El Encuentro - Noviembre 2010

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Hay al menos dos formas de dimen- sionar el aporte de este gran dirigente a nuestra historia. La primera es a través del repaso de la etapa inaugurada el 25 de mayo de 2003, que puso fin al reina- do del paradigma neoliberal, cuando asumió la Presidencia de la Nación lue- go de la crisis económica, social, política e institucional. Desde entonces, con los pliegues e imperfecciones de cualquier proceso transformador, la agenda insta- lada por Kirchner fue rupturista, rompió el molde y puso a Argentina de cara a un horizonte de mayor igualdad y justicia. Sin pretender abarcar todas las ca- racterísticas de esta etapa, y soslayando adrede las observaciones que hicimos en diversas ocasiones, no tengo dudas de que Kirchner entra en las páginas im- portantes de nuestra historia, entre otros aspectos, por la política de derechos humanos, de recuperación de la memo- ria colectiva y de juicio y castigo a los responsables del terrorismo de Estado; por el impulso a la integración regional desde una perspectiva latinoamericana y popular, poniendo el acento tanto en las posibilidades de crecimiento equita- tivo de las naciones del Cono Sur como en los valores de solidaridad, de afian- zamiento cultural, de justicia social y de defensa de la soberanía de los pueblos; por la integración de la Corte Suprema con jueces de reconocida trayectoria, capacidad e independencia, electos con procedimientos absolutamente transparentes; por el cierre de una era de intervención promiscua y perjudicial de los organismos financieros interna- cionales sobre las políticas económicas de la Nación, mediante la generación de equilibrio fiscal sin ajuste y a través de acciones de desendeudamiento; por la estatización y la extensión del sistema jubilatorio a casi dos millones y medio de personas más y el establecimiento de un mecanismo de actualización semes- tral; por la vuelta del Consejo del Salario y la apertura de paritarias para fijar los haberes de los trabajadores y trabajado- ras; por la implementación de la asigna- ción que incorpora a millones de niños y niñas como sujetos de un derecho que sólo alcanzaba a los hijos e hijas de tra- bajadores en blanco; por el desarrollo de obra pública en salud, educación, ca- minos e infraestructura de servicios en territorios históricamente postergados, incluyendo una política de urbanización de villas y barrios donde residen familias de escasos ingresos; y, sin dudas, por la democratización de la palabra, a través del impulso de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que vino a saldar una deuda histórica arrastrada desde principios de la dictadura militar y que había derivado en la consolidación de poderosos multimedios informati- vos y el cercenamiento de la libertad de cientos de miles de opiniones. Estas y muchas otras medidas que se impulsa- ron desde 2003 dan cuenta del inicio de una etapa histórica cuyas contradiccio- nes no opacan la evidente voluntad de Néstor Kirchner por orientar el país en un nuevo camino, enfrentando las polí- ticas neoliberales que durante décadas hundieron a Argentina y la región en la más profunda desigualdad. La otra forma en la que, creo, se pue- de dimensionar el aporte de Kirchner y su ingreso en las páginas más importan- tes de nuestra historia es en los rostros de quienes expresaron su dolor durante esta última semana, de los miles y miles que caminaron durante horas para pa- sar unos minutos frente al féretro a darle el último adiós a Néstor y alentar a Cris- tina; de los muchos y las muchas que sa- lieron a la calle, que se juntaron en Plaza de Mayo y en decenas de espacios pú- blicos de todo el país; en quienes forma- ron verdaderos ríos de amor y lágrimas junto al recorrido que hizo el cortejo hasta su destino último en Santa Cruz. En el llanto de las mujeres, de los niños, de los jóvenes, de los trabajadores, de los estudiantes; en la angustia plural y masiva que estalló ante la noticia o en el canto y el compromiso solidario de cientos de miles que intentaron abrazar a la presidenta de la Nación en este mo- mento difícil. Kirchner fue un dirigente que marcó un rumbo distinto en nuestro país, que hizo mucho por recuperar el valor de la política, que se esforzó en correr el lími- te de lo posible. Fue un gran hombre y un político que va a ser recordado por su militancia, por su compromiso, por su voluntad transformadora. Un dirigente que con enorme coraje y valentía puso el cuerpo hasta sus últimos días luchan- do por un país más justo y solidario. Por todo ello, además de expresar la gran conmoción que nos produjo su muerte, desde el Encuentro quere- mos reafirmar nuestro compromiso y nuestro apoyo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es más que el abrazo imprescindible en este momen- to doloroso. Es la ratificación del com- promiso político con la defensa y la pro- fundización de ese rumbo, y con la cons- trucción de una fuerza política nacional y popular que continúe trabajando por edificar la Patria más justa, democrática, para todos y todas. Seguiremos siendo parte de esta tare a. Queremos decirle a la Presidenta que cuenta con no-sotros. * Diputado nacional, presidente del bloque Nuevo Encuentro. por Martín Sabatella La muerte de Néstor Kirch- ner nos invade de dolor. Se fue dejando un inmenso vacío, tan profundo como la huella que deja su paso por nuestra histo- ria; esa historia que recorrió con protagonismo transformador, con el compromiso militante de los hombres y mujeres que no sólo merecen el recuerdo de sus contemporáneos, sino que tras- cienden en la memoria popular durante décadas por su lucha a favor de una sociedad de dere- chos para todos y todas. www.partidoencuentro.org.ar AÑO 1 - N ˚ 3 - NOVIEMBRE 2010 - $2 Vicente López Un inmenso vacío

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Page 1: El Encuentro - Noviembre 2010

Hay al menos dos formas de dimen-sionar el aporte de este gran dirigente a nuestra historia. La primera es a través del repaso de la etapa inaugurada el 25 de mayo de 2003, que puso � n al reina-do del paradigma neoliberal, cuando asumió la Presidencia de la Nación lue-go de la crisis económica, social, política e institucional. Desde entonces, con los pliegues e imperfecciones de cualquier proceso transformador, la agenda insta-lada por Kirchner fue rupturista, rompió el molde y puso a Argentina de cara a un horizonte de mayor igualdad y justicia.

Sin pretender abarcar todas las ca-racterísticas de esta etapa, y soslayando adrede las observaciones que hicimos en diversas ocasiones, no tengo dudas de que Kirchner entra en las páginas im-portantes de nuestra historia, entre otros aspectos, por la política de derechos humanos, de recuperación de la memo-ria colectiva y de juicio y castigo a los responsables del terrorismo de Estado; por el impulso a la integración regional desde una perspectiva latinoamericana y popular, poniendo el acento tanto en las posibilidades de crecimiento equita-tivo de las naciones del Cono Sur como en los valores de solidaridad, de a� an-zamiento cultural, de justicia social y de defensa de la soberanía de los pueblos; por la integración de la Corte Suprema con jueces de reconocida trayectoria, capacidad e independencia, electos con procedimientos absolutamente transparentes; por el cierre de una era

de intervención promiscua y perjudicial de los organismos � nancieros interna-cionales sobre las políticas económicas de la Nación, mediante la generación de equilibrio � scal sin ajuste y a través de acciones de desendeudamiento; por la estatización y la extensión del sistema jubilatorio a casi dos millones y medio de personas más y el establecimiento de un mecanismo de actualización semes-tral; por la vuelta del Consejo del Salario y la apertura de paritarias para � jar los haberes de los trabajadores y trabajado-ras; por la implementación de la asigna-ción que incorpora a millones de niños y niñas como sujetos de un derecho que sólo alcanzaba a los hijos e hijas de tra-bajadores en blanco; por el desarrollo de obra pública en salud, educación, ca-minos e infraestructura de servicios en territorios históricamente postergados, incluyendo una política de urbanización de villas y barrios donde residen familias de escasos ingresos; y, sin dudas, por la democratización de la palabra, a través del impulso de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que vino a saldar una deuda histórica arrastrada desde principios de la dictadura militar y que había derivado en la consolidación de poderosos multimedios informati-vos y el cercenamiento de la libertad de cientos de miles de opiniones. Estas y muchas otras medidas que se impulsa-

ron desde 2003 dan cuenta del inicio de una etapa histórica cuyas contradiccio-nes no opacan la evidente voluntad de Néstor Kirchner por orientar el país en un nuevo camino, enfrentando las polí-ticas neoliberales que durante décadas hundieron a Argentina y la región en la más profunda desigualdad.

La otra forma en la que, creo, se pue-de dimensionar el aporte de Kirchner y su ingreso en las páginas más importan-tes de nuestra historia es en los rostros de quienes expresaron su dolor durante esta última semana, de los miles y miles que caminaron durante horas para pa-sar unos minutos frente al féretro a darle el último adiós a Néstor y alentar a Cris-tina; de los muchos y las muchas que sa-lieron a la calle, que se juntaron en Plaza de Mayo y en decenas de espacios pú-blicos de todo el país; en quienes forma-ron verdaderos ríos de amor y lágrimas junto al recorrido que hizo el cortejo hasta su destino último en Santa Cruz. En el llanto de las mujeres, de los niños, de los jóvenes, de los trabajadores, de los estudiantes; en la angustia plural y masiva que estalló ante la noticia o en el canto y el compromiso solidario de cientos de miles que intentaron abrazar a la presidenta de la Nación en este mo-mento difícil.

Kirchner fue un dirigente que marcó un rumbo distinto en nuestro país, que hizo mucho por recuperar el valor de la política, que se esforzó en correr el lími-te de lo posible. Fue un gran hombre y un político que va a ser recordado por su militancia, por su compromiso, por su voluntad transformadora. Un dirigente que con enorme coraje y valentía puso el cuerpo hasta sus últimos días luchan-do por un país más justo y solidario.

Por todo ello, además de expresar la gran conmoción que nos produjo su muerte, desde el Encuentro quere-mos rea� rmar nuestro compromiso y nuestro apoyo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es más que el abrazo imprescindible en este momen-to doloroso. Es la rati� cación del com-promiso político con la defensa y la pro-fundización de ese rumbo, y con la cons-trucción de una fuerza política nacional y popular que continúe trabajando por edi� car la Patria más justa, democrática, para todos y todas.

Seguiremos siendo parte de esta tare

a. Queremos decirle a la Presidenta que cuenta con no-sotros.

* Diputado nacional, presidente del bloque Nuevo Encuentro.

por Martín Sabatella

La muerte de Néstor Kirch-ner nos invade de dolor. Se fue dejando un inmenso vacío, tan profundo como la huella que deja su paso por nuestra histo-ria; esa historia que recorrió con protagonismo transformador, con el compromiso militante de los hombres y mujeres que no sólo merecen el recuerdo de sus contemporáneos, sino que tras-cienden en la memoria popular durante décadas por su lucha a favor de una sociedad de dere-chos para todos y todas.

www.partidoencuentro.org.arAÑO 1 - N˚3 - NOVIEMBRE 2010 - $2

Vicente López

U n i n m e n s o v a c í o

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Encuentro por la Democracia y la Equidad Vicente López

A cuantos de ustedes, luego de esta afortunada vuelta al diálogo político con la familia, los amigos, compañeros de trabajo, de estudio y demás, no les pasó que veían toda una sarta de pala-breríos agraviantes contra todo lo ”kir-chnerista”, incluyendo desde sus logros políticos hasta, principalmente, sus componentes o conductas. Es más, la casi unanimidad de las a� rmaciones de los dialogantes de turno eran su� cien-tes para mantenerse callado, so riesgo de ser tildado de corrupto, revanchista o de estar lleno de odio.

Un mínimo esbozo de algo tan simple como: - “a vos te va mucho mejor”, era contestado: -“que querés, con el viento de cola, con la soja, es fácil y eso a pesar de tener que soportar a los rencorosos y setentistas K que dividen el país”. Así el silencio se imponía. Muchos silencios. Pero uno internamente pensaba ¿Siem-pre va a ser así? ¿Por qué para la clase media es pecado capital meter un pe-queño y aislado bocado para decir que comparto, entre otros tantos, la asigna-ción universal por hijo, el UNASUR como política regional, la nueva composición de la Corte Suprema, la ley de medios y la del matrimonio igualitario, el me-joramiento del trato a los jubilados con dos aumentos anuales y el ingreso de 2.5 millones a ANSES, las políticas de DDHH, la reestatización de las AFJP y de otras empresas como Aerolíneas Argen-tinas, Aguas Argentinas, Thales Spec-trum, YCF, los trenes del Belgrano Car-gas y Ferrovías, el Correo, etc., o el DNI Argentino, o la política de desendeuda-miento externo e interno sostenida por superávit � scal primario con protección de la industria local y acumulación de reservas en el hoy muy gordo BCRA, o la sustitución de importaciones, o las retenciones para redistribuir y paliar la desproporcionada brecha entre los ri-cos y pobres, o las innegables mejoras de todos los índices económicos a partir del crecimiento irrestricto y continuado al 9% anual de la economía con récords en producción, cosecha, exportación, turismo, construcción y hasta de puntos básicos de la bolsa, o el � n del control del FMI, o la discusión sobre los Noble Juniors o Papel Prensa, o la política de no represión, etc.

En � n, son miles de perlitas que uno se tragaba a riesgo de ser señalado como kirchnerista, y quedar aislado de todo debate o señalado y luego presentado ante terceros directamente con: -”con ese no hablés, es K, seguro tiene un plan o es un blogger pago”Pero hubo un acontecimiento repenti-no e inesperado, muy triste y doloroso pero increíble-mente grati� can-te a la vez. Murió el padre de la criatura e instin-tivamente fuimos muchísimos a la Plaza. Y ahí vimos a gente de todo tipo, pero principalmente de la clase media y la juventud. Aparecimos todos de golpe, una sorpresa para propios y extraños. Nos encontramos con gente a quien nunca pensamos ver allí. -”Qué hacés acá zurdito?”. –“Yo vine para que se mantenga el modelo y eso que nun-ca los voté”. Eran frases comunes o pre-guntas lógicas ante la atónita mirada de los operadores de siempre, los Grondo-na, Morales Solá, Van der Kooy, Fonte-vecchia y compañía que agarraban otra vez el pincel para pintar una realidad imaginaria para lo que les pagan.

Y no me quiero olvidar de los miles que no fueron. Esos miles que pre� rieron hacer el duelo con los suyos o solos, y a quienes frenaron temores varios: desde ser escrachados por las cámaras en un ”acto K” a ser robados o asaltados por los militantes del conurbano. O directa-mente los que huyen a las conglomera-ciones de gente… pero seguramente

hubieran queri-do estar.Lo que pasó fue eso: es que so-mos miles de la clase media que aceptamos, apo-yamos y agrade-cemos las políti-

cas inclusivas y progresistas de Néstor y Cristina aunque no seamos K porque no compramos todo el paquete, porque sabemos que el Frente para la Victoria tiene adentro a Skanska, Jaime, las vali-jas de Antonini Wilson o de Miceli, etc., y las formas de gobernar de intenden-tes del Conurbano que no nos gustan, o que rechazamos la negativa a otorgarle p e r - sonería gremial a la CTA y que votamos en contra de la ley de reforma política. Y somos miles los que no cree-mos –como nos quieren hacer creer- que sólo existen los K vs. Los anti K o el

grupo A vs. el grupo B. Es que tenemos la autonomía para po-der decir: -“Compro todas las políticas que me gustan, pero como en todo pa-quete de galletitas surtidas, hay algu-nas que no me gustan. Entonces voy a la Plaza a agradecer y pedir que sigan fabricando las que me comparto en vez de tirar todo el paquete como si nada fuera bueno. Estamos para comple-mentar las galletitas mencionadas en el párrafo anterior con mayor transparen-cia y más participación popular.

Hay que animarse a salir del closet, del placard, hay que elevar la discusión en todos los ámbitos para mantener lo muchísimo que se logró. Sabiendo que todavía sigue faltando un montón y que dentro de lo hecho hay muchas cosas por corregir. Tenemos muy en cla-ro que los de siempre harán lo imposi-ble por devolvernos a los 90. Pero ante eso tenemos la � rme convicción de que no daremos un solo paso atrás en los objetivos logrados. Por eso, salgamos a la calle, mostrémonos, que se vean nuestras caras, nuestra fuerza, nuestro empuje y nuestro deseo de seguir por esta senda.

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Hay que animarse a salir del closet sin dar un solo paso atrás

Hay que animarse a salir del closet, del placard, hay que elevar la discu-sión en todos los ámbitos para man-tener lo muchísimo que se logró. Sabiendo que todavía sigue faltando un montón y que dentro de lo hecho hay muchas cosas por corregir.

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Encuentro por la Democracia y la Equidad Vicente López

Consternados por la penosa muer-

te del ex presidente de la Nación, Dr.

Néstor Carlos Kirchner, la Mesa Nacio-

nal del Encuentro por la Democracia

y la Equidad (EDE - Nuevo Encuentro)

desea expresar:

Néstor Kirchner pasa a la historia

de nuestro país como un gran prota-

gonista de estos tiempos; como un

dirigente transformador y popular,

como un militante de enorme coraje a

favor de las causas más dignas, como

un hombre que vivió con intensidad y

murió dejando una huella imborrable

en el camino que millones queremos

seguir recorriendo.

Desde el Encuentro por la Demo-

cracia y la Equidad - Nuevo Encuentro

expresamos nuestro enorme dolor

y conmoción por su fallecimiento y

queremos trasmitirle a su compañera

y presidenta de la Nación, Dra. Cristina

Fernández, nuestro acompañamiento,

nuestro apoyo y nuestra solidaridad en

este angustiante momento de su vida.

Acompañamiento, apoyo y solidari-

dad que trascienden el pesar de estas

horas, y que deseamos sean interpre-

tados como la rati� cación del compro-

miso del Encuentro con el rumbo de la

Argentina iniciado por Néstor Kirchner

en 2003 y consolidado en el presente

por la presidenta Cristina Fernández.

El Encuentro estuvo, está y estará

comprometido con la profundización

de ese rumbo, en la búsqueda de al-

canzar, por � n, la Patria más justa, más

solidaria, más democrática, más inte-

grada, como la que luchó por construir

Néstor Kirchner y como la que millones

de argentinos y argentinas soñamos y

merecemos.

Buenos Aires, 27 de octubre de

2010

Mesa Nacional del Encuentro por la

Democracia y la Equidad - Nuevo En-

cuentro:

MARTÍN SABBATELLA • HUGO YASKY •

VILMA IBARRA • LUCAS GHI

ADRIÁN GRANA • JOSÉ CAMPAGNOLLI

• HUGO CAÑÓN • MARCELO SAÍN

PEDRO WASIEJKO • CARLOS VICENTE •

MARCELO BRIGNONI • JOSÉ TESSA

HECTOR DE LA FUENTE • GABRIELA CE-

RRUTI • GONZALO RUANOVA SERGIO

ZURANO • GUSTAVO ROLLANDI • GUS-

TAVO HURTADO

HUGO VARSKY • EDUARDO PEREYRA•

CLAUDIO COSTABEL

FERNANDO TORRILLATE • SERGIO ELI-

ZAR • ALDO BASCHETTI

HUGO SÁNCHEZ • JUAN LEZCANO • PA-

BLO GOGNA • LUIS GER

MATEO CANOSA • STELLA CHAMBÓN •

VIRGINIA SINGH

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Pronunciamiento de la Mesa Nacional del Encuentro ante la muerte del Dr. Néstor Kirchner

Suplemento local del periódico El Encuentro

Envíanos tus opiniones, críticas y propuestas: [email protected]

Página: http://partidoencuentrovicentelopez.blogspot.com

Local del EDE: Caseros ���, casi esquina Aristóbulo del Valle, Vicente López

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Dado que no cuento con información preferencial, la única guía de estas ex-presiones es mi ya no corta experiencia como testigo, por momentos cali� cado, de la política argentina. Testigo, que, paradójicamente, nunca compartió una conversación mano a mano con el ex Presidente.

Por la prudencia que hay que te-ner en estas ho-ras, me limitaré a hacer un par de re� exiones. La primera: el actual proceso se apoya en dos grandes soportes. Por un lado, la ejecución de las políticas públicas y el discurso organizador de las mismas en cabeza de la Presidenta de la República. Por otro, el armado político-partidario y la contención a la ancestral arrogancia de los poderes fácticos, que estaba en cabeza del ex presidente recién falleci-do. Si convenimos en que esto es –en líneas generales- así, la carencia se ha producido en uno solo de esos pilares, el último de los mencionados. La acción de gobierno propiamente dicha, está in-tacta, incluso fortalecida por el reconoci-miento popular, y no hay motivos reales que justi� quen los grandes cambios de rumbo que ampulosamente anuncian los escribas del poder.En consecuencia, la preocupación debe-ría centrarse en el segundo de los aspec-tos. En este sentido, tanto la teoría social como la propia experiencia, indican que

los liderazgos no se sustituyen por de-creto, y menos aún por el voluntarismo de los posibles aspirantes. El liderazgo al que me estoy re� riendo, entendido como habilidad y autoridad para el disci-plinamiento partidario, es fruto del reco-nocimiento público, y es muy probable que ese reconocimiento tarde mucho en centrarse en otra persona. ¿Cómo hacer, entonces, para “contener” a dirigentes con peso territorial y ascendiente sobre determinados núcleos militantes, de modo de alinearlos en una estrategia co-mún y evitar así desbandes o actitudes narcisistas que debilitarían el proceso? Profundizando las políticas concretas que tanto identi� caron al pueblo que despidió a Néstor Kirchner, y gracias a las cuales su � gura desató tantas y tan varia-das y sinceras muestras de gratitud. Esto

es, mientras tan-to, o –más bien- en lugar de poner toda la energía en mantener el pegamento su-perestructural del “aparato”, plan-tearse como una

manera de sostener e incrementar la ad-hesión popular la ampliación y consoli-dación de los logros en todos los niveles: blanqueando los empleos que persistan en negro, mejorando miles de jubilacio-nes mínimas, continuando con la escola-rización de los más humildes. Y, por qué no, con políticas de desarrollo industrial de alto impacto, que a� anzarían el amor de los propios y enamorarían a un grupo importante de los que no lo son, ensan-chando la base social y política del mo-delo.

En de� nitiva, si falta el disciplinador polí-tico del peronismo, el desafío es redoblar el peronismo de contenido, para pasar de� nitivamente, irrevocablemente, de la práctica todavía corriente de los apa-ratos “donde hay una necesidad hay un puntero”, a la máxima de Evita “donde hay una necesidad hay un derecho”. Irre-

versible, inalienable.La segunda re� exión es la siguiente. Des-pués de muchas horas compartidas en la Plaza, en sus inmediaciones, en el inte-rior de la Casa de Gobierno –vigilada hoy por semblantes como los de Tupaj Katari, Manuel Belgrano, San Martín, Simón Bo-lívar, José Martí, Eva Perón, el Che Gue-vara, Salvador Allende o el padre Rome-ro- en distintos momentos del día y de la noche, pude corroborar claramente la vigencia del país real, profundo, que era el que le trasmitía fuerzas a la Presiden-ta, pero tal vez más aún le expresaba su agradecimiento al ex presidente.

Simultáneamente, los escribas del poder teorizan sobre el país virtual. Anticipan grandes cambios de rumbo, le forman a la Presidenta el nuevo gabinete, le dicen con quiénes le conviene juntarse y con quiénes no, le aconsejan los próximos pasos que debe dar y las políticas a se-guir. Es entendible. Están tan habituados, luego de décadas de buenos resultados, a que lo que ellos escriben es lo que acto seguido hace obedientemente la políti-ca, que creen, o simulan creer, que eso va a volver a ser así. Que con la muerte

de Kirchner se ha caído el muro que con-tenía sus avances y prerrogativas históri-cas, y que a partir de ahora todo “volverá a la normalidad”.

Nada debe hacernos pensar eso ni por un instante. No hay tregua posible en la disputa de hegemonía entre la política y las corporaciones, y menos aún cuando la política está revalorizada y revitaliza-da con el testimonio, el compromiso, la militancia y la ocupación del espacio público por parte de tantos millones de argentinos.

El desafío político de esta hora es, pues, más que cómo remplazar a Kirchner, cómo honrar su legado. Y esto sólo pue-den hacerlo millones de ciudadanos acti-va y pací� camente defensores de lo que consideran haber conquistado. Y por una conducción política ejercida desde la Presidencia de la Nación, que tenga la sabiduría de plasmar esas voluntades y conquistar muchas más, en torno de un horizonte que nos mantenga enamora-dos de esta etapa tan importante de la Argentina, de la cual la muerte es tam-bién una de sus circunstancias.

Encuentro por la Democracia y la Equidad Vicente López 4

Por Carlos Raimundi (Nuevo Encuentro)

Carlos Ramundi re� exiona so-bre los desafíos que la ausencia de Néstor Kirchner le genera a la so-ciedad en general, y al Gobierno en particular, para continuar con la profundización de las políticas de inclusión.

S o l o d o s r e f l e x i o n e s

El desafío político de esta hora es, pues, más que cómo remplazar a Kir-chner, cómo honrar su legado. Y esto sólo pueden hacerlo millones de ciu-dadanos activa y pací� camente de-fensores de lo que consideran haber conquistado.