La Confesión de un ex jefe paramilitar del DAS; Rafael Garcia

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Solo me resta pedir un infinito perdón por los delitos que cometí, sirviendo de idiota útila una pavorosa mafia a la cual no le importó sacrificar la vida de miles colombianos en aras de obtener el poder para manejar el estado a su antojo.La Confesión de un ex jefe paramilitar del DAS Mi nombre es Rafael Enrique García TorresIntroducción En este documento se trata de relatar de una manera resumida las vivencias que tuve y las situaciones que conocí durante el tiempo que figuré como colaborador del bloque norte de las autodefensas unidas de Colombia y como jefe nacional de informática del Departamento Administrativo de Seguridad DAS- de Colombia, las cuales no son de dominio público y muchas de ellas (con los nombres que menciono) tampoco son conocidas ni por las autoridades colombianas ni las norteamericanas. Estas últimas, desde el año 2007, han buscado negociar con mis abogados beneficios legales y migratorios para mí, en aras de obtener esta información. Se contemplan tres etapas: 1. Entre los años 1999 y agosto de 2002, etapa que relataré de la manera más breve posible. 2. Desde septiembre de 2002 a enero de 2005, cuando me desempeñé como jefe de informática del Departamento Administrativo de Seguridad DAS- de Colombia 3. Entre febrero de 2005 y noviembre de 2008, cuando estuve detenido Presentación Mi nombre es Rafael Enrique García Torres, nacido el 27 de diciembre de 1963 en la ciudad de Santa Marta (Colombia), hijo de Adaulfo García (fallecido) y Alicia Torres, soy el tercero de tres hijos, mis hermanas son Estela (actualmente residente en Madrid España) y Aracelys (residente en Santa Marta - Colombia).

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La Confesión de un ex jefe paramilitar del DAS“Mi nombre es Rafael Enrique García Torres”La increíble historia de un jefe del Departamento Administrativo de Seguridad –DAS- de Colombia, es decir, la policía política secreta del estado y sobre todo su presidente que, en la época de García, era Álvaro Uribe.Ésta es la historia resumida en 63 páginas que cuenta como un estado mafioso crea el monstruo, el paramilitarismo, llamado AUC, que es la herramienta que utiliza el poder fáctico para erradicar la oposición política legal. En ese poder se encuentran prácticamente todos los personajes ilustres que figuran en las páginas sociales o en los magazines de los empresarios colombianos.O, como el mismo Rafael García relata:“En este documento se trata de relatar de una manera resumida las vivencias que tuve y las situaciones que conocí durante el tiempo que figuré como colaborador del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia y como Jefe Nacional de Informática del Departamento Administrativo de Seguridad –DAS- de Colombia, las cuales no son de dominio público y muchas de ellas (con los nombres que menciono) tampoco son conocidas ni por las autoridades colombianas ni las norteamericanas”.Y hoy esta arrepentido, el “Hombre Araña” de lo más secreto del DAS:“Solo me resta pedir un infinito perdón por los delitos que cometí, sirviendo de “idiota útil” a una pavorosa mafia a la cual no le importó sacrificar la vida de miles colombianos en aras de obtener el poder para manejar el estado a su antojo.”Dick Emanuelsson, subdirector ANNCOL

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“Solo me resta pedir un infinito perdón por los delitos que cometí, sirviendo de “idiotaútil” a una pavorosa mafia a la cual no le importó sacrificar la vida de miles

colombianos en aras de obtener el poder para manejar el estado a su antojo.”

La Confesión de un ex jefe paramilitar del DAS

“Mi nombre es Rafael Enrique García Torres”

Introducción

En este documento se trata de relatar de una manera resumida las vivencias que tuve y

las situaciones que conocí durante el tiempo que figuré como colaborador del bloque

norte de las autodefensas unidas de Colombia y como jefe nacional de informática del

Departamento Administrativo de Seguridad –DAS- de Colombia, las cuales no son de

dominio público y muchas de ellas (con los nombres que menciono) tampoco son

conocidas ni por las autoridades colombianas ni las norteamericanas. Estas últimas,

desde el año 2007, han buscado negociar con mis abogados beneficios legales y

migratorios para mí, en aras de obtener esta información.

Se contemplan tres etapas:

1. Entre los años 1999 y agosto de 2002, etapa que relataré de la manera más breve

posible.

2. Desde septiembre de 2002 a enero de 2005, cuando me desempeñé como jefe de

informática del Departamento Administrativo de Seguridad –DAS- de Colombia

3. Entre febrero de 2005 y noviembre de 2008, cuando estuve detenido

Presentación

Mi nombre es Rafael Enrique García Torres, nacido el 27 de diciembre de 1963 en la

ciudad de Santa Marta (Colombia), hijo de Adaulfo García (fallecido) y Alicia Torres,

soy el tercero de tres hijos, mis hermanas son Estela (actualmente residente en Madrid –

España) y Aracelys (residente en Santa Marta - Colombia).

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Soy ingeniero de sistemas, graduado en la Universidad del Norte de Barranquilla

(Colombia) el 31 de marzo de 1989, casado con Liliana Del Castillo Ospino, quien es

Contadora Publica especialista en finanzas, con quien tengo un hijo, Andrés Felipe, de

trece años de edad actualmente cursando tercer año de secundaria, ambos viven en la

ciudad de Santa Marta (Colombia).

Etapa comprendida entre 1999 y Agosto de 2002

Ingresé a trabajar el 9 de mayo de 1994, inicialmente como jefe de sistemas y

posteriormente como subgerente de sistemas, a la Sociedad Portuaria de Santa Marta,

empresa de capital mixto (privado y público), regida por las leyes que reglamentan la

actividad de las empresas privadas.

En el año 1993 el estado colombiano procedió a entregar el manejo de los terminales

marítimos de Buenaventura, Cartagena, Barranquilla y Santa Marta a la empresa

privada, buscando mayor eficiencia en su gestión, de allí se originaron las Sociedades

Portuarias que fueron las empresas privadas que recibieron estos puertos.

A finales de ese año de 1994 ingresó a desempeñarse como Secretario General el

abogado samario (es decir, oriundo de Santa Marta) Jorge Noguera Cotes, con quien

desde esa época forjamos una muy buena amistad.

De igual manera desde mis tiempos de estudiante de secundaria mantenía una amistad

muy cercana (rayando en la hermandad) con Guillermo Sánchez Quintero, oriundo del

municipio de Ariguaní del departamento del Magdalena (Colombia). Si bien luego de

terminar secundaria nos alejamos un poco, en el año 1992 nos reencontramos y

retomamos nuestra amistad. En ese entonces Guillermo, junto con ganaderos del centro

del departamento del Magdalena, iniciaban la conformación de los primeros grupos de

autodefensas campesinas, inicialmente dirigidas por Alex Duran Fernández, dedicado al

narcotráfico y quien llegó a ocupar en 1990 una curul en la cámara baja del congreso

colombiano, y, luego del asesinato de Alex Duran, fueron dirigidas por José María

Barrera alias Chepe Barrera.

Las AUC y la política

Si bien desde 1997 mantuve una relación a la distancia con estos grupos de

autodefensas, solo fue hasta el año 1999 cuando comencé a colaborar políticamente con

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ellos, luego de mi renuncia voluntaria a la Sociedad Portuaria de Santa Marta, donde me

mantuve como asesor externo hasta el año 2000.

Aproximadamente desde el año 1999 las autodefensas unidas de Colombia hicieron

alianzas con políticos tradicionales de sus áreas de influencia, con el fin de apoderarse

paulatinamente de la administración pública, partiendo desde el ámbito local para llegar

a lo nacional, es decir, congreso y presidencia de la república.

Particularmente el bloque norte diseñó una estrategia que consistía en imponer

candidatos únicos, es decir, un solo aspirante sin competencia, para apoderarse de las

alcaldías y gobernaciones en las elecciones regionales del año 2000, en los

departamentos del Cesar y Magdalena.

Para la elecciones legislativas (a congreso de la república) del año 2002, celebradas en

marzo, las autodefensas lograron apoderarse aproximadamente del 40% de las curules

del congreso, a través de candidatos impulsados y, en algunos casos, financiados por ese

grupo al margen de la Ley. En particular el bloque norte obtuvo en:

- Departamento del Cesar:

Dos curules a Senado: Mauricio Pimiento Barrera y Álvaro Araujo Castro

Dos curules a Cámara Baja: Miguel Ángel Duran y Jorge Luis Ramírez

- Departamento del Magdalena

Tres curules a Senado: Luis Eduardo Vives, Dieb Maloof y Salomón Saade

Tres curules a Cámara Baja: Alfonso Campo Escobar, José Gamarra Sierra y Jorge Luis

Caballero.

- Departamento de la Guajira

Una curul a Cámara Baja: Jaime Espeleta

- Departamento de Bolívar

Una curul a Senado: William Montes Medina

Esto se logró con la intimidación a los electores y a los candidatos que pretendían

enfrentar a los candidatos de las autodefensas, y a un gigantesco fraude electoral

fraguado mediante la intimidación a los representantes del organismo electoral

colombiano, Registraduría Nacional del Estado Civil, en esos departamentos.

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Las AUC y la elección presidencial del año 2002

En ese mismo año 2002 se celebraron las elecciones presidenciales en la cual los

candidatos con mayor opción eran Horacio Serpa Uribe, candidato del oficialismo

liberal, y Álvaro Uribe Vélez, candidato disidente del partido liberal, apoyado por una

alianza entre sectores de ultraderecha en la legalidad (empresarios, medios de

comunicación, militares y parte de la iglesia católica) y sectores ilegales (autodefensas

unidas de Colombia y varios narcotraficantes).

La misma estrategia de intimidación y fraude utilizada en las elecciones a congreso, fue

utilizada por las autodefensas en la elección presidencial en beneficio del candidato

Álvaro Uribe Vélez, quien ganó en primera vuelta con el 52% de los votos. De no haber

sido por el apoyo paramilitar, Uribe Vélez no habría obtenido esta victoria en primera

vuelta y es incierto si hubiese ganado en una segunda vuelta enfrentando a un solo

candidato.

En el caso particular del departamento del Magdalena, cuando fui enviado por el bloque

norte a trabajar en la campaña de Álvaro Uribe, me reencontré con Jorge Noguera Cotes

quien se desempeñaba como gerente de campaña en ese departamento. El mayor apoyo

económico era suministrado por Raúl Montoya Flores, personaje que era dueño de una

gran fortuna de dudosa procedencia según se decía. La realidad es que Raúl Montoya

había tenido relaciones con Gilberto Molina, quien en la década de los años 90 había

sido parte del cartel de Medellín, y sus cuentas bancarias habían sido utilizadas para

canalizar los dineros con los cuales se pagó el asesinato en 1987 del director del diario

El Espectador Guillermo Cano.

En el año 2006, cuando estalló el escándalo a raíz de mi colaboración con la Justicia

colombiana, en una entrevista concedida a la revista Semana de Colombia y al diario

Nuevo Herald de Miami mencioné los hechos relacionados con el fraude electoral

fraguado por las AUC y de cómo este había beneficiado la candidatura del candidato de

ese entonces Álvaro Uribe. También me referí a la presencia de personas sospechosas

en esa campaña y entre estas nombré a Raúl Montoya.

El Presidente Uribe salió a los medios a ripostarme y a descalificarme tildándome de

“delincuente mentiroso”. En una de sus entrevistas, concedida a “la W radio” de Julio

Sánchez Cristo, cuando lo interrogaron sobre lo que Yo había dicho de Raúl Montoya,

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el Presidente dijo que “Raúl Montoya es un hombre honorable” y conminó a los

periodistas diciendo “vayan a Santa Marta y pregunten quien es Raúl Montoya”.

Días después el diario Miami Herald de Miami y el semanario El Espectador de

Colombia, publicaron sendos reportajes describiendo las antiguas relaciones de Raúl

Montoya con personas del cartel de Medellín y con qué propósito se habían utilizado

sus cuentas bancarias. Inmediatamente Raúl Montoya se vio obligado a renunciar a la

gerencia regional, en el Departamento del Magdalena, de la campaña reeleccionista de

Álvaro Uribe, que se desarrollaba en ese momento. Por otra parte el presidente no

volvió a referirse al asunto.

En este, como en otros casos a los que me referí en mis declaraciones, el Presidente

Uribe debió tragarse sus palabras y guardar silencio cuando la Corte Suprema de

Justicia, la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría General de la Nación

(Órgano que investiga disciplinariamente a los funcionarios públicos en Colombia)

comenzaron a corroborar uno a uno mis testimonios y, por consiguiente, a meter en la

cárcel a muchas de sus personas más cercanas.

La repartición burocrática del Presidente Álvaro Uribe Vélez

Luego de la victoria de Uribe Vélez, antes de su posesión, nombró anticipadamente a

algunos miembros de su gabinete (lo que en Venezuela se denomina tren ministerial),

entre ellos: Fernando Londoño Hoyos como Ministro del Interior y de Justicia y Martha

Lucía Ramírez como Ministra de Defensa.

En realidad en la primera administración de Álvaro Uribe la burocracia, es decir los

cargos y entidades, fueron distribuidos entre los congresistas recién elegidos que habían

apoyado su candidatura. Esto dio como resultado que los cargos se distribuyeron entre

los diferentes bloques de las autodefensas, puesto que esos congresistas, en su inmensa

mayoría, le debían el haber conseguido esa curul en el congreso al apoyo paramilitar. En

resumen el gobierno Uribe fue repartido entre los políticos de las autodefensas y

quiénes definieron a cuales personas se debía nombrar fueron los propios jefes de las

autodefensas.

En lo que se refiere al Bloque Norte, entre los cargos que le corresponderían estaban:

La Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada

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El Instituto Colombiano De Desarrollo Rural, INCODER. Entidad que resultaría de la

fusión entre otros del Instituto Nacional De Adecuación de Tierras, INAT; Instituto

Nacional De Pesca y Acuicultura, INPA y el Instituto Colombiano Para La Reforma

Agraria, INCORA.

Uno de los vice ministerios del Ministerio de Defensa, cargo al que aspiraba Jorge

Noguera.

Nuestra llegada al DAS

Sorpresivamente, el martes 13 de agosto de 2002 Jorge Noguera fue nombrado director

nacional del Departamento Administrativo de Seguridad – DAS, a pesar de que en su

hoja de vida no figuraba ni experiencia ni contacto alguno con el campo de la

inteligencia.

El nombramiento de Jorge Noguera había comenzado a gestarse al día siguiente de la

posesión del Presidente Álvaro Uribe, ese día, 8 de agosto de 2002, el Presidente Uribe

madrugó para irse a la ciudad de Valledupar (departamento del Cesar) donde se reunió

con los políticos cercanos al bloque Norte y un asesor cercano de Jorge 40, el señor

Sergio Araujo Castro quien además de asesor era uno de los principales testaferros de

Jorge 40 y uno de quienes manejaba para este actividades de narcotráfico, este señor,

adicionalmente, era el hermano del, en ese entonces, recién elegido senador Álvaro

Araujo Castro y la Ministra de Cultura María Consuelo Araujo Castro. Fue Sergio

Araujo quien le pidió al presidente Uribe, a nombre de Jorge 40, que le nombrara a un

recomendado de ellos en algún alto cargo del sector de Seguridad y Defensa. Uribe en

ese momento tenía la dificultad de no tener donde nombrar a Jorge Noguera, fue así

como aprovechó la coyuntura y lo nombró en el DAS como cuota del Bloque Norte.

De lo anterior puedo dar fe puesto que gran parte de la gestión con los políticos del

bloque norte para que lo recomendaran, la hizo Jorge Noguera a través de mí,

aprovechando que yo había participado en sus campañas políticas y era cercano a ellos,

sobre todo a Jorge Castro Pacheco (suplente del senador Dieb Maloof) y José Gamarra.

El día viernes 16 de agosto de 2002 tomó posesión de su cargo Jorge Noguera Cotes

como director del DAS y 15 días después, el miércoles 4 de septiembre de 2002, me

nombró y posesionó como Jefe Nacional de Informática, poniendo a disposición mía, y

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por supuesto de las autodefensas, toda la información de inteligencia del país, puesto

que mi cargo me convertía en el custodio de esa información.

Aproximadamente quince días después, Jorge Noguera se trajo desde Santa Marta al

abogado Giancarlo Auque D’Silvestri, oriundo del municipio de Ciénaga del

Departamento del Magdalena, a quién designo como Secretario General del DAS.

Posteriormente, a finales de ese año 2002, ingresó a trabajar en el DAS un amigo de

Jorge Noguera de nombre Jimmy Nassar, oriundo de la ciudad de Barranquilla, de quién,

inicialmente, Yo no sabía qué cargo ocupaba en la entidad. Finalmente en el año 2003,

Noguera lo nombró como asesor del Director.

De esta forma completaba Jorge Noguera el grupo de quienes seríamos sus más

cercanos colaboradores, los cuales, en el inmediato futuro, terminaríamos formando

parte de lo que en los círculos más íntimos de la mafia y del paramilitarismo se llegaría

a conocer como “El Cartel De Las Tres Letras”

Etapa comprendida entre septiembre de 2002 y enero de 2005

Desde nuestra llegada al DAS Jorge Noguera fue claro en decirme que nuestro trabajo

estaría dirigido a servir a las autodefensas, para ello nos involucramos en varias

actividades ilegales:

1. Penetración del Estado: Red de tráfico y manipulación de información clasificada

Se conformó, por parte nuestra, un grupo de funcionarios de diversas instituciones y

entidades del Estado colombiano que nos dedicamos a obtener información reservada y

de inteligencia y a manipular la información de los archivos judiciales en Colombia,

inicialmente en beneficio de las autodefensas unidas de Colombia y luego, no solo de

estas sino también de los grandes capos del narcotráfico en el país.

De esta red hacían parte entre otros:

FISCALIA GENERAL DE LA NACION

- Luis Camilo Osorio

Se desempeñaba como Fiscal General de La Nación y puso a disposición nuestra toda la

información criminal de que disponía esa entidad. De esta manera conocíamos de

antemano los operativos de incautación de bienes, órdenes de captura, solicitudes de

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extradición y cualquier otra que pudiese proporcionar la Fiscalía, igualmente podíamos

extraer expedientes y borrar o modificar antecedentes criminales.

Actualmente se desempeña como Embajador de Colombia en México. Cuando debió ser

remplazado como Fiscal General, el Presidente Uribe dijo que querría remplazarlo con

un clon de él mismo. Luis Camilo Osorio fue un colaborador de las autodefensas

durante toda su gestión como fiscal, de hecho visitaba al jefe de las AUC, Carlos

Castaño, en sus campamentos.

- Oficina de Asuntos Internacionales

Quien la dirigía nos informaba de las solicitudes de extradición en la medida en que

llegaban, esto nos permitía impedir la captura al alertar a la persona objeto de la

solicitud.

- Centro de información sobre antecedentes delictivos CISAD

Nos permitía modificar, suprimir, adicionar, etc. Antecedentes criminales

REGISTRADURIA NACIONAL DEL ESTADO CIVIL

Es la encargada de la identificación de los colombianos. Hacían parte:

- Aurelio Irragorri

Secretario General, era quien daba las órdenes para que nos colaboraran al interior en

las maniobras ilegales. Actualmente su padre es Senador.

- José Morillo González

Había sido nombrado como Gerente de Informática como cuota burocrática de los

Araujo Castro. Nos suministraba información reservada de esta entidad.

- Carlos Maldonado

Jefe de identificación, nos permitía borrar y suplantar identidades. También, a través de

él, podíamos obtener registros de identificaciones, huellas dactilares, etc.

MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES

La ministra Carolina Barco, actual embajadora de Colombia en Washington, dio orden

de que nos informaran la llegada de cualquier solicitud de extradición de manera verbal

e inmediata. Esta orden era, a todas luces, irregular e ilegal.

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OFICINA DE SEGURIDAD DE LA PRESIDENCIA

El jefe de seguridad del Presidente Uribe, Coronel Mauricio Santoyo, era quien recibía

parte de la información que recopilábamos de manera ilegal. También, en algunas

ocasiones nos solicitaba investigar sobre algunas personas, las cuales posteriormente

eran objeto de amenazas y atentados.

MINISTERIO DEL INTERIOR

- Fernando Londoño Hoyos

Fue quien lideró todas las conspiraciones en contra de Venezuela, siempre se refería al

Presidente Chávez como “comunista jefe de las FARC”. Representaba a la ultraderecha

radical.

- Juan Carlos Vives Menotti

Era viceministro del interior, había sido Gobernador del Departamento del Magdalena.

Uno de sus hombres de confianza, Álvaro Ordoñez Vives, es quien maneja para los

paramilitares la Cooperativa Indígena de Distribución de gasolina en Maicao. A través

de ellos, conseguimos que el bloque norte nos construyera las oficinas del DAS en

Paraguachón.

El “caprichito” del Presidente Uribe

Dos hechos me demostraron que el Presidente Álvaro Uribe conocía y aprobaba la

existencia de esta red ilegal y las actividades delictivas a que nos dedicábamos (en

beneficio de los paramilitares) quienes hacíamos parte de ella:

- A comienzos del año 2003 el Coronel de la Policía Nacional Heriberto Pardo Ariza fue

designado Comandante de la Policía en el Departamento del Magdalena, el mismo día

en que se celebró la ceremonia en la que recibía el mando, hombres de las autodefensas,

del Frente Resistencia Tayrona, colocaron un artefacto explosivo en el hotel UBI,

ubicado al lado de la Gobernación del Magdalena, y otro en el hotel Santamar donde

hubo un muerto a causa de la explosión. El Coronel Pardo Ariza tomó este hecho como

un acto inamistoso y desafiante y desde ese momento prácticamente le declaró la guerra

a las autodefensas, iniciando una ofensiva contra estos grupos en todo el Departamento

del Magdalena, especialmente en la ciudad de Santa Marta.

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Debido a lo anterior, el Coronel Pardo Ariza automáticamente se ganó la animadversión

de Jorge Noguera quien, aprovechando su cercanía con el Presidente Uribe, se dedicó a

intrigar ante este en contra del Coronel.

Adicionalmente, utilizando nuestra red ilegal, nos dedicamos a obtener anticipadamente

la información sobre los operativos que la Policía, encabezada por el Coronel Pardo,

planeaba en contra de las Autodefensas en el Magdalena, alertando a los paramilitares y,

de esta manera, saboteando los operativos. Quien llevaba la información obtenida en

Bogotá y la entregaba a los paramilitares en Santa Marta era Yo, por lo que muy pronto

la Policía se fijó en mí.

El susto grande para Jorge Noguera y para mí fue cuando él, que conseguía de manera

clandestina los informes de inteligencia de la Policía Nacional, obtuvo uno de estos en

el cual se mencionaba a GARCIA TORRES RAFAEL ENRIQUE como posible enlace

del Director Nacional del DAS con grupos de autodefensa. Este hecho nos causó mucha

preocupación y desde ese momento comencé a mostrar cierta renuencia a continuar con

las entregas de información, debido a que mi esposa y mi hijo aún vivían en la ciudad

de Santa Marta y consideraba que el seguimiento que me hacía la Policía los colocaba

en serio peligro.

Aproximadamente en el mes de abril de ese año 2003 obtuvimos información sobre una

operación que se planeaba contra las autodefensas de Hernán Giraldo en Santa Marta,

conseguimos medios magnéticos y listados en donde aparecían los bienes inmuebles

(Casas, haciendas, edificios, lotes, etc.) y empresas que serían objeto de allanamientos e

incautaciones, también aparecían los nombres, ubicaciones y perfiles de las personas

que pretendían capturar. Esta operación la adelantarían fiscales de la Unidad Nacional

para la Extinción de Dominio y Contra el Lavado de Activos de la Fiscalía General de

La Nación, con el nombre de OPERACIÓN CICLON.

Cuando Jorge Noguera me dijo que llevara la información a Santa Marta para entregarla

a los paramilitares, le hice ver mi preocupación por los informes de inteligencia que

existían sobre mí, me preocupaba que me judicializaran y encarcelaran por

paramilitarismo (lo que años después efectivamente terminaría ocurriendo, irónicamente

por investigación que el propio Jorge Noguera adelantaría en mi contra).

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En ese momento Noguera me dijo que no me preocupara, que el Presidente Uribe y el

Fiscal General Luis Camilo Osorio estaban enterados de todo lo que estábamos

haciendo, por lo que no existía el riesgo de que Yo fuera objeto de una acción legal por

estos hechos. Ante mi escepticismo, Jorge Noguera me llevó a la Presidencia donde

ingresamos sin dejar registro alguno y estuvimos con el Presidente, quien nos confirmó

la orden de que entregáramos la información a las autodefensas.

La entrega de esta información efectivamente se realizó por parte mía, lo cual conllevó

al fracaso de la OPERACIÓN CICLON que no pudo conseguir sus objetivos.

Curiosamente hoy en día este es uno de los hechos por los cuales Jorge Noguera, por

testimonio mío, debe responder ante la Justicia Colombiana. Sin embargo ni Jorge

Noguera ni Yo nos hemos atrevido a referirnos (por miedo a lo que pueda pasarnos a

nosotros o a nuestras familias) sobre el papel que jugó el Presidente Álvaro Uribe en

este caso.

Finalmente, a finales del año 2003 el Coronel Heriberto Pardo Ariza fue relevado del

Comando de policía del Magdalena triunfando así las intrigas de Jorge Noguera, en su

contra, ante el Presidente Uribe. La última intriga contra el Coronel Pardo Ariza fue

cuando Jorge Noguera y Yo nos tomamos el trabajo de organizar una presentación para

el Presidente, en la cual demostrábamos con estadísticas la ofensiva que el coronel

Pardo Ariza había adelantado en contra de las autodefensas y como estas, por

consiguiente, estaban acorraladas en el Departamento del Magdalena.

Cuando se le hizo la presentación al Presidente Uribe, este montó en cólera e

inmediatamente citó al director de la Policía Nacional de entonces, General Teodoro

Campo Gómez, para que se presentara en la Casa de Nariño en la noche de ese mismo

día. En esa cita el Presidente maltrató verbalmente al director de la Policía, según se lo

conto la esposa del Presidente Uribe a Jorge Noguera, y le dijo que sacara a ese Coronel

de Santa Marta.

El Coronel Pardo Ariza había cometido el error de enfrentarse a las autodefensas, uno

de los más firmes aliados del Presidente Uribe en su campaña presidencial y en su

administración. Pocos meses después, el Coronel Heriberto Pardo Ariza fue retirado de

la Policía Nacional.

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- Desde que Jorge Noguera llegó a la dirección del DAS las autodefensas insistieron en

la reincorporación de dos antiguos directores regionales que habían sido desvinculados

por presuntos vínculos con paramilitares: Emilio Vence Zabaleta (viejo amigo de

Álvaro Uribe desde sus tiempos como director del DAS en el departamento de Córdoba)

y Rómulo Betancourt. Esta solicitud de las autodefensas se la transmitía a Jorge

Noguera el entonces presidente de la Federación de Ganaderos (FEDEGAN) Jorge

Visbal Martelo, quien desde el comienzo de las autodefensas era un visitante asiduo de

Carlos Castaño (en aquel entonces jefe máximo de las autodefensas). Visbal Martelo

hoy en día es Senador por el partido de la U (partido creado por Juan Manuel Santos,

actual Ministro de Defensa).

Finalmente, a mediados del 2003 Jorge Noguera complació a las autodefensas

nombrando a Emilio Vence Zabaleta como director del DAS en el Departamento del

Atlántico y, meses más tarde, a Rómulo Betancourt como director del DAS en el

Departamento de Bolívar.

Sin embargo, casi inmediatamente, los paramilitares se desengañaron de Emilio Vence

Zabaleta, este, quizás por su avanzada edad, ya no era el mismo hombre de armas tomar

con quien ellos habían contado cuando había sido director del DAS en el departamento

de Córdoba (una de las cunas de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá –

ACCU). Las autodefensas, en ese momento, no encontraron en Vence Zabaleta la

misma colaboración que les había prestado en el pasado, por lo que comenzaron a

quejarse de él y a pedir su relevo del cargo en el Atlántico. Estas quejas me las

manifestaban a mí, quien era el que se las transmitía a Jorge Noguera, este a su vez

montaba en cólera ya que no veía con buenos ojos a Emilio Vence. En realidad Jorge

Noguera veía a Emilio Vence como un competidor por su cargo, a raíz de la vieja

amistad que este mantenía con Álvaro Uribe. Por esa misma amistad, cuando Jorge

Noguera pretendía desvincular a Emilio Vence del DAS, se encontraba con la oposición

del Presidente Uribe lo cual terminaba enardeciendo aún más a Noguera.

Era este el escenario cuando fuimos invitados a la Presidencia para asistir a la posesión

de Hitler Rousseau Chaverra Ovalle como jefe de control interno de la Escuela Superior

de Administración Pública (ESAP), la cual sería ante el Presidente Álvaro Uribe, quien

le tomaría el juramento. Hitler Chaverra era un abogado amigo nuestro que habíamos

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conocido en la campaña presidencial de Álvaro Uribe y hasta ese momento había

trabajado con nosotros en el DAS.

El día de la posesión de Hitler cuando me disponía a pasar por el puesto de registro y

control de ingreso de Presidencia, uno de mis enlaces con las AUC (el ex capitán del

Ejército Colombiano Edgar Fierro Florez alias “Don Antonio”, jefe militar del bloque

norte en el departamento del Atlántico) se comunicó conmigo vía AVANTEL (red de

comunicación vía trunking, curiosamente las autodefensas se comunicaban conmigo a

través de un aparato de comunicación que me había suministrado el propio DAS), una

vez más se quejaban de la falta de colaboración de Emilio Vence y exigían (!) su

inmediato relevo.

Cuando me encontré con Jorge Noguera en el salón donde se realizaría la posesión, le

informé de la llamada que había recibido y la exigencia que las autodefensas le

enviaban. Noguera se enfureció tanto que perdió la prudencia, por lo que en el momento

en que el Presidente ingresó al salón Jorge Noguera me haló hacia donde estaba Uribe

Vélez, apartándonos los tres (el Presidente, Jorge Noguera y Yo) hacia un rincón, esto

ocurría en presencia de todas las personas que asistían al acto de posesión.

En ese momento Jorge Noguera le dijo al Presidente Uribe que las AUC estaban

exigiendo la salida de Emilio Vence del DAS, poniéndome a mí como testigo de que la

exigencia existía, continuó Noguera diciendo que ya eran muchas las quejas de las

autodefensas con respecto a la falta de colaboración de Vence Zabaleta, por lo que se

hacía necesario su relevo.

Recuerdo, como si fuera hoy, la respuesta de Uribe diciéndole a Jorge que “es cierto que

Emilio se ha “aflojado” mucho”, que sin embargo el sentía mucha consideración por

Vence y no quería que saliera de esa manera del DAS, por último el presidente le dijo a

Noguera que “manejara la situación con “los amigos” (se refería a los jefes de las

autodefensas), diciéndoles que la presencia de Emilio Vence en el DAS era un

“caprichito” del Presidente”.

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Al parecer la explicación que el Presidente Uribe le envió a los jefes de las autodefensas,

con respecto al caso de Emilio Vence, resultó satisfactoria para estos, puesto que Vence

Zabaleta permaneció como director del DAS en el Atlántico hasta mediados del año

2005.

Finalmente, Jorge Noguera logró su propósito de librarse de Emilio Vence al sindicarlo

y lograr su judicialización, presuntamente por haber hecho montajes para simular

posibles atentados contra el Presidente y luego, según Noguera, Emilio Vence se

encargaba de presentar como, en una operación del DAS dirigida por Vence, se habían

frustrado estos atentados. Emilio Vence fue objeto de una orden de captura por estos

hechos y terminó detenido.

Posteriormente, Emilio Vence Zabaleta terminó siendo declarado inocente cuando me

presenté ante la Fiscalía y rendí declaración en la cual referí como esta sindicación

contra él debía tratarse de un “falso positivo”, montado por Noguera producto de su

animadversión hacia Vence Zabaleta, lo cual las autoridades corroboraron que era cierto.

Sin embargo, igual que el caso anterior, Jorge Noguera, por su lado, y Yo por el mío,

nunca nos atrevimos a referirnos acerca de la exigencia planteada por las AUC respecto

a Emilio Vence Zabaleta y las “razones” que el Presidente Uribe les adujo para no

complacerlos.

El carrusel de la muerte

Cuando Jorge Noguera logró la aprobación del bloque norte para que yo pudiera irme a

Bogotá a trabajar con él, recibí instrucciones de los jefes de ese bloque de penetrar, en

especial, dos entidades (aparte del DAS): La Fiscalía General de La Nación y el

Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses. La infiltración de la

Fiscalía la consiguió Jorge Noguera a través del propio Fiscal General de la Nación,

Luis Camilo Osorio. Sin embargo, cuando supe que Medicina Legal se relacionaba con

cadáveres y ese tipo de cosas, me abstuve de tener contacto con esa entidad. Nunca he

estado de acuerdo con que se mate a nadie y me aterrorizaba la idea de que mis

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15

actividades (de las cuales era consciente que eran ilegales) terminaran contribuyendo

al asesinato de alguna persona.

Uno de mis enlaces (igual que Yo, otro lleva-y-trae, como coloquialmente se les llama

en Colombia) con las AUC era José Gelves Albarracín alias “el canoso”, uno de los

jefes del Frente Resistencia Tayrona de Hernán Giraldo y hombre de confianza de Jorge

40 (a quien llamábamos “el hombre del número”). Gelves me recibía información o

cualquier otra cosa que le quisiéramos enviar a los jefes de la autodefensas desde el

DAS y, a la vez, Yo le recibía a él los requerimiento o cualquier otro asunto que las

autodefensas nos quisieran enviar.

Entre los documentos que Gelves acostumbraba entregarme estaban las copias de las

declaraciones que desertores de las autodefensas rendían en la Fiscalía General de la

Nación, en contra de los jefes o de otros miembros de ese grupo ilegal. Con esta copia

obtenía el nombre del declarante y a partir de allí, con nuestra red de infiltración,

conseguía en la Registraduría Nacional del Estado Civil todos los registros

(identificación, huellas dactilares, etc.) del desertor que había declarado. Con todos

estos documentos, las copias que me entregaba Gelves y los que yo obtenía, armaba un

sobre que le entregaba personalmente a Jorge Noguera. En verdad, durante mucho

tiempo no supe para qué era esto.

Con alguna frecuencia visitaba en su oficina a Rodolfo Benítez detective del DAS a

quien Jorge Noguera había designado como Jefe de Protección (es decir el jefe de todo

el cuerpo de escoltas que tenía el DAS, por ende de los esquemas de protección, y a la

vez encargado de la seguridad de instalaciones y funcionarios), Benítez era oriundo de

la Costa Atlántica, de donde también éramos Jorge Noguera y yo, por lo que había

hecho cierta amistad con él.

En una de esas visitas, llegó uno de los estafetas (mensajeros) de la oficina del director

(Jorge Noguera) a recoger un listado que el jefe de protección debía enviarle a Noguera.

Luego de que se fue el mensajero le pregunté a Benítez sobre ese listado y me contestó

que el Ministerio del Interior tenía unos albergues donde les daba refugio a quienes

desertaban tanto de la guerrilla como de las autodefensas, según Benítez tanto la

ubicación de estos albergues como los nombres de quienes se encontraban allí era

información confidencial, puesto que estas personas, en su mayoría, colaboraban con la

Justicia en contra de esos grupos armados por lo que eran declarados objetivos militares

por parte de ellos. El listado que Benítez acababa de enviar a la dirección del DAS, era

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16

el que contenía la ubicación de los albergues y las identidades de quienes se

encontraban refugiados en cada uno de ellos, el cual periódicamente Noguera requería,

según el propio jefe de protección.

Con una sospecha que me remordía por dentro, busqué a Gelves quien me confirmó lo

que yo sospechaba, con la información que yo le conseguía en la Registraduría junto

con el listado que le enviaba el jefe de protección, Jorge Noguera conseguía la

ubicación de la persona de cuya declaración José Gelves me había entregado copia, esta

información Noguera, a través de su amigo Álvaro Pupo quien era primo de Jorge 40

(Rodrigo Tovar Pupo), la hacía llegar a las autodefensas, quienes con esta ubicación

encontraban a la persona y la asesinaban, en un tenebroso “carrusel de la muerte”.

Según la versión de José Gelves alias “el canoso”, este plan había sido acordado por

jefes de las AUC con el Presidente Alvaro Uribe.

Aterrorizado descubrí como, sin saberlo, yo venía siendo parte de ese siniestro carrusel.

Hasta el día de hoy Jorge Noguera nunca ha sabido (presumo que el Presidente Uribe

tampoco) que yo descubrí la complicidad de él (y posiblemente de funcionarios del

Ministerio del Interior) en estos asesinatos, sin embargo, desde ese día nunca más volví

a conseguirle la información sobre esas personas, dándole como excusa que la persona

que me la conseguía había sido trasladada por la Registraduría.

La penetración del estado

La llegada nuestra al DAS solo fue la punta de lanza de la penetración que las

autodefensas lograron en muchas Instituciones y entidades del Estado durante la

administración de Álvaro Uribe Vélez. Conocí de esta situación muy de cerca porque en

varias ocasiones debí reunirme con funcionarios de esas instituciones o entidades,

cumpliendo órdenes que recibí, en algunos casos de Jorge Noguera y en otros de los

jefes de las autodefensas.

Entre las que recuerdo estaban:

1. Procuraduría General de La Nación

Durante la administración de Edgardo Maya Villazón (fue Procurador General de la

Nación hasta el 14 de enero de 2009) su hermanastro, Ángel Maya, y quien fuera su

Secretaria General, Margarita Fernández de Castro (gran amiga de Giancarlo Auque

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17

puesto que eran oriundos del municipio de Ciénaga ubicado en el departamento del

Magdalena), nos colaboraban para manipular las investigaciones que se adelantaban

contra funcionarios públicos por vínculos con las autodefensas

2. Fiscalía General de La Nación

El Fiscal General, Luis Camilo Osorio, fue un decidido aliado de las autodefensas

durante su administración, fue por ello que puso a un grupo de sus funcionarios,

encabezados por uno de sus asesores, a que trabajaran de la mano con nosotros en

beneficio de las AUC.

Por otra parte, el actual Fiscal General de La Nación, Mario Iguarán Arana, desde la

época en que trabajó como viceministro del interior era un hombre muy cercano a los

jefes del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas, Carlos Mario Jiménez alias

“Macaco” y Rodrigo Pérez Alzate alias “Julián Bolívar”. De hecho este último le festejó

su cumpleaños, en junio de 2005, en una casa de propiedad de Pérez Alzate en la ciudad

de Cartagena.

Mario Iguarán Arana, actuando como viceministro fue el autor principal de la Ley de

Justicia y Paz, una aberración jurídica diseñada (por el gobierno de Álvaro Uribe) para

garantizar la impunidad de los jefes de las autodefensas respecto de los crímenes de lesa

humanidad cometidos por ellos. Esta Ley establece una pena comprendida entre cinco y

ocho años de cárcel como castigo por todos sus crímenes. Para tener una idea de lo

impunidad que esto representa, hay que recordar que Jorge 40, jefe del bloque norte, en

una de sus versiones confesó que este bloque en una ocasión llegó a asesinar mil

quinientas (1.500) personas en 15 días.

3. Consejo Superior de la Judicatura

Una de las cuatro altas cortes de la Justicia colombiana, es la encargada de la

administración de la rama judicial y de investigar disciplinariamente a los funcionarios

de esta rama (jueces, fiscales, etc.). Uno de sus magistrados (todavía lo es), José Alfredo

Escobar Araujo (esposo de Margarita Fernández de Castro, oriundo de Ciénaga, por lo

tanto gran amigo de Giancarlo Auque y, por ende, delinquió con nosotros) nos ayudaba

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18

a que los procesos penales contra autodefensas o narcotraficantes amigos, fueran

asignados a fiscales y jueces de la nómina de estos.

4. Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada

Era un puesto asignado a las AUC, por lo tanto los superintendentes que pasaron por allí

eran impuestos por los jefes de esa organización. Era la entidad que se encargaba de

autorizar las licencias de funcionamiento de las empresas de vigilancia privada que, en

realidad, eran empresas de fachada de las Autodefensas.

5. Corporación Autónoma regional de Cundinamarca- CAR

A través del senador Dieb Maloof conseguíamos que contrataran personas y empresas

aliadas de las AUC

6. Instituto Colombiano de Desarrollo Rural – INCODER

Es el encargado de la adjudicación de tierras en Colombia, cuando fue dirigido por Luis

Ortiz las autodefensas consiguieron la legalización de grandes extensiones de tierra, las

cuales pusieron a nombre de sus testaferros.

7. Ministerio del Interior

Fernando Londoño Hoyos lo puso al servicio de las AUC y, además, desde allí

conspiró en contra del gobierno de Hugo Chávez.

8. Ministerio de Agricultura

Se encargaba de nombrar en el INCODER a la persona señalada por las AUC y

colaboraba en la legalización de las tierras robadas a los campesinos por esa

organización ilegal.

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9. Ministerio de Transportes

Un funcionario de apellido Pedraza nos colaboraba para pasar, en camiones,

cargamentos de droga y/o de armas y explosivos a través de los retenes de la Policía de

Carreteras.

10. Ministerio de Comunicaciones

Funcionarios y contratistas de este Ministerio nos colaboraban para que les concedieran

licencias y frecuencias para el funcionamiento de emisoras comunitarias creadas por las

AUC. En algunos casos, llegaron al punto de conseguirnos los equipos para estas

emisoras.

11. Ministerio de Relaciones Exteriores

La ministra Carolina Barco ordenó que nos informaran de la llegada de las solicitudes

de extradición. Lo cual era irregular e ilegal.

12. Ministerio del Ambiente

La ministra Sandra Suarez se encargó de que las Corporaciones Autónomas Regionales

de la Costa Atlántica (entidades encargadas del manejo ambiental en las regiones)

quedaran en manos de las AUC, al lograr que personas señaladas por este grupo fueran

designados directores de esas entidades.

13. Superintendencia de Notariado y Registro

Encargada de la vigilancia de las notarías y la matrícula de los bienes inmuebles (lotes,

casas, edificios, apartamentos, haciendas, etc.). Se encargaba de que se expidieran las

escrituras públicas que ponían a nombre de testaferros las tierras que las autodefensas

les robaban a los hacendados y campesinos

14. Embajada de Colombia en Panamá

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Algunos de sus funcionarios, entre ellos la embajadora Gina Benedetti, nos colaboraron

en actividades de narcotráfico y lavado de dinero

15. FONDELIBERTAD

Programa adscrito al Ministerio de Defensa, encargado del tema del secuestro, en el

cual había sido nombrado, como director, un señor oriundo de Cartagena cuando

nosotros llegamos al DAS. En complicidad con este señor desviamos fondos de este

programa con destino al bloque norte. Yo me encargué directamente de esta operación.

16. Armada Nacional

Oficiales de esta arma (conocidos como “el cartel de la armada” o “el cartel blanco”)

participaban en actividades ilegales con narcotraficantes y paramilitares

17. Industria Militar – INDUMIL

Entidad adscrita al Ministerio de Defensa, encargada del manejo, compra, venta y

fabricación de armas. Jorge Noguera y Giancarlo Auque, en su calidad de Director y

Secretario General del DAS respectivamente, hicieron contratos internacionales de

compra de fusiles y pistolas a través de esta entidad, varios lotes de estas armas fueron

entregados a las AUC.

18. Registraduría Nacional del Estado Civil

Al igual que la Fiscalía y el DAS, era una entidad que estaba prácticamente al servicio

de las AUC.

Varias de estas entidades, junto con muchos de sus funcionarios o ex funcionarios (cuya

colaboración con las AUC era tan estrecha que prácticamente eran miembros de esa

organización al margen de la Ley), hoy en día son objeto de investigación por parte de

la Fiscalía general de la Nación. Sin embargo, cuando quisieron contar con mi

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colaboración en estas investigaciones me negué a declarar, por consiguiente, muchos de

estos hechos son desconocidos para las autoridades colombianas.

2. Planes de conspiración contra Venezuela

Desde su llegada a la presidencia, Uribe se mostró muy preocupado por la situación en

las zonas de frontera con Venezuela, especialmente Norte de Santander y Arauca,

culpaba de ello a la, según él, connivencia del Gobierno del Presidente Chávez con la

guerrilla colombiana, esto lo manifestó en varias ocasiones en consejos de seguridad,

los cuales se realizaban todos los lunes en diferentes ciudades. De hecho expidió un

decreto creando una zona especial de orden público, donde designaba militares para

gobernar zonas del departamento de Arauca. Este decreto fue tumbado por la Corte

Constitucional que lo declaró inconstitucional.

En vista de lo anterior, el Presidente Uribe decidió acudir a su ejército paralelo, las

AUC, con el cual aspiraba a derrotar a la subversión. En algunas ocasiones Jorge

Noguera me comentaba que él le decía a Uribe que con los Generales que tenía en el

ejército no acabaría con la guerrilla, Uribe, según Noguera, le respondía que él tenía

otros generales.

A finales del año 2002, Uribe realizó una reunión con el jefe paramilitar Salvatore

Mancuso a la cual asistieron entre otros:

Jorge Noguera Cotes, director del DAS

Fernando Londoño Hoyos, Ministro del Interior

Rafael Nieto Loaiza, viceministro del interior y actualmente candidato a ser nombrado

como embajador en Europa

Camilo Ospina, Secretario de Presidencia y posteriormente Ministro de Defensa,

actualmente embajador de Colombia ante la OEA. Es el candidato del presidente Uribe

para ser elegido como el próximo Fiscal General de la Nación, en julio de 2009.

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Dieb Maloof Cuse

En ese entonces senador y político cercano a Salvatore Mancuso, a raíz de un vinculo

familiar que tenía con Helman Baute, uno de los principales testaferros de Mancuso.

También era uno de los senadores más cercanos a Álvaro Uribe Vélez. En la campaña

presidencial del año 2002, el entonces candidato Uribe Vélez fue objeto de un atentado

en la ciudad de Barranquilla cuando iba acompañado de Dieb Maloof. Fue condenado

por la justicia colombiana en el año 2007 por vínculos con paramilitares.

En esta reunión se definió enviar tropas de las autodefensas a los departamentos de

Norte de Santander y Arauca, con el fin de combatir a la guerrilla en la frontera con

Venezuela y entrar a este país cuando fuera necesario. Fue de esta reunión de donde se

fortalecieron los bloques Catatumbo y Vencedores de Arauca.

Con el propósito de buscar apoyo entre sectores de la oposición venezolana, Fernando

Londoño acudió a una Familia Lapi, del estado Yaracuy, y a un señor de apellido

Marín quien en ese entonces me parece que vivía en Europa. De igual manera se contó

con la ayuda de un señor de nombre Iván Roa del Estado Táchira, al parecer relacionado

con Álvaro Uribe.

En la década de los ochenta cuando el cartel de Medellín controlaba parte del negocio

del narcotráfico, José Rafael Abello Silva, narcotraficante samario, se dedicaba a esta

actividad en alianza con Pablo Escobar Gaviria. En esa época Abello Silva mantenía un

romance con la actriz María Conchita Alonso, a quien llevaba con frecuencia a la

ciudad de Santa Marta. En aquel entonces Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don

Berna, trabajaba con la familia Galeano quienes eran socios en el negocio del

narcotráfico con Pablo Escobar. Fue en ese tiempo cuando tanto María Conchita Alonso

como su hermano Roberto Alonso se relacionaron con narcotraficantes colombianos. De

esta relación se originó el vinculo de Roberto Alonso con Don Berna, quien a la postre

termino convertido en jefe paramilitar, y por ende con el resto de los paramilitares

colombianos, por lo cual terminó apoyando las actividades de estos en territorio

venezolano.

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En Arauca se definió un plan de tres componentes:

- Militarización del departamento

- Ofensiva conjunta del ejército con paramilitares en los municipios de Tame, Arauca,

Puerto Rondón y Cravo Norte.

- Montaje de grupos de sicariato selectivo en Saravena, Arauca y Tame.

La ofensiva del ejército y los paramilitares se inició entre enero y marzo del 2003 con la

operación Catedral, donde participaban la Brigada XVIII y las Brigadas Móviles I y III.

Los generales Carlos Lemus Pedraza y luego Gustavo Matamoros Camacho de la

brigada XVIII y el coronel Luis Medina Corredor del grupo mecanizado Reveiz Pizarro,

en alianza con la convivir el Corral hicieron parte de este plan.

Los paramilitares se concentraban en la finca Bellavista y montaban operativos en la

carretera Ruta de Los Libertadores que interconecta a Colombia con Venezuela.

Las masacres realizadas por los paramilitares aterrorizaron a la población civil, a

comienzos del año 2004 se realizó un consejo de seguridad en Arauca, del cual existen

actas, con la asistencia del Presidente Uribe, los altos mandos miliares y Jorge Noguera

en su calidad de Director del DAS, en este, dirigentes del departamento le expresaron al

Presidente su preocupación por la ola de violencia y asesinatos que venía aconteciendo

en el Departamento por parte de los paramilitares y, además, de cómo estos traían

ciudadanos de Venezuela, de las poblaciones fronterizas de ese país, y los masacraban

en territorio colombiano, descuartizándolos y enterrándolos en fosas comunes.

Lo que ignoraban quienes se quejaban, era que las tropas de las AUC que habían

llegado a Arauca, enviadas desde el Departamento de Córdoba, el Urabá Antioqueño y

el departamento del Cesar por el Estado Mayor de las AUC, lo habían hecho atendiendo

órdenes del propio Presidente Álvaro Uribe.

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Aún lo peor estaba por venir, el primero de enero de 2004 había tomado posesión como

Gobernador del Departamento de Arauca el señor Julio Cesar Acosta, quien había sido

financiado y apoyado en su campaña por el Mellizo Miguel Ángel Mejía Múnera, jefe

del bloque Vencedores de Arauca de las AUC. Con este hecho arreció la violencia en

Arauca, siendo, en muchas ocasiones, el propio gobernador quien le indicaba a los

paramilitares a que personas debían asesinar.

En el Departamento de Norte de Santander la ofensiva paramilitar, que se inició en dos

fases, la primera en 1999 y la segunda desde los primeros meses del año 2002 liderada

por el ex Capitán del Ejercito Alberto Pérez Betancourt alias “Camilo”, contó con el

apoyo del Batallón Comuneros 36, también colaboraron los Batallones No. 45 de Tibú,

el Batallón No. 5 Galán, el Batallón Mecanizado Grupo Maza y el Móvil

Contraguerrilla Guanes, todos adscritos a la Fuerza de Tarea Catatumbo.

De la misma forma en que sucedió en Arauca, las masacres realizadas por los

paramilitares en La Gabarra y Tibú aterrorizaron a los habitantes de la región, donde

también fueron masacrados ciudadanos venezolanos que los paramilitares traían de las

poblaciones fronterizas de Venezuela. Aún hoy en día, restos de ciudadanos

venezolanos permanecen enterrados en fosas comunes en La Gabarra.

De igual manera la familia de la esposa de Jorge Noguera, la familia Flores Faillace

radicada en Cúcuta, sirvió de puente con sectores de la oposición del Estado Táchira.

Durante el año 2003, Jorge Noguera viajó con frecuencia a Cúcuta e ingresó sin dejar

registro a Venezuela, con el propósito de reunirse con personas de la oposición en el

Táchira, el señor Iván Roa era su apoyo.

En el año 2003, Jorge Noguera creó un grupo especial, y clandestino, el cual tenía la

misión de infiltrarse en Venezuela para, supuestamente, ubicar miembros de la

subversión refugiados en este país. La creación de este grupo fue encargada a Jacqueline

Sandoval Salazar quien como premio por este trabajo, inicialmente fue ascendida a

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25

Subdirectora de contrainteligencia y luego a Directora General Operativa. Jacqueline

Sandoval en la actualidad es directora el DAS en Antioquia.

Este grupo operaba desde Norte de Santander con la colaboración de Jorge Enrique

Díaz quien fue relevado de su cargo de director del DAS en Norte de Santander, para

que se dedicara a operaciones clandestinas dentro de Venezuela, por encargo de Jorge

Noguera. En abril del año 2005, Díaz fue hallado asesinado en La Fría, Venezuela, junto

con el cadáver del Sargento Celis, quien trabajaba con la división de inteligencia del

Ejército colombiano.

Entretanto en la Guajira, el DAS trabajaba de la mano con el Bloque Norte en un plan

dirigido a desestabilizar al gobierno venezolano.

En realidad el único interés que podrían tener narcotraficantes y autodefensas

(fenómenos ilegales que prácticamente eran lo mismo) en Venezuela era la utilización

de su territorio y sus costas para el transporte de droga, aprovechando esta coyuntura

fue que sectores de la oposición venezolana (sobretodo personas que conformaban lo

que se denominaba el Bloque Democrático) les propusieron que apoyarían las

actividades de narcotraficantes y paramilitares colombianos en Venezuela, a cambio de

que estos los apoyaran en su propósito de derrocar al gobierno de Hugo Chávez.

Entre los años 2001 y 2002 la oposición venezolana había diseñado un plan encaminado

a lograr sus propósitos, el cual tenía tres componentes:

- Boicotear el aparato productivo venezolano con el fin de crear una crisis económica

que creara descontento social.

- Adelantar una ofensiva contra el gobierno de Hugo Chávez en los medios de

comunicación.

- Asesinar a líderes del gobierno venezolano con el propósito de crear zozobra en el

gobierno y el país en general. En el plan se contemplaba el asesinato de:

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Jesse Chacón, Ministro del Interior y de Justicia

Isaías Rodríguez, Fiscal General

José Vicente Rangel, Vicepresidente de Venezuela

Hugo Chávez Frías, Presidente de Venezuela

En mi labor como enlace de Jorge Noguera con el bloque norte (lo que en Colombia

coloquialmente llaman lleva-y-trae) los mensajes, información o cualquier otra cosa que

debiera entregar o recibir, lo hacía, entre otros, a través de Jorge Castro Pacheco

(Senador colombiano hoy en día preso por conformación de grupos paramilitares) quien

era hermano de Augusto “Tuto” Castro Pacheco uno de los hombres de mayor

confianza de Jorge 40. Fue por medio de este canal (A través de Jorge Castro y de mi)

que el jefe del bloque norte le solicitó a Jorge Noguera la participación del DAS en este

plan conspirativo, informándonos de la alianza con la oposición venezolana y la

existencia del plan con sus componentes y objetivos.

Sin embargo, cuando le informé, ya Jorge Noguera estaba al tanto de todo, fue por él

que me enteré que uno de los cerebros de esta conspiración era el entonces Ministro del

Interior y de Justicia de Colombia, Fernando Londoño Hoyos y que la entonces Ministra

de Defensa, Martha Lucía Ramírez, también era partícipe de este siniestro plan.

En el año 2003 el alcalde de Santa Marta Hugo Gnecco Arregocés (quien en el año

2005 sufrió un atentado en Maracaibo, lugar donde se ocultaba de las autoridades

colombianas, y posteriormente fue entregado a estas por el gobierno venezolano) fue

suspendido de su cargo por parte de la Procuraduría General de la Nación. Por tratarse

de que Santa Marta es uno de los municipios colombianos que ostenta la categoría de

Distrito Especial, quien debía designar el reemplazo de Gnecco Arregocés como alcalde

era el Presidente de la República. En realidad quien se encarga de estas situaciones,

cuando se presentan, es el Ministerio del Interior y de Justicia y el Presidente lo que

hace es firmar el decreto correspondiente.

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Debido a que Santa Marta era la ciudad natal de Jorge Noguera y mía, Fernando

Londoño Hoyos, Ministro del Interior y de Justicia de ese entonces, le ofreció a Jorge

Noguera que recomendara a una persona, la cual Londoño se encargaría que fuera

nombrada por el Presidente Uribe como Alcalde de la ciudad. Este ofrecimiento lo hacía

Londoño como premio e incentivo para Jorge Noguera por su colaboración, en ese

entonces, presente y futura en la conspiración contra el gobierno de Hugo Chávez.

Conocí muy de cerca lo relativo al ofrecimiento de Fernando Londoño y su motivación,

puesto que la persona que Jorge Noguera recomendó, cuya hoja de vida le entregó al

Ministro, fue a mi esposa Liliana Del Castillo. Afortunadamente para mi esposa y para

mí, en el último momento a Jorge Noguera y a mí nos dio mucho susto la enorme

responsabilidad que esa Alcaldía representaba y declinamos el ofrecimiento.

Hoy en día Fernando Londoño Hoyos, quien tiene un programa radial matutino en la

cadena radial Súper y publica una columna de opinión en varios medios de

comunicación nacional, y Martha Lucía Ramírez, quien es senadora por el partido de la

U (fundado por Juan Manuel Santos, Ministro de defensa) y ha hecho pública su

intención de aspirar a la Presidencia de Colombia, son enemigos acérrimos del

Presidente Hugo Chávez y de su gobierno.

En varias ocasiones opositores venezolanos se reunieron con Jorge 40 en el Estado

Zulia en Venezuela, coordinando la ejecución de este plan. A algunas de estas reuniones

asistió Jorge Noguera, fue él quien me informó de la celebración de estas reuniones.

A partir de lo anterior el bloque norte de las autodefensas comenzó a incursionar y

ejercer control en zonas fronterizas del estado Zulia apoyado por opositores

venezolanos, quienes permitieron la utilización de haciendas de su propiedad en zonas

fronterizas para almacenar y ocultar drogas (cocaína), dólares, armas y explosivos.

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Cargamentos de cocaína eran introducidos desde la Guajira hacia Venezuela a través del

paso fronterizo de Paraguachón, esto lo hacían detectives del DAS bajo la dirección de

Luz Marina Rodríguez, quien en ese entonces era directora del DAS en el Departamento

de la Guajira y actualmente es Directora General Operativa en ese organismo, con la

colaboración de miembros de la policía de carreteras y de un funcionario del Ministerio

de Transporte de apellido Pedraza, quien hoy en día ocupa un alto cargo en esa entidad.

En Venezuela se contaba con la colaboración de Frank Joaquín Morgado, quien era jefe

antinarcóticos de la Guardia Nacional Venezolana y de Pedro Luis Martin Olivares. De

igual manera se introdujeron armas y explosivos por esta vía.

El Mapa de la conspiración dentro del DASEntre los funcionarios del DAS que conocieron y colaboraron en esta conspiración

contra el gobierno venezolano están:

- Giancarlo Auque D’Silvestri

Era el secretario General del DAS y estuvo encargado de la Dirección General de

Inteligencia, participó en el plan que llevó a la ubicación y captura de Rodrigo Granda

en Venezuela

- Gonzalo García

En aquel entonces oficial del Ejército Colombiano (trabajaba en inteligencia) que fue

encargado por Jorge Noguera de la Dirección General De Inteligencia del DAS.

- Edna Lucía Vélez

Era asesora (creo que aún lo es) de la dirección del DAS. No solo conoció de este tema

sino también de todos los delitos que cometíamos.

- Jimmy Nassar

Era asesor de la Dirección del DAS, consiguió las armas y explosivos que ingresaron

ilegalmente a Venezuela.

- Adriana Vivas

Era la jefe de prensa del DAS en aquel entonces, actualmente trabaja con Juan Manuel

Santos en el Ministerio de Defensa como jefe de prensa.

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- Oscar Galvis

Actual jefe de prensa del DAS, jugó un papel crucial en la manipulación de información

y medios cuando sucedió la captura ilegal de Rodrigo Granda en Venezuela

- Luz Marina Rodríguez

Actual Directora General Operativa del DAS, fue directora regional en el departamento

de La Guajira para la época del complot y colaboró de manera decidida en este.

- Inírida Pérez

Actual directora regional del DAS en uno de los departamentos de la Costa Atlántica

(no preciso cual), reemplazó a Luz Marina Rodríguez en la dirección del DAS en el

departamento de La Guajira.

- Jacqueline Sandoval

Actual directora regional del DAS en Antioquia, trabajaba en la dirección de

inteligencia, creo el grupo secreto que se infiltró en Venezuela

- Lilia Babativa

Actual Subdirectora de Asuntos Migratorios del DAS, colaboraba para ingresar

personas ilegalmente a Venezuela.

- Maria Claudia Montoya

Hija de Raúl Montoya, era la jefe de asuntos internacionales (no sé si todavía lo es),

ayudaba a la oposición venezolana en las gestiones diplomáticas en contra del gobierno

del Presidente Chávez.

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3. Narcotráfico y Lavado de Dinero: El Cartel De Las Tres Letras

Particularmente dos facciones del Bloque Norte: el Frente Resistencia Tayrona que

actuaba en la vertiente de la Sierra Nevada de Santa Marta que daba sobre el

Departamento del Magdalena y en la ciudad de Santa Marta y el Frente

Contrainsurgencia Wayuu que actuaba en el departamento de la Guajira y a la vez

incursionaba en el Estado Zulia en Venezuela, en especial en Maracaibo, estos dos

grupos, más que grupos de autodefensa eran verdaderos carteles de narcotráfico, casi

totalmente dedicados al tráfico de drogas a través del envío de lanchas rápidas desde el

Parque Natural Tayrona en el departamento del Magdalena, Bahía Portete en el

Departamento de La Guajira y Punto Fijo en Venezuela, hacia las Islas del Caribe,

Guatemala y México, transportando cada lancha entre una y dos toneladas de cocaína.

El señor Hernando Molina Araujo (hijastro de Edgardo Maya Villazón quien ocupó el

cargo de Procurador General de la Nación hasta el mes de enero de 2009), en la época

en que se desempeñó como cónsul en Guatemala durante el gobierno de Andrés

pastrana, fue quien estableció todos los contactos para que estas lanchas rápidas fueran

recibidas en Guatemala.

El señor Molina Araujo fue elegido en el año 2003 como gobernador del Departamento

del Cesar al presentarse como aspirante único impuesto por el Bloque Norte de las

Autodefensas, por estos hechos hoy en día permanece detenido y está siendo sometido a

juicio.

De igual manera, a finales del año 2002, Jorge Noguera viajó a México en razón de su

cargo como Director del DAS, en realidad este viaje (el cual fue oficial y pagado por el

estado colombiano) tenía como propósito establecer alianzas con la organización

narcotraficante de los hermanos Beltrán Leiva, lo cual se concretó, consiguiendo de esta

manera que las lanchas rápidas con droga fueran recibidas en México por esta

organización, la cual se encargaba de trasladarla a los estados de la costa Este de los

Estados Unidos. En viaje que realicé a México en la primera semana de febrero del año

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2003 (El cual también fue oficial y pagado por el estado colombiano), por órdenes de

Jorge Noguera participé de reuniones con miembros de la organización de los Beltrán

Leiva en las cuales se coordinaron los envíos de droga. Tanto los viajes de Jorge

Noguera como los míos debían ser autorizados, por escrito mediante resolución firmada,

por el Presidente Álvaro Uribe Vélez.

En ese mismo año 2003, Giancarlo Auque D’Silvestri, Secretario General del DAS, y

Jimmy Nassar, Asesor del Director del DAS, ambos, igual que Yo, hombres de

confianza de Jorge Noguera, debieron viajar a Miami para coordinar el recibo del pago

de los cargamentos de droga y la forma en que este dinero sería enviado a Colombia.

Con este mismo propósito viajaría Jorge Noguera en agosto de 2004 a la ciudad de

Miami y Yo, en agosto del año 2003 y agosto del 2004, a la ciudad de Orlando en el

estado de la Florida, bajo la fachada de que asistiría a un encuentro de usuarios de bases

de datos. Para mi viaje contamos con la colaboración de Francisco Duque Chacón

(gerente en Colombia de la empresa MTBASE la cual era la filial en Colombia de la

multinacional norteamericana SYBASE), quien pagó el tiquete aéreo y el hospedaje.

Se definió que el dinero sería enviado desde los Estados Unidos a través de correos

humanos, estas personas serían recibidas en el aeropuerto El Dorado de Bogotá por

funcionarios del DAS, quienes se encargarían de que pasaran los controles sin problema

alguno. El mecanismo ilegal para recibir a las personas y burlar los controles fue ideado

y gestionado por Lilia Babativa, en ese entonces y ahora Subdirectora de Asuntos

Migratorios del DAS (Por lo tanto jefa de todas las oficinas del DAS ubicadas en

aeropuertos internacionales, zonas fronterizas y cualquier otro punto migratorio), y Ana

Padilla Vacca, jefa del DAS en el aeropuerto El Dorado, fueron ellas quienes se

encargaron de gestionar los permisos ante el Departamento Administrativo de La

Aeronáutica Civil, AEROCIVIL.

Resultaron tan efectivos tanto la ruta para transporte de droga a través de México

como el mecanismo para introducir el dinero a Colombia, que muy pronto los

narcotraficantes amigos y las autodefensas terminaron solicitándonos que les

permitiéramos utilizar ese servicio. Los primeros en enviar drogas y recibir dinero por

esta vía fueron los líderes de una organización de narcotraficantes del departamento de

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32

Casanare, Néstor Ramón Caro Chaparro (amigo de Jorge Noguera y de Giancarlo

Auque), Mario Fernando Camacho Martínez y Hugo Fenel Bernal Molano (quien fue

extraditado a los Estados Unidos a finales del año 2008 y hoy en día permanece

detenido por cuenta de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York).

Posteriormente, también utilizarían esta vía narcotraficantes del cartel del Norte del

Valle (por ejemplo, Juan Carlos Ramírez Abadía alias “Chupeta” y Diego Montoya

Sánchez alias Don Diego, quienes no solo llevaban dinero a Colombia desde los

Estados Unidos sino también desde Europa) y jefes de las autodefensas como Jorge 40,

Hernán Giraldo Serna y Salvatore Mancuso.

En resumen durante los años 2003 y 2004, mediante esta red de lavado de dinero

conformada por funcionarios del DAS, de Aerocivil y la DIAN (Dirección de Impuestos

y Aduanas Nacionales) introdujimos a Colombia aproximadamente 100 millones de

dólares y entre 50 y 60 millones de euros.

Debido a lo anterior, desde el año 2003 comenzó a hablarse entre narcotraficantes y

paramilitares de “El Cartel de las Tres Letras”, haciendo alusión a las tres letras de la

sigla DAS y refiriéndose a quienes desde adentro de esta institución participábamos de

estas actividades ilegales.

Realmente la relación de cada uno de nosotros con narcotraficantes se originó de

circunstancias diferentes:

En el caso mío esta relación partió desde la época en que trabajé en la Sociedad

Portuaria de Santa Marta donde, si bien no participé de actividades de narcotráfico,

conocí a mucha gente que traficaba por el puerto de Santa Marta. Luego, a raíz de una

comercializadora internacional de frutas que tuve junto con dos amigos, participé en el

tráfico de drogas la cual mimetizábamos en las exportaciones de fruta que hacíamos a

Europa. De esta forma terminé haciendo negocios con varios de los más grandes

narcotraficantes de la Costa Atlántica colombiana e indirectamente con personas que

traficaban en alianza con el grupo de autodefensas de Hernán Giraldo, también conocí

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33

sus rutas para el tráfico de drogas. Esto ocurrió aproximadamente durante los años 2001

y 2002, exactamente hasta los días anteriores a mi vinculación al DAS.

En esa época (aproximadamente año 1999) mi hermana Aracelys vivía con Salvatore

Frieri Gallo, un colombo-italiano miembro de una familia muy adinerada quien, junto

con su hermano Arturo, manejaba negocios de su familia alrededor del mundo por lo

que debía mover cuantiosas sumas de dinero por varios países de Europa, Norte y

Centroamérica y varias islas del Caribe como por ejemplo Islas Caimán. Esta

circunstancia la aprovechaban los hermanos Frieri Gallo para traer a Colombia

cantidades de dólares sin el pago de los impuestos que por Ley estaban obligados a

pagar. Para ello, entre otros métodos, contaron con la incondicional colaboración de su

entrañable amiga Gina Benedetti quien era la gerente de la sucursal del Banco

Tequendama en la ciudad de Cartagena, por lo que utilizaba su cargo para que, a través

del banco, se blanqueara el dinero. Gina Benedetti fue la gerente de la campaña

presidencial de Álvaro Uribe en Cartagena y actualmente es la embajadora de Colombia

en Cartagena, circunstancia que aprovecha para su actividad ilegal.

Uno de los socios de negocios de los hermanos Arturo y Salvador Frieri Gallo era el ex

ministro de Desarrollo (durante el gobierno de Andrés Pastrana) Fernando Araujo

Perdomo, quien permaneció secuestrado por las FARC aproximadamente durante seis

años, al momento de su secuestro Araujo tenía una cuantiosa deuda con Salvador Frieri

a raíz de sus negocios legales e ilegales. En igual forma muchas otras personas de la

clase dirigente y empresarial de Cartagena y la Costa Atlántica colombiana, lavaron

dólares utilizando la organización ilegal de los hermanos Frieri.

A partir de información verbal que suministré a agentes federales de los Estados Unidos,

en la actualidad autoridades norteamericanas adelantan una investigación por lavado de

dólares a los hermanos Salvatore y Arturo Frieri Gallo. Es del interés de estas

autoridades obtener abundante documentación que tengo en mi poder, que prueba las

actividades ilegales de los hermanos Frieri y sus vínculos con Gina Benedetti (actual

embajadora de Colombia en Panamá), Fernando Araujo y las otras personas a las cuales

he hecho referencia.

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34

Fernando Araujo se fugó del campamento donde las FARC lo mantenían secuestrado en

el mes de enero de 2007, días después el Presidente Álvaro Uribe, en una de sus

acostumbradas maniobras mediáticas, lo designó Ministro de Relaciones Exteriores

(Canciller), durante su desempeño en este cargo Araujo Perdomo se caracterizó por su

antipatía hacia el gobierno del Presidente Hugo Chávez.

En el año 2001, Jorge Mauricio Sánchez Rentería alias Mauro, quien era una de las

personas que manejaba los negocios de tráfico de drogas de Hernán Giraldo Serna, me

pidió el favor de buscarle a alguna persona que pudiera traerle quinientos mil dólares

que tenía en Guatemala, con este propósito lo puse en contacto con Salvador Frieri

quien desde ese momento puso su organización al servicio de narcotraficantes y jefes de

autodefensas y, adicionalmente, participó en el tráfico de drogas con el Frente

Resistencia Tayrona de Hernán Giraldo.

En el caso de Jorge Noguera, sus vínculos con el narcotráfico se derivaron inicialmente

de su cercanía con personas relacionadas con José Rafael Abello Silva conocido como

“El Mono” Abello, narcotraficante samario miembro del cartel de Medellín en la década

de los años ochenta y quien permaneció recluido durante 19 años en cárceles de Estados

Unidos pagando una condena por narcotráfico. Posteriormente, Jorge Noguera se

relacionó con los hermanos Cobos y Florentino Riveira, actualmente presos en los

Estados Unidos y finalmente, antes de su llegada como director del DAS, tenía una

relación cercana con el grupo narcotraficante de Hernán Giraldo Serna (actualmente

preso en Washington por cuenta de la Corte Federal del Distrito Columbia).

Por último Giancarlo Auque D´Silvestri, a su llegada como Secretario General del DAS

se hizo cargo de la red de funcionarios que tenían a su servicio, al interior de ese

organismo, los narcotraficantes del Cartel del Norte del Valle, en especial Diego

Montoya Sánchez alias Don Diego (actualmente preso en los Estados Unidos por cuenta

de la Corte Federal del Distrito Sur de La Florida).

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35

Con estos antecedentes era de esperarse que, si bien iniciamos en el DAS colaborándole

a las AUC (y al Presidente Álvaro Uribe) en su supuesta lucha antisubversiva,

termináramos inmersos en actividades de narcotráfico y lavado de dólares con los jefes

de las Autodefensas y el resto de los grandes capos del narcotráfico en Colombia,

puesto que estos habían aportado a la campaña presidencial de Álvaro Uribe cuantiosas

sumas de dinero ilegal y enormes cantidades de votos conseguidos mediante el fraude y

la intimidación, contribuyendo de esta manera a la elección de Uribe Vélez como

Presidente de Colombia.

En el año 2003 Jorge Noguera me expresó la necesidad que tenia de conseguir una ruta

a través de la cual llevar droga a Europa, preferiblemente a Italia, cuya disponibilidad

había ofrecido a los jefes de las autodefensas (principalmente Salvatore Mancuso) y a

algunos de sus amigos narcotraficantes.

Desde mi época con la compañía comercializadora internacional de frutas que había

tenido con mi amigo José Carlos Morrón (llamada TROPIFRUT y registrada en la

notaría segunda de Santa Marta, mis acciones aparecían a nombre de Enrique Osorio De

La Rosa), conocía de una ruta para llevar droga a Europa que utilizaba el señor Isidro

Rodríguez, que aún vive en Santa Marta. Esta ruta, la cual había conseguido Isidro a

través de un ciudadano polaco-canadiense, transportaba cocaína a Nigeria (África

Occidental) mimetizada en exportaciones de arroz que salían de puertos de la costa

atlántica colombiana. Este arroz presuntamente era para satisfacer las carencias

alimenticias que sufría la población de ese país, por supuesto se contaba con la

colaboración de funcionarios del gobierno nigeriano quienes eran los que recibían el

arroz. Posteriormente, la droga se enviaba a España aprovechando que esta carga, que

iba de África a Europa, no era sometida a la cantidad de controles a que se veía

sometida una carga que llegara desde Colombia.

Le propuse a Jorge Noguera que utilizara esa ruta para lo cual lo puse en contacto con

quienes la habían utilizado. Inmediatamente, en ese año 2003, Jorge Noguera viajó

(nuevamente en viaje oficial autorizado por el Presidente Uribe y pagado por el estado

colombiano) a Roma (Italia) donde coordinó el recibo de la droga que iría a ese país

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36

desde Nigeria. Con el tiempo esta se convertiría en otra de las rutas de narcotráfico que

utilizaba y explotaba El Cartel De Las Tres Letras.

De igual manera Jorge Noguera consiguió, con mi ayuda, otras rutas de narcotráfico:

una que llevaba droga desde Cartagena a Panamá (utilizando las embarcaciones que

llevan mercancía de contrabando de Panamá a Colombia) y desde Panamá la droga era

enviada a La Florida (Estados Unidos) a través de las tripulaciones de los cruceros que

hacían parada en Panamá y en La Florida; otra (la cual utilizaba con el grupo de

narcotráfico de Hernán Giraldo) que pasaba la droga por Paraguachón (algunas veces en

los propios vehículos del DAS), la cual era llevada a Punto Fijo de donde se enviaba en

lanchas rápidas a Centroamérica y el Caribe.

A finales del año 2002 o inicios del 2003 (no recuerdo con exactitud) se presentaron al

despacho de Jorge Noguera, en el edificio del DAS ubicado en el sector industrial de

Paloquemao en Bogotá, unos oficiales de la Armada Colombiana con el propósito de

alertarnos sobre los planes de un ataque informático a la plataforma computacional del

DAS, como prueba nos mostraron varios mensajes impresos de correos electrónicos

cruzados entre los congresistas Gustavo Petro y Wilson Borja con unas personas que se

encontraban en Noruega. Inmediatamente Jorge Noguera solicitó que me hiciera

presente en su despacho para participar de la reunión con los señores de la Armada, les

peguntamos a estos la forma en que habían obtenido acceso a esos correos y fue así

como nos enteramos sobre la presencia permanente en las aguas y bases navales

colombianas, de buques británicos que eran los encargados de hacer toda la inteligencia

electrónica en el país, tenían la capacidad tecnológica para interceptar cualquier tipo de

comunicación. Al despedirnos les pedimos a los oficiales de la Armada que nos dejaran

los datos donde poder contactarlos.

Fue así como El Cartel De Las Tres Letras comenzó a tener acceso a: la información de

inteligencia que obtenían los británicos; la ubicación y las cartas de navegación de las

embarcaciones estadounidenses, británicas y colombianas del programa de interdicción

marítima, mediante el cual se interceptaban las embarcaciones que transportaban droga

y por último, además de El Cartel De las Tres Letras, los jefes de las autodefensas y los

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37

capos del narcotráfico terminaron haciendo negocios con oficiales de la Armada (lo que

se conocía como El Cartel de La Armada o El Cartel Blanco) como el Contralmirante

Gabriel Arango Bacci, el Capitán Jorge Luis Ahumada y el Almirante Guillermo

Barrera Cháves, quien actualmente es el comandante de la Armada Colombiana.

Algunas de las personas a través de las cuales se hacía contacto con los oficiales de la

Armada eran los señores Juvenal Serna Amarís y el señor Diego Pinzón, este último

decía tener contactos dentro de la Armada Venezolana que le permitían facilitar el

tránsito de embarcaciones con droga a través de aguas venezolanas.

Con el tiempo El Cartel De Las Tres Letras contó con cuatro o cinco rutas para

transportar cocaína a Estados Unidos y Europa, llegando a ser Jorge Noguera uno de los

más grandes capos del narcotráfico en Colombia.

Si se analiza detenidamente, éramos un cartel gubernamental de narcotráfico y lavado

de dinero conformado en su mayoría por funcionarios del gobierno colombiano, que

actuaba desde las entrañas de ese mismo gobierno, utilizando dineros, bienes y

documentos del Estado colombiano, en una siniestra alianza con paramilitares y

narcotraficantes. Es esta una de las máximas demostraciones de cómo en Colombia la

mafia se tomó el poder, mediante un proyecto político-criminal que convirtió a

Colombia en un Estado mafioso.

Fui una parte minúscula de ese proyecto político-criminal, al que más adelante me

referiré, por el cual terminé preso y condenado por la Justicia Colombiana, aunque los

grandes cabecillas de este proyecto aún se mantienen en el poder en Colombia y, por

ende, en la impunidad. Estos personajes son los que hoy en día buscan acallarnos,

mediante el asesinato, a todos quienes podamos informar a las autoridades, colombianas

o extranjeras, o a la justicia internacional (por ejemplo Corte Penal Internacional o

Tribunal De La haya) sobre todos estos crímenes y actos atroces cometidos por el

Gobierno Colombiano, encabezado por ese siniestro personaje de nombre Álvaro Uribe

Vélez.

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38

Etapa comprendida entre febrero de 2005 y noviembre de 2008

En junio del año 2004, en una de las conversaciones que casi a diario sostenía con Jorge

Noguera en su despacho, este me comentó que Luis Camilo Osorio, Fiscal General de la

Nación, le había recomendado que tuviéramos cuidado, argumentando que “los

americanos” (refiriéndose a alguna de las agencias federales estadounidenses que se

mueven libremente en Colombia) andaban detrás de nosotros. Esto nos causó una

inmensa preocupación, sin embargo era algo que en mi fuero interno venía esperando

debido a la vorágine de corrupción, paramilitarismo, narcotráfico y lavado de dinero en

la que estábamos inmersos, tanto nosotros los del DAS, como otros funcionarios del

gobierno.

Posteriormente, en septiembre del mismo año 2004, un alarmado Jorge Noguera me dijo

que “Luis Camilo” (se refería al Fiscal General Luis Camilo Osorio) le había informado

que era inminente la formulación de cargos en los Estados Unidos contra algunos de

nosotros. Había dicho Luis Camilo Osorio, según Noguera, que era muy probable que

se produjeran algunas solicitudes de extradición, entre ellas una contra Rafael García.

Esto nos causó un enorme susto, situación que llevaría a Jorge Noguera a cometer una

serie de errores, uno tras otro, que terminaría llevándonos a la cárcel a mí, a él y a

muchas otras personas muy cercanas al Presidente Uribe.

El inicio del desastre

En julio del año 2004 comencé a tener problemas con una funcionaria de la oficina de

informática que yo dirigía, Sandra Escárraga, según la subdirección de

contrainteligencia, venía modificando antecedentes, ilegalmente, de la base de datos del

DAS a cambio de insignificantes sumas de dinero. Puesto que era lo mismo que

hacíamos nosotros en beneficio de paramilitares y narcotraficantes, Yo era muy reacio a

que se hiciera cualquier investigación sobre este tema, sin embargo debido a la

insistencia de la dirección de inteligencia me vi obligado a formular una denuncia para

que se investigaran estos hechos.

Le informé a Jorge Noguera sobre la existencia de la investigación, para que tuviera

control de esta, y me desentendí del asunto. Lo que no imaginaba era que los detectives

de contrainteligencia, por ordenes de Jorge Noguera, llevaron a Sandra Escarraga ante

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un fiscal delegado ante el DAS donde rindió una declaración comprometiéndome a mí

en estos hechos. Con esta declaración el fiscal ordenó la interceptación del correo

electrónico y el computador mío, además del mail y el computador de quien era el

funcionario de mi confianza que me hacía todas estas maniobras ilegales, Ariel Garzón

Estrada (este hecho únicamente lo conocía Jorge Noguera).

Ariel Garzón, de manera ingenua, se refería de manera explícita en sus correos

electrónicos a todas las actividades ilegales de las que había participado conmigo, es

decir, la modificación y supresión (de manera ilegal) de los registros de la base de datos

del DAS y el lavado de dinero a través del aeropuerto (afortunadamente para mi, nunca

hice partícipe a Ariel de las actividades de narcotráfico).

El jueves 27 de enero de 2005, aproximadamente a las 2:30 P.M., fui detenido en mi

propia oficina del DAS por los cargos de falsedad en documento público y fraude

procesal, los delitos se referían al hecho de haber modificado registros de la base de

datos del DAS correspondientes a personas sindicadas por narcotráfico y/o

paramilitarismo. Teniendo en cuenta que todas estas actividades ilegales las había

realizado en conjunto con Jorge Noguera y que, adicionalmente, había estado junto con

él hasta el día inmediatamente anterior (miércoles 26 de enero, cuando ya Noguera sabía

de la orden de captura en mi contra), en ese momento supe que había sido víctima de

una emboscada en mi contra, tendida por el propio Jorge Noguera en busca de salir ileso

(a cambio de utilizarme a mí como chivo expiatorio) del problema a judicial que se nos

avecinaba.

La captura en mi propia oficina era un detalle que me demostraba que esta había sido

cuidadosamente planeada por el propio Jorge Noguera.

Prácticamente desde nuestra llegada al DAS, habíamos sido informados por los propios

jefes de las AUC que esta organización mantenía varios pequeños aviones privados

estacionados en hangares del aeropuerto El Dorado de Bogotá, en estos aviones las

AUC acostumbraban transportar desde la capital a sus propios campamentos,

a personas que ellos mismos secuestraban o que les entregaban organismos de

seguridad del Estado, para ser sometidas a interrogatorios bajo tortura y luego ser

desaparecidas.

En el caso de Jorge Noguera y mío en particular, el propio Hernán Giraldo Serna

(Comandante del frente resistencia tayrona de las AUC) nos había enviado el

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40

ofrecimiento de que en caso que tuviéramos que salir intempestivamente de Bogotá, por

algún problema, acudiéramos a ellos e inmediatamente nos sacarían en uno de esos

aviones. Esto solo lo sabíamos Noguera y Yo, fue esta vía de escape la que él quiso

evitar que yo utilizara cuando ordenó mantener la investigación en mi contra en secreto

y que fuera capturado en mi oficina.

El día de mi detención fui recluido en los calabozos del DAS y el jueves 3 de febrero fui

trasladado a la cárcel para funcionarios y ex funcionarios públicos ubicada en el

municipio de Chiquinquirá (departamento de Boyacá), donde en su mayoría los presos

eran militares y policías (activos o retirados)

La larga y angustiosa espera de la extradición

En la cárcel de Chiquinquirá fui recluido junto con varios oficiales retirados del ejército

casi todos sindicados de vínculos con paramilitares, a través de ellos y de sus contactos

pude reconstruir los hechos sucedidos, desconocidos para mi, que habían dado lugar a

mi detención.

Contrario a lo que, según Noguera, había dicho el Fiscal Luis Camilo Osorio, los

americanos no estaban contemplando en ese momento formularnos cargos. Al parecer,

en ese entonces los agentes federales lo único que conocían era de nuestra colaboración

a varios narcotraficantes al interior del DAS, su inconformidad por este hecho los llevó

a solicitar una cita con el Presidente Uribe en la cual expresaron sus quejas al respecto.

Fue entonces cuando Uribe habló con Jorge Noguera del disgusto de los

norteamericanos, decidiendo, al parecer entre los dos, entregarme a mí haciéndome

aparecer como el único culpable.

Sin embargo, los norteamericanos no tragaron entero, les parecía que todas estas

irregularidades no podían haberse realizado sin la participación del director del DAS,

además de que, según me informaban mis fuentes, la agencia ICE (Inmigration and

Custom Enforcement, adscrita al U.S. Department of Homeland Security) comenzaba a

investigar sobre las enormes cantidades de dinero extranjero ingresado por nosotros a

través del aeropuerto el Dorado.

Según me informaban, los americanos antes que en formularme cargos, se mostraban

interesados en hablar conmigo sobre estas actividades, esperando poder procesar a toda

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la organización. A pesar de esta versión, durante los primeros seis meses de detención

me mantuve angustiado esperando ser solicitado en extradición en cualquier momento.

Aproximadamente en abril de 2005, fui visitado en la cárcel por un abogado que

trabajaba con Jorge Noguera en el DAS, Orlando Perdomo Ramírez, le manifesté que

sabía que había sido objeto de una trampa por parte de Noguera, exigiéndole que

utilizara su cargo (aún continuaba siendo director del DAS) y sus relaciones para

superar el problema puesto que Yo no guardaría silencio eternamente.

Desde ese momento y hasta el mes de agosto, de manera reiterada envié mensajes tanto

a Jorge Noguera como a todos mis “amigos”, políticos y paramilitares, buscando ayuda

sin obtener respuesta, por último comenzaron a esconderse de mi esposa y ni siquiera le

pasaban al teléfono. Me di cuenta que en el mundo del paramilitarismo, quién cae en

desgracia es abandonado a su suerte. Sin embargo, era consciente que tenía dos

herramientas fundamentales que en algún momento explotaría: mí privilegiada memoria

y la abundante información que tenía en ella.

Finalmente, entre agosto y septiembre de 2005 se presentarían dos hechos que darían

inicio a uno de los mayores escándalos que enfrentaría Álvaro Uribe durante su

gobierno: mi traslado a la cárcel La Picota en Bogotá el día 23 de agosto y mi

llamamiento a juicio por seis cargos, el 23 de septiembre. Por mis relaciones con

paramilitares y narcotraficantes los delitos eran los de Lavado de activos (legalización

de bienes y dinero de origen ilícito), enriquecimiento ilícito (incremento injustificado en

el patrimonio) y concierto para delinquir (formar parte de una organización criminal),

en tanto que los delitos por manipular los registros de la base de datos del DAS eran los

de falsedad en documento público (modificar la información), supresión u ocultamiento

de documento público (borrar la información) y fraude procesal (inducir a error a una

autoridad por la manipulación de la información). Sin embargo, la Fiscalía en su

acusación contra mí era enfática en establecer que todos los delitos habían sido

cometidos con el propósito de beneficiar a organizaciones de narcotraficantes y

paramilitares.

Era yo el primer funcionario de trascendencia del gobierno Uribe señalado por prestar

apoyo a grupos de autodefensa, de esta manera Álvaro Uribe Vélez y Jorge Noguera

Cotes pretendían presentarme como el único responsable de un hecho que en el futuro

no podrían ocultar: el paramilitarismo y el narcotráfico habían llegado al poder en

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Colombia de la mano con el señor Álvaro Uribe Vélez, cuando este llegó a la

Presidencia.

La estrategia

El domingo 25 de septiembre de 2005 me reuní en mi celda de la cárcel La Picota con

mi esposa, Liliana Del Castillo, y mi hermana, Aracelys García, las cuales eran las dos

únicas personas con las que yo contaba para prestarme una ayuda efectiva. Les informé

de mi decisión de comenzar a hablar de los crímenes cometidos y de quienes habían

participado de ellos (iba a “prender el ventilador” como lo llaman coloquialmente en

Colombia), fui claro en decirles que iniciábamos una guerra muy desigual puesto que

éramos tres personas (un preso y dos mujeres indefensas) que íbamos a enfrentar a la

maquinaria del Estado, representada en el Presidente y algunos de sus más altos

funcionarios, que no dudarían en utilizar en contra nuestra cualquier mecanismo legal o

ilegal que tuvieran a su alcance. No alcanzábamos a imaginar que desde ese momento la

vida se nos convertiría en una incesante pesadilla.

En una pequeña hoja de papel (que mi hermana todavía conserva) formulé la estrategia

de la ofensiva que adelantaríamos, nos enfocaríamos en tres puntos:

- Una ofensiva jurídica

La cual se basaría en mis declaraciones ante las autoridades judiciales comprometiendo

a políticos y funcionarios del DAS (encabezados por Jorge Noguera). Era claro para mí

que el primer golpe que le diera a Noguera tenía que ser tan contundente que lo sacara

de su cargo de director del DAS puesto que de no ser así, quedaría en una posición de

enorme desventaja. Los tres coincidimos en que debía abstenerme de señalar

directamente al Presidente Uribe o a cualquier narcotraficante, ya que si lo hacía era

seguro que me asesinarían a mí y a toda mi familia.

- Una ofensiva mediática

Teniendo en cuenta que el Fiscal General de la Nación, Mario Iguarán Arana, podía

considerarse como un “fiscal de bolsillo” del Presidente Uribe (como vice ministro del

interior había sido su subalterno hasta el momento que se posesionó como Fiscal

General), era evidente que este, con la ayuda del Fiscal Iguarán, trataría de mantener

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ocultas mis acusaciones. Lo que pretendíamos era que a través de los medios se

conocieran los hechos y señalamientos que haría en mis declaraciones.

Aprovechando el carisma y dulzura de mi esposa Liliana y el hecho de que vivía en

Bogotá, decidimos que ella se encargaría de hacer un intenso lobby ante los medios de

comunicación, la intención era contar con al menos un periodista en cada medio.

También buscaríamos contactos en medios internacionales, preferiblemente de los

Estados Unidos.

- Una ofensiva política

Se trataba de buscar apoyo con políticos de oposición y ONG’s internacionales que nos

protegieran de la guerra sucia que, suponíamos, el gobierno adelantaría contra nosotros.

Adicionalmente, buscábamos poner presión para que no se atrevieran a atentar contra

alguno de nosotros o pretendieran intimidarnos.

Interiormente sentía miedo, sobre todo de poner en grave riesgo a mi familia

comprometiéndolos en una guerra que a mis amigos en la cárcel (con excepción del ex

gobernador de San Andrés, Leslie Bent Archibold, y de un ex funcionario de la fiscalía,

Héctor Sandoval, quiénes me animaban a que siguiera adelante) les parecía perdida de

antemano. En realidad en aquel momento mi pretensión era la de que Jorge Noguera,

Giancarlo Auqué y Jimmy Nassar respondieran por sus crímenes tal como Yo lo estaba

haciendo y que, de paso, la opinión pública comenzara a darse cuenta que el gobierno

de Álvaro Uribe no era lo que se creía.

Se prende “el ventilador”

El lunes 26 de septiembre de 2005 mi hermana Aracelys radicó una solicitud,

refrendada con mi firma y huella, ante el Fiscal General de la Nación en la cual

pedía ser escuchado en declaración bajo juramento, con el fin de “poner en

conocimiento hechos que podrían comprometer al director del DAS Jorge Noguera

Cotes y a otros funcionarios con grupos de autodefensa”, igual solicitud se radicó ante

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el Procurador General de la Nación, Edgardo Maya Villazón. Enviamos copia de esta

solicitud a varios medios de comunicación y diversas ONG’s, con el propósito de

obligar al Fiscal Iguarán a que me citara a declarar.

El domingo 2 de octubre el diario “El Espectador” publicó un artículo llamando la

atención sobre el hecho de que La Fiscalía, en su acusación proferida en mi contra,

ordenaba investigar al director del DAS Jorge Noguera. Según nos lo informó el

periodista que elaboró la noticia, el viernes anterior había sido incesante el lobby de

funcionarios del gobierno ante el director del diario para que no se publicara la noticia,

sin embargo el director no accedió a echar atrás la publicación.

Rendí mi primera declaración ante la Fiscalía General de la Nación el jueves 13 de

octubre de 2005, en la cual me referí de manera muy marginal a la colaboración que

desde el DAS se prestaba a las AUC, en especial al bloque Norte de Jorge 40 y el frente

resistencia tayrona de Hernán Giraldo.

El domingo 16 de octubre, grabé una mini entrevista telefónica con el noticiero de

televisión “Noticias UNO” en la cual me referí a los encuentros del director del DAS,

Jorge Noguera, con el jefe del bloque norte, Jorge 40, también mencioné la filtración de

información reservada.

El martes 18 de octubre fui entrevistado telefónicamente por “la Wradio”, en directo,

manifestándome en el mismo sentido sobre el DAS y su director.

El 20 de octubre de 2005, la Fiscalía General de la Nación ordenó la detención

domiciliaria de mi esposa. Fue el primer golpe que recibimos, era evidente que trataban

de neutralizar el contacto permanente que ella mantenía con los medios de

comunicación.

Finalmente, en medio del escándalo que se iniciaba, Jorge Noguera se vio obligado a

presentar su renuncia al cargo de director del DAS el 25 de octubre de 2005. En el breve

término de diez días logramos el primer objetivo que nos habíamos fijado, consiguiendo

sacar a Noguera de su puesto. Sin embargo, tratando de proteger a Jorge Noguera, de

manera inexplicable el Presidente Uribe lo envió como cónsul a Milán (Italia)

Recordemos que este era uno de los países a donde llegaban los cargamentos de droga

enviados por El Cartel De Las Tres Letras en asocio con narcotraficantes y paramilitares

a través de África Occidental, ¿Qué buscaba el Presidente enviando a Noguera a un

cargo diplomático en uno de los países que era destino de embarques de droga enviados

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por el cartel gubernamental? Hechos como este me confirman que el Presidente Uribe

no era ajeno a las actividades de narcotráfico desarrolladas por nosotros desde el DAS.

Continué rindiendo mis declaraciones ante la Fiscalía los días 16 de diciembre de 2005,

2 de febrero y 9 de marzo de 2006, tal como lo habíamos previsto el gobierno y el Fiscal

General se empeñaron en mantener ocultos estos testimonios, frenando con ello las

investigaciones que debían iniciarse. Les decíamos a nuestros amigos periodistas que

buscaran copia de las declaraciones para que se publicaran, sin embargo se encontraban

con que estas estaban guardadas bajo el máximo secreto.

Finalmente, el domingo 2 de abril de 2006 la revista “cambio” bajo el título de “Yo

acuso” publicó un artículo citando apartes de mis declaraciones, haciendo enorme

despliegue sobre mis acusaciones. El fin de semana siguiente los diarios de Miami

(Estados Unidos) “El Nuevo Herald” y “The Miami Herald” y las dos revistas de mayor

circulación nacional en Colombia, “cambio” y “Semana”, le dieron portada al escándalo

exigiendo la salida de Jorge Noguera de su cargo como cónsul y una explicación del

Presidente Uribe sobre lo que había ocurrido al interior del DAS.

En consecuencia, el Fiscal General se vio obligado a iniciar las investigaciones,

viéndose Jorge Noguera, a la vez, abocado a renunciar a su cargo de cónsul en Milán y a

regresar a Colombia. Sin embargo, el fiscal Iguarán de manera hábil inició las

investigaciones sobre los delitos electorales (el fraude electoral), los cuales en ese

momento en la legislación colombiana no tenían penas de cárcel. Lo que buscaba

Iguarán, lo cual realmente logró, era “enfriar” el escándalo tratando de que este no

perjudicara la campaña reeleccionista de Álvaro Uribe, la cual se encontraba en plena

efervescencia.

El 20 de abril de 2006, encontrándose el escándalo en su punto cumbre (El presidente

Uribe aparecía en los medios de comunicación descalificándome una y otra vez,

tratando de defender a Jorge Noguera decía que este era un “buen muchacho” y me

calificaba de “delincuente que decía mentiras desde la cárcel”), recibí el golpe más

devastador de todos los que me tocaría asumir en medio de esta guerra. Luego de

visitarme el sábado 15 de abril en la cárcel, mi padre (¡el centro de mi vida!) sufrió un

infarto fulminante que acabó con su vida, su corazón no aguanto más la adrenalina de

esas semanas infernales.

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46

En el intervalo transcurrido entre mayo y octubre de 2006, el Fiscal Iguarán y el

gobierno lograron su cometido de mantener libre a Noguera y de neutralizar el

escándalo, nos mantuvimos en una situación de calma que le servía al gobierno para

mantener oculto el problema. Las hostilidades se reiniciarían en octubre cuando se

presentó un atentado con carro bomba en las instalaciones de la Escuela Militar en

Bogotá el 19 de octubre de 2006.

El viernes 20 de octubre el Presidente Uribe, en un discurso en el lugar del atentado,

declarando la guerra frontal al terrorismo y la subversión y mencionando por sus

nombres o alias a los jefes de las FARC, quienes serían los objetivos de esa guerra, de

manera asombrosa (puesto que no había relación alguna) se refirió a mi tildándome de

“testigo delincuente”, ese mismo día el Juez Sexto Especializado de Bogotá, ante el cual

había aceptado los cargos que se me imputaban, me impuso una condena de 18 años de

cárcel, la cual era a todas luces exagerada y, como se demostraría más adelante,

contraria a la Ley.

De esta manera buscaba el Presidente Uribe librarse de mí, declarándome enemigo del

Estado y buscando que permaneciera un largo tiempo en la cárcel.

La Corte Suprema de Justicia y la parapolítica

Luego de asimilar los golpes que había recibido de parte del gobierno, reinicié la

ofensiva jurídica la cual había suspendido luego de la muerte de mi padre. Rendí cuatro

declaraciones más ante la Fiscalía General de la Nación, sin embargo las

investigaciones allí no avanzaban, era obvio que “el fiscal de bolsillo”, Mario Iguaran,

frenaba las investigaciones en contra de Jorge Noguera en su afán de proteger al

gobierno del que el propio Iguarán había hecho parte.

Era esta la situación cuando la Corte Suprema de Justicia comenzó a tomar decisiones,

en el marco de las investigaciones que realizaba sobre la influencia ilegal que habían

tenido las AUC en las elecciones para congreso de los años 2002 y 2006 (Proceso que

los medios de comunicación denominaron “el proceso de la parapolítica”) (En

Colombia las investigaciones judiciales, en términos generales, las realiza la Fiscalía

General de la Nación, sin embargo algunos funcionarios tienen fuero constitucional por

lo que son investigados en unos casos por el congreso y en el caso de los congresistas,

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47

estas investigaciones las adelanta la Sala De Casación Penal de la Corte Suprema de

Justicia).

En el marco de estas pesquisas fui citado a declarar ante la Corte Suprema de Justicia,

donde rendí testimonio durante los días 21 al 24 de noviembre de 2006 en el cual, por

primera vez, reconocí ante una autoridad judicial mi pertenencia al bloque Norte de las

AUC (lo cual fue corroborado por la Corte Suprema de Justicia).

Luego de esto el Fiscal General de la Nación se vio obligado a adelantar una

investigación formal contra el ex director del DAS y ex cónsul en Milán Jorge Noguera

Cotes, en el marco de la cual fue detenido y recluido en la cárcel el 22 de febrero de

2007.

Como consecuencia de la manipulación y los retrasos que ha causado en la

investigación el Fiscal General Mario Iguarán (ex funcionario del gobierno Uribe y

viejo amigo de varios jefes de las AUC), lo cual causó que la Corte Suprema de Justicia

pidiera investigarlo, Jorge Noguera ha sido puesto en libertad en dos ocasiones por

vicios de procedimiento presentados en este proceso penal. Actualmente se encuentra

detenido y está siendo sometido a juicio ante la Corte Suprema de Justicia.

De igual manera en el año 2008, con base en mis declaraciones rendidas en la Fiscalía,

la Procuraduría General de La Nación le impuso a Jorge Noguera Cotes una sanción

disciplinaria, inhabilitándolo por 18 años para ocupar cargos públicos, al hallarlo

responsable de seis faltas disciplinarias gravísimas, entre ellas: enriquecimiento ilícito,

alteración y supresión de registros en el sistema de información del DAS, divulgación

de información reservada y conformación de grupos paramilitares.

De aquí en adelante tanto la Corte Suprema de Justicia como la Fiscalía General de la

Nación, con base en mis testimonios, comenzaron a tomar una serie de decisiones que

pondrían a la defensiva al Presidente Uribe y a todo su gobierno, al comenzar a ser

encarcelados varios de los alfiles del Uribismo, los cuales habían llegado al congreso

gracias al poder armado de las AUC.

En resumen, durante los años 2007 y 2008, como producto de mis declaraciones, se

tomaron decisiones judiciales en contra de las siguientes personas:

- Procesos adelantados por la Corte Suprema de Justicia

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Senadores

1. Dieb Maloof Cuse: condenado

2. Luis Eduardo Vives: condenado

3. Mauricio Pimiento: condenado

4. Alvaro Araujo Castro: está siendo sometido a juicio

Representantes a la Cámara

5. Alfonso Campo Escobar: condenado

6. Jorge Luis Caballero: condenado

7. Karelys Lara Vence: está siendo sometida a juicio

8. Rodrigo Roncallo: detenido

- Procesos adelantados por la Fiscalía General de la Nación

Ex senadores

9. Jorge Castro Pacheco: detenido y llamado a juicio

10. Salomón Saade: condenado

Ex representantes a la cámara

11. José Gamarra Sierra: condenado

12. Miguel Angel Durán: detenido

13. Jorge Luis Ramírez: detenido

Gobernadores

14. De Magdalena: Trino Luna Correa: condenado

15. De Cesar: Hernando Molina Araujo: detenido

Ex gobernadores

16. De Magdalena: José Domingo Dávila Armenta

Ex alcalde

17. De Santa Marta: José Francisco Zuñiga: Detenido y llamado a juicio

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Ex funcionarios

- Del DAS

17. Jorge Noguera Cotes: detenido y está siendo sometido a juicio

18. Gloria Bornacelly: ex directora del DAS en el Magdalena, detenida

- De la Registraduría Nacional

19. José Morillo: Fue destituido de su cargo por la Procuraduría. Está siendo investigado

por la Fiscalía

20. Piedad Montero: Asistente y luego sucesora en el cargo de José Morillo, se vio obligada

a renunciar

21. Enrique Osorio de la Rosa: detenido

Empresarios que entregaron dinero para las AUC a través del DAS

22. Francisco Duque Chacón: Gerente de MTBASE-SYBASE, fue llamado a juicio

23. Miguel Ángel Ianini: Vice Presidente de IMPSAT (Firma que ahora figura como Global

Crossing), en investigación en la Fiscalía

24. Ernesto Rey: Gerente de LINKS S.A. En investigación en la Fiscalía

25. Richard Shindler: Gerente de SAGEM (multinacional francesa de comunicaciones y

sistemas de biometría) en investigación en la fiscalía

26. Darío Montaño: Lobbysta de SAGEM, en investigación en la fiscalía

27. Orlando Patiño: Presidente de Emtelco (Firma filial de Empresas Públicas de Medellín,

que presta los servicios públicos en esa ciudad), en investigación en la fiscalía

- Declaraciones en otros procesos penales

Investigación por el homicidio, cometido en la ciudad Barranquilla, del sociólogo y

profesor universitario Alfredo Correa De Andreis:

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50

28. Rodrigo Tovar Pupo alias “Jorge 40”: fue llamado a juicio

29. Edgar Fierro Flórez alias “Don Antonio”: fue llamado a juicio

30. Javier Valle Anaya: ex subdirector del DAS en el Magdalena, se encuentra prófugo

Investigación por el homicidio, cometido en Bosconia (departamento del Cesar) del

presidente del sindicato de la DRUMMOND en Colombia, Valmore Locarno, y del

vicepresidente, Víctor Hugo Orcasita:

31. Jorge 40 y alias “Tolemaida”, uno de los jefes del bloque Norte en el Cesar, fueron

llamados a juicio

- Otras consecuencias de mis testimonios

Raúl Montoya Flórez: Se vio obligado a renunciar a la gerencia regional de la campaña

presidencial de Álvaro Uribe Vélez en el año 2006

Hitler Rousseau Chaverra Ovalle: Se vio obligado a renunciar como Consejero

Presidencial para las juventudes

Juan Carlos Vives Menotti: Se vio obligado a renunciar como director de la Dirección

Nacional de Estupefacientes

Martha Romero Villa: Se vio obligada a renunciar como subdirectora de la Dirección

Nacional de Estupefacientes

Enrique Ariza: Se vio obligado a renunciar como Director General de Inteligencia del

DAS

Los directores regionales del DAS en los departamentos de Cesar, Guajira, Bolívar y

Magdalena, fueron separados de sus cargos.

En febrero del año 2007, cuando las detenciones se producían en cadena y Yo

amenazaba con seguir declarando hasta llegar al Presidente, el Tribunal Superior de

Bogotá rebajó mi condena a 11 años de cárcel expresando que la condena en mi contra

proferida por el Juez Sexto Especializado de Bogotá había sido “manifiestamente

contraria a la Ley”. ¿Coincidencia o estrategia del Presidente Uribe?

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Desde ese momento, cuando el Presidente Uribe se refería a mí en sus entrevistas ya no

hablaba del “testigo delincuente” sino del “señor García”, posteriormente nunca más

volvió a hablar de mí en público.

En abril del año 2008, la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General de la Nación se

pronunciaron estableciendo que los testimonios de Rafael Enrique García Torres habían

constituido una colaboración eficaz para la administración de Justicia, concediéndome

una rebaja de 2 años y 2 meses de mi condena.

Con base en esta rebaja fui puesto en libertad condicional, por cumplimiento de las tres

quintas (3/5) partes de mi condena, el día 14 de noviembre de 2008.

El proyecto político-criminal que se tomó el poder en Colombia

El sueño de Pablo Escobar y sus socios narcotraficantes

A comienzos de la década de los años ochenta comenzaron a hacer gala de grandes

fortunas diversas personas y grupos familiares en el departamento de Antioquia,

especialmente en la ciudad de Medellín capital de ese departamento. En las elecciones

para congreso de 1982 uno de estos personajes se postuló como candidato, logrando

conseguir una curul en la Cámara de Representantes (Cámara baja del congreso

colombiano, el cual es bicameral).

Muy pronto algunos medios de comunicación, principalmente el diario El Espectador,

comenzaron a publicar artículos llamando la atención de las autoridades sobre este

parlamentario recién elegido y su fortuna de dudosa procedencia. Su nombre: Pablo

Emilio Escobar Gaviria.

Desde aquel entonces las personas y grupos que se lucraban del negocio del narcotráfico,

pretendieron acumular un poder político que les garantizara la impunidad y vivir

cómodamente a expensas de estos enormes capitales conseguidos a partir de esa

actividad ilegal.

En 1979 se firmó un tratado de extradición entre Colombia y los Estados Unidos, el cual

este país pretendía utilizar como herramienta principal para combatir los carteles de

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narcotráfico colombianos, los cuales monopolizaban los mercados de drogas ilegales en

el país norteamericano.

Con la llegada a la presidencia del doctor Belisario Betancur en 1982, llegó al

ministerio de justicia el político huilense Rodrigo Lara Bonilla quien inició una serie de

operativos encaminados a combatir ese negocio del narcotráfico, a partir de ahí los

grandes capos lo declararon su enemigo y terminaron asesinándolo el 30 de abril de

1984, cuando se dirigía a su residencia en la ciudad de Bogotá.

Fue el primer campanazo de alerta acerca de las intenciones de los grandes capos del

narcotráfico de vivir impunemente de sus grandes fortunas en Colombia y eliminar

cualquier obstáculo que se interpusiera a ese propósito, entre ellos la extradición.

Solo basta revisar la historia reciente de Colombia para darse cuenta como Pablo

Escobar Gaviria y su socio Gonzalo Rodríguez Gacha alias “El Mexicano” (líderes de lo

que se conoció como “El Cartel de Medellín”), le declararon la guerra al estado

colombiano, sumiéndolo en un horrendo baño de sangre, buscando concretar su sueño

de que Colombia fuera un narcoestado en donde el resto de la sociedad pudiera coexistir

con los grandes criminales y que estos a su vez pudieran vivir a sus anchas haciendo y

deshaciendo, logrando la aprobación en el congreso de leyes que les garantizaran la

impunidad ante las autoridades colombianas y norteamericanas.

Desde aquel entonces algunas familias de la élite del departamento de Antioquia (en su

mayoría conocidas por su afición a la cría de caballos) se dieron cuenta que, sin dar la

cara, podían utilizar a las fuerzas ilegales derivadas del negocio del narcotráfico en su

propósito de conseguir el poder político y económico que hasta ese momento les había

sido esquivo.

El primer destello de esa alianza siniestra se dio cuando esas familias de élite

antioqueñas, que se lucraban indirectamente del negocio del narcotráfico y que estaban

hartas de Pablo Escobar Gaviria (el cual les exigía cuantiosas sumas de dinero a través

del secuestro y la extorsión), se unieron con: el cartel de Cali, los grupos paramilitares

creados por Fidel Castaño (el mayor de los hijos de la familia Castaño, quién había sido

socio de Pablo Escobar en los negocios del narcotráfico), la policía, la fiscalía y sectores

del gobierno de Cesar Gaviria, creando un grupo que llamaron “los

pepes” (PErseguidos Por Pablo EScobar) el cual tenía como único objetivo la

eliminación de Pablo escobar. De manera asombrosa este grupo, a todas luces ilegal y

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conformado en su mayoría por criminales, contó con la colaboración de agencias

federales de los Estados Unidos.

Finalmente, luego de haber conseguido la meta de eliminar a Escobar Gaviria el 2 de

diciembre de 1993, muchos de los delincuentes que hicieron parte de “Los Pepes” se

vieron beneficiados por unos decretos de indulto expedidos por el gobierno de Cesar

Gaviria.

A partir de allí las familias de élite y los grandes grupos empresariales del departamento

de Antioquia (conocidos en ese entonces como el Sindicato Antioqueño y que

posteriormente tomaron el nombre de Grupo Empresarial Antioqueño), los paramilitares

y los narcotraficantes, se dieron cuenta que la alianza entre ellos era el camino para

conseguir el sueño que le había sido esquivo a Pablo Escobar Gaviria: Que las grandes

mafias se tomaran el poder en Colombia.

Particularmente dos personas que formaron parte de la creación de “los Pepes”, en aquel

entonces muy jóvenes, vislumbraron que ellos y sus amigos narcotraficantes podrían

acumular poder político y asegurar su impunidad, concretando esa alianza con las elites

sociales y empresariales de Antioquia las cuales estaban ávidas de poder. Esas dos

personas eran: Carlos Castaño Gil alias “el pelao” y Diego Fernando Murillo Bejarano

alias “Don Berna”.

“Don Berna” es uno de esos personajes que resume la realidad histórica colombiana,

inició su vida delincuencial figurando como simpatizante del grupo guerrillero Ejército

Popular de Liberación (EPL), de allí pasó a trabajar con la familia Galeano (una de las

familias antioqueñas que participó del narcotráfico con Pablo escobar Gaviria), luego se

hizo socio de Fidel Castaño Gil (narcotraficante antioqueño que creo los primeros

grupos paramilitares en Antioquia y Córdoba, conocidos como las Autodefensas

Campesinas de Córdoba y Urabá – ACCU), posteriormente se unió al grupo de “los

Pepes” (donde logró forjar relaciones cercanas con algunos agentes de la DEA) y, por

último, junto con Carlos y Vicente Castaño Gil tomaron el mando de todas las

estructuras de sicarios de Medellín (entre ellas una organización dedicada a la extorsión

y el cobro de deudas entre narcotraficantes, la tenebrosa “Oficina de Envigado”),

integrándolas con las ACCU, dando las primeras puntadas de lo que a finales de la

década de los años noventa, en unión con jefes paramilitares de otras regiones del país

(Jorge 40, Salvatore Mancuso, etc.), denominarían Autodefensas Unidas de Colombia –

AUC.

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Aislamiento en solitario

Desde mi llegada a la cárcel La Picota en Bogotá permanecí recluido en un pabellón,

con régimen de mediana seguridad, destinado única y exclusivamente a funcionarios y

ex funcionarios públicos, sin embargo a finales del año 2006 cuando comenzaban a

verse las primeras consecuencias de mis declaraciones, las autoridades recibieron

informaciones de inteligencia sobre millonarias sumas de dinero (al parecer un millón

de dólares) que se estaban ofreciendo para eliminarme. Finalmente, a comienzos del año

2007 se descubrió un plan, fraguado por algunos presos, para atentar contra mí en el

sitio de reclusión donde me encontraba.

En consecuencia, el viernes 7 de mayo de 2007 las autoridades penitenciarias decidieron

trasladarme al pabellón de alta seguridad de La Picota buscando garantizar mi seguridad,

donde fui recluido en un sitio totalmente aislado de cualquier otro preso y donde solo

tenían acceso dos guardianes. Entre esa fecha y el 26 de noviembre de 2007 permanecí

recluido en aislamiento en solitario, sin ver ni hablar con persona alguna a excepción de

los dos guardianes y algunas visitas esporádicas.

En ese entonces mi esposa, quien se encontraba en detención domiciliaria, no lograba

que le concedieran el permiso de la fiscalía para visitarme (otra represalia mas en mi

contra) por lo que entre julio de 2006 y julio de 2007 solo pude verla en una visita que

me hizo el 24 de diciembre de 2006, por su cuenta sin permiso alguno.

El martes 27 de noviembre de 2007 llegó a La Picota, trasladado de manera transitoria

desde la prisión de máxima seguridad de Cómbita, Diego Fernando Murillo Bejarano

alias “Don Berna”, quien por razones de seguridad similares a las mías, fue recluido en

un cuarto adyacente a donde yo me encontraba en aislamiento. Desde ese momento en

que nos conocimos, forjamos una relación cordial haciéndonos compañía puesto que

cada uno de nosotros solo tenía oportunidad de hablar con el otro.

A partir de la llegada de “Don Berna”, fueron interminables nuestras conversaciones

sobre como el proyecto político-criminal que él se había encargado de forjar junto con

los otros jefes paramilitares y las élites antioqueñas, había logrado llegar al poder

cuando Alvaro Uribe Vélez asumió la Presidencia. Según me decía Don Berna, Alvaro

Uribe solo era, según sus propias palabras, “el monigote de mostrar”, pero que ese

proyecto era algo mucho más grande y que había sido diseñado para mantenerse en el

poder en Colombia por un muy largo tiempo.

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Según me contaba Don Berna, la familia de Álvaro Uribe Vélez, en especial su hermano

Santiago Uribe Vélez y su primo Mario Uribe Escobar, habían tenido una vieja relación

con él y con miembros de la familia Castaño Gil, producto de esta los Uribe habían

participado en la creación de grupos de autodefensa en Antioquia y de las actividades de

narcotráfico realizadas por estos grupos.

Durante muchas noches me habló Don Berna de la estrecha colaboración de las élites

antioqueñas para financiar la expansión de los grupos paramilitares en las diversas

regiones, buscando tener una fuerza armada irregular que enfrentara a la guerrilla con

sus mismos métodos y amedrentara y eliminara a quienes se oponían a su inexorable

ascenso al poder.

Como se forjó el proyecto

Durante casi todo el gobierno de Andrés Pastrana, 1998 – 2002, se llevaron a cabo unas

negociaciones de paz con el grupo guerrillero de las FARC para las cuales el gobierno

les cedió el control de un extenso territorio en el sur del país (42.000 kilómetros

cuadrados), que se denominó “la zona de distensión”.

Con semejante prerrogativa, este grupo guerrillero se fortaleció de manera tal que

muchas personas de la oligarquía colombiana y el propio gobierno de los Estados

Unidos, aprovecharon la situación para comenzar a vender la idea de que era inminente

la toma del poder por parte de las FARC y que por lo tanto era necesario que en las

elecciones presidenciales del año 2002 se eligiera a un gobierno de mano dura con la

guerrilla.

En realidad las FARC contribuyeron a que esa propaganda de la oligarquía colombiana

y el gobierno norteamericano tomara vuelo (a pesar de que era extremadamente

improbable la supuesta llegada al poder de las FARC), fueron tantos los abusos que

cometió la guerrilla utilizando la discutida “zona de distensión”, que la opinión pública

colombiana se hartó y comenzó a exigir su desmonte.

A la vez, a la sombra de este descontento, los grupos de autodefensa comenzaron a

crecer de manera exorbitante, de tal manera que en el año 1998 cuando se crearon (mas

en el papel que en la realidad) las AUC, esta federación de grupos de autodefensa

contaba con más de 20.000 hombres.

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Todas estas circunstancias fueron el caldo de cultivo para que las élites antioqueñas les

propusieran a narcotraficantes y paramilitares, representados en las AUC, que apoyaran

a sus candidatos al congreso y a la presidencia en las elecciones que se avecinaban para

el año 2002, a cambio de que cuando su candidato llegara a la Presidencia, concretarían

un “acuerdo de paz” que les garantizaría unas penas irrisorias, la no extradición y un

futuro lleno de comodidades disfrutando de sus enormes fortunas, acumuladas con base

en sus negocios de narcotráfico. Inclusive, según el ofrecimiento, quienes lo quisieran,

entre los jefes de las AUC, podrían ocupar curules en el Senado.

Es decir, esta promesa consistía, ni más ni menos, que en hacer realidad el viejo sueño

de Pablo Escobar Gaviria, quien en aras de conseguirlo sacrificó la vida de miles de

colombianos inocentes (jueces, fiscales, periodistas, políticos y miles de colombianos

del común).

De forma divertida me contaba Don Berna como en aquel entonces, jefes paramilitares

como Carlos Castaño Gil, Salvatore Mancuso y alias Ernesto Báez (jefe político del

poderoso Bloque Central Bolívar de las AUC), hacían planes futuros para cuando

llegaran al senado. Me parecía increíble y demostrativo de la astucia de quienes

convencieron a los jefes de las AUC de participar en esta alianza, que hubiesen podido

engañar a estos grandes criminales convenciéndolos que entrarían por la puerta grande

al congreso colombiano.

El candidato presidencial de ese proyecto político era un político antioqueño que había

forjado su carrera política al lado de Ernesto Samper Pizano (quien llego a la

presidencia de Colombia en el año 1994, en una campaña financiada por los grandes

capos del narcotráfico), el cual había sido gobernador del departamento de Antioquia en

el período 1998 – 2000, años en los que se multiplicaron los grupos paramilitares en

Antioquia, quienes a sangre y fuego sacaron a la guerrilla del Urabá antioqueño,

masacrando cientos de personas inocentes.

Ese político era Álvaro Uribe Vélez, quien a finales del año 2001 no tenía mayor chance

de llegar a la Presidencia puesto que en las encuestas de ese entonces solo aparecía con

el 2% de intención de voto. Sin embargo, ante semejante propuesta los narcotraficantes

y paramilitares pusieron al servicio de la candidatura de Álvaro Uribe Vélez toda su

infraestructura financiera y armada, logrando no solo llevarlo a la Presidencia sino que

esta elección se diera en primera vuelta, lo cual nunca había ocurrido desde que se había

instaurado el sistema de doble vuelta en Colombia para elegir Presidente.

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Desde mi cargo como auditor de sistemas (llevado a él por el bloque Norte de las

AUC) en la campaña presidencial de Álvaro Uribe Vélez en el departamento del

Magdalena, pude ser testigo directo de cómo esta alianza de empresarios, políticos e

iglesia católica con narcotraficantes y paramilitares, lograba la toma del poder con base

en un proyecto político-criminal diseñado con unos propósitos perversos.

El ascenso a la Presidencia de Colombia de Álvaro Uribe Vélez, significó la llegada al

poder de un proyecto político que fue producto de una alianza macabra entre sectores de

la ultraderecha en la legalidad: jerarcas de la iglesia católica, empresarios y dueños de

medios de comunicación, políticos radicales de derecha, etc.; y sectores de la ilegalidad:

los jefes de las AUC, narcotraficantes del sur del país y de los llanos orientales, de la

costa atlántica, de Antioquia, de Bogotá y el cartel del Norte del Valle.

Los hombres del proyecto

Los personeros políticos de ese proyecto son:

José Roberto Arango:

Oriundo de Antioquia, fue el primer alto consejero presidencial que tuvo el Presidente

Uribe, posición desde la que manejó mucho poder. Lo llamaban “el superministro”

Pedro Juan Moreno (fallecido):

Oriundo de Antioquia, se desempeñó como secretario de gobierno cuando Álvaro Uribe

fue gobernador de Antioquia. Era el consejero de Jorge Noguera cuando llegamos al

DAS. Por razones desconocidas para mí se distanció del Presidente Uribe, resultando

muerto en extrañas circunstancias en un inhóspito paraje de Antioquia donde se

accidentó el helicóptero en que se transportaba.

Recientemente fue mencionado en una declaración por Salvatore Mancuso como uno de

los promotores de la masacre del Aro en Antioquia. Se recuerda que otro paramilitar

preso, de apellido Villalba, ha señalado a Álvaro Uribe como uno de los promotores de

esa masacre.

Fabio Echeverry Correa:

Oriundo de Antioquia, fue presidente de la Asociación Nacional de Industriales – ANDI

y dirigió las dos campañas presidenciales de Álvaro Uribe, también se desempeñó

durante mucho tiempo como alto consejero del Presidente Uribe.

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Fernando Londoño Hoyos:

Oriundo del departamento de Caldas, fue el primer Ministro del Interior y de Justicia del

Presidente Uribe. Es un político de ultraderecha con fuerte ascendencia sobre las

Fuerzas Armadas.

Oscar Iván Zuluaga:

Oriundo del departamento de Caldas, dueño del emporio acerero ACERIAS ACESCO,

fue alto consejero presidencial y actualmente es el Ministro de Hacienda. Ha sido

señalado de tener vínculos con grupos de autodefensa de su departamento, de hecho una

de sus aliadas políticas terminó desmovilizándose con un bloque paramilitar. El Fiscal

Mario Iguarán archivó la investigación en su contra por estos señalamientos.

Andrés Uriel Gallego:

Oriundo de Antioquia, como Ministro de Transporte, ha sido el único que ha

permanecido en su cargo durante todo el tiempo transcurrido del gobierno de Álvaro

Uribe, con quien comparte su gusto por los caballos.

José Obdulio Gaviria:

Oriundo de Antioquia, primo de Pablo Escobar Gaviria, dos de sus hermanos pagaron

condenas en los Estados Unidos por narcotráfico. Uno de los personajes más perversos

del entorno de Alvaro Uribe, se desempeña como consejero presidencial.

Andrés Felipe Arias:

Oriundo de Antioquia, ocupó el cargo de Ministro de Agricultura, desde dónde

pretendió que el congreso le aprobara dos discutidas leyes (Ley de tierras y Ley

Forestal), que beneficiaban a los grandes grupos de terratenientes.

Fabio Valencia Cossio:

Oriundo de Antioquia, fue alto consejero presidencial, actualmente es Ministro del

Interior y de Justicia, pertenece a una de las castas políticas más poderosas de su

departamento cuyos miembros han ocupado innumerables cargos del estado en

sucesivos gobiernos. Uno de sus hermanos era director seccional de fiscalías en

Antioquia, cargo que debió abandonar por haber promovido la infiltración del grupo

criminal de alias “Don Mario”, narcotraficante que heredó las estructuras mafiosas de

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“Don Berna”. Por estos hechos actualmente está siendo juzgado por la Corte Suprema

de Justicia.

Luis Alfonso Hoyos:

Oriundo de Caldas, actual director de Acción Social de la Presidencia de la República,

donde maneja cuantiosos recursos del estado.

José Félix Lafaurie:

Oriundo de la costa atlántica colombiana, actual presidente de la Federación Nacional

de Ganaderos – FEDEGAN. Ocupó varios cargos en el gobierno de Álvaro Uribe.

Luis Carlos Villegas Echeverry:

Oriundo de Risaralda, presidente de la Asociación Nacional de Industriales – ANDI,

uno de los gremios más poderosos de Colombia, desde donde ha liderado un apoyo

incondicional al Presidente Uribe.

Las banderas que enarbola este proyecto político son dos:

- La seguridad democrática: Es la herramienta por medio de la cual se busca fomentar el

odio y el miedo entre los colombianos, utilizando el discurso contra el terrorismo. No es

otra cosa que continuar la violencia y la barbarie, campo abonado para que el más fuerte

se mantenga en el poder.

- La confianza inversionista: Continuar con la política de “hacer más ricos a los ricos y

más pobres a los pobres”, de esta manera se garantiza que los empresarios, apoyados en

el miedo y la violencia, continúen usufructuando las grandes riquezas de Colombia.

En mis conversaciones con Don Berna cuando le hice este mismo análisis, se quedó

asombrado, me dijo que yo era muy inteligente puesto que era una de las pocas personas

que se daba cuenta de la magnitud de lo que estaba ocurriendo. Aseguraba que él, los

demás jefes paramilitares y personas como Yo que habíamos participado en la toma del

poder de ese proyecto, solo habíamos sido “idiotas útiles” y que nuestro final sería

muertos o presos en una cárcel en los Estados Unidos.

En mayo de 2008 comprobaríamos cuánta razón tenía Don Berna cuando vaticinaba

estos negros augurios.

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60

El derrumbe del sueño

Tal como se les había ofrecido, en el año 2003 el gobierno de Álvaro Uribe Vélez inició

unas “negociaciones de paz” con las AUC, creando una zona de similares características

a la que Andrés Pastrana había creado para la negociación con las FARC (la cual el

entonces candidato Álvaro Uribe tanto había criticado) aunque su extensión era

muchísimo menor.

La llamaron “zona de ubicación” y estaba ubicada en Santafé de Ralito en el

departamento de Córdoba, lo que la opinión pública ignoraba es que a escasos

kilómetros de ese sitio estaban ubicadas las ostentosas fincas donde vivían varios de los

jefes paramilitares, entre ellos Salvatore Mancuso, Don Berna, Vicente Castaño y el

propio Carlos Castaño.

En realidad la negociación no era solamente con las AUC sino también con los

narcotraficantes que habían apoyado la candidatura de Álvaro Uribe Vélez, sin embargo

este los presentó a todos como jefes de las autodefensas con quienes era necesario

acordar la paz. Imaginando que si el gobierno de los Estados Unidos se enteraba que la

verdadera intención era la de negociar no solo con paramilitares sino también con

narcotraficantes, podría tomar represalias contra el gobierno colombiano.

En medio de las “negociaciones” se dio el primer indicio de hasta donde serían capaces

de llegar los promotores del proyecto político-criminal, en su afán de mantenerse en el

poder y garantizar su propia impunidad. Los siguientes hechos los relataré tal como me

fueron contados por Diego Fernando Murillo Bejarano alias “Don Berna”.

Cuando el poderío paramilitar se encontraba en pleno apogeo y Carlos Castaño Gil, al

aparecer en público como el jefe máximo de las AUC, era uno de los hombres más

temidos de Colombia, este se enamoró perdidamente de una joven cordobesa de 18 años,

Keyla Gómez, con quien contrajo matrimonio. Pronto tuvieron una hija, la cual nació

con una extraña enfermedad conocida como “el síndrome del maullido del gato”,

agobiado por esta situación Carlos Castaño, que era un hombre inteligente y autodidacta,

se dedicó a averiguar todo lo que lo que le fue posible sobre esa enfermedad. Fue así

como descubrió que en Colombia no existía tratamiento para esta enfermedad y que

para ser atendida la niña tenía que ser trasladada a los Estados Unidos.

Carlos Castaño frustrado por no poder llevar a su hija a los Estados Unidos, estaba

requerido en extradición por el gobierno de ese país por delitos de narcotráfico, perdió

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el control y se dedicó a embriagarse con mucha frecuencia, en medio de sus borracheras

despotricaba contra los narcos que, según él, habían distorsionado su “lucha

antisubversiva” causando que los “verdaderos autodefensas” fueran tratados como

narcotraficantes por el gobierno americano.

Desesperado por su situación familiar Carlos Castaño comenzó a buscar acercamientos

con las autoridades norteamericanas, ofreciendo entregarse a la justicia de ese país y

colaborar suministrando abundante información, a cambio de que les permitieran vivir

en Estados Unidos a su esposa y a su hija y que esta, adicionalmente, pudiera ser tratada

por su enfermedad.

Según Don Berna, los únicos que habían tenido trato personal y directo con los

máximos jerarcas del proyecto político-criminal eran los hermanos Carlos y Vicente

Castaño Gil, por lo tanto solo ellos podrían dar a conocer sus identidades. Fue por esto

que, ante la intención de Carlos Castaño de entregarse y suministrar información a los

americanos, estos jerarcas entraron en pánico exigiéndole a Vicente Castaño que se

deshiciera de su hermano puesto que de lo contrario morirían los dos.

Tratando de salvar su propio pellejo Vicente Castaño procedió a darle muerte a su

propio hermano en abril del año 2004. Lo irónico del caso es que años después, cuando

el propio Vicente Castaño se dio a la huida pretendiendo evitar ser encarcelado en

Colombia y luego trató de negociar su entrega a las autoridades norteamericanas, el

propio Álvaro Uribe le pidió a Don Berna, utilizando como mensajero a su hermano

Santiago Uribe, que eliminara a Vicente Castaño, solicitud que fue cumplida por Don

Berna a través de sus redes de sicarios de la tristemente famosa “Oficina de Envigado”.

Fue este uno de los más grandes secretos que me confió Antonio López alias “Job” uno

de los miembros de esa “Oficina” y mano derecha de Don Berna, quien nos visitaba con

asiduidad a mí y a Don Berna en la cárcel La Picota y también, con la misma frecuencia,

visitaba la Presidencia.

Entre los años 2003 y 2005, los diferentes bloques de las AUC realizaron junto con el

comisionado de paz, contando con la presencia de diversas autoridades y funcionarios

de la OEA, pomposas ceremonias de desmovilización colectiva en la cual,

presuntamente, entregaban todas sus armas (en realidad entregaron armas viejas en su

inmensa mayoría y gran parte de sus armas nuevas las ocultaron en escondites bajo

tierra). A cambio de este desarme y el supuesto desmonte de sus estructuras armadas el

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gobierno les prometió a los jefes de las AUC, según versión de Don Berna, que no los

extraditaría, que no irían a la cárcel y que lograría la aprobación en el congreso de una

ley, que llamaron “ley de justicia y paz”, que les garantizaría penas irrisorias y que el

sitio para pagar estas penas serían sus propias fincas.

Luego de la firma de los acuerdos y las desmovilizaciones, cada uno de los jefes de las

AUC se fue a su región y algunos comenzaron a hacer ostentación de sus enormes

fortunas: Iban de compras a lujosos centros comerciales, se desplazaban en helicópteros

y camionetas HUMMER y actuaban como los verdaderos nuevos ricos del país.

La opinión pública colombiana y el gobierno de los Estados Unidos (cuya opinión es lo

único que de verdad tiene en cuenta el Presidente Uribe para tomar sus decisiones),

comenzaron a quejarse de que la negociación había sido en verdad una garantía a los

jefes de las AUC para la impunidad de sus crímenes. Ante este descontento, a mediados

del año 2006 el Presidente Uribe se vio obligado a recluirlos inicialmente en un Centro

Vacacional ubicado en el municipio de La Ceja en Antioquia y luego, cuando fue

enterado de que algunos de ellos planeaban fugarse de ese centro, procedió a

trasladarlos a la cárcel de máxima seguridad de Itagüí (Antioquia) donde se les aplicaba

un régimen penitenciario bastante permisivo.

A pesar de estas medidas, el gobierno norteamericano continuó con sus quejas,

exigiéndole al Presidente Uribe que al menos les entregara en extradición a algunos de

los cabecillas. El gobierno Americano se inclinaba por Carlos Mario Jiménez alias

“Macaco”, Diego Fernando Murillo Bejarano alias “Don Berna” y Rodrigo Tovar Pupo

alias “Jorge 40”.

En vista de lo anterior, a mediados del año 2007 el Ministro de Defensa, Juan Manuel

Santos logró convencer al Presidente Uribe de que la única forma de evitar mayores

inconvenientes con el gobierno de Estados Unidos era entregando en extradición a

algunos cabecillas de las AUC, luego de obtener el consentimiento del Presidente, el

Ministro Santos se fue a Washington donde acordó con las autoridades americanas que

próximamente serían entregados en extradición los jefes “desmovilizados” de las AUC

Carlos Mario Jiménez alias “Macaco” y Diego Fernando Murillo alias “Don Berna” (El

capitulo oculto de este acuerdo era la intención del gobierno americano de ofrecerles

beneficios a cambio de que comprometieran con sus testimonios, en actividades de

narcotráfico, a funcionarios del gobierno del Presidente Hugo Chávez de Venezuela)

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Con tal propósito, en ese momento el gobierno colombiano ordenó el traslado de estos

dos cabecillas de las AUC a la cárcel de máxima seguridad de Cómbita (lo que para

cualquier narcotraficante colombiano significa su inminente extradición), acusándolos

de continuar delinquiendo desde la cárcel.