El fuego de la coca

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A14 l País El Comercio domingo 31 de mayo del 2015 Vraem. El Vraem es el territorio de lo obvio. El camino a Palma- pampa (La Mar, Ayacucho) está adornado por cerros chatos pe- ro gruesos, cubiertos por com- pleto de hoja de coca. En la radio del auto la emisora solo trans- mite –en quechua– anuncios de venta de productos quími- cos para mejorar estos cultivos. Al lado de la carretera, canchas de fulbito han sido cubiertas por hojas para secarlas al sol mien- tras llega el comprador. Esto no solo lo ve el viajero común, sino también el grupo de policías al que dos reporteros de este Dia- rio acompañó a una incursión entre los cerros de la localidad contigua de Santa Rosa, donde se encontraron dos laborato- rios de pasta básica de cocaína. Cuando la policía los encuentra, los hace explosionar. El eco dia- rio de los estallidos es parte del folclor local. También los gritos de protesta. Este trabajo no es fácil: ha- ce unos años, en diciembre del 2005, cinco policías murieron a balazos al ser emboscados cerca de Palmapampa cuando trasla- daban a un traficante detenido. Las radios que venden fertili- zantes en quechua emitían tam- bién pedidos para que la policía abandone la zona. El coronel PNP Jhonel Casti- llo, jefe del Grupo de Operacio- nes Antidrogas Tácticas en Jun- gla (Goatj), opina que la receta para frenar el narcotráfico en el Vraem, donde se producen hasta 300 toneladas de cocaína al año, es esta: quebrar la con- 21 DE MAYO, 3:07 P.M. Los explosivos fueron colocados a tiempo en esta pista ubicada cerca de Llochegua y fue destruida. Inteligencia alertó sobre la presencia de narcos escondidos y armados en la zona. PRESIÓN. Las operaciones de interdicción que realiza con frecuencia la policía en el Vraem buscan aho- gar la economía del narcotráfico. Eso hace larga y tediosa la guerra contra las drogas. VIAJE AL CENTRO DE LA GUERRA El fuego de la coca ¿Cómo funciona desde adentro la lucha contra el narcotráfico en el Vraem? El Comercio acompañó a los militares y policías en los trabajos que realizan en la zona, mientras esperan los inicios de la erradicación de hoja de coca. zan a diario para ‘exportar’ pas- ta básica y clorhidrato de cocaí- na a Bolivia, la primera de sus escalas. El rostro del presidente cambió de color. Cuando ate- rrizó, encaró al almirante Jor- ge Moscoso, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Arma- das, y le ordenó que las destru- yera inmediatamente. Se lo di- jo apelando a la soberanía y a la vergüenza. Se lo dijo, además, con palabras bastante gruesas. De eso no hay noticias, pero sí testigos. Desde entones todos los días se hace explosionar una pista en el Vraem. En caliente, uno diría que este tráfico aéreo está sufrien- do la arremetida de las fuerzas del orden y que los traficantes están retrocediendo. En el dis- trito de Pichari, en la selva de Cusco, se ubica la sede central del Comando Especial Vraem, el centro logístico de esta con- frontación. En uno de los jardi- nes se han colocado las colas de las avionetas que han sido cap- turadas o que se han accidenta- do en el apuro por aterrizar, re- coger la droga y despegar en las pistas clandestinas. Esta biza- rra colección incluye también hélices, rotores y hasta un par de avionetas enteras. Ya podría pensarse en museo. Pero también hay que anali- zarlo en frío, y no precisamente por el exagerado aire acondicio- nado del puesto de comando, sino por los números. Un oficial del Ejército que coordina las operaciones de destrucción de pistas calcula que en los últimos meses han sido detectadas 190, de las cuales hay en este mo- mento unas cinco funcionando. El Comercio acompañó a los militares en los trabajos de des- trucción de una pista ese mismo día: debían restar entonces cua- tro. Pero, responde el oficial, los NEGOCIO OSCURO 6.000 DÓLARES invierten los productores de pasta básica de cocaína en un laborato- rio clandestino con capacidad para 100 arrobas de coca (1.150 kg). 1.000 DÓLARES se invierte aproximadamente en la compra de insumos químicos (ga- solina, ácido sulfúrico, cal) y el pago a los trabajadores. 16 CLANES FAMILIARES dominanlaproduccióndedrogaenel Vraem, según la investigación de la periodistaRominaMella.Seconcen- tran en Llochegua y Palmapampa. Todos los días, al menos una avio- neta. Y todas las avionetas, una misma procedencia: Bolivia. Según la Policía Antidrogas, el 50% de la droga que se produce en el país se ‘exporta’ en avionetas, y el 95% de estas avionetas provienen de ese país. ¿Por qué Bolivia? Básicamen- te, porque allá el control de la droga no es tan constante. Pero, ade- más, porque muchos de los insu- mos químicos para producir clor- hidrato de cocaína están fiscaliza- dos –y por lo tanto encarecidos- en el Perú, en cambio en Bolivia no. Ahora el Perú no solo envía por avioneta cocaína pura, sino tam- bién pasta básica que allá se termi- na de procesar. Los narcotrafican- tes bolivianos, además, evitan así adulteraciones. En el lado peruano, un kilo de cocaína puede costar más de US$1.000. Al llegar a Bolivia ya cuesta US$3.000. Cuando llega a Estados Unidos o Europa, el precio se multiplica exponencialmente. Todos en la cadena ganan. Un reportaje del periodista co- lombiano Gerardo Reyes, publica- do en el 2011, demostró que uno de los hijos de Joaquín ‘Chapo’ Guz- mán, uno de los narcos más pode- rosos del mundo, se había estable- cido en Bolivia. Bolivia, primera escala del largo viaje de la cocaína peruana AVIONETAS ‘EXPORTADORAS’ versión de hoja de coca en dro- ga. Pero en este momento de la historia del narcotráfico, donde en el Vraem ya no hay grandes firmas sino grupos familiares dedicados a la siembra y proce- samiento –como cooperativas–, ocurre un fenómeno invariable: se destruye un laboratorio, apa- recen dos. Mientras en Lima se discu- te si el Perú va camino a ser un narcoestado, en Palmapampa se confirma lo que el periodista Gustavo Gorriti llama una nar- corregión. Aquí se nace, se crece y se muere en medio de coca. RICARDO LEÓN [email protected] PISTA A LA VISTA La agencia estatal de noticias solo mencionó una parte de lo que ocurrió el 7 de marzo de es- te año durante la visita del pre- sidente a Llochegua, uno de los puntos más convulsionados del Vraem. Ollanta Humala inau- guró los puentes Tinkuy y Ma- yapo y dio un breve discurso [“Representa el esfuerzo del Es- tado …”]. Todo eso decía la nota de prensa, que incluía una foto de Humala con un sombrero de plumas, otra con un megáfono, otra cargando un bebe: la retóri- ca perfecta. Durante el vuelo de regreso en helicóptero, el piloto guio la nave por encima de una vasta porción de selva en la que, entre la maleza y el río, se podía ver decenas de pistas de aterrizaje que los narcotraficantes utili- Para destruir una pista (que exige helicópteros y decenas de hombres) el Estado gasta unos S/.30 mil. Para rehabilitarla, el narco invierte solo S/.4 mil. DANTE PIAGGIO FOTOS

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El Comercio acompañó a militares y PNP en los trabajos que realizan mientras esperan inicios de erradicación de hoja de coca.

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  • A14 l Pas El Comercio domingo 31 de mayo del 2015

    Vraem. El Vraem es el territorio de lo obvio. El camino a Palma-pampa (La Mar, Ayacucho) est adornado por cerros chatos pe-ro gruesos, cubiertos por com-pleto de hoja de coca. En la radio del auto la emisora solo trans-mite en quechua anuncios de venta de productos qumi-cos para mejorar estos cultivos. Al lado de la carretera, canchas de fulbito han sido cubiertas por hojas para secarlas al sol mien-tras llega el comprador. Esto no solo lo ve el viajero comn, sino tambin el grupo de policas al que dos reporteros de este Dia-rio acompa a una incursin entre los cerros de la localidad contigua de Santa Rosa, donde se encontraron dos laborato-rios de pasta bsica de cocana. Cuando la polica los encuentra, los hace explosionar. El eco dia-rio de los estallidos es parte del folclor local. Tambin los gritos de protesta.

    Este trabajo no es fcil: ha-ce unos aos, en diciembre del 2005, cinco policas murieron a balazos al ser emboscados cerca de Palmapampa cuando trasla-daban a un traficante detenido. Las radios que venden fertili-zantes en quechua emitan tam-bin pedidos para que la polica abandone la zona.

    El coronel PNP Jhonel Casti-llo, jefe del Grupo de Operacio-nes Antidrogas Tcticas en Jun-gla (Goatj), opina que la receta para frenar el narcotrfico en el Vraem, donde se producen hasta 300 toneladas de cocana al ao, es esta: quebrar la con-

    21 DE MAYO, 3:07 P.M. Los explosivos fueron colocados a tiempo en esta pista ubicada cerca de Llochegua y fue destruida. Inteligencia alert sobre la presencia de narcos escondidos y armados en la zona.

    PRESIN. Las operaciones de interdiccin que realiza con frecuencia la polica en el Vraem buscan aho-gar la economa del narcotrfico. Eso hace larga y tediosa la guerra contra las drogas.

    VIAJE AL CENTRO DE LA GUERRA

    El fuego de la cocaCmo funciona desde adentro la lucha contra el narcotrfico en el Vraem? El Comercio acompa a los militares y policas en los trabajos que realizan en la zona, mientras esperan los inicios de la erradicacin de hoja de coca.

    zan a diario para exportar pas-ta bsica y clorhidrato de coca-na a Bolivia, la primera de sus escalas. El rostro del presidente cambi de color. Cuando ate-rriz, encar al almirante Jor-ge Moscoso, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Arma-das, y le orden que las destru-yera inmediatamente. Se lo di-jo apelando a la soberana y a la vergenza. Se lo dijo, adems, con palabras bastante gruesas. De eso no hay noticias, pero s testigos. Desde entones todos los das se hace explosionar una pista en el Vraem.

    En caliente, uno dira que este trfico areo est sufrien-do la arremetida de las fuerzas del orden y que los traficantes estn retrocediendo. En el dis-trito de Pichari, en la selva de Cusco, se ubica la sede central del Comando Especial Vraem, el centro logstico de esta con-frontacin. En uno de los jardi-nes se han colocado las colas de las avionetas que han sido cap-turadas o que se han accidenta-do en el apuro por aterrizar, re-coger la droga y despegar en las pistas clandestinas. Esta biza-rra coleccin incluye tambin hlices, rotores y hasta un par de avionetas enteras. Ya podra pensarse en museo.

    Pero tambin hay que anali-zarlo en fro, y no precisamente por el exagerado aire acondicio-nado del puesto de comando, sino por los nmeros. Un oficial del Ejrcito que coordina las operaciones de destruccin de pistas calcula que en los ltimos meses han sido detectadas 190, de las cuales hay en este mo-mento unas cinco funcionando. El Comercio acompa a los militares en los trabajos de des-truccin de una pista ese mismo da: deban restar entonces cua-tro. Pero, responde el oficial, los

    NEGOCIO OSCURO

    6.000DLARESinvierten los productores de pasta bsica de cocana en un laborato-rio clandestino con capacidad para 100 arrobas de coca (1.150 kg).

    1.000DLARESse invierte aproximadamente en la compra de insumos qumicos (ga-solina, cido sulfrico, cal) y el pago a los trabajadores.

    16CLANES FAMILIARESdominan la produccin de droga en el Vraem, segn la investigacin de la periodista Romina Mella. Se concen-tran en Llochegua y Palmapampa.

    Todos los das, al menos una avio-neta. Y todas las avionetas, una misma procedencia: Bolivia. Segn la Polica Antidrogas, el 50% de la droga que se produce en el pas se exporta en avionetas, y el 95% de estas avionetas provienen de ese pas.

    Por qu Bolivia? Bsicamen-te, porque all el control de la droga no es tan constante. Pero, ade-ms, porque muchos de los insu-mos qumicos para producir clor-hidrato de cocana estn fiscaliza-dos y por lo tanto encarecidos- en el Per, en cambio en Bolivia no. Ahora el Per no solo enva por avioneta cocana pura, sino tam-

    bin pasta bsica que all se termi-na de procesar. Los narcotrafican-tes bolivianos, adems, evitan as adulteraciones.

    En el lado peruano, un kilo de cocana puede costar ms de US$1.000. Al llegar a Bolivia ya cuesta US$3.000. Cuando llega a Estados Unidos o Europa, el precio se multiplica exponencialmente. Todos en la cadena ganan.

    Un reportaje del periodista co-lombiano Gerardo Reyes, publica-do en el 2011, demostr que uno de los hijos de Joaqun Chapo Guz-mn, uno de los narcos ms pode-rosos del mundo, se haba estable-cido en Bolivia.

    Bolivia, primera escala del largo viaje de la cocana peruana

    AVIONETAS EXPORTADORAS

    versin de hoja de coca en dro-ga. Pero en este momento de la historia del narcotrfico, donde en el Vraem ya no hay grandes firmas sino grupos familiares dedicados a la siembra y proce-samiento como cooperativas, ocurre un fenmeno invariable: se destruye un laboratorio, apa-recen dos.

    Mientras en Lima se discu-te si el Per va camino a ser un narcoestado, en Palmapampa se confirma lo que el periodista Gustavo Gorriti llama una nar-corregin. Aqu se nace, se crece y se muere en medio de coca.

    RICARDO [email protected]

    PISTA A LA VISTALa agencia estatal de noticias solo mencion una parte de lo que ocurri el 7 de marzo de es-te ao durante la visita del pre-sidente a Llochegua, uno de los puntos ms convulsionados del Vraem. Ollanta Humala inau-gur los puentes Tinkuy y Ma-yapo y dio un breve discurso [Representa el esfuerzo del Es-tado ]. Todo eso deca la nota de prensa, que inclua una foto de Humala con un sombrero de plumas, otra con un megfono, otra cargando un bebe: la retri-ca perfecta.

    Durante el vuelo de regreso en helicptero, el piloto guio la nave por encima de una vasta porcin de selva en la que, entre la maleza y el ro, se poda ver decenas de pistas de aterrizaje que los narcotraficantes utili-

    Para destruir una pista (que exige helicpteros y decenas de hombres) el Estado gasta unos S/.30 mil. Para rehabilitarla, el narco invierte solo S/.4 mil.

    DANTE PIAGGIOFOTOS

  • El Comercio domingo 31 de mayo del 2015 Pas l A15

    El apogeo del cultivo de hoja de coca en el Per fue en 1992. Segn referencias del analista Rubn Vargas, en el Pe-r hubo ese ao 200 mil hect-reas sembradas en 14 regiones del pas. El negocio de la droga lo manejaban bsicamente tra-ficantes colombianos.

    En este momento, solo en el Vraem hay unas 20 mil hect-reas sembradas, con tres o cua-tro cosechas al ao. Aqu se pro-duce casi el 60% de la droga que luego viaja hasta otros destinos. Tambin son focos de la siembra de hoja de coca y de la produc-cin de drogas el Alto Huallaga (Hunuco, San Martn y Ucaya-li), la localidad fronteriza de Ca-ballococha (Loreto) y la selva de Puno, entre otros.

    Aunque no hay clculos ofi-ciales depende de la calidad

    En el Vraem se produce casi el 60% de la droga

    A PEDIR DE COCA. Los cultivos parecen incrementarse. El narcotrfico rige la vida econmica del Vraem.

    PREPARATIVOSSe espera la llegada del proyecto Corah al Vraem para el mes de agosto. Por ahora se construye el campamento de los erradicadores. An no se sabe dnde comenzarn los trabajos de erradicacin. HOJA POR HOJARomel Pea, alcalde del distrito de San Francisco, reconoce que por ms presencia que el Estado quie-ra imponer en el Vraem, los cultivos de hoja de coca no solo no se han reducido, sino que se habran in-crementado. SIN CONVERSIN La roya, que afecta al caf, ha motivado a los pocos agricultores que haban optado por dejar la hoja de coca a volver a sembrarla. El bloque cocalero ser un duro escollo para los trabajos de erradicacin.

    Es viable la erradicacin?

    MANTO VERDE

    de la hoja y de los insumos, se estima que para un kilo de clor-hidrato de cocana se utilizan entre 250 y 300 kilos de hoja de coca. En el Vraem se producen alrededor de 300 toneladas de droga al ao.

    En los ltimos aos, el Esta-

    do Peruano ha invertido alre-dedor de S/.6.500 millones en programas sociales, planes de transporte, educacin y vivien-da en el Vraem, pero los resulta-dos no son satisfactorios: sigue siendo el mayor emporio mun-dial de la droga.

    narcotraficantes las rehabilitan en cuestin de das y eso distor-siona la estadstica. Para des-truir una pista (que exige dos o tres helicpteros, combustible, decenas de hombres, etc.) el Es-tado gasta unos S/.30 mil. Para rehabilitarla, el narco invierte solo S/.4 mil.

    En el Vraem rige una ley transversal y perversa: El que se cansa pierde. Y hasta ahora nunca se ha visto a un narcotra-ficante cansado.

    POR LA COCA MUEREEn los ltimos aos, en el Vraem han cambiado las estrategias antidrogas, los modos de pro-duccin, las rutas del traslado, las reas de cultivo. Han cam-biado tambin algunos puntos de vista. Julin Prez es el ac-tual presidente de la Asociacin de Productores de Hoja de Coca del Vraem. Si el discurso de los antiguos dirigentes cocaleros se acercaba a la consigna de coca o muerte, la de Prez es menos idlica: Reconocemos que el problema se nos fue de las ma-

    nos. No vamos a ocultar que una gran parte de nuestra co-secha va al narcotrfico. Pe-ro ningn otro cultivo nos es rentable.

    l recibi algunas pifias de los viejos agricultores cuando, en el ltimo congre-so cocalero, propuso que ca-da uno de ellos redujera, de modo propio, la extensin de sus cocales. La idea visible de Prez es demostrar al Estado una cierta voluntad de con-versin. La idea no visible es evitar la inminente llegada del Proyecto Especial Corah al valle.

    El proyecto Corah impli-ca la erradicacin sistemti-ca de cultivos ilegales de hoja de coca, esa otra nueva receta con la que se intenta frenar el narcotrfico en el Vraem. La lgica mal estructurada del gobierno es: si no funciona la destruccin de pistas y si no funciona la interdiccin de la-boratorios de droga, entonces funcionar la erradicacin. Pero si en algo coinciden mi-litares, policas y cocaleros es en que, a estas alturas, es una idea contranatura.

    En este momento obreros construyen lo que ser el cam-pamento del Corah en Picha-ri; se ubica justo entre la base policial y la base militar, pa-ra evitar posibles atentados. Al mismo tiempo, a tres cua-dras, se remodela la Plaza de Armas del distrito. Cambia-rn las bancas y el piso, pero mantendrn el monumento principal: dos hileras de ho-jas de coca de maylica verde con inscripciones en idiomas locales. Una de ellas dice: Ojencare coca tinaire pera-ne kamaichire pesate, que en ashninka significa: Jaman-cia verdecina, el despertar de los seres inertes. El Vraem es el territorio de lo obvio.

    LA FRASE

    JULIN PREZAsociacin de Productores de Hoja de Coca del VraemReconocemos que el problema se nos fue de las manos. [...] Una gran parte de nuestra cosecha va al narcotrfico. Pero ningn otro cultivo nos es rentable.

    IDA Y VUELTA. No todo se hace por aire. Todos los das circulan ve-hculos que, como hormigas con doble traccin, transportan droga.