EL MUNDO, SAN JUAN, R. — MARTES 20 DE SETIEMBRE DE...

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ipwiiui EL MUNDO, SAN JUAN, f, R. MARTES 20 DE SETIEMBRE DE 1938. 11 i PAGINA DEL HOGAR ITUViaLa J&iaAia ROCHESTER, Minnesotta.— El sol brilló por la maña- na ayer, y en consecuencia todo el mundo se levantó más ale- gre. Prácticamente todo el mundo en los ele- vadores, en las calles, en el , 'lobby" del hotel está interesado no sólo en si mismo, sino en l > Cl ENTO NEVÉ La gran verdad Por Jorge Lanza SU SILUETA, SEÑORA Por Ida Jean kAl\ Wr*. PYankltn P Rotaevelt cer la hierba bajo sus pies. Estaba en el pue- blo tratando de organizar un negocio de Sal- chichas. Su deseo de veime nació de su inte- rés por tener algo que hiciera del trabajo do- méstico una labor más atractiva para las chi- ca':, y el trabajo en las granjas más deseable para hombres sol- teros. Me agradó mucho conocerla pero mientras más pienso en las dificultades que envuelve este problema más desespe- ranzada me siento. Sin embargo, he aprendido que ningún problema se resuelve si no es tratando de resolverlo. Los fotógrafos me saludaron cuando salía del hotel. Por cl bien de ellos, desearía que hubieran tenido un mejor pre- mio a su actividad. Un caballero persistente en extremo desea tomarnos una foto de todos nosotros en la habitación que ocu- pa James en la clinica. El único retrato de inválido que he en- contrado interesante es uno de Robert Louis Stevenson, de manera que le he asegurado que las circunstancias no requie- ren un grupo asi junto al lecho. Por último sugirió que cier- tos rumores en cl ambiente podrían desmentirse por medio de una fotografía, pero aun eso dio en oidos sordos, pues nunca pensé que un rumor pudiera desvanecerse tan fácilmente. De cualquier manera, ¿por qué tratar de desvanecer uno sencilla- mente para que surjan otros diez? Leí una novela titulada "La Mujer Extraña", por Sarah Elizabetb. Rodger, después de acostarme anoche. Es intere- sante, pero estos personajes parecen buscar una solución muy triste para sus vidas. Me alegra que no tengo que creer que to- dos los padres son iguales a estos, ni todos los jóvenes pareci- dos a los del libro. Si lo creyera, parecería más fácil para nues- tros jóvenes el caer dentro de esos "ismos" modernos como al- gunos de mis amigos parecen creer. El Presidente ha llegado y dentro de poco se realizará la operación para la cual los doctores han estado preparando a James. No me gustan las operaciones. —Dice Porra que si quien dir a ver a la finada. Remigio estaba parado sobre #1 umbral de ladrillo, muy frente a alguien más, y así podemos notar cierta co- I Don Mercedes que acaba de to- muñid* d, •nt.r.se. donda quiera que va- ! ««-• tfXZStZS. U mos. Todoel mundo se saluda sonriendo. ¡ dio ,„ nolicill de , op eion. aj a cal- pues todos necesitan un poco de consuelo. cular siquiera las consecuencias de Antes de ir al hospital esta mañana, una 'dar una noticia tan mala asi, de señora agricultor, del condado de Wabash. ^JSTjüBít tüZ vino a verme. Me pareció que nunca deja ere- _ Yt , 0 dlje> , ofro d j a _ con te*to Don Mercedes. Tenia que morir an- sina la Rosaura, sin que yo la vie- ra... Y re quedó muy pensativo, mi- rando como culebreaba, por el cen- tro del rancho, un pedazo de pa- pel que asilaba el viento. Remigio inquirió: - Giieno... ;.V"a dir o no v'a dir? Sin hacer caso a la presunta. Don Mercedes pregunto a su ve', luego de persignarse con cierta re- signación : —¿Y de que murió la pobre? -De virgüela. —Giieno... ¿Va dir o no va dir? -Nunca somos viejo» pa tener una desgracia encima. Y de no, que lo diga Nemesio el dia... Giieno, calíate. /.O vas a contar aura una historia que no me Importa? , —¿Pero v'a dir o no v"a dir? Mi- re que Porra me recomendó mucho que Juera. Don Mercedes pensó un rato y luego dijo, como de rebote: - En seguida estar* con ustedes. Ándate nomas y déjame solo. Remigio dio una especie de res- pingo, un poco atolondrado por el fuerte sol que cala a plomo sobre los campos, y se fu¿ hasta el eaha- llo, que el espetaba inquieto. Allí montó y se fue al salope. muy ga- cha la cabeza. Mas tarde Don Mercedes iba en 101 caballo tordillo cortando campo. Fia un hombre que apenas pasa-.] ha de los cuarenta años, pero su rostro expresaba una madurez de sielos y parecía muy viejo No te- nia una sola cana entre sus cabe- llos, fuertes y obscuros y en toda s. estirada piel no habla una sola arruga que sobrara. Y no obstan t* p experiencia, impresionaba como hombre alegre y decidir aunque sus pensamiento» eran profundos de tanto vivir solo en medio de la Naturaleza. Pata corlar camino entró con el toldillo en un bañado que apare- cía más sucio a medida que avan- 1.a reducción adquirió muy mala reputación hace algunos años cuan- do las estrellas del cine arriesga- ban sus vidas slgu endo dietas des- tinadas solamente a hacerlas per- der en peso. Los resultados fue- I IM dieta bien balanceada la liará reducir y sentirse mucho mejor. ron tan alarmantes que algunas de ustedes todavía temen reducir a costa de tina posible pérdida de la salud. Ks peligroso, desde luego, traiar de reducir hasta llegar a diez o veinte libra* bajo su peso normal. Ks aún más peligroso cuando la dieta seguida <'S defi- ciente prácticamente en todo lo que se necesita pura mantenerse en buen estado, y algunas de las die- guien para que la adoptara. Sin embargo, algunas de las per- sonas mái sensatas siguen la* die- tas más raras. Razonan que para ponerse delgadas lo principal es no comer. Pero no es esa la forma de afrontar el problema. No siga una dieta "para reducir". Lo mejor que puede hacer es descartar del menú aquellos alimentos que podrían dar- le peso en exceso. Estos alimentos deben limitarse estrictamente, en forma principal las grasas, azúca- res y el almidón. Su requisito corporal de proteí- nas, minerales y vitaminas es exac- tamente el mismo que s. no estu- viera tratando de reducir. Debe se- guir una dieta balanceada, con to- dos los alimentos necesarios para el manten miento de su vitalidad y la reparación de sus tejidos. Ba- tas son comidas realmente "proteo* loras" y su salud no sufre siguien- do menús diarios consistentes de carne flaca, huevos leche desun- íala, fruías frescas, vegetales, y una cantidad limitada de pan, ..• mantequilla . Batas son las comidas que man* tienen su salud y usted las necesi- ta todas. A menos que su diela contenga estos alimentos para re- parar sus tejidos, las células vita- les sufrirán y usted correrá serio peligro de una debilidad genera!. ;.Se da cuenta ahora de lo im- portante que es planear con cui- dado su menú de reducción? Redu- ciendo se verá y se sentirá mejor y eslo podrá lograrlo siguiendo un* dieta balanceada que limite su pér- dida de peso a dos libias semana- les, y no trate de llegar a un peso bajo lo normal. No es ningún favor a su salud «. cargar con treinta o cuarenta li- bras de más en su cuerpo, pero ten- ga cuidado con ese programa de reducción. Antes de adoptar una dieta pregúntese a si misma: Dra. Patria Tió Vda. de Sánchez Fuentes Ayer por la mañana embui.ó hi- ela la Habana por la vía aérea. acompañada de sus sobrinos Rafa"! y Josefina Florlt Sánchez Puentes, nuestra ilustre compatriota doctora Patria Tió viuda de Sánchez. Fuen- tes. Familiares y amigos y distintas represen ¡aciones de nuestro mundo cultural y social acudieron al aero- puerto a despedir a la conspicua viajera. EL MUNDO envía a la Día. Tió la expresión de tu mayor simpatía. Ledo. Carlos J. Torres F.l lunes de esta semana regreso a nuestra capüa! el I.cdo Carlos J. Torres. Con el distinguido viajero regreso a Puerto Rico su hijo Car- litas, Li Ledo. Torres realizó un Inte- resante viaje, acompañado de su señora esposa Estella Alcaide de Torres quien taedará un mes mus en regresar a Puerto Rico, habien- do permanecido en el Norte cer- ca de sus familiares que aili .!- ven -por distintos estados de la Unión y por tierra/* de Europa. Un nene* Los jóvenes esposos Ramón Re- írlos y Ernestina Carridn de Ba- rrios ven aumentada !a dicha le su hogar con e! nacimiento de su tercer hijo, que vino al mundo en la noche del viernes último en el Puerto Rico Sanatoriuin. > que le llamará Eroeslo, Cilda Oronoz Font VA jueves (¡e esta semana emu&r- rs hacia los Halados Unidos la be- lla e inteligente «eñorita Gllda Orónos Font, de la alta sociedad de San Sebastián. Gllda se dirige a los Balados Unidos, donde cursará su último año de Bachillerato en Artes y Ciencia* en ei "Mary Wash- ington Coiiege". de Fredericksburg, Va. las de antes eran tan fantásticas que nos maravilla como nadie pu-I ¿Contienen estos menús lodo lo que diera pensar en convencer a al- yo necesito? y sabandi- TÓPICOS MÉDICOS LAS HEMORROIDES TRATADAS SIN OPERACIÓN l»or rl Ur. JAIME V1LA Una d* cada d «z personas sufre de sjgún parle-.miento rectal. Las hemorroides s o :i e! p a d ecimiento rectal más fie- men'.ente n t e ob- servado. Llamamos he- morroides a ia d.lalación de al- gunas de las ve- ; is que en el in- ici jor del reí lo forman el plexui hemorroida i. La ausencia de val- II en el lisl ' nía venoso por- lal, predispone a este oslado. Tam- bién observamos i pie;ei H de hemorroides en los .s¡fr°n estreñimienlo, los an laxantes irritantes con uenca, y en |n« estados de em- •azo, eníermeiade* del hígado, y res abdominales. Otros casos parecen -*r hereditarios, a! seguir ur* 'endenria familiar. Las h amorro-de* no son una en- fermedad "de la civilización", pues 3 •? s g'os abites de Hipócrates ya I)r. Jaime Vilá se hablaba de los médicos que en la famosa escuela para médicos en Alexandria tKgiptoi se dedicaban a! tratamiento de esta dolencia, y nún la historia refiere que tres siglos anies, ya los hindú* de la india empleaban la cirugía para aliviar las hemorroides. El trata- miento de presión con ligadura y cauterio, se continúo observando hasta fines del siglo diez y nueve, en que se comenzarog a usar los métodos que en la actualidad se han perfeccionado. Correspondiendo a la posición de los dos plexus venosos, existen dos clases de hemorroides, las inter- nas y las externas. Las internas pueden ser externas por prolapso. Las hemorroides externas desde au comienzo, casi siempre son pedazos de piel que a veces se inflaman y producen aún mayor molestia local, irritabilidad nerviosa y ansiedad, que las mismas anomaliaj inter- nas. Muchas personas que padecen de hemorroides internas durante algún tiempo, generalmente igno- ran que las padecen, ya que algu- nos sólo nofan deseos frecuentes de pasar la orina, otros notan una picazón rectal, otro* una pesadez itab iat)ii >a hasta que estaña lleno dejbia muerto con el pensamiento r¡-; ataca a mansalva. zaha entre espadañas jas. £| sol fuerte irrit mismo barro sarpullidos. - ¡Agua fiera como los .sapos!... No sirva ni para embrollos. mentó mirando el suelo. Rosaura ni se luí.ni acordado de él, y ha' " P O O KIE *' l'or LITA K4.N4 Cualquiera lo toma por un cas- El muchachito de dos años, el carrahias, al verle malhumorado, : rubito que jamás se está quieto, no ante los soldados de papel o las puede ver nada fuera de su sitio, cuentas que han caldo al suelo, des- y allá se va con las tijeras hacia pues de lahorar afanoso, por coló- el costúrelo de mamá, con el ta- car esas cosas ordenadamente. Y ! pon de la medicina que toma na- su mechonclto de pelo rubio, en el centro de la cabeza, y sus ojitos hundidos por el disgusto y cejijun- tos, por efecto del coraje, corrobo- rarían aquella opinión. Pero es sólo entonces, que asi lo hemos visto: indignado contra el viento, único contrincante que ¡e jo en el otro, en su enemigo mor- tal, ese Porra, que ahora tenia de- lante suyo, también acogotado por Dicho esto se acomodó mejor en , misma pena y aplastado por la el lomo del animal y se quedó mi- niisma desgracia. CONTRACT c*«. J..« BRIDGE c «»« c " w CjWk-s *r- Dilación fatal \ TOÓOS V>i lee»* re* libra» de Contrae, v 4* MVUUI t eoluav na. 4* lea 1 a:., i qu* ¡ra'an e: teme *e h»n eon»*neido dt lo pceo Juicio»»» que »on »• ftnauei qu» puedan »»r •vitabas. Oon »'te fin i* ha or»»«Bt«do eian'd'd» maní» 4emo»- tr»ndo t«ma I it«d«i d* »l!mlnaeldn. iqueeaei 7 Jue»ds» qu* obli|»n s una lauda forro»» 4* lo» »d»»r»»rlo» pue- den »:tmm»r un» fin*»»». No pbiunta cl wunU) tlen» otro punto visea. Uuene» v*ea» IM fin*»»»» «en 'aceita- b »i 7 eu»rvdo »»» e»»o »» pretenta, h»y qu* »»ber harerlas »« el momento pro píelo. El axperta quo deeler* «l »l»m »a »l mom«nto pr»cl»o no hubi»r» »l- do eu'.p»b!» d* »rrutn»r un »qu»»»e o cualquier otra dlfleU jufade pero »rrí mli«rabi«BMnt« on un Ju»ro mueho xi' «Irmtntal. Sur. dador. Ambe» lado» TulnersbUa. * KM « Q-4-M * T-« * J-(»S A AJ-10-4 I J VN/ •"• ; s 10.4-j '* N «-«•• * Q » AK-lf-l * A-Q-J-l-' * A-1 BUR ' OBTI HORTB S8TB 1 * 1 I » P»»° t » p«»o P»»o ra»« Worto r Sur no «tillaban 1»» docí»- racione» lB'.crroc»tlvu j »'.»ndo asi. •» lubtd» da Sur » HU «orasen*» d*spuH d* doelsraelda llbr* d* »u *omp»B»- ro «r» prob»bl»m*nU m»Jor tAe'ie» d* rauta, u lubid» Mac».ees muy discutible t «"• « om » ****** un m»! eontr»» d* »l»m. Si 0*»u bub!*r» «ido un P°«. uU « •" r«»'.d*nt» abrlenda eo* «n webai. »« d.c:»r»nta no le hubiera •£*•**"! p*r»rn» ntnnna: per* eun con la mata »:*eeien d* un triunfo ae-mo Jui»d» lai- - a. l»i probabilidad»* no *r»a na» eh»i. B1 deeltrint* |tn6 »n tu prt- p.a mino coa »1 ai, / }ufd la r«,ln» d* piqu* oon »1 fin d* iflrmsr »l r«» p»- ra d*»e«rtar un trébol. Oe«t* |»n* cea «1 i procura ») 4*«l»rant* <ina oportunldsd matnlfla» - d»»->!rio el ;»<•< plq'i*. con ) teorl» qu» *«- t* podía ttempr* »*r hecho, asta pro- pnrctond un» -r/rad» Tltal al muerto, paro Sur no »upo interpretarla e«t. Oeie»ri6 an al rey da pique au 'r»bol perdedor y entonce* en latir d* bieer la lmnoruntltini» floe»«e da ll»m»n- te, Ju|í rein» de cernen. Deipoe» de »»'o. aun euand* lo* triunfo» »•- tuvieran dividido» 1 1 y el rey d* dia- mante* «a una bu*n* iltutcion el con- trtto ya no tu»o probabllldtdee. Bl muerte quedd reducido * do» triunfo» bajo». Ont ftn«i>» »ilto»a oon •I Jaek de dl*m*nte* nada •tcnineaba. pu*»to qu* rata tenfa *l palo amplta- IMHU r**«u»rd»d« y el deelaranU a* podía ni fallarla ni volver «J siuerto para otra nnaeaa. 81 la finet-» de diemantec nubtera Ido anuyida d»«pu4» de la besa rana. da por el rey de pique, y te rema de •oraióa atlllsada eoaia entrada para una tecunda fine***, loe de» triunfo» qu* qu*d(ban «a •! muerto hubieran tld» *ufl«!ent* para fallar lo* «oa día- mantae pordedorea d* Sur. LA MANO OS MAÑANA Norte, dador. Niñada i»do valaer»al«. * A K v K J * A-10-S-4 * A O-1 « A HMH v I » Q-P-l J »•' * eft. A %•% S-4 V A «-4S » J-T * Kl-t It Q-X-lt 1-1 v K-ll-S * 11-4 40«m* deba Mear »ur w»»ra aoea- tone»» en el recio, y como una sensación de evacuación insuficiente. Aún otros observan dolor en lo que lla- man "loa ríñones", cierto dolor en las caderas y músculos lumbares, acompañados por dolores de cabe- za, pesadez al levantarse, depre- sión nerviosa o irritabilidad ex- cesiva. I.a hemorroide interna empieza por una ionae«iión local, en la mu- rosa de la región terminal del rec- to. Luego la vena asrandada hace presión sobre el tejido que la co- bre, sobresal* en el interior del recto y puede aumentar lanío en tamaño hasta sobresalir del recio m el nclo de evacuar. El entonces cuando el páranle se da cuenla (!• su estado por primara vez. Mien- tras la hemorroide recede, o se in- troduce de nuevo fácilmente en el recto, aún el paciente no le da gran Importanria. pero si empieza a preocuparse cuando rvhservá qué va perdiendo sangre en sus evacua- ciones, luego además de la sanR--e hay dolor, y si a! principio e-1 es- treñimiento hahia producido las he- morroide*, ahora el dolor haca «,IM e4 paciente también evite eliminar sus residuos intestinales producién- dose entonces el circulo vicioso que puede ser el principio de un fin siempre desconocido. Las hemorroides Internas que prolapsan hacia el exterior y que a principio son reducida* con fa- cilidad, luego van agrandándose. i hasta hacerse casi imposible su reducción, siendo entonces grande- m»rtte comprimidas por el esfinc- ter y ocasionando grandes dolo- res. Esta comri'Mirín persistente puede ocasionar lo qu* llamamos trombosis, en que se forma un coágulo tan doloroso, que es necesa- rio removerlo ránidamente si se in- flama. Hemorroides trombóticas a veces producen émbolos que se des- ¡ prenden de los coágulos y pueden ocasionar absceso* reciales v septi- cemias, eetado» amboa de serio prognóstlco. T.as hemorroides sangrantes oca- sionan gran pérdida de energía* y una anemia secundaris que vari* en Intensidad según las pérdidas habida*. Las hemorroides con frecuencia están asociadas a las fisuras, crlp- fit ! *. absceso* rectales, fístula* y al cáncer del recto, que muchas ve- ce* e* Ignorado para mayor * a r- Jul-'O del enfermo. Citalouler médico recién gradua- do puede confesar que mientras es- tudiaba nunca tuvo ocasión de re- cibir instrucción adecuada v p«-á •- fies pera el tratamiento de e«to« estados. La Proctolosta una par- te de la medicina oue. psra cono- cerla, hay que estudiarla en cursos Po#t-Graduados especiáis*, por aso es que todos los médicos no pue- den trstsr eficazmente Iss enfer- medades rectales. De esto nos tra- mo* cue-nta año tras año en el tra- tamiento de infinidad de estoa pa- ciente* y si observar el dsfio que se les ha hecho a algunos por ne- gligencia o por falta de habilidad. Actualmente el tratamiento (no operatorio) de las hemorroide* por medio de Inyeecione* sjjetsraaattN* (Continúa en la página 17 col. 3) raudo una pandada de palos que parecía venirse abajo por el peso del sol. Allá, imicho mus arriba, el dia ostentaba un cielo muy lim- pio y puro, pero en la tierra, abajo, el agua obscura y el barro... ¡La muy ladina!--- murmuró p; isando precisamente en Rosau- ra. La historia era muy simple. Se hablan querido mucho y hablan vi- vido juntos hasta que un dia la "mu> ladina" se fué con el oiro, con ese Porra que ahora le llama- ba casi con urgencia. Seguro que Rosaura se habla acordado de él en el momento de morir, y le ha- ll' pedido a Porra que lo llamara para pedirle perdón. Ya era tarde para eso, pero las palabras de <a i Jer podian tener ulguna impor- tancia. Pensaba asi porque no compren- día que Porra le llamara. Kra ene- migo mortal suyo y, además, muy pelandra y malvado, incapaz, de una hiena acción. Al fin de cuenta.", Rosaura era mujer y le hahia que- rido. Ella podia acordarse; pero esc Porra, indigno y sotreta... "Mire que Porra me recomendó ttfho que juera", le habla dicho j de ley, como usé. que abrace a un Entonc'ei cierto que la fina- da no se acordó de mi'.' Ansina jué. Ni una palabra. --¡Qué Dios la tenga en su san- ia gloria! ¡Asi será porque la finada ara muy giiena! Y créame que aura me siento solo, muy solo, y que no cómo v'a dlrm'en la vida sin su compañía. Don Mercedes se sintió conmo- vido y. sin hacer caso al ridiculo, atrajo hacia si a Porra y le dio un abrazo que fué correspondido con en' .«za. Luego pretendió irse, pe- ro le atajó el paso Dudecindo que acababa de llegar del pueblo. Pero quien lo ve, Don Merce- des... ¡abrazando a Porra! Los demás aprobaron las paln- bras de Kudecindo y no faltó quien largara una pulla reprobando ei abraso porque era un signo de flo- jedad. Todos subían que entre Don redes y Porra exlslin una te- rrible enemistad desde hacia bns- lanta tiempo, y creían que no era hombre de aflojar en esa circuns- tanci aunque hubiera una muer- te por medio. Que no se diga... Un criollo Moda al rií.i Remigio; y esas palabras le zumba, han en los oidos como una nube de mosquitos salidos del mismo in- fierno. ¡Cómo qnemaha -el sol!... Al salir del bañado el campo era más bravo y más desolado; pero una y dada de palomas alegraba to- da aquella loma que se estiraba como lonja cuhrler lo el horizon- te. Más allá de la loma acortó el pa- so del caballo, pues ya se vela «I rancho de Porra. Cuando llegó és- te, bajó muy sereno, ssludsndn a los presentes, que eran todos ami- gos suyo*. Porra apareció en la puerta del rancho. Le saludó con un "('.ven día" muy seco, y entraron. Don Mercedes salió del rancho con Porra, que lo traía sujeto del hrazo. en amistoso gesto, y miró a los circunstantes que no dejaban de curiosear la escena. Sentía un enemigo - vociferó Nemesio que nunca estaba callado. ¡Cómo se cal si suelo el más fuerte y el más baquiano cuando el corazón corcovea! —agregó otro. mr escondido entre unas plan- tas casi achicharradas por el sol! ¡Parece mentira!... —añadió Rudecindo. clavando sus ojo* de ti- gre sobre Don Mercedes, que sen- tia sobre si la mirada conjunta de lodos, un poco amilanado por la re- probación unánime que ya era sig- no evidente en lo* circunstantes. Era lo que faltaba; que le creye- ran cobarde y flojo, a él que era más duro que las piedras del cami- no y más valiente que un león. Se aproximó a Rudecindo y le dijo con voz enronquecida: Parece mentira ;.no?... —Ve'amlgo... Un hombre no de- be afluejar nunca por bravo que sea el potro. Don Mercedes se compuso el pe- erán vacio en el pecho: y una des-| ( -ho como para decir una gran ver- ilusión enorme le ensombrecía la frente cada vez más escondida ha- jo las crenchas obscuras. Se paró delante del otro y le es- petó a boca de jarro: —Y entonces... ;.pa qué me hi- zo llamar? Porra no se inmutó siquiera y le contestó: —Pa nada. pues... Pa que la vi»- r'a la finada. Dicen qu'eso es de cristianos. Y agregó sueltamente: Yo que usté la quería, ,.no? SI. la quería... Y usté ;.la que- ría acaso? —¿Yo?... Más que a mi mesmo. dad, de esas que solía decir antes, cuando vivía en el pueblo, y que le dieron fama merecida. —No hay nada de lo que ustedes creen—r"jo—. E* que con todo lo que ha pasao aprendí una cosa muy giiena. —;.CuAla?— Inquirió Rudecindo con Interés. —Aprendí una cosa muy giiena lsaben ?... —;.Cuála? —insistí Rudecindo Qu'ees perdonando a los muertos como se aprende a perdonar a los vivos ¿saben? —contestó Don Mer- cedes. Y se llegó hssts el cabsllo dejan- Don Mercedes se quedó un mo- dolos a todos callados. VESTIDO DE LINEAS MUY FAVORECEDORAS Si usted desea lucir más delgada, este modelo es il apropiado pava lograr ese fin, y cuando lo lleve puesto sus amistades seguramente exclamarán al vería: lias perdido peso, luces muy delgada! Sus li- neas son suaves y distinguidas y tienden, sin lunar s dudas, a adel- gazar la figura como por arle de magia. La parte de atrás del mo- delo es completamente recta y en- teriza. El frente está confeccions- do con el otractlvo efecto de cor- selete, que aplasta el diafragma crea !a anchura necesaria en el busto. El cuello, enrollado, es tam- bién muy favorecedor a las caras ancha*. Para la talla 36 se necesitarán 4 yardas y 38 de una tela de 39 pul- gada* de ancho. Si se desea el cue- llo en contraste, se necesitarán 3 8 de yarda de tela. pá; llamando, si no ve la botella para taparla, etc. Bien puede ser un exponente de lo afirmado lunius veces: Que la educación ampiesa en la cuna. Por- que a su eilao, ya revela noción más clara del orden, el respeto, la obediencia, etc. que su amigullo de odio o diez. años, a quien la ma- tice alecciona constantemente, so- bre esos principios fundamentales, reprende cada vez que lo juaga ne- cesario*, y hasta casi ¡KM alguna que otra ve/., cuando ha estado nervio- sa, esperando al hijo, cuyo para- dero desconoce. ¿Exageramos, acaso.' Juzgad vosol ros. Kl niño, como todos los peque- ños, goza al estarse sin sapa tos, cuando lo llevan a la playa: en rasa, Sin embargo, al levantarse, se iieju calzar y au mamila no le permite dejar los zapulos, antes de la hora de su bailo. Balan en el balcón, la abuela con su labor ale aguja, y él con sus so ile plomo, rifles y ametralladoras. Las miradas furtivas de la cria- tura, sus manos con lus cintas del zupui.o esperando la aprobación, quizá, de la a miela pa:a descal- zarse, llaman la atención de ésta! y alcahueta, como todas 1 ,s abue- las, le deja eu un momento com- placido, y se embebe le nuevo en su labor: abstrayéndose de tal mo- do, que no o.ve a su biid I aman- do al nene; pero ve a esl > ponién- dose un zupalito y dándole el otro, mientras le pide pon. pon'. Curiosa, va Iras II, la abtteliia, y lo encuentra en ia falda de la madre tomando su l K><eH%. - ¿Lo llamast." acaso? - SI. do* o tres veces... ¿Qué hacia? "Eso no muestra que Pooxl* sea obediente", d'réis, "quitarte el cal- zado cuando no lo ve la maJr» .." Cierto, no *s ostensible la obe- diencia, en este caso; lo que cam- pea en él, es el respeto a la ma- dre, no dejándola ver que sus ór- i'.mes han sido violadas. Y en cuanto a la obediencia, ¿no pidie- ron sus miradas, la autorización de la abuela? Ah. si no fuera por la abuela complaciente, el papl to condescendiente y la lili cncu bridora de miles travesuras, la obra educativa de mamita s?ria más eficaz. Porque alguna resfrio- (Continúa en la página 17. Co!. 5.) Sylvia de Socorro Hernández y Barreras Ayer nació con toda felicidad en la población de San Lorenzo la nl- íi.ia Sylvia del Socorro Hernández y Barreras, hija de los distinguidos esposos Ernesto Hernández, socio de la firma R. Hernández # Hijo, y Sylvia Barreras de Hernández. Dr. Juan Basora Defilló El dia IM deesie mes embarca ha- cía los Distado* Unido* el doctor Juan Uusoia Defiiló. quien ocupa en la actualidad el cargo de Epi- demiólogo en el Deparlamento de Sanidad Insular. El doctor Bsaors Defilló tomará un curso avanzado en el Colegio de Medicina de la Universidad de Harvard. Compromiso de amor Acallan de formalizar compromi- so nupcial e! señor Osear Veré, in- genlero de la firma General Elec- tric y la gentil señorita Garita Careáis, de la sociedad capitalina. Ledo. Rafael Sancho Bonet Con el propósito de dejar insta- lado en un colepio de Nueva York a su hijo Rafael embarcó el libado Última hacia los Estado* Unido* el lardo. Rafael Sancho Bonet, T*> lorero de Puerto Rico. De regreso En días pasados regresó s Puer- to Rico, procedente de Nueva York, la señora Mary Hodrigues de Ser- bia, esposa del señor Cario* Serbia, de esta capital. I,a señora Rodrí- guez de Serbia trae la* mejores impresiones de su estadía de varios mese* cu el Continente. Baile en Utuado Ror.ario Chico, (.'rao Regenté de la Corle de II. ¡us Católica* América. Sagrado Corazón de Je- sús, ni.s .emite invitación para el Baile de Sociedad que auspiciado por dicha institución será cHehrs- do en la noche del sábado próxi- mo en los salón** del Casino Utus- * deño, acto que será amenizado por la orquesta "SHOW White". .{«'limón de 1 ¿a-i Hijas ('.a- lól.cux tu S¿i 11 Juan La Coi le de t!ranada de las Hi- jas Católicas de América, después de un reveso de dos meses, reanu- da sus actividades, y celebrará *u reunión mensual el próximo miér- coles, a las 4.IX) P. M., en su do- micilio social, avenida Pones de León No. 35. parada 12. Se suplica puntual asistencia de . '.",".]" | todas las noclas, pues desearon* *u cooperación y su iniciativa para la mejor organización y éxito de nuestras actividades. I. V. DE LABORDE, Historisdora. Cómo conducirse Por l'hyllu Uetmont Trate de ser alegre e Interésen- le en las reuniones. Después de to- do, no es que monopolice la aten- ción general de los presente», pero hágales comprender que usted re- sulla buena compañía. Al mismo tiempo, procure hacer sito en la forma más natural posible, sin de- jar traslucir ninguna afectación. iiiiiiimifiiimi IIIIIMHIII PREPARACIÓN DE WAMPOLE Fortalece ti sistema, enri- quece le sangre, au mentí la resistencia del organismo # contra las enfermedades. El tónico ideal para todas las edades. AGRADABLE AL PALADAR SN DOS TAMAÑOS - «RANOS Y PEQUEÑO iiiiuiniiiiiinmiiiisniíMiiimiHiiiiiiiiiiiii LECHE MALTEADA RICA EN VITAMINAS VaR.DuJtek A LA VUELTA DE LA ESQUINA!! PRODUCTO ALIMENTICIO 100 X 100 PURO

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EL MUNDO, SAN JUAN, f, R. MARTES 20 DE SETIEMBRE DE 1938. 11

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PAGINA DEL HOGAR ITUViaLa J&iaAia

ROCHESTER, Minnesotta. El sol brill por la maa- na ayer, y en consecuencia todo el mundo se levant ms ale-

gre. Prcticamente todo el mundo en los ele- vadores, en las calles, en el ,'lobby" del hotel est interesado no slo en si mismo, sino en

l > Cl ENTO NEV

La gran verdad Por Jorge Lanza

SU SILUETA, SEORA Por Ida Jean kAl\

Wr*. PYankltn P Rotaevelt

cer la hierba bajo sus pies. Estaba en el pue- blo tratando de organizar un negocio de Sal- chichas. Su deseo de veime naci de su inte- rs por tener algo que hiciera del trabajo do- mstico una labor ms atractiva para las chi-

ca':, y el trabajo en las granjas ms deseable para hombres sol- teros. Me agrad mucho conocerla pero mientras ms pienso en las dificultades que envuelve este problema ms desespe- ranzada me siento. Sin embargo, he aprendido que ningn problema se resuelve si no es tratando de resolverlo.

Los fotgrafos me saludaron cuando sala del hotel. Por cl bien de ellos, deseara que hubieran tenido un mejor pre- mio a su actividad. Un caballero persistente en extremo desea tomarnos una foto de todos nosotros en la habitacin que ocu- pa James en la clinica. El nico retrato de invlido que he en- contrado interesante es uno de Robert Louis Stevenson, de manera que le he asegurado que las circunstancias no requie- ren un grupo asi junto al lecho. Por ltimo sugiri que cier- tos rumores en cl ambiente podran desmentirse por medio de una fotografa, pero aun eso dio en oidos sordos, pues nunca pens que un rumor pudiera desvanecerse tan fcilmente. De cualquier manera, por qu tratar de desvanecer uno sencilla- mente para que surjan otros diez?

Le una novela titulada "La Mujer Extraa", por Sarah Elizabetb. Rodger, despus de acostarme anoche. Es intere- sante, pero estos personajes parecen buscar una solucin muy triste para sus vidas. Me alegra que no tengo que creer que to- dos los padres son iguales a estos, ni todos los jvenes pareci- dos a los del libro. Si lo creyera, parecera ms fcil para nues- tros jvenes el caer dentro de esos "ismos" modernos como al- gunos de mis amigos parecen creer.

El Presidente ha llegado y dentro de poco se realizar la operacin para la cual los doctores han estado preparando a James. No me gustan las operaciones.

Dice Porra que si quien dir a ver a la finada.

Remigio estaba parado sobre #1 umbral de ladrillo, muy frente a

alguien ms, y as podemos notar cierta co- I Don Mercedes que acaba de to-

muid* d, nt.r.se. donda quiera que va- ! - tfXZStZS. U mos. Todoel mundo se saluda sonriendo. dio , nolicill de ,opeion. aja cal- pues todos necesitan un poco de consuelo. cular siquiera las consecuencias de

Antes de ir al hospital esta maana, una 'dar una noticia tan mala asi, de

seora agricultor, del condado de Wabash. ^JSTjBt tZ vino a verme. Me pareci que nunca deja ere- _Yt ,0 dlje>, ofro dja_conte*to

Don Mercedes. Tenia que morir an- sina la Rosaura, sin que yo la vie- ra...

Y re qued muy pensativo, mi- rando como culebreaba, por el cen- tro del rancho, un pedazo de pa- pel que asilaba el viento.

Remigio inquiri: - Giieno... ;.V"a dir o no v'a dir? Sin hacer caso a la presunta.

Don Mercedes pregunto a su ve', luego de persignarse con cierta re- signacin :

Y de que muri la pobre? -De virgela.

Giieno... Va dir o no va dir? -Nunca somos viejo pa tener

una desgracia encima. Y de no, que lo diga Nemesio el dia...

Giieno, calate. /.O m vas a contar aura una historia que no me Importa? ,

Pero v'a dir o no v"a dir? Mi- re que Porra me recomend mucho que Juera.

Don Mercedes pens un rato y luego dijo, como de rebote:

- En seguida estar* con ustedes. ndate nomas y djame solo.

Remigio dio una especie de res- pingo, un poco atolondrado por el fuerte sol que cala a plomo sobre los campos, y se fu hasta el eaha- llo, que el espetaba inquieto. All mont y se fue al salope. muy ga- cha la cabeza.

Mas tarde Don Mercedes iba en 101 caballo tordillo cortando campo. Fia un hombre que apenas pasa-.] ha de los cuarenta aos, pero su rostro expresaba una madurez de sielos y pareca muy viejo No te- nia una sola cana entre sus cabe- llos, fuertes y obscuros y en toda s. estirada piel no habla una sola arruga que sobrara. Y no obstan t* p experiencia, impresionaba como hombre alegre y decidir aunque sus pensamiento eran profundos de tanto vivir solo en medio de la Naturaleza.

Pata corlar camino entr con el toldillo en un baado que apare- ca ms sucio a medida que avan-

1.a reduccin adquiri muy mala reputacin hace algunos aos cuan- do las estrellas del cine arriesga- ban sus vidas slgu endo dietas des- tinadas solamente a hacerlas per- der en peso. Los resultados fue-

I IM dieta bien balanceada la liar reducir y sentirse mucho mejor.

ron tan alarmantes que algunas de ustedes todava temen reducir a costa de tina posible prdida de la salud. Ks peligroso, desde luego, traiar de reducir hasta llegar a diez o veinte libra* bajo su peso normal. Ks an ms peligroso cuando la dieta seguida i lee* re* a libra de Contrae, v 4* MVUUI t eoluav na. 4* lea 1 a:., i qu* ra'an e: teme *e hn eon*neido dt lo

pceo Juicio que on ftnauei qu puedan r vitabas. Oon 'te fin i* ha orBtdo eian'd'd man 4emo- trndo tma I itdi d* l!mlnaeldn. iqueeaei 7 Jueds qu* obli|n s una lauda forro 4* lo drrlo pue- den :tmmr un fin*. No pbiunta cl wunU) tlen otro punto d visea. Uuene v*ea IM fin* en 'aceita- b i 7 eurvdo eo pretenta, hy

qu* ber harerlas el momento pro pelo. El axperta quo deeler* l lm a l momnto prclo no hubir l- do eu'.pb! d* rrutnr un que o cualquier otra dlfleU jufade pero rr mlirabiBMnt on un Juro mueho xi' Irmtntal.

Sur. dador. Ambe lado TulnersbUa.

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Worto r Sur no tillaban 1 doc- racione lB'.crroctlvu j '.ndo asi. lubtd da Sur HU orasen* d*spuH d* 1 doelsraelda llbr* d* u *ompB- ro r probblm*nU 1 mJor tAe'ie d* rauta, u lubid d Mac.ees muy discutible t " om ****** un m! eontr d* lm.

Si 0*u bub!*r ido un P.uU " r'.d*nt abrlenda eo* n webai. d.c:rnta no le hubiera ***"! p*rrn ntnnna: per* eun con la mata :*eeien d* un triunfo ae-mo Juid lai-

- a. li probabilidad* no *ra na ehi. B1 deeltrint* |tn6 n tu prt- p.a mino coa 1 ai, / }ufd la r,ln d* piqu* oon 1 fin d* iflrmsr l r p- ra d*ertar un trbol. Oet* |n* cea 1 a i procura ) 4*lrant* !rio el ; ponin- dose un zupalito y dndole el otro, mientras le pide pon. pon'.

Curiosa, va Iras II, la abtteliia, y lo encuentra en ia falda de la madre tomando su lK>