EL PADRE DE LOS FOSILES EN VIÑALES

OBJETIVO:

Compilar informaciones concernientes al paleontólogo Juan Gallardo Cordero.

AUTORA:

Mariela Rodríguez Hernández

Lic.Estudios Socio-Culturales

PENSAMIENTO

“! Y qué útil es hurgar en la historia extraordinaria de nuestro pueblo! ¡Cuántas enseñanzas, cuantas lecciones, cuantos ejemplos, que cantera inagotable de heroísmo! Porque ningún pueblo en este continente luchó más por su libertad que el pueblo cubano. Ningún pueblo sufrió más, ningún pueblo se sacrificó más.”

Fidel Castro

…El conocimiento de la historia local, en sus hechos más sobresalientes debe preceder y servir de base a la de historia nacional.

INTRODUCCIÓN

El mundo actual globalizado y unipolar se desenvuelve bajo el modelo neoliberal con su impacto negativo en la cultura general y la educación en particular en el intento de absolver y destruir las identidades nacionales.

En Cuba se impone profundizar en la historia patria haciendo énfasis en los elementos identitarios no solo a nivel general sino particular, o sea en la formación de valores, en el conocimiento de hechos y personalidades, así como de las tradiciones e idiosincrasia propia de la región.

José de La Luz y Caballero, emite sobre la enseñanza de la historia en un informe ante la Real Junta de Fomento, Agricultura y Comercio.

“Es sumamente interesante para la patria infundir a sus hijos con la leche un amor entusiasta por ella, no habiendo otro modo más propio de conseguir tan precioso fin, como el familiarizar a los niños con ciertos hechos de la historia peculiar de su pueblo nativo” (Guzmán 2001, página 25)

La historia es la ciencia que estudia de la manera más concreta con toda su variedad y particularidades la evolución económica, política, social y cultural de la sociedad.

La historia local es una fragmentación de la historia general, que se nutre de los hechos y acontecimientos significativos de la actividad debida del hombre en una localidad determinada, hechos que a su vez tributan a la historia nacional.

El precursor de los estudios locales en Cuba fue el profesor José de la Luz y Caballero. Por esa época respondía a los reclamos de las patrias locales en pos de la recopilación de las principales crónicas de cada región.

Cada vez se han hecho más indispensables los estudios regionales en la actualidad respondiendo a la filosofía de la interculturalidad, antítesis de los supuestos globalizadores que destruyen las identidades nacionales. La interculturalidad presupone un intercambio cultural desde el respeto a los valores histórico culturales de cada región en pos de preservar ante todo los valores identitarios de las misma.

La historia que nos rodea es una de nuestras mayores riquezas y si no la conocemos, entonces no podemos nombrarnos verdaderos hijos del lugar donde hemos crecido, cuantos secretos de incalculable valor guardan aquellos lugares que día a día transitamos, aquellas personas que tal vez sean abuelos de nuestros amigos o tatarabuelos, pero que sus raíces aún permanecen y han dado aportes para la conformación de nuestra historia regional y que no conocemos, aún cuando están cerca.

No se puede permitir que patrones foráneos sean punto de comparación para nuestros jóvenes, máxima cuando la realidad histórica cubana es sobrada para abrirse paso con la razón.

Tan necesaria nos es la historia local que debemos dominarla al dedillo, quizás más que la del resto del mundo porque nos muestra nuestra razón de ser, aunque las demás son ineludibles como elemento de comparación.

El conocimiento de la historia y la virtud de una filosofía no se imponen, se ofrecen para que se razonen y se amen por el valor de su significado. Estudiar la historia no es hacer un inventario de fechas, batallas y hechos, tampoco es repetir como pagados, hay que sacar conclusiones.

En Cuba Occidental están bien desarrollados los depósitos. Las rocas fosilíferas del Oxfordiano medio son concreciones calcáreas lenticulares embebidas en argilitas negras de las formaciones Jagua y Francisco. Dicha biota fósil incluye plesiosauros, pterosaurios, cocodriliformes, peces ganoideos y diversos invertebrados.

Por todo lo antes expuesto es que he decidido abordar en este trabajo una recopilación de datos sobre la vida de una personalidad de mucha importancia en nuestra historia local, Juan Gallardo Cordero, excelente Paleontólogo y al que debemos muchos descubrimientos sobre la existencia de restos fósiles de dinosaurios en nuestro Municipio, digno ejemplo de dedicación, identidad con su tierra, amos a su profesión y sencillez.

DESARROLLO

El estudio de la historia de Cuba y en particular la historia local, es una necesidad impostergable en el proceso de formación de identidad para lograr el éxito de la batalla que hoy libramos.

“No hay igualdad social posible, sin igualdad de cultura” José Martí

La vinculación de la historia local a la historia nacional nos permite una mayor adquisición de los conocimientos históricos y adentrarnos al conocimiento de nuestra historia en sus nexos y raíces más profundas.

El desarrollo de todas las facultades del hombre constituye el fin supremo de la educación en Cuba. No es posible poder entender la naturaleza de un fenómeno si no se aborda desde todas las aristas posibles.

El origen de Viñales corresponde al período jurásico el cual ha quedado demostrado por la cantidad de ammonites y otras especies fósiles que han sido encontradas. Proviene de estos remotos tiempos en este territorio, La Palma Corcho (Mycrocyca Calucoma) verdadera joya de la flora pinareña de la cual a logrado adaptarse a los cambios de la naturaleza y sobrevivir hasta nuestros días. Su origen se remonta a 150 y 200 millones de años. En el municipio se localiza un total de 1828 ejemplares, y es uno de los 4 monumentos nacionales con que cuenta el territorio.

Con el fin de dar una muestra viva del origen prehistórico de esta región, en una visita que efectuara a nuestro municipio el Comandante en Jefe Fidel Castro en el año 1959, ordenó pintar en la fachada de un mogote del propio valle, un mural que refleja este período jurásico donde se aprecia a grandes rasgos un enlace de los seres vivientes de aquella época prehistórica y el ser humano de hoy en día. Es una obra que verdaderamente llena de emoción al visitante y a todo el que con un poco de calma la observa. Cuenta con aproximadamente 25 metros de alto y 30 de ancho. Fue pintado en los años 59 y 60 por Leovigildo González, muralista reconocido así como con el apoyo vital de los campesinos del lugar quienes brindaron incondicionalmente los recursos que poseían y su mano se obra constante y sobre los datos más relevantes de la vida de uno de ellos específicamente quiero abordar en este trabajo.

Juan Valentín de las Nieves Gallardo Cordero, nombre con el que fue inscripto el día 9 de Abril del año 1930, a las 9 de la mañana, por su madre Petrona Gallardo Cordero, natural de Consolación del Norte, soltera, de raza blanca, vecina de la calle San Andrés del pueblo que lleva por nombre este mismo de la calle, pero este varón, blanco, había nacido el 14 de Febrero de 1914, en la propia casa donde anteriormente se dijo vivió su madre, a las siete de la tarde, nieto por línea materna de Juan Gallardo Machado natural de San Cristóbal y de Juana Cordero natural de Las Pozas, solo que en aquellos tiempos no se inscribían los niños al momento de nacer y en muchos casos pasaba lo que a la madre de Juan que solamente después de mucho tiempo realizaban el tramite.

Juan Gallardo Cordero como sencillamente se nombra esta personalidad de nuestra localidad Viñalera, contrajo matrimonio con Maria Cristina Valdés Robaina, matrimonio del cual fueron fruto 5 hijos, 1 hembra y 4 varones, los cuales han seguido el ejemplo de su padre, revolucionarios, justos y por sobre todas las cosas muy luchadores, optimistas, responsables y con mucho respeto a la familia, respeto que han podido respirar ya que sus padres en la actualidad continúan unidos y siempre ayudándose uno al oro como debe ser para poder lograr la familia de la que hoy pueden pretender y enorgullecerse.

Uno de sus hijos Juan Gallardo Valdés trabaja en el Museo de Viñales y ha heredado de su padre las habilidades y la pericia del rastreador de fósiles, Juanito como cariñosamente le dicen no posee formación científica, pero consulta diversos libros, lee mucho y pregunta continuamente sobre los temas de su interés. Ha ayudado en muchas investigaciones con

sus aportes, su especialidad es malacólogo y tanto como a su padre le gusta hacerlo por naturaleza y para la naturaleza, para ayudar conocerla y cuidarla también.

Juan Valentín de las Nieves Gallardo Cordero;

Inicia en ese mundo de tantas maravillas por ayudar a su Tío que se dedicaba a eso cerca del año 1931, época en que visitó La Habana por primera vez a traerles caracoles y fósiles a don Carlos de la Torre y Huerta y a la Universidad. Por estas razones hizo camino hacia todos los mogotes de Pinar del Río, en busca de lo nuevo que apareciera. Comenta, “Primero lo hice por necesidad, como medio de buscarme la vida, pero nació el amor, ese que cada día siento más, por qué, como se lo dije entonces a Núñez (Antonio Nuñes Jiménez): tenía más interés en que los descubrimientos se quedaron aquí y no como cuando yo trabajaba con expedicionarios extranjeros, que se llevaban las riquezas de nuestra tierra”.

Conoce tantas cosas interesantes como pudiera conocer un espeleólogo, un geólogo, o algo por el estilo, y sin embargo es alguien que apenas pudo lograr los estudios primarios y cuya sabiduría la aprendió en montes y sierras, en la observación directa y el contacto con los científicos, esta larga expedición que ha sido su vida, lo ha llevado a descubrir cuevas, nuevas variedades de cactus, fósiles de diferentes etapas de la evolución geológica: ammonites, peces y erizos marinos.

Este ha sido un hombre abnegado, amante de su labor al punto de sentirla como su propia existencia.

Trabajó durante mucho tiempo en viveros para el cultivo de moluscos terrestres (que aunque son comestibles se utilizan con fines medicinales) en un valle conocido como las dos hermanas, lugar donde se levanta el Mural de la Prehistoria, y en el cual se muestran escenas de la evolución geológica de Cuba, desde sus épocas más remotas hasta la aparición del hombre, y donde también Gallardo puso sus laboriosas manos, la quietud allí sorprende: el canto de las aves y el chirriar de los insectos son el eterno contrapunto al verdor de incontables matices. Allí la brisa parece más suave y fresca. El hombre, principalmente el capitalino, se siente de otro modo, digamos arrobado. Pero ante esos gigantes de piedra no solo cabe la admiración, sino la mente vuela y aparece la idea de que tanta majestuosidad es un pródigo regalo de la naturaleza.

Este señor conoce los infinitos misterios de la naturaleza, en la sala de protocolo de la Casa de la Cultura en el Municipio Viñales y protegida por un cristal, se encuentran semillas y decenas de caracoles resultado de su paciente labor de años, en el Museo Municipal también conservan colecciones de sus moluscos y fósiles, ha tenido, como pocas personas el singular privilegio de conocer a destacadas personalidades de la historia; la ciencia y la cultura nacional entre las que se encuentran el científico Carlos de la Torre el propio Núñez Jiménez, Alicia Alonso, Leovigildo González y a los primeros campesinos de Cuba los Malagotes, también le corresponde el mérito de haber realizado importantes hallazgos de restos de fósiles como el del dinosaurio, los ammonites y los Megalornus con los que ha sido posible demostrar científicamente que la zona de Viñales es la mas antigua de Cuba.

Durante toda su vida dedicada al estudio de los fósiles y moluscos el abuelo Juan Gallardo ha demostrado tener muy buenos conocimientos sobre los temas de la naturaleza y en particular de los moluscos terrestres, las cuevas y la propia historia de Viñales; razón por la cual se ha convertido en fuente oral de consulta para los investigadores y curiosos. Como

Viñalero ha estado vinculado a los principales acontecimientos ocurridos en el territorio desde principios del siglo XX y por tanto ha sido muy valiosa su colaboración para la terminación del libro titulado “Conocer a Viñales” donde se habla de algunos temas novedosos como el origen verdadero del hombre de Viñales, revelar detalles poco conocidos sobre la leyenda de Antonia Izquierdo y los Acuáticos entre otros. Y por si fuera poco, este guajiro nombrado Juan Gallardo tuvo la dicha de conocer personalmente a la escritora Dora Alonso, que impresionada por los conocimientos y las anécdotas del abuelo Juan decidió que fuera el Felo Puntilla de su libro “ El Valle de Pájara Pinta”, reconociéndole así el merito de haber dedicado toda su vida a Viñales.

El primer geólogo americano con quién trabajó fue Robert Palmer, por el año 1940. Con él iba a ver dónde estaban las afloraciones de los ammonites en los mogotes. El era un americano que tenía las patas planas, relata, un hombre grandísimo como de cincuenta años; vestía con camisa y pantalón de campaña, botas y usaba un sombrero de tela grande, como los de turismo. Recuerda que al bajar una cañada, Palmer le dio la mano, pero como tenía las patas planas, resbaló y se cayó en el charco aquel y lo tumbó a él también y cayó junto a él, y enfangados salieron los dos de allí. Eso fue en San Vicente.

En otra de sus anécdotas narra:

“La vida mía, en gran parte, ha sido recoger fósiles, caracoles y plantas para la Universidad de La Habana, la Academia de Ciencias y los científicos de afuera, del extranjero.

La función mía de haberme convertido en recolector de caracoles empezó hace mucho tiempo cuando vino un americano a comprar caracoles como los liqus que son muy bonitos, y también compraba majases, sapos y camaleones de esos grandes. Entonces uno tenía que ir a la sierra a recogerlos por la necesidad que había de comer.

Por el año 1953 vino aquí un americano de la Universidad de Harvard. Vino a San Vicente a buscar fósiles de ammonites. Entonces yo me dedicaba con él a recoger piedras. Yo era quién partía las piedras y él las clasificaba. Cada vez que yo le daba con la mandarria, al partirla, tenía dentro un ammonite o un pez. Los ammonites y los peces vienen dentro de unas piedras redondeadas que los campesinos llamamos quesos.

Desde la era de don Carlos de la Torre yo estaba buscando caracoles y fósiles. Ayudaba mucho también a los coleccionistas de plantas. Aquí a Viñales venían unos curas que les decían el Hermano León y el Hermano Alaín; yo también le llevaba al doctor Mario Sánchez Roig algunos fósiles, y al ingeniero Jorge Brodermann. Plantas igualmente llevaba a la Quinta de los Molinos, donde estaba el Jardín Botánico y que fue donde conocí a Ponce de León que era el que estaba ahí en el asunto de la botánica. Una vez me mandó a sacar una Microcica, que es la palma corcho, llamada fósil viviente porque es muy antigua, y esa se sembró en el patio de la Universidad de La Habana, frente a la escuela de Ciencias y otra en la Quinta de los Molinos. La Microcica crece sólo en los terrenos de pizarra, allá en las lomas cerca del Moncada, en Santo Tomás y también por Pan de Azúcar. Es parecida a la palma de alcanfor, pero echa como una mazorca por arriba. La hembra es la que da la mata.

La semilla del macho vuela y va a germinar en la palma hembra. Eso me han dicho los botánicos.

Y en ese negocio hace lo menos cuarenta años que estoy. Sacando piedras y recogiendo fósiles y plantas. La mayor parte de mi vida la he echado en esto.

Por este trabajo mío yo conocí La Habana. Por el año 1953 vine traer unos caracoles a casa de don Carlos de la Torre. El no me conocía, no me había visto nunca, pero él si conocía a mi tío José Gallardo. Yo recogía caracoles y José se los traía a él, pero esa vez descubrimos unos caracoles negros en el Valle de las Dos Hermanas, y yo decidí venir a La Habana. Llegué a casa de don Carlos y allí conocí al doctor Abelardo Moreno, que después fue secretario de don Carlos. Había una botica y al lado, en K número 107 vivía don Carlos. Cuando llegué, la señora de él estaba en la puerta y me fue a dar una limosna. Entonces le dije: “No, señora, yo vine a ver a Don Carlos de la Torre, dígale que yo soy sobrino de José Gallardo, de Viñales y traigo unos caracoles negros, unos liqus que encontramos en la sierra”. Enseguida vino don Carlos. Le expliqué quién era y se volvió loco con los liqus. Me dio como quince pesos aquel día .Y después me dijo que cuando viniera a La Habana siempre trajera algo. Hablamos de los fósiles y entonces empecé a recoger ammonites.

La primera vez que usé zapatos los compré con un dinero que me dio don Carlos de la Torre. Yo usaba unas alpargatas de suela de goma y recuerdo una vez que don Carlos me pidió unos caracoles de la zona de Francisco. Me cogió el Cuyaguateje crecido y tuve que bajar por Gramales y venir a pie hasta Viñales, y lo que tenía en los pies eran esas alpargatas. Después de esa caminata de varios días por la sierra, recogiendo caracoles, me fui a La Habana hasta casa de don Carlos de la Torre. El se levantaba siempre sobre las diez de la mañana. Cuando me vio llegar le hice la historia: que el Cuyaguateje creció y no podía pasar al otro lado y tuve que subir por la Sierra de Gramales para salir a la Macagua. Don Carlos estuvo mirando los caracoles y entonces me llevó al banco de O Reilly, el City Bank. Allí conocí a un malacólogo llamado Miguel Jaume, que era pagador del banco. Don Carlos me dio cincuenta pesos y me trajo en la máquina hasta la plaza del mercado, en Monte y Pila, que era donde yo tenía que recoger el camión para ir a Pinar del Río. Ese día bajé en Monte y Pila y me compré un par de zapatos. Me costo mucho trabajo ponérmelos porque cuando aquello yo no estaba acostumbrado a andar con zapatos, siempre usaba alpargatas.

Una vez vine con unos fósiles aquí a La Habana, ya mas adelante. Le llevaba fósiles a la Universidad y a Sánchez Roig, pero ese era un tipo algo serio para darte cuatro pesos por una cosa. Fíjate que yo descubrí treinta y dos especies de equinodermos en un solo lugar, en la Loma de la Caoba, y todos los descubrimientos de esos equinodermos los bautizó Sánchez Roig: no hizo ni una publicación de un equinodermo a nombre mío.

Sánchez Roig era un negociante en el asunto de los fósiles porque él aprovechaba la necesidad que tenía uno. Yo recuerdo dos ammonites grandes que saqué en Laguna de Piedras, se los traje y le pedí cuarenta pesos, veinte pesos por los dos, y a todo rogar me dio veinticinco. Esos ammonites los vi después en un museo del Ministerio de la Agricultura que él los había vendido allí.

Don Carlos no, él si era bueno. Y un cura que había en Guanabacoa también, que le decían el Padre Roca, al que también le llevaba caracoles.

Este hombre bautizado como “EL GUAJIRO SABIO DE VIÑALES” por Antonio Núñez Jiménez, quien también fue su gran amigo, se podía confundir con un adivino, con pocos grados de instrucción, sin información científica, pero con toda una vida apegada a la

naturaleza, tuvo la buena estrella de conocer en 1929 a Don Carlos de la Torre y Huerta, sabio naturalista cubano. “Una vez él me pidió-relata, que le hiciera una colecta de Ligus, unos caracoles muy bonitos, de diferentes colores y me puse a recolectar junto a él, de pronto me fijé que había muchos trepados en los troncos de los árboles, sacudí una mata y cayeron como 200, él se asombró y me dijo que yo era el primero en descubrir que vivían allí y no en la tierra”.

Con el tiempo fue perfeccionado su buen ojo de rastreador. Numerosas colecciones en Cuba y en otros países como Estados Unidos y Japón tienen hallazgos suyos como parte de un canibalismo científico que sacó muchas piezas en otros tiempos.

Un ammonite (molusco que vivió en la época de los dinosaurios), la Haploceras gallardoi, lleva su nombre, tal y como fue acordado por instituciones científicas de numerosas naciones. De ello da fe el libro Estratigrafía y fauna del jurásico de Cuba, de C. M. Judoley y G. Furrazola Bermúdez, con prólogo de Núñez Jiménez, impreso en Cuba 1968.

“Los quesos esas piedras grandes, siempre tienen una señal que le dice lo que hay dentro, especialmente los peces dejan su forma petrificada”, afirma, este gran científico por afición.

“Cuando una vez encontré la enorme cabeza de un saurio marino- que posteriormente se identificó como un pliosaurio- iba en un jeep que daba viaje de San Andrés a Herradura. Paramos por el camino y nos bajamos, entonces vi una piedra grande y dije, hay ahí algo importante. Le di con una mandaría y cayó la punta de un colmillo”

“Llevé aquella cabeza a la Universidad de la Habana a viejos profesores, muchos la querían comprar. Se entera de esto Humberto Cortina, hijo del hacendado, y le llevé la cabeza y me dijo que me iba a dar 5 pesos por ella porque estaba en las tierras de su padre, le contesté que no haría ningún negocio con él, pues aquello estaba en el camino real. Volví a la Universidad con la cabeza y me la compraron.”

“Hoy en día quedan muchos restos fósiles enterrados pues la mayoría de los que se han encontrado han estado en la superficie.”

“Todo lo que conozco se lo he enseñado a mi hijo Juanito, él sabe dónde buscar.

También todos mis hijos han aprendido a no tocar lo que no es de ellos.”

El viejo Gallardo tiene su filosofía: “Yo creo en todo lo que hay, hasta en los truenos que van a caer. A la naturaleza hay que cuidarla porque vivimos de ella. A mí me criaron en el asunto de la religión, pero para mí todas son iguales, hay muchas y entonces yo no puedo escoger.”

“A la Revolución la tengo en el uno. Contra esto no hay quien me diga na, porque aquí se sabe cómo se vivía antes. Este pueblo no era nada, y mira hoy, lo tiene todo. Yo participé en el levantamiento geológico de Cuba, antes del triunfo y se como estaba la cosa. Cuando andábamos por Camagüey en este trabajo, por poco no podemos salir de allá.”

Aunque ha montado en avión no le gusta, prefiere caminar por las montañas como lo hizo antes de extensas travesías que incluían varios municipios.

Núñez Jiménez y él fueron los creadores del Museo Jurásico que se encuentra en Dos Hermanas, Viñales, el cual hoy en día se encuentra un poco olvidado y en el cual creó debía existir una mejor explicación sobre la vida y obra de sus fundadores, ya que no es un lugar cualquiera, requiere de mucha atención y mantenimiento sobre todo los objetos que se encuentran allí expuestos, ya que tienen un valor incalculable.

La planta que más le gusta es la Microcycas Calocoma (Palma Corcho), que habita en 9 municipios de Pinar del Río, ser viviente declarado Monumento Nacional.

Años atrás se encolerizó porque dinamitaron una cantera en un lugar donde habita ese regalo de la naturaleza. Entonces llamó a Núñez Jiménez para pedirle su apoyo. Se recogieron todas las que fueron arrancadas por la explosión y se volvieron a sembrar.

Hasta ahora la ciencia afirma que los dinosaurios no vivieron en Cuba, sino que sus restos fósiles han sido arrastrados hasta aquí. Esas evidencias ayudan a desentrañar interrogantes sobre tiempos remotos y el origen del hombre.

Actualmente Juan Gallardo se encuentra enfermo, ya no coordina bien las ideas, aunque en ocasiones si logra hacerlo un poco, uno de sus temas preferidos es hablar de su trabajo y de Antonio Núñez Jiménez que fue para él un hermano, vive con su esposa que también es muy mayor, sus hijos no lo olvidan nunca y siempre están a su lado, pero los que si lo han olvidado un poco han sido las instancias superiores donde siempre aportó su trabajo.

En entrevistas hechas a sus hijos estos exponen que no le prestan la requerida atención que debían a Juan, que en la actualidad vive no con todas las necesidades cubiertas, ya que la casa no está en muy buenas condiciones y allí solamente viven él y su esposa que ya son viejitos, además de que existen también muchas otras formas de continuar demostrándole que su trabajo no fue en vano y que además él es importante para el Municipio, la provincia, el país y el mundo en general, no solo materialmente, reconocen sus hijos también que el historiador del pueblo es alguien que tiene al pendiente estos datos antes mencionados.

Pude comprobar además que en el municipio muchas personas conocen quien es Juan Gallardo, pero otras muchas lo desconocen y es algo que debe retomarse, propiciarle a las nuevas generaciones más conocimientos sobre este padre de los fósiles en la localidad, no dejar que se olvide su trayectoria.

En cuestionarios hechos a personas del pueblo Viñalero se pudo constatar que una gran cantidad tiene al menos una idea de quién es Juan Gallardo, pero otro tanto desconoce sobre él, principalmente los más jóvenes, no obstante los que plantearon conocerlo se refirieron muy bien sobre su trabajo, plantearon que los descubrimientos hechos por él tienen gran importancia para la historia en general, que ha contribuido y enriquecido la historia local, se refieren también a que se le debe dar más divulgación al trabajo realizado por él durante todo este tiempo, principalmente entre los niños y jóvenes.

Por todo lo antes expuesto este célebre que tenemos tan cerca es digno de reconocer aún más, de aprovechar cada marco donde se pueda esparcir su labor intachable y sus conocimientos para lograr así que siempre esté presente en la memoria de todos.

Una de las especies encontradas por Juan Gallardo lleva su nombre y por demás es algo muy significativo en su vida a continuación se puede observar las características de esta:

Haploceras gallardoi sp. Nov.

Descripción: El holotipo presenta un núcleo concha bien preservada, con restos de la concha original. El ombligo es estrecho, de paredes casi verticales y bordes bien marcados.

Por la relación de alturas, diremos que esta especie presenta una velocidad de desarrollo media a moderada. La concha es casi completamente involuta, cubriendo la última vuelta más de 2/3 de la vuelta anterior.

La sección transversal de la última vuelta es oval, observándose un pequeño aplastamiento lateral y un aplastamiento mayor en el borde ventral.

Las costillas son muy finas, bajas, en formas de hoz, bífidas, trífidas y aún más subdivididas; también se observan costillas intercaladas. El surco lateral está bien marcado, pero es estrecho, y en él se notan claramente las costillas. Las costillas están volteadas hacia delante en el borde ventral y hacia atrás en los lados de la espira. Las costillas también se observan claramente en el borde ventral.

La sutura no se ha observado, debido a la recristalización inferior del núcleo.

Dimensiones de la concha:

Diámetro de la concha: 37.2 mm (100%)

Diámetro del ombligo: 5.7 mm (15%)

Altura de la vuelta (ext): 18.6 mm (50%) (100%)

Espesor de la vuelta: 11.2 mm (30%) (60%)

Relación de alturas: 1.44

Comparaciones: Haploceras gallardoi sp. Nov. Tiene algún parecido con Haploceras ordonezi Aguilera, descrito e ilustrado por Burckhasrdt (1906) de la fauna de Mazapil, pero se diferencia de este por la forma de las costillas y por la ausencia, en el último, de surco lateral.

Haploceras gallardoi sp. nov. Se diferencia de Haploceras cubensis sp. nov. Por tener, el primero, un ombligo más estrecho, por poseer costillas más subdivididas y más finas y por tener bien marcadas las costillas en el borde ventral. Además Haploceras gallardoi sp. nov. Tiene bien marcadas las costillas en el surco lateral.

Distribución estratigráfica: Kimmeridgiano Superior – Tithoniano Inferior (formación Artemisa).

Distribución geográfica: Provincia de Pinar del Río, en el Occidente de Cuba, Valle del Ancón.

Fauna asociada: Haploceras gallardoi sp. nov. Aparece asociado con Onoceramus ex. Gr. Curacoensis Weaver, Aulocosphinctes spp. y Haploceras spp.

Paleontología: Haploceras gallardoi se encuentra en calizas negras, bituminosas, que presentan una asociación faunal, que nos sugiere que estos sedimentos corresponden a una zona de aguas de poca profundidad, neríticas, escasas en oxígeno.

Importancia geológica: Esta especie nueva es bastante abundante en las calizas de Pinar del Río, constituyendo un buen fósil índice del Kimmeridgiano Superior – Tithoniano Inferior.

Depósito de ejemplares: El holotipo está depositado en el Museo Paleontológico de la Academia de Ciencias de Cuba, con el número J-F-9. Los paratipos tienen los números J-F-10 y J-F-11.

Nombre: En honor al señor Juan Gallardo, quien ha dedicado gran parte de su vida a la recolección de ejemplares fósiles, para las distintas instituciones cubanas.

CONCLUSIONES

Espero con este trabajo que se conozca sobre la historia local, que permite comprender el origen, el pasado, presente y futuro, así como la formación de la identidad personal, social y nacional y una conciencia patriótica y antiimperialista.

Además que la personalidad tan significante en nuestra historia local como la de Juan Gallardo, se conozca y no solo él, sino todos los aportes que ha brindado a la historia en general, se logré también incitar a otras personas a realizar esta labor tan bonita e interesante.

La Importancia de estos hallazgos encontrados en Cuba occidental y principalmente el papel que ha jugado el trabajo de Juan Gallardo con sus aportes, consiste en el hecho de que están relacionados con la primera trasgresión Marina del Mesozoico que cubrió el Margen continental meridional de América del Norte en el Caribe.

Estas importantes piezas que han sido recolectadas con tanto cuidado y amor se les debe dar una mayor atención en los lugares donde se encuentran expuestas, al igual que se debe atender más a tan importante personalidad en la cultura y la historia, no solo local, sino también nacional y mundial.

Esta investigación responde a una necesidad de primer orden en la contemporaneidad, acercar al hombre a los conocimientos de sus raíces, de su pasado, de su historia, como dijera Martí: “Para estudiar las posibilidades de la vida futura de los hombres es necesario dominar el conocimiento de las realidades de la vida pasada”.

RECOMENDACIONES

Divulgar aún más a través de charlas y exposiciones en la localidad, la labor realizada por Juan Gallardo Cordero.

Realizar un control de las piezas que se encuentran en el Museo del Campismo Dos Hermanas y revisar que no falte ninguna.

Agregar a dicho museo una síntesis biográfica de sus fundadores y principales coleccionistas, Juan Gallardo Cordero y Antonio Núñez Jiménez, además de una breve panorámica sobre el trabajo desarrollado por ambos para su fundación.

Velar porque el CITMA y demás instancias en el municipio, presten la debida atención a la personalidad que es Juan Gallardo Cordero.

BIBLIOGRAFIA

[1] Revista American Museum Novitates, April 11, 1996. Synopsis of Late Jurassic Marine Reptiles from Cuba.

[2] Judoley C.M – Bermúdez Furrazola Gustavo. Estratigrafía y Fauna del Jurásico de Cuba, La Habana, 1968.

[3] Periódico Guerrillero, Viernes, 20 de Septiembre, 2002. Gallardos Buscadores de Dinosaurios.

[4] Guerrillero, 11 de Marzo, 1990. Buscador de fósiles y recogedor de caracoles.