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EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL PROYECTO 2.1 INICIO DE LA CONSTRUCCIÓN POR EL MUNICIPIO E INTERRUPCIÓN DE LAS OBRAS (1579- 1581) 2.1.1 Felipe II es informado de las pretensiones de los alicantinos 2.1.2. Las dificultades de Alicante para financiar y administrar las obras 2.2. LA INTERVENCIÓN REAL EN EL PROYECTO (1581-1593) 2.2.1. Los argumentos alicantinos para una intervención real A) Geográficas y climáticas B) Cinegéticas y agrícolas C) Molinería D) Mejor abastecimiento y prosperidad de la ciudad de Alicante E) Razones de Estado. En favor de la Monarquía 2.2.2. Las consideraciones de la Corona A) De carácter socio sanitario B) Los recelos de los aguatenientes y sus pretensiones sobre las aguas pluviales C) Las observaciones de técnicos e ingenieros respecto al modo en que debía levantarse la pared D) La conveniencia de alargar las acequias viejas o construir otras nuevas E) Consideraciones jurídicas 2.2.3. El problema de la financiación A) La primera propuesta real B) Una segunda propuesta del Monarca C) La problemática de los diezmos novales y la decisión real D) El definitivo acuerdo 2.3 LA EJECUCIÓN DE LA OBRA (1590-1593) 2.3.1. Aspectos jurídicos y económicos A) Felipe II fija las condiciones de ejecución de la obra B) La ciudad subasta y remata las obras. Nuevas instrucciones de Felipe II C) La designación de Melchor Pérez de Vivero como veedor de las obras 2.3.2. Aspectos constructivos A) En la presa B) Ampliación y mejora de la red de distribución 2.4. LA PUESTA EN SERVICIO DE LA PRESA EN 1593 Y POSTERIORES MEDIDAS DE CONTROL Y MANTENIMIENTO 2.4.1. Nombramiento de oficiales para el gobierno y cuidado del pantano A) Alcaide del pantano B) Guardas del pantano C) Primeras averías y reparaciones efectuadas en el pantano

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EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL PROYECTO

2.1 INICIO DE LA CONSTRUCCIÓN POR EL MUNICIPIO E INTERRUPCIÓN DE LAS OBRAS (1579-

1581)

2.1.1 Felipe II es informado de las pretensiones de los alicantinos

2.1.2. Las dificultades de Alicante para financiar y administrar las obras

2.2. LA INTERVENCIÓN REAL EN EL PROYECTO (1581-1593)

2.2.1. Los argumentos alicantinos para una intervención real

A) Geográficas y climáticas

B) Cinegéticas y agrícolas

C) Molinería

D) Mejor abastecimiento y prosperidad de la ciudad de Alicante

E) Razones de Estado. En favor de la Monarquía

2.2.2. Las consideraciones de la Corona

A) De carácter socio sanitario

B) Los recelos de los aguatenientes y sus pretensiones sobre las aguas pluviales

C) Las observaciones de técnicos e ingenieros respecto al modo en que debía

levantarse la pared

D) La conveniencia de alargar las acequias viejas o construir otras nuevas

E) Consideraciones jurídicas

2.2.3. El problema de la financiación

A) La primera propuesta real

B) Una segunda propuesta del Monarca

C) La problemática de los diezmos novales y la decisión real

D) El definitivo acuerdo

2.3 LA EJECUCIÓN DE LA OBRA (1590-1593)

2.3.1. Aspectos jurídicos y económicos

A) Felipe II fija las condiciones de ejecución de la obra

B) La ciudad subasta y remata las obras. Nuevas instrucciones de Felipe II

C) La designación de Melchor Pérez de Vivero como veedor de las obras

2.3.2. Aspectos constructivos

A) En la presa

B) Ampliación y mejora de la red de distribución

2.4. LA PUESTA EN SERVICIO DE LA PRESA EN 1593 Y POSTERIORES MEDIDAS DE CONTROL Y

MANTENIMIENTO

2.4.1. Nombramiento de oficiales para el gobierno y cuidado del pantano

A) Alcaide del pantano

B) Guardas del pantano

C) Primeras averías y reparaciones efectuadas en el pantano

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La sola contemplación de la pared del pantano desde la parte situada aguas abajo

del embalse, es suficiente para, aun prescindiendo de los cálculos, planos y técnicas

constructivas que fueron necesarios para levantar el imponente murallón, advertir que la

obra que se contempla es, sin duda alguna, una construcción de gran contundencia. Y

efectivamente, así es. La presa de Tibi es una edificación singular, única e histórica,

tanto por su antigüedad, como por su carácter de obra pionera en el campo de la

ingeniería hidráulica1. Sin embargo, esta imponente presa fue en su origen una idea

barruntada en la mente de un molinero2, que en una de las muchas cartas que remitió a

Felipe II a propósito del pantano, se presentaba ante el Monarca con estas palabras:

Pedro Yzquierdo vezino de la universsidad de Muchamiel el primero que avisó a

vuestra majestad antes que se començasse el estanque de Alicante […] D’esto tengo

zerta expiriençia que he hecho en regolfos de agua y por averme criado en el dicho

Río. Por aver visto por mis ojos toda mi vida venir el río3.

La planificación, construcción y puesta en servicio del pantano de Tibi, sin duda

alguna una de las grandes obras de ingeniería hidráulica llevadas a cabo en la península

ibérica durante el reinado de Felipe II4. Fue una empresa para cuya consecución fueron

1 GONZÁLEZ TASCÓN, op. cit., p. 216.

2 En un Memorial remitido por Izquierdo a Felipe II, consta en el encabezamiento la siguiente leyenda:

“Memorial de Pedro Yzquierdo Maestro de molinos de la Universidad de Muchamiel” [s.f.]. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/18. En otro documento remitido al monarca por uno de sus asesores,

a propósito del principal problema constructivo que la ejecución de la obra planteó, se refería Izquierdo

en estos términos: “Solo la salida del agua se a de tener cuenta y esta dizen que un molinero que desto

trato con su Magestad dixo mejor que otros, y ansi hasta agora no ay quien la niegue, llámase Pedro

Izquierdo de Muchamel”. Advertimientos sobre la fábrica del Pantano y repartición del agua que ha

dejar del, [s.f.]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635.

3 Pedro Izquierdo da advertimientos y razones sobre la fábrica del Pantano para la perpetuidad de la

obra [s.f.]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/10.

4 Sobre la actividad desplegada por la Monarquía Hispánica en materia hidráulica véase: BERNABÉ GIL,

D., “Política hidráulica en la España de los Austrias”, en Cuatro siglos de técnica hidráulica en tierras

alicantinas, Armando Alberola Romá (ed.), Alicante: Instituto de Estudios Juan Gil-Albert, 1995, pp. 67-

88. ISBN 84 7784 209 4. Fanlo Loras, en un trabajo en el que reflexionaba acerca de las secuelas

negativas de la sequía en España y de la falta de una eficaz política hidráulica de Estado, escribía a

propósito del papel mitigador que, en las consecuencias de la primera, desempeñan los embalses: “La

sequía meteorológica no ha supuesto, sin embargo, una sequía hidrológica, pues nuestros embalses —

valiosísimo patrimonio fruto de una continuada política de obras más que centenaria— contaban con

importantes reservas gracias a las generosas lluvias de los últimos años”. El pantano de Alicante, junto a

los de Ontígola, Almansa, Relleu, Elche, por citar algunos, son, sin duda alguna, hitos primigenios de esa

política centenaria de la que Felipe II fue un gran impulsor. FANLO LORAS, A., “Tratemos el agua con

seriedad”, en Revista española de derecho administrativo, España: Civitas, 2012, 154, p. 11. ISSN 0210-

8461. El mismo autor ha dedicado atención también a la importancia de la planificación hidrológica,

consecuencia de “las singulares características del agua como recurso natural imprescindible para la

vida”, lo que hace necesario “ordenar su aprovechamiento y proteger su calidad, teniendo en cuenta la

escasez relativa del recurso y la irregularidad de su distribución en el espacio y en el tiempo”. Id.,

“Planificación hidrográfica en España: estado actual de un modelo a fortalecer”, en Revista de

Administración Pública [en línea], 2006, 169, p. 268 [fecha de consulta: 19 de mayo de 2018]. ISSN

0034-7639. Disponible en: http://www.cepc.gob.es/publicaciones/revistas/revistaselectronicas

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necesarias contribuciones desde la sabiduría popular, a la ingeniería y la arquitectura,

sin despreciar la pericia profesional de canteros, carpinteros y otros gremios que

tomaron parte en las obras. De la intervención de estas personas y profesionales, así

como del desarrollo de sus trabajos, disponemos en la actualidad de abundante

información merced a numerosos y sólidos trabajos5.

Pero asimismo destacado fue el papel que desempeñaron el Derecho y muchas de

las instituciones de la época; desde el consell alicantino, a la más alta magistratura del

Estado, sin olvidar el papel desempeñado por la Santa Sede6 y por un amplio número de

órganos y funcionarios al servicio de la Monarquía Hispánica que también tomaron

parte en esta importante empresa. Normas, órganos de gobierno, funcionarios y

operadores jurídicos tuvieron también un papel fundamental en toda la obra, hasta el

punto de que la toma de alguna decisión, que en principio pudiera pensarse respondía a

criterios basados en la ingeniería o la arquitectura, tuvo su razón de ser en criterios

exclusivamente jurídicos7.

Aunque la idea de construir una presa en el estrecho de Tibi nació en Alicante y a

cargo de la ciudad se levantaron los cimientos y primeros metros de su fábrica, sin

embargo, la posterior solicitud de ayuda a la Corona ante la falta de fondos en la que se

vieron los alicantinos, transformaron profundamente el proyecto inicial. Transformación

patente, desde luego, en lo que a su traza y ejecución material se refiere, tras los

informes y opiniones emitidos por lo más granado de la arquitectura e ingeniería del

momento8; pero también en cuanto a la concepción y tramitación del expediente de la

obra desde el punto de vista jurídico e institucional, algo que, en gran medida,

responderá al activo papel que Felipe II asumirá a lo largo de toda la ejecución de la

presa. De manera que lo que en principio podía haber sido una obra ejecutada por una

ciudad del Reino de Valencia, pasó a convertirse en un proyecto auspiciado,

supervisado e impulsado por la Corona y muy en particular por el propio Monarca9. Un

Derecho de Aguas, Murcia: Fundación IEA, 2006, p. 6

5 Nos remitimos a los trabajos reiteradamente citados a lo largo de la presente tesis obra de Alberola

Romá, Beviá García, Camarero Casas, González Tascón y López Gómez.

6 Especialmente importante en el aspecto financiero al conceder a la Corona los diezmos novales que

resultaren de la mejora de la agricultura mediante la construcción de infraestructuras y la realización de

obras que mejoraren el regadío o extendieran éste a tierras hasta entonces de secano.

7 Tal es el caso, por ejemplo, de la decisión por la que finalmente se decidió no trasladar aguas arriba la

toma o derivación principal de aguas para la Huerta de Alicante, desde el assut de Mutxamel al molí de

Bussot, pese a haber sido planificada y aparecer así representada en algunos de los planos y mapas

históricos de finales del s. XVI que se utilizaron durante la ejecución de las obras de construcción del

pantano.

8 Entre los ingenieros y expertos de cuya intervención existe constancia documental cabe destacar a los

siguientes: Juan Bautista Antonelli, Fray Mariano Ázaro, Gaspar Gregorio, Juan de Herrera, Juan García

de Mondragón, Juanelo Turriano, Jorge Palearo Fratino.

9 Para Borrego Pla, la arquitectura hidráulica, era una cuestión por la que el rey Felipe II sentía verdadera

afición. BORREGO PLÁ, M. C., “La Casa de Contratación y Jerez durante el quinientos: el intento por

romper el monopolio”, en La Casa de la Contratación y la navegación entre España y las Indias,

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matiz que, lógicamente, trastocó por completo la primitiva concepción localista de la

obra, hasta hacer de ella el hito más monumental de la ingeniería española

renacentista10

.

Ello conllevó, entre otras cosas, una evolución en los motivos esgrimidos

inicialmente como justificación de la necesidad de construir esta infraestructura. Si en

un primer momento estos se centraban, sobre todo, en factores agrícolas e

hidrológicos11

, posteriormente fue necesario incorporar otros capaces de demostrar que

el proyecto del pantano de Tibi, además de ser beneficioso para la ciudad de Alicante y

su huerta, lo era también para la Monarquía.

Una vez solicitada la ayuda a la Corona, nada volvió a ser igual respecto al pantano

de Tibi, quedando impregnadas por la impronta personal de Felipe II absolutamente

todos los aspectos de la obra. Así lo atestiguan las notas manuscritas del Monarca en las

portadillas de los documentos que para su real conocimiento le eran puntualmente

remitidos12

. Otro aspecto que pone de relieve el papel de la monarquía filipina en todo

lo relativo al pantano de Tibi es el activo y destacado papel desempeñado durante su

gestación por un buen número de órganos de la Corona. Desde Madrid, el Consejo de

Aragón13

y el Tesorero General de Aragón14

; en València el Virrey15

y en Orihuela y

Antonio Acosta Rodríguez et al. (coord.), Universidad de Sevilla, CSIC y Fundación El Monte, Sevilla,

2003, p. 426.

10 GONZÁLEZ TASCÓN, op. cit., p. 216. No obstante, hay que significar que el principal experto local

que intervino en la traza del pantano, Pedro Izquierdo, ya predijo, cuando la obra todavía estaba en una

fase incipiente, la importancia que la misma estaba llamada a desempeñar en el campo de la hidráulica:

“porque este estanque a de ser una segunda mar, porque ha de tener grandíssimo peso enssí, que en el

mundo no lo avía tal, y por eso conviene que se haga con la fortificaçion que tengo dicho”. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/10 y 1/11.

11 Escaso e irregular caudal del río Monnegre; desproporción entre la superficie de tierra susceptible de

ser irrigada y los aportes hídricos del río; singular régimen jurídico del agua del río Monnegre,

caracterizado por estar aquélla separada de la tierra y ser objeto de especulación por sus poseedores y

bonanza climática y fertilidad de la tierra.

12 El propio monarca, en muchas de las cartas que durante el proceso de construcción del pantano remitió

a las autoridades alicantinas, antes de la cláusula de despedida, solicitaba ser puntualmente informado

escribiendo “porque lo quiero entender con particularidad” o bien “y me hiréis avisando de lo que se

fuere haciendo”.

13 Un estudio de conjunto de esta institución en: ARRIETA ALBERDI, El Consejo Supremo…, 669 pp.

14 Diego Fernández de Cabrera y Bovadilla, III Conde de Chinchón. Ejerció de Tesorero desde noviembre

de 1576, hasta su fallecimiento en noviembre de 1612. DE VICO, F., Historia general de la isla y reyno

de Sardeña: dividida en siete partes, Barcelona, 1639, p. 80. Sobre la actividad desplegada por el III

Conde de Chinchón al frente de la Tesorería y en el seno del Consejo y la Corte de Felipe II, véase:

ARRIETA ALBERDI, El Consejo Supremo…, pp. 157 y ss.

15 Cargo que en los documentos relativos al pantano aparece con la denominación de Regente de la

lugartenencia y Capitanía general en el Reyno de Valencia. El Virrey, en cuanto que alter ego o

llochtinent del monarca en el territorio valenciano, era también su representante directo, además de

presidir la Real Audiencia y ostentar el cargo de capitán general. Durante la construcción del pantano

desempeñaron esta magistratura: Pedro Manrique de Lara y Acuña, duque de Nájera (1578-1580);

Francisco de Moncada y Cardona, marqués de Aytona, (1580-1595); Francisco Gómez de Sandoval y

Rojas, marqués de Dénia (1595-1597). Un estudio de los virreyes de València durante el reinado de

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Alicante, el Gobernador16

y el Baile general17

, así como la Junta Patrimonial18

. Junto a

ellos, oficialmente unas veces, oficiosamente otras, un buen número de personas de la

confianza del Rey manifestarán también a éste sus opiniones y pareceres, contribuyendo

junto a los emitidos por los citados órganos, a conformar la voluntad real.

2.1 INICIO DE LA CONSTRUCCIÓN POR EL MUNICIPIO E INTERRUPCIÓN DE LAS OBRAS

(1579-1581)

La construcción del pantano de Tibi se plantea en un momento en el que, según

puso de relieve Alberola Romá19

, las autoridades alicantinas y los regantes llevaban un

tiempo estudiando diversas opciones de cara a la mejora del regadío de la huerta y al

incremento del espacio regado. Unos estudios que, como ya ocurriera a fines del siglo

XIV al planificarse el azud de Sant Joan, volvieron a poner de manifiesto las diferencias

de criterio existentes entre las autoridades, los aguatenientes, los regantes y entre éstos

Felipe II en: MATEU IBARS, J., “Algunas 'noticias' sobre virreyes de la Corona de Aragón en el reinado

de Felipe II de Austria (1556-1598)”, en Pedralbes. Revista d'Història Moderna, Barcelona: Universitat,

1998, t. II, nº 18, pp. 195-208. ISSN 0211-9587. Con respecto a la intervención de las autoridades y

oficiales de la Monarquía establecidas en València, cabe reseñar la desconfianza expresada por el síndico

de la ciudad de Alicante hacia las mismas: “Advierto que salga del Consejo qualquier orden y no de

Valènçia pues en Madrid están más enterados”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/27, pto. 13.

16 La forma empleada en los documentos expedidos por la cancillería real de Felipe II para hacer

referencia a esta institución era Consejero y Portantvezes de general gobernador en el reyno de Valençia

de allà Xixona. El gobernador orcelitano era el máximo representante del Rey en el territorio denominado

de allà Xixona, únicamente superado en rango por el Virrey, que tenía su sede y residencia en la ciudad

de València. Sus titulares durante el proceso de construcción del pantano fueron, según la relación

elaborada por Bernabé Gil, los siguientes: Enrique de Palafox (1566-1581), Juan Quintana (1581-1586),

Ximén Pérez de Calatayud (1586-1588), Álvaro Vique y Manrique (1588-1607). Aunque la sede de esta

institución estaba en la ciudad de Orihuela, capital de la Gobernación de allà Xixona, su titular disponía

también de una casa en Alicante, habiendo servido la misma como marco de alguna de las reuniones

celebradas con ocasión de tratar asuntos del pantano. Sobre este oficial véase: BERNABÉ GIL, D.,

“Nobles valencianos en el servicio regio: la provisión del oficio de Portantveus de Gobernador Ultra

Sexonam en la edad moderna” en Revista de Historia Moderna [en línea], Alicante: Universidad, 2008,

26, pp. 13-60 [fecha de consulta: 15 de septiembre de 2017]. ISSN 0212-5862. DOI:

10.14198/RHM2008.26.01. Disponible en: http://hdl.handle.net/10045/8922

17 Oficial real a cuyo cargo estaban la recaudación de impuestos y la administración del Real Patrimonio

en el territorio de la Bailía de Orihuela (posteriormente Orihuela–Alicante). Tenía su sede en Orihuela,

pero dada la importancia de la actividad comercial de Alicante por condición de ciudad portuaria, el baile,

solía tener su residencia efectiva en esta ciudad. Sobre la Bailía de Orihuela - Alicante, véase:

ALBEROLA ROMA, Jurisdicción y propiedad…, pp. 139 y ss. Desde mediados del siglo XVI la Bailía de

Orihuela era desempeñada por miembros de la familia Vique (en algunos documentos este apellido consta

escrito Vich). BERNABÉ GIL, “Nobles valencianos en…”, p. 45.

18 La Junta Patrimonial, conforme a la caracterización que de esta institución realiza Banacloche Giner,

era un órgano colegiado de la Monarquía Hispánica, con funciones económicas de control y

mejoramiento del patrimonio regio. Existió una Junta en el ámbito de la Corona de Aragón y otras dos en

el Reino de Valencia, una por cada una de las bailías generales existentes en el mismo: València y

Orihuela. Sobre esta institución véase: BANACLOCHE GINER, L., “Un estudio de la Junta

Patrimonial”, en Estudis [en línea], Universitat de València: 2003, 29, pp. 131-177 [fecha de consulta: 18

de agosto de 2017]. ISSN 0210-9093 Disponible en: http://roderic.uv.es/handle/10550/34370

19 ALBEROLA ROMÁ, “Preses històriques del…”, p. 14.

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últimos entre sí. Pues lo que para unos resultaba útil y provechoso, para otros podía

representar un riesgo frente a sus intereses económicos.

Para el consell alicantino, la extensión del regadío, mediante la mejora de las

infraestructuras existentes o la puesta en servicio de otras nuevas, representaba la

posibilidad de incrementar las rentas de la ciudad, merced al aumento de la producción

agrícola. Para los integrantes del consell, considerados individualmente, la generación

de nuevos caudales hídricos o el incremento de los ya existentes podía resultar

provechoso si eran terratenientes y hacendados en la huerta; por el contrario, si sus

intereses se basaban en la posesión de hilos de agua, la introducción de cualquier mejora

que supusiera un incremento del volumen hídrico disponible, representaba una amenaza

para sus ingresos, pues su ganancia a cuenta del agua era tanto mayor cuanto más

escaseaba ésta20

.

En cuanto a los regantes, los de la parte alta de la huerta, en la medida en que sus

posibilidades de regar dependían exclusivamente del azud de Mutxamel, siempre veían

con recelo la construcción de cualquier infraestructura aguas abajo de aquél. Ello se

debía a que una eventual pérdida o destrucción de su azud, pondría a disposición de los

regantes de la parte baja de la huerta el caudal que dejara de retener el azud de

Mutxamel, de manera que lo que para los de la parte alta suponía una verdadera

catástrofe, al verse privados de agua, resultaba ventajoso para los regantes de la parte

inferior, que pasaban a disponer en exclusiva del caudal del Monnegre. Es evidente que,

ante cualquier eventualidad que pudiera sufrir el azud de Mutxamel, si la totalidad del

riego huertano dependía exclusivamente de él, todos los regantes se afanarían en

promover su arreglo. Una unanimidad difícilmente alcanzable caso de existir dos azudes

en servicio.

En el supuesto documentado por Alberola Romá, datado en 1578, la discrepancia

surgió respecto a la conveniencia de edificar un nuevo azud aguas abajo del primero21

,

opción defendida por las autoridades alicantinas, o bien realizar mejoras y reparaciones

en el antiguo azud de Mutxamel, opción preferida por los regantes. Alberola pone de

relieve que las presiones ejercidas por estos últimos llegaron a tal nivel que, pese a que

la ciudad contaba con la autorización de la máxima autoridad gubernativa del reino,

finalmente la Justicia dio la razón a los regantes22

.

20

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/17.

21 En cualquier caso se trataba de una infraestructura con la finalidad de aprovechar las aguas eventuales

que, en los supuestos de avenidas o crecidas de cierta entidad del río Monnegre, no podían ser

aprovechadas por el azud de Mutxamel, por ser superior el caudal de aquellas al que admitía la acequia

mayor.

22 ALBEROLA ROMÁ, “Preses històriques del…”, p. 14.

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Así las cosas, en 157923

, Pedro Izquierdo24

decidió comunicar a las autoridades

alicantinas su proyecto: construir un murallón en tierras del marqués de Terranova25

, en

el paraje denominado Estrecho de Tibi, entre las montañas Mos del Bou y La Cresta. La

idea fue bien acogida y una vez estudiada, el 7 de agosto de ese mismo año, se celebró

consell general en la ciudad de Alicante26

, al que asistieron representantes de las

poblaciones de la huerta27

. En esta asamblea, los asistentes resolvieron solicitar

licencia28

al propietario de los terrenos señalados por Izquierdo como idóneos29

para

levantar la presa, don Pedro Maza de Carroz y Ladrón, marqués de Terranova y titular

23

Aunque no es posible precisar la fecha exacta en que tuvo lugar la exposición de Izquierdo a las

autoridades alicantinas, la misma tuvo lugar antes del 7 de agosto de 1579, fecha en la que, a la vista del

proyecto de Izquierdo, se celebró consell general para tratar el asunto.

24 Pedro Izquierdo en alguno de los documentos suscrito por él con ocasión de la fábrica del pantano se

intitula “vezino de la universidad de Muchamiel, maestro de molinos” (ACA, Consejo de Aragón, leg.

635, doc. 1/18), pero del examen de los diferentes pareceres y opiniones emitidos por él durante el

proceso constructivo del pantano de Tibi, se deduce que Izquierdo tenía amplios conocimientos sobre la

construcción de presas y que conocía de primera mano las características de algunas de las que en ese

momento existían en España. En 1593, se presentará ante Felipe II como “el que más experiencia tiene de

lo tocante al riego de aquella huerta [de Alicante]”. Carta de Felipe II al Gobernador de Orihuela. 20 de

noviembre de 1593. AHMA, Armario 5, Libro 57, fols. 246/7. De su participación en otras obras

hidráulicas, tenemos constancia a través de uno de los escritos que Izquierdo dirigió a Felipe II, en el que

explica determinados problemas que habían surgido durante el proceso constructivo de la presa de

Almansa, en el que tras estar las obras interrumpidas “como treinta años” éstas se había retomado

“después que yo voy en esta obra”. Así mismo, Izquierdo dice al monarca: “yo he visto el estanque de

Mérida”, al tiempo que explica por qué determinadas soluciones constructivas adoptadas en ésta última

presa no podían llevarse a cabo en la de Alicante, debido a que en aquélla “viene el agua de unos llanos

sin traher ninguna manera de inmundicia, ni tiene peñas ençima para que le puedan embaraçar”. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/10 y 1/11. Sobre la intervención de Izquierdo en la presa de

Almansa, véase: LÓPEZ GÓMEZ, Los embalses valencianos…, pp. 39-40. Según este autor, Izquierdo,

junto a Pedro de Llamas, dio trazas para esta presa en arco, en la que actuaron Pedro de Aguirre como

primer maestro y Juanes del Temple como segundo maestro.

25 Sobre este título nobiliario véase: ESQUERDO, O., Nobiliario valenciano, València: Biblioteca

Valenciana-Generalitat Valenciana, t. I, pp. 145-162. ISBN 84 482 2881 2.

26 La sesión estuvo presidida por el justicia, Francesc Martínez Clavero y Luis Juan Martínez de Fresneda

y Pere Zaragoza, jurados. ARV, BAILÍA, Pantano de Alicante (Letra AE), leg. nº 10, exp. 82, fols. 54 y

ss.

27 En el consell general estaban representados, además del gobierno de la ciudad de Alicante, los de los

lugares que radicaban dentro de los términos generales de aquélla, entre ellos las poblaciones de

Mutxamel y Sant Joan y Benimagrell, principales núcleos de la Huerta de Alicante. Aquellos acuerdos

que por su importancia, trascendencia o asunto al que iban referidos repercutían sobre estas poblaciones o

lugares del término general, requerían ser aprobados por el consell general, no siendo suficiente ni válido

el acuerdo en estos casos del consell particular de la ciudad.

28 Para tratar con el marqués de Terranova la ciudad comisionó al vecino Damián Miralles, personaje que

desarrollará una importantísima labor como síndico de la ciudad y posteriormente también como

apoderado del secretario Pedro Franqueza, durante gran parte de la gestación del pantano. ACA, Consejo

de Aragón, leg. 636, doc. 1/41.

29 En un memorial remitido por la ciudad años después a Felipe II, consta sobre la idoneidad del lugar

señalado por Izquierdo lo siguiente: “El estrecho [de Tibi] son dos montañas que la naturaleza ha puesto

allí. La una a la parte de Poniente de seiscientos palmos y la otra de más de mil palmos y para que

çerrado este estrecho se pudiessen enfrenar las aguas pluviales y adventicias que quando llueve baxan y

passan por este estrecho y se van a la mar […]”, [s.f.] [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636,

docs. 1/34 y 1/35.

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del señorío de la baronía de Castalla, Onil y Tibi. Unos días después, el 12 de agosto y

mediante escritura autorizada en Castalla30

, ante el notario Esteban Corbí, el marqués

otorga licencia a la ciudad de Alicante “para hacer un estanque en el estrecho de Tibi

para recoger agua pluvial”31

, obra que deberá ejecutarse conforme a los capítulos y

condiciones aceptados por ambas partes.

La ciudad de Alicante resarcirá al marqués de Terranova por los daños que la

construcción del estanque le ocasionará, abonándole 500 escudos32

y concediéndole

licencia para que pueda construir 4 molinos en el lugar que estime conveniente,

comprometiéndose además a no otorgar durante 6 años licencia alguna para la

construcción de molinos.

Por su parte, Pedro Maza de Carroz, se comprometió a no levantar represas en el

cauce del río que atravesaba el territorio bajo su señorío33

.

2.1.1 Felipe II es informado de las pretensiones de los alicantinos

Junto a la solicitud de la ciudad, Felipe II recibirá también otras noticias de manos

de Pedro Izquierdo. Pese a la aparente buena acogida dispensada a su idea por la

Ciudad, ya en este momento inicial del proyecto el maestro molinero detectó

movimientos extraños entre la oligarquía alicantina. Tal fue la inquietud que éstos

despertaron en él que al poco de acordarse la compra de los terrenos, resolvió marchar a

El Escorial34

para informar personalmente a Felipe II. Según él mismo relataba en un

memorial escrito unos años después y remitido al virrey de València:

30

ARV, BAILÍA, Pantano de Alicante (Letra AE), leg. nº 10, exp. 82, fols. 57 a 59.

31 La especificación de la clase de agua que recogerá el pantano (agua pluvial) es un detalle que no debe

pasarse por alto, por cuanto pone de manifiesto que sólo las aguas pluviales podrán ser embalsadas,

debiendo quedar el agua manantial, fluyente o natural, procedentes de los Ullals y otros manantiales que

alimentaban el río, libres y sin posibilidad de ser embalsadas, al pertenecer a los titulares de los 335 hilos

en que estaban divididas.

32 Es significativo que el marqués exija ser remunerado en escudos, una moneda propia de la Monarquía

Hispánica y no del Reino de Valencia, acuñada en oro y que, en palabras de Hernández Hernández, tras

su implantación en 1535, “adquirió valor como instrumento de pago a nivel internacional [siendo] la

mejor y más acreditada pieza numismática hispánica de la época”. HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, B.,

“Monedas y medidas” en Cervantes, M., Don Quijote de la Mancha (Francisco Rico, dir.), Barcelona:

Instituto Cervantes-Crítica, 1998, vol. complementario, pp. 905-910. ISBN 84 7423 624 X.

33 ARV, BAILÍA, Pantano de Alicante (Letra AE), leg. nº 10, exp. 82, fol. 59.

34 Comenzaba así un largo y penoso deambular para el molinero Pedro Izquierdo, que a lo largo de la

ejecución de la obra de la presa le llevará a visitar la corte varias veces e incluso a desplazarse a Lisboa,

siempre con el propósito de trasladar al Rey su parecer sobre la obra y los pormenores de su ejecución,

transmitirle su preocupación cada vez que algo no se ejecutaba según él había previsto o planificado y,

por último, hacer saber al monarca las necesidades que él y su familia estaban pasando, rogándole alguna

merced que aliviara su situación. Del análisis de las cartas y memoriales escritos por Izquierdo al monarca

y oficiales reales y a la vista de la poca atención que la administración filipina dispensó a este maestro de

molinos de Mutxamel, se desprende una actitud por parte de Izquierdo casi obsesiva por la cuestión del

pantano. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/20 y leg. 636, doc. 1/29.

Page 9: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

sentía desir por allí [Alicante] a muchas personas que de esto [el pantano] no era

menester que lo supiesse su Majestad por que le harían con su rediezmo y ellos se lo

ganarían allí porque todos los que rigen la ciudat son mercaderes [?] y visto esto yo

como fiel vassallo de su Majestad le avisse y formalmente yo en l’Escurial a diez de

setembre anyo setenta nueve del qual se le dio a su Majestad hun memorial por manos

de Sebastian Fonthoiyo secretario de su Majestad35

.

Felipe II, monarca precavido hasta el extremo, tras recibir la solicitud de la ciudad

de Alicante y las noticias de Izquierdo y antes de tomar ninguna decisión al respecto, el

28 de septiembre, se dirige por carta al gobernador de Orihuela36

solicitándole que

realice averiguaciones secretas37

sobre la conveniencia o no de realizar la obra del

pantano38

. Poco después, el 29 de octubre el gobernador escribe al Monarca desde

Alicante, participándole que ha comentado el asunto con “personas cuerdas y de buenos

entendimientos”39

, a las que preguntó acerca de la utilidad del pantano y de los posibles

inconvenientes que su ejecución podría ocasionar. A ambas cuestiones, según informó

el gobernador a Felipe II, los consultados respondieron de forma generalizada

que el acrecentamiento de las cogidas de trigos y cevadas y de otros muchos frutos

será tan grande que les parece que con el favor de nuestro Señor haziéndose pasará

esta ciudad a ser de las más prósperas y bien proveydas que abrá40

.

El gobernador participa también al Rey la fuerte voluntad de los alicantinos para

llevar a cabo la obra41

, y finalmente le traslada su opinión:

35

Izquierdo se entrevistó con Felipe II el 10 de septiembre. Durante la gestación de las obras escribirá e

intentará entrevistarse con el monarca repetidas veces. Según su relato, el Rey una vez visto su memorial,

le envió “al secretario Matheu Vazques que es en Madrid y de allí me despidió para el secretario Sagasta

y el Secretario Sagasta me dixo que me bolbiesse a mi cassa porque su Magestad daría razón en ello”.

Más allá de la mayor o menor atención que dispensaran al bien intencionado y tenaz molinero, esta

relación de secretarías por las que pasó, pone de relieve la existencia del denso entramado burocrático

existente en la corte de Felipe II. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc.1/20. Entre los secretarios

mencionados por Izquierdo, Mateo Vazquez desempeñó el cargo de secretario del Rey, desde 1573 hasta

su fallecimiento el 5 de mayo de 1591. ESCUDERO, J. A., Los Secretarios de Estado y de Despacho.

1474-1724, Madrid: Instituto de Estudios Administrativos, 1976, 2ª ed., v. I, p. 193 y v. III, pp. 627/9.

36 A la sazón Joan Quintana, que ejerció el cargo entre 1581-1586. BERNABÉ GIL, “Nobles valencianos

en…”, p. 18.

37 En la carta que dirigió el Gobernador al Rey hizo constar: “Y con el cuidado y secreto que Vuestra

Majestad me lo manda me ynformé”.

38En ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/33, se hace referencia a la carta remitida por el Rey:

“receví la real carta de V.M. de veynte y ocho del pasado, a los dezisiete d’este”.

39 El Gobernador indica también al Rey que algunas de las personas cuyo parecer a recabado “tienen

plática de obras d’estanques”. Toda la información debía constar en una relación que Vique remitió al

Felipe II junto a la carta y de la que no consta copia en el expediente en el que actualmente se halla

archivada dicha carta en el ACA.

40 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/33.

41 “Están con tanto calor puestos en ello que se les haze cada día un año que tardan de poner la mano en

el edificio”. Ibid.

Page 10: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Entiendo y creo que de mandar Vuestra Majestad que se haga el estanque no podrá

dexar de ser acrecentamiento para el real patrimonio […] y gran veneficio d’esta

ciudad y sus términos42

.

La carta no llegó a Felipe II directamente, sino que previamente fue informada por

el Consejo Supremo de Aragón43

, órgano que trasladó el siguiente parecer al Monarca:

Han lo visto todo los regentes Sapena y Terça44

y les parece que por la gran

importancia del negocio, es bien que se conceda a la dicha ciudad la licencia de

poder cargar hasta quatro mil ducados que el dicho don Joan aprueva y dize que son

menester para la obra45

.

Pese a la opinión favorable del gobernador y del propio Consejo de Aragón, Felipe

II decidió recabar más informes46

. Una minuta fechada en Madrid en diciembre de 1579

y dirigida a fray Mariano Azaro47

, así lo confirma, dejando ver además cuál era la

actitud y parecer del Monarca después de la lectura de los citados informes que le

habían sido remitidos:

Porque siendo la cosa de tanta importançia no sería justo que se emprendiesse sin

saber primero sy la obra será tan fáçil como se representa, en que tanto tiempo se

42

Ibid.

43 Dentro del sistema polisinodial característico de la monarquía de los Austrias, los Consejos, como

indica Fernández Álvarez, son un organismo asesor o consultivo y como tales dejan la decisión última en

manos de la Corona. El Consejo de Aragón, a diferencia del Real de Castilla “que gobernaba

directamente la Corona de Castilla”, tenía limitadas sus funciones “al asesoramiento del monarca” en

materias o asuntos propios de los territorios de la Corona de Aragón. Estaba presidido por el vicecanciller

de la Corona de Aragón, al que asistían dos letrados (denominados regentes) de cada uno de los reinos

integrados en aquella Corona. FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Felipe II y…, pp. 47 y 73.

44 Se trata de Gaspar Sapena, nombrado regente valenciano en dicho consejo en 1565 y Miguel Terça,

natural de Tortosa, regente catalán en el Consejo, desde 1574 hasta su fallecimiento en 1596. Al respecto

véase: BERMÚDEZ AZNAR, A., “Los naturales del reino de Valencia en las peticiones forales de las

cortes valencianas modernas”, en Corts i Parlaments de la Corona d'Aragó: Unes institucions

emblemàtiques en una monarquia composta, Remedios Ferrero Micó y Lluis Guia Marín, eds.,

Universitat de València, 2008, p. 146. ISBN 978 84 370 7092 6. ARRIETA ALBERDI, El Consejo

Supremo…, p. 627.

45 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/10.

46 En la portadilla del escrito remitido por el gobernador de Orihuela, constan escritas con letra diferente

en la parte superior izquierda las palabras “Fray Mariano” y en el tercio superior derecho “con la

memoria para el estanque de Alicante” seguido de una sencilla rúbrica. De ambas frases se deduce la

voluntad real de que tanto la carta como la memoria que la acompañaba, fuesen remitidas al religioso

Fray Mariano Ázaro, dominico, experto en obras hidráulicas. Por otro lado, la actuación del monarca en

este asunto no es sino una manifestación más de lo que el profesor Escudero denomina temperamento

indeciso y dubitativo de Felipe II, propenso siempre a recabar nueva información y a contrastar el juicio

que se le transmite con otro distinto. ESCUDERO, Felipe II: el…, p. 38.

47 Fray Ambrosio Mariano Ázaro de san Benito, fue un carmelita de origen napolitano que intervino como

ingeniero militar en la batalla de San Quintín. En materia hidráulica asesoró a Felipe II, tomando parte en

la dirección, entre otras obras, del Canal de Colmenar de Oreja. BORREGO PLA, op, cit., p. 426. SILVA

SUÁREZ, M., El Renacimiento: de la técnica imperial y la popular, Zaragoza: Real Academia de

Ingeniería: Institución «Fernando el Católico». Prensas Universitarias, 2008, p. 707. ISBN 978 84 7820

975.

Page 11: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

podría acabar y si después de acabada se resultara del dicho estanque los provechos

que en dicha memoria se dizen y […] quanto podrá importar el dinero para poner en

perfección la dicha obra […]48

.

Su Majestad será servido que en recibiendo esta vaya vuestra merced al dicho lugar o

sitio y lleve consigo alguno de la dicha Çiudad de Alicante, o, de los que viven junto

al dicho término, que tengan notiçia del sitio, y que lo reconozcan muy bien, y como

conviene de manera que me pueda embiar una relación más larga y distinta de todo lo

que hallare y le paresçiere que podrá y devra hazer […]49

.

En cumplimiento de la voluntad del Monarca y según pusieron de manifiesto

Camarero Casas y Beviá García50

, durante los primeros meses de 1580 el estrecho de

Tibi fue visitado por diversos expertos que emitieron sus respectivos informes y

elaboraron diversas trazas al objeto de ofrecer a Felipe II su parecer51

.

Llegados a este punto es necesario reparar en que han transcurrido poco más de

cinco meses desde que los alicantinos resolvieran comprar los terrenos para la

construcción del pantano, y algo más de cuatro, desde que acordaran solicitar permiso a

la Corona para tomar a censo 4.000 ducados, cantidad que estimaban necesaria para

comenzar la obra. En tan breve lapso temporal han emitido informe, dado su opinión e

intervenido los siguientes órganos de gobierno: el consell general de Alicante y el

cabildo municipal de la ciudad, el gobernador de Orihuela, el Virrey de València y

desde Madrid, el Consejo de Aragón y el propio monarca, Felipe II. A lo informado o

dispuesto por éstos, habría que sumar los “modellos”, “paresceres” y “relaciones” que

acompañaban a algunos de los documentos suscritos por los mencionados órganos,

algunos de los cuáles, a su vez, incorporaban la opinión de diversos informantes.

Esta sucesión de solicitudes, memoriales, informes y órdenes suscritas por órganos,

autoridades y peritos de diversa índole y desde ciudades diferentes, tan característica,

por otra parte, de una monarquía que tiene a su frente a un consumado burócrata, en

palabras de Escudero52

, condicionará enormemente –qué duda cabe– el desarrollo de la

48

Estas palabras resultan premonitorias por cuanto a la postre, los aspectos y cuestiones a los que hacen

referencia (facilidad de la obra y tiempo necesario para su ejecución; utilidad y coste de la misma), pese

al tono optimista en que fueron descritos en los primeros memoriales remitidos por los alicantinos al

monarca, resultaran mucho más complicados, dilatados y costosos de lo inicialmente previsto. Tal era el

“fino olfato” del minucioso gobernante que era Felipe II, de ahí que sus dudas y reparos, aunque

enormemente ralentizadoras, respondieran normalmente a la defensa del interés general y del éxito de

cualquier empresa en la que el Rey hubiera de estampar su firma o comprometer fondos públicos.

49 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/36.

50 Según las referencias aportadas por estos autores, la relación de maestros y peritos que visitaron el

lugar en abril y mayo de 1580 consta en: “Pantano de Tibi. Gastos e despeses per obs de la dita obra.

1580-1586”, ARV, Maestre Racional, serie 9253, leg 427.

51 Una relación de los técnicos y expertos que inspeccionaron el lugar y emitieron informe en:

CAMARERO CASAS et al., Tibi, un pantano…, p. 28.

52 La vocación burocrática de Felipe II ha sido objeto de estudio por parte de Es en varios de sus trabajos.

En su obra dedicada a los Secretarios de Estado dedicó un epígrafe a ello “Felipe II y sus Secretarios: la

Page 12: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

construcción y puesta en servicio de una obra de la magnitud y singularidad de la del

pantano de Tibi. De manera que cualquier discrepancia técnica, error de cálculo o

divergencia contable, cualquier discordancia competencial o laguna jurídica capaz de

suscitar la más mínima duda en Felipe II, dará lugar por parte del Monarca a la solicitud

de cuantos informes y memoriales precise para vencer su indecisión o esclarecer aquello

que no le ha sido expuesto de forma clara, hasta quedar, al fin, completamente

convencido de que su decisión es la más conveniente a la Monarquía que él encarna53

.

2.1.2. Las dificultades de Alicante para financiar y administrar las obras

Tras la celebración del consell general de 7 de agosto de 1579 y una vez tomado el

acuerdo por parte de la ciudad y lugares de su huerta de adquirir los terrenos del

estrecho de Tibi al marqués de Terranova, para construir en ellos el pantano, arranca la

primera fase constructiva del embalse. Uno de los primeros acuerdos adoptados por el

cabildo alicantino, una vez obtenida la autorización del propietario de los terrenos, fue

solicitar a la Corona las licencias y permisos necesarios para todo ello54

. Para proveerse

de fondos con los que hacer frente a los gastos que ocasionarían las obras, el cabido

alicantino acuerda tomar a censo un total de 8.000 ducados55

, 4.000 el 6 de septiembre

vocación burocrática del Monarca”, en el que afirma: “Puede afirmarse en principio, sin riesgo a

incurrir en hipérbole, que ningún monarca español aventajó a Felipe II en asiduidad al despacho y en el

cotidiano empeño de gestión burocrática”. ESCUDERO, Los Sceretarios de…, v. I, pp. 201-218. En un

trabajo posterior, Escudero reflexionaba en los siguientes términos sobre esta actitud del monarca:

“Semejante capacidad de observación, de conocimiento de los usos burocráticos y de la ortografía

misma, confirieron al monarca en el despacho una especie de superioridad personal sobre sus

colaboradores, consejeros y secretarios. Ya no se trata solo de la autoridad regia, sino además de la

autoridad técnica de quien sabe más, se fija más, y no deja cabo suelto ni detalle desapercibido. La

excelencia, en fin, del rey papelista y del experto y consumado burócrata”. Y aún añade: “La

intervención del monarca se proyectó en primer lugar en vigilar de forma implacable el cumplimiento de

los trámites debidos o convenientes, o en aclarar la competencia de un Consejo en el trámite de

cualquier asunto (…). El rey corrige además cualquier lapsus en algún documento que no va señalado o

en la datación de los papeles (…) don Felipe no dejaba pasar sin advertencia cualquier nombre que no le

fuera conocido y que, en consecuencia, él pensara que podía ser un error”. ESCUDERO, Felipe II: el…,

p. 40.

53 Más allá de las consecuencias que para la buena marcha de la obra pudo tener la actitud del Monarca,

desde la perspectiva del investigador semejante proceder resulta útil y provechoso al derivarse de él

abundante y variada documentación, y por tanto valiosas fuentes de conocimiento, fundamentales para

poder comprender en toda su magnitud los diferentes aspectos que, en relación a la empresa del pantano,

fueron objeto de análisis y discusión por el monarca, sus asesores y los alicantinos.

54 En ACA leg. 636, doc. 1/33, consta que la ciudad de Alicante se dirigió al Duque de Nájera, Virrey y

capitán general en el Reino de Valencia “suplicándole les diese licencia para que pudiesen cargar a

cuatro mil ducados para poner en execusión lo que con muy maduro consejo y visura de Antoneli

ingeniero tenían determinado”. Esta solicitud es indicativa de la limitada autonomía que a la sazón tenía

una ciudad como Alicante en materia económica. Con respecto a los controles ejercidos por la monarquía

sobre las poblaciones de realengo en materia económica véase: BERNABÉ GIL, D., “Els procediments

de control reial sobre els municipis valencians (segles XVI-XVII)”, Recerques: història, economia, cultura,

Universitat de València: 1999, 38, pp. 39-40. ISSN 0210-380X.

55 Consta en la documentación que para el establecimiento de dichos censales la ciudad solicitó licencia al

Virrey y Real Audiencia de Valencia, tal como era preceptivo. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs.

1/34 y 1/35, punto 7.

Page 13: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

de 157956

y otros tantos el 30 de abril de 158157

. A fin de poder hacer frente a las

pensiones que dichos censales generaban, el 29 de mayo de 1580 se tomó acuerdo para

imponer sisa58

en la harina que se amasaba en la panadería de la ciudad, a razón de 1

sueldo por arroba de harina59

. El 4 de febrero de 1581, y con idéntica finalidad, la

ciudad acuerda imponer una nueva sisa, en este caso sobre la carne y en cuantía de 2

dineros por libra de carne.

Pese a estas imposiciones, el consell alicantino se vio pronto superado por el coste

de las obras, de manera que una vez empezadas éstas el 18 de julio de 158060

, los 4.000

ducados se acabaron pronto61

. Alimentadas las arcas alicantinas nuevamente con otros

4.000 ducados en abril de 1581, el dinero, sin embargo, volvió a consumirse

rápidamente, viéndose las autoridades obligadas a paralizar las obras en noviembre de

ese mismo año62

, cuando la pared apenas superaba los 25 palmos de alto63

.

Para administrar el dinero se nombraron sendos claveros, Francesc Martínez, que

desempeñó su cargo hasta el 18 de febrero de 1581 y Thomás Vallebrera, que hará lo

propio hasta el 10 de noviembre de ese mismo año, fecha en que por falta de dinero las

obras quedaron interrumpidas64

.

Tabla nº 2: PRINCIPALES GASTOS DE LA FÁBRICA DEL PANTANO

Administración de Francesc Martínez 18 julio 1580 - 18 febrero 1581

Nº Concepto Importe

1 Gastos de tomar a censo 4.000 L 145 L 11 s 8 d

2 Construcción de una casa junto a la obra para guardar herramientas,

materiales y servir de acomodo a los trabajadores y a los oficiales de

la ciudad que fuesen a visitarla

186 L 6 s

56

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/39.

57 Ibid.

58 Estas imposiciones, por gravar productos de primera necesidad, suponían un fuerte gravamen para la

economía de las clases sociales más desfavorecidas, tal como lo ponía de manifiesto el síndico de la

ciudad, Damián Miralles, en uno de sus memoriales a propósito del pantano: “Gerónimo del Valle vino a

esta ciudad por orden del rey y dijo que de las imposiciones puestas para el pantano que solo las pagan

los pobres (…)” [s.f.], [posterior a julio de 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/27.

59 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/39.

60 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/39. Bendicho y Viravens databan la colocación de la

primera piedra el 17 de agosto. BENDICHO, op. cit., p. 139. VIRAVENS, Crónica de Alicante, p. 136.

61 El 18 febrero de 1581 se acabó el dinero para la obra que administraba Francés Martínez Clavero.

62 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/39.

63 CAMARERO CASAS et al., Tibi, un pantano…, p.29.

64 Ibid.

Page 14: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

3 Jornales de maestros, peones y cabalgaduras 1.485 L

4 Dietas del mayordomo y otros oficiales (1580-1581) 100 L 12 s 3 d

5 Pertrechos de cal, arena, hierro acero, madera, carbón para la herrería,

maromas, sogas, espuertas y otros portes

300 L 26 s 6 d

6 Visuras de maestros e ingenieros, confección de modellos y salario

del auto de encomienda de las 4.000 L, del racional y escribano

131 L 7 s 11 d

7 Pago al Marqués de Terranova según lo acordado 500 L

8 Primera paga de las pensiones correspondientes a las 4.000 L

tomadas a censo

125 L

Fuente: ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/39. Elaboración propia.

(L) libras; (s) sueldos; (d) dineros.

Tabla nº 3: PRINCIPALES GASTOS DE LA FÁBRICA DEL PANTANO

Administración de Tomás Vallebrera 20 de febrero al 10 de noviembre de 1581

Nº Concepto Importe

1 Gastos de tomar a censo otras 4.000 L 97 L 6 s 10 d

2 Jornales de maestros, peones y cabalgaduras 1.661 L 18 s 6 d

3 Dietas del veedor, mayordomo y otros oficiales durante 39 semanas

desde el 20 de febrero al 10 de noviembre de 1581

188 L 1 s 11 d

4 Pertrechos de cal y arena y los demás, y portes de los mismos 395 L 12 s 3 d

5 Cal que se recibió después de haber cesado la obra 46 L 7 s

6 Visuras de maestros y otras cosas, salario por el examen de la

cuenta de las 4.000 L tomadas a censo y del ayuda de costa que fue

enviado a cargar el dinero

106 L 11 s 6 d

7 Por la pensión correspondiente a 1581 de las 4.000 L tomadas a

censo en 1580

250 L

8 Primera paga de las pensiones correspondientes a las 4.000 L

tomadas a censo en 1581

86 L 10 s

Fuente: ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/39. Elaboración propia.

(L) libras; (s) sueldos; (d) dineros.

Page 15: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

De esta primera etapa de las obras contamos con el testimonio de Pedro Izquierdo,

quien trabajó en las mismas, en calidad de bastimentero65

, entre los días 1 de mayo al

17 de junio de 158066

. Izquierdo abandonó precipitadamente las obras alarmado “por

los grandissimos robatorios”67

que observó cometían los mayordomos68

y otros

oficiales69

que asistían en la obra. Izquierdo le explica al Virrey que él mismo vio con

sus propios ojos como se servían de “ombres de la fábrica y bestias” para llevar

materiales desde la obra a la ciudad de Alicante “a los jurados y rasional”. Así pues,

Izquierdo implica también en las corruptelas que denuncia a la máxima autoridad del

reino al gobierno municipal de la ciudad. Según testimonia, estos hechos no eran algo

aislado, pues en el poco tiempo que estuvo sirviendo en la obra, observó que sucedían

“muchas vesses”70

.

Junto a la mala administración de la obra, Izquierdo denuncia al Virrey que la

fábrica no se está ejecutando conforme a su traza, pues la base de la presa en lugar de

ejecutarse con planta curva, se había edificado en línea recta, lo que en su opinión le

restaba seguridad y estabilidad71

. También se lamenta de la ejecución defectuosa del

65

Respecto a los cometidos que competían al bastimentero, el propio Izquierdo se refiere a ellos en estos

términos: “dar de comer a la gente que trabajare en la obra”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc.

1/10 y 1/11. Se trataba, pues, de una responsabilidad ciertamente de escasa relevancia si tenemos en

cuenta que Izquierdo había sido el autor del proyecto del pantano. Este aspecto fue puesto de manifiesto

por: CAMARERO CASAS et al., Tibi, un pantano…, p. 29, n. 11.

66 Del papel desempeñado por Izquierdo durante este corto periodo de tiempo y de cuánto observó en las

obras, sabemos por un extenso escrito que tras abandonar las obras remitió al virrey de València. En el

documento Izquierdo hace constar que, trabajó en el año 1580, “comensando el primero de mayo [y] me

despedí […] el domingo de la Trinidad del dicho año”. Memorial del estado en estaba la fábrica del

Pantano quando se començó a trabajar en ella y de la mala administración de los officiales que asistían

a ello, para el Virrey de València. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/20.

67 En el escrito dirigido al Virrey les acusaba de sustraer cada semana “más de dies ducados”. Ibid.

68 A uno de ellos “que se llamava Vallebrera” le acusa de hacer “capassetes y los vendía a la dicha

fábrica de la hobra y muchas vezes que yva y venia a la dicha hobra se llevaba madera y otras cossas de

dicha obra”, y a otro llamado Bonyvern le acusa de tener en la obra a sus dos hijos quienes “destorbavan

los maestros y la gente”, así como de llevarse “bigas y otras cosas más”. Ibid.

69 Al bastimentero primero, apellidado Pastor, le acusa de haberle vendido al propio Izquierdo, antes de

haber empezado a trabajar él en la obra, por doce libras “melones y algunas legumbres y otras cossas más

que avía por allí”.

70 Ibid.

71 Según el relato de Izquierdo, la obra, conforme a la traza que él había dado, debía tener “forma circular

a la parte de abaxo”, pero al poco de comenzar la misma se produjo un error que afectó a la planta.

Percatado del mismo, avisó a la ciudad “y no me quisieron creher”. Como consecuencia de ello, fue

necesario añadir a la planta 70 palmos, pasando ésta de los 125 inicialmente previstos a los 195 palmos.

Poco tiempo después y cuando el error resultaba ya evidente, acudió al lugar “la ciudad de Alicante con

Baptista Antonello”, quién, entre otras cosas, ordenó cortar la obra 20 palmos en la parte inferior y que

“se hiziese la obra a línea recta ala parte de baxo que se entiende hazia Alicante” y, como queriendo

dejar clara su opinión, Izquierdo añade: “y yo siempre defendiendo la línea circular con su talus”,

posición que justifica afirmando que era más resistente una pared circular, con talud y 125 palmos de

espesor, que una con 200 palmos y trazo recto. Estas manifestaciones, según refiere el propio Izquierdo,

constan documentadas “en el libro de Ayuntamiento de Alicante”. El testimonio de Izquierdo deja claro su

planteamiento con respecto a la planta curva que debía tener la pared del pantano. Además de lo ya dicho,

Izquierdo explica que en Almansa unos treinta años antes, hicieron un pantano a línea recta y al llenarse

Page 16: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

“sagetial” por el que ha de darse salida al agua y denuncia que los maestros no han

tenido la precaución de retirar del cauce unas rocas que habían caído tras un

desprendimiento72

. Las acusaciones de Izquierdo llegan a su punto álgido cuando

explica al Virrey que, tras exponer él a los responsables de la obra que de seguir su traza

no sería necesario gastar tanto dinero, aquéllos públicamente

[…] se desian ellos mismos de aquellos grandes señores de Alicante que si se asía mi

hobra que quería yo, que no buscaba yo sino que me matasen, lo qual fue fama

púbblica que me querían matar73

.

Tras la interrupción de las obras, la ciudad seguiría abonando anualmente el

importe de las pensiones de las cantidades tomadas a censo, así como el salario del

“guarda de los instrumentos gruesos de madera de la fábrica que están en custodia en

la casa della”74

. A título anecdótico debe destacarse que en el asiento correspondiente a

los gastos de las pensiones durante el año 1582, consta el siguiente apunte: “deduzida la

prorrata de los 10 días supprimidos en el mes de octubre del año 1582”75

, en alusión a

la reforma operada en el calendario por el papa Gregorio XIII dicho mes y año y que

conllevó la supresión de los días 6 al 14 de octubre de 1582.

El examen de las cuentas correspondientes a este periodo de las obras efectuado

años después por el comisario Gerónimo del Valle, aporta información respecto a los

profesionales y jornaleros que trabajaron en ellas. En la administración de las obras, la

contabilidad consigna la existencia de un mayordomo y sobrestante, un pagador76

y el

de agua se rompió, lo que ocasionó una gran pérdida y dio lugar a la interrupción de la obra durante largo

tiempo, hasta que tras su incorporación “les he dado la traça y hanlo hecho a la parte de abaxo a línea

circular”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/10 y 1/11.

72 Izquierdo explica al Virrey que debido a la falta de conocimiento del terreno de los maestros que están

a cargo de la obra, éstos desconocen cómo “suele llevar las piedras del suelo del río l·agua corriente no

quitaron hunas piedras de hunas solsidas que habrían cahído como trenta anyos poco más o menos,

según está entendido por ombres muy viejos de Tibi y hotras personas que por allí an pasado”. Izquierdo

afirma que él también ha visto el lugar donde se hallan dichas rocas y estima que distan unos 200 pasos

de la obra, en dirección a Alicante, a la parte de abajo. Son dos peñascos grandes que de haberse retirado

antes de empezar la obra “no hubieran hecho fundamento en la arena de más de dies palmos”. Ibid.

73 Ibid.

74 Acabada la obra las herramientas se llevaron a la ciudad y tras inventariarlas se encomendó su custodia

a un vecino. También se inventariaron las maderas e instrumentos gruesos (carro, etc.) “y se pusieron en

la casa del sitio donde estaba un hombre que lo tiene en custodia con doze libras de salario al año”.

Según consta en la documentación, dicho salario se abonaba “de la renta que se saca de la heredad de la

Alcornia”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/39.

75 Ibid.

76 Respecto del pagador se afirma que se desplazaba a la obra el último día de la semana para abonar el

salario a los trabajadores. En cuanto al trabajo desempeñado por estos tres oficiales, Del Valle se muestra

crítico pues estima que su labor ha servido más para la confusión que para el concierto ni beneficio de la

obra. Por ello, consideraba excesivo el número de oficiales y denunciaba su escasa preparación (“no son

pláticos”), estimando necesario y suficiente la existencia de un único oficial “que fuera experto”, pues

estima que la obra del pantano es fácil de dirigir por estar “en un lugar recogido y junto, de manera que

de qualquier parte se ve todo y se puede acudir a lo necesario”. Aunque reconoce que sus dietas “no han

costado mucho” y que todos ellos eran “cavalleros y ciudadanos honrados”, considera que hubiera sido

Page 17: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

comendatario a cuyo cargo estaban los fondos tomados a censo77

. A cargo de las obras

se encontraban dos maestros mayores, uno de cantería y otro de albañilería78

. A partir de

1581, se suprimió uno de los maestros mayores y en su lugar “se añadió otro official

con título de veedor”. A los oficiales correspondía reconocer el trabajo de maestros,

peones y del resto de personas que trabajaban en la obra; también se encargaban de las

compras de “los pertrechos necessarios”.

Según los listados utilizados para abonar los salarios, en la obra trabajaron maestros

de cantería, albañilería, carpintería y herrería; peones, mozos y muchachos79

. Así mismo

consta que trabajaron en esta primera fase de las obras del pantano, hombres con pares

de mulas acarreando madera y piedra con un carro de cuatro ruedas, además de otras

cabalgaduras y jumentos empleadas en el acarreo de arena y argamasa.

Merced al trabajo de todos ellos y según consta en las visuras que años después,

mientras se hallaban las obras detenidas, se practicaron en el lugar, la obra quedó en el

siguiente estado: una plataforma de 195 palmos de anchura, en figura de arco, ataluzada

y que alcanzaba los 30 palmos de altura en la parte situada aguas abajo de la pared y 20

palmos de alto en la de aguas arriba, con un grosor de 157 palmos80

.

2.2. LA INTERVENCIÓN REAL EN EL PROYECTO (1581-1593)

mucho más beneficioso para la obra “una cabeça inteligente y de buen gobierno, bien pagada, que

muchas sin gobierno y de balde” y remata su crítica afirmando que “con solo lo gastado pudiera haver

más obra hecha de la que hay según la opinión de muchos”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc.

1/39.

77 El sistema de pago consta perfectamente descrito en los documentos. Así, los maestros mayores y el

mayordomo “hazían la lista de cada semana” con los gastos y salarios devengados. Dicha lista se enviaba

a la ciudad donde era examinada por los jurados y el racional y una vez firmada por éstos, se entregaba al

comendatario del dinero tomado a censo, quién a la vista de la referida lista “dava el dinero al pagador

que yva a hazer la paga y con restitución de esta lista se le admitía en cuenta la partida por el Racional

de la ciudad”. Ibid.

78 El papel de éstos en cuanto que organizadores de los trabajadores que asistían a la obra es objeto de

alguna crítica. Así por ejemplo, en un momento dado el comisario Del Valle constata que según las

noticias que ha podido recabar “para mover una piedra que bastaran quatro hombres se juntava gran

número de gente perdiendo el tiempo en solo aquello”. Ibid. En cuanto a la identidad de estos maestros, si

bien los documentos consultados nada dicen al respecto, De la Torre Echávarri sitúa al frente de esta

primera etapa de las obras al ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli (1531-1588), quién desde 1561 se

hallaba trabajando, por orden de Felipe II, en la mejora de la fortificación de la costa del Reino de

Valencia. DE LA TORRE ECHÁVARRI, J. I., “Juan Bautista Antonelli: ingeniero militar y alojador del

ejército” en Ingenieros del Renacimiento, Alicia Cámara Muñoz y Bernardo Revuelta Pol, coords.,

Madrid: Fundación Juanelo Turriano. UNED, 2014, pp.113-133. ISBN 978 84 937754 8 3.

79 Respecto de los muchachos, la documentación constata que han sido un “estorbo para la obra”,

recalcando que aquéllos “además que trabajan poco estorban a los que son”. Ibid.

80 Datos resultantes de la visura practicada el 4 de diciembre de 1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636,

doc. 1/51.

Page 18: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Una vez paralizadas las obras, debido a la falta de fondos para poder proseguirlas

por parte de la Ciudad, el consell alicantino a través de su síndico Damián Miralles81

, en

ocasiones auxiliado por Baltasar Vidaña82

, acudirá repetidas veces a Felipe II

solicitando su colaboración para poder reanudar y concluir la fábrica del pantano

iniciada en 1580. Para ello, los alicantinos expusieron al Monarca todo tipo de

argumentos sobre la bondad del proyecto del pantano y en los beneficios que su

construcción depararía para la Monarquía y para la Ciudad.

Hay que tener en cuenta que Felipe II era un rey extremadamente minucioso, hasta

el punto de estudiar personalmente todos y cada uno de los asuntos de estado, de

manera que la toma de cualquier decisión, era siempre precedida de un amplio análisis

por parte del Monarca83

. La imposibilidad de visitar personalmente el lugar escogido

para construir el pantano, la suplió el Rey con la solicitud de un considerable número de

informes y pareceres que, a su vez, complementaban los que le eran remitidos desde

Alicante. Algunos de estos informes los solicitaba Felipe II a personas de su confianza,

a las que solía pedir que actuaran con discreción y sigilo. No debe pasarse por alto que,

más allá del celo que caracterizó al Monarca, la mayoría de documentos que le eran

remitidos a Felipe II desde Alicante en relación con la fábrica del pantano, estaban

escritos en un tono marcadamente optimista84

. Abundaban en ellos los argumentos

favorables a la obra y apenas reparan en inconvenientes. Semejante forma de proceder,

justificaba más aún la necesidad, por parte del Monarca, de solicitar una gran cantidad

de opiniones y pareceres antes de resolver.

81

Damián Miralles, fue, además de síndico de la ciudad de Alicante y representante de la misma ante la

Corte de Felipe II en todo lo relacionado con el pantano de Alicante, alguacil de las obras tras su

reanudación en 1590, además de apoderado en Alicante de Pedro Franqueza (secretario del Consejo de

Aragón y fundador del lugar de Villafranqueza). Del examen de los documentos en los que constan sus

gestiones en todo lo relacionado con la fábrica del pantano se desprende que, pese a su condición de

síndico de la ciudad de Alicante, Miralles no siempre defendió ante la Corte las posiciones del consell

alicantino, cuyas corruptelas y actitudes acaparadoras con respecto al agua de la huerta, puso de

manifiesto en repetidas ocasiones ante el propio Felipe II. No está claro si esta actitud de Miralles,

respondía a cuestiones de justicia y moralidad, o con ella simplemente buscaba obtener el favor real. Es

posible que a finales de la década de los ochenta la ciudad recelara ya de su actitud, ya que sus funciones

se vieron limitadas y en sus gestiones en Madrid, ante la Corte, empezó a ser acompañado por la primera

autoridad de la Ciudad, el justicia Thomás Vallebrera. Miralles, falleció el 19 de septiembre de 1591.

ADC, Fondo Villafranqueza, Ciriñuela, Cirat, caja 5, doc. nº 10/1.

82 Baltasar Vidaña, además de síndico de la ciudad de Alicante, era doctor en ambos derechos.

Curiosamente también tuvo relación con el secretario Pedro Franqueza, al que vendió una propiedad con

casa y tierras situada en el territorio en que el secretario levantaría posteriormente el lugar de

Villafranqueza. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/4.

83 En la obra de Escudero, citando a Cabrera de Córdoba, leemos: “Era tal la forma de proceder muy

conveniente, atendiendo el Rey a todo, porque no se ofrecía negocio que no pasase una o muchas veces

por sus manos, y está en todos tan resoluto, que poco había menester consejo”. ESCUDERO, Los

Secretarios de…, v. I., p. 217.

84 A la exageración en este tipo de memoriales dirigidos al rey se ha referido, entre otros autores, PÉREZ

MILLAN, M. I., “Las intervenciones de los ingenieros italianos en la fortificación alicantina durante la

segunda mitad del siglo XVI”. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales [en

línea], Barcelona: Universidad de Barcelona, 15 de agosto de 2014, vol. XIX, nº 1086 [fecha de consulta:

10 de septiembre de 2017]. ISSN 1138-9796. [Disponible en: http://www.ub.es/geocrit/b3w-1086.htm]

Page 19: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

2.2.1. Los argumentos alicantinos para una intervención real

Veamos ahora cuáles fueron las razones esgrimidas por los alicantinos a partir de

1579 y durante la gestación de la obra, para justificar la necesidad de llevar a cabo la

construcción de una presa en el estrecho de Tibi y qué valoración mereció el

argumentario de las autoridades alicantinas en la corte de Felipe II. Los memoriales,

relaciones e informes remitidos desde Alicante a la corte de Felipe II85

, junto a las

respuestas y resoluciones remitidas por el Monarca y sus oficiales, permiten conocer de

primera mano y por boca de diferentes informantes, tanto los motivos en los que la

ciudad de Alicante justificaba la necesidad de construir el pantano y qué objetivos se

esperaba conseguir con su entrada en servicio, así como la valoración o calificación que

estas razones recibieron en la Corte y finalmente cuáles de estos motivos fueron

tomados en consideración por la Corona a la hora de tomar decisiones y adoptar

resoluciones sobre el particular.

Estudiados en su conjunto y agrupados por materias86

, estos son los principales

argumentos y propósitos que se esgrimieron para solicitar el apoyo real a la decisión de

construir el pantano.

A) Geográficas y climáticas

Un primer conjunto de argumentos serían los de índole geográfica: razones que

ensalzan la bonanza climática y la fertilidad de la tierra o que ponen de manifiesto el

escaso régimen de lluvias, el volumen y frecuencia de las avenidas de agua o lo acertado

del lugar escogido para levantar la presa. Así en cuanto al clima, se informa al Rey que

Alicante es tierra templada en la que jamás se han visto helarse árboles ni frutos87.

De la calidad de la tierra que se verá beneficiada por el riego con el agua represada,

Felipe II fue informado en términos que no dejaban lugar a dudas, calificándose aquélla

apta para el cultivo de cualquier género de plantas y hortalizas, por ser muy fértil88

.

Ante este panorama, las autoridades alicantinas justificaban en estos términos la

necesidad de construir el pantano:

85

El principal problema que presentan estos documentos, como ya señalaran Camarero Casas y Beviá

García (Tibi, un pantano…, p. 29), es la falta de fecha de muchos ellos, circunstancia que en ocasiones

impide precisar en qué momento del proceso constructivo del pantano fueron elaborados. Por este motivo,

en la exposición de sus contenidos se sigue una clasificación por materias en lugar de un criterio

cronológico.

86 Cuando el documento incluye la fecha o es posible su datación o contextualización en base a los datos

que constan en él, se hace constar la misma; en el resto de casos se prescinde de la temporalización,

atendiendo únicamente al contenido sustantivo del documento.

87 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/34 y 1/35.

88 “Es toda buena, grassa, fértil teniendo agua”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/7.

Page 20: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

La ciudad vista la perdición della y de sus vezinos y que cada un dia padescian por la

dicha falta de agua porque estaba (a pique alguna parte della) de dexarla y hir a

poblar en otras partes89

, determinó de tratar con el dicho don Pedro Maça Marques

de Terranova que le diesse licencia que con su término de Tibi, en el estrecho que

llaman, entre dos grandes montañas, pudiessen hazer una presa que detuviesse las

aguas pluviales y adventizias que muchas vezes passan por allí para que acompañada

con la natural que de ordinario es una parada90

se sacasse con orden y regasse

quanto fuesse posible, con lo qual entendieron hazer mucho servicio a Dios y a V.M. y

beneficiar a ellos mismos91

.

Otro aspecto del que es informado el Monarca es el relativo a las avenidas de

agua92

que se producían en el lugar escogido para construir la presa. Se trata de un

aspecto de singular importancia puesto que el pantano estaba llamado a retener las

aguas pluviales y de avenida, ya que la denominada agua viva, representada por el

caudal o fluir natural del río, no podía ser represada, al corresponder su uso a los

poseedores de los 335 hilos en que estaba dividida aquélla.

Adviértase que en este anyo tan estéril ha venido tres o quatro veces tanta agua por el

estrecho del pantano, llovida en las montanyas superiorres, que si la pressa estuviera

hecha y en frenara sola una de estas venidas, fuera remediada esta necesidad y por no

ser hecho se a hido a la mar93

.

La dicha ciudad siempre entendió que encerrados doscientos palmos de agua en dicha

represa abria tanta agua como dos albuferas de la de Valencia y se podrían sacar de

ordinario ocho paradas de agua94

y jamás faltaría porque en el año llueve una y dos y

89

Nuevamente aparece aquí el problema de la despoblación que tanto preocupó a las autoridades

bajomedievales como quedó expuesto en el correspondiente capítulo, y que posteriormente, en el siglo

XVII tras la expulsión de los moriscos y todavía en el siglo XIX a causa de la sequía, plagas y epidemias,

seguirá afectando a la demografía poblacional de la Huerta de Alicante. A propósito de los moriscos

véase: ADC, Fondo Villafranqueza, Ciriñuela, Cirat, caja 4, leg. 7.

90 El término “parada”, empleado con frecuencia en la documentación relativa al pantano y para el que no

se ha encontrado definición, estudiado en el contexto documental, parece estar haciendo referencia a la

cantidad de agua susceptible de distribuirse durante la tanda ordinaria (16 hilos diarios).

91 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/25 y 1/42.

92 Tal como indica González Tascón muchas de las presas levantadas en la segunda mitad del siglo XVI en

el territorio peninsular tenían la finalidad de acumular el agua de las avenidas producidas en las

estaciones lluviosas con la finalidad de ser aprovechadas en los meses estivales, habida cuenta del

irregular caudal e importancia de las avenidas que caracteriza el fluir de muchos de los ríos peninsulares.

GONZÁLEZ TASCÓN, op. cit., p. 215.

93 Memorial de algunas cosas que advierte Damián Miralles cerca la fábrica del Pantano, [s.f.]. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/40.

94 Nótese que al hacer referencia al agua natural se decía respecto a su volumen “que de ordinario es una

parada”, mientras que al referencia al volumen de agua que se estimaba podía almacenar la presa se

afirma “se podrían sacar de ordinario ocho paradas de agua”, es decir ocho veces el volumen de agua

correspondiente al fluir natural del río.

Page 21: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

más vezes de manera que siempre estaría lleno y sino lloviesse en un año no faltaría

el agua en dicha represa95

.

En cuanto al lugar escogido para construir la presa, es descrito cómo idóneo al

estimarse que la obra podía estribar por ambos lados en las montañas que formaban

dicho estrecho, con el consiguiente ahorro constructivo, pero también en atención al

tamaño del vaso y la cantidad de agua que se estimaba podía embalsar [figura 30]96.

B) Cinegéticas y agrícolas

Un segundo conjunto de razones elevadas al Rey fueron las relacionadas con la

utilidad que la construcción del pantano reportaría a la agricultura e incluso a la pesca.

A propósito de esta última, el gobernador de Orihuela y el baile general de la

Gobernación, después de recoger el parecer de varias personas, informaban así al

Monarca:

la laguna será tan grande y tan capas y l’agua de sí ería pescado y la comodidad de

poderse echar lisas, tencas, carpas97

y otros pescados estanquios que se tiene por

cierto habrá grande abundancia dellos y que la forma de la pesquería con el discurso

del tiempo se vera de que provecho podrá ser98

.

En uno de los memoriales redactado por uno de los expertos que asistieron a la

visura ordenada por Felipe II en diciembre de 1587, éste además de considerar que en el

pantano se criará abundante pescado, repara en el paisaje que la lámina de agua y el

entorno generarán y en el aprovechamiento cinegético del mismo, y dice al respecto que

una vez lleno el pantano, habrá allí

caza por el aparejo que hay, ansi de arboleda de pinos como de otro género de

bosque ansi de volatería, como campestre, será una cosa nunca vista y en efecto será

redundar en tan gran provecho a esta ciudad que ansi como es de mil vezinos hecho

dicho pantano se ampliará99

.

Desde el punto de vista agrícola la situación de partida era que siendo la tierra apta

para cultivarla, la falta o escasez de agua hacía inviables los cultivos, con las

consiguientes consecuencias económicas y de abastecimiento para la Ciudad:

95

“[La obra] será perpetua y firme y segura y que no hay otro lugar mejor; y que de el agua que en se

recogerá se podrá regar el término de la dicha ciudad de Alicante”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636,

docs. 1/34 y 1/35.

96 Lo que dize Antonelli sobre el edifisio del pantano de Alicante, [ca. 1587]. ACA, Consejo de Aragón,

leg. 636, doc. 1/1.

97 Variedades todas ellas propias de aguas cenagosas. SÁÑEZ REGUART, A., Diccionario histórico de

los artes de la pesca nacional, Madrid: imp. Vda. de Joaquín Ibarra, 1791, p. 80, voz: caña.

98 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/52.

99 Memoria de Juan García de Mondragón. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/51.

Page 22: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

[en] Alicante a tres años que no tienen cogida y están empeñados los de aquella

çiudad y huerta por más de lo que tienen por faltarles, el agua del çielo y no averla en

la tierra100

.

La ampliación del volumen de agua disponible para el riego, era otra de las razones

que los alicantinos esgrimieron para solicitar el apoyo de la Corona respecto al pantano.

Para una altura de la pared de la presa de 200 palmos, se estimaban las siguientes

disponibilidades hídricas:

dixeron que tienen medido y tanteado muy bien el cóncavo de dicho estanque […] y

hinchiéndose una vez podrán tomar del ocho hilos101

y más de agua continua todo el

año y no faltara aunque no llueve en todo él102

.

Otro de los objetivos que los alicantinos pretendían alcanzar con la construcción del

pantano era la ampliación del espacio regado, hasta ese momento circunscrito a las

tierras que rodeaban las poblaciones de Mutxamel, Sant Joan y Benimagrell y que con

la entrada en servicio del pantano estaba previsto se ampliase tanto hacia levante:

Se sacara otra acequia y regara un grande llano muy fértil que se llama Campillo103

.

Como sobre todo hacia poniente, terrenos que hasta ese momento eran de secano y

de los que se obtenía un escaso rendimiento.

[De] la repressa se podrá sacar el Agua […] a poniente la qual será acequia Real

correrá tres leguas de tierra muy fértil que lleva muchos arboles de todas naciones,

trigos, sevadas y toda otras simientes; la dicha acequia regara los Palamones, Ben

repost, el Raspech, parte del fenollar, el espartal, los rincones, llano de Nadal y el

agua amarga a la mar104

.

100

ACA, Consejo de Aragón, leg. 635.

101 En el mismo documento, pero en otro párrafo, se estima un volumen de “ocho paradas de agua

perpetuas y no a temporadas sino todo el año”, de lo que cabe deducir la equivalencia entre los términos

hilo y parada de agua.

102 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/7, preguntas 11 y 12.

103 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/12. El topónimo Campillo hace referencia al actual

municipio de El Campello, ubicado junto al tramo final del cauce del Monnegre, en la margen izquierda

del mismo. En otro de los documentos anterior a la reanudación de las obras del pantano, se alude a esta

partida como “el Campillo de Pere Alenda” [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/15. En

cuanto a la supuesta fertilidad de esta partida, en un documento fechado en 1596, el síndico de la

universitat de Sant Joan y Benimagrell afirmaba que “les terres que y ha en dita partida son les mes

inútils, roynes y casi totes incultes que y ha en tota la orta y terme aixi de dita ciutat de Alacant como de

Muchamel, Sent Joan y Benimagrell”. 13 de noviembre de 1596. ARV, Real Audiencia, procesos parte 2,

Letra S, exp. 918, p. 30-1.

104 Ibid.

Page 23: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Tales eran las esperanzas de los alicantinos en el pantano, que pensaban –y así se lo

manifestaron al Rey– transformar en regadío la mayor parte del término general de la

ciudad105.

A la vista de estas estimaciones, es evidente que, al menos en la fase inicial del

proyecto, los alicantinos tenían en mente un gran proyecto que comprendía la

vivificación de gran parte del término de la ciudad, extendiendo el regadío hacia el

poniente del mismo. Las circunstancias y la realidad de la que muchos de estos

memoriales parecían evadirse, terminarían por dar al traste con aquel ambicioso

proyecto inicial.

C) Molinería

Otro aspecto en el que los memoriales inciden es el referente a la industria

molinera106

, fundamental en la sociedad del momento tanto desde el punto de vista de la

molienda y aprovisionamiento de un producto de primera necesidad como era la harina,

como desde la óptica puramente fiscal, por cuanto los molinos tributaban a la Corona107.

En este punto, sin embargo, no todas las opiniones son coincidentes. Por un lado,

divergían en cuanto a la factibilidad de instalar nuevos molinos en el río tras la

construcción del pantano, tanto por la distancia que mediaría entre éstos y las

poblaciones a abastecer, como por la existencia de un buen número de molinos en la

huerta en ese momento:

105

“Se podrán regar con ellas todos los términos de la ciudad de Alicante y lugares circunvezinos y toda

la tierra rompida y cultivada y la que no lo está”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/7, preguntas

11 y 12.

106 Pese a que el estudio de la documentación pone de relieve la existencia de un buen número de molinos

a lo largo de toda la cuenca del Monnegre, ya desde época medieval, pero con un desarrollo considerable

en época moderna, no abundan las referencias a la industria molinera del Monnegre en los trabajos sobre

molinería valenciana. Un ejemplo de ello en: PERIS ALBENTOSA, T., El molins d’aigua valencians

(segles XIII-XIX), Valencia: Institució Alfons el Magnànim – Diputació de València, 2014. ISBN 978 84

7822 664 1. Un estudio sobre molinería de una cuenca afluente del Monnegre (aunque fuera del señorío

que ejercía la ciudad de Alicante) en: Marquiegui Soloaga, A. y Lajara Martínez, J., en Irrigation,

Society, Landscape. Tribute to Thomas F. Glick, Sanchis-Ibor, C.; Palau-Salvador, G.; Mangue Alférez,

I.; Martínez-Sanmartín, L. P. (eds.), València: Universitat Politècnica de València, 2014, pp. 1083-1104.

DOI: http://dx.doi.org/10.4995/ISL2014.2014.212. Referencias a los casales molineros existentes a lo

largo de toda la cuenca del Monnegre en: MARQUIEGUI SOLOAGA, El patrimonio hidráulico…, t. II.

107 “Tendrá S.M. tantos Molinos como querrá porque el agua baxa siempre de donde se ha de represar

hasta la mar, que son muchos millares de palmos, y el provecho del augmento que crescerá en los que ay

oy será de S.M. pues por razón del agua habrá sido”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/21. La

afirmación según la cual el río vertía agua al mar continuamente ejemplifica el tono excesivamente

optimista y poco realista en que estaban redactados estos memoriales, en los que se pretende hacer ver al

Rey las muchas bondades del proyecto. Cabe recordar que, como quedó expuesto anteriormente, otros

testimonios más precisos y fidedignos ponían de relieve que el agua manantial del Monnegre no llegaba a

la Huerta de Alicante todos los meses, pues en verano el río solía secarse; también que en ocasiones su

caudal era muy reducido. Es evidente que una y otra circunstancia dificultarían, si es que no impedirían,

el normal funcionamiento de la industria molinera.

Page 24: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

la distançia que ai desde el pantano asta las acequias nuevas que se pretende se

habrán de hacer108

, no ai comodidad buena para edificar molinos que sean de

provecho porque ai munchos en edifficados en la huerta de Alicante, los quales por

estar cerca de la ciudad y por tierra llana se llevarían todo el provecho […]109

.

Por otro lado y en cuanto a las ventajas que la construcción del embalse podía

reportar en relación a la molinería, se tienen en cuenta las que favorecerían a la

población alicantina, y asimismo las que obtendría el fisco real.

Al presente ay quinze molinos que todos muelen con el agua [del río] […] estos

valdrán asta doze mil escudos y mucha parte del año no muelen por falta de agua y

ansi es forçado a los vezinos de Alicante y sus huertas hir muchas leguas a buscar do

moler y si el estanque le haze su Majestad queda rico perpetuamente el dueño del

molino y ansi será razón que la persona a cuyo cargo esto estuviere tome por auto en

quanto están arrendados estos molinos cada uno de por si110

.

D) Mejor abastecimiento y prosperidad de la ciudad de Alicante

Los memoriales e informes se detienen también a explicar los progresos que se

consideraba experimentaría la ciudad de Alicante de llevarse a cabo la obra del pantano.

Entre ellos la mejora de su abastecimiento y el aumento de población, del que,

lógicamente, se derivaría un incremento de la recaudación de rentas e impuestos que

llevaba a cabo la Corona en la ciudad y su término.

Remediará V.M. mandando hazer [el] pantano en Alicante la continua necesidad que

ay de pan y otros fructos […]111

.

Y d’este beneficio se le acresentará más de 3 mil vecinos en Alycante y su tierra y por

esta reppresa subirán las rentas de la tierra para su Majestad. Item que para sacar

los frutos que en las tierras que con el pantano se regarán por la mar forzosamente

108

Ha de tenerse en cuenta que en ese momento (1580-1590) el azud y derivación para las nuevas

acequias se barajaba construirlo en el molí de Bussot, al final de la cuenca media del río, punto distante

más de 7 km de la población más cercana (Mutxamel) y más de 13 km de la ciudad de Alicante. A la

distancia había que sumar lo abrupto y aislado de la zona, a la que, una vez se abandonaba el camí reial

de Xixona, poco más arriba del assut de Mutxamel, había que acceder a través de vías secundarias.

109 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635. Parecer que dieron el Gobernador y Bayle General sobre el

pantano [s.f.], [la pared mide 195 palmos]. En este punto, el Gobernador y el Baile se muestran cautos

ante el Rey y aconsejan esperar antes de realizar nuevas inversiones: “se dize no se deven aser por aora

empero que andando el tiempo vista la abundançia del agua y las tierras que regare se podrá mejor

aclarar sobre este capítulo”.

110 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, docs. 1/15 y 1/16.

111 En este caso se trata de un documento suscrito por Thomas Vallebrera y Damián Miralles, síndicos de

la ciudad de Alicante. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/19.

Page 25: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

han de venir navíos para sacarlos y los que traerán otras mercadurías en

recompensa112

.

Pedro Izquierdo, a propósito de los beneficios que el pantano reportaría para

Alicante y el Real Patrimonio, de los que estaba convencido, no podía evitar, en un

informe remitido al Virrey, realizar una comparación con la fértil huerta valenciana, a la

que nada tendría que envidiar la de Alicante si se llevaba a la práctica el pantano113.

La tradicional falta de trigo en Alicante, que obligaba a importarlo desde otras

latitudes, no sin esfuerzo, era otro de los problemas a los que el consell alicantino

esperaba poner solución mediante la fábrica del pantano. Por ello, el logro de una

autosuficiencia cerealista era explicado no sólo como una ventaja para Alicante, sino

también para Castilla114.

E incluso también para la ciudad de Valencia, llegando a proponerle al Rey que ésta

bien podría coadyuvar en el coste de la obra del pantano115.

Respecto de los beneficios que obtendría del pantano la “universidad de

Muchamiel”, se afirma que recibirá mucho provecho, algo normal dada su posición

geográfica, pero lo significativo es que se afirma que dicho lugar en 1586 “está en

términos de despoblarse por la mucha falta de agua”116

, situación que se esperaba

paliar con la construcción del pantano.

E) Razones de Estado. En favor de la Monarquía

En la relación de ventajas que se esperaba reportaría la construcción del pantano,

más allá de las referidas a aspectos cuyos principales beneficiarios serían los

alicantinos117

, los memoriales remitidos a Felipe II incluyen también otras cuyo

principal destinatario sería la Monarquía Hispánica, especialmente tras advertir la

112

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/18.

113 “La qual obra conviene que se passe adelante […] porque toda aquella tierra será huna segunda

Valençia y a Su Magestat resultará mucho provecho”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/20.

114 “Estando Alycante y su comarca abasteçída de granos no será necesario traerlos de Castilla y por el

tanto no disminuirá en Castilla de donde resulta también proporción y comodidad a Castilla”. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/18. Una ejemplo de la falta de cereales que, debido a la escasez de

agua para el riego, afectaba a Alicante, es la autorización de Felipe II, dada en Monzón el 18 de octubre

de 1552, para que los carreteros que acudieren a Alicante cargar mercancías lo hicieran con los carros

cargados de cereales. AHMA, Caja 2, número 9. Referenciado y regestado en: PÉREZ MARTÍNEZ, “Los

pergaminos de…”, p. 268, regesta 14.

115 “La ciudad de Valencia recibirá mucho beneficio pues es cierto que aviendo trigo y cevada en

Alicante le traen a la dicha ciudad de Valencia como se ha traido y trae mucha quantidad por haver sido

fértil en Alicante el año pasado 1585 y ansi siendo ella bien enterada desto podría favorecer con parte

del gasto” [s.f.] [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/34 y 1/35.

116 Ibid., punto 18.

117 Aunque, por los motivos ya indicados, la Monarquía, vía recaudación de rentas e impuestos, también

participaba y obtenía rédito del beneficio de los alicantinos.

Page 26: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

ciudad su incapacidad para llevar adelante la obra por ella misma, debido a la falta de

recursos económicos. Es en este grupo de argumentos en los que resulta más evidente la

presencia de una carga psicológica, orientada a inclinar la voluntad del Rey a favor de la

construcción del pantano118.

A partir de ese momento y siendo necesario el apoyo de la Corona para poder

retomar las obras y concluir el pantano, éste ya no puede ser sólo una obra para los

alicantinos, sino que habrá de pasar a ser una obra capaz de reportar ventajas a toda la

Monarquía. Máxime teniendo en cuenta las dos crisis económicas a las que había tenido

que hacer frente Felipe II desde su llegada al poder, la primera en 1557-1560 y la

segunda 1575-1577119

, esta última apenas unos años antes del comienzo de las obras del

pantano de Tibi en 1580. En ese contexto, no debe extrañar la inclusión entre los

informes y memoriales remitidos por el consell alicantino a Felipe II, de argumentos del

siguiente tenor:

Este pantano es el mayor negocio y demás calidad y quantidad que su Majestad tienen

en la Corona de Aragón y recibe tanto daño en no hazelle que juntado con el de sus

vasallos en cinco años que ha que pudiera ser hecho serán más de quinientos mil

sueldos120

.

Haciéndose la dicha represa creçerá la contratación y V.M. será beneficiado en los

drechos y rentas Reales de V.M. como son aduana, quema y drecho vedado121

.

La dizha ciudad crecerá de vezinos y en riqueza, […] y podrá mejor servirle la tabla

del general de València sisa como doze o catorze mil escudos en Alicante cada un año

y no será nada doblallos si se haze el pantano122

.

Junto a la Real Hacienda y Patrimonio, se estimaba que el pantano también

reportaría beneficios para las instituciones hacendísticas del Reino de Valencia, entre

ellas la Diputación general o Generalitat123.

118

“La dicha ciudad puso mano en la fábrica y para esto se cargó en doz vezes ocho mil libras las quales

gastó y quedó solamente hecho el ladrón y poca cosa más sobre él. La dicha ciudad visto que el gasto

que se ofrecía era mucho y que ella no era poderosa para hazello suplicco a V.M. fuesse servido

hazello”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/25.

119 ÁLVAREZ NOGAL, C. y CHAMLEY, CH., “La crisis financiera de Castilla en 1575-1577: fiscalidad

y estrategia” en Revista de la Historia de la Economía y de la Empresa [en línea], Bilbao: BBVA -

Archivo histórico, 2013, 7, pp. 187-211 [fecha de consulta: 10 de junio de 2017]. ISSN 1887-2956.

Accesible en: http://people.bu.edu/chamley/papers/CANCC-2013.pdf

120 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, docs. 1/15 y 1/16.

121 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/34 y 1/35.

122 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, docs. 1/15 y 1/16.

123 Se afirma que el pantano reportaría “[…] mucho provecho [a] la diputación pues al presente le vale la

tabla en Alicante treze o catorze mil ducados el año y creciendo el trato como por dicha razón ha de

crecer será de mayor augmento al dicho general”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/34 y 1/35,

punto 14.

Page 27: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Sin embargo, cuando se preguntaba a algunos de los informantes que concretaran

qué beneficios reportaría la obra del pantano al Real Patrimonio, reconocían la

dificultad de hacerlo con exactitud, sin abandonar por ello su optimismo124.

Algunos de los argumentos que cabe incluir en este apartado, ciertamente podrían

también ser incluidos entre aquellos que respondían a mejoras relacionadas con la

ciudad. Entre estos estarían los relacionados con la perfección de la defensa de la

costa125

y de la propia Huerta de Alicante126.

Sin embargo, este argumento, estudiado en el contexto histórico, desvela algo más

que un mero interés de ámbito local, pues la fortificación y aseguramiento de la costa

mediterránea para hacer frente a las incursiones turcas127

y berberiscas, constituyeron un

objetivo de primer orden en la defensa frente a la piratería de la monarquía de Felipe

II128

. Ello explica la inclusión de este tipo de alusiones en los memoriales remitidos al

Monarca por los alicantinos a cuenta del pantano de Tibi. Se trataba, en suma, de hacer

ver al Rey que aquella no era una empresa local o un proyecto aislado, sino que, antes

bien, era una obra que además de favorecer el desarrollo de una zona (el término general

de la ciudad de Alicante), contribuiría también a la consecución de los objetivos de la

124

He aquí dos ejemplos, el primero correspondiente al testimonio de tres hombres expertos y el segundo

al parecer que emitieron el gobernador y baile de Orihuela a solicitud del Rey: “No pueden dezir de cierto

que provecho resultara al patrimonio Real, más de que se augmentarán y crescerán mucho los drechos

de su Majestad que oy reçibe en Alicante” y “Los dichos comissarios […] creen y tienen por cierto que

será en acrescentamiento del Patrimonio Real hasta diez mil ducados cada un año, pero que no se puede

juzgar lo cierto hasta que la experiencia lo muestre”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/34 y

1/35.

125 Sobre la importancia de la defensa de las costas del Reino de Valencia durante el siglo XVI véase:

BELCHÍ NAVARRO, Mª P., Felipe II y el virreinato valenciano (1567-1578). La apuesta por la

eficacia gubernativa, Valencia: Biblioteca Valenciana-Generalitat Valenciana, 2006, pp. 217 y ss. ISBN

84 482 4523 7.

126 “Estando así provehido y poblado Alycante tendrá comodidad de tener cavalleria para salir al

encuentro de Moros que […] infestan aquella uerta y agora por no aver hombre que pueda sustentar un

solo caballo, no lo pueden hazer y los Moros son señores de la tierra […] que vienen a caça dellos como

si fuessen conejos”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/18. “Augmentarse ha la Ciudad de

vecinos y tendrán muchos caballos que darán seguras seis leguas de costa que no habrá enemigos que

falten en tierra por razón de los caballos”. Ibid., doc. 1/21.

127 En un escrito dirigido por los síndicos de la Ciudad al Monarca en 1588 solicitándole la reanudación

de las obras del pantano, al tiempo que mencionaban al Rey las inversiones que Alicante había efectuado

en muros y artillería, así como en el castillo de la Ciudad, recordaban también que “en el año 1558

haviendo venido el armada del Turco al Reyno de Menorca, 40 leguas de aquella ciudad, a su costa hizo

gente y la puso en ella y la pagó”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/19.

128 CÁMARA MUÑOZ, A., “Las torres del litoral en el reinado de Felipe II: Una arquitectura para la

defensa del territorio (I)” en Espacio, Tiempo y Forma, Serie Vil, Historia del Arte, t. 3, 1990, pp. 56-57.

De hecho, algunos de los ingenieros y expertos que intervinieron en el proceso constructivo del pantano

de Tibi, como los Antonelli y Fratín, trabajaron también para la Monarquía en la fortificación de la costa.

Al respecto véase: PÉREZ MILLÁN, “Las intervenciones de…”.

Page 28: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Monarquía129

. Otra cosa es que semejantes argumentaciones, a la postre, fueran tenidas

en cuenta por Felipe II.

En esa línea de tratar de vincular la construcción del pantano de Tibi a los grandes

objetivos de Estado de la Monarquía Hispánica, cabe adscribir también el siguiente

argumento manifestado por uno de los ingenieros de la saga Antonelli130

, a los que el

Rey acabaría confiando la dirección de las obras de la presa. Afirmaba el italiano que el

pantano alicantino, de llevarse a cabo, serviría de ejemplo para que en poblaciones

cercanas y en otros territorios hispánicos se llevaran a cabo obras similares131

:

Visto por los comarcanos […] este pantano, se animarán a emprender otro tanto en

sus tierras o donde ubiere disposiçión y quiçá en todos estos reynos y porvincias

d’España lo harán que sería desterrar permanentemente el hambre de España y así

conviene que esta obra vaya a prisa y de donde los demás se an de animar se haga

firme y segura para que no le acontesca alguna desgracia quod deus non permittat132

.

Un argumento ciertamente interesante, en el que las bondades del proyecto del

pantano se hacen descansar, es en uno de los mejores y más apreciados productos que

generaba la Huerta de Alicante: el vino133

. Vino que ya en el siglo XVI se exportaba al

extranjero y cuya producción, al verse aumentada merced a las aguas del pantano, daría

lugar a un incremento de la actividad exportadora y comercio internacional de dicho

vino, superando a los malvasía originarios de Candia134.

129

Hay que tener en cuenta que al solicitar el apoyo económico de la Corona para el pantano, eran

precisamente los argumentos de corte general los que, en principio, podían tener más peso a la hora de

inclinar la voluntad de Felipe II, ya que de no apreciar éste que aquélla era una empresa de interés general

para la Monarquía, difícilmente accedería a destinar a la misma dinero de la Hacienda Real.

130 Sobre esta saga de ingenieros italianos y su intervención como al servicio de la Monarquía Hispánica

en territorio alicantino véase: PÉREZ MILLÁN, “Las intervenciones de…” y MORATO MORENO, M.,

“Los Antonelli, una saga de arquitectos e ingenieros al servicio de la Corona española” en Ingenieros al

servicio de la Corona española: València, 2008, [s.p.]. Su participación en obras hidráulicas alicantinas

ha sido estudiada por: GIMÉNEZ FONT, “Los Antonelli, constructores…”, pp. 277-282.

131 Más allá de lo interesadas que las palabras de Antonelli pudieran resultar, por razón de tratar de

conseguir que el Rey le encomendara la dirección de estas obras, lo cierto es que sólo en los alrededores

de Alicante se levantaron durante la siguiente centuria las presas de Elche y Relleu. Sobre estos embalses

véase: VV.AA., Los pantanos de época moderna en la provincia de Alicante, Joaquín Melgarejo (dir.),

Alicante: Diputación provincial, 2015, 247 pp. ISBN 978 84 15327 63 9. Y ampliando un poco más la

perspectiva pero sin abandonar el sureste peninsular, el embalse de Almansa es obra de 1584 y el de

Puentes comenzado a levantar en 1647. Al respecto de las presas construidas entre los siglos XVI y XVII,

véase: LÓPEZ GÓMEZ, “Presas y canales…”, pp. 91-141.

132 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/1.

133 Sobre la producción vinícola alicantina véase: Canelobre. Revista del Instituto Alicantino de Cultura

"Juan Gil-Albert", año 2008-2009 (dedicado a: La vid y el vino en Alicante), nº 54, 326 pp. ISSN 0213-

0467.

134 “Abiendo este riego se cojerán tal cantidad que no ay duda, dará vuelta ahí de Candia que viene de

Veneçia”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/18.

Page 29: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Otra de las ventajas que el pantano reportaría a la Monarquía Hispánica, según los

memoriales remitidos desde Alicante a Felipe II, sería el aprovisionamiento de

víveres135 y otros materiales para las fuerzas navales de la Corona136.

Pero las ventajas que, según las manifestaciones que desde Alicante eran remitidas

a la Corte, obtendría la Armada de Felipe II de llevarse a cabo el pantano, iban mucho

más allá del aprovisionamiento de víveres. Ejemplo de ello es la plantación de álamos y

chopos que se pretendía llevar a cabo a lo largo de la nueva acequia, inicialmente

prevista para derivar el agua desde el molino de Bussot hacia el poniente del término

general de Alicante137.

En este punto, es necesario también contextualizar estas afirmaciones para mejor

comprenderlas. Las obras del pantano, tras su interrupción en 1581, se reanudaron en

1590. En ese mismo periodo de tiempo, la Monarquía Hispánica entró en guerra con

Inglaterra138

. Y en ese contexto cabe entender que las plantaciones de árboles capaces

135

“Si Vuestra Majestad manda que se haga dicha represa tendrá provisión de comida para sus armadas

de Trigo y Vino, legumbres y cáñamo para xarcias y otros fructos que da la Tierra porque en si es buena

y toda llana y dicha agua podrá venir hasta la Ciudad”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/1.

“Las armadas de su Majestad podrán acontecer ocasión […] que en Alycante se pueda hazer procyon de

biscocho como de otros pertrechos para la guerra por la comodidad que abran dellos por razón de su

rrego que es de mucha consideraçion”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/18. Todos los

productos mencionados en los documentos reseñados, formaban parte de los bastimentos con los que a la

sazón se aprovisionaban las armadas reales, lo que denota que la lista de ellos incluida en los memoriales

remitidos desde Alicante a Felipe II fue elaborada con pleno conocimiento de qué alimentos se incluían

en los bastimentos de las Armada. Un listado de los bastimentos para la Armada Invencible en:

FERNÁNDEZ DURO, C., La Armada Invencible, Madrid, 1885, t. 2, pp.83/4.

136 “Su Majestad en la acequia principal por donde sacara su agua podrá mandar hazer los molinos que

querrá en los quales podrá hazer las moliendas para sus armadas y presidios con mucha comodidad y

ventaja más que en otras partes. […] Podrá su Majestad proveer de avas, garvanços, azeyte, vinos,

xarcia sus reales armadas, y en el Baver que esta junto a la ciudad, hazer un mandarache lugar muy

comodo y dispuesto para galeras el qual está seguro con la artillería y su castillo”. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 635, docs. 1/15 y 16. Respecto a las acepciones del término “mandarache” y a su etimología

árabe, de acuerdo con las indicaciones que amablemente nos proporcionó la profesora Martínez Almira,

puede confrontarse en: KAZIMIRSKI, A. de Biberstein, Diccionario Árabe-Français, 2 t., Beyrouth:

Librairie du Liban, 1860, t. 1, p. 686 (para la raíz d-r-ğ, cuyo significados “que se adentra o expande”,

pudiera ser puesto que en el contexto analizado se trata de un entrante del Mar Mediterráneo). Respecto al

término: n-d-r, véase: Ibid, t. 2, p. 1226 (este significa “estar muerto” o “hacer caer” o “derribar una cosa

cortándola”). En uno de los informes remitidos al Rey se vincula la utilidad de este mandarache con “las

salinas de la mata, siete leguas de Alicante”, una de las regalías de la corona en el territorio de la

Gobernación de Orihuela. Al respecto se informa al Rey en estos términos: “[de las salinas] ha mucho

tiempo que se tira poca sal y si se haze la represa es hecho el mandarache con facilidad y queda

assegurada aquella costa y podrasse traer con barcos sal y metella en magazenes en la ciudad donde

hallando las naves aquella comodidad podrán cargar sal y será en grande beneficio del Real Patrimonio

de V.M.” [s.f.] [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/34 y 1/35, punto 28.

137 “Y los más útil para sus Reales Armadas será que en tres leguas que tendrá la acequia que se hará

para la nueva agua, podrá S.M. mandar que se pongan muchos álamos negros y blancos y chopos y otros

árboles que como la tierra es caliente se hacen en muy buen tiempo”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635,

docs. 1/15 y 16.

138 Después del ataque sorpresa de Drake a la ciudad de Cádiz el 29 de abril de 1587 y tras un largo

periodo de reflexión, Felipe II decide por fin atacar a Inglaterra. En el verano de 1588 se produce la

derrota de la Armada Invencible en el canal de la Mancha y su posterior periplo por el mar del Norte. A

partir de ahí y hasta la muerte del Rey en 1598, las hostilidades navales entre las armadas inglesa e

Page 30: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

de suministrar maderas aptas para la construcción de navíos resultaban fundamentales,

teniendo en cuenta el número de embarcaciones que se perdieron en la infortunada

batalla contra la flota inglesa139

. De ahí la mención a los “álamos negros y blancos y

chopos”140

, que los alicantinos sugieren a Felipe II mande plantar junto a la acequia que

habían proyectado para conducir el agua embalsada a la parte de poniente del término

alicantino, árboles todos ellos cuyo crecimiento –se le explicaba al Monarca– se vería

favorecido por el buen clima de la zona. Se trataba, una vez más, de hacer ver a Felipe

II que aquella era una empresa útil para la Monarquía, en este caso para la guerra naval

que se libraba contra la reina Isabel de Inglaterra, la soberana protestante cuya política

religiosa tanto espoleaba el ánimo del católico Felipe II.

Precisamente los objetivos de corte religioso, fundamentales para un monarca

extremadamente devoto como lo fue Felipe II y en una época donde tras la Reforma

iniciada por Lutero la cuestión religiosa era más que nunca una materia de Estado, no

escaparon tampoco a los redactores de los memoriales que buscaban el favor real para la

obra del pantano de Tibi. Efectivamente, la piedad y el acrecentamiento de la religión y

culto católico, no iban a ser tampoco ajenos a aquella empresa, antes bien al contrario, y

así se lo hicieron saber los alicantinos al Monarca.

Si la miseria llevaba a los hombres al pecado, en tanto en cuanto el agua del

pantano estaba llamada a traer prosperidad a los alicantinos, “excusará S.M. muchos y

muy grandes peccados que por la pobreza se causan y sería Nuestro Señor muy

servido”141

.

La Iglesia resultaría ampliamente beneficiada con el pantano. En tal sentido, se

estimaba que las órdenes religiosas habrían de acudir en gran número a tierras

alicantinas a fin de fundar en ellas casas conventuales142. También que se incrementarían

las rentas de la recién creada diócesis de Orihuela, en particular del obispo, cabildo,

beneficiados de las iglesias de Alicante, fábricas y préstamos143.

hispana fueron continuas. Sobre este particular véase: FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Felipe II y…, pp. 552-

577.

139 Según Casado Soto “las pérdidas efectivas por todos los conceptos no superaron los 34 ó 35 buques”.

CASADO SOTO, J. L., “La construcción naval atlántica española del siglo XVI y la Armada de 1588”, en

La Gran Armada. Simposio hispano-británico, Londres-Madrid, 1988, Madrid: 1989, p. 80.

140 Sobre la utilización de la madera de estos árboles para la construcción de embarcaciones y los

problemas de deforestación ocasionados por esta práctica véase: MARÍN PAGEO, F., DOMINGO

SANTOS, J., CALZADO CARRETERO, A., Los montes y su historia. Una perspectiva política,

económica y social, Universidad de Huelva, 1999. Las referencias al periodo de Felipe II se encuentran en

las pp. 144 y ss.

141 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/21.

142 “Y lo que más hará al caso es que dada S.M. el agua […] quedará rica aquella tierra y habrá muchos

monasterios, como se ve que después que esto se trata y por esta occasión han venido agustinos y

dominicos […]”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/21.

143 “[…] porque solamente la seda que oy casi no la ay valdrá más de lo que al presente vale los granos,

árboles y viñas”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/34 y 1/35, punto. 16.

Page 31: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Al fin, el pantano permitirá también dotar a la ciudad de Alicante y obispado de

Orihuela de un templo con la dignidad de Colegiata, donde se eleven plegarias en favor

de la Monarquía Católica:

Podrá S.M. hazer colegial la Iglesia mayor de Santa María en dicha ciudad pues no

la ay en aquel obispado y en aquella tener canónigos y otras dignidades donde

perpetuamente se ruegue a Dios por S.M.144

2.2.2. Las consideraciones de la Corona

En los informes y correspondencia que a partir de 1581 le fueron remitidos a Felipe

II, abundaban sobretodo argumentos de corte optimista y favorables a la reanudación de

las obras del pantano. Sin embargo, el Monarca, lejos de dejarse impresionar por

aquellos, prestó especial atención a las dificultades que el proyecto entrañaba y de las

que también fue puntualmente informado. El estudio minucioso por parte del Rey de

cada una de las flaquezas de las que adolecía el proyecto del pantano y ampliación del

regadío del término de Alicante, fueron, sin duda alguna, una de las razones que

explican la tardanza de Felipe II en la adopción de una decisión respecto a la

reanudación de las obras de la presa.

Hay que tener en cuenta que junto a los informes y memoriales que las autoridades

alicantinas elevaban a Felipe II, quien, fiel a su forma de proceder en la que cualquier

decisión estaba siempre precedida de un meditado análisis, encargó igualmente

informes a técnicos próximos a la Corte y a personas de su confianza. Unos y otras

informaron al Monarca respecto a aspectos en los que la ejecución y entrada en servicio

de la presa podía resultar compleja o problemática. En tanto en cuanto también estas

razones fueron igualmente analizadas en el proceso de formación de la voluntad real

acerca del pantano, su análisis resulta igualmente importante145

.

Respecto a los inconvenientes que podrían derivarse de la construcción del pantano,

hay que hacer constar, en primer lugar, la dificultad que entrañó para el Rey averiguar

los mismos. Ejemplo de ello es que en 1586, las principales autoridades de la monarquía

en la zona como eran el gobernador y baile general de Orihuela146

, elaboraron por orden

del Monarca un extenso documento147

en el que tras recabar la opinión de tres hombres

144

ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, docs. 1/15 y 16.

145 No obstante en este punto no se analizan las cuestiones de índole técnica o constructiva, cuyo análisis

se aborda en el capítulo dedicado al proceso constructivo de la obra.

146 Acerca de las relaciones entre el poder central y el territorial en época foral moderna y el papel

desempeñado por los portantveus o gobernadores y los bailes en los territorios de la Corona de Aragón,

véaese: BERNABÉ GIL, D., “Ámbitos de relación entre el poder real y los municipios de la Corona de

Aragón durante la época foral moderna”, en Estudis: Revista de historia moderna [en línea], 2006, 32, pp.

49-72 [fecha de consulta: 27 de mayo de 2018]. ISSN 0210 9093. Disponible en:

https://www.uv.es/dep235/PUBLICACIONS_IV/PDF18.pdf

147 [s. f.] [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/8.

Page 32: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

expertos, sin intereses en el asunto del pantano, informaron a Felipe II respecto de 16

puntos previamente propuestos por el Monarca. Uno de ellos, el número 10, preguntaba

por los daños que eventualmente podría ocasionar la realización de la presa148.

La respuesta que, bajo juramento, dieron los tres expertos a tan altas autoridades era

que en su opinión del pantano no podría derivarse daño alguno, sino muchos beneficios

para las poblaciones vecinas149.

No es de extrañar por ello que ante tanto optimismo, la actitud del Consejo de

Aragón, por cuya mesa solían pasar los memoriales remitidos al Rey desde Alicante,

fuera la siguiente:

Convendría que V.M. mandasse a un hombre muy entendido en estas cosas de los que

hay en esta Corte, o fuera della […] para que fuesse allá y viesse y reconosciesse lo

que otros han referido150

.

A lo que Felipe II, monarca cauto y receloso hasta el extremo, contestó de su puño

y letra en la portadilla del documento:

Está muy bien lo que parece y lo será que se saquen de todos los papeles que han

venido de Alicante, y se me embie, para que yo lo pueda ver más particularmente y

ordenar lo que convenga151

.

A) De carácter socio sanitario

Uno de los expertos a los que Felipe II solicitó emitiera su parecer acerca del

pantano fue Juan de Herrera, su arquitecto real152

. Herrera, entre otras cuestiones, prestó

atención y aconsejó estudiar con detenimiento la posibilidad de que el agua que afluya

al pantano, una vez embalsada, pudiera corromperse153.

148

Ibid.

149 Ibid., punto 10.

150 Ibid.

151 Ibid.

152 Sobre este arquitecto véase: ARAMBURU-ZABALA HIGUERA, M. A., Juan de Herrera [en línea],

Madrid: Fundación Ignacio Larramendi, 2013, 181 p. [fecha de consulta: 25 de septiembre de 2017].

Disponible en: http://www.larramendi.es/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=1021466

153 “Dévese mirar si se ha notado la qualidad de la tierra donde se ha de hazer el recojimiento de el

agua, y si ay algunas causas naturales, o accidentarias por donde el agua pueda venir en algunos

tiempos a corromperse. Porque […] sería muy notable y de gran perjuicio el regar con aguas

corrompidas e infeccionadas ningún género de semillas que ayan de ser para mantenimiento de los

cuerpos”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/11. En el documento no consta la fecha, no obstante

es posterior a 1581, pues se emite después de haber comenzado las obras. Camarero y Beviá lo datan

entre 1586-1587 (CAMARERO CASAS et al., Tibi, un pantano…, p. 113). Del contenido de otro

documento (ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/27) cabe concluir que en abril de 1584, Herrera ya

había emitido su parecer sobre el pantano. No obstante, cabe la posibilidad de que, en tanto que arquitecto

real y hombre de la máxima confianza de Felipe II, emitiera más de un informe. Hay que tener en cuenta

que Herrera emitió su parecer sin visitar el lugar donde se había empezado a construir el pantano, sino

Page 33: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

La advertencia hecha por Herrera, pese a ir referida al uso del agua para regar,

debió despertar ciertos temores. Seguramente no tanto por el perjuicio que una eventual

corrupción del agua embalsada pudiera ocasionar a los cultivos, sino sobre todo por el

daño que aquella contingencia pudiera causar a la población de los pueblos de la Huerta

de Alicante, que usaban el agua circulante por los brazales y acequias de riego para

consumo humano. Es por ello que en 1587, el propio Monarca solicitó a Cristóbal

Antonelli154

, a la sazón uno de los ingenieros que pretendía para sí la dirección de la

obra, que comprobara si efectivamente “todos los pueblos de la guerta de Alicante

beben de la agua manantial que tienen para regar la qual viene por el lugar del

pantano”155

, solicitándole emitiera informe respecto a la posibilidad de que el agua

embalsada se corrompiera resultando nociva para quienes de ella bebieren. A lo que el

ingeniero italiano contestó:

Que los dichos pueblos beben de la dicha agua que tienen para regar y que passa por

el dicho lugar del pantano y que hacen que este reposada la pluvia y la dicha agua

biba no hará daño a las personas ni animales porque esta al sereno al ayre y al sol y

seba quebrando tres leguas por riscos y peñascos hasta llegar a los dichos pueblos

antes será muy buena y sana156

.

Esta preocupación resulta interesante por cuanto supone introducir una nueva y

necesaria perspectiva –la sanitaria y medioambiental– en relación a la construcción del

pantano y los efectos que de dicha infraestructura podían derivarse para quienes usaban

del agua para beber. El agua del Monnegre no era usada sólo para regar, sino también

simplemente a partir de “las traças que de ello se le han mostrado”, según hace constar el propio

arquitecto en el encabezado del documento donde plasmó sus opiniones. A la postre, tal circunstancia,

será esgrimida para “disculpar” la falta de firmeza y elevado coste que se atribuyeron a la traza dada por

Herrera, tal y como anotado al pie de la misma: “la qual traça no se tiene por tan firme como la que está

dada y será de tanto gasto y más de la que está dada y como no a visto el sitio fácilmente se puede

herrar”. ACA, Mapas y Planos, nº 19/5. Herrera fue un arquitecto con conocimientos de hidráulica e

interesado por las obras de tal género (ARAMBURU-ZABALA HIGUERA, op. cit., p. 18), que además

“realizó importantes obras de ingeniería hidráulica en El Escorial, la traída de aguas a Valladolid, […]

e intervino en la Presa de Ontígola, la Acequia de Colmenar y en otras muchas obras de la Corona”.

VICENTE MAROTO, Mª I., “Juan de Herrera, arquitecto real y matemático”, en Suplemento do Boletim

da Sociedade Portuguesa de Matemática [en línea], Lisboa: Sociedade Portuguesa de Matemática, nº 65,

Outubro 2011, p. 37. ISSN 0872–3672 [fecha de consulta: 14 de septiembre de 2017]. Disponible en:

http://www.spm.pt

154 Cristóbal Garavelli Antonelli (1550-1608), que firmó sus obras como Cristóbal Antonelli, era obrino

del ya mentado Juan Bautista Antonelli, había trabajado en tierras alicantinas junto a éste en relación a las

torres de defensa de la costa. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/49. Sobre este ingeniero véase:

GIMÉNEZ FONT, P., “Cristóbal Antonelli y la innovación de la presa-bóveda de Relleu”, en Libro

jubilar en homenaje al profesor Antonio Gil Olcina, edición ampliada, Alicante: Instituto

Interuniversitario de Geografía. Universidad de Alicante, 2016, pp. 159-168. DOI:

http://dx.doi.org/10.14198/LibroHomenajeAntonioGilOlcina2016. ISBN 978 84 16724 09 3.

155 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635 doc. 1/15.

156 Madrid, 30 de septiembre de 1587. Relación hecha por Cristobal Antonelli por mandado del Rey

nuestro señor de lo que se a de hazer en el pantano de la ciudad de Alicante, 30 septiembre 1587. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/12.

Page 34: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

para abastecer a las poblaciones de la Huerta de Alicante157

y respecto a esa otra utilidad

del río, convenía también asegurarse que no resultaría perjudicada por el pantano.

En relación con los advertimientos hechos respecto a la posibilidad de que las aguas

embalsadas se corrompiesen, hubo quién quiso ver en dichas advertencias la mano de

todos aquellos que no deseaban que se construyera el embalse:

Aunque del agua del pantano se aya de bever como se ha de bever no recibirá danyo

el que la beviere y querer decir que danyara a los que la bevieren es dessear que no

se haga el pantano por aquellos que tienen dinero contado y mercan por quatro y fian

por hocho y son los que valen y pueden mandar158

.

B) Los recelos de los aguatenientes y sus pretensiones sobre las aguas pluviales

Es en este aspecto en el que mejor puede verse el riesgo cierto que para la obra del

pantano representaban los intereses de unos pocos, frente a los del común de los

regantes y agricultores de la huerta alicantina159

.

En 1585, cuatro años después de que la ciudad se viera obligada a paralizar las

obras por falta de recursos, Damián Miralles, sindicado por el consell alicantino para

gestionar en la Corte todo lo referente al pantano, exponía por carta al Rey y al tesorero

general de la Corona de Aragón, su opinión respecto al papel que no convenía

adquirieran en la empresa del pantano los propietarios del agua viva:

Ha se dicho que su Majestad se serviría que los duenyos del Agua hagan el estanche y

es cosa que ha mucho de mirar porque les haze merce de más de quinientos mil

escudos y si ellos le han de hazer abrían de ser señores del y gosar lo que digo y este

día que lo fuessen abrían menester un governador para cada huno160

.

157

El abastecimiento de los núcleos de población de Mutxamel, Sant Joan, Benimagrell y Santa Faz se

llevaba a cabo, en algunos casos hasta bien entrado el siglo XX, mediante el llenado con agua del río

Monnegre (“aigua del pantano”, en el argot popular) de diferentes aljibes públicos distribuidos por estas

poblaciones. Por otro lado, muchas casas disponían de un aljibe, denominado “pou de gasto”, que

también solía llenarse con agua del Monnegre y se destinaba a usos domésticos. Por contraposición, el

aljibe cuyas aguas se empleaban para beber, el denominado “pou del cel”, se llenaba con agua de lluvia,

recogida en determinadas épocas del año. Sobre estas prácticas y el abastecimiento de agua potable a las

poblaciones de Mutxamel y Sant Joan d’Alacant, véase respectivamente: MACIÁ NAVARRO, F.,

Suministro de agua potable en el municipio de Mutxamel, Mutxamel: 2010, 130 p. y PAYÁ SELLÉS, J.,

La traída de las aguas potables a Sant Joan (1930-1938): Recuerdos y datos de un hecho trascendental

en la historia santjoanera, Sant Joan d’Alacant: Ajuntament de Sant Joan, 2003, 144 p. DL A 909-2003.

Sobre la presencia de aljibes a lo largo de la cuenca del Monnegre véanse las numerosas referencias

existentes en la obra MARQUIEGUI SOLOAGA, El patrimonio hidráulico…, t. II.

158 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/40.

159 Cabe recordar que, según quedó expuesto, el número de propietarios de hilos de agua viva se estimaba

en unos 250, frente a los más de 650 regantes que se consideraba existían en la huerta. ALBEROLÁ

ROMÁ, El pantano de…, 2ª ed., p. 51.

160 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/12, punto 8.

Page 35: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Y por si de estas palabras no quedaba clara su postura, todavía añade:

Si S.M. no es servido que se haga [el pantano] por su cuenta este edificio, la Ciudad le

podría hazer con mucha facilidad pero el mesmo inconveniente abra porque no abra

de haver conformidat y quando le haya gozaría de mucha Renta y luego entraría entre

los del gobierno el ambición y simonía161

.

Unas palabras durísimas que sorprenden no tanto por la realidad que describen,

cuánto por haber sido escritas y dirigidas a Felipe II precisamente por el propio síndico

de la ciudad de Alicante, que pese a haber sido comisionado por el consell municipal,

no escatimaba críticas a sus propios mandantes.

Es evidente que los llamados aguatenientes, iban a ser los principales

‘perjudicados’ por la construcción del pantano, pues la rentabilidad de sus hilos de agua

era tanto mayor cuanto menor era el caudal de agua fluyente por el Monnegre. Por ello,

la actitud y reacción que frente a la obra del pantano pudieran tener, no escapaba a las

miradas de quienes deseaban que la presa fuera concluida con éxito.

Hase de considerar que Alicante ha mucho tiempo que supplica a V.M. mande hazer

esta represa y abra como veynte días que rehúsan en que V.M. la haga y procuran le

haga la ciudad es de ver que daño reciben haziéndole V.M. y que provecho haziéndolo

la ciudad. Y esto que los que la Goviernan son los dueños del agua, o, deudos dellos y

amigos y querrían que la dicha ciudad la hiziesse a fin de quedarse señores de toda

lagua no valiendo oy dia mas de ochenta mil escudos y sperando entonces valer

ochocientos mil y si el pobre que tiene tierra y no tiene agua la querrá que dé al rico

un ojo por una gota, lo que el pobre no podrá hazer y ansi el rico será señor de l’agua

y de la tierra el pobre162

.

A la vista de lo anterior, no es de extrañar que algunos altos funcionarios de la

Monarquía Hispánica llegaran a informar a Felipe II sobre la conveniencia de incorporar

el agua al Real Patrimonio, con el fin de que el beneficio que se obtuviera por la venta y

arriendo de la misma ingresara en la Corona163

.

Otro aspecto que trasciende en uno de los memoriales respecto a las pretensiones de

los aguatenientes, es el relativo a la extensión de sus derechos sobre el agua, en el

sentido de si tal derecho comprendía únicamente el agua manantial o viva, o, por el

contrario, alcanzaba también al agua pluvial y de avenidas. En un documento que

contiene el parecer personal de un individuo no identificado a quien se solicitó emitiera

161

Ibid., punto 9.

162 [s.f.] [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/34 y 1/35.

163 De esta opinión eran el regente Pelliçer y el lugarteniente del Tesorero General de la Corona de

Aragón Luis Baraona, que advirtieron a Felipe II la necesidad de reflexionar acerca de la conveniencia de

“hazerse señor de las aguas” embalsadas, con el fin de que la Corona pudiera proceder a su venta o

arriendo. Lo que paresce que se ha de advertir a lo del Pantano de Alicante [s.f.]. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 636, doc. 1/24.

Page 36: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

su sentir “en consciencia açerca del pantano”, su autor, tras exponer que por el lugar

donde se ha comenzado a levantar la presa pasan los ocho hilos de agua manantial que

han de dejarse fluir continuamente, indicaba que los propietarios o poseedores de dichos

hilos, se consideraban también señores de las aguas pluviales y de avenidas. Por ello,

estimaba que aunque era de justicia proceder a represar las mismas, no había que perder

de vista los inconvenientes que podían derivarse de la puesta en marcha del pantano, en

relación a los intereses en juego presentes en el sistema164.

C) Las observaciones de técnicos e ingenieros respecto al modo en que debía

levantarse la pared

Entre los años 1586 y 1588 llegarán a la mesa de Felipe II varios informes,

memorias, modellos y relaciones en las que diversos expertos, unas veces actuando

individualmente, otras junto a otros colegas y también bajo la supervisión de los

máximos representantes del poder real en la gobernación, emitirán su parecer sobre la

presa165

. Unas y otras fueron atentamente examinadas por Felipe II y, en consecuencia,

fueron tenidas en cuenta por el Monarca a la hora de decidir166

.

Prácticamente todos los informantes mostraron sus dudas y preocupaciones acerca

del modo en que debía procederse a dar salida a las runas, lodos, tarquines y arrastres

que el fluir continuo del agua y sobretodo las fuertes avenidas que de tanto en tanto

afluirían al pantano, depositarían en el vaso del mismo 167

. Este era –y es–, sin duda

alguna, el punto débil de la presa de Tibi. Junto a lo anterior, la anchura o espesor que

debía tener la pared fue también otro de los puntos que generó discrepancias entre los

técnicos, así como la forma (circular o recta) en que aquélla debía ejecutarse.

164

“Será con satisfactión del daño y querrán algunos hilos más en recompensa porque la huerta con los

ocho hilos ayudados con estas avenidas que ellos llaman aguas muertas tienen suficiente riego y quitados

ellos tendrán mucha quiebra y aviendo de salir el agua manantial y alguna cantidad más continuamente

podría ser no alcançar a regar tantas leguas como piensan”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635.

165 Estos informes fueron analizados por: CAMARERO CASAS et al., Tibi, un pantano…, pp. 29-32.

166 Respecto a la forma en que debían de presentarse estos modellos, Pedro Izquierdo advirtió a Felipe II

lo siguiente: “No permita Vuestra Majestad que ningún maestro que tratare del estanque haga traça en

papel, sino en forma mayor, de madera, porque de esta manera se verá muy claramente qual modelo es el

mejor”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/18. Izquierdo había confeccionado su traza y modello

en tal forma a petición del Virrey de València, depositando la misma en la Corte, por lo que en un

momento dado suplicó a Felipe II que la misma fuese reconocida por “Herrera o quien Vuestra Majestad

sea servido” [s.f., ca. 1584-1585]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/32.

167 No faltaron tampoco opiniones que buscaban minimizar los efectos de dicho problema. Un ejemplo lo

encontramos en la carta que el síndico de la ciudad, Damián Miralles, dirigió a Felipe II el 18 de octubre

de 1585. En ella, Miralles, sabedor de que a oídos del monarca ya ha llegado el riesgo que la acumulación

de sedimentos en el vaso del pantano representaba para la presa, dirá al Rey: “no abra tener reçelo que

este edificio reciba danyo en el salir del agua pues treze leguas de aquí en una villa de VM que se dize

Almansa mossen Rubí de Bracamonte de Ávila, gobernador por Vuestra Magestad en el marquesado de

Villena, le ha hecho hazer y oy dia sirve que con ser solo al presente de quarenta y ocho palmos de alto

se tienen por ricos, quanto más este que por lo menos terna dozientos palmos de alto”. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 636, doc. 1/37.

Page 37: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Para el autor de la traza del pantano, Pedro Izquierdo, cuatro eran los aspectos en

los que debía ponerse especial cuidado168

. El primero de ellos, la bóveda, que cumpliría

una doble función: permitir el paso del agua mientras se construye el pantano y, una vez

concluido éste, servir para dar salida a las gravas y sedimentos. En segundo lugar, la

traza circular de la pared, que redundaría en su mayor solidez. En tercer lugar, el cubo

por el que se ha de dar salida al agua embalsada en el pantano169

. Y finalmente, el

cerramiento de la paleta, que debía ejecutarse de manera que la firmeza de la pared

quedara asegurada170

.

A través de un memorial171

remitido por la ciudad de Alicante en 1586 y de una

anotación al margen de una minuta172

del Consejo de Aragón, conocemos que la

intervención del arquitecto Juan de Herrera se realizó a instancias de Felipe II173

. El

168

Estas consideraciones constan expuestas, en: Memorial de Pedro Izquierdo, Maestro de Molinos de la

Universidad de Muchamiel [s.f.]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, docs. 1/10, 1/11 y 1/18.

169 Al respecto Izquierdo da una serie de indicaciones sobre las características que debía tener dicho cubo,

al que debía entrar el agua “por muchas y diversas partes del suelo de abaxo hasta donde parare la

obra”. Los orificios por los que debía penetrar el agua debían “ser de menos de un dedo”, para evitar que

por ellos se cuelen brozas, inmundicias o piedras arrastradas por las avenidas de agua y también para

impedir que “pueda salir el pescado”. Por último, puntualiza que la construcción del cubo ha de ser de tal

forma que impida que “por manos de personas pueda ser dañado el curso del agua, porque donde quiera

que parase la obra, sea de cerrar el cubo por arriba”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/18.

170 Izquierdo, muy crítico con la forma en que se estaba ejecutando la paleta en el pantano de Tibi y para

evitar que se reprodujera en éste lo ocurrido en el de Almansa, esto es, que una vez lleno el embalse se

malograra por la zona de la paleta, considera que “con la fortificaçión que haré yo al campanero para que

la vazie y la encaxare en la piedra picada” la pared se mantendría firme. ACA, Consejo de Aragón, leg.

635. De la alusión al “campanero” cabe deducir que sería a este gremio a quién se encargaría la

confección de dicha paleta, habida cuenta de que la misma debía confeccionarse mediante una aleación de

metales. En uno de los “modellos” conservados en el ACA, se detalla con precisión la forma en que debía

construirse e instalarse dicha paleta, haciendo incapié en que se trataba de una operación sumamente

delicada y que únicamente podía llevarse a cabo al tiempo de construirse la pared, pero no después debido

a que “la humitat veina a la pedra no rebria ne dexaria soldar lo estany, ans saltara a la cara dels que

prop estarán”. Respecto a la construcción de la paleta se precisa que “ha de ser per benefici de fusió de

plom o estany, que tinga ferm la paleta”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/7.

171 En este documento los alicantinos refieren que el Rey ordenó que ciertas autoridades y técnicos

recabaran informes respecto de “ciertas dudas que Joan de Herrera, criado de Vuestra Magestad, havía

puesto” [s.f.] [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/34 y 1/35.

172 “La misma persona que a traydo estos papeles se los podía llevar a Juan de Herrera para que los vea

y avise de su parescer y con lo que respondiere Herrera se me bolverán para que yo vea lo que

convendrá”, [s.f.] [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/6. Pese a que tanto del contexto

documental como del tono empleado en la nota, podría deducirse que se trata de una anotación realizada

por el monarca, sin embargo la caligrafía, ciertamente, no es la que Felipe II solía emplear para anotar los

documentos que despachaba, por lo que la atribución debe hacerse con las debidas cautelas. No obstante

cabe la posibilidad que la nota fuera dictada por el monarca a un secretario, pues el estilo y redacción se

corresponden con los propios de Felipe II.

173 Camarero Casas y Beviá García estiman que Herrera supervisó “desde el principio y con detalle los

distintos proyectos, dando su parecer sobre la marcha de la obra”, emitiendo varios informes.

CAMARERO CASAS et al., Tibi, un pantano…, p. 29. Por su parte Alberola Romá data la supervisión

de la obra por parte de Herrera en 1594 y sostiene que su intervención “se limitó a hacer alguna alusión

relativa a los medios precisos para una mejor conservación de la presa”. ALBEROLA ROMÁ, El

pantano de…, 2ª ed., p. 41. Sin embargo, en uno de los memoriales que el síndico de la ciudad de

Alicante, Damián Miralles, remitió a la corte, consta que en una provisión despachada por Felipe II el 4

de abril de 1584, se hacía referencia los pros y contras del proyecto del pantano “porque Joan de Herrera

Page 38: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

arquitecto se mostró ciertamente crítico en su informe174

. En él puso de relieve algunas

carencias que presentaba la traza que le había sido presentada del “pantano de

Alicante”, apuntó sobre la necesidad de recabar ciertos datos y medidas que no

constaban en aquélla, y terminó concluyendo que la obra no se estaba ejecutando

debidamente175.

Tras los reparos formulados por Herrera, el Monarca ordenó que el gobernador,

baile y visitador176

de las ciudades de Orihuela y Alicante recabaran una serie de

informaciones, valiéndose para ello de tres hombres expertos “no interesados ni

sospechosos en el negocio” del pantano. De dichas pesquisas se remitió al Monarca, a

través del Consejo de Aragón, un extenso documento177

. El consejo178

, tras examinarlo,

informó a Felipe II que estimaban conveniente la construcción del pantano tanto para el

Real Patrimonio como para la ciudad de Alicante. No obstante aconsejaron al Rey que

antes de tomar decisión sobre el asunto, “convendría que Vuestra Majestad mandasse a

un hombre muy entendido”179

a fin de que emita su parecer y represente gráficamente

las obras a realizar. El ingeniero encargado de emitir dichos informes y realizar las

trazas fue Juan Bautista Antonelli180

, si bien poco después será el sobrino de éste,

Cristóbal Antonelli, quien asumirá un papel activo en todo lo relativo a la presa, hasta

terminar finalmente por asumir la dirección de las obras.

Efectivamente, en mayo de 1587181

, Cristóbal Antonelli, escribirá a Felipe II y le

ofrecerá hacerse cargo de las obras182

. Antonelli, muy interesado en conseguir que el

las advirtió”, lo que demostraría una intervención del aquitecto real en el proyecto del pantano al menos

desde 1584. Memorial sobre el pantano de Alicante [s.f.]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/27.

174 “Parecer de Joan de Herrera sobre la fábrica del pantano de Alicante, y las cosas que de dicha

fábrica se pueden notar, según las traças que de ello se le han mostrado”. [s.f.] [ca. 1586]. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/11. Referencias al contenido de éste informe y la transcripción del

mismo en: CAMARERO CASAS et al., Tibi, un pantano…, pp. 29-32 y 113/4.

175 Ya al principio de su informe y como primera frase del mismo, Herrera escribió: “Que la traça del

dicho Pantano no ha sido acertada, ni dándole la forma que combiene para su perpetuidad”,

concluyendo que “se puede colegir que […] se han dexado de mirar muchas cosas tocantes a la tal

fábrica”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/11. Según manifestó Izquierdo a Felipe II, Herrera

examinó también el memorial elaborado por él “y conforme a d’aquel a dado su pareçer y voto por

scrito”, de lo que cabe deducir que el arquitecto real pudo haber emitido su informe a la vista, entre otros

documentos, del memorial de Pedro Izquierdo. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/32.

176 Joan Quintana, Joan Vique y el doctor Gaspar Punter. Los tres actuaron como comisario regios. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 636, docs. 1/34 y 1/35.

177 Relación de la Informaçion que los Governador, Bayle General y Visitador de Origuela han tomado

por virtud de la comissión de Su Magestad sobre la fábrica del estanque que se haze en el término de

Alicante, [s.f.] [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 638, doc. 1/8.

178 Suscriben el documento los regentes Sapena, Campi, Terça, Frigola y Marzilla. Ibid.

179 ACA, Consejo de Aragón, leg. 638, doc. 1/8.

180 CAMARERO CASAS et. al., Tibi, un pantano…, pp. 29-30 y 59.

181 Valencia, 3 de mayo de 1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/49.

Page 39: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Rey le designe a él como director, se muestra especialmente persuasivo. Sabe cuáles son

las cuestiones que preocupan al Monarca y él promete resolverlas de forma eficaz,

mejorando las soluciones y propuestas que otros expertos han hecho llegar al Rey. En el

aspecto económico, por un lado, se compromete a vigilar que el dinero se administre

diligentemente183

, y, por otro, frente a los 25.000 ducados en los que tiene constancia ha

sido presupuestada la obra, él estima bastan 14.000 ducados184

para concluirse185

.

A este primer informe, seguirán otros dos todavía en 1587, uno fechado en

agosto186

y otro a finales de septiembre187

.

En el primero de ellos, Antonelli, fija las condiciones con arreglo a las que, en su

opinión, debe dar principio la obra del pantano188

. Tres son las cuestiones sobre las que

se pronuncia. En primer lugar estima que para poder dirigir la obra adecuadamente

“será necesario una provisión de Su Majestad o del Conde de Aytona su lugarteniente

en aquel Reyno”, a fin de que por parte de las autoridades de la gobernación de

Orihuela, de la ciudad de Alicante y de las demás villas y lugares le proporcionen todo

lo necesario189

. En segundo lugar, realiza una serie de precisiones referidas a los

materiales a emplear en la obra190

. En tercer lugar, Antonelli enumera toda una serie de

oficiales y empleados que considera necesarios para la buena marcha y administración

de la obra, proponiendo a los candidatos que en su opinión debían desempeñar

182

Antonelli, que en ese momento se hallaba trabajando con su tío “en lo de la navegación” por orden de

Felipe II, aprovechará la carta también para pedir al Monarca que “fuesse servido se me diese el salario

como haze merced a los otros Ingenieros”. Ibid.

183 En este punto recuerda al Monarca que así ha procedido siempre y así piensa hacerlo “en las obras que

se an de hazer en las Torres de la costa”. Estima que para evitar fraudes basta con que el Rey ordene

“que el dinero se ponga en un arca de dos llaves” y dando muestras de conocer las corruptelas que el

examen de las cuentas practica por el comisario Del Valle en las correspondientes a la primera fábrica del

pantano, recalca que se ha evitar en todo momento proceder “como lo que han hecho que parece a sido

entre conpadres”. Ibid.

184 Camarero Casas y Beviá García, respecto de la cifra llamativamente baja en que Cristóbal Antonelli

presupuestó la obra del pantano, afirman; “La de 14.000 en que ofrecía terminar la obra Cristóbal iba

destinada, sin duda, a conseguir el encargo”. CAMARERO CASAS et. al., Tibi, un pantano…, p. 31.

185 Antonelli dice al Rey que la obra “no costará menos por la orden que an començado”, al haber dado a

la pared un espesor en la base cercano a los 200 palmos, si bien el estima que al estribar la obra en las

peñas de las montañas que forman el estrecho de Tibi, bastaría con que aquélla tuviera 100 palmos. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/49.

186 Madrid, 24 de agosto de 1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/50.

187 Madrid, 30 de septiembre de 1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/12.

188 Este informe lo emite en un momento en el que él ya ha elaborado alguna “traça” sobre el pantano, tal

como se deduce del texto: “[…] para que se siga la traça y orden que ha dado el Ingeniero Christoval

Antonelli”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/50.

189 Antonelli deja claro que él quiere mando único en la obra, por lo que pide que tanto los maestros y

peones, como el resto de oficiales que trabajaren en la obra hagan todo lo que él les ordenare “y no

haziéndolo, los despida y reciba otros si fuere menester, que esto es lo que conviene que se haga”. Ibid.

190 Entre ellas la conveniencia de “hazer mesclas que estén algún día en agua antes que se ponga en obra,

para que se le quite este fuego y fragüe mejor la obra”. Ibid.

Page 40: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

aquellos191

. E incluso, yendo más allá y pensando en el momento que finalicen las

obras, el ingeniero sugiere la necesidad de una persona “para el repartir el agua” y da

algunas indicaciones respecto al modo en que los regantes debían contribuir al gasto de

la fábrica del pantano192

.

En cuanto al informe emitido en septiembre, éste responderá por entero a una serie

de instrucciones que previamente se le habían proporcionado por parte del Monarca193

.

En cuanto a los aspectos técnicos o propiamente de ingeniería referidos a la presa sobre

los que se pronuncia Antonelli, los principales son: el modo en que se ha de dar salida a

la “enruna”, que es considerada “la mayor dificultad de todas en la obra de esta

represa y pantano”194

; la necesidad de que a cargo de la paleta de regulación estén

personas “que tengan cuenta con el dar del agua y quitalla según la neçesidad que

ubiere d·ella”195

; la conveniencia de estrechar la pared, pasando de los 200 palmos en

que está comenzada a 100, anchura con la que estima “estará muy firme y segura […]

aunque vengan grandes avenidas de aguas con mucha fuerza”; y también de edificar la

pared con un “talus a la parte de abaxo de çinco palmos uno y a la parte del encuentro

del agua subirá por el mesmo orden que está comenzado”. Por último Antonelli emite

su parecer respecto a la altura de la pared y el coste que importará levantarla. En cuanto

a la altura, propone construir 200 palmos sobre los 20 palmos que la Ciudad levantó

entre 1580 y 1581, pudiendo elevarse otros 80 palmos si fuere necesario. Por lo que

respecta al coste de las obras, Antonelli cifra éste en 14.500 ducados poco más o

menos196

.

191

Entre los candidatos propuestos figura Damián Miralles, procurador fiscal, “que es persona de mucho

zelo”. Miralles, al igual que Antonelli, terminará también como empleado y hombre de confianza del

secretario Pedro Franqueza, en todo lo referente a la obra para la construcción del lugar de Villafranqueza

impulsada por aquél. De hecho, ciertos movimientos efectuados por Antonelli y Miralles en el seno de la

administración de las obras del pantano, es probable que tuvieran como finalidad principal favorecer a

Franqueza.

192 En este punto Antonelli estima que los propietarios de las tierras de secano que pasen a ser de regadío

“pagarán el diezmo a Su Magestad” y respecto de las que tienen agua en la huerta “se les podrá hazer

pagar la demás agua que se les diere” respecto de la que tenían hasta ese momento. Ibid.

193 Instruction para Cristoval Antonelli sobre lo que ha de ver en el pantano de Alicante y enterarse sobre

todo ello de lo que conviniere hazer [s.f.] [ca. agosto-septiembre 1587]. ACA, Consejo de Aragón, leg.

635, doc. 1/15.

194 En este punto las soluciones que propone Antonelli son muy pobres y en ellas se advierte un

desconocimiento de las características de las avenidas. Sirvan como ejemplo de lo dicho las siguientes

afirmaciones: “el tarquín que biene revuelto con el agua hará asiento en el suelo del pantano, es cosa de

poco cuerpo y no será parte para tapar y zegar el curso del agua”; para facilitar la salida de los tarquines

Antonelli propone facilitar su salida “con sólo rebolber el agua con unos artificios de hierro y pasará el

tarquín con el agua enbuelto”. Ibid.

195 Respecto a los meses en que habrá mayor demanda de agua, según el informe de Antonelli estos serán:

“setiembre y octubre para regar y sembrar”, “enero y hebrero para regar las biñas y árboles” y “el mes

de março para volver a regar los panes”, el resto del agua que sobrare y sobreviniere se dejará para “lo

que se ofresciere en el berano”. Ibid.

196 Ibid. Un año después Cristóbal Antonelli suscribirá un informe, junto a su tío Bautista Antonelli y

Jorge Fratín en el que la obra se presupuestó en 25.113 ducados. Relasción de lo que costara la obra de la

Page 41: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Estos informes, antes de llegar a la mesa de Felipe II, eran examinados por el

Consejo de Aragón quién, a partir del contenido de aquéllos y de otros datos que le

llegaban, elaboraba un resumen. Este documento era el que, normalmente, se hacía

llegar al Rey y en él, además de un extracto de los informes, se incluía la propuesta que

el Consejo elevaba al Monarca y, como consulta, sometía a su consideración.

A finales de 1587, el Consejo de Aragón197

elaboró uno de estos resúmenes, a fin

de participar a Felipe II, tanto lo informado por Antonelli, como los pareceres de otros

peritos que también habían opinado en el asunto del pantano. El documento, más allá de

hacer referencia a los aspectos controvertidos de la obra, aporta información respecto de

los expertos198

que, además de Antonelli, informaban en ese momento al Consejo o

cuyo parecer había sido tomado en consideración por el alto órgano de la Monarquía

Hispánica. Precisamente las diferentes opiniones que respecto al grosor que debía tener

la pared o el modo en que debía darse salida a los tarquines, mantenían dichos expertos,

llevaron al Consejo a proponer a Felipe II, tras consultar a la Junta Patrimonial, la

necesidad de practicar una nueva visura199

.

A fin de que la misma resultare provechosa y sirviera para aclarar las controversias

existentes entre los técnicos, el Consejo sometió a la consideración del Monarca que

dicha visura se realizara conforme a unas concretas indicaciones. En primer lugar,

proponen que en ella tenga un papel relevante fray Mariano Azaro200

, por “ser su

represa del pantano de Alicante. Madrid, 6 de octubre de 1588. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc.

1/6.

197 A la sazón integrado por el vicecanciller Frigola y los regentes Sapena, Campi, Terça, Marzilla y

Quintana. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/55.

198 Estos eran Gaspar Gregorio de Valençia “hombre muy plático y experto en nivelar y traçar obras”;

Garçia Mondragón “maestro de cantería”; Pedro Yzquierdo; Joan Baptista Antonelli “ingeniero de

Vuestra Magestad, tío del dicho Christoval”; fray Mariano Azaro, religioso, carmelita descalzo. Ibid.

199 En cuanto a la composición de la junta en la Bailía de Orihuela, Banacloche Giner indica que estaba

compuesta de los siguientes miembros: el portantveus de general governador o gobernador de Orihuela,

el baile general de Orihuela, posteriormente de Orihuela-Alicante, el asesor del baile, el receptor, el

notari-procurador fiscal y patrimonial. BANACLOCHE GINER, “Un estudio de…”, p. 156. De los

documentos examinados en relación al proceso constructivo del pantano de Tibi, se deduce la

participación en la misma del gobernador, baile general, abogado y procurador fiscal y patrimonial y

notario de la corte de la gobernación. Así consta, entre otros, en el acta de la visura y toma de testimonios

levantada en Alicante los días 7 y 15 de diciembre de 1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, leg. 1/51.

200 Con respecto a Azaro, además de por su independencia, el Consejo valoraba especialmente su opinión

y parecer por ser un experto que “havía ido en años passados dos vezes por orden de Vuestra Magestad a

ver y tantear dicha obra del pantano de Alicante”, También porque en todas las veces en que él y

Antonelli habían confrontado sus pareceres sobre el grosor que debía tener la pared “dicho fray Mariano

ha sido siempre de paresçer que dicha pared no deve recogerse a solos cien palmos ni venir a delgazar

arriba a solos sesenta”. Y en cuanto a lo sostenido por Azaro respecto del modo en que debía darse salida

al agua embalsada (el fraile aconsejaba que la toma se situara a treinta palmos del suelo, mientras que

Antonelli estimaba que debía situarse a ras de suelo), el Consejo recordaba que fray Mariano sostenía su

opinión en base a lo observado en “la obra de Mérida, que siendo de tiempo de Romanos por estar tan

alto el desaguadero jamás en mil y seyscientos años la enruna ni malesa ha impedido el curso del agua”.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/55. Estas referencias al embalse de Mérida y otras referidas al

de Almansa o a diversas obras hidráulicas existentes en la España del siglo XVI, ponen de relieve la

Page 42: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

parescer desapegado de todo interés” y añaden: “lo que no es el de Christoval Antonelli

y de los que con él sienten que dessean tener cargo de dicha obra, y tener sus

ganançias en ella”. No obstante, a la visura deberán acudir todos201

a fin de que

“buelvan a examinar dichas dificultades y las demás que se ofrescieren, conforme al

Memorial y Instruction que embiará este Consejo”. Además, el gobernador y el baile de

Orihuela202

, bajo cuya dirección se efectuará la visura, deberán también designar otros

expertos “que sean muy intelligentes y no interessados en esto, ni sospechosos”. A fin

de garantizar la integridad de las opiniones de cada experto, el Consejo propone al Rey

que aquellas se recaben separadamente, por escrito y bajo la fe de un notario.

Finalmente, seguros de que el Monarca verá con buenos ojos su propuesta203

, dicen al

Rey que “se embia el despacho hecho, y tanbién carta para el Virrey […] para que lo

firme”. A lo que Felipe II, de su puño y letra, contestó: “habiéndome parecido bien lo

que al Consejo, firmé el despacho”204

.

La visura ordenada por Felipe II205

, finalmente se practicará “en [el] lugar del

pantano […] estando sobre la pared y edefficio”, el 4 de diciembre de 1587206

. Fue éste

un momento clave en el que los diferentes argumentos y opiniones de índole técnica que

sobre la pared del pantano se habían vertido, pudieron confrontarse.

En la visura, además de los expertos y técnicos207

, tomaron parte las autoridades

municipales y de la gobernación208

, actuando unos y otros conforme a las instrucciones

existencia de una cultura de la arquitectura del agua en muchos de los expertos que tomaron parte en la

planificación y construcción del pantano de Tibi.

201 El documento prevé que se invite a participar en la visura además de a Antonelli y Azaro, al tío del

primero Juan Bautista Antonelli, a Mondragón, Izquierdo y Gaspar Gregorio. Ibid.

202 Además de asistir y controlar que la visura se realice conforme a las instrucciones que el Consejo

diere, tanto el gobernador como el baile deberán también escribir y remitir al Rey “su paresçer, aparte de

lo que sintieren y huvieren entendido”. Ibid.

203 Al fin y al cabo se trataba de recabar más informes y opiniones para que “se haga electio de lo que

más conviniere en obra tan importante”, proceder que se ajustaba en todo al modo de actuar de Felipe II,

para quien todo informe era poco a la hora de decidir.

204 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/55.

205 Real Carta de 14 de octubre de 1587, suscrita en la casa del Bosque, en Segovia. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 636, docs. 1/51 y 1/54.

206 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/51.

207 “Fray Mariano, Cristoval Antonelli, Ingenieros; Gaspar Gregorio de Valencia, García Mondragón,

Pedro Ysquierdo, personas expertas nombradas por Su Magestad; Anthonio Real, profesor y

cathedrático de Matematicas de la Universidad de Valencia y Johan Danhuesa (o Dambuesa), expertos

nombrados por merced de micer Francisco Arcas, abogado fiscal y patrimonial de Su Magestad […],

Gaspar Visente, Johan Torres y Thomás Bernabé”. Los tres últimos concurren a la visura designados por

el gobernador y el baile de Orihuela. Ibid.

208 Además de “Damián Miralles, procurador fiscal y patrimonial de Su Magestad y persona diputada

por Su Magestad para asistir en dicha visura”, asisten también el gobernador Ximen Pérez de Calatayud

y el baile Joan Vique. Por parte de la ciudad de Alicante asistieron Guillem Pasqual y Pedro Johan Rolfe,

jurados y Martín Salinas, notario y subsíndico. Ibid.

Page 43: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

facilitadas previamente por Felipe II al gobernador de Orihuela209

. Una vez efectuada,

los días 7 y 15 de diciembre se juntaron en Alicante todos los expertos que habían

visitado el pantano el día 4 y uno a uno fueron contestando los 27 puntos sobre los que

el Rey había solicitado se pronunciaran210

. Al final del documento211

, los

comparecientes que lo desearon hicieron constar sus opiniones discrepantes o

particulares sobre algún punto212

.

De los resultados de la visura fue informado Felipe II mediante la remisión de una

relación213

suscrita por el gobernador214

y el baile215

de Orihuela y otra suscrita por tres

ingenieros216

, acompañada de un “rasguño o modello” de la pared del pantano. Consta

así mismo que Damián Miralles elaboró una pequeña memoria217

.

209

El documento remitido por el monarca constaba de 27 preguntas “Memorial e instrucciones a cerca de

la visura que han de hacer en el pantano y acequias que se han de hacer y alargar”. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 636, docs. 1/52 y 1/54. La transcripción completa de este documento en: CAMARERO

CASAS et. al., Tibi, un pantano…, pp. 115-119.

210 El primer cálculo que efectúan los expertos al comenzar la reunión celebrada el 15 de diciembre fue el

relativo a la capacidad del pantano, a fin de determinar la superficie de tierras que con el agua embalsada

podrían regarse. Para ello se tomaron como referencias, en cuanto a la altura de la pared, que ésta se

levantaría 200 palmos sobre lo ya construido, y en cuanto a la longitud de la lámina de agua se estimó que

el regolfo llegaría hasta el Molino de Tibi, distante 14.900 palmos de la pared de la presa. Tras efectuar

una serie de cálculos determinaron que la capacidad del pantano era de 1.792.656 estados, la cuál,

comparada con los 82 estados de capacidad de la Balsa de la Fuensanta y teniendo en cuenta que con

toda el agua de ésta se regaban 5 tahúllas, estimaban permitiría regar 109.308 tahúllas de una vez. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/51. Respecto al manantial de la Fuensanta, aparece citado ya en la

documentación bajomedieval, concretamente en un privilegio de 1260 por el que Alfonso X concede una

ayuda económica a la villa de Alicante para conducir el agua de la misma. Privilegio otorgado en

Córdoba el 29 de junio de 1260. AHMA, Libro de Privilegios, fols. 25-27. Referenciado y transcrito en:

TORRES FONTES, Colección de documentos…, pp. 114/5. Un estudio de dicho manantial y balsa en:

ROSSER LIMIÑANA, El agua en…, pp. 22-49.

211 El documento fue autorizado por el escribano Bartholomé Sedrellas “notario en lugar del scrivano de

la corte de la governation de dicha ciudad de Alicante”, firmando como testigos “Sebastián de Arroa de

Vuelma, andalus, Rodrigo Derris, natural de Laredo y Jheronimo Martines, estantes en dicha ciudad”.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/51. Una transcripción del mismo en: CAMARERO CASAS et.

al., Tibi, un pantano…, pp. 125-133.

212 Todos manifestaron no tener nada más que añadir, salvo Pedro Izquierdo que se pronunció en el

sentido siguiente: “Ha de aver más de un cubo en la obra y este a de estar en medio de la bóveda porque

pretender que por las paletas que están dichas sea de desenrunar el pantano estando el agua en regolfo

es imposible y todas las cosas sobre dichas es grandissimo gasto de la obra y menos fortiffication della

por avella de travesar con las bóvedas y que no sean de vasiar las paletas confforme la orden que esta

dicha y para desenrunar el pantano se a de vasiar primero toda la valsa y entonses se abrirá la tanca de

la bóveda y con la seguida del agua desenrunara el pantano y siempre le parese que se acabe la obra

porque la cal tenga tienpo de hazer operation y por las cosas que estan en dicha balsa y todos los

pertrechos sean de tomar della y no tiene más que dezir”. Ibid.

213 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/58.

214 Valencia, 29 de enero de 1588. Ximén Pérez de Calatayud, imbia las relaciones de los expertos, la

suya y del bayle, de la fábrica del Pantano. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/57.

215 Valencia, 28 de enero de 1588. Juan Vich, imbia relación de lo que passava en lo tocante al pantano.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/56.

216 Jorge Fratín, Bautista Antonelli y Cristóbal Antonelli. Madrid, 27 de septiembre de 1588. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/59. No obstante, el documento que se conserva en el expediente no

debió ser el que remitió el gobernador, a tenor de la fecha en que están suscritos uno y otro, sino uno

Page 44: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Tanto el gobernador como el baile comienzan sus cartas excusándose por no haber

contestado antes al monarca, que aguardaba respuesta desde octubre del año anterior.

Ambos achacan el retraso a la tardanza del ingeniero Cristóbal Antonelli en elaborar

cierto informe218

. El gobernador, también informa a Felipe II que él y el baile son del

mismo parecer en lo tocante al pantano219

.

En cuanto al informe220

que remiten al Rey como resumen de la visura y reuniones

con los expertos mantenidas en diciembre de 1587, comienza afirmando –una vez más–

lo necesario que para la ciudad de Alicante resulta el pantano221

y lo idóneo del lugar

escogido para levantar la pared222

. La primera cuestión de índole técnica a la que se

hace referencia es la relativa al grosor que conviene tenga la pared223

. En este punto,

según el parecer de los expertos y teniendo en cuenta que la cola del pantano, cuándo

éste esté lleno, se estimaba llegaría “hasta el molino de Tibi”, consideran que debe

continuarse la pared “en grueso de çiento y veinte palmos, dándole de taluz de diez

posterior. Una transcripción del mismo en: CAMARERO CASAS et. al., Tibi, un pantano…, pp. 123-

124.

217 En ella, a partir de la capacidad que los expertos habían calculado tendría el pantano, realiza una

estimación del valor económico que alcanzarían los hilos de agua que se generarían tras la conclusión del

pantano. Según Miralles, el millón setecientos mil estados de agua estimado por aquéllos, reducido a

hilos, “según el repartimiento de los 335 que oy ay serían dos mil y contados al precio que oy vale

aunque fuese a 200 libras harían quatrocientas mil libras”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc.

1/17.

218 “[…] y como se a dilatado el no tenella ynbié tres días a un criado del dicho Antonelli con el modelo

del dicho pantano”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/57.

219 Por ello explica al Rey que junto a la relación de los expertos se envía “la del baille don Juan Vique y

mía, que por aver venido los dos en un pareçer ban en una”. Ibid.

220 Pantano de Alicante. Relación que se hizo por los Ingenieros y expertos […] y el parescier que dieron

el gobernador y bayle general, [s.f.] [ca. enero 1587]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/58.

221 En esta ocasión los argumentos son los siguientes: “[…] a dado estos años el tiempo muestra dello

pues con aver grandes cojidas por todo este reyno y los demás de España en tierra de Alicante a tres

años que no tienen cojida y están empeñados los de aquella ciudad y huerta por más de lo que tienen por

faltarles agua del çielo y no averla en la tierra”. Ibid.

222 “El lugar y sitio donde sea de haçer es muy comodo para haçelle y con las particularidades que se

pueden desear ansi por el angostura del lugar que ay entre las peñas como por ser los montes altos que

an de servir por stribos al edifficio que él se hiçiere”. Estiman, además, que es lugar bastante “no sólo

para un pantano, en pero para dos o más”. Ibid.

223 Según explican el gobernador y el baile a Felipe II “la discordia mayor que entre ellos a avido es en

este grueso de paret”. La mayoría eran de la opinión de uno de los expertos “maese Gaspar Gregorio”,

quién estimaba necesario que la pared tuviere 130 palmos de espesor. En los extremos se situaban

Cristóbal Antonelli, partidario de alzar la pared con menos grosor y fray Mariano Azaro, defensor de dar

a la pared más grosor. El gobernador y el baile informan al Rey que, no obstante, “hablando a parte […]

con maese Gaspar Gregorio nos dixo que bien beya él que çiento y veinte palmos heran tantos como

çiento y treinta”. Gregorio les dice que estima que la misma seguridad tendría la obra con 120 que con

130 palmos, ante lo cual, el gobernador y baile proponen al Rey que en atención a que esos 10 palmos de

diferencia en un “ediffiçio de tanta altitud y longitud y lactitud contienen en sí muchos estados y el preçio

dellos es tan caro y hará el mismo efecto la una que la otra, parece debe escussar todo el más gasto que

se pudiere”. Ibid.

Page 45: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

uno”224

. De esta forma, si la pared se levantaba hasta los 200 palmos, en la parte

superior tendría 100 palmos de espesor, medida que estiman “caval para poder

sustentar el peso que se apantanare”225

.

El informe explica también al Monarca las características que, según los expertos,

debía tener la fábrica de la pared para que la misma resultare resistente. Debía

levantarse “en forma de arcos escarzanos”, tanto en la parte delantera como en la de

aguas arriba de la presa. Dicha técnica debía emplearse también “dentro de la propia

paret de la misma mampostería”, de forma que “de tantos en tantos palmos se an de yr

haciendo arcos escarzanos”226

.

Otro aspecto sobre el que Felipe II había pedido ser informado, era el relativo a la

fuerza o presión que el agua podría ejercer sobre la pared, cuando el pantano se hallare

lleno. En este punto, se estima que desde la cola del pantano227

hasta la pared pese a

mediar una distancia de 14.900 palmos, existen “muchas vueltas en el valle que se an de

apantanar”. De este modo “en cada una de estas vueltas el agua que está apantanada

ba descansando y descargando su pesso”, por lo que concluyen que “no todo el peso

del agua que en el pantano ubiere [lo] reçivirá la paret, pues tiene estos

descansadores”228

.

Finalmente explican al Rey el parecer de los expertos respecto de la que estiman

que es “la mayor dificultad que muestra tener la obra del pantano”, que no era sino la

posibilidad de que en poco tiempo se colmatara de lodos y tarquines229

y también que

éstos pudieren cegar la salida del agua. Respecto de esta cuestión, se informa a Felipe II

que, tras estudiarla detenidamente, los expertos estimaron que de hacerse la obra como

tienen dicho, “tienen por cierto que no se enrrunara”230

. La solución propuesta

224

La obra había comenzado a levantarse ya con una disminución proporcional tal como lo demuestran

las siguientes palabras: “esta pared está empeçada en çiento y noventa y cinco palmos y sobre ellos ba

subiendo hasta quedar en çiento y çinquenta y siete” en que se encontraba en la fecha en que se practicó

la visura (4 de diciembre de 1587). En otro punto del informe remitido a Felipe II, se justifica la

necesidad de que la pared sea más gruesa en la parte inferior que en la superior, debido a la mayor presión

que ésta soportará en la parte baja que en la superior, cuestión que se explica recurriendo al siguiente

ejemplo: “muestrasse esto en un baso o balsa que esté lleno de agua que hiziéndole dos o tres aguxeros

el que mas baxo estuviere hechará el agua con más ynpetu que no el que estuviere sobre el y el segundo

más que no el primero”. Ibid.

225 Los cálculos, según informan el gobernador y el baile a Felipe II, se han efectuado para que en caso de

“que se quiera subir otros çiento y duçientos más”, la obra resulte sólida. Ibid.

226 Ibid.

227 En el informe “cabo del regolfo”. Ibid.

228 Ibid.

229 Lo que en el informe se denomina en todo momento “enrrunarse”, seguramente por extensión del

término valenciano “runa” cuyo significado según el DCVB es “brossa rossegada per una avinguda de

riu o per l'aigua del mar”. Ibid.

230 Al respecto Pedro Izquierdo llegará a afirmar que “passarán más de quatrocientos años” hasta que sea

necesario proceder a dar salida a los tarquienes. Izquierdo consideraba que habida cuenta de que había

“mil palmos de peña por cada parte” sobre la que se depositarían los arrastres, reteniéndolos e

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consistía en dar salida al agua por tres partes: “por los saetiales”231

, “cubo de

tramontana y cubo de la açequia de los enamorados”. De forma que aunque se cegaren

los saetiales “por estar baxos”232

, no ocurriría lo mismo con los cubos, pues el de

tramontana “sube ziego hasta veinte palmos y de allí empieza a tomar el agua por sus

aguxeros”. Otro tanto ocurría con el de “la açequia de los enamorados, a los diez

palmos más alta”. Todo ello les llevaba a concluir lo siguiente:

Y ansi se considera que como estos cubos no pueden ser ynpedidos sino por sola

orruna de turbia de agua y no por maderas y maleças delgadas que en zentenares de

años no podrá llegar a esta orruna a subir tanto que cause ynpedir el efecto d·estos

cubos233

.

Y en relación con lo anterior, explican el modo en que se ha de proceder la primera

vez que proceda al cierre de las paletas del pantano:

Para asegurar que en la primera venida que a de ser principio de represarse el agua

ninguna de las cosas dichas pueda ynpedir los ojos de estos saetiales, pareçe sería de

grande provecho que el día que pareziere que la obra esta en alto, que de ella se

pueda sacar fructo, se zierren los saetiales, y subida se abrán las paletas en la

proporçion que oy corre y no más porque la huerta que oy d·ella riega no padezca y

la que quedare represada sirva para haçer el effecto que haría la de la venida sino la

halla hecha234

.

impidiendo que los mismos llegaran a la pared del pantano. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc.

1/18.

231 El término “saetial” consideramos debe entenderse empleado como sinónimo de aspillera (abertura

larga y estrecha en un muro para disparar por ella) y por extensión de la palabra “saeta” en su acepción

equivalente a “flecha”, derivada del término latino “sagĭtta”. Al respecto véanse las entradas aspillera,

saeta, saetial en el DRAE y DCVB.

232 No obstante, respecto de éstos y, para dificultar que puedan resultar cegados, plantean la conveniencia

de que “algunos palmos antes de la boca de los saetiales y todo lo que ellos en si contienen fuese

enlosada de piedras sillares dándoles el pendiente que pareçiere porque con la corriente que tendrán y

no tener la orruna lugar donde detenerse la fuerça de l·agua los tendrá siempre limpios y las puertas

d·ellos estarán siempre desenbaraçadas”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/58.

233 Ibid. Para evitar que el cieno pudiera llegar a cegar o atascar el cubo, uno de los “modellos” que se

conservan en los expedientes del ACA plantea colocar en el interior de aquél un “instrument de pi vert, a

modo de llança de justar; i la empuñadura sia guarnida de bronze” sujeto con unas cadenas, de forma

que pudiera hacerse subir y bajar a voluntad del que gobernara la presa. La función de dicho artilugio

sería doble, por un lado permitiría remover el cieno que pudiera acumularse en el interior del cubo y así

evitar que éste llegara a embozarse; por otro, actuaría como un regulador para modular el caudal de agua

que en cada momento conviniera dejar salir de la presa, de forma que “en lo temps que la agricultura

menys aygua demanara” el instrumento permanecería dentro del cubo, extrayéndose del mismo en los

periodos en que fuese necesario aumentar el caudal de agua a desembalsar. Para facilitar las labores de

quienes debían manejar el artilugio, mediante las cadenas que lo sujetaban y permitían elevarlo o bajarlo,

el documento prevé marcar el mismo con “punts o segnals així ben mesurats”, para que a la vista de los

mismos “lleven o donen la aygua que vullen”. Relació del modelo del pantano de Alicante [s.f.]. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/7.

234 Ibid.

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Por último, el gobernador y el baile informan al Monarca respecto del coste que, en

su opinión, tendrá la obra, el cual cifran en más de 40.000 ducados. Y a fin de facilitar

que la subasta se remate a buen precio finalizan su escrito sugiriendo que se anuncie

también en Madrid, a fin de que concurran a la subasta maestros de la capital, pues

estiman que la competencia hará que bajen los precios235.

En 1588 un nuevo ingeniero italiano, Jorge Palearo, Il Fratino236

, se sumará a la

nómina de expertos que emitieron su parecer sobre el pantano. Su intervención lo será a

propuesta de la Junta del Real Patrimonio237

y, a la postre, su parecer resultará

determinante para el ánimo de Felipe II.

El primer aspecto sobre el que se pronuncia Il Fratino es el relativo a la anchura o

grosor que debía tener la pared. Sobre este particular, tras medir las dimensiones del

lugar donde se asentaba la pared238

, estima que las medidas que dieron Cristóbal y Juan

Bautista Antonelli, esto es 130 palmos de grueso en la base de la pared y 90 palmos

cuando ésta alcanzare los 200 palmos de altura239

, son adecuadas para el sustento de la

presa240

. Il Fratino pone de relieve que “la mayor parte del peso es el que carga

avaxo”, así como que la presión del agua sobre la pared se verá amortiguada y

disminuida por los valles y barrancos, cuyas paredes y sinuosos entrantes amortiguarán

la presión del agua disminuyendo la que finalmente haya de soportar la presa241

.

En segundo lugar y respecto a la línea conforme a la que debe levantarse la pared, Il

Fratino dispone que la obra debe principiar “por línea cúbita a manera de arco

235

Ibid.

236 Giorgio Palearo Fratin (Morcote, h. 1520 – Pamplona, 1589), ingeniero del rey. SILVA SUÁREZ, El

Renacimiento: de …, p. 716.Tal y como explican Camarero Casas y Beviá García, Il Fratino había

tomado parte también los trabajos de fortificación de diversas plazas costeras en el Mediterráneo español,

entre ellas las fortalezas de Alicante, Benidorm y Dénia. CAMARERO CASAS et. al., Tibi, un

pantano…, p. 31.

237 Lo que queda acreditado con las palabras con las que Fratín empieza su informe: “[…] por parte de la

Junta del Real Patrimonio de Vuestra Majestad de la Corona de Aragón, he sido llamado para que yo

mírase y dixese mi pareçer cerca de unas traças y modelo de Agua, montes y Pantano de Alicante, a

donde se trata de hazer un sustento o reparo para coger la mayor cantidad de agua que se pueda en

tiempo de lluvias y enundación para regar parte de la comarca […] y como la dicha Junta me a mandado

que yo diga en escripto lo que en esto siento, lo he notado aquí vaxo, remitiéndome en todo a mejor

parecer”. En el informe, aunque redactado por Il Fratino y encabezado por su nombre, constan también

las firmas de Bautista y Cristóbal Antonelli, respecto de los que el primero explica que “aviendo

discurrido con los dychos yngenieros me he conformado con ellos y ellos conmigo en esto”. Madrid, 26

de septiembre de 1588. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/59.

238 Il Fratino calculó que en la base, de un lado al otro del estrecho se contaban 80 palmos de anchura, la

cual, en el punto que la pared del pantano alcanzaría los 200 palmos, se alargaba a los 320 palmos. Ibid.

239 El talud de la pared sería, según refleja Il Fratino, “un palmo de escarpe en cada cinco por la parte de

fuera” y “otro palmo en cada diez por la parte de dentro”. Ibid.

240 Il Fratino, de acuerdo con los Antonellis, estima que con el ancho y modo que han trazado la obra, la

pared podría levantarse hasta los 400 palmos de altura, sin riesgo para su integridad. De alcanzarse dicha

altura, el grosor de la pared en la parte superior sería de 60 palmos.

241 Ibid.

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esca[r]sano y acia dentro”. El italiano justifica así esta decisión: “a causa que siendo la

imposta o respaldo de la pared naturaleza242

con el effecto que haze de arco o bóbeda

por mucho que el agua cargue, no puede esforçarla en manera que haga bicio

ninguno”243

. Y añade que más que en la anchura o estribos, la atención ha de ponerse en

que la pared se haga con buenos materiales y manos.

En tercer lugar, el ingeniero italiano expone su parecer respecto al modo en que se

ha de dar salida al agua embalsada. En este punto dispone que, además de la salida

prevista por Cristóbal Antonelli en la base de la pared, se debe prever la existencia de

algunas aberturas cada cierta distancia y a diferentes alturas. Según Il Fratino, la

existencia de estas aberturas en la pared “ayudaran mucho la obra, procurando siempre

servirse del agua más alta”244

. Y termina advirtiendo el peligro que la salida violenta

del agua por la abertura inferior podría suponer para la integridad de la pared.

Por último, Il Fratino da una serie de indicaciones respecto al modo en que se ha de

construir la pared, disponiendo la necesidad de hacer “buenas comisuras, juntadas y

enchidas de buena materia propiada al agua, sin hazer por dentro de la muralla otro

arco ninguno”, cuidando que el grueso del muro “vaya bien pisado, fixo y bien

remoxado, rebocando por dentro açia el agua las dichas comisuras de buen vetun,

como se suele hazer en los aljibes”245

.

Tras conocer este informe la Junta Patrimonial acordará la remisión del expediente

al Consejo de Aragón246, al tiempo que manifestaron su parecer favorable a que la obra

se efectúe conforme a la última opinión dada por Fratín y los Antonellis, plasmada en el

rasguño suscrito por éstos247.

Faltaba, sin embargo, la estimación del coste que, según Fratin y los Antonelli,

importaría la construcción del pantano. Mediante un nuevo informe, emitido a

principios de octubre de 1588248

, los tres técnicos consideran que, de acuerdo con las

medidas que proporcionaron en el de 26 de septiembre, en la pared entrarían 6.015

estados de obra, estimando un coste unitario para cada estado de 46 reales, entre

242

Unas líneas más abajo esta referencia a la “naturaleza” se explica de modo más comprensible, se

refiere Il Fratino a que “siendo dos montañas los estribos naturales de la dicha pared”, la misma resultara

sólida.

243 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/59.

244 Il Fratino añade que para no entrar en más gasto (suponemos que se refiere a para evitar tener que

construir un cubo), se dispondrán en la pared “unos pedaços de canal de quitar y poner, bien

calafateados, para desbiar la cayda de agua a la acequia, de manera que no toque en la muralla”. Ibid.

245 Ibid.

246 Así consta en la portadilla del informe suscrito por los ingenieros: “Que estos papeles del pantano de

Alicante se lleven al Consejo y paresce a la Junta que el edifiçio del pantano se haga conforme al

parescer último que san Fratin y los Antonellis y al rasguño último que an hecho”. Madrid, 27 de

septiembre de 1588. Ibid.

247 Dicho documento consta en: ACA, COLECCIONES, Mapas y Planos, 19/2.

248 Madrid, 6 de octubre de 1588. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/6.

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materiales y mano de obra. En base a ello calculan que el coste total de la obra

ascendería a 25.113 ducados, a los que habría que sumar otros mil ducados por el

importe de los caminos y puentes de servicio que debían construirse, andamios, así

como tablas, clavos y bocas de cantería249

.

Con la emisión de este último informe, se dio por concluida la fase de recabar

opiniones técnicas respecto a la obra de la pared del pantano.

D) La conveniencia de alargar las acequias viejas o construir otras nuevas

Otra observación o reparo planteado, fue el referido a la conveniencia o no de

construir nuevas acequias e infraestructuras o bien alargar las primitivas hacia la parte

de poniente del término de Alicante, cuestión sobre la que Felipe II solicitó ser

informado por los ingenieros250

. En relación a ello, en un primer momento se barajó la

construcción de una acequia real que partiera de las inmediaciones del partidor del

Conchell, siguiendo las indicaciones de Pedro Izquierdo251

[figura 33]. Posteriormente y

tras la llegada del ingeniero Antonelli, se realizó una nueva propuesta, en la que la toma

se situaba en la cuenca media del río, en lugar bastante alejado del punto anterior252

.

Poco después y nuevamente de la mano de Izquierdo, se planteó una tercera opción en

249

Ibid.

250 Así consta en un escrito remitido por Damián Miralles a Luis Baraona, en el que afirma que

cumpliendo con la orden dada por el Rey los ingenieros enviados desde la Corte a Alicante están

analizando “si alargándose las cequias viejas regaría más tierra de la que oy se rega”. Alicante, 16 de

agosto de 1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/14.

251 Así lo proponía Pedro Izquierdo en un rasguño en el que hizo constar la conveniencia de abrir un

partidor “a la parte de poniente”, en la acequia mayor, estimando que del nuevo partidor, una vez

alargadas algunas acequias, se regarían más de 10.000 tahúllas. El rasguño de Izquierdo consta

reproducido en GONZÁLEZ TASCÓN, op. cit., p. 218. El recorrido de esta acequia, según aparece

detallado en varios documentos, debía ser el siguiente: “del partidor que se lla[ma] el Conchell que es el

primero a de ir por los llanos que dizen y ha de ir a erir por más arriba del pino de Miguel Ángel

Pasqual. De allí a de ir a erir por más arriba de la Casa de Juan Pastor y de allí a de ir a erir al camino

real que viene de Monforte. Junto a la fuente en Sala y de allí a de ir a la Cruz del Pelamón y de allí a de

ir a erir a la Virgen María de Gracia y de allí a de ir a erir al lano de Nadal y a todo l’espartal”.

Izquierdo estimaba que esta acequia, al transcurrir toda por terreno llano, sería de poca costa. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/29. Respecto de esta acequia y conforme a las indicaciones que sobre

ella dio Izquierdo, se planteó destinar la misma al aprovechamiento de las avenidas del río de Xixona, del

que afirmaba “trahe grande avenida de la lluvia y agua clara de invierno casi tanto como el de Castalla”.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/10 y 1/11.

252 En cuanto al emplazamiento, según las fuentes, aparece designado como Molino de Ros o de Miçer

Alfonso, en un lugar situado en la cuenca media del río que fue escogido por el ingeniero Cristóbal

Antonelli, tras visitar la zona en 1587. Respecto a la idoneidad del mismo, el síndico de la ciudad,

Damián Miralles, estimaba que aquél no era el mejor emplazamiento, por cuanto en ese punto el lecho del

río era de tierra y no de roca y, además, obligaba a levantar una pared muy alta, debido a que el río

circulaba a cierta profundidad. Carta de Damián Miralles a Luis Baraona de Çapata. Alicante, 16 de

agosto de 1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/14.

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la que el punto del que debía partir dicha acequia se situaba en el Molino de Bussot253

[figura 31 y 32].

Sin embargo, el alto coste que la construcción y posterior mantenimiento de dicha

acequia supondría254

, y lo incierto de los beneficios que el pantano reportaría una vez

acabado, llevaron a la Corona a dejar para más adelante la construcción de dicha

acequia real255

. De esta forma, el ambicioso proyecto inicial que pretendía llevar el agua

del Monnegre hasta los confines del poniente del término alicantino, acabó ejecutándose

253

Esta segunda opción la planteó también Damián Miralles en 1587, tras advertir que la toma de agua

para las nuevas acequias, no debía de hacerse donde inicialmente indicaron él y Antonelli (en el Molino

de Ros), sino poco más arriba del Molino de Bussot, un lugar que inicialmente no vieron y que, sin

embargo, considera más adecuado “por ser de penyas y muy cómodo para sacarla por allí” y por tanto

“se excusa mucha costa”. Miralles estimaba que con esa nueva acequia se regaría todo el término de

Alicante. Consciente de que este nuevo emplazamiento contradice lo dicho inicialmente por el ingeniero

Antonelli, pide al lugarteniente del Tesorero General de la Corona de Aragón que el dibujo del lugar que

por encargo suyo hizo un pintor sea informado por Pedro Izquierdo (que en ese momento se hallaba en la

Corte), y no así por Antonelli. Carta de Damián Miralles a Luis Baraona de Çapata. 16 de agosto de

1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/14. De hecho en un escrito de Izquierdo dirigido a

Felipe II, aquél da a entender que fue él quién advirtió de la idoneidad de las inmediaciones del molino

del señor de Bussot para emplazar la referida toma. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/29. En

cuanto al recorrido o trazado de esta acequia, es descrito así: “del asut del Molino del señor de Busote,

que está más arriba del dicho partidor del Conchell huna legua. A de salir por Juan Gonsales y de allí a

de ir al portillo de la moleta y de allí a de ir a la casa de Pedro Sánchez y de allí ir más arriba de la

punta de el Fenollar y esta sèquia es muy poca costa porque va todo por llano y toma todo lo que se

puede regar en el término”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/18. Respecto de la idoneidad de

este emplazamiento para construir un azud y una acequia para llevar el agua al poniente, también se

pronunciaron los expertos que se reunieron en Alicante a finales de 1587, siguiendo instrucciones del

Rey. Para ellos, si bien el lugar señalado es un “estrecho de penyas muy cómodo y dispuesto para sacar el

agua del río con azud y subirla en lo más superior del término de Alicante que se puede regar”, el

elevado coste de la obra, pues era necesario construir un azud de 70 palmos de alto, desaconsejaba su

realización, no obstante reconocer que de construirse se regarían muchas tierras. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 636, doc. 1/51.

254 Al respecto el síndico alicantino, Damián Miralles, estimaba que las 24.000 varas de longitud que

tendría dicha acequia supondrían un coste de 5 o 6.000 ducados, a los que habría que añadir los gastos de

su conservación. Alicante, 16 de agosto de 1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, leg. 1/14.

255 Cuando todavía se estaba estudiando la conveniencia o no de retomar las obras del pantano, el Consejo

de Aragón informó a Felipe II, respecto de la construcción de nuevas acequias, que debía mirarse bien el

lugar en el que construiría la toma o partidor inicial de las mismas, así como su trazado y todo lo relativo

al coste de se construcción y posterior mantenimiento. El Consejo se mostró partidario de que se

desplazara a Alicante una persona de confianza, acompañada de un ingeniero y nivelador, para que junto

al baile general y oficiales de la junta patrimonial “lo vea[n] y trayga resolución y pintura y modelo de

todo con mucha particularidad, llevando de aquí las instrucciones necesarias” [s.f.]. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 635, doc. 1/24. El resultado de dicha nivelación fue el siguiente: “Empesando del partidor

del Conchel con el nivel hasta el pino de Miguel Ángel Pasqual que se llama de Thomás Pérez y de allí

prosiguiendo con el mismo nivel se paso asta el collado que dicen de bonai y se alló por el nivel ser más

alto el collado en el camino real que el suelo de la asequia venyti cinco palmos y allí paró porque les

pareció a todos que llegado allí con el nivel estaba el agua tan cavallera que no avia duda si que de allí

discurriera con liberalidad”. A continuación se mencionan las partidas de Los Llanos, Palamón, Ben

Resposte, Raspeche, Llano del Espartal, Llano de los Rincones y Llano de Nadal. Los expertos estimaron

que prolongando dicha acequia 3 leguas, la huerta pasaría de las 24.000 tahúllas de superficie que tenía en

ese momento a 30.000. En cuanto su coste calcularon que no escedería los 5.000 ducados. Su “trasa y

pintura” fue encomendada al ingeniero Cristóbal Antonelli quién quedó encargada de llevarla a Felipe II.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/51, ptos. 20 y 24.

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de forma mucho más limitada256

. A la postre se demostraría que los reparos de algunos

expertos no iban mal encaminados, pues, efectivamente, el pantano resultó ser una obra

de menor utilidad y provecho que los que en un principio se pensaba reportaría a la

ciudad de Alicante.

En cuanto a la opción de alargar las acequias existentes para extender el regadío

hacía poniente, Antonelli, tras visitar la zona en 1587, estimaba que alargando una

acequia desde el braçal de Marceta, se podrían regar un total de 32.000 tahúllas de

tierra, de las cuales 12.000 correspondían a la parte de la huerta que en ese momento no

podía regarse por falta de agua y las restantes a tierras que dejarían de ser secano257

. La

conveniencia de alargar las acequias existentes fue apoyada también por fray Mariano

Ázaro258

y poco después por la comisión de expertos que emitió informe el 15 de

diciembre de 1587, en el que apostaron por alargar las acequias viejas y desaconsejaron

la construcción de nuevas infraestructuras259

. Sin embargo, tanto la prolongación de las

acequias como la extensión del regadío a la parte situada al oeste de la huerta fue un

proyecto que, finalmente, no llegó a ejecutarse con cargo a fondos públicos, quedando

todo él manos de Pedro Franqueza. Éste se limitó a llevar el agua hasta su hacienda del

256

Recordemos que según el síndico alicantino Damián Miralles esta nueva acequia permitiría extender el

regadío hasta las partidas de Bon Repós, el Raspeig, parte de la Cañada de Fenollar, el Espartal, els

Racons, Pla de Nadal y Agua Amarga. Advertimientos de Miralles sobre el pantano en que representa lo

que conviene al servicio de SM que esta obra se haga para su orden y no de ningún otra persona [1585].

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/12, punto 8.

257 El ingeniero estimaba que esta acequia debería tener una longitud de poco más de tres leguas y cifraba

su coste en unos 5.600 ducados. En cuanto a las partidas a las que beneficiaría menciona las siguientes:

llano de Bonany, collado de los Enseguines, Palamones, parte del Raspeig, llano del Espartal y llano de

Nadal. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/12. En los primeros planos que trazó para la

construcción del lugar de Villafranqueza, Antonelli dibujó esta acequia de forma que recorría la partida

del Palamó de este a oeste, pasando por detrás de lo que sería la muralla sur del nuevo lugar en dirección

al poniente alicantino y pasando junto a la Cruz del Palamó. La acequia consta identificada con la

leyenda: “esta azequia se ha de hazer para los hilos de agua de la huerta y venturas y para el pantano”,

anotación sumamente interesante desde el punto de vista jurídico pues identifica las categorías jurídicas

del agua que, tras la entrada en servicio del pantano, irrigarían la Huerta de Alicante. Traza del lugar de

Santa Magdalena. Alicante, julio de 1590. ADC, FONDO VILLAFRANQUEZA, CIRIÑUELA, CIRAT, Dibujos

y Planos, caja 21.

258 Así consta en una consulta elevada por el Consejo de Aragón a Felipe II a finales de 1587: “Y en lo

que toca alargarse por agora las acequias viejas paresçe muy bien a fray Mariano y concurre en esto

con Antonelli y los demás que se alargue y que por agora no se emprensa el gasto mayor de las acequias

nuevas”. Sobre lo del pantano de Alicante, [ca. octubre de 1587]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636,

doc. 1/55.

259 “Por agora de común parecer dixeron que se alarguen las sequias viejas y se rieguen las tierras baxas

sin aser asuda pues ay [t]antas tierras que regar sin hacer otros ediffisios y que andando el tiempo y

visto lo que bastare a regar el agua del pantano se podrá hacer otra mejora, aunque será muncha costa

por haver de subir la azuda setenta palmos en alto”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/51, ptos.

19 y 21. Esta opción de alargar las acequias viejas será la que en un primer momento barajó también

Pedro Franqueza quién, justo antes de empezar a adquirir las heredades sobre las que posteriormente

construyó el lugar de Villafranqueza, dio las siguientes instrucciones: “las dichas tierras hannde estar en

partes que las tome el agua de la presa que saldrá por los partidores del Conchell guiando el agua por

las çequias viejas que sean de alargar” [ca. 1589]. ADC, Fondo Villafranqueza, Ciriñuela, Cirat, caja nº

4, leg. 7.

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Palamón, mediante la construcción del brazal y acequia necesarios para llevar el agua a

las propiedades que había adquirido entre las partidas de Marseta, Enseguines, Palamón

y Orgegia260

[figuras 34-36], por lo que los límites y extensión del regadío alicantino,

lejos de experimentar la ampliación inicialmente prevista, no variaron excesivamente261

,

continuando como tierras de secano las partidas situadas a poniente262

.

Junto a las anteriores, los documentos hacen referencia también a la construcción

de una acequia para llevar el agua a la partida de Campillo263

, así como a la posible

utilización de la Acequia de los Enamorados. Diversos testimonios y, en especial, la

opinión crítica de Pedro Izquierdo264

, apuntan a que en un primer momento se barajó

aprovechar este antiguo canal de origen romano para transportar el agua desde la presa

hacia la zona de poniente del término de Alicante. Esta opción terminó siendo

descartada debido al mal estado de esta infraestructura y al alto coste que hubiera

supuesto la reparación de la misma265

.

260

Acequia que, a mediados de 1591 se hallaba abierta “hasta la fuente de en Sala”, a unos 250 pasos del

lugar de Villafranqueza. Según consta en uno de los planos confeccionado por el ingeniero Cristóbal

Antonelli, en abril de 1592 llegaba ya hasta las inmediaciones de la Cruz de término situada en las

inmediaciones del Palamó. En este documento la acequia aparece identificada con la leyenda: “Asta aquí

llega ya la acequia nueva con el agua que pasa por el pantano”. Memoría de las compras y número de

tafullas de la heredad de Alicante [ca. 1591] y Pintura y traza del Palamón del Señor Secretario Pedro

Franqueza, enviada con carta de 10 de abril de 1592. ADC, Fondo Villafranqueza, Ciriñuela, Cirat, caja

nº 5, leg. 2 y DIBUJOS Y PLANOS, caja nº 21.

261 En 1596, con ocasión de unas mediciones efectuadas para determinar hasta dónde debía extenderse el

término particular de la recién segregada universitat de Sant Joan y Benimagrell, se estimó que la

distancia entre el lugar de Sant Joan “fins a la fi de la orta, o, regadiu, que es fins al braçal del

Albercoquer, o cequia de Dezllor”, es decir en dirección a Alicante, era de 203 cordadas y dos brazas,

equivalentes a unos 3’5 km.; mientras que la que mediaba entre Sant Joan y “la fi de la horta del

Campello” era de 310 cordadas, unos 5’3 km. El valor de la cordada venía establecida en los Furs, desde

su edición primigenia, fijándose la siguiente equivalencia: “La corda ab la qual les jovades, e la terra es

soguejada, e mesurada ha vint braces reals, e en cascuna corda ha quaranta e cinch alnes de la ciutat de

València”. Furs, IX, XXXVIII, 1. (Un alne o alna de València equivale a 906 mm). Además el agua

llegaba con cierta dificultad y menor frecuencia a las heredades situadas a mayor distancia de la acequia

mayor. En opinión de la ciudad de Alicante, más allá del olivar de Juan Fernández de Mesa (situado en

las inmediaciones del Monasterio de la Santa Faz) y hasta llegar al brazal del albercoquer “restaría

alguna part de orta a la dita ciutat perçò que la que esta es molt roin y es pot contar per secà perçò que

per venir l’aygua de molt lluny no es pot quomodament regar”, razón por la que aquellas tierras se

hallaban desarboladas y sin cultivar. Otro tanto se afirma de las heredades existentes en la partida de la

Condomina, que por estar apartada del riego “no es tan fértil com les altres terres” situadas en las

inmediaciones de la acequia mayor. 1596. ARV, Real Audiencia, procesos, parte 2, Letra S, pp. 26-1, 27,

35-1 y 36.

262 En 1596 y respecto a las partidas de la Cañada de Fenollar y Raspeig, consta que “son molt estèrils,

per ser totes terres de secà y que en molt anys no se cull renda alguna”. Ibid., p. 35-1.

263 Según Izquierdo esta acequia debía iniciarse en el partidor del Conchel, sangrando la acequia mayor

por su lado izquierdo y debía regar “todo el Campillo asta la mar y esta sèquia ya está echa la mayor

parte de ella”. Ibid. Este parecer fue posteriormente ratificado por la comisión de expertos que se reunió

en Alicante el 15 de diciembre de 1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/51, pto. 24.

264 Manifestada, entre otros, en: ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/29.

265 En un escrito remitido al lugarteniente del Tesorero General en la Corona de Aragón, el síndico de la

ciudad de Alicante, Damián Miralles, lo explicaba así: “Adviértese que en el mes de julio de 1586 se dixo

en Madrid que el agua del pantano de Alicante podría sacarse por la acequia de los enamorados y

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E) Consideraciones jurídicas

En la ejecución de la obra del pantano y de la pretendida extensión del regadío de la

Huerta de Alicante, el Derecho y, particularmente, el singular régimen jurídico en base

al cual venía administrándose el agua del río Monnegre, actuaron también como

importantes condicionantes a la hora de ejecutar aquéllas. De tal manera que algunas de

las soluciones constructivas barajadas durante el largo periodo de tiempo que medió

entre la interrupción de la primera fase de las obras y la reanudación posterior de las

mismas, respondían a motivos de idoneidad técnica, pero también jurídica. Técnica y

Derecho se erigieron así en condicionantes de la ejecución de las obras.

Así por ejemplo, durante la planificación de la presa, se llegó a plantear que para

poder dar salida al agua pluvial embalsada, ésta debía previamente llegar a una

determinada altura, de manera que no alcanzando ésta, se consideraría no existir

suficiente volumen de agua pluvial embalsada como para darle salida. El resto de agua

embalsada hasta alcanzar dicho nivel, se consideraría agua viva o manantial y, por tanto,

de dominio exclusivo de sus poseedores. Hasta tal punto ello fue así, que durante un

tiempo se llegó a plantear utilizar los restos de la antigua acequia romana denominada

“de los enamorados”, para dar salida al agua pluvial embalsada266

[figura 37].

En ese momento, en torno a 1586267

, se pretendía distribuir de forma separada

ambas clases de agua, a saber: el agua viva o manantial, tras salir del pantano seguiría

por el cauce del río hasta el azud de Mutxamel, donde sería distribuida a través de la red

de acequias existentes268

. En cuanto al agua embalsada, se distribuiría por una acequia

nueva, a partir de una boquera cuyo emplazamiento se situaría a tres leguas de Alicante,

Damián Miralles dixo que era cossa de mucha costa y de ningún provecho pues la cequia havia de hir

más de dos leguas grandes por barrancos y sierras y hecho el camino llegaría arregar en el término de

Alicante aquello que sin hazer dicha acequia y sin gastar tanto número de millares de ducados se podría

regar sacando el agua por otra parte con poca costa” [ca. 1587]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636,

doc. 1/40.

266 En un documento anterior a la reanudación de las obras del pantano, se apuntaba la posibilidad de

construir un desaguadero a 100 palmos de altura, dónde debía ejecutarse “otro ladrón para que si

conviniesse por allí hazer otro desaguadero estuviesse hecho”, [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg.

635, doc. 1/15. Años después y durante la ejecución de las obras de la presa, en uno de los planos

elaborados por Cristóbal Antonelli aparece dibujada dicha acequia, junto a la siguiente leyenda: “acequia

por la qual se ha de tomar el agua para el riego la qual está 100 palmos alto”. 22 de mayo de 1593.

ADC, FONDO VILLAFRANQUEZA, CIRIÑUELA, CIRAT, Dibujos y Planos, caja 21.

267 Aunque el documento en el que constan los datos que se exponen a continuación no está fechado, hay

que datarlo entre 1585-1586, puesto que en uno de sus primeros párrafos se alude a que el pantano podría

llevar hecho cinco años (de haberse acabado las obras iniciadas en 1580 e interrumpidas a finales de

1581). ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/15.

268 En el documento se alude a la “acequia vieja” para hacer referencia a la acequia mayor que se iniciaba

en el mencionado azud y surcaba la Huerta de Alicante de arriba a bajo. Ibid.

Page 54: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

aguas arriba del azud mutxamelero. A través de dicha acequia se pretendía llevar el

agua hacia las partidas alicantinas que hasta ese momento eran tierras secanas269

.

En cuanto al reparto, se proponía dar a los regantes de la huerta existente hasta ese

momento, además del agua viva, de la que se afirma eran dueños, “otra tanta”, a fin de

resarcirles del eventual perjuicio que el pantano podría causarles, al quedar privados de

las venturas que hasta ese momento disfrutaban y cuyas aguas, tras la entrada en

servicio de la presa, quedarán retenidas en él270

. Con este reparto se estima que los

regantes de la huerta “quedarán bien pagados”, en atención a que, por un lado, hasta la

fecha el agua viva no era continua durante todo el año “pues les faltava dos o tres

meses”271

y, por otro, a que la de venturas únicamente afluía a la huerta unas pocas

veces al año272

.

El documento hace hincapié también en la necesidad de que los hilos 335 hilos de

agua en que se hallaba la dividida la que irrigaba la huerta alicantina, no llegaran a

mezclarse o confundirse con los nuevos hilos de agua embalsada. Al anónimo

informante preocupa no tanto la confusión material del agua, sino la de los diferentes

regímenes jurídicos de ambas, pues si bien es cierto que toda el agua a distribuir

procedía del río Monnegre, no debía hacerlo en las mismas condiciones. Así, frente al

característico régimen del agua vieja, patrimonializada, separada de la tierra y en manos

de particulares, se estimaba que la nueva debía considerarse integrada dentro del Real

Patrimonio y, como tal, administrarse por la Corona.

Sin embargo, al poco de ser advertido aquel punto como idóneo para construir la

toma de derivación que habría de llevar el agua al poniente alicantino, se desaconsejó su

ubicación en dicho lugar. El motivo: al estar situado a bastante distancia del azud de

Mutxamel y aguas arriba del mismo, su construcción lo convertiría en azud de cabecera

del sistema en detrimento de este último. Ello podría conllevar la extensión del singular

269

Es importante destacar que según este proyecto, el agua a distribuir por la acequia nueva adquiría la

condición de sobrante, dándose prioridad al riego a través de la acequia vieja: “A tres leguas de la ciudad

[…] se ha de hazer la boquera de la acequia nueva para que por ella se tome el agua que sobrara,

quitada la que se ha de dar a la cequia vieja para regar la huerta vieja […]”. Ibid.

270 Por la expresión “otra tanta” cabe entender que se preveía adjudicar a los regantes de la huerta vieja 8

hilos de agua, además de los 8 de que ya gozaban hasta ese momento. Así se deduce de la siguiente

afirmación: “quanto más que si se les impide el gozar de la ventura que ocupa el pantano que dales ocho

tantas vertientes como se les quita”. Ibid.

271 Según plantea este informante, con el nuevo reparto propuesto los hilos de agua de la huerta pasarían a

tener un valor de tres horas durante todo el año, lo que comportaría un valor anual de 54 horas por hilo.

Respecto a las ventajas que el nuevo reparto o distribución del agua reportaría a los regantes de la huerta

vieja, el documento considera que “les valdría más los granos, los cáñamos y rentas de los veranos que

todo lo que les vale la propiedad de quanta agua tienen” y añade que el agua embalsada “será cierta y lo

demás es incierto”. Ibid.

272 El documento pone de manifiesto que a la hora de valorar los posibles daños que la entrada en servicio

del pantano pudiera ocasionar a “los dueños del agua”, con respecto al agua de avenidas había que tener

en cuenta que “no cada martada tiene ventura, ni la suele tener”, sino que ésta solía afluir a la huerta dos

o tres veces al año, e incluso en algunas anualidades únicamente se contabilizaba un solo riego de agua de

venturas. Ibid.

Page 55: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

régimen jurídico del agua viva (separada de la tierra y susceptible de venta y arriendo),

a toda la porción de terreno existente entre el nuevo azud que se proyectaba junto al

molino de Bussot y el azud mutxamelero. Un condicionante jurídico que, sin duda,

hubiera supuesto un fuerte lastre jurídico para las nuevas tierras a las que se pretendía

extender el regadío273

. Y razón suficiente para que, la en principio considerada una

buena idea, capaz de irrigar muchas tahúllas de tierra hasta entonces secana, terminara

finalmente desechándose. En su lugar y hasta tanto se supiera con seguridad los

beneficios que el pantano reportaría, se optó por mejorar y ampliar ligeramente la red de

distribución ya existente en la Huerta de Alicante, manteniendo al azud de Mutxamel

como cabeza del sistema.

También en este punto el Derecho se erigió como un motivo justificador o cuanto

menos favorecedor para que el agua pudiera llegar a las posesiones adquiridas por Pedro

Franqueza, al oeste de la huerta, tal y como le aseguraba uno de sus colaboradores en el

reino de Valencia, el canónigo Francisco de Rocafull274

.

No faltaron tampoco iniciativas destinadas a aprovechar aguas que, precisamente,

no estuvieren afectadas por el señorío que los alicantinos detentaban desde el s. XIII. Tal

fue el caso de la idea planteada por Pedro Izquierdo para aprovechar las avenidas del río

de Xixona, de las que además de explicar que podían aportar un buen caudal, afirmaba

que se trataba de aguas libres, al carecer de dueño, por lo que cabía aprovecharlas para

extender el regadío al poniente del término alicantino275

.

2.2.3. El problema de la financiación

El aspecto referido a la financiación de las obras del pantano y de las

infraestructuras necesarias para la distribución de las aguas en él embalsadas, es sin

duda uno de los más interesantes de la construcción de la presa. Pese a que en un primer

momento (1579-1581) la ciudad intentó sufragar las obras por sí misma, su elevado

coste hizo desistir a las autoridades alicantinas de su pretensión inicial al poco de

haberlas empezado. A partir de ahí y con las obras detenidas –así permanecerán entre

273

En un documento remitido al Rey hacia 1586 esta circunstancia se expresaba así: “También combiene

al beneficio del real patrimonio que los partidores de los ocho hilos de agua viejos que están en la huerta

no se alteren volviéndolos atrás, porque si se hiziesse podrían subir el agua vieja gran pedaço en la

huerta nueva”. [ca. 1586]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/15.

274 “En lo que ha respecto a el agua […] podrá alargarse con V. m. los repartidores y con justificación

pues el agua del Rey principalmente ha de servir a tierras nuevas, o casi nuevas, como las de V. m. que

son las que dan el augmento”. Carta de Francisco Rocafull a Pedro Franqueza. Valencia, 26 de

septiembre de 1595. ADC, Fondo Villafranqueza, Ciriñuela, Cirat, Caja 5, leg. 2, 1.

275 “Esta agua clara no la tiene mercada ninguno y con esta avenida de la lluvia del río de Xixona se

regara muchas vezes las cinquenta mil tahúllas que tengo dichas”. Izquierdo deja claro que, además de

las infraestructuras necesarias para aprovechar el agua del río de Xixona, será necesario poner en orden

las mismas, tal como se desprende es esta afirmación: “porque se tendrá grande orden con el regar

siendo puesta la orden por mandado de Vuestra Magestad”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc.

1/10 y 1/11.

Page 56: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

1581 y 1590– se inicia un periodo de duras y largas negociaciones con la Corona,

primero para conseguir su apoyo económico, después para tratar de acordar con el Rey

la imposición de un sistema de contraprestación que no resultara excesivamente gravoso

para la ciudad.

Y en paralelo a lo anterior surgen dos cuestiones más. Una relativa a la

administración de los fondos destinados a sufragar las obras, cuestión que preocupaba

especialmente a Felipe II276

y en la que la ciudad de Alicante no observó por lo general

un comportamiento diligente, lo que dio lugar a la intervención de oficiales reales

especialmente designados por el Monarca para tales cometidos. La segunda, será la

relativa a la concesión de los diezmos novales por parte de la Santa Sede a la Monarquía

Hispánica, cuestión capital en relación al pantano, pues a la postre será con el producto

de dichos diezmos con los que Felipe II, tras renunciar a los mismos en favor de la

ciudad de Alicante, ordenará se resarza la ciudad por el esfuerzo económico que la

construcción del pantano le había supuesto.

Tras la paralización de las obras y siendo la causa de la interrupción la falta de

fondos para poder proseguirlas, la Ciudad suplicará a Felipe II, en repetidas ocasiones,

la colaboración de la Real Hacienda para poder reanudar y concluir la fábrica del

pantano iniciada en 1580. Entre los argumentos, expuestos de forma detallada con

anterioridad, se insistía en la imposibilidad de la ciudad para poder llevar adelante la

obra por falta de medios económicos y en los beneficios que la construcción del pantano

depararía para la Monarquía y para los alicantinos.

En enero de 1586, Miralles se entrevistará en València con Felipe II, tras haber

expresado el Rey en Monzón277

que del asunto del pantano se ocuparía a su llegada a

Valencia278

. Miralles expuso a Felipe II que el pantano era el mayor negocio que tenía

en la Corona de Aragón y que la tardanza en hacerlo era muy dañosa tanto para el Real

Patrimonio, por las rentas que se dejaban de obtener debido a la esterilidad de los

campos, como para los vecinos de la ciudad y del Reino de Valencia, por la falta de

276

Más allá del habitual celo y cuidado que el monarca ponía en todo lo relativo a la gestión de los

intereses de la Monarquía, hay que recordar las dificultades económicas por las que atravesaba la Real

Hacienda, que se había visto obligada a decretar suspensión de pagos en 1557 y 1575-76, razón de más

para que Felipe II se mostrará especialmente preocupado en todo lo relativo a la administración del dinero

destinado a la fábrica del pantano. Un estudio de la situación de la hacienda real durante el reinado de

Felipe II en: LADERO QUESADA, M. A., “La Hacienda de Felipe II” en La Monarquía de Felipe II,

Felipe Ruíz Martín (coord.), Madrid: Real Academia de la Historia, 2003, pp. 111-140. ISBN 978 84

95983 30 5. Junto a ello, la ciudad de Alicante no destacó precisamente por la actitud diligente de sus

gobernantes, antes bien todo lo contrario, como se desprende de los documentos analizados en este

capítulo, por lo que la fiscalización regia estaba más que justificada. Es más, analizada con la perspectiva

que otorga el paso del tiempo, no cabe duda que la misma redundó en beneficio de la fábrica del pantano

y de los alicantinos.

277 Durante la celebración de las Cortes generales de la Corona de Aragón que en dicha ciudad se

celebraron en el segundo semestre de 1585.

278 La información relativa a la entrevista mantenida con Felipe II por Miralles en València consta en:

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/42.

Page 57: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

cosechas y las consecuencias que de ella se derivaban (pobreza, despoblación…). Tras

escuchar a Miralles, el Rey le indicó al síndico que el asunto del pantano lo debía tratar

con el conde de Chinchón, su tesorero en la Corona de Aragón279

, lo que efectivamente

hizo, entrevistándose con él y con su lugarteniente, Luis Baraona Zapata. Ambos le

informan que el Rey ha pedido examinar personalmente los documentos del pantano y

que también lo ha hecho, por mandato regio, el ingeniero Juan Bautista Antonelli,

habiendo éste declarado la conveniencia de que la pared del pantano se elevará hasta los

200 palmos de altura, estimando que la obra tendría un coste de 25.000 ducados.

Tanto Miralles, como el otro síndico, Baltasar Vidaña, que también se hallaba

presente en Valencia, son informados280

de la voluntad regia respecto del pantano.

Felipe II está dispuesto a conceder 25.000 ducados a la ciudad de Alicante y que se ésta

la que asuma la obligación de construir y conservar la presa. A cambio, el Monarca se

reserva para sí los diezmos novales conforme a las concesiones pontificias en favor de

la Corona española281.

Finalmente se le hace saber a Miralles que, una vez recabe la conformidad del

consell alicantino a la propuesta regia, deberá trasladarse a la Corte debidamente

sindicado y con poder suficiente otorgado por la ciudad, a fin de recibir instrucciones

por parte del Monarca.

Estando ya en Alicante, Miralles trasladará al consell municipal el resultado de sus

gestiones ante el Rey y el conde de Chinchón, apremiando al cabildo para que decida

pronto sobre el particular. El 21 de abril se celebra consell en la sala de la Ciudad282

ante el que comparece el síndico Miralles a fin de dar lectura a una extensa suplicación

en la que, por un lado, detalla pormenorizadamente las gestiones efectuadas en Monzón

y Valencia, y recuerda al cabildo que lleva más de 4 años intentando convencer al Rey

para que apoye la obra del pantano283

; por otro, informa del ofrecimiento que Felipe II,

por boca del conde de Chinchón y tras escuchar el parecer del ingeniero Antonelli, le

hizo llegar con respecto a la reanudación de las obras del pantano. El consell, tras

279

Este oficial, Tesorero General de la Corona de Aragón, ya tenía conocimiento de la obra pues el 18 de

octubre de 1585, el propio Miralles, le había remitido una carta en la que además de solicitarle se

pronunciara sobre la continuidad de la fábrica del pantano, le adjuntaba un modelo y pintura del mismo.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/37. La misiva dirigida a este alto funcionario, pone de relieve

el peso de este personaje en la cancillería real, de ahí que el hábil Miralles trate de ganarlo para la causa

del pantano.

280 Damián Miralles recibe la información por boca de Luis Baraona, lugarteniente del conde de Chinchón

y Tesorero General de Aragón, quién, a su vez, se la transmite a Baltasar Vidaña, el otro síndico

alicantino.

281 Valencia, 21 de abril de 1586. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/4.

282 La palabra sala, según el DCVB, designa “la casa comunal, on es tenen les sessions i els despatxos de

l'administració municipal”. En virtud de esta acepción, algunos oficiales municipales, como el “scribà de

la sala”, añaden al sustantivo que designa su oficio o empleo, la adejetivación “de la sala”, para significar

que lo eran de la administración municipal. DCVB, entrada: sala.

283 Ibid.

Page 58: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

escuchar la exposición de Miralles, acordó reanudar las obras y aceptar la merced

concedida por el Monarca en los términos en que había sido planteada284.

Tras aceptar la propuesta del Monarca, comisionaron a Damián Miralles para que

se desplazara a la Corte a fin de comunicar al Monarca el acuerdo adoptado por el

consell de la ciudad, expresarle el agradecimiento por la merced hecha y la voluntad de

cumplir todo cuanto el Rey ordenara en relación a la fábrica del pantano.

El 2 de mayo, el justicia y jurados de Alicante dan instrucciones al síndico Miralles

respecto a cuál debe ser su actuación en Madrid. En primer lugar acudirá a

cumplimentar al conde de Chinchón, al que expresará el agradecimiento de la ciudad.

Seguidamente solicitará audiencia real, a fin de dar también las gracias al Rey, al que

entregará en mano una carta redactada para este fin. Finalmente especifican los términos

del acuerdo adoptado en la pasada sesión del consell, que en lo que a la financiación de

las obras del pantano se refiere comportaba la aceptación de los 25.000 ducados

ofrecidos por Felipe II y el compromiso de la ciudad de levantar la pared 200 palmos

con dicha cantidad y en el caso de que no fuere suficiente para concluir la fábrica a

terminarlo con cargo a los bienes propios de la Ciudad. Así mismo el consell se

obligaba a conservar el pantano a su costa. De todo ello, quedaba el síndico Miralles

obligado a dar fiel y exacto traslado al Monarca285

.

Miralles acudió a Madrid y junto a las cartas que le fueron entregadas por el consell

de la ciudad, llevó consigo un nuevo memorial en que tras exponer al Rey las bondades

de la ciudad, de su huerta, el problema que representaba la falta de agua y la prosperidad

que la construcción del pantano supondría para Alicante y lugares circunvecinos, volvía

a repetir el acuerdo al que tras la reunión celebrada en València había llegado286.

Dicho memorial fue visto por el Consejo de Aragón el 28 de junio de 1586, sin que

conste plantearan reparo alguno al mismo287

. Sin embargo y, cuando todo parecía

apuntar a que Felipe II ordenaría la reanudación de las obras, una inesperada carta real

planteó que eran necesarias nuevas diligencias, ordenando al síndico Miralles a regresar

a Alicante, hasta nuevo aviso. El Monarca agradece a la ciudad su carta de 2 de mayo,

284

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/43.

285 Alicante, 2 de mayo de 1586. Suscriben el documento: “Luis Tarraga, Justiçia; Jaume Pasqual y

Thomás Vallebrera, Jurats; Thomás de Vallebrera, Racional; Vidanya, Advocatus y Nicolau Martí,

Scrivà de la Sala”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/41.

286 “V.M. daría a la ciudad veynte y cinco mil ducados que el ingeniero Juan Bautista Antonelli havia

declarado eran menester para hazer la fábrica del dicho Pantano y subilla ducientos palmos, con que

aquella se obligasse a hazella y conservalla, y que V.M. gozaría del acrescentamiento de diezmos que

por razón del nuevo riego se augmentarían, conforme la Bula de Su Santidad (…) y supplica a V.M. se

sirva mandarlo assentar como más convenga al servicio de Dios y de V.M. y beneficio de los vecinos de

aquella Ciudad y de todo aquel Reyno”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/42.

287 En la portadilla del documento únicamente constan los nombres y rubricas de los regentes y secretario

(Terça, Frigola y Navarro) que asistieron a la sesión del Consejo, así como la fecha.

Page 59: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

afirma estar convencido del beneficio que el pantano reportará al Real Patrimonio y a la

Ciudad,

pero por ser cosa de tanto peso se van haciendo algunas diligencias necesarias para

que mejor se asierte el fin que de dicha obra se pretendía y entre tanto que estas se

acaban de hazer ha parecido que Damián Miralles, vuestro Síndico, se vuelva […] y

que cuando fuere tiempo se os abisara para que torneis a inbiar dicho Miralles o a

quien os paresciere […]288

.

Miralles, no obstante volverse a Alicante, seguirá desplegando una intensa

actividad, mediante el envío de cartas, planos y memoriales a la Corte, bien al Rey, bien

a altos funcionarios, a fin de conseguir la reanudación de las obras289

.

Tal como se indicó en su momento, en el proceso de formación de la voluntad real

respecto a la decisión de reanudar la obra del pantano interrumpida desde 1581,

intervinieron muchos factores, entre ellos, sin lugar a dudas, las informaciones que

diferentes informantes iban haciendo llegar al Rey. Así ocurrió en un momento

indeterminado de 1586 y por un informante respecto del que no es posible precisar su

identidad290

, que dirigió a Felipe II un extenso memorial cuyo primer párrafo dice así:

No conviene al servicio de Dios ni de S.M. que a la ciudad de Alicante ni a los que la

goviernan se les entreguen los veynte y cinco mil ducados para la fábrica del pantano,

ni menos se deje en arbitrio dellos cosa deste jaez pues siempre han usado mal del291

.

Aún sin conocer la identidad del informante, es fácil imaginar el impacto que

semejantes palabras debieron producir en el ánimo del rey Prudente. Los 25.000

ducados prometidos eran una cantidad lo suficientemente importante como para,

previamente a su entrega a la ciudad de Alicante, asegurarse de que serían

correctamente administrados. Una vez más, era necesario recabar nuevos informes,

antes de estampar la real rúbrica y comprometer recursos de la Real Hacienda. El 26 de

junio, Felipe II se dirigió por carta a su Virrey en Valencia, pidiéndole comisionara y

288

Carta de Felipe II a los jurados de la Ciudad de Alicante, San Lorenzo el Real, 13 de julio de 1586.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fol. 1.

289 El 18 de octubre de 1585 el síndico Miralles se dirigió por carta a Felipe II insistiendo en las bondades

del proyecto del pantano del que afirma “será para beneficio de esta Ciudad y Reino y de toda Espanya”.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/38. Además de la carta remitida por Miralles a Felipe II, el 18

de octubre de 1585 el síndico alicantino escribió también al Conde de Chinchón, Tesorero General de la

Corona de Aragón, a quien además de solicitarle se pronunciara sobre la continuidad de la fábrica del

pantano, le remitió un modelo y pintura del mismo. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/37. La

misiva dirigida a este alto oficial, pone de relieve el peso de este personaje en la cancillería real, de ahí

que el hábil Miralles trate de ganarlo para la causa del pantano.

290 El documento, compuesto de 6 folios, carece de fecha y no está firmado. De su lectura se deduce que

fue elaborado en 1586 y aunque en el mismo constan algunos párrafos incluidos en memoriales anteriores

suscritos por Damián Miralles, resulta aventurado atribuirle a éste su autoría, hipótesis que, no obstante,

no debe descartarse. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/15.

291 Ibid.

Page 60: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

enviará a Alicante a Gerónimo del Valle292

a fin de que procediera a averiguar los

impuestos que la Ciudad había acordado recaudar para costear el pantano, el importe de

su recaudación y la forma en que aquellos se habían gestionado293

.

Las diligencias294

efectuadas por Del Valle en cumplimiento de lo ordenado por el

Rey, permiten conocer con detalle la administración que la ciudad llevó a cabo con el

dinero obtenido de los censales durante la primera fase de las obras (1580-1581). Su

designación por el propio Felipe II se produce en un momento en el que la ciudad de

Alicante, fundamentalmente a través de su síndico Damián Miralles, está realizando

muchas gestiones ante la Corte a fin de recabar el apoyo del Rey para la fábrica del

pantano, paralizada desde finales de 1581295

. Y Felipe II, fiel a su estilo, antes de tomar

decisión alguna, quiere tener conocimiento de primera mano respecto a cómo

administró la ciudad el dinero procedente de los 8.000 ducados obtenidos a censo296

.

El comisionado regio celebró una primera reunión el 23 de julio de 1586 con los

máximos representantes del consell alicantino297

. Tras exhibirles e intimarles la Real

Comisión que había recibido del virrey de València, les apremió para que dando

cumplimiento a la misma pusieran a su disposición toda la documentación que la

Ciudad tuviere tocante a la fábrica del pantano. Del Valle tras realizar un primer

examen de la documentación que el cabildo puso a su disposición constata tres cosas.

En primer lugar, que desde el 10 de noviembre de 1581, en que se acabó el dinero

obtenido a censo para la fábrica del pantano, no se ha había efectuado obra alguna. En

segundo lugar, que la ciudad, una vez atendido el pago de las pensiones de los censales,

que cuantifica en unas 1.000 libras anuales, el dinero sobrante de las imposiciones de

cada año (sisa sobre la harina y la carne) lo ha puesto en poder de sus clavarios

distribuyéndolo “mezclado y revuelto” con el otro dinero de la ciudad, de manera que se

han satisfecho gastos ordinarios con dinero recaudado para atender los de la fábrica del

pantano. Por último, en tercer lugar, el comisionado regio constata que las cuentas no se

llevaban de forma diligente, advirtiendo que ello impedía determinar con exactitud lo

gastado en la fábrica del pantano298

.

292

En algunos documentos aparece como Hierónymo del Valle.

293 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/46.

294 Ampliamente documentadas en una extensa y detalladísima relación suscrita el 7 de octubre de 1586.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/39.

295 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/42.

296 No en vano, y como se verá más adelante, no será esta la única vez que Felipe II envíe a la ciudad a un

oficial especialmente comisionado por él para que fiscalice y lleve personalmente las cuentas relativas a

la fábrica del pantano.

297 Se hallaban presentes el justicia, los jurados, el racional y el síndico de la ciudad de Alicante, además

del escribano de sala. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/39.

298 Según el informe suscrito por el comisionado regio, al examinar la documentación contable comprobó

que “las cuentas que ella [la ciudad] tiene están ordenadas por debe y ha de haver, sin tener las partidas

razón ni apostillas ni otro spíritu, y que para qualquier intelligencia de qualquier partida se havia de

Page 61: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

A la vista de este estado de cosas, Del Valle ordenó al justicia y jurados de Alicante

que adoptaran las medidas necesarias para separar la contabilidad del pantano de la de la

Ciudad, debiendo presentarle aquélla certificada por el escribano municipal299.

Poco después, el 14 de agosto de 1586, el cabildo entregó a Del Valle la cuenta

ordenada con los ingresos de sisas y los descargos, correspondientes a los años 1580 a

1586. De este primer examen el comisionado regio encuentra que la ciudad es deudora a

la fábrica del pantano en cantidad que superara las 6.000 libras300

. Pero Del Valle, que

está en Alicante por especial comisión de Felipe II, no se contenta con un examen

superficial y por eso, respecto de aquellas partidas que le suscitaron dudas, solicita

nueva documentación y otorga al síndico un plazo de tres días para dar cumplimiento a

lo solicitado, apercibiéndole de las consecuencias derivadas de no hacerlo. Examinada

la documentación requerida, el comisionado procede a cancelar una serie de asientos301

,

por considerarlos indebidamente pagados del dinero de la fábrica del pantano, al tiempo

que realiza una serie de observaciones de orden contable y muy en particular la

siguiente advertencia al consell de la Ciudad: la prohibición de gastar el importe

recaudado de las imposiciones por la fábrica del pantano, debiendo conservar en poder

del clavario común el sobrante que resulte una vez atendido el pago de las pensiones de

los censales. Y ello hasta que el Monarca ordene qué hacer con dicho dinero302.

A la vista de lo informado por Jerónimo del Valle, Felipe II comisionó a Joan

Quintana, Juan Vique y Gaspar Punter, gobernador, baile general y visitador de

Orihuela, respectivamente, para que recabaran información sobre una serie de aspectos

del pantano y en particular acerca de los beneficios que podían derivarse de la

construcción de la presa. Los informantes consideran que levantar la pared hasta los 200

palmos de altura, costaría 22.000 libras, siendo suficiente dicha altura para conseguir

embalsar agua en cantidad suficiente para regar el término de Alicante. Estiman que

buscar el mandato, apoca u otro recaudo en los registros donde están registrados, porque los más dellos

no se cobran en el examen de la cuenta sino que los miran en el mismo registro”. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 636, doc. 1/39.

299 “Hiciesen separación de todas las partidas y cosas respectantes a la dicha fábrica tan solamente y

dellas, sin mezcla de otras cosas, formasen una cuenta por recibo y datas y […] con la razón que

convenía hecha […] presentándola certificada por el scrivano”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc.

1/39.

300 Posteriormente, en enero de 1587, la ciudad de Alicante, a través de Baltasar Vidaña se dirigirá por

carta al Virrey de València suplicando “no se les haga molestia por las seis mil libras que Hierónimo del

Valle halló que debían a la fábrica del pantano”, alegando que “la ciudad había acudido con las dichas

6000 libras a las necessidades precisas hasta que fuessen pagadas las libranças que tenía el clavario de

la ciudad”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/3.

301 Entre los gastos que Del Valle estimó se habían satisfecho indebidamente con cargo al dinero de la

fábrica del pantano figuraban: “idas y venidas de oficiales al pantano; la casa que hicieron junto al

pantano por que la ciudad ha confesado que la dicha casa la tienen por suya propia; por visuras y

modellos de diversos ingenieros y maestros por ser hechos voluntaria y intempestivamente; cal comprada

después de haber cessado la obra […]”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/39.

302 Ibid.

Page 62: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

anualmente el pantano podrá reportar unos beneficios para el patrimonio real de 10.000

ducados, sin embargo y como si no quisieran pillarse los dedos, los informantes

terminan su extensa relación con estas palabras:

Pero que no se puede juzgar lo cierto hasta que la experiencia lo muestre y en lo que

toca al expediente del sacar dinero para dicha obra, no saben la forma que se pueda

tener en aquella tierra303

.

La relación anterior, plasmada en un extenso documento, antes de ser entregada al

Rey fue informada por el Consejo de Aragón, que en lo tocante a la forma de financiar

la obra del pantano propuso al Rey costear la obra y resarcirse de los beneficios que la

puesta en servicio de la presa generaría. El Consejo estimaba que el coste de la obra

oscilaría entre los 20.000 y los 30.000 ducados, cantidad que la Corona podría tomar

prestada acudiendo a la Generalitat y ciudad de València304.

Sin embargo el Rey no ha resuelto todavía que decisión tomar, por lo que, una vez

más, decide actuar con prudencia y estudiar personalmente el asunto, escribiendo sobre

la portadilla del documento que le había sido remitido por el Consejo de Aragón:

Está muy bien lo que parece, y lo será que se saque relación de todos los papeles que

han venido de Alicante y se me embíe, para que yo lo pueda ver más particularmente

y ordenar lo que convenga305

.

En mayo de 1587 entra en juego el ingeniero Cristóbal Antonelli, quien estima

excesiva la cantidad en que se han presupuestado las obras (25.000 ducados) y propone

al Rey levantar la pared de la presa por 16.000 ducados, añadiendo así una nueva duda a

las que ya de por sí presentaba el proyecto, en este caso en relación al coste de las

obras306

. Y respecto a la forma en que convenía administrar el dinero, Antonelli dice al

303

Relación de lo que toca al estanque de Alicante. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/7.

304 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/8. [1586]. Sobre el estanque de Alicante. Firman el

documento los regentes: Sapena, Campi, Terça, Frígola y Marzilla. Otra referencia respecto a la

posibilidad de pedir prestado a la Generalitat o a la ciudad de València el dinero necesario para la

realización del pantano en: Ibid., leg. 636, doc. 1/24 [s.f.]. No obstante, en este último documento se deja

constancia de la dificultad que dicha petición entrañaba, por ello se estima que “lo más llano sería que la

Ciudad de Alicante como más interessada los cargasse” y la Corona asumiera el pago de las pensiones

valiéndose para ello del “beneficio que se sacara después de el agua que sera de Su Majestad, o del

rediezmo”.

305 Ibid.

306 Sin embargo la bajada de precio de Cristóbal Antonelli, respecto a la cantidad manejada hasta ese

momento (25.000 ducados) y su propuesta de reducir el espesor o grosor del muro del pantano,

apartándose así de la traza inicial del mismo, levantó las sospechas del Consejo de Aragón, que a finales

de 1587 propone al Rey efectuar una visura en el lugar del pantano por Fray Mariano Ázaro cuyo parecer

estimaba el Consejo era “desapegado de todo interés”, añadiendo: “lo que no es el de Christoval

Antonelli y de los que con el sienten que dessean tener cargo de dicha obra, y tener su ganançia en ella”.

A lo que el Rey, siempre dispuesto a recabar más y más informes, contestó: “Haviéndome pareçido bien

lo que al Consejo, firmé el despacho”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/55.

Page 63: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Rey que convenía depositarlo en un arca de dos llaves, evitando cualquier tipo de

dispendio307

.

Este mismo ingeniero, tras visitar el lugar donde en 1580 se había empezado a

levantar la pared, elabora un documento con una serie de puntos a tener en cuenta a la

hora de dar principio a la obra del pantano. En él y en lo que a la cuestión económica se

refiere, Antonelli vuelve a insistir en la conveniencia de que el dinero que se fuere

proveyendo para la obra se custodie de forma segura, debiendo asentarse los ingresos y

pagos en un libro contable. Respecto a la forma en que han de efectuarse dichos pagos,

sugiere se siga el mismo sistema empleado en otras partes, debiendo abonar el pagador

las cantidades a la vista de las libranzas efectuadas por el veedor y firmadas por el

ingeniero308

.

Por otro lado y, fruto de las opiniones vertidas en alguno de los pareceres o

memoriales remitidos al Rey respecto al pantano de Alicante, en el seno del consell

alicantino existía la creencia, cada vez más firme, de que si finalmente el Rey entregaba

a la ciudad los 25.000 ducados prometidos, dicho donativo iba a comportar

irremediablemente la imposición de un rediezmo309

.

A) La primera propuesta real

307

Antonelli hacía hincapié en la necesidad de evitar los errores cometidos en la primera fase de las obras

en lo tocante a la administración de los fondos económicos. La expresión que utiliza para referirse a dicha

administración “que no sea como lo que han hecho que parece a sido entre conpadres”, denota que

conocía la escasa diligencia con que se había administrado el dinero durante la etapa en que las obras

habían estado a cargo de la Ciudad. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/49.

308 En esta ocasión Antonelli alude a un arca de tres llaves, debiendo custodiar cada una de ellas “el

gobernador de Alicante, el pagador y la otra el veedor”. Respecto del libro especifica que en él “se

assentará el dinero que se pusiere y el que se fuere sacando cada semana para ir pagando a los

trabajadores”. Lo que se havra de proever para dar principio a la obra del pantano. 24 de agosto de

1587. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/50. Llama la atención esta preocupación por cuestiones

puramente administrativas y económicas a quien por ser ingeniero, en principio, cabe pensar debían ser

otros aspectos los que le preocuparan. Sin embargo, Antonelli, que junto a su tío Juan Bautista, ha

trabajado ya al servicio de Felipe II en otras obras promovidas por la Corona, conoce bien la personalidad

del monarca y sabe de su preocupación por la cuestión financiera en general, y, en particular, en todo lo

tocante a esta obra, cuyos primeros ejecutores había resultado ser muy poco diligentes en la

administración económica de la misma, tal como puso de relieve la inspección llevada a cabo por el

comisionado real Jerónimo del Valle. De manera que, muy probablemente, la preocupación que deja

traslucir en sus escritos en relación a la administración del dinero, en realidad no era más que una forma

de atraer para sí el favor real y lograr que el Rey le encomendará la dirección de la obra, como, por cierto,

así ocurrió.

309 Aunque inicialmente cuando el Rey realizó el ofrecimiento de los 25.000 ducados a la ciudad de

Alicante no hizo alusión al establecimiento de ningún rediezmo, lo cierto es que el Consejo de Aragón, al

ser preguntado por el monarca acerca de si el pantano resultaría empresa provechosa para la Corona,

contestó: “lo que humanamente se puede juzgar es que emprendiendo S.M. esta obra y hecho un rediezmo

sobre los fructos que de dicho riego se cogerán, creen y tienen por cierto será en acrescentamiento del

Patrimonio Real”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/8.

Page 64: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

El 13 de diciembre de 1588, el Rey se dirige por carta a la ciudad de Alicante

manifestándole las condiciones en que debe hacerse la obra del pantano310

.

En primer lugar, el Monarca asume que la Corona correrá con el gasto de los

25.000 ducados que según los expertos serán necesarios para finalizar la pared de la

presa.

Seguidamente indica que las obras se efectuarán por cuenta y riesgo de la Ciudad,

de forma que si finalmente el gasto resultante sobrepasa los 25.000 ducados, el exceso

deberán asumirlo sus vecinos, para lo cual será necesario se obliguen éstos por escrito a

garantizar con sus haciendas la cantidad que faltaré. Por el contrario, si el coste de la

fábrica finalmente resulta inferior a dicha cantidad, la diferencia será en beneficio de la

ciudad311

.

Respecto a la dirección de las obras y traza conforme a la que se han de ejecutar,

Felipe II dispone que todo deberá hacerse conforme a la “orden y traça” que dieren los

expertos que la Corona designe.

Otro de los puntos respecto de los que el Rey indica cómo proceder, es el relativo a

los pagos. Al respecto dispone que será la regia corte la que se obligará a ir abonando

los gastos que se generen, sin que quepa efectuar pagos por adelantado. Felipe II deja

claro que bajo ningún concepto será la ciudad la que administre las cantidades: “por

quanto en poder de essa ciudad no ha de entrar dinero”.

El Monarca justifica la necesidad de imponer un rediezmo312

para resarcirse de los

gastos derivados de la obtención de las bulas y breves papales, por los que la Santa Sede

le había de conceder los diezmos novales. Incluso explica, para que no quepa duda,

cómo se procederá a calcular el importe o valor de dichos diezmos313

.

Finalmente el Rey declara perpetuamente vinculados al mantenimiento de las

infraestructuras que se construyeren para la distribución del agua, tanto los diezmos de

la ciudad de Alicante, como las tierras beneficiadas por el riego con el agua del pantano,

310

ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/17.

311 El texto de Felipe II no deja lugar a dudas: “si costare treynta mil o quarenta mil ducados, o más, lo

haya de pagar essa nuestra ciudad todo enteramente, hasta poner la dicha fábrica en perfección”. Ibid.

312 “Se ha de pagar a nuestra regia corte perpetuamente una décima parte de todos los frutos que se

cogeren y augmentaren por razón del riego del dicho pantano y demás desto el diezmo que se

acrescentare por la dicha causa”. Ibid.

313 “Y para que con çerteza se entienda lo que es esto se hará averiguaçión de lo que realmente y con

todo efecto han valido los diezmos de los çinco años últimos en todas las tierras que alcançare el nuevo

riego y lo que montaran les quedará a las Iglesias y a los eclesiásticos y a las demás personas quien

tocan los dichos diezmos cierto y seguro por vía de consignaçión applicando para nuestra regia corte la

propiedad de los dichos diezmos como como se contiene en la bulla que se sacó para la cequia Imperial

de Aragón”. Ibid.

Page 65: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

obligación que dispone debe garantizarse suscribiendo las correspondientes hipotecas

sobre dichas tierras314

.

Es difícil establecer con precisión la reacción de la ciudad de Alicante tras recibir la

anterior carta, pues, de los documentos analizados no queda claro si la misma no llegó a

manos de los regidores alicantinos, o bien se extravió su respuesta o simplemente no la

hubo. Sea como fuere, el 26 de abril de 1589, Felipe II vuelve a dirigirse por carta a los

regidores alicantinos recordándoles que no habían contestado la que les había remitido

en diciembre315

. Tras este requerimiento, el consell alicantino se vio obligado a

contestar al Felipe II.

Al objeto de fijar una posición común y elevarla al Rey, el consell celebró sesión el

12 de mayo de 1588316

. En esta asamblea, celebrada en la sala de la ciudad, el gobierno

municipal alicantino vuelve a manifestar su voluntad de aceptar los 25.000 ducados

ofrecidos por el Rey, pero rechazan la imposición de rediezmo alguno. En su lugar

ofrecen incrementar el diezmo que acostumbraban abonar, en atención a que el agua del

pantano beneficiará las tierras alicantinas, y consideran que la Corona será ampliamente

satisfecha con dicho aumento y el que experimentarían las rentas reales317

.

Respecto a la terminación de la obra, reiteran el compromiso por parte de la ciudad

de levantar la pared del pantano y conservar su fábrica perpetuamente, siempre y

cuando reciban los 25.000 mil ducados prometidos, cantidad que se comprometen a

destinar a pagar materiales y sueldos de maestros, descartando abonar a su cargo otro

tipo de gastos318

y en particular dietas y hospedaje de oficiales319

. Así mismo

314

Ibid.

315 El Rey requirió a la ciudad mediante carta de 26 de abril de 1589 suscrita en la población de

Nominchal (actual Villanueva de la Sarga), en la provincia de Toledo. ACA, Consejo de Aragón, leg.

651, doc. 49/8. La ciudad se excusó diciendo que habían contestado la misiva de monarca “en

resçibiéndola y pues que no llegó a las manos de Vuestra Magestad agora responden lo que entonces”.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/6. Aunque en este documento se afirma que la Ciudad remitió

su respuesta el 20 de enero, desde la Corte siempre sostuvieron que esa primera respuesta no fue remitida

nunca y que sólo tras el requerimiento formal del monarca para que así lo hiciesen, Alicante envió

síndicos a Madrid para trasladar a Felipe II el acuerdo adoptado por el consell respecto a la propuesta

efectuada por Felipe II en su carta de 13 de diciembre de 1588.

316 Un traslado del acta de la sesión del consell celebrado por la ciudad de Alicante el 12 de mayo de 1589

en: ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/61. Conviene puntualizar que la sesión tuvo carácter de

consell particular, es decir, su convocatoria únicamente se pregonó en la ciudad de Alicante y a ella

únicamente fueron convocados y concurrieron, además del justicia y jurados de la ciudad, los consellers

de la misma, pero no así los representantes de las poblaciones de la huerta (Mutxamel, Sant Joan y

Benimagrell) que únicamente asistían cuando las sesiones revestían el carácter de consell general.

317 El aumento se fijó en la docena parte de los diezmos que hasta ese momento se pagaban: “ab la

augment dels delmes acostumats, que es la dotsena part dels fruits”. Ibid.

318 La ciudad es consciente de la “fama” que, tras la visita e inspección efectuada sobre las cuentas del

pantano por Jerónimo del Valle, se ha ganado, de ahí que insista en comprometerse a llevar una

administración diligente de las obras del pantano.

319 El consell, consciente del gasto que la presencia de oficiales reales generaría y tratando de evitar la

fiscalización y control que dichos oficiales ejercerían sobre las obras, manifiesta que será la propia

Page 66: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

manifestaron que si finalmente las obras excedieran de los 25.000 ducados, sería la

ciudad la que correría con dicho exceso a cargo de sus propios.

Finalmente el consell comisionó y apoderó a Thomás Vallebrera, Jurat en Cap y a

Damián Miralles, notario, a fin de que ambos pudieran acudir a la Corte y despachar

con el Rey u oficial designado por él, el asunto de la financiación de la fábrica del

pantano, en los términos acordados por la ciudad320

.

Los comisionados alicantinos acudieron a Madrid llevando consigo una carta

suscrita por el justicia y jurados de la ciudad y un escrito en el que de forma breve y

concisa se detallaban los acuerdos alcanzados en el consell celebrado el 12 de mayo321

.

En la carta, el consell alicantino, además de excusarse ante Felipe II y manifestarle

que sí contestaron su escrito de diciembre, explica al Monarca su punto de vista acerca

de las obras del pantano y la interrupción de las mismas. La argumentación empleada

por la Ciudad para explicar por qué no había concluido las obras del pantano, resulta un

tanto sorprendente, ya que estimaban que al tratarse de una obra de tanta importancia,

Dios había reservado la misma al “felicissimo tiempo de Vuestra Majestad”322

.

Y por si con las anteriores palabras no hubieran quedado claras las cosas, aún

añaden más, queriendo dar muestra del prurito de la Ciudad en la cuestión del pantano,

afirmando que aun habiendo podido realizar la obra por orden de la misma,

consideraban que tan importante edificio correspondía realizarse por orden real323.

Sin embargo el optimismo y poderío con el que el consell alicantino se estaba

dirigiendo a Felipe II, parecen súbitamente desvanecerse cuando al concluir la carta y

antes de estampar en ella su firma, el justicia y jurados de la ciudad, se dirigen al

Monarca en estos términos:

A Vuestra Majestad humildemente suplicamos lo mande recebir y hazer merced. A

esta ciudad tan pobre y necessitada que en sola esta esperança consiste el bien que

tiene y lo esperamos de la Real clemencia de Vuestra Majestad […]324

.

Por lo que respecta al escrito que acompaña a la carta, contiene una serie de puntos

con los compromisos que la ciudad está dispuesta a asumir y manifiesta su acuerdo o

desacuerdo con la oferta realizada por Felipe II en su misiva de 13 de diciembre. En

ciudad, a través de algunos vecinos que permanecerán en el lugar donde se desarrollen las obras, la que

ejercerá la vigilancia de las mismas, sin necesidad que acudan a oficiales regios.

320 ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/61.

321 Suscriben la carta, fechada en Alicante el 18 de mayo de 1589, el justicia Francisco Burgoño y los

jurados Antonio Mingot y Luis Juan Torres. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/6.

322 Ibid. La ciudad parecía haber olvidado o borrado de su memoria todas las dificultades económicas y su

incapacidad para administrar diligentemente la obra del pantano, que habían quedado patentes tras la

visita de inspección de Jerónimo del Valle.

323 Ibid.

324 Ibid.

Page 67: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

primer lugar, los máximos representantes de la ciudad comunican al Rey que aceptan el

ofrecimiento de los 25.000 ducados siempre y cuando no se les imponga un rediezmo.

Seguidamente se comprometen, tan pronto reciban la cantidad ofrecida por el Rey, a

levantar la pared del pantano hasta los 200 palmos, a conservarla perpetuamente y a

devolver a la hacienda real el sobrante, en su caso, de los 25.000 ducados. En cuanto a

la ejecución de las obras, las autoridades alicantinas, al tiempo que se comprometen a

realizarlas conforme a la traza que les remita el Monarca y a gastar el dinero únicamente

en materiales, suplican a éste se abstenga de enviar oficiales, comprometiéndose la

Ciudad a buscarlos325

. Y por si en la carta no había quedado suficientemente claro,

vuelven a recordar a Felipe II que aunque la Ciudad bien podría levantar el pantano a su

costa, no lo ha hecho por reservar esta empresa al Monarca y contribuir al beneficio de

la Regia Corte326.

Con posterioridad a la entrega de ambos documentos al Monarca, llegó a manos de

Felipe II un informe en el que, teniendo en cuenta la respuesta dada por la ciudad al

ofrecimiento del Monarca, propone a éste la adopción de una serie de medidas327

.

En primer lugar, el informante considera –y así se lo expresa a Felipe II– que el

común de los vecinos de Alicante no han sido debidamente informados del contenido de

la carta que el Rey les envío el 13 de diciembre de 1588. En su opinión, resulta difícil

de comprender que si en la ciudad hay tanta falta de agua y el pantano es considerado

una obra fundamental para el progreso de la misma, pese al ofrecimiento del Rey de

entregarles 25.000 ducados, el consell local dude en conceder al monarca un rediezmo

de los frutos que se recolectaren con el riego del pantano328

.

Así las cosas, propone al Rey la adopción de los siguientes puntos:

1. Establecer el rediezmo para aquellos que rieguen del agua represada.

2. Los agricultores que no hagan uso del agua represada, deben quedar exentos de

abonar el rediezmo.

3. El rediezmo debe cobrarse sin fuerza ni violencia, sino como lo cobra la Iglesia.

4. A los dueños del agua viva o manantial se les dará toda aquella que fuere justo.

325

El consell alicantino era consciente que la designación de oficiales reales para la dirección o control de

las obras del pantano, al tiempo que podían suponer un aumento de los gastos en concepto de salarios,

conllevarían sobre todo, un mayor control por parte de la Corona del desarrollo de las mismas y,

consecuentemente, una mayor fiscalización de la contabilidad resultante de las obras. Lógicamente, ello

reduciría mucho el margen de actuación de las autoridades locales y la posibilidad de cargar al

presupuesto de la fábrica del pantano gastos ajenos a las mismas como habían hecho en la primera fase de

las obras, según puso de relieve la inspección de Gerónimo del Valle.

326 Ibid.

327 El documento no está suscrito ni datado, pero de su lectura se deduce que es posterior a la respuesta de

la Ciudad al Rey de mayo de 1589 y anterior a la decisión adoptada por el monarca a finales de ese

mismo año. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/11.

328 Ibid.

Page 68: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

5. En el caso de que los dueños de dicha clase de agua no deseen hacer uso de la

represada no pagarán ningún rediezmo.

6. Siendo el rey señor del agua represada y teniendo en cuenta que cuando llueve

parte del agua de las avenidas se pierde en el mar, a fin de evitar que esto siga

ocurriendo, deberá derivarse ésta desde una parte del cauce que fuera adecuada

para ello, dejando el agua manantial o viva para sus dueños, porque la represada

y la de las avenidas ha de ser para el bien común de la ciudad y de sus

pobladores.

7. Debe convocarse junta o consell general para que los vecinos de la Ciudad y de

los lugares de Sant Joan, Benimagrell y Mutxamel puedan manifestar su parecer.

A dicha reunión es conveniente que asistan también el gobernador y el baile329

.

B) Una segunda propuesta del Monarca

Casi un año después de que Felipe II hubiera remitido a la ciudad su propuesta

acerca del modo en que debía financiarse la obra del pantano, el Monarca, una vez

conocida la respuesta de la ciudad y el parecer de alguno de sus asesores, vuelve a

dirigirse por escrito a las autoridades alicantinas330

. Todas las cartas remitidas por el

Monarca están fechadas en Madrid, el 9 de diciembre de 1589 y en ellas Felipe II da

instrucciones precisas a la ciudad y a los principales representantes de la Corona en la

Gobernación de Orihuela, sobre la forma en que han de proceder.

En sendas cartas remitidas a los jurados alicantinos y a los oficiales municipales de

la Universidad de Mutxamel y el lugar de Sant Joan y Benimagrell, Felipe II les

comunica que ha resuelto conveniente y necesario que se haga el pantano331

. Y expresa

su voluntad de que sin más dilación se ponga manos a la obra, así como que ha dado

licencia a los síndicos de la ciudad para que regresen a Alicante. Además, en la dirigida

a los jurados de Alicante, el Rey les manifiesta que al afectar el asunto del pantano a

toda la Huerta debe tratarse por todos332

, razón por la que ha dado instrucciones a

329

Ibid.

330 En esta ocasión el monarca remite cuatro misivas: dos de ellas van dirigidas a las máximas autoridades

de la Corona en la Gobernación de Orihuela, el gobernador y el baile general, a la sazón Álvaro y Juan

Vich (o Vique). Una tercera, a los jurados de la ciudad de Alicante y una cuarta en la que se dirige a las

autoridades locales de Alicante, Mutxamel y Sant Joan y Benimagrell. En cada una, el Rey da

instrucciones precisas sobre el proceder que espera de cada uno de los oficiales y corporaciones a las que

se dirige.

331 Madrid, 9 de diciembre de 1589. Junto a la firma del monarca, signan también los miembros del

Consejo de Aragón y entre ellos Pedro Franqueza, que lo hace en calidad de secretario del mismo. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fol. 1vto

y 49/9 (copia). Idem. fol. 2.

332 Una forma de proceder que recuerda al brocardo justinianeo “Quod omnes tangit debet ab omnibus

approbari” (lo que a todos atañe todos deben aprobarlo), ampliamente difundido tras la recepción del ius

commune e incorporado como regula iuris en importantes fuentes histórico-jurídicas. Sobre su inclusión

en la obra justinianea véase: CI. V, 59, 5. Un estudio sobre la utilización de dicha máxima en: MERELLO

ARECCO, I., “La máxima Quod omnes tangit. Una aproximación al estado del tema”, en Revista de

Page 69: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Álvaro Vique333

para que con asistencia del baile, Joan Vique334

, indiquen al gobierno

de la ciudad la forma en que han de proceder, instándoles a hacerles caso en todo a

dichos oficiales.

Felipe II hace saber a los gobiernos de la ciudad, universidad y lugares de la huerta

su voluntad de remediar la necesidad de agua que existía en el entorno de Alicante. Les

informa que para ello ha examinado con suma atención la documentación que le ha sido

remitida, con el fin de averiguar el mejor modo de acabar el pantano, sobre el que, sin

desvelarlo, dice que ha elegido el más eficaz, de más rápida ejecución y menor coste. Al

igual que había dicho a los jurados alicantinos, el Rey informa que ha dado orden al

gobernador y al baile para que se reúna con todos, por ser éste un asunto de interés

general. Finalmente pide a los representantes de las poblaciones de la huerta que hagan

caso en todo al baile y ejecuten lo que en su nombre les dirá. El Monarca se despide

afirmando que, en el asunto del pantano, no le mueve ningún interés particular, ni para

la regia corte, sino sólo la voluntad de favorecer a los alicantinos y hacerles partícipes

de las concesiones apostólicas sobre los novales335.

Las otras dos cartas que escribe el Rey van dirigidas al gobernador y baile de

Orihuela. En el oficio que recibe el gobernador, éste es informado que el Monarca, una

vez estudiado todo lo relativo al pantano, estima éste beneficioso para la ciudad y por

ello es su voluntad que la obra se concluya cuanto antes336

.

Pero el documento que reviste mayor interés es la carta escrita por el propio Felipe

II y que, junto al oficio anterior, fue remitida al gobernador337

. En ella, el Rey, además

de manifestar su confianza en las bondades del proyecto del pantano, da instrucciones

pertinentes al gobernador y desvela el plan que ha previsto para financiar la obra de la

presa.

No hay duda que Felipe II leyó y analizó detenidamente cada uno de los

documentos que, en relación al pantano, fueron llegando a su mesa, durante los casi

Estudios Histórico-Jurídicos [en línea], Pontificia Universidad Católica de Valparaíso: 2005, 27, pp. 163-

175 [fecha de consulta: 19 de septiembre de 2017]. Disponible en: http://dx.doi.org/10.4067/S0716-

54552005000100008. En cuanto a su presencia en el pensamiento político español durante los primeros

siglos de la Edad Moderna, véase: LÓPEZ DE GOICOECHEA ZABALA, J., “La formula romano-

medieval quod omnes tangit en el pensamiento político español de los siglos XVI y XVII. Una reflexión

sobre el bien común”, en Cuadernos salmantinos de filosofía, Universidad de Salamanca: 1999, 26, pp.

115-131. ISSN 0210-4857.

333 Se trata de Álvaro Vique y Manrique, cuyo segundo apellido en ocasiones consta escrito “Vich”. Don

Álvaro desempeñó el cargo de portantveus de general Governador en Orihuela desde 1588 a 1607.

BERNABÉ GIL, “Nobles valencianos en…”, p. 18.

334 Sobre la vinculación de la familia Vique con oficios reales véase: Ibid., p. 45.

335 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fol. 1

vto y doc. 49/9 (copia). Idem. fol. 2.

336 Madrid, 9 de diciembre de 1589. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 49/9.

337 Carta de Felipe II al Gobernador de Orihuela. Madrid, 9 de diciembre de 1589. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fols. 14vto

a 19. Copia en: Id., leg. 651, doc. 49/9.

Page 70: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

nueve años transcurridos entre la primera solicitud de ayuda de los alicantinos y su

decisión final sobre el asunto. Prueba evidente de ello son las instrucciones que dará a

los máximos representantes de la Corona en Alicante. En ellas el Rey demuestra

conocer la particular idiosincrasia del regadío alicantino y especialmente los intereses

que, en torno al agua del Monnegre, ostenta un reducido número de notables de la

Ciudad. Y ello pese a que algunos de estos problemas jamás le fueron manifestados por

el consell alicantino, lo que evidencia que el Monarca prestó atención también a las

informaciones que le llegaron por otras vías.

Resuelto pues a apoyar una obra que habría de resultar útil y beneficiosa para la

Ciudad y la Monarquía, el Rey comienza indicando a su Gobernador la necesidad de

que el acuerdo de llevar adelante la fábrica del pantano, conforme a las condiciones por

él decididas, debe ser adoptado y contar con el respaldo del mayor número de personas.

Por ello, estima que la comisión con la que los síndicos Vallebrera y Miralles se habían

presentado ante la Corte no fue suficiente, pues venían comisionados por el Consejo

particular de la ciudad, compuesto por cerca de 20 individuos. El Rey estima que en

asunto de tanta importancia, debían concurrir todos los interesados, tanto de la ciudad

como de los lugares de la Huerta, así como los propietarios de las heredades existentes

en ésta338.

Por ello, en primer lugar ordena a Vique convocar al consejo y junta general de la

ciudad de Alicante y su término, además de a los heredados en la Huerta, para que junto

al Baile, comunique a los concurrentes la concesión que estaba dispuesto a hacerles en

su favor. Además le encarga que mediante argumentos convincentes, persuada a los

miembros del consejo general para que acepten su ofrecimiento339.

Es decir, no basta con anunciar sin más la decisión real, sino que el gobernador,

auxiliado por el Baile, deberá adoptar un papel proactivo en dicho Consejo general a fin

de conseguir que los asistentes apoyen lo resuelto por el Monarca.

En su misiva, el Monarca le traslada al gobernador que, tras estudiar con

detenimiento la cuestión de la fábrica del pantano de Alicante, considera que si

concluye aquélla habrá agua bastante para regar tanto la huerta de la Ciudad, como la

tierra llana existente en torno a ella340

. El Rey considera que con el agua embalsada en

el pantano se remediará la falta de agua que afectaba a los agricultores alicantinos y con

ella los problemas de abastecimiento y otras necesidades que desde hacía tiempo

338

ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fol. 16.

339 Ibid., fols. 16

vto y 17.

340 Ibid. De la referencia a la “tierra llana” situada junto a la ciudad, cabe deducir que en este momento

todavía el monarca consideraba que con la terminación del pantano sería posible extender el regadío en

Alicante más allá de los límites de la Huerta de Alicante, ampliando el mismo hacia el poniente del

término general de la ciudad.

Page 71: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

afectaban a la Ciudad341

. Así pues, estimando que con el agua del pantano las cosechas

serán abundantes y en cantidad suficiente para abastecer a la ciudad y habitantes de su

término, el Rey hace saber al gobernador que su deseo que la construcción de la presa se

ejecute y concluya a la mayor brevedad342

.

El Rey, está decidido a hacer lo posible para que el pantano se concluya. Por ello y

en cuanto que conocedor de la existencia de personas cuyos intereses son contrarios a la

finalización del pantano, le preocupa el hecho de que la voluntad de unos pocos impida

llevar a cabo una obra que él, tras larga y meditada decisión, estima beneficiosa para la

Monarquía. Y así se lo manifiesta a su gobernador a quién tras expresarle su creencia en

que el consejo general aceptará su propuesta, no obstante, le previene de la existencia en

su seno de individuos con intereses contrapuestos al pantano, unos ajenos a la huerta,

otros con intereses en la misma pero todos favorecidos por el actual sistema.

Y como quiera que el Rey desea impedir que finalmente sean los intereses de éstos

los que terminen por imponerse, pues es consciente de la posibilidad de que prefiriendo

su comodidad particular al bien general tratasen de impedirlo, encomienda al

gobernador y baile traten por todos los medios de impedir que ello ocurra343

.

Respecto a quién deberá satisfacer el coste de la obra, el Monarca considera que ha

de ser la propia Ciudad la que asuma tal responsabilidad, por ser ésta la principal

beneficiaria del pantano, una vez terminado éste. El cambio de la voluntad del Rey en

este punto resulta desconcertante, pues de ofrecer 25.000 ducados a los alicantinos y

compensarse con un rediezmo, ahora estima que el dinero ha de ser aportado por

Alicante344. No obstante, sentado lo anterior, Felipe II se compromete a facilitar que la

ciudad pueda resarcirse de los gastos de la fábrica del pantano a través del producto de

los diezmos novales que espera le sean concedidos por el Papa:

contentándome yo para mi regia corte de lo que la Sede Apostólica me concederá y de

aplicar para satisfacción de lo que la ciudad hubiese gastado en la obra la parte que

paresciere justa, […] porque en los interesses que ha de padesçer la ciudad tomando

dinero a censo, […] con la satisffaction que yo le mandaré señalar, de la parte que

341

Ibid. Nótese que el monarca es consciente y así lo plasma en su carta, que la falta de agua en Alicante

es un mal estructural –y no coyuntural–. Así se deduce de la locución adverbial “de ordinario” que

emplea el rey para calificar o adjetivar la falta de agua que afectaba a la ciudad.

342 Ibid.

343 El Monarca se muestra aquí como un gobernante cuidadoso en la preparación del consejo general, de

ahí que haga hincapié en la importancia de los preparativos de la asamblea. No quiere que los intereses de

unos pocos impidan el desarrollo de toda la comunidad alicantina y por ello previene al gobernador y al

baile con estas palabras: “y para que no prevalga su opinión y codicia será necessario que vos por

vuestra parte y del bayle general por la suya, hagáis prevençion con las personas que lo podrían impedir

y de manera que antes de convocar tengáis seguridad del successo”. Ibid.

344 Ibid.

Page 72: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

por el breve apostólico me estará concedido, se podrá yr desquintando y descargando

de los censos que se huvieren impuesto345

.

Durante los años en que la ciudad ha estado tratando de conseguir la implicación

del Rey en la financiación de la obra del pantano, dos de los argumentos más repetidos

han sido la facilidad de llevar a cabo la obra y la seguridad de que ésta resultaría

beneficiosa y rentable. Tras rechazar los alicantinos la primera fórmula propuesta por el

Rey, al negarse a la imposición de un rediezmo, ahora Felipe II se inclina por no

involucrarse en la financiación de la obra de forma directa, disponiendo que el proyecto

del que tantas bondades le han sido manifestadas por los alicantinos, sean finalmente

éstos quienes lo costeen. Ahora bien, el Rey no se desentiende de la empresa y

consciente del sacrificio que para la ciudad supondrá tomar a censo el dinero necesario

para financiar las obras, promete auxiliarla a través de las concesiones pontificias. Tal

vez por ello, Felipe II estima que el sacrificio de la ciudad no será tanto frente al

beneficio que se espera obtenga del pantano346.

Por último, el Rey pide a Vique que sea persuasivo a fin de que los alicantinos

acepten las condiciones que les propone para concluir el pantano347

. A tal fin y después

de hacerle saber su voluntad y determinación respecto a la necesidad de concluir la

obra, le expresa su total confianza en él y su seguridad de que sabrá conducir el asunto

hacia una resolución satisfactoria del mismo348.

Por lo que respecta a la carta remitida al baile de Orihuela, en ella el Monarca pide

a éste que asista a la Junta General que se ha de celebrar sobre la fábrica del pantano y

de la que el gobernador Vique podrá darle más información. Finalmente le expresa que

confía en él y le manda que asista en todo al gobernador, pidiéndole que actúe

diligentemente a fin de que todo el asunto del pantano se resuelva conforme a los deseos

de la Corona349

.

Poco después de recibida la carta del Rey, en enero de 1590, el gobernador

comunica al consell alicantino la voluntad del Monarca de que la fábrica del pantano

iniciada por la ciudad en el Estrecho de Tibi, se concluya lo antes posible350

. Así mismo

les hace saber que tiene en su poder una carta de Felipe II para ser leída en consejo

general, convocándoles para el lunes 22 de enero, a las 9 de la mañana, en la casa de su

residencia en Alicante. El 20 de enero se procedió, por Melchor Carbó, trompeta, a dar

345

Ibid.

346 Ibid.

347 Las palabras que el Rey dirige al gobernador Vique para formularle tal petición son las siguientes: “Y

en mi nombre les propongáis con el buen término y gusto y razones eficasses que les persuadan que vos

lo sabréis hazer la merced que les hago”. Ibid.

348 Ibid.

349 Carta de Felipe II al baile general de Orihuela. Madrid, 9 de diciembre de 1589. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 651, doc. 49/9.

350 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fol. 3.

Page 73: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

publicidad al bando en la ciudad y lugares acostumbrados, tanto de Alicante, como de la

universidad de Mutxamel y en los lugares de Sant Joan y Benimagrell351

.

Dos días después, el 22 de enero, según lo previsto se celebra consejo y junta

general en la casa de Álvaro Vique y Manrique, actuando como notario Nicolau

Martí352

. Tal como consta en el acta la finalidad de la reunión es tratar asuntos

relacionados con el pantano empezado a construir en término de Tibi353

.

La sesión comienza con unas palabras del gobernador exaltando la figura del

Monarca e indicando a los asistentes que aunque el rey podría aplicar a su regia Corte

todo el provecho que se obtenga del pantano, ha determinado ceder éste en beneficio de

la Ciudad354.

El gobernador explica que el Monarca le ha pedido que convocara junta general a

fin de explicarles la decisión que, respecto del pantano, ha adoptado el Monarca355

y dar

lectura a una carta el Rey les ha escrito356

. En ella Felipe II se dirige en estos términos a

los alicantinos:

deseando el remedio de la neçessidad y trabajo que a essa ciudad y su término huerta

y lugares della resulta de no tener agua para el riego de sus tierras, viendo que si se

acabava el pantano […] es cogida bastante para suplirlo con notable benefiçío en

general […] he ydo mirando con cuidado extraordinario en los medios con que

podría tener efecto con más brevedad y menos costa y graciessa de essa ciudad y su

término, huerta y lugares della y entre los que se ha platicado he elegido uno como

351

El documento puntualiza que mientras que en la ciudad el bando fue anunciado para lo cual a sones de

trompeta y tambores, en los lugares de la huerta lo fue únicamente a sones de trompeta.

352 En la reunión están presentes además del gobernador y baile general “en lo present regne de Valençia

de ça Sexona”, el justicia y jurados de la ciudad de Alicante, el racional, el sindich y conceller, una serie

de “consellers y prohomens de dita ciutat”, quienes intervienen y actúan “representant y fent

Universitat”; el justicia de Mutxamel y los jurados; Micer Baltasar Vidanya, doctor “ambdos drets y

advocat de la ciutat”; Nicolau Martí, “scriva dels jurats, sala y consell d’Alacant”; micer Melchor Marco,

“doctor en cas cun dret”; Damià Miralles, notari; sigue una larga relación de personas que asisten,

respecto de algunas de ellas consta su oficio: calceter, notari, pedrapiquer, correu, corder, fuster, doctor,

llaurador, hortolà, sastre, lloctinent de justicia de Benimagrell; guanter […]. De todo ellos se afirma son

“prohomens, vehins y habitadors de la ciutat, Muchamel, Sant Joan y Benimagrell”. Entre los asistentes

constan los nombres de Pere Esquierdo y Juan García de Mondragón, autor de la traza del pantano y uno

de los peritos informantes que junto al primero dieron su parecer sobre la obra empezada a levantar en

1580. Ibid.

353 “Coses respectants y tocants a la obra y fábrica del pantano comensada en lo Terme de Tibi”. Ibid.

354 Ibid. fol. 10.

355 El gobernador recalca que la decisión adoptada por el Monarca lo ha sido “después de tantas

diligencias y visuras hechas por su orden y por la de esta ciudad en dicho Pantano por personas

expertas”. Es decir, se trata de una decisión meditada y en la que se han tenido en cuenta los pareceres de

muchas personas.

356 La lectura de la carta va precedida por la entrega de la misma por parte del gobernador al escribano,

constando en el acta que Álvaro Vique “lliura a Nicolau martí notari y escriva de la sala una lletrada

closa y segellada ab lo segell real de S.M besant aquella y posant-se-la damunt lo cap […]”. La carta está

fechada en Madrid el 9 de diciembre de 1589. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fols. 12 a

13vto

.

Page 74: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

más eficaz y más breve y menos costoso y como a tal he mandado a don Alvaro Vique

mi portant vezes […] junte a todos para que como en negocio general concurra la

voluntad de todos y os lo proponga de mi parte, en que no solo no pretendo nada para

mi regia corte, pero doy de lo que por gracia de la sede apostólica me será concedido

y assi hecharéis de ver que solo va en vuestro provecho […] sin ningún fin ni interés

mio particular357

.

Finalmente Felipe II pide a los concurrentes al consejo general que obedezcan al

gobernador en lo que de parte de él les dirá y que cumplan y ejecuten su mandato358

.

Acto seguido Vique se dirige a los asistentes y les dice que para que tengan un

conocimiento exacto de lo determinado por el Rey y con el fin de que acepten la merced

que les hace, va dar lectura a la misiva que Felipe II le ha remitido. De la carta del

Monarca, resultan interesantes los párrafos en los que, con toda claridad, expone al

Gobernador que en el regimiento de la ciudad existen personas contrarias a la

construcción del pantano. En efecto, tras expresar a Vique su confianza en que los

alicantinos aceptaran las condiciones que les ofrece, dice lo siguiente:

pero como en el regimiento de la ciudad concurran algunos hombres de negocios que

no son heredados y que su ganancia consiste en la sterelidad de la tierra porque della

nasse su trato y el comerçio que hacen para abasteçerla de otras partes; y otros que

son heredados en la huerta que oy se riega y por su interés y vender mejor sus frutos

haviendo poca agua podría ser que prefiriendo su comodidad particular al bien

universal lo quisiesen impedir[…]359

.

En relación con lo anterior y a fin de que no prevalezca la opinión de aquellos que

no desean que se lleve adelante la construcción del pantano360

, Felipe II pide al

Gobernador y al Baile que en la junta general se ha de proceder al nombramiento de 24

personas361

que, en adelante y una vez comisionadas por dicha junta, puedan actuar en

todo lo relativo al pantano, incluido acudir a informar al propio Monarca.

357

Ibid.

358 Junto al Monarca, firman la carta los miembros del Consejo de Aragón: Frigola, vicecanciller; Vicente

Comes, tesorero general; Terça, Quintana, Campi y Marzilla, regentes y Pedro Franqueza, secretario.

359 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fol. 17. Id., leg. 651, doc. 49/9. Un ejemplo de ello era

Thomás Vallebrera, que ocupó diversos cargos en el gobierno de la ciudad de Alicante y poseía tierras y

casa en la huerta, estando documentada ésta última en las inmediaciones de los límites entre los términos

de Sant Joan y Mutxamel. ARV, Real Audiencia, procesos parte 2, Letra S, exp. 918, p. 27-1.

360 El Rey no quiere que sus representantes en la gobernación se lleven una sorpresa en la junta y por eso

cree necesario informarles de la existencia de individuos contrarios a la conclusión del pantano “de

manera que antes de convocar tengáis seguridad del successo”.

361 En este punto el Monarca no quiso dejar nada a la improvisación como lo demuestra el hecho de que

remitiera al gobernador y al baile las cartas que debían servir para comisionar a los individuos que en

adelante y sin necesidad de convocar junta general estarían facultados por ésta para actuar: “para mas

facilitarlo se os imbían dos dozenas de cartas que contienen lo que veréis por su traslado las deziocho

çon en vuestra creencia y las seis del bayle general dar la seis y haveis de llevar puesta la mira en que el

Page 75: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Finalmente Felipe II expresa al Gobernador que si todo sale como él espera,

procederá a confirmar y dar licencia necesaria para que la ciudad pueda obtener el

dinero a censo que precisare para la obra, así como a designar a la persona encargada de

dirigir la obra. Por último le pide que mantenga en todo momento un contacto fluido

con el virrey de València362

, informándole puntualmente de todo lo relativo a la fábrica

del pantano363

.

Una vez leída la carta, el Gobernador se dirigió a la junta explicándoles que la

propuesta del Rey puede resumirse en 4 puntos:

1. Que les permite seguir adelante y acabar la fábrica del Pantano.

2. Que la obra ha de sufragarla la ciudad por ser la que gozará de los beneficios

de la misma, dándole el Monarca licencia para tomar dinero a censo.

3. Que concede el aumento de los diezmos a la ciudad, en la cuantía que estime

justa, para que con él pueda ir amortizando las cantidades tomadas a censo.

4. Que la junta general debe proceder a comisionar o apoderar a varios de sus

miembros para que el Rey trate con ellos el asunto del pantano.

Tras la intervención del Gobernador la junta expresó su conformidad364

con la

propuesta efectuada por Felipe II y procedió a comisionar a una serie de individuos365

dándoles facultad plena para tratar con el Monarca todo lo relativo al pantano366

.

asiento se otorgue antes de disolver la junta general para que no sea menester convocar otra vez por

escusar la variedad que suele haver en juntas generales convocadas muchas vezes”.

362 Francisco de Moncada y Cardona, marqués de Aytona. Desempeñó el cargo de virrey de València

entre los años 1580-1595. MATEU IBARS, J., “Algunas ‘noticias’, sobre…”, en p. 204.

363 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 49/9.

364 Según consta en el acta de la sesión el parecer de la junta fue unánime: “E llegida la dita real lletra y

explicada y especificat […] per tota la dita Junta general una voçe en conformitat et nemine discrepante

una y moltes vegades fonch dit y respost ab molt gran aplauso y contentament y dixeren e reconegueren

que acceptaven la dita merçé y graçia que Sa Magestat es servit fer a esta çiutat de que es fasa el

pantano de la forma y manera que Sa Magestat ab dites lletres es servit se faça per tot lo qual besen los

reals peus y mans de Sa Magestat y axò dixeren tots unanimiter conformiter et nemine discrepante una y

moltes vegades”. Ibid. Sin embargo, según manifestó la Junta de Patrimonio unos años después, la

asamblea no fue tan pacífica como apunta el documento anterior, pues consta que se aceptó la propuesta

del Monarca “después de muchos dares y tomares”. Junta Patrimonial de 19 de septiembre de 1596.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc. 49/8.

365 La relación de comisionados es la siguiente: Diego Ivarra, Francés Mingot, Gaspar Aragonés, Joseph

Vilafranca, Nicolau Pasqual, Bautista Desllor, Gaspar Ferrández de Mesa, Cristoval Martínez de Vera,

Pedro de Torres, racional; Balthasar Vidaña, Thomás Vallebrera, sindich; Juan Planelles, major; Pere

Carratalá, Joseph Pérez, Juan Colomina, doctor; Luis Juan Martínez de Fresneda; Llois Berenguer, Pere

Maltés, Frances Martínez Clavero, Hieroni Scriva, Frances Borgoño, Hierony Ayala, justicia de

Muchamel; Francés Lledó, jurat en cap; Pere Amat, Joseph Blanquer y Salvador Berenguer.

366 En el acta consta que les fue otorgada “facultat ple e bastant poder per a tractar e resoldre lo que

s’oferira, sobrel donar orde en la traça y fábrica del Pantano y per a poder entendre, provehir y ordenar

tot lo que convendrá a la dita obra y perfectio de aquella y per a pendre lo diner a çens y per a tot lo

demés”. Ibid.

Page 76: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Al día siguiente de celebrada la junta general, el 23 de enero de 1590, los 24

comisionados se dan cita en la casa del gobernador Vique, con la finalidad de abordar

diversas cuestiones relacionadas con el pantano. Preside la sesión el Gobernador, al que

acompaña también el Baile367

.

En primer lugar y reiterando el acuerdo de la junta general, manifiestan que aceptan

que la obra se concluya lo antes posible conforme indique el Rey368

. Seguidamente

abordan la cuestión de la altura que ha de tener la pared del pantano. En este punto, tras

afirmar que la pared se levantará hasta la altura que el Rey estime pertinente, sugieren

que en cuanto se lleven 100 palmos de pared levantada debiera analizarse si conviene o

no seguir elevándola más369

.

En segundo lugar, se aborda la forma y manera en que se ha de tomar el dinero a

censo y se acuerda pedir al Rey que otorgue licencia a la Ciudad a fin de poder tomar a

censo la cantidad de dinero necesaria para concluir la obra. Así mismo manifiestan que

aceptan la cantidad que el Monarca les conceda para redimir los censales y pagar los

intereses que éstos devenguen.

Finalmente los comisionados acuerdan que sea Damián Miralles quién se desplace

a la corte a fin de despachar cerca del Rey todo lo relativo al pantano370

. Y por último

estiman que, en asunto de tanta importancia como el pantano y a fin de cumplimentar a

Felipe II y agradecerle debidamente la merced otorgada a la ciudad, es conveniente que

se desplace a la corte una persona preeminente. En este punto acuerdan que sea el baile

general, Juan Vich, quien acuda a Madrid.

Por lo que respecta a Miralles, éste cumplió su encargo mediante la entrega de

sendas cartas al Monarca en las que le informaba del resultado de la junta general de 22

de enero y le pedía, en nombre de la junta, que aprobara todo lo deliberado en el seno de

la misma371

. Unos meses después, Felipe II se pronunciará al respecto en estos términos:

367

La sesión, aunque no se precisa a qué hora comenzó debió ser larga, pues comenzó por la mañana y

tras una pausa a la hora del almuerzo, se reanudó posteriormente: “Tocades tres hores se ajuntaren en la

dita casa del Gobernador per a continuar lo que convé al pantano”. Ibid.

368 En el acta consta que después de “haver tractar y confabulat” sobre la cuestión “ordenen tots los

desusdits molt magnifichs elets […] que la obra y fábrica del pantano passe avant ab brevetat conforme

la traça començada o com Sa Magestat será servit ab la traça que imbiará ab la persona que imbiará per

a fer dita obra”. Ibid.

369 “En pericia de advertiment se diu: que pareixeria se alçàs per ara çent pams sobre la obra feta fins

huy y alçat dits çent pams se faça experiencia si convendrà passar dita obra mes avant, o, no, e açò es

diu per escussar lo gasto que se hauria de fer remetense tostemps a la voluntat de Sa Magestat”. Ibid.

370 En este punto el acta refleja que tres de los asistentes consideraron que no debía ir sólo Miralles a

Madrid, si bien el resto de miembros consideraron que era la persona idónea. Los comisionados

discrepantes fueron: Gaspar Aragonés, Juan Colomina y Luis Juan Martínez de Fresneda.

371 Fechadas el 27 y 28 de febrero de 1590. Las cartas iban acompañadas de un traslado de todo lo

acordado en la junta general de 22 de enero, autorizado por el Notario público y escribano de sala,

Nicolás Martí. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fols. 30 y 30vto

.

Page 77: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

accepto el dicho acuerdo en la forma que se contiene en los dichos actos de los quales

se ha sacado un traslado que con esta con señal de mi secretario infraescrito; y le loo

y appruevo y confirmo e interpongo mi auctoridad y decreto Real para que en Juhizio

y fuera del tenga la fuerça y firmeza que se requiere. Dattis en el Pardo a 6 de mayo

de 1590372

.

C) La problemática de los diezmos novales y la decisión real

En el proceso de búsqueda de recursos económicos para la financiación de las obras

del pantano de Tibi, y de una solución que permitiera a la Corona apoyar el proyecto sin

tener que aportar directamente fondos de la Real Hacienda, la concesión por parte de la

Santa Sede de los diezmos novales a la Corona española desempeñó a la postre un papel

muy importante373

.

Mucho antes de que la ciudad de Alicante se planteara la construcción del pantano,

en 1553, el papa Julio III, emitió un breve apostólico374

por el que concedía a Carlos V

los diezmos novales375

de los nuevos riegos de los ríos Jarama y otros de los reinos de

372

En el documento, además de la rúbrica real (Yo el Rey) constan las firmas de los miembros del Consejo

de Aragón y la de su secretario, Pedro Franqueza. El Pardo, 6 de mayo de 1590. Ibid.

373 El alcance de la expresión “diezmos novales” hubo de ser precisado en varias ocasiones por la Iglesia.

Las Decretales de Gregorio IX prestan atención al concepto novales en el cap. XXX del título “De

privilegiis et excessibus privilegiatorum” y en varios capítulos del título dedicado a “De verborum

significatione”. V, XXXIII,33 y XL,1,21,31 (Decretales de Gregorio IX). Mayans i Ciscar, a partir

precisamente del concepto de novales contenido en las Decretales de Gregorio IX, lo explica en estos

términos: “la tierra que de tiempo inmemorial estava inculta, capítulo último de privilegiis, capítulo quid

per novalis 21 de verborum significatione, i aun esto deve entenderse con la limitación de Alejandro IV

de que no cause perjuicio a tercer posseedor, capítulo statuto 2 de decimis in VI, in principio et nec pro

eo 6 ibi nisi alia, i especialmente a la iglesia, como ya lo avía precavido Inocencio III en el año 1215 en

su Decretal dirigida al obispo de Zaragoza (que entonces era D. Ramón de Castrocol) dicto capite 2 quid

per novalis 21 de verborum significatione porque, a no ser assí, los novales precissamente por ser tales

por decreto canónico pertenecerían al párroco del territorio donde se hallan, caput ex multiplici

quoniam 13 de decimis, como no aya otra causa racional, caput cum contingat 29 eiusdem tituli, como la

que por sus dos terceras partes tienen el arzobispo i cabildo de la santa iglesia de Valencia por donación

real dotalicia, que es titulo canónico de la mayor prerogativa”. MAYANS i SISCAR, G., “Memorial

sobre los diezmos novales, 1757”, en Epistolario [en línea], Valencia: Diputación, 1972-[2006], pp. 176-

206 [consultada el 28 de agosto de 2017]. Disponible en:

http://bivaldi.gva.es/es/corpus/unidad.cmd?idCorpus=20000&idUnidad=49290&posicion=1. Para Marcos

Martín con el término novales se aludía a la exacción diezmal con la que debían contribuir las nuevas

tierras en cultivo como eriales, baldíos o montes, así como a la que gravaba el aumento de la producción

obtenida en unas tierras fruto de pasar las mismas de secano a regadío. Sobre el alcance y fijación del

concepto, véase: MARCOS MARTÍN, M., “De nuevo sobre los diezmos. La documentación decimal de

la diócesis de Palencia. Problemas que plantea”, en Investigaciones históricas: Época moderna y

contemporánea [en línea], Universidad de Valladolid: 1983, 4, pp. 102-106 y 118, n. 45. [fecha de

consulta: 20 de agosto de 2017]. ISSN 0210-9425. Disponible en:

http://uvadoc.uva.es/handle/10324/21243.

374 Roma, 8 de abril de 1553. ACA, Consejo de Aragón, leg. 632, doc. 10.

375 La concesión hace referencia a “las décimas y primicias que se acrescentaren por razón de

qualesquier riegos nuevos que se sacassen”. Ibid.

Page 78: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Castilla, León y Toledo376

. La ejecución del breve fue encomendada por la Santa Sede

al arzobispo de Toledo y a los obispos de Zamora y Ávila, a quienes comisionó para

proceder a la averiguación del valor de las décimas y primicias durante los últimas tres

anualidades, de modo que compensando el año estéril con el más fértil, “una de ellas se

tenga por el valor que ha de quedar para siempre, para las personas cuyas son las

décimas y primicias y lo demás sea de la Regia Corte”377

.

Se inicia así una serie de concesiones papales a la Monarquía Hispánica con las que

la Iglesia trata de favorecer las obras que aquélla llevaba a cabo para mejorar la

producción del secano español mediante su transformación en regadío. Unos años

después, en 1572378

un segundo breve papal, en este caso de Gregorio XIII, comisionó

también a los obispos de Sigüenza, Cuenca y Segovia para que, junto a los designados

en el breve de 1553, asumieran la ejecución de todo lo relativo los novales. En 1573379

,

este mismo pontífice confirma el breve de Julio III y finalmente, en 1579380

, a petición

de Felipe II, amplió las anteriores concesiones en favor de la Corona española,

haciéndola extensiva a todos los riegos de cualquiera de los ríos de los reinos,

principados de España e Islas Canarias, comisionando a los prelados de Toledo, Zamora

y Ávila y dándoles facultad para que cada uno de ellos pueda a su vez subdelegar381

.

Sobre la base de las anteriores concesiones, Felipe II decidió ceder en 1590 a la

ciudad de Alicante los diezmos novales que, fruto de la mejora y ampliación del regadío

de la Huerta de Alicante se esperaba recaudar tras la entrada en servicio del pantano382

.

De la recolección de los nuevos diezmos quedaba encargado el receptor de la bailía

general, que posteriormente procedía a su venta al mejor postor, entregando el producto

obtenido al depositario de la bailía. De esta forma, la ciudad podría ir resarciéndose

poco a poco de las cantidades invertidas en acabar la obra del pantano, y que había

obtenido a través de censales383

. La decisión del Monarca autorizaba a la ciudad a tomar

a censo la cantidad de dinero que necesitare para concluir la presa, de 10.000 ducados

en 10.000 ducados384

.

376

López Gómez alude a las concesiones de Paulo III y Julio III en favor de Carlos V con motivo de

haber empezado este monarca las obras del Canal Imperial del Ebro. LÓPEZ GÓMEZ, Los embalses

valencianos…, p. 45.

377 ACA, Consejo de Aragón, leg. 632, doc. 10.

378 Roma, 5 de noviembre de 1572. Ibid.

379 Roma, 9 de mayo de 1573. Ibid.

380 Roma, 18 de julio de 1579. ACA, Consejo de Aragón, leg. 632, doc. 10 y leg. 675, doc. 56/5. En esta

última signatura consta una copia del breve de Gregorio XIII.

381 ACA, Consejo de Aragón, leg. 632, doc. 10.

382 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fols. 13 y 20.

383 LÓPEZ GÓMEZ, A., “Los riegos de avenida en la Huerta de Alicante”, en Boletín de la Real Sociedad

Geográfica, nº 112, f. II, Madrid, 1976, p. 374.

384 El Pardo, 6 de mayo de 1590. AGS, Secretaría de Guerra, leg. 3607.

Page 79: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Aunque acerca de la postura de la Iglesia nada dicen los documentos consultados,

pues no consta en ellos se hubiere recabado el parecer de ministro alguno, sí es cierto

que en uno de los memoriales remitidos por el síndico de la ciudad, Damián Miralles, a

Felipe II, consta lo siguiente:

Aviértese que los que de principio desearon este estanque que fueron los de la iglesia

y luego que la ciudad de Alicante supplicó a S.M. que lo hiziesse y S.M. señaló querer

el augmento de diezmos, en aquel punto procuraron señalar inconvenientes para

destorbar y apartar que SM la dexasse de hazer385

.

A tenor de estas palabras, la Iglesia alicantina parece ser que en un primer momento

vio con buenos ojos la construcción del pantano, seguramente por el acrecentamiento

que de la puesta en marcha de dicha obra se derivaría para sus diezmos y rentas,

mudando posteriormente de opinión al tener noticia de la intención de Felipe II de

disponer del aumento de esos diezmos para sí.

Sin embargo la concesión efectuada por el Monarca en 1590, en ese momento, no

pasaba de ser una mera declaración de intenciones. En efecto, una duda relativa a si en

las concesiones papales anteriores quedaban comprendidas las aguas pluviales o

llovedizas (a cuyo embalse iba destinado el pantano de Alicante) o, por el contrario,

aquéllas solo incluían las aguas manantiales o fluyentes, obligó a efectuar diversas

consultas y estudiar con detenimiento la cuestión a instancias de Felipe II386

.

En junio de 1593, cuando las obras de la presa habían alcanzado ya los 160 palmos

y se planteaba cerrar la misma para comenzar a embalsar agua, el Consejo de Aragón,

tras recibir informes desde Alicante y Orihuela387

, estima que, una vez entre en servicio

la presa, los diezmos aumentarán en 8.000 o 10.000 ducados. Por ello, estiman

necesario que el Rey escriba a Roma a fin de obtener el aumento de los diezmos que

385

Memorial de algunas cosas que advierte Damián Miralles, síndico de la ciudad de Alicante, cerca de

la fábrica del pantano. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/40.

386 ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc. 49/2. Respecto a esta cuestión, tanto el Consejo de Argaón

como el propio Monarca albergaban dudas respecto al alcance de los breves papales concedidos por la

Santa Sede hasta ese momento a la Corona española. En cuanto al Consejo, la duda se suscitó en estos

términos: “también ay dubda si el Breve se exiende a los riegos que su Majestad sacare de aguas

recogidas de Pantanos y aguas pluviales, porque la Bulla no habla sino de acequias que se sacaren de

Rios”. En tal sentido y aunque el Consejo entiende que el supuesto del pantano de Tibi se halla entre los

amparados por la bula, aconseja al Monarca contar con un Breve particular en el que expresamente se

contemplen las aguas embalsadas y pluviales “como dizen lo obtuvo special para lo de la acequia

Imperial de Aragón” [s.f.]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/24. Por lo que respecta a Felipe II,

éste planteó sus dudas al Consejo de Aragón con estas palabras: “la duda que se preguntó es si diciendo

el breve que los regadíos se han de hazer del agua de los ríos y no nombra las llovedizas, se me avise si

siendo los del pantano casi todas llovedizas, podría aver contradicción en ello, o, traer algún escrúpulo

en llevar el diezmo, y si para assegurar mejor lo uno y lo otro, sería bien obtener nuevo breve de Su

Santidad” [1593]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 632, doc. 10.

387 Mediante cartas de 20 y 22 de abril de 1593 informaron al consejo el contador-veedor y el ingeniero

que estaban a cargo de la obra, así como el gobernador de Orihuela. ACA, Consejo de Aragón, leg. 651,

doc. 49/2.

Page 80: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

resultaran del nuevo riego388

. En tal sentido, el alto órgano de la Monarquía pide a

Felipe II que dé orden al secretario Yvarra389

para que entregue al secretario Franqueza

las bulas concedidas por la Santa Sede a Castilla, para que, conforme al tenor de éstas,

se solicite lo propio para el río Monnegre. Para estas gestiones sugieren se recabe la

colaboración del doctor Felice Novelli, capellán real, por tener mucha experiencia en

estas materias390

.

A la petición del Consejo de Aragón contestará favorablemente Felipe II, dando su

conformidad a que se proceda según el parecer del Consejo391

.

Tras el examen de los documentos papales concedidos a Castilla, el Consejo de

Aragón emitió su parecer392

en el sentido de que no era menester obtener un nuevo

breve para solicitar el disfrute de los diezmos novales, que se generaran con el riego de

las aguas llovedizas fluyentes por el río Monnegre393

. El alto órgano entendía que el

riego del pantano de Alicante estaba comprendido en el Breve de Gregorio XIII de 18

de julio de 1579, pues el agua se toma del río llamado Castalla394

. Al mismo tiempo, el

Consejo sugería al Monarca que se subdelegase la averiguación de los diezmos

alicantinos en el doctor Agustín Frexa395

o en su defecto en el canónigo Gombau.

Esta misma opinión, volvió a reiterarla el Consejo de Aragón en sesión de 11 de

diciembre, contestando a Felipe II quién, para mayor seguridad, había requerido al

Consejo para que examinara el asunto por segunda vez396

. El alto organismo de la

388

Ibid.

389 D. Juan de Ibarra y Mallea fue nombrado en 1580 titular de la secretaría de Obras y Bosques y a partir

de1585, de la del Consejo de indias. Sobre este burócrata de la corte de Felipe II véase: GUERRERO

MAYLLO, A., “Estilo de vida de un burócrata del siglo XVI: D. Juan de Ibarra y Mallea” en Espacio,

Tiempo y Forma [en línea], Serie IV, Historia Moderna, Madrid: UNED- Facultad de Geografía e

Historia, 1991, t. IV, pp. 39-56 [fecha de consulta: 25 de septiembre de 2017]. e-ISSN 2340-1400.

Disponible en: http://revistas.uned.es/index.php/ETFIV/index

390 ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc. 49/2.

391 Ibid.

392 Según los documentos estudiados, el Consejo abordó la cuestión en sus sesiones de 20 de junio, 18 de

noviembre y 11 de diciembre de 1593. ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc. 49/2, leg. 632, doc. 10 y

leg. 651, doc. 49/3. La decisión de hallarse comprendidos los nuevos riegos de Alicante en la concesión

papal se adoptó en la sesión de 18 de noviembre a propuesta del regente Covarrubias y de Felice Novelli.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 632, doc. 10.

393 ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc. 49/3.

394 ACA, Consejo de Aragón, leg. 632, doc. 10.

395 De quien afirma el Consejo “es natural de Cathaluña y ha 23 años que es official y vicario General

del Patriarca Arçobispo de Valencia, buen letrado hombre entero y sin respetos y muy plático en

negocios”. Ibid.

396 La duda que Felipe II planteaba al Consejo en esta segunda consulta seguía siendo la misma que había

motivado su primera consulta, saber si el nuevo riego con las aguas del Pantano de Alicante se hallaba o

no comprendido en las concesiones pontificias con las que contaba la Corona española.

Page 81: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Monarquía Hispánica, tras examinar la cuestión nuevamente397

, contestó no ser

menester obtener un nuevo breve de la Santa Sede para gozar del aumento de los

diezmos que se generasen tras la entrada en servicio del pantano. El Consejo se reafirma

en la respuesta que había dado a la primera consulta y vuelve a recordar la conveniencia

de designar a un comisario para averiguar el valor de dichos diezmos398.

Pese a la seguridad con la que se expresó el Consejo de Aragón, Felipe II seguía

albergando dudas respecto de esta cuestión que, a la vista está, tanto le inquietaba. Por

ello, en la portadilla del documento que contenía la respuesta del Consejo, el Rey anotó

que volviese a examinarse el asunto y se viera la conveniencia de obtener un breve, a

mayor cautela, a fin de atajar pleitos399.

Despejada la duda, en 1594400

Felipe II solicitó del obispo de Ávila que, en

atención a que la presa de Alicante está próxima a entrar en servicio y en ejecución de

lo previsto en los breves papales, procediera a averiguar el valor de los diezmos y

primicias correspondientes al nuevo riego en la Huerta de Alicante. A tal fin, le encarga

que sin más dilación subdelegue dichas tareas en el Dr. Gerónimo Roda401

.

Diferentes problemas impidieron a este último llevar a cabo el encargo, por lo que

en 1595402

Felipe II se dirige nuevamente al obispo de Ávila, solicitándole efectúe un

nuevo nombramiento y proponiendo para el mismo a su capellán el Dr. Francisco

Rocafull403

, también canónigo de València, a lo que accede el prelado404

. Antes incluso

de que el Monarca reciba la subcomisión del obispo abulense en favor de Rocafull,

procede a dar instrucciones tanto a éste como al regente de la lugartenencia general del

Reino de Valencia y al gobernador de Orihuela sobre la comisión y averiguación de los

397

El planteamiento de la misma era prácticamente igual al de la primera consulta: “La concessión de los

summos Pontífices es de las décimas y primicias que se acrescentarán por razón de los riegos que se

sacarán de qualesquier ríos en los Reynos y Principados de España y Islas Canarias, y no se haze

distinction e que los avenidas de aguas llovedizas sean mayores ni que los riegos en los ríos se hagan o

dexen de hazer represando las aguas, y pues está concedido el crecimiento de las decimas y primicias

que resultará del riego de qualesquier ríos y el del Pantano es río corriente que llaman de Castalla y

trahe de ordinario razonable golpe de agua y en algunos tiempos del año sin avenidas de aguas

llovedizas es tan abundante, que dando el agua será menester para las heredades se represara mucha de

ella en el Pantano y el ser más por causa de las avenidas de aguas llovedizas no muda la substancia y

especie de la concessión”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc., 49/3.

398 Ibid.

399 ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc., 49/3.

400 Carta de Felipe II al obispo de Ávila de 26 noviembre 1594. ACA, Consejo de Aragón, leg. 675, doc.

56/3.

401 El Pardo, 26 de noviembre de 1594. Ibid.

402 Madrid, 16 de enero de 1595. Ibid.

403 Real carta de 16 de enero de 1595. ACA, Consejo de Aragón, leg. 675, doc. 56/1.

404 Comisión del obispo de Ávila, Jerónimo Manrique de Lara, en favor del Dr. Rocafull. Ávila, 21 de

enero de 1595. RAH, colección Salazar y Castro, I-43, fols. 438 y 439vto

.

Page 82: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

diezmos y primicias de la Huerta de Alicante405

. Este detalle es revelador de la celeridad

que el Monarca deseaba imprimir a este proceso.

Finalmente fue una comisión integrada por cuatro individuos406

a quienes Felipe

II407

encomendó la averiguación y delimitación de los nuevos regadíos de la Huerta de

Alicante408

.

Junto a los anteriores, fue nombrado fiel de los nuevos regadíos Gaspar Remiro de

Espejo, que recibía instrucciones del canónigo Rocafull y a cuyo cargo quedó el cobro

de los diezmos 409

. En cuanto a éste último, en 1602, una real cédula de Felipe III410

ordenó que previa comprobación de las cuentas que había presentado, se procediera al

abono de sus trabajos en la averiguación de los diezmos411

.

D) El definitivo acuerdo

Paralelamente a los trabajos de averiguación del importe de los diezmos novales,

Felipe II estudia con el asesoramiento de la Junta Patrimonial y del Consejo de Aragón,

qué resolución conviene tomar respecto a la forma en que deben financiarse las obras

del pantano. En un primer momento el Monarca parece inclinado a gravar a la Ciudad

con algún rediezmo o carga fiscal412

, pues estima que será mucho el beneficio que

obtendrán tras la puesta en marcha de esta nueva infraestructura. Algo lógico, por otra

405

Real carta de 16 de enero de 1595. ACA, Consejo de Aragón, leg. 675, doc. 56/1.

406 Dr. Melchor Punter, arcediano de Orihuela; Ldo. Feliciano de Figueroa, capiscol y canónigo de

Valencia; Juan Bautista Fornar, canónigo de Orihuela y Dr. Teófilo Balaguer, abogado patrimonial de

Alicante. RAH, colección Salazar y Castro, I-43, fols. 440 y 441.

407 Mediante real cédula otorgada en Aranjuez el 13 de marzo de 1596. Ibid.

408 Ibid.

409 Ibid., fol. 443. Tanto Rocafull, como de Espejo, actuarán para favorecer los intereses de Pedro

Franqueza y facilitar la llegada de agua a las tierras adquiridas por éste en la partida de Palamó, tal y

como se desprende de las siguientes palabras de Rocafull a Franqueza, en las que le manifiesta a éste que

en relación al agua “con lo que yo he hecho ay sobradissima”y añade que las acequias podrán prolongarse

sin problemas hacia la tierras del alto funcionario “con justificación pues el agua del Rey principalmente

ha de servir a tierras nuevas, o casi nuevas, como las de V.m. que son las que dan el augmento [de los

diezmos]”. Y como queriendo dar buena muestra de haber dado instrucciones precisas al respecto, añade:

“ya de esto quedan encargados los que lo han de hazer de la manera que convino”, y concluye: “sin duda

que se ha redemido aquella tierra con lo que yo he hecho”. Carta de Francisco Rocafull a Pedro

Franqueza. ADC, Fondo Villafranqueza, Ciriñuela, Cirat. Caja 5, leg. 2, 1.

410 Aranjuez, 9 de mayo de 1602. ACA, Consejo de Aragón, leg. 675, doc. 56/2.

411 En este caso y en tanto en cuanto los diezmos novales pertenecían a la Corona (aunque el producto de

los mismos hubiere sido temporalmente cedido a la ciudad de Alicante para resarcirse de los gastos de la

fábrica del pantano), el Rey ordena que los 12.250 reales castellanos que Rocafull afirmaba haber gastado

“en la comisión de averiguar los diezmos por orden del rey en la huerta de alicante”, sean abonados por

el Mestre Racional de Valencia, corriendo a cargo por tanto de la Real Hacienda. Ibid.

412 La intención del monarca, según sus manifestaciones a la Junta Patrimonial, era que en Alicante por el

beneficio del nuevo riego pagase un rediezmo como el que abonaban a la Real Hacienda “en la Cequia

Imperial de Aragón y en el riego de Picotajo”, además del diezmo entero de los novales que había sido

concedido a la Corona por la Santa Sede. ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc. 49/8.

Page 83: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

parte, teniendo en cuenta las muchas bondades con las que los alicantinos habían

adornado el proyecto del pantano y de las que habían hecho partícipes al Monarca a

través de numerosas cartas, memoriales e informes. Sin embargo, la intervención de la

Junta Patrimonial de Orihuela413

, a instancias del Consejo de Aragón, hará cambiar al

Monarca de opinión.

En sendos pareceres emitidos por dicha Junta414

, respondiendo a otras tantas

consultas415

del Consejo de Aragón, aquélla hizo saber a éste que el pantano había sido

costeado por la ciudad de Alicante de su dinero416

, sin que la obra hubiera supuesto

gasto alguno para la Corona. Pero la Junta añadía algo más:

Y no les ha salido tan bien que estén contentos del, y se rescibió notorio engaño en lo

que representaron a V.M. de la fertilidad del suelo que riega el pantano, porque es

muy estéril, y este año y el pasado que sembraron mucho con esperanzas de el agua

del Pantano no la ha avido y se les han perdido sus frutos417

.

A la vista de lo anterior, el Consejo de Aragón, determinó finalmente ser de justicia

que a la ciudad de Alicante se le respetare la capitulación que con ella efectuaron el

Gobernador y el Baile de Orihuela el 22 de enero de 1590418.

Y, por fin, Felipe II se consideró suficientemente informado e ilustrado sobre la

cuestión, escribiendo de su puño y letra en la portadilla del citado acuerdo del Consejo

de Aragón: “Hágase assí, pues parece que es de justicia”419

.

Finalmente Felipe II, mediante privilegio de 24 de diciembre de 1596420

, ratificó la

cesión en favor de la ciudad de Alicante de los diezmos y primicias que, por las

mencionadas concesiones papales a la Corona española, le correspondían de los nuevos

413

De acuerdo con Banacloche Giner, componían esta junta el gobernador de Orihuela, el baile de

Orihuela, el asesor del baile, el receptor de la bailía y el notario-procurador fiscal y patrimonial.

BANACLOCHE GINER, op. cit., p. 156.

414 Emitidos el 19 de septiembre y el 24 de octubre de 1596. ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, docs.

49/7 y 49/8.

415 “Sobre lo que ha de pagar la ciudad de Alicante por el benefficio del nuevo riego del pantano”. Ibid.

416 Respecto del coste de las obras la Junta dice al Monarca que pese a que “se presuponía que costaría

veinticinco mil ducados”, finalmente “le ha costado a la Ciudad cinquenta mil ducados”. Ibid. Otros

testimonios elevan dicha cantidad hasta las 70.000 libras. Alegaciones de la ciudad de Alicante en el

pleito para la delimitación del término particular de la universitat de Sant Joan y Benimagrell. 15 de

Noviembre de 1596. ARV, Real Audiencia, procesos parte 2, Letra S, exp. 918, p. 34.

417 Parecer emitido por la Junta Patrimonial el 19 de septiembre de 1596. ACA, Consejo de Aragón, leg.

651, doc. 49/8.

418 Parecer del Consejo de Aragón adoptado en sesión de 21 de noviembre de 1596. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 651, doc. 49/10. La capitulación a la que se alude de 22 de enero de 1590, determinaba que

la Corona cedía el aumento de los novales a la ciudad de Alicante, debiendo ésta tomar a censo el dinero

necesario para costear la construcción del pantano e ir resarciéndose y cancelando los censales del

producto o beneficio que los diezmos novales le reportaran.

419 Ibid.

420 ACA, Consejo de Aragón, leg. 706, doc. 2/18.

Page 84: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

frutos obtenidos por el aumento del riego421

. Su administración se encargó al depositario

de frutos, que debía ser elegido por el justicia y jurados de la Ciudad y su producto

debía emplearse en la redención de los censales contraidos para financiar el coste de la

fábrica del pantano422

.

En virtud de este privilegio, se estableció que la ciudad de Alicante y quienes

disfrutaran del nuevo riego con agua del pantano, debían satisfacer el diezmo de todas

las tierras novales y el aumento que, en razón del nuevo riego, hubiere en los diezmos

que hasta ese momento se solían pagar. Este último, según puntualizaba el propio

privilegio, era el que la Santa Sede había concedido a la Corona. Así mismo, se declaró

a los alicantinos exentos del pago de cualquier rediezmo u otro impuesto por razón del

riego del pantano423

.

Además, el privilegio determinaba la obligación perpetua para la ciudad de Alicante

de costear el mantenimiento y reparaciones del pantano, de los azudes y de las acequias

y partidores por los que debía distribuirse el agua del pantano424

.

2.3 LA EJECUCIÓN DE LA OBRA (1590-1593).

Un aspecto a destacar en la ejecución de las obras es el papel que Felipe II asumió

con respecto a las mismas. Pese a haber decidido que fueran ejecutadas por la ciudad de

421

“Contentándonos para nuestra Regia Corte de lo que la Sede Apostólica nos conçediesse y que de esto

applicaríamos para que la çiudad cobrasse lo que gastasse, lo que pareciesse justo, por ser este

expediente el más conveniente a nuestro serviçio y al bien de la ciudad”. Ibid. Esta concesión sería

posteriormente ratificada en las Cortes de 1604, en las que Felipe III, a suplicas de los tres brazos, accedió

a que en relación a los frutos procedentes de los nuevos riegos del pantano y hasta que la ciudad de

Alicante y lugares de su huerta se hubieren reintegrado de los gastos efectuados con ocasión de la fábrica

del pantano, la Corona no haría “gracia ni mercé a altres persones o Universitats sobre lo augment dels

fruyts del nou rech del dit Pantano”. Furs, capitols, prouisions e actes de cort: fets y atorgats per la

S.C.R.M. del rey don Phelip [...] en les corts generals [...] celebrades als regnicols de [...] Valencia [...]

en lo any MDCIIII, València: en casa de Pere Patricio Mey prop de S. Marti, 1607, cap. CLXV, fol. 36.

Bendicho a propósito de esto dirá: “[…] asiéndose señor su Magestad del pantano y sus aumentos, que

aunque la Ciudad le cargó el dinero para su fábrica, fue como prestárselos a su aumento del pantano

para reintegrarse de aquel dinero las obras, reparando lo que combiniese en ella como consta por fuero

hecho la cortes de 1604 en Valencia”. BENDICHO, op. cit., p. 837.

422 Tal y como documentó Alberola Romá, la voluntad de Felipe II respecto del empleo que debía darse al

producto de los diezmos cedidos por la Santa Sede a la Corona y, por ésta, a la ciudad de Alicante, era

bien clara. En efecto, Felipe II, en carta dirigida al receptor de la Bailía de Orihuela ordena a éste que las

rentas de los diezmos y primicias, una vez satisfechos los gastos derivados de su cobraza, deben ser

entregadas al clavario de la Ciudad para redimir con ellas los censales constituidos con ocasión de la

fábrica del pantano: “que se irán redimiendo de lo que procederá de los Diezmos y Primicias, en lo qual y

no en ninguna otra cosa se han de convertir los dichos Diezmos y Primicias”. ASRHA, Arm. 2, lib. 1,

fols. 101-106vto

. Texto entrecomillado y fuente archivística citadas en: ALBEROLA ROMÁ, Jurisdicción

y propiedad…, p. 176.

423 “De ninguna manera deven ni están obligados a pagar el rediezmo que algunos de la Junta del

Patrimonio pretendían que se debía, ni ningún otro pecho, ni tributo”. ACA, Consejo de Aragón, leg.

706, doc. 2/18.

424 El privilegio puntualizaba “sin que pueda pedir ninguna cosa a nuestra regia Corte por la costa y

gasto de todo ello”. Ibid.

Page 85: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Alicante y pagadas con cargo al dinero tomado a censo por la misma para tal fin, el

Monarca supervisará e intervendrá en muchos aspectos de las obras. Así se desprende

de la abundante y fluida correspondencia que Felipe II mantendrá con los oficiales del

gobierno de la ciudad y con otras personas que tomaron parte activa en las obras.

2.3.1. Aspectos jurídicos y económicos

A) Felipe II fija las condiciones de ejecución de la obra

En mayo de 1590, Felipe II se dirigirá por carta425

a los jurados alicantinos a fin de

concretarles las condiciones en las que desea se ejecute la obra del pantano. De forma

pormenorizada, el Rey da indicaciones precisas sobre diversos aspectos del modo en

que se han de realizar las obras, sin dejar nada al azar o a la improvisación.

En primer lugar, el Monarca les hace saber que, con respecto a la altura hasta la que

se ha de levantar la pared, su voluntad es añadir otros 200 palmos por encima de lo ya

construido. También que en todo lo relativo a la fábrica de la pared se ha de observar,

sin discrepancia alguna, el parecer de los ingenieros reales Jorge Fratin, Bautista

Antonelli y Cristóbal Antonelli expresado en un documento de 27 de septiembre de

1588426

, del que envía copia a los jurados. Por lo que respecta a la dirección de la obra,

el Rey comunica a los jurados alicantinos que ha nombrado como asistente ordinario de

ella al Ingeniero Cristóbal Antonelli, al que deben asignar un salario competente a su

profesión, abonándoselo a plazos.

En cuanto a la forma en que se debe de adjudicar la obra, el Rey indica que deben

dar la obra a destajo, debiendo rematarla los oficiales que se obligaren a ello de la forma

mejor y más económica. En este punto, Felipe II les dice a los jurados que han de

intentar que el precio baje de los 26.000 ducados en que fue tasada por los ingenieros.

Con respecto al plazo de tiempo durante el que se han de ejecutar las obras, el

Monarca hace saber a los jurados que deben señalar un plazo concreto para la

conclusión de las mismas, a fin de que los encargados de ejecutar la fábrica se sujeten a

él, sin que aquel exceda de los dos años, si es posible.

Los aspectos económicos de la obra, son una de las cuestiones sobre las que Felipe

II se muestra más preocupado, lo que se traduce en un mayor número de indicaciones.

En primer lugar el Rey indica que la ciudad debe exigir a los adjudicatarios de la obra

que depositen fianzas suficientes, con el fin de asegurar tanto las entregas a cuenta que

425

El Pardo, 6 de mayo de 1590. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fols. 51 y ss.

426 En este documento, titulado “Parecer de Fratín, Cristobal y Juan Bautista Antonelli sobre como

entienden que debe realizarse la obra del pantano”, consta una anotación manuscrita de Felipe II, fecha

en Madrid el 29 de diciembre de 1588, del siguiente tenor: “Que se haga el pantano según el Fratin y los

Antonellis”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/59. La transcripción completa del documento en:

CAMARERO CASAS et al., Tibi, un pantano…, p. 123.

Page 86: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

se les irán librando, como la firmeza y correcta ejecución de la obra427

. Seguidamente y

respecto a la forma en que han de ir obteniendo el dinero necesario para satisfacer los

costes de la obra, el Rey indica a los jurados que aunque les ha concedido licencia para

tomar a censo 10.000 libras428

, de momento sólo habrán de disponer de la cantidad que

necesiten para abonar los salarios de los oficiales encargados de la obra. Una vez

hubieren gastado dicha cantidad y sólo entonces, podrán tomar a censo más dinero.

Finalmente, el Rey precisa la forma en que la ciudad deberá ir amortizando la deuda

contraída por razón de la fábrica del pantano. Al respecto indica que el sobrante de las

rentas de los propios de la ciudad, en lugar de aplicarse a redimir deuda contraída con

anterioridad (como venía haciéndose hasta ese momento), deberá destinarse, en

adelante, a la fábrica del pantano, a fin de evitar los gastos que supondrían tener que

endeudarse con nuevos censales429

.

Por último el Monarca hace saber a la ciudad que (“porque estoy advertido”) a fin

de evitar excusas, es su deseo que junto al ingeniero Antonelli, asista un alguacil430

,

para controlar la gente que toma parte en la obra y los pertrechos que resultaran

necesarios para la buena ejecución de ésta.

Y antes de estampar su firma en la carta, Felipe II aún dirá algo más a los jurados

alicantinos, dando muestra de lo mucho que el asunto del pantano le preocupaba:

Y seré muy servido de que todo lo sobredicho se ponga en execuçión con mucha

brevedad y que se me avise de cómo se huviere effectuado porque lo quiero entender

con particularidad431

.

B) La ciudad subasta y remata las obras. Nuevas instrucciones de Felipe II

Conforme a lo indicado por el Monarca, la ciudad de Alicante procedió a subastar

la ejecución de las obras del pantano. Previamente al día señalado para el remate, los

427

Ibid., fol. 51vto

. En este sentido, la prevención de Felipe II, es equiparable al objeto que en la

actualidad la doctrina, de acuerdo con la legislación de contratos del sector público, atribuye a las

garantías exigibles a los contratistas, esto es, “cuantificar de forma anticipada los perjuicios que podría

provocar la actuación del contratista”. RODRÍGUEZ-ARANA MUÑOZ, J. y ALVAREZ BARBEITO,

F. J., “El régimen de las garantías para contratar con la Administración Pública”, en Actualidad

Administrativa, 1997, 32, p. 690.

428 Aunque la petición inicial de la ciudad ascendía a 16.000 ducados, Felipe II, mediante carta de 6 de

mayo de 1590 estimó que “por ahora” eran suficientes “diez mil libras, monedad real de esse reino de

Valencia”, razón por la que concedió licencia y facultad a la ciudad y a sus oficiales “para que en una o

en muchas vezes” pudieran tomar censo y cargar dicha cantidad “sobre essa ciudad y sus proprios, rentas,

drechos y emolumentos y de sus vecinos y naturales”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fols.

52vto

a 54.

429 Ibid., fol. 52.

430 El Rey dispone que el alguacil “será bien que Antonelli le nombre para que entre los dos haya más

conformidad”, debiendo la ciudad señalarle “el salario que le pareçerá justo”. Ibid.

431 Ibid., fol. 52

vto.

Page 87: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

jurados procedieron a enviar letras requisitorias a las ciudades de València, Xàtiva,

Murcia, Orihuela y otras villas y lugares del reino, ordenando dieran publicidad a la

subasta de las obras del pantano432

. En la ciudad de Alicante, la ejecución de muchas de

las diligencias derivadas de la subasta y remate corrieron a cargo de Melchor Carbó,

trompeta y corredor público de la misma433

. El gobernador Álvaro Vique, en virtud de

comisión real434

, supervisó todo el proceso, asistido por el baile, Juan Vique. Junto al

justicia435

, jurados436

, racional437

y síndico438

de la ciudad, interviniendo también gran

parte de los designados por la junta general celebrada el 20 de enero439

.

El 16 de septiembre de 1590 fueron rematadas en favor de los maestros Juan

Torres, Gaspar Vicent y Gaspar Córdoba, quienes se comprometieron a levantar la

pared 200 palmos sobre lo ya edificado, en un plazo de 3 años, por un importe de

30.000 ducados y conforme a los capítulos redactados al efecto440

. Tras serles

adjudicada la obra, ambos maestros prestaron y depositaron sus fianzas ante el

escribano de la ciudad, a fin de responder de los posibles daños o responsabilidades

derivadas de la ejecución de las obras441

.

Una vez informado442

el Monarca de la adjudicación de las obras y del modo en

cómo se había efectuado la misma, el Rey remite sendas a cartas443

: una dirigida a los

jurados de Alicante444

y la otra al gobernador de Orihuela445

.

En la primera de ellas Felipe II manifiesta a la ciudad que enterado de cómo se

había desarrollado la subasta y remate de las obras del pantano, había quedado

satisfecho del precio en que se habían adjudicado. Así mismo, respecto a las fianzas

432

Ibid., fol. 32vto.

433 Ibid., fol. 33.

434 Otorgada por Felipe II en San Lorenzo de El Escorial el 4 de agosto de 1590. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fol. 31.

435 Gerónimo Vallebrera, regent de justicia en lo civil y criminal. Ibid.

436 Francesc Sánchez y Cristòfol Mingot, dos dels magnifichs jurats de la […] ciutat. Ibid.

437 Pedro de Torres. Ibid.

438 Gaspar Aragonés. Ibid.

439 Entre ellos Geroni Alaya y Luis Vidal, justicia de la universitat de Muchamel y jurat en cap de dita

universitat, respectivamente. Ibid., fol. 31.

440 “Capitols ab los quals se han de obligar los Mestres que enpendrán la obra y fàbrica del pantano per

trenta milia ducats dins tres anys conforme los capítols que sa magestat mana”. Ibid., fols. 34 a 39.

441 Las fianzas fueron entregadas por los maestros canteros al notario y escribano de sala de la ciudad de

Alicante los días 16 y 27 de septiembre de 1590. ACA, Consejo de Aragón, leg. 703, doc. 40/3.

442 Tanto los jurados de Alicante como el gobernador de Orihuela, informaron a Felipe II mediante sendas

cartas de fecha 1 de octubre. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fols. 55vto

y 58-59vto

.

443 Ambas cartas están fechadas en San Lorenzo de El Escorial el 13 de octubre de 1590.

444 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fol. 55

vto.

445 Ibid., fols. 58-59

vto.

Page 88: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

exigidas a los maestros y los salarios que han asignado Antonelli y a su alguacil, el Rey

les indica que ha dado instrucciones precisas al gobernador sobre ambas cuestiones,

debiendo atenerse los jurados a lo que aquél les indique446

.

En cuanto a la segunda carta, remitida al Gobernador, el Rey expresa igualmente su

satisfacción por la forma y cuantía en que se había rematado la obra del pantano,

agradeciendo a Vique sus gestiones. Seguidamente, Felipe II da instrucciones al

Gobernador acerca de cómo se han de efectuar los pagos en favor de los maestros

adjudicatarios. El Rey, siempre preocupado porque el dinero se administre

correctamente, indica a Vique que se les ha de pagar de 2.000 en 2.000 ducados, de

forma que hasta que no hayan gastado o consumido los 2.000, no se les deben entregar

otros 2.000.

En cuanto a fianzas y salarios, ordena al Gobernador que tome las fianzas en la

cuantía que estime oportuno y que pague a Antonelli un salario de 40 ducados

mensuales y a su alguacil otro de 6 reales al día.

Por último, el Monarca antes de rubricar la carta, volverá a recordar al Gobernador

que debe mantenerle informado de todo447

.

A finales de octubre Felipe II vuelve a dirigirse por carta448

al Gobernador y a los

jurados de Alicante. En la misiva dirigida al primero, tras mostrarle su satisfacción por

el modo en que se ha llevado a cabo la adjudicación de la obra y la fijación de fianzas y

salarios, el Rey hace saber al Gobernador que las obras deben comenzar de

inmediato449

. Insiste en que los maestros adjudicatarios, Antonelli y el alguacil cumplan

con toda diligencia con sus cometidos, debiendo la ciudad pagar sus salarios con

puntualidad450

, todos los meses del año y conforme a los plazos señalados. Por lo que

respecta a la carta remitida a los jurados451

, el Rey les comunica que ha quedado

complacido “del zelo que han puesto en el destajo de la fábrica del pantano de esa mi

ciudad”, les insta a seguir actuando diligentemente hasta la conclusión de la obra y les

recuerda que han de dar crédito a todo lo que les diga el Gobernador.

446

Ibid., fol. 55vto

.

447 Buena prueba de que este tipo de frases con las que Felipe II concluía sus cartas no eran una mera

formalidad o cláusula de cierre sin más importancia, sino más bien, todo lo contrario, es el hecho de que

apenas unos días –concretamente el 8 de octubre– después de escrita esta carta, el gobernador volverá a

escribir al monarca participándole las últimas novedades. Sant Lorenzo, 27 de octubre de 1590. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/1, fols. 56vto

y 57. Sant Lorenzo, 27 de octubre de 1590.

448 Ibid. Además de darle instrucciones, el Rey aprovecha el envío para adjuntarle al gobernador un

traslado de la carta que con esa misma fecha ha remitido a los jurados de la ciudad.

449 Ibid., 56

vto.

450 En cartas posteriores el Rey volverá a recordar a la ciudad la importancia de abonar los salarios de

forma puntual. Un ejemplo de ello en la carta remitida desde Valladolid el 13 julio 1592. Ibid., fol. 67.

451 San Lorenzo, 27 de octubre de 1590. Ibid., fol. 56.

Page 89: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

C) La designación de Melchor Pérez de Vivero como veedor de las obras

Apenas unos meses después de que dieran comienzo las obras, Felipe II volverá a

demostrar hasta qué punto la construcción del pantano es un asunto que le preocupa y

en el que, en consecuencia, no está dispuesto a que nada pueda desarrollarse fuera de los

cauces reglamentarios. Pese a que es la ciudad la que ha de correr con los gastos de la

construcción de la presa, aquélla es una obra de la Monarquía, autorizada por él,

informada por sus ingenieros y dirigida por uno de éstos. Por otro lado, durante los años

en que las obras estuvieron interrumpidas, Felipe II ha sido cumplidamente informado

de los males que aquejaban a la administración alicantina, en la que las corruptelas y los

intereses enfrentados de sus oficiales, habían sido un serio obstáculo para retomar las

obras de la pared del pantano.

Por ello y teniendo en cuenta el carácter receloso del Monarca, no es de extrañar

que a comienzos de 1591 el Rey decidiera designar un contador-veedor que fiscalizara y

controlara lo que se gastaba en la fábrica del pantano y con qué fin y salario452

. El

nombramiento de este oficial, especialmente designado por Felipe II, dio lugar al envío

de una serie de cartas; primero desde la Corte a Orihuela y después desde la capital de la

gobernación a la ciudad de Alicante453

. En las primeras, y siguiendo su proceder

habitual, Felipe II, por un lado, informa oficialmente de su decisión al Gobernador y le

da instrucciones al respecto454

; por otro lado, se dirige a los jurados de la Ciudad

comunicándoles escuetamente el nombramiento del veedor y pidiéndoles que le hagan

caso en todo, tanto al recién designado como al Gobernador. En cuanto a las remitidas a

los jurados alicantinos, resultan especialmente interesantes por las prevenciones en ellas

contenidas y por la enérgica conminación a acatar la decisión de Felipe II.

En esta ocasión no será el propio gobernador el que se desplace desde Orihuela a

Alicante a informar al consell alicantino, sino que, en su nombre, lo hará Juan

Fernández de Mesa455

. En una sesión celebrada el 20 de febrero de 1591456

, en presencia

del justicia, dos jurados y el escribano de sala, Fernández de Mesa informa al gobierno

municipal de Alicante que, por orden del Gobernador, les hace entrega de una carta

452

ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc 1/1, fol. 60 in fine. Respecto a la conveniencia de designar

una persona próxima al Monarca para la administración económica de la obra, hay que hacer notar que

antes incluso de adoptar la decisión de retomar las obras, el propio Consejo de Aragón había informado al

Monarca del sentir unánime que en el seno del mismo existía respecto a lo inconveniente de que entregar

a la Ciudad “los dineros que se han de dar para hazer esta obra”, estimando el Consejo la necesidad de

“que aya persona de confiança puesta por manos de Su Majestad que los vaya dando como se fueren

gastando” [s.f.]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/24.

453 Ambas misivas, suscritas por Felipe II, están fechadas en Madrid el 4 de enero de 1591. ACA, Consejo

de Aragón, leg. 635, doc 1/1, fols. 60 y 64.

454 Y nuevamente en esta ocasión, antes de estampar su firma en la carta, el Rey pide al gobernador le

informe de todo “porque quiero entender”. Madrid, 24 de enero de 1591. Ibid., fol. 65vto

.

455 Según consta en los documentos éste actuará en calidad de “cavaller subrogat de gobernador”.

456 La reunión se desarrollará en “en lo archiu nou de la sala nova”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635,

doc 1/1, fol. 60.

Page 90: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

sellada con las armas reales de Su Majestad. Dicha carta contiene la notificación a la

Ciudad por parte del Rey del nombramiento del veedor. Acto seguido, el enviado del

gobernador orcelitano entrega al justicia y jurados una segunda carta457

en la que Álvaro

Vique informa a los munícipes alicantinos del deseo de Felipe II de que una persona

esté a cargo de las cuentas de la obra del pantano y que para tal cometido y en calidad

de veedor-contador ha designado a Melchor Pérez de Vivero, con un salario de 6 reales

diarios y 150 ducados al año “para llevar el libro”458

. Y sabedor de las suspicacias459

que el nombramiento podía desencadenar en el seno del consejo, al tiempo que les pide

que devuelvan la carta a la gobernación “con toma de razón”460

, les advierte:

sin que en ello haya réplica pues no la puede haver ya en nada de esto, sino obedecer

a Su Majestad […] advierto que no se dé lugar a pláticas escusadas como ya tengo

avisado, sino que se haga en la hora lo que Su Majestad manda, favoreciendo al

dicho vehedor y contador en todo461

.

Fernández de Mesa dio lectura también a la carta que Felipe II había remitido al

gobernador Vique. En ella el Monarca vuelve a recalcar como quiere que se paguen los

gastos de la fábrica del pantano462

y explica las razones por las que ha designado

contador-veedor a Pérez de Vivero. Su deseo es que este oficial haga la cuenta y razón

necesaria para descargo de la ciudad, con el fin de que, cuando llegue el momento en

que aquélla deba ser resarcida de las cantidades invertidas en la fábrica del pantano haya

claridad y certeza de todo ello463

. El Rey señala también las funciones que

corresponderán al veedor-contador: custodiar y llevar al día el libro en el que se

anotarán los pagos que la ciudad fuere realizando464

, conforme a las instrucciones que el

457

Orihuela, 18 de febrero de 1591. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc 1/1, fol. 62.

458 Dicho salario, según las indicaciones del gobernador, deberán abonárselo desde el 8 de febrero, pues

según ha dispuesto Felipe II, los días transcurridos desde la salida de la corte del veedor hasta su llegada

primero a Orihuela y luego a Alicante, deben computarse también en favor del veedor. He aquí un detalle

más de la minuciosidad con que el monarca procedía en todos aquellos asuntos que pasaban por sus

manos.

459 A esta cuestión ya se refirió Alberola Romá para quién el nombramiento del veedor “provocó

disgustos entre ciertas capas sociales; disgustos interpretados como lógicos por el rey debido a la

imposibilidad de que personas ajenas a la empresa pudieran aprovecharse del dinero destinado al

pantano”. ALBEROLA ROMÁ, El pantano de…, 2ª ed., p. 39.

460 En este punto el gobernador se muestra especialmente duro con las autoridades alicantinas, a quienes

en previsión de que no quieran acusar recibo de su carta les dice textualmente: “yo no explico crehencias,

sino con las cartas en la mano, que es lo que haze al caso”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc 1/1,

fol. 63.

461 Ibid., fols. 62

vto y 63.

462 El monarca insiste en lo ya dicho en 1590: que la ciudad adelante el dinero y posteriormente, de lo que

la regia corte recibiría del nuevo riego, mandará que a Alicante se restituya de todo lo pagado por razón

de la fábrica del pantano. Ibid., fol. 64.

463 Ibid.

464 A los maestros destajistas, al ingeniero Antonelli, al alguacil y al propio Melchor Pérez de Vivero.

Page 91: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

propio Monarca le transmitirá en documento aparte, según lo acordado por la Junta del

Patrimonio465

.

En cualquier caso, Felipe II siguió prestando atención a la administración

económica de las obras y, de tanto en tanto, daba instrucciones a los jurados alicantinos

sobre cómo debían proceder. Un ejemplo de ello es el mandato incluido en una carta

remitida a la ciudad en marzo de 1591 y en la que el Monarca, entre otras cosas,

recordaba a los jurados la obligación de emplear las sobras de sus rentas y propios en

gastos derivados de la fábrica del pantano y no en otra cosa466

.

En julio de 1592, cuando habían transcurrido ya 20 meses desde la reanudación de

las obras, la ciudad precisó de una nueva licencia real para poder obtener otros 10.000

ducados a censo467

. El Rey accedió a concederla sin oponer ningún reparo, si bien indica

a los jurados que deben cargar los censos de 2.000 en 2.000 ducados, debiendo tomar

razón de todo ello el veedor468

. Dichos censos deberán documentarse en tantas

escrituras como sea necesario, quedando hipotecados y afectos a la liquidación de

aquellos todos los bienes propios, así como las rentas y derechos pertenecientes a la

ciudad469

.

También por estas fechas, el gobernador Vique se vio obligado a comunicar al Rey

que los maestros de la obra habían solicitado un aumento en sus emolumentos470

. Felipe

II fiel a su forma de proceder, responderá a Vique que atenderá la petición de los

maestros si de las cuentas del veedor se deduce que es procedente atender la petición de

los maestros. Una vez más, el Monarca da muestras de hasta qué punto concibe la

administración de las obras como una máquina compleja en la que cada pieza, cada

engranaje y cada resorte desempeña una concreta función y en la que sólo el

funcionamiento armónico de todas ellas podrá dar lugar al resultado esperado.

En noviembre de 1593, posteriormente al cierre de la presa, el Monarca autorizará a

la ciudad de Alicante, a través del gobernador Vique, a seguir tomando cantidades a

465

Ibid., fol. 65vto

.

466 Ibid., fol. 66

vto. Madrid, 10 de marzo de 1591. Este mismo mandato, lo volvió a formular el monarca

un año después, en carta remitida a los jurados desde Valladolid el 13 julio 1592. Ibid. fol. 67.

467 En la carta en que el monarca comunicó a los jurados alicantinos que les autorizaba para poder tomar a

censo sobre los propios bienes y hacienda de la ciudad, les indicaba que podían tomar las cantidades

necesarias “de qualesquiera personas, monasterios, collegios y universidades la cantidad de 10.000

ducados, moneda real de Valençia al precio y fuero que os podréis consertaros con las personas de quien

lo tomareis a çensal”. Dichas palabras están, de alguna manera, señalando algunos de los censualistas

habituales de la época. Por otra parte, en esta misma carta el Rey otorgó a la ciudad el poder y facultad

requeridos para que pudieran otorgar las escrituras en las que debían documentarse los censos. Todo ello

evidencia las facultades limitadas del poder local de la época y el control que, especialmente en materia

hacendística, ejercía la Corona sobre los municipios. Ibid., fol. 69.

468 Valladolid, 13 de julio de 1592. Ibid., fol. 67

vto.

469 Ibid., fol. 69.

470 De la contestación remitida por Felipe II al gobernador de Orihuela, fechada el 9 de agosto de 1592, se

deduce que la petición de los maestros debieron efectuarla entre junio y julio de dicho año.

Page 92: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

censo, de 2.000 en 2.000 ducados471

, a fin de poder levantar la pared hasta los 200

palmos de altura472

. El Rey concede dicha autorización en el bien entendido de que,

según la información de la que él dispone, bastarán 6.000 ducados para concluir la obra,

dejándola en 200 palmos de alto, altura suficiente para embalsar agua que permita el

riego de toda la huerta473

. Y vuelve a expresar su compromiso de restituir a la ciudad

con “los primeros aprovechamientos que entraran en mi regia corte del riego del dicho

pantano”474

rubricándolo “con esta mi auctoridad y decreto real”475

.

En diciembre de 1594, tras haber ordenado igualar y rematar la pared476

, Felipe II

dará instrucciones al gobernador de Orihuela acerca del modo en que se ha de financiar

el remate de la obra. En primer lugar, le indica que si con la cantidad que resta por

gastar de los últimos 6.000 ducados, no basta para igualar la pared, la ciudad deberá

abonar lo que reste del sobrante de sus rentas, sin que pueda contraer nuevos censos477

.

En segundo lugar y a fin de reducir gastos, el Rey indica al Gobernador que para el

remate de la obra no es necesario que asista el ingeniero Cristóbal Antonelli, por lo que

no debe abonársele cantidad alguna478

. Finalmente determina los salarios que deben

percibir el veedor y el alguacil. Respecto del primero, le dice al Gobernador que una vez

rematadas las obras ha de quedar con 400 libras del salario correspondiente a la alcaidía

del pantano479

. En cuanto al segundo480

, el Monarca ordena se le pague su salario hasta

que las paletas queden debidamente instaladas y operativas481

.

2.3.2. Aspectos constructivos

471

El monarca puntualizará que dichas cantidades se tomarán “de los proprios de la ciudad lo que se

podrá y lo demás cargándolo a censo sobre los proprios y rentas della”. ACA, Consejo de Aragón, leg.

635, doc 1/1, fol. 72vto

.

472 Ibid., fol. 72

vto.

473 Ibid., fols. 72

vto. y 73.

474 Ibid., fol. 73.

475 Ibid.

476 Ibid., fol. 75

vto.

477 Ibid., fol. 76.

478 Ibid., fol. 76.

479 En marzo de 1594 Melchor Pérez de Vivero, hijo del que hasta su fallecimiento había sido veedor y

contador de las obras del pantano (de igual nombre que su hijo), había obtenido el nombramiento de

contador veedor y el de alcaide del pantano. En la propuesta de nombramiento que el Consejo de Aragón

elevó a Felipe II (y que éste aprobó sin variar nada) a Pérez de Vivero (hijo) se le asignó un salario de

500 libras anuales “por ambas ocupaciones” (contador-veedor y alcaide), que quedaría reducido a 400

libras una vez finalizada la obra del pantano, momento a partir del que desempeñaría únicamente el

alcaidado del mismo. ACA, Consejo de Aragón, leg. 639, doc. 7/1.

480 En este documento consta que se apellidaba Miralles. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc 1/1, fol.

76vto

.

481 Ibid.

Page 93: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

En mayo de 1590, Felipe II se dirigirá por carta482

a Cristóbal Antonelli

comunicándole su decisión de que asista a la fábrica del pantano, con el salario que le

será señalado y abonado por la ciudad. El Rey le explica que ha dado orden a la ciudad

de que la obra se lleve a cabo de acuerdo con la opinión técnica que dieron Jorge Fratin,

Bautista Antonelli y él mismo, y le hace saber que espera de él una actuación diligente,

a fin de que la obra se ejecute con la perfección necesaria para su perpetuidad.

Finalmente y empleando una fórmula muy similar a la insertada en la carta que dirigió a

los jurados de la ciudad, el Rey se despide de Antonelli pidiéndole que le informe

puntualmente de la marcha de las obras483

.

Unos meses después, en octubre, y estando las obras ya adjudicadas, Felipe II dará

muestra, una vez más, de hasta qué punto está dispuesto a supervisar todos los aspectos

de la obra del pantano. En carta dirigida al gobernador Vique, el Monarca, tras indicarle

el salario que estimaba debía abonársele al ingeniero Antonelli, le puntualizará:

Que Antonelli no solo a de asistir en la fábrica sino que tanbién no se aparte un punto

de ver cómo se hacen los materiales para que con su asistencia ordinaria sean tales y

tan buenos como se debe pues en ellos principalmente consiste la bondad y perfiction

de la obra y así se les ha de pagar su salario en todos los meses del año como es

razón […] para que todos cumplan con su obligación.

En escritos posteriores el Monarca volverá a insistir al Gobernador cuán importante

considera que Antonelli asista en todo momento a la obra. Así, en carta de 27 de

octubre484

le dirá que vele en todo momento para que tanto los maestros, como

Antonelli y su alguacil cumplan con sus cometidos, sin permitirles ningún tipo de

ausencias.

A) En la presa

Una vez cumplidos los trámites anteriores, el 7 de noviembre de 1590485

dieron

comienzo los trabajos en la presa, reanudándose las obras que habían quedado

interrumpidas 9 años antes. Tal día, y con ocasión de reemprenderse los trabajos,

asistieron el justicia y los jurados de la ciudad, circunstancia que satisfizo a Felipe II

según expresó a los mismos en carta de 24 de noviembre: “y fue muy bien que os

482

Ibid., fol. 55.

483 Ibid., fol. 55.

484 Sant Lorenzo, 27 de octubre de 1590. Ibid., fols. 56

vto y 57.

485 De tal circunstancia fue informado Felipe II por los jurados de la ciudad mediante carta de 9 de

noviembre, según consta en la respuesta remitida por el propio Monarca desde El Pardo, el 24 de

noviembre de 1590. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc 1/1, fol. 60.

Page 94: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

hallaseis presentes para dar más calor a la obra por ser tan necessaria para el bien

universal de esa mi ciudad”486

.

Durante las obras, Felipe II se dirigirá en alguna ocasión a los jurados de la ciudad

a fin de darles alguna indicación precisa sobre el modo en que debían ejecutarse

aquéllas. Así por ejemplo, en marzo de 1591 les escribe para recordarles que conviene

que la obra se concluya en el menor plazo de tiempo, por lo que estima necesario que

acudan a trabajar, particularmente en verano, el mayor número de personas, a las que se

abonará lo que corresponda, pues de lo contrario los maestros no podrán acabar la obra

a tiempo487

.

En abril de 1593488

, según informan Pérez de Vivero y Antonelli489

al Monarca, la

pared de la presa ha alcanzado ya los 140 palmos y estiman que a fines de junio estará

sobre los 160 palmos de altura490

. Una altura más que suficiente para empezar a pensar

en cerrar la presa y que ésta empiece a embalsar agua, si bien en su escrito manifiestan

que su deseo es levantar la pared hasta los 200 palmos de alto. Con esta opinión

coincide también el gobernador Vique, y así se lo manifiesta a Felipe II, proponiéndole

mande cerrar el pantano a fin de poder aprovechar las aguas de avenida que a finales del

verano y en la estación otoñal491

suelen afluir a la cuenca del Monnegre492

. Unos y otros

estiman que el cierre de la presa no resultará perjudicial para la obra, ni dificultará en

exceso el desarrollo de la misma493

.

486

Ibid. El Rey, al tiempo que les expresa su satisfacción por su presencia en dicho día, les pide que

ayuden y colaboren en todo lo que puedan durante el resto de las obras, en cuanto que máximos

representantes de la ciudad.

487 Madrid, 10 de marzo de 1591. Ibid., fol. 66.

488 [Madrid], 20 de junio de 1593. ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc. 44/2.

489 En un dibujo fechado el 22 de mayo de 1593 Antonelli hizo constar que en esa fecha la pared estaba

levantada 148 palmos. ADC, FONDO VILLAFRANQUEZA, CIRIÑUELA, CIRAT, Dibujos y Planos, caja 21.

490 Teniendo en cuenta que 1 palmo equivale a 23 cm, la altura que los responsables de la obra estimaban

alcanzaría la pared a finales de junio de 1593 estaría próxima a los 37 m.

491 “Convendría çerrarla luego para que en las avenidas que en los meses de agosto y setiembre son

ciertas en aquella tierra se incha, y el año que viene se goze del benefficio de esta agua, que será en el

crecimiento de los diezmos de más de ocho o diez mil ducados y al respecto de esto la utilidad de los

heredados en la huerta”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc. 44/2.

492 Alicante, 20 de junio de 1593. Ibid.

493 Así lo manifiestan en las cartas remitidas a la corte el 20 y 22 de abril: “[…] y que el estar lleno no

impidirá que la obra passe adelante hasta los duzientos palmos; y será poco lo que se gastará más en

ella, porque la piedra y cal la sacarán de partes superiores a la obra, y el agua la tendrán más a la

mano, y assí la arena solo les caerá más lexos”. Ibid. A través de una carta remitida por el Rey al

gobernador Vique el 21 de julio, queda constancia de que el cierre de la presa conllevaría también el gasto

de construir “en lo alto algunas casas para recojerse los offiçiales”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635,

doc 1/1, fol. 69vto

. Respecto al lugar donde se obtenían piedra y cal para la obra, efectivamente, tal y

como indica la documentación, tanto la cantera para la extracción de la materia prima con la que se

tallaban los sillares, como las caleras u hornos de cal, se localizan a mayor altura que la presa, en la

margen derecha de la pared del pantano e inmediatas a la misma. Así se pudo comprobar en las visitas de

campo realizadas al pantano de Tibi en febrero y junio de 2015. A este respecto fueron de gran utilidad

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La propuesta anterior pasó por el Consejo de Aragón el 20 de junio. Los

consejeros494

informaron favorablemente la misma manifestando al Monarca que su

parecer coincidía con el del veedor, ingeniero y Gobernador, por lo que entendían

procedente que Felipe II, a través del gobernador Vique495

, diera orden de ejecutar la

propuesta496

.

Pero, como era habitual, el Rey se mostró más cauto en su proceder y entendió que

antes de dar la orden de cerrar el pantano era necesario asegurarse de que tal decisión no

iba a suponer daño a una obra que se hallaba todavía fresca. En tal sentido, en la

portadilla del documento que le fue remitido por el Consejo de Aragón, Felipe II anotó:

está bien lo que parece, pero mírese en que no se hincha el pantano más de dos partes

las tres que agora tiene el muro, pues con el agua que se recogiere se podrá regar

más seguramente el año que viene, y sin peligro de derribar la obra que está rezien

hecha, si se hinchiesse todo497

.

Mediante carta de 21 de julio de 1593 Felipe II manifestará al gobernador Vique498

que, tras haber escuchado el parecer de los técnicos y viendo que el suyo también era

coincidente con el de aquellos, estimaba pertinente proceder al cierre del pantano499

. Si

bien, le encarga expresamente que vele para que en ningún caso el agua embalsada

llegue a superar las dos terceras partes de la altura de la pared. El Rey deja claro que el

objetivo de cerrar la presa ha de ser asegurar el riego de la huerta para el próximo año,

pero sin que ello suponga peligro alguno para la fábrica500

. El cierre de la paleta se llevó

a cabo el 13 de octubre de 1593501

.

las indicaciones proporcionadas por el arquitecto e investigador de la historia alicantina Màrius Bevià

Garcia.

494 Suscriben el parecer Frigola, vicecanciller; Terça, Quintana, Batista, Covarrubias y Pueyo, regentes.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc. 44/2.

495 Según consta en el parecer emitido por el Consejo de Aragón, en ese momento (junio de 1593) el

gobernador Vique se hallaba en la corte, donde llevaba ya cuatro meses. Los consejeros estiman que el

gobernador ha sobrepasado la licencia de 2 meses que le fue concedida para permanecer en Madrid y

piden al Rey que “le despachen sin dilación por la falta notable que haze al govierno de Orihuela y su

tierra y a la obra del pantano, y con su asistencia estarán ambas cosas [la gobernación y el pantano] a

tan buen recaudo como conviene al servicio de Vuestra Magestad”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 651,

doc. 44/2.

496 Ibid.

497 Ibid.

498 En la misma fecha, el Rey escribirá a los jurados de la Ciudad participándoles que ha ordenado al

gobernador que se proceda al cierre del pantano. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc 1/1, fols. 71 y

72.

499 “Hos mando que en reçibiendo esta os partáis a dar orden en que para el dicho tiempo se sierre el

pantano y se recojan las avenidas sin que por esta pare la prosecuçion de la obra antes bien daréis

mucha prissa a ella”. Ibid., fol. 70.

500 Ibid.

501 Ibid., fol. 72.

Page 96: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

También por estas fechas502

y respecto al modo en que debía darse salida al agua a

través de la pared del pantano, el ingeniero Antonelli realizará una propuesta que

plasmó en uno de los muchos dibujos y planos que realizó tras hacerse cargo de la obra.

Según ésta, la toma por la que se ha de dar salida al “agua para el riego”, se situaría a

100 palmos de alto503

.

Un año después, en abril de 1594, Felipe II se muestra conforme y así se lo

manifiesta a las autoridades alicantinas, con que a los maestros destajistas de la fábrica

del pantano se les exija el cumplimiento del destajo, sin entregarles más dinero de aquél

por el que se obligaron a acabar las obras504

.

El 26 de noviembre el gobernador de Orihuela escribe a Felipe II para expresarle su

parecer, con el que concuerdan el del baile, el veedor y el ingeniero del pantano,

respecto a la conveniencia de proceder al remate de la obra. Según le participa Vique, la

pared tiene en ese momento 190 palmos de altura, contando la obra vieja empezada por

la ciudad y la construida sobre ésta a partir de noviembre de 1590. Esa altura, según

estima el Gobernador, es suficiente para embalsar la cantidad de agua necesaria para

regar la Huerta de Alicante, por lo que considera conviene evitar los gastos que

importarían las obras necesarias para subir más la pared505

.

Poco después, el 18 de diciembre506

, el Rey contestó al Gobernador haciéndole

saber que tras considerar lo que le manifestó en su carta, ha resuelto ordenarle que

mande igualar la pared del pantano y proceder al remate de la misma507

. Además el

Monarca indica al Gobernador que al tiempo que se remata la obra, se ha de proceder a

reparar los daños sufridos por la pared, justo donde están instaladas las paletas508

. Y

expresamente le encarga que vele para que

el remate y el reparo de las paletas se haga como es menester para su perpetuidad y

que a los lados de las peñas queden desaguaderos para que si se ynchere la presa no

salte el agua por ensima de la pared, porque sería de tan grande deño como se dexa

considerar509

.

502

22 de mayo de 1593. ADC, FONDO VILLAFRANQUEZA, CIRIÑUELA, CIRAT, Dibujos y Planos, caja 21.

503 El hecho de que Antonelli emplee la expresión “acequia por la qual se ha de tomar el agua”, nos lleva

a pensar en una posible utilización de la antigua Acequia de los Enamorados, situada en la margen

derecha del estrecho de Tibi, para canalizar el agua embalsada y evitar que, al salir del pantano, se

confundiera con el agua viva o manantial.

504 4 de abril de 1596. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc 1/1, fol. 74.

505 Ibid., fol. 75

vto.

506 Madrid, 18 de diciembre de 1594. Ibid., fols. 75 y ss.

507 Ibid.

508 Ibid. Se trata de un desperfecto del que la documentación consultada no aporta más información.

509 Ibid., fol. 76. En la necesidad de dotar al pantano de un aliviadero superior ya había reparado Pedro

Izquierdo, quien en uno de los memoriales que remitió a Felipe II afirmaba: “Y donde quiera que parare

Page 97: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

B) Ampliación y mejora de la red de distribución

En cuanto a la conveniencia de construir acequias nuevas en la huerta para la

distribución del agua embalsada, el Consejo de Aragón estima que, de momento, no se

han de construir acequias nuevas510

. Parecer que poco después, mediante carta de 21 de

julio de 1593, Felipe II hará suyo y así se lo transmitirá al gobernador Vique: “no se han

de abrir cequias nuevas sino aprovecharse de las que están abiertas”511

. En una misiva

posterior512

, dirigida a los jurados de la Ciudad, el Rey concretará un poco más este

mandato:

También os encargo que aperçibais y hagáis reparar el asut y hazer los partidores

donde con vendrá tomar el agua y reformar en las sequias lo que el dicho gobernador

os advertirá que es menester para el buen riego de essa huerta513

.

En su carta al Gobernador y en relación al reparo a efectuar en el azud y acequias,

el Monarca indica que, después de oir a Pedro Izquierdo, hable con los jurados de la

Ciudad, de manera que se provea lo necesario para el buen riego514

.

En abril de 1594515

, el Rey vuelve a escribir al justicia y jurados alicantinos a

propósito de las obras a efectuar en la Huerta de Alicante, a fin de lograr una óptima

distribución del agua embalsada. En esta ocasión, y tras haber escuchado a los síndicos

de la ciudad516

, Felipe II les hace saber que respecto del partidor del Conchel, reparo de

azud y acequias, medición de las tierras a regar, reparto del agua y los que de ello se

ocupan, ha dado instrucciones precisas al gobernador Vique, a quien pide den entero

crédito517

.

la obra se ha de hazer un ladrón arriba porque no caiga el agua por ensima la obra que sería causarle

perjuicio”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/18.

510 Madrid, 20 de junio de 1593. ACA, Consejo de Aragón, leg. 651, doc. 44/2.

511 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc 1/1, fol. 70

vto.

512 El Pardo, 10 de noviembre de 1593. Ibid., fols. 72 a 73

vto.

513 Ibid., fol. 73

vto.

514 Carta de Felipe II al Gobernador de Orihuela. 20 de noviembre de 1593. AHMA, Armario 5, Libro

57, fols. 246/7.

515 ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc 1/1, fol. 74.

516 Nicolás Iváñez, jurado y síndico y Juan de Montoya, síndico. Ibid.

517 Ibid., fol. 74. En efecto, en una de las misivas que el Rey dirige a Vique, alude a las indicaciones que

tiempo atrás le había proporcionado Pedro Izquierdo sobre el “redreço de las cequias y abertura del

partidor del Conchel”, indicando que después de haber escuchado lo que los síndicos de la ciudad “han

apuntado sobre el partidor de el Conchel y el reparo del Açut i çequias”, le devolvía las relaciones y

memoriales que uno y otros le habían remitido. En relación a esta cuestión, le ordena “que con parecer

del ingeniero y veedor y contador y de las demás personas que serán de propósito para el bien del

negocio prosigais y llevéis adelante medir las tierras y repartir el agua y hazer el partidor y reparar el

açut y cequias con la atención entereza y verdad que la calidad del negocio requiere […]”. Carta de

Felipe II al Gobernador de Orihuela. Madrid, abril de 1594. AHMA, Armario 5, Libro 57, fol. 244.

Page 98: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

2.4. LA PUESTA EN SERVICIO DE LA PRESA EN 1593 Y POSTERIORES MEDIDAS DE CONTROL

Y MANTENIMIENTO

Una vez obtenido el permiso real por parte de Felipe II, el 13 de octubre de 1593 se

procedió al cierre de la presa518

. Bastaron sólo tres días para que el agua embalsada

llegara a los 40 palmos519

. La noticia fue motivo de satisfacción para Felipe II, que

mediante carta de 10 de noviembre dirigida a los jurados de la ciudad, así lo

manifestó520

. La pared, que en ese momento superaba ya los 140 palmos de alto, siguió

levantándose bajo la dirección de Antonelli. A comienzos de 1594, concretamente el 4

de enero de 1594, la presa tenía 149 palmos de alto y el agua embalsada, “como un

cristal y muy dulce y buena de beber”521

, alcanzaba los 60’5 palmos.

2.4.1. Nombramiento de oficiales para el gobierno y cuidado del pantano

Una preocupación constante de Felipe II en todo lo concerniente a la construcción y

entrada en servicio del pantano de Tibi, fue que en la administración de las obras se

observara en todo momento una actitud diligente. Y un extremado cuidado en el manejo

del dinero y su contabilidad.

Sin embargo, la rectitud y sobriedad con la que Felipe II supo regir los asuntos

relacionados con el pantano alicantino, quebraron en lo concerniente a la designación de

personas para cargos o en la provisión de oficios. En ese campo, el amiguismo, las redes

clientelares y las recomendaciones fueron los criterios seguidos la más de las veces. Así

ocurrió, entre otros, con los oficios de veedor-contador y alcaide del pantano, para cuya

provisión fueron elegidos miembros de la familia Pérez de Vivero522

. Sólo ello puede

explicar que Pedro Izquierdo, autor del proyecto original del pantano y hombre

experimentado en la materia523

, pese a sus reiteradas peticiones524

al Monarca, sus idas,

518

ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc 1/1, fol. 72.

519 Ibid.

520 Ibid., fol. 72

vto.

521 Carta de Ginés Miralles a Pedro Franqueza. Alicante, 4 de enero de 1594. ADC, Fondo

Villafranqueza, Ciriñuela, Cirat, caja 4.

522 Melchor Pérez de Vivero (padre) fue designado contador-veedor de las obras del pantano. A su muerte

le sustituyó su hijo Bautista Pérez de Vivero y, tras la renuncia de éste, le sustituyó su hermano Melchor

primero como contador-veedor y posteriormente como alcaide del pantano. ACA, Consejo de Aragón,

leg. 639, doc. 7/1.

523 Cuando llevaba doce años siguiendo de cerca la evolución de las obras, Izquierdo dirá al Rey: “con

todo mi juyzio y experiençia que tengo del agua y de semejantes obras, por averme criado toda mi vida y

exercitado en ello y he visto venir por mis ojos muchas y diverssas vezes el dicho río […]”. ACA,

Consejo de Aragón, doc. 635, leg. 1/17.

524 Algunas de ellas ciertamente dramáticas, como la que sigue: “Me avian sacado de mi cassa y de mi

assienda […] lo qual siendo yo pobre ombre con siete yjos y fuera de mis assiendas”. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 635, doc. 1/20.

Page 99: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

venidas y estancias en la Corte525

para informar personalmente a Felipe II y su más que

demostrada fidelidad para con la Corona526

, no consiguiera nunca un empleo en la

fábrica del pantano527

.

Entre las consecuencias de esta actitud de la Monarquía en la provisión de oficios,

estaba la de que algunos de ellos, como el de alcaide del pantano, no eran ejercidos

directamente por sus titulares, sino que éstos, mediante la oportuna licencia, los

arrendaban a terceros. Todo ello, lógicamente, tuvo consecuencias negativas en las

responsabilidades que eran confiadas a estas personas, muchas de las cuales carecían de

los conocimientos, pericia o preparación necesarias para desempeñar aquéllas.

A) Alcaide del pantano

Este oficio, según la descripción que del mismo se hace en la documentación de la

época, precisaba de al menos una persona que lo desempeñara presencialmente en el

pantano, con el fin de abrir y cerrar la paleta reguladora del mismo y desviar las malezas

que arrastraban las avenidas hasta la pared del pantano. El alcaide debía cuidar también

que las runas o tarquines no inutilizaran el pantano. Para todo ello se requería que la

persona que lo desempeñara tuviera cierta pericia, además de experiencia en la

materia528

.

El 30 de marzo de 1594, cuando el pantano llevaba ya unos meses embalsando agua

y las obras se hallaban próximas a concluir, el Consejo de Aragón informó

525

En uno de los escritos que Izquierdo remitió a Felipe II y en el que le pedía le concediera “la alcaydia

del estanque […] quando la dicha obra sea acabada y en el ínterin que la obra se acaba mande se me de

el bastimento”, le recordaba al Rey lo siguiente: “estoy en esta corte en esta vez siete meses”. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/29. Hay que tener en cuenta que el hecho de que la Corte no siempre

estuviera en Madrid, obligaron a Izquierdo, además de viajar a dicha villa, a desplazarse a Lisboa o a El

Escorial, entre otros sitios. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc. 1/29 y 1/32.

526 En sus memoriales e informes Izquierdo no dudó nunca en denunciar ante la Corona las corruptelas o

malas prácticas que rodearon la construcción del pantano, así como la existencia de intereses contrarios a

la ejecución de dicha obra entre las clases pudientes de la ciudad de Alicante. Un ejemplo de ello en:

ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/20.

527 Cuestión a la que ya aludió Camarero Casas et al.: “son numerosos los escritos que dirige [Izquierdo]

al rey pretendiendo obtener ayuda económica que compensara los gastos y el tiempo que invirtió en la

idea y proyecto del pantano, en los que consumió todos sus bienes, escritos que se suceden durante

muchos años, sin que se le concediera ningún tipo de ayuda”. CAMARERO CASAS et al., Tibi, un

pantano…, p. 29. Por uno de esos escritos, es posible conocer que Izquierdo solicitó a Felipe II le

concediera “la alcaydia del estanque” una vez concluida la obra y, entre tanto, se le diera “el bastimento

con quienientos ducados”, responsabilidad que ya había desempeñado en la primera etapa de las obras,

cuando éstas fueron ejecutadas por la Ciudad. Pedro Hizquierdo, suplica se le dé la Alcaydia del Pantano

quando esté acabado y entre tanto quinientos ducados [s.f.]. ACA, Consejo de Aragón, leg. 636, doc.

1/29. No obstante, la afirmación de Camarero ha de matizarse en el sentido de que según consta en alguno

de los escritos del propio Izquierdo remitidos al Rey, sí recibió alguna cantidad de dinero. Así se

desprende, por ejemplo, de la siguiente aseveración: “vuestra magestad me a hecho merced para ayuda

de costa de quatrocientos reales que a muchos días se me acabaron”. Ibid.

528 ACA, Consejo de Aragón, leg. 639, doc. 7/2.

Page 100: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

favorablemente el nombramiento de Melchor Pérez de Vivero529

como alcaide del

pantano530

. Entre los méritos detallados por el Consejo estaban los de ser hijo y

hermano de los individuos531

que, hasta ese momento, habían desempeñado el oficio de

contador-veedor de las obras del pantano. A Pérez de Vivero se le señaló un salario

inicial de 500 libras, con el encargo de que mientras durase la obra y hasta su

conclusión debía simultanear el desempeño de los oficios de contador-veedor y alcaide

del pantano. Finalizada aquella, su salario sería de 400 libras532

. El nombramiento fue

ratificado por Felipe II en julio de 1594533

. Poco más de un año después, Pérez de

Vivero solicitó y obtuvo licencia para nombrar un teniente534

.

La ciudad no vio con buenos ojos este oficio, pues su alto salario535

debía ser

satisfecho con cargo a los diezmos novales, lo que conllevaba dejar de amortizar

anualmente 400 libras de las cantidades tomadas a censo para costear la obra536

.

529

Según reconoció años después el propio Consejo de Aragón al proponer la extinción del oficio de

alcaide del pantano, el acuerdo para la provisión de la alcaidía del pantano de Tibi lo había preparado el

Conde de Chinchón, en el marco de una Junta celebrada en su casa, a la que asistieron Barahona y Ferro.

Sesión del consejo de 22 de noviembre de 1598. ACA, Consejo de Aragón, leg. 864, doc. 290/1.

530 “Será necessario nombrar persona que asista en ella en nombre de Vuestra Magestad con título de

Alcayde. […] Paresce al Consejo que por haver servido muy bien su padre y que murió sirviendo el

officio, y que su hermano lo ha continuado con el mesmo cuidado y satisfaction, y que tiene suficiencia y

partes para el officio se le puede hazer merced del […]”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 639, doc. 7/1.

531 Del padre, Melchor Pérez de Vivero, el Consejo hizo constar que “asistió en la obra del principio

della y murió allí”. De su sucesor e hijo del anterior, Batista Pérez de Vivero, el Consejo explicó que

accedió al oficio, tras el fallecimiento de su padre y “con el fin de entretenerse allí mientras durasse la

obra para volverse después a continuar su professión de letrado”. De la labor –y entretenimiento– de éste

último, su hermano y sucesor en el puesto afirmó que la había desarrollado “con mucha satisfaction de los

ministros de Vuestra Magestad y benefficio y augmento del patrimonio Real”, méritos que el Consejo no

contradijo ni negó en ningún momento. ACA, Consejo de Aragón, leg. 639, doc. 7/1.

532 Según especifica el Consejo de Aragón en la propuesta de nombramiento que elevó a Felipe II el 30 de

marzo de 1594, hasta la designación de Melchor Pérez de Vivero (hijo) el oficio de contador-veedor

estaba remunerado con 370 libras anuales, por lo el salario fijado para aquél suponía un incremento de 30

libras. Ibid.

533 Privilegio otorgado en San Lorenzo de El Escorial el 22 de julio de 1594. ACA, Consejo de Aragón,

leg. 639, doc. 7/2.

534 Pérez de Vivero expuso en un memorial la conveniencia de que de dicho oficio se ocupara “alguna

persona natural que tenga experiencia de la manera del riego de aquella tierra”, alegando, además, que

su salario dependía de los frutos del nuevo riego “que al presente no los ay y assi no se le podrán pagar,

ni él tiene hazienda con que sustentarse”. Por todo ello solicitó se le diera licencia para nombrar a un

teniente a “satisfacción del governador de Origuela pagándole de su sueldo salario competente”. Su

petición fue informada por el Consejo de Aragón que estimó conveniente introducir una persona “de más

experiencia que Melchor Pérez”, si bien consideró que el nombramiento debía efectuarlo el propio

Consejo, como también el señalamiento del salario “se le huviere de dar y que se pague por cuenta de

Pérez”. Sobre la merced que suplica Melchor Perez de Vivero. Madrid, 29 octubre de 1595. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 684, doc. 68.

535 En opinión de la ciudad el salario que le fue señalado a Pérez de Vivero era excesivo pues bastaban 60

ó 70 libras para el desempeño del oficio. El propio Consejo de Aragón reconoció que la causa de que se le

hubiera asignado un salario tan elevado se debía a que tanto él, como su padre y hermano “fueran

vassallos del Conde de Chinchón”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 639, doc. 7/2.

536 Así lo refería el síndico de la ciudad, Jayme Miguel Martorell, en escrito dirigido al monarca a finales

de 1598: “el haver señalado salario tan gruesso es en perjuhizio de la Ciudad de Alicante la qual ha

Page 101: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Además, Pérez de Vivero, según denunció la ciudad en 1598, había demostrado ser una

persona poco práctica en el oficio y escasamente diligente en su ejercicio, pues al poco

de ser nombrado obtuvo licencia para desempeñarlo mediante un teniente537

al que

abonaba 100 libras, mientras que él disfrutaba “de las otras trezientas estándose en la

Corte”538

.

Así las cosas, en noviembre de 1598, llegó al Consejo de Aragón un memorial

remitido por la ciudad de Alicante en el que solicitaban al rey la extinción del oficio y

salario de alcaide del pantano. Las autoridades alicantinas adujeron el perjuicio que

suponía para la ciudad abonar un salario tan alto y el escaso celo demostrado por Pérez

de Vivero en el desempeño de su oficio. El consejo, tras estudiar con detenimiento el

asunto, estimó justa la petición de la ciudad y propuso a Felipe III “se extinga la

provisión del dicho Melchior Pérez539

y de su Tiniente y el salario de las quatrozientas

libras”. El Rey accedió sin oponer reparo alguno540

.

Del poco celo demostrado por Pérez de Vivero y Vallebrera en el desempeño del

oficio de alcaide, sabemos por documentos posteriores en los que la ciudad se lamenta

de los tarquines (runa) acumulados en el vaso del pantano durante el tiempo en que los

anteriores ejercieron de alcaides de la presa541

.

B) Guardas del pantano

pagado de sus proprios todo lo que ha costado el dicho pantano que han sido más de cinquenta mil

ducados y se capituló con ella que los ha de cobrar de lo que rentaran a la Regia Corte los diezmos del

nuevo riego del dicho pantano”. Ibid.

537 Se trataba de Thomás Vallebrera, caballero, a quién el Consejo de Aragón, tras analizar las alegaciones

de la ciudad de Alicante solicitando la extinción del oficio de alcaide, estimó como persona poco

adecuada para ejercer dicha responsabilidad “porque el ministerio que de hazer es ageno de la profession

de caballero”. Ibid. De hecho, al poco de extinguirse el oficio de alcaide del pantano, Vallebrera pasó a

desempeñar el cargo de “governador de Novelda”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 864, doc. 290/1.

538 ACA, Consejo de Aragón, leg. 639, doc. 7/2.

539 Según consta en documentos adjuntos a la extinción del oficio de alcaide, Pérez de Vivero fue

recompensado “con una plaza de aposentador de la Casa de Aragón con trenta y nueve mil maravedís”.

ACA, Consejo de Aragón, leg. 639, doc. 7/3.

540 En la portadilla del documento el Rey escribió “lo que pareçe”. Hay que tener en cuenta que el

nombramiento de Pérez de Vivero había sido efectuado por Felipe II, que falleció el 13 de septiembre de

1598. Curiosamente el acuerdo de supresión del alcaidiado del pantano de Tibi se produjo el 22 de

noviembre, poco después de morir el rey Prudente. Ibid.

541 Escrito del síndico de la ciudad de Alicante, Miguel Urgel, al rey Felipe III [ca. 1605]. ACA, Consejo

de Aragón, leg. 864, doc. 290/1. En este documento Urgel hace constar que tanto Pérez de Vivero como

Vallebrera, tras recibir su nombramiento, dejaron de asistir al pantano para dedicarse a atender sus

respectivas haciendas y negocios. Por ello, exculpa de la acumulación de la runa a los guardas nombrados

posterioremente, quienes antes bien procuraron remediar el problema.

Page 102: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

En la misma sesión en la que el Consejo de Aragón acordó proponer al Rey la

extinción del oficio de alcaide del pantano, los asistentes542

a la misma plantearon la

necesidad de que en la presa existiera una persona

que habra y cierre las paletas por donde se da el agua y que atienda al bien y

conservación de la fábrica y que en las ocasiones de avenidas desvíe las malesas que

traen consigo y prevenga otras cosas que convengan543

.

Según consta en la propuesta elevada a Felipe III, el consejo estimó pertinente

consultar al respecto al gobernador de Orihuela544

, quién, recibida la consulta, contestó

al Consejo que el maestro Juan de Torres, albañil y uno de los adjudicatarios de la obra

del pantano, podría desempeñar adecuadamente el oficio. El consejo aceptó la propuesta

del gobernador Vique, asignando a Torres 60 libras de salario545

. Sin embargo, el

nombramiento efectivo del guarda del pantano –y no de uno, sino de dos– no tendría

lugar hasta un año después.

En efecto, mediante Real Carta de 23 de diciembre de 1600546

, Felipe III ordenó a

la ciudad de Alicante que procedieran a nombrar dos guardas, dotados de salario e

instrucciones pertinentes. El Rey determina que en el pantano permanecerá siempre uno

de los dos guardias, considerando que solo con su asistencia permanente podrán evitarse

daños a la pared del pantano547

. De estas palabras queda claro que seis años después de

que Felipe II hubiera ordenado el cierre de la paleta del pantano y éste hubiera

empezado a embalsar agua, algunas cosas no estaban funcionando bien en la presa548

.

Merced a la información que ha ido recibiendo procedente de Alicante, el Rey es

consciente que, junto a la pericia de los guardas, es necesario también que el Derecho

regule y guíe su proceder. Por ello indica a la Ciudad que además de nombrar dos

guardas y asignarles un salario justo, deben proporcionarles instrucciones “de lo que

[…] habrán de hacer”549

. Respecto a dichas instrucciones, Felipe III dispone que

deberán tomar como modelo las normas que Francisco de Rocafull ordenó se hicieren

542

El vicecanciller Covarrubias, los regentes Batista, Guardiola, Clavero y el secretario accidental Sans.

Ibid.

543 Ibid.

544 El Consejo justifica dicha consulta en que el gobernador Vique había desempeñado la

superintendencia de la fábrica del pantano, cuya construcción se había llevado a cabo “por su cuidado y

industria”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 639, doc. 7/2.

545 Según consta en el acuerdo, el gobernador había manifestado al Consejo “que la ciudad de Alicante las

pagará sin cargarlas a cuenta” de la regia corte. Ibid.

546 ACA, Consejo de Aragón, leg. 864, doc. 290/2.

547 Ibid.

548 El monarca deja patente que en una obra en cuya perfección se habían invertido mucho tiempo y

dinero, debía procederse a nombrar cuanto antes personal competente que asistiera en la presa todos los

días. Ibid.

549 Ibid.

Page 103: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

para el sobrestante, así como las que proporcionó sobre la reparación del pantano y

orden del riego550

.

Finalmente y como si a oídos suyos hubieren llegado rumores de que las

autoridades alicantinas deseaban proceder de otro modo respecto de las personas a cuyo

cuidado debía quedar el pantano, el Rey les dice:

no pareciesse al tiniente de governador y a vosotros que esto de los guardas se podría

escusar y en caso que las nombréis me informaréis luego o de lo que acordaredes

para que yo sepa como queda esto551

.

Y por último, Felipe III dirá a las autoridades alicantinas que aquel a quien

nombraren sobrestante o guarda, aunque sea propuesto por la ciudad “a de venir acá por

el título de su officio a lo qual le obligaréis para que le sirva con privilegio mio y no de

otra manera”552

.

Poco tiempo después de recibir la anterior carta553

, los jurados alicantinos proceden

a fijar el régimen jurídico y reglamentar el oficio de guarda del pantano554

. En primer

lugar establecen, conforme a lo determinado por el Monarca, que los guardas serán dos,

fijando para cada uno de ellos un salario de 50 libras anuales555

. La ciudad designó a

Luis Esquierdo556

y Hieroni Rodrigo557

, justificando la elección en ser ambos los sujetos

más hábiles para el desempeño del oficio, debiendo sujetarse en todo momento a los

capítulos e instrucciones que aprobara la ciudad, así como afianzar el cargo a

satisfacción de la ciudad. La designación efectiva la realizaría el Monarca mediante real

cédula558

. Unos años después, en 1605, fue necesario cubrir la vacante dejada por

550

Ibid.

551 Ibid.

552 Ibid.

553 Las autoridades alicantinas recibieron la real carta el 8 de enero de 1601. La aprobación de los

Capitols e instruccions del puesto de guarda del pantano tuvo lugar el 16 de marzo de 1601. ACA,

Consejo de Aragón, leg. 864, doc. 290/3.

554 En el documento se emplean indistintamente tres denominaciones para hacer referencia a este oficio:

guardes, sobrestants o fiels.

555 En el documento se estipula que el salario deberán percibirlo desde el 6 de febrero de 1601, en

atención a que desde esa fecha se hallaban ya desempeñando su oficio en la presa. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 864, doc. 290/3.

556 Del que se hace constar su condición de hijo del primer tracista del pantano, Pedro Izquierdo [o

Esquerdo]. Ibid. El privilegio real otorgado por Felipe III en Buitrago el 14 de mayo de 1601 por el que es

designado para desempeñar el oficio en: ACA, Consejo de Aragón, leg. 864, doc. 290/4.

557 El privilegio real otorgado por Felipe III en Buitrago el 14 de mayo de 1601 por el que es designado

para desempeñar el oficio en: ACA, Consejo de Aragón, leg. 864, doc. 290/5.

558 Se trata de un documento menos solemene que la provisión empleado, entre otros fines, para

nombramientos. Sobre este tipo de documento real véase: HERNÁNDEZ GARCÍA, A., “Clasificación

diplomática de los documentos reales en la edad moderna”, Norba. Revista de historia [en línea],

Universidad de Extremadura: Servicio de Publicaciones, 1995, 15, pp. 179-182 [fecha de consulta: 26 de

mayo de 2018]. ISSN-e 0213-375X. Disponible en:

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=241012

Page 104: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

Rodrigo tras su fallecimiento, siendo designado por la ciudad y confirmado por Felipe

III Thomás Bernabé559

. En 1606 desempeñaron el oficio José Galvany y Francisco

Carbonell, importando su salario 150 libras560

.

En caso de incumplimiento los jurados estaban facultados para sancionarlos e

incluso destituirlos, si bien, al ser un oficio de provisión real, debían previamente

recabar el beneplácito de la Corona.

En los capítulos se estipulaban las obligaciones efectivas del oficio, a saber:

obligación de permanecer siempre uno de los dos guardas en el pantano; abrir la paleta

de la bóveda mayor de la presa a su costa, así como sustentar el andador de dicha

bóveda; dar el agua a voluntad de los jurados y de modo tal que no resulte daño para la

fábrica; tener limpio el pantano y retirar de él la maleza561

arrastrada por las avenidas.

Para realizar esta última tarea deberán servirse de la barca existente en el pantano, cuyo

mantenimiento tendrán a su costa. Finalmente se establece una obligación cuyo

cometido debían desarrollar fuera del pantano, a saber, mantener los caminos “de la

Creu” y el “camí del pantano”, de forma que puedan transitar por ellos personas y

animales.

C) Primeras averías y reparaciones efectuadas en el pantano

La primera noticia referente a una avería o desperfecto observado en el pantano

data de septiembre de 1597562

. Las autoridades alicantinas habían recibido orden de

Felipe II563

de proceder a cancelar las fianzas prestadas por los maestros canteros

adjudicatarios de las obras del pantano, sin embargo, y dados los problemas observados

en la presa, antes de devolver las fianzas estiman conveniente escribir al Rey e

informarle de los problemas surgidos. Según el relato de los jurados, tras un periodo de

lluvias intensas el pantano se había llenado por completo y como consecuencia de las

avenidas generadas por estos episodios lluviosos, la pared sufrió diversos daños564

. Los

559

Real Sitio de Ventosilla, 8 de febrero de 1605. AHMA, Otros, 102-1-121/0.

560 Así consta en un documento otorgado por Felipe III en Valencia, el 17 de marzo de 1606. Regestado y

referenciado en: PÉREZ MARTÍNEZ, “Los pergaminos de…”, p. 278.

561 En el texto de los capítulos se especifica que deberán retirar la “brossa, maderes y altres maleses que

son portar dita aygua ab les avengudes”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 864, doc. 290/3.

562 ACA, Consejo de Aragón, leg. 703, doc. 40/3. El documento en el que se hace referencia a ella es la

respuesta enviada por el justicia y los jurados de Alicante a sendas cartas de Felipe II de 7 de junio y 23

de julio de 1597, en las que el monarca les ordenaba procedieran a cancelar y devolver las fianzas que en

su día habían depositado los maestros canteros encargados de la construcción del pantano, Joan Torres y

Gaspar Viçent. El documento remitido por los alicantinos está fechado el 20 de septiembre de 1597 y lo

suscriben Bernat Mingot, justiçia en lo civil y criminal; Françes Borgoño, Guillem Pasqual de Guillem y

Jaume Miquel Martorell, jurats.

563 Real Cédula de 7 de junio de 1597, a la que se alude en: ACA, Consejo de Aragón, leg. 703, doc. 40/2.

564 En cuanto a la intensidad de las lluvias y la entidad de la avenida resultante de las mismas, está

documentada con bastante detalle la crecida del río Monnegre ocurrida el 9 de septiembre de 1597

[Figura 38]. Efectivamente, según consta asentado en el Llibre de la Confraria de Nostra Senyora de

Page 105: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

desperfectos afectaban a la paleta principal, que quedó cegada565

, así como a la propia

fábrica, de la que se habían desprendido gran cantidad de sillares566

. En cualquier caso

la orden de Felipe II fue terminante y ordenó a los jurados alicantinos que sin que

pudieran mediar más excusas procedieran a cancelar y devolver dichas fianzas567

. No

hay constancia de que en el pantano se efectuaran reparaciones.

El 13 de septiembre de 1600, Felipe III recibió sendas cartas remitidas por los

jurados alicantinos y el gobernador Vique en las que le informaban de varias

reparaciones que resultaba preciso llevar a cabo en la pared del pantano568

. A la vista de

ellas, el Rey569

consideró que era necesario proceder a reparar el pantano con el fin de

evitar que los desperfectos terminen por arruinar la fábrica570

. Y así mismo que debía

Loreto de Mutxamel, dicho día “fou tanta la pluja que iagué, que vengué lo Riu tan gros quan jamai ses

vist, i fou tanta la aiguaduit que entrà per la Séquia Maior, dita del Consell, que inundava tota la Horta”.

Como consecuencia de dicha avenida y según consta en dicho libro se produjeron desperfectos en las

inmediaciones del azud de Mutxamel: “sussei que hu dels pars de la séquia al principi desta, caigué i

tapà la Séquia; la forsa de la aigua rompe la sèquia per la part del riu, prop del Asut, paret que tenia de

gros de cal i canto, lo mes prim de sinc pams, i lo mes gros de set pams”. Archivo Parroquial de

Mutxamel, Llibre de la Confraria de Nostra Senyora de Loreto de Mutxamel, fol. 173. Transcrito en:

BROTONS BOIX y LLORENS ORTUÑO, Estudi del llibre…, p. 186.

565 Un problema que Pedro Izquierdo, a través de sus memoriales, había advertido repetidas veces que

podría producirse en la presa de Tibi, tal y como, según él mismo había constatado, sucedió años antes en

la presa de Almansa. En uno de los muchos escritos remitidos a Felipe II, Izquierdo tras explicar lo

ocurrido en esta última presa, explica que en la de Alicante “se vendrá a romper por la paleta quando

uviere regolfo”. Explicaba que a diferencia de lo que ocurría en otras presas, como la ya dicha de

Almansa y la de Mérida, en la de Alicante con ocasión de “gradissimas tempestades […] suelen venir la

venida de la lluvia de más de quarenta palmos de alto y trahe mucha ynmundicia de broça”. Por este

motivo, Izquierdo había advertido que la salida del agua debía efectuarse por un cubo en el que debía

“entrar el agua por muchas partes del suelo de abaxo y asta donde parare la obra y estos agujeros an de

ser de menos de un dedo”. De esta forma y según sus cálculos, el estanque no resultaría dañado “por

mucha ynmundicia que trayga el agua de la lluvia, ni por peñas que puedan caher que están encima de la

obra, ni por manos de personas”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc. 1/10 y 1/11. En otro informe

remitido al virrey de València, Izquierdo había advertido que el “sagetial” construido para dar salida al

agua, cuando el pantano estuviera lleno (en regolfo, en la terminología de Izquierdo) no tendría utilidad

alguna debido a que “se vendrá a serrar con la porificasion de l·agua conforme está echa por no tener

ningún corriente por ser ella muy larga tanto como la obra”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 635, doc.

1/20.

566 Los jurados informaron de los desperfectos al monarca en estos términos: “ab vengudes grosses se ha

omplit dit pantano y en dites vengudes ha rebut dany e perjuhí per haverse segat la paleta principal y

haver caygut moltes pedres sellars”. ACA, Consejo de Aragón, leg. 703, doc. 40/3.

567 “Os mando que en recibiendo este les cancelleis las dichas obligaciones y los deis por libres d·ellas

ansi a los dichos maestros como a sus fianças, toda replica y consulta cessante, que esta es mi precissa y

determinada voluntad y no hagáis lo contrario”. Sant Lorenzo, a 23 de julio de 1597. ACA, Consejo de

Aragón, leg. 703, doc. 40/2.

568 Según consta en la contestación remitida por Felipe III a la ciudad, la carta que ésta le remitió iba

acompañada de un “auto de visura” por lo que cabe entender que las reparaciones a efectuar en el pantano

fueron advertidas tras realizar dicha visura en la pared del pantano. ACA, Consejo de Aragón, leg. 864,

doc. 290/2.

569 La respuesta del monarca a la ciudad se produjo mediante carta fechada en Madrid el 23 de diciembre

de 1600. ACA, Consejo de Aragón, leg. 864, doc. 290/2.

570 Ibid.

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ser la ciudad quien procediera a efectuar dichas obras, en atención a que el pantano

estaba a cargo de ella y a que del embalse dependía su prosperidad y la de la comarca571

.

Sentado lo anterior, el Monarca ordenó a la ciudad que al recibo de su carta debía

procederse a emprender las obras de reparación con la diligencia y seguridad que

conviene, siguiendo en todo momento lo indicado por los maestros y personas expertas

que practicaron la visita572

. El Rey deja claro que la finalidad de las obras es evitar que

Alicante pueda quedar privada del pantano debido a la ruina del mismo.

Finalmente y sobre si a la financiación de dichas obras han de contribuir “los

lugares de Muchamel, San Juan y Benimagrell y otros”, el Monarca hace saber a la

ciudad que a su tiempo proveerá lo que estimare justo y conveniente573

.

Según el relato de Bendicho, el 19 de abril de 1601, el pantano sufrió una rotura de

bastante importancia. La causa de ella, según su relato, fue que los desperdicios

arrastrados por una avenida y depositados en el fondo del pantano, junto a la pared del

mismo, terminaron por tapar la paleta reguladora. Al parecer, al tratar de destapar

aquélla el guarda, y como consecuencia de la maniobra efectuada por éste, la obra se

resintió y empezó a desmoronarse. Como consecuencia de ello, el pantano se vació por

completo y la fábrica de la pared sufrió importantes desperfectos cuyos gastos de

reparación, según Bendicho, ascendieron a 30.000 ducados574

.

Alberola Romá575

y Camarero Casas576

documentaron la reparación efectuada por

la ciudad tras esta rotura. Tras ser reconocida la rotura por un grupo de expertos éstos

determinaron la necesidad de construir “una camisa ataluzada de quince palmos de

571

Ibid.

572 Ibid.

573 Ibid.

574 BENDICHO, op. cit., p. 141. El cronista alicantino se refiere a esta quiebra del pantano como “una

grande rotura”, significando que fueron necesarios tres años para “su reparo y fábrica”. Si a ello unimos

el alto coste de su reparación (30.000 ducados), equivalente a casi la mitad de lo que había costado

levantar la pared del pantano y el empleo en las fuentes cohetáneas de la expresión “reedificació del

pantano”, para hacer referencia a esta reparación, todo parece apuntar a que estaríamos ante un percance

de una entidad considerable. Estos datos aconsejan reflexionar acerca de la entidad de dicha rotura, de la

que, pese a las escasas referencias directas localizadas, no debe descartarse constituyera algo más que un

mero percance. Un ejemplo del empleo del sustantivo reedificación para aludir a esta reparación en el

fuero 165 de los aprobados en las Cortes de 1604, en el que para hacer referencia a los diferentes

momentos constructivos del pantano y a su reparación tras la rotura de 1601, se hace en estos términos:

“primera fábrica y segona, com en la reedificació del Pantano”. Furs, capitols, prouisions e actes de

cort: fets y atorgats per la S.C.R.M. del rey don Phelip [...] en les corts generals [...] celebrades als

regnicols de [...] Valencia [...] en lo any MDCIIII, València: en casa de Pere Patricio Mey prop de S.

Marti, 1607, cap. CLXV, fol. 36.

575 ALBEROLA ROMÁ, El pantano de…, 2ª ed., pp. 42/3. La referencia archivística citada por este autor

respecto a la documentación relativa a dicha reparación es la siguiente: AHMA, arm. 1, lib. 16, fols. 129-

130.

576 CAMARERO CASAS et. al., Tibi, un pantano…, pp. 33/4.

Page 107: EL PANTANO DE TIBI: PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DEL …

asiento”577

, con el fin de dotar de mayor firmeza a la fábrica. Aunque en un primer

momento las obras se presupuestaron en 6.000 libras578

, finalmente el coste de las

mismas se disparó hasta los 30.000 ducados, siendo financiadas mediante el

establecimiento de nuevos censos a cargo de la ciudad, cuyo importe sería satisfecho “a

costa de los aumentos del pantano”579

. Para ello fue necesario recabar nuevamente la

autorización de la Corona. Mediante privilegio otorgado en 1602 por Felipe III, la

ciudad fue facultada para poder tomar a censo 20.000 libras, y así poder hacer frente

a los gastos que importaron dichas reparaciones efectuadas en el pantano580. En

cuanto a si debían o no contribuir los lugares de la huerta, el Monarca determinó

finalmente, mediante Real Carta de 1603, que la ciudad debía efectuar la obra a su

costa, sin inquietar a las universitats, en atención a que sólo ella percibía los

Novales581.

Poco después, en 1605, constan documentadas nuevos gastos de conservación y

reparo del pantano, entre ellos la construcción de una caseta para los guardas y

barqueros, la limpieza del sagetial de la paleta mayor del pantano y la reparación de

ésta, ordenando Felipe III que el importe de éstos fuere satisfecho por el clavario

Pedro Nogueroles de las cantidades tomadas a censo para hacer frente a las

reparaciones del pantano582.

577

Ibid., p. 34.

578 Tal cantidad fue la que el enviado de la Corona, Francisco de Rocafull, informó a Felipe III sería

necesaría para reparar el pantano. Memorial ajustado de…, fols. 193/4.

579 ALBEROLA ROMÁ, El pantano de…, 2ª ed., p. 43.

580 Valencia, 21 de agosto de 1602. AHMA, Caja nº 4. Referenciado y regestado en: PÉREZ

MARTÍNEZ, “Los pergaminos de…”, p. 276.

581 Real Carta de Felipe III a la Ciudad de Alicante, comunicada por medio del capitán general. El

Pardo, 3 de junio de 1603. Memorial ajustado de…, fol. 192.

582 Conforme a los datos aportados por Pérez Martínez, estas reparaciones importaron 184 libras, 13

sueldos y 2 dineros. Valencia, 5 de noviembre de 1605. Ibid., pp. 277/8. La referencia archivística del

documento donde constan dichos gastos es: AHMA, Sentencia por la que se aprueba conceder 184 lb. 13

s. 2 d. para obras en el pantano, sig. Otros-102-1-195/0.