El Hombre en Busca de Sentido Resumen 2010

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EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO Viktor Frankl escribe este libro, más que como experiencia autobiográfica, como estudio psicológico del hombre ante las atrocidades en las que se vio inmerso durante los tiempos de los campos de concentración nazis. (de hecho es “el informe del prisionero nº 119104”, de un simple número, nunca de un individuo único y personal) Así Frankl divide dicho análisis en tres partes. A modo de resumen y para no extender demasiado lo que más tarde se va a comentar, he seleccionado varias ideas sin desarrollar: INTERNAMIENTO EN EL CAMPO : shock; horror; “ilusión del indulto”; abandonarse sin resistencia al curso de los acontecimientos; borrar de la conciencia toda vida anterior (la existencia desnuda); un variante frío y macabro de la curiosidad; “perdías el miedo a la muerte”;” ante una situación anormal, la reacción anormal constituye una conducta normal”. LA VIDA EN EL CAMPO: (incluso las ideas sueltas rescatadas de esta parte del relato siguen una clara evolución, comenzando por la “mutilación” del sentir que se va convirtiendo poco a poco en un aprender a vivir...): plomiza apatía, anestesia emocional, vaga sensación de que a uno ya no le importará nunca nada; humillación e indignación provocadas por la injusticia; ”todos los esfuerzos se concentraban en una única tarea: conservar nuestra vida y la vida de los camaradas amigos”; ”cuando los prisioneros sentían inquietudes religiosas, éstas brotaban de lo más íntimo y sincero que cabe imaginar”; intensificación vida interior (et lux in tenebris lucet); un extraño sentido del humor, dominar el arte de vivir; el corazón endurecido; juguete del destino; íntima paz, libertad interior; ”el sentimiento que se convierte en sufrimiento, deja de serlo cuando nos formamos una idea clara y precisa del mismo (Spinoza)”; aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”; ”en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros”; ”todo lo que no acaba conmigo me hace más fuerte” Para terminar con esta fase, Frankl recuerda a los guardias del campamento, en esta parte llama la atención la serenidad con la que es capaz de analizar al hombre, a ese mismo que, como él dice inventó las cámaras de gas, pero también entró en ellas con paso firme y musitando una oración” DESPUÉS DE LA LIBERACIÓN: Se presenta un ex-prisionero que analiza la vuelta a casa, a una casa que muchas veces estaba ya vacía; la vuelta a una vida que, como la casa, carecía ya de todo lo que el hombre creía recordar que la llenaba; una vuelta difícil en la que valores como el perdón, el sentido de la vida y el rechazo absoluto al mal ayudan al individuo a luchar contra la instintiva venganza, a la vez que lograr la fortaleza interior suficiente para VIVIR: “habíamos perdido la capacidad de alegrarnos y lentamente teníamos que volver a aprenderla”; ”después de soportar aquellos increíbles sufrimientos, uno ya no tenía nada que temer, salvo a su Dios” 1

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EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO

Viktor Frankl escribe este libro, ms que como experiencia autobiogrfica, como estudio psicolgico del hombre ante las atrocidades en las que se vio inmerso durante los tiempos de los campos de concentracin nazis. (de hecho es el informe del prisionero n 119104, de un simple nmero, nunca de un individuo nico y personal) As Frankl divide dicho anlisis en tres partes. A modo de resumen y para no extender demasiado lo que ms tarde se va a comentar, he seleccionado varias ideas sin desarrollar:

INTERNAMIENTO EN EL CAMPO: shock; horror; ilusin del indulto; abandonarse sin resistencia al curso de los acontecimientos; borrar de la conciencia toda vida anterior (la existencia desnuda); un variante fro y macabro de la curiosidad; perdas el miedo a la muerte; ante una situacin anormal, la reaccin anormal constituye una conducta normal.

LA VIDA EN EL CAMPO: (incluso las ideas sueltas rescatadas de esta parte del relato siguen una clara evolucin, comenzando por la mutilacin del sentir que se va convirtiendo poco a poco en un aprender a vivir...): plomiza apata, anestesia emocional, vaga sensacin de que a uno ya no le importar nunca nada; humillacin e indignacin provocadas por la injusticia; todos los esfuerzos se concentraban en una nica tarea: conservar nuestra vida y la vida de los camaradas amigos; cuando los prisioneros sentan inquietudes religiosas, stas brotaban de lo ms ntimo y sincero que cabe imaginar; intensificacin vida interior (et lux in tenebris lucet); un extrao sentido del humor, dominar el arte de vivir; el corazn endurecido; juguete del destino; ntima paz, libertad interior; el sentimiento que se convierte en sufrimiento, deja de serlo cuando nos formamos una idea clara y precisa del mismo (Spinoza); aquel que tiene un porqu para vivir, puede soportar casi cualquier cmo; en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros; todo lo que no acaba conmigo me hace ms fuerte Para terminar con esta fase, Frankl recuerda a los guardias del campamento, en esta parte llama la atencin la serenidad con la que es capaz de analizar al hombre, a ese mismo que, como l dice invent las cmaras de gas, pero tambin entr en ellas con paso firme y musitando una oracin

DESPUS DE LA LIBERACIN: Se presenta un ex-prisionero que analiza la vuelta a casa, a una casa que muchas veces estaba ya vaca; la vuelta a una vida que, como la casa, careca ya de todo lo que el hombre crea recordar que la llenaba; una vuelta difcil en la que valores como el perdn, el sentido de la vida y el rechazo absoluto al mal ayudan al individuo a luchar contra la instintiva venganza, a la vez que lograr la fortaleza interior suficiente para VIVIR: habamos perdido la capacidad de alegrarnos y lentamente tenamos que volver a aprenderla; despus de soportar aquellos increbles sufrimientos, uno ya no tena nada que temer, salvo a su Dios

Hay varios detalles que me gustara sealar, que me han hecho parar, y me han dado bastante en qu pensar. Aunque, puestos a comentar, tendra una barbaridad de ancdotas, he seleccionado tres escenas especialmente significativas para m: la primera de ellas, un fragmento de lo titulado por Frankl como la ltima voluntad aprendida de memoria; me ha sorprendido la ternura de las palabras que el psiclogo dedica a su mujer; es una despedida breve, directa y sincera, no repara en frases bonitas sino en contenido certero.

El segundo aspecto, al que calificara de conmovedor, es la comparacin que Frankl hace en el humor en el campo referente a la cmara de gas y el tamao del sentimiento, el cual (segn explica en este texto) se expande por el alma entera del hombre, ya sea grande o pequeo, la ocupa por completo y regularmente. Resulta, cuanto menos, impactante.

Por ltimo quera resaltar unas ideas que expone el autor en la pregunta por el sentido de la vida; con sinceridad, estas lneas me han llevado ms tiempo que cualquier otra del libro ya que creo que son las ms duras de todo el relato (sobre todo difciles de asimilar), quizs porque sean tambin las que ms cerca puedan sentirse; no hace falta estar en un campo de concentracin para ser consciente del sufrimiento humano... En ellas, Frankl lleva al extremo aquello de que es la vida la que espera algo de nosotros; y es que dice - en caso de que, en un momento, el destino de un hombre sea sufrir, ste debe aceptarlo con dignidad, ya que es el sufrimiento su nica y peculiar tarea, el que le otorga el carcter de persona nica e irrepetible y el que, paradjicamente, da sentido a su vida. Termina este fragmento diciendo: Nuestro sentido de la vida abarcaba los amplios crculos de la vida y la muerte, del sufrir y el morir. Ah se entablaba nuestra lucha. El psiclogo utiliza aqu el imperfecto de indicativo, lo que parece tranquilizar... pero acaso nuestro sentido de la vida hoy no abarca todos estos campos? Puede hablar Frankl de aceptar el sufrimiento como tarea, como vida, en un carcter (el humano) que se afana por cercenar todo tipo de dolor? Es cierto que afirma y reafirma que el sufrimiento no es, en absoluto, necesario y que ste puede dejar de ser, en cierto modo, doloroso si le encontramos una razn, pero an as... No da miedo entender al autor en esta idea de sumisin al destino en la que expone que podemos, en un determinado momento, llegar a un sufrimiento que le otorgue a nuestra existencia todo su sentido?EL SENTIDO DE LA VIDACreo que el ttulo del libro es un tributo a aquello que le salv, el sentido que le encontr a su vida, por el que no se lanz contra las alambradas, por el que no dej de luchar, por el que sigui afeitndose y caminando derecho para parecer fuerte y capaz de seguir viviendo en aquellas condiciones.

Es, a mi modo de ver, tremendamente contradictorio (y es justo en la contradiccin donde reside su fuerza) que sea en un campo de concentracin, donde se convive da a da con la muerte, el mismo sitio en el que alguien no slo encuentre sentido a su vida sino que se esfuerce porque los dems tambin lo encuentren.

Frankl expone el sentido de la vida como aquello que la vida espera de cada persona, la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a las cuestiones que la existencia nos plantea, cumplir con las obligaciones que la vida nos asigna a cada uno en cada instante particular o admitir y abrazar la singularidad que diferencia a cada individuo y se fundamenta en su trabajo creador y en su capacidad de amar. Nosotros debemos encontrar ese sentido, sin olvidarnos nunca de que, como l explica, es la propia vida quien nos ha encontrado antes y espera algo de nosotros.

LA EXISTENCIA DESNUDA

La existencia desnuda es la experiencia del sentimiento profundo del ser, del ser despojado de tiempo, de espacio, de todo lo que le rodeaba en el pasado. Es el hecho de tenerse a s mismo, al verdadero yo, al que se le ha usurpado todo, menos aquello ya vivido; porque, como seala casi al final del libro, haber sido es tambin una forma de ser, quizs la forma ms segura de ser.

La existencia desnuda es, de otra forma, un Siddhartha forzado, torturado y oprimido, un individuo que conserva los tres tesoros de los que no nos pueden despojar nunca: su presente, su pasado y su profundo ser, donde reside su capacidad de eleccin y libertad interior.

Los prisioneros desnudos se muestran tal y como son, con todo lo que esto acarrea; cierto instinto de supervivencia y efmera felicidad provocada por pequeos y bsicos placeres (pag.74) a la vez que un compaerismo capaz de poder con el hambre de dos das y una profunda religiosidad. En conclusin, la contradiccin en estado puro, el torbellino de valores(pag76), el hombre desnudo.

CONTRA LAS ALAMBRADASEn la primera fase del internamiento, cuenta Frankl, que compaeros suyos optaban por el suicidio tirndose a las alambradas. No teman a la muerte, si no se mataban ellos, los mataran los otros... La vida no tena sentido... ; para ellos la nica razn para vivir era salvarse, su vida penda del fino hilo de azar tejido en el campo de concentracin, por eso, su vida no mereca la pena ser vivida

SNTOMAS Y SENTIMIENTOS DE CADA FASE

En la fase de internamiento en el campo los prisioneros comienzan con un shock intenso que se acompaa de horror y de un infundamentado optimismo. La ilusin del indulto, as es como se designa en psiquiatra, consiste en mantener una esperanza que no se apoya en ningn dato presente ni real para as, amortiguar, de algn modo, el sufrimiento. El prisionero se abandona al destino, al tiempo que el dolor cubre sus recuerdos con una capa que, tras la liberacin, se ver obligado a retirar. Poco a poco, las ilusiones se desvanecen y aparece una singular curiosidad, por el futuro inmediato y sus consecuencias. Aparece en algunos prisioneros la idea del suicidio como resultado de esa prdida de esperanza.

En la fase de la vida en el campo predomina la apata, la indiferencia; ya no hay horror, no se siente miedo, ya todo resulta normal a los ojos de los prisioneros. (lo que Frankl llama anestesia emocional). Lo que no les abandona jams es un profundo espritu del compaerismo que hace que se despierte indignacin ante la humillacin, los insultos y el trato lacerante por parte de los kapos. Muy relacionado con esta hiriente ofensa a la vida est el complejo de inferioridad que se creaba en el prisionero.

Otro aspecto importante en la psique de los hombres internos en el campo es el tema de los sueos, en ellos se manifestaban todos los deseos y aspiraciones que se truncaban durante el cautiverio. Tambin en esta fase, la religin y la dimensin espiritual del hombre se desarrollan especialmente; de esta forma, el prisionero es capaz de sumergirse en un mundo de riqueza interior y libertad de espritu, escapando de la dureza y crueldad de la vida en el lager. En el equipaje de esta huida de la realidad estn los recuerdos de cada individuo y el amor hacia las personas que, un da, entrando en su memoria, los crearon. Se forma la idea de una existencia provisional, no es motivo de preocupacin el futuro (es el pasado el que ocupa la mente del prisionero) y existe una extraa percepcin del tiempo. En cualquier caso, y ya para terminar con esta fase, he de decir que, tal como explica Frankl, es el hombre el que decide, el que siempre conserva, si lo desea, un reducto de libertad espiritual. As, su estado de nimo y, en definitiva su propia persona, dependen, en ltima instancia, de sus decisiones; De esta manera, podramos sealar tres tipos de conductas en el lager: El hombre que, libremente y por propia decisin, perda la fe en el futuro. Estaba condenado... Le faltaban las fuerzas espirituales para seguir luchando por aquello que la vida esperaba de l. Otro tipo de visin era la de aquellos que basaban su vida en salvarse, en salir del campo; muchos de stos moran de desengao al ver que la fecha de la liberacin, adems de incierta, se presentaba cada da ms agobiante e ilusoria. La tercera variante de espritu, sera el de gente como Frankl (o como los que tuvieron la suerte de saberle escuchar), aquellos que se preocupaban por encontrar el sentido de su vida, que guardaban en su interior una tremenda esperanza que poda con todas las adversidades vividas en el campo y que les salv de una muerte en l.

Durante la ltima fase que distingue este anlisis, el prisionero comienza inseguro de ser libre.Estaban de verdad libres o era la repeticin de aquel sueo que todos los das se desvaneca? Exista la felicidad o, por el contrario, el tiempo pasado en el lager haba hecho que, para ellos, esta dimensin ya no fuera real? Tras este misterio se produca una reaccin psicolgica en el ex-cautivo: el desahogo, donde, en algunos casos, la brutalidad haca estragos convirtiendo al oprimido en opresor, opresor que poco a poco, y con ayuda, se dara cuenta de que a nadie le est permitido hacer el mal, ni an cuando la injusticia se haya cebado con l. Siguiendo este camino - no exento de baches - que deba recorrer el individuo despus de su liberacin, encontramos un profundo desencanto producido por la vuelta a casa. Aqu el hombre descubre que todo lo que le haba hecho continuar luchando en el lager, o buena parte de ello, es ya un simple sueo. Ilusiones , como abrazar el nfasis de los recibimientos, reencontrarse con sus seres queridos o, sencillamente, no seguir palpando la infelicidad, se desplomaban ante ligeros encogimientos de hombros y frases estereotipadas como bienvenidas, ante casas vacas y ante la terrible sensacin de que el sufrimiento no tiene lmites y se poda sufrir, an tras la experiencia del campo, ms y ms intensamente.

Finalmente, y pasado el tiempo, el ex-prisionero vuelve la vista hacia atrs; es as como realmente supera las atrocidades a las que se vio sometido durante el tiempo de internamiento, ahora ya lejanas pesadillas recordadas por su espritu fuerte; un espritu que endurecido por tanto sufrimiento, ya no teme sentirlo.LA RELIGIN DENTRO DEL CAMPO

Los sentimientos religiosos conformaban para el prisionero (como para todo hombre) un aspecto importante en la continuidad de su lucha. Es un soporte de su sentido de la vida. Segn Feuerbach, Dios es una proyeccin de todo lo que el hombre desea y no puede alcanzar; Aunque esto es slo una visin, siguiendo este razonamiento, Dios(el concepto de Feuerbach) est mucho ms cerca del hombre en el campo, ya que ste posee ms ilusiones que hechos satisfactorios.

Por otro lado (para analizar la religin desde un punto de vista ateo y otro religioso), no muy lejos de la opcin de Feuerbach, y en contra de lo que pudiera parecer, se encuentra la teologa actual; sta reconoce que la idea de Dios es tambin un producto de las latencias y potencias del hombre, sin embargo, no es accidental sino que pertenece esencialmente a lo ms ntimo de su ser. As que, desde este planteamiento llegamos a la misma conclusin que desde Feuerbach, el hombre, en el lager, est ms cerca de Dios, ya que partimos de que es dueo solamente de su existencia desnuda, de su ntimo yo, que est estrechamente y en su esencia, unido a l. De hecho, as lo afirma Frankl en el libro: cuando los prisioneros sentan inquietudes religiosas, stas brotaban de lo ms ntimo y sincero que cabe imaginar.

LIBERTAD Y HUMOR

El humor existe como paliativo del dolor, es una ayuda ms para seguir, para evadirse por unos momentos de aquella degradante situacin que, por ser, poda ser de todo menos cmica.

Adems, teniendo presente la comparacin de la cmara de gas con la capacidad del alma, cualquier sentimiento, alegre o triste, fuerte o dbil, ocupa el interior del individuo por completo; por esto una simple broma poda expandirse por su conciencia, robando as, y momentneamente, espacio al sufrimiento que la ocupaba.

El humor es un aspecto ms de lo que Frankl llama el arte de vivir, el rerse de todo lo posible, el saber distanciarse del horror y sobreponerse a l. No se trata de que el humor pueda existir sino que tiene la obligacin de hacerlo, como arma humana contra el sufrimiento.

La libertad forma parte de lo substancial del hombre, por lo tanto existe donde exista l, o su ms profundo interior; En el lager ese ntimo ser existe, es ms, es lo nico que existe; ah est la libertad.

Es ella, la libertad, la que lucha por y para un camino, contra el sentimiento de creerse un juguete del destino. Ella quien permite al prisionero decidir continuar o rendirse. Ella, quien da la oportunidad de dotar de sentido a la vida, de conservar su valor y dignidad o, por el contrario, de olvidar estos dos aspectos de la misma, tirarse al vaco de la existencia y comportarse como un ser irracional y carente de toda espiritualidad.

AMOR Y SUFRIMIENTO

El amor a la vida, a la esperanza de algo mejor, a la libertad, a la felicidad, al hombre, a Dios es la meta ltima y ms alta a la que puede aspirar el hombre. Es, por lo tanto, y en ltima instancia, donde reside su sentido de la vida. Esta es la visin que da Frankl en el libro. l se aferra a la imagen de su mujer; es lo que le empuja a continuar, a luchar; es lo que otorga a su vida una meta.

Sin saber si su liberacin dejar algn da de ser simplemente un sueo y, en el caso de que esto ocurra, si su mujer estar an en este mundo en dicho momento, al prisionero n119.104 (como l mismo se presenta) le merece la pena seguir viviendo porque tiene una meta, un sentido, que es el amor.

La salvacin del hombre es posible slo en el amor y a travs del amor; un hombre despojado de todo puede sentir la felicidad si siente el amor. Y amando, es amado, es feliz, VIVE.

El sufrimiento es otra cara consustancial de la vida y sin ste, la existencia no sera completa. En ocasiones, afirma Frankl, es el dolor el que regala el sentido a nuestra vida, aquello que nos toca vivir y debemos aceptar con la dignidad y el valor que nuestra existencia humana nos ofrece a nosotros. Adems, aadira la siguiente cita que introduce el autor en homenaje a Spinoza: El sentimiento que se convierte en sufrimiento, deja de serlo en cuanto nos formamos una idea clara y precisa del mismo. Por lo tanto, la dimensin del sufrimiento, como de la felicidad, reside en la libertad de la que hablbamos antes. Es el hombre el que decide sufrir o no ser feliz en contraposicin a formarse la idea mencionada por Spinoza y disfrutar, en la medida de lo posible, de su particular y nica dicha.

Ambos, sufrimiento y amor, conforman las dos caras de la moneda de la vida, ambos son innatos al hombre; lo que no significa que le quiten a ste, sabindose digno y valioso como humano que es, su capacidad de eleccin para amar, sufrir, ser feliz o darse por vencido.

LOGOTERAPIA

La logoterapia o Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia es una teora que se centra en el sentido de la existencia humana y en la bsqueda de ese sentido por parte del hombre; de acuerdo a sta, la primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrarle esa razn de ser a su propia vida, la voluntad de sentido, en contraste con la voluntad de placer de Freud y la voluntad de poder de Adler.

Segn Frankl - y a diferencia de Sartre - nosotros no inventamos nuestro sentido, nos limitamos a descubrirlo. Cuando el individuo malogra esa voluntad de sentido, hablamos, en logoterapia, de frustracin existencial, que puede llevar a una neurosis nogena, aquella que no nace de los conflictos entre impulsos e instintos, sino ms bien de los conflictos morales, espirituales o existenciales. Tambin es cierto que no todos los conflictos conforman un perfil de neurosis, ya que, segn afirma Frankl, cierta dosis de tensin (entre lo que somos y lo que deseamos ser, entre lo logrado y lo que queda por conseguir) es necesaria en el espritu del hombre para despertar el estado de latencia de su voluntad de sentido, ese inequilibrio espiritual es lo que l designa como noodinmica.Cuando se carece totalmente de sentido para vivir hablamos de vaco existencial. El individuo, al no tener razones propias para su vida, se aferra al conformismo (hago lo que los otros hacen) o el totalitarismo (hago lo que los otros quieren que haga).

Ahora, una pequea diferencia entre no saber lo que la vida espera de ti y modificar la idea sobre esta tarea que la existencia te pide. El sentido de la vida cambia continuamente, pero nunca deja de existir. Se puede descubrir este sentido de tres modos diferentes:

Realizando una accin

Acogiendo las donaciones de la existencia; el amor, es el nico camino para arribar a lo ms profundo de la personalidad de un hombre. Sin amar no se conoce su esencia. Por el sufrimiento. El valor no reside en el mero sufrimiento sino en nuestra actitud para afrontarlo, slo siendo ste inevitablemente necesario. EL sentido de la vida es posible sin el sufrimiento o a pesar de l.

EL suprasentido es otro termino de la logoterapia, es el contexto que sobrepasa la limitacin humana.

La transitoriedad de la vida, desde la logoterapia, hace que la muerte se vea desde un punto de vista optimista en la medida en que estar consciente de la finitud del hombre nos orienta a la responsabilidad y, por ello, a encontrar sentido.

En la logoterapia como tcnica, Frankl se centra en el aspecto del placer, del que dice que es un efecto y no un fin. Y con esto deriva a lo que el llama intencin paradjica. Para explicarlo parte del problema humano: el miedo provoca lo que uno teme y la intencin excesiva (hiperintencin) paraliza la consecucin de aquello que se desea con todas las fuerzas. Ante este conflicto plantea una solucin, que empieza por rerse de uno mismo, de las fobias o de las fijaciones de cada uno, engaando a su propia psique para lograr el efecto que quiere lograr (y que ha fingido ante s mismo detestarlo)

Frankl en este pequeo apndice sobre la logoterapia, critica al psicoanlisis por su pandeterminismo, por creer que el paciente no es nada ms que una mquina cerebral daada. El autor de la logoterapia defiende, en contraste, que el hombre, aunque pierda su capacidad para resultar til, siempre conserva la dignidad de ser humano. As crea la psiquiatra rehumanizada, aquella que, detrs de la enfermedad, ve al ser humano que la padece.VALORACIN PERSONAL

Creo que es uno de los libros que ms me ha hecho pensar. El trato que hace del interior del hombre me ha hecho plantearme aspectos que nunca me haba preguntado. Adems, ha reforzado mi idea de estudiar psiquiatra; aunque no lo tengo como nica y segura opcin es un campo que me apasiona, por lo que he disfrutado mucho leyndolo.

El enfoque que Frankl da a su particular experiencia personal me parece interesante y digno de reconocimiento ya no por la calidad del escrito, que me parece maravillosa, sino por su capacidad para el distanciamiento

Me ha llamado la atencin su comprensin hacia el hombre (aspecto nada fcil en cualquier coordenada de tiempo y espacio, cuanto ms en sus circunstancias) palpable en detalles como la serenidad con la que habla casi al final del libro de aquellos que se cebaron con su sufrimiento y el de sus compaeros o las aclaraciones sobre los prisioneros que salan del campo con sentimientos de venganza y el cario con el que los recuerda.

Frankl es capaz de hacer que se sienta la ternura a travs de las pginas del libro sin llegar al sentimentalismo, relatar las brutalidades del campo sin sensacionalismos ni muestra de expresionismo alguno. Capaz de compartir su ms ntima sensacin sin caer en una simple biografa. Capaz, tambin, de hacer llegar al lector, mediante sencillas palabras y frases cercanas, sentimientos tremendamente profundos. Capaz de dotar de sentido su existencia, la de la gente que tuvo la suerte de cruzarse con l y ya, tambin, la de todos los que hemos ledo este magnfico manual para la VIDA.

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