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1 El Padre Kentenich sacerdote En esta publicación hemos reunido las “tesinas” como dimos en llamar a los trabajos individuales preparados para cada reunión en los grupos de las comunidades oficiales D y E de la Región Este. Es un aporte al año de la Coronación de la MTA en nuestro Santuario del Terruño y por los 100 años de sacerdocio de nuestro Padre y Fundador. Federación Apostólica de Familias en Paraguay Ciudad del Este, julio de 2010 Sí, un solo corazón en el Padre El Padre Kentenich sacerdote Federación Apostólica de Familias en Paraguay Ciudad del Este, Julio de 2010

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El Padre Kentenich sacerdote

En esta publicación hemos reunido las “tesinas” como dimos enllamar a los trabajos individuales preparados para cada reunión enlos grupos de las comunidades oficiales D y E de la Región Este.Es un aporte al año de la Coronación de la MTA en nuestroSantuario del Terruño y por los 100 años de sacerdocio de nuestroPadre y Fundador.

Federación Apostólica de Familias en ParaguayCiudad del Este, julio de 2010

Sí, un solo corazón en el Padre

El PadreKentenichsacerdote

Federación Apostólica de Familias en ParaguayCiudad del Este,Julio de 2010

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El Padre Kentenich SacerdoteAurora Zapattini de VelásquezRegión Este - Grupo E - 2010

Dios fue para el Padre Kentenich su único amor y su gran pensamiento.Desde niño sintió el llamado y luchó por defender su vocaciónsacerdotal, incluso de la oposición materna.

Los que lo conocieron, decían de él que era un hombre sobrenatural,pleno de Dios, que irradiaba una misteriosa fuerza espiritual queconducía hacia Dios. Un sacerdote auténtico.

No sólo él abría su alma a Dios, sino que encaminaba la de las demáspersonas, toda clase de almas, también hacia Él. Y se alegrabaespecialmente con la conversión de los viejos y empedernidospecadores.

Para el Fundador, el sacerdocio era una realidad sobrenatural, presenteen el mundo. Como una participación y obrar de Cristo mismo. Por esose preocupaba de ser un transparente de Dios en la tierra. Y así valersedel sacerdote para hacerse presente en este mundo.

Enseñaba a ver las cosas con los ojos de Dios. Irradiaba alegría y unacercanía a Dios que encendía a todos. Una persona del todo divinizada.Para el Padre Kentenich la Santa Misa era su fuente de fuerza y de luzpara cada día. Postergaba las decisiones importantes hasta después dehaberla celebrado.Durante toda su vida se dedicó con especial solicitud a la formación desacerdotes. Dedicándoles tiempo y fuerzas, a pesar de su salud precaria.

Excelente director espiritual. Impulsaba a los demás hacia los idealesmás altos. Enseñaba a ver los sucesos dolorosos del día a la luz de la fe

en la Divina Providencia. Convivir con él, siendo sacerdote, impulsaba aser herederos de su misión. Y su eficacia pedagógica en el ámbitosacerdotal, habla por sí misma al evaluar la gran cantidad de sacerdotespor él formados y la fundación de los Institutos seculares de sacerdotes,grupos de Federación y Liga Apostólica de los mismos.Fue un hombre de una profunda vida de oración. Adorador de lavoluntad del Padre.Quien quiera llevar una verdadera vida de oración, deberá buscar a Diosen todo. Éste fue uno de los misterios que hizo fecunda su vida.

El Padre Kentenich sacerdote daba especial importancia a la bendición.La bendición es una súplica a Dios, pidiéndole que sea Él quien bendiga.Siendo el sacerdote, sólo un instrumento. Es como un pequeñoexorcismo. A la cual consideraba sumamente eficaz, e impartía siemprecon alegría. De hecho junto con la Santa Misa, fueron las últimasacciones sacerdotales de su vida. Dios era todo para él.

Conclusiones:El tema inclina a desarrollar la faceta sacerdotal que hay en cada uno denosotros. Encarnar nuestro ser sacerdotal inspirándonos en el PadreKentenich, pero con las características propias de nuestro estadomatrimonial.Orientando nuestra vida a su modo, utilizando sus herramientas ypedagogía para aplicarlas a nuestras realidades, siempre mirando todo,con los ojos y oídos de Dios. Viendo y buscando en cada suceso, el plande Dios.

El objetivo final, es convertirnos en instrumentos de Cristo, como lo sonlos sacerdotes y en nuestro caso de schoenstattianos, herederos de lamisión de nuestro genial Fundador.

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¡Confío, el Padre nos guía!Carmen Zavala de RomañachRegión Este - Grupo E - 2010

Nosotros somos co-creadores y co-conductores de la historia en el plande Dios. Así lo veía y decía nuestro Padre Kentenich que nuestrocarisma es la fe práctica en la Divina Providencia, en el Dios queconduce y que nos llama a colaborar en la construcción del mundo. Hayque confiar como niños en ese Padre del cielo que cuida de los gorrionesy lirios del campo; saber muy adentro que Él no nos abandona nunca,que el Padre proveerá a su debido tiempo.El Padre Kentenich fue un sacerdote excepcional, un adorador sobretodo de la voluntad de Dios Padre; su vida de oración no estuvo colmadade palabras; su actitud fue siempre la de alguien que se sabe junto a Dioscomo un niño junto a su padre.Desde el más allá – ya sabemos que está mucho más acá de lo queimaginamos – sé que nuestro Padre Kentenich intercede y pide toda lagracia que se derrama sobre nuestra comunidad, sobre nuestra Familiasobre nuestro Santuario y él sigue trabajando en cada uno de nosotroscomo hizo cuando vivía en la tierra. Ahora ya sin límites, continúa suObra guiando a sus miles de hijos.

Me impresiona la ley de la puerta abierta: la abierta, la semiabierta, la

rendija…el dejarse conducir…el ser audaz en el riesgo y toda esadinámica, del cual el Padre Kentenich era maestro, que se producecuando uno no sólo descansa en el Padre-Amor para no agotarse nidesesperarse, sino que se da cuenta de la vocación creadora quetenemos, de una fe que crea historia, que marca la historia, que la decideesencialmente.“Es bueno pensar también en la puerta cerrada que se abre

automáticamente si uno se acerca y pisa donde tiene que pisar” comodecía el P. Esteban Uriburu.

¿Por qué no actúa Dios? Se pregunta a veces la gente. Porque noactuamos nosotros. Dios actúa mediante el hombre a quien elige comosu instrumento.Sobre el tema del ser niño ante Dios el Padre Kentenich menciona aTeresita de Lisieux la “doctora de la iglesia”, la pequeña ¡grande!Todo su actuar demostraba la confianza ciega que tenia en el PadreDios, en su infinita misericordia.Acerca de la representación de los ángeles podemos ver el pensamientomaduro de Santa Teresita. En la víspera de su muerte, cuentan queestaba en su lecho cuando una de sus hermanas de comunidad se leacercó para consolarla. Los ángeles – le decía la monja – descenderándel cielo vestidos de blanco, resplandecientes, hermosos y alegres, parallevar tu alma a la gloria. Teresita, por su parte, respondió con unasonrisa en los labios: “Esas imágenes no me causan la menor impresión.

No puedo nutrir mi espíritu más que con la verdad. Dios y sus ángeles

son espíritus puros; nadie puede ver con los ojos del cuerpo lo que son

en la realidad. Por eso yo no he deseado nunca esas gracias

extraordinarias de visiones corporales. Prefiero esperar a la visión

eterna”. Es así que esta santa era tan amada por el Padre Kentenich, porsu insobornable adhesión a la verdad como él.El Padre Esteban Uriburu decía que Sta. Teresita fue “la primera

schoenstattiana anónima” ya que su ideal personal, según el mismoPadre Kentenich, es el ideal de la Familia de Schoenstatt “En el corazón

de mi Madre, la Iglesia, yo quiero ser el amor”

El Padre Kentenich nos lega el ideal de obediencia, el ideal defranqueza, de confianza y muchas otras riquezas espirituales. Yo desdeque lo conocí lo amé profundamente y recurro a él siempre, pues estoyconvencida de que ese primer encuentro en 1987 fue designio de Diospara ser mi guía y educador de mi familia. Cada noche antes de dormirle pido su bendición, que es la súplica a Dios por su intercesión, paratodos mis seres queridos y, en especial, para su Federación de Familias.

“Sí, un solo corazón en el Padre”

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Un Sacerdote de alma y vidaHugo Romañach

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A lo largo de mis 23 años de pertenecer a la Obra del Padre Kentenich, yde haber sellado mi Alianza de Amor con la Mater y mi Alianza Filialcon él, nuestro Padre, fui recibiendo tantas gracias de Dios por medio dela Mater y del Fundador.

Sin haber conocido personalmente al Padre, lo que todos sabemos de él,son testimonios de tantos sacerdotes, de matrimonios y de personas quelo conocieron y compartieron esa profunda riqueza espiritual quecolmaba su persona y, sin embargo, lo hacían cada vez más humilde ypequeño ante Dios, más hijo de María y de Dios Padre, entregadoenteramente en sus manos.

De su biografía sabemos que desde 1929 el Padre Kentenich comenzó adedicar gran parte de su tiempo a la formación de otros sacerdotes –aspecto de gran relevancia de su personalidad –, ofreciéndoles casimensualmente ejercicios espirituales, siendo que en 1934 asistieron2531 sacerdotes a sus ya conocidos ejercicios.

En ellos, durante las pausas entre conferencias y también hasta altashoras de la noche, el Padre se ponía a disposición para conversionespersonales y para el sacramento de la reconciliación.

Solía decir el Padre que dichos momentos eran para él más importantesque las grandes conferencias, lo cual lo convertía en un valoradoespecialista en la atención pastoral de sacerdotes y como predicador deejercicios espirituales que llevó en esa época a más o menos una terceraparte del clero alemán a participar de los mismos.

Aquí reflexionamos sobre algunos conceptos del Padre Kentenich sobreel sacerdocio, no expresados por terceros sino por el propio Padre endistintas conferencias.

En Milwaukee, EE.UU., en su homilía del 7 de febrero de 1965, hablabade las expectativas, en parte contradictorias, que se tiene respecto de lossacerdotes. Nos habla de lo que el mundo de hoy espera del sacerdotecatólico y de los diferentes ideales que son propuestos, y dice: ¿será queno coinciden, en lo esencial, con el anhelo secreto que tenemos en

nuestros corazones?

Un primer tipo de sacerdote que se ensalza es aquel caracterizado poruna actitud marcadamente sobrenatural, anclado en el más allá. Es elsacerdote “homo Dei”, hombre de Dios, es decir, un hombre que estáplenamente afirmado con ambos pies en el terreno de Dios; queconsidera que su misión es proclamar en todas partes los intereses deDios por medio no sólo de la palabra sino todo su ser, su conducta y unavida que esté basada en los ideales y sea testimonio de los ideales.

El Padre José Kentenich nos dice que hoy existe un segundo tipo desacerdote que despierta mucho interés. No es un sacerdote alejado delmundo sino abierto al mundo, y ávido de Dios. Es el sacerdote que sesiente cómodo en el mundo actual, que puede moverse en todas partes,sin que por ello se borren de su rostro y de su persona los rasgos delDios eterno. Dice el Padre José Kentenich, por una parte son personasamantes de la cultura, que acogen gozosamente todo lo que el mundo dehoy les ofrece y, por otra, son totalmente de Dios. Realizan la arduatarea de armonizar lo terreno y lo trascendente, de entregarse por enteroa Dios y, a la vez, pisan firmes en la vida de hoy.

Hay un tercer tipo de sacerdotes, de aquellos que se dedican a las clasespopulares, a los que podrían llamárseles “curas de pueblo”. El sacerdote

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“capaz de compartir un trago de aguardiente” con los que tienen queapacentar. Son los que consideran que su misión es cooperar en laatención de las necesidades de las clases sociales desamparadas.

Son sacerdotes que se sienten débiles, que se conmueven íntimamentepor las necesidades ajenas y se muestran impotentes, que comparten untrago de aguardiente, que han sucumbido a las pasiones de la vidaactual, del hombre actual y, sin embargo, tienden continuamente susmanos hacia lo alto, para ser redimidos por Cristo y brindar a otros lagracia de la redención.

La santidad de nuestro Fundador, que es indudable para mí y paramuchos que lo amamos, admiramos y seguimos, resalta aún máscuando, por sus propias palabras en los ejercicios espirituales parasacerdotes en Schoenstatt – 1939, podemos percibir cuán firmes eran susconceptos acerca del sacerdote. Me impresionó grandemente esto quedecía con diáfana claridad: “La entrega total se fundamenta en la

esencia del sacerdocio. El sacerdote es absorbido completamente por la

persona de Cristo en el plano del ser y en el plano de la misión. Mis

intereses desaparecerán totalmente detrás de los intereses de Dios.

Jesús nos acepta con toda nuestra vida para que seamos, según su

ejemplo, servidores de los hombres. Desde este punto de vista

comprendemos entonces por qué renunciamos al matrimonio. Queremos

pertenecer por completo a Cristo y, en Cristo, pertenecer por completo

a las almas inmortales. ¿Hasta qué punto llega esa entrega? Es total, al

punto de poder decir con San Pablo: “Todo para todos”.”

Para lograr esto, dice el Padre que debemos, en primer lugar,convertirnos en un reflejo de Dios; segundo, toda nuestra manera depredicar ha de tener un enfoque más positivo y tercero, orar mucho yhacer muchos sacrificios. Intentemos poner a las personas que nosfueron confiadas bajo la protección de María. Así como nos entregamos

a la Sma. Virgen, también debería ser un ideal nuestro entregar a la Sma.Virgen a todos los que me fueron confiados.

Lo hacemos llevados por una profunda convicción: “Lo que yo nopueda hacer lo hará Ella, porque Ella es la gran misionera, Ella obrará

milagros”.

Para ser “todo para todos”, habrán de pertenecer, entonces, a Cristo y alas almas inmortales: primero, mis bienes materiales; segundo, misfuerzas físicas; tercero, mis fuerzas psíquicas; espíritu, corazón,voluntad, todo pertenece a Dios y a las almas. Aun cuando no tengaganas estudiaré; aun cuando fatigado seré capaz de compadecerme delas necesidades de quienes me fueron encomendados.

En el afán de transitar por el camino sacerdotal de ser todo para todos, elPadre nos habla, de la renuncia al matrimonio, del peligro de secar, deesclavizar, las fuerzas de su amor, de la verdadera virginidad. Nos hablade la preservación de uno mismo: de la salud. Preservar mi santidad, mipureza sacerdotal. Nos dice: “Si me entrego continuamente, será grande

el peligro de perderme, de que por pura cercanía a los hombres olvide

la cercanía a Dios”.

Existe una tensión, por un lado la tensión generada por la entrega de mímismo y por otro lado la preservación de mí mismo. Luego de discurrirsobre estas dos tensiones concluye con esta frase que la considero deuna alta pedagogía de vida: “Tenemos que vivir en medio de tensiones,

de lo contrario cesaremos de progresar”.

Con toda su sabiduría, certeza tengo, de que nuestro Padre y Fundadores un transparente de Dios, enviado por Dios para ser Padre para todosnosotros.Bibliografía:Llamado, consagrado y enviado (Textos del Padre José Kentenich s/elsacerdocio) Mons. Peter Wolf (ED.)

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Padre Kentenich: SacerdoteGloria de Villalba

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Nació en 1885 y falleció en 1968 Fue ordenado sacerdote el 8 de juliode 1910. Fundador de la Obra de Schoenstatt. Su proceso debeatificación fue iniciado oficialmente en el año 1975 en la diócesis deTréveris en Alemania.Me impresiona su carisma de paternidad sacerdotal tan intensamentemarcada, que él mismo se definía con una sola palabra: Padre. Gracia,que Dios le concedió y que él mismo sentía como núcleo de supersonalidad y de su misión.Así como era padre frente a los hombres, frente a Dios se sentía siemprecomo el niño más pequeño.Esta filialidad es fruto de una profunda vinculación a la SantísimaVirgen María, a quién estuvo totalmente consagrado y en cuyas manosfue un instrumento fidelísimo. De hecho su misión fue anunciar almundo el misterio de María.Fue un reflejo permanente de Dios Padre para todos los que loconocieron.En su carisma de padre ha sido un gran educador, un maestro y lo que havivido y enseñado puede considerarse una escuela de vida y fe.

Admiro particularmente su profundo respeto hacia la originalidad de laspersonas, su preocupación sincera por el bienestar de los demás.Me llega profundamente ese respeto demostrado por lo que piensa laotra persona aunque no esté de acuerdo con ella. Su capacidad ypaciencia para escucharle y alentarle.Es muy difícil alentar sinceramente a alguien a llevar adelante algúnproyecto cuando uno no comparte lo mismo.Su profunda filialidad estuvo demostrada en todo su accionar,preguntándose permanentemente “¿qué quiere Dios de mí?”, aboliendo

totalmente su deseo para acogerse a la voluntad de Dios y entregarseenteramente a ella. Con el oído en el corazón de Dios y las manos enpulso del tiempo, siguió audazmente los caminos que le señalaba laDivina Providencia.Filialidad también demostrada en su obediencia total a la Iglesia, aunqueno estuviera de acuerdo y le produjera mucho dolor: “Amó a la iglesia”.Otra traducción de filialidad es su accionar como niño cobijado y alegre.Así como el poder en blanco y la inscriptio.

El Padre Kentenich escribe en una carta: “Para mí la cruz y elsufrimiento, el desprecio, la afrenta, la renuncia, el sufrir difamación yolvido son las perlas más valiosas, los dones más preciosos que meenvía el amor del Padre para que me asemeje a Jesús y en él atraigasobre mí, de manera especial la complacencia del Padre”.En el ofrecimiento del sacrificio el Padre Kentenich no sólo ve unproceso que le asegura la complacencia de Dios, si no ve más lejos aúny contempla a todos los hombres en cuyo bien redundan nuestrossacrificios.

En Dachau escribe una oración que sin duda brota de lo más íntimo desu ser:En Cristo Jesús nos ata un estrecho vínculo. Estamos profundamenteunidos en sus Santas llagas. Nosotros somos sus miembros. Él la únicacabeza.Esto nos expresa “la comunidad de destinos” donde el Padre Kentenichmantiene en alto la conciencia de que por medio de su sufrimiento y desu vivir en Cristo, puede sobrellevar y sostener a otras personas, asícomo también él vive del sacrificio y oración de otros.El Padre Kentenich palpita en todo momento la conciencia de quesostiene a las personas vinculadas a él y a su vez vive con la concienciade ser apoyado por aquellos que mantienen un vínculo con él: “Alianzafilial” un valioso regalo del Padre.

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José Kentenich: un sacerdote para sacerdotesLuis Martínez

Región Este - Grupo E - 2010

Revisando las Cartas del Carmelo, esa ilustrativa compilación epistolaranterior a los tiempos de Dachau, donde se devela en forma casi íntimael pensamiento sacerdotal del Padre Kentenich, encontré la misiva queel Fundador remitió al Padre Alex Menningen el 8 de febrero de 1942,que comienza así:

Después de leer tu breve noticia de ayer, pensé en darte algunas

pequeñas indicaciones para la autoeducación de nuestros sacerdotes,

para estar a la altura de las actuales circunstancias y otras

semejantes... Pero no es necesario. Todo está en el Cántico de

Gratitud...

Por supuesto, de la misma manera que el Padre José direcciona al P.Menningen rumbo al Hacia el Padre, yo también me sentí alentado arecorrer igual sendero.

Llegado que hube al Cántico de Gratitud (HP, 612 a 625), me encontréconque, desde las sufrientes entrañas de la prisión, la voz del PadreFundador se eleva exclamando: “¡Cayeron las cadenas!”, enmanifestación de gratitud a Dios porque la prisión física se prestaba delibertaria ocasión para la santidad en la entrega.

Ese difícil camino de peregrinación (HP, 613) , se convierte, gracias a lamirada de Dios, en fuente de gozo espiritual.

Ese es, en la consideración del Padre, el modo en que deben vivir lossacerdotes y por ende, su propio ser sacerdotal, por lo que si deseamosconocerlo en ese ámbito, analicemos en Cántico.

Como mencionamos, al infortunio lo convierte en fuente de felicidad yaque se siente amparado por la mirada de Dios (HP, 614) y entregando aSu corazón lo humano y lo terreno, estos pensamientos y necesidadesdejan de hacer mella en la voluntad y se resiste más fácilmente latentación (HP, 615).

Con esa misma postura, en el aspecto comunitario, convoca a una férreaunidad de los sacerdotes, que los hará fuertes por el mutuo apoyo,evitando el desfallecer y permitiéndoles ser hombres nuevos a imagende Cristo, en toda circunstancia (HP, 616-7).

En lo espiritual, el sacerdote Kentenich sostiene y enseña a los suyosque no hay elección fuera de Cristo para obtener la vida eterna (HP,618-9).

Quiere que el sacerdote sea un reflejo de Jesús Transfigurado para quede esa manera, Él reaparezca en el mundo para sufrir, luchar y

apacentar la grey (HP, 620-2).

Esta última sentencia es reveladora del elevado y triunfalista sentidopaternal del Fundador hacia los feligreses, lo que se constata en loshechos de su vida pastoral y en la exhortación central de su pedagogíacon relación a las vinculaciones paterno-filiales que debemos todosdesarrollar tanto individual como socialmente y que constituyen lascondicionantes principales para la renovación moral del mundo.

Por eso continúa el Cántico de Gratitud pidiendo a Dios que edifique suReino y para tanto se pone a disposición con todos los suyos para serenviados a los confines del mundo, en clara alusión a la postura de envíomisional que el sacerdote debe mantener (HP, 623-4).

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Y, como era de esperar, pone toda esta entrega, actitud y voluntad enmanos de la Mater como ofrenda para que Ella sea el seguro de que nohabrá claudicaciones en el camino y que llegará al fin de sus días con lamisma fidelidad a la decisión.

Como el mismo José Kentenich dijera: todo lo que un sacerdote – y él sepone en primer lugar - debe tener en cuenta para cumplir su misión estádetallado en el Cántico de Gratitud porque como le explica al P.Menningen en otro trecho de la carta: Tiempos de paz lo comprenderán

como un programático discurso de combate en versos.

Puede ser que hoy no enfrentemos una guerra convencional, peronuestra sociedad y particularmente nuestros sacerdotes, enfrentan undenodado combate con las fuerzas del mal y las enseñanzas delFundador muy bien vendrían en su preparación para la lucha.

¡El Padre José Kentenich, sacerdote profundamenteanclado en Dios!

Nelly Asunción Díaz de RamírezRegión Este - Grupo E - 2010

Lema del ministerio sacerdotal del Padre José Kentenich: “Diosmío, concede que todos los espíritus se unan en la verdad y todos loscorazones en el amor” (de la estampa recordatoria de la primera Misadel Padre José Kentenich) Capilla San José, de la Casa de las Misionesde los P.P. Pallotinos, en Limburgo 10 de julio de 1910.

Título: La Divina Providencia define el ser y el actuar de unfederado

Marco Teórico: La fe práctica en la Divina Providencia

Hipótesis: El Padre José Kentenich fue el sacerdote, un hombre de unaprofunda unión sobrenatural con Dios.

Objetivos: Ser y actuar según el querer de Dios, sólo es posible enverdadera unión sobrenatural, guiados por la Divina Providencia.Este es el modelo federado (profunda unión paterno - filial)

Aporte: Que el ejemplo del Padre José Kentenich nos lleve siempre abuscar este modelo de relación con Dios; Ser hombre y mujeresprofundamente anclados en el querer de Dios... Guiados por la DivinaProvidencia.

DESARROLLO:

a) Introducción desde el material:

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Palabras sobre el Padre José Kentenich: Siempre irradiaba alegría y unacercanía de Dios que encendía a todos.El Padre José Kentenich solía decir que en nosotros y a nuestroalrededor debe haber cada día más luz, más calidez, es decir: unambiente cada vez más divinizado.Seguimos leyendo en el material: Pero al mismo tiempo el Padre JoséKentenich lleno de Dios, estaba con los dos pies en la tierra, con sumanaturalidad.

b) Reflexión:Nos preguntamos: ¿Por qué pudo el Padre José Kentenich irradiar estaalegría y hacerlo así siempre? ¿Por qué el Padre nos pide esta mismaactitud?En la actual realidad: ¿Es posible crear esta atmósfera “divinizada ydivinizadora”?

Al Padre no le gustaban las actitudes rebuscadas - y nos dice - menosaún en el trato con Dios; esto porque al Padre sólo le importaba la vida,y ella (la vida) únicamente entendida desde el querer de Dios.

¿Por qué pudo el Padre José Kentenich irradiar esta alegría y hacerlo asísiempre?

- Porque como hijo de María, permanecía lleno de Dios. No seponía ante la presencia de Dios, o buscaba espacio para esteencuentro solamente, sino que el Padre estaba absolutamenteposeído por la misión de María, y por eso podía serabsolutamente hijo, y recibir de Dios una perfecta comunión dePadre. Nuestro Padre Fundador irradiaba alegría siempre puesirradiaba Dios

¿Por qué el Padre nos pide esta misma actitud?

- Como hijos suyos aprendimos que no existe otra manera de “serhijos”. Nada de actitudes rebuscadas, simplemente SER lo que sees desde toda la eternidad.

En la actual realidad: ¿Es posible crear esta atmósfera “divinizada ydivinizadora”?

Creemos que el Padre José Kentenich nos entrega caminos concretos pordonde ir construyendo esta atmósfera; si verdaderamente buscamoscumplir con la voluntad de Dios, nos resulta tan enriquecedoras laspedagogías que surgen de dos leyes de crecimiento orgánico: LA LEYDE LA PUERTA ABIERTA y la LEY DE LA RESULTANTECREADORA.La Ley de la puerta abierta que nos orienta a buscar la voluntad de Diosauscultando las: voces del tiempo, las voces del alma y las voces del ser.Si escuchamos esas voces y observamos la realidad a la luz de la fe en laProvidencia, podemos “rastrear” en ella la voluntad del Dios.

La ley de la resultante creadora no podemos dejar de mencionarlaporque nos permite comprobar si verdaderamente hemos acertado ennuestra interpretación del querer de Dios. Los frutos del Espíritu son losque confirman la decisión que tomamos o, en caso contrario, lo que nosmueve a continuar buscando en la reflexión, oración y meditación, lavoluntad del Dios de la vida, es este “instinto sobrenatural de fe”, frutode la acción del Espíritu Santo en nuestra alma, que nos guía en nuestrabúsqueda de la voluntad de Dios Padre, que no es otra cosa que vivirnuestro real ministerio sacerdotal que brota del compromiso bautismal.Verdaderos hijos del verdadero y único Padre, y esto se observa en el sery el actuar guiados por la Divina Providencia.

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Padre y Sacerdote, Pedro José KentenichMagdalena Insfrán de MartínezRegión Este - Grupo E - 2010

Cuando Dios concibe un nuevo santo para una determinada época, esporque precisa que cambien ciertas concepciones sobre la filosofía devida que se viven en ese tiempo. Este hecho hace que los santosconcebidos se encuentren generalmente “conflictuados” con las normasy costumbres de la época. Esto sucedió con el Padre José Kentenich,cuando desde niño se manifestaba en contra de lo que queríaimponérsele, en la escuela u otro ámbito donde no se respetaba sulibertad.

Su personalidad inquieta y curiosa fue siempre apaciguada y satisfechapor medio de su entrega confiada a Dios y a su voluntad. Su alegría ypaz reflejaban la despreocupación por las cosas terrenas e inclusive porlas relaciones personales (durante el inicio de su carrera sacerdotal).

Esta entrega libremente obediente la notamos desde el instante en que sumamá Catalina lo entregó a la custodia de su mamá María, ya que desdeese momento se dejó guiar por ésta y le entregó su tierno corazón. Laconfianza plena en la Divina Providencia lo acompañaría desde suinfancia.

Así, la Madre de Dios fue su educadora y como hijo suyo aprendió lalección que ella le transmitió tan firmemente “Aquí estoy, hágase en mísegún tu Palabra”. Esta frase definió toda su vida, el SÍ de María estuvosiempre en sus labios y lo llevó hasta el epitafio en su tumba.

Supo escuchar la voz de Dios desde su juventud y madurando en suinterpretación y ejecución. Audaz ante los desafíos, su Madre María letransmitió también el amor a la Cruz y la confianza en la Victoria

Divina. Atento a los acontecimientos y a las personas, pudo conquistartodos los corazones, aun aquellos que por su circunstancia deberíanhaber sido indiferentes a su persona y a su carisma (como los guardias,carceleros, jefes del campo de concentración). Gracias a su firmeza,claridad de pensamiento pudo hacerles vivir y sentir la presencia deCristo.

Decía: “La santidad pasará por el heroísmo de las virtudes teologales ypor la fidelidad en el deber de estado”. Como sacerdote cumplió sudeber de estado bajo circunstancias tanto favorables como adversas:

• Mostró a todas las personas el camino hacia Dios Padre;• Dio respuesta a las necesidades de consuelo, cobijo u orientación a

muchas personas;• Confesando a todos y expresándoles su amor;• Celebró la Eucaristía aún en circunstancias adversas (cárcel de

Coblenza, Dachau, etc.)• Ordenó sacerdotes, incluso en momentos difíciles (campo de

concentración)• Dio todo lo que tenía, si era necesario, para calmar las necesidades

de otros.

Como fuera educado por la Educadora de Jesús, aprendió todo de estadama y ella lo convirtió en un pedagogo totalmente a la manera de Dios:Magnánimo, paternal, confiado en sus hijos, misericordioso, sencillo yalegre. Estas características atraerían siempre a corazones jóvenes ypuros para dejarse moldear y arder por la misión de Jesús.

Con los jóvenes conformó inicialmente la Congregación Mariana yluego celebraron la Alianza de Amor que nos legara y que en sí, encierratoda la filosofía de Schoenstatt.

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¡El Padre José Kentenich, sacerdote y su EUCARISTÍADIARIA!

Carlos Alfredo Ramírez AñazcoRegión Este - Grupo E - 2010

Título: LA IMPORTANCIA DE LA EUCARISTÍA EN LA VIDA DELFEDERADO

Marco Teórico: LA SANTA EUCARISTÍA

Hipótesis: El Padre José Kentenich fue el sacerdote que fue puespermanecía unido sacramentalmente a Cristo en la Santa Eucaristíadiaria.

Objetivos: El punto culminante de filialidad es la unión sacramental en ycon Jesús eucarístico, HACIA EL PADRE

Aporte: Que como federados busquemos la UNIÓN SACRAMENTALDIARIA – Misa diaria – al reconocerlo como modelo de aplicación en lavida del Padre José Kentenich y descubrirlo como tesoro que se nosobsequia.

DESARROLLO:

Introducción del material: Para el Padre José Kentenich la Santa Misaera su fuente de fuerza y de luz para cada día. La consideraba el puntoculminante de la filialidad, el momento en el que - con el peso denuestra culpa - vamos con Jesús y en Él, al Padre.

La celebración de la Santa Misa era para él el momento culminante deldía. Quienes participaron de ella, pudieron observar con qué

concentración el Padre celebraba los sagrados misterios. Se tenía laimpresión de que “Dios estaba con él y él estaba con Dios”.

El Padre demostró la importancia que para él tenía la Santa Misa alpostergar las decisiones importantes hasta después de haberla celebrado.Así lo hizo por ejemplo con la difícil decisión que tomó el 20 de enerode 1942 en la cárcel de Coblenza.

Cuando estaba de viaje, muchas veces permanecía largas horas enayunas, para poder celebrar al llegar a algún paraje, ya que en aquelentonces regía la disposición del ayuno desde la medianoche para podercomulgar.

Comentario:

Para el Padre José Kentenich el peor castigo que recibió fue NO podercelebrar la Eucaristía. Se sentía muy mal al no poder celebrar, comosiempre fue un sacerdote obediente: obedeció.Podemos recordar innumerables momentos donde hizo los esfuerzosmás supremos, corriendo riesgo de vida, para PODER CELEBRAR LAEUCARISTÍA, esto lo conocemos en el campo de concentración deDachau.

El Padre José Kentenich permanecía en profunda comunión con Cristo,y nos dijo: ¡No hay otro sacerdocio que no sea EN Cristo! De este modopudo ser el sacerdote que fue.Como federados tenemos que buscar esta comunión incesantemente. LaMisa diaria es una manera extraordinaria de alimentar nuestrosacerdocio de la vida real en nuestro estado de vida matrimonial.“No hay otro sacerdocio a no ser EN Jesucristo” (Padre José Kentenich)

Ref: La moderna santidad sacerdotal de la vida diaria. Ejerciciosespirituales para sacerdotes, Schoenstatt, 1936.

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¡El Padre José Kentenich, un auténtico sacerdote!Irma B. Vázquez Caballero

Región Este - Grupo D – 2010

Siente el llamado al sacerdocio desde muy joven, a los seis años.Manifiesta su deseo a su madre a los 12 años el día de su PrimeraComunión, quien no dejó oponer algunas dificultades. En su poesía: “ElPoder del Amor” (Pascua 1900), refleja la fuerza de ese llamado: “Hazque muera antes de ser infiel a tu llamado…”. El Padre Kentenich esordenado sacerdote el 08 de julio de 1910.Fue un sacerdote que maduró por una crisis en su juventud, que aceptóel gran riesgo de jugarse la vida y que no temió confrontarse con lajerarquía eclesiástica. Su amor a María despertó todas las fuerzas de sualma e impregnó toda su labor pastoral.

Un sacerdote con marcados rasgos Paulinos: Su ser sacerdotal seorientó en la escuela de San Pablo, en ser portador de vida como unpadre o una madre, en la fundación de comunidades y en el suscitarnueva vida cristiana, en servir en forma abnegada a la vocación alsacerdocio general de todos los bautizados y a la vocación especial decada individuo. Un marcado rasgo misionero.

Apasionado por Dios y por los hombres: Poseído por su misiónpersonal, por Dios, por la emergencia de la época y de la humanidad.Durante su vida conoció un único gran ideal: Dios y las almas. Abrir elalma para Dios y relacionarla indisolublemente, vincularla honda einteriormente para poder resistir a las tormentas del tiempo venidero,(tiempo de humanidad sin raíces).

Un sacerdote profético: Totalmente marcado por una fe práctica en laDivina Providencia y orientado al mundo sobrenatural: “Nada sucedepor casualidad, todo viene de la benevolencia de Dios”. Con clara

visión, profunda y amplia. Visionario, interprete de los signos deltiempo, audaz en el riesgo y seguro de la victoria. Siguió su camino conel Dios de la vida de un modo realista, sobrio, con fe en la Providenciaen los desafíos de su vida hasta en el campo de concentración y el exilio,durante toda su vida.

Paternal: Persona muy sencilla, cercana, cordial, noble, alegre, queatraía, ayudaba a todos, se preocupaba por el resto. De corazón tangrande que podía relacionarse profundamente con cada persona con laque se encontraba. Tenía la convicción de que no se puede educar, niayudar a alguien a educarse si no se le ama. Un servicio que pasa por elcorazón, el amor es lo único que produce apertura en los otros y les abrea los ideales y valores de la vida. El trato personal, original, con cadapersona es esencial a la acción del sacerdote-padre y educador(conocimiento mutuo). Esta actitud de alma lo lleva a simbolizar su vivirsacerdotal en la imagen evangélica del Buen Pastor y lo vivióintensamente ocupándose de los suyos, cuidando de los suyos ycultivando la fidelidad del Buen Pastor para con los suyos.

De profunda vida de oración: “Su vida fue una continua oración”, conla actitud de alguien que se sabe junto a Dios como un niño junto a suPadre. Buscó a Dios en todo y lo encontró en los hombres, en las cosascreadas y en los acontecimientos. Hablaba de Dios como si estuvieseexactamente junto a Él. La Santa Misa era su fuente de fuerza y de luzpara cada día, punto culminante de la filialidad.

Un sacerdote para el mañana: Vivió con las manos en el pulso deltiempo y así supo interpretar sus voces, señaló el desmoronamientoreligioso, la revolución del ser, el mundo nuevo que nacía y preparó a suFamilia para esto, para el futuro. Confiando en la acción del EspírituSanto vislumbró la forma de la Iglesia del futuro, que marcha hacia lasnuevas playas, hacia los tiempos más nuevos, que busca las huellas de

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Dios, cuenta con Él y su acción, día tras día. Se trata de anunciar denuevo al Dios de la vida, de regalar a muchos la experiencia de la fepráctica en la Divina Providencia y la Alianza de Amor.Entendió el estado de ánimo que marca a los hombres de nuestro tiempoy que lo que en él vive y experimenta lo pueden conducir a una relacióncon lo sobrenatural. La vida se enciende en la vida, no desde afuera. Lavocación personal y la formación en la fe individual juegan un rolfundamental. En su anhelo de poder desarrollar relaciones profundas yduraderas en la Alianza de Amor lo vincula por medio de María a sushermanos y a aportar a la comunidad.El respeto a la libertad individual, “Tanta libertad como sea posible”,expresa el respeto por la vocación individual de cada individuo, unvalioso acceso, un indicador de caminos de cómo el hombre de hoypuede llegar a un encuentro personal con la fe. Con esta visión el PadreKentenich llega al alma de nuestro tiempo y a la vez nos conduce haciael futuro.Nos dejo la tarea de ser portadores de su fuerza innovadora, de trasladarlos contenidos de la fe a los tiempos más nuevos. De ir adelante en estecamino de la Iglesia hacia el futuro y así entusiasmar de nuevo a loshombres por la fe. Su actitud fundamental es un legado y tareapermanente.Su ser sacerdotal está vinculado a todos nosotros, es una alegría ytarea presentar la riqueza y fecundidad que encierra su vidasacerdotal para el tiempo de hoy.

ReferenciasSer sacerdote, una tarea elementalmente profética - Retiro parasacerdotes. Schoenstatt 1951. J. Kentenich.Año sacerdotal - P. Juan Pablo Catoggio.El P. Kentenich fue un sacerdote paternal. Hna. Petra.Misa pontifical en el 40 aniversario del fallecimiento del P. Kentenich.Schoenstatt. Mons. Dr. Robert Zollitsh.

El Padre Kentenich, un sacerdote auténticoRoberto Caballero

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Es muy difícil definir exactamente la palabra “auténtico”, más todavíaen el tiempo en que vivimos, el momento en que vivimos marcado másbien por el consumismo, el capitalismo; donde la búsqueda se centra enlo barato aunque esto traiga consigo el rótulo de falso, rápido, etc; es poreso que lo auténtico, lo legal, lo original, lo sublime es cada vez másescaso, más difícil y por lo tanto más esquivo, por lo tanto al analizar eltítulo ya me llama la atención, más todavía al leer los testimonios de laspersonas que lo conocieron admiramos, más aún la personalidad delPadre KentenichEl alma abierta hacia Dios. El Padre Kentenich se describe a sí mismocomo alguien que tiene el alma abierta hacia Dios y que se encuentrarelacionado a Él en forma indisoluble. Una mente abierta hacia Dios nosllama a reflexionar en dos consideraciones especiales.La primera: es que un alma abierta hacia Dios es un alma referente deDios, es aquel que entrega su alma a Dios hasta las últimasprofundidades evidentemente es un alma referente de Dios, por lo tantoaquellos que conocieron en persona al Padre Kentenich dan sutestimonio que al verlo a Él también veían a su creador, Dios y esto nosólo se traduce en sus palabras, esto se traduce en sus gestos, su actuar,su mirar, se traduce en la forma y el trato hacia los demás, “irradiabauna misteriosa fuerza espiritual que conducía hacia Dios”.El alma abierta a los demás. A partir de lo dicho anteriormenteentramos en el segundo punto: estar abierto a Dios es estar abierto a losdemás, que los demás lo encuentren siempre disponible, como esecazador de almas que esta siempre dispuesto para el último sacrificio, laúltima batalla en la conquista para el reino de Dios.Vivir profundamente anclado en Dios es medir todo con la medida deDios, ver las cosas y los acontecimientos, por más simples y pequeños,

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como un regalo o designio de Dios; es importante entender que el PadreKentenich ya veía en esa época el apego desordenado a las cosasmateriales de este mundo, como cimentado en ello su seguridadpersonal; sin embargo el gran anhelo del Padre Kentenich era llevar atodos a un arraigo profundo al mundo sobrenatural.Su preocupación era ser un transparente de Dios aquí en la tierra,interpretando así que Él quería valerse de nosotros para hacerse presenteen el mundo. El Padre Kentenich solía decir que en nosotros y ennuestro alrededor debe haber más luz, más calidez, es decir un ambientemás divinizado.El Padre Kentenich vivía su día a día en forma única y especial en elcual la Misa era su punto culminante, a esto se debe que muchasdecisiones las postergaba para después de la Misa.

Su ideal de obediencia. Un rasgo fundamental de su personalidad era suideal de obediencia. La no renuncia a su conciencia personal. Cumplir laorden según su competencia, pero manifestar su conciencia personal,una conciencia personal que hoy la vemos avasallada por el idealconsumista; por el afán desmesurado del tener, parecer que, nos haceolvidar quienes somos en realidad y a que vinimos.

Resumen: Las cosas que a mi criterio caracterizaron al P. Kentenich yque me llegaron profundamente fueron, la conciencia que somos:

• Referente de Dios aquí en la tierra, como una contracorriente almundo consumista; materialista y corrupto.

• Abierto a Dios, abierto a sus creaturas, abierto al mundo, a loshombres, a las cosas y los acontecimientos, ver todos losacontecimientos como un regalo de Dios.

• El ideal de obediencia del Padre Kentenich, obedecer pero nouna obediencia ciega, sin criterio, sin juicio.

• La Misa diaria como punto culminante del día.• La bendición a todos.

El Padre Kentenich, formador de sacerdotes enDachau

Ana Cristina LassalleRegión Este - Grupo D – 2010

El Padre Kentenich, a poco de su retorno a Schoenstatt, distinguió tresetapas en su cautiverio en el campo de concentración de Dachau. Laprimera duró desde el día de ingreso, el 13 de marzo de 1942 hasta el 25de marzo de 1943; la segunda, hasta el 11 de abril de 1944, y la tercera,hasta el día de la liberación, el 6 de abril de 1945. Por consiguiente, tresetapas de un año más o menos cada una.La primera etapa estuvo caracterizada por el hecho de que, además deltrabajo para su Obra de Schoenstatt, comenzado inmediatamentedespués de haber ingresado en Dachau, se puso a disposición de todoslos sacerdotes con la intención no sólo de prestarles toda la ayudaindividual posible, sino de agruparlos en una comunidad que pudieratransformar su cautiverio en una escuela querida por Dios para larenovación de su existencia sacerdotal.

Desde los primeros días de Dachau, se puso el P. Kentenich al serviciode los hermanos que vivían con él en la barraca de ingreso. Los presosde esta barraca pasaban una especie de cuarentena. Por ejemplo, a lossacerdotes no se les permitía asistir al culto divino celebradodiariamente en la capilla de la barraca de los sacerdotes alemanes. Paraque en aquella dura situación no quedaran sin el conveniente alimentoespiritual, el P. Kentenich daba noche tras noche una pequeñaconferencia a cuantos quisieran asistir.Su empeño principal era confortar espiritualmente a sus hermanossacerdotes. No interrumpió sus conferencias ni durante los horriblesmeses del verano de 1942 (hambre, transporte a las cámaras de gas); alcontrario, las amplió al tiempo de trabajo y al comando de trabajo,tratando siempre de que aprendieran a ver en la situación, la voluntad de

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Dios. Les ponía ante los ojos el ideal del hombre sencillo, arraigado enel más allá, del hombre cuyo “caminar es en el cielo”, que vive lleno deconfianza en la realidad de la paternidad de Dios. Para que sus hermanoslo meditaran más fácilmente, el P. Kentenich resumió este pensamientobásico en el siguiente lema: “Nosotros, sacerdotes en el campo deconcentración de Dachau, no reaccionaremos instintivamente, sino consencillez en las más primitivas circunstancias, tanto si Dios quiere quemuramos heroicamente como firmes personalidades sacerdotales, comosi quiere que salgamos vivos para seguir trabajando celosa yfecundamente por el estilo de Dios como sacerdotes acrisolados en laprueba”. Al mismo tiempo los animaba a ponerse en manos de la Sma.Virgen y contar con su poderosa ayuda. Con sus colaboradores de laObra de Schoenstatt, los Padres Eise y Fischer, representando a todoslos compañeros de infortunio, escogió a la Madre tres veces Admirablede Schoenstatt como Madre del pan, Abogada y Reina del campo deconcentración. Esto ocurrió el 2 de julio, festividad de la Visitación de laSma. Virgen a su prima Santa Isabel.

Otros campos de actividad se le abrieron al P. Kentenich cuando fuetrasladado el 23 de agosto de la barraca de ingreso a la barraca 28 de lossacerdotes polacos, y más tarde, el 13 de octubre, a la barraca 26 de lossacerdotes alemanes. En ninguno de los dos casos dudó en ponerse adisposición de sus hermanos en el sacerdocio. Como no sabía polaco,daba las conferencias en latín. Mantuvo estrechas relaciones con elgrupo de sacerdotes polacos, aún después de que lo trasladaran a labarraca 26; y cuando en los años siguientes lo proveíanclandestinamente de vino y hostias para celebrar la Santa Misa, se lospasaba a ellos para que celebraran también el culto divino como losprimeros cristianos en las catacumbas. Así se comprende que lossacerdotes polacos adhirieran en el campo de concentración a los gruposde Schoenstatt.

En la barraca de los sacerdotes alemanes se le acercó el encargado de labarraca para pedirle que continuara las breves meditaciones vespertinasque había iniciado en la barraca de ingreso. El P. Kentenich accedió debuen grado a su deseo. El mismo día el capellán del campo deconcentración, responsable de la capilla y del culto divino en la barraca26, que era entonces el sacerdote austríaco Dr. Ohnmacht, le rogó quepredicara en la próxima fiesta de Cristo Rey. A este primer sermónsiguió un segundo, catorce días después, y además aceptó también lainvitación del mismo capellán a dar unas conferencias más largas por latarde, los días 8 y 15 de noviembre de 1942.Las ideas directrices de sus exposiciones, las resumió en los términossiguientes: “Nosotros, sacerdotes, con humildad y coraje entregamosnuestras vidas por Cristo Rey y por la construcción y desarrollo de sureino de verdad y de amor”. Su lenguaje era intencionadamente sobrio,sencillo, objetivo. El P. Kentenich no quería provocar emocionespasajeras, le interesaba más bien programar a largo plazo el empeñocomún de todos los sacerdotes cautivos de Dachau.

Examinando más de cerca el lema del P. Kentenich, resulta bastanteclaro cierto paralelismo con el programa del acto prefundacional de laObra de Schoenstatt el 27 de octubre de 1912. De hecho, en la mente delP. Kentenich revoloteaba la idea de hacer del tiempo que por designiode la Divina Providencia habrían de pasar los sacerdotes en Dachau, unaespecie de segundo seminario, de suerte que completaran su formaciónsacerdotal y de pastores de almas y que, a partir de su experiencia en elcampo de concentración, pudieran realizar una pastoral fecunda en lanueva situación de la Iglesia y de los fieles después de la guerra.Con esta misma finalidad tomó el P. Kentenich otra iniciativa, cuando aconsecuencia de una epidemia de tifus, desencadenada antes de laNavidad de 1942, se impuso una cuarentena en todo el campo deconcentración, desde el 25 de enero hasta el 14 de marzo de 1943.Durante este tiempo, y comenzando el 1 de febrero, dio dos conferencias

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diarias, a las que asistían ordinariamente un centenar de sacerdotes. Parano provocar a la dirección del campo, las conferencias se celebraban enel dormitorio de la barraca 26/4. En la primera serie de pláticas, el P.Kentenich habló sobre el sacerdote en un tiempo apocalíptico. Lasegunda la dedicó a la santidad sacerdotal de la vida diaria, como formade vida del sacerdote en un tiempo apocalíptico, y abordó en particularel tema de las relaciones del sacerdote con el mundo modernosecularizado con el que a diario se enfrentaban ellos en su cautiverio deDachau.

Juntamente con otros sacerdotes presos organizó además un ciclo deconferencias sobre las distintas escuelas de espiritualidad de la Iglesia.Así un sacerdote benedictino habló sobre San Benito y su misión; unfranciscano habló sobre San Francisco de Asís y su movimiento; unjesuita habló sobre San Ignacio de Loyola y la Compañía de Jesús. Laponencia sobre Schoenstatt y su espiritualidad corrió a cargo del P.Kentenich.

Toda esta actividad del P. Kentenich tuvo tal resonancia que lasinvitaciones para intervenir eran constantes, no ya en pequeños círculos,sino en el conjunto de los sacerdotes presos. Con motivo de la epidemiade tifus, los sacerdotes acordaron consagrarse a la Sma. Virgen el 11 defebrero, festividad de la aparición de la aparición de la InmaculadaConcepción en Lourdes, y pidieron al P. Kentenich que diera una pláticade preparación e introducción al acto de consagración. Asimismo, leencomendaron una plática para el aniversario de la elección de Pío XII,el 12 de marzo. Finalmente, manifestaron su deseo de que se encargar delos sermones cuaresmales de aquel año. El Padre Kentenich accedió atodo.

Testimonios de sacerdotes que estuvieron con el Padre Kentenich enel campo de concentración de Dachau

1. …Hasta su liberación fue mi confesor y director espiritual, porque sufe en la Divina Providencia y su devoción a María me imponían.Hablaba y vivía como si viera lo invisible.Estaba completamente entregado a Dios, puesto a su entera disposición,y me ayudó a mí y a otros que se esforzaban, con su acompañamiento,por vivir la fe en las circunstancias extraordinarias del campo deconcentración, a practicar el “Poder en blanco” y la “Inscriptio”, y adecir sí, ya de antemano, a la voluntad del Señor, aunque el camino a lalibertad pasara por la chimenea del crematorio…

2. …Desde las primeras semanas de confinamiento en el campo, elPadre Kentenich había realizado una misión apostólica muy bella. Suactitud sacerdotal era admirable. A nosotros, sacerdotes polacos, nosdaba conferencias religiosas basadas en textos del Apocalipsis de SanJuan. En cada frase se percibía al sacerdote de una vida interiorprofunda. Sus pláticas, a nosotros, sacerdotes, nos infundían coraje yseguridad. Él, sacerdote alemán, nos acogía a nosotros, polacos, con unagran benevolencia. Después, una vez superadas las penurias del campode concentración, he seguido con sumo interés su actividad,especialmente en Schoenstatt. No me extraña que se trabaje por subeatificación…

3. …En cuanto a su conducta personal, me llamaba la atención que entodo el tiempo del cautiverio, incluso en los momentos más negros deepidemias y de amenazas, se mantuviese siempre sereno, equilibrado,amable y cariñoso, comportamiento que, entre nosotros, los sacerdotesde dicha barraca, no podía considerarse ordinario ni normal……Lo que yo sé de él, y lo que viví con el Padre Kentenich en los tresaños y medio de cautiverio, me basta para distinguirlo con singularrespeto como a un sacerdote impresionante y marcado con el sello de loespiritual… Una figura y una vida probadas en la humilde imitación deCristo…Bibliografía. José Kentenich, una vida para la Iglesia de E. Monnerjahan

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El Padre José Kentenich Un Sacerdote AuténticoIda González y Cesar RamírezRegión Este - Grupo D – 2010

La esencia de Dios es el amor: un amor rico en misericordia que es paranosotros un regalo inmerecido. “Las grandes conmociones mundialesson manifestaciones del amor paternal de Dios. ¿Pero cuál es el sentidodel obrar paternal? Lograr que el hombre presumido, que se cree dueñodel mundo vuelva a asumir su condición de creatura. El hombre debe serfrente a Dios, como un niño frente a su padre. Sólo así Dios derramarásu caudal de amor sobre este mundo atribulado”.

“La filialidad es una fuerza concentrada que consiste en hacer de Dios elcentro de todo nuestro actuar que es luchar por una entrega perfecta desí mismo a Dios… La eterna juventud nada tiene que ver con lablandura o la superficialidad, porque seremos y seguiremos siendoeternamente jóvenes sólo cuando Cristo viva, sufra y goce en nosotros”

El Padre Kentenich se refiere a una filialidad orientada en la fe yalimentada por un amor probado pues esa es la actitud que nos media unarraigo profundo en el corazón y en la voluntad del Padre Dios. Alrespecto él decía: “Quien mantenga abiertos el corazón y la mente paratodo lo que agrada a Dios, se conservará joven aunque tenga una edadavanzada pues no le faltará nunca el impulso del amor”.

Dios lo preparó para su misión y le envió cargas pesadas, era unarealidad sobrenatural presente en este mundo.

La vida y el actuar de Cristo aquí en la tierra manifiesta su amor alPadre y el anhelo de cumplir su voluntad: “Me has dado un cuerpo; heaquí, Padre, que vengo a cumplir tu voluntad” (Sal. 39.9). Esta mismaactitud también encontramos en María la Virgen Madre del Señor. El

Padre Kentenich decía: “La actitud filial de María fue única, llena de fe,modelo tanto para el varón como para la mujer”. Su filialidad eracompletamente sana. Su disponibilidad para construir el Reino del Padreera admirable, nada ni nadie pudo apartarle de ese “camino”.

Era un apóstol en Dachau, porque era un sacerdote totalmenteconcentrado en Dios. Una persona del todo divinizada.

Esta es la actitud que el Padre Kentenich la asumió como modelo, él sesabía hijo ante Dios, su Padre, y no lo creía solamente en sentidogeneral, sino en el sentido especifico de la palabra; siempre orientaba suvida, con amor, en su voluntad y en sus deseos. La Gracia de Dios habíapenetrado en su alma hasta tal punto que en todas las situaciones de suvida, también en el sufrimiento, confiaba fielmente en el amor paternalde Dios.

Ese fue el secreto por el cual pudo superar incluso grandeshumillaciones sin amargarse ni enfermarse. Las personas que loconocieron y convivieron con él, aseguran que era un transparente deDios y la Santísima Virgen.

Ej. Un obispo polaco Padre Fischer entre otros, nos relata.Nosotros conociendo su obra, su Hijo como él lo llama, no lo podemosdudar. Y dando un Sí generoso, dejándonos guiar por manos de nuestraMTA hacia el corazón del Padre Dios, dando continuidad a su obraestaremos ayudando a que toda su entrega no haya sido en vano.

Se tenía la impresión de que Dios estaba con él y él estaba con Dios. Susgestos tienen alma, cuando se vuelve hacia los presentes. (Celebracióneucarística en Milwaukee)

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Padre José Kentenich – un sacerdote auténticoMiguel Duarte

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INTRODUCCION“Padre, ser siempre Padre y sólo Padre”: Una definición de sí mismoque encierra la respuesta a todas las preguntas que nos haríamos sobre lapersonalidad, la vida y la misión de un hombre que sintió el llamado deDios ya en el vientre de su madre, cuando Dios le dijo: Tú serás mío.

La autenticidad de un hombre llamado para su misión aquí en la tierra.Con su originalidad. Con la originalidad de su misión: Cual fue anunciaral mundo el misterio de la Madre de Jesús: “María”. Mi misión esproclamar a la Santísima Virgen, decía.El rasgo más visible que demuestra una autenticidad sacerdotal en elPadre Kentenich, es su “paternidad”. Él quiere asemejarse a Cristo.Forjar el hombre nuevo. Para que así surja el hombre nuevo a imagen deCristo.Nuestro Fundador también es un niño; ante los hombres es Padre; y anteDios tiene un corazón de niño.

La gracia de llevar una vida rica en filialidad hace de él un sacerdote quedestella esa santidad que Dios quiere para sus hijos.Su vinculación con Dios como hijo, y con los hombres como padre, hacedel Padre Kentenich un sacerdote inmensamente espiritual, con un“Don” especial para la práctica divina.

La autenticidad de nuestro Padre Fundador, traspasaba los umbrales dela sacristía y del confesionario, llegando a las aulas donde se forjaban elfuturo de los llamados por sus vocaciones, demostrando ser elinstrumento perfecto para la obra de Dios.

No podemos olvidar que el Padre Kentenich llega al seminario menor delos Pallotinos en Alemania en momentos de una crisis existencial deésta; su labor docente fue fundamental para los cambios que a partir desu pedagogía iban a experimentar los jóvenes estudiantes.Como prueba de su instrumentalidad les dijo a los estudiantes, el día enque fue nombrado y presentado como director espiritual del seminariomenor; me han nombrado Director Espiritual sin merecerlo y sin haberhecho nada para ello. Sin embargo esto debe ser la voluntad de Dios, poreso acepto firmemente decidido a cumplirlo del modo más perfecto.

La definición que mejor le cae a nuestro Fundador es la de “Un forjadorprofético de hombres”, forjador del hombre nuevo y de una nuevacomunidad con el sello de un apostolado universal.La autenticidad del Padre Kentenich, se sustenta en su lucha tenaz por lalibertad de los hombres, por su libertad de espíritu y de pensamiento(libertad interior). Por desterrar el mecanicismo viviendo, amando,pensando de modo orgánico.

Bibliografía:La historia del P. Kentenich. P. Catoggio, Juan Pablo.Propuesta pedagógica. P. Strada, Ángel.

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Hombre de IglesiaMaría Ester de Duarte

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Rasgo que le atribuyeron quienes lo conocieron y convivieron con él. Laiglesia fue su primer amor, en todo momento demostró su gran amor por ella.Su entrega y su fidelidad fueron totales, en ningún momento claudicó ni pusoreparos a las exigencias que para con él eran bastantes duras. Sin embargo fueobediente hasta el fin de sus días. Veía las necesidades actuales de la iglesia;una Iglesia renovada, especialmente en su pensamiento y en su obra. Estecambio (según nuestro Fundador), debía venir desde el mismo corazón de laiglesia, con un cambio mental, espiritual y filosófico. Él entendía que eranecesario fundar nuevas comunidades para enriquecer la iglesia, y para que apartir de ahí se manifieste su fecundidad. Su idea con respecto al fin de suobra era la creación del hombre nuevo y la comunidad nueva.

La aplicación efectiva de su pensamiento encontraría sus frutos en el modelode un nuevo tipo de convivencia dentro de la iglesia consiguiendo armonizarla autoridad y la libertad. Permitiendo así que aquellos que gobiernan tomendecisiones efectivas aceptando las iniciativas de quienes están en el papel deejecutar o transmitir.

Su amor a la Iglesia y su convencimiento de que todo lo que pasaba era eldeseo y el querer de Dios. Veía en todos los sucesos el actuar Divino.

LA ESPIRITUALIDAD DE INSTRUMENTO Y LA SANTIDAD EN LAVIDA DIARIAEste era su proyecto de una nueva espiritualidad cristiana para el mundode hoy. Como instrumento elegido por Dios, estaba en los planes quedebía ser rechazado, incomprendido. Pero como elegido de Dios paraestar al servicio de la Iglesia y de los hombres, sabía que debía soportarel dolor y la cruz. Su misión estaba por encima de cualquier

sufrimiento, esto él lo dejó demostrado el 20 de enero de 1942. Segundohito de nuestra historia. Su destierro a Dachau. Y con su exilio el 20 dejunio de 1952, en Milwaukee.

La obra por la que pongo en juego mi vida también puede costarmesangre decía entonces.La vocación de nuestro Fundador no fue casualidad. Su llamado a servira Dios no fue por acaso. El ejercicio de su sacerdocio es para nosotrossus hijos el legado más hermoso y sublime que nos ha dejado.

Su estampa, el ser Hijo primero y Padre después. Tiene el sello de unsacerdote auténtico, que coronó su vida con la conciencia que tuvo desu vocación y su espíritu de virginidad.José Kentenich, el hombre que lloró ante la posibilidad de no poder sersacerdote.Murió de manera Santa con la misión cumplida. Dejando su legado:“AMÓ A LA IGLESIA”.

Bibliografía:Una vida para la Iglesia. Monnerjahan, Engelbert.

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Misión de profeta, suerte de profetaJavier Cabral

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¿Qué es un profeta? En “Solidarizarse con un profeta” leemos: Según lacomprensión del Antiguo Testamento los profetas no son “videntes”, sinopersonas que ven con claridad la situación del pueblo, la comprenden a laluz de Dios y sacan de allí las consecuencias para el presente y el futuro.No se trata de “adivinos” que presagian la suerte. Ellos son los “llamados allamar” que llegan a ser voz de Dios en una situación histórica muyconcreta por estar religados con Dios en una actitud de escucha.

En la publicación El Sacerdote apocalíptico, se lee: En tiempos normalesnos podemos contentar con el ideal de un responsable administrador yfuncionario. Pero en tiempos agitados y de profundos cambios se necesita,según la visión del Padre Kentenich, un “tipo profético de sacerdote”,poseído por su misión personal, por Dios, por la emergencia de la época yde la humanidad.

La visión del profeta: La Alianza de Amor. En ocasión de sus 73 años elP Kentenich nos habla de su misión personal: “Si preguntáramos a SanPablo cuál era su misión, entonces nos diría: `Se me confió la misión deanunciar al mundo el misterio de Cristo'. Espontáneamente nospreguntamos ahora: ¿cuál fue la misión que se me confió a mí hace 73años? Teniendo presente el ejemplo de San Pablo puedo decir: mi misiónfue y es anunciar al mundo el misterio de María. Mi tarea es revelar a laSma. Virgen en su profunda unión con Cristo, y con la misión especificaque Ella tiene desde sus Santuarios de Schoenstatt para el tiempo actual.”

Este misterio de María, el Padre nos lo anunció por medio de la Alianza deamor con la Virgen María, ese es su gran regalo, su herencia para nosotros.

Suerte de profeta - Vida de dificultades. El contrato mutuo, que luego sedenominó Alianza de amor, es un concepto común para nosotros hoy, perojunto con las otras “ideas peculiares” de Schoenstatt provocaron muchosrechazos en la Iglesia a partir del año 1935 y aún hoy no se los acepta deltodo.

Toda la existencia de los profetas queda involucrada en este anunciar lavoluntad de Dios y a menudo sufren la “suerte de los profetas”.Conocemos el triste destino de muchos de ellos.A las dificultades con la Iglesia de los años 1935 a 1938 se fueron dandootras conocidas, como las vivencias del 20 de enero 1942, la carta del 31de mayo 1949 y que llevó al destierro en Milwaukee

El profeta y con él sus seguidores fueron los perdedores en un comienzo.Schoenstatt cayó en desgracia. A causa del alejamiento del Fundador fuepor así decirlo “decapitado”, se lo situó en la cercanía de grupos sectarioso heréticos, y hasta el día de hoy se lo juzgó con prejuicios extraños,relegándolo más bien al margen de la vida eclesial. A pesar de larehabilitación eclesiástica oficial después de los 14 años de separación desu obra, ni la opinión pública eclesial, ni la teología, ni los círculosdirigentes se confrontan realmente con la inquietud central de Schoenstatto su reclamo profético. Schoenstatt no es tema, no es un tema que se tomeen serio.

Nuestra parte – hijos del profeta. Cada uno de nosotros participa de estavocación del P. Kentenich. Todos somos hijos espirituales de ese hombre,de ese padre y profeta. Todos somos hijos de profeta.Y si él no hubiera nacido hace tantos años, si no hubiera sido llamadopersonalmente por Dios, ninguno de nosotros estaría aquí.

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El federado acomodado y el federado profeta. Hay momentos en quetodo anda bien, es como si tuviéramos puesto el “piloto automático”, enesos momentos es más fácil ser schoenstattiano, federados. Pero enmomentos de crisis, de dificultades, de presiones del medio ambiente, enque cuesta mantener los ideales, existe el riesgo de que nos acomodemos,a no salirnos de lo “normal”.

En nuestro tiempo actual creemos que no basta solamente con la persona“correcta” sino que es necesario un laico profético, un federado proféticoque pueda señalar con valentía lo que está mal, lo que debe corregirse.Seríamos federados “acomodados” cuando no levantamos nuestra “vozprofética”. Cuando no señalamos aquello que vemos que está mal.

Suerte de profeta. Si el Padre Fundador se “jugó”, sufrió por su Familia,ahora nos toca a nosotros, sus herederos continuar con su carisma.Siempre existirá un riesgo de una versión light, de una versión deacomodar Schoenstatt a nuestro gusto…Pero debemos ser conscientes que una actitud profética nos puedesignificar el rechazo de muchos.

Existencia profética en alianza de amor. Leemos en Solidarizarse conun Profeta: Quien quiera llevar adelante la misión de un profeta tiene queadherirse estrechamente al profeta y en cierto modo vivir él mismo unaexistencia profética.La existencia profética exige un salto muy riesgoso, abandonarse“ciegamente” a la conducción de Dios y confiar en aquello que Él en lahistoria del profeta ya ha realizado.A los discípulos del profeta, aunque no provoquen conscientemente, lesespera de alguna manera también la suerte de profeta, ya que el mensaje deeste profeta probablemente durante mucho tiempo todavía estará enoposición a la manera corriente de pensar y de vivir en la Iglesia, de lasociedad, pudiendo despertar siempre de nuevo reacciones casi alérgicas

en contra. Los discípulos del profeta no deben vivir pendientes de laalabanza de parte de la autoridad, ni del reconocimiento por parte de laopinión pública, ya que eso arruina la profecía.

Ideas peculiares:1. La “vinculación local”. En el santuario, María regala sus gracias2. Contrato mutuo – Alianza de Amor. Acta de fundación.3. Contribuciones al capital de gracias.4. “Misión sobrenatural de Schoenstatt”, Schoenstatt “era una obra e

instrumento escogidos de Dios y de la Santísima Virgen” (Carta del PJK a Monseñor Wolker)

Referencias:1. “Solidarizarse con un profeta”. Artículo de la Revista Regnum

Traducción: P Horacio Sosa C. Este artículo fue publicado en Regnum,1, febrero 1999.

2. “El Sacerdote apocalíptico”, ejercicios para sacerdotes del Padre JoséKentenich de 1940, apuntes de Konrad Held, p. 15

3. Ideas peculiares. “José Kentenich, una vida para la Iglesia” de E.Monnerjahan, pag 152.