El lenguaje paramilitar en el conflicto armado colombiano -Fernando Estrada Gallego

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  • 8/6/2019 El lenguaje paramilitar en el conflicto armado colombiano -Fernando Estrada Gallego

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    January 2010

    Paramilitary Language in the Colombian ArmedConflict

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    PARAMILITARY LANGUAGE

    IN THE COLOMBIAN ARMED

    CONFLICT

    THE SPEECH OF CARLOS CASTAO

    Fernando Estrada

    Abstract

    The war in Colombia presents, among other characteristics, a high content

    of oratorical and rhetoric; the different armed actors are disputed, besides

    territories, the power of the public opinion, with what each violent action is

    usually accompanied by a discursive or symbolic justification. The present

    rehearsal offers an analysis of the paramilitary speech, starting from the

    declarations and interviews to Carlos Castao, main boss of the self-

    defenses. The paramilitary rhetoric is studied here from the theory of thespeech acts of Austin-Searle, the theory of the argument of Cham

    Perelman, and the recent works has more than enough Metaphors of Lakoff-

    Johnson-Fauconnier. The descriptive analysis of the argumentational

    techniques and the stratagems of the speech, it throws interesting results to

    understand partially, the serious reining confusion in the Colombian armed

    conflict.

    The key words: The War in Colombia, Paramilitaries, the Metaphor; New

    the Rhetoric; Theory of the Speech.

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    Introduccin

    Considerado como un acontecimiento periodstico de impacto, lapresentacin en pblico del jefe de las autodefensas, Carlos Castao,en el programa de Caracol televisincara a cara1, su imagen y susdeclaraciones repercuten todava por casi todos los mbitos deColombia. Se trata de la persona responsable de dirigir a los gruposparamilitares2, estos grupos son sealados por organizaciones deDerechos Humanos, Amnista Internacional, ONGs, Human RigthsWach, y el Departamento de Estado de los Estados Unidos3, decometer algunas de las ms graves masacres contra la poblacincivil colombiana desde la dcada de los 504.

    Por sus efectos de opinin, la entrevista de Castao parecedestinada a hacer poca, en cuanto las declaraciones y argumentos

    del jefe paramilitar, explican en buena medida las razones propias deuno de los principales actores del conflicto armado en Colombiadurante las ltimas dos dcadas5. Sus argumentos dan cuenta,adems, el porqu la guerra en Colombia presenta situaciones pococomunes si se le compara con otros conflictos de la regin y delmundo.

    Sus asesores de imagen, y el mismo Castao, parecen tenerclaro el poder de la retrica6 en los medios de opinin, saben queganar ventajas en este campo es anlogo a ganarla en el terreno

    estrictamente militar7. Por su parte, la prensa y los medios en

    1 Programa de televisin dirigido por el periodista Daro Arismendi el da mircoles 1 de marzode 2000.2 Los denominados paramilitares en su concepcin original se refieren a quienes estnprximos o paralelos a una organizacin militar y tienen reconocimiento de esa organizacin.En Colombia son designados como paramilitares, paras, paracos, y masetos los gruposarmados irregulares enemigos de la guerrilla y de quienes consideran su base social. Vasepara mayores detalles: Corporacin medios para la paz, Para desarmar la palabra, Bogot,1999, 244pp.3 Vase: 1999 Country Reports on Human Rigths Practices Releasedby the Bureau ofDemocracy, Human Rights, and Labor U.S. Department of State, February 25, 20004

    Las prcticas de sus masacres slo son comparables en el caso de la guerra colombiana, conlos peores momentos de la violencia de los aos 50, la mutilacin de las vctimas, los estilos decorte franela de las cabezas de los reos, las torturas como espe ctculo de terror. Puedecontrastarse los relatos de familiares de las vctimas con las descripciones que hace MaraVictoria Uribe en su libro: Matar, rematar y contramatar, CINEP, Bogot, 1990.5 Vase: Chernick, Mark W. The Paramilitarization of the War in Colombia, NACLA, Report onthe Americas 31: 28-33 march/ abril 1998. Un estudio del paramilitarismo en Colombia convistas a sus estrategias de dominio territorial y econmico en: Fernando Cubides losparamilitares y su estrategia, en Malcom Deas y Mara Victoria Llorente (compiladores),Reconocer la guerra para construir la paz, Cerec, Ediciones Uniandes, Grupo Editorial Norma,1999, pp 151-199.6 Empleamos la expresin retrica en sentido vulgar, se trata de lograr los efectospersuasivos a cmo de lugar, sin mayor atencin a aquello que tanto Aristteles como Cham

    Perelman han denominado el Ethos de la argumentacin.7 Por lo regular, los distintos actores polticos y militares en Colombia han privilegiado laoratoria, el discurso, la arenga. Baste recordar para ello los movimientos populares en

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    general, recibieron la entrevista de Castao como parte de unaestrategia para lograr su reconocimiento poltico, legitimacin hastaahora legalmente negada por el Estado y las fuerzas polticas delpas.

    Los titulares de los medios han creado alrededor de la figura de

    Castao, esquemas y tpicos dignos de examen, en cuantoconforman las concepciones comunes sobre el jefe paramilitar y, dehecho, sobre las estrategias y tcticas militares de estos gruposarmados. Por lo anterior, en los anlisis que propone el presentetrabajo se da atencin tanto a los contenidos de la entrevista, ascomo a los efectos en los medios de opinin8. Veamos la pertinenciadel trabajo que se ofrece aqu.

    El estudio de las propiedades del discurso puede ser relevante

    de un modo que, aunque no necesariamente cubra todos los factoresdel conflicto armado y los problemas polticos sustantivos, s puedellegar a mostrar los alcances en la opinin pblica, en lasconversaciones cotidianas o an en los debates acadmicos. Sepueden ilustrar distintas maneras de comprensin o de tergiversacinde la noticia, del titular de prensa, del comentario poltico. Loscontenidos de la entrevista presentan variadas tcnicas del discurso,cuyo anlisis resulta necesario para captar los alcances de la guerra yla poltica en Colombia.

    Castao describe situaciones, creencias y acontecimientos que,en muchos casos, se han convertido en lugares comunes de opinin.Es posible mediante estudio llegar a desenmascarar las reglas yestratagemas retricas, las estructuras semnticas y sintcticas queen el discurso se emplean, y al hacerlo, logramos avanzar al menossobre una parte fundamental del diagnstico de la guerra que vivehoy Colombia.

    Obviamente, el fenmeno de las autodefensas presenta otrascaractersticas de naturaleza militar, poltica y econmica quesuperan el alcance de la retrica, en cuanto refieren aspectoscontextuales, es decir, situaciones concretas problemticas. Hay

    Colombia en sus distintas vertientes: MRL, ANAPO, QUINTN LAME. En particular los gruposinsurgentes nacidos de estos movimientos, han procurado tambin adornar sus incursiones conla retrica de su causa. Todo ello hace parte de una vieja costumbre de nuestra tradicinpoltica, bien reseada por Malcom Deas en su libro: Gramtica y Poder. Editorial Planeta,1994.8 Bien vale la pena, si el lector desea ampliar este aspecto, que consulte uno de los ltimoslibros de Noam Chomsky y Herman, Edward. Los guardianes de la libertad. Propaganda,

    desinformacin y consenso en los medios de comunicacin de masas, Barcelona, Crtica,1995, pp.372, tambin resulta til el ensayo de G. Sartori, Homo Videns: La sociedadteledirigida, Madrid, Taurus, 1998.

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    elementos de estrategia blica, violacin de normas penales,etctera, que desbordan el anlisis discursivo a secas. Estos asuntossustantivos condicionan la misma dinmica de la guerra. Pero no sonabordados aqu.

    En su lugar se ofrece un aspecto del problema paramilitar pocoestudiado hasta hoy, y al hacerlo confiamos en poder examinar losacontecimientos empricos desde los recursos que nos facilita la teorade la argumentacin. Estos lmites ponen a prueba tambin elgenuino inters en aplicar para el estudio de un caso inmediato, laextensin de herramientas que reposan en el cajn de las teoras.Precisemos estos detalles.

    Nuestro enfoque

    En particular desde los trabajos de John L. Austin y John Searle, seha sustentado que (en algunos casos) las palabras son hechos9. Yhay que tratarlas en consecuencia. La disciplina que se ocupaprecisamente de lo que estos autores denominan actos lingsticosilocucionarios10; Es decir, aquellas ocasiones en las que decir es yahacer. En principio nos interesa, entre otros aspectos, confirmar elimpacto de sus hiptesis principales sobre la filosofa del lenguaje

    ordinario.

    Debemos recordar la distincin entre el sentido de unaproposicin producido por el acto locucional, por una parte, y lafuerza deliberante que esa proposicin tiene, segn que el mismosentido (Por ejemplo, cuando Castao indica su temor a la traicin)sea el de una verificacin, el de una orden, de una splica, etctera.Esta dimensin alcanzada por el acto ilocucionario es una de lasclaves del problema que plantean estos dos filsofos11.

    9 El trabajo de los actos ilocucionarios de Austin y su extensin analtica se encuentramagistralmente estudiado por el filsofo colombiano Adolfo Len Gmez en su libro: FilosofaAnaltica y Lenguaje Cotidiano, introduccin a la Filosofa de J.L.Austin y sus desarrollosposteriores, Biblioteca Colombiana de Filosofa, Bogot 1988.10 Vase: J. L. Austin: How to do things with words, Clarendon Press, Oxford, 1962, haytraduccin espaola: Cmo hacer cosas con palabras, Paids Studio, Madrid, 1982, pp 7-215.11Un mayor desarrollo de la teora de los actos de habla, o los as llamados: Speech acts loefecta el filsofo norteamericano John Searle, discpulo de Austin, y verdadero artfice de la

    sistematizacin que alent el primero. Vase, Speech acts: An essay in the Philosophy ofLanguage, Cambridge University Press, Hay traduccin espaola por Luis M. Valds V. Actosde habla, Madrid, editorial Ctedra, 1990.

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    Tambin, al hacer la lectura del discurso de Castao desde lateora contempornea de la argumentacin de Perelman, es posibleencontrar elementos de anlisis valiosos para la comprensin de loslenguajes del conflicto armado colombiano, y en particular, eldiscurso de los paramilitares. La Nueva Retrica comprende un

    extenso repertorio de tcnicas de anlisis que sirven para ilustrar enla entrevista de Castao toda una diversidad de estratagemas deldiscurso, argumentos por el ejemplo, por analoga, porincompatibilidad, argumentos del derroche, por el sacrificio, etctera.

    Aunque con caracteres distintos, se complementa el enfoqueperelmaniano con los trabajos recientes sobre la metfora,elaborados por Lakoff- Johnson- Fauconnier. Estos autores hancolocado el anlisis sobre la argumentacin en un plano semntico

    cognoscitivo, con resultados relevantes para el propsito quedesarrollamos en el presente artculo12. Especialmente nuestro intersconsiste en estudiar cmo funciona la metfora en la narrativa sobrela violencia del paramilitarismo en Colombia, especialmente laretrica de Carlos Castao.

    En la representacin que el jefe paramilitar tiene sobre laguerra y la poltica, subyacen smbolos y metforas determinantestambin en la esfera de la opinin pblica colombiana. Con lo que se

    evidencian lugares comunes, tpicos, que regulan las conversacionescotidianas, pero que se proyectan desde niveles relativamentesuperiores de comprensin de la violencia y la poltica en el pas.

    Adems, esta aproximacin puede servir como una ilustracinpara el anlisis de los discursos del conflicto armado, confirmandocon un caso concreto, la necesidad de estudiar en el lenguaje laexposicin argumentada sobre los imaginarios de la guerra. Como tal,el presente ensayo es un ejercicio de filosofa emprica para el caso

    colombiano.

    Cuando las palabras son hechos

    12 Puede el lector consultar los ms destacados avances en: Lakoff-Johnson, Philosophy in the

    Flesh, The embodied mind and its challenge to western thought, Basic Books, New York, 1999.Una extensa bibliografa sobre los trabajos del grupo Lakoff-Johnson-Facounnier se encuentranen el apndice del mismo libro.

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    Algunos ejemplos13: un argumento est hecho slo de palabras, peroes un hacernetamente distinto de una homila; Una sentencia deun tribunal no es ms que un conjunto de palabras, pero es ya unhacer muy tangible para el condenado; el s pronunciado frente aun sacerdote o un alcalde es, desde el punto de vista lingstico,

    idntico a miles de ses de las discusiones amorosas y, sinembargo, a diferencia de estas ltimas, es un hacer absolutamenteconcreto, que produce consecuencias muy concretas durante aos (eincluso durante toda la vida)

    Un anlisis pragmtico del discurso, est precedido entoncespor el estudio de la fuerza de los actos lingsticos en que interactanlos actores, en cuanto las palabras realizan cambios efectivos sobrelas situaciones en las cuales se profieren. Una de las razones para

    estudiar este fenmeno es que los actos de habla se vuelvenrecursivos para comprender lo que pasa en determinadas situaciones.De tal manera que en instancias como la poltica y la guerra, lamayor parte de los argumentos gira en torno a actos de habla queson: rdenes, promesas, preguntas, amenazas, quejas eimputaciones contra los enemigos o antagonistas.

    Imaginemos un hablante y un oyente que, despus de laentrevista televisada de Carlos Castao, y en las circunstancias

    apropiadas emiten las siguientes oraciones:

    1. Castao tiene dominio de s mismo.

    2. Tiene Castao dominio de s mismo?

    3. Castao, tiene dominio de s mismo!

    4. Quiera Dios que Castao tenga dominio de s mismo!

    Cabe preguntarse luego cmo podramos caracterizar o describir laemisin por parte del hablante de una de esas oraciones.

    Una cosa parece obvia: de cualquier persona que emite una deesas expresiones puede decirse que ha emitido una oracin formada

    13 Estamos aqu siguiendo a pie juntillas la propuesta ejemplarizante de John Searle en elvolumen citado anteriormente. Para una discusin actualizada sobre la teora de los actos dehabla de Searle, el lector puede consultar el ensayo de Eduardo Rabossi: Actos de Habla en,

    Filosofa del Lenguaje II. Pragmtica, Enciclopedia Iberoamericana de Filosofa, edicin a cargode Marcelo Dascal, Editorial Trotta, Consejo Superior de Investigaciones Cientficas, Madrid,1999, pp.53-72.

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    por palabras del lenguaje castellano. Pero claramente, esto essolamente el comienzo de una descripcin, puesto que el hablante, alemitir una de esas oraciones, est caractersticamente diciendo algo yno meramente profiriendo palabras. Al emitir (1) un hablante esthaciendo una asercin, en (2) est haciendo una pregunta, en (3)

    est dando una orden y en (4) est expresando un deseo.

    Al realizar cada uno de estos cuatro actos diferentes el hablanteest elaborando otros ciertos actos que son comunes a los cuatro: alemitir cualquiera de esas oraciones el hablante se refiere a, mencionao designa un cierto estado de cosas, a saber: Carlos Castao, ypredica la expresin tiene dominio de s mismo (o una de las formasde su conjugacin) del objeto referido. Austin bautiz a estos actosde habla completos con el nombre de actos ilocucionarios. Algunos

    verbos castellanos que denotan actos ilocucionarios son enunciar, describir, ordenar, pedir, criticar, pedir disculpas,censurar14.

    En suma, el acto ilocucionario corresponde al acto que llevamosa cabo aldecir algo y que es distinto del decir algo. Para determinarqu acto ilocucionario se lleva cabo hay que especificar de qumanera se usa la expresin (como una afirmacin, una promesa, unaapuesta, un duelo, etctera) La posibilidad de llevar a cabo el acto

    ilocucionario (la posibilidad de afirmar, prometer, apostar, etctera)descansa en la fuerza convencional que le est asociada. Larealizacin del acto requiere, adems, que se asegure la adhesin porparte del auditorio de los argumentos que se le ofrecen a suasentimiento.

    Para razones analticas, se pueden distinguir diferentesdimensiones del discurso de Castao, incluidos los campostradicionales de la fontica, la sintaxis y la morfologa, las formas dela frase y los sonidos. No se requiere mucha extensin para apreciar

    la influencia que poseen tales propiedades estructurales y retricasen la composicin del discurso.

    Este trabajo de anlisis requiere hacer abstraccin sobre losusos del lenguaje, el intercambio del dilogo, los lapsos etctera. Estose ir ilustrando con el presente estudio, pero nos interesaprincipalmente destacar aquellos mecanismos que convierten laspalabras en acciones, esto es cuando la retrica transforma lasacciones de los hombres, cuando el discurso hace que las cosas

    14 Una extensin de esos y otros ejemplos, los encuentra el lector en la obra ya reseada deJohn Searle.

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    puedan ser diferentes, en suma, llevar al laboratorio analtico laideologa que subyace al discurso y a las prcticas sociales.

    Se puede confirmar lo anterior, si apreciamos que en el

    discurso, Castao muestra la manera cmo en la guerra y la poltica,sus palabras constituyen rdenes para ejecutar acciones, y que,segn nuestro criterio, no valen como meros puntos de vista. Elobjetivo de colocarse en el primer plano de opinin tambin estuvodetenidamente calculado, ms, la fuerza de sus afirmacionesretricas, como veremos, no carecen aparentemente de unapremeditada obra de ensayos repetidos.

    De lo que se trata no es tan slo provocar el golpe de opinincomo se hace creer, sino provocar adhesin a las tesis principales que

    respaldan sus afirmaciones. Mas all del impacto pblico, laintervencin del jefe paramilitar pretendera una justificacin de susacciones blicas. Al llevar a la oratoria sus hazaas militares, suinters es mitigar los alcances negativos que tales accionescomportan, y reivindicar, paradjicamente, sus convicciones polticasprivadas.

    Las estratagemas empleadas en la entrevista son diversas, pormomentos afirma su odio a los enemigos, pero lo contrasta con el

    estilo de perdonar a lo antioqueo: a los daos que se le caus asus familiares: hay que echarles tierra. Su tica no admite latortura, pero si a un enemigo hay que matarlo, yo digo, hay quematarlo. Los tpicos sobre distintos problemas sufren un tratamientode contrastes muy diferenciados, lo que nos indica la necesidad deespecificar los mecanismos de su argumentacin. Porque la retrica,si bien no dice todo lo sucedido en su percepcin de la guerra, ayudaa descubrir valores y normas de la lucha militar, necesariamentevlidos para comprenderla.

    Hay pasajes de la entrevista en los cuales Castao parececontradecirse, y este fenmeno de aparentes contrastes de su opininsobre los hechos, coloca sobre el tapete el tema de lasincompatibilidades. El argumentador paramilitar se sirve de un ampliojuego de paradojas sin que el interlocutor fcilmente pueda descubrirsu argucia. A lo largo del discurso las posturas del jefe de lasautodefensas se ofrecen como una cascada de imgenes teatrales,que permiten al personaje cambiar de rostro en la mismarepresentacin, dinamizar sus escenarios. Lo que aqu varan, sinembargo, son esas relaciones complejas entre los argumentos y lasacciones en las cuales se desarrolla el conflicto armado y la poltica.

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    Considrese como ilustracin de lo anterior el siguiente listado deexpresiones:

    Lo que tenemos es una guerra irregular.

    Lo que tenemos es una guerra sucia.

    Lo que tenemos es una guerra rastrera.

    La sensibilidad no se pierde con el fragor de la guerra.

    La guerra ya no era por venganza sino por necesidad.

    Donde haya intereses humanos la guerra podr hacersepresente.

    La guerra es terrible.

    Cuando la guerra llega y toca la puerta de su casa es paraquedarse.

    Es previsible el escalamiento de la guerra por estrategia y

    posicionamiento.

    Estoy cansado de la guerra desde que a m me abocaron a ella.

    Me arrepiento de no haber podido enfocar esta guerra sinmenos violencia.

    Un da yo dije que la guerra es para ganarla y punto15.

    El tema dominante en cada uno de los argumentos es la guerra,pero vemos que su presentacin en cada caso no es la misma; encada lugar retrico se emplean imgenes, smbolos, expresionestomadas en prstamo del mbito religioso, palabras que evocanrealidades familiares a la vida cotidiana, como el viajero que toca lapuerta16. Pero la direccin y el sentido son diferentes.

    15 Los argumentos pueden ser consultados en los diarios y revistas de circulacin nacional enColombia, en especial: El Espectador, marzo 5,15. El Tiempo Marzo 1,3,5,11,13,14,18,21.

    Revista Semana, marzo 6. Revista Cambio, marzo 6.16 El recurso Bblico, usual en el comportamiento religioso de los actores armados, esta vez lesirve a Carlos Castao para emplear una imagen del libro de Apocalipsis 3:20 He aqu que yo

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    Se representa la guerra mediante un lenguaje moral, poltico,familiar, se la compara con la persona que llega para quedarse, seilustran sus daos con la conmocin interior, psicolgica, emocional

    de quien la ha padecido: la guerra es terrible, expresin derecogimiento temeroso. La guerra es sucia, expresin dedesagrado. Qu alcances y mbitos abarca la denominacin aquempleada? Qu aspectos descubren estos modos figurados parahablar de la guerra? Qu otros detalles se ocultan? Qu sutilezasfinge el argumentador con el uso de estos smbolos?

    Aquello que descubre el lector de las declaraciones, es que niCastao ni nosotros, somos siempre concientes del tipo de lenguaje

    con el que habitualmente se interpretan las cosas, estamos expuestosa su influencia. Con los tpicos retricos Castao reconstruye susconflictos personales, sus tcticas, pero tambin los imaginarios de lavida poltica de los grupos paramilitares. De igual modo, con susimgenes, el efecto de las acciones de la guerra se hace o msevidente, o menos cruel. Lo que significa tambin que todo propsitode aprehender los fenmenos de la vida poltica y de la guerra,resultan insuficientemente limitados. Nuestras teoras cumplen unafuncin relativamente selectiva de ciertos aspectos en el lenguaje quenos importa enfatizar.

    El lenguaje retrico utilizado en la guerra, protege una variedadde situaciones complejas que comprometen los intereses de laspartes, por ello el uso simblico y metafrico sirve para ocultar, velary, an para enceguecer al oyente. Las estratagemas lingsticasayudan a echar al olvido crmenes colectivos que, de otra maneraseran juzgados bajo criterios ms severos.

    En tal sentido, descubrir la maquinaria de los argumentos queutiliza el jefe paramilitar para describir las acciones del conflicto, esfacilitar mejores elementos de juicio a quienes trabajamos en suinterpretacin. Una bsqueda de las estratagemas retricasempleadas por los protagonistas de la guerra y la poltica, abreperspectivas que han permanecido ignoradas hasta hoy.

    estoy a la puerta y llamo, si alguien oye mi voz y abre la puerta, yo entrar a l y cenar con ly l conmigo. Slo tendramos que aclarar como la versin original se refiere a la paz que trae

    consigo la visita del Salvador, y la consecuente aceptacin del pecador a cambiar su modo devivir. Digamos que las imgenes evocadas aqu tambin hacen parte del imaginario de la vidaen comn de las comunidades campesinas, y de su reconocida hospitalidad.

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    La guerra en Colombia ha penetrado estas dimensionescotidianas afectando los ms diversos mecanismos delcomportamiento individual y colectivo17. El resultado es que noparecen existir intereses sin la influencia del lenguaje poltico ymilitar. Este fenmeno de militarizacin en el campo de la retrica se

    ha ido gestando progresivamente y de manera inconsciente, con elserio agravante de conllevar una descomposicin de las practicas deconvivencia humana, y de las diversas modalidades de intercambiocolectivo con las prcticas del quehacer poltico.

    Para expresarlo de otro modo, la retrica de la guerra ha idogenerando una inversin inconsciente de los valores que loscolombianos le atribuimos a la realidad que compartimoscotidianamente, y est inversin corresponde principalmente a una

    modificacin de las palabras y sus significados.

    Las palabras, convertidas en un juego de eufemismos, dejan deorientar en el discurso la confianza de quienes acceden a ellas, dequienes la utilizan18. Porque las palabras ya no significan lo mismo,los seres humanos estn en libertad de denominar sus actos de otramanera. Ms an, en la retrica de la guerra, la palabra puedetrivializar hechos horrorosos, de ah la importancia de descubrir sumaquinaria.

    Se sustenta que el empleo de este vocabulario militar por partede Carlos Castao es indemne, y le sirve para lograr un efectopersuasivo ms vital, ms cercano al lenguaje familiar del colombianocomn, cumple con la tarea de abrirle a la explicacin imgenesfrescas, aunque duras y difciles: Yo dije, la guerra es para ganarla ypunto. Ntese aqu el nfasis en la expresin, la contundencia en elvocabulario parece obedecer a la firmeza en la decisin,aparentemente no hay lugares intermedios.

    De modo semejante, en la metfora de la guerra como unapartida, como un juego se van ocultando selectivamente aquellos

    17 Vase: David C. Smith De- Militarizing Language, en Argumentation Vol.I, N 2, pp.64-69.1998.18 Mauricio Rubio escribe: Un secuestro es un secuestro, pero en Colombia se ha llegado,alrededor de esta conducta, rechazada sin titubeos y severamente sancionada en todas las

    democracias, a lo que se podran llamar eufemismos de segunda generacin. El transito delsecuestro a la retencin selectiva para financiar la lucha en: Crimen e impunidad, TMeditores-cede, Santa fe de Bogot, 1999, p.12.

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    aspectos crueles de la violencia y de la guerra19. En este ltimoargumento la expresin enftica: y punto, resulta de una decisincategrica con alcances prcticos sobre las actitudes de la personaque lo declara. Una vez que el duelo es aceptado la accin pareceineludible, el camino que va de la palabra a los hechos est

    despejado.

    Debe entenderse, sin embargo, que palabras de este tipo noson opiniones, sino ya hechos. El paso de la palabra a la accin, en elcaso de una orden militar, desde la tesis de Austin es un actorealizativo. Un ejrcito conformado, segn Castao por once mildoscientos hombres en armas. Frentes de avanzada que hanperpetrado masacres en distintos municipios del pas. Entre laspalabras y los hechos se establece entonces una continuidad

    aparentemente ineludible.

    A las palabras de Castao le han seguido acciones militarescontundentes, de tal manera que las palabras son acciones en caminoa su realizacin. Esto se puede ilustrar, por ejemplo, en elsealamiento de una vctima con el eufemismo de colaborador, estetrmino connota y contribuye a debilitar la responsabilidad, terminapor darle al crimen o a la masacre contra las vctimas su carta depresentacin20. Con el remoquete de colaborador se distingue a los

    pobladores de las regiones entre aquellos que lo son y aquellos queno lo son. Se trata de la antigua tctica evanglica: el que no esconmigo, est contra m.

    Cmo interpretar la lectura del argumento segn el cual: Es previsible el escalamiento de la guerra por estrategia y porposicionamiento?. Al parecer no resulta tan simple, pues el tpicodescribe opciones de eleccin racional, de clculo, de estrategia. Esen resumidas cuentas interpretar la guerra con recursos lingsticos

    tomados en prstamo de la teora de los juegos, la guerra es unaapuesta entre jugadores racionales que pueden predecir conprobabilidades el comportamiento de los contrincantes previamente21.

    19 El crtico y periodista Antonio Caballero, interpret la intervencin de Castao desde lametfora del teatro, el ttulo de su artculo lo sugiere: Las caras de Castao, en RevistaSemanamarzo. 06.2000.20 En el conflicto colombiano, tanto paramilitares como guerrilleros, presuponen que elenfrentamiento armado coloca a todo colombiano en condicin de ser sospechoso, depertenecer al bando enemigo, con lo cual se facilita, adems, la justificacin a priori de loscrmenes que se cometen. Para Castao, por ejemplo, los campesinos asesinados, no son msque una guerrilla virtual, por la maana son campesinos y por la noche son guerrilleros. 21

    Aunque bien vale la pena anotar que estos argumentos cumplen con la denominacin queOswald Ducrot le confiere a los lugares comunes, los Tpicos aristotlicos, el Topos. No sonotra cosa que puntos de vista comn que son tomados en prstamo para desarrollar un criterio.

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    Tendramos que condicionar esta racionalidad de laconflagracin tambin por sus efectos inconscientemente inerciales,el conflicto armado, una vez que asume carcter propio,

    aparentemente efecta sus alcances sin que los causantes tenganresponsabilidad sobre sus efectos. Se aprecia cmo su lgica tornatrivial la participacin individual de cada uno de aquellos que sonencargados de llevarla a cabo. La guerra, una vez iniciada,desenvuelve sus efectos sin aparente retroceso.

    Si su maquinaria se ha puesto en movimiento, los agentes de laaccin deben responder a ella casi de modo involuntario: fuiobligado a participar de esta guerra22. Como sabemos despus de

    los juicios ante los tribunales de Nremberg, es un recurso comn enla retrica del criminal23. Muy a pesar, es conveniente tener encuenta las diferencias notorias con las situaciones que prevalecieronen la conducta de venganza intencionada del jefe de lasautodefensas. Que fue obligado parece querer decir, quecircunstancias muy ajenas a su voluntad intervinieron en lasdecisiones que ha tomado.

    Los argumentos de Castao, vemos, sirven para ilustrar el

    carcter realizativo de las palabras, esto es, cuando decir la guerraes hacer la guerra, cumplen por ello una funcin quizs mssobresaliente. Ntese que la beligerancia es conceptualizada como unagente causal, como un agente autnomo que ejerce la fuerza, se ladescribe en funcin del movimiento, la guerra es dinmica, se la

    Para mayores detalles vase: Polifona y argumentacin, conferencias del Seminario Teora dela Argumentacin y Anlisis del Discurso, Universidad del Valle, Cali, 1988.22

    El carcter en apariencia inercial de la accin, como respuesta a una situacin involuntaria,en verdad responde a una deliberada conducta vengativa que, como lo reitera el jefeparamilitar, hizo parte de su vocacin por la guerra. No parece tratarse aqu especficamentede los casos problemticos de la as llamada: obediencia debida. Dado que el casoEichmann, el coronel de la SS y uno de los mayores criminales del genocidio judo, ha vuelto aser comentado internacionalmente, bien vale la pena recordar sus afirmaciones en el juicio quese le llev a cabo en Jerusaln: Porque yo me vea obligado a colaborar en las deportaciones,y a llevarlas a cabo, cuando los asuntos de emigracin, en los que estaba especializado, losdiriga un hombre recin ingresado en mi organizacin. Se trata aqu de la figura polmica dela obediencia debida. Para mayores detalles vase: Hannah Arendt, Eichmann in Jerusalem,en espaol: Eichmann en Jerusaln, editorial Lumen, segunda edicin, 1999.23 Se trata de los casos estipulados como: obediencia debida en el mbito de los cdigosmilitares. El lector poco familiarizado con este aspecto puede ampliar su visin en el libro de

    Hannah Arent:: Eichmann en Jerusaln, un estudio sobre la banalidad del mal, Barcelona,Editorial Lumen, segunda edicin 1999. Traducido del original en ingls: Eichmann inJerusalem, por Carlos Ribalta.

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    interpreta dentro de un esquema espacial, temporal, la guerra sepuede cuantificar con magnitudes24.

    De esta manera, el protagonista principal de la guerra promueve,

    mediante el acto discursivo, su exoneracin de responsabilidades porlos efectos causados. Si la guerra es la que mata, los autores de loscrmenes se convierten en instrumentos, destinados a cumplir conla historia, el destino, la patria, la familia.

    Hacia una cartografa retrica del conflicto armado

    Una amplia variedad de propiedades retricas del discurso resultarelevante para el anlisis aqu sugerido. La retrica clsica contienemuchos de estos elementos, comnmente denominados la elocutio,que normalmente se describen por referencia a las figuras delestilo. Estas figuras tienen por objeto generar cambios especficos enla estructura del discurso, desde los diferentes niveles antesreseados, es decir, la sintaxis, la semntica y la pragmtica.

    As, podemos apreciar transformaciones del texto con nfasisderivados de la repeticin, la divisin (que puede darse del todo ensus partes y viceversa), la substitucin, la perfrasis, el significado, ladefinicin. Por ejemplo, Castao define a los campesinos como una guerrilla virtual, eso es metfora, pero tambin cumple un papelliterario como definicin. Adems de las anteriores figuraslingsticas, tenemos la aliteracin y la rima, el paralelismo sintcticoy muchas otras: Las grandes figuras de la semntica: la irona, lametonimia, la hiprbole, el eufemismo, y as sucesivamente.

    No se describen aqu, porque las clasificaciones de las figurasde estilo abundan en la literatura. Pero lo que s podemos ofrecer esuna muestra de las ms dominantes en el discurso polticocolombiano. Vase por ejemplo:

    24 En toda guerra, y la nuestra no es la excepcin, los actores armados tienen entre susobjetivos principales, la manipulacin informativa sobre el nmero de sus bajas. Los muertosson presentados ante los medios de opinin como verdaderos trofeos, lo que hace que laguerra se vuelva frvola, y que la sociedad no sea sensible a sus daos. Para ilustrar los grados

    de desinformacin, manipulacin y tergiversacin de un conflicto por parte de la prensa y losmedios informativos, basta recordar las imgenes presentadas por la guerra en Kosovo por laCNN.

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    La analoga: como en la situacin concreta del llamadoReferendo:

    Pastrana, cuya popularidad haba cado a los niveles ms bajosy cuyo margen de maniobra en materia de econmica poltica y

    del proceso de paz era cada da ms escaso, se ha comportadoen este caso como los grandes apostadores de los casinos.Cuando estn a punto de agotar sus fichas y las pone todas enun solo numero de la mesa de ruleta. El resultado es que oganan todo y barren la mesa o pierden todo y se tienen que ir.

    La metonimia: como lo hemos reseado anteriormente, puedendarse descripciones sobre los actos de las personas por lo quese refiere a una de sus propiedades, componentes, o las

    consecuencias que de ellos se desprenden. Los campesinos,individual o colectivamente, pueden volverse objetivo militar,as se elimina de su significado aquello que haga estorbo.

    La hiprbole, como estratagema retrica cuyo movimiento en lapresentacin positiva, va paralelo a su presentacin negativa.La exageracin busca dar nfasis a las caractersticas que sepretenden criticar. Se acusa a las acciones del ELN. contra lastorres de energa elctrica traen la ruina de la economanacional.

    La estadstica: que aunque no hace parte de las figuras deestilo, en el sentido tradicional, son reconocidos los distintosusos que de ella se hace hiperblicamente. Este aspectoretrico es comn en los informes que presentan los gruposarmados sobre los muertos enemigos, los nmeros y lasimgenes de los cadveres por la televisin llegan a serverdaderos trofeos. Perelman clasifica esta tcnica entre losargumentos de cantidad.

    La mitigacin: recprocamente, las caractersticas negativas opolmicas de un grupo y de sus miembros, se suelen calificardespectivamente por lo bajo. A quienes no comparten lamecnica del proceso de negociaciones se les denomina: Enemigos de la paz, prejuiciados, resentidos. Lamitigacin es un recurso retrico importante tambin cuando setrata de recuperar una imagen o el buen nombre: Castaoexpresa dolor porque la nacin no le reconoce sus accionescomo las de un hombre que sufre por el pas.

    El contraste o la paradoja: se describen situaciones,

    acontecimientos, personas o grupos, a partir de nociones cuyosignificado polariza la atencin del lector o del oyente: Dice el

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    general Bedoya refirindose a los guerrilleros: Los redentoresdel pueblo son a la vez sus peores verdugos

    Llama la atencin especialmente las metforas, estos criteriosvinculantes que conforman en parte la cartografa de la guerra, losesquemas conceptuales, que obedecen en buena medida unentrecruzamiento de sistemas simblicos denominados por Lakoff,Metforas Estructurales25 los cuales son, por lo general, nombres ypalabras para proyectar desde una experiencia concreta dominiospoco familiares por su carcter ms bien abstracto.

    Desde esta perspectiva, la guerra es conceptualizada como unapersona racional, y al personificarla se le atribuyen todas las

    caractersticas propias de un ser humano; tales caractersticas comoimponer el podero, reaccionar a la fuerza, tener una presencia quecausa pavor: la guerra es terrible; induce comportamientos decuidado higinico: la guerra es sucia, o tambin libera deresponsabilidades al agente que comete las acciones: Fui obligado atomar estas medidas26.

    El lenguaje encausa las acciones, las proyecta a partir de undominio de inferencias que contribuyen a darles significado, que

    permiten su interpretacin. Entre las palabras y los hechos tenemosuna relacin no siempre concordante, un contexto de sensibilidadesque puede ser sobredimensionado o que se puede distanciar, aislarpara su conocimiento. Esto quiere decir que las palabras, aunque serefieren a los hechos, no son los hechos, de ah la importancia deaislarlas para su estudio, distanciarlas. Con lo cual se puedecomprender mejor su influencia en la manera como se interpretan lasacciones.

    Tmese por ejemplo la relacin de implicacin: guerrairregular (y su correspondiente inferencia metafrica de un conflictoarmado sin reglas, sin condiciones normativas), se comprende que esel resultado de una transferencia de dominios causales diferentes en

    25 Lakoff G. and Johnson, M. What is Metaphor?, Advances in Connectionist Theory. V3:Analogical Connections, V3, 1994.26 La estratagema aqu empleada permite de manera sutil que el agente causante de la accinsea liberado de responsabilidad o, al menos, que los efectos brutales de tales acciones no sepresenten de manera tan escalofriante. Este recurso argumentativo es analizado por A.Schopenhauer en su ensayo: Eristische Dialektik en Aus Schopenhauers handschriftlichemNnachlab, Leipzig, 1864. Hay edicin castellana: Dialctica Erstica, ed. Trotta, 1997. Madrid.

    Pero, seguramente uno de los estudios mejor logrados sobre este aspecto, desde la Filosofa,sigue siendo el ensayo de J. L. Austin sobre Las Excusas, en: Ensayos Filosficos, Madrid,Revista de Occidente, 1978.

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    ausencia de suficiente informacin sobre la contraparte. Se trataespecficamente de casos en los cuales el sentido figurado de lapalabra traslada realidades diferentes a un plano familiar para ellector o el oyente27.

    Al vincular la guerra con las atribuciones predicativas deltrmino irregular, la mirada se desplaza desviando la atencin haciaaquello que cae dentro del significado irregular. Si la guerra esirregular no responde a condiciones normativas estipuladas pororganismo alguno, es decir, en ella caben todas las formas delucha. Pero si, como lo hemos destacado, las palabras en estos casosson actos realizativos por parte del mismo agente racional, losmedios de opinin prolongan estos actos al colocarlos en el plano desituaciones polticas concretas.

    Retrica de los medios de opinin

    Veamos algunos titulares de prensa que siguieron a la intervencin deCarlos Castao:

    Castao quiere lavar la imagen (Espectador3/5/00 4)

    Castao con piel de oveja (El Tiempo 3/5/00 6)

    De Castao a Oscuro (Espectador 3/7/00)

    Castao, brazo armado de la clase media (El Tiempo 3/5/005)

    Las caras de Castao (Revista Semana 3/6/00)

    Sapos y culebras (Espectador3/15/00)

    Aqu encontramos variados matices para interpretar lapresentacin pblica del jefe paramilitar, en estos predomina elrecurso a la metfora de la mascara, del teatro. Se va estructurando

    27 Vase el ensayo pionero sobre la Metfora de Max Black en Modelos y Metforas, Madrid,Tecnos, 1966.

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    as un modo de comprensin que desplaza en parte la atencin sobreel carcter estratgico de la presentacin, como en un juego deescenarios mviles. Carlos Castao quiere lavar la imagen, eltrasfondo aqu sugerido evoca tambin un mbito propio de laexperiencia religiosa, el origen de la frase comprende un acto de

    limpieza, de purificacin, slo que debemos tomar en cuenta tambincmo la metfora apunta a la condicin de aparecer, de disfrazar,pero Qu quiere decir aqu lavar la imagen?

    Con el lenguaje se pretende velar una realidad familiar a loslectores, se ocultan diferentes acontecimientos que, por su crudeza,condena a quien lo comete como criminal, sin embargo, todo parecequedar suavizado cuando el vocero usa las figuras, porque stafiguracin retrica tiene la funcin de resguardar las

    responsabilidades, libera al autor del acto, lo oculta, lo finge28. Lamirada es desplazada hacia factores secundarios de las acciones, losactores principales (directo responsables) quedan as en las sombras.

    Otro de los aspectos sustantivos est relacionado con elconjunto de las metforas estructurales, estas metforas no se danen forma separada, sino que se relacionan entre s sistemticamentehasta llegar a niveles superiores, hasta conformar una ideologa. Ennuestro caso, sirven para sustentar y justificar acciones de guerra

    que resultaran inaceptables si su explicacin es dada de mododirecto29. En esta perspectiva, la ideologa es el resultado delentrecruzamiento de imgenes y palabras, metforas y enunciadosliterales, aplicados a un contexto especfico. La amalgama deacciones y metforas se precipitan frecuentemente con la noticia, sinque el oyente o el lector se cuide de descubrir las diferencias entreunas y otras.

    En sntesis, vemos que una extensa variedad de descripciones y

    lugares comunes para interpretar la guerra, proceden desde mbitosabstractos y, como sucede con la metfora, son trasladados adominios familiares con el fin de ofrecer una comprensin mssensible al auditorio. En el caso especfico de la presentacin deCastao, su retrica condensa una suma de tpicos, estratagemas,smbolos e imgenes que prolongan visiones del conflicto armado,prcticas de lucha, formas de operar militarmente.

    28 Invito al lector a consultar, in extenso, el captulo 4: Teatrum Mundi: teatro, mscara yescena poltica, del libro Metforas del Poderdel filsofo espaol Jos Mara Gonzlez.29

    Uno de los trabajos ms adelantados para el estudio Lingstico y Filosfico de las metforasestructurales se encuentra en: Gilles Fauconnier, Mappings in Thougtht and Language,Cambridge University Press, 1997, pp 3-205.

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    Todo ello permite llegar al inconsciente colectivo, persuadiendoal lector sobre las razones del conflicto armado, y de su complicadamaquinaria estratgica, mediante argumentos ms cercanos alciudadano comn. El hecho de que las inferencias metafricas seancontextualizadas, ubicadas en un plano de comprensin menos

    complejo, y que luego podamos llevar su significado a dominios msabstractos, requiere en el caso de los investigadores sociales de untrabajo analtico sobre tales sistemas metafricos. Se trata de uncamino de doble va, desde la opinin comn hacia la superficie de lasteoras, y desde los contenidos de estas hacia los tpicos de la vidacotidiana.

    Vamos ahora a precisar con mayor detalle los alcances quetiene el lenguaje metafrico de Castao, partiendo de los aportesdados por la teora de la argumentacin en Cham Perelman y la

    teora de la integracin conceptual elaborada por Lakoff-Johnson-Faucounnier30.

    La metfora en la teora de la argumentacin de Perelman

    Recordemos, nos dice Perelman, que Aristteles defini la metforacomo una figura que consiste en dar a un objeto un nombre que

    conviene a otro; esta transferencia se hace del gnero a la especie, ode la especie al gnero, o de una especie a otra, o ya sea sobre labase de una analoga31. A diferencia de este autor, Perelman va alimitar la metfora al tropo por analoga, siendo la metfora unaanaloga condensada32, gracias a la fusin del tema y del foro.

    Desde la analoga: A es a B como C es a D, la metfora tomarla forma: A de D, C de B; A es C. A partir de la analoga lavejez es a la vida lo que la noche es al da, se derivarn las

    metforas: la vejez del da, la noche de la vida o la vejez es una

    30 Los trabajos de Lakkof-Johnson-Faucounnier son considerados actualmente fundamentalespara comprender los desarrollos de la teora metafrica, en especial por sus vnculos coninvestigaciones cientficas en el campo de la neurologa y los sistemas computacionales. Msall, este grupo comparte trabajos interdisciplinarios en pragmtica filosfica y filosofa dellenguaje. El grupo desarrolla sus actividades principales en la Universidad de Mariland, en elNeural Theory and Language (NTL) Research Group. Tambin la Universidad de Oregn enlos Estados Unidos. Para el anlisis que proponemos seguimos los aportes de Lakoff-Johnson:Philosophy in the Flesh, Basic Books, New York, 1999, y de Fauconnier su libro: Mappings inThougth and Language, Cambridge University Press, 1999, en especial el captulo. Mental-Space Connections, pp34-7131

    Potica, 1457b32 Vase Ch. Perelman, Analogie et mtaphore en science, posie et philosophie en Lechamp de largumentation, Bruxelles, 1970, p.274 ss.

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    noche. Nos advierte el autor del Tratado de la Argumentacin, quelas metforas de la forma: A es C son las ms engaosas, pues seintenta ver en ellas una identificacin, mientras que no puedecomprenderse de una manera satisfactoria sino reconstruyendo laanaloga supliendo los trminos faltantes.

    Podemos observar en nuestro ejemplo: cuando la guerra llega ytoca la puerta de su casa es para quedarse, un caso depersonificacin cuya fuente primaria est tomada de la metfora: laguerra es un husped. Obsrvese que esta especia de metforapuede expresar en forma condensada el primer sentido, y resulta deun contraste entre una descripcin y la realidad a la cual se aplica. Laguerra es nuestro husped, lo que nos dice por medio de unaanaloga: la guerra es con relacin a lo dems, como una visita que

    llega a la casa.

    De esta manera an general, al decir de la guerra que es unhusped, una visita, que es sucia, rastrera o terrible, sedescribe metafricamente su carcter, su naturaleza o suscaractersticas peculiares. Con estos elementos se trata de suscitar,con relacin a estas calificaciones, las mismas reacciones que seexperimentan con respecto a estas mismas especias.

    La fusin metafrica que tiende a asimilar el dominio del tema(La guerra) al foro (La vida en casa), sobre todo para crear undeterminado estado de nimo, permite, mejor que la analoga, estevaivn en que tema y foro se entrecruza por decirlo as- de maneraindisociable. Esta fusin metafrica puede indicarse mediante el usode adjetivos (La guerra es rastrera, sucia, terrible), un verbo toca ala puerta, un posesivo (mi tica no admite el asesinato), unadeterminacin (Yo dije la guerra es para ganarla y punto), la cpula(la guerrilla es virtual). O, como lo indica Perelman, por el empleo de

    una sola palabra colocada en un contexto que excluye el sentidoliteral.

    Podemos estimar en el caso que venimos ilustrando que ladescripcin del tema: la guerra, no depende solamente de laescogencia del foro: la vida en casa, sino que la idea que uno se hagadel tema puede guiar la manera como un foro ser desarrollado.

    El peligro de algunas metforas, como las empleadas en el conflictoarmado colombiano:

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    Escalamiento de la guerra.Intereses vitales del Estado.Pie de fuerza.Mano dura con los paras.Degradacin de la guerra.

    Extorsin humanitaria.La guerra es el reino de la incertidumbre.Negociar en medio de la guerra.La guerra tiene su tctica poltica

    Pesca milagrosa por ejemplo, para designar el secuestro colectivode la poblacin civil. Esta ltima, como las anteriores, son tomadascomo imgenes que evocan un ambiente espiritual, cuya raz seencuentra en las tradiciones religiosas de los creyentes. Este es el

    fenmeno que I. A. Richards, denunci previamente en sus ensayosseminales sobre la filosofa de la retrica33. La metfora, al poseeruna funcin superior al sentido figurado, evoca tambin principios onormas cuando son relacionadas en un contexto social especfico,todo lo cual conlleva una valoracin en muchos casos tico-religiosa,como es el caso de la pesca milagrosa.

    Segn Perelman, a fuerza de servir de foro a las mismasmetforas, algunos trminos mutan su sentido metafrico en sentidousual: en el caso del conflicto colombiano esta afirmacin tiene

    respaldo en trminos empleados frecuentemente tales como:Escalamiento, negociacin, despeje. Son expresiones que sufrendesgaste. Pero lo que parece adormecido por el uso cotidiano,aquellas palabras que habitualmente no despiertan inquietud, puedenvolver a recuperar su sentido metafrico gracias a tcnicas oportunasde aplicacin, o a dinmicas sociales especficas que permiten sureactivacin. El mbito de la poltica en Colombia sobreabunda enilustraciones, pinsese por ejemplo en la variedad de metforasrelativas a la corrupcin de la administracin pblica.

    Las tcnicas de argumentacin empleadas por los distintosprotagonistas del conflicto armado, se elaboran frecuentementeresaltando metforas que hasta entonces haban estado adormecidas.Puede tomarse como ejemplo el trmino vacuna aplicado a losmaterias de chantaje, a los cobros mensuales de dinero que imponetanto la guerrilla como los paramilitares y la delincuencia comn. Laexpresin es empleada para encubrir situaciones y acciones que, deotro modo, sern calificadas literalmente como lo que son, y quecausaran otro tipo de emociones en las personas.

    33 Vase: I.A.Richards, The Philosophy of Rhetoric, p.16

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    Vamos ahora a ampliar esta concepcin de la metfora en Perelmandesde los trabajos emprendidos por George Lakoff, Mark Johnson yGilles Facounnier, segn creo, la perspectiva abierta por estosautores, abre relaciones y temas importantes para el caso que

    venimos trabajando.

    La metfora en la obra de Lakoff-Johnson-Fauconnier

    En su reciente obra: Philosophy in the Flesh. The embodied mind andits challenge to western thought. George Lakoff y Mark Johnsonentregan los resultados parciales de un programa de investigacin,

    que procede de lo que ellos denominan segunda generacin de laCiencia Cognitiva. Su tarea primordial consiste en lograr unareivindicacin de una filosofa empricamente responsable.

    Daremos atencin a los desarrollos que aqu ofrecen los autoressobre la teora metafrica, especialmente por lo que respecta ailustrar cmo la metfora estructura las imgenes de la guerra y lapoltica.

    Recordemos que en sus anteriores trabajos de investigacin G.Lakoff Y M. Johnson haban establecido que las ideologas polticas yeconmicas tienen marcos metafricos34. El uso de las mismas en elconflicto armado tiende a velar situaciones relativamente duras,difciles de calificar con trminos literales. No sobra insistir en laimportancia que las metforas desempean en el discurso poltico ymilitar, limpian, excusan, ocultan, simulan estratagemas retricasfundamentales. De tal manera que en una cultura social turbulenta,como es el caso de Colombia, los recursos metafricos justificansistemticamente modos de comportamiento individual y colectivo,

    bajo el acicate de la ideologa militar.

    Desde el esbozo formulado en el captulo 4: Primary Metaphorand Subjetive Experience, vamos a extender la propuesta analticadel captulo 6: The Anatomy of Complex Metaphor a la retricaparamilitar del discurso de Carlos Castao. Las metforas complejasresultan, de acuerdo con los autores, de una interaccin entre lasmetforas primarias (aquellas derivadas de nuestra experienciasubjetiva) hasta llegar a conformar nuestro sistema cognitivo:

    34 Especialmente en Metaphors we live by, version castellana: Metforas de la vida cotidiana,Madrid, Ctedra, 1991, p.281

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    modelos culturales, teoras sociales, o simplemente creenciascompartidas en una cultura dada.

    Ilustrando lo anterior con lo que acontece en Colombia,tenemos un ambiente social influenciado poderosamente por las

    imgenes y expresiones de la guerra. El conflicto armado colombianodelimita las condiciones dentro de las cuales la gente orienta su viday su experiencia social: la economa, la poltica, el arte, la religin, laeducacin, etctera. No parece acontecer algo en el pas sin queguarde una relacin con la guerra. De tal manera que los ideales devida personal y colectiva se piensan y experimentan desde estetrasfondo de conflictos cruzados.

    La beligerancia, con sus representaciones imaginarias y susefectos concretos, delimita las metas y los propsitos de ndole

    personal y pblica. La guerra es el mapa de orientacin que se tienepara emprender toda iniciativa vital. El resultado de ello es unincremento tambin de metforas, cuya progresiva aceptacindetermina las prcticas de convivencia poltica entre los colombianos.Esto se refleja en el discurso paramilitar de Carlos Castao. Lametfora que vamos a analizar surge de una creencia cultural, de unambiente rural:

    Cuando la guerra llega y toca la puerta de su casa es para quedarse.

    Esta personificacin de la guerra se desprende de algunos lugarescomunes costumbristas:

    Las personas en su vida corriente reciben visitas de amigos ofamiliares en sus casas. Recibir a alguien en casa estuvo asociado, enotro tiempo, con signos de hospitalidad y generosidad

    Las metforas primarias son:

    - Recibimos visitas en casa- La guerra es un viajero o un husped

    A su vez esta es una versin metafrica de la siguiente creenciacultural:

    Las personas pueden relacionar la casa como lugar de llegada o sitiode vivienda.

    De tal manera que combinado con hechos concretos, significa:

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    As como las personas llegan a casa para quedarse, la guerra tienetambin tales caractersticas.

    Cuando los aspectos mencionados entran en escena, ellos comportanun mapa metafrico complejo.

    La teora de la integracin conceptual de Facounnier, describe unafuncionalidad bsica segn la cual las propiedades estructurales ydinmicas de las personas son conexas. Es decir, estas propiedadesse aplican de modo relacionado sobre muchas reas del pensamientoy de la accin de la persona, siendo extensivas tambin al campo deldiscurso y, en especial, al terreno de la metfora, la analoga y lametonimia.

    Segn Fauconnier, la metfora hace parte de un procesopersuasivo sobresaliente que relaciona la conceptualizacin y ellenguaje, mediante los cuales construimos nuestras representacionesdel mundo. Este fenmeno depende principalmente de unentrecruzamiento cartogrfico entre dos entradas, la salida (O lo quehemos denominado el tema) y el destino (Lo que denominamos elforo)

    Esto crea las condiciones iniciales para la construccin demezclas, y, adems, encontramos la integracin de espacios que juegan un rol primordial en la cartografa metafrica. Esto quieredecir, segn el autor, que en la proyeccin familiar entre el foro y eltema de la metfora, las mezclas van siendo construidasparalelamente al proceso de construccin del trabajo cognitivo.

    La tarea de mezclar conceptos metafricos ha mostrado,

    adems, sus resultados en la manera cmo se van estructurando lascartografas del lenguaje para describir acciones especficas35. En losespacios temticos que ilustra el lenguaje metafrico se vandesarrollando estructuras emergentes que conllevan un juego designificados especficos, y que sirven para descubrir la actividadcognitiva. Tal vez podemos entenderlo mejor desde nuestrailustracin especfica:

    35

    Facounnier y el Grupo de California (Lakoff, Turner, Johnson) han logrado variadasaplicaciones de la integracin conceptual y la teora de la mezcla. Para mayores detallesvase:

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    Cuando la guerra llega y toca la puerta de su casa es paraquedarse

    Esta afirmacin de Castao ofrecera una mezcla que integrambitos conceptuales dismiles, se trata de concederle a la guerra lasatribuciones propias de una persona racional, la guerra se comportacomo un visitante que toca la puerta de su casa para quedarse. Eneste caso la mezcla tendra dos salidas en el esquema mental. Unasalida que abre el espacio para captar los efectos de la guerra, y laotra que abre espacios para captar la imagen del visitante que llegaa casa. El campo cartogrfico permite el entrecruzamiento parcial deambas salidas: la guerra es el husped o el visitante, la violencia es

    su lugar de destino, su residencia. Cuando la guerra llega es paraquedarse.

    El terreno comn es un espacio de integracin en el que laguerra es como una visita y la violencia toma lugar como el destinofijado para quienes viven en casa. Esta mezcla viene tomadaestructuralmente de un esquema mental que organiza la entrada dela guerra como algo que se acerca, avanzando hasta instalarsedefinitivamente tomando posesin de la casa. Adems de la

    estructura causal que relaciona a una visita que llega a casa paraquedarse. La visita, sin embargo, prevemos, no causaraordinariamente los daos y las muertes que, sin embargo, leacreditamos a la guerra.

    En su versin cotidiana, extrada del imaginario comn, la visitase muestra, por lo regular agradecida36. Hay un espacio genrico quecontiene la estructura de aplicacin para ambas salidas: una entidadque se orienta de una determinada manera, con un determinadopropsito, encuentra otra entidad que se cruza variando el destinode la primera. En el espacio genrico, el resultado de este encuentrono es explcito. Veamos, la idea que nos evoca la vida cotidiana encasa, salvo situaciones peculiares de maltrato y conflicto, es la de unlugar de tranquilidad y descanso. La metfora, en nuestro caso,propone la estada y los efectos de la guerra, en un mbito que no lecorresponde. A este cruce de significados se refiere el apunte deFauconnier.

    36 Hemos elaborado anotaciones previas sobre el transfondo bblico de esta imagen, pero cabe

    agregar: el propsito central del relato cristiano es procurar que el oyente experimente unanueva experiencia espiritual; al recibir al Salvador en casa, al abrirle la puerta, el creyenterecibe de inmediato las bendiciones de paz y tranquilidad que ello trae consigo.

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    La cartografa del entrecruzamiento de las salidas de la guerra

    y la visita en casa es propiamente aquello que constituye la metfora.La visita que llega a casa es la fuente o el tema y la guerra se tomaaqu como el foro de la metfora, o el destino. Pero la mezcla que

    conforma el entrecruzamiento y que causa la relacin no proviene dela fuente o el tema, de hecho es contraria a la fuente y, en algunoscasos, incompatible con ella.

    De lo que se sigue que la inferencia central de la metfora noprocede de la fuente, con lo cual tenemos entonces que la guerra sedirime en otro mbito. En cambio s se construye la inferenciacontraria: la guerra se puede menguar en sus alcances, se puedelimitar, se puede negociar. La mezcla tiene aqu una estructura

    emergente: en la mezcla que nos ofrece la metfora, la guerra llegapara quedarse definitivamente, pero como hemos anotado, la guerrano es un hecho natural, no tiene carcter determinante. De ah susentido relativo y las posibilidades de su negociacin.

    La fuente o el tema de la metfora no proporciona estasinferencias a la mezcla, ni ella es reproduccin fiel del objetivo. En elespacio original entre el visitante y la guerra, encontramos un estadorelativo de los elementos, e incluso la naturaleza de su interaccin

    est lejos de ser clara. En ese contexto, la guerra aparece, desde lepunto de vista discursivo, en un plano irregular.

    Otras tcnicas y estratagemas

    Como hemos visto, las estratagemas son los recursos retricos quecon los cuales se realizan acciones complejas, con el fin de lograr unpropsito eficiente. Tales recursos operan desde niveles simples comoel dilogo cotidiano, hasta condiciones globales de tipo macro poltico,en transacciones entre partidos o negociaciones de paz.

    Las estratagemas retricas cumplen su funcin complementaria conlas estrategias de carcter global, y viceversa. La guerra y la polticase representan, de acuerdo con las circunstancias, como ganancia o

    prdida. Y los protagonistas suelen extender tales estrategias

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    mediante mecanismos verbales o no verbales, por la palabra o laimagen.

    Ampliemos el anlisis del discurso de Castao de nuevo retornando a

    la teora de la argumentacin perelmaniana. Para ello ilustremos lasestratagemas retricas en las afirmaciones del jefe paramilitar:

    Yo quiero decirle al pas que mi tica no admite el asesinato. Lanica muerte que se justifica, es la que se hace en legtimadefensa. Con estas masacres lo que nos interesa es evitar unmal mayor.

    El jefe paramilitar utiliza una estratagema derivada de la negacin,que cumple retricamente la funcin de limitar los alcances quepueda poseer la crtica del enemigo. Los negadores argumentales sedespliegan como una estrategia global que combina a la vez aspectospositivos y negativos sobre los mismos hechos. El propsito es crearambigedad e incompatibilidad entre las normas y valores quepredican las personas y sus actitudes reales.

    As, Castao puede afirmar que le causa inmenso dolor ver

    morir a alguien, pero: yo ordeno la muerte de mis enemigos. Laretrica de la negacin proyecta luz slo sobre aquello que nocompromete al paramilitar o al guerrillero. Se intenta por todos losmedios evitar una mala impresin, pero a la vez se deja abierta laposibilidad de haber actuado de otra manera. Otros ejemplos denegadores son:

    - La negacin enftica: No, yo no tengo que ver con esosmuertos.

    -

    La concesin a medias: Todos los campesinos no songuerrilleros, pero, no ve que uno no sabe.

    - La disculpa: Acepto que caen vctimas inocentes, pero es queesto es inevitable.

    - La ignorancia: Yo no saba que all haba nios.

    - La empata: Yo quisiera que los colombianos me tengan por unpatriota.

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    - La simpata declarada: Yo sera capaz de darle un abrazo a misenemigos.

    - El sacrificio: Nosotros hacemos todo lo posible para que enesta guerra no haya tantos muertos, pero...

    - Transferencia: Yo quiero la paz, pero no ve que los que noquieren son ellos.

    - Reciprocidad: Mientras haya guerrilla siempre estarn lasautodefensas.

    Estas argucias llevan por lo general una intencionalidad aparente (nogenuina) Cuando se extienden a lo largo de todo el discurso provocanla desconfianza del oyente o el lector. O causan la desconfianza bajoun estado de perplejidad creciente.

    Varias estratagemas anteriores se presentan reiteradamente en eldiscurso de Castao. Para comenzar, el uso del pronombre posesivopara referir la tica empleada en sus actuaciones no tendra mayorpeso, salvo que, como vemos, el argumento describe una

    incompatibilidad. Algunos casos de incompatibilidad refieren en laretrica situaciones en las que la afirmacin de una regla esincompatible con las condiciones o las consecuencias de suaseveracin o de su aplicacin. Perelman denomina estos casos deincompatibilidad como autofagia37.

    La autofagia aqu consiste en el inters de aplicar la regla a smisma, pero sin lograrlo. En la cita de Castao, la alusin a la ticaresulta incompatible con los hechos creados, los asesinatos

    perpetrados por los hombres bajo su mando. La tica es adoptadacomo un asunto personal, privado, que le permite al autor del crimendistanciarse de las acciones que el mismo califica como asesinatos.El contrasentido obvio surge en la manera como los hechos de laguerra, en el caso de las masacres paramilitares, superan losprincipios de la moral que pretende excusarlos.

    37

    Cham Perelman, El Imperio Retrico, traduccin de Adolfo Len Gmez, editorial Norma,Bogot, 1997, el original de la primera edicin en francs: LEmpire Rhetorique. Rhetorique etArgumentation, Librairie Philosophique J. Vrin, Paris, 1977.

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    Varios casos de incompatibilidad en el discurso paramilitar, sonel reflejo de un doble juego en el campo de los valores, deinconsistencias en la vida poltica, de trucos y estratagemas que seextienden con inters en buscar la adhesin del lector o el oyente. Elargumentador se permite la defensa de una proposicin y su

    contraria sin reparar en los alcances que tiene cada una. En laentrevista Castao alega: Si a un enemigo hay que matarlo yo digohay que matarlo, pero no se le debe torturar, si seor, yo tambinsoy extorsionista, claro que lo hago con ms cario, la extorsin esconcertada.

    Esta estratagema retrica de polarizaciones en el discursosubyace regularmente en las ideologas y en las tcticas que losmiembros de una agrupacin tiene sobre sus enemigos. No debe por

    esto sorprender que las paradojas sean un rasgo regular del discursoparamilitar, cuando se trata de descalificar las acciones del oponente.Castao cuestiona moralmente a la guerrilla por acciones que eltambin comete sin mayor escrpulo. A su vez, la guerrilla acta convehemencia retrica contra las masacres paramilitares, pero seensaa con los habitantes de poblados humildes38.

    Aparece junto a la incompatibilidad un tpico extrado de la

    socio tcnica jurdica39

    : La nica muerte que se justifica, es la que sehace en legtima defensa, se trata de una figura tradicional delDerecho Penal que, en sntesis, exonera de responsabilidad a unapersona que ha cometido un crimen bajo condiciones extremas deriesgo de su integridad personal. Muy a pesar, en el contexto de lasacciones del jefe paramilitar, se trata de aquello que FranciscoGutirrez Sann ha denominado acertadamente la imitabilidad.

    Hay lenguajes tcnicos con muy altas barreras a la entrada (lafsica, la matemtica), y otros que se pueden imitar pero hacer cosasdiferentes (como sucede en el Derecho). Para el caso Castao, eluso de la expresin imita una tcnica argumental del campo jurdico,pero invierte de hecho sus alcances hasta excusar acciones que,

    38 Una propiedad epistmica central del discurso es su coherencia, esto es , que losargumentos deben conservar entre s relaciones no arbitrarias. Se destacan dos tipos decoherencia: El primero relativo a la referencia (se refiere a las relaciones entre lasproposiciones y los hechos), el segundo se define por lo que respecta al significado de larelacin entre proposiciones. Podemos hablar as de una coherencia extensional (referencial,condicional) y de una coherencia intencional (significativa, funcional)39

    El lector puede ampliar detalles sobre esta tcnica en: Francisco Gutirrez Sann,Instituciones, contratos y leyes: lo recto y lo torcido, La ciudad representada, poltica yconflicto en Bogot, TM Editores-Iepri, 1998.

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    sobra decirlo, son perpetradas con la intencin de causar dao, dedestruir.

    Escribe Gutirrez Sann:

    El resultado es que nombramos los derechos, los nuestrosy los ajenos, en un lenguaje inevitable pero sobre el que hacado una sombra de desconfianza generalizada; estinfectado. Toda decisin es susceptible de ser impugnada,en la medida en que la diferencia entre el originalapropiadamente jurdico y la copia leguleya es (casi)imposible de establecer40.

    En la declaracin de Castao, su afirmacin tiene soporte en la figurade un duelo aparentemente no superado. La muerte de su Padre y dealgunos de sus hermanos, en especial, una hermana, lo llevan a fijarsu condicin defensiva en la guerra, y se declara atacado desdeaquella dura poca de su infancia. No obstante, los hechos delpresente muestran caractersticas singulares que conllevan unalectura diferente de sus afirmaciones. Nadie puede excusar susactuaciones del tiempo presente, ante todo si son brutales, con elargumento de un pasado que nos llevara hasta el Edn.

    Con estas masacres lo que nos interesa es evitar un mal mayor. Este argumento corresponde a la tcnica que Perelman denomina: demedios y fines, o argumento pragmtico. La atencin recae en el finperseguido, con lo que no tienen mayor importancia los mediosempleados para alcanzarlo. Se trata tambin de superar el dilematico de la guerra, optando por una salida en la que se justifican lasacciones presentes, porque tales acciones obedecen a un cursohistrico de antemano previsto. Este argumento solapadamenteencubre los efectos y daos inmediatos, llevando al oyente hacia elfuturo. De tal modo que tenemos una curiosa combinacin de valores

    40 Ibid, p. 223.

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    ticos sujetos a una dinmica temporal en la que los contenidoshumanos tienden a desaparecer.

    Yo creo que lo de las torturas es una novela de terror. La guerrilla

    igualmente asesina personas indefensas. Yo no le niego que puedenhaber casos que se salen de madre. Ahora, yo pienso que si a unenemigo hay que matarlo, yo digo hay que matarlo, pero no se ledebe torturar.

    El discurso adquiere por momentos ritmos irregulares comoeste. Castao es cuestionado por el periodista sobre casos de torturaen los que sus hombres, con anterioridad a las masacres, celebran enpblico el dolor de sus vctimas41. La respuesta del jefe paramilitar setorna deshilvanada, ligera. La figura empleada es la hiprbole, una

    expresin analgica que exagera los hechos, concedindoles unadimensin superior, pero con el fin de minimizarlos: una novela deterror.

    Sigue una justificacin de las acciones paramilitares que tomaen prstamo el principio de reciprocidad: La guerrilla igualmenteasesina personas indefensas. Podramos creer que la tcnicaargumental se refiere a la analoga proporcional, esto es, aquellaanaloga que afirma una semejanza de relaciones, pero ms que

    esta estratagema, el argumento presenta una aplicacin indirecta dela regla de justicia.

    Esta tcnica argumentativa saca provecho de la comparacin.En el discurso paramilitar es frecuente encontrar la justificacin dedeterminadas acciones en virtud de estrategias empleadas por lacontraparte. De hecho, implcitamente toda polarizacin entreguerrilleros y paramilitares presupone la comparacin. Lacomparacin es explcita cuando los portavoces quieren enfatizar que

    su forma de actuar es diferente a la sus enemigos, o recprocamente.Las comparaciones pueden extenderse a otros periodos histricos, aeventos sucedidos en otro contexto, etctera.

    Los motivos de venganza que Castao alega a su favor paramatar a sus enemigos, tienen races en su historia familiarinmediata. Compara sus acciones con las de un patriota y llega a

    41 En las masacres cometidas en Crdoba, llevaron a sus vctimas delante de todo el pueblo.

    Los paramilitares han venido implementando con sus acciones el espectculo pblico paramatar a los enemigos, se trata, por supuesto de rememorar la lgica de la guerra para crearun mayor temor entre quienes la padecen directa o indirectamente.

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    personificar el poder militar del Estado. Cuando relaciona la guerra enColombia con los procesos de negociacin, establece claros contrastescon la lgica de la guerra de Clausewitz: La guerrilla igualmenteasesina personas indefensas

    El argumento de reciprocidad es el que asimila entre s a dosseres o dos situaciones, mostrando que los trminos correlativos enuna relacin deben ser tratado de la misma manera. Como vemos, enCastao el argumento de reciprocidad se vuelve francamenteescandaloso, si la guerrilla asesina personas indefensas: losparamilitares igualmente pueden hacerlo. Son estos casos, segnPerelman, aquellos en los que uno se pregunta si la asimilacin esvlida.

    Junto a los argumentos previos se destaca un caso detautologa aparente, es decir, aquellas expresiones que ofrecen unaidentidad de trminos, aunque la interpretacin de los mismosdepende de quien los lee o los escuche: si a un enemigo hay quematarlo, yo digo, hay que matarlo. La afirmacin idntica no hacems que confirmar un veredicto (macabro en esta caso). Pero no sele debe torturar, el juego de palabras no puede ocultarnos que setrata de una estratagema que jerarquiza el dao y el dolor, peroinvirtiendo sutilmente las acciones mediante los trminos: matar y

    torturar. Con el argumento Castao asume que matar es preferiblea torturar.

    Muchos otros recursos y tcnicas retricas se pueden encontraren los contenidos del discurso de Castao, pero vamos a enfatizarcon especial cuidado unas estratagemas retricas especficas en eljefe paramilitar. Para la muestra veamos las siguientes afirmaciones*:

    Es un mtodo despreciable ser obligados a cometer lasmasacres.

    Acepto que caen vctimas inocentes esto es inevitable.

    Lo que me produce paz conmigo mismo y con Dios es saber queyo no empec esta guerra.

    La guerra ya no fue entonces por venganza sino pornecesidad.

    * La negrilla es nuestra.

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    Estoy cansado de la guerra desde que a mi me abocaron aella.

    Un da yo dije que la guerra es para ganarla y punto. Si losnarcos y el ejrcito me ayudan, listo. Si se quiere unir conmigo

    el mismo diablo, con l me uno. No me arrepiento de lascosas que he ordenado.

    En sntesis

    Lo anterior presupone algunos avances en la concepcin clsica de lateora metafrica. El carcter emergente del significado y la inferenciaproveniente de la mezcla de espacios no fue tomado en cuenta en losprimeros trabajos sobre la metfora (No se da por ejemplo enPerelman), probablemente porque su enfoque como categoraabstracta, disimul algunos de los principios de la constitucinmetafrica, en el sentido de darle significado a casos concretos,especficos42. La ilustracin que venimos estudiando de la Guerra-Visitante se trata de una metfora bsica, la actividad determinada

    presenta un espacio comn que relaciona a la guerra y la visita con elmundo cotidiano43.

    Esta metfora no slo contiene los resultados de las inferenciascomplejas que hemos visto anteriormente. La metfora se encuentraen el espacio mezclado que construimos, es decir, en la interaccinentre unas condiciones especficas de la guerra en Colombia,juntamente con la idea de la vida domstica del visitante que llega acasa para quedarse. Sin la intensificacin de la guerra durante los

    ltimos aos, la expresin de Castao no habra tenido la mismasignificacin.

    El trabajo en torno a la metfora desde la teora de Lakoff-JohnsonFaucounnier, ofrece evidencia para interpretar las redes deintegracin conceptual, y en nuestro caso, para apreciar con mayordetalle ciertos aspectos sobresalientes del lenguaje figurado de CarlosCastao, detalles, sin los cuales, no se aprehenden aspectos claves

    42

    Los primeros trabajos presentados desde un enfoque sintctico y semntico.43 Mayores detalles sobre este tipo de metforas en G. Lakoff: Metforas de la vida cotidiana,Madrid, editorial ctedra, 1997.

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    de su mensaje. Varios conceptos valen la pena mantener con nfasiscomo aportes del trabajo del grupo mencionado:

    El concepto de complejidad e integracin

    La mezcla que da lugar a la metfora, debe constituir unarepresentacin hermticamente integrada que pueda ser manejadacomo una unidad. De manera general, cada espacio en la redmetafrica debe poseer integridad. (En el ejemplo: un viajero quellega a una casa para hospedarse ofrece una representacin bienintegrada)

    El concepto de tejidoEl manejo de la mezcla metafrica como una unidad, debe mantener

    el tejido de conexiones apropiadas fcilmente a los espacios de lassalidas y sin control adicional. (En el ejemplo: dependiendo de cmose elabora la mezcla metafrica de la guerra, no se alteran lasconexiones de salida; comprese con Si la visita fuese la guerra, lacasa sera una trinchera)

    El concepto de topologaResulta ideal para apreciar las relaciones elementales de la mezclametafrica, emparejar las relaciones de parentesco para cualquier

    espacio de la salida y cualquier elemento en ese espacio que seanproyectados en la mezcla: (En el ejemplo: juntar el visitante y lapuerta de la casa al comenzar, permite apreciar la relacin entre elvisitante y la casa en la mezcla. La tenacidad de la guerra y suextensin en el pas hacen ver de entrada la perdurabilidad delconflicto en la complejidad metafrica)

    Las buenas razonesTodo aquello que sea semejante aparecer relacionado, si un

    elemento es descrito en la mezcla metafrica, habr presin paraencontrar la importancia de ese elemento. La relevancia incluir loseslabones pertinentes a otros espacios y funciones que resultenpertinentes para operar la mezcla (En el ejemplo: una vez la mezclaentre la guerra y la visita sea presentada, parece poco probable queinterpretemos: Cuando La guerra llega a la puerta de su casa y tocaes para quedarse como una informacin meramente incidental sobreun visitante que llega a casa.

    En sntesis, nuestros ms importantes conceptos abstractos,desde el amor, la causalidad, la moralidad, hasta la guerra, llegan aser conceptualizados de mltiples maneras por medio de metforascomplejas. Tales metforas son esenciales para la conformacin de

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    los conceptos que nos formamos del mundo, y sin estas los conceptosson tan slo esquemas vacos.

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