El Movimiento Bíblico en América Latina

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El movimiento bíblico en América Latina Mercedes Brancher El movimiento bíblico está creciendo y echando flores en los más diversos lugares y realidades de América Latina y del Caribe. En las últimas décadas se ha comenzado a trabajar la Escritura de forma diferente. Ocupa espacios nuevos. Tiene nuevos sujetos que la leen. Antes, su lugar convencional estaba en las academias teológicas o entre los agentes de pastoral. La leían los hombres de la institución y ellos la explicaban al pueblo. Ese era el proceso normal y secular. Se va constatando en las últimas décadas un gran cambio. La Biblia se va leyendo en las comunidades. La fuerza de la Biblia brota en las comunidades y en el ámbito laico. Además de esta característica comunitaria como nueva manera bíblica, tenemos la vinculación entre la comunidad y los movimientos de la sociedad civil, las luchas populares. Es evidente que muchos son los factores que han contribuido para este cambio. Factores sociales, políticos, económicos, religiosos, culturales, históricos. Todo esto ha ido despertando la necesidad de regresar a las fuentes, encontrar el sentido nuevo que es muy antiguo, rescatar el sentido original, las memorias populares. El grito indio-afro-latino con rostro de mujer, hombre, niño, joven, viejo y pobre ha ido motivando personas para comenzar a leer la Biblia en pequeños grupos y en medios populares. La noticia camina Hay un dinamismo muy grande que marca el movimiento bíblico. Se lee la Biblia por todos lados y espacios. Se lee en los grupos específicos, como grupos de niños, de campesinos, de mujeres, de indios, de negros, de sufridores de la calle. Se lee en las comunidades, en las iglesias. La noticia se va regando. Más gente se va animando. El trabajo crece. El camino no está listo. 1

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Historia y análisis del movimiento bíblico en América Latina. Por Mercedes Brancher

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El movimiento bblico en Amrica Latina

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El movimiento bblico en Amrica Latina

Mercedes Brancher

El movimiento bblico est creciendo y echando flores en los ms diversos lugares y realidades de Amrica Latina y del Caribe. En las ltimas dcadas se ha comenzado a trabajar la Escritura de forma diferente. Ocupa espacios nuevos. Tiene nuevos sujetos que la leen.

Antes, su lugar convencional estaba en las academias teolgicas o entre los agentes de pastoral. La lean los hombres de la institucin y ellos la explicaban al pueblo. Ese era el proceso normal y secular. Se va constatando en las ltimas dcadas un gran cambio. La Biblia se va leyendo en las comunidades. La fuerza de la Biblia brota en las comunidades y en el mbito laico. Adems de esta caracterstica comunitaria como nueva manera bblica, tenemos la vinculacin entre la comunidad y los movimientos de la sociedad civil, las luchas populares.

Es evidente que muchos son los factores que han contribuido para este cambio. Factores sociales, polticos, econmicos, religiosos, culturales, histricos. Todo esto ha ido despertando la necesidad de regresar a las fuentes, encontrar el sentido nuevo que es muy antiguo, rescatar el sentido original, las memorias populares.

El grito indio-afro-latino con rostro de mujer, hombre, nio, joven, viejo y pobre ha ido motivando personas para comenzar a leer la Biblia en pequeos grupos y en medios populares.

La noticia camina

Hay un dinamismo muy grande que marca el movimiento bblico. Se lee la Biblia por todos lados y espacios. Se lee en los grupos especficos, como grupos de nios, de campesinos, de mujeres, de indios, de negros, de sufridores de la calle. Se lee en las comunidades, en las iglesias. La noticia se va regando. Ms gente se va animando. El trabajo crece. El camino no est listo. Necesita hacerse. Cada uno, cada una, a partir de la realidad, va descubriendo el mejor medio de caminar.

La Escritura deja de ser propiedad exclusiva de las academias. Pasa a ser leda por nuevas y nuevos intrpretes: las empobrecidas, los empobrecidos. Es una lectura hecha a partir de los pobres y con rostro ecumnico.

En la medida en que la Biblia comienza a reunir gente, se multiplican los crculos bblicos, grupos de estudio, cursos, escuelas bblicas, encuentros, asambleas, publicaciones. Algo nuevo est naciendo. Son experiencias interesantes y diversas.

Tiene historia

Los y las biblistas del grupo de telogos y telogas de la liberacin sienten la necesidad de reunirse para compartir sus experiencias bblicas. Articulan su primer encuentro, en 1984, en San Jos, Costa Rica y en Sao Paulo, Brasil. Se den cuenta de la necesidad de crear espacios para intercambio de experiencias bblicas populares.

El Consejo Mundial de Iglesias se sensibiliza con la necesidad. Favorece la posibilidad de crear oportunidades para el intercambio de experiencias. La Red Latinoamericana, apoyada por el Consejo Mundial de Iglesias, hizo posible que el proceso de articulacin se empezara a desarrollar.

En 1985, se realizan dos seminarios, entre biblistas y animadores bblicos de los sectores populares. Uno tuvo lugar en Costa Rica, coordinado por Elsa Tmez y por Pablo Richard: el otro, en Rio de Janeiro, coordinado por Milton Schwantes. El tema fue "La Biblia y los movimientos populares". En el seminario de Rio participaron representantes de Brasil, Chile y Bolivia.

De estos seminarios nace la proposicin de organizar un programa especfico de Biblia para dar continuidad al proceso.

El proyecto es llevado a la Asamblea de la Red, en 1987, en Buenos Aires Y ah se crea el Programa Comn de Biblia con el objetivo de promover, animar, estimular y profundizar la nueva manera de leer la Escritura en Amrica Latina y desarrollar una articulacin con rostro ecumnico. La coordinacin de este Programa le fue confiada al Centro de Estudios Bblicos (CEBI), de Brasil.

Abrir caminos

La animacin del movimiento bblico, inicialmente, comienza con la creacin de regiones que renen diferentes pases. El desafo era articular las experiencias bblicas y estimular ms gente que abrazara la propuesta. Se comenz con encuentros regionales. En la actualidad. hay seis regiones de referencia para articulacin: Caribe, Centro Amrica, Mxico, Andina, Cono Sur, Brasil.

El objetivo de estos encuentros era compartir y aprender juntos, hacer intercambiar experiencias. apoyarse en el caminar, estimular la promocin y articulacin ecumnica del trabajo, animar a cada pas a desarrollar su caminar propio, esto es, crear sus espacios de formacin, intercambio y publicaciones. Es importante evitar todo tipo de centralismo.

La experiencia muestra una creciente solidaridad entre los pases con semejanzas culturales, cercanas geogrficas. En 1993 se constat este testimonio entre el equipo de Bogot y Venezuela, en la organizacin del primer curso bblico, de 20 das, que el equipo de Venezuela organiz. El equipo de Santo Domingo apoy al equipo de Puerto Rico en la realizacin de su primer encuentro nacional de articulacin. Ecuador y Colombia organizaron su curso bblico nacional, de mes. posibilitando la participacin de otros pases en sus cursos.

Otro factor que favoreci la solidaridad entre los pases fueron los cursos bblicos regionales, de mes. Las experiencias de la regin andina (92) y el Caribe (93) han sido muy positivos. Adems de la experiencia de despertar y animar a los equipos nacionales para organizar estos cursos, de mes, en su pas, este proceso ayuda a mantener el espritu solidario y comn del movimiento de lectura popular y comunitaria de la Biblia. As, las dificultades que aparecen, en la regin, a travs de la ayuda mutua. se van superando.

Abrir camino en conjunto

En la actualidad se puede constatar un crecimiento significativo del trabajo bblico en los pases. Hay vitalidad en el caminar. Cada da que pasa, crece el nmero de personas. grupos, entidades que apoyan, que asesoran, que animan y participan en este proceso. Son centros ecumnicos, iglesias, parroquias, dicesis, congregaciones religiosas, grupos de trabajo, institutos teolgicos...

Cada entidad o grupo tiene la tendencia a especializarse en un sector -lucha por la tierra, grupo de mujeres, trabajo con nios, con comunidades catlicas, con iglesias protestantes, con iglesias pentecostales, con grupos indgenas, con grupos negros, migrantes, y otros-, todo en estrecha relacin con la Biblia.

As se va dando ese gran trabajo en conjunto, de mltiples organizaciones, brazo a brazo, hombro con hombro. No es propiedad de una entidad. No tiene dueo. Es mucha gente que est trabajando! Todos y todas somos nada menos que trabajadores y trabajadoras de ese caminar.

En general, cada grupo va ofreciendo su aporte especfico. Dentro de esta diversidad, lo que importa es la inter-ayuda y el inter-cambio en el trabajo de promocin de redes bblicas. As se va dando el movimiento bblico. Son fuerzas que hacen posible que el pueblo se apropie de la Biblia. Van garantizando la novedad: la lectura comunitaria y popular de la Biblia.

Al lado de toda esta vitalidad tambin hay vientos que no soplan en la misma direccin. Hay fuerzas conservadoras que estn ah. Basta recordar la acometida contra el proyecto "Palabra-Vida", en 1989. Basta recordar quien afirma que le toca al magisterio de la iglesia el mandato divino de guardar la Palabra de Dios y garantizar su correcta interpretacin. Es importante tener en cuenta estos vientos, pero no deben darle direccin a nuestra accin. Creo que en este proceso lo fundamental es darle atencin a la convocacin del Espritu, que se expresa por la boca de los empobrecidos y de las empobrecidas que claman por la vida. La Biblia debe estar al servicio de la vida, ayudando a las comunidades a discernir los tiempos presentes y luchar para transformar esta realidad de muerte. La lectura debe fortalecer la esperanza de que es posible cambiar esta situacin de muerte porque el Dios bblico es un Dios de equidad y solidario con los excluidos, los ms pobres.

El lugar donde plantar

La lectura se hace concreta y viable en la realidad de cada pas. Ah es donde el movimiento bblico echa races y produce frutos. El crecimiento de este trabajo lleva la marca de la diversidad, la diversidad que nace de la historia y de la realidad socio-econmico-poltico-religiosa y cultural de cada pas. En la mayora de los pases encontramos equipos bblicos de animacin nacional. En Per, Brasil, Colombia, Mxico, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Repblica Dominicana se realizan anualmente las asambleas bblicas nacionales.

Encontramos tambin en los pases una multiplicidad de caminos para hacer que la Palabra llegue a los destinatarios concretos. Son grupos de vecinos, crculos bblicos, reuniones de calle, encuentros de animadores, peregrinacin de la Biblia, celebraciones bblicas, fiesta de la Biblia, lectura popular de la Biblia en las escuelas dominicales, estudio bblico a travs del radio. Cursos bblicos: de fin de semana, de semana entera, de 15 das, de mes. Escuelas bblicas para animadores y para multiplicadores. Formacin bblica para todos los miembros de la iglesia. Curso bblico acadmico extensivo e intensivo, y otros. Cada pas organiza el trabajo bblico de forma autnoma y ecumnica.

Florecimiento

El crecimiento del trabajo bblico, en muchos pases, ha avanzado por medio del intercambio de las experiencias. Se renen las personas que animan el trabajo, intercambian experiencias, hacen estudio bblico, discuten formas de cmo hacer que el proceso avance.

En los pases que han llegado a consolidar el espacio de un encuentro anual para este intercambio se nota una vitalidad ms grande. Estos encuentros ayudan a abrir espacios nuevos, caminar en la diversidad y unir esfuerzos para construir un movimiento bblico. La forma peculiar del encuentro, del estudio y del compartir va creando solidaridad y compromiso para seguir caminando.

Curso intensivo En 1993 se realiz un curso intensivo ms. Se realiz en Santiago de Chile. Este curso intensivo tiene como objetivo preparar asesores cualificados para animar el movimiento bblico en los pases. La duracin es de seis meses. Este curso naci en Brasil, promovido por el Centro de Estudios Bblicos/CEBI, en 1988/89/90. A partir de 1991 se volvi itinerante y fue asumido por el equipo de Mxico: en 1992 por el equipo de Colombia; en 1993, por el equipo de Chile: en 1994, por el equipo de Brasil. Para 1995, lo est organizando el movimiento bblico de Bolivia. Para 1996, el equipo de Repblica Dominicana. Para 1997, le tocar al equipo de Per. Para 1998 el equipo de Nicaragua. Y hay nuevas solicitudes.

Este curso ha proporcionado aportes significativos para el caminar bblico a lo largo de estos aos. Tiene carcter continental.

Saber acadmico al servicio de lo popular

Los biblistas y las biblistas han aportado un gran servicio. Ellos y ellas ponen su saber acadmico al servicio de la lectura popular. Contribuyen a desbloquear la lectura tradicional, profundizan los desafos que el movimiento bblico va creando, sealan hacia nuevos horizontes, se responsabilizan de la asesora de los cursos intensivos.

Adems se renen anualmente para compartir sus investigaciones. Profundizan temas bblicos de actualidad y son responsables de la produccin y edicin de la Revista de Interpretacin Bblica Latinoamericana/RIBLA, publicacin de gran importancia para el movimiento bblico latinoamericano y caribeo.

En 1993, se encontraron en Cochabamba, Bolivia. En 1994, en Salvador, Brasil. En 1995, se encontrarn en Santo Domingo, Repblica Dominicana.

Publicaciones: Varios pases estn publicando su boletn bblico (Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Colombia, Per, Ecuador, Venezuela, Repblica Dominicana, Mxico) para divulgar, animar y contribuir a la articulacin de los trabajos bblicos nacionales.

En pases tales como Ecuador, Per, Nicaragua, Colombia, Brasil, Chile Mxico, Repblica Dominicana, Bolivia, Argentina, Costa Rica... encontramos publicaciones bblicas populares (cartillas, folletos, afiches, colecciones, cursos, revistas, libros. traducciones).

Existen algunas publicaciones a nivel de regin: Revista Bblica Andina, Por trs da Palavra, Biblito, Boletn Red Bblica Centroamericana, Boletn Bblico Caribeo.

A nivel continental tenemos la Revista de Interpretacin Bblica Latinoamericana, RIBLA, publicada en portugus por la Editora Vozes, en coedicin con la Editora Sinodal y, publicada en espaol, durante el ao de 1994, por el Departamento Ecumnico de Investigaciones (DEI) Costa Rica. A partir de 1995, tambin pas a ser editada en Ecuador. Son tres nmeros anuales. Tiene por objetivo contribuir a la formacin de los animadores y animadoras del movimiento bblico, a nivel medio. Los temas de los nmeros de 1993 fueron: "Vida cotidiana: resistencia y esperanza"; "Por manos de mujer" y "La solidaridad urge".

La Bibliografa Bblica Latino-Americana vio la luz en 1988, teniendo por objetivo reunir la literatura bblica producida a lo largo de cada ao, catalogarla y hacerla circular a servicio del movimiento bblico. Ya public su sexto volumen.

Desafos

En este caminar bblico han aparecido muchos retos. Son desafos en lo que se refiere a la organizacin de espacios para articular experiencias bblicas; prestar servicio a la Palabra: producir literatura que profundice el caminar; boletines que hagan circular las informaciones; desarrollar posibilidades para que los diferentes sujetos sociales se conviertan en sujetos de la lectura dentro del movimiento. Frente al creciente empobrecimiento de nuestros pueblos latinoamericanos crece tambin la dificultad financiera. Las exigencias del camino ecumnico tambin van creciendo.

Crece el esfuerzo para hacer que realmente el proceso de articulacin bblica en Amrica Latina y el Caribe, ayude a que los empobrecidos y empobrecidas levanten su voz, ocupen los espacios que les corresponden, rescaten su identidad y sean reconocidas y reconocidos con su rostro, sexo, raza y cultura.

Todo este proceso del movimiento popular de Biblia est cargado de esperanzas y debilidades. Su vitalidad est en la lectura hecha por las comunidades y por los grupos populares que buscan transformar la realidad que niega la vida.