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El ladrón de las plumas

Emilio Chuayffet Chemor

Secretario de Educación Pública

Alma Carolina Viggiano Austria

Directora General del Consejo Nacional

de Fomento Educativo

Edición

Dirección de Comunicación y Cultura

Versión escrita Alejandra González (El ladrón

de las plumas) Edna Torres (La casa en el

aire)

Ilustración Rosario Valderrama (El ladrón de

las plumas) Carlos Maltés (La casa en el

aire)

Primera edición: 1989

Decimo cuarta reimpresión: 2014

D.R. © CONSEJO NACIONAL DE FOMENTO EDUCATIVO

Av. insurgentes Sur 421, col. Hipódromo CP 6100,

México, D.F. www.conafe .gob.mx

ISBN 978-968-29-2515-3

IMPRESO EN MÉXICO

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El ladrón

de plumas

Versión escrita de Alejandra

González Ilustración de Martha Avilés

Para Empezar a Leer

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Cuando las aves estrenaron su plumaje, el

pavo real no era tan bonito como ahora.

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Más bien era un ave sin chiste, de plumas

descoloridas.

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Pero un día, cuando se preparaba una

gran fiesta para todas las aves, el pavo real

se encontró a un pájaro de veras bonito, de

largas plumas azules.

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—¿Adónde vas? —le preguntó el pavo.

—A la fiesta de las aves, ¿tú no vas a ir?

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—No —contestó el pavo real abriendo sus

alas—, es que mi vestido no me gusta.

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—Mira —dijo el otro pájaro—, préstame tu

vestido y yo te doy el mío para que vayas a

la fiesta. ¿Te gustan mis plumas? —Sí, las

tuyas son bonitas.

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—Entonces, ¿cambiamos?, ya después me

regresas mis plumas —propuso el pájaro.

—Bueno —dijo el pavo real.

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Los dos cambiaron sus vestidos y se fueron

a la fiesta.

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El pavo se sintió como nunca, orgulloso

con su traje nuevo. Por eso ya no quiso

devolverlo a su dueño.

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Así que se salió de la fiesta y ni adiós le dijo

a su amigo.

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El pájaro comenzó a buscar al pavo por

todos lados, pero nunca lo encontró.

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Desde entonces, el pavo real luce vestido

ajeno. Lo único feo que ahora tiene son sus

patas y, cuando alguien las mira, se esponja

como un abanico para que no se fijen en

ellas.

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Al otro pájaro, el que se quedó con las

ropas feas del pavo real, hoy le llaman

tapacaminos.

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Yserá verdad o será mentira, pero se

cuenta que el tapacaminos aparece en

todas las veredas, para preguntar quién ha

visto al pavo que se llevó su vestido.

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FIN