El Joven Pablo Macera

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El joven Pablo MaceraDomingo, 30 de noviembre de 2014 | 9:29 pm Comentar0Continuando con su valiosa labor de difusin de las obras de escritores peruanos, el Fondo Editorial del Congreso acaba de publicar el libro Pablo Macera. Obras escogidas de historia (FCE, 2014), el primero de tres volmenes que recopilarn lo ms importante de la produccin de este historiador.

En este libro se renen quince de sus trabajos iniciales, ensayos escritos entre 1955 y 1968. Como se sabe, Pablo Macera (Huacho, 1929) es el heredero de una tradicin de destacados historiadores, cuyas opiniones y crticas tuvieron especial resonancia entre sus coetneos, como en los casos de Porras y Basadre.

Precisamente estos dos historiadores fueron determinantes en la formacin acadmica de Macera, en San Marcos; a ellos se sumaran, en Francia, Bataillon y Braudel. Con esas influencias se aboca inicialmente al estudio de la difusin de las ideas de la ilustracin en el Per, como se comprueba en el primer ensayo de este libro Tres etapas en la formacin de la conciencia nacional (1955), sobre las ideas de Bravo de Lagunas, Victorino Montero y Jos Baqujano y Carrillo. Otros de los ensayos incluidos son Bibliotecas peruanas del siglo XVIII, Iglesia y economa en el Per del siglo XVIII, El indio y sus intrpretes peruanos del siglo XVIII, etc.

Quedan para los dos siguientes tomos de estas Obras escogidas de historia todo el valioso trabajo que Macera realiz durante 40 aos como director del Seminario de Historia Rural Andina, as como los textos de sus ms conocidas obras, como Trabajos de Historia (1977), Pintores populares andinos (1979) y Las furias y las penas (1983).

0 LivefyreLa controversia que causa Pablo Macera segn su punto de vista

Muchos piensan otros opinan pero la realidad es la siguiente, la primera repblica del Per con la actual prcticamente no han cambiado en nada lo cual coincide con el punto de vista de uno de los historiadores ms polmicos del Per Pablo Macera.

Lo lamentable es que cuando inicio esta repblica no haban gobernantes con la capacidad suficiente para que saquen adelante a nuestro y lo que segn ellos crean que todo era para nuestro beneficio pero ahora con el tiempo nos damos cuenta que el beneficio fue para otros, en ese tiempo seguro todos pensaban recin es el principio con forme pase los aos mejorara, pero la verdad esto no ha cambiado absolutamente en nada porque en la republica peruana no estn las personas que deberan estar, con el conocimiento necesario para sacar adelante a un pas rico pero que no sabe cmo utilizarlo en su beneficio.

Lo nico relativamente bueno fue el cambio econmico y gracias a eso tambin hubo cambios sociales y polticos, bueno si es que llaman cambio a seguir exportando hasta la actualidad producciones mineras y agrcolas, las cuales las venden a un precio determinado para que luego la vuelvan a comprar a un precio mayor de lo vendido.

Ya tendran una buena respuesta del porque no crecemos como pas, cuantos otros pases quisieran tener todo lo que tiene el Per pero aun as sin tenerlo son mejores, de esta manera se dan cuenta de la falta de compromiso con el pas porque los que estn en la republica hasta ahora lo nico que han demostrado es ir por lo fcil.

De esta manera se cree que el historiador Pablo Macera tiene un punto de vista controversista si pero el que tiene msBlog de Crculo de Investigacin Militar del PerGrupo de jvenes interesados en la Historia Militar, Poltica y Social de nuestro pas.Ir al contenidoINICIOACERCA DELos historiadores de la independenciaDeja una respuestaPor el Coronel EP (R) Vctor Velsquez Prez Salmn

Ayer, una vez ms, como hace varios aos, caminando hacia el Golf, he pasado por la puerta de la que fue residencia de la Sra. Ella Dumbar Temple y de su esposo Antonio Radicatti, hoy convertida en Museo. Record los lonches con caf pasado y galletitas con aceitunas que gentilmente me ofrecan. Fue, cuando con el grado de capitn, trabajaba en la Comisin Permanente de Historia del Ejecito, y funga de coordinador editorial, para preparar el Tomo II de la Historia General del Ejrcito del Per, dedicada al Rol del Ejrcito durante la Independencia Nacional. En dicha obra colaboraron Alberto Tauro del Pino, Alberto Rivera Serna y Virgilio Roel, quienes me honraron con varias horas de inagotables enseanzas. Tambin conoc aos despus a Agustn de la Puente y Candamo, y a Pablo Macera. Para todos ellos, mi cordial reconocimiento.

La historia de la Independencia del Per, ha sido investigada o descrita por historiadores de diversas nacionalidades. Los hay espaoles, ingleses, argentinos, chilenos, gran colombianos, y por supuesto, peruanos.

Entre los historiadores extranjeros, tenemos a Mariano Torrente, diplomtico y escritor espaol. Autor de la Historia de la Revolucin Hispanoamericana, versin espaola de los hechos de la Independencia; Jernimo Valds, General del Ejrcito Espaol. Luch contra las fuerza aliadas en el Per y luego fue Gobernador de Cuba. Publico en 1894, en Madrid, la obra Documentos para la Historia de la Guerra Separatista del Per. Tambin se le seal como autor del extracto del Diario de las Operaciones del Ejrcito Espaol en la Campaa sobre el Desaguadero, publicado en el Cuzco en 1824; Andrs Garca Camba, General del Ejrcito espaol. Poltico y escritor. Public en 1846 en Madrid sus Memorias para la Historia de las Armas Espaolas en el Per. Se cree que tambin es autor de Unos Apuntes para la Historia de la Revolucin del Per, extrados de los trabajos de Estado Mayor del Ejrcito de Operaciones, publicado en Lima en 1824; Sebastin Lorente, telogo, filosofo, historiador y medico espaol. Entre sus publicaciones tenemos la Historia Antigua de los Incas, la Historia de la poca Colonial y la Historia del Per desde la proclamacin de la Independencia; Bartolom Mitre, poltico y periodista argentino que llego a ser Presidente de la Republica. En su principal obra, considerada como de antologa, traza la silueta moral del Generalsimo Jos de San Martin; Benjamn Vicua Mackenna, poltico e historiador chileno. Public en 1860 su obra La revolucin de la Independencia del Per desde 1809 a 1819; Gonzalo Bulnes, poltico e historiador chileno. Diplomtico. Escribi dos libros sobre la emancipacin peruana: La Expedicin Libertadora y Bolvar en el Per; Carlos A. Villanueva, historiador venezolano. Sus obras son: La Santa Alianza, Fernando VII y los Nuevos Estados; Napolen y la Independencia de Amrica, y El Imperio de los Andes y Bolvar y San Martin; Boleslao Lewin, historiador polaco. Escribi la Rebelin de Thupac Amaru y los Orgenes de la Independencia Hispano Americana, editado en Buenos Aires en 1967; Karen Spalding, historiadora. En 1971, cuando se celebraron el Sesquicentenario de la Independencia Nacional, junto con el historiador Heraclio Bonilla, sostuvieron la tesis de la independencia concedida.

De los historiadores peruanos, cabe mencionar a: Mariano Felipe Paz Soldn, gran investigador y coleccionador de folletos, cartas y documentos antiguos. Gegrafo autor del Diccionario Geogrfico del Per. Publico en 1886, el primer volumen de su Historia del Per Independiente; Nemesio Vargas, abogado, historiador y traductor. Humanista, algo excntrico segn Porras Barrenechea. Autor de la Historia del Per Independiente, que abarca, en nueve volmenes, desde la emancipacin hasta el fin de la confederacin peruano-boliviana; Pedro Dvalos y Lisson, novelista e historiador. Financista y director de una compaa de seguros. Es autor de las obras tituladas La Primera Centuria y la Historia Republicana del Per. Esta ltima, est compuesta de ocho volmenes que comprenden hasta 1870; Carlos Dellepiane, General del Ejrcito Peruano. Autor de la Historia Militar del Per en dos volmenes, de los que en el primero se ocupa de las campaas de le emancipacin; Manuel Bonilla, Coronel del Ejrcito Peruano. Autor de varios volmenes sobre lo que l denomina, la Epopeya de la Libertad, que tratan de las batalla de Pichincha, Zepita, Junn y Ayacucho, destacando la accin peruana en estas jornadas; Jos M. Valega, historiador y abogado. Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Public doce fascculos sobre la Historia de la Emancipacin; Ral Porras Barrenechea, diplomtico, historiador y abogado. Catedrtico de Fuentes Histricas Peruanas de a UNMSM (1945). Ministro de Cultura. Estudio la Independencia a travs de ensayos biogrficos y monografas parciales tales como: Jos Joaqun de Larriva (1919); La Gran Bretaa y la Independencia del Per (1924); Mariano Jos de Arce (1927); El Congreso de Panam (1930); Jos Snchez Carrin (1953) y Carlos Pedemonte (1953); Germn Legua y Martnez, escritor, historiador, poeta, abogado, pedagogo, diplomtico y poltico. Escribi la obra Historia de la Emancipacin del Per, El Protectorado en siete tomos, publicado en Lima en 1972; Jos de la Riva Agero, militar y poltico. Su seudnimo era Pruvonena. Escribi Memorias y Documentos para la Historia de la Independencia del Per y causas del mal xito que ha tenido sta. Comprenda dos tomos y fue publicado en Pars en 1858; Ella Dumbar Temple Aguilar, historiadora. Sus aportes bibliogrficos son fundamentales para una comprensin cabal de la participacin del pueblo peruano en el proceso de la Independencia. Entre sus obras destaca La accin patritica del pueblo en la Emancipacin, publicada con motivo del Sesquicentenario de la Independencia Nacional; Jos Agustn de la Puente y Candamo, historiador. Escribi una obra muy importante para todos los educadores e investigadores: La Historiografa peruana sobre la Independencia; Pablo Macera, historiador. Su lucidez y erudicin marcan el paso de las corrientes histricas en el pas, en especial de la Independencia Nacional; Virgilio Roel Pineda, historiador. Su apasionada defensa de los indgenas, es digno de resaltar; Heraclio Bonilla, historiador. Escribi en 1972, la obra La Independencia en el Per: las palabras y los hechos, al alimn con Karen Spalding; Scarlett O`Phelan, historiadora. Escribi la obra La Independencia del Per. De los Borbones a Bolvar, y Carlos Contreras, historiador.

Son muchas las interpretaciones que se han planteado sobre el proceso de la Independencia Nacional. Los unos, insisten en que fue solo la intervencin extranjera, lo que hizo posible la independencia peruana. En el otro lado de la misma moneda, otros historiadores, afirman que los peruanos participamos espontanea y fervientemente en nuestra propia independencia. En consecuencia, segn ella, habra que replantearnos de manera integral el siglo XVIII peruano y los movimientos sociales que lo sacudieron.

Segn AljovinEn su defensa a la independencia no concedida, sino alcanzada, el historiador Jos de la Puente y CandamoSegn Bonilla/SpaldingFue MaceraPor su parte O`PhelanContemporneamente, Antonio ZapataDice ContrerasPor su parte OrregoHay tambin los que ven la independencia desde una perspectiva global. La independencia peruana y la crisis espaola fueron producto de la invasin napolenica iniciada en 1808 y culminada en 1814 con la derrota francesa. Sus maysculos exponentes son: John LynchCumpliendo con la tradicin conmemorativa nacional, el cincuentenario de la independencia nacional se cumpli en 1871 con Balta, el centenario con Legua en 1921, en la que, segn ManriqueLa proximidad del Bicentenario de la Independencia Nacional, nos hace ver la necesidad de seguir reflexionando. De que en la medida en que siga siendo un dilema irresoluble, aumenta tambin los criterios y los puntos de vista, todo valido por cierto. Hay quienes contemporneamente, dicen que, si habra que definir un perfil del historiador peruano, creen que: se ha evidenciado siempre la defensa de la clase dominante, importado e implantado desde el exterior como un enlatado tericoBreve C.V.

Vctor Velsquez Prez Salmn. Coronel (R) del Ejrcito Peruano. Naci en Lima en 1948. Estudi en el Colegio Claretiano. Egreso de la EMCH como integrante de la 72o Promocin La Brea Y Parias en 1969. Ha publicado diversas obras de historia, ensayo, poesa, cuentos y novela.

Esta entrada fue publicada en Artculos invitados el 29 julio, 2014 por Crculo de Investigacin Militar del Per. razn y el que se asoma a la realidad de nuestro pas.DDDDDDDDDDDDDDDma Fermn Huerta MartnPublicado en El Catoblepas N 84

As como la mariposa Caligo extiende sus alas cuando se le acerca su ave predadora para no ser devorada por ella, as tambin nosotros debemos extender los brazos en cruz para no ser devorados por los sacerdotes. Gustavo Bueno, Cuestiones cuodlibetales sobre Dios y la religin.

El pasado da 17 de febrero de 2008 recib un e-mail del servicio de alertas de Google con un enlace a la pagina de Internet de la cadena de radio COPE, que hacia referencia a una declaraciones de Gustavo Bueno a Popular TV, en la cabecera deca: Como ateo me parece absurdo que se retiren los crucifijos. La noticia iba acompaada del enlace a la entrevista donde se haban hecho tales declaraciones, el entrevistador pona cara de estar deseando en aquel momento estar retransmitiendo en directo el paso de un huracn en EEUU a 500 metros de sus narices antes que entrevistar a aquel personaje que pareca tener ms fuerza que ese huracn. Las declaraciones a que me refiero decan cosas como esta: El crucifijo afirma uno de los ms reputados pensadores espaoles es un smbolo histrico, teolgico y artstico que forma parte de nuestra cultura. Quitar el crucifijo es quitarse el vestido. Los que lo defienden son unos indoctos. El que haya ledo no a Santo Toms sino a Hegel, sabe que el crucifijo no se puede quitar.

Vaya por delante que me considero un indocto, no solo por no leer a Hegel o Santo Toms, sino porque pienso que comparados con Bueno la mayora de los mortales de este planeta son unos indoctos.

Estas declaraciones han venido acompaadas de dos textos relacionados con el tema, por una parte la colaboracin de Bueno: Dios salve la razn!, al libro Dios salve la razn, Encuentro Ediciones (agradezco muy especialmente a Juan Carlos Paredes Zubelda por informarme de la existencia del mismo y recomiendo la visita a su blog http://paredesz.blogspot.com/). Y el texto de Javier Prez Jara, Europa y cristianismo: anlisis del surgimiento del fenmeno cultural cristiano y su desarrollo histrico, publicado en El Basilisco, n 39 (se agradece el reconocimiento a la importancia de las aportaciones de Gonzalo Puente Ojea al estudio del cristianismo).

El punto clave de la cuestin (bajo mi indocto punto de vista) se puede resumir en esta frase que aparece en la pg. 377 del libro de Bueno, La fe del ateo:

Dada la situacin efectiva de la Humanidad, transcurrido el segundo milenio del cristianismo, puede decirse que los pueblos no estn preparados para organizarse socialmente bajo los auspicios de un racionalismo filosfico y ateo; por consiguiente se hace preciso evaluar el grado de racionalismo actuante en las distintas confesiones religiosas realmente existentes.

El Estado laico es rechazado en la pg. 372:

Ahora bien, desde una metodologa materialista, el Estado carece de sentido al margen de su materia, representada entre otras cosas por la sociedad civil. Segn esto, la definicin laica del Estado no puede tomarse como una definicin real, sino puramente nominal e ideolgica, porque si la sociedad civil es religiosa, y vinculada a una religin que exige publicidad y propaganda fide, entonces el Estado laico slo podr ser reconocido, por el materialismo, como una superestructura jurdica, una ficcin creada por el formalismo que supone la realidad de una sociedad poltica laica, aun cuando de hecho se manifiesta continuamente su condicin religiosa en mil formas (templos, procesiones pblicas, ritos de paso, establecimientos de enseanza).

Javier Prez Jara profundiza un poco ms y dice en la pg. 65 de su artculo:

El materialismo filosfico, por tanto, no podr estar de acuerdo con el laicismo en sentido dbil (parejo a la ideologa de la neutralidad estatal, las religiones como meros fenmenos privados o al agnosticismo positivo que ni afirma ni niega), sino ms bien con el Estado laico en sentido fuerte, es decir, con el Estado ateo, o al menos racionalista, que no slo no prescinde del estudio de las religiones, sino que a travs de la instauracin del estudio sistemtico histrico, antropolgico y filosfico de las religiones, es decir a travs de la instauracin en los planes de estudio de una Filosofa de la Religin de sesgo materialista nutrida de los contenidos positivos de la Antropologa Cultural, la Historia, la Sociologa, &c., puede ofrecer una visin crtica y sistemtica de la gnesis y evolucin de las religiones, as como una trituracin de sus elementos ms irracionales, mitolgicos o arcaicos.

En la pg. 64 expresa una idea tambin repetida a veces:

ante las religiones o se est a favor o se est en contra

Cabra preguntar entonces el materialismo filosfico, esta a favor o esta en contra de las religiones? Es decir, en este supuesto Estado ateo, qu se hara con los curas y los templos?, se metera los curas en la crcel y se destruiran los templos?, se transformaran los templos en delegaciones de la Fundacin Gustavo Bueno donde poder impartir la asignatura de Filosofa de la Religin de sesgo materialista y se obligara a los curas a asistir a esas clases? o se dara un ministerio a Rouco Varela en premio por el esplendor pasado de la filosofa escolstica?

Uno de los motivos que parecen mover a Gustavo Bueno a estas posiciones es el temor al fanatismo islmico, pero bajo mi punto de vista, lo que tiene que hacer para luchar ms eficazmente contra ese miedo no es pedir que se mantengan los crucifijos de las escuelas, lo que tiene que pedir es que aumente el presupuesto del Ministerio de Defensa, de la Polica Nacional, de la Guardia Civil y del CNI, o es que piensa que si nos intentan invadir los musulmanes, los curas se organizaran en batallones y con el crucifijo en la mano saldrn a la defensa de nuestra querida patria?

En la cita de la pg. 377 se hace un salto muy curioso, se dice que si los pueblos no estn preparados para organizarse socialmente bajo los auspicios de un racionalismo filosfico y ateo, hay que evaluar el grado de racionalismo actuante en las distintas confesiones religiosas realmente existentes. Dado que en Espaa no hay gobierno ateo y la religin elegida mayoritariamente es el catolicismo, quiere esto decir que Espaa se organiza socialmente bajo principios catlicos?

Yo crea que nos organizbamos bajo los principios de la constitucin de 1978 y no bajo el catecismo. En la nota de la pg. 372, dice si la sociedad civil es religiosa. Yo me pregunto, es la sociedad civil de la Espaa actual religiosa? Veamos el barmetro del CIS de noviembre de 2008.

Pregunta 42. Cmo se define usted en materia religiosa: catlico, creyente de otra religin, no creyente o ateo? Catlico 73,7%, creyente de otra religin 1,9%, no creyente 15,9%, ateo 7%, N.C. 1,4%.Pregunta 42-A. Con que frecuencia asiste usted a misa u otros oficios religiosos, sin contar las ocasiones relacionadas con ceremonias de tipo social, por ejemplo, bodas, comuniones o funerales? Casi nunca 54,8%, varias veces al ao 15,6%, alguna vez al mes 11,8%, casi todos los domingos y festivos 14,4%, varias veces a la semana 2,4%, N.C. 1%.

Si hacemos nmeros y partimos de una poblacin de Espaa de 46 millones de habitantes en nmeros redondos tenemos, la suma de creyentes sera 34.776.000, pero si quitamos a los que no van casi nunca o alguna vez al ao a los oficios religiosos y a los que no contestan nos quedan 9.945.936 que es cifra similar a la suma de no creyentes y ateos que son 10.534.000. Por lo tanto, se podra decir que una parte de la sociedad civil es religiosa, pero no toda la sociedad civil.

El propio Gustavo Bueno reconoce en su artculo La influencia de la religin en la Espaa democrtica, editado en 1994 en el libro La influencia de la religin en la sociedad espaola, pg. 71:

Los confesionarios, los seminarios y los templos han quedado prcticamente vacos (an cuando en algunas ciudades, el 15% de la poblacin que sigue yendo a misa los domingos sea suficiente teniendo en cuenta el incremento demogrfico para mantener la apariencia de la iglesia llena en misa de doce).

Hay dos datos muy significativos que estn ms all de las encuestas, primero, la Iglesia catlica ha sido incapaz de autofinanciarse con las aportaciones de sus fieles y segunda, en Espaa se han elegido desde la muerte de Franco dos presidentes agnsticos. Cosas incompatibles con una supuesta sociedad civil verdaderamente religiosa.

Dice en La fe del ateo pg. 155: Un gobierno realista podr ser confesional, o antirreligioso, pero no neutral o laico.

No puedo imaginar un disparate antieutxico ms grande, se imagina alguien que ganando el PP las prximas elecciones, las primeras medidas que tomara fueran: prohibir el divorcio, el aborto, los mtodos anticonceptivos, hacer obligatoria la enseanza de la religin, &c. O que el PSOE al renovar el poder, cerrase las iglesias, prohibiera las procesiones, &c.

El propio Bueno reconoce en el artculo antes citado de La influencia de la religin en la Espaa democrtica, pg. 52:

Fue la misma imprudente poltica anticlerical de los gobiernos republicanos, muy poco maquiavlicos, uno de los principales desencadenantes de la reaccin integrista promovida, sobre todo, por un clero acosado durante los aos 30.

Lo eutxico en la situacin actual es el Estado neutral, llmele laico o aconfesional. Porque la guerra no va con la parte religiosa de la sociedad civil (dice Bueno en La influencia de la religin en la Espaa democrtica, pg. 76: Sin embargo, los catlicos que han aceptado las reglas democrticas prcticamente, la totalidad aceptan tambin gustosos la concepcin de la religin como cultura), sino con la organizacin eclesial, vida de no perder ms poder, pues esto y no otra cosa significa para ellos quitar el crucifijo de los lugares pblicos.

Dice Prez Jara en la pgina 64 de su artculo:

el llamado laicismo, cuando es entendido al modo light ( por ejemplo por la gran mayora de nuestros polticos e idelogos actuales) como un mantenerse al margen de las religiones, o ser neutro ante ellas, reservando las creencias religiosas, si las hay, para el mbito de lo privado, pero excluyndolas del mbito de lo pblico, es una posicin contradictoria, porque ante las religiones (que son esencialmente, desde un punto de vista antropolgico, pblicas, como vemos en el cristianismo y el Islam, ambos asociados al proselitismo, y por tanto a la propaganda pblica de sus dogmticas y sacramentos),

y esto lo dice poco despus de hablar en la pg. 60 de la prdida de poder de la Iglesia catlica.

Un Estado (laico, neutro o aconfesional) que consiguiera reducir al mbito de lo privado el hecho religioso, ni seria neutro ni se mantendra al margen de las religiones, por que eliminar los crucifijos de los sitios pblicos estatales, regular las procesiones, impedir que suenen las campanas de los templos para llamar a los fieles a la misa, no seria neutralidad, seria seguir quitando poder a la Iglesia catlica, o ajustando ese poder hacia los que voluntariamente quieren aceptarlo, o sea sus fieles, no a toda la poblacin.

Esa es la lucha que parecen no ver desde el Materialismo Filosfico. Dice Bueno en El sentido de la vida, pg. 291:

La Iglesia catlica ha tolerado el islamismo, o ha tolerado el darwinismo, o ha tolerado el socialismo precisamente cuando estos movimiento se han impuesto en virtud de su propia fuerza.

Y dice tambin Bueno en Cuestiones cuodlibetales sobre Dios y la religin, pg. 37:

Esta sera la dialctica de la historia actual de la Iglesia Romana: que tanto los que en su seno piden la integral conservacin, como los que piden la renovacin, tienen motivos de prudencia equivalentes y bien fundados. Solo que los motivos de los integristas (para decirlo al modo escolstico) se fundan en la esencia de la Iglesia, mientras que los motivos de los renovadores se fundan en su propia existencia. Aquellos dirn que mantener en la existencia una institucin desvirtuada, que va perdiendo sus esencias ms puras, es una traicin; y stos, que pretender mantener unas esencias que comportan necesariamente la progresiva extincin, la inexistencia ms o menos prxima, es tanto como mantener una utopa, una esencia que no existe en ninguna parte.

Estoy seguro que a la Iglesia aun le queda mucha capacidad de adaptacin y por mantener su existencia pueden dejar de ser tan publicas y tan propagandistas como lo son ahora.

Se menciona en la cita de la pg. 372 de La fe del ateo, de hecho se manifiesta continuamente su condicin religiosa en mil formas (templos, procesiones pblicas, ritos de paso, establecimientos de enseanza).

Qu templos?, los templos vacos que mencionaba antes?

Qu procesiones?, las que cita en la pg. 80 de La influencia de la religin en la Espaa democrtica, donde dice: las romeras de la Virgen del Roco se alimentan de intereses sociales no religiosos, cerca de los que mueven el creciente inters por la pera en otras capas sociales: pero es la religin, por no decir el fetichismo, el cauce que lo canaliza?

Qu ritos de paso?, esos que comenta en La influencia de la religin en la Espaa democrtica, donde dice:

Especialmente importante fue este proceso de impregnacin aplicado a los ritos de paso, sobre los cuales la Iglesia catlica mantena un control mayoritario, a pesar de que, durante la Repblica, importantes sectores de la poblacin (sobre todo urbana) se haba liberado del control eclesistico. Durante el nacional-catolicismo, sencillamente, el ceremonial catlico, en estos ritos de paso, se hizo prcticamente obligatorio para todos los espaoles. No es nada fcil conseguir de la noche a la maana, incluso suponiendo que se desee, el recambio, de instituciones tan arraigadas como las del bautismo, la primera comunin, la boda por la iglesia y el funeral catlico.

En esa guerra se est en la actualidad y la retirada de los crucifijos es una batalla ms. En la que Gustavo Bueno desde el bando ateo (para mi el atesmo terico de Bueno es el ms sutil, interesante y elaborado de cuantos conozco, no as su atesmo prctico tal como intento demostrar en este artculo) parece haber construido una tercera postura. La primera postura correspondera al clero que aboga naturalmente por el mantenimiento y extensin de su marca de empresa (Bueno llega a decir en La influencia de la religin en la Espaa democrtica, pg. 65, sobre la Iglesia catlica: ella se ha convertido en una agencia de servicios).

La segunda postura sera la de los ateos-materialistas-indoctos que hacen el siguiente razonamiento, el crucifijo representa al hijo de Dios que resucit, si Dios no existe no puede tener hijos y para un sistema materialista la resurreccin es imposible, por lo tanto, es un smbolo falso que solo debe estar en los sitios donde se aceptan esas mentiras como verdades.

La tercera postura, la del propio Bueno, que siendo ateo defiende el crucifijo para que no pongan en su lugar la media luna.

No es slo en esta cuestin de los crucifijos donde Bueno se ha alineado con el catolicismo, dice en su libro Zapatero y el pensamiento Alicia, pg. 305, al respecto de los matrimonios homosexuales:

incoherencia y sinsentido de un orgullo democrtico ante situaciones en las que un Pueblo que mayoritariamente asume las normas del matrimonio romano (y luego cristiano) deja pasar, sin embargo, una ley que mina la estructura misma de nuestra sociedad de familias; un Pueblo que, si tuviera un orgullo democrtico autntico, debiera haberse plantado ante un gobierno formado por un atajo de idelogos indoctos e irresponsables, que deciden, en nombre de un progresismo que les da miles y miles de votos, destruir las bases de una sociedad milenaria y plantear ms problemas para el futuro de los que puede resolver en el presente inmediato.

Por qu el matrimonio homosexual mina la estructura misma de nuestra sociedad de familias y por ejemplo el celibato y el voto de castidad de los curas no?

Dice Bueno en La influencia de la religin en la Espaa democrtica, pg. 55:

La confesin auricular tena como condicin el celibato del confesor, puesto que solo a alguien que por su situacin se mantena al margen de la familia

Qu hubiera ocurrido si en un momento determinado del curso histrico de una sociedad, todos sus miembros decidiesen hacerse curas y monjas, que esa sociedad se quedara sin familias, despus, la sociedad misma desaparecera.

Como ateo tambin apuesto por un Estado ateo y racionalista, pero en la Espaa actual eso es una utopa antieutxica, por lo tanto mi segunda opcin no es ninguna confesin religiosa realmente existente que me tolere como ateo de alguna forma (como una limosna), si no puede haber un Estado ateo y racionalista prefiero un Estado neutro, aconfesional o laico. Que regule a creyentes y no creyentes, de tal forma que se asegure de forma legal (no como limosna) la recurrencia de los ateos en el tiempo.

Lo eutxico en la Espaa actual es trabajar por un modelo de Estado que tenga en cuenta a esos diez millones de ciudadanos de cada bando, de tal forma que todos podamos vivir y convivir. De hecho se da una situacin prxima a esto, hoy en da en Espaa tanto un catlico como un ateo pueden vivir unas vidas dentro de su modelo de mundo. Un catlico puede bautizar a sus hijos, ir a misa diaria, dar a sus hijos una educacin catlica, vivir sin divorciarse, sin abortar sin usar anticonceptivos, casarse por la iglesia y ser enterrados por un cura. El ateo puede hacer todo lo contrario. El problema viene cuando la jerarqua catlica quiere imponer su modelo de vida al resto de personas de la sociedad, una jerarqua que nunca entender que la existencia de una ley del divorcio no obliga a nadie a divorciarse.

Esto supone un reajuste de determinadas prerrogativas de la Iglesia catlica, lo que desde luego no implica su desaparicin. Seria tambin importante que los dos grandes partidos aceptaran ese modelo neutral. A partir de ese punto la guerra se tiene que dar en otros mbitos, en la divulgacin de las respectivas ideas en los medios de comunicacin, peridicos, revistas, Internet, radio, televisin, autobuses, &c. Lo que propiciara o no un trasvase de un bando a otro.

La lista de los reajustes puede ser muy larga, pero un criterio puede ser este, todo aquello particular que invada el espacio general debera ser regulado, empezando por los crucifijos en los lugares pblicos dependientes del Estado. La bandera si es un smbolo de todos, el crucifijo no.

Habra que regular cosas como el tocar las campanas para ir a misa, en este caso para prohibirlo.

La presencia de curas militares en el ejercito, no se como esta el tema actualmente, cuando yo hice la mili en los aos 1982-1983, el primer domingo de estar all, preguntaron quien quera ir a misa, la mayora no quiso ir, cuando marcharon los que si queran ir, a los que nos quedamos nos pusieron a limpiar toda la maana las dependencias, no hace falta decir que al domingo siguiente todos fuimos a misa. Este es el tpico comportamiento clerical que hay que eliminar.

La enseanza de la religin en los colegios, es otro tema a regular, no me importa que se de en los colegios pblicos siempre que sea voluntario y que las asignaturas alternativas no las decida la jerarqua catlica, tampoco me importa que den notas si con esto creen que se tomaran la asignatura mas en serio.

Un Estado laico no tiene porque prescindir del estudio de las religiones. El propio Bueno lo dice en la pg. 76 de La influencia de la religin en la Espaa democrtica:

Los poderes pblicos agnsticos podran tambin propiciar la enseanza crtica de la religin, en la forma de una Historia de las religiones comparadas.

Esta podra ser una buena asignatura alternativa a la religin catlica y tambin con nota.

Sobre el tema de la financiacin de la Iglesia catlica por el Estado (visto que no ha logrado su autofinanciacin) me remito a la interesantsima cuestin 10 de Cuestiones cuodlibetales sobre Dios y la religin, titulada El impuesto religioso (De verdad cree Gustavo Bueno que si alguno de los entrevistadores de la emisoras procatlicas a los que presuponemos muy afines a esa fe hubiese ledo la parte de ese texto donde habla del ortograma resurreccin de la carne, le hubiera entrevistado sin sentir repugnancia?).

Veinte aos han transcurrido desde que se edit aquel libro y hoy cabe preguntarse: el Estado todava no puede considerar ajena a la Iglesia catlica?, a pesar del tiempo que lleva la jerarqua mordiendo la mano que le da de comer.

Un ejemplo surrealista de hasta donde la Iglesia percibe su poder lo encontramos en este texto que pudimos leer en el peridico El Mundo del pasado 30 de noviembre de 2008:

La festividad del domingo es de origen religioso, as como las vacaciones de Semana Santa o Navidad. Igual sucede con una altsima proporcin de denominaciones de personas. Represe que tanto el presidente del Gobierno como el Rey y millones de espaoles tienen nombres, no de uno, sino nada menos que de cuatro santos: Jos Luis y Juan Carlos. Llevando al extremo la sentencia del juez de Valladolid pudiera ocurrir que alguien pidiera la abolicin de las festividades mencionadas (con el consiguiente trastorno para legtimos intereses sindicales) o una legislacin de Registro Civil que vetara la inscripcin de nombres de mujeres o varones con reminiscencias religiosas (con la consiguiente lesin de tradiciones familiares muy arraigadas). Tendramos un problema, ciertamente. (del artculo Ni prudente ni proporcional de Rafael Navarro-Valls.)

Es otra tpica actitud clerical, de limosna y de soberbia.

No estaremos ante un caso de falsa conciencia por parte de Gustavo Bueno, de prdida de su capacidad correctora de errores?

No s si Bueno es consciente de que su imagen de prestigio (indiscutible) est siendo utilizada por determinados medios de comunicacin cercanos a la jerarqua catlica (hay que recordar que los ateos no tenemos jerarqua) como cuando un circo presentaba la mujer barbuda o el nio lagarto (Pasen y vean, el ateo que defiende los crucifijos!) cuando los catlicos de base no lo van a entender (dice Prez Jara en su artculo, pg. 64: Analfabetismo de la mayora de los creyentes populares) y a la jerarqua catlica le trae sin cuidado sus argumentos pues no deja de ser un ateo. Solo le interesa que defienda sus posiciones y por eso se le da publicidad.

O es que olvida Gustavo Bueno que si la Iglesia catlica recuperase el poder perdido en pocas pasadas, le quemaran a usted y a sus libros en la hoguera? Quizs le consuele pensar que este mtodo es mas racional y escolstico que su homologo islmico.

La sistemtica eliminacin (incluyendo aqu la eliminacin por la muerte o la hoguera) de quienes aportan materiales inasimilables o conflictivos al sistema de ortogramas dominantes es la causa principal del embotamiento dialctico y la ocasin para el florecimiento de una frondosa red de recubrimientos apologticos destinados a desviar los conflictos fundamentales hacia otros conflictos secundarios. La impermeabilidad hace posible el incremento eventual de una certeza o seguridad puramente subjetiva que conduce ordinariamente a la ingenua aceptacin, como si fuera la nica opcin posible, de las propias construcciones ideolgicas. La falsa conciencia termina convirtindose as en un aparato aislante del mundo exterior (del mundo social, no solamente individual) y su funcin est subordinada a los lmites dentro de los cuales el aislamiento puede resultar ser beneficioso, hasta tanto no alcance un punto crtico. Pero en general, cabe afirmar que, cuanto mayor sea el grado de una falsa conciencia, tanto mayor ser la evidencia subjetiva, aunque no siempre recprocamente. Gustavo Bueno, Cuestiones cuodlibetales sobre Dios y la religin.Publicadas por Fernando G. Toledo a la/s 12:40 a. m. | Etiquetas: Atesmo, Cristianismo, Materialismo | |

121 comentarios:

Fernando G. Toledo dijo...mircoles, febrero 04, 2009 1:13:00 a. m.Apasionante artculo del amigo Fermn, y que seguro dar que hablar, en un nmero antolgico de El Catoblepas (me refiero al de febrero de 2009). Revista que, dicho sea de paso, publica justamente este artculo donde se critica al principal autor del sistema que representa, el materialismo filosfico. Como recordarn, la opinin de Gustavo Bueno acerca de la retirada de crucifijos fue tratada ac a propsito de la publicacin del libro Dios salve la razn. En una entrevista, Bueno calific de indoctos a los que pedan sacar a los crucifijos de las aulas.Un punto interesante de esta crtica de Fermn es la breve distincin que hace entre el atesmo terico y el atesmo prctico, pues plantea la siguiente cuestin: aun abrazando plenamente el materialismo filosfico, hay distintas maneras de ejercitar en la prctica sus consecuencias. Este punto aparentemente trivial es un buen modo de plantear la batalla dialctica al respecto. Julin Rodriguez Orihuela dijo...mircoles, febrero 04, 2009 3:25:00 a. m.Vos lo podrs insultar con palabras como "antieutxico", pero para mi que este tipo est borracho... y que es simplemente el cuentito de "mejor reforzemos el cristianismo, que si no se vienen los musulmanes" que tan bien viene funcionando en los EEUU. Juan Carlos dijo...mircoles, febrero 04, 2009 7:28:00 a. m.Dice Fermn Huerta: "No estaremos ante un caso de falsa conciencia por parte de Gustavo Bueno, de prdida de su capacidad correctora de errores?" La respuesta de Huerta es muy atinada.

Slo quera sealar que Fermn Huerta sigue una curiosa estrategia para criticar la postura de Bueno, y es la de refutar los planteamientos expuestos por Bueno en sus ltimos libros con afirmaciones suyas extradas de libros anteriores mucho ms beligerantes con la ICAR y el fidesmo catlico romano. Es evidente que Gustavo Bueno ha cambiado diametralmente de postura en estos ltimos aos respecto a la ICAR, lo que manifiestamente -fenomenolgicamente- se muestra en el hecho de que ha pasado de escribir libros conjuntamente con Gonzalo Puente-Ojea a prestar su colaboracin en proyectos editoriales de pura y dura apologa eclesistica y catequtica, como este ltimo libro taimadamente titulado "Dios salve a la Razn" (?!!!). riastteles Lumnico dijo...mircoles, febrero 04, 2009 11:58:00 a. m.Excelente post. Barullo dijo...mircoles, febrero 04, 2009 12:29:00 p. m.Me parece que exigir la retirada de los crucifijos es todava violento y, desde el punto de vista poltico, comprarse un problema intil.

De que los catlicos no vayan a misa no se concluye que no se sientan molestos por un acto que es, evidentemente desde la lgica de un creyente, provocador.

No es que est en desacuerdo en teora con el fondo del asunto, pero como se menciona, en la prctica me parece prematuro.

Todos los procesos de cambio requieren de maduracin. Nada se logra antes de ser posible.

Sin querer ser un exgeta de Bueno, entiendo que hasta que la gran mayora de la poblacin no haga un problema sobre el tema, hay que esperar. Sobre todo porque parece que la tendencia es favorable. No le veo la razn prctica al asunto, porque no va ni a acelerar ni a demorar el proceso.

Por ltimo, eso de permitir que alguien te escriba en contra del patriarca en la misma revista no fue una decisin correcta. Con Kirchner (agrego a Chvez, Simbol?) esto no suceda. Juan Carlos dijo...mircoles, febrero 04, 2009 12:32:00 p. m.Es importante sealar que Gustavo Bueno incurre en un error bsico cuando afirma lo siguiente: "Segn esto, la definicin laica del Estado no puede tomarse como una definicin real, sino puramente nominal e ideolgica, porque si la sociedad civil es religiosa, y vinculada a una religin que exige publicidad y propaganda fide, entonces el Estado laico slo podr ser reconocido, por el materialismo, como una superestructura jurdica, una ficcin creada por el formalismo que supone la realidad de una sociedad poltica laica".

El error de Bueno est en considerar que la sociedad civil pueda ser "religiosa" (o su contrario, "irreligiosa"). Como Bueno sabe muy bien (as lo ha puesto de manifiesto en sus crticas al concepto de "Memoria Histrica"), nicamente los individuos humanos poseen consciencia, y por consiguiente slo ellos pueden pensar, reflexionar y tener sentimientos y creencias religiosas (o no tenerlas). Las sociedades o las colectividades no tienen ideas, creencias o sentimientos religiosos ni de cualquier otra naturaleza, puesto que no poseen consciencia. As pues, la expresin "sociedad civil religiosa" es un absurdo lgico y conceptual. Habra que darle totalmente la vuelta al argumento de Bueno y afirmar que es la "sociedad civil" (y no el Estado laico) lo que constituye una fictio iuris, fundada en una fictio mentis, y que en ltimo trmino son los individuos los sujetos autnticos de los derechos o deberes atribuidos a las sociedades. Los sentimientos o creencias religiosos nacen en el mbito ntimo de la consciencia, es decir, pertenecen constitutivamente al mbito de la privacidad, que es un mbito intangible e impenetrable por exigencia ontolgica (res privata).

Por tanto, el Estado laico (al contrario que la "sociedad civil religiosa") no es ninguna ficcin jurdica ni superestructural, sino un marco jurdico-poltico real, concreto y efectivo cuyo postulado central es la estricta no-interferencia de lo privado en lo pblico y viceversa. El Estado laico es, bsicamente, aqul que se abstiene rigurosamente, y sin excepcin alguna, de financiar, subvencionar o ayudar a las asociaciones religiosas y/o confesionales de cualquier tipo, y que jams desva dinero pblico hacia fines privados; asimismo, el Estado laico no permite que las asociaciones o congregaciones de creyentes invadan las competencias del estado en su propio beneficio particular y contrariamente al inters pblico. El Estado laico, en definitiva, es aqul que concede a las asociaciones de creyentes -es decir, a las diversas Iglesias y sectas- el mismo estatuto civil de derecho comn que se le concede a cualquier otra asociacin, sin ningn tipo de privilegios, concesiones o discriminaciones. Que este Estado laico no es ninguna utopa, ni una "ficcin jurdica" sin base real como afirma Bueno, lo demuestra el hecho de que es el modelo de Estado que existe en Francia, sin ir ms lejos, al menos desde la instauracin de la Tercera Repblica.yorDmayorDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD