El Espíritu Santo en La Teología de Santa Catalina de Siena

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EL ESPRITU SANTO EN LA TEOLOGA DE SANTA CATALINA DE SIENA Vito Toms Gmez Garca, O.P. Hna. Querin Gil. C.I Rodrigo Snchez. C.I 24.192.688

I Resume del Texto

1-Catalina de Siena experiment verdadera pasin por la teologa. Era teloga por naturaleza: En el tiempo en que le conoc, si hubiera encontrado personas inteligentes con quien hablar, seguro que hubiera permanecido cien das y cien noches sin comer ni beber, conversando con ellos sobre Dios. De esto no se cansaba nunca; incluso le pona ms fresca. A menudo me deca que no encontraba en esta vida mayor alivio que el de hablar y razonar sobre Dios con quien supiera hacerlo; nosotros, los que tratbamos con ella, lo sabamos por experiencia[footnoteRef:1]. [1: Legenda Maior, n. 62. Para facilitar la consulta utilizaremos la siguiente edicin: RAIMUNDO DE CAPUA, santa Catalina de Siena]

2-Bien puede afirmarse que recibi una catequesis temprana acerca del Espritu Santo, desde la tradicin tomista, por medio de la predicacin que segua con avidez en la iglesia de Santo Domingo de su ciudad natal. 3-Cuando Catalina se refera en EL DILOGO a la fiesta de la Ascensin del Seor a los cielos presentaba a Cristo como en muchas otras ocasiones utilizar tambin esta imagen, pasarela que se eleva a la gloria eterna y enva el Espritu Santo. ste es una misma cosa con el Padre y el Hijo y desciende sobre los creyentes con el poder y sabidura divinas[footnoteRef:2]. La formacin teolgica de la Santa, sin embargo, en cuanto a la doctrina sobre el Espritu Santo y otros puntos, se benefici de manera decisiva de la vida contemplativa que acert a levar de modo prcticamente ininterrumpido, fundamentada por dems en la Palabra de Dios y celebracin de sus misterios. [2: Obras de santa Catalina de Siena, Madrid, BAC, 1980, pp. 105-106 ]

4-Centrada como estaba en la adoracin, celebracin, y contemplacin de las cosas divinas, fue creciendo en conocimiento de la teologa, en la pneumatologa. El Espritu Santo ocupa un lugar muy destacado en su espiritualidad. 5-Hay que decir que no hizo una exposicin sistemtica de la teologa, ni menos ha elaborado un tratado del Espritu Santo, pero, tanto en el dilogo, como en las oraciones elevaciones, y en el Epistolario, se halla doctrina muy abundante y profunda que viene a ser eco de cmo viva el misterio de Dios, y prueba de la fuerza y claridad con que saba formularlo y trasmitirlo a los dems[footnoteRef:3]. [3: Cf. Carta n. 272, a Fr. Raimundo de Capua, O.P ]

6- La tradicin manuscrita ms antigua le atribuye una oracin al Espritu Santo, plegaria que reproducen las ediciones ms recientes de sus obras. En ella peda al Espritu que llegara a su corazn y lo atrajera hacia l. Suplicaba, igualmente, que le concediera lo que llamaban los clsicos de la espiritualidad monstica el temor de amor, que no es precisamente el propio de los ciervos, angustiados por el peligro de caer en el castigo de su seor, ni el de los mercenarios, que obraban el bien en espera de una recompensa, sino e temor amoroso que debe posesionarse del corazn de los hijos que gozan de plena libertad en el hogar. Peda en la mencionada oracin, sensibilidad de espritu para considerar el puro afecto de la divina caridad; obrar no por temor a la pena, son por la felicidad y gusto de la virtud: Espritu Santo, ve a mi corazn; atrelo a ti por tu poder, dame caridad con temor, gurdeme. Cristo de todo mal pensamiento, y encindeme en tu santsimo amor. Que toda pena me parezca ligera, santo mi adre, y dulce mi Seor. Aydame en todas mis necesidades. Cristo, amor; Cristo, amor[footnoteRef:4]. [4: Oraciones, en obras de Santa Catalina de Siena, ed. ngel Morta, Madrid, BAC, 1955, p. 555]

7-La santa compara la Trinidad a un mar profundo donde, cuanto ms se sumerge uno, ms riqueza descubre y mayores ansias experimenta de seguir buscando. En los humanos existe memoria, entendimiento y voluntad, reflejo de la eterna memoria de Dios Padre a quien se atribuye el poder de la inteligencia original del Hijo sabidura infinita y de la voluntad inconmovible del Espritu centrada siempre en el amor. El Espritu Santo, que procede el Padre y del Hijo, plasma su imagen en la voluntad para que el hombre sea capaz de amar[footnoteRef:5]. [5: Oraciones n. 13, p. 485. Dilogo, n. 167, p. 433]

En la obra que realiza en comn las tres divinas personas se atribuye al Espritu Santo la configuracin de la voluntad humana para que sta se eleve a Dios llena de amor: le di la voluntad para amar, participando del Espritu Santo[footnoteRef:6]. [6: Dilogo n. 135, p. 335]

8-Imgenes y nombre que da al Espritu SantoClemencia del Padre: el nombre que con mayor frecuencia aplica al Espritu Santo es el de clemencia. La divina clemencia, manifestada en el Espritu, recordaba a Catalina la benignidad de Dios al otorgar el perdn al gnero humano, aunque no precisamente en virtud de los mritos contrados por el hombre. Dios manifiesta su amor misericordioso por medio de la clemencia del Espritu. La clemencia del Espritu otorga el amor a Dios y al prjimo para buscar la salvacin de los dems[footnoteRef:7]. [7: Dilogo, n. 142, p. 356 ]

Abismo de Caridad: de abismo de caridad o de amor califica al Espritu Santo. Personifica el amor infinito de Dios, que hace gustar el fuego de la divina caridad cuando se le busca e la clemencia del Espritu[footnoteRef:8]. [8: Dilogo, n. 61p. 159]

Servidor en la mese de la Eucarista: asocia la misin del Espritu Santo al compromiso de servir a los que Dios ha amado antes de que existieran, es decir, a la humanidad entera a la que ama inefablemente aun cuando no halle correspondencia[footnoteRef:9]. [9: Dilogo, n. 143, p. 358]

Consejero y gua de almas: cuando el amor se halla verdaderamente hacia Dios y el prjimo, el consejo y la gua no viene de los hombres sino solo del Espritu Santo[footnoteRef:10]. [10: Carta n. 64, Epistolario, T. I p. 286]

Patrn de las rdenes religiosas: compara las rdenes religiosas a embarcaciones escribe que estn al mando del marinero patrn, a saber, del Espritu Santo. Se fundaron bajo su inspiraciones y son obras suyas para recibir a las almas que quieren correr hacia una vida perfecta y navegar, llevadas por el Espritu, hacia el puerto de salvacin[footnoteRef:11]. [11: Dilogo, n. 158, p. 400]

Constructor o albail: la casa del alma debe estar fundamentada sobre Cristo, roca firme y viva; el arquitecto es el Padre eterno, en quien descansa toda sabidura, ciencia e infinita bondad. Albail es el generossimo y clementsimo Espritu Santo, que es el mismo amor. 9-Otras misiones del esprituInterviene en el misterio de la Encarnacin, da la gracia, reparte sus dones, elige y llama, otorga el Bautismo de la Sangre, proporciona lgrimas de fuego, profetiza, inspira.

II Dilogo con el autor

Debemos tomar en cuenta el contexto y ambiente en el que vivi Catalina de Siena. De esta forma podemos entender su lenguaje y pensamiento. Lo que nos toca a nosotros es decir desde su experiencia lo equivalente. Recordemos que la experiencia es narrable no transferible. Entrando al pensamiento escrito de Catalina, se logra ver al Espritu como el camino de la conversin, de la fidelidad, de la gracia y sobre todo de la santidad. En el espritu se deja el pasado y se vive e presente en el Seor. Lo fundamental es la gracia de Dios en el ahora del Espritu. Vivir la fe es un camino exigente. No es cuestin de sentimientos. Es compromiso de corazn, porque, como dice Pablo el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el espritu Santo que se nos ha dado. Esta experiencia solo se puede vivir por el Espritu, primaca pascual de Cristo para la Iglesia.Catalina de Siena hace referencia a dos hechos fundamentales para la vida del cristiano: 1-El bautismo: el cristiano que, en gracia de su bautismo, ha sido incorporado a Cristo, no se pertenece; ha pasado a ser perteneca de Aquel a quien ha sido consagrado por la gracia del sacramento. Para ese vivir en Cristo, el Espritu le regala a bautizado un corazn nuevo en orden a dar frutos de vida. El sentirse hombre nuevo, crea un dinamismo interior transformante y luminoso, tanto a nivel personal como a nivel de comunidad. Sin la fuerza dinmica del Espritu, resulta imposible asumir y vivir el misterio de Cristo en la vida. El fruto del Espritu se revela e la expresin reveladora de la esperanza que el Espritu siembra en el corazn del creyente. El Dios del creyente. El Dios del Espritu es el Dios de la vida. Y donde abunda la vida en el Espritu, la vida humana se revela en la alegra y en la esperanza. El segundo hecho es la comunin. Por medio de ella se vive en el espritu. Es sentir a Cristo en nuestro corazn. Y por ello el Espritu del Seor queda realmente habitado en nosotros. Es una realidad que nos trasciende. Pero, no por eso, deja de ser realidad experiencial. El amor y la gracia nos inundan. La paz nos sobrepasa. Del corazn de Dios venimos. Hacia el corazn de Dios camnanos. Y en el tiempo de la peregrinacin, el Dios de la vida que nos cre, ya va en nuestro templo interior por medio del Espritu Santo. Nuestro cuerpo, es casa de Dios. El Espritu nos habita en la intimidad ms ntima de nuestro ser. Somos cuerpo de Cristo habitado por el mismo Espritu de Cristo. Ahora bien el aspecto ms resaltante es la gracia como Catalina no percibe. Pablo nos lo recuerda en la carta a los Glatas: todos ustedes son hijos de Dios por la en Cristo Jess. En efecto, todos los bautizados quedamos revestidos de Cristo[footnoteRef:12]. Por esa filiacin en el Hijo de Dios, sentimos y disfrutamos, gracias al Espritu, que el verbo de Dios se hace carne y habita entre nosotros[footnoteRef:13]. La gracia del Espritu, con toda la efusin de sus dones, pretende hacernos sentir y vivir la filiacin divina que encarnamos e el Hijo. Realidad que nos traslada al bautismo de Jess en el Jordn y nos hace escuchar y personalizar esta exclamacin: T eres mi hijo muy amado, mi elegido; t eres mi alegra[footnoteRef:14]. [12: Ga 3, 26-27] [13: Jn 1. 14] [14: Mc 1, 11]

Muchas veces lo hemos escuchado: el bautismo nos hace hijos de Dios, miembros de Cristo, templos del Espritu. En el cobijo de esa ternura paternal-maternal de Dios, nuestro corazn siente el latido de su corazn, el abrazo de su mirada, la bendicin de su mano Dios es Padre y Madre! Entre sus corazn y el nuestro no hay distincin. Y si nos ponemos a pensarlo en serio, nos sumergimos en un sueo de adoracin, como Santa Catalina de Siena, sus aportes acerca del Espritu Santo son fruto de la adoracin y contemplacin. Porque desde antes de la creacin del mundo l nos pensaba, nos amaba y, en el Hijo, nos llenaba de gracia y de santidad (Ef 1, 3-5). Hay verdades que solo cuando se viven, se disfrutan de verdad. Hay sueos, que en la medida que se suean, llenan el corazn de felicidad. Y uno de ellos es sentir a Dios por medio del Espritu. Vivir la primicia del Espritu exige entrar en la mente de Jess para comprender y valorar su intencin al regalar tan precioso don. Cuando halamos de que Jess habiendo amado a los suyos los am hasta el extremo[footnoteRef:15], pensamos en la Eucarista, en la Cruz; ni sospechamos que el extremo pudo ser el regalo de su Espritu. Sin embargo, esa era la primicia. Y gracias a la primicia del Espritu entramos en la libertad de los hijos de Dios, sentimos el gozo de la filiacin divina, disfrutamos de la presencia divina en nuestro interior. [15: Jn 13, 1]

Para concluir esta segunda parte del trabajo no podemos obviar que desde la conciencia del Espritu la persona busca siempre la verdad de su ser, pues en la verdad se ilumina la realidad y la realidad se convierte en libertad y alegra, en gozo y esperanza. Vivir en el Espritu, es sentir esta presencia orante del Espritu en lo ntimo de nuestro ser persona y ser cristianos. Si quieres reconstruir tu vida en la verdad, afianza tu conciencia en el Espritu y tu vida dar razn del Dios en quien crees. III Aplicacin Pastoral PROCLAMA EL REINO EN EL ESPRITU Lectura bblica: No es el reino de Dios comida o bebida, sino justicia, paz y alegra en el Espritu Santo. Que el Dios de la esperanza les colme de toda alegra y paz en su fe, para que rebosen de esperanza por la Fuerza del Espritu Santo![footnoteRef:16] [16: Rm 14, 17;15, 13]

Comentario: Pablo de Tarso baja al escenario de la comunidad, observa a los participantes, analiza su comportamiento y exhorta con amor y con fuerza. l sabe muy bien que en Cristo son un solo Cuerpo, animado por un nico Espritu. Por eso, ante ciertas evidencias negativas, Pablo escribe: que cada quien obre de acuerdo a su conciencia; que nadie sea ocasin de cada para los dbiles; que en todos y en todo reine el amor, la paz y alegra en el Espritu Santo. Aplicacin: la experiencia de Jess en toca comunidad, se debe revelar en el testimonio de los valores del Reino: la unidad, la solidaridad y la proyeccin comunitaria de las bienaventuranzas se debe expresar en el testimonio sencillo de la fe, de la esperanza y del amor. La alegra en el Espritu es fruto de la presencia del Reino, premio de una esperanza y del amor. La alegra en el Espritu es fruto de la presencia del Reino, premio de una esperanza viva e iluminadora. Donde abundan las rivalidades y las injusticias; las murmuraciones y las divisiones, el testimonio se empobrece y todo queda en oscuridad. Ayer y hoy, las comunidades pueden cometer al Espritu a la pobreza del pecado y oscurecerlo en la tristeza de la desintegracin. Si en la Trinidad, la diversidad de Personas crea la unidad divina, as en toda comunidad que vive como iglesia de Cristo, en su diversidad se debe manifestar la unidad y la Alegra en el Espritu Santo. El Dios de la paz en la fuerza del Espritu colma de gozo la fe y hace desbordante la esperanza. Si la Iglesia est llamada a ser una escuela permanente de verdad y justicia, de perdn y reconciliacin[footnoteRef:17], debe vivir en el espritu la esperanza que no defrauda. [17: DA 542]

En tu comunidad reina la alegra o el aburrimiento; la comprensin o la tirantez? Se vive en verdadera comunin, o reina la divisin? Personalmente, tienes experiencia de la alegra en el Espritu? Oracin: Ven, Espritu Santo! Concdeme el gozo interior de vivir en la justicia, en la paz y en la alegra; en la compresin, en la solidaridad y en el amor. Ven, Espritu Santo! Haz que nuestras comunidades sean expresin gozosa de la presencia del Reino de Dios en medio del pueblo. Amn