el niño de la pijama de rayas

8
EL NIÑO DE LA PIJAMA DE RAYAS " 1) Bruno, de ocho años, es el hijo mimado de un oficial nazi. Al ascender a su padre, la familia se ve obligada a abandonar su confortable casa de Berlín y trasladarse a una zona aislada donde el solitario chico no tiene nada que hacer ni nadie con quien jugar. Muerto de aburrimiento y atraído por la curiosidad, Bruno hace caso omiso a lo que su madre le dice. No debe ir más allá del jardín bajo ninguna circunstancia. Pero el no le hace caso y se dirige hacia la 'granja' que ha vislumbrado en la distancia. Allí conoce a Shmuel, un chico de su edad que vive una extraña y paralela existencia al otro lado de una alambrada. El encuentro de Bruno con el chico del pijama de rayas le lleva a adentrarse de la forma más inocente en el mundo de adultos que les rodea. Entabla una amistad con Shmuel con terribles consecuencias. Sinopsis larga Berlín, década de 1940. Bruno, de ocho años, vuelve a casa después de jugar con sus amigos del colegio para descubrir una actividad febril en su casa: su padre, un oficial nazi, ha sido ascendido y su madre está preparando una fiesta. Bruno no entiende qué celebran ya que el nuevo destino de su padre es fuera de Berlín. Toda la familia tendrá que trasladarse al campo, obligándole a dejar la casa y los amigos que tanto adora. Su miedo a la soledad se confirma cuando la familia llega a su nuevo, aislado y siniestro hogar. A Bruno le cuesta acostumbrarse a su nueva vida y se aburre cada vez más. No hay niños con los que jugar y su madre le

Transcript of el niño de la pijama de rayas

EL NIÑO DE LA PIJAMA DE RAYAS "

1) Bruno, de ocho años, es el hijo mimado de un oficial nazi. Al ascender a su padre, la familia se ve obligada a abandonar su confortable casa de Berlín y trasladarse a una zona aislada donde el solitario chico no tiene nada que hacer ni nadie con quien jugar. Muerto de aburrimiento y atraído por la curiosidad, Bruno hace caso omiso a lo que su madre le dice. No debe ir más allá del jardín bajo ninguna circunstancia. Pero el no le hace caso y se dirige hacia la 'granja' que ha vislumbrado en la distancia. Allí conoce a Shmuel, un chico de su edad que vive una extraña y paralela existencia al otro lado de una alambrada. El encuentro de Bruno con el chico del pijama de rayas le lleva a adentrarse de la forma más inocente en el mundo de adultos que les rodea. Entabla una amistad con Shmuel con terribles consecuencias.

Sinopsis larga

Berlín, década de 1940. Bruno, de ocho años, vuelve a casa después de jugar con sus amigos del colegio para descubrir una actividad febril en su casa: su padre, un oficial nazi, ha sido ascendido y su madre está preparando una fiesta. Bruno no entiende qué celebran ya que el nuevo destino de su padre es fuera de Berlín. Toda la familia tendrá que trasladarse al campo, obligándole a dejar la casa y los amigos que tanto adora. Su miedo a la soledad se confirma cuando la familia llega a su nuevo, aislado y siniestro hogar.

A Bruno le cuesta acostumbrarse a su nueva vida y se aburre cada vez más. No hay niños con los que jugar y su madre le prohíbe explorar los alrededores de la casa. Su hermana mayor, Gretel, no se molesta en hablarle: está demasiado ocupada con sus muñecas o hablando con uno de los hombres de su padre, el atractivo y vente teniente Kotler. A Bruno le intriga la existencia de una especie de extraña granja que ve desde la ventana de su habitación, en la que todos sus habitantes parecen llevar pijamas de rayas. Cuando intenta saber más cosas sobre la 'granja' le dicen que se olvide de ella y le prohíben acercarse por allí. Nosotros sabemos algo que Bruno no sabe, y es que la ‘granja´ es un campo de exterminio. Su madre también lo ignora. Cree que está viviendo junto a un campo de internamiento o de trabajo. Su marido ha jurado no revelar nunca su verdadero fin: una fábrica de matar diseñada para llevar a cabo la ‘Solución Final´, el exterminio sistemático del pueblo judío.

Bruno se hace amigo de Pavel, que trabaja en la cocina. Se trata de un triste pinche de cocina que viste un pijama de rayas debajo del delantal. Mientras su madre está ausente de la casa, Bruno se cae del columpio del jardín y se hace un corte en la rodilla. Y es Pavel

quien le cura la herida. Pavel le dice a Bruno que se dedicó a la práctica de la medicina y esboza una sonrisa cuando el niño le dice que no debía ser muy bueno si necesitaba practicar. Tras varias semanas dando vueltas alrededor de la casa, Bruno acaba desafiando a su madre y se cuela fuera de la casa por el jardín trasero en busca de aventuras. Deambula por los bosques y se topa con una alambrada. Al otro lado, un chico pequeño con un pijama de rayas está descargando escombros de una carretilla. Bruno está tan contento de haber encontrado alguien de su edad con quien jugar, que empieza a visitar todos los días a Shmuel, su nuevo amigo, sin decirle nada ni a sus padres ni a su hermana.

En las semanas siguientes, Bruno empieza a estar cada vez más inquieto por lo que ve y lo que escucha en casa y por lo que descubre en su vida secreta junto a la alambrada con Shmuel. Mientras su tutor le dice que los judíos son la encarnación del mal, su vínculo con Shmuel se va haciendo cada vez más fuerte. Es testigo de la brutal paliza que Pavel, el pinche de cocina, sufre a manos del imprevisible teniente Kotler. Además, su madre ha comenzado a darse cuenta de algunas cosas después de que una broma de muy mal gusto del joven teniente revele la verdadera fuente del nauseabundo humo que sale de las chimeneas del campo. Bruno también se siente algo confuso por los cambios que está sufriendo su hermana que, influenciada por las lecciones de su tutor y por la atracción que siente por el teniente Kotler, ha forrado las paredes de su habitación con propaganda nazi. El ambiente cada vez más enrarecido de su casa, junto con las historias que le cuenta Shmuel hacen que Bruno se pregunte si está sucediendo algo siniestro al otro lado de la alambrada, y si su padre es realmente el buen hombre que siempre había creído.

Bruno se sorprende al ver a Shmuel limpiando la cristalería en su casa y le da un bizcocho, pero el teniente Kotler les sorprende juntos y acusa a Shmuel de robar comida. En lugar de defender a su amiguito del arrogante soldado, Bruno le dice al teniente Kotler que nunca había visto a Shmuel. Más tarde, atormentado por los remordimientos, Bruno visita varias veces la alambrada para pedir perdón a su amigo, pero el niño con el pijama de rayas no aparece. Cuando Shmuel vuelve por fin, su cara está marcada por una terrible herida causada por el puño del teniente Kotler, y Bruno siente una profunda lástima por él. Sin embargo, Shmuel le perdona y reanudan su amistad.

Mientras tanto, la relación entre la madre y el padre de Bruno se ha vuelto tan tirante que su padre decide enviar a su familia a casa de una tía que vive en Heidelberg. El traslado, que Bruno había deseado desesperadamente desde que llegaron, es un duro golpe para él, ya que se da cuenta de que tendrá que separarse de su nuevo mejor amigo.

En uno de sus últimos encuentros, Bruno se entera de que el padre de Shmuel lleva tres días sin aparecer. Bruno promete ayudar a su amigo a buscar a su padre. Le parece una buena oportunidad para compensarle por haberle traicionado ante el teniente. El día del traslado a Heidelberg, Bruno se escapa para ver a Shmuel cargado con una pala y listo para embarcarse en una última aventura. Pero una vez que cruza la alambrada, Bruno se ve inmerso en una espeluznante carrera que decidirá su destino, el de su amigo y el de los inocentes que hay al otro lado de la alambrada.

2) En el Berlín de 1942, el pequeño Bruno es hijo de un comandante de un campo de concentración. Él no sabe lo que es el Holocausto, pero lo que sí ha notado es que desde que se mudó a una zona aislada de la ciudad, no tiene a nadie con quien jugar. Un día, mientras observa en el campo a esas extrañas personas que parecen llevar un pijama de rayas, conoce a un niño judío llamado Shmue. Al mismo tiempo que pierden su inocencia infantil, los dos entablarán una amistad de consecuencias insospechadas.

Después de convertirse en un fenómeno literario a nivel internacional, por fin llega a la gran pantalla la adaptación de "El niño con el pijama de rayas", el best seller de John Boyne. La película, como el libro, pretende ser una fábula que ofrezca una visión del horror de la guerra desde los ojos de un niño, pero también un alegato atemporal a favor de las víctimas inocentes de todos los conflictos armados. De la producción se ha ocupado David Heyman, responsable ejecutivo de la saga "Harry Potter", pero el guión y la dirección han sido cosa de Mark Herman, el realizador de "Little voice".Los pequeños Asa Butterfield (Bruno) y Jack Scanlon (Shmue) llevan el peso dramático de la película, con una amistad prohibida que ha enternecido a los lectores de medio mundo. También intervienen David Thewlis (La vida interior de Martin Frost), Vera Farmiga (El hijo del Mal), Rupert Friend (La última legión) y László Áron (Copying Beethoven). "El niño con el pijama de rayas" fue presentada fuera de concurso en el pasado Festival de Cine de San Sebastián.

Crítica

Esta película se vende sola, por esa razón Miramax, productora de la adaptación, no necesitó descuadrar las cuentas adornando la cinta con rostros mediáticos. La estrella de "El niño del pijama de rayas" es John Boyne, autor de la vendidísima novela homónima convertida en uno de los fenómenos del marketing estrella del último bienio. Producción exprés, levantada en tiempo récord mientras el filón del best-seller sigue coleando, la película de Mark Herman presume de fidelidad milimétrica respecto a su popularísima fuente, de adaptación modélica y estratégicamente gemela del libro matriz, mientras la económica campaña de venta del producto se esconde detrás de la inercia ganadora de la novela. Poco ruido, flashes contados, y un lanzamiento de perfil bajo en la esperanza de que lectores de la novela se traduzcan en espectadores de la película.

El desenlace, tan emotivo como improbable, tan sobrecogedor como impostor concentra, como en la novela, casi toda la cuota de defectos de 90 minutos de cine de ejecución tan automática como eficiente. El niño alemán es un poco lila, y su colega del pijama de rayas tres cuartos de lo mismo. La rimbombante tragedia y los ecos de la trampa desafinan. Boyne y Herman juegan sin escrúpulos con los sentimientos más superfluos del respetable, y el volumen de los estereotipos que maneja resulta molesto. Aún con todo la liviandad inocentísima de la fábula, a medio camino entre una película de dibujos de Walt Disney y "El diario de Anna Frank" se mira con condescendencia, en parte por la entidad del reparto protagónico encabezado por los espléndidos Vera Farmiga y David Thewlis, y en parte por la inocua homogeneidad global del producto. Un buen remedio para los que aparquen el sobadísimo libro por pereza o hastío y no menos bueno para los fans de Boyne y su terrorífico cuento de hadas.

3) En este libro el escritor John Boyne nos hace reflexionar sobre lo que el racismo e ignorancia de Hitler provoco contra el pueblo judío, su forma de pensar logra convencer a los alemanes de que eran una raza superior y así empieza la guerra, con su proyecto de exterminio contra los judíos con la visión de ser la única población mundial, Perdiendo de vista las consecuencias de estos actos de barbarie que propagaron el terror entre la población que era sometida al ser al ser invadido su país, condenados a los actos degradantes e inhumanos hasta provocarles la muerte no importándoles el significado de la vida, de los miles de inocentes como Samuel que murió por un idealismo de supremacía.John Boyne nos cuenta en su libro la historia de un niño llamado Bruno quien vive en Berlín su padre es un militar importante dentro del ejercito, Bruno quien desconoce el porque de la guerra de expansión, de la política racista que maneja su nación encontrar del pueblo judío. El lo único que sabe es que a su padre lo han cambiado y que tienen que dejar la ciudad, pero desconoce cual es el trabajo que va a desempeñar su padre en Auchviz (un campo de concentración de exterminio nazi). Bruno era un niño que le gustaba explorar pero tenia prohibido en ese lugar asarlo por lo que se aburría mucho pero como todo niño la curiosidad le gano y al salir a explorar encontró un amigo en un lugar que el creía era una granja, ahora ya tenia un amigo secreto del cual no podía hablar por lo prohibición que tenia de no salir, ese secreto lo que lo condujo a la muerte.

En la segunda guerra mundial el ejército alemán comandado por Hitler, existía todo tipo de violaciones como: privación de libertad, esclavitud, tortura, por mencionar algunos, en ese sentido yo pienso que no todos los alemanes estaban de acuerdo con esa política de exterminio y inhumanidad como la mama de el papa de Bruno quien al darse cuenta de las atrocidades le mostro su inconformidad a su hijo. Ella no compartía la manera en que acababan con las vidas de esos pobres inocentes seres humanos, era injusta y malvada, no tenían remordimiento, para los alemanes solo eran cosas no personas, solo su raza era perfecta no debería haber gente con síndrome o alguna otra en enfermedad si los avía

eran ejecutados, no es necesario hablar de la frialdad, no encuentro la palabras para describir sus actos.

¿Qué afán de exterminar a los judíos solo por sentirse una raza superior única? Yo me pregunto que otras atrocidades desconocemos de este genocidio cometido por los alemanes en su afán de perfección. Hay mucho que conocer, muchas preguntas que responder, que nos darían a conocer, lo que no tiene que volver a suceder, la historia nos a mostrado lo que no se tiene que repetir, y nos hace saber que todos los seres humanos somos y guales no importa la raza, credo, color, sexo o nacionalidad todos tenemos lo mismos derechos y obligaciones.

La verdad es que eso no es porte de la guerra, mas bien era la forma despiadada de matar de un sicópata que logro influenciar a una nación y hacerlos participes de su trastorno. Al querer desaparecer todas las razas por no ser dignos de existir. De ser culpables de todo lo que sucedía por eso no tenían derecho ni siquiera a la vida, a ser tratados como seres humanos.

Hoy solo pensamos que podemos imaginar el sufrimiento de los que estuvieron en manos de los alemanes de esa época en esos campos de concentración de terror y miedo, dolor, desesperación e impotencia ante el ejercito alemán, ese genocidio nos mostro el camino para crear organizaciones internacionales como la ONU para corregir las violaciones a los derechos humanos por los que en determinado momento ejercen el poder, que no haya otro Shmuel, pero sobre todo otro Hitler. En la actualidad podemos ver como los intereses de las economías poderosas manipulan esas organizaciones a su antojo violando los derechos humanos de los demás.

En esta historia podemos darnos cuenta de cómo los acontecimientos que sufrió un niño inocente cambian por completo, la vida de un alto militar alemán del nazismo, quien al hacer las conjeturas de lo que pudo haber pasado a su hijo, nos podemos imaginar que paso después de el final de esta historia la reflexión de mando militar al haber llevado a su familia a Auchviz, a partir de esto en mi punto particular de vista para la familia de Bruno no había como justificar esas muertes, pienso que el padre perdió todo animo de lucha por lo que tubo que ser reemplazado de su cargo,

No se debe de permitir más acontecimientos de racismos en el mundo, el desenlace de Shmuel y la inocencia de Bruno solo es un ejemplo de la situación que se vivía en ese momento, donde la guerra, el querer más poder y el racismo tuvieron como consecuencias la muere de miles de gentes inocentes. En este mundo nadie es perfecto no se tiene que causar dolor a las personas por ser diferentes, vale la pena analizar nuestras acciones ya que se puede perder lo mas preciado del ser humano.

La forma en que el escritor nos hace llegar este mensaje es admirable y se reconoce la manera de hacernos reflexionar mostrándonos un fragmento de la historia, donde el poder y el racismo acaban con vidas inocentes. Narrada de un niño quien transmite la

inocencia de su edad su ansia de conocer que hay más haya de su inocencia e ingenuidad. Una novela con un estilo sencillo y claro, una lectura agradable que te induce a seguir leyendo para saber que es lo que sigue. Pero un final con interrogantes.