El duelo

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El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.). Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida, el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo de la historia. En la actualidad se encuentra en discusión el tema de si otras especies también tienen sentimientos de duelo como los seres humanos, y en algunas de ellas se han observado comportamientos peculiares ante la muerte de sus congéneres. Otras definiciones El duelo es la pérdida de una persona, animal, objeto o evento significativo. Se trata de una reacción principalmente emocional y comportamental en forma de sufrimiento y aflicción, cuando el vínculo afectivo se rompe. 2 Duelo es el nombre del proceso psicológico , pero hay que tener en cuenta que este proceso no se limita a tener componentes emocionales, sino que también los hay fisiológicos y sociales. La intensidad y la duración de este proceso y de sus correlatos serán proporcionales a la dimensión y al significado de la pérdida. Sigmund Freud definió el duelo como “la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción equivalente”. En el duelo, el sujeto ha experimentado una pérdida real del objeto, y en el proceso, que se prolonga un tiempo necesario para la elaboración de esta pérdida, éste pierde el interés por el mundo exterior, sustrayendo la libido de todo objeto que no remita al objeto perdido. [editar ]Elaboración del duelo Por elaboración del duelo se entiende el transcurso del proceso desde que la pérdida se produce hasta que se supera. Esta elaboración puede comenzar antes de la pérdida, en el caso de que ésta se pueda prever con cierta antelación. En relación con la elaboración previa o duelo anticipatorio, existe el preduelo , si bien son conceptos diferentes. [editar ]Determinantes en la elaboración del duelo Algunos determinantes que influyen en la elaboración del duelo en caso de muerte son los siguientes: el tipo de relación afectiva con el fallecido duración de la enfermedad mortal y la agonía, en caso de existir

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Page 1: El duelo

El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.). Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida, el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo de la historia. En la actualidad se encuentra en discusión el tema de si otras especies también tienen sentimientos de duelo como los seres humanos, y en algunas de ellas se han observado comportamientos peculiares ante la muerte de sus congéneres.

Otras definiciones

El duelo es la pérdida de una persona, animal, objeto o evento significativo. Se trata de una

reacción principalmente emocional y comportamentalen forma de sufrimiento y aflicción, cuando el

vínculo afectivo se rompe.2

Duelo es el nombre del proceso psicológico, pero hay que tener en cuenta que este proceso no se

limita a tener componentes emocionales, sino que también los hay fisiológicos y sociales. La

intensidad y la duración de este proceso y de sus correlatos serán proporcionales a la dimensión y

al significado de la pérdida. Sigmund Freud definió el duelo como “la reacción frente a la pérdida de

una persona amada o de una abstracción equivalente”.

En el duelo, el sujeto ha experimentado una pérdida real del objeto, y en el proceso, que se

prolonga un tiempo necesario para la elaboración de esta pérdida, éste pierde el interés por el

mundo exterior, sustrayendo la libido de todo objeto que no remita al objeto perdido.

[editar]Elaboración del duelo

Por elaboración del duelo se entiende el transcurso del proceso desde que la pérdida se produce

hasta que se supera. Esta elaboración puede comenzar antes de la pérdida, en el caso de que ésta

se pueda prever con cierta antelación.

En relación con la elaboración previa o duelo anticipatorio, existe el preduelo, si bien son conceptos

diferentes.

[editar]Determinantes en la elaboración del duelo

Algunos determinantes que influyen en la elaboración del duelo en caso de muerte son los

siguientes:

el tipo de relación afectiva con el fallecido

duración de la enfermedad mortal y la agonía, en caso de existir

grado de parentesco

carácter de la muerte

aspecto del cadáver

grado de dependencia

sexo del superviviente

soporte social, redes sociales

ideas religiosas o filosóficas o espirituales

presencia o no de otras experiencias de duelo

Page 2: El duelo

A esto habría que añadir el factor cultural y social, que puede hacer que la elaboración del duelo

difiera mucho, si bien no deja de ser fundamental el tipo de vínculo y el apego que el deudo tenía

con el ser fallecido. Otro factor a considerar es la presencia de terceros a los que la pérdida les

afecte, con lo que se puede dar un duelo solidario.

[editar]Ayuda profesional

En los casos en los que cueste superar la elaboración del duelo, éste puede convertirse en un

problema e incluso en lo que los psicoterapeutas llaman duelo patológico. Si esto sucede o antes

de que suceda, conviene acudir a un profesional de la salud emocional

(psicólogo o psiquiatra o tanatólogo), para que dé las indicaciones.

[editar]Manifestaciones externas del duelo

La manifestación externa del duelo es el luto, que es su expresión más o menos formalizada y

cultural. El duelo psicológico tiene en el luto su correlato más social.

El duelo también se puede exteriorizar con llantos, rabia, ataques violentos y un buen número de

reacciones, todas ellas consideradas "normales" en esos momentos. Hay que tener en cuenta que

los especialistas reconocen que para una buena elaboración y superación del duelo no es

aconsejable querer huir de esas sensaciones de dolor, pues no se pueden enfrentar si no se

sienten. Lo contrario es la negación de la pérdida, lo que llevaría a comportamientos

desadaptativos.

[editar]Etapas del duelo individual

Se describen 3 fases (Lindenmann, Brown, Schulz):[cita requerida]

1. Fase inicial o de evitación: Reacción normal y terapéutica, surge como defensa y perdura hasta

que el Yo consiga asimilar gradualmente el golpe. Shock e incredulidad, incluso negación, que dura

horas, semanas o meses. Sentimiento arrollador de tristeza, el cual se expresa con llanto

frecuente. Inicia el proceso de duelo (el poder ver el cuerpo), y lo que oficializa la realidad de la

muerte es el entierro o funeral, que cumple varias funciones, entre ellas la de separar al muerto de

los vivos.

2. Fase aguda de duelo: Dolor por la separación, desinterés por el mundo, preocupación por la

imagen del muerto, incluso seudoalucinaciones, la rabia emerge y suscita angustia. Trabajo

penoso de deshacer los lazos que continúan el vínculo con el ser amado y reconocer la

ambivalencia de toda relación; todas las actividades del doliente pierden significado en esta fase.

Va disminuyendo con el tiempo, pero pueden repetirse en ocasiones como los aniversarios y puede

durar 6 meses o más.

3. Resolución del duelo: Fase final, gradual reconexión con vida diaria, estabilización de altibajos

de etapa anterior. Los recuerdos del ser desaparecido traen sentimientos cariñosos, mezclados

con tristeza, en lugar del dolor agudo y la nostalgia.

Se describen 4 tareas para completar el duelo:

Aceptar la realidad de la pérdida.

Experimentar la realidad de la pérdida.

Page 3: El duelo

Sentir el dolor y todas sus emociones.

Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió, aprender a vivir en su ausencia,

tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas situaciones o

relaciones.

También se pueden encontrar otras fases del duelo pues por discrepancia de autores se tiene

entre 3 o 4 fases.

[editar]Tipología del duelo

El duelo no es una enfermedad, aunque puede llegar a serlo si su elaboración no es correcta.

Diferentes autores han dado diferentes tipologías de duelo, si bien se carece de una tipología

comúnmente aceptada por todos. Se ha hablado, por ejemplo, de duelos complicados, crónicos,

congelados, exagerados, reprimidos, enmascarados, psicóticos... y una larga lista.

1. Duelo bloqueado: Ocurre una negación a la realidad de la pérdida, donde hay una evitación del

trabajo de duelo, y un bloqueo emocional-cognitivo que se manifiesta a través de conductas,

percepciones ilusorias, síntomas somáticos o mentales o relacionales.

2. Duelo complicado: Síntomas o conductas de riesgo sostenidas en el tiempo y de intensidad

riesgosas para la salud dentro de un contexto de pérdida.

3. Duelo patológico: La persistencia o intensidad de los síntomas ha llevado a alguno o varios de

los miembros de la familia a detener la vida laboral, social, académica, orgánica.

[editar]Significado de la pérdida para los profesionales de la salud

Para cuidar a los pacientes agonizantes, el profesional de la salud debe aceptar y reconocer su

propia mortalidad y examinar el significado personal de muerte.

Se realizó un estudio reciente de investigación con el fin de determinar los métodos que utilizan las

enfermeras para ayudarse en su trabajo de duelo. A partir de los resultados, se informó que la red

informal de apoyo de grupos de iguales era muy importante a la hora de ayudar a las enfermeras a

experimentar un duelo eficaz. El estrés relacionado con el contacto prolongado con un cliente

agonizante o su familia debe ser enfocado durante el tiempo efectivo del cuidado y después de la

muerte. Las relaciones de apoyo entre colegas y profesionales de la salud son importantes para la

provisión de cuidados emocionales y físicos al cliente enfermo terminal y a la familia. Las

enfermeras también se valen de estrategias reductoras del estrés. Ejemplos de tales estrategias

comprenden el mantenimiento de hábitos adecuados de salud, el ejercicio regular y las actividades

recreativas. El uso de un albúm de recortes con cartas a clientes que han muerto en las que

el cuidador comparte sus pensamientos y sentimientos respecto a la importancia de la vida del

cliente es otra manera de conservar recuerdos y facilitar la resolución del duelo.

[editar]Véase también

comunicación después de la muerte inducida

documento de voluntades anticipadas

EMDR

eutanasia

Page 4: El duelo

modelo de Kübler-Ross

psicoterapia

tanatología

[editar]Referencias

1. ↑  Marc Bekoff, sobre la conciencia animal

2. ↑  Navarro Serer, Mariano (2006). «La muerte y el duelo como experiencia vital: acompañando el

proceso de morir.». Información psicológica (88). ISSN 0214-347 X - D.L. V-841-1983. pág. 17

[editar]Bibliografía

Alizade, A. M. (1996). Clínica con la muerte. Buenos Aires: Amorrortu.

Bayés, R. (2001). Psicología del sufrimiento y de la muerte. Barcelona: Martínez Roca.

Gómez Sancho, M. (2004). La pérdida de un ser querido. El duelo y el luto. Madrid: Arán

ediciones.

Navarro Serer, M. (2006). La muerte y el duelo como experiencia vital: acompañando el

proceso de morir. Información Psicológica, (88). ISSN 0214-347 X - D.L. V-841-1983. p. 17.

http://es.wikipedia.org/wiki/Duelo_(psicolog%C3%ADa)

fin

Si has perdido a un ser querido, es posible que pases por todo tipo de emociones. Es probable

que estés triste, preocupado o asustado. Tal vez no estés preparado, estés impresionado o

confundido. Puedes sentirte enojado, engañado, aliviado, culpable, exhausto o simplemente

vacío. Tus emociones pueden ser más intensas o más profundas que lo habitual, o estar

entremezcladas de una manera que nunca habías experimentado.

A algunas personas les cuesta concentrarse, estudiar o comer cuando están atravesando una

etapa de duelo. Otras pierden el interés por actividades que solían disfrutar. Algunos se

enfrascan en juegos de computación o beben o comen en exceso. Y otras personas se sienten

adormecidas, como si nada hubiese ocurrido.

Todas estas emociones son reacciones naturales frente a la muerte.

¿Qué es el duelo?

El duelo es la reacción emocional, física y espiritual en respuesta a la muerte o una pérdida. Las

personas que están de duelo pueden experimentar los siguientes cambios:

Sienten emociones fuertes, como la tristeza y la ira

Page 5: El duelo

Tienen reacciones físicas, como falta de sueño o sensación de náusea

Tienen reacciones espirituales frente a la muerte. Por ejemplo, algunas personas se

cuestionan sus creencias y se sienten muy decepcionadas de su religión mientras que otras

descubren que su fe es más fuerte que nunca

El duelo no siempre se relaciona con la muerte.

Existen muchos tipos de pérdidas y no todas tienen que ver con la muerte. Una persona también

puede hacer duelo tras la ruptura de una relación íntima o después de que uno de los padres, un

hermano o un amigo se muda.

El proceso de duelo lleva tiempo y las heridas se sanan gradualmente. La intensidad del duelo

puede depender de si la pérdida fue inesperada y repentina, y de la relación que tenías con la

persona que falleció.

Algunas personas escriben sobre el duelo y aseguran que se da en etapas, pero en realidad se

suele sentir como "oleadas" o ciclos de dolor que van y vienen según lo que estás haciendo y si

existen elementos que te hagan recordar a la persona que murió.

Si perdiste a un familiar cercano, como un padre o un hermano, es posible que sientas que te

robaron el tiempo que deseabas pasar con esa persona. También puede resultar difícil expresar

tu propia aflicción cuando los demás integrantes de tu familia también están afligidos.

Algunas personas pueden esconder su propia aflicción o evitar hablar de la persona que falleció,

porque tienen miedo de entristecer a un padre o a otro integrante de la familia. También es

natural sentirse culpable por una discusión pasada o una relación compleja con la persona que

murió.

No siempre el duelo se debe a la muerte de una persona. La muerte de una mascota puede

provocar fuertes sentimientos de aflicción. Algunas personas se sorprenden por lo dolorosa que

puede llegar a ser esta pérdida. Pero los lazos de amor que compartimos con las mascotas son

reales y los sentimientos de pérdida y dolor que tenemos cuando mueren también lo son.

Todos estos sentimientos y reacciones son normales. Pero ¿qué puede hacer una persona para

superarlos? ¿Cuánto dura el duelo? ¿Alguna vez todo volverá a la normalidad? ¿Y cómo vas a

seguir adelante sin la persona que falleció?

Enfrentar el duelo

Page 6: El duelo

Así como la gente siente el duelo de muchas maneras diferentes, también lo maneja de manera

diferente.

Algunas personas buscan el apoyo de otras y encuentran alivio en los buenos recuerdos. Otras

tratan de mantenerse ocupadas para alejar su mente de la pérdida. Algunas personas se

deprimen y se alejan de sus amigos o evitan los lugares o situaciones que les recuerdan a la

persona fallecida.

A algunas personas, las puede ayudar hablar con otros de su pérdida. Algunas lo hacen natural y

fácilmente con amigos y familiares; otras hablan con un terapeuta profesional.

Algunas personas quizás no sientan ganas de hablar mucho del tema, porque les cuesta

encontrar palabras para expresar una emoción tan profunda y personal, o se preguntan si hablar

les hará sentir más dolor. Esto está bien, siempre y cuando encuentres otras maneras de hacer

frente a tu dolor.

En algunos casos, la gente canaliza su dolor involucrándose en actividades peligrosas y

autodestructivas. Hacer cosas como beber, drogarse o cortarse el cuerpo para escapar de la

realidad de una pérdida puede aplacar el dolor, pero la sensación es únicamente temporal. La

persona no está realmente enfrentando el dolor; simplemente lo está enmascarando, lo que

hace que esos sentimientos se acumulen en el interior, prolongando el duelo.

Si el dolor parece empeorar, si sientes deseos de lastimarte a ti mismo o tienes pensamientos

suicidas, habla con alguien en quien confíes y dile cómo te sientes.

Qué esperar

Puede parecer imposible recuperarse después de perder a un ser querido. Pero la aflicción

mejora gradualmente y se vuelve menos intensa con el tiempo. Tal vez, saber algunas de las

cosas que puedes esperar durante el proceso de duelo pueda ayudarte a superar el dolor.

Los primeros días después de la muerte de una persona pueden ser intensos, la gente puede

expresar emociones fuertes, tal vez llorar o consolarse mutuamente y reunirse para expresar su

apoyo y sus condolencias a quienes se ven más afectados por la pérdida. Es normal que sientas

que "te estás volviendo loco" y que sientas mucha ansiedad, pánico, tristeza e impotencia.

Algunas personas dicen tener una sensación de "irrealidad", como si estuviesen mirando el

mundo desde un lugar lejano. Otras se sienten malhumoradas, irritables y con resentimiento.

Page 7: El duelo

La familia y los amigos suelen participar en rituales que pueden ser parte de su religión, su

cultura, su comunidad o de sus tradiciones familiares (como servicios religiosos, velorios o

funerales). Estas actividades pueden ayudar a la gente a superar los primeros días posteriores a

la muerte y a honrar a la persona que murió. La gente puede pasar algún tiempo reunida

conversando y compartiendo recuerdos de la persona que falleció. Esto puede extenderse por

días o semanas después de la pérdida y los amigos y la familia traen alimentos, envían tarjetas o

pasan a visitarte.

Muchas veces, la gente muestra sus emociones en este período. Pero, en ocasiones, una persona

puede estar tan sorprendida o superada por la muerte que no demuestra las emociones en

forma inmediata, aun cuando la pérdida sea muy terrible. No es nada raro ver a las personas

sonriendo y hablando con otras en un funeral, como si nada triste hubiese ocurrido. Pero estar

junto a otras personas que atraviesan el duelo puede brindar cierto alivio y recordarnos que

algunas cosas continuarán igual que antes.

En algunos casos, cuando terminan los rituales asociados con el duelo, la gente puede sentir que

deberían haber "superado" la pérdida porque todo parece haber vuelto a la normalidad. Cuando

la gente que está de duelo regresa a sus actividades normales, puede resultarle difícil entregarse

de lleno a las tareas de todos los días. Muchas personas vuelven a realizar sus tareas normales

después de unos pocos días o de una semana. Pero si bien es posible que no hablen tanto de su

pérdida, el proceso de duelo continúa.

Es natural continuar teniendo sentimientos y preguntas durante un tiempo después de la muerte

de una persona. También es natural comenzar a sentirse un poco mejor. Depende mucho de la

manera en que la pérdida afecte tu vida. Está bien estar afligido durante días, semanas, o

incluso más tiempo, según cuán cercana era la persona fallecida.

No importa cómo elijas pasar tu duelo, no existe una manera correcta de hacerlo. El proceso de

duelo es gradual y dura más en algunas personas que en otras. Puede haber momentos en los

que pienses que nunca disfrutarás de la vida de la misma manera, pero ésta es una reacción

natural después de una pérdida.

Cuidarte a ti mismo

La pérdida de un ser querido puede ser estresante. Cuidarte a ti mismo en cosas pequeñas, pero

importantes, puede ayudarte a enfrentarla. Aquí hay algunas cosas que quizás te ayuden:

Page 8: El duelo

Recuerda que la aflicción es una emoción normal. Debes saber que la aflicción puede

desaparecer (y va a desaparecer)

Participa en los rituales. Los servicios religiosos, los funerales y otras tradiciones ayudan a

la gente a superar los primeros días y a honrar a la persona que falleció.

Reúnete con otros. Incluso las reuniones informales de familiares y amigos brindan una

sensación de apoyo y ayudan a la gente a no sentirse tan aislada durante los primeros días y

semanas del duelo.

Cuando puedas, habla de ello. A algunas personas les ayuda contar la historia de su

pérdida o hablar de sus sentimientos. En ocasiones, una persona no tiene deseos de hablar.

Eso también está bien. Nadie debe sentirse presionado a hablar.

Exprésate. Aun cuando no sientas deseos de hablar, encuentra maneras de expresar tus

emociones y tus pensamientos. Comienza a escribir un diario sobre los recuerdos que tienes

de la persona que perdiste y de cómo te sientes desde la pérdida. O escribe una canción, un

poema o un tributo a la persona que falleció. Puedes hacerlo de manera privada o compartirlo

con otros.

Haz ejercicio. El ejercicio puede cambiar tu humor. Puede resultar difícil sentirse motivado;

por lo tanto, modifica tu rutina normal si es necesario.

Aliméntate bien. Seguramente tengas deseos de saltear comidas o quizá no tengas

hambre, pero tu cuerpo necesita comida nutritiva.

Únete a un grupo de apoyo. Si consideras que puede interesarte concurrir a un grupo de

apoyo, pregúntale a un adulto o a un consejero escolar cómo unirte a uno. Lo que debes

recordar es que no tienes por qué estar sólo con tus sentimientos o tu dolor.

Expresa y libera tus emociones. Si tienes deseos de llorar, no te reprimas. No te

preocupes si escuchar determinadas canciones o realizar algunas actividades resulta doloroso

porque te trae recuerdos de la persona que perdiste. Esto es normal. Después de un tiempo,

será menos doloroso.

Crea un memorial o un tributo. Planta un árbol o una planta, o recuerda a la persona con

algo saludable, como participar en una maratón o caminata a beneficio (por ejemplo, una

carrera por el cáncer de mama) en honor del ser amado.

Conseguir ayuda para un duelo intenso

Page 9: El duelo

Si tu dolor no disminuye después de un tiempo de la muerte del ser amado, es posible que

desees recibir ayuda. Si el duelo se transformó en depresión, es muy importante que se lo digas

a alguien.

¿Cómo saber si el duelo está durando demasiado tiempo? Éstas son algunas de las señales:

Has estado de duelo durante 4 meses o más y no te sientes mejor.

Te sientes deprimido.

Tu dolor es tan intenso que sientes que no puedes continuar con tus actividades habituales.

Tu dolor está afectando tu capacidad para concentrarte, dormir, comer o socializar como lo

hacías normalmente.

Sientes que no puedes continuar viviendo después de la pérdida, o piensas en el suicidio, la

muerte o en lastimarte a ti mismo.

En cierta medida, es natural que una pérdida haga que las personas piensen en la muerte. Pero

si la pérdida ha hecho que pienses en el suicidio o en lastimarte a ti mismo de alguna manera, o

si sientes que no puedes continuar viviendo después de tu pérdida, es importante que se lo

digas a alguien de inmediato.

La ayuda de un terapeuta profesional puede serte útil, porque te permite hablar de tu pérdida y

expresar sentimientos intensos. Muchos consejeros se especializan en trabajar con adolescentes

que están luchando contra la pérdida de un ser querido y la depresión. Si te gustaría hablar con

un terapeuta y no estás seguro por dónde empezar, pregúntale a un adulto o a un consejero

escolar. Tu médico también puede recomendarte a alguien.

¿Alguna vez lo superaré?

Los amigos y familiares bien intencionados pueden decirle a una persona que está de duelo que

necesita "seguir adelante" después de una pérdida. Lamentablemente, este tipo de consejo

puede hacer que las personas duden en hablar de su dolor o que sientan que están haciendo un

mal duelo o uno demasiado prolongado, o que no son normales. Es útil recordar que el proceso

de duelo es sumamente personal e individual: no existe una manera correcta o incorrecta de

hacer duelo. Cada persona necesita su propio tiempo para encontrar alivio.

Page 10: El duelo

Sin embargo, es importante que las personas que están atravesando un duelo no pierdan las

ganas de vivir. Si no te gusta la idea de seguir adelante, tal vez la idea de "continuar" te parezca

más adecuada. A veces, puede ayudarte recordarte a ti mismo continuar haciendo todo lo que

puedas por el momento. Permítete estar triste e intenta no escaparte de tus emociones. Pero

continúa haciendo cosas que normalmente harías, como estar con amigos, ocuparte de tu

mascota, practicar ejercicio o hacer tus tareas escolares.

Seguir adelante y aliviar la aflicción del duelo no significa olvidarse de la persona que has

perdido. Volver a disfrutar de la vida no significa dejar de extrañar a esa persona. Y cuánto

tiempo pasará hasta que comiences a sentirte mejor no es una medida de cuánto amabas a esa

persona. Con el tiempo, gracias al cariñoso apoyo de la familia y los amigos, y a tus propias

acciones positivas, descubrirás maneras de enfrentar hasta la peor de las pérdidas.

Revisado por: D'Arcy Lyness, PhD

Fecha de revisión: julio de 2010

Si has perdido a un ser querido, es posible que pases por todo tipo de emociones. Es probable

que estés triste, preocupado o asustado. Tal vez no estés preparado, estés impresionado o

confundido. Puedes sentirte enojado, engañado, aliviado, culpable, exhausto o simplemente

vacío. Tus emociones pueden ser más intensas o más profundas que lo habitual, o estar

entremezcladas de una manera que nunca habías experimentado.

A algunas personas les cuesta concentrarse, estudiar o comer cuando están atravesando una

etapa de duelo. Otras pierden el interés por actividades que solían disfrutar. Algunos se

enfrascan en juegos de computación o beben o comen en exceso. Y otras personas se sienten

adormecidas, como si nada hubiese ocurrido.

Todas estas emociones son reacciones naturales frente a la muerte.

¿Qué es el duelo?

El duelo es la reacción emocional, física y espiritual en respuesta a la muerte o una pérdida. Las

personas que están de duelo pueden experimentar los siguientes cambios:

Sienten emociones fuertes, como la tristeza y la ira

Tienen reacciones físicas, como falta de sueño o sensación de náusea

Tienen reacciones espirituales frente a la muerte. Por ejemplo, algunas personas se

cuestionan sus creencias y se sienten muy decepcionadas de su religión mientras que otras

descubren que su fe es más fuerte que nunca

Page 11: El duelo

El duelo no siempre se relaciona con la muerte.

Existen muchos tipos de pérdidas y no todas tienen que ver con la muerte. Una persona también

puede hacer duelo tras la ruptura de una relación íntima o después de que uno de los padres, un

hermano o un amigo se muda.

El proceso de duelo lleva tiempo y las heridas se sanan gradualmente. La intensidad del duelo

puede depender de si la pérdida fue inesperada y repentina, y de la relación que tenías con la

persona que falleció.

Algunas personas escriben sobre el duelo y aseguran que se da en etapas, pero en realidad se

suele sentir como "oleadas" o ciclos de dolor que van y vienen según lo que estás haciendo y si

existen elementos que te hagan recordar a la persona que murió.

Si perdiste a un familiar cercano, como un padre o un hermano, es posible que sientas que te

robaron el tiempo que deseabas pasar con esa persona. También puede resultar difícil expresar

tu propia aflicción cuando los demás integrantes de tu familia también están afligidos.

Algunas personas pueden esconder su propia aflicción o evitar hablar de la persona que falleció,

porque tienen miedo de entristecer a un padre o a otro integrante de la familia. También es

natural sentirse culpable por una discusión pasada o una relación compleja con la persona que

murió.

No siempre el duelo se debe a la muerte de una persona. La muerte de una mascota puede

provocar fuertes sentimientos de aflicción. Algunas personas se sorprenden por lo dolorosa que

puede llegar a ser esta pérdida. Pero los lazos de amor que compartimos con las mascotas son

reales y los sentimientos de pérdida y dolor que tenemos cuando mueren también lo son.

Todos estos sentimientos y reacciones son normales. Pero ¿qué puede hacer una persona para

superarlos? ¿Cuánto dura el duelo? ¿Alguna vez todo volverá a la normalidad? ¿Y cómo vas a

seguir adelante sin la persona que falleció?

Enfrentar el duelo

Así como la gente siente el duelo de muchas maneras diferentes, también lo maneja de manera

diferente.

Page 12: El duelo

Algunas personas buscan el apoyo de otras y encuentran alivio en los buenos recuerdos. Otras

tratan de mantenerse ocupadas para alejar su mente de la pérdida. Algunas personas se

deprimen y se alejan de sus amigos o evitan los lugares o situaciones que les recuerdan a la

persona fallecida.

A algunas personas, las puede ayudar hablar con otros de su pérdida. Algunas lo hacen natural y

fácilmente con amigos y familiares; otras hablan con un terapeuta profesional.

Algunas personas quizás no sientan ganas de hablar mucho del tema, porque les cuesta

encontrar palabras para expresar una emoción tan profunda y personal, o se preguntan si hablar

les hará sentir más dolor. Esto está bien, siempre y cuando encuentres otras maneras de hacer

frente a tu dolor.

En algunos casos, la gente canaliza su dolor involucrándose en actividades peligrosas y

autodestructivas. Hacer cosas como beber, drogarse o cortarse el cuerpo para escapar de la

realidad de una pérdida puede aplacar el dolor, pero la sensación es únicamente temporal. La

persona no está realmente enfrentando el dolor; simplemente lo está enmascarando, lo que

hace que esos sentimientos se acumulen en el interior, prolongando el duelo.

Si el dolor parece empeorar, si sientes deseos de lastimarte a ti mismo o tienes pensamientos

suicidas, habla con alguien en quien confíes y dile cómo te sientes.

Qué esperar

Puede parecer imposible recuperarse después de perder a un ser querido. Pero la aflicción

mejora gradualmente y se vuelve menos intensa con el tiempo. Tal vez, saber algunas de las

cosas que puedes esperar durante el proceso de duelo pueda ayudarte a superar el dolor.

Los primeros días después de la muerte de una persona pueden ser intensos, la gente puede

expresar emociones fuertes, tal vez llorar o consolarse mutuamente y reunirse para expresar su

apoyo y sus condolencias a quienes se ven más afectados por la pérdida. Es normal que sientas

que "te estás volviendo loco" y que sientas mucha ansiedad, pánico, tristeza e impotencia.

Algunas personas dicen tener una sensación de "irrealidad", como si estuviesen mirando el

mundo desde un lugar lejano. Otras se sienten malhumoradas, irritables y con resentimiento.

La familia y los amigos suelen participar en rituales que pueden ser parte de su religión, su

cultura, su comunidad o de sus tradiciones familiares (como servicios religiosos, velorios o

funerales). Estas actividades pueden ayudar a la gente a superar los primeros días posteriores a

Page 13: El duelo

la muerte y a honrar a la persona que murió. La gente puede pasar algún tiempo reunida

conversando y compartiendo recuerdos de la persona que falleció. Esto puede extenderse por

días o semanas después de la pérdida y los amigos y la familia traen alimentos, envían tarjetas o

pasan a visitarte.

Muchas veces, la gente muestra sus emociones en este período. Pero, en ocasiones, una persona

puede estar tan sorprendida o superada por la muerte que no demuestra las emociones en

forma inmediata, aun cuando la pérdida sea muy terrible. No es nada raro ver a las personas

sonriendo y hablando con otras en un funeral, como si nada triste hubiese ocurrido. Pero estar

junto a otras personas que atraviesan el duelo puede brindar cierto alivio y recordarnos que

algunas cosas continuarán igual que antes.

En algunos casos, cuando terminan los rituales asociados con el duelo, la gente puede sentir que

deberían haber "superado" la pérdida porque todo parece haber vuelto a la normalidad. Cuando

la gente que está de duelo regresa a sus actividades normales, puede resultarle difícil entregarse

de lleno a las tareas de todos los días. Muchas personas vuelven a realizar sus tareas normales

después de unos pocos días o de una semana. Pero si bien es posible que no hablen tanto de su

pérdida, el proceso de duelo continúa.

Es natural continuar teniendo sentimientos y preguntas durante un tiempo después de la muerte

de una persona. También es natural comenzar a sentirse un poco mejor. Depende mucho de la

manera en que la pérdida afecte tu vida. Está bien estar afligido durante días, semanas, o

incluso más tiempo, según cuán cercana era la persona fallecida.

No importa cómo elijas pasar tu duelo, no existe una manera correcta de hacerlo. El proceso de

duelo es gradual y dura más en algunas personas que en otras. Puede haber momentos en los

que pienses que nunca disfrutarás de la vida de la misma manera, pero ésta es una reacción

natural después de una pérdida.

Cuidarte a ti mismo

La pérdida de un ser querido puede ser estresante. Cuidarte a ti mismo en cosas pequeñas, pero

importantes, puede ayudarte a enfrentarla. Aquí hay algunas cosas que quizás te ayuden:

Recuerda que la aflicción es una emoción normal. Debes saber que la aflicción puede

desaparecer (y va a desaparecer)

Page 14: El duelo

Participa en los rituales. Los servicios religiosos, los funerales y otras tradiciones ayudan a

la gente a superar los primeros días y a honrar a la persona que falleció.

Reúnete con otros. Incluso las reuniones informales de familiares y amigos brindan una

sensación de apoyo y ayudan a la gente a no sentirse tan aislada durante los primeros días y

semanas del duelo.

Cuando puedas, habla de ello. A algunas personas les ayuda contar la historia de su

pérdida o hablar de sus sentimientos. En ocasiones, una persona no tiene deseos de hablar.

Eso también está bien. Nadie debe sentirse presionado a hablar.

Exprésate. Aun cuando no sientas deseos de hablar, encuentra maneras de expresar tus

emociones y tus pensamientos. Comienza a escribir un diario sobre los recuerdos que tienes

de la persona que perdiste y de cómo te sientes desde la pérdida. O escribe una canción, un

poema o un tributo a la persona que falleció. Puedes hacerlo de manera privada o compartirlo

con otros.

Haz ejercicio. El ejercicio puede cambiar tu humor. Puede resultar difícil sentirse motivado;

por lo tanto, modifica tu rutina normal si es necesario.

Aliméntate bien. Seguramente tengas deseos de saltear comidas o quizá no tengas

hambre, pero tu cuerpo necesita comida nutritiva.

Únete a un grupo de apoyo. Si consideras que puede interesarte concurrir a un grupo de

apoyo, pregúntale a un adulto o a un consejero escolar cómo unirte a uno. Lo que debes

recordar es que no tienes por qué estar sólo con tus sentimientos o tu dolor.

Expresa y libera tus emociones. Si tienes deseos de llorar, no te reprimas. No te

preocupes si escuchar determinadas canciones o realizar algunas actividades resulta doloroso

porque te trae recuerdos de la persona que perdiste. Esto es normal. Después de un tiempo,

será menos doloroso.

Crea un memorial o un tributo. Planta un árbol o una planta, o recuerda a la persona con

algo saludable, como participar en una maratón o caminata a beneficio (por ejemplo, una

carrera por el cáncer de mama) en honor del ser amado.

Conseguir ayuda para un duelo intenso

Page 15: El duelo

Si tu dolor no disminuye después de un tiempo de la muerte del ser amado, es posible que

desees recibir ayuda. Si el duelo se transformó en depresión, es muy importante que se lo digas

a alguien.

¿Cómo saber si el duelo está durando demasiado tiempo? Éstas son algunas de las señales:

Has estado de duelo durante 4 meses o más y no te sientes mejor.

Te sientes deprimido.

Tu dolor es tan intenso que sientes que no puedes continuar con tus actividades habituales.

Tu dolor está afectando tu capacidad para concentrarte, dormir, comer o socializar como lo

hacías normalmente.

Sientes que no puedes continuar viviendo después de la pérdida, o piensas en el suicidio, la

muerte o en lastimarte a ti mismo.

En cierta medida, es natural que una pérdida haga que las personas piensen en la muerte. Pero

si la pérdida ha hecho que pienses en el suicidio o en lastimarte a ti mismo de alguna manera, o

si sientes que no puedes continuar viviendo después de tu pérdida, es importante que se lo

digas a alguien de inmediato.

La ayuda de un terapeuta profesional puede serte útil, porque te permite hablar de tu pérdida y

expresar sentimientos intensos. Muchos consejeros se especializan en trabajar con adolescentes

que están luchando contra la pérdida de un ser querido y la depresión. Si te gustaría hablar con

un terapeuta y no estás seguro por dónde empezar, pregúntale a un adulto o a un consejero

escolar. Tu médico también puede recomendarte a alguien.

¿Alguna vez lo superaré?

Los amigos y familiares bien intencionados pueden decirle a una persona que está de duelo que

necesita "seguir adelante" después de una pérdida. Lamentablemente, este tipo de consejo

puede hacer que las personas duden en hablar de su dolor o que sientan que están haciendo un

mal duelo o uno demasiado prolongado, o que no son normales. Es útil recordar que el proceso

de duelo es sumamente personal e individual: no existe una manera correcta o incorrecta de

hacer duelo. Cada persona necesita su propio tiempo para encontrar alivio.

Page 16: El duelo

Sin embargo, es importante que las personas que están atravesando un duelo no pierdan las

ganas de vivir. Si no te gusta la idea de seguir adelante, tal vez la idea de "continuar" te parezca

más adecuada. A veces, puede ayudarte recordarte a ti mismo continuar haciendo todo lo que

puedas por el momento. Permítete estar triste e intenta no escaparte de tus emociones. Pero

continúa haciendo cosas que normalmente harías, como estar con amigos, ocuparte de tu

mascota, practicar ejercicio o hacer tus tareas escolares.

Seguir adelante y aliviar la aflicción del duelo no significa olvidarse de la persona que has

perdido. Volver a disfrutar de la vida no significa dejar de extrañar a esa persona. Y cuánto

tiempo pasará hasta que comiences a sentirte mejor no es una medida de cuánto amabas a esa

persona. Con el tiempo, gracias al cariñoso apoyo de la familia y los amigos, y a tus propias

acciones positivas, descubrirás maneras de enfrentar hasta la peor de las pérdidas.

Revisado por: D'Arcy Lyness, PhD

Fecha de revisión: julio de 2010http://kidshealth.org/teen/en_espanol/mente/someone_died_esp.html

El duelo

A lo largo de nuestra vida las personas tenemos que hacer frente a múltiples pérdidas. No todas las pérdidas son igual de significativas ni interfieren de la misma manera en nuestra vida cotidiana, pero toda pérdida, con valor real o simbólico, conlleva un proceso de duelo, consciente o no, para quien lo sufre.

Las pérdidas no sólo se refieren a la muerte de un ser querido, también podemos sufrir pérdidas durante nuestra vida de animales, objetos a los que nos una algún vínculo emocional, etc. Evidentemente, el dolor experimentado dependerá del tipo de vínculo que nos una a aquello que perdemos y a cómo esta pérdida afecte a los aspectos más fundamentales de nuestra vida.

La resolución del duelo

Desde hace varios años diversos autores han defendido la idea de que para superar el duelo es necesario pasar por varias fases o etapas. No obstante, y siguiendo el planteamiento propuesto por J.W. Worden, el hecho de hablar de fases y/o etapas puede colocar a la persona en una posición pasiva frente a su dolor, donde no sea posible hacer nada más que esperar que se vayan sucediendo gradual o progresivamente dichas etapas. Por este motivo, este autor prefiere hablar de TAREAS DEL DUELO, lo que sitúa al sujeto en una postura más activa de cara a la elaboración del mismo. Hablar de tareas implica que la persona puede hacer algo para manejar su dolor. Aunque esas tareas requieren un cierto esfuerzo.

Es importante aclarar que no se trata de técnicas o trucos a los que agarrarse para que el duelo pase antes o para que duela menos, ya que el control de la experiencia subjetiva del dolor es algo que está fuera de nuestro alcance. Las tareas ayudarán a que la persona que ha sufrido la pérdida aprenda a abrirse a las emociones que experimenta, sin juzgarlas ni luchar contra ellas y a darlas sentido, para ir poco a poco asumiendo la pérdida, recolocándola en su vida  y continuar avanzando en el camino que le marquen sus valores.

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Aunque las tareas no siguen necesariamente un orden específico, en su definición se sugiere un cierto ordenamiento. No obstante, pueden darse en cualquier momento.  Las tareas propuestas por Worden serían las siguientes:

Tarea I: aceptar la realidad de la pérdida

Esta tarea consiste  en afrontar el hecho de que la persona ya no está.  El autor distingue entre aceptación intelectual y aceptación emocional. El primer término hace referencia al conocimiento que se tiene de una muerte o pérdida, mientras que el segundo término va más allá del hecho de ser consciente  de que alguien se ha ido, siendo necesario reconocer y vivir las emociones que han generado la pérdida.  

Hay personas que niegan que se haya producido una pérdida o el significado que ésta supone para ellas, lo que dificultaría esta tarea. Cuando la pérdida no es por una muerte, como puede ser el caso de una ruptura de pareja, la esperanza de que la persona un día vuelva puede alargar en el tiempo esta tarea, dificultando la elaboración del duelo. Por eso es preciso aceptar la realidad de la pérdida y de las emociones que genera.

Tarea II: trabajar las emociones y el dolor de la pérdida.

Para poder trabajar las emociones que surgen durante el período de duelo, es necesario que la persona sea consciente de qué emociones se están experimentando y permitirse sentirlas. Algunas de ellas son más evidentes, como la ira o el enfado, pero puede que no esté dejando salir a la superficie otras emociones más difíciles de afrontar, pero que también es necesario manejar, como es el caso del dolor, la angustia, o el sentimiento de soledad.

Durante el duelo, la persona experimentará tanto emociones negativas como positivas, sin responder a ninguna lógica ni orden establecido. Se puede sentir cualquier emoción en cualquier momento. Lo importante es aceptar en todo momento los sentimientos, nos parezcan lógicos o no, demasiado dolorosos o demasiado poco. Muchas personas, de manera consciente o inconsciente, no se permiten sentir ciertas emociones,  bien por evitar el sufrimiento, por miedo al rechazo social, etc.; pero es necesario reconocer y trabajar todo sentimiento experimentado. La negación de esta segunda tarea es no sentir, lo cual se puede hacer de muchas maneras: evitando pensamientos dolorosos,  idealizar a la persona perdida, evitar las cosas que le recuerdan la pérdida, usar drogas o alcohol…

La sociedad actual hace más difícil completar la tarea II, ya que abandonarse al dolor está considerado como negativo e insano.

Tarea III: adaptarse a un medio en el que la persona está ausente

Worden habla de tres áreas de adaptación que se deben abordar tras la pérdida:

1. Adaptaciones externas: cómo influye la pérdida en el día a día de la persona, es decir,  qué roles desempeñaba.

2. Adaptaciones internas: cómo influye la pérdida en la imagen que la persona tiene de sí misma, fundamentalmente en la definición que hacen de sí mismas y en su sensación de eficacia personal.

3. Adaptaciones espirituales: cómo influye la pérdida en las creencias, valores y los supuestos sobre el mundo que tiene la persona.

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Para completar esta tarea, la persona tendrá que aprender a asumir los roles a los que no está acostumbrada, desarrollar habilidades que nunca había tenido y seguir adelante con un nuevo sentido de sí misma y del mundo.

Tarea IV: recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo.

Esta última tarea consiste en encontrar un lugar para la persona que se ha ido que le permita a la persona estar vinculada con ella, pero de forma que no le impida continuar con su vida. Debemos encontrar maneras de recordar a los seres queridos que han fallecido llevándolos con nosotros, pero sin que ello nos impida seguir viviendo (Worden, 2004). No consiste en renunciar al fallecido, sino en encontrar un lugar adecuado para él en su vida emocional.

La complicación del duelo: la intervención terapéutica

La mayoría de la gente no necesita ayuda para elaborar su duelo. El problema viene cuando alguien no resuelve adecuadamente alguna de estas tareas y siente que no consigue seguir con su vida sin que la pérdida interfiera en ésta de manera significativa. Al principio del proceso de duelo es normal que ocurra esto, pero mantenido en el tiempo puede desembocar en un duelo patológico, complicado o no resuelto, que podría definirse como “la intensificación del duelo al nivel en que la persona está desbordada, recurre a conductas desadaptativas, o permanece inacabablemente en este estado sin avanzar en el proceso del duelo hacia su resolución” (Horowitz, 1980).

En este sentido, una de las clasificaciones que más consenso ha adquirido establece cuatro subtipos de duelo complicado:

1. Duelo crónico. Pasa un año y la persona siente que nunca acaba. No termina de amoldarse a su nueva vida y sigue sin aceptar el dolor, la angustia o la ansiedad que siente al recordar la pérdida. La persona se detiene  en alguna de las tareas descritas anteriormente sin llegar a su finalización.

2. Duelo retrasado o pospuesto. Tras la pérdida la persona experimenta ciertas emociones, pero no todas las que existían, o con su verdadera intensidad y, pasado un tiempo, vuelve a experimentar una fuerte carga emocional ante algún acontecimiento que reabre la herida.

3. Duelo exagerado: la persona se siente desbordada de dolor  y trata de evadirse mediante ciertas conductas de evitación, como consumo excesivo de alcohol o drogas, centrarse obsesivamente en el trabajo, en salir o en cualquier conducta que le permita sobrellevar el dolor, lo cual puede llevar, en última instancia, a desarrollar algún trastorno psicopatológico, como problemas de ansiedad o depresión. Puede ser que la persona sea consciente de que hace todo esto para evitar el dolor que la pérdida implica, pero no sepa cómo afrontarlo.

4. Duelo enmascarado: la persona presenta problemas físicos o realiza conductas que le causan dificultades, pero sin darse cuenta de que éstas tienen que ver con la pérdida no superada. Por ejemplo, puede experimentar síntomas físicos similares a los del fallecido antes de morir o desarrollar problemas psicopatológicos (ansiedad, trastornos alimentarios, etc.), sin ser consciente de que su malestar tiene que ver con el duelo no resuelto.

Es cuando se da este tipo de complicaciones cuando es precisa la intervención terapéutica, que ha de identificar las tareas que no se han realizado y ayudar a la persona para que pueda llevarlas a cabo.

Puedes encontrar más información sobre lo que se explica en esta página pinchando en este enlace

Page 19: El duelo

13/10/2009

El duelo complicado o traumático es un diagnóstico que se asemeja a los síntomas de la depresión y del estrés postraumático y muchas veces se los confunde con estas dos patologías. Sus síntomas, sin embargo, pueden diferenciarse de estos dos trastornos, configurando un cuadro clínico único cada vez más aceptado entre los profesionales de la salud mental. Muchas de las personas que sufren un duelo complicado no son diagnosticadas con estrés postraumático o depresión, por lo cual siempre debe evaluarse en el contexto de otras patologías.

El duelo por la pérdida de una persona querida es una reacción normal, y esperable en cualquier cultura. Se considera que el duelo es un estado de transición que nos permite pasar del hecho de saber que alguien cercano está vivo a aceptar que dicha persona ha fallecido. Debido a que es una reacción universal y esperable para todo ser humano, muchas veces se pierde de vista que los síntomas del duelo pueden resultar excesivamente intensos y prolongados en el tiempo.

En sus inicios, se hablaba de duelo traumático, sin embargo el término duelo complicado resulta más apropiado dado que el duelo por un ser querido (Ej. muerte esperada de un abuelo) no siempre es consecuencia de situaciones violentas, o desastres naturales. En ese sentido, el duelo complicado puede iniciarse tanto por situaciones traumáticas como por situaciones no traumáticas. Ambos deben ser tratados cuando los síntomas se vuelven crónicos.

http://www.neurologiacognitiva.org/enfermedad.php?enfermedad=20

Los síntomas del duelo complicado

Dificultades para aceptar la muerte del ser querido o la sensación de no poder creer que haya fallecido.

En el duelo complicado los sentimientos predominantes en general son de soledad y de mucha tristeza. También la ira, la vergüenza y la culpa pueden ser intensas a pesar del paso de meses o incluso años. Estos sentimientos comienzan a ser un obstáculo cuando la persona siente que si empieza a sentirlos no va a poder controlarla. Por esa razón, empieza a evitar todo aquello que le recuerde a la persona fallecida como por ejemplo acomodar la ropa, fotos o bien incluso hablar sobre el/ella. En otros casos, hay personas que se mantienen en silencio porque piensan que los demás podrían sentirse muy incómodos y no comparten sus sentimientos de dolor. 

Tener recuerdos o imágenes intrusivas acerca de la persona, de las circunstancias en que falleció, o bien sobre el cuerpo de la persona fallecida que le impiden hacer sus cosas es otro de los síntomas frecuentes. A diferencia de un estrés postraumático, resulta raro encontrar personas con duelo complicado que tengan pesadillas sobre la persona fallecida. En realidad, muchas veces tienen sueños placenteros o pensamientos positivos acerca del ser querido. A veces se observa una tendencia a atesorar estos recuerdos positivos hasta tal punto que la persona no puede continuar con su vida.

Buscar o tener deseos intensos de encontrarse con la persona fallecida o buscar los lugares en los que solían verse, o hacer las cosas que solían compartir.

Algunas personas evitan aquellas cosas que le puedan recordar al ser querido, a la muerte, lo cual puede resultar muy difícil debido a que apenas se despierta se encuentra con actividades diarias (Ej. caminar, desayunar, ver televisión, etc.) que ya no comparte con esa persona, despertándole marcados sentimientos de soledad. Con la pérdida de un ser querido la vida diaria cambia inevitablemente.

Sentirse aislado o distante respecto de sus familiares o amigos. Volverse más desconfiado luego de la muerte de una persona cercana. Por momentos sentir que ve o escucha a la persona que murió. Culparse por no haber hecho lo suficiente para impedir la muerte o no haberlo ayudado o

acompañado lo suficiente. Las personas en estado de duelo pueden tener creencias que contribuyan al mantenimiento de las

reacciones del duelo patológico. Entre esas creencias se encuentran la culpa por estar vivo y disfrutar de las cosas cuando una persona muy cercana ha fallecido. Para otras personas mantener los sentimientos de tristeza significa poder estar más cerca de la persona fallecida y el dejar de hacerlo podría resultar en una pérdida definitiva del vínculo. En otros casos, continuar con la vida de

Page 20: El duelo

uno mismo puede disparar los sentimientos de estar abandonando o traicionando a la persona querida

Aquello que lo diferencia claramente del estrés postraumático es el estrés por encontrarse irremediablemente separado de la persona fallecida. La severidad del duelo está en directa relación con el vínculo que la persona tenía con la persona fallecida.

No todos los familiares reaccionan del mismo modo a la pérdida de un ser querido, por eso es frecuente que el entorno familiar y social piense que la persona que sufre mucho, lo hace para "llamar la atención". Sin embargo, es importante que la familia y los amigos puedan comprender que esa persona necesita mucho del apoyo y afecto de los demás, en lugar recibir críticas por no poder salir adelante.

Tratamiento del duelo complicado en la Unidad de Estrés Postraumático de INECO

En la actualidad, se está comenzando a investigar la eficacia de tratamientos para el duelo complicado. El tratamiento psicológico más estudiado en la actualidad es el desarrollado por el grupo de Dr. Katherine Shear de la Universidad de Columbia. En un reciente estudio controlado, este tratamiento ha mostrado ser más eficaz que la terapia interpersonal y consiste en estrategias cognitivo-conductuales como la exposición, la reestructuración cognitiva y algunas estrategias provenientes de la terapia interpersonal para la depresión.

El tratamiento consiste por un lado, en el establecimiento de metas personales relacionadas con proyectos o vínculos que se interrumpieron con el fallecimiento de la persona (Ej. una persona que vivió la mayor parte de su vida en el interior y debió viajar a otra ciudad para el tratamiento médico de la persona que fallece, y en consecuencia se queda viviendo en una ciudad desconocida, perdiendo contacto con todas sus amistades). Por otro lado, el relato de la historia del momento en que pierde al ser querido y la invitación a dialogar sobre el ser querido permiten disminuir los recuerdos negativos y los sentimientos de culpa frecuentemente asociados a este cuadro.

Por último, a medida que avanza el tratamiento se realizan en forma gradual una serie de actividades que antes de la muerte del ser querido no provocaban tristeza pero ahora son motivo de mucha angustia, como escuchar determinada canción, ver fotos de la persona o visitar amigos que él tenía y lo recuerdan con cariño. Este tratamiento tiene por objetivo disminuir los sentimientos de tristeza, soledad y culpa asociados a la pérdida.

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