante en su peregrinaje, desea entender los secretos del hinduismo y ningún lugar es mejor para ello.

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Siempre viaja solo y esta ocasión no es diferente, no quiere que nadie interfiera en su aprendizaje, sabe queen soledad el viajero se abre a nuevas experiencias y a conocer nuevas gentes.

Desde que cruzó el Indo ha conocido a cientos de peregrinos que, desde todos los rincones de la India,acuden a Varanasi para redimir sus pecados o esperar el final de sus días sobre la Tierra.

Jesús ve en su deambular a decenas de enfermos, de ancianos y moribundos que esperan morir junto al ríosagrado. Le han dicho que morir aquí vale por cien años de penitencia, pero que hacerlo sumergido en las aguas delGanges equivale a un milenio de perdón. Escucha el murmullo de los salmos en honor al río, a la madre Ganga:

Oh Madre que con tu collar adornas los mundos, estandarte que sube al cielo. Te pido que me vaya de este cuerpo a tus orillas,bebiendo tu agua, rodando en tus olas. Recordando tu nombre, otorgándote mi mirada.

Rig-Veda

Ha cruzado el Indo, el Tíber, el Tigris y el Éufrates, el Jordán y algún día verá el Nilo, pero sabe que ningúnrío es tan sagrado. Es el eje vertebral de los fieles hinduistas, Jesús sabe que nace en las montañas más altas, dondeun manto de nieve siempre cubre sus cumbres. Que le otorgan más de mil nombres, a cual más solemne, «elEterno», «el Creador de Felicidad»…

Sentado en la orilla recuerda lo que le explicaron los brahmanes: que las raíces de su santidad hay quebuscarlas en el rey Bhagaratha, el soberano que tuvo que purificar los cuerpos de más de sesenta mil hombrescalcinados por la mirada del sabio Kapila. Pero que solo las aguas del Ganges, que surcaban el cielo, seríancapaces de tal purificación. Entonces, el rey se dedicó durante sesenta mil años al ascetismo más increíble dejandode respirar hasta lograr que el purificador Ganges fluyera por la tierra. El dios Visnú al fin atendió sus súplicas y elcosmos vio como la madre Ganga se convertía en la más grande de las cascadas. Pero sabedor de que con su fuerzadestruiría la Tierra, el dios Shiva frenó la riada con su cabellera.

Lleva semanas en Varanasi, el ambiente es extremadamente bochornoso, tiene la túnica pegada al torso por elsudor. Mientras camina siente el calor que emana de los cuerpos de centenares de devotos que inundan lasabigarradas callejuelas. Esquiva las sagradas vacas que caminan adormiladas entre tullidos y leprosos que reclamanuna limosna, comerciantes que desde su acuclillada posición ofrecen sus mercancías y carniceros que hace horasque dejaron de espantar las moscas.

Jesús se ha sentado en las escalinatas que se hunden en las aguas, está amaneciendo. Envuelto en su capa seprotege del frío, una grulla roza con su pico el agua, los pescadores han salido a faenar, en la otra orilla la niebla sealza. La ciudad surge del mismo río, como si una cosa u otra no pudieran existir en caso de no estar ahí.

Jesús se levanta y camina hacia el Manikarnika, donde dice la leyenda que cayó el pendiente de Shiva.Domina el sánscrito, así que sabe que maní es joya y karnika, oreja.

No es la primera vez que acude hasta aquí, pero hoy es un día especialmente doloroso a la par que dichoso.Acude a un ritual funerario. El cadáver de uno de sus maestros es portado a hombros mientras se entonan salmos ymantras. El cortejo llega al crematorio, el fervor se desborda y el ambiente se torna indescriptible al paso deldifunto. El cuerpo es depositado en la pira y las llamas envuelven el cadáver, las esquirlas saltan y el crepitar de lamadera apaga los lamentos. Un hombre sin alma, un dalit, un intocable, se encarga de atizar con sus largas cañas lahoguera. Son los únicos que pueden realizar ese trabajo impuro. El fuego consume el cuerpo, se recogen lascenizas y son lanzadas al Ganges.

Ha atardecido y Jesús está junto a los brahmanes instalados en las tarimas que se asoman al agua; comienzanlos ritos de veneración al río sagrado. Jesús hace sonar una pequeña campana, a su alrededor todos recitan salmos ydepositan lamparillas en el río que la corriente arrastra lentamente como si de una danza mística se tratase. A lolejos, aún resplandecen las piras en la ciudad inmortal.

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LA PRIMERA CONDENA A MUERTE

Los brahmanes se enemistaron con Jesús porque predicaba y enseñaba a las castas inferiores lassagradas escrituras. Los brahmanes encolerizados le indicaron que dejara de hacerlo o seríaduramente castigado, pero Jesús, con poco más de veinte años, se enfrentó con firmeza a la castasacerdotal. Así lo explican los textos de Notovitch y Abhedananda:

Pero los brahmanes y los kastriyas le dijeron que estaba prohibido por el Gran Para-Brahma acercarse aaquellos a quienes Él había creado de su costado y de sus pies.

Que los vayshas solo estaban autorizados a escuchar la lectura de los Vedas únicamente los días festivos.Que las sudras tenían prohibido no solo asistir a la lectura de los Vedas, sino también a contemplarlos, pues

su condición era la de servir a perpetuidad como esclavos de los brahmanes, los kastriyas e incluso de losvayhas.

Solo la muerte les puede liberar de su esclavitud, dice el ParaBrahma. Déjales entonces y ven a venerar connosotros a los dioses, que se encolerizarán contigo si les desobedeces.

Pero Issa no escuchó sus discursos y se dirigió a las sudras predicando contra los brahmanes y loskastriyas.

Lanzó invectivas contra el acto de un hombre que se creía con el poder de privar a su prójimo de susderechos humanos, diciendo «pues Dios el Padre no hace distinciones entre sus hijos, para él todos somosiguales».

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo IssaCap. V, 6-7-8-9-10-11

Su mensaje de igualdad, su discurso contra el esclavismo y su predicación entre los vayshasy los sudras lo llevaron a un punto de no retorno.

Y aunque en los textos de Notovitch no aparecen referencias a los hombres sin alma, a losintocables, con total seguridad Jesús conocería a muchos de ellos. Y también a uno de los grupossociales más desconocidos, que estaba situado en un escalón aún más bajo que los intocables: losinvisibles, que únicamente podían salir a la calle de noche para llevar a cabo trabajos que ni losintocables realizaban. Estos desdichados, si eran vistos a la luz del día, eran apresados yencadenados en oscuras mazmorras hasta que morían de hambre. Así que Jesús se reveló, nopodía soportar tamañas injusticias; sus conocimientos, su bagaje y el ímpetu de la juventud loconvirtieron en un hombre peligroso.

Issa fue perseguido y finalmente condenado a muerte, aunque pudo escapar gracias a que lossudras lo avisaron y pudo abandonar Jagannath al amparo de la noche. Su próximo destino era elpaís de los Gautamides:

Los sacerdotes blancos y los guerreros, al conocer los discursos de Issa dirigidos a los sudras, decidieron sumuerte y enviaron con esa intención a sus criados para que buscaran al joven profeta.

Pero Issa, advertido del peligro por los sudras, abandonó la región de Jagannath por la noche, llegó a lamontaña y se estableció en el país de Gautamides, el lugar de nacimiento del gran Buda Sakyamuni, rodeadopor un pueblo que veneraba al único y sublime Brahma.

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NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. VI, 1-2

Los manuscritos apuntaban que, por primera vez desde que inició su peregrinaje, sintió laespada de Damocles sobre su cabeza. Enfrentarse a los que habían pervertido las enseñanzas erapeligroso. Pero Jesús era un idealista e incluso se podría decir que un revolucionario. No admitíalas divisiones sociales y estaba en contra de la manipulación por parte de los brahmanes. Estoshabían creado subcastas dentro de las castas y se habían olvidado del significado del karma alconvertir la casta en algo hereditario.

Jesús predicaba la existencia de un solo Dios, que el débil no tenía que doblegarse ante elpoderoso y renegaba de los idólatras:

Teme a tu Dios, arrodíllate solo ante él y solo a él llévale ofrenda de tus ganancias.La cólera de Dios pronto se desatará contra el hombre, pues este ha olvidado a su Creador, ha llenado sus

templos con abominaciones y venera una multitud de criaturas que Dios ha hecho subordinadas a Él.Pues para honrar piedras y metales, sacrifica a seres humanos en lo que habita una parte de Espíritu del

Altísimo.Pues humilla a los que trabajan con el sudor de su frente para adquirir el favor de un ocioso sentado a una

mesa suntuosa.No veneraréis a los ídolos, pues ellos no os escuchan. No escuchéis la Vedas, pues su verdad es falsa. No

os pongáis nunca en primer lugar y no humilléis nunca a vuestro prójimo.Ayudad al pobre, apoyad al débil, no hagáis mal a nadie, y no codiciéis lo que no tenéis y veis que pertenece

a otro.

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. V, 13-20-21-22-26-27

EL ÁRBOL DE BODHI

Viste un dhoti sucio y raído para pasar desapercibido, su piel tostada por el sol le permite ser uno más. Hace unosdías que atravesó la ciudad al amparo de la noche y ahora transita alejado de los caminos. Ocho días han pasadodesde que huyó hacia el norte, ha llegado a Bodhgaya.

Sus perseguidores están lejos, puede descansar. Se acuesta a la sombra de los árboles y bebe un poco de aguade su odre. Es mediodía, pero está cansado y el sueño le vence. El tiempo pasa con placidez, el sol está más bajo,las copas de los árboles ya no lo protegen de sus rayos. Entreabre los ojos y ve a un hombre vestido con una túnicade color azafrán que le llega hasta los tobillos, lleva el hombro derecho descubierto y entre las manos un malahecho con cuentas de madera del que pende una pequeña ristra de tela roja.

Reconoce a un gautamide, un seguidor de Siddhartha Gautama, el iluminado, el Buda. Conversan durantehoras sobre lo terrenal y lo divino. Jesús le pide que lo lleve hasta el árbol de Bodhi bajo el que Siddharthaencontró la iluminación —el Gran Despertar—, emergiendo como el Buda.

Duermen bajo los árboles, hablan de la Verdad y comparten experiencias durante días hasta que llegan aSarnath.

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Los datos recopilados continúan hilando la vida del joven Jesús en el norte de la India tras huir dela ira de los brahmanes. Y, según las notas de Notovitch y Abhedananda, y otros viajeros quetuvieron el privilegio de conocer los enigmáticos manuscritos, su mística travesía lo llevó acontactar y a conocer el budismo, que marcaría profundamente su vida y su posterior mensaje a suregreso a Galilea.

Muchos investigadores ven claras influencias y similitudes entre el mensaje filosóficobudista y la predicación de Jesús que van más allá de la simple casualidad.

El budismo se inicia con un hombre, el príncipe Siddhartha Gautama; su figura, como la deJesús, está envuelta en leyenda. En algunos de los textos budistas más antiguos aparece un pasajemuy clarificador de lo que simbolizaba Buda para sus coetáneos y el mensaje que transmitió:

—¿Qué eres? ¿Eres un dios?—No—¿Eres un ángel?—No—¿Eres un santo?—No—¡Qué eres entonces!—Estoy despierto.

Quinientos años antes del nacimiento de Jesucristo, en el norte de la India, un hombredespertó. Desde ese momento, el título Buda significa despierto o iluminado. Si analizamos losdatos históricos, y dejamos de lado la leyenda, descubrimos que nació en el año 563 a.C., enLumbini, la actual Nepal —en aquel momento se encontraba dentro de los límites territoriales dela India—. Por nacimiento pertenecía a la nobleza, por lo que su vida estuvo rodeada de lujo yplacer. Se casó a los dieciséis años con la princesa Yasodhara y tuvieron tres hijas y un hijo.

En este placentero ambiente creció. Su padre era un rey, jefe de un clan guerrero —los sakya—, por lo que su nombre completo era digno de ello: Siddhartha Gautama de Sakya.

Según los textos budistas que profundizan en su vida, era excepcionalmente apuesto y su solapresencia era un deleite para los sentidos. Poseía todo lo que un hombre podía desear: belleza,juventud, riquezas y una familia que lo amaba.

Su nacimiento, como el de Jesús, también está envuelto en leyenda, aunque existen muchosdetalles a analizar. Uno es especialmente revelador y es que, el día que vino al mundo, su padreconvocó a los astrólogos y adivinos. Todos los magos auguraron que era un ser especial y que sipermanecía en este mundo sería un chakravartin, un rey universal. Pero si renunciaba a ser esemagnífico rey se convertiría, no en un conquistador, sino en un redentor del mundo.

Su padre, temeroso de que eligiera el segundo camino, decidió aislarlo del mundo. Puso a sudisposición tres enormes palacios repletos de todos los lujos imaginables y dio órdenes de quenada deforme, desagradable o repugnante entorpeciera sus placeres. Quería evitar que conocierala enfermedad, la vejez y la muerte, así que ordenó que antes de los paseos de Siddhartha, lossirvientes expulsaran de las calles a cualquier persona pobre, enferma, anciana o moribunda.

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Pero un día Siddhartha vio a una anciana decrépita, sin dientes y con el rostro surcado porlas arrugas más profundas que caminaba lentamente apoyada en un cayado. Sorprendido lepreguntó a su criado qué le pasaba, y este le respondió que eso era la vejez. Y aunque su padrepuso más vigilancia a su alrededor para que nada parecido volviera a pasar, a los pocos díasSiddhartha encontró a un hombre que yacía en el suelo y que entre lamentos pedía limosna; susllagas supuraban y su mirada era vidriosa. Ese día conoció la enfermedad. Al poco, mientras dabaotro de sus paseos, vio un cadáver y conoció la muerte.

¿Dónde está el reino de la vida en el cual no existe ni la edad ni el dolor ni la muerte?, sepreguntó, pero no obtuvo respuesta.

En consecuencia, después de haber conocido el dolor y la muerte, decidió abandonar todoslos placeres mundanos. Ya no le producían gozo los manjares ni los ropajes de seda ni lasbailarinas danzando al son de la música.

Días después conoció a un sadhu, un hombre santo, y vio en él alguna de las respuestas quesu espíritu anhelaba; comenzó a preguntarse qué tenía ese hombre que otros no tenían que parecíavivir en paz.

Abandonó su hogar, tenía solo veintinueve años, era de noche, se despidió de su mujer y sushijos mientras dormían, en silencio. Ordenó a uno de sus guardias que ensillara un caballo y quelo acompañara. Se dirigió al bosque.

Al llegar, desmontó, se desnudó, se afeitó la cabeza, se puso ropa harapienta y se adentró enla espesura que formaban los árboles.

Durante siete años vivió en soledad, pasó los primeros meses junto a varios gurús, a los queextrajo toda su sabiduría sobre la filosofía hindú, sus ceremonias y las sagradas escrituras,aprendió yoga y se transformó en un maestro yogui. Estos dos puntos coinciden con el aprendizajede Jesús.

Luego conoció a un grupo de ascetas que le indicaron que el cuerpo físico era la prisión delespíritu. Se sometió a las más duras pruebas físicas y mentales imitando a los renunciantes, a lossadhus; dejó de comer y beber, meditando día tras día, sometido a todo tipo de privaciones.Descubrió que el ascetismo extremo no conducía a la verdad ni a la salvación y que el camino dela iluminación se alcanzaba a través de la «vía media».

Así que renunció al ascetismo y decidió adentrarse en la nueva vía. Llegó a Bodhgaya y, trasmeditar bajo una higuera durante cuarenta y cinco días —otro símil con la vida de Jesús que pasócuarenta días y cuarenta noches en el desierto—, Siddhartha encontró la iluminación. Desdeentonces fue el Buda, y aquel el árbol de Bodhi, del iluminado.

Más tarde, viajó a Sarnath, adonde llegaría Jesús cinco siglos después para conocer el lugardonde Buda dio su primer sermón, predicación en la que habló de las cuatro verdades nobles: elconocimiento del sufrimiento, el origen del sufrimiento, la supresión del sufrimiento y el modo deeliminarlo.

Jesús cruzó el bosque, dobló un recodo, salió a un claro y se acercó a una joven que vio sentada bajo una higuerapelando los jugosos higos que acababa de recolectar. Sus manos estaban manchadas con su jugo. Se acercó yempezó a hablar con ella, era más joven que él, quince o dieciséis años, pensó. Ella tímidamente sonrió, le ofreció

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uno de los frutos y al llevárselo a la boca mordió si tener cuidado. Su túnica se convirtió en un lienzo pringado desemillas y de jugo. Él arqueó las cejas sonriendo, ella rio.

Durante horas charlaron, aquella joven era diferente. Su manera de hablar sobre la filosofía y la religión nadatenía que ver con lo que había conocido. Quiso saber más y ella le pidió que la acompañara a conocer a una personamuy especial.

Caminaron por un estrecho sendero rodeado de altas cañas, había caído ya la tarde. Vio arder una luz tras laventana, cruzaron el umbral de la pequeña casa y encontraron a un hombre sentado en el suelo recitando palabrasque leía de un pequeño libro alargado, cuyas páginas estaban unidas por un hilo de color rojo. Su voz era gutural ymelodiosa, no dejaba de pasar las cuentas de un mala, sabía que no podía interrumpirlo, así que se sentó en unaesquina, entre las sombras, mientras la joven salía de la casa. Se miraron, ella asintió y le sonrió dulcemente.

Los versos que atestiguan la estancia de Jesús entre los budistas aparecen el libro de Notovitch:

Seis años después, Issa, a quien había elegido el Buda para expandir su palabra, se había convertido en unperfecto comentador de los textos.

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. VI, 4

El diario del Swami Abhedananda también lo confirma, y sus discípulos aún suelen leerestos pasajes en sus homilías, sobre todo coincidiendo con la Navidad:

Tras huir de Jagannath, pasó seis años en Rajagriha, Kasi y otros lugares sagrados. Partió entonces haciaKapilavastu, lugar de nacimiento de Buda. Tras vivir allí recorrió Nepal y el Himalaya, y se dirigió al oeste…

Asombrosamente, los textos tibetanos que hablan de la vida desconocida de Jesús detallancon claridad el místico peregrinaje que realizó a lo largo y ancho de la India y Nepal hastarecorrer las cumbres del Himalaya.

Según los textos, Jesús pasó quince años —desde los catorce a los veintinueve— entrejainistas, hinduistas y budistas. Aprendió sus doctrinas, fue condenado a muerte por losbrahmanes, huyó y se convirtió en un iluminado, en un bodhisatva.

Los textos que encontraron Notovitch y Abhedananda con toda seguridad están incompletos,porque como explicó Notovitch los versos estaban esparcidos entre muchos manuscritos.

Pero aún faltan más protagonistas en esta extraordinaria historia que confirman la existenciaentre las vetustas paredes de los monasterios del Himalaya de la otra vida de Jesucristo.

NIKOLÁI ROERICH

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La leyenda de Issa continúa con las pruebas que aportó Nikolái Roerich, una de laspersonalidades más relevantes del siglo XX, que durante cuatro años recorrió Asia Central. En eltranscurso de su viaje, encontró los documentos que ratificaban las historias que habían dado aconocer Notovitch y Abhedananda. Ellos aportaron nuevos datos sobre los relatos que hablabande que Jesús pasó parte de su vida en Asia, y Roerich descubrió varios manuscritos y decenas detradiciones orales que así lo confirmaban. Además, él poseía el prestigio que le faltaba aNotovitch, lo que le permitió difundir sus descubrimientos sin ser pasto de críticas y desprestigio.

Roerich era un hombre con un espíritu renacentista que dominaba diversas ramas delconocimiento, tanto científico como artístico. Se interesó por la arqueología, la antropología, lamúsica, el diseño, la filosofía, el estudio de las religiones, la poesía y, sobre todo, por la pintura.En cada una de las disciplinas, sus aportaciones fueron sobresalientes; escribió decenas de librosy diseñó el vestuario de algunas de las más importantes óperas que se representaban en Moscú.Fue nominado al premio Nobel de la Paz, fundó museos, asociaciones, fue director de algunas delas más importantes academias de arte del mundo, mantuvo un estrecho contacto con importantespersonajes —como el compositor Ígor Stravinski o el científico Albert Einstein—. Tambiénmantuvo un contacto especialmente cercano con Henry Wallace, que fue ministro de agricultura yvicepresidente de Estados Unidos bajo el mandato de Franklin D. Roosevelt. Durante meses secartearon e incluso parecía que Roerich se había convertido en el gurú del político inspirándolopara el diseño del reverso del billete de dólar.

En 1935 consiguió que se firmara el Pacto de la Paz, aunque siempre fue conocido como elPacto Roerich, que apoyaron las figuras más importantes de la época, como el dramaturgo GeorgeBernard Shaw, el escritor Thomas Mann, su amigo el filósofo y poeta Rabindranath Tagore, yAlbert Einstein, por supuesto. Este tratado, aún vigente en la actualidad, promulgó la necesidad deproteger el legado cultural de todas las culturas, por encima de las guerras y las diferenciassociales o religiosas:

El arte unificará a toda la Humanidad. El arte es primero, indivisible. El arte tiene muchas ramas, no obstante,son todas una. El arte es la síntesis venidera. El arte es para todos. El signo del arte abrirá las puertas sagradas.

NIKOLÁI ROERICH

EL GRAN VIAJE

La expedición organizada por Roerich lo llevó, durante cuatro años, a recorrer toda Asia Central.Partió en 1924 desde Sikkim, en el norte de la India. Lo acompañaban su esposa Helena y sus doshijos. Uno de ellos, George, era un destacado arqueólogo y orientalista, y un experto lingüista quedominaba el persa, el sánscrito, el chino y el tibetano, lo que le permitió leer directamente lostextos sin necesidad de intérprete:

Es maravilloso que George conozca todos los dialectos tibetanos.

NIKOLÁI ROERICH,Altai-Himalaya

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Roerich capitaneaba una caravana formada por nueve occidentales, el lama Lonzang MingyurDorje, más de treinta nativos, varios yaks, caballos, mulas y casi un centenar de camellos.

Su propósito principal era documentar pictóricamente toda Asia Central, pero desde unaperspectiva esotérica y mística donde el mito era el nexo de unión, el punto de partida de unabúsqueda donde se unían el conocimiento y la belleza:

Desde luego mi aspiración principal como artista al viajar a Asia era el trabajo artístico, y es incluso difícilcalcular lo pronto que podré dar forma a todas mis impresiones y esbozos artísticos; tan generosos son estosdones de Asia. Ningún conocimiento adquirido en la literatura o en los museos le dota a uno para describirAsia o algún otro país a menos que lo haya visto con sus propios ojos. La convicción, esta propiedad mágica eintangible de la creación, solo se produce por una acumulación de ideas reales… Además de los objetivosartísticos nuestra expedición se proponía estudiar la posición de los monumentos antiguos. Observar elestado actual de las religiones y credos y anotar los vestigios de las grandes migraciones.

NIKOLÁI ROERICH,El corazón de Asia

Cuando regresó en 1928 había pintado más de quinientos cuadros, algunos de ellos conclaras referencias a un Jesús orientalizado, como en la obra The Path en la que lo muestra comoun sabio imbuido en la luz del mítico del reino de Shambhala.

El viaje fue homérico, toda una odisea, sufrieron todo tipo de infortunios y contratiempos queno lo hicieron desistir:

Durante la estancia en Tíbet cinco hombres, mongoles, buriatos y tibetanos murieron, y perecieron noventaanimales de la caravana. Por orden de las autoridades, fueron confiscadas todas las cartas y cables dirigidos aLhasa y a las autoridades británicas de Calcuta.

Prohibido hablar con caravanas que pasan. Prohibido comprar alimentos a la población. Con grandesdificultades el 4 de marzo la expedición se dirigió hacia el sur. Los nueve miembros europeos de laexpedición a salvo. Soportaron valerosamente las dificultades de un invierno especialmente riguroso.

NIKOLÁI ROERICH,Altai-Himalaya

A lo largo de esos cuatro años, Roerich tomó notas de todo en sus diarios, que vieron la luzen una trilogía literaria, el primero de los cuales se llamó Himalaya, editado en 1926 mientrasaún estaba viajando. Los otros dos, titulados El corazón de Asia y Altai-Himalaya, fueronpublicados a su regreso.

En los tres libros, Roerich descubre al lector que todas las leyendas sobre Jesús en la Indiason ciertas y desvela que los relatos sobre Issa son extensamente conocidos en Asia Central:

En Srinagar encontramos por primera vez la curiosa leyenda sobre la visita de Jesucristo a ese lugar. Despuéscomprobamos lo extendida que estaba en la India, Ladak, por toda Asia Central la leyenda de la visita de Cristoa esos parajes durante su larga ausencia, citada en los evangelios.

NIKOLÁI ROERICH,El corazón de Asia

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Roerich constantemente descubría nuevos documentos, pasajes o tradiciones orales, y su hijoGeorge se los traducía. Se reunían en su tienda de campaña con una taza de té y comentaban quetodo coincidía, no podía ser una invención ni una broma pesada —como Max Müller quiso ver enel libro de Notovitch— para desprestigiar al periodista aventurero. Aquellas historias tenían queser ciertas:

Un hindú nos dijo: «He oído de un funcionario ladaki que decía que según las palabras de un antiguo abad deHemis, había un árbol y una pequeña laguna en Leh junto a la cual Jesús enseñaba».

NIKOLÁI ROERICH,Altai-Himalaya

Roerich oyó este último relato cerca de Leh, así que no dudó ni un instante en viajar hasta elmonasterio.

En un primer momento los novicios, que en su gran mayoría eran semianalfabetos, negaronque poseyeran los manuscritos que hablaban de Issa. Pero la diplomacia y el conocimiento de suscostumbres por parte de los expedicionarios derribaron el secretismo; el hecho de seracompañados por un lama y que el hijo de Roerich dominara la lengua tibetana les abrió laspuertas. Así pudieron certificar que todo lo escrito en La vida del Santo Issa parecía cierto.

Los más ancianos confirmaron que poseían copias de los textos pero que permanecíanguardados, según los lamas, en el «lugar más oscuro» de su biblioteca.

Roerich apuntó lo siguiente en su diario:

Issa conversó con la gente que encontró en su camino desde el Tíbet. Aunque las leyendas se guardan secretay precavidamente, me lo han confirmado. Es difícil tantearles, pues los lamas, por encima de cualquierpersona, saben guardar silencio. Solo por medio de un idioma común y no simplemente de una lengua hablada,sino también de un entendimiento interior, puede uno abordar sus misterios.

NIKOLÁI ROERICH,Altai-Himalaya

En su libro Altai-Himalaya aparecieron los versos que hablaban de la estancia de Jesús enOriente y de cómo su hijo George fue el traductor a lo largo de sus viajes. Nunca se supo si fueronlos mismos textos que vieron Notovitch, Abhedananda y, años más tarde, Elisabeth Caspari. Perolos relatos coinciden en todos los aspectos. Hablan de su niñez, de su huida, de la estancia entrelos brahmanes y los lamas budistas, de las ciudades que visitó, de su regreso y de su crucifixión:

Así las leyendas de Asia tejen una imagen de Jesús grandemente ennoblecida y cercana a todas las naciones.De forma que Asia conserva esas leyendas entre sus montañas. Por ello, no es sorprendente que lasenseñanzas de Jesús y Buda unan a todas las naciones en una sola familia. Con todo, es hermoso que estaluminosa idea de la unidad se exprese tan claramente. Los mandamientos de Jesús y Buda reposan en unanaquel. Y los signos del antiguo sánscrito y del pali se unen en todas las aspiraciones.

NIKOLÁI ROERICH,Altai-Himalaya

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En 1928, al final de su gran expedición, la familia Roerich se estableció en la India, en elvalle de Kulu, en las estribaciones del Himalaya. Allí establecieron su hogar y la sede delInstituto de Investigación del Himalaya de Urusvati, que se organizó para estudiar los resultadosde su viaje y las exploraciones que aún estaban por llegar. Las actividades del instituto incluyeronestudios botánicos, etnológico-lingüísticos y la exploración de sitios arqueológicos. Bajo ladirección de su padre, los dos hijos de Roerich, George y Svetoslav, realizaron extensos estudiosen botánica y medicina antigua, así como en la farmacopea tibetana y china.

Una de las tradiciones orales que recopiló es tan sorprendente como el resto, pero tiene uncariz especial, ya que habla de la posibilidad de que Jesucristo hubiera llegado hasta la capitaldel Tíbet:

Cerca de Lhasa, había un templo de enseñanza con una gran abundancia de manuscritos. Jesús queríafamiliarizarse con ellos. Mingtse, un gran sabio de Oriente se hallaba en ese templo. Al cabo de muchotiempo, y tras haber pasado enormes peligros, Jesús, acompañado por un guía, llegó a ese templo tibetano.Ming-tse conversaba a menudo con Jesús sobre el futuro y sobre el deber sagrado aceptado por el pueblo deeste siglo. Finalmente, Jesús llegó a un paso de montaña y en Leh, la capital de Ladak, fue felizmenteaceptado por los monjes y por el pueblo de clase baja. Jesús enseñó en los monasterios y en los bazares, allídonde se reunía la gente sencilla predicaba. Un día se acercó una mujer cuyo hijo había muerto y Jesús, enpresencia de la multitud, le impuso la mano y este se levantó curado. A partir de entonces muchos fueron loshijos a los que Jesús curó, Jesús pasó muchos días entre los habitantes de Ladak enseñándoles a curar y atransformar la Tierra en un cielo de bendición. Ellos le amaban y cuando llegó el tiempo de su marcha seapenaron como niños.

NIKOLÁI ROERICH,Altai-Himalaya

EL SECRETO DE SHAMBHALA

Una de las motivaciones menos conocidas de Roerich para emprender tan largo viaje eraconfirmar las tradiciones que, desde hacía siglos, hablaban de un reino perdido más allá del Tíbet.Un reino situado entre los picos de las montañas del Himalaya en un recóndito valle donde existíaun oasis de paz y sabiduría llamado Shambhala; la tierra donde reinaba el amor universal:

En esas tierras no existe siquiera una brizna de maldad.

LAMA GARJE K´AMTRUL RIMPOCHE

Años antes de iniciar su viaje, Roerich compartió en diversas ocasiones junto a su esposaHelena animadas conversaciones con Helena Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica,sobre Shambhala, la capital de Agartha.

Blavatsky era quien había difundido, entre los círculos ocultistas de Europa y América, laexistencia de este mítico reino. Sobre todo, a través de las escuetas pero importantes referenciasque dio sobre él en su libro La doctrina secreta.

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Roerich era conocedor de estos textos y de historias mucho más antiguas, como la de losmisioneros jesuitas Esteban Cacella y Juan Cabral, que en el siglo XVII fueron los primeros endocumentar la existencia de Shambhala. Roerich poseía incluso datos sobre su ubicacióngeográfica extraídos de los documentos de Csoma Körös, que estuvo cuatro años en un monasteriotibetano —entre 1827 y 1830— y que lo situó más allá del río Syr Darya.

Lo cierto es que, durante toda su vida, Roerich creyó en Shambhala, pero no como un lugarfísico sino como un principio oculto que unificaba todas las tradiciones y profecías, a sus profetasy a sus mesías. Un concepto muy cercano a las enseñanzas filosóficas budistas:

Aunque los que tienen una afiliación especial pueden realmente ir allí mediante su conexión kármica, sinembargo, Shambhala no es un lugar físico que podamos encontrar en la realidad. Solo puedo decir que es unatierra pura, una tierra pura dentro del ámbito humano. Y a menos que uno tenga el mérito y la asociaciónkármica real, uno no puede realmente llegar allí.

DALÁI LAMA TENZIN GYATSO

Muchas de las pinturas de Roerich reflejan esta búsqueda, entre ellas sobresale una enespecial, Burning of Darkness, una obra de aterciopelados tonos azules en la que surgen de unacueva un grupo de maestros espirituales. Quien encabeza la fila es un hombre de cabello largo ybarba recortada —tal vez Jesucristo— que lleva entre las manos un cofre resplandeciente. En suinterior está depositado el Regalo de Orión, una piedra con increíbles poderes llamada en AsiaCentral la Piedra de Chintamani. Según la tradición, esta piedra está relacionada con la Kaaba, lapiedra negra venerada en La Meca. Se habla también de que una parte de esta piedra habría estadoubicada en el templo de Cibeles, en Roma, y estaría relacionada con el Santo Grial.

¿Estuvo entonces Jesucristo en Shambhala?

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6

EL REGRESO

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Abandonó entonces Nepal y las montañas de Himalaya, descendió al valle de Rajputana y fue hacia el oeste,predicando a diversos pueblos la perfección suprema del hombre.

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. VI, 5

Se acerca a la orilla del lago, ha llegado al alba. El agua está en calma, el sol la ha convertido en un espejo debronce surcado por las estelas de los remos de las barcas de los pescadores que lanzan sus redes en silencio. Hacefrío a pesar de que el verano ha llegado, el viento se abre paso entre los árboles desde las más altas cumbres de latierra, su susurro le trae el recuerdo del sonido de las caracolas que al amanecer zumban en los templos budistasdonde ha pasado los últimos años. Lleva una adornada con plata y pequeñas turquesas en su bolsa. La extrae, laacaricia, sigue sus surcos en espiral y reconoce en ellos el movimiento celestial del sol, de la luna, de las estrellas,la creación de Dios.

Llega el patrón de la canoa, embarca y se sienta en la proa, a su espalda están depositados una decena decestos repletos de crisantemos de exuberantes colores recién recolectados. Atraviesan el lago con parsimonia ynavegan entre miles de flores de loto que se abren mientras despunta el día.

Jesús busca en su bolsa la caracola, la lleva hasta sus labios, aspira profundamente y la hace sonar, es laúltima vez que lo hará, hoy iniciará la última parte de su peregrinaje, el regreso a casa. Tiene veintiocho años.

Lleva doce días de camino, ha llegado la noche y decide buscar cobijo entre las rocas, toma el pedernal yenciende un pequeño fuego. Se tumba y mira hacia el firmamento repleto de parpadeantes estrellas que forman uncamino celestial, sabe que los griegos lo llaman Galaktikos, el círculo de leche; los romanos lo llaman Vía Láctea.

Está cruzando de nuevo el Parapamiso, como hizo cuando tenía solo catorce años. Ha preferido realizar laprimera parte del viaje en soledad, aún continúa viajando ligero de equipaje, sabe que el camino siempre leproporciona lo que necesita. Pocos son los que se atreven a viajar en solitario entre estas montañas que se alzanamenazantes como titanes. Ha esperado la llegada del buen tiempo, cuando la nieve ha desaparecido y la naturalezaes benévola.

Hace años, cuando sus adolescentes brazos estibaban y tiraban de las riendas de los animales de carga, suscompañeros le desaconsejaron viajar a las inhóspitas tierras por las que hoy camina. Le explicaron que la rutadiscurría entre desfiladeros tan altos que tapaban el sol y precipicios de caída infinita. Y que además era común quelas panteras de las nieves se abalanzaran sobre sus presas con sus aterradoras fauces sedientas de sangre y quegigantes con el cuerpo cubierto de pelo surgían de la nada como fantasmas.

Está a media jornada del puñado de cabañas que vio hace un par de días. Ve varias cabras que saltan entre lasrocas, sus pezuñas desprenden algunos cascotes que entrechocan y se detienen en lo alto de una arista. Sabe quecuando abandone estos parajes dejará de verlas, su lana es la que usaron para confeccionar la gran pashmina que leregalaron al partir, ligera como una pluma y cálida como un jergón al lado de una hoguera.

Al llegar a la aldea el olor a pan recién horneado le abre el apetito, descubre que las marcadas sombras delmediodía hacen que los árboles sean lugar de reunión. El agua fresca del arroyo es un presagio de que aquellasgentes viven en paz.

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Ha llegado a la tierra de los hunzabut, en el valle de Hunza, donde habitan los descendientes de los hombresque formaron parte del ejército de Alejandro Magno. Muchos de sus habitantes peinan cabellos dorados, y el colorde sus ojos es un arcoirís de miradas ámbar, azul, verde y violeta que centellea en sus rostros de piel suave.

Come con ellos, disfruta de jugosas frutas y verduras frescas, son risueños y amables, charla animadamente ydescubre que tienen costumbres muy diferentes de las que ha conocido en la India y el Tíbet.

Le muestran una pequeña estatua de Buda, saben quién es, pero no es el príncipe Siddhartha al que honran,ven en ella los rasgos de Alejandro Magno, el mítico fundador de su estirpe.

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EL REFLEJO DE ALEJANDRO, GANDHARA

Pasaron más de doscientos años tras la muerte de Buda para ver su figura representada en formahumana. Hasta ese momento, sus seguidores habían creado una serie de símbolos extraídos delpensamiento filosófico budista que utilizaban para transmitir las enseñanzas de Siddhartha; unarueda, el árbol de Bodhi, la flor de loto, la esvástica o su propio pie, todos eran elementos queservían para proyectar el ideal búdico.

Jesús había aprendido a lo largo de sus viajes que ninguna creencia era original en sutotalidad, todas eran permeables a asimilar conceptos, dogmas, ceremonias y símbolos. Él mismoera el reflejo de esta permeabilidad, pues se había nutrido en cada una de las etapas de superegrinaje de multitud de credos que ahora formaban parte de su propio sistema de creencias.

En su camino siempre se cruzó con el legado de Alejandro Magno, confirmó que el reymacedonio administró hábilmente su vasto e inmenso imperio, ya que supo ver que su proyecto dehelenizar y crear un mundo universal no se podía basar solo en la fuerza, y menos aún en laopresión, por lo que ideó un sistema de gobierno plural y permisivo. Un gobierno a merced de suporosa personalidad, y de las condiciones y circunstancias en las que se encontraban los pueblosincluidos en sus dominios.

A su regreso, Jesús visitó algunas de las ciudades que fundó; algunas lindaban con la India yel Tíbet, pues el conquistador, en su afán por llegar más allá del sol naciente, creó nuevasciudades en Asia Central, en los territorios de Aracosia, Batria, Sogdiana y Gandhara. Administrólos pequeños reinos existentes, pero conservó en el trono a los príncipes locales que acataron suautoridad suprema como rey.

Las religiones de estas tierras tan alejadas de Macedonia distaban en gran medida de lascreencias griegas, y ello fue, en parte, uno de los estímulos que llevaron al conquistador a intentaratravesar el río Indo, como Jesús haría siglos más tarde.

Alejandro no solo era un rey, era también un estratega, un militar y un político, pero el granimpulso que lo llevó a conquistar el mundo era su espiritual personalidad, más cercana a la de unfilósofo y un místico que a la de un simple guerrero o estadista. La religión y el mito tenían unprotagonismo absoluto en su vida, eran el camino por el que transitaba su destino.

Aleccionado por su madre, Olimpia, en el aspecto divino de su misión, e instruido porAristóteles, conocía las costumbres y creencias de los habitantes de la India. Había leído aHomero, que describía a aquellas gentes como a los etíopes orientales, pero serían los textos delpadre de la historia, Heródoto, y los de Ctesias de Nido los que le proporcionarían informaciónsobre los pueblos que poblaban el subcontinente indio.

Cuando Alejandro ideó sus conquistas no solo formó un ejército de avezados guerreros, sinoque otro tipo de ejército lo acompañaba, uno formado por filósofos e historiadores que tenían lamisión de enseñar y aprender, y de conseguir que el mestizaje no solo fuera racial, sino intelectualy religioso. Sabía que esos serían, sin duda, los eslabones más fuertes de la cadena.

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Entre este selecto grupo de hombres estaba Onesícrito, que tuvo el privilegio de ser elegidopor Alejandro para entablar contacto con los hombres sabios de la India a quienes los griegosllamaban gimnosofistas, los filósofos desnudos. Aquellos con los que Jesús compartió losprimeros meses en la tierra de los cinco ríos y que vivían de manera ascética rechazando la ropa yla comida y que practicaban una milenaria disciplina de meditación, el yoga:

Y hay otros indios que observan un régimen de vida distinto; se trata del siguiente: no matan a ningún ser vivo,no siembran nada, y no acostumbran a tener casas; simplemente se alimentan de hierbas y disponen de ciertalegumbre, aproximadamente del tamaño de un grano de mijo, provista de una vaina, que surge de la tierra enestado silvestre; esas gentes recogen dicha legumbre, la cuecen con vaina y todo y, luego, se la comen. Y siuno de ellos cae enfermo, se va a un despoblado y se tiende en el suelo, sin que nadie, ni a su muerte nidurante su enfermedad, cuide de él.

HERÓDOTO

Estrabón, siglos después, se hace eco de la sorpresa de Onesícrito en su primer encuentrocon quince de ellos:

Y dice que se encontró a quince hombres a veinte estadios de la ciudad, cada uno colocado en diferentesposturas, ya sea sentado ya tumbado desnudo, todos inmóviles hasta el anochecer, que es cuando volvían a laciudad; y que era muy duro soportar el sol, que calentaba tanto que a mediodía ningún otro soportaríafácilmente caminar con los pies desnudos sobre la tierra.

ESTRABÓN

El joven Jesús, antes de llegar a la India, pudo haber conocido los textos de Onesícrito, enespecial aquel que narraba la conversación que el filósofo griego mantuvo con el asceta indioKalanos, personaje que llegó a formar parte de la corte de Alejandro acompañándolo en susviajes.

Fue a través de Kalanos que Alejandro llegó a conocer al líder de los gimnosofistas,Dandamis. Y descubrió que los cínicos griegos tenían un estilo de vida similar al de los ascetas dela India. Si los cínicos como Diógenes vivían en un barril y rechazaban el placer, losgimnosofistas se recreaban en el dolor físico. Si el cínico llevaba un manto raído, el gimnosofistaiba desnudo, si los cínicos comían y bebían frugalmente los gimnosofistas hacían lo mismo, peroademás no probaban la carne, tomaban únicamente alimentos sin cocinar y solo bebían agua.

La interrelación entre los hombres de Alejandro y los pueblos de Asia marcó el futuro, nosolo de la región sino de todo el continente, de Oriente Medio y de Europa. Solo Jesucristo siglosdespués logró que muchos olvidaran quién fue el gran Alejandro.

El macedonio, hábilmente, incitó a sus hombres para que se unieran en matrimonio con lasmujeres de los territorios conquistados y anexionados. En Aracosía, Sogdiana y Gandhara, esemestizaje dio forma a un sincretismo religioso en que se fusionaron las mitologías y filosofíasgriegas y budistas.

Fueron los descendientes de su ejército los primeros que representaron a Buda en forma dedios humanizado, la helenización del arte budista transformó la visión que tenían los budistas delpríncipe Siddhartha. Nadie recordaba su rostro, no existían pinturas ni estatuas que pudieran

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servir de modelo, así que usaron los modelos griegos, el rostro de Buda sería la imagen del diosApolo o del propio Alejandro.

La influencia griega fue tan importante que dio forma a un nuevo panteón donde los diosesgriegos se convirtieron en bodhisatvas, seres iluminados que buscaban la salvación de lahumanidad. Divinidades como Hércules y Bóreas se transformaron en Vajrapani y Wardo.

Las escuelas budistas, especialmente la Mahayana, hicieron suyas las ideas de los filósofossofistas y escépticos helenos. Y Jesús, convertido en un bodhisatva, confirmó, mientras regresabaa Galilea, que los artistas que habían esculpido estatuas que vestían túnicas repletas de pliegues yque ladeaban sus cabezas embelleciéndolas con peinados ensortijados habían dado forma a un artesincrético que miles de años después se conoció como Gandhara.

JESÚS EL BUDA

Si Alejandro y su legado influyeron en el budismo, no solo en sus representaciones artísticas sinotambién en su filosofía, y a su vez el budismo pasó a formar parte del mundo heleno, parece obvioque si Jesús estuvo en la India y el Tíbet a su regreso a Palestina usaría en la difusión de sumensaje las influencias adquiridas. Especialmente la doctrina de Buda.

Dos religiones, el cristianismo y el budismo, separadas geográficamente por más de cincomil kilómetros y cronológicamente por quinientos años, pero unidas por dos figuras que parecenser una sola.

Si comparamos la vida de Buda y la de Jesús, las coincidencias muestran que una de las dosdoctrinas es el reflejo de la otra.

Buda falleció, según los datos cronológicos, unos cuatrocientos años antes del nacimiento deJesús. Es evidente que los primeros cristianos usaron pasajes mitológicos de otras culturas paradar forma a la figura de Jesucristo y que ninguna otra doctrina le hiciera sombra.

La legendaria vida de Buda tuvo mucho que ver en esta divinización de la figura del Mesías.Aunque algunos investigadores, relacionados con los estamentos católicos, quieren ver que fueronlos budistas del siglo II d.C. los que usaron la figura de Jesucristo para mitificar a Buda.

Es difícil encontrar una explicación a las más de cuarenta coincidencias que existen entre lasvidas de estos dos seres iluminados. Aunque lo más probable es que la respuesta sea más terrenalque divina, ya que en una época en la que el acceso al conocimiento era harto difícil, seguramentefue muy fácil adueñarse de las ideas, mensajes y mitos de otros pueblos.

Si no, ¿cómo se explican sus similitudes? Fueron paridos por vírgenes un 25 de diciembre, sunacimiento fue anunciado por una estrella, magos y sabios fueron a ofrecerles presentes, a losdoce años se presentaron en sus templos y asombraron con su sabiduría a los sacerdotes, los dostuvieron que luchar contra sus tentaciones, Buda ante la presencia de Mara, el líder de losdemonios, y Jesús ante Satanás. Los dos pasaron cuarenta días y cuarenta noches luchando, Jesúsen el desierto y Buda bajo el árbol de Bodhi, los dos fueron bautizados en ríos sagrados y teníandoce discípulos. Además, ostentaron los mismos títulos, Jesús dice ser la «luz» y Buda significa«luz», ambos efectuaron importantes sermones al inicio de su ministerio, Buda abandonó su hogaren un peregrinaje místico y Jesús también lo hizo, pero con una diferencia, Buda a los veintinueveaños y Jesús a los doce.

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Pero se descubren paralelismos al estudiar sus mensajes, no solo en las universalespredicaciones de paz y amor, sino en un aspecto mucho más profundo: la manera de enfrentarse acuestiones trascendentales como la muerte, el pecado o el perdón. Cuando los misioneroscristianos del siglo XIX comenzaron a traducir los textos budistas, descubrieron estas similitudes ypromulgaron que el budismo era el cristianismo de Oriente, hubiera sido mejor que lo llamaran elbudismo de Occidente.

EN EL CAMINO

La arena cubre sus ropajes, lleva cubierto casi por completo su rostro, solo se vislumbran sus ojos entreabiertos yenmarcados por sus pestañas impregnadas de minúsculos granos de arena. El aire es áspero y sus dientes mascanpolvo, no sabe si es de día o de noche, la tormenta ha tapado el sol.

Vuelve a viajar entre mercaderes y caravaneros, algunos de ellos lo han reconocido a pesar del tiempotranscurrido, aunque su físico poco tiene que ver con el adolescente que conocieron. Sobrepasa en altura a la granmayoría, su figura es esbelta, la práctica del yoga le ha proporcionado un cuerpo atlético y flexible, tiene unafuerte y ancha espalda, peina su larga melena con una trenza como las que llevaba en Britania. Sin embargo, sumirada sigue siendo la misma, vivaz y profunda, pero más madura por el paso del tiempo y repleta de enseñanzas;más sabia.

Por fin el clima mejora, el escuadrón de jinetes se pone en marcha, las mercancías se aseguran, los odres sellenan con el agua de las pozas, las sonrisas afloran tras los duros días pasados, y hombres y mujeres reemprendenel camino. Un centenar de dromedarios y alrededor de una cincuentena de camellos bactrianos portan lasmercancías y enseres de las más de trescientas personas que cruzarán desiertos, vadearán ríos y se protegerán unasa otras de los ataques de los bandidos hasta llegar a Antioquía.

Jesús sigue usando el trueque para enrolarse en las caravanas, sus conocimientos suscitan interés entre losintegrantes de la comitiva. Ha empezado a predicar, sus habilidades como sanador han mejorado y ha vuelto a seraquel al que todos recurren cuando la fatiga y las heridas los vencen.

Hace mucho que abandonó las altas cumbres, recorre las tierras de Zoroastro, ha llegado a Persia. No es bienrecibido, sus profecías y su mensaje han generado polémica en los territorios por los que ha pasado y han llegado aoídos de los sacerdotes. La acogida de los adoradores del fuego no es calurosa, pero a pesar de ello le desvelanalgunos de sus rituales para convencerlo de que está equivocado, quieren saber quién es, qué esconde.

Ha conocido a alguno de los sacerdotes zoroástricos durante el largo viaje y conoce su ancestral doctrina.Aprendió hace lustros que su dios supremo es Ahura Mazda, que predica que el hombre es responsable de sus actosy que la lucha entre Ormuz, la luz, y Ahriman, la oscuridad, es incesante.

Está recostado contra el muro de la posada con la mirada fija en el cielo, observa decenas de buitres quesobrevuelan las altas torres circulares que se alzan en el horizonte. A su lado, un sacerdote está sentado sobre unfardo, su barba es cana y le llega hasta el pecho, sus ojos son oscuros y parecen surgir de dos profundas perodiminutas cuevas cubiertas por pobladas cejas.

Debaten de sus costumbres y creencias mientras apuran una jarra de vino aguado. Jesús le pregunta por lastorres del silencio y el sacerdote le indica que se levante. Caminan un trecho hasta llegar a un bosquecillo entre lasfrondosas copas de los árboles, los cuervos aletean mientras graznan estridentemente. Al pasar junto a un perro

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que dormita, su guía le explica que tienen un papel muy importante en sus rituales funerarios porque no soloposeen dos ojos físicos, sino que también cuentan con dos ojos espirituales, y esos son los que les sirven paradetectar el alma.

Se topan con la carroza que lidera el cortejo fúnebre, se acercan y ven cómo alzan un cadáver y lo transportanhasta el interior del edificio sagrado. Su guía no le permite entrar, le explica el porqué, los que no adoran el fuegojamás pueden traspasar el umbral, sería una temeridad hacerlo porque la energía en descomposición del cadáver esmaligna y solo los que llevan el kusthi o cinturón protector y adoran a Ahura Mazda, el dios de la luz, puedenentrar. Solo los zoroástricos tienen la protección divina.

Regresan al centro de la ciudad y entran en el templo, allí le siguen hablando de las torres del silencio y elsignificado de la ceremonia funeraria. Jesús permanece atento, el calor provoca que su frente esté cubierta porpequeñas gotas de sudor, está tenso, tiene ganas de hablar, pero permanece en silencio esperando el momento paratransmitir su mensaje.

Su lazarillo le sigue contando que, una vez lavado el cuerpo, el cortejo fúnebre asciende a la torre paradepositar el cadáver en su cumbre, donde será devorado por los buitres y los cuervos hasta que el sol limpie sushuesos.

Para los seguidores de Zoroastro, la muerte es una victoria temporal del mal, por lo que se considera que elcuerpo está contaminado, así que no se le puede enterrar ni sumergir en el agua, ya que el cadáver es impuro.Tampoco se le puede incinerar porque se desacralizaría el fuego sagrado, así que la única forma de liberarlo esdepositarlo en las torres para renacer cuando Ahura Mazda venza definitivamente a la oscuridad.

Jesús se seca con la manga de su túnica el sudor de la frente y, con un tono de voz firme, rebate todo lo quele han explicado; la mirada del sacerdote se llena de ira.

En su camino de regreso, Jesús atravesó Persia y, según los textos que se encuentran en los monasteriosbudistas, no fue bien recibido, fue arrestado y conducido ante el sumo sacerdote.

Las profecías de Issa tuvieron resonancia en los países vecinos, y cuando entró en Persia los sacerdotes sealarmaron y prohibieron a los habitantes escucharle.

Y cuando vieron a todos recibirle con alegría y escuchar devotamente sus sermones, dieron órdenes dearrestarle y llevarle ante el sumo sacerdote, donde sufrió el siguiente interrogatorio: «¿De qué nuevo Dioshablas? ¿No sabes, infeliz, que el santo Zoroastro es el único justo admitido al privilegio de comunión con elser Supremo?».

Entonces Issa le dijo: «No es de un nuevo Dios de quien hablo sino de nuestro Padre Celestial, quien haexistido siempre y seguirá existiendo al final de todas las cosas».

Tras escucharle, los magos decidieron no hacerle daño. Pero por la noche, cuando toda la ciudad dormía, lecondujeron fuera de las murallas y le abandonaron en el camino con la esperanza de que fuera pronto presa delos animales salvajes.

NICOLÁS NOTOVITCH,La vida del Santo Issa

Cap. VIII, 1-2-3-6-23

SABIOS Y FILÓSOFOS

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La oscuridad no le asusta, sonríe y sabe que el camino que ha elegido no es fácil, pero se siente fuerte y capaz.Deja atrás otra ciudad, otro pueblo y se adentra en la noche. Se sienta junto a una gran roca, cruza las piernas unasobre la otra, se deshace la trenza, se descalza, cubre su cabeza con la pashmina dejándola caer sobre sus hombrosy busca en su zurrón el viejo trozo de tela que era parte del manto que su madre tejió cuando partió camino deSephoris de la mano de José de Arimatea. Mantiene el pedazo de tela entre sus dedos y se deja llevar por el sonidodel silencio.

Hace mucho que dejó la aridez del desierto, ha pasado las últimas semanas en Éfeso, adonde llegó a través dela Capadocia a la estela de una pequeña caravana que portaba incienso y especias. Ahora navega en una pequeñaembarcación camino de Atenas.

Recorre las bulliciosas calles de la ciudad, que le traen recuerdos de Jerusalén, lleva semanas oyendo hablararameo y los rostros con los que se cruza le recuerdan a los habitantes de Galilea. Aún le quedan algunas semanasde viaje, pero su destino cada vez está más cerca.

Mientras recorre la magna Grecia, comparte y aprende las antiguas enseñanzas de los filósofos. Descubre elhedonismo racional de Epicuro, en el teatro ve Antígona y Edipo Rey, obras de Sófocles que dicen que la verdadpuede más que la razón. Oye hablar de Parménides, que se pregunta: ¿es o no es?, teoriza sobre la naturaleza conlos seguidores de Tales de Mileto y se adentra en los textos de Aristóteles. Se siente cercano al pensamiento deSócrates al descubrir que promulgó que una vida que no ha sido examinada no merece ser vivida y aprende dePlatón que donde reina el amor sobran las leyes y que el sabio querrá estar siempre con quien sea mejor que él.

EL UNGIDO

Tras su peregrinaje, Jesús llegó a Palestina. Dieciocho años después nada había cambiado, lastres provincias Samaria, Galilea y Judea seguían bajo el yugo del Imperio romano gobernadas porun rey títere, Herodes Antipas, que intentaba mantener el orden mientras el pueblo judío seguíaesperando al Mesías, al libertador que les devolvería la gloria de los tiempos de Salomón.

Sus viajes le habían aportado los conocimientos y la sabiduría de la que otros predicadores,rabinos y sacerdotes carecían. Había cruzado el mundo en un viaje de más de treinta milkilómetros en los que había conocido todo tipo de pueblos, ritos, creencias y símbolos.

En Britania aprendió a curar usando las plantas, la farmacopea de los druidas tuvo que ser engran medida la responsable de muchas de las sanaciones que realizó y que fueron consideradasmilagrosas. De la mano de los ascetas hindúes y de los monjes budistas, se transformó en un yoguiexperimentado, lo que le permitió realizar actos sobrehumanos que sorprendieron a los habitantesde Galilea, aprendió a realizar exorcismos y a liberar a los hombres de las enfermedadesmentales. Se había transformado en un filósofo capaz de rebatir, profundizar y analizar cualquiertema desde una profunda visión metafísica.

Druidas y brahmanes, adoradores del fuego y dioses de mil brazos, ascetas desnudos,penitentes y reyes, Horus y Osiris, Apolo y Niké, Buda y Alejandro, todos y cada uno de ellosdejaron su impronta en Jesús.

A su regreso, aquel niño inquieto que sorprendió a todos en el templo cuando tenía solo doceaños se había hecho a sí mismo, se había transformado en un hombre que tenía una misión y quedebía cumplirla. Pero aún le faltaba un último capítulo para iniciar su ministerio y comenzar a

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predicar entre los suyos. Tenía que ser ungido para convertirse en Jesucristo.La palabra mesías en hebreo, cristo en griego y ungir en latín significan lo mismo, elegir a

alguien para un puesto o un cargo muy notable.En la Palestina de Jesucristo, los hebreos concedían un significado muy importante a la

acción de ungir a una persona, consideraban que al hacerlo le otorgaban cualidadesextraordinarias, incluso sobrenaturales concediéndole la potestad de ejercer un cargo importante.Por ello los reyes eran ungidos y pasaban a ser la representación de Yahvé en la tierra. Esecarácter teocrático era especialmente importante, pues se convertían en los mediadores entre Diosy el hombre, siempre y cuando la unción la realizara un ser dotado de cualidades divinas, es decir,un sacerdote o un rabino:

Samuel tomó el cuerno del aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. A partir de aquel día vino sobre Davidel espíritu de Jehová.

I Libro de los Reyes

Según el Antiguo Testamento, esta unción se realizó con aceite porque así lo había indicadoYahvé:

Y tú has de tomar de las principales drogas; de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática lamitad, esto es, doscientos y cincuenta, y de cálamo aromático doscientos y cincuenta y de casi quinientos, alpeso del santuario, y de aceite de olivas un hin. Y harás de ello el aceite de la santa unción, superior ungüento,obra de perfumador, el cual será el aceite de la unción sagrada. Con él ungirás el tabernáculo del testimonio, yel arca del testimonio, y la mesa, y todos sus vasos, y el candelero, y todos sus vasos, y el altar del perfume, yel altar del holocausto, todos sus vasos, y la fuente y su basa. Así los consagrarás, y serán cosas santísimas:todo lo que tocare en ellos, será santificado. Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para quesean mis sacerdotes.

Éxodo 30, 22-30

La primera aparición de Jesús tras los años perdidos es uno de los momentos másimportantes de su vida pública: su bautismo y unción a manos de Juan el Bautista.

Que lo bautizara Juan revela que Jesús tenía muy claro cuál tenía que ser su primer actopúblico a su regreso, y, como Alejandro Magno, sabía que eran los actos simbólicos los quedefinían el futuro de los hombres. Juan el Bautista era una figura muy importante; algunos loconsideraban un profeta e incluso el mesías, y, al ser ungido por él, su misión tenía la aprobaciónde un hombre divino y venerado por aquellos que querían iniciar un nuevo camino.

Jesús se convirtió en el Mesías, en Jesús el Cristo.A partir de ese momento y hasta su crucifixión, su vida pública aparece en los evangelios,

modificada y transformada por los diferentes escritores que le han dado forma a lo largo de lossiglos. Una etapa en la que ni siquiera se ponen de acuerdo sobre cuál fue su duración. Mateo,Marcos y Lucas escriben que duró solo un año, mientras que Juan dice que fueron tres. Pero loscuatro siguen omitiendo los episodios de su vida que podrían transformar la historia de lahumanidad.

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LA SACERDOTISA

La brisa agita la ligera tela que cubre la ventana, oculta su cuerpo desnudo con un lienzo de suave algodón, está apunto de amanecer, ahora puede ver su rostro. Le aparta suavemente un mechón de cabello y ella abre los ojos, lomira y sonríe dulcemente, se acurruca en su pecho, siente el calor de su respiración y el perfume de su cuerpo, laabraza, le embarga una paz celestial, ha conocido el amor carnal, se ha unido a la diosa, se ha casado con MaríaMagdalena.

En uno de los estantes de la British Library se guarda con celo un manuscrito datado en el año 550d.C., escrito en un dialecto del arameo, el siriaco, que puede guardar la clave para desvelaralgunos de los capítulos más importantes en la vida desconocida de Jesús tras su regreso aPalestina.

En una primera lectura parece describir un pasaje del Antiguo Testamento, el encuentro entreel patriarca Josué y la sacerdotisa egipcia Ashenath, hija de Potipherah, sacerdote de On, que seconvertirá en su mujer y con la que engendrará dos hijos, Efraín y Manases. Pero el texto estálleno de misterios, de símbolos y códigos que llevan décadas asombrando a los historiadores.Tras lo que parece simplemente un relato judío, se esconde uno de los evangelios gnósticos másreveladores y controvertidos.

El texto describe al patriarca judío Josué conduciendo un espléndido carro tirado por cuatrocaballos que se dirige hasta un claustro donde doce hombres lo flanquean. La sacerdotisa paganaAshenath, una hermosa virgen que vive en una torre y es atendida por siete jóvenes vírgenesvestales, corre hacia Josué y le declara su amor eterno, pero él la rechaza diciéndole que adora alúnico Dios, y que por ello no puede casarse con una mujer que se inclina ante los ídolos.

Josué llega desde el este, por donde sale el sol, porta un cetro real y de su corona surgendoce rayos dorados. Al ser rechazada, Ashenath llora desconsoladamente, ayuna durante días ytira sus estatuas paganas por la ventana. Entonces aparece un ángel que crea un panal de miel,dibuja con sangre una cruz en su frente y después introduce un pedazo del panal en la boca deAshenath. Al instante, la rodean cientos de abejas, algunas mueren tras picarle, pero el ángel lasresucita, ya puede convertirse en la esposa de Dios.

Muchos eruditos ven en este pasaje un mensaje codificado que señalaría algo muy diferente asu literalidad: la descripción del matrimonio entre Jesucristo y María Magdalena.

Para descifrar lo que esconde este episodio, el primer paso es descubrir quién era laauténtica María Magdalena. Algunos la consideran una poderosa imagen de la redención, unapecadora que fue salvada por Jesús, pues era una prostituta, y, de las muchas mentiras que laIglesia ha vertido, esta es una de las más atroces, misógina y estúpida.

En la Biblia en ningún momento se indica que fuera una meretriz; todo surgió a partir de lamaldad del papa Gregorio I y de su premeditado interés por denostar a María Magdalena,seguramente porque conocía la importancia que tenía para algunos cristianos y por la endémicamisoginia por parte de los líderes religiosos que siempre vieron a las mujeres como una amenaza.

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El 21 de septiembre del 521 d.C., Gregorio I ofreció una misa en la basílica de San Clementede Roma. Tomó el personaje de María Magdalena para ejemplificar el perdón y, en un acto quecambió el rumbo de la historia, unió distintos pasajes y personajes de los evangelios para crear ala María Magdalena prostituta y con ello hacer olvidar que fue el primer apóstol, la esposa deJesucristo y la madre de sus hijos, Sara y Jesús:

Ella, a quien Lucas llama mujer pecadora, a quien Juan llama María, creemos que es la María de la que fueronexpulsados siete demonios, según nos cuenta Marcos. ¿Y qué significaban estos siete demonios sino losvicios? Está claro, hermanos, que la mujer usó el ungüento para perfumar su cuerpo en actos prohibidos. Esoque antes desplegaba de la manera más escandalosa es lo que ahora ofrece a Dios de la manera más admirable.

Papa GREGORIO I

Pero la realidad es muy diferente y la verdad se descubre al analizar el manuscrito dondeaparece la historia de Ashenath. En él, Josué es llamado hijo de Dios, título que también lecorrespondería a Jesús, y es representado con una corona resplandeciente portando un cetro, unaimagen muy próxima a la figura del dios Helios, que representa al sol que sale por el este, dedonde viene conduciendo un carro que parece tener reminiscencias de otro dios solar, Apolo.Dioses que, en los inicios del cristianismo, al igual que Mitra, fueron utilizados para representar aJesús.

Ashenath vive en una torre, he aquí la clave definitiva, pues la única persona a la que en laBiblia se relaciona con la palabra torre es a María de Magdala, cuyo nombre quiere decirliteralmente «María de la Torre». Además, hay que tener en cuenta que la palabra torre en el sigloI poseía un significado codificado; era una forma de decir que algo era secreto, por lo tanto, latraducción correcta sería «María la que esconde el secreto o los secretos». Pero ¿qué secretos?

Secretos que si fueran desvelados confirmarían que María Magdalena fue la madre de unniño llamado Jesús y de una niña a la que sus padres pusieron el nombre de Sara, que significaprincesa. ¿Qué mejor nombre para la hija del rey de reyes, la descendiente de la estirpe deJesucristo y la guardiana de su legado?

Así pues, llegados a este punto, lo importante es saber por qué Jesús y María se unieron enmatrimonio, en una unión sagrada, que daría forma a un legado mesiánico que podría habercambiado el rumbo de la humanidad.

Recordemos que Jesucristo en ningún momento está en contra del matrimonio, todo locontrario, como judío considera necesario y sagrado casarse, y, además, tampoco habló nunca delcelibato. Por ello resulta extraño e incluso inconcebible que Jesús no llegara a casarse.

Si Jesús era un místico, un buscador de la verdad, un filósofo, un hombre que había conocidoreligiones sincréticas y doctrinas ocultas, ¿qué tipo de mujer haría despertar el amor en él? Larespuesta es rotunda: una sacerdotisa, la representante de una diosa, María Magdalena.

El significado de la torre en el nombre de María, unido a un texto codificado donde se detallaque la sacerdotisa egipcia Ashenath vivía en una torre, guarda otro enigma. En la Antigüedad, unade las diosas más veneradas era Artemisa, y una de las siete maravillas de la Antigüedad fue eltemplo que se alzó en su honor en Éfeso. Los símbolos que definían su veneración conforman uncódigo que los iniciados entendían a la perfección y que guarda similitudes con muchas otras

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diosas; desde la celta Danna, pasando por Cibeles, la india Kali, la Isis egipcia o, posteriormente,las vírgenes negras. Todas ellas representan el culto a la madre tierra, a la fertilidad y alrenacimiento.

Los símbolos de Artemisa son una torre que corona su cabeza, abejas, y lo que durantedécadas se creyó que eran pechos, que parecen ser realmente las celdas que las abejas obrerascrean para albergar a la abeja reina, a la madre de todas ellas. Por tanto, la aparición de Ashenathen la torre y las abejas es una analogía entre esta y Artemisa.

Si Ashenath y Josué representan a María Magdalena y a Jesús, y a su vez a Helios, el diossolar, y a Artemisa, la diosa lunar, comprobamos que el mensaje de Jesucristo no es totalmenteoriginal, por lo que, como en la gran mayoría de las religiones, el sincretismo y la asimilación dedoctrinas son lo que dio forma al cristianismo.

Aunque todas tienen un nexo en común: la unión sagrada de lo masculino, el sol, y lofemenino, la luna. El sol es exotérico, es el creador de religiones, y la luna lo esotérico, lacreadora de la magia. Es lo tangible que se une a lo intangible, lo esotérico que se une a loexotérico para crear la vida.

Parece ser que el texto gnóstico demuestra que, para los primeros cristianos, Jesús y MaríaMagdalena eran divinos y su matrimonio sagrado, juntos representaban al sol y la luna. Algunosdocumentos acreditan que, para algunos de los primeros cristianos, la comunión consistía encomer pan y vino y participar en el ritual secreto de la cámara nupcial. Un rito real en el que launión sexual era la finalización de un camino espiritual que se iniciaba con el bautismo, laeucaristía y la consagración con aceite.

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El manuscrito de la British Library no es el único que aporta datos sobre la posibilidad deque Jesús se casara. En Egipto, en 1896, se descubrió el Evangelio de María Magdalena, dondeaparece referenciada como el discípulo preferido de Jesús; es por ello que Pedro se enfada yMateo le reprende. También en sus líneas impresas con cálamo se dice que el salvador la amabamás que a cualquier otra mujer.

En el año 2012 salieron a la luz los restos de otro evangelio gnóstico, un pequeño pedazo depapiro datado en el siglo IV que parecía la traducción de un evangelio del siglo II, originalmenteescrito en griego y posteriormente traducido al copto. El papiro tiene detractores que aseguran quees una falsificación, pero a su vez también tiene importantes investigadores que avalan suautenticidad. En él aparece una frase trascendental:

Jesús les dijo, mi esposa…

Evangelio de la esposa de Jesús

LA GRAN MENTIRA

Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.

I Corintios 15, 12-17

La resurrección de Jesucristo es el pilar fundamental de la fe cristiana, el acontecimiento a partirdel cual nació la religión que ha marcado los últimos veinte siglos de la historia de la humanidad,el credo por el que se han forjado imperios, por el que se ha vertido la sangre de millones depersonas y aniquilado civilizaciones. Una doctrina que, como una brújula, ha guiado el rumbo delos hombres manipulados por el miedo a pasar la eternidad en el fuego del infierno, por lo quedudar de que Jesucristo volvió de entre los muertos es poner el dogma más importante en lapicota.

Pero la realidad que rodeó a la Pasión de Cristo pudo ser muy diferente. Existen antiguosmanuscritos, tradiciones orales, obras de arte y libros prohibidos que atesoran otra verdad. Unaverdad más real, más creíble, más reveladora.

Cada uno de los pasos que conformaron su camino hacia el Gólgota, hacia el calvario,podrían formar parte de un plan maestro, de un propósito relacionado con la libertad de su pueblo.Pero para ello tendría que cumplir su propia profecía, tenía que morir y al tercer día resucitar:

Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por losancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.

MARCOS 8, 31

Tal vez la pregunta más importante al leer la Biblia sea esta: ¿Jesucristo realmente resucitó?La respuesta fluctuará entre la incredulidad y la confirmación de que fue así. Para descubrir laevidencia no solo hay que leer los evangelios canónicos, sino que hay que tirar de la madeja, se

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han de analizar miles de páginas, consultar manuscritos olvidados, analizar todas las pruebas queexisten a nuestro alcance y finalmente dar un veredicto.

Jesucristo no murió en la cruz.

PROFETAS

Hace dos mil años, un hombre, un profeta, proclamó ante los sacerdotes de Jerusalén que eltemplo sería destruido. Las autoridades judías pidieron al gobernador romano que lo apresara y locastigara por sus blasfemias y su apocalíptico mensaje. Los romanos lo torturaron y lo flagelaronhasta arrancarle a jirones la piel del cuerpo. Dictaminaron que estaba loco y lo liberaron, muriósiete años después. Su nombre era Jesús Ben Ananías.

En el siglo I de nuestra era, muchos fueron los supuestos profetas y mesías que aparecieron alo largo del Imperio romano. Jesucristo no fue el primero ni sería el último.

Durante décadas varios fueron los hombres que se proclamaron libertadores, algunospredicaban el fin de los tiempos, otros difundían mensajes de paz y amor. La única diferencia conJesucristo es que, trescientos años después de su muerte, Roma se convirtió al cristianismo. Apartir de ese instante su figura idealizada y su mensaje manipulado transformaron las creencias delImperio romano. Sus gobernantes borraron de un plumazo el rastro de los otros profetas. Los quevencen escriben la historia.

Profetas como Apolonio de Tiana, el filósofo que sanó a los enfermos, realizó exorcismos,resucitó a los muertos, subió a los cielos y predicó un mensaje de amor y paz. Y, según sus propiaspalabras, también realizó un largo viaje a la India para formarse en las mistéricas tradiciones deOriente:

El lector podría preguntarme de dónde he sacado la idea de que obras pertenecientes a civilizaciones muyantiguas se encuentren en la India. Esta idea no es nueva; fue introducida en Occidente por un personaje tanfantástico como Apolonio de Tiana. Apolonio de Tiana impresionó mucho a sus contemporáneos y a laposteridad. Se atribuyen a Apolonio poderes sobrenaturales, que él mismo niega con la mayor energía. Esindudable que viajó a la India. Murió a una edad muy avanzada, más de cien años... Lo cierto es que Apoloniode Tiana afirmaba que existieron en su época, o sea en el siglo I d.C., en la India, libros extraordinarios y muyantiguos que contenían una sabiduría procedente de edades extinguidas, de un pasado muy remoto. Al parecer,Apolonio de Tiana trajo de la India alguno de estos libros, y conviene observar que, gracias a él, encontramosen la literatura hermética pasajes enteros de las Upaniṣads y de la Bhagavad gītā. Damis habla, en lo que nosqueda de sus notas, de reuniones secretas, de las que él era excluido, entre Apolonio y los sabios hinduistas.También parece que estos recibieron a Apolonio como un igual, que le instruyeron y que le enseñaron más delo que jamás habían enseñado a ningún occidental.

JACQUES BERGIER,Los libros condenados

Tras la desaparición de Jesucristo, apareció el rebelde judío Bar Kojba, que lideró al pueblocontra los romanos. Muchos fueron los que vieron en su mensaje y su brazo la espada dellibertador que profetizaba el Antiguo Testamento.

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Mientras el apóstol Pedro predicaba el supuesto mensaje que Jesucristo le legó, Simón elMago recorría todo el imperio, desde Egipto hasta Roma, predicando un mensaje muy parecido.Pero, a diferencia de él, que más tarde sería el primer papa, Simón fue idolatrado poremperadores romanos como Calígula, que lo veneraron mientras los cristianos eran lanzados a losleones sin miramientos.

Así que Apolonio, Kojba o Simón quedaron relegados al olvido.Y Jesucristo hubiera sido uno más si sus seguidores no hubieran creado un mito a su

alrededor, una leyenda en la que creer, un hecho sobrenatural que, visto con la mirada del hombredel siglo XXI, no sería más que una patraña urdida por algún demente para obtener sus quinceminutos de gloria. Pero hace dos mil años todo era muy diferente.

Su nacimiento, su predicación y su bautismo no tendrían ninguna importancia si tras sumartirio no hubiera vuelto de entre los muertos. Es en ese instante cuando María Magdalena lo veresucitado, cuando nace el cristianismo.

EL DILEMA DE PILATOS

Viendo Pilatos que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante delpueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.

MATEO 27, 24

Las decisiones que tomó el prefecto romano Poncio Pilatos son fundamentales paracomprender el camino que recorrió Jesucristo hasta la cruz.

Pilatos fue el quinto prefecto de Judea durante once años. Es el arquetipo de la duda, elhombre que por intereses políticos tomó una decisión trascendental y equivocada. El dirigente quese escondió tras el muro de la administración para justificar una condena.

Su rastro histórico es escaso, la única prueba arqueológica de su existencia es unainscripción descubierta en la ciudad de Cesarea Marítima. Pero las decisiones que tomó estehombre durante unas escasas horas pasaron a formar parte de la memoria de la humanidad. Suspalabras y sus gestos conformaron el acontecimiento más importante de los últimos dos mil años,la muerte en la cruz de un hombre inocente.

Los evangelistas no describen de igual forma el juicio que Pilatos dirigió, aunque todoscoinciden en sus dudas y expresan claramente que el prefecto no quería decidir la suerte deJesucristo. Es por ello que primero se lo envía al rey judío Herodes para que sea él quien lojuzgue, porque Roma no tenía nada en su contra. Pero Herodes se lo devuelve al no encontrardelito en él. Así que, antes de tomar una decisión, Pilatos le pide al pueblo que decida qué hacercon el reo. Les ofrece la opción de liberar a Jesús o al asesino Barrabás. La plebe, aleccionadapor el sumo sacerdote Caifás, grita fervorosamente: «¡Crucificadlo!».

LA SANACIÓN

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Su madre María llora desconsoladamente, su dolor solo lo conoce la mujer que ha engendrado y ha visto sufrir a lasemilla que germinó en su interior. Sus lamentos apagan el sonido de la lluvia.

María Magdalena, su esposa, se enjuga las lágrimas. Las palmas de las manos le sangran, ha apretado tanto lospuños a cada golpe de martillo que sus uñas se han hundido en su carne. Su tío José de Arimatea, aquel que loacompañó en el inicio de su peregrinaje, repleto de ira intenta mantener la calma mientras desciende su cuerpo dela cruz. Nicodemo lo ayuda en silencio.

Las nubes han tapado el sol, negras como el alma de los que lo condenaron, resplandecen al son de losrelámpagos. El viento hace ondear los mantos de una decena de mujeres con el corazón roto por el dolor, soloellas lo acompañan en su martirio. Ninguno de los hombres con los que compartió su última cena, ninguno de susdiscípulos ha tenido valor para estar junto a él, todos lo han abandonado, algunos han negado conocerlo y se hanescondido como alimañas temerosas en sus guaridas.

Descienden desde el Gólgota, el lugar de la calavera, hasta el sepulcro, una pequeña hoguera y dos lámparasde aceite iluminan la estancia. De una vasija de barro emana un intenso olor a mirra, está mezclada con aceite deoliva, vinagre, verdín, litargirio, panacea, bedelio, trementina, cera de abejas y gálbano. Maceraron la mezcla el díaanterior a la sombra de los olivos en Getsemaní, mientras charlaban de las oscuras y dolorosas horas que seavecinaban.

Solo el sonido seco que María Magdalena hace al partir un lienzo de lino en tiras rompe el silencio. Apartanel sudario que lo cubre. Su tío y su madre sumergen los paños en agua caliente y, suavemente, limpian su cuerpo.Le retiran algunas espinas que aún tiene clavadas en la frente y entre sus cabellos. María Magdalena se acerca, lelimpia las heridas producidas por los clavos, las recorre con los dedos, la sangre se ha secado. Pero de repenteJesús le coge las manos, ella se sobresalta, él abre los ojos y titubeante sonríe. María Magdalena le lleva la manohasta su vientre y Jesús sabe que todo saldrá bien.

La supervivencia de Jesús al martirio de la crucifixión es un tema repleto de dudas y teorías.Algunas sin fundamento, pues se basan en creencias esotéricas, tan simplistas como el dogmacristiano, que quieren ver que Jesucristo resucitó para sentarse al lado derecho de Dios. Pero sianalizamos su supuesta ejecución y tortura podemos descubrir que los datos científicos sonrelevantes e indiscutibles.

LA CRUZ

En la Antigüedad, la crucifixión era considerada una de las formas de muerte más brutales yvergonzosas. Probablemente, los primeros en usarla fueron los asirios y los babilonios y, aposteriori, los persas. Alejandro Magno la introdujo en los países del Mediterráneo oriental en elsiglo IV a.C. y Roma la empezó a utilizar en el III a.C. Fueron los romanos los que perfeccionarontan macabra forma de tortura hasta que fue abolida por Constantino I en el siglo IV d.C.

La crucifixión se podía llevar a cabo de muchas formas. La tradición cristiana asume que loscriminales eran clavados en un madero con forma de cruz, pero lo cierto es que en la mayoría delos casos los criminales eran colgados usando cuerdas en cruces en forma de X, de T, etc. ¿Cuálfue la utilizada en la crucifixión de Jesús? No está claro.

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Los Testigos de Jehová apuntan que fue clavado en una estaca vertical con los brazos sobrela cabeza, pero otros investigadores incluso van más allá y afirman que ni siquiera fue en una cruzsino en un árbol.

Es difícil rastrear el método usado para torturar a Jesús. Existen diversos testimonioshistóricos sobre la práctica de la crucifixión, como la que padecieron los hombres de Espartacoen el 71 a.C., pero solo existe un vestigio arqueológico hallado en Jerusalén, en una tumba datadaen el siglo I d.C., que corresponde a un hombre llamado Jenohanan, donde se puede ver el clavoque atravesó su talón derecho:

Espartaco fue herido de un flechazo en la pierna. Se arrodilló y se protegió con su escudo luchando contra losque le rodeaban hasta que él y un buen número de hombres sucumbieron rodeados. El resto de los suyosfueron en desorden diezmados en masa. La cifra de muertos en el bando de los gladiadores fue incalculable.Solo perecieron mil romanos. Resultó imposible hallar el cuerpo de Espartaco. Los numerosos huidos que sesalvaron de la batalla se acogieron a las montañas; Craso los persiguió. Se organizaron en cuatro bandas quelucharon hasta ser completamente exterminados, con la excepción de seis mil que hechos prisioneros fueroncrucificados en la Vía de Capua a Roma.

APIANO DE ALEJANDRÍA

La crucifixión en el Imperio romano estaba reservada para esclavos, desertores, traidores,piratas, cristianos, rebeldes y sediciosos, pero rara vez se usaba en el cuerpo de un romano, puesestaba prohibido por la ley crucificar a un ciudadano del imperio.

Era el martirio elegido para los delitos más ruines y su cometido no solo era asesinar alcondenado, sino que debía ser ejemplarizante. La muerte llegaba tras días de padecimiento debidoprincipalmente a dos factores: un shock hipovolémico producido por la pérdida de sangre que nopermitía al corazón bombear suficiente oxígeno a los órganos vitales y la asfixia progresiva,causada por el deterioro del movimiento respiratorio debido a la posición de los brazos, queimpedía la correcta respiración del condenado.

Así que, al quedar colgado de los brazos, la caja torácica del reo quedaba expandida, y eldiafragma, que es el principal músculo que permite respirar, quedaba bloqueado en una posiciónde inspiración continua.

Se producía una anoxemia, una falta de oxígeno en sangre, que acrecentaba el shockhipovolémico. Además, a todo ello había que sumarle que el reo había sido probablementeflagelado, y tenía dolorosas heridas en el torso y la espalda que le provocarían un dolorinsoportable cada vez que intentara respirar. Buscaría apoyo en la cruz o en el sedile, el pequeñotravesaño de madera que a modo de escalón era colocado a sus pies, donde se apoyaría buscandorelajar la tensión de los brazos, pero nada le haría disminuir el terrible sufrimiento. Por estemotivo, era habitual que se formara un edema pulmonar o un hidroneumotórax, un encharcamientoen los pulmones ocasionado por la falta de sangre que llegaba al corazón, algo que dificultaba aúnmás la respiración y ocasionaba una insuficiencia cardíaca y un probable infarto de miocardio quelo llevaría a la muerte.

Los soldados encargados del martirio debían permanecer a los pies de la cruz hasta la muertedel condenado, pero, en algunas ocasiones en las que el ajusticiado llevaba días crucificado,terminaban con su vida de manera expeditiva fracturándole las piernas con un mazo. Así ya no

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podía volver a apoyarse en la cruz, y el lacerante dolor y la falta de oxígeno le hacían perder laconciencia, convulsionar y morir.

NO MURIÓ

Al igual que la Navidad, cientos de millones de personas celebran cada año la Semana Santa; laconmemoración anual de la Pasión de Cristo desde su entrada el Domingo de Ramos en Jerusalénhasta su resurrección días después. Todo un conjunto de celebraciones que, estudiadas condetenimiento, descubren cómo Jesucristo ideó un plan maestro para certificar ante su pueblo queera el hijo de Dios y cumplir así la profecía que hablaba de su resurrección.

El punto de partida una vez más se encuentra en una manipulación de los textos sagrados,pero en esta ocasión el conspirador no fue ninguno de los evangelistas, sino el propio Jesús, quetransformó la profecía de Zacarías que aparece en el Antiguo Testamento en una realidad, lo quele permitió ser visto como el Mesías esperado:

¡Alégrate mucho, hija de Sion! ¡Grita de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu Rey viene hacia ti; él es justo yvictorioso, es humilde y está montado sobre un asno, sobre la cría de un asno.

ZACARÍAS 9, 9

Tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombredel Señor, el Rey de Israel!». Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito.

JUAN 12, 13-14A partir de su entrada a lomos de un asno en Jerusalén, los acontecimientos se suceden a una

vertiginosa velocidad. En la víspera de la Pascua judía, Jesús entra en el templo a sabiendas deque lo que va a hacer hará que lo apresen:

La Pascua de los Judíos estaba cerca, y Jesús subió a Jerusalén. En el templo encontró a los que vendíanbueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. Y haciendo un látigo de cuerdas, echó atodos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los que cambiaban el dinero yvolcó las mesas. A los que vendían palomas les dijo: «Quiten esto de aquí; no hagan de la casa de Mi Padre unacasa de comercio».

JUAN 2, 13-16

Sabe que será detenido, así que decide organizar una última cena de Pascua en la que sereunirá con sus discípulos, en donde compartirá pan y vino, y revelará que será traicionado.

Ese será el momento en que se establecerá que el pan es su cuerpo, el vino su sangre:

«He tenido muchísimos deseos de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer, pues les digo que novolveré a comerla hasta que tenga su pleno cumplimiento en el reino de Dios.» Luego tomó la copa, diogracias y dijo: «Tomen esto y repártanlo entre ustedes. Les digo que no volveré a beber del fruto de la vidhasta que venga el reino de Dios». También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y

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dijo: «Este pan es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí». De la misma maneratomó la copa después de la cena, y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada porustedes. Pero sepan que la mano del que va a traicionarme está con la mía, sobre la mesa».

LUCAS 22, 16-21

Horas después, Judas Iscariote lo traicionará y será apresado en el Jardín de Getsemaní.Si analizamos todos los acontecimientos se abre ante nosotros una interesante hipótesis que

tiene visos de realidad.Jesús programó junto algunos de sus discípulos, entre ellos María Magdalena, Judas

Iscariote, José de Arimatea y Tomás, su crucifixión para resucitar a los tres días.Sabía que si entraba en el templo y volcaba las mesas, el sanedrín, con Caifás al frente, lo

apresaría, como también sabía que sería llevado ante el prefecto romano Poncio Pilatos y que estese vería forzado a decretar su muerte, para no enfrentarse a los sacerdotes judíos que deseabaneliminarlo. De hecho, Caifás ya había expresado claramente sus deseos al acusarlo de ser unrebelde, el supuesto hijo de Dios que osaba proclamarse rey. Jesús sabía que Caifás amenazaría alprefecto romano y que lo culparía de ser desleal al César. Y eso era muy peligroso para susintereses, Pilatos estaba entre la espada y la pared.

Así que finalmente tomó la decisión de crucificar a Jesús.Pero ¿pudo Jesucristo sobrevivir?Tres etapas en el proceso de su martirio están intrínsicamente unidas.Jesús era un hombre de unos treinta años y en buena forma física que había recorrido miles

de kilómetros trabajando como caravanero. Probablemente poseería un cuerpo atlético con unabuena capacidad aeróbica, ya que desde su regreso de Palestina no había dejado de caminar ytrabajar junto a sus discípulos.

Pero el secreto de su supervivencia a la crucifixión residió en los años que había pasado enla India y el Tíbet. Se había convertido en un experto yogui, había aprendido de los budistas y losjainistas a entrar en profunda meditación, a bajar las pulsaciones de su corazón y de esa formaconsumir menos oxígeno.

De los ascetas, los sadhus, aprendió a soportar y a canalizar el dolor. Descubrió quellevaban la vida ascética hasta límites insospechados llegando a meditar durante años en cuevasdonde la luz del día no entraba jamás, renunciando en muchas ocasiones al alimento oimponiéndose sacrificios extremos como permanecer en la misma posición durante semanas sinmoverse y sobrevivir a ser enterrados vivos.

El yoga le permitió no solo superar el dolor sino también ralentizar la pérdida de sangre y ladeshidratación. Además, las diversas sustancias con las que lo anestesiaron lo ayudaron a fingir sumuerte:

Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: «Dejad,veamos si viene Elías a bajarle». Mas Jesús, dando una gran voz, murió.

MARCOS 15, 36-37

ANESTESIA

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Mientras permanecía colgado en la cruz, le dieron de beber con una esponja vinagre mezclado convino, escopolamina, mandrágora y opio.

El uso de Spongia somnifera era común. Hipócrates, el padre de la medicina, ya hacía usode ella cuatro siglos antes de la crucifixión de Jesús. Se trataba de una esponja natural que seimpregnaba con sustancias anestésicas y analgésicas que, al ser sumergidas en vino, se activaban.

Así que, al beber Jesús de la esponja, entró en un estado de inconsciencia que llevó a loslegionarios a creer que había muerto.

Aquella jornada ningún crucificado podía permanecer más tiempo en la cruz; se acercaba elSabbath, así que los legionarios decidieron acelerar su muerte y acabar con su sufrimiento. Perono solo la de Jesús sino también la de Dimas y Gestas, los dos ladrones que fueron crucificados asu lado.

Primero, se acercaron a ellos y les partieron las piernas. A Jesús, creyéndolo muerto, leclavaron una lanza en el costado derecho del pecho. Un romano, un soldado, Longinos, le acababade salvar la vida al realizarle una descompresión torácica. El orificio de la lanza liberó suspulmones de la presión producida por el líquido que se había acumulado, que lo habría llevadoinexorablemente a la muerte.

Tras la lanzada surgieron de la herida agua y sangre, prueba de que los pulmones y el corazónestaban siendo presionados por el líquido acumulado por la asfixia:

Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en lacruz en el día de reposo, pues aquel día de reposo era de gran solemnidad, rogaron a Pilatos que se lesquebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí. Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas alprimero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él. Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieronya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y alinstante salió sangre y agua.

JUAN 19, 31-34

El día anterior a su apresamiento, Jesús habría preparado con la ayuda de María Magdalenael ungüento que le permitiría sanar sus heridas. La base de la receta la había aprendido de manosde los sacerdotes druidas de Britania durante su primer viaje. Una receta que posteriormente habíaperfeccionado al entrar en contacto con diversos curanderos y chamanes durante sus viajes.

El remedio preparado por Jesús aparece referenciado en más de un centenar de ocasiones endiversos tratados médicos orientales. Uno de ellos es el Canon de Avicena, uno de los libros demedicina más importantes de la historia, un compendio de sabiduría médica escrito en el siglo XI

d.C. por Ibn Sina, un erudito persa, médico y científico, que agrupó todos los conocimientosmédicos existentes de su época.

En todos los tratados recibe el mismo nombre, Marham-i-Isa, el ungüento de Jesús, unpreparado medicinal que detenía hemorragias, cicatrizaba y curaba lesiones lacerantes comolatigazos, abrasiones y quemaduras que poseía además propiedades antisépticas, lo que permitiríamantener libre de infecciones sus heridas, entre ellas, la lanzada de su costado derecho.

Tras las primeras curas, lo trasladarían a un lugar seguro y oculto hasta que estuvieratotalmente recuperado, porque a pesar de su buena forma física y a la práctica del yoga, tras lacrucifixión su cuerpo estaba cubierto de profundas lesiones. Sus muñecas y sus pies habían sido

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atravesados por clavos, había sufrido una fuerte deshidratación, y sus pulmones y su corazónnecesitarían varias semanas para volver a funcionar con normalidad. Así que era imposible quevolviera a aparecer al cabo de tres días, como había profetizado.

DE ENTRE LOS MUERTOS

Volvamos atrás por unos instantes al momento de su detención y al capítulo en que su discípuloJudas Iscariote lo traiciona delatándolo con un beso:

Todavía estaba hablando Jesús cuando se apareció una turba, y al frente iba uno de los doce, el que se llamabaJudas. Este se acercó a Jesús para besarlo, pero Jesús le preguntó: «Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo delhombre?».

LUCAS 22, 47-48

Este es uno de los pasajes bíblicos más conocidos. Judas, desde ese instante, se convirtió enel arquetipo del traidor más vil y ruin, capaz de vender por unas míseras monedas de plata a suamigo y maestro. Pero lo que sucedió en realidad fue totalmente diferente.

En 1978, en la ciudad egipcia de Menia, unos campesinos descubrieron uno de losevangelios más sorprendentes de la historia, el Evangelio de Judas, un manuscrito que sedesvaneció, tras su descubrimiento, en manos de traficantes de antigüedades hasta que en el año2002 volvió a aparecer y pudo ser analizado por los investigadores.

Este evangelio desvelaba que Judas no era un traidor. Este evangelio gnóstico, oculto durantesiglos, nos presenta a un Judas muy distinto. En esta versión, es un héroe.

A diferencia de los otros discípulos, Judas comprende verdaderamente el mensaje de Cristo.Y, al entregar a Jesús a las autoridades de Roma, no hace más que cumplir el mandato de su líder,plenamente consciente del destino que le espera. El análisis de cinco muestras distintas delmanuscrito y de sus tapas de cuero lo datan entre los años 220 y 340 d.C., por lo que sería lacopia en copto de un evangelio mucho más antiguo, escrito en griego, la lengua usada en losprimeros evangelios. Y, a pesar de que muchos creen que es una falsación, la confirmación de suveracidad nos llega del pasado.

Ireneo, el obispo de Lyon, escribió en el año 180 d.C. un tratado titulado Contra las herejías.El libro era un ataque feroz a todos aquellos puntos de vista heterodoxos sobre Jesús y elcristianismo. Y una de sus críticas más feroces iba encaminada hacia un grupo que afirmaba teneren su poder un evangelio en que se honraba a Judas.

Llegados a este punto hay que detenerse y reflexionar. ¿Sería necesario que uno de susdiscípulos tuviera que traicionarlo? ¿Era necesario que Judas le diera un beso para que los que loiban a apresar lo reconocieran? La respuesta es no. Jesús era absolutamente conocido enJerusalén.

La mañana antes de su apresamiento había volcado las mesas de los cambistas del templo,había abierto las jaulas de los pájaros que iban a ser sacrificados y había sacado a los animales alatigazos. Iracundo, había gritado que el templo era la casa de su padre y se había proclamadoante los sacerdotes judíos como el hijo de Dios.

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Era la víspera de Pascua, el templo estaría a rebosar de fieles. Serían muchos los que veríansu comportamiento y sus gritos; los sacerdotes, varios legionarios romanos y decenas de personasse escandalizarían por el sacrilegio que había cometido. Por ello, no es comprensible que uno desus discípulos tuviera que hacer algún gesto, como darle un beso, para que fuera reconocido.

EL GEMELO

Jesucristo tenía un hermano gemelo, esa es la razón por la que Judas lo besó. Solo hace faltatraducir el nombre y toda la niebla que oculta la verdad se desvanece. De entre todos loshermanos y hermanas de Jesús, uno de ellos se llamaba Judas, pero no es el Judas quesupuestamente lo traicionó, es otro de sus discípulos, pero que pasó a la historia con el nombre deTomás:

Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: «Vamos también nosotros, para que muramos conél».

JUAN 11, 16

Aunque Tomás no era un nombre, realmente era un apodo, y al igual que Pedro significapétreo o rocoso, Tomás tiene una traducción muy reveladora en arameo pues significa gemelo. Ypara añadir más confusión a la historia, en la Biblia se le conoce como el apóstol Tomas Dídimo yDídimo en griego también significa gemelo. Es fácil adivinar que, si Jesús estaba convaleciente,su hermano gemelo lo sustituiría en el capítulo más importante de la historia del cristianismo, elde la resurrección.

EL SECRETO DE LEONARDO DA VINCI

Muchos son los enigmas, códigos y secretos que se desvelan al analizar las obras de Leonardo daVinci.

La última cena, pintada por el maestro entre 1495 y 1498 es, tal vez, la que más secretosparece guardar.

Los trece personajes que comparten mesa ocultan códigos que relacionan el cristianismoprimitivo con el ancestral culto a la feminidad. Detalles como los nudos en los extremos delmantel, que durante años los historiadores descifraron como su firma, podrían ser realmente elnudo del cinturón de la diosa Isis, un milenario símbolo egipcio. También los suaves rasgos deuno de los apóstoles evocan un rostro femenino, tal vez a María Magdalena, la diosa, su esposa.

La extraña disposición de los apóstoles agrupados entre la luz y la oscuridad mostrarían sudesacuerdo con la Iglesia de Pedro, y, a su derecha, tal vez, un apóstol con rasgos muy parecidosal Mesías sería su hermano gemelo.

Pero existen otras dos obras que podrían albergar la clave sobre la herética creencia de laexistencia de ese hermano gemelo. Dos cuadros que reciben el mismo nombre: La virgen de lasrocas; uno de ellos está en el Louvre y el otro en la National Gallery.

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Los dos muestran la misma escena, con algunas diferencias, que desvelan un profundoconocimiento por parte de Leonardo da Vinci de las enseñanzas gnósticas y las tradicionesapócrifas, que solo pudo mostrar codificándolas.

El primer cuadro lo pintó entre 1483 y 1486, y parece confirmar la existencia del hermanogemelo de Jesucristo.

En abril de 1483, la Confraternidad de la Inmaculada Concepción de Milán encargó un lienzopara el altar de la iglesia de San Francisco el Grande. Buscaban a un pintor que reflejara a laVirgen María con el niño Jesús, acompañado por diversos profetas y ángeles. El precio que sepagaría al maestro sería de 800 liras.

El 25 de abril de 1483, Leonardo da Vinci consiguió el encargo. La cofradía franciscanaestipulaba en el contrato que la obra debía estar acabada el 8 de diciembre de ese mismo año.Pero a la entrega del retablo comenzaron los problemas. La obra que presentó nada tenía que vercon lo estipulado, y el tema elegido por Leonardo escandalizó a sus mecenas.

El artista toscano era un provocador y escogió un tema de los evangelios apócrifos noreconocido por el Vaticano. En el pasaje escogido de estos evangelios prohibidos, Juan Bautistaqueda huérfano y se va a vivir a una cueva, donde es encontrado por la Virgen María y el niñoJesús mientras huyen de la Matanza de los Inocentes hacia Egipto.

Leonardo dejó una serie de símbolos y códigos en su obra que molestaron a la confraternidadmariana de Milán. No entendían por qué el niño que estaba en el regazo de la Virgen era Juan y noel propio Jesús. Un juego de miradas y de manos extraño también rodeaba de misterio el cuadro.Además, la ausencia de halos de santidad sobre las cabezas de los protagonistas enfureció sobremanera a los líderes de la orden junto con el tamaño de san Juan Bautista, su situación al lado deMaría y la posición del niño Jesús, que llevaban a la confusión, pues nadie sabía quién era quién.

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Por todo ello, la pintura se rechazó y nunca llegó a instalarse en el tríptico al que estabadestinada.

Da Vinci tardó más de veinte años en producir una segunda tabla, pero no sería su hábil manola que la pintaría, sino uno de sus discípulos, Ambrogio de Predis, que bajo la dirección de DaVinci pintó la nueva obra entre 1495 y 1508.

Esta segunda versión es la que está expuesta en la National Gallery y es muy diferente de laprimera. En ella se destaca la identidad de los dos niños, se añade un aura sobre la cabeza deJesús y una cruz entre las manos de san Juan Bautista, el símbolo que lo definía. Tambiéndesaparece la mano del arcángel que apuntaba a san Juan Bautista. Esta obra fue la que finalmenteocupó el centro de la capilla de la iglesia de San Francisco el Grande en Milán.

Leonardo no quiso pintar la segunda versión, no estaba de acuerdo con las imposiciones dela cofradía. Para él su primera obra era la única que contenía la verdad.

Cuando se visionan las dos pinturas una frente a la otra, las diferencias son claras y muyimportantes. El primer cuadro muestra a dos niños muy parecidos, casi iguales, como si fueranhermanos gemelos, bajo la mirada del arcángel Uriel, que nos hace cómplices de la escena.

UN NUEVO CAMINO

El sonido de las risas de los niños y niñas delata su entusiasmo, chapotean en las limpias y frescas aguas del Nilo.La actividad es febril a su alrededor, algunos hombres recolectan dátiles mientras otros cuidan de los asnos. Lasmujeres se han repartido sus quehaceres, las más jóvenes vuelven del pozo con los cántaros repletos, el restopermanece bajo la fresca sombra de las palmeras disfrutando de unos momentos de alegría que jamás hubieranimaginado que volverían a sentir tras las oscuras jornadas que vivieron durante el martirio de Jesucristo.

María, la madre de Jesús, está preparando el almuerzo batiendo huevos, harina, vino y miel, un manjarllamado «el bocado de Néstor», uno de los platos preferidos de su hijo. Sabe que en breve volverán su hija María ysu nuera, pues llevan cuatro semanas fuera desde que partieron hacia la isla de Philae para visitar el templo de Isis.

Tomás y José de Arimatea están preparando el equipaje de toda la familia, en breve iniciarán un nuevo viaje.Llevan seis años en Egipto y ha llegado el momento de partir.

El rebuzno de un asno alerta a José de Arimatea de que ha llegado el comerciante de ganado, sale de la choza,lo saluda con un fuerte abrazo, hablan y sonríen, comparten el vino y un puñado de higos. Establecen el acuerdo, levende los pollinos y las ovejas por un buen precio, aquellas monedas le servirán para pagar el pasaje del barco quelos llevará hasta Masilia en la Galia.

María Magdalena viste una sencilla y ligera túnica azul, su piel bronceada hace que destaquen susalmendrados ojos, lleva el cabello recogido bajo el chal. Siempre ha poseído una belleza salvaje pero tierna a lavez, su mirada es la de una leona y su boca como una dulce granada. Sonríe mientras camina hacia la orilla, sucuñada se ha quedado atrás abrazando a su madre entre sonrisas. Desde la distancia oye las carcajadas del pequeñoJesús, que no deja de pedirle a su padre una y otra vez que lo lance al aire para caer al agua. Los pequeños, Sara yJesús, la ven, dejan de jugar y corren hacia ella. Se abalanzan sobre sus brazos empapándola y María no puede dejarde sonreír.

A unos metros, Jesús los observa con devoción. Sale del agua y camina hacia su esposa, su pecho y su espaldaestán cubiertos por terribles cicatrices; en el costado derecho, justo debajo de las costillas, se puede ver la marcade la lanzada que lo salvó de la muerte. Su frente, por el contrario, no muestra ninguna huella que recuerde que fue

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coronado con una corona de espinas; los ungüentos hicieron su trabajo.Las pequeñas cicatrices de su antebrazo nada tienen que ver con su martirio, esas pequeñas heridas le traen

recuerdos felices de su estancia en Britania. Recuerda cómo algunos pensaron que tras la crucifixión fue suhermano gemelo quien sufrió el martirio, pero esas cicatrices que se hizo al trepar a un roble atesoraban la verdad.Eran parte de su peregrinaje, de su misión y fueron las primeras que su destino marcó en su piel.

Sus hijos corretean y, antes de que Jesús abrace a su esposa, los niños han llegado junto a su abuela. Jesús yMaría entrelazan sus manos y caminan hacia su familia.

Han dejado atrás Menfis, están en Alejandría, llevan poco equipaje, cada uno un zurrón. Los pequeños Sara yJesús llevan dos pequeños bolsos cruzados. José de Arimatea sigue siendo un líder, su experiencia como decuriónlo convierte en el encargado de negociar con los marinos y mercaderes; Tomás y María Salomé, sus hermanos, sonlos encargados de salvaguardar el legado de Jesús. Los otros hermanos hace tiempo que siguieron su camino.

María, su madre, es la cabeza de la familia, la columna del clan, la que ama incondicionalmente, la quesiempre ofrece su hombro, el calor de sus besos y las caricias de sus manos. Es la sonrisa que en los momentosmás duros ilumina sus almas. El travieso Jesús y la risueña Sara son los príncipes, los herederos, los hijos de reyde reyes y de la diosa.

La costa se perfila en el horizonte, han dejado su pasado atrás. José de Arimatea sabe que en unos añosdeberá partir de nuevo hacia Britania con el pequeño Jesús. José de Arimatea es uno de los guardianes de la estirpede Jesús y María, el guardián del Grial. El resto aún no conoce lo que el futuro le depara, ni cuánto tiempopermanecerán en aquel pequeño pueblo de la Galia.

Tal vez su camino vuelva a dirigirse hacia el sol naciente.

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El peregrino. Los años perdidos de JesúsThor Jurodovich Kostich

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© del texto: Thor Jurodovich Kostich, 2019© de las ilustraciones de portadillas de capítulos, de los mapas y fotos después de «Todo ha acabado..., todoempieza», «un destino imposible de evitar» y «el mítico fundador de su estirpe.».© de las ilustraciones de interior: Marcovarro / Shutterstock; Prachaya Roekdeethaweesab / Shutterstock;Dbachmann / Wikimedia; Pvasiliadis / Wikimedia; Morphart Creation / Shutterstock; Roberto La Rosa /Shutterstock; Radomir Rezny / Shutterstock; Yaroslaff / Shutterstock; Otorongo / Shutterstock; Ruslan Kalnitsky /Shutterstock; Koraysa / Shutterstock; Georgios Kollidas / ShutterstockDiseño de la portada: Planeta Arte & Diseño

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