El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

37
SEPARATA Mayo-Agosto 2012 Año LXXIII Núm. 256 ESTUDIOS SOBRE EL PATRIMONIO CULTURAL Y LAS ARTES EN NAVARRA EN TORNO A TRES HITOS 1212-1512-1812 Coordinador: Ricardo Fernández Gracia El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y arquitecturas en tiempos de Sancho el Fuerte Carlos J. Martínez Álava

Transcript of El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Page 1: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Separata

Mayo-Agosto 2012 Año LXXIII Núm. 256

ESTUDIOS SOBRE EL PATRIMONIO CULTURAL Y LAS ARTES EN NAVARRA EN TORNO A TRES HITOS

1212-1512-1812

Coordinador:Ricardo Fernández Gracia

El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y arquitecturas

en tiempos de Sancho el Fuerte

Carlos J. Martínez Álava

Page 2: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 341[1]ISSN: 0032-8472

el Gótico preclásico en navarra: arquitectura y

arquitecturas en tiempos de sancho el fuerte

Carlos J. Martínez Álava*

IntroduccIón

E ntre los límites del principio y final del reinado de Sancho el Fuerte (1194-1234) el reino de Navarra vivió una intensa actividad artística y

arquitectónica. En esos cuarenta años de reinado, al menos dos generaciones de canteros continuaron trabajando en las fábricas y canteras que se habían abierto por doquier. Monasterios y ciudades aglutinaban la mayor parte del esfuerzo constructivo. Así lo demuestran los testimonios de numerosos edi-ficios que por entonces debían de estar en construcción. Con obras de un empeño cuasi utópico, grandes iglesias urbanas y enormes monasterios iban a permanecer en construcción durante cien años o más. Es norma de este periodo histórico y artístico que una abacial iniciada en torno a 1165 no se termine hasta bien entrado el siglo XIII; que una iglesia parroquial, iniciada en la misma fecha o antes, no se concluya hasta el siglo XIV. Incluso algunos edificios, los menos favorecidos por la fortuna en su más amplia acepción, van a quedar inconclusos para siempre.

Me propongo abordar en este artículo un variado abanico de temas del ámbito histórico-artístico, todos confluyentes en la Navarra del primer tercio del siglo XIII. En ese marco cronológico intentaremos establecer cuál fue el papel efectivo de Sancho el Fuerte como patrono directo de las obras y cuá-les eran las principales características de los edificios que entonces se erigían.

* Doctor en Historia del Arte.

El GótIco prEclásIco En navarra: arquItEctura y arquItEcturas En tIEmpos dE sancho El FuErtE 341

IntroduccIón 341

sancho El FuErtE, patrono y dInamIzador 345

GrandEs EdIFIcIos En construccIón 351

dE lo InErcIal a lo crEatIvo 358

El GótIco prEclásIco como térmIno artístIco 373

Page 3: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

342 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[2]

Reflexionaremos sobre el modo de construir y la evolución cronoconstructiva de las estructuras. Por un lado el patronazgo regio, por otro sus características estilísticas; finalmente, también la técnica de las obras. Son múltiples factores que en último término determinan la carga estilística de unas líneas creativas que nacen antes de su llegada al trono y se proyectan todavía en los reinados de sus sucesores.

La conjunción de las características de los templos ahora en construcción nos va a permitir hablar de una cierta unidad estilística que se va consolidan-do a la par que en los territorios vecinos. Esta tendencia, evolutiva y lógica, se verá superada por el aporte masivo de formas y elementos creados por el Gótico clásico y el Gótico parisino, que tienen su más destacada plasma-ción en la colegial de Roncesvalles. Precisamente el análisis de la colegial y sus características van a protagonizar otro de los estudios de esta publicación conmemorativa. De ahí que, a pesar de ser una de las obras más significativa de su reinado, no la tratemos aquí. Roncesvalles propone en estas tierras del sur un modelo constructivo completamente nuevo y distinto a las tradiciones artísticas locales. De hecho, desde el punto de vista estilístico, inaugura el camino de comunicación que, a partir de entonces, van a tomar las formas y modelos parisinos y septentrionales en su implantación por el sur. Pero cuan-do Roncesvalles se construye es una isla exótica y brillante dentro del panora-ma artístico del reino. Podemos por tanto estudiar la normalidad de los usos cotidianos sin atender a la exclusividad de una obra única. De ahí el sentido estilístico y científico de esta aparente arbitrariedad.

Pero volvamos a los edificios que van a conformar este estudio. Entre los monasterios, tenemos la certeza de que estaban entonces en construcción La Oliva, Irache e Iranzu; muy cerca de las fronteras del reino se trabajaba tam-bién en las abaciales de Fitero (pasó a la soberanía navarra en el siglo XIV 1) y Veruela. Es importante este extremo porque las cuadrillas de canteros, los gremios asociados y las propias técnicas constructivas se intercomunicaban a través del movimiento de los artesanos que pasaban de una obra a otra, crean-do escuela, creando estilo. Hay que tener en cuenta que si tomamos Tudela como referencia, Fitero está a una jornada de camino, Veruela a una y media y La Oliva a dos. Y estamos hablando de obras enormes, completamente coetá-neas y que emplearon a cientos de artesanos cada una 2. Estos monasterios, to-dos cistercienses menos Irache, erigían además los complejos monásticos con sus salas capitulares, scriptorium y dormitorio superior, refectorio y cocina, y

1 El término de Fitero pasó de Castilla a Navarra en 1373. J. Goñi Gaztambide, «Historia del mo-nasterio cisterciense de Fitero», Príncipe de Viana, 26, 1965, p. 299.

2 Si exceptuamos Veruela, no contamos con estudios sistemáticos de las marcas de cantería. En mi tesis doctoral, hice catas en todos estos edificios para confeccionar mapas de situación y repetición, muy útiles para concretar sus fases constructivas. C. J. Martínez Álava, Del románico al gótico en la arquitec-tura navarra, vol I, tesis doctoral defendida en 1999, pp. 163, 217, 303, 436 y 488. Los mapas de marcas de cantería quedaron inéditos por su difícil formato. En Fitero localicé 113 señales diferentes, 144 en La Oliva, 61 en Irache... Pero lógicamente puede haber muchas más. En Veruela se han localizado más de seiscientos. F. J. Jimenez Zorzo et al., «El estudio de los signos lapidarios y el Monasterio de Veruela (Ensayos de una metodología de trabajo)», Seminario de Arte Aragonés, 40, 1986, pp. 5-214. A los can-teros habría que sumar carpinteros, carreteros y, en general, «transportistas», herreros, peones... Y todo eso durante periodos que rondan los cien años de actividad.

Page 4: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 343ISSN: 0032-8472

[3]

ala de los legos a occidente, hasta conformar un claustro cerrado a un lado de las naves de los monumentales oratorios.

¿Y las ciudades? Si exceptuamos Pamplona, que había construido su ca-tedral y claustro románico durante la primera mitad del XII, el resto de las pujantes urbes del reino se afanaban en dotarse de templos en consonancia con la imagen, prestigio y ambición sagrada de cada una de ellas. Aun y todo, en la capital del reino se trabajaba en la parroquia de San Nicolás. En torno al Camino de Santiago todas las ciudades viven ahora su monumentalización: Sangüesa construye Santa María y Santiago; Estella, San Pedro de la Rúa, San Miguel, San Juan, el Santo Sepulcro y quizá también Santa María Jus. Es muy probable que en Puente la Reina y Los Arcos sucediera ahora algo parecido, si bien estos edificios no nos han llegado. Algo similar se constata hacia el sur. A medio camino de Pamplona y Tudela, Olite se empeña en mantener viva la obra de San Pedro como parroquial de referencia; algo después, quizá todavía en los límites finales del periodo, se va a iniciar Santa María, junto al palacio viejo. Ya en el rico y poblado valle del Ebro, Tudela avanza en la finalización de su gran colegial de Santa María, después catedral. Y todo esto en cuanto a edificios importantes y conservados. ¿Cómo es posible semejante «fiebre» constructiva?

A pesar de los continuos conflictos con Castilla y Aragón que protagoni-zan el siglo XII y los primeros años del XIII, los reinados de Sancho el Sabio y de su hijo, Sancho el Fuerte, suponen una fase de claro progreso interior. Una vez que la frontera meridional del reino había quedado estabilizada fuera del contacto con el islam y tras la paz con Aragón, Sancho VI el Sabio se concen-tra en el desarrollo interno de sus dominios, fomentando el protagonismo de-mográfico y económico de las «villas francas» y racionalizando la explotación de su propio señorío 3. Esta tendencia se afirmará también durante el reinado de su hijo, caracterizando una fase de continuada prosperidad económica y desarrollo urbano 4. Junto a los monarcas destaca también el papel del obispo de Pamplona, dueño de un amplio patrimonio que incluía el señorío tempo-ral de la capital.

Como en otros lugares del occidente cristiano se produce un acentuado impulso urbanizador que incentiva el crecimiento de ciudades recién funda-das por los reyes. Sobre las dos principales vías de comunicación del reino, verdaderos ejes articuladores, se enclavan las más importantes ciudades del reino: Pamplona, Olite y Tudela en el perpendicular; Sangüesa, Puente la Rei-na, Estella, y Los Arcos en el jacobeo 5. La conformación poblacional de estas ciudades era compleja, reflejando a menudo su propia evolución histórica el impacto de las vías de comunicación o la rivalidad por su dominio patrimo-

3 Á. Martín Duque, «Navarra», en Gran Enciclopedia Navarra, vol. VIII, Pamplona, 1990, p. 71.4 J. M.ª Lacarra, Historia del Reino de Navarra en la Edad Media, Pamplona, 1976, p. 257.5 R. García Arancón, «La población de Navarra en la segunda mitad del siglo XIII», Cuadernos

de Etnología y Etnografía de Navarra, 17, 1985, pp. 87-101; Á. Martín Duque, «Ciudades medievales en Navarra», en Ibaiak eta Haranak. Guía del patrimonio histórico-artístico y paisajístico. Navarra, San Sebastián, 1991, pp. 39-53. Para Pamplona Á. Martín Duque, «El señorío episcopal de Pamplona hasta 1276», en La Catedral de Pamplona, vol. I, Pamplona, 1995; Tudela, C. Orcástegui, «Tudela durante los reinados de Sancho el Fuerte y Teobaldo I. (1194-1253)», Estudios de la Edad Media de la Corona de Ara-gón, 10, 1975, pp. 63-142; Estella, E. Ramírez Vaquero, «La vida ciudadana de Estella, siglos XIII-XVI», Príncipe de Viana, 190, 1990, pp. 377-388.

Page 5: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

344 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[4]

nial. En general, a un núcleo autóctono primitivo se asociaban grupos po-blacionales variados, entre los que destacaban los francos, en menor medida los judíos y, solo en Tudela y la Ribera, los moros. La diversidad de origen y estatuto jurídico provocó la división de las ciudades en circunscripciones separadas, durante los siglos XII y XIII, notablemente impermeables, que en ocasiones degeneraron en enfrentamientos internos. Esta división urbana, es-pecialmente patente en Estella y Pamplona, impulsó la construcción de do-taciones religiosas para cada uno de los sectores poblacionales, proliferando así la edificación de importantes templos que, como en Estella, se erigen, al menos en parte, dentro de los límites del reinado de Sancho el Fuerte.

Como es bien sabido, junto al impulso urbano, adquiere también en esta época un enorme protagonismo el desarrollo e implantación de nuevas fun-daciones religiosas, entre las que destaca sobre todo la irrupción durante el segundo tercio del siglo XII de los cistercienses. Los tres cenobios fundados por ellos entonces (La Oliva, Iranzu y Tulebras; junto a Veruela y Fitero, muy cerca de los límites del reino), unidos a la presencia anterior benedictina, aglu-tinarán buena parte del esfuerzo constructivo de la época.

En definitiva, ya sea en las pequeñas ciudades que jalonan las principales vías de comunicación, ya en los monasterios más importantes del reino, el rei-nado de Sancho el Fuerte va a ser testigo de la construcción de numerosos tem-plos y edificios. Pero muy pocos se van a iniciar entre 1194 y 1234. La mayor parte de ellos se habían iniciado durante el reinado de su padre, y avanzaban ahora, habitualmente de forma lenta y parsimoniosa, en la conclusión de los perímetros murales, de los soportes de las naves y de las cubiertas abovedadas. Algunos estarán cerca de terminarse en este primer tercio del siglo XIII; otros seguirán todavía mucho tiempo en construcción. La colegial de Roncesvalles

Vista general de Estella.

Page 6: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 345ISSN: 0032-8472

[5]

será, en todos los sentidos, una apasionante excepción, ya que se iniciará y ter-minará en los límites de su reinado, será patrocinada directamente por el mo-narca y mostrará un lenguaje completamente ajeno a las tradiciones arquitec-tónicas que regían los procesos constructivos del resto de edificios coetáneos.

sancho El FuErtE, patrono y dInamIzador

Cada edificio, cada obra de arte sigue un proceso en el que participan numerosos factores y agentes. En la Edad Media ese proceso era especial-mente complejo y duradero. Surgía la idea, la oportunidad, se buscaban los medios económicos y espaciales para realizarla, el diseño técnico, los maestros y grupos de gremios que debían participar en su realización, se renovaban las fuentes de financiación, se padecían las crisis, los problemas, las paralizacio-nes de los trabajos, su reinicio... Los numerosos testimonios monumentales conservados, especialmente iglesias y monasterios, demuestran que el reinado de Sancho el Fuerte fue un periodo de enorme actividad constructiva. Las obrerías de las parroquias intentaban concluir sus dotaciones religiosas, en ocasiones muy ambiciosas; las grandes instituciones monásticas seguían vol-cando buena parte de sus recursos en finalizar sus abaciales y dependencias. Pero junto a esos patronos y dinamizadores hay otros, como la nobleza local, el obispo de Pamplona o el propio rey.

Como vamos a ver, respecto al papel de Sancho el Fuerte en el patroci-nio de la arquitectura de su tiempo, la documentación conservada es parca. De lo conocido no se desprende un especial interés del monarca por favo-recer e impulsar las obras que por doquier estaban abiertas. Sin embargo, la tradición histórica le retrata como un rey especialmente interesado por la arquitectura. Lamentablemente las fortificaciones por él alentadas han desaparecido. Por lo tanto no podemos valorar su participación en la arqui-tectura civil. Pero su prestigio y resonancia en siglos posteriores harán que todo lo referido a su figura se vuelva especialmente confuso y complejo. Lo mismo observaremos en cuanto a la disputa por su enterramiento y las pistas que respecto a su papel como patrono se pueden seguir. Vamos a analizar, hasta donde podamos llegar, cuál fue la relación del rey con la arquitectura de su tiempo.

¿un rey constructor?

Acabamos de ver que sus nada menos que cuarenta años de reinado die-ron, desde el punto de vista constructivo, para mucho. Pero, ¿fue él mismo uno de los dinamizadores de ese proceso? Tradicionalmente, el enorme pres-tigio de Sancho VII le ha dotado de un protagonismo indiscutible dentro de la historia medieval navarra. Quizá por su propio prestigio, la tradición le ha considerado un gran constructor. El Príncipe de Viana, en su Crónica de los reyes de Navarra, escribe sobre el rey Sancho que:

fue traido á sepultar á la eglesia de Roncesvalles, la qual el fundó; eso mesmo fizo la Seu de Tudela é la puente; é trujo á Ebro de Mirapege, á para por eilla; é edificó los monesterios de Fitero et Oliva, é fizo la puente é cercó la ciudat de Logroño; é fizo los castillos de Fuente Rabia é de Sant

Page 7: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

346 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[6]

Sebastian; é cercó la ciudat de Vitoria, é fizo el castillo de Trebiño, é cercó la Guardia; é fizo otros grandes edifi-cios 6.

La crónica del príncipe fue la base y punto de partida de los primeros compendios históricos redactados durante la Edad Mo-derna. En ellos, el nombre del rey siguió asociándose a los monu-mentos citados y a otros. Como veremos luego, La Oliva conserva en una de sus claves la divisa de Sancho el Fuerte. Podemos aceptar

hoy una relación que más tarde concretaremos. Más problemática resulta su vinculación con Tudela. Moret, ya en la segunda mitad del siglo XVII, sigue la estela del príncipe. Así, basándose en los escudos de los capiteles, asegura que «suya es también la fábrica del hermoso y fuerte templo de la iglesia colegial de Santa María, aunque años adelante, como lo indican los muchos escudos que en ella se ven con la insignia de las cadenas, y solos, sin cuartearse con otras» 7. Esta línea historiográfica tuvo acérrimos defensores hasta el siglo pasa-do. Sirva de ejemplo el testimonio del erudito y canónigo de la catedral Mateo Gómez: «es cierto, es indudable, indisputable y evidente que D. Sancho edifi-có el templo de la Catedral de Tudela; no, no es pasión, es convicción íntima, fundada y deducida de la inspección ocular del monumento» 8. Respecto a la catedral de Tudela, poco queda hoy de las convicciones del vehemente canó-nigo. Faustino Menéndez Pidal demostró hace unos años que ninguna de las referencias heráldicas conservadas en la iglesia-catedral se podía relacionar con Sancho el Fuerte 9.

Así que por un lado confirmamos, por fuentes indirectas pero seguras, el mecenazgo regio en Roncesvalles, y por otro nos quedamos sin evidencias de su participación en la construcción de la catedral de Tudela. El último de los tres grandes edificios que se han relacionado de una u otra forma con el rey Sancho es el monasterio de La Oliva. También aquí la tradición colocaba el patronazgo regio como clave en el desarrollo de la abacial. El P. Bravo, a me-diados del siglo XVII, señala que la iglesia, «comenzada por el Rey de Navarra Sancho, hijo del Rey García, fue terminada por su hijo Sancho, llamado el fuerte, el cual y seguidamente prosiguió la fábrica del claustro regular, que va a ser completada por otros, como aparece en las armas familiares» 10. Otra vez la reputación que los siglos darán a la figura del monarca le posiciona como

6 Carlos, Príncipe de Viana, Crónica de los reyes de Navarra (ed. de Yanguas y Miranda), Pamplona, 1843, p. 121.

7 J. de Moret, Anales del reino de Navarra, Tolosa, 1890, vol. IV, p. 138.8 M. Gómez, «La catedral de Tudela», en Boletín de la Comisión de Monumentos Histórico-Artísticos

de Navarra, Pamplona, 1912, p. 61.9 F. Menéndez Pidal, «Emblemas personales en la catedral de Tudela, claves para su estudio», Prín-

cipe de Viana, Actas del 2º Congreso General de Historia de Navarra, pp. 421-427.10 N. Bravo, Notae literales regulae S. Benedicti abbatis, La Oliva, 1648, s. p.

La Oliva. Clave con el emblema de Sancho el Fuerte.

Page 8: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 347ISSN: 0032-8472

[7]

promotor de prestigio para la historia del edificio. Pero, como ya se ha citado, en La Oliva un documento escultórico une al rey Sancho y la abacial: un águi-la explayada, divisa personal del rey, ocupa la clave del penúltimo tramo de la nave mayor. Su valor para la historiografía tradicional es similar a las blocas que en Tudela se vinculaban con Sancho el Fuerte. Sin embargo, en el caso cisterciense, la presencia del águila explayada en esa clave sigue siendo hoy plenamente aceptada como emblema del rey 11.

de las donaciones documentadas a la hipótesis de los donativos en metálico

Los repertorios documentales no aportan pistas concretas que terminen por concretar relaciones y patrocinios. En general, de la documentación regia se desprende que el monarca fue poco propenso a hacer donaciones a las di-versas instituciones religiosas del reino. De hecho, en total, se han considerado equivalentes a un quinto de las de su padre, a pesar del saneado estado de sus finanzas 12. Por lo conocido hasta hoy, la relación documental del rey Sancho con Santa María de Tudela se reduce a un instrumento fechado en 1227 en el que el rey se compromete a mantener luminarias durante diez festividades anuales 13. Más prolijas son las donaciones y recursos para el mantenimiento del hospital de Roncesvalles 14. Sin embargo, nada en los documentos conoci-dos se refiere a los edificios y su financiación. Si no se hubieran conservado «la preciosa» o la bula papal que asigna a Sancho la construcción de la colegiata 15, nada, ni en la documentación del rey ni en la de la hospedería, certificaría hoy su patronazgo.

¿Realizó donaciones en metálico? 16 Dadas las costumbres de la Edad Me-dia parece lógico pensar que un rey que contó con una enorme disponibilidad dineraria, fruto de los rendimientos patrimoniales, los pactos con los al mohades o los botines y las guerras, donara una parte a diversas instituciones religiosas. Sobre todo si tenemos en cuenta que hemos conservado documentos que prueban que el rey invirtió tanto en Navarra como en Aragón unos 900.000 sueldos 17.

¿Cuánto podía costar en esta época construir un templo de tamaño me-diano? En el ámbito navarro no conservamos libros de fábrica tan antiguos. Sin embargo, algunos ejemplos de iglesias de la Isla de Francia nos pueden ayudar a hacernos una idea. Por ejemplo, Felipe Augusto invierte 2.000 libras en la construcción de la pequeña iglesia y dependencias de Charenton. Por su

11 J. Martínez de Aguirre y F. Menéndez Pidal, Emblemas heráldicos en el arte medieval navarro, Pamplona, 1999, pp. 184-185; C. J. Martínez Álava, Del románico al gótico en la arquitectura de Navarra. Monasterios, iglesias y palacios, Pamplona, 2007, pp. 107-108.

12 L. J. Fortún Pérez de Ciriza, Sancho VII el Fuerte (1194-1234), Pamplona, 1987, pp. 293-297.13 J. M. Jimeno Jurío y R. Jimeno Aranguren, Archivo General de Navarra (1194-1234), Donostia,

1998, doc. 216, p. 292.14 L. J. Fortún Pérez de Ciriza, Sancho VII..., op. cit., pp. 295-296.15 Una puesta al día general de estos asuntos en J. Martínez de Aguirre, L. Gil Cornet y M. Orbe

Sivatte, Roncesvalles. Hospital y santuario en el Camino de Santiago, Pamplona, 2012.16 Esta interesante cuestión ya fue planteada por L. J. Fortún Pérez de Ciriza, Sancho VII..., op.

cit., p. 297.17 Ibid., p. 249.

Page 9: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

348 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[8]

parte la construcción de la abacial y dependencias de Notre Dame de la Roche ascendió a 4.000 libras 18. Una libra equivalía a 20 sueldos. Haciendo una sim-ple analogía meramente hipotética, un templo del tamaño de San Pedro de la Rúa o San Nicolás de Pamplona podía costar entre 40.000 y 80.000 sueldos. La cantidad es lógicamente considerable. En 1236, los vecinos del barrio de San Miguel de Estella pagaron a Teobaldo I 30.000 sueldos por el derecho de mercado semanal 19. Seguramente, con una cantidad parecida se podía dar un buen impulso a la construcción de la iglesia parroquial del barrio. Baste recor-dar que, por ejemplo, años después Teobaldo II dona para la construcción del monasterio de Santo Domingo de Estella unos 40.000 sueldos, y otros 20.000 para edificar otro convento en Tudela 20.

En las conversaciones para prohijamiento mutuo de 1231, Sancho el Fuer-te concedió a Jaime I un préstamo en metálico por nada menos que 100.000 sueldos 21. ¿Pudo aportar otras sumas, también en metálico, como donaciones a diversas instituciones monásticas, sin que estas dejaran un rastro documen-tal? Efectivamente ese debió ser el caso de la colegial de Roncesvalles. Parece lógico pensar que lo mismo sucedería en la abacial de La Oliva. ¿Y en otras instituciones monásticas? ¿Y en las ciudades? No hay certezas. Los usos herál-dicos dentro de la escultura monumental no estaban entonces tan presentes como en fases posteriores. Pero dada la mentalidad y usos medievales, parece lógico pensar que parte del metálico que las finanzas reales acumularon gra-cias a la dinamización de su patrimonio, a las parias o a los botines de guerra revertiera de una u otra forma a la arquitectura militar y sagrada que, a duras penas, crecía por doquier 22.

En definitiva, con los aportes documentales (escritos y monumentales) que nos han llegado, podemos asegurar el patrocinio regio en la colegial de Roncesvalles y su participación en la financiación de la construcción del monasterio de La Oliva. Respecto a su colaboración mediante donativos en las obrerías de las parroquias urbanas u otras instituciones monásticas poco más podemos concretar. Hemos visto que los documentos confirman que financió luminarias en Santa María de Tudela y en el santuario estellés de Rocamador 23. No es mucho, pero es. Sobre todo porque nos da pistas sobre otros donativos que no dejaron huella documental. Si, como se afirmaba en la segunda mitad del siglo XIV, las cadenas que formaban parte de los tesoros de Roncesvalles, Santa María de Tudela, la catedral de Pamplona y Santa María de Irache fueron efectivamente donadas por el monarca tras la batalla de las

18 Todo en D. Kimpel y R. Suckale, L’Architecture gothique en France: 1130-1270, París, 1990, p. 222.

19 M. Martín González, Colección diplomática de los Reyes de Navarra de la dinastía de Champaña, 1, Teobaldo I (1234-1253), San Sebastián, 1987, p. 100, doc. 68.

20 R. García Arancón, Colección diplomática de los reyes de Navarra de la dinastía de Champaña, 2, Teobaldo II (1253-1270), San Sebastián, 1985, p. 179, doc. 88.

21 L. J. Fortún Pérez de Ciriza, Sancho VII..., op. cit., p. 335.22 Un siglo antes, se observa en Navarra un proceso parecido. La reconquista del valle del Ebro, con

la caída de Tudela y Zaragoza, ofrece a la nobleza feudal navarra unos beneficios dinerarios desconoci-dos hasta entonces. Ese aporte, estabilizado en el tiempo, parece estar directamente relacionado con la proliferación de iglesias de dedicación particular y otros templos en la Navarra rural. C. J. Martínez de Álava, «La reconquista del valle del Ebro y el románico navarro», en preparación.

23 L. J. Fortún Pérez de Ciriza, Sancho VII..., op. cit., p. 295.

Page 10: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 349ISSN: 0032-8472

[9]

Navas de Tolosa 24, podemos suponer que, junto a ese regalo, bien pudieran haberse realizado otras donaciones dinerarias a beneficio de las respectivas obrerías. Todas las circunstancias contextuales parecen confirmar esa posibi-lidad, que finalmente no dejó huella en la documentación. Pero, a no ser que surjan nuevos datos documentales, esta idea no pasará de ser una hipótesis razonable.

tres edificios para un rey; la disputa por sus restos mortales

La catedral de Tudela, el monasterio de La Oliva y la colegial de Ronces-valles son tres de los edificios más importantes del periodo. Sabemos que, efectivamente, los tres estuvieron en construcción durante el reinado de San-cho. A la muerte del rey en 1234, las tres instituciones protagonizaron una sorprendente carrera por conseguir enterrar los restos del monarca en sus res-pectivos recintos. No sabemos si en esa pugna participó también la catedral de Pamplona, tradicional enterramiento de la monarquía navarra. El asunto es interesante para la historia de la arquitectura del momento, porque se ha interpretado habitualmente como un indicio del patronato que el rey pudo tener con las instituciones citadas.

Siguiendo a Javier Fortún 25, la cuestión se puede resumir así. A la muerte del rey Sancho, un 7 de abril de 1234, no había disposición testamentaria alguna que concretara el lugar y circunstancias de su enterramiento. Tras el óbito, el cuerpo se lleva a la iglesia de San Nicolás, la más cercana a su resi-dencia tudelana. El cabildo de Santa María de Tudela da los primeros pasos para emplazar el enterramiento regio en el recinto colegial. Para ello aduce, y esto lo sabemos por los fragmentos conservados del proceso, que San Nicolás pertenecía a su parroquia y que no contaba con cementerio bendecido. El enterramiento en el espacio sagrado más importante de la ciudad en la que el rey residió los últimos años de su vida parecía, pues, natural. Además según la tradición, en el claustro catedralicio estaban enterrados su madre y su hijo Fernando 26.

Desde el punto de vista normativo y económico, cada institución salva-guardaba el enterramiento en sagrado de sus parroquianos, obteniendo en el caso de familias con patrimonio, un interesante rendimiento económico. In-cluso si los parroquianos de Tudela eran enterrados en otro lugar, Santa Ma-ría de Tudela debía recibir la porción canónica de los bienes dejados por las familias sufragantes de la inhumación 27. Dos bulas papales de 1232 y 1236 certifican que los de Tudela acusaban a los cistercienses de La Oliva de no realizar esta compensación, y por lo tanto vemos que el conflicto entre ambas

24 «Este rey don Sancho ganó allí las cadenas et tiendas que son oy en Nabarra et mucho mas». C. Orcástegui Gros, «Crónica de los Reyes de Navarra de García de Eugui», Príncipe de Viana, 39, 1978, p. 567. A ellas se añadía la esmeralda de Roncesvalles. L. J. Fortún Pérez de Ciriza, Sancho VII..., op. cit., p. 233.

25 Ibid., p. 345.26 C. Orcástegui Gros, «Crónica de los Reyes...», op. cit., p. 567; Gran Enciclopedia Navarra, «Tu-

dela», vol. XI, Pamplona, 1990, p. 59.27 Dos bulas papales intentan defender los derechos de los tudelanos frente a La Oliva y otras insti-

tuciones religiosas. J. Goñi Gaztambide, «Regesta de las bulas de los Archivos de Navarra (1198-1417)», Príncipe de Viana, 251, 2010, docs. 54 y 67.

Page 11: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

350 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[10]

instituciones venía de atrás. Sea como fuere, a los canónigos de Tudela no les hace falta aducir más motivos, ni una especial vinculación del monarca con su iglesia, ni un antiguo mecenazgo; más al contrario, sabemos que los últimos años del monarca en Tudela habían alimentado múltiples conflictos econó-micos en los que el rey había impuesto su autoridad. De hecho, particulares e instituciones, entre ellas la colegial de Tudela, reivindicarán sus derechos usur-pados, durante todo el reinado de Teobaldo I 28. A pesar de los distanciamien-tos y conflictos, la opción del enterramiento regio en Tudela parecía lógica.

Así las cosas, los primeros en mover ficha fueron los monjes de La Oli-va 29. Intentaron impedir el enterramiento regio en Tudela, suponemos que argumentando que el rey había sufragado buena parte de la construcción de la abacial, que había mostrado una especial predisposición a favor de los monjes cistercienses 30. En enero de 1237, el papa Gregorio IX comisiona una terna mediadora compuesta por tres canónigos de Zaragoza, para que encuentre una solución al «pleito entre el cabildo de Tudela y el monasterio de la Oliva sobre el enterramiento de Sancho el Fuerte» 31.

Unos meses después, tercia también en el contencioso el hospital de Roncesvalles. Con el beneplácito de Teobaldo I, los hospitalarios trasladan el cadáver del rey a la colegiata y le dan enterramiento antes de junio de 1237. Da la impresión de que quien inclina definitivamente la balanza ha-cia Roncesvalles es el apoyo del rey Teobaldo I. La única razón que parece justificar la sorprendente resolución final del conflicto es que, a falta de testamento oficial, en el ámbito familiar se tuviera constancia del deseo inicial del rey por enterrarse en Roncesvalles 32. Sea como fuere, la ira y el disgusto del obispo de Pamplona, rector último de la diócesis, es tal que excomulga a los canónigos del hospital «por haber trasladado y enterrado en Roncesvalles el cuerpo de Sancho el Fuerte». El mismo papa, en bula de junio de 1237, ordena al obispo retirar la excomunión, para terminar «de una vez este asunto» 33. Diez años después de la muerte del rey, todavía el papa Inocencio IV solicitaba la colaboración del deán de Tudela para acabar de solucionar el conflicto 34.

28 Una de las reivindicaciones de la iglesia tudelana es que el rey Sancho llevaba muchos años sin pagar diezmos por sus propiedades en Tudela. J. de Moret, Investigaciones históricas de las antigüedades del reino de Navarra, Pamplona, 1665, p. 678. Detalles de todo el conflicto C. Orcástegui Gros, «Tudela durante los reinados...», op. cit., pp. 63-142.

29 Es muy probable que los monjes de La Oliva estuvieran muy cerca del rey en sus últimos años. Entre 1231 y 1232, Andreu/Andrés de Ucar, abad del monasterio, aparece como testigo en tres docu-mentos, especialmente importantes, entre ellos el prohijamiento mutuo con Jaime I, el Conquistador; J. M. Jimeno Jurío y R. Jimeno Aranguren, Archivo General de Navarra..., op. cit., docs. 234, 235 y 240, pp. 311-321. Antes y después de esos años, el abad Andrés, mantuvo también muy buenas relaciones con el monarca aragonés. J. A. Munita Loinaz, «Libro Becerro» del Monasterio de Santa María de la Oliva (Navarra): Colección Documental (1132-1500), Donostia-San Sebastián, 1984, docs. 12 y 14. Es probable que el rey aragonés estuviera al tanto de la petición de los monjes para acoger el lugar de enterramiento del rey.

30 L. J. Fortún Pérez de Ciriza, Sancho VII..., op. cit., p. 294.31 J. Goñi Gaztambide, «Regesta de las bulas...», op. cit., doc. 72, p. 639.32 C. J. Martínez Álava, «El modelo parisino: Roncesvalles y sus ecos», en C. Fernández-Ladreda

(dir.), «El arte gótico en Navarra», en prensa.33 J. Goñi Gaztambide, «Regesta de las bulas...», op. cit., doc. 80, p. 641.34 Ibid., doc. 97, p. 645.

Page 12: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 351ISSN: 0032-8472

[11]

Ante la falta de certezas documentales, la polémica por el enterramiento regio puede dar ciertas pistas sobre intervenciones directas del monarca en edificios entonces construidos. El deseo de acoger tan señalada sepultura se podía deber tanto a una señal de prestigio como de gratitud. Pero da la im-presión de que Tudela no aduce entre sus motivaciones, el especial «cariño» que el monarca tenía por su institución, sino la lógica que le da su propio papel litúrgico en el entorno urbano de Tudela. En consecuencia, la polémica parece reforzar el papel dinamizador de Sancho el Fuerte en la construcción de La Oliva y, sobre todo, Roncesvalles, mientras que lo vuelve a diluir en el caso tudelano.

GrandEs EdIFIcIos En construccIón

Como hemos visto, el reinado de Sancho el Fuerte es, desde el punto de vista económico y social, un momento de equilibrio que favorece el desarrollo interior de su reino. Pero desde el punto de vista arquitectónico, el periodo debe completar la herencia del desmesurado boom constructivo que se vive conforme avanza la segunda mitad del siglo anterior. Durante el reinado de su padre, Sancho el Sabio (1150-1194), monasterios y ciudades van a lanzarse a erigir de nueva planta o a ampliar y reformar sus principales dotaciones templarias. Es una verdadera explosión constructiva que surge por doquier de forma irrefrenable. Además, no solo se trabaja en parroquias y monasterios. También se reparan y construyen las defensas fortificadas de algunas poblacio-nes, infraestructuras como puentes y caminos, castillos, etc.

obras abiertas

Comencemos con los monasterios. Si tomamos como referencia el año 1194, data de la llegada de Sancho VII al trono 35, el único de los monaste-rios del reino que permanecía desde el punto de vista constructivo inactivo era Leire. Sumido en importantes problemas internos, hacía decenios que había completado el perímetro mural externo, pero permanecía sin recibir una cubierta definitiva para su nave. Y así permanecerá durante siglos. Irache ha rematado hace unos años su capilla mayor y está trabajando ahora en las bóvedas de sus naves laterales y los brazos del crucero. Entre los cistercienses, las obras eran intensísimas. Quizá la delantera la llevara la abacial de La Oliva, que estaba a punto de terminar los cinco ábsides de su cabecera, el hastial septentrional del crucero y la mayor parte de las estancias de la planta baja del ala del capítulo. También se estaba trabajando en el presbiterio de Iranzu, a la vez que se iniciaba la sala capitular. Fitero, al sur de la frontera, había concluido la girola con sus capillas radiales, el perímetro del crucero y parte del ala del capítulo. Veruela, ya en Aragón, acababa de consagrar la última de sus capillas radiales y avanza también hacia el crucero y el ala del capítulo. Es

35 Lógicamente, todas estas referencias que siguen son aproximadas. Para los detalles de los pro-cesos constructivos de cada uno de los edificios, con sus aportes documentales, marcas de cantería, cambios y discontinuidades, repertorios decorativos, secciones de arcos...Ver C. J. Martínez Álava, Del románico al gótico..., op. cit.

Page 13: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

352 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[12]

probable que ninguno de estos enormes cenobios hubiera iniciado todavía los abovedamientos de las naves laterales.

De entre los edificios urbanos, el más monumental de los comenzados durante el último tercio del XII era la catedral de Tudela, que acababa de consagrar también las capillas laterales, y probablemente había terminado el claustro con su conexión hacia la puerta meridional del crucero. En Estella, San Pedro de la Rúa había concluido también la cabecera y se avanzaba nota-blemente en el claustro; al otro lado de la peña se estaba iniciando el cierre de bóvedas de Santa María Jus y, a su vera, se comenzaba el ábside septentrional del Santo Sepulcro. Cruzando el río, San Miguel, tras haber concluido los ábsides intermedios y parte de la fachada hacia la plaza con su portada, prose-guía las obras por el crucero y mitad superior de la capilla mayor. También se acababa de iniciar la construcción de San Juan, con su portada norte y quizá parte de las capillas absidales. En el otro ramal del Camino de Santiago, en Sangüesa, también había gran actividad. En Santa María se completaban las bóvedas de las naves, a falta de erigir el cimborrio; y la iglesia de Santiago estaba a punto de terminar la bóveda de su presbiterio. En Pamplona, se tra-bajaba en las naves de San Nicolás, y en Olite las obras de San Pedro, tras estar detenidas durante decenios, comenzaban a reactivarse en las partes altas de la capilla mayor y su encuentro con el crucero 36.

La imagen tipo de estos edificios en torno a 1194 podía ser la siguiente. La mayor parte de ellos mostraba la parcela preparada, con la cimentación prácticamente completa, las capillas de la cabecera ya terminadas o con la central a punto de acabar, los muros perimetrales iniciados y quizá una de las portadas ya finalizada. En el centro de lo que luego serán las naves, los restos de un edificio más antiguo. Entre tanto, algunos vecinos o monjes asisten, en las capillas recién consagradas, a los oficios diarios. En las logias adosadas a los muros se pueden ver algunas piezas finamente labradas: capiteles, enmarques de ventanas, dovelas... En torno a los elementos construidos y soportes, es-tructuras de madera para cimbras y andamiajes, grúas. En las inmediaciones, animales de carga y carros, peones transportando materiales, herreros, hornos, sillares marcados dispersos por el suelo de todo el perímetro y troncos amon-tonados. A lo lejos se adivina el camino a la cantera con el ir y venir de las caballerías y los bueyes.

el ejemplo del santo sepulcro de estella

De las estructuras conservadas, es el Santo Sepulcro de Estella el monu-mento que mejor ilustra el complejo proceso constructivo que suponía la sus-titución de un templo primitivo por otro de mayores dimensiones. Tanto su interior, como su perímetro exterior, permiten un viaje hacia atrás en el tiempo. Permiten visitar hoy, una obra de arquitectura religiosa tal y como se planteó durante el reinado de Sancho el Fuerte. Permiten ese mágico despla-zamiento hacia atrás nada menos que ocho siglos.

36 San Pedro de Olite perdió, como San Nicolás de Pamplona y San Juan de Estella, su cabecera primitiva. En estos casos es pues mucho más difícil juzgar el punto en el que se encontraban las obras de sus templos, ya que hemos perdido uno de sus elementos más significativos.

Page 14: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 353ISSN: 0032-8472

[13]

Cuando la obrería de esta pa-rroquia, situada sobre la parte más oriental de la rúa de Pe-regrinos de Estella, se decide a construir un nuevo edificio, allá por los últimos años del si-glo XII, se inclina por un plan de obra con tres ábsides en batería, crucero y naves relativamente cortas. Sigue así los modelos que en la ciudad del Ega ya se habían adoptado años antes en otras parroquias. Sigue un mo-delo seguro y de prestigio. La idea era, como en San Miguel (cinco ábsides en batería) y en San Pedro de la Rúa (prime-ro un ábside, ampliado luego a tres), sustituir con el nuevo proyecto a un edificio anterior de menores dimensiones y pro-bablemente más oscuro.

Los cálculos financieros son, no obstante, demasiado optimistas. La obre-ría no tiene suficientes recursos para sufragar una obra de semejante calado. El barrio tampoco cuenta con suficiente población. No es rico. Pero como en otros lugares, esos inconvenientes los irá resolviendo el paso del tiempo, el optimismo y la fe en Dios y en el crecimiento. Las obras se inician al este del edificio primitivo. En el primer impulso constructivo se erige el ábside norte, con el muro de cierre a la calle, se prepara la parcela, la cimentación, y se levantan las primeras hiladas del muro de los pies y su cierre perimetral. Todavía no es necesario derribar el antiguo edificio también de tres naves, con dos líneas de soportes cilíndricos y arcos perpiaños apuntados, ya que la nueva obra lo envuelve.

Da la impresión de que los trabajos se paralizan al final del primer tercio del siglo. En el plinto de un pilar de los pies se ha leído la siguiente inscrip-ción: «anho MCCXXXII po (stremo) die mensis junii obit domina guillelma de boilns de caorzt» 37. En principio, esa fecha de 1232 lo único que nos indica con seguridad es que para entonces ya estaba iniciado el citado pilar del muro de los pies. Pero ya no va a seguir su desarrollo vertical. El siguiente paso era eliminar las estructuras antiguas que están sobre él. Y esa decisión no se to-mará nunca.

Para desgracia de los promotores, la parroquia se va a convertir durante el siglo XIII en una de las más pobres y menos pobladas de la ciudad 38. Desde

37 «En el año 1232, el último día del mes de Junio murió la señora Guillelma de Boilns de Cahors». Esta inscripción aparece citada por primera vez en Catálogo Monumental de Navarra. Estella, vol. I, p. 515.

38 J. Goñi Gaztambide, Historia eclesiástica de Estella. Tomo I: Parroquias, iglesias y capillas reales, Pamplona, 1996, p. 458.

Estella. Interior del Santo Sepulcro. Vista de los pilares de la iglesia primitiva.

Page 15: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

354 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[14]

entonces la obrería va a intentar durante siglos retomar las obras para com-pletar un proyecto constructivo que sobrepasaba las posibilidades y recursos del barrio. Se concluye una monumental fachada plenamente gótica durante el siglo XIV. Se completan los muros de la capilla mayor. Pero finalmente la comunidad se rinde y el templo queda inacabado. Es un caso extremo. Las otras tres parroquias estellesas, más ricas y pobladas, también van a tener sus problemas. Iniciadas durante la segunda mitad del XII, no verán terminadas sus naves hasta los siglos XIV y XV. En todos los casos, se asocian proyectos de-masiado ambiciosos, a bases financieras frágiles. Es el sino de las parroquiales en construcción durante el siglo XIII.

En el Santo Sepulcro, el resultado final, aun con ciertas adiciones posterio-res, ha conservado perfectamente diferenciados dos templos concéntricos 39, el mayor en construcción, el menor en destrucción. Este último, abocado a ser sustituido, conserva todavía los alzados de sus soportes, rodeados por buena parte de la cimentación general del nuevo edificio y sus alzados septentriona-les. Lógicamente los soportes de las naves no podían iniciarse hasta desmontar las estructuras anteriores; esta es la justificación de que en ocasiones encontre-mos tanta distancia estilística entre los soportes centrales y los perimetrales. Con esta organización de la obra se conseguía mantener durante años abierto al culto el oratorio primitivo y utilizarlo, si fuera necesario, como soporte de cubiertas provisionales sobre los muros perimetrales. Sentido común y espí-ritu práctico.

39 Esta realidad fue observada por vez primera en CMN, II*, p. 513.

Estella. Exterior del Santo Sepulcro. Vista general de las cimentaciones no concluidas.

Page 16: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 355ISSN: 0032-8472

[15]

la continuidad como definición práctica y estilística

Quizá lo más relevante de la realidad arquitectónica del primer tercio del siglo XIII, es que son tantas las obras ya en marcha, que durante el reinado de Sancho el Fuerte solo se va erigir de nueva planta, entre los edificios im-portantes, la colegial de Roncesvalles. El resto de los templos y complejos monásticos se habían iniciado ya en el reinado anterior. En consecuencia, la arquitectura de este momento va a dar continuidad a unas fábricas planteadas en sus líneas maestras, según modelos propios del la arquitectura de la segun-da mitad del XII.

Entre gremios, patronos, usuarios y maestros, su discurrir en el tiempo estaba sujeto a múltiples contingencias que podían alterar de forma sustancial la evolución lineal de las obras. Como hemos visto en el Santo Sepulcro, una de las claves es la relación adecuada entre el empeño de la construcción y las posibilidades de gasto. Pero había más: la estabilidad de los patronos, la rique-za de los barrios en los que se asentaban, la sucesión de maestros constructores y sus propuestas artísticas, los mazoneros y la calidad de los materiales y, por último, las guerras y, en general, la evolución socio-económica de su entorno. Lógicamente, los monasterios tenían una base financiera más estable; conta-ban con importantes patrimonios que suponían una fuente de financiación homogénea y continuada. Frente a esa seguridad, las obrerías de las parroquias estaban expuestas a continuas contingencias que tendían a dilatar o detener los procesos constructivos.

La participación en los proyectos de distintas generaciones de artistas, jus-tifica, en general, los cambios de orientación entre las primeras fases y las últi-

Estella. Exterior del Santo Sepulcro. Vista del ábside septentrional.

Page 17: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

356 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[16]

mas. No obstante, se observa una evidente tendencia a conseguir una efectiva coherencia visual entre las partes. Como veremos, en ocasiones la renovación artística de las obras se constata en elementos decorativos novedosos, que se adaptan a estructuras ya diseñadas por generaciones de artífices anteriores. Se cambian algunas secciones de arcos, las decoraciones de los capiteles, la altura de los plintos, se incorporan claves en los encuentros de los arcos... Sin embargo, esta ligera renovación léxica, raramente afecta a la visión uniforme y homogénea de los volúmenes construidos. Este planteamiento netamente continuista es perfectamente palpable en las ventanas de las naves laterales de Santa María de Tudela, en la capilla mayor de San Miguel de Estella o en las naves de Fitero. Cuando esos cambios no afectan a la coherencia del conjunto y pueden ser adoptados de forma general, se aplican. Así lo podemos consta-tar, por ejemplo, en el cambio de diseño del claristorio de la nave mayor de la catedral tudelana. Si la distancia en el tiempo de dos fases constructivas sucesivas es muy grande, los cambios de orientación de la obra pueden ser completos. Así se justifica la renovación del diseño de los soportes centrales de San Pedro de la Rúa en Estella. No obstante, el replanteamiento de esta obra es posterior al periodo cronológico que nos ocupa.

Y es que el propio proceso constructivo determinaba en buena parte la evolución de los trabajos y el aspecto final del edificio, más allá de las modas o posibles cambios de planteamientos y programas surgidos de la incorporación de nuevos maestros o patronos. Hay que tener en cuenta que, fueran obras de nueva planta, fueran templos destinados a ampliar o sustituir a otros anterio-res, todo comenzaba con la preparación de la parcela y la cimentación general. La primera fase constructiva se focalizaba en los ábsides orientales, primero los laterales, después el central y quizá una de las portadas. En este momento

Estella. San Miguel. Vista del exterior de la cabecera desde el norte.

Page 18: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 357ISSN: 0032-8472

[17]

se podía avanzar hacia el cierre perimetral con las primeras hiladas de muros y basamentos de los soportes interiores laterales. Como sabemos, esta es la fase constructiva que mostraban muchos de los edificios citados al inicio del rei-nado de Sancho el Fuerte. En una etapa posterior se avanzaba hacia las partes altas de los muros perimetrales (ya por tramos), en una segunda portada y en las partes altas de la capilla mayor. Después se iba progresando por las partes altas del crucero y se comenzaban los soportes centrales de las naves. Pero su diseño estaba determinado por sus correspondencias perimetrales, erigidas en sus primeras hiladas casi en un primer momento. Por eso es habitual que, aun coincidiendo en sus características generales, los plintos de los centrales no estén a la misma altura que los perimetrales. Aun cuando sus diseños son parecidos, los centrales son más modernos. Puede darse el caso de que los tiempos se vuelvan a igualar a la altura de los capiteles, de tal forma que estos se labran por un mismo taller, mientras que las basas se labraron con veinte o treinta años de distancia (naves laterales de San Miguel de Estella o Santa María de Tudela).

Posteriormente, casi siempre por capillas o tramos de este a oeste, se van cerrando las partes altas de los muros laterales, los arcos formeros y las bóvedas de las naves laterales. Cuando estas se completan, se comienza a alzar todo el perímetro mural superior, y otra vez de este a oeste, se inicia el cerramiento de las bóvedas del crucero y la nave mayor. Este proceso no es siempre igual. En ocasiones se podía erigir el crucero y el primer tramo de la nave central primero, y luego seguir hacia la conclusión de las partes altas occidentales (Irache). La obra terminaba con el cierre de la fachada occidental, o su hastial correspondiente, que se convierte, en la mayoría de los casos, en la parte más moderna del edificio.

En consecuencia, si la parcela, su cimentación y los perímetros murales ocupaban las primeras fases constructivas de los edificios, este hecho ya deter-minaba la división del espacio interno, el tipo de soportes empleado y el dise-ño general de las bóvedas. Un edificio como Santa María de Tudela se debía construir tal y como se había planeado en su primera fase, durante el último tercio del XII. Y sus diseños parten de modelos tardorrománicos. Lo mismo podemos decir de La Oliva o San Pedro de Olite, y, en general, de todos los edificios iniciados entonces.

En esos modelos planimétricos avanzados y ambiciosos, ya se contempla la idea de cubrir la mayor parte del edificio con bóvedas de arcos cruzados. Y si no es así, en la mayor parte de los casos se realizan las modificaciones necesarias para adaptarse a una forma de cubrición que se ha impuesto ya en Navarra en los últimos años del reinado de Sancho el Sabio. Cabe citar en este punto el palacio que este rey construye en Pamplona, organizado en planta de L, con bodega cubierta por bóveda de arcos cruzados y cubiertas a dos aguas sobre amplios diafragma en los pisos superiores 40. Como veremos, este con-cepto constructivo seguirá plenamente vigente durante el reinado de Sancho el Fuerte en el ámbito de las estancias monásticas cistercienses.

40 J. Martínez de Aguirre y J. Sancho, «El palacio real durante la Edad Media», en El palacio real de Pamplona, Pamplona, 2004, pp. 11-140.

Page 19: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

358 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[18]

dE lo InErcIal a lo crEatIvo

Vamos a iniciar ahora un breve recorrido por tres de los edificios más significativos del periodo, intentando visualizar no su evolución completa, sino simplemente lo que podemos considerar construido durante el reinado de Sancho el Fuerte 41. A la luz de lo construido podremos establecer unas ca-racterísticas generales que nos sirvan para definir en lo posible la orientación estilística de la arquitectura del periodo.

La Oliva. Vista general del exterior de la cabecera.

el monasterio de la oliva

Comenzaremos el recorrido por el monasterio de La Oliva. Como referen-cias generales debemos tener en cuenta que se considera que la construcción del nuevo cenobio se inicia en 1164, consagrándose su cabecera en 1198. Nada sabemos con detalle de esa consagración. Incluso no sabemos si se refiere a alguna de las capillas laterales o a la capilla mayor. Los tiempos constructi-vos, los repertorios decorativos de los capiteles y la bella bóveda de horno reforzado del presbiterio parecen confirmar la antigüedad de esta parte del conjunto, adaptándose muy bien a la cronología propuesta por la data de la consagración. También para entonces se había completado la sala capitular y quizá también el scriptorium.

A partir de este momento los esfuerzos constructivos de los monjes se concentran en terminar las naves de la monumental abacial y en continuar con las dependencias del ala del refectorio, de la enfermería y su capilla y del dormitorio sobre el capítulo.

41 De nuevo, todos los detalles de estos edificios en C. J. Martínez Álava, Del románico al gótico..., op. cit., Pamplona, 2007.

Page 20: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 359ISSN: 0032-8472

[19]

La Oliva. Vista interior del crucero.

Observemos primero las naves de la abacial. Como ya hemos citado más arriba, la parte baja del perímetro mural, con los plintos de los soportes y los machones de refuerzo de la fachada se habían ejecutado ya durante la primera fase constructiva. Es curioso observar hoy como el enorme machón septen-trional de la fachada se inició en el siglo XII, pero posteriormente, muchos años después, cuando se va a terminar el cierre occidental del edificio, se

Page 21: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

360 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[20]

desecha su construcción, conservándose en la actualidad la sugerencia de su base, pero no su alzado, nunca realizado.

Quizá el elemento concreto que más nos interesa aquí sea la clave con el águila explayada de Sancho el Fuerte, en el penúltimo tramo de la nave ma-yor. Como sabemos, se ha considerado la demostración de la participación del monarca en las obras y una referencia cronológica que permite situar la conclusión del edificio todavía en su reinado. La nave mayor de La Oliva solo muestra claves en los cuatro tramos más occidentales. De labra un tanto ruda, acogen cuatro imágenes fundamentales para el cenobio: Agnus Dei, Cristo nimbado, águila de Sancho el Fuerte y cruz de Calatrava. Da la impresión de que los monjes pretendían hacer un homenaje al rey, más que certificar la participación concreta del monarca en la obra. El mismo sentido tendría la cruz de Calatrava, alusiva a la fundación inicial del cenobio por parte de San Raimundo de Fitero, impulsor a su vez de la Orden de Calatrava. Ya sabemos del litigio originado tras la muerte del rey en 1234. También de la cercanía, en esos últimos años de encierro en su castillo de Tudela, del abad Andrés de La Oliva al entorno del monarca. Incluso se ha relacionado con Sancho el

La Oliva. Vista general del interior desde la nave central.

Page 22: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 361ISSN: 0032-8472

[21]

Fuerte, sin más prueba que la tradición, una lauda sepulcral conservada en la actualidad a los pies de la abacial 42.

Además de las claves, hay otros elementos muy interesantes en la decoración de los capiteles de las naves. Algunos muestran ya pencas cruzadas y hojas de un naturalismo incipiente. Anuncian formas más características del segundo tercio del siglo, aunque en el caso de La Oliva, no tenemos ninguna duda de que se adscriben al primer tercio. Algo parecido sucede con un capitel de cabecitas, que aunque muy primitivo y rústico, recuerda a las cabezas del toral de la catedral de Tudela. Finalmente, los capiteles más occidentales de la nave mayor llevan, como algunos de las arcadas inferiores, grandes hojas de aspecto plenamente naturalista, confirmando que el cambio de la moda decorativa hacia formas más vivas y carnosas se puede constatar ya en el propio reinado de Sancho.

42 Se suele considerar que no hay fundamento para relacionar esta tumba con el rey. I. G. Bango Torviso (dir.), Sancho el Mayor y sus herederos, Pamplona, 2006, vol. I, pp. 369 y 370. Sin embargo, tam-bién se dice que «el monasterio de La Oliva (...) mandó realizar una tumba». X. Dectot, «Las sepulturas de Sancho III y sus herederos», en Sancho el Mayor y sus herederos, Pamplona, 2006, vol I, p. 360.

La Oliva. Exterior de la capilla de San Jesucristo.

La Oliva. Capiteles inferiores de los soportes centrales de las naves.

Page 23: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

362 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[22]

La Oliva. Ruina del Refectorio.

La Oliva. Interior de la capilla de San Jesucristo.

Page 24: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 363ISSN: 0032-8472

[23]

En las pandas claustrales también se están produciendo construcciones de interés. La capillita de San Jesucristo, en el ala de la enfermería, fue consagrada en 1232. A pesar de su aspecto inercial y arcaizante, incorpora un ábside poligonal con bóveda de plementos independientes. Aun con un resultado pesado y robusto, el concepto constructivo es el mismo que ve-remos repetidamente en los ábsides poligonales del Gótico pleno, o en las cubiertas de las capillas mayores de Santa María de Tudela, o las abaciales de Fiterio y Veruela.

La Oliva. Reconstrucción del refectorio realizada por Onofre Larumbe.

Page 25: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

364 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[24]

También se consagra entonces la parroquia de la vecina Carcastillo, cuyo cerramiento se resuelve con arcos diafragma y quizá, en origen, cubierta de madera a dos aguas. Esa configuración sería la misma con la que se construyen el refectorio y el dormitorio alto del monasterio, ambas estancias desapare-cidas con el correr de los tiempos. Se documenta aquí la pervivencia de un tipo constructivo tan monumental y capaz, como pragmático, que culminará también en el segundo tercio del XIII con las grandes abaciales de franciscanos y dominicos.

santa María de tudela

Santa María de Tudela es el templo urbano más ambicioso de la época. La evolución de los trabajos es peculiar, ya que vino a sustituir a la antigua mezquita, con cuyas estructuras convivió durante años. De hecho, parte de sus muros no se derribaron hasta iniciar el perímetro de las nuevas naves, en cuyos remates exteriores reutilizaron un buen número de los modillones de rollo de aquella 43.

Desde el punto de vista planimétrico, el nuevo templo parte de un ambi-cioso modelo tardorrománico muy relacionado con La Oliva y otros planea-

43 B. Martínez Aranaz y L. Navas Cámara, «La excavación de urgencia de la Plaza Vieja (Tude-la-1993): la necrópolis cristiana y nuevos datos sobre la Mezquita Aljama», Trabajos de arqueología Na-varra, 12, 1995-1996, pp. 91-174; B. Pavón Maldonado, «La mezquita mayor de Tudela», en La catedral de Tudela, Pamplona, 2006, pp. 137-158; M.ª I., Tabar Sarrías y J. Sesma Sesma, «Excavaciones en la catedral de Tudela, 2002-2003», en La catedral de Tudela, Pamplona, 2006, pp. 399-418.

Carcastillo. Interior de la bóveda de la parroquia de San Salvador.

Page 26: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 365ISSN: 0032-8472

[25]

mientos cistercienses. Sin embargo su concepción volumétrica es muy dife-rente. Se va a convertir en el edificio de espacio interior más alto construido hasta entonces en Navarra. En consonancia con las dimensiones del proyecto, los tiempos de obra serán lentos. Conservamos noticia de una consagración fechada en 1188, que es probable se refiera a alguna capilla lateral. Las formas de las intermedias son todavía plenamente románicas. La consagración de 1204 es más problemática 44. Da la impresión de que quizá se pudiera referir a la capilla mayor, pero es bastante improbable que en una fecha tan temprana se cierre con una bóveda de plementos independientes plenamente gótica. Más aún cuando el espacio estaba diseñado para acoger una bóveda de horno reforzada, tal y como hemos visto en 1198 en La Oliva.

En los tramos más occidentales de las naves laterales campean ya los es-cudos de Teobaldo I, sucesor de Sancho el Fuerte. Por tanto, podemos acotar el volumen de obra erigido en la catedral tudelana durante el primer tercio del siglo XIII 45: una vez cerrado el perímetro mural, se erigen los pilares cen-trales de la nave, las bóvedas de los tramos más orientales de las laterales y probablemente también se redefinen las bóvedas de la capilla mayor, según un modelo que ya hemos visto en la capilla de San Jesucristo de La Oliva. En los capiteles de los pilares más orientales parejas de mulos embridados reflejan el

44 La cita nace probablemente de Yanguas: «Se consagró el 2 de septiembre de 1188, y habiéndose removido el altar mayor, lo volvió a consagrar el arzobispo de Tarragona, D. Ramón de Rocabertí en 1204», J. Yanguas y Miranda, Diccionario histórico-político de Tudela, Zaragoza, 1823, p. 93.

45 J. Martínez de Aguirre, «Arquitectura medieval», en La catedral de Tudela, Pamplona, 2006, pp. 178-179.

Tudela. Vista aérea de la catedral de Santa María.

Page 27: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

366 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[26]

emblema de los Baldovín, una de las familias más importantes de la ciudad y promotores de esta fase de los trabajos 46. Frente a ellos, la no presencia de las águilas de Sancho el Fuerte, parece descartar la participación directa del rey en la financiación de los trabajos. Se harán ya en el reinado de Teobaldo I los dos tramos más occidentales, respetando en una lograda continuidad, los diseños del enmarque de la ventana, su perfil de medio punto, las secciones de los arcos cruzados y el diseño de las bóvedas; por el contrario se renovarán los repertorios decorativos de los capiteles y algunos detalles menores de las secciones de los baquetones de las ventanas.

46 F. Menéndez Pidal de Navascués, «Emblemas personales en la catedral de Tudela, claves para su estudio», en Segundo Congreso General de Historia de Navarra, 2. Conferencias y comunicaciones sobre Prehistoria, Historia Antigua e Historia Medieval, Pamplona, 1992, pp. 421-427.

Tudela. Catedral de Santa María. Bóveda de la capilla mayor, tras el retablo.

Tudela. Catedral de Santa María. Mulos de los Baldovín.

Tudela. Catedral de Santa María. Escudos de Teobaldo I.

Page 28: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 367ISSN: 0032-8472

[27]

Tudela. Catedral de Santa María. Bóvedas de la capilla mayor.

Page 29: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

368 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[28]

Tudela. Vista general del interior las naves de la catedral de Santa María.

Tudela. Ventanas de la nave sur de la catedral de Santa María.

Page 30: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 369ISSN: 0032-8472

[29]

Tudela. Catedral de Santa María. Interior de la nave central hacia occidente.

Page 31: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

370 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[30]

Cuando durante el segundo tercio del siglo XIII se trabaje en las partes altas del crucero y la nave mayor, se renovarán los diseños de las ventanas de la nave y se jugará con simetrías para resolver el cuerpo de luces del transepto, algunas de cuyas ventanas ya se habían abierto en torno a 1200. Ahora, probablemente ya en el reinado de Teobaldo II, las secciones de los arcos cruzados de las bó-vedas serán similares a las empleadas en fases anteriores. Los soportes debían continuar en las partes altas las propuestas ya iniciadas en las intermedias. El gran rosetón, rehecho en el siglo pasado, señala el momento más avanzado del espacio construido. No obstante, el deseo de continuidad, unidad y homoge-neización de los elementos es evidente.

El espacio interno de Santa María saca el máximo partido a una confi-guración planimétrica propuesta casi cien años antes. Su fisonomía final es fiel a la idea inicial. Podemos considerar que avanza decididamente hacia la estilización de las formas y la luminosidad. Lógicamente, algo ha cambiado en el proyecto desde la sobriedad de las capillas intermedias románicas, al claristorio de la nave central ya plenamente gótico. No obstante, el resulta-do no nace de la llegada masiva de las formas y elementos característicos del Gótico clásico. No nace de la sustitución de elementos antiguos por otros modernos. Supone una evolución meditada y progresiva de un modo de hacer que culmina en un edificio plenamente gótico, pero de un goticismo preclásico. Frente a la colegial de Roncesvalles, Santa María de Tudela mues-tra un lenguaje distinto, igualmente gótico, pero nacido de la evolución de los numerosos talleres que, con una densidad de obras sin precedentes, van trasmitiendo sus conocimientos y modos de hacer desde los últimos años del siglo anterior.

el monasterio de irache

Otra de las piezas clave del periodo la encontramos en las naves y el cim-borrio del monasterio de Irache. Desde el punto de vista arquitectónico, la abacial es un templo fantástico. Por sí solo resume muy bien las características del momento que nos ocupa y supone para Estella y su comarca una fuente de inspiración creativa y estilística. Además, por los canecillos de su capilla mayor desfilan los rostros de alguno de los maestros canteros que trabajaban en Navarra cuando Sancho el Fuerte accede al trono.

Aunque carecemos de datos sobre la cronología concreta de los trabajos, da la impresión de que las obras de la capilla mayor se retoman en los años setenta del XII, culminando con la conclusión del crucero y los tramos más orientales de las naves a fines del siglo. La tercera fase constructiva, con los dos tramos occidentales de las naves y el cimborrio deben gravitar en torno a las indulgencias concedidas en 1211 por Raimundo, arzobispo de Tarragona, a to-dos los que ofrecieran limosnas al monasterio 47. Ese sería el impulso definitivo para una construcción que se completa, en consecuencia, dentro del reinado del rey Sancho. En todos los elementos y procesos se observan detalles que

47 J. M.ª Lacarra, Colección diplomática de Irache (958-1222), vol. I, Zaragoza, 1965, pp. 206-238, 276 y ss.

Page 32: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 371ISSN: 0032-8472

[31]

definen una obra de primera magnitud. Los altísimos niveles de sus reperto-rios decorativos, la originalidad de las propuestas arquitectónicas, el equilibrio del espacio interior, la elaboración de los diseños de las ventanas... Al borde del Camino de Santiago, con importantes propiedades en Estella, el monas-terio contaba con recursos propios y un inequívoco apoyo institucio-nal. Incluso desde el punto de vista práctico, la organización de la obra había optimizado los recursos. Da la impresión de que la piedra que se comienza a utilizar a partir de la segunda fase de las obras, de muy buena calidad, se extrajo de una cantera que, al otro lado del valle, no dista más que un kilómetro del cenobio benedictino.

La evolución de las formas se-ñala, como en Tudela, un progreso hacia la racionalización de los ele-mentos constructivos y la raciona-lidad de la obra. El resultado es de nuevo plenamente gótico, aunque su cronología es muy anterior a la nave mayor de Tudela, y contem-

Monasterio de Irache. Vista general del exterior.

Monasterio de Irache. Maestro cantero en uno de sus canecillos.

Page 33: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

372 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[32]

Monasterio de Irache. Vista general de los tramos más occidentales de la nave mayor.

Monasterio de Irache. Reconstrucción del interior del cimborrio.

poránea a la construcción de la colegial de Roncesvalles. De nuevo, el espacio interior se puede catalogar como de un Gótico preclásico.

Hasta aquí hemos visto como las bóvedas de arcos cruzados se afianzaban como forma de cubrición preferida, a partir de los últimos años del reinado de Sancho el Sabio. Son bóvedas con arcos de gruesas secciones y con encuentros directos entre plementos y muros laterales. Así son las bóvedas de la segunda fase de Irache, aunque los muros se comienzan a armar con dobles arcos o

Page 34: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 373ISSN: 0032-8472

[33]

semiarcos de descarga, en una práctica todavía tardorrománica. La novedad más importante de la tercera campaña estriba en que los muros laterales son armados mediante arcos formeros. Su finalidad es lógicamente acoger el apeo de los plementos, asociando su empuje no directamente al muro, sino a los soportes. Junto a los fajones componen la base cuadrangular conectada con los soportes y las responsiones de los arcos. Sobre el juego de cuatro arcos, los plementos componen una robustísima bóveda de crucería. Probablemente la primera bóveda de crucería cuatripartita construida en Navarra 48. Con este modo de hacer, el maestro constructor consigue aligerar el muro, que pierde buena parte de su función sustentante anterior. En definitiva, se pueden erigir estructuras algo más ligeras con más espacio para la apertura de vanos. La culminación de esta forma de hacer será el cimborrio y su bóveda de crucería. Lamentablemente no se ha conservado. Lo que hoy vemos al interior de cru-cero de Irache responde a una reforma del siglo XVI. Enmascara el basamento y cuerpo de luces de la estructura erigida durante el primer tercio del XIII.

El GótIco prEclásIco como térmIno artístIco

Como acabamos de ver, los edificios en construcción durante el reinado de Sancho el Fuerte presentan repertorios que incorporan y adaptan novedades que llegan de la mano de nuevos maestros, de nuevos patronos. Desde los últimos

48 Aunque parezca contradictorio, esta realidad proviene de la diferenciación que establezco en-tre bóveda de arcos cruzados, más arcaica y menos dinámica, relacionada en último término con las bóvedas de aristas románicas, y la bóveda de crucería ya plenamente gótica. Estas bóvedas de Irache son contemporáneas de las sexpartitas de Roncesvalles. No obstante, las estellesas provienen de una evolución local, mientras que las de la colegial son una importación ultrapirenaica. Las primeras serían preclásicas, las segundas clásicas. Sobre la evolución de las bóvedas en Navarra ver C. J. Martínez Álava, Del románico al gótico..., op. cit., pp. 46-52.

Monasterio de Irache. Cuerpo de luces del hastial occidental.

Page 35: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

374 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[34]

decenios del siglo anterior, el tardorrománico se muestra creativo y ambicioso, y desde el punto de vista arquitectónico, en lenta pero continua evolución.

Pero evolución, ¿hacia adónde? Vamos a dedicar unas líneas al controverti-do asunto de la definición de los estilos. De la definición del Gótico frente al Románico. Evidentemente cuando analizamos una obra realizada en torno a 1100 y otra ejecutada hacia 1340 las diferencias son evidentes. Todo está claro. Pero ¿y si nos situamos en torno a 1200 o 1220? 49.

Como ya se ha citado repetidamente, los edificios iniciados durante el último tercio del siglo XII responden a proyectos románicos: muestran una elaborada interrelación entre formas curvas y rectas, especialmente subrayada en las cabeceras, con sus baterías de ábsides o girolas. El cilindro reforzado es un elemento sustentante básico, ya que proyecta soportar bóvedas de horno. En consecuencia, a pesar de los pilares en T o cruciformes, el muro es un so-porte continuo y estructural. En ocasiones el principal. Las ventanas se abren con prudencia, favoreciendo una iluminación focal de los interiores. Puro Ro-mánico. Conforme más simplificadas o pragmáticas sean las construcciones, conforme más populares y locales, más unidas van a estar a estos planteamien-tos «estilísticos», que en consecuencia van a permanecer vigentes en muchos ámbitos constructivos durante toda la Baja Edad Media.

¿Dónde y cuándo se comienzan a observar cambios verdaderamente re-levantes? Pues muy pronto y en los lugares que podían pagar a los mejores maestros y canteros. La Oliva, Tudela e Irache se van a convertir en la van-guardia creativa. Las novedades se trasmiten rápidamente. Y no nos referimos a cuestiones decorativas, a modas. Se visualizan primero en la sustitución de las bóvedas de cañón proyectadas, por las de arcos cruzados y después por las plenamente de crucería. Estas no son estrictamente nuevas. No se pueden con-siderar una novedad revolucionaria. Sí lo va a ser la cantidad de posibilidades que va a mostrar a los maestros que llevaban la responsabilidad de las obras en torno a 1190-1195 y el inicio del reinado de Sancho el Fuerte. Las nuevas bóvedas tienden a ser seriadas y menos pesadas. Para soportarlas era necesario armar el muro con soportes, con responsiones. En consecuencia, los proyectos más antiguos, los proyectos del último tercio del XII, planean y progresivamente construyen, soportes ya coherentes con la nueva bóveda. Para ello adaptan los antiguos pilares cruciformes románicos con la introducción de columnillas en los codillos. Su volumen es brutal. Para amortiguarlo doblan las semicolumnas de sus frentes. La cruz se acodilla hacia volúmenes romboidales.

Ya en el los primeros decenios del siglo XIII, si los muros se arman con ar-cos, el propio lienzo continuo pierde su protagonismo único. Las ventanas se pueden abrir en función del gusto. Incluso se puede, al menos teóricamente, aligerar el muro. Para este cambio las formas rectas de las naves son perfectas. No había que cambiar lo ya construido; se debían adaptar los soportes en sus partes altas. Además, como sabemos, la lógica constructiva de los edificios había concluido las capillas de la cabecera según los modelos proyectados, según los tipos románicos. En consecuencia, todos los edificios iniciados y

49 Para el problema de la terminología artística aplicada al periodo, ver C. J. Martínez Álava, «Del románico al gótico en la arquitectura de Navarra: un problema terminológico entre creación y evolu-ción», Príncipe de Viana, 229, 2003, pp. 255-293.

Page 36: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

El Gótico prEclásico En navarra

Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376 375ISSN: 0032-8472

[35]

planeados como románicos, concluyen sus naves avanzando en varias direc-ciones hacia el Gótico.

Este proceso, igualmente creativo en otras regiones de la Europa occidental, es lo que designamos aquí como Gótico preclásico. Todo es gótico ya, pero las secciones de los arcos siguen siendo muy robustas, las ventanas comienzan a acoger articulaciones internas semejantes a tracerías pesadas y gruesas, los sopor-tes están sobredimensionados. Los maestros son conservadores y prudentes. No obstante, si desde la capilla mayor de la catedral de Tudela, miramos hacia su ro-setón occidental, estamos contemplando un edificio gótico; muy bello además. Si desde el coro de Irache disfrutamos de su nave mayor, los arcos lo llenan todo; el protagonismo no es del muro, sino de la claridad estructural y luminosa.

Y en el caso estellés eso ocurre antes de que las formas del Gótico clásico de la Isla de Francia se impongan y modernicen rápidamente las propuestas y

Olite. Santa María. Ventana con organización interna a modo de tracería.

Page 37: El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y ...

Carlos J. Martínez Álava

376 Príncipe de Viana (PV), 256 (2012), 341-376

ISSN: 0032-8472

[36]

los proyectos. Cuando llegue ese momento, cuando se comiencen a proyec-tar edificios de nueva planta, entonces habremos entrado en una nueva fase estilística. La resolución de Tudela es más tardía, pero sigue y estiliza los mis-mos patrones. Las naves de la abacial de Irache y de la catedral de Tudela son góticas. Pero no responden a los tipos del Gótico clásico, no siguen la estela de Roncesvalles. Además no van a evolucionar más. De hecho, esa evolución se va a cortar en seco, no va a dar más de sí. Ambos son edificios góticos pre-clásicos. Tras el reinado de Sancho el Fuerte, se impondrán nuevas propuestas vinculadas ahora a las pautas que llegan desde los centros difusores más acti-vos, desde la Isla de Francia al Languedoc.

RESUMEN

El Gótico preclásico en Navarra: arquitectura y arquitecturas en tiempos de Sancho el FuerteEl reinado de Sancho el Fuerte (1194-1234) abarca nada menos que cuarenta años de la historia de la arquitectura de Navarra. Durante al menos dos ge-neraciones de canteros y maestros, parroquias urbanas y algunos importantes monasterios luchan por completar unos proyectos, a menudo desmesurados, que habían nacido del frenesí constructivo que vive el reino durante el último tercio del siglo XII.Aunque durante su reinado se introducen a través de Roncesvalles las formas del Gótico clásico, el resto de construcciones se completarán siguiendo una tradición constructiva de evolución local que avanza hacia fórmulas góticas preclásicas. Un Gótico estructural que comparte buena parte de sus caracte-rísticas con edificios de toda la Europa cristiana suroccidental. Las abaciales de Irache o La Oliva y la propia catedral de Tudela, no finalizada hasta la segunda mitad del XIII, son buenos testimonios de una forma de hacer que se verá superada por la llegada masiva de elementos y estructuras góticas clásicas a partir del segundo tercio del siglo.palabras clave: Edad Media; siglo XII; siglo XIII; arquitectura gótica; Navarra (España); Sancho VII el Fuerte; Gótico preclásico.

ABSTRACT

The Preclassic Gothic in Navarre: architecture and architectures in times of Sancho el FuerteThe reign of Sancho el Fuerte (1194-1234) spans no less than forty years in the history of architecture in Navarre. For at least two generations of masons and master builders, urban parishes and a few important monasteries compete to carry out projects –often extravagant– which had sprung from the building frenzy that the kingdom lived during the last third of the XIIth century.Although the basic forms of the classic gothic style were introduced during his kingdom, the rest of the constructions were completed following a local build-ing tradition that will evolve towards pre-classical gothic formulae. A structural gothic style that shares many of its features with buildings all over Christian southwestern Europe. The abbey churches of Irache and La Oliva, and the ca-thedral of Tudela itself, unfinished until the second half of the XIIIth century, are good testimony of a tradition that will be superseded by the massive arrival of classical gothic elements and structures from the second third of the century on.Keywords: Middle Age; XIIth century; XIIIth century; gothic architecture; Na-varre (Spain); Sancho VII el Fuerte; Preclassic Gothic.