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EL LATN: UNA LENGUA MUERTA? ORIGEN Y PERVIVENCIAENRIQUE MELNDEZ ZARCO

Uno de los mecanismos humanos que mejor permite dar cuenta de la vala, la idiosincrasia y, sobre todo, la vitalidad cultural y expresiva de cualquier comunidad de individuos en cualquier tiempo y espacio geogrfico es la lengua. Gracias a ella ha sido posible la comunicacin humana, la expresin de sentimientos y saberes, el registro y apreciacin del individuo sobre el mundo que le rodea, su postura ante los temas que le son comunes, es decir, la lengua le ha permitido al hombre decir quin es y que lo hace nico y especial de entre los otros. La lengua latina constituye una de esas herramientas en que se ha conservado una cultura que parte de Roma, pero que se ha ido construyendo y enriqueciendo a lo largo del tiempo. As pues, la huella de la lengua latina ha estado presente en la cultura universal desde la luminosa Edad Media en la cual ocupa un lugar privilegiado en el mbito clerical, literario y jurdico como en la poca actual con los millones de hablantes que la usan y la reaniman cada da a travs de los diversos campos donde laboran y se desarrollan.El origen del latn podemos considerarlo en las orillas del ro Tber, en la antigua regin de Lacio (lat. Latium), en cuyo espacio se produjosobre todo a finales del siglo VII y principios del VI una serie de reajustes demogrficos y polticos que propiciaron la imposicin de los centros desarrollados sobre los de menor influencia[footnoteRef:1]. En lo que respecta al mbito lingstico, el factor hegemnico tambin desempe una funcin definitiva, pues hasta antes de que ocurriera la expansin militar y poltica de Roma, el latn era slo una de las variantes que existan y se hablaban en la Pennsula Itlica; junto a ella convivan, en forma ntima, dialectos como el falisco (en la Tuscia meridional) o como el osco (en Campania y Lucania) y el umbro (en zonas cercanas al Mar Adritico), hablados en el centro y sur de Italia.[footnoteRef:2] [1: MARTNEZ, J., Algunas reflexiones sobre el nacimiento de la ciudad de Lacio en Gerin, p.11.] [2: HUALDE, J., Introduccin a la lingstica hispnica, 277.]

La variedad dialectal fue, en efecto, una realidad en la historia romana, como en la de muchas otras civilizaciones as como en la historia misma de la lengua, pues al tiempo que se expanda el latn como la lengua oficial del imperio, se fueron efectuando, dentro de s, una serie de variantes que la dotaron de un carcter especial y, desde luego, nada homogneo. Acentuar sobre el modo de ser no uniforme u homogneo del latn es simplemente reconocer el carcter natural de ese sistema lingstico: las lenguas en el mundo no son entidades perfectas ni monolticas, sino entes imperfectos, naturales, expresivos que se van adaptando a las necesidades culturales, sociales, polticas e histricas del momento que les toca vivir.Por lo tanto, si hemos de considerar el latn como una lengua natural y dinmica es preciso remarcar que, como en las lenguas que se hablan hoy da, sta fue experimentando cambios graduales (lxicos, sintcticos, morfolgicos, discursivos) en forma imperceptible de una generacin a otra: las lenguas tienen historia porque sufren cambios a travs del tiempo debido a la variacin lingstica. De suerte que, para caracterizar una lengua como la latina deben considerarse tres aspectos esenciales: la diatopa que toma en cuenta la expresin de esa lengua en virtud del espacio geogrfico donde se desarrolla; la diacrona, esto es, su evolucin lingstica en el tiempo; y el orden diastrtico, que tiene que ver con el nivel sociocultural de los hablantes (edad, sexo, educacin, ocupacin, etc.).[footnoteRef:3] [3: PENNY, R., Gramtica histrica del espaol, p.2]

Para referirse a este conjunto de variantes, los latinistas han acuado una serie de etiquetas para facilitar el estudio de la lengua y para poder dar cuenta de su complejidad. De este modo, en un principio dividan al latn en dos grandes grupos: sermo rusticus y sermo urbanus; luego se opt por referirse a l en funcin de su expresin cultural y social, llamndolo latn culto o latn vulgar; y por ltimo, luego de otras nomenclaturas: latn clsico escrito y protorromance[footnoteRef:4]. Estas ltimas voces parecen describir mejor la naturaleza de dicha lengua dado que se refieren a la expresin de la lengua a partir de su fijacin escrita, y atendiendo a la estandarizacin lingstica de la misma, o bien al habla cotidiana, coloquial, de la cual se generaron las llamadas lenguas romances, romnicas o neolatinas. [4: COMPANY, C. y CUTARA. J. Manual de Gramtica Histrica.]

El latn ha sido caracterizado y clasificado en el grupo de las denominadas lenguas flexivas que incluye los sistemas lingsticos cuyas formas gramaticales presentan una alteracin experimentada en la vocal de la raz o en otros elementos[footnoteRef:5]. Se trata adems, de una lengua sinttica (tambin llamada Inflectiva o fusiva[footnoteRef:6]) cuyos oficios gramaticales (sujeto, predicativo, predicado nominal, etc.) son expresados a travs desinencias o partculas que se anexan a la raz de la palabra y que marcan contenido morfolgico y sintctico. As, en oraciones como Errare humanum est , la palabra humanum mediante la desinencia -um est indicando el gnero (neutro), el nmero (singular) y el caso (nominativo) en que ella se encuentra al igual que la funcin sintctica que cumple: predicado nominal. [5: Consultar la 23a edicin del Diccionario de la Real Academia Espaola (en lnea).] [6: LYONS, J. Introduccin a la lingstica terica]

El estudio del latn formalmente se produce en el siglo XIX con el florecimiento de la Filologa Comparativa que intenta encontrar filiaciones genticas entre lenguas distintas, dicho de otro modo, se quiso encontrar relaciones de parentesco que las identificaran como parte de un mismo grupo. Gracias a estos estudios se trajo a occidente el conocimiento de lenguas como el snscrito y el latn, cuya relacin gentica ya haba anticipado el orientalista britnico Sir William Jones en 1786[footnoteRef:7]. Con ello, el concepto de familia lingstica empez a extenderse entre los estudios decimonnicos comparativos y, as, logr agruparse el latn (lengua madre) con las lenguas con las que se emparentaba (lenguas hijas) en una gran familia conocida bajo el nombre de indoeuropeo. [7: Ibdem, p.24.]

El indoeuropeo es, pues, una de las familias lingsticas ms representativas a nivel mundial que rene casi todas las lenguas de Europa junto con otras de Irn y de la India. Se trata de un conjunto de lenguas derivadas de un pasado comn: el proto-indoeuropeo, el cual existi, se supone, hace poco ms de 6000 aos. Dicha asociacin lingstica presenta, a su vez, diversas ramificaciones con lenguas estrechamente vinculadas, de ah que se hable de las lenguas germnicas (alemn, ingls, el holands, el sueco, el dans, etc.), las clticas (irlands, gals, bretn, etc.), las balto-eslvicas (el ruso, el polaco, el lituano, etc.), las indo-iranas (el persa o fars, el hindi-urdu, el bengal, etc.) o las itlicas ( que incluye el latn y sus respectivos descendientes: el espaol, el cataln, el provenzal, el italiano, el portugus, etc.).[footnoteRef:8] [8: HUALDE, J., Op.cit., 284.]

La aportacin de la lengua latina ha sido invaluable en lenguas hijas como la espaola, para muchos una forma moderna del latn, en cuyo lxico es posible encontrar palabras patrimoniales trasmitidas por va oral interrumpida o cultismos procedentes del latn clsico escrito. As, palabras como strictu han generado formas lxicas distintas en el espaol moderno como estrecho por va patrimonial o estricto por va culta[footnoteRef:9]. Otras ms, como memorndum o curriculum han pasado sin cambio alguno en la lengua espaola, donde slo se sujetan a las reglas de acentuacin; a tales palabras les denominaremos latinismos. [9: HUALDE, J., Op. cit., p.289.]

Pero la vitalidad del latn no slo ha redundado en las lenguas hijas, tambin en otras no afiliadas directamente a ella como es el caso del ingls. De igual manera, la literatura de todos los tiempos se ha visto sumamente beneficiada con la lengua latina, desde la que parte propiamente de Roma con Cicern, Virgilio, Catulo, Ovidio, Plauto y Terencio como la producida posteriormente, por ejemplo en Mxico con Sor Juana, quien la aprende en slo veinte lecciones. De ah tambin que periodos artsticos como los Siglos de Oro de Espaa, el Neoclasicismo y el Parnasianismo hayan valorado nuevamente la cultura clsica y, por supuesto, la lengua de la cual emana sta: el latn.Junto a la literatura, muchas otras disciplinas cientficas, sociales y humansticas han recibido el influjo de esta lengua patrimonial, baste mencionar el Derecho, la Medicina, la Biologa, la Filosofa y la Psicologa. Si bien actualmente no empleamos expresiones como Hora quota est? para comunicarnos con nuestros semejantes, no podemos ignorar que cada uno de nosotros dotamos a la lengua de vitalidad y riqueza en nuestros modos de habla y en los muchas disciplinas en las que el latn dej su huella. Apreciar el latn otorga la posibilidad de considerarnos como seres histricos y nicos, depositarios de una cultura y una personalidad propias, las cuales seguimos construyendo o cultivando da con da a partir de nuestro contacto humano. As, sabidura, identidad y sensibilidad se funden ntimamente y le otorgan a esta lengua absoluta vigencia.

REFERENCIAS

REFERENCIA BIBLIOGRFICAHUALDE, J. Introduccin a la lingstica hispnica. Cambridge University Press, 2001.LYONS, J. Introduccin a la lingstica terica. Barcelona: Teide, 1986.PENNY, R. Gramtica histrica del espaol. Barcelona: Ariel (s.a.).

REFERENCIA ELECTRNICACOMPANY, C. y CUTARA. J. Manual de Gramtica Histrica (en lnea). Mxico: UNAM, 2007. Consultado en: http://ru.ffyl.unam.mx:8080/bitstream/10391/4230/6/Company_Cuetara_Manual%20Gram_Hist_2014.pdf. MARTNEZ, J. Algunas reflexiones sobre el nacimiento de la ciudad de Lacio en Gerin. Madrid: Universidad Complutense, 1989. Consultado en:http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=101130.