EL MATRIMONIO CIMIENTO DE LA FAMILIA

1. EL NOVIAZGO

Los jóvenes durante el noviazgo sobrevaloran la espontaneidad, la sinceridad y la inmediatez cayendo en la superficialidad de la relación. El noviazgo debería ser la preparación para el matrimonio y la elección de la pareja para casarse no se debe fundamentar en el enamoramiento únicamente (los sentimientos, la imaginación y los sueños ideales), ya que se corre el peligro de casarse con un sueño del que se irá desilusionando a lo largo del tiempo.

La inteligencia permite captar la realidad de las cosas, teniendo un conocimiento objetivo que le permitirá eliminar la imagen irreal de la persona querida.

La voluntad le permite aceptar a la persona, haciendo uso de su libertad personal.

Para salir de la fase de enamoramiento (en la que se idealiza a la otra persona, así mismo y a la relación) y llegar al conocimiento profundo se requiere: Reflexión madura, apertura al diálogo y aceptarse uno mismo y aceptar al otro, ayudándole a perfeccionarse como persona.

2. CONTRATO MATRIMONIAL

El matrimonio es la unión de un hombre con una mujer, creando un solo proyecto de vida, basado en la libertad, con la finalidad de la procreación y de la ayuda mutua, para fundar una comunidad de vida y amor.

Las expectativas del matrimonio son: Tener un compañero fiel, amante y exclusivo, que sea un sostén y apoyo contra el mundo, una compañía contra la soledad, crear una familia y tener una relación sexual lícita.

Los fines del matrimonio son: Libertad de elección, fidelidad, ayuda mutua, complementariedad, y procreación.

LIBERTAD DE ELECCIÓN

Anteriormente se elegía a la pareja de acuerdo a intereses económicos y/o alianzas familiares. En la actualidad cada quien elige y tiene el derecho de elegir en todos los campos (se elige al cónyuge, cantidad de hijos, etc.).

Los conflictos suelen desestabilizar el matrimonio, y éstos se originan cuando actuamos de manera superficial o por impulso, por falta de compromiso. Por eso es importante un buen noviazgo, orientado al conocimiento profundo, para encontrar una persona con la que se compartan metas y objetivos para no llevarse sorpresas.

La fidelidad es importante en la relación de pareja y ésta se caracteriza por la fe y la confianza en el otro, la apertura a la intimidad y la reciprocidad.

La infidelidad afecta el sentido de la propia convivencia, quebranta el proyecto común de vida y la comunión del matrimonio. Para evitar la infidelidad, tenemos que cuidar el no dejarnos llevar por la emotividad, evitando situaciones donde se facilite perder el control, anteponer la voluntad, medir las consecuencias de mis actos, no dejarse influenciar por las modas.

AYUDA MUTUA

Descubrir qué necesita de verdad el otro, darle lo que realmente necesita, lo que le hace bien y lo aparta del mal. Desarrollar dentro de mí eso que el otro necesita, aunque yo no lo tenga.

Pero debemos saber que ACEPTAR no significa tolerar, aguantar o soportar, sino caminar hacia una meta donde seamos mejores que en el presente (perfeccionamiento).

Se debe ayudar a corregir los defectos: Teniendo en cuenta que los defectos o cualidades del cónyuge ponen de relieve las

cualidades o defectos del otro. Haciendo que éstos se conviertan en estímulo para una lucha de superación. Fijándose que los defectos sean reales. Recordando que ambos están ahí para ayudarse. Distinguiendo entre corregir (sugerencia y siempre salva a la persona) y el reproche

(inhabilita para cambiar, tipifica a la persona).

COMPLEMENTARIEDAD

Cada cónyuge se beneficia uno del otro, enriqueciendo su personalidad. Es un proceso dinámico, que facilita el éxito en la medida que haya buena adaptación. La adaptación puede ser pasiva (aceptar o rechazar los elementos dados) o activa (buscar los medios eligiendo otros que no están por el momento o inventándolos).

La adaptación es un factor indispensable para la creación de la cultura familiar (tradiciones, normas costumbres, creación de una nueva identidad), para hacer frente a circunstancias que rodean la convivencia conyugal (materiales o personales) y para la relación de las personas (progenitores, hijos, los propios cónyuges).

Es importante recalcar que la pareja necesita su propia autonomía física (vivir en casas separadas) y emocional (cortarse el cordón umbilical).

La complementariedad es unirse íntimamente, en lo sexual y lo emocional. Es la unión de dos seres completos que se perfeccionan. Es alcanzar el reconocimiento de uno mismo con el otro.

Esto se complementa con la procreación, que es darle la vida a otra persona de la que tenemos que responsabilizarnos, cuidarla y atenderla (SACRIFICIO). Los hijos unen a la pareja.

IGUALDAD DE LOS SEXOS.

Anteriormente la mujer permanecía en su hogar y sus roles eran clasificados como: esposa, madre, ama de casa. El hombre trabajaba y sus roles eran descritos como: Proveedor, esposo y padre.La natalidad comenzó a bajar permitiendo que la mujer se desarrollara con éxito profesionalmente, surgiendo ciertos conflictos, sobre todo internos, sintiéndose culpable del abandono de los hijos.

Es importante que la mujer busque su superación, pero también la de su familia, compartiendo la ayuda con la pareja, ya que nadie mejor que los padres para educar a los hijos. Es aquí donde se comprende la difícil situación de las madres solteras al tener que dividirse en trabajar y aún cansadas llegar a brindar cariño y atención a los hijos, mientras

que en el matrimonio se adquirió un compromiso por amor: el educar, atender y amar a los hijos, la cual es una labor compartida.

Los aspectos positivos de la igualdad de los sexos son: Mayor aproximación, mayor autonomía de la pareja, mayor toma de conciencia de la libertad personal, con la consiguiente responsabilidad.

Los aspectos negativos: Individualismo (egoísmo), inestabilidad, descenso de la capacidad de aguante, valoración negativa del dolor.

Lo que nos puede ayudar es recordar que:

El hombre es capaz de modificar las circunstancias a través, de la inteligencia y la voluntad.

Tener rectitud de intención en el deseo y en el obrar. Completar la rectitud de intención con información adecuada y practicarla.

ETAPAS O EDADES DEL MATRIMONIO.

1. Desde que se casan hasta que el primer hijo asiste a la escuela.

El reto es la adaptación, a la diferencia de temperamentos, la aceptación de uno mismo y la aceptación del otro. Los peligros suelen ser la rutina y el abandono.

2. Desde que el primer hijo asiste a la escuela hasta que se emancipe algún hijo.

Los padres trabajan para mantener a los hijos, el tema de conversación son los hijos. Se cae en la rutina y disminuye la comunicación (incluyendo relaciones sexuales).

El reto es interesarse por las actividades del otro, reconquistarse, mirar al futuro (previendo que un día se quedarán solos), buscar actividades comunes, cuidar el diálogo profundo y cuidar la pareja.

3. Desde que un hijo parte del hogar hasta que se emancipa el resto de los hijos.

El reto es retomar la vida de pareja.

Existe una coacción afectiva ya que los padres sienten que dieron más a los hijos que lo que reciben de parte de ellos, llegando a actuar con autoritarismo. No deben creerse indispensables, pero sí, necesarios.

Deben tener vida propia, jugar el papel de reserva moral de la familia y de la sociedad. Explotar su experiencia.

Es su responsabilidad hacerse presentes.

Cuando los hijos regresan esporádica o habitualmente, la casa se vuelve a llenar pero esta vez de hijos, hijos políticos, nietos (lazos consanguíneos).

Hay una semejanza con la primera edad ya que la pareja se queda sola pero con la mirada ya no puesta en el futuro, sino en el pasado donde están los recuerdos. Los recuerdos son el tesoro de la tradición.

El matrimonio es el cimiento de la familia y como tal debe permanecer firme ante las adversidades, para sostener lo que vendrá. Mientras más firme sea, más vida existirá en sus hijos y sus nietos.