El deseo y su interpretación lacan

download El deseo y su interpretación lacan

of 23

Transcript of El deseo y su interpretación lacan

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    1/23

    El deseo y su interpretacin [1958]

    Jacques Lacan[Seminario indito]

    Apndice: Limmericks, una referencia de Lacan

    SEMINARIO EL DESEO Y SU INTERPRETACIONCLASE 1 |CLASE 2 |CLASE 3CLASE 112 deNoviembre de1958Un anlisis esunateraputica,decimos, untratamientopsquico quetoma diversosniveles delpsiquismosobre lo queprimeramenteha sido elprimer objetocientfico de suexperiencia,eso que

    llamaremos los fenmenos marginales o residuales, el sueo,el lapsus, el chiste. He insistido el ao pasado sobre sntomas.Por una parte entramos en el aspecto curativo del tratamientosobre sntomas en sentido amplio, no obstante que semanifiesten en el sujeto por medio de inhibiciones que estnconstituidas en sntomas y sostenidas por esos sntomas; porotra parte, ese tratamiento modificador de estructuras, de esasestructuras que se l laman neurosis y neuro-psicosis, Freudprimero las ha estructurado en realidad como neuropsicosis dedefensa.El psicoanlisis interviene a diversos niveles para tratar condiferentes realidades fenomnicas, en tanto ellas ponen enjuego el deseo. Es especialmente bajo esta rbrica del deseo,como significativos del deseo, que los fenmenos que hellamado hace poco residuales, marginales, han sido desde el

    principio aprehendidos por Freud. En los sntomas que vemosdescriptos de una punta a la otra de su pensamiento (de Freud), la intervencin de la angustiaes el punto clave de la determinacin de los sntomas, pero en tanto tal o cual actividad que vaa entrar en el juego de dicha determinacin est erotizada; decimos mejor, "tomada en elmecanismo del deseo".En fin, qu significa incluso el trmino defensa, a propsito de las neuro-psicosis, si no esdefensa contra algo, contra alguna cosa que no es otra que el deseo?Y no obstante esta teora analtica en el centro de la cual es suficiente indicar que se sita lanocin de libido, que no es otra cosa que la energa psquica del deseo, es alguna cosa, si se

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    2/23

    trata de energa, ya lo he indicado al pasar, recuerden otra vez la metfora de la usina, en queciertas conjunciones de lo simblico y de lo real son necesarias para que incluso subsista lanocin de energa. Pero no quiero aqu ni detenerme ni ponerme pesado.Esta teora analtica reposa, pues, totalmente sobre esta nocin de libido, sobre la energa deldeseo. Es as que la vemos desde algn tiempo cada vez ms orientada hacia alguna cosa quees la misma que sostiene esa nueva orientacin, articulada ella misma muy conscientemente,

    al menos por los ms conscientes entre los que la han tomado prestada de Fairbain. El haescrito muchas veces , puesto que no cesa de articular ni de escribir, especialemente en lacompilacin que se de llama "Estudios psianalticos de la personalidad", que la teora modernadel anlisis ha cambiado alguna cosa del eje que primero le haba dado Freud, al hacer o alconsiderar que la l ibido no es ms para nosotros "pleasure-seeking" (bsqueda de placer),como se expresa Fairbain, ella es "object-seeking" (bsqueda de objeto).Es decir que el seor Fairbain es el representante ms tpico de esta moderna tendencia.Lo que significa esta tendencia al orientar la funcin de la libido en funcin de un objeto que leestara de alguna manera predestinado, es bajo mil formas las incidencias en la tcnica y en lateora analtica, eso que se ha credo muchas veces designar all como entraandodesviaciones prcticas, algunas no sin incidencias peligrosas.La importancia de lo que quiero sealarles para hacerles abordar hoy el problema, es, ensuma, el velamiento de la palabra deseo que aparece en toda la manipulacin de la experienciaanaltica, y de alguna manera qu impresin no dira de renovacin, sino de extraeza,producimos al reintroducirla; quiero decir que en lugar de hablar de libido o de objeto genital,hablamos de deseo genital.Nos parecer quiz enseguida bastante dif cil considerar como que va de suyo que el deseogenital y su maduracin, impliquen por s solos esta suerte de posibilidad, o de apertura, o deplenitud de realizacin sobre el amor que parece haber devenido de este modo doctrinal, enuna cierta perspectiva de maduracin de la libido. Tendencia y realizacin, e implicacin encuanto a la maduracin de la libido, que parecen incluso tanto ms sorprendentes que seproduzcan en el seno de una doctrina que ha sido precisamente la primera, no slo en ponerde relieve, sino incluso en dar cuenta de eso que Freud ha clasificado bajo el ttulo dedegradacin de la vida amorosa. Si en efecto el deseo parece entraar consigo un ciertoquantum de amor, es justa y precisamente, y a menudo, de un amor que se presenta a lapersonalidad como conflictual, de un amor que no se confiesa, de un amor que rechaza inclusoconfesarse.Por otra parte, si reintroducimos tambin esa palabra deseo ah donde trminoscomo afectividad, como sentimiento positivo o negativo, son empleados corrientemente en unasuerte de aproximacin odiosa, si se puede decir, de las fuerzas todava eficaces, yespecialmente en la relacin analtica, en la transferencia, me parece que por el slo hecho delempleo de esta palabra, un clivaje se producir que por s mismo habr de aclarar algo.No se trata de saber si la transferencia esta constituida por una afectividad o por sentimientospositivos o negativos con lo que este trmino comporta de vago y de velado, sino que se trata,y aqu se nombra el deseo probado por slo uno, deseo sexual, deseo agresivo en el sitio delanlisis, que nos aparecer enseguida y a primera vista. Estos deseos no estn todos en latransferencia, y por ese mismo hecho la transferencia necesita ser definida por otras cosas quepor referencias ms o menos confusas que la nocin positiva o negativa de la afectividad; enfin, de manera que si pronunciamos la palabra deseo, el ltimo beneficio de este uso pleno esque nos preguntaremos qu es el deseo.Eso no ser una pregunta que habremos de o podremos responder. Simplemente, si yo noestaba aqu ligado por lo que podra llamar la cita que tengo con mis necesidades prcticasexperienciales, me habra permitido una interrogacin sobre el tema del sentido de esta palabradeseo, segn aquellos que han estado ms calificados para valorizar su uso, a saber: lospoetas y los filsofos.

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    3/23

    No lo hara, primero, porque el uso de la palabra deseo, la transmisin del trmino y de lafuncin del deseo en la poesa, es algo que, dira, reencontraremos "aprs-coup" si llevamosbastante lejos nuestra investigacin. Si es verdadero, como lo que ser la continuacin de midesarrollo este ao, que la situacin del deseo est profundamente marcada, unida a una ciertafuncin del lenguaje, a una cierta relacin del sujeto al significante, la experiencia analtica nosllevar, al menos lo espero, bastante lejos en esta exploracin por la que nos encontramossiempre para ayudarnos, quiz por la evocacin propiamente potica, que de esto puede

    haber, y adems a comprender ms profundamente hasta el final la naturaleza de la creacinpotica en sus relaciones con el deseo.Simplemente remarcar que las dificultades en el fondo mismo del juego de ocultacin quevern en el fondo de lo que nos descubrir nuestra experiencia, aparece ya en la poesa, decmo la relacin potica con el deseo se acomoda mal en la pintura de su objeto. Dira, a esterespecto, que la poesa figurativa evoco casi las rosas y los lirios de la belleza tiene algoque no expresa el deseo ms que en el registro de una singular frialdad; al contrario la leypropiamente hablando de este problema de la evocacin del deseo, est en una poesa quecuriosamente se presenta como la poesa que se ha llamado metafsica, y para los que leen eningls, no tomara aqu ms que la referencia ms eminentes de los poetas metafsicos de laliteratura inglesa, John Donne, para que puedan reportarse all y constatar cmo est muyprecisamente evocado el problema de la estructura de las relaciones del deseo en un poemaclebre, por ejemplo, "The ecstasy", y cuyo ttulo indica bastante los anzuelos, en cuya

    direccin se elabora poticamente sobre el plan lrico el acceso potico del deseo cuando esbuscado, aludido l mismo, propiamente hablando .He dejado de lado eso que seguramente va bastante ms lejos para presentificar el deseo, eljuego del poeta cuando se arma de la accin dramtica. Es muy precisamente la dimensinsobre la que habremos de volver este ao. Lo anuncio ya, puesto que el ao pasado noshemos aproximado, en la direccin de la comedia.Pero dejemos a los poetas. No los he nombrado ms que a ttulo de indicacin liminar, y paradecirles que los encontraremos despus de manera ms o menos difusa. Quiero detenerme eneso que ha sido en este sitio la posicin de los filsofos, pues creo que ha sido muy ejemplaren el punto donde se sita para nosotros el problema.He tomado la precaucin de escribirles ah arriba esos tres trminos: "pleasure-seeking", en

    tanto que buscan el placer, en tanto que buscan el objeto. Es como ha sido desde siemprepuesto por la reflexin y por la moral entiendo la moral terica, la moral que se enuncia enpreceptos y reglas, en operaciones de f ilsofos, muy especialmente, se dice, de ticos. Ya leshe indicado noten el pasaje en fin de cuentas, base de toda moral que podra llamarsefisicalista como podra verse en qu el trmino tiene el mismo sentido que en la filosofamedieval cuando se habla de teora fsica del amor, en el sentido en que precisamente esopuesta a la teora exttica del amor.La base de toda moral que ha sido expresada hasta el presente, hasta un cierto punto en latradicin filosfica, vuelve en suma a eso que podra llamarse la tradicin hedonista, queconsiste en hacer establecer una suerte de equivalencia entre esos dos trminos, placer yobjeto, en el sentido en que el objeto es el objeto natural de la libido, en el sentido en que estbien hecho, en fin de cuentas a admitir el placer en el rango de los bienes buscados por elsujeto, hasta incluso rechazar all lo que con el mismo criterio tiene el rango de soberano

    bien.Esta tradicin hedonista de la moral es una cosa que seguramente no es capaz de cesar,de retomarse, ms que a partir del momento (ilegible) alguna manera est comprometida en eldilogo de la escuela, que no se da cuenta ms de sus paradojas, a fin de cuentas, qu mscontrario de lo que llamaremos la experiencia de la razn prctica, que esta pretendidaconvergencia del placer con el bien?Al fin de cuentas, si se mira all de cerca, si se mira, por ejemplo, lo que esas cosas ocupan enAristteles, qu es lo que vemos elaborarse? Y es muy claro, las cosas son muy puras enAristteles. Es seguramente algo que no llega a realizar, esta identificacin del placer y delbien, ms que en el interior de eso que llamara una tica del amo o alguna cosa en la que en

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    4/23

    el ideal halageo son los trminos de la temperancia o de la intemperancia, es decir, algo querevele del dominio del sujeto en relacin con sus propios hbitos.Pero la inconsecuencia de esta teorizacin es totalmente evidente. Si releen esos pasajesclebres que conciernen precisamente al uso de los placeres, vern all que nada entra en estaptica moralizante que no sea del registro de este dominio de una moral de amo, de eso que eldominio puede disciplinar, puede disciplinar bastantes cosas, principalmente que resultan

    relativas a sus hbitos, es decir, al manejo y al uso de su yo (moi). Pero para lo que es eldeseo, vern a qu punto Aristteles mismo debe reconocer, es muy lcido y muy conscientede que lo que resulta de esta teorizacin moral prctica y terica, es que los (escritura engiego) deseos se presentan muy rpidamente ms all de cierto lmite que es precisamente ellmite del dominio y del yo (moi) en el dominio de lo que se llama sealadamente la bestialidad.Los deseos estn exiliados del campo propio del hombre, en el supuesto de que el hombre seidentifica a la realidad del amo, en la ocasin es alguna cosa como las perversiones, y ademstiene una concepcin a este respecto singularmente moderna, del hecho de que algo ennuestro vocabulario podra traducirse bastante bien por el hecho de que el amo no podra serjuzgado en esto, lo que vendra casi a decir en nuestro vocabulario, no podra ser reconocidocomo responsable.Estos textos valen la pena ser recordados. Dirjanse a eso e infrmense all.Lo opuesto a esta tradicin filosfica, es alguien que sin embargo querra nombrar aqu,

    renombrar como a mi parecer el precursor de algo que creo nuevo, que necesitamosconsiderar como nuevo en, digamos, el progreso, el sentido de ciertas relaciones del hombreconsigo mismo, que es el del anlisis que Freud constituy.Es Spinoza que, despus de todo,creo que es en l, en todo caso, con un acento bastanteexcepcional, que se puede leer una frmula como sta: que "el deseo es la esencia misma delhombre". Para no aislar el comienzo de la frmula de su continuacin, agregaremos: "en cuantoes concebida como determinada a hacer algo por una afeccin cualquiera dada en ella".Ya se podra hacer bastante a partir de ah para articular lo que en esta frmula queda, sipuedo decirlo sin revelar, digo sin revelar porque bien entendido no puede traducirse Spinozafreudianamente. Es incluso muy singular, les doy como un testimonio muy singular, sin dudatengo personalmente ms propensin que otros, y en tiempos muy lejanos he practicadobastante Spinoza. No creo sin embargo que sea por eso que se relea a partir de miexperiencia, me parece que alguien que participa de la experiencia freudiana puedeencontrarse tambin a gusto en textos de quien ha escrito "De servitute humana", y para quientoda la realidad humana, sus estructuras, se organizan en funcin de los atributos de lasustancia divina.Pero dejemos de lado tambin, por el momento, libre de volver, a esta lnea.Quiero darles un ejemplo bastante ms accesible, y sobre el cual terminar esta referenciafilosfica concerniente a nuestro problema. He tomado ah el nivel ms accesible, hasta el msvulgar acceso que ustedes puedan tener a esto. Abran el diccinario del encantador difuntoLalande, El Vocabulario Filosfico, que es siempre, debo decir, en toda especie de ejercicio deesta naturaleza, el de hacer un vocabulario, siempre una de las cosas ms peligrosas y almismo tiempo ms fructferas, de tal modo que el lenguaje es dominio en todo lo que son estosproblemas.Es seguro que organizar un vocabulario ser siempre algo sugestivo. Aqu encontramos esto:"Deseo (Begerang, Beguerung no es intil recordar eso que articula el deseo en el planofilosfico alemn tendencia espontnea y consciente hacia un fin que imaginan".El deseo reposa pues sobre la tendencia, de la cual es un caso particular y ms complejo. Seopone, por otra parte, a la voluntad o a la volicin en que se superpone primero lacoordinacin, al menos momentnea, de las tendencias; segundo, la oposicin del sujeto y delobjeto; tercero, la conciencia de su propia eficacia; cuarto, el pensamiento de los medios porlos que se realizar el fin querido.Estos recuerdos son muy tiles, slo si es para hacer notar que en un artculo que quieredefinir el deseo, hay dos lneas para situarlo en relacin con la tendencia, y que todo ese

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    5/23

    desarrollo se relacina con la voluntad. Es efectivamente a eso que se reduce el discurso sobreel deseo en ese Vocabulario, aparte de lo que an all agrega:"En fin, segn ciertos filsofos, hay an la voluntad de un fiat ! (hgase!) de una naturalezaespecial irreductible a las tendencias, y que constituye la libertad".No s qu aire de irona es evidente ver surgir en estas ltimas lneas sobre este autor filsofo.

    En nota: "El deseo y la tendencia a procurar una emocin ya probada o imaginada, es lavoluntad natural de un placer".(Cita de Roque). Este trmino de voluntad natural tiene todo suinters de referencia.A lo que Lalande personalmente agrega: "Esta definicin aparece demasiado estrecha en queno tiene bastante en cuenta la anterioridad de ciertas tendencias en relacin con las emocionescorrespondientes. El deseo parece ser esencialmente el deseo de un acto o de un estado, sinque sea necesario en todos los casos la representacin del carcter afectivo de este fin".Pienso que eso quiere decir del placer, o de algo otro. Sea lo que sea, no es ciertamente sinubicar el problema de saber de qu se trata, si es de la representacin del placer, o si es delplacer.Es cierto que no pienso que la tarea de que se opere por la va del vocabulario, para tratar deceir la significacin del deseo, sea una tarea simple, tanto ms que quiz la tarea no latendrn tampoco absolutamente preparada por la tradicin a la que se revela. Despus detodo el deseo es la realidad psicolgica, rebelde a toda organizacin, y en fin de cuenta por lasustraccin de los carcteres indicados por ser los de la voluntad, que podremos llegar aaproximarnos a lo que es la realidad del deseo?.Tendremos entonces lo contrario de la no coordinacin, incluso momentnea, de lastendencias, la oposicin del sujeto y del objeto ser verdaderamente retirada. Adems,estaramos ah en una presencia, una tendencia sin conciencia de su propia eficacia, sinpensar las palabras por las que se realizar el fin deseado. Ahora bien, seguramente estamosen un campo en el cual en todo caso el anlisis ha aportado ciertas articulaciones muyprecisas, puesto que en el interior de esas determinaciones negativas, el anlisis designa muyprecisamente en el nivel, en sus diferentes niveles, la pulsin, en tanto es justamente esto: lano coordinacin, incluso momentnea, de las tendencias, el fantasma en tanto que introduceuna articulacin esencial, o ms exactamente, una especie totalmente carcterizada en elinterior de esta vaga determinacin por la no oposicin del sujeto y del objeto.Ser precisamente aqu nuestra meta este ao intentar definir eso que es el fantasma, quizincluso un poco ms precisamente que como la tradicin analtica ha llegado a definirlo hastahoy.Y por lo dems, ltimos restos de idealismo y pragmatismo que estn aqu implicados, noretendremos ms que una cosa: precisamente cun difcil parece ser situar el deseo yanalizarlo en funcin de referencias puramente objetales.Vamos a detenernos aqu paracentrar, hablando con propiedad, en los trminos en que pienso poder articularlos, el problemade nuestra experiencia, que es especialmente el del deseo, del deseo y su interpretacin. Ellazo interno, el lazo de coherencia en la experiencia analtica del deseo y su interpretacinpresenta ya en s mismo algo que slo la costumbre nos impide ver; cun sugestivo es en lainterpretacin en s del deseo, el que est ligado de una manera interna a la manifestacin deldeseo.Saber de qu punto de vista, no dira partimos, caminamos, no es de hoy que estamosjuntos, quiero decir que hace cinco aos que intentamos designar los lineamientos decomprensin para ciertas articulaciones de nuestra experiencia. Saben que esos lineamientosvienen a converger este ao sobre el problema que puede ser el punto de confluencia de todosesos otros, alejados unos de otros, de los que quiero preparar el abordaje.El psicoanlisis y hemos marchado juntos en el curso de estos cinco aos, el psicoanlisisnos muestra esencialmente eso que llamamos la captura del hombre en lo constituyente de lacadena significante.Esta captura est sin duda ligada, a propsito del hombre, sin ser coextensiva, al hecho de queel hombre habla sin duda pero para hablar ha de entrar en el lenguaje y en su discurso

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    6/23

    preexistente. Dira que esa ley de subjetividad que el anlisis destaca especialmente, sudependencia fundamental del lenguaje, es tan crucial que literalmente escurre toda lapsicologa. Diremos que hay una psicologa "servida" por cuanto podemos definirla como sumade los estudios concernientes a lo que podemos llamar, en sentido amplio, una sensibilidad queest en funcin del mantenimiento de una totalidad o de una homeostasis, en sntesis,funciones de la sensibilidad en relacin a un organismo. Ven que all est todo implicado, noslo dos datos experimentales de la psico-fsica, sino tambin - todo lo que puede aportar en el

    orden ms general la puesta en juego de las nociones de la forma, en cuanto a la aprehensinde los medios del mantenimiento de la constancia del organismo. Todo un campo de lapsicologa est... (falta en el original)Pero la subjetividad de que se trata, en tanto el hombre est tomado en el lenguaje lo quiera ono, y que est capturado ms all de saber que de ello tenga, en una subjetividad que no esinmanente a una sensibilidad en tanto sta, aqu, signifique el par estmulo-respuesta, por lasiguiente razn: el estmulo est dado en funcin de un cdigo que impone su orden a lanecesidad, la cual debe traducirse all.Digo aqu la emisin, y no de un signo como en rigor puede decirse, al menos en la perspectivaexperimental, en la prueba experimental de la que llamo ciclo estmulo-respuesta. Se puededecir que es un signo que el medio exterior da al organismo para que deba responder odefenderse. Si cosquilleamos la pata de una rana, ella realiza un signo y responde mediante un

    relajamiento muscular.Pero en tanto que la subjetividad es tomada por el lenguaje, hay emisin no de un signo, sinode un significante, es decir, retengan esto que parece simple: el significante vale, no como sedice en la teora de la comunicacin, que vale en relacin a algo tercero que ese signorepresenta; se puede leer esto de tres maneras minimum, es necesario que tenga un receptor,el que oye, es suficiente a continuacin del significante, no hay necesidad de hablar de emisor,basta con un signo, y decir que ese signo significa una tercera cosa a la que representa.

    La construccin es falsa, porque el signo no vale por relacin a una tercera cosa que lrepresenta, sino que vale por relacin a otro significante que l no es. En cuanto a losesquemas que trac en el pizarrn (Ver esquemas aparte).Quiero mostrarles no la gnesis, pues no imaginen que se trata all de etapas, an cuandoalgo de etapa puede reencontrarse realizada efectivamente por el sujeto, es necesario que elsujeto tome su lugar. No vean all etapas en el sentido tpico de etapas de evolucin; se tratasobre todo de generacin y de marcar la anterioridad lgica de cada uno de estos esquemassobre el siguiente.Qu representa lo que llamamos D, para partir de una gran D? Esto representa la cadenasignificante. Qu quiere decir esto? Esta estructura base, fundamental, somete todamanifestacin del lenguaje a la condicin de estar reglada por una sucesin, en otras palabraspor una diacrona, algo que se desarrolla en el tiempo. Decimos que seguramente toda laplenitud de la materia temporal no est all aplicada. En su momento volveremos sobre ello.Aqu las cosas se resumen en la nocin de sucesin con lo que trae e implica la nocin deescancin. Pero no estamos an all. El nico elemento discreto, es decir, diferencial, es la

    base sobre la cual va a instaurarse nuestro problema de la implicacin del sujeto en elsignificante.Ello implica, desde lo que les he hecho destacar, que el significante se define por su relacincon otro significante de un sistema de oposicin significante; esto se desarrolla en unadimensin que implica a la vez una cierta sincrona de significantes.Esta sincrona de significantes, la existencia de una batera significante, puede plantear elproblema de saber cul es la batera mnima. No los alejara demasiado de vuestra experienciasaber si despus de todo se pue-... (Falta en el original)

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    7/23

    No creo que sea impensable, pero dejmoslo de lado.En el estado actual de las cosas, estamos lejos de estar reducidos a ese minimum. Loimportante est aqu indicado por la lnea de puntos que viene a recortar, de adelante paraatrs, cortando en dos puntos la lnea representante de la cadena significante; es la forma enque el sujeto ha de entrar en el juego de la cadena significante. Lo que est representado porla lnea de puntos representa el primer encuentro a nivel sincrnico, al nivel de la simultaneidad

    de los significantes. Aqu est lo que llamo punto de encuentro con el cdigo. En otraspalabras, es porque el nio se dirige a un sujeto al que sabe hablante, al que ha odo hablar,que lo ha penetrado de relaciones desde el comienzo de su despertar a la luz del da, esporque tiene algo que juega como juego significante, como molino de palabras, que el sujetodebe aprender bien temprano que sa es una va estrecha por donde deben someterse todaslas manifestaciones de las necesidades para ser satisfechas.El segundo punto de recorte es donde se produce el mensaje y est constituido por esto: essiempre por un juego retroactivo de la serie de los significantes que la significacin se afirma yse precisa, es aprs-coup que el mensaje toma forma a partir del significante que est antes del, del cdigo que le antecede y sobre el cual, inversamente, l, el mensaje mientras se formulaen todo instante, anticipa tirndose un lance cada vez.Ya les indiqu lo que resulta de ese proceso . En todo caso lo que resulta y es remarcable

    sobre ese esquema es esto: Lo que est originalmente bajo la forma de eclosin de lanecesidad, de la tendencia, como dicen los psiclogos, que est ah representada en unesquema a nivel de ese Ello que no se sabe qu es, que estando tomado en el lenguaje no serefleja por ese aporte inocente del lenguaje en el que el sujeto se hace discurso. Resulta quean reducido a sus formas ms primitivas de aprehensin de eso por el sujeto, que est enrelacin con otros sujetos parlantes, se produce algo al final de la cadena intencional que hellamado aqu la primera identificacin primaria, la primera realizacin de un ideal del que nopodemos decir que se trata de un Ideal del yo en ese momento del esquema, pero queseguramente el sujeto ha recibido la marca, signum, de su relacin con el otro.La segunda parte del esquema puede recubrir de algn modo una cierta etapa evolutiva, con lasimple condicin de que no se las considere como resueltas. Hay cosas resueltas en laevolucin ; no es al nivel de esas etapas del esquema en que esas cesuras se encuentran all.Esas cesuras, como Freud lo destac, se marcan al nivel del juicio de atribucin en relacin a

    la nominacin simple. No es de eso que quiero hablarles; ya volveremos.En el primer y segundo piso del esquema se trata de la diferencia de un nivel infans deldiscurso, no es siquiera necesario que el nio hable todava para que esa marca, esa improntapuesta por la demanda sobre la necesidad se ejerza al nivel de los gritos alternantes. Puedeser suficiente .La segunda parte del esquema implica que an si el nio no puede todava sostener undiscurso, igual ya sabe hablar, y bien pronto. Cuando digo que sabe hablar quiero decir que setrata, a nivel de la segunda etapa del esquema, de algo que va ms all de la captura en ellenguaje. Hay relacin, hablando con propiedad, por cuanto hay llamado al otro comopresencia, sobre el fondo de un sentido de ausencia, es el momento sealado del Fort-Da quetan vivamente impresion a Freud en la fecha que podemos fijar en 1915, habiendo sidollamado por uno de los nios (que luego se convirti en analista) que haba sido objeto de suobservacin.He ah lo que nos hace pasar al nivel de esa segunda etapa de realizacin del esquema en elsentido de que aqu, ms all de lo que articula la cadena del discurso como existente, ms alldel sujeto imponindole su forma, lo quiera o no, ms all de la aprehensin inocente, si aspuede decirse, de la forma lingisteril por el sujeto. Algo distinto va a producirse que est ligadoal hecho de que en esa experiencia del lenguaje, se funda su aprehensin del otro como tal. Deese otro que puede darle su respuesta, la respuesta a su llamado; aquel otro al cual planteafundamentalmente la pregunta que vemos en "El diablo enamorado" de Cazotte, como siendo

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    8/23

    el grito de la forma terrorfica que representa la aparicin del supery, en respuesta a aqul quelo ha evocado en una caverna napolitana: Che vuoi?, qu quieres?La pregunta hecha al otro de lo que l quiere, en otros trminos, de all donde el sujeto hace suprimer encuentro con el deseo en tanto es, en primer lugar, deseo del Otro, deseo gracias alcual percibe que se realiza como ente, ese ms all alrededor del que gira, el que el Otro hagaque un significante u otroest o no presente en la palabra, en que el Otro le da la experiencia

    de su deseo, al mismo tiempo que una experiencia esencial porque hasta el presente era en labatera significante misma en la que una eleccin poda hacerse. Pero ahora es en laexperiencia donde esa eleccin se muestra conmutativa. Est al alcance del Otro hacer queuno u otro significante est all, introducindose en la experiencia.Los dos nuevos principios que se suman a lo que inicialmente era principio de sucesinimplicando principio de eleccin. Tenemos ahora un principio de sustitucin - y esto es esencial- es a partir de esta conmutatividad que se establece para el sujeto lo que, entre significante ysignificado, llamo la barra; hay entre significante y significado esa coexistencia, esasimultaneidad que al mismo tiempo est marcada por cierta impenetrabilidad, es decir, elmantenimiento de la diferencia, de distancia entre significante y significado.

    S sCuriosamente, la teora de los grupos tal como se la aprende en el estudio abstracto de losconjuntos, nos muestra el nexo absolutamente esencial de toda conmutatividad con laposibilidad de usar lo que llam el signo de la barra del que nos servimos para larepresentacin de las fraccines.Dejemos esto aparte; es una indicacin lateral de aquello de lo que se trata. La estructura de lacadena significante a partir del momento en que ha realizado el llamado al Otro, es decir,donde la enunciacin se superpone, se distingue de la frmula del enunciado, exigiendo algoque es justamente la captura del sujeto que era inicialmente inocente, pero que aqu el matiz esesencial, es inconsciente en la articulacin de la palabra.A partir del momento en que la conmutatividad del significante deviene una dimensin esencialpara la produccin del significado, a saber, que de una forma efectiva y resonante en la

    conciencia del sujeto, la sustitucin de un significante a otro significante ser el origen de lamultiplicacin de esas significacines que carcterizan el enriquecimiento del mundohumano.Otro trmino se dibuja, otro principio, que es el de semejanza, el que hace que en elinterior de la cadena, por relacin al hecho de que en la seriacin de la cadena significante unode sus trminos resulte o no semejante a otro, se ejerce aqu una cierta dimensin de hechosque es, hablando con propiedad, dimensin metonmica.Les voy a mostrar a continuacin que es esencialmente en esta dimensin que se producen losefectos que son carctersticos y fundamentales de lo que podemos llamar el discurso potico,los efectos de la poesa.Es pues al nivel de la segunda etapa del esquema que se produce lo que nos permite poner almismo nivel que el mensaje, en la parte izquierda del esquema, lo que era mensaje en elprimer esquema, la aparicin de lo que es significado del Otro, por oposicin al significante

    dado por el Otro que lo produce sobre la cadena de puntos, de puntos porque estparcialmente articulado,donde est implcito que no representa aqu al sujeto sino en tanto les soporte de la palabra.Se los he dicho, es en la experiencia del Otro en tanto que Otro y teniendo un deseo, que seproduce esa segunda etapa de la experiencia. El deseo desde su aparicin, su origen, semanifiesta en ese intervalo, esa hiancia que separa la articulacin lisa y llana, la lingistera dela palabra, de lo que marca que el sujeto realiza all algo de s mismo que no tiene alcance,sentido, sino por relacin a esa emisin de la palabra que es lo que el lenguaje llama su ser.

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    9/23

    Es entre los avatares de la demanda y lo que tales avatares le hacen devenir, y por otra parteesa exigencia de reconocimiento por el otro, que podemos llamar exigencia de amor, donde sesita un horizonte de ser para el sujeto de quien se trata, de saber si el sujeto puede alcanzarloo no. Es en ese intervalo, en esa hiancia que se sita la experiencia que es la del deseo,aprehensible primero como siendo del deseo del Otro y en cuyo interior el sujeto ha de situarsu propio deseo. Su propio deseo como tal no puede situarse sino en ese espacio. Estorepresenta la tercera etapa, la tercera forma o fase del esquema. Est constituida por esto:

    ante la presencia primitiva del deseo del Otro como opaco, como oscuro, el sujeto est sinrecursos. Est "hilflos; hilflosing heit", empleo el trmino de Freud, en francs se llama"detresse" (indefensin) del sujeto. He all el fundamento de lo que en anlisis ha sidoexplorado, experimentado, situado como la experiencia traumtica.Lo que Freud nos trajo despus de encaminar lo que permiti situar en su verdadero lugar laexperiencia de la angustia, es algo que para m no tiene nada de ese carcter en cierto mododifuso de lo que llamamos la experiencia existencial de la angustia. Que s se pudo definir, enuna referencia filosfica, que la angustia es algo que nos confronta con la nada, frmulajustificable en cierta perspectiva de la reflexin. Sepan que sobre este tema Freud tiene unaenseanza articulada, positiva; l hace de la angustia algo situado en una teora de lacomunicacin. La angustia es una seal. No est a nivel del deseo, suponiendo que el deseodebiera producirse en el mismo lugar donde se origina y se experimenta la indefensin; no es anivel del deseo que se produce la angustia. Retomaremos atentamente este ao, rengln por

    rengln, el estudio de "Inhibicin, sntoma y angustia" de Freud.

    Hoy en esta primera leccin no puedo hacer otra cosa que mostrarles algunos puntos Mayorespara poder encontrar la continuidad del asunto. Freud nos dice que la angustia se producecomo una seal en el yo bajo el fundamento de la indefensin, a lo que est llamada, comoseal a remediar.S que voy muy rpido, que esto merecera un seminario entero, pero no puedo hablarles denada si no comienzo por mostrarles el dibujo del camino que vamos a recorrer.En tanto que al nivel de esa tercera etapa interviene la experiencia especular, la experiencia enrelacin a la imagen del otro en tanto fundante del Urbild del yo que vamos a reencontrar esteao, a utilizar en un contexto que le dar una resonancia muy distinta, lo que hemos articuladoal fin de nuestro primer ao, concerniente a las relaciones del yo ideal y del ideal del yo, vamos

    a ser llevados a repensar todo ello en ese contexto que es la accin simblica que les muestroaqu como esencial.Van a ver qu utilizacin puede tener. No hago slo alusin a lo que ya he dicho y articuladosobre la relacin especular, la confrontacin en el espejo del sujeto con su propia imagen; hagoalusin al esquema: "a..."; es decir, al uso del espejo cncavo que nos permite pensar lafuncin de una imagen real reflejada que no puede ser vista como reflejada sino a partir de unacierta posicin, de una posicin simblica que es la del ideal del yo.Se trata de esto: en la tercera etapa del esquema tenemos la intervencin del elementoimaginario en tanto que tal, de la relacin del yo al otro como siendo el que va a permitir alsujeto remediar esa indefensin en la relacin al deseo del Otro, por qu? Por algo que estomado del juego de dominio que el nio, en una edad electiva, aprendi a manejar en cierta

    referencia a su semejante en tanto que tal.

    La experiencia del semejante en el sentido en que es mirada, donde es el otro quien los mira,donde hay que hacer jugar un nmero de relaciones imaginarias entre las que estn,primeramente, las de prestancia, de sumisin y de derrota. Es en medio de eso, comoAristteles dice que el hombre piensa, hay que decir que el hombre piensa, no hay que decirque el alma piensa, pero el hombre piensa con su alma. Hay que decir que el sujeto sedefiende. Es lo que nos muestra nuestra experiencia.Con su yo se defiende contra esa indefensin, y con el medio que la experiencia imaginaria dela relacin con el otro le da, reconstruye algo que es la diferencia de la experiencia especular

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    10/23

    flexible con el otro, porque lo que el sujeto refleja no es simple juego de prestancia, no es suoposicin al otro en el prestigio y en la finta, es l mismo como sujeto hablante, y es por esoque lo designo aqu como siendo ese lugar de salida, de referencia por donde el deseo va aaprender a situarse, es el fantasma. Es por eso que al fantasma lo simbolizo, lo formulo conesos smbolos, la S/ aqu. Les dira por qu est tachada la S, es decir, el sujeto en tantohablante, en tanto se revela al otro como mirada, al otro imaginario.Cuando tengan que vrselas con algo que es propiamente un fantasma, vern que esarticulable en trminos de referencia al sujeto como hablante al otro imaginario. Es lo quedefine al fantasma... (Falta una pgina).Esto es por lo que comenc por all. No digo que les hice la experiencia ms fcil, es por esoque ahora, para aligerar esta experiencia, voy a darles ya pequeas ilustraciones. Tomarprimero una, y verdaderamente al nivel ms simple porque se trata de relaciones del sujeto alsignificante, lo menos y lo primero que se puede exigir de un esquema es el ver si sirve apropsito de la conmutacin.Me acord de algo que le la otra vez en el libro de Darwin sobre la expresin en el hombre, enel animal y que debo decir que me divirti mucho. Darwin cuenta que un tal Sidney Smith que,supongo, deba ser un hombre de la sociedad inglesa de su tiempo, de l dice Darwin,planteando una pregunta, he escuchado a Sidney Smith decir en una velada, tranquilamente, la

    siguiente frase: "Ha llegado a mis odos que la querida vieja Lady Cock se cort". ("y a coup")(1). En realidad "over look" quiere decir que el inspector no repar en eso, en sentidoetimolgico. "Over look" es de uso corriente en la lengua inglesa. No tiene correspondiente enel uso corriente francs. Es por eso que el uso de las lenguas es tan til y daino a la vezporque nos evita de hacer la sustitucin de significantes en nuestra propia lengua gracias a locual podramos llegar a apuntar un cierto significado, ya que se trata de cambiar todo elcontexto para obtener el mismo efecto para una sociedad anloga. Eso podra querer decir: elojo lo pas por encima, y a Darwin le maravilla que fue claro para todos, y sin ninguna duda, loque quiso decir, que el diablo la tena olvidada, que haba olvidado arrastrarla a la tumba, lacual pareca ser en ese momento, en el espritu del auditorio, su lugar natural, deseado. Darwindeja abierto el punto de interrogacin: cmo hizo aqul para lograr ese efecto?. Y admite: "soyincapaz de decirlo".Podemos estarle reconocidos a l por marcar en la experiencia que all hace, de una manera

    especialmente significativa y ejemplar, su propio lmite en el abordaje de ese problema. Quehaya tomado de una cierta manera el problema de las emociones, decir que la expresin de lasemociones est interesada justamente a causa del hecho de que el sujeto no manifiestaestrictamente ninguna, que dice eso "placidely", es quiz para llevar las cosas un poco mslejos. En todo caso, Darwin no lo hace, est verdaderamente muy sorprendido de eso que hayque tomar al pie de la letra, porque como siempre cuando estudiamos un caso no hace faltareducirlo tornndolo vano.Darwin dice: todo el mundo comprendi que el otro hablaba del diablo en tanto que el diablo noesta por ninguna parte, y eso es lo interesante, el que Darwin nos dice que el escalofro deldiablo pas por todos.Tratemos de comprender un poco.

    No nos vamos a detener sobre las l imitaciones mentales propias de Darwin, igual llegaremosal asunto, pero no enseguida. Lo que hay de cierto es que desde el principio algo que participade un conocimiento sorprendente, porque no hay necesidad de haber planteado los principiosdel efecto metafrico, de la sustitucin de un significante a otro significante; no hay necesidadde exigir de Darwin que tenga el presentimiento por el que se percata del efecto que en todoslos casos llega a lo que l no articula, en el hecho de que una frase que comienza cuando dice"Lady Cock" se termina normalmente por "ill", enferma. He odo decir tambin que hay algo queno va de un lado a otro, puesto que la sustitucin de algo que parece que se oye, una noticiaconcerniente a la salud de la vieja dama, porque es siempre de su salud que se ocupa enprincipio cuando se trata de las viejas damas, y reemplazado por cualquier otra cosa, hastairreverente en cierto modo.

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    11/23

    No dice ni que est por morir, ni tampoco que se porta muy bien. Dice que ha sido olvidada.Qu es lo que interviene para que ese efecto metafrico, a saber en todo caso, otra cosa quelo que querra decir "over look" podra ser considerada? Es en tanto no considerado que essustituido a otro significante, que un efecto de significado nuevo se produce, que no est ni enla lnea de lo que se tent ni en la de lo no considerado. Si esa desconsideracin no estuvieracarcterizada justamente como tal, algo original habra estado realizado de una cierta manera

    en el espritu de cada uno segn ngulos de refraccin propios.En todos los casos hay aperturade un nuevo significado a algo que hace que, por ejemplo, Sidney Smith pase en el conjuntopor un hombre de chispa, que no se expresa por clichs.Pero, por qu diablo?Si nos remitimos a nuestro pequeo esquema, nos ayudar mucho. Es para eso que sirve, sise hacen esquemas, para servirse de ellos. Se puede igualmente llegar al mismo resultado sinellos (en s'en passant) pero el esquema de alguna manera nos gua, nos muestra muyevidentemente lo que pasa en lo real, lo que se presentifica, un fantasma hablando conpropiedad, y por qu mecanismos? Es aqu que el esquema puede tambin ir ms lejos quelo qu permite, dira yo, una nocin de tipo ingenua de que las cosas estn hechas paraexpresar algo, que se comunicara una emocin, como se dice, como si las emociones noplantearan, en s tantos otros problemas, como ser, lo que ellas son, si tienen en si necesidad

    de comunicacin.Nuestro sujeto, se nos dice, est perfectamente tranquilo, se presenta en estado puro, siendola presencia de su palabra puro efecto metonmico; quiero decir, su palabra en tanto palabra ensu continuidad de palabra, y en esa continuidad de palabra precisamente hace intervenir eso:la presencia de la muerte en tanto que el sujeto puede o no puede escaparle, sin embargoevoca esa presencia de algo que guarda gran parentesco con la llegada al mundo delsignificante. Quiero decir que si hay una dimensin donde la muerte, o el hecho de que no estall, puede ser a la vez directamente evocada, al mismo tiempo velada y en todo casoencarnada por llegar inmanente a un acto, es la articulacin significante. Es por cuanto elsujeto que habla tan ligeramente de la muerte que no la quiere en especial a esa dama, y porotra parte, la perfecta placidez con que habla implica, justamente, que al respecto ha dominadosu deseo, en tanto el deseo como en "Volpone" podra expresarse por la amable frmula:pdrete y revienta. (puet creve).No dice eso, articula simplemente que es el nivel que nos vale lo que cada uno a su turno porun instante olvid, pero eso, si as puedo decirlo, no es el diablo y (.....) eso (a) llegar un dau otro, y a la vez ese personaje se plantea como no dudando en igualarse con aquella de laque habla, de ponerse al mismo nivel, bajo el peso de la misma falta, de la misma legalizacinterminal para el amo absoluto aqu presentificado.En otras palabras, aqu el sujeto se revelarespecto de lo que est velado en el lenguaje como teniendo una suerte de familiaridad, decompletud, de plenitud de manipuleo del lenguaje, que sugiere, qu? Justamente algo sobrelo que quiero terminar porque es lo que falta a todo lo que dije en el desarrollo en tres etapas,para que aqu el resorte, el relieve de lo que quiero articularles, sea completo.A nivel del primer esquema tenemos una imagen inocente. Es inconsciente que no demandams que pasar al saber. No olvidemos que en la inconsciencia era una dimensin de tener

    conciencia, an en francs, implica esta nocin.

    Al nivel de la segunda y tercera etapas del esquema, les dije que tenemos un uso msconsciente del saber, quiero decirles que el sujeto sabe hablar y habla. Es lo que hace cuandollama al otro, y por tanto es all donde se encuentra la originalidad del campo que Freuddescubre y que llama lo inconsciente, es decir, ese algo que pone siempre al sujeto a ciertadistancia de su ser, lo que hace que precisamente ese ser no se le junte jams, y que por esoes necesario que no pueda hacer otra cosa que alcanzar su ser en esa metonimia del ser en elsujeto que es el deseo.Por qu? Porque al nivel en que el sujeto est empeado, metido lmismo en la palabra y por ah en la relacin al Otro como tal, como lugar de la palabra, hay unsignificante que falta siempre. Por qu? Porque es un significante, y el significante est

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    12/23

    especialmente delegado a la relacin del sujeto con el significante. Ese significante tienenombre: es el falo.El deseo es la metonimia del ser en el sujeto; el falo es la metonimia del sujeto en el ser.Volveremos. El falo, en tanto es elemento significante sustrado a la cadena de la palabra, entanto enlaza toda relacin con el Otro, es ah el principio lmite que hace que el sujeto en tantoimplicado en la palabra, caiga bajo el golpe de lo que se desarrolla en todas sus consecuencias

    clnicas bajo el trmino de complejo de castracin.Es lo que sugiere toda especie de uso, nodigamos puro, puede ser ms impuro de los vocablos (mot) de la tribu, toda especie deinauguracin metafrica, por poco audaz que se haga y en desafo de lo que la lengua siemprevela, y eso que vela en ltimo lugar, es la muerte.Eso siempre tiende a hacer surgir esa figura enigmtica del significante faltante, el falo , queaqu aparece como siempre bajo la forma llamada diablica, oreja, pene, an el mismo falo, y sien ese uso (du cage) de jaula la tradicin del "jeu d'esprit" ingls, ese contenido que nodisimula menos el deseo ms violento, pero ese uso se basta a s para hacer aparecer en loimaginario, en el otro que est como espectador, en el pequeo a, esa imagen del sujeto entanto marcado por la relacin a ese significante especial, que se llama lo prohibido, en tantoviola una interdiccin, en tanto muestra que ms all de las prohibiciones que hacen la ley dellenguaje, no se habla as de las viejas damas.Hay al menos un seor que oye hablarplcidamente del mundo y hace aparecer al diablo, en ese punto el querido Darwin se

    pregunta: Cmo diablos hace eso?Aqu los dejar hoy. Retomaremos la prxima vez un sueo en Freud, trataremos de aplicarlenuestros mtodos de anlisis, lo que tambin nos permitir situar los diferentes modos deinterpretacin.NOTA DEL TRADUCTOR(1) Suponemos que la referencia al texto de Darwin es incompleta.

    La traduccin de este captulo pertenece a Adriana Calzetta, Hugo Levn, Jaime Reises y DianaWeindichasky, con la colaboracin de Adelfa Jozami. Escuela Freudiana de Buenos Aires.

    El deseo y su interpretacinCLASE 219 de Noviembre de 1958Primero querra ubicar los lmites de lo que quiero hacer hoy, quiero decir enesta misma leccin, enunciar eso que les mostrar y abordar el ejemplo de

    interpretacin de un sueo, as como el uso de lo que convencionalmente llamamos desdehace un tiempo, el grafo.Como contino ese discurso, si me atrevo a expresarlo no simplemente por encima de suscabezas, querra que se estableciese a travs de l cierta comunicacin, como se dice. No hedejado de hacerme eco de sus dificultades ya la ltima vez, pero este grafo, lo hemosconstruido juntos el ao pasado, es decir, puesto a punto progresivamente, lo han visto dealguna manera edificarse en las necesidades de cierta formulacin centrada alrededor de loque he llamado formaciones del inconsciente.Que ustedes no pudiesen, como lo haca notar, darse cuenta de que su uso no era todavaunvoco, no es para asombrarse, puesto que precisamente una parte de lo que habremos dearticular este ao sobre el deseo nos mostrar la utilidad, a la vez que nos ensear su manejo.

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    13/23

    Se trata, pues, en primer trmino, de su comprensin. A propsito de ese trmino"comprensin", querra remarcarles les aseguro que no hay en ello ninguna irona que esun trmino problemtico. Si hay entre ustedes quienes comprenden siempre y en todo instantelo que hacen, los felicito y los envidio. No es lo que corresponde, incluso despus deveinticinco aos de ejercicio, mi experiencia me muestra bastante los peligros que ellocomporta, peligro de ilusin de comprender todo, porque no se dude de que busco mostrarlesque eso que hago, no es de ninguna manera comprender, sino del saber.

    No es siempre lo mismo, eso puede no confundirse, y vern que hay razones internas para queeso no se confunda que puedan en ciertos casos saber qu hacer, saber dnde estn, sinsaber comprender siempre, al menos inmediatamente, de qu se trata.El grafo est hecho precisamente para este punto de referencia, est destinado a anunciaralgo. Hoy pienso, si tengo tiempo, poder comenzar a ver por ejemplo, cmo este grafo, y creoque slo este grafo o algo bien entendido anlogamente, permite distinguir, por ejemplo, trescosas; para distinguirlas por posiciones, por situaciones diferentes, tres cosas que, debo decir,ustedes confunden con demasiada frecuencia, hasta deslizar sin precaucin de una a otra, loreprimido, por ejemplo. Habremos de decirlas como Freud las defini: lo reprimido, el deseo yel inconsciente .Rehagamos al menos a pequeos pasos antes de aplicarlo, para que no quede duda de lo que

    representa lo que llamamos los dos pisos, aunque bien entendido, es eso mismo que trae ladificultad para muchos de Ustedes, esos dos pisos no corresponden para nada con lo quehabitualmente se les presenta a nivel de lo que podra llamarse lo arquitectnico de lasfunciones, superiores e inferiores, automatismo y funcin de sntesis.Es justamente para que no lo encuentren que esos dos pisos aparecen, y es porque quierointentar rearticularlos ante Ustedes, puesto que parece que el segundo piso de la construccin,piso abstractamente definido, porque ese grafo es un discurso, no puede decir todo al mismotiempo, ese segundo piso que no es forzosamente una etapa, tiene para nosotros ciertadificultad.Retomo las cosas. Cul es la meta de ese grafo? Mostrarles las relaciones, para nosotrosesenciales, ms an en tanto somos analistas, del sujeto hablante con el significante.Al fin de cuentas, la pregunta alrededor de la cual se divisan esos dos pisos, es la misma paral, el sujeto hablante es un buen signo que para nosotros. Deca hace un momento:sabemos lo que hacemos? y bien, tambin l, sabe o no lo que hace al hablar? Eso quieredecir: puede significarse eficazmente su accin de significacin?Es justamente alrededor de esta cuestin que se reparten esos dos pisos de los que les digoenseguida, pues parece habrsele escapado a algunos la ltima vez, que es necesario pensarque funcionan los dos al mismo tiempo en el menor acto de palabra, y vern qu es lo queentiendo por el trmino acto de palabra.En otros trminos, si piensan en el proceso de lo que pasa en el sujeto, en tanto interviene ensu actividad el significante, es necesario que piensen lo que he tenido la ocasin de articularpara uno de Ustedes a quien daba un suplemento de explicaciones despus de mi seminario,

    si lo subrayo es porque mi interlocutor me haca notar lo que podan no haberse dado cuenta, asaber: que el proceso en cuestin parte al mismo tiempo de cuatro puntos: , A, d y D, es decir -pueden ver que es la puntuacin de mi exposicin de hoy, en ese sentido respectivamente, laintencin del sujeto, el sujeto en tanto yo ( je) hablante, el acto de la demanda y eso quellamaremos siempre con un cierto nombre y que dejo reservado por ahora .Los procesos, pues, son simultneos en esos cuatro trayectos: d' - - I - s(A). Pienso que estbastante apretado.

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    14/23

    Hay, pues, dos pisos en el hecho de que el sujeto hace algo que est en relacin con la accinprevalente, la estructura prevalente del significante. En el piso inferior, recibe, padece estaestructura. Esto es especialmente aparente. Entienden bien lo que digo, puesto que no haynada improvisado; son los que estn en lo cierto.Eso toma su valor por estar especialmente no nicamente, sino especialmente ilustrado.Quiero decir que es ah especialmente comprensible, pero al mismo tiempo eso puede hacer

    que no vean toda la generalidad, a saber que eso engendra ciertas incomprensiones. Dganloseguido, cada vez que comprenden, comienza el peligro. Esto toma su valor especialmente enel contexto: digo contexto de la demanda, es en ese momento que el sujeto en ese nivel, enese piso, la lnea de la intencionalidad del sujeto, de lo que suponemos ser el sujeto, un sujetoque no ha devenido sujeto hablante, tanto que es el sujeto del que siempre se habla, del queincluso dira, se habla hasta aqu, puesto que no s de nadie que haya hecho nuncaverdaderamente bien la distincin como intento aqu introducirla, el sujeto del conocimiento,para decirlo todo, el sujeto correlativo del objeto, el sujeto alrededor del cual gira la eternacuestin del idealismo, y que es l mismo un sujeto ideal, tiene siempre algo de problemtico, asaber, como lo he hecho notar y como su nombre lo indica, no es sino sujeto supuesto.No es lo mismo, lo vern, para el sujeto que habla, que se impone con completa necesidad.El sujeto, pues, en el contexto de la demanda, es el primer estado, si puedo decir, informado de

    nuestro sujeto en nosotros, de quien intentamos articular por ese grafo las condiciones deexistencia. Ese sujeto no es otro que el sujeto de la necesidad; luego, es quien se expresa enla demanda, y no tengo necesidad de volver all una vez ms. Todo mi punto de partidaconsiste en mostrar cmo esa demanda, al mismo tiempo que el sujeto, est profundamentemodificada por el hecho de que la necesidad debe pasar por los desfiladeros del significante.

    No insisto ms porque lo supongo adquirido, pero quiero con el propsito de hacerles notar quees precisamente en este intercambio entre la posicin primitiva inconstituida del sujeto de lanecesidad y las condiciones estructurales impuestas por el significante, que reside lo que seproduce y est aqu representado por el hecho de que la lnea D-S es llena hasta A, mientrasque ms all de ah queda fragmentada; que inversamente, en tanto que es anterior a pequeas(A) que la lnea llamada de intencionalidad, en la ocasin del sujeto, est fragmentada y queno est llena sino despus, decimos especialmente en ese segmento, e inclusoprovisoriamente porque habr de insistir ms abajo en eso, en tanto no han tenido en cuenta la

    lnea A - m - i(a) - s(A).Por qu es as? Es necesario que no me retrase eternamente sobre ese grafo, de tanto entanto volveremos all

    Qu es lo que representa en otros trminos esa continuidad de la lnea hasta ese punto A delque saben que es el lugar del cdigo, el lugar donde yace el tesoro de la lengua en susincrona, quiero decir, la suma de los elementos temticos o taxonmicos, sin que haya mediode comunicar entre esos seres que estn sometidos a las condiciones del lenguaje?

    Lo que representa la continuidad de la lnea D-S hasta el punto A, es esa sincrona de laorganizacin sistemtica de la lengua, quiero decir que sincrnicamente est dado como unsistema, como un conjunto en el interior del cual cada uno de esos elementos tiene su valor en

    tanto que distinto de los otros, otros significantes, otros elementos del sistema. Es ah, lesrepito, el punto clave de todo lo concerniente a la comunicacin.Lo olvidado siempre en las teoras de la comunicacin es que lo que es comunicado no essigno de algo; es simplemente el signo de lo que est en el lugar donde otro significante noest.Es de la solidaridad de este sistema sincrnico en tanto que reposa en el lugar del cdigo, queel discurso de la demanda, en tanto anterior al cdigo, toma su solidez, en otros trminos, queen la diacrona, es decir, en el desarrollo de ese discurso, aparece lo que se llama minimum de

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    15/23

    duracin exigible para la satisfaccin, aunque fuese lo que se llama una satisfaccin mgica o,al menos, de repulsa, a saber, el tiempo de hablar.Es en razn de esta relacin que la lnea del discurso significante, del discurso significante dela demanda, puesto que est compuesto de significantes, debera aparecer aqu yrepresentarse bajo la forma fragmentada que vemos subsistir bajo la forma de una sucesin deelementos discretos, separados por intervalos. Es en razn de la solidez sincrnica del cdigo,

    del que los elementos sucesivos estn tomados, que se concibe esa solidez de la afirmacindiacrnica y la constitucin de lo que se llama en la articulacin de la demanda, el tiempo de lafrmula.Pues es con anterioridad al cdigo, o ms ac del cdigo, que esta lnea se presenta comocontinua. Al contrario, qu es lo que representa aqu este grafo por la lnea fragmentada quees la de la intencionalidad del sujeto?Es en el interior de lo que son sus primeras identificaciones, lo que se llama en la ocasin lamadre, la madre como omnipotente.Pasemos al segundo piso de ese grafo, cuya representacin la ltima vez, parece al menospara algunos, ha tenido algunas dificultades. Este segundo piso es otra cosa que el sujeto quepasa bajo los desfiladeros de la articulacin significante.. Es el sujeto que asume el acto dehablar, es el sujeto en tanto que yo (je); todava aqu me es necesario suspender algunaarticulacin de reserva esencial.Despus de todo, ese yo (je), no me retrasar all, voy a hacerles notar en el origen, este yo(je), en tanto que all he hecho alguna alusin en algn desarrollo, no es nuestro asunto, es, noobstante, el yo del "pienso, luego soy". Sepan que se trata aqu de un parntesis. Todas lasdificultades que me han sido sometidas han sido a propsito del "pienso, luego soy", en cuantoa que eso no tena ningn valor probatorio, puesto que el yo (je) ya est puesto en el "pienso" yque no hay, despus de todo, ms que un cogitatum, ello piensa, y por qu estara yo (je) ahdentro?Creo que todas las dificultades se elevan de la no distincin de dos sujetos, tal como se los hearticulado en primer lugar, a saber que ms o menos, primero yo pienso ms o menos sin

    razn en ese dato (report), en esa experiencia que nos confa la filosofa, la confrontacin deun sujeto a un objeto, por consecuencia, a un objeto imaginario entre los que no es destacableque el yo (je) no ser un objeto entre otros.Por el contrario, si ponemos la cuestin en el nivel del sujeto definido como hablante, el asuntotomar otro camino, como mostrar la fenomenologa que voy a indicarles ahora.Para quienes quieran referencias concernientes a toda esta discusin del yo (je) del cogito, lesrecuerdo que hay un artculo ya citado del seor Sartre en las Investigaciones filosficas.El yo (je) del cual se trata, no es simplemente el yo (je) articulado en el discurso, el yo (je) entanto se pronuncia en el discurso; es eso que los lingistas llaman, por lo menos desde hacealgn tiempo, un shifter.Es un semantema que no tiene empleo articulable en funcin del cdigo, quiero decir, enfuncin pura y simplemente del cdigo articulable lexicalmente. Es, como la experiencia mssimple lo muestra, que el yo (je) no se relacina nunca con algo que pueda ser definido enfuncin de otros elementos del cdigo, sino simplemente, en funcin del acto de mensaje. El yo(je) designa lo que es el soporte del mensaje, es decir, algo que vara a cada instante.No es para romperse demasiado la cabeza, pero quisiera hacer notar lo que resulta de eso,que este yo (je) es esencialmente distinto a partir de ese momento, como enseguida voy ahacrselos sentir. Eso que se puede llamar el sujeto verdadero del acto de hablar, dira unaconstante presuncin de discurso indirecto, quiero decir que podra muy fcilmente estar

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    16/23

    seguido, el discurso mismo, de un parntesis: "yo (je), que hablo", o "yo (je) digo que"; esto, porotra parte , es muy evidente , como otros lo han notado antes que yo, por el hecho de que undiscurso que formula "digo que" y agrega enseguida "y lo repito", no dice en ese "lo repito" algointil, en tanto es, justamente, para distinguir los dos que estn en cuestin, el que ha dicho yel que adhiere a quien ha dicho lo que ha dicho.En otros trminos, todava, quiero sugerir la diferencia que son acciones simblicas, estn

    sujetas a inscripcin. A menudo es accin para hacer acto, y va en contra de lo que pasa, oms exactamente conforme a lo que pasa en el juicio de instruccin, o todo lo que haga podrser usado en su contra, todas sus acciones estarn impuestas en un contexto de lenguaje yque incluso sus gestos son gestos que no son nunca ms que gestos para elegir en un ritualpreestablecido, a saber, en una articulacin de lenguaje.Y Freud, en esto, sabe lo que hace? No.No es otra cosa que lo que expresa el segundo piso de mi grafo, a saber, que ese segundopiso no vale sino a partir de la pregunta del Otro, Che vuoi?, qu quieres?, y que hasta esemomento de la pregunta, quedamos en la inocencia y en la tontera.Intento aqu hacer esta prueba de que el didactismo no pasa obligatoriamente por la tontera.No puede ser sobre Ustedes que se base para que la demostracin se realice.

    En relacin a esta pregunta, y en las respuestas que el segundo piso del esquema articula,dnde se ubican los puntos de cruce entre el discurso verdadero, que est sostenido por elsujeto, y lo que se manifiesta como querer en la articulacin de la palabra? Donde esos puntosde cruce se ubiquen est todo el misterio de ese smbolo que parece hacerse opaco paraalgunos.Este discurso que se presenta en ese nivel como llamado del ser, no es lo que tiene el aspectode ser, lo sabemos por Freud; y es eso lo que el segundo piso del grafo intenta mostrarnos.No se puede al principio ms que sorprenderse, que no lo reconociesen, pues es lo que Freudha dicho; qu es lo que hacemos todos los das si no es esto; mostrar que, a ese nivel, a niveldel acto de la palabra, el cdigo est dado por algo que no es la demanda primitiva, que es una

    cierta relacin del sujeto a esta demanda en tanto el sujeto ha quedado marcado por susavatares. Es eso que llamamos las formas orales , anales y otras, de la articulacininconsciente; y es por eso que no me parece provocar muchas discusiones. Hablo simplementecomo admisin de las premisas que situamos aqu a nivel del cdigo. La frmula: el sujeto entanto marcado por el significante en presencia de su demanda como dando el material, elcdigo de ese discurso verdadero, que es el verdadero discurso del ser en ese nivel.En cuanto al mensaje que recibe, se al que ya he hecho alusin muchas veces, es todo elproblema de la perspectiva analtica, a saber, qu es ese mensaje. Puedo dejarlo por hoy enestado problemtico, y simbolizarlo por un significante presumido como tal. Es una formapuramente hipottica, es un X, un significante del Otro puesto que es en el nivel del Otro que lapregunta est ubicada por otra marca, que es justamente el elemento problemtico en lapregunta concerniente al mensaje.En resumen: la situacin del sujeto a nivel del inconsciente, tal como Freud lo articula, no soyyo, es Freud quien lo ha articulado, es que no sabe con quin habla. Necesitamos revelarle loselementos propiamente significantes de su discurso, y que no sabe tampoco el mensaje que lellega realmente a nivel del discurso del ser.En otros trminos, no sabe el mensaje que le llega de la respuesta a su demanda en el campode lo que quiere; Ustedes saben ya la respuesta, la respuesta verdadera; no puede ser msque una, a saber, el significante y nada ms, que est especialmente afectado para designarjustamente las relaciones... (falta en el original)

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    17/23

    Se los he dicho, a pesar de todo quiero expresarlo, porque ese significante es el falo. Inclusopara los que escuchan por primera vez, les pido que acepten esto provisoriamente. Loimportante no es eso, lo importante es que para lo que no puede tener respuesta posible,puesto que la nica respuesta posible es el significante, que designa esas relaciones con elsignificante, l, el sujeto, se anonada y desaparece. Es justamente esta demanda directamenteubicada sobre el falo, a saber, la castracin o esta nocin de falta de falo que; en uno u otrosexo, es algo que viene a terminar el anlisis, como Freud se los hago notar lo ha

    articulado.

    Pero no estamos aqu para repetir esas verdades primeras. S que esto pega sobre los nerviosde algunos que hacen demasiados malabares desde hace tiempo con el ser y el tener;pero sele pasar , porque eso no quiere decir que en el curso de esto no vayamos a hacer una colectapreciosa, una colecta clnica, una colecta que permita incluso en el interior de mi enseanzaproducirse con todas las carctersticas tpicas de lo que llamara "la onda mdica".Se trata de situar en el interior de esto lo que quiere decir el deseo.Lo hemos dicho, hay, pues, en ese segundo piso tambin, un tesoro sincrnico, hay unabatera de los significantes inconscientes para cada sujeto; hay un mensaje en el que seanuncia la respuesta al che vuoi? , y se anuncia, como pueden constatarlo, peligrosamente.

    Incluso eso que les he hecho notar al pasar, historia para evocarles recuerdos imaginados, quehacen de la historia de Abelardo y Elosa la ms bella historia de amor.Qu quiere decir el deseo? Dnde se sita? Pueden notar que en la forma completa delesquema, tiene aqu una lnea punteada que va del cdigo del segundo piso a su mensaje porintermedio de dos elementos. d significa el lugar donde el sujeto desciende, y $ frente a lapequea a significa - lo he dicho, lo repito - el fantasma.Esto tiene una forma, una disposicin homolgica en la lnea que, de A, incluye en el discursoel yo (moi), la m en el discurso, decimos la persona plena con la imagen del otro, es decir, esarelacin especular que he ubicado como fundamental en la instauracin del yo (moi).Hay en la relacin entre los dos pisos, algo que merece ser ms plenamente articulado. No lo

    hago hoy, no slo porque no tenga tiempo; estoy dispuesto a tomarme todo mi tiempo paracomunicarles lo que tengo que decirles, sino porque quiero tomar las cosas de una maneraindirecta, para que sea susceptible de hacerles sentir su alcance. No son incapaces de adivinarlo que puede tener de rico que eso sea una cierta reproduccin de una relacin imaginaria anivel del campo de hiancia determinada entre los dos discursos, en tanto que esa relacinreproduce homolgicamente lo que se instala en la relacin al otro en el juego de prestancia.No son incapaces de presentir, desde ahora, pero bien entendido, presentirlo como que estotalmente insuficiente. Quiero, antes de articularlo plenamente, hacerlos detener un instantesobre lo que comporta en el interior, situado, plantado en el interior de esta economa, eltrmino deseo.Lo saben; Freud ha introducido este trmino al principio del anlisis. Lo introdujo a propsitodel sueo, y bajo la forma del "Wunsch", es decir, de algo que se articula sobre esta lnea. El

    "Wunsch" no es en s mismo deseo slo en s; es un deseo formulado, es un deseo articulado.Es en lo que quiero un instante detenerlos, es en la distincin que merece que se instale eintroduzca este ao, del ser llamado deseo con ese "Wunsch". Han ledo "La ciencia de lossueos", y este momento del que les hablo marca el momento en que este ao comenzamos ahablar de eso.De la misma forma que el ao pasado comenzamos por el chiste, comenzamos este ao por elsueo. Han notado desde las primeras pginas, y hasta el final, que si piensan el deseo bajo laforma en que se las tienen que ver todo el tiempo en la experiencia analtica, donde se les da

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    18/23

    soga para retorcer, por sus excesos, por sus desviaciones, por sus desfallecencias, les digo eldeseo sexual, el que con alternancias ejerce sobre todo el campo analtico un cono de sombramuy destacable sobre aquello de lo que se trata en el anlisis.Saben, pues , notar la diferencia, a condicin de que lean verdaderamente, es decir, nocontinuar pensando en sus pequeeces mientras vuestros ojos recorren la Traumdeutung.Percibirn que es muy difcil asir ese famoso deseo ; que en cada sueo pretendidamente se lo

    encuentra en todas partes.Si tomo el sueo inaugural, el sueo de la inyeccin de Irma, del que hemos hablado muchasveces, sobre el cual tengo un pequeo escrito, y sobre el cual reescribira, sobre el quepodramos hablar un largo tiempo; recuerden lo que es el sueo de la inyeccin de Irma. Ququiere decir exactamente? Eso queda muy incierto, incluso en lo que llega l mismo, Freud, enel deseo del sueo.(Falta una pgina ) .Se trata de saber por qu, pero para saber por qu, quiero detenerme un instante en esascosas evidentes que nos da el uso y el empleo del lenguaje, a saber, lo que quiere decircuando se dice de alguien, si es un hombre o si es una mujer, y qu es lo que se quiere decircuando se dice a una mujer: "yo la deseo" (je vous desire). (1).Es que quiere decir - como el optimismo moralizante sobre el que me ven de vez en cuandoromper lanzas en el interior del anlisis - estoy dispuesto a reconocer al ser de Ustedes tantosms derechos que al mo para prevenir todas sus necesidades, a pensar en vuestrasatisfaccin: Seor (Seigneur), que vuestra voluntad se haga antes que la ma? Es eso lo quequiere decir?Pienso para evocar en Ustedes las sonrisas que veo felizmente desarrollarse a travs de estaasamblea. Nadie, por otra parte, cuando se emplean las palabras que conviene, se engaasobre lo que quiere decir la alusin a un trmino, por ms genital que sea.La respuesta es sta: Yo deseo decimos para emplear las buenas y fuertes palabras que danvueltas por ah acostarme con Usted. Es mucho ms verdadero, hay que reconocerlo. Pero

    es tan verdadero como eso? Es verdadero; en un cierto contexto, dira social, y despus detodo porque quiz vista la extrema dificultad de dar su resultado exacto a esta formulacin, "ladeseo a Usted", se encuentra, despus de todo nada menos que para probarlo.

    Cranme: quiz basta que esta palabra no sea ligada al inconmensurable impedimento yrotura de platos que entraan los propsitos que tienen un sentido, basta quiz con que estapalabra no sea pronunciada ms que en el interior, para que enseguida capten que si esapalabra tiene un sentido, es un sentido muy difcil de formular. "La deseo a Usted", articuladoen el interior, si puedo decirlo, de lo que concierne a un objeto, es con poca diferencia estos"Usted es bella" alrededor de lo que se fijan, se condensan todas las imagenes enigmticas, asaber: la deseo porque Usted es el objeto de mi deseo; dicho de otro modo, Usted es el comndenominador de mis deseos .Es algo que en realidad moviliza, orienta en la personalidad una cosa muy distinta de aquello

    hacia lo cual parece ordenarse por convencin una meta precisa .En otros trminos, para referirnos a una experiencia menos potica, a propsito de la menordistorsin de la personalidad en imagenes, cmo de pronto y en primer plano, viene a surgir apropsito de esta implicacin en el deseo, la estructura del fantasma.Decir a alguien: deseo a Usted, es muy precisamente, decirle, pero no nos lo da la experienciacotidiana, salvo para los bravos e instructivos pequeos perversos, pequeos y grandes, esdecirle: lo implico a Usted en mi fantasma fundamental.

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    19/23

    Es aqu, puesto que he decidido este ao no pasarme ms all de cierto tiempo - esperosostenerlo todava - la prueba de que quiero hacerme entender, es aqu, es decir, antes delpunto donde pensaba concluir hoy, que me detendr. Me detendr al designar este punto delfantasma que es un punto esencial, el punto clave alrededor del cual les mostrar la prximavez cmo hacer girar el punto decisivo donde debe producirse, si ese trmino deseo tiene unsentido diferente del de anhelo en el sueo, donde puede producirse la interpretacin deldeseo.Ese punto es, pues aqu, y puedo hacerles notar que ha partido del circuito punteado, que esesta especie de pequeo cabo que se encuentra en el segundo piso del grafo.

    Quisiera decir, simplemente, para dejarlos un poco con las ganas, que ese pequeo punteadono es otra cosa que el circuito en el que gira, es por eso que est construido as, y es porqueeso una vez que est alimentado al comienzo, se pone a girar indefinidamente en el interiordonde giran los elementos de lo reprimido.En otros trminos, es el lugar en el grafo, del inconsciente como tal, es de eso y slo de esoque Freud ha hablado hasta 1915, cuando concluye por los dos artculos que se llaman,respectivamente, "El inconsciente" y "La represin".Es ah donde retomar para decirles hasta qu punto est articulado en Freud, de una maneraque sostiene, que es la sustancia misma de lo que intento hacerles comprender concerniente alsignificante; es, a saber, lo que Freud mismo articula muy bien de la manera menos ambiga,algo que quiere decir: nunca jams pueden estar reprimidos ms que elementos significantes.Est en Freud, slo falta el vocablo "significante" . Les mostrar que lo que Freud habla en suartculo sobre el inconsciente, concerniente a lo que puede estar reprimido, no puede ser sinosignificante .Veremos eso la prxima vez. Ahora vean oponerse aqu dos sistemas, el sistema aqupunteado - lo hemos dicho- es el lugar del inconsciente y donde lo reprimido gira en redondohasta el punto donde se hace sentir, es donde algo del mensaje, al nivel del discurso del ser,viene a desordenar el mensaje a ni... ( falta en el original )Hay otro sistema, el que prepara lo que llamo el pequeo rellano, a saber, el descubrimiento

    del avatar, descubrimiento, porque haba hecho el esfuerzo para habituarme al primer sistemaque, como Freud les ha hecho el fatal beneficio de dar el paso siguiente antes de su muerte, esdecir, que Freud, en su segunda tpica ha descubierto el registro del otro sistema punteado;pequeo rellano, es justamente a lo que corresponde la segunda tpica. En otros trminos, loque concierne a eso que pasa, es en la medida en que es interrogado sobre lo que pasa a niveldel sujeto prediscurso (prdiscours), pero en funcin de eso que hace que el sujeto que hablano sepa lo que hace al hablar, es decir, a partir del momento en que el inconsciente esdescubierto como tal, que Freud, si Ustedes quieren, ha podido esquematizar las cosas, aqubuscadas, a nivel de ese sitio original donde ello habla, en relacin a una aspiracin que es ladel resultado del proceso en I.En ese momento, se constituye el yo (moi), el yo (moi) que ha de referirse a la primeraformulacin, la primera captura en la demanda, del ello. Es as tambin que, Freud hadescubierto ese discurso primitivo en tanto puramente impuesto, y al mismo tiempo en tanto

    que marcado por su arbitrariedad bsica, que eso contina hablando, es decir, el supery.Es as, bien entendido que ha dejado algo abierto, en esa funcin bsicamente metafrica dellenguaje, que nos ha dejado algo para descubrir, para articular, que completa su segundatpica, y que permita restaurarla, resituarla, restituirla en el conjunto de su descubrimiento .NOTA DEL TRADUCTOR(1) En espaol, ms estricto es "la deseo a Usted".

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    20/23

    El Deseo y su interpretacinCLASE 3

    26 de Noviembre de 1958Comienzo por cumplir mis promesas. La ltima vez les haba indicado el

    artculo de Sartre que se llama "La trascendencia del ego", esbozo de unadescripcin fenomenolgica. Ese artculo se encuentra en el sexto volumen de las "RecherchesPhilosophiques'', pginas 85 a 103, una excelente revista que dej de aparecer con la guerra ycon la desaparicin de su editor, Boivin.Muchos de Ustedes escucharon anoche el relato clnico de uno de nuestros amigos y excelentepsicoanalista, sobre el tema del obsesivo. Lo escucharon hablar a propsito del deseo y de lademanda.Procuramos poner de relieve, porque no es una cuestin solamente terica, sino que estligada a lo esencial de nuestra prctica, esa cuestin alrededor de la cual se juega el problemade la estructura del deseo y la demanda que es algo que sin duda, se aplica directamente a laclnica, la vivifica, la vuelve dira comprensible. Dira casi que es un signo el haberla

    manejado demasiado al nivel de la comprensin; pueden experimentar no s qu sentimientode insuficiencia, y por otra parte es verdad, es que el nivel de la comprensin est lejos deagotar los resortes de lo que es la estructura que procuramos penetrar, porque es sobre ellaque tratamos de actuar, y que la clave alrededor de la cual debemos hacer pivotear esadistincin de la demanda y el deseo, por cuanto despus clarifica la demanda, pero que, alcontrario, sita bien en su lugar, es decir, en su punto estrictamente enigmtico, la posicin deldeseo del hombre. La clave de todo esto es la relacin del sujeto al significante. Lo quecarcteriza a la demanda no es solamente que es una relacin del sujeto a otro sujeto, es queesa relacin se hace por la intermediacin del lenguaje es decir, por la intermediacin delsistema de los significantes.Por cuanto abordamos ahora la cuestin se los anunci del deseo, en tanto que es elfundamento del sueo, y Ustedes saben que no es simple saber cul es ese deseo, en tanto esel motor del sueo. Saben que l es, por lo menos, doble, que ese deseo, en principio, est en

    la prosecucin del dormir. Freud lo articul de la forma ms expresa, es decir, de ese estado enel cual , para el sujeto, se suspende la realidad. El deseo es deseo de muerte, es, por otraparte y al mismo tiempo perfectamente compatible, frecuentemente es por intermedio delsegundo deseo, que se satisface el primero, siendo eso en lo que el sujeto del Wunsch sesatisface. Y a ese sujeto quisiera ponerlo entre parntesis: el sujeto, no sabemos qu es; y encuanto al sujeto del Wunsch, del sueo, es cuestin de saber quin es.Cuando algunos dicen el yo (moi), se engaan. Freud afirm seguramente lo contrario. Y si sedice que es lo inconsciente, no es poco decir. Luego, cuando digo: el sujeto del Wunsch sesatisface, pongo ese sujeto entre parntesis, y todo lo que nos dice Freud es que esunWunsch quien se satisface.Se satisface, de qu? Dira que se satisfase del ser, entiendan, del ser que se satisface. Estodo cuanto podemos decir, porque est bien claro que el sueo no aporta consigo ninguna

    otra satisfaccin que la del nivel del Wunsch, es decir, una "satisfaccin", si as se puede decir,verbal. El Wunsch se contenta aqu con apariencias, y eso est bien claro si se trata de unsueo, y tambin, por otra parte, el carcter de esa satisfaccin est aqu reflejado en ellenguaje por el que nos es expresado, por esa satisfaccin del ser de la que me he expresadoen su momento, donde se traiciona la ambigedad de la palabra 'ser' en tanto que est ah, quese desliza por todas partes y que tambin debe formularse as por esa forma gramatical dereenvo del ser. El ser satisfecho puede ser tomado por el lado sustancial? No hay otra cosasustancial en el ser que esa palabra misma, l se satisface del ser, no podemos tomarlo por loque es del ser, si no es al pie de la letra (1).

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    21/23

    Al fin de cuentas es efectivamente como algo del orden del ser que satisface al Wunsch. No essino en el sueo, por lo menos en el plano del ser, que el Wunsch puede satisfacerse . Quierohacer algo aqu que hago a menudo, ese pequeo prembulo, esa mirada hacia atrs, esa notaque les permita apartar los ojos de no s qu, que abarca nada menos que al conjunto de lahistoria de la especulacin psicolgica; no obstante que la psicologa moderna comenz porformular, como saben, en los trminos del atomismo psicolgico todas las hiptesis. Cada unosabe que no andamos ms por all, en el asociacionismo, y que hemos hecho progresos

    considerables desde que hicimos entrar la demanda de totalidad, la unidad del campo, laintencionalidad y otras fuerzas en consideracin. Pero yo dira que la historia no esttotalmente ordenada, no est reglada totalmente a causa del psicoanlisis de Freudprecisamente, sino que no se ve en realidad cmo jug el resorte de ese ordenamiento, quierodecir que se ha dejado escapar la esencia y la persistencia de lo que haba sidopretendidamente reducido.En principio es verdad; el asociacionismo de la tradicin de la escuela psicolgica inglesa,donde est el juego articulado en un vasto error, si as me puedo expresar, donde yo dira quese nota el campo de lo real en el sentido en que se trata la aprehensin psicolgica de lo real,donde en suma, se trata de explicar, no slo que hay hombres que piensan, sino que hayhombres que se desplazan en el mundo aprehendiendo de un modo aproximadamenteconveniente el campo de los objetos.Dnde est, pues, ese campo de los objetos en su carcter fragmentado, estructurado? Dequ? De la cadena significante, simplemente. Voy a tratar de elegir verdaderamente un ejemplopara tratar de hacerles sentir que no se trata de otra cosa. Todo lo que se aporta en la teoraasociacionista llamada estructurada, para concebir la progresividad de la aprehensinpsicolgica, a partir de la asuncin hasta la constitucin ordenada igualmente a lo real, no esotra cosa que dotar de golpe, a esos campos de lo real, del carcter fragmentado yestructurado de la cadena significante.A partir de all uno advierte que va a haber mal don y que puede haber relaciones msoriginales con lo real, si as se puede decir, y por eso se parte de la nocin proporcionalista, yse va hacia todos los casos donde esa aprehensin del mundo es, en cierto modo, mselemental, justamente menos estructurada por la cadena significante, sin saber que es de esode lo que se trata; se va hacia la psicologa animal, se evocan todos los lineamientosestigmticos gracias a los cuales el animal puede llegar a estructurar su mundo y trata de

    encontrar all su punto de referencia.Uno se imagina que cuando ha hecho eso ha resuelto en una suerte de teora decampoanimado, de vector del deseo primordial, que ha hecho reabsorcin de esos famososelementos que eran una primera y falsa aprehensin del campo de lo real por la psicologa delsujeto humano. No es simplemente que no se hizo nada; se ha descripto otra cosa, se haintroducido otra psicologa, pero los elementos del asociacionismo sobreviven perfectamente alestablecimiento de la psicologa ms primitiva, quiero decir, que procura alcanzar el nivel de lacoaptacin en el campo sensoriomotriz del sujeto con su Unwelt, con su ambiente (entourage).No queda sino lo que se relata, que todos los problemas relevados a propsito delasociacionismo, que sobrevive perfectamente a eso, que no ha sido para nada una reduccin,sino una especie de desplazamiento del punto de mira, y la prueba es, justamente, el campoanaltico, en el cual siguen reinando todos los principios del asociacionismo, pues nada ha

    estrangulado, ahogado, el hecho de que, cuando hemos comenzado a explorar el campo delinconsciente, lo hemos hecho, lo re-hacemos todos los das, a partir de algo que en principio sellama asociacin libre, y hasta el presente, aunque es un trmino aproximado, inexacto paradesignar al discurso analtico, la mira de la asociacin libre sigue vlida, y las experienciasoriginales recelan de las palabras inducidas, y guardan siempre, aunque no un valorteraputico ni prctico, guardan su valor orientador para la exploracin del campo de loinconsciente, y eso en s bastara para mostrarnos que estamos en un campo donde reina lapalabra (mot), donde reina el significante.

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    22/23

    Pero si eso no les alcanza. todava, completo ese parntesis por lo que trato de hacerlesrecordar sobre qu se funda la teora asociacionista, y sobre ese fondo de experiencia, lo quesigue, lo que se coordina en el espritu de un sujeto a tal nivel, o, para retomar la exploracintal como est dirigida en esa primera relacin experimental, los elementos, los tomos, lasideas, como se dice, sin duda aproximada, insuficientemente pero no sin razn, se presentabajo esa forma.Por quin son introducidas esas ideas originalmente? Se trata de relaciones de contigidad.Vean, sigan los textos, vean de qu se habla, sobre qu ejemplos se apoyan, y reconocernperfectamente que la contigidad no es otra cosa que esa combinacin discursiva sobre la cualse funda el efecto que aqu l lamamos metonimia. Sin duda, contigidad entre dos cosas quehan sobrevenido, an cuando sean evocadas en la memoria sobre el plano de las leyes deasociacin.Que quiere decir eso? Eso significa cmo un evento ha sido vivido en un contexto quepodemos llamar contexto de azar, en sentido amplio. Surgido del evento evocado, el otrovendr al espritu constituyendo una asociacin de contigidad, que no es sino un reencuentro.Qu quiere decir esto? Quiere decir que se rompe, que sus elementos son tomados en unmismo texto de relato. Es porque el evento evocado en la memoria es un evento relatado, yque el relato forma el texto, que podemos hablar de contigidad a ese nivel.Contigidad que, por otra parte, distinguimos, por ejemplo, en una experiencia de palabrasinducidas. Una palabra vendr con otra; si a propsito de la palabra 'cereza' yo evoco lapalabra 'mesa', sa ser una relacin de contigidad, porque all hubo tal da, cerezas en lamesa. Pero relacin de contigidad si hablamos de algo que no es sino relacin de similitud.Siempre una relacin de similitud es tambin una relacin de significantes, por ms que lasimilitud sea el pasaje de una a otra por una semejanza que es una similitud de ser, similituddel uno al otro, entre el uno y el otro, en tanto el uno y el otro son diferentes; hay algn asuntodel ser que los hace semejantes.No voy a entrar en toda la dialctica de lo mismo y de lo otro, con todo lo que tiene de difcil yde infinitamente ms rico que lo que un primer abordaje permite suponer. A los que seinteresen por esto los remito a Parmnides; vern all que se gast un cierto tiempo antes deque se agotara la cuestin .Lo que aqu digo, simplemente, y que quiero hacerles sentir es, ya que he hablado en sumomento de cerezas, que hay otros usos que el metonmico a propsito de esa palabra, dirajustamente servir, un uso metafrico; puedo servirme de l para hablar del labio, diciendo queese labio es como una cereza, y ubicar a la palabra 'cereza' viniendo como palabra inducida apropsito de la palabra 'labio'. Por qu estn ligadas aqu? Porque ambos son rojos,semejantes en algn atributo. No es por ser slo eso, o porque tienen los dos la misma formaanalgicamente. Lo que est claro, es efecto de metfora. Aqu no hay ninguna especie deambigedad cuando hablo de una experiencia de palabras inducidas, de la cereza a propsitodel labio.Estamos sobre el plano de la metfora, en el sentido ms sustancial de lo que contiene eseefecto, ese trmino, y sobre el plano ms formal; eso siempre se presenta como yo se losreduje a ese efecto de metfora: a un efecto de sustitucin en la cadena significante.Es al margen de que la cereza puede ser puesta en un contexto estructural o no, a propsitodel labio, que la cereza est all.Ustedes pueden decirme: la cereza puede venir a propsito de los labios en una funcin decontigidad: la cereza desapareci entre los labios, o ella me ha dado a tomar la cereza sobresus labios. S, as es como puede presentarse, Pero, de qu se trata?. Se trata de unacontigidad que es, precisamente, la del relato del que habl en su momento, ya que el sucesoen el cual se integra esa contigidad, y que hace que la cereza est efectivamente un cortotiempo en contacto con los labios, es algo que desde el punto de vista real no debeengaarnos. No es que la cereza toque el labio lo que importa: es que sea 'tragada' (aval:

  • 8/6/2019 El deseo y su interpretacin lacan

    23/23

    credo, comido); as como no es el que sea tenida con los labios en el gesto ertico queevoqu, es que nos sea ofrecida en ese momento ertico lo que cuenta.

    Si detenemos un instante esa cereza en contacto con los labios, es en funcin de un flash quees precisamente, flash de relato. Cul es la frase, cules las palabras que suspenden uninstante la cereza entre los labios? Es precisamente porque existe esa dimensin del relato entanto instituye ese flash, que esa imagen, en tanto creada por la suspensin del relato, deviene

    efectivamente uno de los estmulos del deseo, al margen de imponer un tono que no es aqusino implicacin del lenguaje del acto.El lenguaje introduce en el acto esa estimulacin aprs-coup, ese elemento estimulante que esaislado como tal, y que en la oracin viene a alimentar ese acto mismo de suspensin quetoma valor de fantasma que tiene significacin ertica en el rodeo del acto.