El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

16
EL DÍA DE LA EXPIACIÓN EN APOCALIPSIS 11:19 y 15:5-8 Enoc Chávez Pereira Universidad Adventista de Chile [email protected] INTRODUCCIÓN El tema del santuario es un punto de referencia y una de las doctrinas fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo día desde sus mismos inicios. 1 Dentro del registro bíblico se encuentran repetidas menciones y alusiones al santuario, tabernáculo o templo. A lo largo del libro de Apocalipsis se describen imágenes asociadas al santuario: ¿Qué imagen se puede apreciar en los textos de Apocalipsis 11:19 y 15:5-8? ¿Sería posible relacionar dichas imágenes con el Día de la Expiación? Muchos autores desconocen o pasan por alto la relación estrecha que existe entre el libro de Apocalipsis y el Santuario. 2 Cuando el libro es analizado desde el enfoque litúrgico, guía a una comprensión más profunda del plan de Dios para su Iglesia. Es aquí donde la investigación cobra mayor importancia siendo un aporte a la escueta bibliografía existente. 3 Dentro del año litúrgico del pueblo de Israel existían diversas festividades que pueden ser clasificadas tanto en hag (fiesta) o en mo’ed (día solemne). 4 En el caso del Día de la Expiación se habla de un mo’ed (día solemne). 1 . Ellen White, Counsels to writers and editors (Nashville: Southern Publishing Assn., 1946), 30-31. 2 . Grant R. Osborne, Baker exegetical commentary on the New Testament: Revelation (Grand Rapids, Mich.: Baker Academic, 2002), 450; Matthew Henry, Comentario De La Biblia Matthew Henry En Un Tomo (Miami: Editorial Unilit, 2003), 1052. 3 . Merling Alomía, El año agradable de Jehová: Simbolismo y realidad de las fiestas del Antiguo Israel (Lima: Ediciones Theologika, 2009); Arnold Wallenkampf, The Sanctuary and the Atonement (Maryland: Review and Herald, 1981). 1

Transcript of El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

Page 1: El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

EL DÍA DE LA EXPIACIÓN EN APOCALIPSIS 11:19 y 15:5-8

Enoc Chávez PereiraUniversidad Adventista de Chile

[email protected]

INTRODUCCIÓN

El tema del santuario es un punto de referencia y una de las doctrinas fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo día desde sus mismos inicios.1 Dentro del registro bíblico se encuentran repetidas menciones y alusiones al santuario, tabernáculo o templo.

A lo largo del libro de Apocalipsis se describen imágenes asociadas al santuario: ¿Qué imagen se puede apreciar en los textos de Apocalipsis 11:19 y 15:5-8? ¿Sería posible relacionar dichas imágenes con el Día de la Expiación?

Muchos autores desconocen o pasan por alto la relación estrecha que existe entre el libro de Apocalipsis y el Santuario.2 Cuando el libro es analizado desde el enfoque litúrgico, guía a una comprensión más profunda del plan de Dios para su Iglesia. Es aquí donde la investigación cobra mayor importancia siendo un aporte a la escueta bibliografía existente.3

Dentro del año litúrgico del pueblo de Israel existían diversas festividades que pueden ser clasificadas tanto en hag (fiesta) o en mo’ed (día solemne).4 En el caso del Día de la Expiación se habla de un mo’ed (día solemne).

La presente investigación es de tipo descriptiva. Los textos revisados y utilizados son en mayor medida bibliografía adventista. En primer lugar se describe un resumen del año litúrgico con sus principales festividades con un énfasis especial en el Día de la Expiación. En segundo lugar, se exponen las evidencias de la liturgia en el libro de Apocalipsis. Por último, el análisis de Apocalipsis 11:19 y 15:5-8 con su posible conexión con el Día de la Expiación.

DESARROLLO

El año litúrgicoEl pueblo de Israel poseía como parte de su liturgia o culto cinco festividades

nacionales que se desarrollaban a lo largo del año y que completaban el ciclo festivo israelita. Las cinco proporcionaban siete “días feriados” (sábados ceremoniales) en los cuales había una “santa convocación”, es decir, una reunión especial. De estas cinco festividades sólo tres de ellas requerían el congregarse en Jerusalén y éstas caían después de

1. Ellen White, Counsels to writers and editors (Nashville: Southern Publishing Assn., 1946), 30-31.

2. Grant R. Osborne, Baker exegetical commentary on the New Testament: Revelation (Grand Rapids, Mich.: Baker Academic, 2002), 450; Matthew Henry, Comentario De La Biblia Matthew Henry En Un Tomo (Miami: Editorial Unilit, 2003), 1052.

3. Merling Alomía, El año agradable de Jehová: Simbolismo y realidad de las fiestas del Antiguo Israel (Lima: Ediciones Theologika, 2009); Arnold Wallenkampf, The Sanctuary and the Atonement (Maryland: Review and Herald, 1981).

4. Salim Japas, Cristo en el Santuario: Su intercesión por el hombre (California: Publicaciones Interamericanas, 1980), 56.

1

Page 2: El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

las cosechas. La relación estrecha entre el santuario y estas fiestas abarcaba básicamente todos los aspectos de la vida hebrea, tanto así que “las fiestas hebreas en sí eran la carta escatológica que Dios proporcionó a su pueblo para que éste vislumbrara el glorioso porvenir que le aguardaba como pueblo de las promesas y del pacto”5, de esta forma cada una de las festividades era una enseñanza de Dios acerca de lo que pasaría en el futuro.

En el capítulo 23 de Levítico se registran las festividades que el Señor ordenó a su pueblo que observase. Es necesario resumir en qué consistía cada una de las festividades que formaban parte del ciclo litúrgico.

La Pascua, el Pentecostés, y las Fiesta de las Cabañas tenían en sí la connotación de fiesta o hag, es decir, una expresión de gozo, una fiesta, un banquete. Las demás son más bien fechas señaladas, observancias fijas, santas convocaciones, o reuniones solmenes6.

La PascuaLa pascua fue instituida poco antes que el éxodo de Egipto tomara lugar (Ex. 12).

Es introducida en conexión con la décima plaga y su propósito era la protección de los primogénitos de los hebreos.

Durante el día 14 de Abib (o Nisán, primer mes del calendario judío religioso) cada familia debía sacrificar un cordero sin mancha (Ex. 12:5, 21). Sus huesos no debían quebrarse y la carne de la víctima se comía durante la noche por los miembros de la familia como una especie de ofrenda de paz (Ex. 12:27). Era asado y comido con pan sin levadura y hierbas amargas (Ex. 12:8) y su sangre era colocada en los postes y el dintel de cada casa (Ex. 12:22). Este ritual de sangre indicaba que en esa casa una vida había sido dada en lugar de la vida de los primogénitos de la familia. El Señor vería “la sangre” (Ex. 12:13) y pasaría por la casa preservando la vida de los primogénitos de la familia.7

Dios indicó que la Pascua debía celebrarse perpetuamente, como un testimonio para las nuevas generaciones (Ex. 12:24-27).

Aunque en un principio Dios mandó a los israelitas a ofrecer el sacrificio en sus propios pueblos, una vez que entraron en Canaán iba a ser ofrecido en el santuario (Deut. 16:5-6). Allí, la sangre era esparcida en el altar de la misma manera que la sangre de la mayoría de los sacrificios (2 Cr. 35:11).

Dentro de la misma festividad de la Pascua existía la fiesta de los panes sin levadura (o ázimos), que se celebraba desde el día 15 de Abib al 21 de Abib. Durante siete días, los israelitas debían comer este pan y no debía encontrarse levadura en sus hogares (Éx. 12:17-20, 34; Lev. 23:6-8). La fiesta señalaba, otra vez, la época en que los hebreos salieron de Egipto con prisa y sin tener tiempo para preparar pan con levadura. El primer y último día de la semana eran días de reposo ceremoniales. Esta era una de las tres fiestas de peregrinación en la cual los israelitas salían de sus casas y viajaban al santuario (Deut. 16:10).

A su vez, el día 16 del mes de Abib el pueblo debía presentar las primicias de la cosecha al traer una gavilla al sacerdote, el segundo día de la ceremonia de los panes sin levadura (Lev. 23:10-11).8 Una gavilla de la cosecha era mecida delante del Señor, en

5. Merling Alomía, El año agradable de Jehová: Simbolismo y realidad de las fiestas del Antiguo Israel (Lima: Ediciones Theologika, 2009), 2.

6. M. L. Andreasen, El Santuario y su servicio (Buenos Aires: A.C.E.S., 1979), 159.7. Ángel Manuel Rodríguez, “Israelite Festivals and the Christian Church”, Biblical

Research Institute (mayo 2005), 1-2.8. No era propiamente una fiesta, sino una ceremonia en una fiesta. Rodríguez, 3.

2

Page 3: El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

reconocimiento del hecho de que la plena cosecha pertenecía a él, y como expresión de gratitud.

Fiesta de las SemanasEsta fiesta es también llamada Pentecostés porque se celebra 50 días después de la

ceremonia de los primeros frutos (Lev. 23:15-21). Era parte del calendario agrícola y consistía en llevar los primeros frutos de la cosecha de trigo al Señor en el día 6 del mes de Sivan. Esta es la segunda fiesta que se celebraba en el santuario (Deut. 16:10) y que requería una peregrinación. Ésta era un sábado ceremonial durante el cual el pueblo se regocijaba ante el Señor por sus muchas bendiciones. “Como expresión de gratitud por el grano preparado como alimento, dos panes cocidos con levadura, se presentaron delante de Dios. El día de Pentecostés ocupada un solo día que era dedicado al servicio religioso.”9

La fiesta también se asoció con la experiencia de Israel en el Sinaí cuando el pacto fue establecido. Según Éxodo 19:1 los hijos de Israel llegaron a Sinaí en el tercer mes después de la salida de Egipto. Pentecostés se celebra durante el tercer mes del año. La celebración de la fiesta fue probablemente un memorial o una reafirmación del pacto entre Dios e Israel (2 Crónicas 15:10-13).10

Las TrompetasEsta es la primera de las festividades de otoño (Lev. 23:23-25). Se celebra el día 1

del mes de Tirsri (séptimo mes del calendario religioso judío o año nuevo civil) como un día de descanso solemne, un sábado ceremonial. Se llama Fiesta de las Trompetas porque se la anunciaba con el sonido de trompetas.11

La fiesta se describe como un memorial (Lev. 23:24), aunque se obvia el motivo de la conmemoración. Lo más probable es que la festividad pudo haber tenido como objetivo recordar al pueblo que Dios era Creador y Juez del mundo en preparación para el Día de la Expiación.12

Día de la ExpiaciónEl Día de la Expiación se celebra durante el día 10 del mes de Tisri, pero a

diferencia de las otras festividades se trataba de un día de ayuno para el pueblo de Israel (Lev 23:29), no era una fiesta. Era un sábado ceremonial en el que no se debía realizar trabajo (Lev. 23:28). El sumo sacerdote realizaba el servicio anual a favor de los israelitas. El santuario era purificado de todos los pecados, transgresiones e impurezas del pueblo de Dios (Levítico 16:16, 21, 30). Era un día de juicio en Israel.13 Cada uno de los integrantes

9. Elena White, Historia de los Patriarcas y profetas (Buenos Aires: A.C.E.S, 1985), 540.10. Ángel Manuel Rodríguez, “Israelite Festivals and the Christian Church”, Biblical

Research Institute (mayo 2005), 4.11. De hecho, "trompetas" puede no ser la mejor traducción del término hebreo terû'ah. Este

término parece designar el sonido fuerte de cuerno de carnero (shofar) en lugar del sonido de una trompeta (hatsotsrah, "trompeta". cf. Núm. 10:10; 29:1). Rodríguez, 4.

12. Siegfried Horn, Diccionario Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: A.C.E.S, 1995), 689.

13. Ángel Manuel Rodríguez, “Israelite Festivals and the Christian Church”, Biblical Research Institute (mayo 2005), 6.

3

Page 4: El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

del pueblo debía afligir su alma bajo pena de ser cortado del pueblo, al no cumplir con este requisito (Lev. 23:29).14

Las ceremonias comenzaban con el baño del sumo sacerdote que se vestía ropas de lino fino (Lev. 16:4) y ofrecía un becerro por sí mismo y por su casa como ofrecida por el pecado (Lev. 16:6). Luego de esta preparación personal se sacrificaba un macho cabrío designado “por Jehová”, previamente elegido por suertes de entre 2 obtenidos para las ceremonias (Lev. 16:5, 7, 8, 9). Después, en medio de nubes de incienso, que ascendían del altar que estaba delante del segundo velo (Lev. 16:12, 13), el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo y esparcía sangre (primero del becerro y luego del macho cabrío) sobre el propiciatorio (Lev. 16:15) que cubría el Arca del Pacto. De este modo, se limpiaba el lugar sagrado y se hacía expiación por los pecados del pueblo (Lev. 16:16). En forma semejante se purificaba el altar (Lev. 16:18, 19). Más tarde, pero no hasta haber reconciliado el lugar santo, el altar y la congregación (Lev. 16:20), las transgresiones se transferían ritualmente al macho cabrío designado “por Azazel” (Lev. 16:10), que luego era conducido al desierto para ser abandonado (Lev. 16:20-22).15

Mientras el sumo sacerdote cumple el ritual central del templo, los sacerdotes podían seguir presidiendo ofrendas por el pecado, es decir, cualquier miembro del pueblo de Israel podía (aun estando el Sumo sacerdote dentro del lugar santísimo) llegar y ofrecer su sacrificio por el pecado. Esta ventana u oportunidad se cierra cuando el Sumo sacerdote salía del lugar santísimo.16

La Fiesta de las CabañasEsta fiesta se celebraba durante los días 15 al 21 del mes de Tisri. Era la última

fiesta del año agrícola después que la cosecha llegó a su fin (Éxodo 23:16; 34:22). Era una fiesta de peregrinación ya que Israel llegó a adorar a Dios en el santuario (Deut. 16:15). La fiesta comenzaba con una santa convocación (Lev. 23:35) y concluía con otra (Lev 23:36). Esta fue una fiesta muy alegre durante la cual el pueblo expresaba su gratitud a Dios (Lev 23:40; Jueces 21:19-21; Deuteronomio 16:14). “Esta fiesta reconocía la bondad de Dios en los productos de la huerta, el olivar y el viñedo. Fue la reunión cumbre festiva del año. La tierra había rendido sus frutos, las cosechas habían sido recogidas en los graneros, las frutas, el aceite y el vino habían sido almacenados, los primeros frutos se había reservado, y ahora la gente viene con sus tributos de acción de gracias a Dios, que había tanto ricamente bendecido.” 17 Luego de haber participado de la expiación de los pecados y de haber cosechado los frutos de la tierra se convertía en el momento ideal para la fiesta más alegre de todo el año.

Durante la semana los israelitas vivían en cabañas hechas de ramas de palmera y ramas de árboles frondosos (Lev. 23:40). La fiesta era un memorial de la época en que Dios hizo a Israel vivir en tiendas durante su peregrinación por el desierto después del éxodo de Egipto (Lev. 23:42).18

14. M. L. Andreasen, El Santuario y su servicio (Buenos Aires: A.C.E.S., 1979), 134.15. Francis Nichol, ed. Comentario bíblico adventista. Traducido por V. E. Ampuero Matta,

Vol. 1 (Boise, Idaho: Publicaciones Interamericanas, 1978-1990), 123.16. Alberto Timm, El santuario y el mensaje de los tres ángeles: Factores integradores en el

desarrollo de las doctrinas de la Iglesia Adventista del Séptimo día (Lima: Editorial Imprenta Unión, 2004).

17. Ellen White, Historia de los Patriarcas y profetas (Buenos Aires: A.C.E.S, 1985), 540.18. M. L. Andreasen, El Santuario y su servicio (Buenos Aires: A.C.E.S., 1979), 172.

4

Page 5: El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

Liturgia en el libro de ApocalipsisEl libro de Apocalipsis posee un contenido altamente litúrgico, es decir, que refiere

al orden y forma con que se llevan a cabo las ceremonias de culto y dentro de este contexto especialmente en relación al Santuario. Es importante analizar algunos detalles en el texto apocalíptico de Juan que hacen referencia a lo antes mencionado:

Referencias al lugar (templo y santuario): Dentro del libro de Apocalipsis hay referencias al lugar de culto o santuario que en el Antiguo y Nuevo Testamento tiene su equivalente en el tabernáculo y en el templo. Existe una sola mención del patio del santuario (Ap. 11:1-2). El templo es mencionado en textos como Ap. 7:15 14:15, 17; 16:1, 17; 21:22, entre otros.

Referencias a indumentaria litúrgica: Cristo aparece vestido con un “manto largo” o poderes (Ap. 1:13) y un cinto de oro, evidencias claras de una vestimenta sacerdotal.19

Referencias al mobiliario del Santuario: Existen alusiones a diferentes enseres que completaban el mobiliario del santuario. Algunos ejemplos son el candelabro (Ap. 1:11, 18-20); las lámparas (Ap. 4:5) que posiblemente estén mencionadas como parte del candelabro; El altar de oro es mencionado en reiteradas oportunidades (Ap. 8:3, 5; 11:1; 14:18; 16:7). El humo del incienso (Ap. 8:4) es también señalado y aunque no es un mueble sí era producido por el altar del incienso. Además se menciona al incensario con fuego del altar (Ap. 8:5). Por último, de suprema importancia, aparece el Arca del Pacto (Ap. 11:19) en el templo del cielo que fue abierto.

Referencias al ministerio sacerdotal de Cristo: La persona de Cristo dentro del libro de Apocalipsis está incluida no como un agregado sino como centro mismo de la profecía. Es Cristo mismo quien se revela (Ap. 1:1). Jesucristo es presentado como sacrificio expiatorio requerido en la liturgia hebrea en la figura del cordero (arnion) y es designado 28 veces dentro del libro como tal.20

En dos capítulos del libro de Apocalipsis se habla de las lámparas (Ap. 1:12-13; 4:5) relacionadas con Cristo simbolizando el sustento de Jesucristo a su Iglesia, un envío constante del Espíritu Santo (Ap. 8:3-5).21

Referencias a festividades litúrgicas: Existe una conexión textual evidente con el ministerio diario sacerdotal del Antiguo Testamento (Ap. 1:12-20) asignada por el uso repetido de la palabra para “diario, continuo” en las instrucciones levitas acerca de cuidar las lámparas (Lev. 24:1-4). Si bien el ministerio continuo no es una festividad es la primera sección de las instrucciones acerca de los sacrificios en el libro de Números 28:1-8.22

El capítulo 4 de Apocalipsis muestra a 24 ancianos que están delante del trono de Dios, el que también es el santuario23. Aquellos ancianos representan las 24 clases sacerdotales descritas en el libro de Levítico (1 Cr. 24). La aparición de todas las clases sacerdotales ministrando sólo ocurría tres veces en el año, en las fiestas de la Pascua, en Pentecostés y en la fiesta de las Cabañas. En dicho capítulo Jesús no está presente, lo

19. Arnold Wallenkampf, The Sanctuary and the Atonement (Maryland: Review and Herald, 1981), 401.

20. Ibid, 403.21. Ibid, 404.22. William Shea, “The Cultic Calendar for the Introductory Sanctuary Scenes of

Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society, 11 /1-2 (2000), 134.23. Arnold Wallenkampf, The Sanctuary and the Atonement (Maryland: Review and Herald,

1981), 402.

5

Page 6: El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

estuvo desde los capítulos 1-3, y reaparece en el capítulo 5, pero no lo está en el 4. Jesús era el cumplimiento de la promesa del cordero pascual que daría su vida en intercambio por la raza pecadora y tal como cuando el cordero era sacrificado en el altar le era necesario salir del santuario, para ser sacrificado fuera, antitípicamente en la cruz del Calvario. En Ap. 5 se lo presenta como el cordero pascual cuya herida ha sanado, evidencia del sacrificio realizado. Todo lo anterior apunta a la concordancia escénica entre lo presentado en los capítulos 5-6 y el primer festival importante del antiguo calendario israelita, la Pascua.24

Día de la Expiación en Apocalipsis

Para conectar el Día de la Expiación descrito en el Antiguo Testamento con Apocalipsis 11:19; 15-5-8, es importante analizar algunas palabras o frases del texto en estudio y sus conexiones bíblicas con otros textos de Apocalipsis o del resto de la Biblia.

Apocalipsis 11:19El texto de Apocalipsis 11:19 declara: “Y el templo de Dios fue abierto en el cielo,

y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.”

Apocalipsis 11:19 emplea la frase “templo… en el cielo” (naós en to ourano), es decir, enseña la existencia de un santuario celestial. Esta idea se presenta claramente en 11 versículos del libro (Ap. 11:1-2; 14:15; 14:15, 17; 15:5, 15:6, 15:8, 16:1 y 16:17). Sólo 2 de las 17 referencias al templo hablan en un sentido metafórico (Ap. 3:21; 21:22).

La palabra usada para templo viene del griego naós. Naós representa un santuario, y específicamente el lugar donde sólo los sacerdotes podían entrar legítimamente. Esto, en contraposición de la palabra hagión que denota también un templo, pero que lo describe en su totalidad junto con sus edificios complementarios y patio.25 Naós proviene de la palabra naió, que significa “morar”, es así que el “naós” de Dios es el lugar donde la Divinidad se encuentra con el hombre.26 Todas las referencias al templo que se encuentran en el libro de Apocalipsis usan la palabra naós. Es decir, Apocalipsis hace referencia al templo o lugar donde sólo el Sacerdote y Sumo Sacerdote ministran. La palabra ouranos (cielo) apoya la realidad de un santuario literal en el “cielo” al indicar la idea de una apertura real del cielo atmosférico que oculta el cielo de Dios.27

Un análisis más profundo revela la conexión entre el naós y el trono de Dios. Es aquí donde se encuentran los ángeles, los ancianos y los cuatro seres vivientes (Ap. 7:11), la gran multitud en vestiduras blancas y los 144.000 (Ap. 14:1-3); cada uno está delante del trono. Apocalipsis 7:15 conecta el trono con el templo de Dios: “Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono

24. William Shea, “The Cultic Calendar for the Introductory Sanctuary Scenes of Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society, 11 /1-2 (2000), 134-135.

25. W. E. Vine, Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento (Barcelona: CLIE, 1984), 10; 124.

26. Wallenkampf, 394-395.27. Gerard Kittel, Theological Dictionary of The New Testament, volume V (Gran Rapids,

Michigan: Eerdmans, 1964), 530.

6

Page 7: El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

extenderá su tabernáculo sobre ellos.”28 Es importante tener en cuenta que en Apocalipsis el templo cobra vital importancia, mostrando que naós y el trono de Dios son el mismo lugar.

Y hubo “relámpagos y voces y truenos, un terremoto y granizo grande” (astrapaí, fonái, brontái, seismós, jálaza megále) es una expresión que se repite dentro del libro y que en cada oportunidad se vincula al trono de Dios, o el templo celestial (Ap. 4:5; 8:5; 11:19; 16:18-21).29 La temática de trueno y terremoto es claramente epifánica en importancia y además simboliza la inminencia del juicio divino. En Apocalipsis 11:19 se usa una epifanía adicional, la apertura del templo celestial.30 Si se consideran juntos ambos conceptos es lógico indicar que el suceso de la apertura del templo del cielo es importantísimo en relevancia y significado. Denota que un evento singular y especial está comenzando.

El texto de Apocalipsis, si bien, describe diferentes elementos relacionados al Santuario, sólo hace mención al “arca del pacto” (kibotós tes diathéke) una vez en todo el libro (Ap. 11:19).

El arca del pacto, o también llamada arca del testimonio era una caja que servía de custodia de las tablas de piedra grabadas con los Diez Mandamientos. Estaba ubicada en el lugar Santísimo del santuario del antiguo Israel (Ex. 26:34; 30:6; 1 R. 8:6). El arca era el objeto central de todos los muebles del santuario31 ya que en su cubierta se manifestaba la presencia de Dios. Sólo podía ser accedida una vez al año, por el Sumo Sacerdote, en el Día de la Expiación.

Al analizar las evidencias del pasaje, es notorio que está centrado en el santuario original celestial y no en la copia terrenal. En la equivalencia con el santuario terrenal, este tipo de apertura en donde el arca del pacto es apreciable sólo podía darse un día en el año, esto es, en el Día de la Expiación. Así, al aplicar la correspondencia típica (copia) al antitipo (original) el evento descrito en los versículos indicados refiere a la apertura o comienzo del Día de la Expiación.32 El hecho de que el arca se aprecia al interior del Santuario indica la posición de espectador de Juan (mirando al interior desde el exterior).

Elena White describe este evento, indicando que en el Día de la Expiación se abría la cortina o puerta que conducía del lugar santo al lugar santísimo, revelando la escena del juicio en armonía con la representación terrenal del Día de la Expiación.33

En el contexto del Día de la Expiación (típico y antitípico) es el arca la que da sentido al juicio, su contenido mismo incluye el decálogo entregado por Dios a su pueblo en tiempos de la confirmación del pacto.34 No puede existir un juicio sin una ley por la cual regirse, de allí la importancia del mueble sagrado.

28. Arnold Wallenkampf, The Sanctuary and the Atonement (Maryland: Review and Herald, 1981), 398-399.

29. David E. Aune, Word Biblical Commentary: Revelation 6-16, vol. 52B (Dallas: Word, Incorporated, 2002), 661.

30. Ibid.31. H. Siegfried Horn, Diccionario bíblico adventista del séptimo día (Argentina: AC.E.S., 1995), 72.32. William Shea, “The Cultic Calendar for the Introductory Sanctuary Scenes of

Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society, 11 /1-2 (2000), 127.33. Alberto Treiyer, El Día de la Expiación y la purificación del santuario: en el Pentateuco,

en los libros históricos, en los profetas, en Hebreos y en Apocalipsis (Salamanca: Sígueme, 1977), 452.

34. Arnold Wallenkampf, The Sanctuary and the Atonement (Maryland: Review and Herald, 1981), 405.

7

Page 8: El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

Es posible relacionar el texto con el Día de la Expiación al comparar las primeras festividades hebreas que tuvieron su cumplimiento en el ministerio terrenal de Cristo, por ende, el Día de la Expiación como día de juicio, se enmarca dentro de los eventos finales del ministerio celestial de Cristo.35

Apocalipsis 15:5-8El texto de Apocalipsis 15:5-8 describe la siguiente escena: “Después de estas cosas

miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio; y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos. Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles.”

La expresión “templo del tabernáculo del testimonio” (náos tes skenés tou marturiou) nos lleva al desierto donde se erigió en primer lugar el tabernáculo de reunión (Ex. 40:1-3) o más tarde conocido como templo. Al agregar la descripción “del testimonio” detalla que se abrió específicamente la sección donde se podía encontrar el “testimonio” (el arca del testimonio o arca del pacto), es decir, el lugar Santísimo (cf. Nm. 17:7). Es allí donde se manifestaba la gloria de Dios (Lev. 16:2; Ex. 25:22).36 El texto, por tanto, se desarrolla en aquél segmento del santuario que sólo era utilizado en el Día de la Expiación.

Los “sietes ángeles” con las “siete plagas” llevan la ira de Dios (Ap. 15:8), equivalente al juicio de Dios, y en esta escena del cielo representa el juicio de Dios posterior al término de la gracia.

Los ángeles están “vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro”. Este es un detalle que no puede ser pasado por alto. Se visten de una forma similar a la manera en que Cristo se presenta en la escena introductoria del Apocalipsis. Están ceñidos con cintos de oro, esencialmente el mismo atuendo usado por Cristo en Apocalipsis 1:13. Al igual que los sacerdotes de la antigüedad, los ángeles estaban vestidos de “lino”. Es notoria la gran similitud en cuanto a la vestimenta de Cristo, que abre el ministerio diario en Apocalipsis 1, y la vestimenta de los ángeles con el que se cierra.37

El acontecimiento “el templo se llenó de humo” se repite en la Biblia en tres oportunidades. La primera vez ocurrió con la dedicación del tabernáculo en el desierto (Éxodo 40:34-35). En esa ocasión, la manifestación de la gloria de Dios en el tabernáculo era tan intensa que incluso Moisés no podía entrar en él. Lo mismo ocurrió en la dedicación del templo de Salomón. En esa ocasión, cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa del Señor, “y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová” (1 R. 8:10-

35. Alberto Treiyer, El Día de la Expiación y la purificación del santuario: en el Pentateuco, en los libros históricos, en los profetas, en Hebreos y en Apocalipsis (Salamanca: Sígueme, 1977), 430.

36. Wallenkampf, 400.37. William Shea, “The Cultic Calendar for the Introductory Sanctuary Scenes of

Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society, 11 /1-2 (2000), 128.

8

Page 9: El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

11). El mismo evento dramático ocurre aquí para la conclusión del ministerio expiatorio, como cuando comenzó en esos santuarios terrenales.38

La frase “nadie podía entrar en el templo” hace alusión al término del tiempo de gracia. El Comentario Bíblico Adventista agrega: “El tiempo de intercesión se acabó. Ya nadie puede entrar y tener acceso al propiciatorio. El tiempo de preparación ha concluido; ahora ha llegado el tiempo para el derramamiento de la ira de Dios sin mezcla de ninguna clase.”39

A partir del análisis del texto, se puede afirmar que la apertura de la puerta que comunica con el exterior del templo hace referencia al fin o término de la expiación. A escala antitípica está señalando el fin del tiempo de gracia para el mundo, y para todos aquellos que rechazaron la amonestación de Jesús.40 El hecho de que al abrirse el templo el arca ya no se vea y que los ángeles sean descritos saliendo del santuario indica la posición de ejecución del juicio (mirando desde interior hacia el exterior).

Luego que los ángeles han salido en su misión de derramar las plagas sobre la tierra, la gloria de Dios se muestra de tal manera que nadie puede entrar en el templo hasta que su misión ha concluido. Esta es otra forma de decir que todo el ministerio redentor del santuario celestial ha terminado. El tiempo de prueba para la raza humana ha finalizado, y ahora sólo queda el cumplimiento de los juicios antes de que Cristo venga por segunda vez.41

Apocalipsis 12-15Los capítulos 12-15 del libro de Apocalipsis se ubican entre la apertura del lugar

Santísimo o comienzo del Día de la Expiación y el término del mismo.Describen cómo el pecado comenzado en el cielo hizo necesaria la existencia del

Santuario y su posterior purificación. En el capítulo 12 estarían representados los dos machos cabríos ofrecidos ese día, Cristo y Satanás.42

Dadas las limitaciones del estudio no serán analizados durante esta investigación.

Conexión entre los textos de Apocalipsis 11:19 y 15:5-8.La conexión entre estos dos textos es única. Ambos mencionan la “apertura del

templo de Dios” (enóige ‘o naós tou theou ) y Apocalipsis 15:5-8 identifica ese lugar específico como el lugar Santísimo. Esta mención de que el templo fue “abierto en el cielo” no se repite en otro lugar de la Biblia.

Ambas escenas apuntan al lugar Santísimo del cielo. La primera, en la mención del arca del pacto, y la segunda, en la mención del tabernáculo del testimonio.

El único evento que se relaciona con esta sección del santuario es el Día de la Expiación.

38. William Shea, “The Cultic Calendar for the Introductory Sanctuary Scenes of Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society, 11 /1-2 (2000), 128.

39. Francis D. Nichol, Comentario bíblico adventista del séptimo día, vol. 7 (Miami: Publicaciones Interamericanas, 1990).

40. Alberto Treiyer, El Día de la Expiación y la purificación del santuario: en el Pentateuco, en los libros históricos, en los profetas, en Hebreos y en Apocalipsis (Salamanca: Sígueme, 1977), 453.

41. Shea, 410.42. Treiyer, 432.

9

Page 10: El Día de la Expiación en Ap. 11.19_ 15.5-8

En la primera escena aparece el arca del pacto dando comienzo a este evento único en el año litúrgico del santuario terrenal, que en términos de correspondencia se refiere al verdadero Día de la Expiación, el del Santuario celestial, una vez en la historia.

En la segunda escena aparece el templo abierto nuevamente, pero ya no aparece el arca. La ausencia de ésta es importantísima, ya que el arca es sinónimo también, de la misericordia divina, y que junto con el detalle del humo en el santuario, los ángeles saliendo con las copas de ira, y la entrada al santuario denegada, significan el término del tiempo de gracia para la humanidad y el comienzo del juicio de Dios.

CONCLUSIÓN

En el estudio del libro de Apocalipsis se hace indispensable conocer las festividades del pueblo de Israel. Ellas conformaban un ciclo que se repetía cada año. Dentro de este ciclo se destaca el Día de la Expiación en donde se purificaba el santuario y se expiaban los pecados de todo el pueblo al oficiar en el lugar Santísimo.

El libro de Apocalipsis posee un alto contenido litúrgico o cúltico. Se encuentran referencias al ministerio diario desarrollado en el Santuario y al ministerio sacerdotal de Cristo. Se mencionan elementos que formaban parte del inmobiliario del Santuario o actividades relacionadas a él. Además, hay conexiones entre las festividades de Israel y su cumplimiento antitípico (real) en el libro.

En Apocalipsis 11:19 y 15:5-8 se describen dos escenas del Santuario celestial. Ambas comparten la mención única de que el templo de Dios “fue abierto en el cielo” lo que las hace equivalentes en el evento que describen. Apocalipsis 11:19 contiene la única apelación al arca del pacto. La única festividad hebrea que se relaciona al arca del pacto es el Día de la expiación. En la primera escena el templo es abierto y se ve el arca del pacto, indicando que el Día de la Expiación comienza (en el ministerio celestial de Cristo). En la segunda escena el arca ya no se ve, a pesar de que se describe el lugar Santísimo, sino que ángeles con el juicio de Dios salen del templo para llevar a cabo su misión, señalando la conclusión del Día de la Expiación (término del ministerio celestial de Cristo).

10