El ejemplo de Teresa Ojeda_Variedades N° 474 09.sept.16 - página 7

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Año 106 // 3ª etapa // 474 // Viernes 9 de setiembre de 2016 SHERMAN MELÉNDEZ POESÍA DOCENCIA Luz, color y vida en la obra de un pintor en camino a la madurez artística. Pág. 3 Pág. 2 Pág. 7 LAS OPCIONES DE LA ESTÉTICA LA LECCIÓN DE TERESA OJEDA ANDREA CABEL: ETERNO RETORNO RESIDENCIAL SAN FELIPE BASTIÓN URBANO MEDIO SIGLO DE UN PROYECTO EMBLEMÁTICO Págs. 4 y 5 El Peruano DIARIO OFICIAL D L D O S

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Año 106 // 3ª etapa // 474 // Viernes 9 de setiembre de 2016

SHERMAN MELÉNDEZ POESÍA DOCENCIA

Luz, color y vida en la obra de un pintor en camino a la madurez artística. Pág. 3 Pág. 2 Pág. 7

LAS OPCIONESDE LA ESTÉTICA

LA LECCIÓN DE TERESA OJEDA

ANDREA CABEL: ETERNO RETORNO

RESIDENCIAL SAN FELIPE

BASTIÓN URBANOMEDIO SIGLO DE UN PROYECTO EMBLEMÁTICO Págs. 4 y 5

El PeruanoDIARIO OFICIAL

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VariedadesViernes 9 de setiembre de 2016. El PeruanoLETRAS2

Director fundador: Clemente Palma | Director (e): Félix Alberto Paz Quiroz | Editor: César Chaman Alarcón | Jefe de Edición Gráfica: Daniel Chang Llerena

Jefe de Diagramación: Julio Rivadeneyra Usurín | Editor de Fotografía: Jack Ramón Morales | Teléfono: 315-0400, anexo 2182 Correos: [email protected] [email protected]

Cuando Eduardo

Chirinos dice, en

un extenso y emo-

tivo prólogo, que tu

obra es un planeta

insomne cuyos continentes

están en constante mutación

y desplazamiento, es algo se-

rio. Andrea Cabel lo sabe. Y

lo valora.

La poeta, autora de Las fal-sas actitudes del agua (2006),

regresa a Lima después de una

ausencia prolongada por un

doctorado en la Universidad

de Pittsburgh. El nombre de su

nuevo poemario podría hacer

referencia a la distancia hacia

el hogar, pero realmente hay

más cosas detrás.

MARES Y CALLES“A dónde volver –sin signos de

interrogación, pues es más

que una pregunta– no evoca

necesariamente a lo geográ-

�ico porque cuando estoy en

el Perú pienso en estar en

otro lado, y cuando estoy en

Pittsburgh quiero estar en el

Perú. El titulo nace en el avión

de regreso a Lima y ante la

pregunta: ¿Todo será como

siempre? ¿Todo se sentirá

como antes?”.

Andrea se encontró nue-

vamente con dos elementos

cotidianos e importantes que

añoraba de la misma forma

que muchos limeños lo hacen,

tal vez sin saberlo. El olor a

contexto inicial, observados

a la distancia”.

Andrea se reencuentra

con una versión más ingenua

de ella misma al releer anti-

guos textos después de tanto

tiempo. Recordaba los pri-

meros poemas que escribió a

los 19 años, un inicio tardío,

según algunos que intentan

darle explicación y reglas a

la inspiración. Vienen a su

mente los apuntes a pie de

página que escribía en libros

ajenos, los correos de amor en

los que empezaba a notar la

presencia del verso.

“En el papel, las cosas

suenan de una manera, pero

dentro de mí retumban de

otra. ¿Qué fue de esa Andrea?

No me reconozco completa-

mente, es como ver una foto

del colegio a los 30 años. Mi

libro es como un cuerpo en el

que puedes ver la progresión

de crecer. No soy mejor, soy

diferente”.

UNA DESPEDIDALa muerte de Eduardo Chi-

rinos golpeó a sus lectores a

comienzos de este año, sobre

todo a Andrea, quien tuvo al

autor de Raritan Blues como

consejero y con�idente. Antes

de partir, él le dejo el mejor de

los regalos.

“Cuando aceptó escribir

el prólogo de A dónde volver,

me sorprendió lo personal y

cálido que era el texto. Sabía

de su aprecio porque un par

de veces me pidió presentar

sus libros, no obstante que

él conocía a otros poetas

con tanto renombre como

el suyo”.

La publicación del libro

no pudo acelerarse para que

Eduardo estuviera presente,

pero sus palabras sobrevivie-

ron mediante este poemario

y especí�icamente en los poe-

mas de Andrea Cabel. Sería

oportuno terminar este texto

con la frase con la que Chiri-

nos acompañó la entrega de

su prólogo y que resume el

espíritu de este encuentro.

Justicia poética, le dicen: “Las

respuestas que yo encontré

y las formas en las que yo las

encontré fueron gracias a la

poesía”.

ENCUENTROSA dónde volver es el encuentro

de poemas inéditos y una se-

lección de trabajos anteriores

que integraban La latitud de fuego (2011) y Las falsas acti-tudes del agua. La poeta hace

una pausa y plantea una acla-

ración sobre la naturaleza de

la publicación.

“Me propusieron hacer

una antología, pero siento

que eso sería más coherente

para alguien con más peso,

más obra. El término es muy

pomposo, así que yo pre�iero

usar la palabra reunión, y aun

así tengo cuidado al usarla.

Mis poemas están juntos,

pero no mezclados, fuera del

“Lima, con toda su locura, es una pasión con la que te identificas. Extrañaba el olor a mar porque yo remaba en La Punta”.

mar y la facilidad para per-

derse.

“Lima, con toda su locura

y su caos, es una pasión con

la que te identi�icas. Extra-

ñaba el olor a mar porque yo

remaba en La Punta y el mar

es una presencia importantí-

sima en mi vida. En Estados

Unidos hay ríos bellísimos,

pero nada como el mar. Y

necesitaba reencontrarme

con esa facilidad para per-

derse que te concede esta

ciudad. Puedo meterme por

una avenida o jirón que no

conozco, pero sé que siempre

voy a encontrar un micro o

un taxi que me lleve a algún

lugar conocido, a cualquier

hora y en cualquier lugar. Esa

informalidad, entre comillas,

es algo que no encuentras en

Pittsburgh”.

Evoluciones. En perspectiva, la poesía permite observar la progresión de quien la escribe. Andrea Cabel reconoce cambios en su creación: “No soy mejor, soy diferente”.

ETERNO RETORNOEl poemario A dónde volver repre-senta el regreso de Andrea Cabel a la poesía y a su ciudad. El crecimiento, la nostalgia y Eduardo Chirinos son temas recurrentes.

TEXTO Y FOTO LUIS M. SANTA CRUZ

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Variedades Viernes 9 de setiembre de 2016. El Peruano 3 ARTES

El artista peruano Sherman Meléndez se encuentra en Mé-xico presentando su primera exposición individual. Antes de viajar, se dio un tiempo para mostrarnos su taller y detallar las motivaciones de su trabajo, su técnica e influencias.

TEXTO PILAR MARTELL

En una vieja casona

del jirón Paruro, a

dos cuadras de la

Escuela Nacional

Superior Autóno-

ma de Bellas Artes del Perú,

se encuentra el taller del ar-

tista Sherman Meléndez. El

lugar alberga un pequeño

edén de pinturas, imágenes

que gritan, �iguras que te

saludan, el escombro que

evoluciona y vuelve a des-

truirse, una y otra vez. En

este lugar, el paso del tiem-

po se confunde con el olor al

óleo y acrílico. Todos estos

cuadros –unos colgados,

otros en caballetes, hijos del

artista– nacen de una mirada

particular que Meléndez con-

tinúa desarrollando desde

que descubrió su verdadera

vocación.

Al cruzar las puertas del

taller, los cuadros invitan a

caminar por diversas calles

de Lima. Te encuentras con el

hombre que aparenta locura,

pero es tan solo un ciudada-

no cubriéndose del frío con

cartones; con aquella casona

en ruinas cuyo único brillo

son los ojos de un gato po-

sado en los escombros. Se

nota en los alrededores un

ambiente gris, pero en los

lienzos predominan el color,

la luz, la vida.

Sherman Meléndez trans-

forma el exterior de una vieja

casona en una obra de arte.

Lo que a primera vista nos

parecen frías, viejas y deslu-

cidas estructuras, en su lien-

zo cobran un nuevo fulgor.

“Uno puede ver un tacho de

Entre las diversas vocacionesque ofreceel arte, de niño Sherman siempre soñó con ser músico o pintor. Optó por lo segundo.

entrabas en una pollería y

encontrabas un bodegón en

un a�iche; ahora uno entra

en un restaurante y ve cua-

dros pequeños o medianos,

se cambiaron los calendarios

por cuadros”.

INCURSIONESEl pintor acaba de presen-

tar su primera exposición

individual en el extranjero,

precisamente en México, un

conjunto de pinturas que ha

titulado Incursiones y para

las cuales se inspiró en un

tema recurrente: la destruc-

ción del medioambiente. “In-

tento mostrar una secuencia

de cómo ha sido, cómo es y

cómo podría ser. Uno de los

temas actuales más impor-

tantes es la destrucción del

medioambiente, por causa

de la naturaleza, pero más

aún por el mismo ser huma-

no. Todo es cambiante, nada

es eterno; destruimos y nos

autodestruimos”. Y no es ca-

sualidad que esta muestra se

exponga en uno de los países

que �igura en la lista de la

OMS de las diez naciones más

contaminadas del planeta.

También participará en las

muestras colectivas del fes-

tival Arte Puertas Abiertas

y Arte en Polanco.

A su regreso de México, la

siguiente exposición indivi-

dual de Sherman será en la

galería del Centro Cultural

Inca Garcilaso del Ministerio

de Relaciones Exteriores. El

tema será los mercados de

Lima. Sean comercios, ca-

sonas, vagabundos o algún

solitario gato, el sentimien-

to trasciende las mismas

pinturas, un estilo único

que Sherman nos regala en

cada trazo.

INVENCIONESDE LA FORMA

Sherman Hilton Meléndez (Lima, 1978) se especializó en dibujo y pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes. A lo

largo de su carrera ha participado en diversas exposiciones colectivas e individuales, como ‘Realidad espontánea’ (Corte Superior de Justicia del Cono Norte de Lima, 2005); ‘El ayer y hoy’ (Museo San Francisco, 2015); ‘Secuencias’ (galería Sérvulo Gutiérrez, 2014) y ‘Pasado, presente y futuro’ (galería Juan Pardo Heeren, 2016), entre otras.

SECUENCIA ARTÍSTICAbasura y decir: ‘Qué feo’. Pero

llevado al arte se puede con-

vertir en algo bello. Lo que

no existe en la vida real, en

la pintura es posible. Como

todo artista, reinterpreto la

realidad. En las artes plásti-

cas todo es posible”, explica.

MAESTRO VAN GOGHEntre las diversas voca-

ciones que ofrece el arte,

de niño Sherman siempre

soñó con ser músico o pin-

tor. Optó por lo segundo. En

sus ratos libres, también toca

la batería que lo acompaña

en su taller. Pero la mayor

parte de su tiempo lo dedica

a su pintura. En su forma-

ción como artista, cuenta

que le marcó el trabajo de

los pintores impresionistas,

aunque con�iesa que admira

a Van Gogh, su más grande

in�luencia: “Es un artista

fuera de serie, pintaba con

el alma, transmitía mucho

con su obra, cada trazo es

un lenguaje, es un verdadero

maestro”.

Cada artista posee una

técnica particular que lo

identi�ica. Una de las parti-

cularidades de Sherman Me-

léndez es su trabajo con la es-

pátula: “Le da más frescura

y carácter a mi obra. Siento

que puedo lograr más cosas

que con el pincel”.

El optimismo también lo

describe como artista. Cree

en un creciente interés por

la pintura que va más allá

del mercado comercial. “En

zonas de la periferia, como

Puente Piedra y Villa El

Salvador, hace diez años tú

Visiones. “Todo es posible en el arte”, opina Sherman Meléndez.

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Variedades El PeruanoCIUDAD4

Aquella noche de

�ines de julio de

1968, cuando

l leg a mos con

nuestras cosas

en un enorme camión de mu-

danzas al conjunto residen-

cial San Felipe, aquel bosque

de torres y edi�icios ilumi-

nados escrupulosamente

de cabo a rabo, obligó a mi

familia –tras ocupar el �la-

mante departamento de Los

Fresnos– a comprometerse

con el nuevo barrio. Luego

nos integramos a esa idea

de vivienda moderna donde

se conjugaba la vida privada

con la pública a través de sus

arquitecturas para, con ello,

lograr la integración social

y el sentido de comunidad.

Medio siglo después, ob-

servo la casa, los ascensores,

los jardines, la memoria de

mis padres, el retrato de mi

juventud. De�initivamente

soy otro, más viejo; San Feli-

pe, no obstante, sigue siendo

más joven que su memoria.

Veníamos de Surquillo –

barrio popular de operarios

y boxeadores– entre la sor-

presa del acomodo y el gla-

mur del pobre. A mi padre,

que era un librero de textos

poéticos, de pronto se le ha-

bía presentado la virgen con

el suceso de la venta masiva

de Cien años de soledad, el

libro de García Márquez que

había instalado a Macondo

en la sala de nuestro �laman-

te departamento.

Entonces tuve que cam-

Arquitecto y urbanista, Sharif Kahatt, en su libro Utopías construidas. Las unidades vecinales de Lima, elabora una teoría que

revela las dimensiones política, cultural, urbana y arquitectónica de los proyectos de las unidades vecinales de Lima desarrollados entre 1945 y 1975. Respecto a San Felipe, dice que es una prolongación a otra escala del modelo de las unidades vecinales. Sus habitantes viven entre alamedas, patios y plazoletas. Una ciudad para el peatón y todo lo necesario para la vida moderna al alcance de la mano. La conservación de San Felipe estimula la vida en comunidad, que constituye el fin último del proyecto.

VIDA EN COMUNIDAD

CEMENTO Y CORAZÓN

Desde hace cincuenta años la Residencial San Felipe es un modelo urbanístico paradigmático y funcional. Albergó a las nuevas clases medias de Lima y hoy es un hito de la arquitectura familiar.

TEXTO ELOY JÁUREGUI

biar de ropas, hablar sin

carajos y matricularme en

el Icpna para estudiar in-

glés, pero urgente. Y desde

esa vez me hizo falta tanto

tiempo para vivir. En la re-

sidencial San Felipe conocí

a mis mejores amigos, a las

muchachas más bellas de

mi existencia, a los placeres

más atrevidos en medio de

los sueños y los paraísos

arti�iciales. Y, de pronto,

se instaló la razón y ahí me

puse a cantar boleros.

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o. Viernes 9 de setiembre de 2016 5 CIUDAD

y lavadero. Teníamos, ade-

más, cuatro dormitorios y

dos baños amén del balcón

y los pasadizos. Al frente, un

inmenso jardín, y más allá, el

más grande, al que llamamos

‘el bosque’.

NUEVOS VECINOSCuando llegamos aquella no-

che fuimos de las primeras fa-

milias que se habían mudado

a San Felipe, así que conforme

pasaban los días, me convertí

en una suerte de guía para

los nuevos vecinos. Yo sabía

dónde quedaban las bodegas,

la iglesia, las botillerías, en

ese orden. A mis trece años

me vino la madurez de la

juventud, leí a Marx, escribí

poesía, me computé Teó�ilo

Cubillas, me enamoré de to-

das mis vecinas y me rozaba

con los árboles para creer que

ese lugar existía realmente.

Nosotros construimos la

iglesia y lo que quedó trunco

luego del golpe de Estado de

Velasco Alvarado. Ese 3 de

octubre de 1968, los vecinos

de la residencial enmudeci-

mos y nos arrebataron gran

parte de nuestra alegría. Sin

embargo, luego retornó la de-

mocracia y hemos sobrevi-

vido a Alan García y Alberto

Fujimori, lo que no es poca

cosa. Mientras, aunque sigan

faltando un complejo depor-

tivo, un cine y una biblioteca,

se ha logrado mantener la ne-

cesidad de vivir en barrio.

Aquí hemos construido un

tejido social de respetarse

y apreciarse entre vecinos.

Así, junto a Jesús Ruiz Du-

rand, José Carlos Huayhuaca,

Patricia Marín, Héctor Béjar,

Cherman Quino, Julio Pé-

rez, Edmundo Murrugarra,

Abraham Lama, Tomás Es-

cajadillo, Bruno Mendizábal,

Gianfranco Brero, Agustín

Haya de la Torre, Sinesio Ló-

pez Jiménez, Hugo Crespo y

Mariella Stuart, no he podido

ser más feliz.

“Yo sabía dón-de quedaban las bodegas, la iglesia, las bo-tillerías, en ese orden. A mis trece años me vino la madurez de la juventud”.

PLAN Y ESTRATAGEMALa idea de la residencial San

Felipe tenía de plan urbanís-

tico como de estratagema po-

lítica. El arquitecto Fernando

Belaunde Terry, apenas llegó

a la Presidencia de la Repúbli-

ca en 1963, recompuso la idea

de las unidades vecinales que

venía desde los gobiernos

de Odría y Prado y propuso

respuestas particulares en

la búsqueda del bienestar del

ciudadano moderno.

Lima, después del llama-

do “desborde popular y crisis

del Estado” a la manera del

maestro José Matos Mar, ne-

cesitaba reorientar la urbe

capitalina en medio del tejido

de crecimiento económico y

social del país. Lima siempre

fue una ciudad desarticula-

da y así se procuró construir

pequeñas ciudadelas como

respuesta a los retos de las

dimensiones política, cultu-

ral, urbana y arquitectónica

que habitaban en esa comple-

Visionario. El arquitecto Fernando Belaunde Terry impulsó, en su primer mandato, la construcción de la residencial San Felipe.

jidad cultural del Perú en su

proceso de modernización.

El conjunto se inauguró

en 1966, pero el proyecto

venía de antiguo. Dividido

en tres etapas, se constru-

yeron los 1,599 departamen-

tos en cinco estilos distintos.

Cuando le entregaron la llave

a mi madre, no le estaban ad-

judicando una casa sino un

futuro distinto. El nuestro

era un dúplex (dos pisos)

con sala, comedor, cocina

JHONY LAURENTE

ARCHIVO HISTÓRICO DEL DIARIO OFICIAL EL PERUANO

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6 TENDENCIAS VariedadesViernes 9 de setiembre de 2016. El Peruano

Esta tarde, saben

que no pueden

meter la pata o,

mejor dicho, la

pierna. Un error

les puede costar caro. Por

eso, cada jugada de hoy

debe ser perfecta. No es

una �inal de campeonato,

pero de ninguna manera

piensan en empates ni en

derrotas. La sudaron tanto

en los entrenamientos que

hoy solo quieren el triunfo.

La pelota corre por esta

cancha de ‘fútbol siete’. Un

pase por aquí, otro más

allá; una jugadora controla

el balón y, con el empeine,

lo lanza al terreno contra-

rio. Los ‘hurras’ animan la

jugada; la hinchada festeja

el primer ‘taquito’, una ‘hua-

chita’, un ‘sombrerito’. Una

La academia de fútbol femenino de Magdalena del Mar, en el coliseo Chamochumbi (Jr. Coman-dante Espinar N° 300), es la primera academia

distrital gratuita de esta disciplina. Pueden inscri-birse chicas desde los 14 años con solo mostrar el DNI. Las clases se dan todos los domingos a partir de las cuatro la tarde. Según el profesor Castro, quien está a cargo de la academia, tras dos o tres meses de entrenamiento, las futbolistas ya están preparadas para conseguir sus primeros triunfos.

DOMINGO DEPORTIVO

En esta parte del planeta, donde a diario se suele subestimar sus capacidades, las mujeres se ganan el respeto con su trabajo. Además, concitan la admiración de muchos al realizar el deporte en equipo más practicado en el mundo: el fútbol.

“Quiero ser campeona; soy perfeccionista y cuando juego me meto con todo. Quiero mejorar mi técnica y salir a competir”.

TEXTO HUGO GRÁNDEZ MORENO

GUERRERAS DEL BALÓN

atacante se acerca al área

chica y una central intenta

una ‘carretilla’. Y, como diría

un narrador de radio… ¡se

sienten pasos!

El balón se dirige al pun-

to de penal. La jugadora

más veloz ‘mata’ el balón

de pechito y dispara hacia

el arco. Las miradas siguen

la trayectoria de la redonda

y los corazones se aceleran

al límite. ¡Golazo! La tribuna

estalla. Mientras el árbitro

anota en su tarjeta el mar-

cador, en la cancha catorce

mujeres se alistan para con-

tinuar la batalla.

PITAZO INICIALEsta historia empieza los

domingos a las cuatro de la

tarde, cuando el profesor

Wilmer Castro, director

técnico formado en la Fe-

deración Peruana de Fútbol,

reúne a chicas desde los ca-

torce años para enseñarles

los secretos del ‘deporte rey’

en la primera academia dis-

trital de fútbol femenino.

Una de ellas es Lilian

Heredia, de 17 años, quien

practica el fútbol desde

los seis años solo porque

el profesor de su hermano

“era buena gente” y la deja-

ba jugar con los hombres.

“No había academia para

mujeres, por eso tuve que

aprender con los hombres.

Tampoco en mi colegio me

dejaban practicarlo porque

había muchos prejuicios”.

Ella, junto con Dayana,

Carmen, Lilian, Geraldine,

Jéssica, Roxana y otras jó-

venes más, llegan cada do-

mingo por la tarde al coliseo

Chamochumbi de la munici-

palidad de Magdalena del

Mar para aprender de fút-

bol valiéndose de balones,

conos, platos y escaleras

pedagógicas.

“Quiero ser campeona;

soy perfeccionista y cuan-

do juego me meto con todo.

Quiero mejorar mi técnica

en la academia de fútbol y

salir a competir y ganar todo

lo que se pueda”, dice emo-

cionada Jéssica Calderón,

estudiante de marketing y

publicidad de 18 años.

PELOTERASLos más de 17 campeonatos

logrados en diversas catego-

rías por la academia munici-

pal de fútbol de varones de

Magdalena ha animado a la

municipalidad a impulsar

también la formación de

mujeres en este deporte,

con la aspiración de lograr

buenos resultados en futu-

ros campeonatos, sostiene

el profesor Wilmer Castro,

jefe de la Unidad Técnica de

Fútbol de la comuna.

La rutina de los domin-

gos por la tarde se inicia

con ejercicios de calenta-

miento, muy necesarios

para un deporte de este

tipo. Le sigue el momento

principal, cuando se desa-

rrolla la técnica misma del

fútbol, con conceptos cla-

ves como la conducción del

balón y consejos para dar

un buen pase. Y se llega a la

parte �inal, al momento de la

aplicación, con el desarrollo

de una ‘pichanga’, durante la

cual se corrigen errores y se

a�inan estrategias.

Dice Geraldine Matos, es-

tudiante del cuarto año de

secundaria del colegio Mi-

guel Grau de Magdalena, que

durante los entrenamientos,

los hombres que pasan por

la cancha se quedan miran-

do la práctica de las chicas,

casi siempre asombrados

pues les parece raro ver a un

grupo de mujeres jugando

fútbol.

Pero ella y todas las chi-

cas de la academia se lo to-

man muy en serio. Y es que

en estos tiempos en que las

mujeres no se cansan de

demostrar que les sobra

capacidades, el fútbol feme-

nino da cuenta de una nueva

generación de deportistas.

La magia y la potencia en

sus pies las convierten en

las guerreras del balón.

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Variedades Viernes 9 de setiembre de 2016. El Peruano 7 EXPERIENCIAS

Cuando cumplió 65

años, a la profeso-

ra Teresa Ojeda sus

alumnos y colegas

del Callao la col-

maron de abrazos. Emocio-

nada por el volumen de los

afectos cultivados, ese día

supo también que el sistema

había programado su cese en

el servicio activo para el 15

de julio de este año.

Los días pasaron más

rápido que de costumbre, el

plazo llegó a su �inal y Teresa

pasó al retiro por imperio de

la ley. Los escolares del cole-

gio Fernando Belaunde Terry

del asentamiento humano

Daniel Alcides Carrión, en el

Callao, la extrañan a mares:

a pesar del contexto di�ícil

donde funciona el plantel

-una zona de alto riesgo a la

Sarita Colonia y que compar-

ten el territorio con cuatro

fábricas de harina y aceite

de pescado que despiden olo-

res fétidos. No hay lugar más

di�ícil para dictar una clase.

Por si fuera poco, por su

proximidad con el mar, en

el colegio todo el mundo

habla del silencio sísmico y

se preguntan qué pasaría si

ocurriese un maretazo. En

un reciente simulacro de sis-

mo y tsunami, la evacuación

hacia la avenida Gambetta

registró una demora de 30

minutos: nadie viviría para

contarlo.

Estudiar en estas condi-

ciones es todo un desa�ío; y

lograr resultados positivos

en una evaluación censal me-

rece una celebración. Teresa

lo reconoce íntimamente.

LECCIONES DE VIDACon silencio sísmico o sin él,

la profesora Ojeda ha cerrado

un capítulo feliz y comienza

su nueva etapa con una que

otra inquietud. La pensión

será más corta que su sueldo

como maestra en actividad,

así que ensaya mil y una fór-

mulas para alcanzar el �in de

mes con dignidad.

Hace veinte años, una

compensación por tiempo

de servicios alcanzaba para

comprar una casa pequeña o

un carro. Hoy el monto ha caí-

do con estrépito y, con suerte,

bordea los 5,000 soles.

Ante una maestra por

vocación, uno se anima a

formular las preguntas más

osadas y personales: ¿cómo

habría reaccionado usted

si alguno de sus hijos le hu-

biera dicho que quería ser

profesor? Teresa se toma su

tiempo, sonríe: “Estaría feliz

–observa con naturalidad–;

si la carrera llena su aspira-

ción, no me hubiera opuesto”.

Sin la premura de marcar

entrada antes de las 8:00 de

la mañana, Teresa sabe que

no se alejará del todo del ma-

gisterio. Será activista por

las mejoras remunerativas

para los maestros en activi-

dad y en retiro. Esas serán

sus próximas lecciones.

Ella está segura de que no

es el dinero lo que mueve al

mundo, sino la vocación por

hacer lo que a uno le satis-

face. Lo otro es una batalla

pendiente.

sombra de la cárcel Sarita

Colonia–, la profesora Ojeda

nunca �laqueó en la batalla de

llevar conocimiento a quie-

nes lo necesitaran.

La silenciosa tarea de

Teresa y sus colegas del

colegio Belaunde Terry ha

comenzado a dar sus frutos.

La evaluación censal de estu-

diantes que aplica cada año

el Ministerio de Educación

en las escuelas públicas les

ha deparado resultados ha-

lagüeños. Los estudiantes

han superado el promedio

nacional en comunicación

y matemática con un auspi-

cioso 51%, mientras que el

promedio nacional se sitúa

en 45%.

Ahora los ‘chalaquitos’

se ubican en el pelotón de

avanzada, cerca de sus pares

de Moquegua, Tacna y Lima

Metropolitana, según datos

de la Unidad de Medición de

la Calidad de los Aprendiza-

jes (UMC) del Ministerio de

Educación.

CARTAS MARCADASEn el barrio Daniel Alcides

Carrión, cinco de cada diez

padres de familia están pre-

sos, tres tienen problemas

con las drogas y los otros

dos luchan para librarse

del alcohol. A los chicos del

colegio Belaunde Terry les

han tocado las cartas marca-

das. No obstante el estigma,

lograr que los estudiantes

aprueben en comunicación

y matemática es como ganar

una medalla olímpica.

Eduardo Huamán, direc-

tor del plantel; Teresa Ojeda y

sus colegas están felices por

un logro que, al menos por un

momento, les hace olvidar

que son vecinos del penal de

En el asentamiento humano Daniel Alcides Carrión, la profesora Ojeda ha dejado una lec-ción que trasciende los linderos del aula. Para sus alumnos, aprobar la evaluación censal de comunicación y matemáticas es como ganar una medalla olímpica.

TEXTO RICHARD CAMPOS

LECCIONES DE TERESA

No obstante el estigma, lograr que los estudiantes aprueben en comunicación y matemática es comoganar una medalla olímpica.

Maestra. Teresa Ojeda y sus colegas de la institución educativa Fernando Belaunde. Encomiable labor en favor de los niños del Callao.

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8 Viernes 9 de setiembre de 2016

El Peruano

PERSISTIR CON LA PALABRA

Al igual que otros artistas que luchan por mantener con dignidad su independencia, Jorge Luis Chamorro evita el encasillamiento. Videasta, gestor cultural, comunicador y narrador, en estos días presenta su nuevo libro, un poemario de aires nostálgicos y reflexivos.

TEXTO FIDEL GUTIÉRREZ M.

Esta es la historia de

un poemario recién

nacido, engendra-

do a lo largo de los

últimos cinco años,

pero dado a luz gracias a un

impulso poético. Es la historia

de La disciplina del silencio, el

sexto libro de su padre, Jorge

Luis Chamorro, una que es-

tuvo a punto de no ocurrir,

pero que �inalmente tuvo un

punto de partida gracias al

inconsciente empujón que le

dio uno de nuestros mayores

poetas vivos.

“Ya tenía listo un libro de

cuentos, además de una nou-velle –señala el autor–, pero un

mensaje de correo que recibí

de Enrique Verástegui cambió

el curso de todo”.

Jorge Luis había entre-

gado uno de sus libros al

autor de En los extramuros del mundo hace tanto tiem-

po que ya casi ni recordaba

haberlo hecho, cuando, de

pronto, recibió un mensaje

suyo. “Me sacó de cuadro,

porque cuando me acerqué

a él, lo sentí muy hermético”,

recuerda. El texto contribuía

a la duda. “Me decía que lo

fuera a ver a su casa y que le

llevara un pie de manzana.

Parecía una broma”.

Conversar con Verástegui

animaría a Chamorro a incli-

90 no trató de contrarrestar

la oscuridad amenazante de

los apagones utilizando esos

objetos? La segunda mitad

–‘Con el ruido del refrige-

rador de fondo’– re�leja al

autor convertido en un artis-

ta que, en el último poema,

recuerda su vida de niño con

una foto de un ‘Volkswagen

naranja’, que vuelve a con-

ducirlo a esos momentos en

que era un cachorro dentro

de una manada de hienas

salvajes.

MÚSICA Y LETRASAdemás de por sus libros, Cha-

morro es conocido en los pre-

dios culturales capitalinos por

sus trabajos en video, varios

de ellos vinculados a la músi-

ca, especí�icamente al rock,

con documentales sobre la

escena local y videoclips para

grupos como Voz Propia y Los

Protones. Que no sorprenda,

pues, que la presentación de

La disciplina del silencio, hecha

en diversos puntos de encuen-

tro literario y –cómo no– en

un par de bares, incluya un

complemento musical, a ma-

nera de acompañamiento de la

lectura de los poemas. Este ha

corrido a cargo de Sarah Ellen

Altamirano, guitarrista de la

desaparecida banda roquera

Valium. Luego de hacerlo en

Lima, ambos harán lo propio

el 24 de setiembre en Trujillo.

Presentar de esta mane-

ra sus poemas supone para

Chamorro “una experiencia

distinta a la que se puede te-

ner con un libro de cuentos

o una novela, en que el único

indicador de que el libro tiene

buena salud son los comenta-

rio y reseñas”.

“En cambio, cuando te me-

tes a un proyecto poético que

tiene algo más, como la música

en este caso, hay una retroa-

limentación, una cuestión

tangente, que da reacciones

inmediatas”, señala el autor,

quien cita como inspiración

de estas propuestas al recor-

dado José Watanabe. “Cuando

él estaba haciendo un disco con

Rafo Ráez, me dijo, ‘Jorge, la

poesía tiene que ir por otro

lado’; y a esa conclusión he lle-

gado también: estos tiempos le

reclaman al artista algo más”.

El texto contribuía a la duda. “Me decía que lo fuera a ver a su casa y que le llevara un pie de manzana. Parecía una broma”.

narse por publicar un libro

dedicado por completo a la

poesía. “Jorge Eslava ya lo

había revisado, pero fue En-

rique quien me dijo que tenía

que sacarlo de una vez”, re-

cuerda el autor. “La disciplina del silencio es […] entrar en el

universo de los bares desea-

dos, donde todo es oscuro y

claro, como las letras de un

bloc interminable”, escribe el

veterano poeta en el prólogo

del poemario. En él describe

el espíritu que habita en poe-

mas como ‘Bar’, celebración

escrita de esos puntos en el

mapa en los que “no se aho-

gan las penas / sino emergen

los recuerdos y / se fabrican

experiencias, sueños”.

INTENCIÓN POÉTICAEl libro se divide en dos par-

tes: aquella a la que pertene-

ce el escrito antes mentado,

“se re�iere al momento de

aprendizaje del poeta en me-

dio de los años de violencia

en los que crecimos y en

aquellos en los que se dio la

resaca de esa violencia”, ex-

plica Chamorro. Que el título

de esa porción de La discipli-na del silencio sea ‘Vela en

la botella’ gra�ica efectiva-

mente esa intencionalidad,

pues ¿quién que creció en

los años 80 y los tempranos

Andares. “El creador necesita enriquecer la forma en que presenta su propuesta”, opina Luis Chamorro. De esa urgencia parte la experiencia de darle música a la poesía.