El perdón
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Sanidad Interior – La Falta de Perdón 1
Hoy día, uno de los mayores problemas del cuerpo de Cristo, es la falta de perdón. Esto trae, como consecuencia, que los creyentes heridos, a Su vez, hieran
a otros. La falta de perdón es una puerta abierta al enemigo para destruir nuestra
vida espiritual, emocional y física.
¿Qué es Perdonar?Perdonar es liberar o dejar ir a una persona que nos ha ofendido. Es soltar a
la persona que nos causó daño, es cancelar una deuda pendiente que alguien tiene
con uno; es tomar la decisión de perdonar como un acto de voluntad y no basado en emociones.“Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón
cada uno a su hermano sus ofensas”. Mateo 18.35
¿Qué No Es Perdonar?Esforzarse por olvidar lo que pasó, negar la ofensa recibida, pretender que el
tiempo borre lo ocurrido, Ignorar lo que pasó y tratar de olvidar, o simplemente
disculpando al ofensor. No perdonar es decir: “te perdono”, pero sin haber perdonado de todo corazón.El perdonar no es una alternativa, sino un mandato del Señor. «Porque si
perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
Padre celestial» (Mateo 6.14).
La falta de perdón es una carnada del enemigo (Mateo 18.6-7).
Jesucristo habló de que era necesario que las ofensas vinieran. La palabra ofensa
es una palabra muy especial y proviene del griego “skándalon” que significa
trampa o carnada. Esta palabra fue utilizada en la antigüedad para describir lo que
era un vástago curvado, una vara flexible con una carnada que se usaba para cazar
animales.
En otras palabras, cada vez que alguien le ofende o le hiere, le está tendiendo una trampa o una carnada del enemigo para que se amargue y pierda su bendición. Nosotros los creyentes debemos aprender a cubrir las ofensas, y esto
se logra, por medio del amor. El amor cubre multitud de pecados. Recuerde que,
cuando se siente ofendido, no necesariamente el problema es la otra persona, sino
usted mismo.
¿Cuál es la raíz de la ofensa? La inseguridad y la inmadurez. Esto causa que los
individuos se ofendan fácilmente y todo lo tomen de forma personal.
Las Consecuencias de No PerdonarA. Es desobediencia a Dios.El perdón es un acto de nuestra voluntad. Decidimos perdonar porque es un
mandato de Dios. Si no perdonamos, no seremos perdonados (Colosenses 2.13-14).
B. El Enemigo Toma Ventaja en nuestra vida.La falta de perdón es una puerta abierta al ene migo, que destruye nuestro
hogar, nuestras finanzas, nuestra salud y otros.
«…ni deis lugar al diablo» (Efesios 4.27).
«Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores» (Mateo 6.12)
Muchas personas no saben perdonar porque ellos mismos no han perdonado su
pasado. Por eso, es necesario entender que Dios perdona al que se arrepiente.
C. Nuestras oraciones son estorbadas.La falta de perdón corta la comunión con Dios y su presencia no fluye en nosotros.
«Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno para que también
vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas»
(Marcos 11.25).
Jesús nos exhorta a dejar lo que hacemos para arreglar primero nuestras cuentas
pendientes con la persona que nos ofendió.
D. Dios no recibe nuestras ofrendas.Toda ofrenda a Dios es un sacrificio vivo, y Dios no puede recibir un sacrificio que
viene de un corazón con falta de perdón. Esto viene a ser abominable delante de
sus ojos. Algunos creyentes se preguntan por qué no prosperan si siempre diezman
y ofrendan. Analice su vida y verifique si hay falta de perdón en contra de alguien (Mateo 5.23).
E. Dios nos entregará a los verdugos (demonios).La falta de perdón es uno de los mayores atrayentes para los demonios. Cada vez
que los demonios le recuerden lo que la persona ofensora le hizo, lo harán para
torturar su mente.
En el idioma griego, la palabra verdugos significa “atormentadores”, que no son
otra cosa que los demonios. Si Dios le entrega a ellos, Él es el único que puede
librarle. No se deje torturar más, ahora que usted conoce el plan del enemigo,
sencillamente, no lo acepte, use su autoridad en Cristo Jesús.
Sanidad Interior – La Falta de Perdón 2
Continuemos.
F. La Fe es Anulada.Es imposible creer a Dios cuando estamos heridos. De una sola fuente no puede
fluir fe y resentimiento al mismo tiempo. Por mucho que se esfuerce, crea la
Palabra o la confiese, su corazón no puede actuar en fe. La falta de perdón bloquea su corazón y no le deja creer.
G. El Amor Será Anulado.La falta de perdón corta el fluir del amor de Dios en nosotros; no se puede amar y
odiar al mismo tiempo. Por eso, en una relación, si no se sanan las heridas, no
fluirá el amor de Dios en su plenitud. Algunas veces, usted escucha decir a ciertos
cónyuges: “ya no le amo más”, y no es que no le ama, sino que le ha herido tanto
que esa falta de perdón cubre el amor que le pueda tener. La persona que no
perdona siempre será un perdedor, y las mayores heridas no se las causará a
otras personas sino a sí mismo.
H. Dios no Nos Perdona.Si no perdonamos a aquellos que nos ofenden, tampoco Dios nos perdonará. El
Señor nos lleva contra la pared a tal grado que si no perdonamos, Él tampoco nos perdona. Dios nos puede pasar algunas faltas, especialmente cuando somos inma-
duros, pero Él nunca nos deja pasar la falta de perdón (Mt.6:14-15).
La falta de perdón nos lleva al resentimiento. Éste, a su vez, nos lleva a las
raíces de amargura y al odio, produciendo una cauterización de la conciencia.
¿Cómo Perdonar y Olvidar?Dios perdona y olvida. Dios tiene la capacidad de poder borrar de su memoria las
cosas del pasado, pero nosotros los humanos no tenemos esa capacidad; por esa
razón, Dios tiene que lidiar con nuestro corazón. Sí, podemos recordar lo que nos
han hecho, pero si hemos perdonado de verdad, ya no nos causará dolor. Olvidar
para nosotros significa no dar importancia a lo sucedido.
Pasos Para Perdonar.1. Tome una Decisión de Perdonar con Todo su Corazón.Recuerde que si usted espera sentir algo para perdonar, nunca lo va sentir. El
perdón no se basa en sentimientos, sino en un compromiso de obedecer a Dios y a
su Palabra (Mateo 18.35).
2. Haga una Lista de Personas que lo han Herido Durante Toda su Vida.
3. Arrepiéntase por Guardar esta Falta de Perdón en su Corazón.La palabra de Dios nos ordena desechar todo resentimiento, amargura, odio y
reconocer la falta de perdón hacia otros.
4. Exprese su Perdón en Forma Verbal.«Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis
sanados. La oración eficaz del justo puede mucho» (Santiago 5.16).
5. Renuncie a Todo Espíritu de Resentimiento, Amargura, Odio y Falta de Perdón.Confiese su perdón a cada una de las personas, especificando las razones por las
cuales tiene que perdonarlos.
Usted puede y debe perdonar. Hágalo repitiendo en voz alta y con todo su
corazón:
“Señor: Yo perdono a (nombre de la persona). Le perdono por: (nombre aquí
detalladamente todas las heridas y el dolor que le causaron y cómo le hicieron
sentirse)”.
Después de haber perdonado a cada persona, por cada recuerdo doloroso, por
cada herida recibida, entonces termine con esto:
“Señor: Yo te entrego a todas estas personas y mi derecho a buscar venganza
contra ellos. Opto por no aferrarme a mi amargura ni a mi enojo. Te pido, Espíritu
Santo, que sanes mis emociones dañadas. Te lo pido en el nombre de Jesús.
¡Amén!”
Algunas Preguntas Acerca del Perdón.1. ¿Cómo saber si hemos perdonado?
Cuando al recordar lo que nos hicieron, ya no nos duele más. Recordamos,
pero ya no hay dolor en nosotros.
2. ¿Qué hay que hacer con aquellos que no aceptan nuestro perdón?
Una vez que le hayamos pedido perdón, de ahí en adelante, si la persona no quiere
perdonar, ya es problema entre ella y Dios. Lo único que se puede hacer es orar.
3. ¿Qué hacer con aquellos que nos ofenden constantemente?
Perdonarlos todas las veces que sea necesario. Jesús dijo: “70 veces siete”. Pero no permitirles más el abuso, la violencia o las humillaciones.
El perdón te libera de una atadura
Mateo 22:37-39
Introducción:
La naturaleza misma de Dios es el amor. Nos concibió con esa condición: la de poder
amar y ser amados. Sin embargo el pecado nos lleva a cuidar y alimentar el odio. La falta
de amor es una atadura en nuestra vida que aprovecha Satanás ara traernos enormes
problemas, a nivel espiritual y físico. Es con el poder de Dios que no solo escogemos
perdonar sino que logramos perdonar. De paso, en Dios, se produce la sanidad interior
que tanto necesitamos.
I. COMO DIOS NOS AMA, DEBEMOS NOSOTROS AMAR Y PERDONAR
1. El amor nace en el corazón.
1.1. El amor de Dios es eterno (Jeremías 31:3)
1.2. El amor de Dios no tiene límites (Juan 3:16)
2. El amor de Dios debe ser correspondido
2.1. Amando a Dios (Mateo 22:37-39)
2.2. Amando al prójimo
Los pensamientos determinan nuestras acciones:
a. El 80% de los pensamientos son negativos. Los siembra el adversario.
b. El 20% de los pensamientos son positivos.
c. Cuando juzgamos a alguien, abrimos puertas al acusador de nuestros hermanos.
d. Criticar y juzgar nos torna negativos en la fe de pensar.
e. Dios valora que hablemos palabras de vida y bendición.
3. La falta de perdón es una atadura que aprovecha Satanás (Juan 10:10 a)
3.1. Los pensamientos deben llevarse cautivos a Cristo (2 Corintios 10:5)
3.2. Criticar y juzgar acarrea juicio (Mateo 7:1, 2)
II. DIOS NOS DIO LA POSIBILIDAD DE ESCOGER PERDONAR
1. Dios nos perdona por gracia, misericordia y amor..
1.1. Desarrollamos perdón cuando comprendemos que también fallamos.
1.2. Si sembramos perdón, cosecharemos perdón.
2. El perdón opera bajo principios como la siembra y la cosecha (Lucas 6:37, 38)
2.1. La misericordia triunfa sobre el juicio
2.2. La antesala de una buena reconciliación con Dios es perdonar al prójimo y
perdonarnos a nosotros.
3. Nadie nos obliga. Cada uno escoge perdonar (Mateo 6:12, 13)
3.1. Perdonar a quienes nos ofenden, perfecciona el perdón de Dios en nosotros (Mateo
6:14, 15)
3.2. No perdonar al prójimo, estorba nuestro servicio a Dios (Mateo 5:23, 24)
3.3. Arrepentirnos de juzgar al prójimo y perdonar, son llaves para salir de la prisión.
4. La misericordia triunfa sobre la justicia (Santiago 2.13)
III. ¿QUÉ OCURRE CUANDO PERDONAMOS?
1. La falta de perdón afecta nuestra relación con Dios y contamina a otros (Hebreos
12:15)
2. Cuando no perdonamos, le damos derecho legar al enemigo espiritual para que nos
asedie.
3. Si se lo permitimos, Dios nos da libertad mediante la fuerza y el poder para perdonar
(Isaías 61.19
4. Cuando perdonamos, desatamos a quien nos hizo daño (Mateo 16.19)
Conclusión:
Cuando comprendemos por las Escrituras que Dios nos ama, aprendemos a amar y a
valorar la trascendencia de perdonar a quienes nos han causado daño, y por supuesto,
perdonarnos a nosotros mismos. Recuerde que absolutamente nadie nos obliga a
perdonar. Es una decisión personal. Y podemos avanzar en ese proceso, no en nuestras
fuerzas sino en el poder de Dios. ¡El es quien sana las heridas y nos permite una vida
plena! Hoy es el día oportuno para tomar una decisión sabia: perdonar.
PUEDES Y TIENES QUE PERDONAR
Pasaje clave: Colosenses 3:13.
1. Introducción.
¿Alguna vez te sucedió algo así? Por ejemplo:
. Alguien te hizo daño: fue grosero o áspero.
. Fuiste despreciado o rechazado.
. Te maltrataron con golpes, con palabras o con indiferencias.
. Alguien contó cosas íntimas de ti y te avergonzaste.
. Sientes que te trataron injustamente.
. Las actitudes de alguien que tú quieres mucho te lastimaron.
. Te disciplinaron (o castigaron) con mucha severidad.
. Uno de tus jefes/profesores te humilló delante de todos.
. Te dijeron que no servías, que no hacías falta.
. Se burlaron de tu cuerpo y de tu apariencia física.
. Te echaron en cara cosas del pasado.
. Te abusaron sexulamente.
. Tus padres te abandonaron desde tu infancia.
. Asesinaron a un familiar tuyo.
. No reconocieron tu esfuerzo y trabajo.
. Te fueron infiel.
. Traicionaron tu confianza.
¿Cómo te sentiste interiormente?. ¿Cómo reaccionaste?.
2. Si hay Resentimientos No Hubo Perdón.
Guardar resentimientos en nuestro interior es no tener la disposición a
perdonar. Es sencillamente no querer perdonar. No es un tema de
“poder o no poder perdonar”, sino de querer o no hacerlo. No es un tema
de las emociones (aunque están completamente en juego) sino de la
voluntad. No es “sentir” el deseo o la necesidad de perdonar, sino decidir
hacerlo.
Sea lo que fuere que te hayan hecho, poco a poco, comienzas a
acumular amargura dentro tuyo. Sólo escuchar el nombre de esa
persona te revuelve la herida interior que te produjo. Recuerdas todo lo
que te dijo o te hizo y (aunque lo disimules) te vas llenando de
resentimientos.
Si eliges no perdonar (porque es una decisión personal hacerlo o no
hacerlo), tarde o temprano la amargura controlará tu corazón. Echará
sus raíces y controlará todo en tu vida. Perjudicará tus pensamientos,
lastimará tus emociones y destruirá tu vida espiritual (Hb. 12:15) y de
persistir te conducirá a la venganza.
Y la venganza, por más dolor y bronca que sintamos, no nos
corresponde, ni a ti ni a mi. La venganza le corresponde a Dios. Déjale la
venganza a él. Entrégale a Dios a la persona que te lastimo. Tú no tomes
represalia.
3. La Solución de Dios.
El ejemplo de Jesús en Lc. 23:33-34 y Col. 3:13 es nuestro modelo.
A. ¿Por qué puedo perdonar?
Porque tengo la vida de Jesús. Y además Jesús declara en Mt.6:14-15 que
si perdonamos somos perdonados, pero si no lo hacemos Dios tampoco
nos perdona.
Porque hacerlo es para mi propia liberación. Cuando perdonas al que te
ofendió se suelta la mochila de dolor, amargura, depresión y
enfermedad, que ibas cargando. Eres libre. Es como si te sacaras de
encima un gran peso que no te permitía ser feliz.
Tienes que entender este principio espiritual: el perdón es para tí mismo.
Tú perdonas al agresor y al hacerlo te sueltas de él, te liberas. El
resentimiento te tenía atado a esa persona. El dolor, el enojo, la
infelicidad de recordar lo que te hicieron te mantenía encadenado a
ellos, pero cuando perdonas, se rompen las cadenas y eres libres de
ellos.
B. ¿Cómo perdono? (Mr. 11:25)
Perdono orando. El siguiente es un ejemplo de oración que puedes hacer
ahora mismo:
“Padre, en el nombre y poder de Jesús, renuncio al odio y al
resentimiento que siento por ……………………………….… (nombre de la
persona), por los que me hizo
……………………………………………………………… (nómbralo
específicamente). Renuncio al sentimiento de rechazo y de desprecio
que siento, y pido al Espíritu Santo que corte toda atadura que estos
sentimientos trajeron a mi vida espiritual y emocional. Lo perdono en el
nombre del Señor Jesús. Gracias por oirme. Recibo tu perdón y creo que
tu amor me llena”.
EL PODER DEL PERDÓN
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”, Ef. 4:32.
Veamos el significado de la palabra perdón: En el griego (N.T.) esta palabra traduce varios significados muy importantes cada uno: Liberación, enviar afuera, despedir, otorgar un favor de forma incondicional. El perdón es una decisión, en la cual se renuncia al resentimiento o ira, hacia el ofensor, así como al reclamo de un castigo. Perdonar nos permite ver la gloria de Dios, mientras que la falta de perdón nos lleva a ser agresivos y dañinos.
Resultados del resentimiento: El resentimiento es un sentimiento hostil, alimentado por el recuerdo de una ofensa o daño recibido, (es la falta de perdón). Saúl perdió el reino, nunca superó su resentimiento hacia David. Aunque David nunca lo atacó, el rey Saúl tenía grandes problemas de autoestima, y su corazón se llenó de enojo… en varias ocasiones intentó matar a David… aún a su propio hijo por ser amigo de David. Jonás no experimentó el gozo de ser usado por Dios, ni entendió los planes divinos, él huyó de Dios para no ir a Nínive… pero ante el trato de Dios fue y predicó allí, y ante éste mensaje los ninivitas se arrepintieron, pero él seguía esperando que Dios los destruyera, porque su corazón estaba resentido contra ellos, una versión dice: “Jonás se enojó muchísimo, pues no le gustó que Dios hubiera perdonado a la gente de Nínive”. Dios no puede perdonar a quien no perdona, Mr. 11:25-26.
Consideremos ahora los resultados del perdón: José fue exaltado en Egipto y disfrutó la restauración familiar, Gén. 45: 4-15. José estaba siendo bendecido por Dios en Egipto, pero su corazón necesitaba sanidad, pues estaba herido por lo que sus hermanos le habían hecho (las ofensas y heridas más profundas son las causadas por las personas más cercanas a nosotros), y los perdonó, y vuelve a disfrutar el amor de familia. El poder del perdón genera una bendición integral, veamos:
1. Autoridad: José seguro fue un mejor gobernante.2. Prosperidad: Egipto se convirtió en una nación muy prospera en medio
de tiempos difíciles.3. Gozo: su familia estaba reunida de nuevo.
4. Bendición ministerial: fue usado por Dios “para mantener en vida a mucho pueblo” y “sustentó a sus hermanos”: los hebreos.
5. Salud y longevidad: Gén 50:22-24. 6. Vida eterna: es necesario perdonar para ser perdonados por Dios.
Reflexión final: Dios tiene planeado para nosotros lo mejor, bendiciones, lugares de privilegio, restauración familiar, sanidad y vida eterna, pero él requiere que perdonemos, tu corazón debe estar libre del resentimiento, y Dios está contigo para ayudarte. Levantamos una oración ahora mismo: “Señor bendigo a todos los que de alguna manera me han ofendido o herido, los perdono y te pido que los ayudes a conocerte, amen”.
La capacidad de perdonar Por alguna extraña razón hay algo que a nosotros lo seres humanos nos es muy difícil,
esto es: Perdonar. Nos gusta que la gente nos perdone por los errores que nosotros
cometemos, pero nos es muy pero muy difícil perdonar a los que los comenten contra
nosotros. El perdón es una capacidad especial de la cual todos estamos dotados, pero que
depende de nosotros el usarla o simplemente saber que tenemos esa capacidad pero no
usarla. Duele que alguien nos desilusione, es doloroso que alguien nos falle, la infidelidad
en cualquier sentido o ámbito también es difícil de asimilar, pero sobre todo, es más
doloroso cuando esto viene de personas a las que apreciamos o amamos. Sin fines de
excusarnos tenemos que entender que “Nadie es perfecto”, que todos fallamos, que
todos tenemos la tendencia por naturaleza a fallarle a las personas y aun a nuestros seres
más queridos. Y es que no trato de excusar nuestra conducta muchas veces poco
espiritual, sino que trato de ser realista y describir lo que hay. Aun el hombre o mujer que
quiera ser perfecto fallara en el intento, aunque no será razón para dejar de intentarlo. Lo
que quiero decir con esto es que todos tenemos las mismas probabilidades de que nos
fallen o de fallar a alguien independientemente de quien sea. Ahora bien, ¿Cómo estas
actuando ante las personas que te fallan? La mayoría de nosotros nos rasgamos las
vestiduras, apedreamos a los que nos fallan y los tachamos de infieles. Pero ¿Acaso será
esa la actitud correcta?, veamos que dice la Biblia: “Así que, ¡tengan cuidado con lo que
hacen!»Si tu amigo te hace algo malo, llámale la atención. Si te pide perdón,
perdónalo. No importa si en un solo día te hace muchas maldades; si él te pide
perdón, perdónalo.»” Lucas 17:3-4 (Traducción en lenguaje actual) La Biblia nos manda
a perdonar, ¿Por qué?, pues porque es lo que Dios ha hecho con nosotros toda la vida y
es lo que Él quiere que nosotros hagamos con los demás. Alguien puede decir: ¿Cómo
voy a perdonar lo que me hicieron, si lo que me hicieron fue algo demasiado malo?, hasta
la fecha no he conocido a un justo padecer tanto y aun así perdonar como lo hizo nuestro
Señor Jesucristo. Lo que a ti te hayan hecho jamás será comparable con lo que Jesús
padeció, siendo el único JUSTO sobre la faz de la tierra, fue maltratado y murió por los
injustos. A veces nosotros sentimos que somos víctimas de algo injusto y quizá sea cierto,
pero si alguien que realmente era Justo al cien por ciento, ese era Jesús, sin embargo fue
tratado como el peor de los criminales, azotado, escupido, maltratado, crucificado, con una
lanza traspasando su costado, pero aun en su lecho de muerte dijo: “Poco después,
Jesús dijo: «¡Padre, perdona a toda esta gente! ¡Ellos no saben lo que hacen!»
Mientras los soldados hacían un sorteo para ver quién de ellos se quedaría con la
ropa de Jesús”. Lucas 23:34 (Traducción en lenguaje actual) El perdón es un arma de
doble acción, por un lado te libera de la amargura y por otra libera a la otra de culpa.
Imaginarme ese episodio de Jesús siendo castigado sin merecerlo y maltratado peor que
un criminal, me da cierto coraje, pero al leer sus frases en esa cruz, no puedo más que
pensar que aun y con todo lo injusto de su trato y su muerte, Él tenía un corazón
perdonador. Si había alguien con solvencia para enseñarnos a perdonar, ese era Jesús, y
de hecho lo enseño en muchas ocasiones, porque para Él, el perdón era muy importante.
Quizá a ti te hayan hecho algo terrible, quizá estés pasando un mal momento porque una
persona que amabas o querías y de las cual pensaste que nunca te iba a fallar, te fallo.
Ahora quizá te sientes defraudado, por una parte con rabia contra esa persona y por otra
parte con coraje por haber confiado en él o ella, pero aun en medio de todos los
sentimientos encontrados que tengas, debes de entender que DIOS QUIERE QUE
PERDONES. Es increíble pensar en perdonar a aquel que tanto daño nos ha hecho, pero
eso es lo que Dios nos manda a hacer. Parece muy difícil de asimilar para nuestra mente
humana, que alguien que haya hecho eso que te hicieron merezca perdón, pero la verdad
es: ¿Quiénes somos nosotros para no perdonar?, Si Jesús habiendo sufrido el peor
escarnio de todos, aun en su estado y a pocos minutos de su muerte perdono a TODOS,
¿Por qué nosotros no lo podemos hacer? Tú tienes la capacidad de perdonar, no me digas
que no, no pienses que no, al contrario, tu eres hechura de Dios y por lo tanto tienes la
capacidad de perdonar. Si Jesús supiera que nos es imposible perdonar, jamás nos
hubiera mandado a perdonar. Pero como Él sabía que tú y yo teníamos la capacidad
(aunque sea oculta) de perdona, entonces, por esa razón nos motivo a hacerlo y Él se
puso como ejemplo vivo que si se podía. Amados, pensemos en esto, reflexionemos en lo
que Dios quiere para nosotros. Tú muy bien sabes que no perdonar te esta enfermando, tu
muy bien sabes que ese rencor u odio anidado en tu corazón te está perjudicando, ¿Por
qué te niegas a perdonar?, el resentimiento, el orgullo y todo lo contrario al fruto del
Espíritu Santo en tu vida están poco a poco carcomiendo tu vida espiritual y sin darte
cuenta o sin quererlo reconocer te están llevando al fracaso. Es hora de liberarte de esos
sentimientos negativos que en nada ayudan a tu crecimiento espiritual, es momento de
reconocer que a pesar que nos cuesta perdonar, TENEMOS QUE HACERLO. Hoy quiero
invitarte a realizar una acción por fe y sobre todo por obediencia al Señor, ve y habla con
aquella persona a la cual no puedes perdonar. Ve donde esa persona y aun cuando quizá
tú no hayas tenido la culpa o aun cuando creas que no se merece perdón, ve y pídele
perdón, tu acción traerá consigo muchos resultados positivos, desde liberación, hasta
bendición de Dios. La falta de perdón en parte es acumulación de orgullo, ir y pedir perdón
no es una idea descabellada, sino es una acción de fe, humildad y obediencia que traerá
consigo una de las sensaciones más hermosas que el ser humano pueda experimentar.
Perdonar es también perdonarse. ¿Perdonarse porque?, perdonarse de no haber podido
perdonar antes. Si tuvieras la voluntad y determinación de llevar a cabo esta acción, puedo
imaginarme a Dios con una sonrisa tan hermosa viendo como tú estás llevando a cabo una
acción de la cual Él seguramente estará orgulloso de ti y la cual te liberara de todo
sentimiento negativo que pueda existir en tu vida.
El peor problema para perdonar, es pensar que no necesitas perdonar o pensar que ya perdonaste, cuando realmente en tu
corazón sabes muy bien que no es cierto.
¡Ve y perdona hoy!