El Libro de La Elegida Saga Vanir 3 Cap.29

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de Lena Valenti

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Capítulo 29

Kent. Tun bridge Wells. Siete de la tarde.

La noche caía sobre ellos. Los colores del atardecer se oscurecían y las copas altas de los árboles del bosque encantado de Tun bridge apenas dejaban que el cielo se viera, ocultándolos en medio de la naturaleza. La brisa era fría y la tierra olía a humedad. En ese lugar en el que los ingleses afirmaban que había fantasmas, daría lugar el intercambio entre una humana y un Vanirio. Caleb sentía que estaba haciendo algo que iba en contra de su código moral. La humana se iba a ir con los malos, y ellos a cambio, recibían de nuevo a su druida. ¿Y en qué lugar les dejaba eso cuando se suponía que estaban allí para proteger a los humanos? ¿Qué decía eso sobre sus valores cuando dejaban que aquella joven rubia y seria se metiera de nuevo en la boca del lobo? Se sentía contrariado respecto a Mizar. Aileen, a su lado, controlaba que Menw no le arrancara la cabeza a la física rubia e imperturbable. Y allí estaba el sanador, tan nervioso y tan inquieto como un tigre enjaulado. Intentaba contactar con Daanna y a cada intento frustrado, su desesperación vaniria se acentuaba. Por otra parte, sentía que si no se cargaba a Mizar estaría traicionando a su hermano, pero no le dejaban ponerle una mano encima. Ah, sí, las manos… Las manos le empezaban a temblar y un sudor frío recorría su cuerpo. Era la ansiedad y el miedo. La reacción química que producía su cerebro ante la imposibilidad de hablar con su pareja. Miró a Mizar de reojo, a aquella humana que había castigado a Cahal, y ella lo miró a su vez sin fiarse un pelo de él, como si en cualquier momento fuera a desgarrarle el cuello. A la humana no le gustaba nada cómo la controlaba. Era un estúpido. Un estúpido por creer que después de averiguar lo que ahora sabía sobre ellos, sobre ella misma, sobre Newscientists, pudiera ponerse de parte de Lucius y Patrick. Como si pudiese seguir con ellos después de saber la verdad.

Mizar no quería seguir ni con ellos ni con nadie. No deseaba saber nada de aquello. Quería irse lejos y olvidar todo lo vivido hasta ahora. Quería olvidar que su padre adoptivo la había engañado. Dejar de pensar en Laila y sus mentiras. Deseaba centrarse en sus campos electromagnéticos y en sus quarks. No quería pensar de nuevo en aquel rubio que había estado torturando en Newscientists el cual no se podía sacar de la cabeza por mucho que lo

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intentara. No quería regresar a aquella empresa llena de demonios y mentirosos. Cuando entrara allí de nuevo, haría lo posible por encontrar a aquellos seres que estaban sufriendo en manos de Lucius, Seth, Hummus y los demás, los liberaría… Y se largaría. Lo tenía decidido. Se largaría tan lejos donde nadie nunca pudiera encontrarla.

__ Eres muy fuerte, emocionalmente__ Dijo Noah, de pie detrás de ella. El berserkers rubio de pelo blanco iba vestido como uno de esos bailarines de capoeira, y controlaba todo y a todos, con aquel modo que tenía pausado y sereno de observar lo que le rodeaba.

__ En realidad, no es <<fuerte>> la palabra__ Murmuró, mirándola a los ojos cuando ella se giró para encararle__ Tienes las emociones congeladas, eres una inepta emocional__ Todo lo contrario que era él, un hombre tan empático que a veces prefería no tocar a la gente para no cargarse de sus emociones.

__ Soy racional__ Contestó Mizar sin inmutarse. __ Eso es a lo que me refiero. En vez de ofenderte cuando te digo a la cara que nunca has sido capaz de conectarte con tus sentimientos, tú vas y lo aceptas y me das una contestación pragmática. Eres de las de dos más dos son cuatro. Cuadriculada al máximo.

__ Y tú en cambio eres de los de tres más dos son nueve, porque lo digo yo. ¿Me equivoco?

__ Esa frialdad te sirve para no sufrir. Pero no durará mucho__ Los ojos amarillos de Noah brillaron como si fueran testigos de un preludio__ Si los de Newscientists descubren que estás de nuestra parte, te eliminarán, ¿lo sabes?

Sí, claro que lo sabía. Pero, ¿Le asustaba morir? No, en absoluto. Además, ¿qué otra opción le habían dado? Lo que le daba miedo era seguir rodeada de esa realidad que no entendía. Vampiros, mentiras, Vanirios, berserkers… Dioses. La física era mucho más fácil de entender, porque no dependía de la magia. Aquellos seres eran impredecibles, y Mizar odiaba las sorpresas.

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__ No me eliminarán hasta que no les diga lo que necesitan saber__ Para salvar su pellejo necesitaba guardar su as bajo la manga. De momento, ni Caleb, el líder del clan vanirio, ni siquiera Lucius ni Hummus, habían averiguado lo que ella tenía en la mente. Sí, los experimentos, los resultados y los estudios estaban ahí, podrían hacer un seguimiento de lo conseguido hasta ahora, pero sin ella nunca sabrían la verdad, los quarks eran caprichosos, y no se revelaban así porque sí. Su necesidad de autoprotección era tan fuerte, su recelo tan grande, que nadie podía entrar en su cabeza a no ser que ella misma lo invitara.

__ No hace falta que hables para que ellos lo averigüen, ¿lo sabes? Lucius beberá de ti y te destrozará la mente. Te matará.

__ ¿Y por qué no me ha matado hasta ahora? Podría haberlo hecho. ¿Por qué no me ha convertido en vampiro?

__ Esa es una buena pregunta__ Noah se encogió de hombros y levantó una ceja casi blanca.

__ Es por tu cerebro__ Contestó el sanador mirando al frente__ El vampiro se convierte en un animal con una única necesidad, con un único instinto, y pierde un montón de dones y habilidades por el camino. Deja la inteligencia en un segundo plano para convertirlo en impulsividad. Sólo quiere matar. Sólo quiere beber. Su cerebro muta, y hay cambios físicos importantes en él. La parte creativa y la racional menguan, disminuyen. Si tú eres su mejor científica, no le interesa que te conviertas en una estúpida.

Él esperaba unos resultados. Si los tiene ya, no dudes en que hoy mismo te aniquile. Genios hay en cualquier parte.

__ ¿Genios como yo? No__ Contestó ella soberbia.

__ ¿Quién dijo que la inteligencia era sexy?__ Se preguntó Noah medio sonriendo. Mizar era una listilla. Adam y Ruth estaban sentados en una de las ramas de los árboles, a unos quince metros de altura. Escuchaban con atención la conversación, hasta que ambos recibieron un mensaje al mismo tiempo en su iPhone. Era un mail que procedía del ordenador de las humanas del Ragnarök. Frunció el ceño. Para: Adam Njörd. De: Sacerdotisas Team Hemos

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mandado a escanear el último dibujo que ha hecho nuestra Nora. Por favor, echadle un vistazo porque la chica que hay en ese barranco se parece mucho a Daanna. Hay muchos calvos alrededor y no sabemos si son Hare Krishna. Tened en cuenta que, a veces, Nora es muy figurativa. Estamos bien aquí abajo. Vosotros recuperad a Cahal. La pequeña Nora detectaba a los practicantes del seidr y a aquellos que mantenían contacto con Loki. Podía ver en sus sueños todo lo que hacían y lo que tramaban y luego los dibujaba en una libreta, como si fueran tomas instantáneas. Gracias a ella, Adam pudo salvar a Ruth cuando Strike y Lillian la raptaron para realizar un ritual de muerte con ella en el New Forest. Las visiones de Nora habían sido muy relevantes entonces. Esperó que esta vez también lo fueran.

Con esos precedentes, Ada, abrió la imagen adjunta. En el dibujo se representaba una especie de acantilado. Sí, la chica era Daanna. Era increíble lo bien que Nora escenificaba las cosas. En el dibujo, Daanna estaba mirando al frente, hacia toda esa gente alopécica que tenía delante y que señalaba en su dirección.

Pero detrás de ella había una sombra alargada muy alta en forma de hombre con el pelo muy largo y negro. Tenía los ojos rojos y alargados y unos dientes diabólicos en la mandíbula ¿Era un lobezno?

__ ¿Dónde es esto?__ Preguntó Ruth__ Es Daanna. Está en peligro ¿Verdad?__ Apretó el arco élfico entre sus dedos.

__ ¿Dónde se supone que está?__ Murmuró Adam__ Quédate aquí, Katt19 __ Besó en los labios a Ruth y de un salto bajó al suelo. En el momento en que Adam se acercaba para enseñarle el dibujo a Caleb, una hilera de seis Rodius negros aparcaron en frente de ellos. Caleb se colocó delante de Aileen, siempre protegiéndola, y todos los ahí reunidos se pusieron en guardia. Del primer coche salió Lucius, vestido con camisa blanca y pantalones y chaqueta negra, con su pelo cano recogido en un moño alto. Como si se hubieran visto ayer, como si aquello fuera sólo una simple transacción. Caleb se puso en tensión y le enseñó los colmillos y Lucius hizo lo mismo, retándolo a que se acercara a él, con los ojos blancos y enrojecidos. Los miró con asco y abrió la puerta trasera para ayudar a salir a… Cahal. El

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Vanirio tenía heridas y moretones por todos lados. Y además, le habían vendado los ojos.

__ Brathair…__ Susurró Menw echando mano al puñal que tenía atado a la espalda. __ Espera__ Le advirtió Noah entre dientes__ Primero Cahal. Luego, hostias.

19 Katt en gaélico significa Gatita.

Mizar no sintió nada al verlo. Era primera vez que su cuerpo no sentía nada con su cercanía. La reacción que había tenido las veces que había estado con él, había sido muy distinta, y todas las veces la dejaban con ganas de más. Más contacto.

Aquella reacción la había asustado mucho porque ella odiaba a los hombres, le daban asco. Y sobre todo a los vampiros. Había creído que todo era un truco mental, pero por lo visto, no había sido así. Con Cahal, ese hombre en especial, algo en ella, algo desconocido, se despertaba. Ahora se sentía bien al volver a ser impasible ante él. Cahal husmeó el aire, intentando percibir los olores de los guerreros que allí había.

__ Ha pasado mucho tiempo, Caleb__ Murmuró Lucius.

__ Y sigues siendo igual de feo, Lucius__ Contestó Caleb observando a Cahal con atención__ Deja que Cahal se acerque. Quítale la venda de los ojos. Lucius sonrió con suficiencia.

__ Trae a Mizar aquí. Mizar sintió asco al oír su voz en boca de aquel…

Vampiro. Lucius era un vampiro y ella no lo había sabido hasta el día anterior, cuando Laila le había escupido todas las verdades a la cara. Gracias a las sacerdotisas y a aquella mujer llamada María, le habían arrancado el hechizo y Caleb había barrido los patrones mentales que Lucius le había inculcado a la fuerza desde pequeña. Y también le habían vinculado un reflejo, un pensamiento mental para engañar a Lucius, para que siguiera creyendo que ella seguía bajo su control. Un pensamiento que revelaba otro tipo de experiencia, diferente a la que habían vivido en la habitación del hambre.

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Sentía algo parecido a la rabia o puede que a la ira, no sabía diferenciarlo muy bien, pues ella tenía bajo control todas sus emociones, ya que la emoción implicaba debilidad. No se permitía ser débil. Jamás.

__ Estoy bien, Lucius__ Dijo ella.

__ No lo dudo, querida__ Comentó él con voz engañosamente dulce__ Tu padre está en el coche, esperándote. Estás rodeada de estos animales y pueden herirte fácilmente. Ven aquí.

__ Al tiempo que Cahal__ Ordenó Caleb deteniendo a Mizar con el brazo. Entre los Rodius y los Vanirios había una distancia de diez metros. Ruth estaba en el tronco del árbol. Con sus flechas preparadas para atacar, si se daba el caso. Aileen se había colocado en posición de defensa. Menw tenía la mano en la espalda, agarrando el puñal distintivo de doble hoja serrada que tenía atado a la espalda. Noah y Adam se colocaron a cada lado de Caleb, dejando claro que aquel intercambio no tenía nada de amistoso y que si querían pelea la iban a encontrar. Lucius se encogió de hombros y desató la venda negra de los ojos al Vanirio, que empezó a caminar hacia a delante, con cara de estupefacción al verse liberado, mirando todo a su alrededor como si fuera la primera vez que viera un bosque. Mizar caminó también hacia su bando, en el que la esperaban los malditos vampiros. Observó a Cahal, Tan rubio, tan fuerte, tan alto, tan desvalido… No quería mirarle a los ojos; ella lo había torturado cuando ni siquiera él le había hecho algo para que lo odiara. Era un Vanirio.

Cahal la ignoró, como si no existiera. Tenía los ojos oscuros clavados en Caleb y Aileen… Un momento ¿Tenía los ojos oscuros? Cuando sus brazos casi se rozaron, Mizar lo sintió frío, diferente. Nada de aquel cosquilleo inquietante que había sentido en la boca del estómago cuando lo sentía cerca. Lo miró a la cara, un estudio de campo rápido y eficaz. Sí, eran las facciones del hombre más hermoso y sexy que había visto en la vida. Pero en aquella mirada faltaba algo. No era azul clara. Y sin embargo, no era el color lo que lo hacía diferente. Lo que realmente faltaba en la profundidad de sus ojos era… Alma.

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Cahal hablaba con los ojos. Y allí no había ni una sola palabra. Entonces lo supo. Se llevó la mano a la espalda, como si se estuviera rascando y empezó a mover el dedo índice de un lado al otro, haciendo una negación gestual.

__ No es Cahal__ Susurró Aileen. Mizar los miró por encima del hombro y le guiñó un ojo disimuladamente a Menw como diciéndole: <<Te estoy haciendo un favor, listillo>>. Aquella expresión fue como un grito de guerra, una invocación, y entonces, la guerra se desató. El hombre que se parecía a Cahal corrió enseñando los dientes a Caleb. Menw dio un salto entre ellos dos, y detuvo a ese ser que tanto se parecía a su hermano. No, claro que no era Cahal. Era igual a él. Pero no era él. Un puto clon.

__ ¡Joder!__ El clon golpeo en su estómago con la rodilla y lo dejó doblado, pero Menw le agarró la rótula y reaccionó rápido. Lo tiró al suelo barriéndole la pierna que le hacía de soporte. Lucius, por su parte, tomó a Mizar del antebrazo y la metió en el coche a la fuerza. Mizar no quería estar ahí con ellos, pero Lucius y Patrick no se daban cuenta de ello. Dos de los Rodius, incluido el de Mizar, se alejaron y huyeron a toda velocidad, y los otros cuatro se quedaron ahí. Los Rodius explotaron uno detrás del otro, dejando una estela de fuego y destrucción a su alrededor. Ruth cayó del árbol por el estruendo, pero Adam la agarró a tiempo de que golpeara contra el suelo. El berserkers tenía miles de cortes en brazos y cara. __ Mi nene__ Susurró Ruth tosiendo__ Estás hecho un mapa…

Adam sonrió y la dejó en el suelo.

__ Cúbrete, kone. Mientras tanto, Menw había rodado por los suelos después de la explosión. Pero no había soltado al clon en ningún momento. Le puso las rodillas sobre los brazos y los inmovilizó, alzó el puño y le atravesó el pecho, hasta arrancarle el corazón. Aquel cuerpo tenía vida, pero no sabía hablar, no tenía pensamientos coherentes, no tenía alma. Era como un trozo de carne con ojos, un robot programado sólo para matar. Caleb había cubierto a Aileen con su cuerpo y ahora se levantaban los dos, negros por el humo y llenos de restos de hierba quemada. Noah, en cambio, había salido disparado unos treinta metros hacia atrás. Ahora llegaba caminando, cojeando, algo aturdido y con un pitito en el oído. Mientras reaccionaban y se disponían a ir

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tras Lucius y Mizar, vislumbraron a un grupo de veinte enanos que corrían hacia ellos, con los ojos tan negros como los de Cahal. Unos tenían garras y otros, colmillos largos y amarillentos.

__ ¿Qué coño es eso?__ Gruño Caleb__ ¡Ruth! Dos flechas azules eléctricas llenas de energía pasaron por encima de su cabeza morena. Las dos hicieron blanco y se insertaron en aquellos cuerpos diminutos que corrían hacia ellos. Menw se levantó y se limpió la sangre de la cara.

__ ¡No les hacen nada!__ Gritó Ruth desde la rama en la que estaba subida de nuevo. __ ¡Sigue disparando!__ Le ordenó Adam. Aileen abrió los ojos y se asustó ante lo que estaba viendo.

__ ¡Son niños! ¡No dispares! ¡Son niños!__ Rogó deteniendo a Caleb que ya se lanzaba a exterminarlos.

__ No lo son__ Replicó Menw__ Son clones. Tienen los ojos negros por completo, sin vida. Como los de éste de aquí__ Pateó el cuerpo del doble de Cahal.

__ ¿Estás…? ¿Estás seguro? __ Preguntó Aileen con los ojos implorantes

__ No vamos a luchar contra niños. __ Míralos. Son caparazones vacíos con instrucciones muy simples, completamente anárquicos. ¿Por qué crees que no les afectan las flechas de la cazadora? No tiene alma__ Repitió, pateando al primer mini clon que se le echó encima. Wow, menuda fuerza tenían. Tenían colmillos y garras, todo a la vez, eran mezclas perfectas de… Hibridación__ No saben hablar, han nacido hace poco__ Gruñó al sentir los colmillos afilados de otro que le mordía el muslo__ Sólo gritan como animales, ¡Mierda! __ ¡Puto hobbit!__ Exclamó Noah arrancándole la cabeza a uno de pelo rubio. Sacó su oks y se preparó para cortar como era debido__ ¡Hay muchos!

__ ¡Sigue a Mizar!__ Le gritó Caleb a Menw__ Si Daanna está con ellos, ella te llevará a mi hermana y también al tuyo. ¡Date prisa! ¡Toma!__ Le lanzó una especie de micro móvil negro que tenía un localizador tipo GPS__ Mizar tiene un chip en la muñeca, bajo la piel. Menw asintió y corrió con el

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localizador GPS en la mano. Lucius y los suyos habían ganado tiempo con las explosiones y aquellos enanos que querían machacarles, les estaban sumando minutos de ventaja. Antes de dar el primer paso ya tenía dos encima, uno que le mordía la espalda y se la desgarraba y otra niña de pelo negro, muy mora, que le estaba dando puñetazos en la cara como si él fuera un saco de boxeo. El de atrás le cogió el puñal que tenía él en la espalda y se lo clavó en los riñones. Menw lanzó un grito y se cayó de rodillas. Eran clones con una fuerza extrema. Eran demoníacos. La que le golpeaba la cara abrió la mandíbula como si fuera un alíen y le clavó los dientes en el cuello, tirando de la carne para desgarrársela.

__ ¡Arg! ¡Cabrona!__ gritó Menw.

Noah se agachó, esquivando una patada voladora de una, pero sin poder evitar el batazo que le habían dado en la cabeza con un trozo de madera. Ahora sangraba por la ceja. __ ¡Esto es un ejército! ¡Atacan en manadas! Aileen y Caleb tenían a seis clones que se los estaban, literalmente, comiendo. Dos más subían el tronco del árbol desde donde estaba Ruth disparando sus flechas. Uno de los críos le mordió en la pierna, y con la otra libre, Ruth le golpeó en la nariz, rompiéndole el tabique. Adam cortó la cabeza del otro que intentaba tirar del árbol a su kone. Menw prendió del pelo al que tenía detrás retorciéndole el puñal en la carne y le clavó los dedos en los ojos. El clon empezó a gritar entonces lo soltó, corriendo desorientado por todo el bosque hasta quemarse con las llamas de los Rodius que seguían ardiendo. Menw se arrancó el mismo el puñal de los riñones, y atravesó al otro que no dejaba de golpearle la cabeza, ésta vez, con una piedra. Le cortó la cabeza con el puñal. Pensó en escribir un manual: <<Manual práctico para eliminar a un vanirio o a un berserkers, o en estos casos, híbridos poseídos clonados: cortarle la cabeza, arrancarle el corazón o quemarlo. Esos tres tipos de muerte son las únicas que acaban con la vida de un inmortal>> Miró hacia atrás y vio a sus amigos peleando contra aquella horda de híbridos clonados. Adam le lanzó su iPhone. __ ¡Mira el dibujo!__ Le ordenó mientras se agachaba para esquivar a otro clon__ Es Daanna… Está en unos acantilados. ¿En unos acantilados? ¿Dónde? ¿Y qué hacía ella allí? Sus amigos tardarían un poco en librarse de ellos, pero se librarían.

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__ ¿Necesitáis refuerzos, Cal?__ Preguntó levitando__ ¿Llamo a As?

__ ¡No! Ve por Daanna__ Ordenó furioso__ ¡Puto enano!__ Pateó la cabeza de otro clon. Menw asintió y atravesó las copas amarillentas de los árboles, alejándose de aquella nube espesa de humo y sabiendo que no podía entretenerse más, que esta vez el tiempo corría en su contra. Cahal, y a lo mejor también Daanna, podrían seguir con vida, pero ¿Por cuánto tiempo? Mientras cruzaba el cielo, no dejaba de estudiar los detalles de aquel dibujo ¿Quién era aquel hombre que estaba detrás de Daanna? ¿Qué era aquel lugar? Y lo más extraño, ¿Quiénes eran aquellos seres de cabezas rapadas? Daanna, por favor, dime algo. Háblame. Seguía la luz intermitente del GPS; Mizar seguía en movimiento y según el localizador, se internaba en la zona de Folkestone. Frunció el ceño. Allí no había nada a excepción de… las colinas blancas de Capel-le-Ferne. Miró con detenimiento el dibujo que le había hecho Nora y la mano que sostenía el iPhone empezó a temblar. __ Los acantilados de Capel-le-Ferne__ Murmuró impresionado__ ¿Qué hay en…?__ Agrandó los ojos azules y tomó más velocidad en el aire__ ¡Capel Battery! Adquiriendo una velocidad endiablada, escribió un mensaje que remitiera a todo el mundo. Para: Todos Están en Capel Battery. Allí hay unos túneles subterráneos, es probable que Cahal y Daanna se encuentren en ese lugar. Daos prisa y mandad refuerzos.

En el coche. Lucius no dejaba de meterse en la mente de Mizar. Allí no había nada, La habían intentado manipular pero no habían logrado nada. Mizar no se acordaba de nada, por lo visto. El vampiro gruñó frustrado y le dijo:

__ ¿Sabías que no era Cahal? ¿Te diste cuenta de alguna manera?

__ No. Es igual que él. ¿Qué era? Lucius sonrió.

__ Un clon. __ ¿Te han tratado bien, Mizar?__ Preguntó su padre adoptivo, mirándola de reojo. La rubia de ojos verdosos de encogió de hombros. Nunca les diría la verdad.

__ ¿Qué sabes de Laila?

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__ No sé nada de ella__ Mintió. Tenía la esperanza de que el reflejo de Caleb la cubriera. Ellos debían creer que a ella ni le habían interrogado ni tampoco le habían torturado__ Sólo recuerdo que nos encerraron en un coche. No recuerdo nada más. Lucius se inclinó hacia adelante y le acarició un mechón de pelo rubio. Se lo llevó a la nariz y lo olió poniendo los ojos en blanco. __ Me alegra que estés con nosotros de nuevo. Me viene de perlas para acabar el trabajo con Cahal. Abre la boca. Mizar clavó la mirada en aquellos ojos blancos, rodeados de un iris negro carbonizado. ¿Qué abriera la boca? No titubeó. No tenía miedo de él. Le odiaba. Separó los labios, abrió la boca y sacó la lengua.

Lucius apretó sus mejillas con fuerza y miró en su interior, buscando posibles chips o cualquier micro que pudiera delatarles.

__ No tienes nada.

Mizar se masajeo la cara para que la sangre volviese a circular.

__ Por supuesto que no.

__ Sin embargo, no nos podemos fiar, ¿Verdad, Patrick? El hombre trajeado miraba por la ventana, distraído, con una frialdad que Mizar supo en todo momento que iba a deshacerse de ella, fuera o no inocente. Se metió la mano en el bolsillo y le dio un escáner.

__ Déjame pasarte esto por el cuerpo. A ver si te han metido algo en algún sitio sin que tú lo supieras. Ah, pero ella sí que lo sabía. Caleb le había insertado un localizador bajo la piel de la muñeca izquierda. Mierda, si se lo detectaban, seguro que le harían daño. Había aprendido a resistir el dolor, pero ese hecho no quería decir que le gustara sentirlo. Lucius pasó el escáner por su cuello, y luego por sus pechos, descendiendo por el estómago y luego subiendo por el brazo derecho. A continuación descendió por el izquierdo, hasta que llegó a la muñeca y entonces la máquina empezó a pitar. Lucius y Patrick se miraron el uno al otro. Patrick apretó los puños y Lucius sonrió fríamente a Mizar.

__ ¿Y ahora qué?

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__ ¿Ahora qué de qué?__ Repitió Mizar__ Si tengo algo ahí metido, Lucius, sácamelo. No quiero tener nada que ver con esos vampiros.

El vampiro sonrió, y Mizar pudo ver los colmillos amarillentos que él creía que no podía ver.

__ Así me gusta. Eres muy valiente.

__ Hazlo__ Mizar le entregó la muñeca sin parpadear. Lucius sacó una navaja de su pantalón y la abrió a un centímetro de la cara de la joven.

__ Te dolerá un poco__ Le apuñalo la muñeca sin miramientos, agarrándosela con fuerza y clavándole las garras de la otra mano en el antebrazo para que ella no retirara el brazo. Mizar gritó y pataleó, pero Patrick la agarraba para que no escapara. Lucius hizo descender la hoja unos cinco centímetros, cortándole las venas. __ ¡La vas a desangrar!__ Gritó Patrick__ La necesitamos.

Lucius hizo oídos sordos a la advertencia del humano e introdujo los dedos en la herida, hasta hurgar entre tendones, músculos y huesos y tocar el localizador, algo diminuto de dos milímetros de grosor. Lo extrajo y lo tiró por la ventana. Mizar temblaba, taponándose la herida con la otra mano.

__ Ya nadie nos seguirá. Los híbridos seguramente habrán acabado con ellos, y si no lo han hecho, los habrán entretenido lo suficiente como para que nosotros huyamos y no nos sigan el rastro. Patrick lo miró de hito a hito. La sangre de Mizar estaba manchando la tapicería del coche.

__ Cuando lleguemos a Newscientists, necesito que me des todas las claves y los encriptados de tus ordenadores, Mizar__ Le pidió Patrick__ Tienes toda la información restringida y la necesitamos actualizar. <<Y una mierda>>, pensó. <<Es lo único que me puede salvar el pellejo>>.

__ Además__ Añadió Lucius__ Tenemos que acabar con Cahal. El vampiro ya no nos sirve de mucho, y cuando vea lo que le tengo reservado, acabará hundiéndose. Jamás. Ella jamás sería nada que tuviera colmillos y bebían sangre para alimentarse. Antes de llegar a eso, se mataría. __ Siento haberte hecho daño__ Confesó Lucius sin sentirlo ni siquiera un poco__

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Cuando lleguemos a casa, te curaré las heridas, ¿De acuerdo? Mizar sabía que nadie iba a curar sus heridas. Al contrario, lo único que podía hacer para huir de ellos era escapar.

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