El mar me duele por motivos que no importan (Lectura de ... · ¿Pero deveras caímos en el mundo?...

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Lectura El mar me duele por motivos que no importan (Lectura de EIsa Cross) Raúl Cáceres Carenzo Tenía el lenguaje de los hombres tantas palabras para nombrar el mundo que ni siquiera todas eran dichas La poesía mexicana de esta hora se enfren- ta a una disolución de continuidad, a un 'desencuentro: tanto con la tradición como con las corrientes coloquiales y neoimagi- nista, "experimentales", a la moda. Y la .tales cambios de piel, este dadaís- mo involuntario colisiona frente al desca- labro de una crítica desentendida de su función ubicadora, que se complace en el relajo verbal y en su danza de relaciones públicas. Nuestra "poesía en movimiento" deviene en trampa retórica: ¿es que hay poesía estática? La lírica de nuestros días ostenta la crítica que se merece. A una poética de juglares, demagogos y albureros corresponde una crítica de merolicos y publicistas. El crítico debe ser también un oficiante, otro cómplice en la conjura del verbo, en la ....- alianza secreta para incendiar las máscaras que acallan el terror y la hermosura de la , vida cotidiana. Las notas anteriores denuncian nuestra propia limitación. Esta reseña es simple- mente un recuento -un recuerdo- de las respuestas o correspondencias de mi expe- riencia, de mi aventura personal con este libro* desordenado y áspero, cuyos poemas rostienen una tensa interrogación a la cir- cunstancia personal de Eisa Cross, a su con- dena: (poéticamente) vivir el mundo con- tem'poráneo. Así, con estas palabras la nombran el amor, la muerte, la soledad, el tiempo, la inocencia y la gracia enterradas en la maldad, en la vergüenza de este tiempo sin nombre. Las presencias mencionadas, el aliento lírico y dionisiaco, se cumplen, en general, (;on ceñida belleza y vigilada ternura. Pero La dama de la to"e no viene a completar Ilingún catálogo de poesía femenina. No .hay en Eisa Cross (líbrela Xochipilli) el sen- timentalismo de una poetisa, sino la voz tecia, desgarrada, plenamente humana, de \1n poeta. Hoy ilumina el mundo con la lumbre del canto, responde a la naturaleza "iolenta de nuestra era con un grito lírico qUe nombra las invasiones inexorables. la reflexión y el silencio, la lJencia y el oficio, el armonioso aire apolí- • Eisa Cross: La dama de la to"e. México, Joaquín Mortiz, 1972.93 pp. neo, la llevarán a depurar su compromiso con la palabra poética, a penetrar las rela- ciones entre el individuo y la sociedad; captará los sonidos y las cosas que se cier- nen sobre la densa epopeya cotidiana; po- drá contemplarse, fuera de sí, en la enaje- nación creadora, como parte o célula de la historia, como rayo de conciencia en el dolor de la especie; ahondará en la espe- ranza y la pesadumbre del hombre contem- poráneo. Hoy ha comenzado a hablar en la voz plural de la poesía. Aproximaciones y requiebros Eisa Cross -y tal sea éste su mayor acierto - aborda el poema con los sentidos alertas, abiertos a una percepción intensa, pero sólo para instalar esta experiencia en la materia idiomática, transfigurando la vivencia .en lenguaje, la emoción en sistema estético. Obtiene, así, armas y herramientas certeras para el asedio, la invasión y rescate de los rostros que animan la sombra que nos ro- dea: "Me extravié/ para pisar el polvo de huesos sagrados", "El alto ruido de follaje cimbró el atardecer", "Oímos el canto de los grillos/ entre la hierba seca". El poema "Mandala" desarrolla la virtud señalada hasta la iluminación existencial hasta la certidumbre, encarnada en el poético, de que en la hora cotidiana, en la plenitud dispersa de los instantes comunes reside, intacta, la gloria del universo. Trans- cribimos el fragmento IV; Bajo la luna nueva temor, oscuridad profunda. No se dibujan sombras en el suelo. Se pierden límites. Lo diverso se vuelve semejante. Uno es la sombra de sí mismo, uno está en la noche verdadera: la luna es lo que es. La ausencia. La lucidez perfecta. Esta lucidez tan poderosa y nostálgica, esta evocación de nuestro estado de gracia ' perdido, la recobra Eisa en otra iluminación . radical del siguiente poema: "Si en otro . tiempo yo estuve cegada por la luz. ¿Pero deveras caímos en el mundo? ¿Nosotros? Feliz el hijo que no tuvo ser sobre la tierra." Al pie de la letra Todo crítico es un corsario que navega con bandera de papel. Antes de abordar el poema que nombra el libro y de cuyos ver· sos nace Eisa Cross como poeta, vamos a señalar algunos tropiezos, algunas caídas y uno que otro azote, derivados casi todos del arrepentimiento poético, del titubeo y aun del acto fallido en la elección expre- siva, en el asombro con que el poeta debe nombrar las cosas. Estos desfallecimientos o descuidos, estas curvas peligrosas que no fueron rebasadas con la velocidad conve- niente, con la graduación adecuada, cUa1ldo falló el control del ómnibus poético, perte- necen a la sección invertebrada denominada Nigredo. "Vuelvo a las mismas piedras del río de- secado", declara el verso inicial. El lector se prepara a recorrer los recintos sombríos y lentos del recuerdo, a participar en un juego capaz de recobrar los instantes vi- vidos, pero el poema no trasciende el espa· cio evocativo, reitera descripciones y no añade acción a este verso que se aísla y permanece contenido en su fulgor. Luego vienen, en el fragmento segundo, imágenes humilladas por el lugar común y la para- doja ingenua: "Pequeño valle de la desola- ción", "veredas trazadas por la angustia", "memoria del olvido" y este hallazgo de Perogrullo: "tenue jirón del alba". De pron- to, un instante lírico resplandeciente: "Vengo aquí/ donde en otro tiempo hubo un río" -y enseguida, el verso poeticida que empuja al abismo de la obviedad el acierto logrado: "que no se llevó malas nos- talgias" . Como ejemplo de legitimidad poética transcribimos el fragmento tercero. El 4:

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Lectura

El mar me duelepor motivosque no importan

(Lectura de EIsa Cross)

Raúl Cáceres Carenzo

Tenía el lenguaje de los hombrestantas palabras para nombrar el mundo

que ni siquiera todas eran dichas

La poesía mexicana de esta hora se enfren­ta a una disolución de continuidad, a un'desencuentro: tanto con la tradición comocon las corrientes coloquiales y neoimagi­nista, "experimentales", a la moda. Y lanJp~ra, . tales cambios de piel, este dadaís­mo involuntario colisiona frente al desca­labro de una crítica desentendida de sufunción ubicadora, que se complace en elrelajo verbal y en su danza de relacionespúblicas. Nuestra "poesía en movimiento"deviene en trampa retórica: ¿es que haypoesía estática? La lírica de nuestros díasostenta la crítica que se merece. A unapoética de juglares, demagogos y albureroscorresponde una crítica de merolicos ypublicistas.

El crítico debe ser también un oficiante,otro cómplice en la conjura del verbo, en la

....- alianza secreta para incendiar las máscarasque acallan el terror y la hermosura de la

, vida cotidiana.Las notas anteriores denuncian nuestra

propia limitación. Esta reseña es simple­mente un recuento -un recuerdo- de lasrespuestas o correspondencias de mi expe­riencia, de mi aventura personal con estelibro* desordenado y áspero, cuyos poemasrostienen una tensa interrogación a la cir­cunstancia personal de Eisa Cross, a su con­dena: (poéticamente) vivir el mundo con­tem'poráneo. Así, con estas palabras lanombran el amor, la muerte, la soledad, eltiempo, la inocencia y la gracia enterradasen la maldad, en la vergüenza de estetiempo sin nombre.

Las presencias mencionadas, el alientolírico y dionisiaco, se cumplen, en general,(;on ceñida belleza y vigilada ternura. PeroLa dama de la to"e no viene a completarIlingún catálogo de poesía femenina. No.hay en Eisa Cross (líbrela Xochipilli) el sen­timentalismo de una poetisa, sino la voztecia, desgarrada, plenamente humana, de\1n poeta. Hoy ilumina el mundo con lalumbre del canto, responde a la naturaleza"iolenta de nuestra era con un grito líricoqUe nombra las invasiones inexorables.~añana, la reflexión y el silencio, la ~xpe­lJencia y el oficio, el armonioso aire apolí-

• Eisa Cross: La dama de la to"e. México,Joaquín Mortiz, 1972.93 pp.

neo, la llevarán a depurar su compromisocon la palabra poética, a penetrar las rela­ciones entre el individuo y la sociedad;captará los sonidos y las cosas que se cier­nen sobre la densa epopeya cotidiana; po­drá contemplarse, fuera de sí, en la enaje­nación creadora, como parte o célula de lahistoria, como rayo de conciencia en eldolor de la especie; ahondará en la espe­ranza y la pesadumbre del hombre contem­poráneo. Hoy ha comenzado a hablar en lavoz plural de la poesía.

Aproximaciones y requiebros

Eisa Cross -y tal sea éste su mayor acierto- aborda el poema con los sentidos alertas,abiertos a una percepción intensa, pero sólopara instalar esta experiencia en la materiaidiomática, transfigurando la vivencia .enlenguaje, la emoción en sistema estético.Obtiene, así, armas y herramientas certeraspara el asedio, la invasión y rescate de losrostros que animan la sombra que nos ro­dea: "Me extravié/ para pisar el polvo dehuesos sagrados", "El alto ruido de follajecimbró el atardecer", "Oímos el canto delos grillos/ entre la hierba seca".

El poema "Mandala" desarrolla la virtudseñalada hasta la iluminación existencialhasta la certidumbre, encarnada en el act~poético, de que en la hora cotidiana, en laplenitud dispersa de los instantes comunesreside, intacta, la gloria del universo. Trans­cribimos el fragmento IV;

Bajo la luna nuevatemor,oscuridad profunda.No se dibujan sombrasen el suelo.Se pierden límites.Lo diverso se vuelve semejante.Uno es la sombra de sí mismo,uno está en la noche verdadera:la luna es lo que es.La ausencia.La lucidez perfecta.

Esta lucidez tan poderosa y nostálgica,

esta evocación de nuestro estado de gracia 'perdido, la recobra Eisa en otra iluminación .radical del siguiente poema: "Si en otro .tiempo yo estuve cegada por la luz.

¿Pero deveras caímos en el mundo?¿Nosotros?Feliz el hijo que no tuvo ser sobre la

tierra."

Al pie de la letra

Todo crítico es un corsario que navega conbandera de papel. Antes de abordar elpoema que nombra el libro y de cuyos ver·sos nace Eisa Cross como poeta, vamos aseñalar algunos tropiezos, algunas caídas yuno que otro azote, derivados casi todosdel arrepentimiento poético, del titubeo yaun del acto fallido en la elección expre­siva, en el asombro con que el poeta debenombrar las cosas. Estos desfallecimientos odescuidos, estas curvas peligrosas que nofueron rebasadas con la velocidad conve­niente, con la graduación adecuada, cUa1ldofalló el control del ómnibus poético, perte­necen a la sección invertebrada denominadaNigredo.

"Vuelvo a las mismas piedras del río de­secado", declara el verso inicial. El lector seprepara a recorrer los recintos sombríos ylentos del recuerdo, a participar en unjuego capaz de recobrar los instantes vi­vidos, pero el poema no trasciende el espa·cio evocativo, reitera descripciones y noañade acción a este verso que se aísla ypermanece contenido en su fulgor. Luegovienen, en el fragmento segundo, imágeneshumilladas por el lugar común y la para­doja ingenua: "Pequeño valle de la desola­ción", "veredas trazadas por la angustia","memoria del olvido" y este hallazgo dePerogrullo: "tenue jirón del alba". De pron­to, un instante lírico resplandeciente:"Vengo aquí/ donde en otro tiempo huboun río" -y enseguida, el verso poeticidaque empuja al abismo de la obviedad elacierto logrado: "que no se llevó malas nos­talgias" .

Como ejemplo de legitimidad poéticatranscribimos el fragmento tercero. El

4:

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arranque del poema es memorable: "Tedigo que te quiero/ pero en verdad no me.importa que te pudras."

A esta sección pertenecen también ver·sitos juglarescos, alejandrinos, de la másfácil entonación como: "Aquí está tu me­dicina./ Una gota no te cura/ pero dos go­tas te matan.! Está cabrón", etcétera. Ytambién: "Yo soy el puerco./ Soy el granpuerco y ya.! Le gruño un poco a la luna/y otro poco a mi mamá." ¿Será que la jo­vial jitanjáfora, estudiada por Alfonso Re­yes hasta en el poeta del crucero, todavíaes vanguardia?

"Hablaron los poetas/ de los bosquesoscuros", dice EIsa después ilustrando lapoesía inocente, y sucede que en ocasionesella hace lo mismo y retorna, en esos casos,hasta "el árbol desgajado" que creyó haberdejado atrás "la primera jornada de ca­mino". En cambio, en el mismo tono co­loquial, es capaz de escribir versos tan deso­lados y hermosos como éstos: "Escúchame,te estoy hablando,! te estoy viendo endul·zar el café/ mientras piensas en mí y enotras cosas/ con una tristeza desabrida."

Las apostillas y reparos anteriores, aun­que producto de una doctrina estética par­ticular, obedecen a nuestra certeza de queEisa Cross no seguirá el camino fácil; ellapuede asumir y domeñar la sensibilidad einteligencia que posee, obtener una salu­dable estado de ánimo, el de la sospecha, yapreciar con Valéry que "del mayor rigorsurge la mayor libertad".

En cuanto al monótono balbuceo, allibertinaje prosaísta, al peñón de la voz"espontánea" y directa donde encallan losperezosos, recordemos que, entre la reali­dad y el deseo, la poesía joven de los años60, provoca tanto el sabio recelo de Pellicercomo la humillación que le infringen elluminoso clasicismo y la desnudez lírica deBonifaz Nuño... EIsa Cross nos deja coneste libro el testimonio de una sensibilidadpoética singular creando una obra rica enprocedimientos formales, en disciplina,oficio e información; una obra en evolucióny revolución que, al afirmarse en su densi­dad vivencial y en su voluntad de graciaexpresiva, podrá inquietar la conciencia denuestros artistas adolescentes, muchos deellos sacrificados en los siniestros altares dela "generación espontánea".

La dama de la torre

Con este poema se integra la única secciónunitaria del libro. Todavía creo que la poe­sía es también un oficio, un sistema verbal,una estructura propuesta, un juego de pala­bras cuyas leyes y reglas impone y escondeel poeta simultáneamente.

Advertimos en el texto una clave unifi­cadora, un programa expresivo no delibe­rado pero impuesto por una intención yuna vivienda apoyadas tanto en el oficiocomo en la fatalidad poética: EIsa escribióeste poema por destino, porque no teníamás remedio que hacerlo, pero lo erigiócon habilidad y pasión artesanales. El poe­ma desarrolla una serie de "confesiones" enlas que se logra el prodigio de transformarel idioma hablado en lenguaje poético; la vozdesgarrada por las afrentas de lo cotidiano,

las quejas del alma desgastada por la vida,"en una música, un rumor, un símbolo".

Que a mi paso se sequen los jardinesy caigan las aves de su vuelo.

"La metáfora no existe", declara, por­que todo es imagen, analogía, lenguaje.Todo en la naturaleza, todo en el universo,cuando la realidad esencial es penetrada porlas lanzas del verbo, por el fuego poético,se entrega como una vasta conversación,como una correspondencia de señales. Todohabla. El poeta "traduce", cita y recitasolamente el h.abla ensordecedora de lascriaturas: palabras encarnadas.

y todo lo que existe tiene vida: signifi-. cado: destino. Por eso, EIsa puede decimos"las letanías del agua transparente,! del solque cae sobre las cosas,! del amado que caesobre la amada".

"Vegetales fervores, ¡Oh claridades! ",exclama Saint·John Perse ante la gloria delmundo, ante la fiesta cruel y armoniosa dela vida. EIsa Cross, después de darnos estahermosa y justa explicación de su vida,también prorrumpe en un júbilo intenso, yamaduro, pues nace del dolor personal perotambién de la pasión de la tierra:

Empiece la primera sílaba de alabanza.

Promesas de la voz

Retengo para la nueva era de la poesía,para el tiempo de Acuario, para la patriadonde habrán de cumplirse las palabras,para el socialismo mundial del año 2000,esta promesa de EIsa Cross: "He de olvidarmi nombre/ para entender el lenguaje de lasbestias/ y el lenguaje del espíritu/ y mi pro­pio lenguaje desnudo."

A su vez, estas "confesiones" nuestrashan de obtener, si nunca el don ubicadorde un crítico respetable, por lo menos lasonrisa reflexiva, levemente contrariada,pero sonrisa al fin, de EIsa Cross... dedi­cada a la poesía mexicana de estos días...y a quienes practicamos, por enfermedad,por pereza, acaso por amor, el periodismoliterario en el D. F.

Crítica

Entrevista conJaime Torres Bodet

Radio Unam"Controversias"

Julio C. Schara

LA CULTURA DE LA LIBERTAD

Los derechos humanos, aquéllos que se fm.can en la convivencia pacífica y la libertad,aquéllos que exigen el derecho que tienetodo ciudadano a la cultura, a la justicia, ~desarrollo, a la educación en sus experimen·tos más adelantados y más antiguos, han si­do, entre otras cosas, la preocupación con~

tante de las naciones, de los organismos in·ternacionales, de los individuos.

Jaime Torres Bodet es un precursor emi­nente de estos principios, de estas causas.

Para ello ha colaborado muy de cercacon las principales personalidades de nu~

tra época. Servidor incansable del gobiernode México, ha desempeñado muy diversospuestos públicos, desde secretario de la pri·mera rectoría de Vasconcelos en la Univer·sidad, hasta director general de la UNESCOen el periodo de 1948 a 1952.

La personalidad de Torres Bodet está ¡¡.gada a las tareas humanizadoras más impor·tantes de este siglo; precursor y fundadorde las campañas alfabetizadoras y de laeducación rural en México, tarea que poste·riormente llevaría a todo el mundo, ya queestando al frente de la UNESCO intensificóestas campañas, así como muchas otras, en·tre las que destacan la creación de la con­vención universal del derecho de autor, laasociación internacional de universidade~

un comité consultivo sobre zonas áridas, launión de asociaciones técnicas internaciona·les, así como los primeros congresos paralas nuevas asociaciones de sociología, cien­cias políticas y ciencias económicas. Luchóademás por crear un departamento de in­formación multitudinaria.

Bajo su dirección en la UNESCO se apo­yó por primera vez el ingreso de la ChinaPopular a un organismo internacional. El seopuso al ingreso de la España de Franco,hecho fallido, que fue motivo, entre o\r3Icosas, de su posterior dimisión como direc·tor general de la UNESCO.

En todas las tareas de Torres' Bode!hay las bases más importantes de lo queahora se conoce como la "cultura de lalibertad" .

Precursor, fundador y defensor infatiga'ble de los más indispensables derechos ddhombre, ha pregonado por todo el mundola libertad y el derecho a la cultura.

El hombre de este siglo ha sufrido losestertores de la guerra y de sus consecuen'tes injusticias. Y el principal objetivo dd