El resentemiento y el perdón

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Maestra Alejandra Flores Soberón.

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Maestra Alejandra Flores Soberón.

A M A T E

Emociones Sentimientos

PositivosFelicidad

Salud

Emociones Sentimientos

Negativos

Sufrimiento

Enfermedad

Sentir _ Experimentar o percibir sensaciones producidaspor causas internas o externas a través de los sentidos.Experimentar un sentimiento.

Resentimiento .- Se define como el amargo y enraizado recuerdo de una injuria particular, cuyo desagravio se desea. Su sinónimo es “rencor”.

Rencor proviene del latín, rancor (queja, querella, demanda). De la misma raíz latina deriva rancidus

(rencoroso), y de ella, las palabras “rancio”.

• Nace de una decisión racional, deliberada y sopesada

• Es compasiva con el ofensor y se controla ante un cambio de actitud del ofensor

Enojo ordenado

• Surge de nuestra mala disposición, nos domina, esclaviza y oprime

• Mala emoción que admite muchos grados

Enojo desordenado

El odio implacable y

el rencor

El furor (demencia pasajera)

La violencia (palabras o golpes)

Irritación (arrebatos y gestos desordenados)

El mal humor

Impaciencia

Temperamento colérico

Reacción impetuosa y vengativa

Pasa rápidamente y se calma pero suele ser injusta o desproporcionada

Temperamento amargo

Reacción tan violenta que los paraliza

Dura largo tiempo

y les quema,

es el rencor o resentimiento

Sea cual sea su causa, padece un sufrimiento terrible.

Una persona resentida se intoxica a sí misma.

El otro le ha herido y ahí se recluye, se instala y

encapsula.

Queda atrapada en el pasado.

El resentimiento hace que las heridas se infecten en el

interior y ejerzan su influjo, creando una especie de

malestar e insatisfacción generales.

Los recuerdos amargos encienden de nuevo la cólera

y llevan a depresiones.

Carácter excesivamente susceptible.

Los sentimientos de inferioridad.

Los celos, especialmente entre hermanos

o compañeros.

La envidia.

El carácter iracundo, inmoderado, etc.

Personas tímidas.

Las personas orgullosas.

El apego y las expectativas.

La envidia y los celos

La difamación y la calumnia

La queja constante, la murmuración y la protesta

La disconformidad con todo

La propensión a encontrar defectos

La intolerancia

Las actitudes agresivas

Los recuerdos amargos

La facilidad para juzgar y castigar

Las actitudes (miradas, gestos, crispación ante ciertas personas)

Vergüenza y culpa por actos pasados

Negación

Racionalización (reinterpretar hechos)

Represión

Proyección

Regresión

¿Contra quién guardo rencor?

Se trata de un enojo ordenado o desordenado

¿cuándo y cómo me hirieron?

¿qué heridas me hicieron, cómo me afectaron y

qué daño me causaron?

¿tengo pruebas claras de dichas ofensas?

¿son objetivas o producto de ideas irracionales e

inconscientes?

¿He observado en mi vida pasada alguno de los

comportamientos arriba indicados? ¿Cuáles?

¿Soy consciente de que esos comportamientos

(envidia, quejas, murmuraciones, intolerancia,

amargura,etc.) manifiestan resentimiento o ira

interior? ¿O más bien, reconozco esas actitudes

pero niego que “en mi caso” provengan del

rencor?

¿Contra quién guardo rencor? “el círculo de los

recuerdos dolorosos”

Psicológico-emocional: Heridas profundas y

pensamientos obsesivos por el daño sufrido,

amargura, vengativas, injustas, sin compasión.

Conductual: Persona retraída, aislada, solitaria.

Social: Persona agresiva, pierde oportunidades en

la vida laboral y social.

Físico: Trastornos hepáticos, urticaria, prurito,

hipertensión, impotencia, parálisis, adicciones.

En mi vida pasada ¿he evitado reconocer que tengo rencores?

¿He negado ser rencoroso o estar resentido con alguien de alguna de las maneras arriba expuestas?

¿Tergiverso los hechos pasados, los manipulo o los reprimo?;

¿he descargado sobre otros Los problemas que tal vez llevo dentro del alma?;

¿me he descubierto realizando sobre personas inocentes los mismos errores o las mismas conductas con que otros me han hecho sufrir a mí?

En la actualidad ¿escondo de mi propia conciencia algún rencor?

¿Me descubro intentando convencerme de que no soy un resentido o una persona rencorosa?

Esta actitud, ¿afecta de algún modo mi persona?

Perdón proviene de la palabra perdonar, que a su vez proviene de los vocablos latinos per + donāre (dar, regalar).

La preposición per significa, según los casos por, con, pasar (por algo), por medio de, en cuenta de, a, a causa de, pasar por (encima, sobre de.

El verbo donare significa dar o regalar; en la forma de sustantivo donum significa regalo, presente, don, y donación.Según algunos, aunque esta posibilidad parece algo menos plausible, la palabra procede o podría también proceder del verbo perdo acción de destruir, arruinar, tirar (a la basura) o desperdiciar, dispersar o esparcir, desaprovechar, despilfarrar, y hacer perdedizo, así que perdonar vendría a ser la acción de arrojar el agravio a la basura, o destruir la falta

(Gordon y Bancom (1998-2003) “El perdón implica una compleja interacción entre el que perdona y el que es perdonado, involucrando el logro de una visión más balanceada de la relación una disminución de los sentimientos menores hacia el otro y un menor deseo de castigarlo.”

(Makinen y Johnson (2006) “El perdón involucra reparar heridas emocionales, restaurar la confianza y reconstruir el vínculo.”

Seneca veía en la piedad, el principal motivo del perdón, y resumía su pensamiento en una célebre fórmula: “perdona al más débil que tú por piedad hacia él; y al más fuerte que tú por piedad hacia ti”

Perdonar no es olvidar

Perdonar no es justificar

Perdonar no es una obligación,

Perdonar no es rendirse

El perdón no es volver a aceptar,

Perdonar no es reivindicarse o

reconciliarse,

El perdón es más que aceptar lo que sucedió. No es aceptar

una ofensa con el fin egoísta de “seguir adelante”, y

mantener, al mismo tiempo, una fría indiferencia hacia el

otro.

Es más que cesar en nuestro enojo. Ésta es sólo una parte del

proceso. El perdonador tendría que tener un cambio real de

actitud hacia el ofensor.

El perdón es más que tener una actitud neutral hacia el otro.

Va más allá de no guardar resentimiento; el propósito del

proceso del perdón es que el perdonador experimente

pensamientos y sentimientos positivos hacia el ofensor.

Perdonar significa admitir que lo que sucedió

estuvo mal, y que no debería repetirse, sin excusar

al ofensor.

Perdonar es cambiar el modo en que recordamos

el pasado: sin angustia, temor, y ansiedad.

El perdón no es decir “te perdono” con palabras

que suenan como desprecio. No es perdón sincero

cuando se convierte en una estocada hiriente de

desdén.

El perdón no es un proceso. El perdón es un paso

en el proceso de la reconciliación, ya que ésta, sin

el perdón, es una simple tregua donde cada parte

está buscando la oportunidad para reiniciar las

hostilidades. La reconciliación real requerirá el

perdón de ambas partes.

1º Abandonar el resentimiento

2º Renunciar a la revancha

3º Responder con benevolencia,

compasión, generosidad y amor.

Surgen emociones positivas que producen un

incremento en el pensamiento creativo.

Se establecen relaciones armoniosas y duraderas.

Dejar ir, desprenderse del pasado, abre nuevas

puertas.

Mejora la autoestima y disminuye la ansiedad u

depresión.

Si se logra cambiar la forma en que se concibe el

dolor, y el sufrimiento, se abre una nueva perspectiva

que acarrea felicidad y aceptación.

El proceso de conocerse y aceptarse a sí mismo es

en gran medida un acto de perdón que implica:

Saberse humano y falible

Existen evidencias que demuestran que el incremento

de la capacidad de perdonar trae consigo

mejoramiento en la salud física y mental

1. Decidirse conscientemente a dejar de sufrir.

2. Reconocer que la ofensa existe

3. Expresar el enojo

4. Dejar de sentirse culpable.

5. Comprender a aquel/aquella que nos ha herido.

6. Darse tiempo.

7. Recuperar el protagonismo en nuestra propia

vida.

(Gabrielle Rubín y Nicole Fabre)

Si la ofensa o agresión no cesa, ningún proceso de perdón

puede desencadenarse.

Salirse del campo y poner cierta distancia entre nosotros y el

responsable de nuestro dolor psíquico.

En casos donde nuestra integridad psíquica o física está en

juego, a veces, una demanda en la justicia puede ser el

único modo de atravesar esta primera etapa y de poner al

culpable de cara a sus responsabilidades.

(La justicia, ejercida en el nombre de la sociedad, objetiva la

falta, reconoce la herida y designa al culpable, pero la

única que puede perdonar es la víctima ).

El pasado no se borra

No podemos pretender “olvidar”.

Reconocer al agresor como culpable de una falta

contribuye a evitar el desarrollo de enfermedades

psicosomáticas o conductas repetitivas de

fracaso.

Aceptar a su “ verdugo” (reconocer

el sentimiento y dejar que salga a la luz).

El odio, el enojo, agresividad, en un primer tiempo

son indicios de una buena salud mental.

PELIGRO! Si no volcamos el odio en el agresor,

solemos dirigirlo hacia uno mismo, desarrollando

procesos de autodestrucción.

Realizar un trabajo de desapego (con el agresor,

escribir, amigos, terapeuta).

“Disculparnos”: Reconocer que nuestra

responsabilidad no está comprometida .

Intentar saber cuál es la parte de nosotros mismos

que ha sido lastimada permite relativizar el

sufrimiento que acompaña al hecho de haber sido

heridos. ¿Es nuestro orgullo, nuestra reputación,

nuestro honor, nuestra integridad psíquica?

Comprender las motivaciones del culpable no es

disculparlo sino reconocer sus debilidades.

Es una manera de darle sentido al acto que nos

ha hecho mal y de alguna medida, tornarlo

“aceptable”.

Dejar pasar el tiempo al mismo tiempo que uno

mantiene una actitud pro-activa durante el

proceso.

Un perdón otorgado demasiado rápido puede ser

percibido por el culpable como una absolución.

Perdonar sin esta espera será un engaño para la

víctima, que sentirá todavía resentimiento aunque

sea de manera inconsciente.

¿Cómo saber si hemos verdaderamente

perdonado? “Cuando todo sentimiento de

culpabilidad por aquello que pasó ha

desaparecido”

Otro signo indudable de que el perdón ha sido

otorgado es

« la recuperación de la actividad, que conduce

al retorno de la movilidad en nuestra

vida”.

1. Sé consciente de tu “Voluntad” enlista las razones

para perdonar y para no perdonar

2. Deja atrás el pasado

3. Enlista las personas con las que tuviste diferencias.

4. Perdónate a ti mismo

5. Acepta la vida

6. Trabaja en tu autoestima

7. Ocúpate

8. Revisa tus pensamientos

9. Analiza tus emociones y regúlalas

10. Aprende a expresarte asertivamente

•Miguel Ángel (2008) “Terapia del Perdón” Argentina, Colección Virtus.

•José Luis Lillo (2014) “Sobre el perdón y la reconciliación. Una

perspectiva psicoanalítica” . Argentina