EL CURA HIDALGO Y SUS AMIGOS PACO IGNACIO TAIBO II · PDF filela continuidad de las voluntades...

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  • I. edicin: marzo 20071." reimpresin: mayo 2007

    (D 2007 Francisco Ignacio Taibo Mahojo

    O 2007 Ediciones B Mxico, S.A.,para el sello Zeta BolsilloBradley 52, colonia Anzures. 11590, D.F. (Mxico)www, edicionesh. comwww.edicionesb.com.mx

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    EL CURA HIDALGO Y SUS AMIGOS53 vietas de la guerra de independencia

    PACO IGNACIO TAIBO II

    ZETA

  • Nota del autor

    IEsta es la sptima versin de un texto que ha idocreciendo a peticin de los lectores, al que le heido aadiendo narraciones. No se trata de unahistoria de la Independencia Mexicana, de laque me considero un apasionado e inculto in-vestigador, tan solo una serie de vietas pesca-das aqu y all. Se titul originalmente Leccionesde historia patria en recuerdo del libro de Gui-llermo Prieto; en una segunda edicin se llamEl cura Hidalgo y SMS amigos; luego un par deediciones ms, tituladas Abuelitos alucinados enguerra de hombres libres y El grito, los gritos, yfinalmente algunas ediciones piratas.

    Sus ltimas versiones fueron utilizadas co-mo material para una serie de conferencias enlos campamentos contra el fraude electoral delverano de 2006.

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  • Y est dedicado a todos aquellos que alra-" ve* se imaginaron al cura Hidalgo con pek

    f n,dame' en *"

    Intenciones y preguntas

    Cada uno puede celebrar la independencia a sugusto. A m me atrae la idea de reconstruir nues-tro santoral laico, recuperar abuelitos alucina-dos en guerra de hombres libres, humanizarpersonajes, difundir rumores, contar ancdo-tas. Acercar el pasado para poderlo tocar.

    Mucho deben tener estas historias de subver-sivas para que urja tanto olvidarlas, expurgarlasde los libros texto, reconstruir independencias in-spidas y lejanas, sin contenido. Una goma de bo-rrar gigantesca atenta contra nuestra memoria.

    Qu tan lejos se encuentra el pasado?Qu tan otros somos? Qu tanto han des-truido las repeticiones mecnicas, los esque-mas, las horribles estampitas, los miedos delpoder, las imgenes de aquellos otros millaresde mexicanos en guerra santa por la indepen-

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  • ciencia? Qu tan cerca se encuentra su necesi-dad de independencia de nuestra necesidad deindependencia?

    Puede entenderse la historia nacional deotra manera que como un nudo de pasiones yconflictos violentos, en los que la revolucin,la revuelta popular, no necesita justificaciones,porque se justifica por s misma y en las condi-ciones materiales que la producen, ante un po-der que no le ofrece a la sociedad otra salida?

    No se trat de una asonada, de un golpe mi-litar, una conjura palaciega. En los orgenes, elmovimiento independiente fue una terrible ycruenta guerra social, que abri la puerta a unadevastadora guerra, una revolucin que duronce aos.

    Puede ser vista la historia insurgente comouna vieja obra de teatro donde los comporta-mientos de cada cual son sujeto de explicacinmediocre, donde todos tienen raxm y razones,donde no hay causas ni partidos, culpables oinocentes? Se puede enfriar la historia al gus-to de algunos fros historiadores sentados sobresus fras posaderas, en fras sillas de biblioteca?

    Puede acercarse uno a la historia sin bus-car la identificacin del presente en el pasado,la continuidad de las voluntades o la herencia?

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    f

    Yo no puedo.Peligroso en tiempos de insurgentes andar

    recordando los gritos completos, con todo y elremate de Muera el mal gobierno. Peligrosointentar recuperar el sentido de palabras que sehan ido vaciando de contenido, como patria,herosmo. Palabras que suenan asociadas a lacursilera y a la demagogia.

    Mucho mejor secarlas y olvidarlas, conver-tir el estudio de la independencia en castigoa escolares que tienen que memorizar cuatropendejadas, nombres de plazas, estaciones demetro, monumentos.

    Hay un homenaje que es deshomenaje, hayuna memoria que es desmemoria.

    Si aquellos nos dieron la patria, quinesluego nos la quitaron?

    Quines pretenden hacer de Hidalgo uncura iluso, de Morelos un recalcitrante y obsesoregordete, de Guerrero un terco analfabeta, deMina un necio gachupn metido en cosas que nole importaban, de Iturbide un libertador?

    Qviiz sea el momento de decir: Viva elcura Hidalgo y sus amigos! Vivan los hroesque nos dieron patria! Sus fantasmas siguenentre nosotros.

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  • LA HISTORIA COMONOVELA IMPERFECTA

    En el ao 1792 Miguel Hidalgo fue a dar a Co-lima exilado de rectoras y cargos de Vallado-lid. Por liberal y mujeriego, diran las malaslenguas.

    Y estando en Colima, durante algunos me-ses junt chatarra, pedacera de cobre, palma-torias de velas, cucharas herrumbrosas, quesus feligreses no queran; las jaladeras viejasde un cajn, un barreo oxidado... Con esteinnoble material tena la intencin de fundiruna campana.

    El chatarrero que se habra de hacer cargode la fundicin le oy decir que quera haceruna campana que se oiga en todo el mundo.

    Finalmente fue fundida, pero la historia,que es como una novela imperfecta, hizo quela campana no lo acompaara a su futuro cu-

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  • rato de Dolores y que no fuera esa la campanaque habra de llamar a arrebato a los ciudada- ? (nos del pueblo la noche del 15 de septiembre. ;

    La mencionada campana se qued en Coli- |ma y al paso de los aos fue fundida para ha- 'j

    ~ 1 1 - 'cer caones para un regimiento de gachupines ^realistas. *

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    MOLIERE

    El cura lleg a San Felipe en enero de 1793en un segundo exilio interior. Para combatirel aburrimiento de las tardes decidi crear ungrupo de teatro de aficionados. Parece ser queel asunto tena segundas intenciones porquequera conquistar a una jovencita de la regina la que le propuso entrar en la compaa, Jo-sefa Quintana, de dulce mover de ojos.

    Buscando la obra apropiada, recurri a su ar-senal de lecturas prohibidas y censuradas, y en-contr entre ellas una obra de Moliere que leresultaba particularmente grata: El Tartufo. La-mentablemente la obra no haba sido traducidaen la conservadora Espaa y se vio obligado a ha-cer su propia y, por tanto, primera traduccin.

    Con El Tartufo en la mano el grupo dirigido porel cura se puso en accin y la obra fue estrenada.

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  • Y s, tambin conquist a su primera actriz,Josefa, con la que habra de tener dos hijos.

    Mientras escribo esta pequea historia mesiento particularmente orgulloso. Por fin tengoun guante blanco que devolverle a aquel profe-sor de secundaria que rne hizo odiar la historiade Mxico. Contra su Hidalgo rgido y bobali-cn, este picaro traductor de Moliere, bordan-do la doble hereja en las aburridas tardes deSan Felipe.

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    EL PADRE DE LA PATRIA NOCREA EN LOS REYES MAGOS

    En un artculo escrito hace cincuenta aos porel historiador Juan Hernndez Luna (el lterego de mi compadre), analizaba el mundo inte-lectual de Miguel Hidalgo.

    Personaje sorprendente, Hidalgo haba pa-sado veintisiete aos de su vida en las univer-sidades catlicas (las nicas existentes) en elmundo novohispano, sumergido en la teolo-ga, la escolstica, el recuento de las plumas delos ngeles. Y sin duda como resultado de es-ta experiencia, al paso de los aos, el cura nopareca tenerle demasiado respeto a las insti-tuciones universitarias, en particular a la Realy Pontificia Universidad de Mxico en la quedeca haba una cuadrilla de ignorantes. Ypareca no darle demasiada importancia a nohaberse doctorado, a causa de la enfermedad

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  • de su padre, cosa que el conservadursimo his-toriador Lucas Alamn, bastante dado a la ca-lumnia, lo atribua a que se haba jugado a lascartas en Maravato el dinero para pagar losestudios.

    De su paso por el mundo acadmico Mi-guel Hidalgo haba sacado quiz lo ms im-portante: el conocimiento y la capacidad deleer y escribir en italiano, francs, espaol ylatn, a los que su experiencia vital haba aa-dido el hablar otom, nhuatl y tarasco.

    Hidalgo no pareca tenerle mucho respetoa la Biblia estudiada de rodillas y con devo-cin, porque haba que leerla con libertadde entendimiento, lo que le permita dudarquin era el buen ladrn, si Dimas o Gestasy tener muy serias dudas sobre la existenciade los Reyes Magos, o dudar de la presen-cia de un buey y una mua cerca del pesebreen Nazareth donde naci Jess. Cuestionabatambin lo intil que resultaba arrojar aguabendita sobre los muertos porque carecen desentido del conocimiento; criticaba a SantaTeresa por ser una ilusa que se azotaba mu-cho y ayunaba, y por eso vea visiones; yalgo muy peligroso, llamaba a la Inquisicinindecorosa, segn se registr en la denuncia

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    que el chismoso de Fray Martn de Huesca hi-/i) contra l en 1800.

    De lo que no hay duda es que entre sus lec-luras favoritas se contaba el Corn, las obrasilc teatro de Moliere y Racine y los escritos deVoltaire, Diderot y Rousseau.

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  • LA CONSPIRACINIMPOSIBLE

    V '

    De aquellos torrenciales meses de agosto de1810, cuando el cicln golpe las costas ydestruy las casas de Acapulco y las embar-caciones en Veracruz, nos queda la lujurio-sa prosa de los soplones y los traidores, lashistorias entredichas en las denuncias anni-mas o firmadas, y muy pocas remembranzasde los supervivientes. Pero sobre todo quedael rumor.

    Se deca entre los barberos del Bajo que alos europeos los iban a agarrar y poner en unbarco en Veracruz, pero solo a los solteros, alos casados se les iba a perdonar. Decan tam-bin que ellos iban a tomar todo el maz dela Alhndiga y ponerlo en la calle para que elpueblo lo tomara de balde, o que ellos ibana sacar a todos los presos de las crceles.

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  • Detrs del rumor estaba una conspiracinque tena un millar de afiliados. Allende en sujuicio hablara rns tarde de tres mi