El Peligro de La Necedad

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EL PELIGRO DE LA NECEDAD “Un tejedor,-de injurias-, solo; no se establece en la ciudad, porque ellos se congregan en multitudes.” Oddun de IFA Ogbe-Weñe. “La vida es muy peligrosa, NO por las personas que hacen el mal; sino por las que se sientan a ver lo que pasa sin hacer nada”. Albert Einstein (1879- 1955) científico alemán naturalizado Estadounidense. Desde el más remoto referente del tiempo nosotros la especie humana, nos hemos enfrentado a los misterios de la vida con temor, y más aun cuando se trata de enfrentar el misterio más grande de todos: La muerte, es claro que venimos a la vida para abandonarla y aunque no existen formulas mágicas para conseguir la inmortalidad, si podemos aprender a adoptar actitudes mas asertivas que nos ayuden a vivir con más sentido de solidaridad, de plenitud y con verdades. Tenemos que vivir y tendremos eventualmente que morir, por eso es tan importante armarnos con todas esas enseñanzas practicas que nos sean de utilidad para proseguir con la aventura de la vida y saber enfrentarnos dignamente cuando sea el tiempo, a la proeza de la muerte; se puede aprender a vivir más armónicamente sin generar roces innecesarios o desdichas gratuitas, vaya, sin ganarnos enemigos por el simple placer de hacerlo; fomentando en nuestra existencia reglas claras de amor y sabiduría hacia nuestras propias vidas, eso nos quitara necesariamente el gusto morboso por ver o saber lo que no nos incumbe de las vidas de otros ayudándonos en el proceso a desarrollar una

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EL PELIGRO DE LA NECEDAD

“Un tejedor,-de injurias-, solo; no se establece en la ciudad, porque ellos se congregan en multitudes.” Oddun de IFA Ogbe-Weñe.

“La vida es muy peligrosa, NO por las personas que hacen el mal; sino por las que se sientan a ver lo que pasa sin hacer nada”. Albert Einstein (1879-1955) científico alemán naturalizado Estadounidense.

Desde el más remoto referente del tiempo nosotros la especie humana, nos hemos enfrentado a los misterios de la vida con temor, y más aun cuando se trata de enfrentar el misterio más grande de todos: La muerte, es claro que venimos a la vida para abandonarla y aunque no existen formulas mágicas para conseguir la inmortalidad, si podemos aprender a adoptar actitudes mas asertivas que nos ayuden a vivir con más sentido de solidaridad, de plenitud y con verdades. Tenemos que vivir y tendremos eventualmente que morir, por eso es tan importante armarnos con todas esas enseñanzas practicas que nos sean de utilidad para proseguir con la aventura de la vida y saber enfrentarnos dignamente cuando sea el tiempo, a la proeza de la muerte; se puede aprender a vivir más armónicamente sin generar roces innecesarios o desdichas gratuitas, vaya, sin ganarnos enemigos por el simple placer de hacerlo; fomentando en nuestra existencia reglas claras de amor y sabiduría hacia nuestras propias vidas, eso nos quitara necesariamente el gusto morboso por ver o saber lo que no nos incumbe de las vidas de otros ayudándonos en el proceso a desarrollar una conciencia de avance en el camino de la evolución interior accediendo así, a actitudes vitales equilibradas, plenas, serenas y firmes.Nosotros también como ciudadanos del mundo, nos toca en lo correspondiente vivir la descomposición de las instituciones tanto políticas como gubernamentales, sociales, religiosas y hasta humanitarias; se agrede por igual sin motivo a la flora y fauna con la cual compartimos este espacio vital llamado Tierra, y esta por demás decir o recordar que nuestros “lideres” están dominados por la voluntad obsesiva de la consecución del poder y el ejercicio de la manipulación; contra esto es ante lo que realmente nos enfrentamos con las armas que este camino de transformación Filosófico/Religiosa/Guerrera nos provee, ya que este fenómeno de vida “común” ante el cual nos hemos desensibilizado -aunque sea por salud mental-, evitando no caer en estados constantes de paranoia o neurosis crónica; No es que sea este el más idóneo de los escapes aunque si es el más usual al que se recurre, despersonalizamos el

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fenómeno social para “evitar que nos afecte” cayendo entonces en otro tipo de conducta neurótica: La negación, quizás pensemos que si no nos interesamos en ello, “eso” NO nos afectara, contra ese loco modo de percibir el mundo y sus realidades que nos rodean, existen formas diferentes de vivir sin la necesidad de aislarnos o de renunciar a seguir siendo parte del mismo mundo que a veces tanto nos afecta, simplemente rechacemos la ofuscación de la mente, para conseguir este tan ansiado nivel de conciencia NO es necesario adentrarnos en las montañas u otros espacios abiertos de la naturaleza, sino cambiar nuestras actitudes tomando como opción una forma menos neurótica de vida más expansiva en cuanto los propósitos de nuestros fines y metas y menos obsesiva en cuanto a los miedos para concretarlas. La mayor parte de la humanidad vive engendrando sufrimiento, personal y colectivo; todo esto producto de la NECEDAD, de urgencia y ansiedad en una competencia de altibajos sensoriales de manera continua, y la mayor de las veces esta competencia es consigo mismo en una lucha por definir,-o defender-, su propias incompetencias buscando a través de los agravios vestir de dignidad lo indigno de los miedos irracionales que les acompañan; nos afianzamos de las diversas tecnologías poniéndolas al servicio de la destrucción, la necedad y la insensatez que está acabando con nuestra madre Tierra; y sin embargo, el común de los mortales se espanta de la eventualidad de su propia muerte, olvidando que se muere a cada instante y que el mismo acto de nacer es empezar a morir, la energía que anima el vehículo de transito físico que llamamos cuerpo, se retira cuando ya gastada tiene que desprenderse de este forzosamente, antes o después, dormimos para NO volver a despertar. La senda del despertar de la conciencia es el bien más preciado al cual podemos aspirar, porque si sabemos desarrollar esta visión, podremos vivir la realidad que nos trasciende; pero para vivirla de manera efectiva, es conveniente de vez en cuando hacernos un pequeño examen de conciencia que nos lleve a reflexionar sobre nosotros mismos e ir superando los 5 obstáculos básicos que empobrecen la vida del hombre siendo estos: El deseo IncontroladoEl odio y la iraEl culto a la propia personalidad La ansiedad que nos lleva a despreciar a los demás, a ignorarlos, herirlos o hasta matarlos a veces tan solo porque no piensan como nosotros, o no creen en lo que nosotros.La ofuscación o desvarió mental, raíz de todo tipo de males individuales y colectivos.

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El sentido más grande que le podemos proporcionar a la vida,- a NUESTRA vida-, es reconocer la propia naturaleza original, mas allá de nuestros valores o defectos y tratar de conectar a través nuestro con lo inmenso de la naturaleza del Creador, cuando conectemos con esa naturaleza arquetípica; encontraremos también nuestra capacidad de experimentar el sosiego, la compasión, la benevolencia y quizás con un poco de suerte el buen vivir, desconectados de la NECEDAD que tanto nos hace estar atentos de los logros o fallas del entorno que tan seguido vestimos de motivo de nuestra propia existencia, como si con ello pudiéramos justificar lo ínfimo de la naturaleza que inspira esa tan inútil ocupación, y lo peor, que nos desconecta de la realidad peligrosa en la que estamos ingresando…Iboru Iboya Ibocheche