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EL CULTO A LA VIRGEN DE SAN JUAN DE LOS LAGOS. ANTECEDENTES,

CREENCIAS Y FESTEJO, UNA PESPECTIVA METAFÍSICA.

Oscar Rodríguez Lazcano. DEA/INAH.

En primer lugar les ofrezco una explicación del porqué del enfoque Metafísico de este

trabajo. La razón del parcial cambio obedece a que, en el proceso de investigación para la

preparación de la ponencia, me encontré con el excelente trabajo de Ana María Fernández

Poncela titulado “Tradición y modernidad: La Virgen de San Juan de Los Lagos”, artículo

publicado en el 2007 dentro del Boletín Americanista en Barcelona, cuyo texto agota la

bibliografía que hay sobre el tema, cubriendo además todos los aspectos que tenía pensado

desarrollar en la ponencia. Ante tal perspectiva me vi obligado a cambiar el enfoque del

trabajo y consideré que podría ser diferente y complementario, si me centraba en la

información obtenida tanto entre grupos esotéricos como en la observación directa,

adquiriendo así un conocimiento que pudiera ser relevante y que incrementara los datos

publicados sobre el culto a la Virgen de San Juan de los Lagos. Hecha esta aclaración paso

al tema propio de la ponencia.

Dado el carácter de la información que se maneja en este trabajo, nos basaremos

principalmente en la tradición oral (Historia oral) y estaremos en gran parte dentro del

dominio de la Metafísica (Aristóteles, 2000; Heidegger, M., 1997; Strawson, P.F., 1997 y

Queralto, R., 1996), partiendo de las siguientes premisas:

1. Todos los seres humanos tenemos un cuerpo que acompaña a nuestro cuerpo

físico que es de una sustancia “inmaterial” denominada abacab, que es

indestructible, tiene memoria, es inmortal y que le permite al hombre la

capacidad de razonamiento, lenguaje articulado desarrollado y creatividad. Dicho

cuerpo se ha denominado alma o espíritu, dependiendo de la religión de que se

trate. (Platón, 1765; Vives, 1942; Wilber, 1998; Zambrano, 2000)

2. Cuando el cuerpo físico muere, el alma o espíritu de la persona pasa a otro plano

o dimensión en la que habita hasta que por designio divino vuelve a encarnar. En

el nuevo cuerpo el alma conserva la memoria de lo vivido en las anteriores

2

encarnaciones, información a la cual se puede tener acceso a través de la hipnosis

(Weiss, Brian, 2004 y 2005), en los sueños, mediante el desarrollo de la

meditación, o a través de la lectura de la mente por personal capacitado para ello.

3. La fe en sus diferentes acepciones es una fuerza interior del hombre que lo guía

en la construcción de sus creencias y que se presenta en la toma de decisiones de

todo tipo, desde las religiosas y metafísicas hasta las científicas. (González y

Broncano, 1994; Issa, 2003)

4. La percepción del hombre está condicionada a la capacidad que le fue otorgada y

al desarrollo de sus diferentes sentidos (Austin, 1981), el cual se incrementa con

su evolución espiritual, de manera que por don o con una preparación especial es

posible la percepción extrasensorial que permite la visión de cuerpos no visibles

al ojo normal y la comunicación con los espíritus descarnados.

La Historia

Sobre los antecedentes de la Virgen de San Juan de los Lagos se nos informa que hacia el

siglo IV a.C. (año 344 a.C.), durante el preclásico superior mesoamericano, en el poblado

de Mezquititlán, hoy San Juan de los Lagos, Jalisco, en ese entonces señorío Tecuexe, se le

apareció a un joven el espíritu de una doncella tecuexe para solicitarle que le construyeran

un templo para su veneración. Desde esa fecha se difundió la aparición y se comenzaron a

registrar milagros atribuidos a la deidad, a quien se le nombró Cihualpilli (La Gran Señora).

Con relación a la petición de la deidad, se comenta que hacia el año 135 a.C. le fue

construido un pequeño adoratorio, que al parecer estaba ubicado en el espacio que hoy

ocupa la catedral de la Virgen de San Juan de los Lagos, y que su imagen fue representada

en madera; se indica además, que desde esa época ya se realizaban peregrinaciones desde

diferentes lugares de Mesoamérica para visitar a la Cihualpilli y llevarle ofrendas. Por otra

parte, se dice que en el año 464 d.C., en la época clásica mesoamericana, el alma de la

doncella tecuexe dejó de ser la Cihualpilli, debido a su reencarnación, y ese mismo año su

lugar fue ocupado por el espíritu de la Virgen Santa Juana de Arco; de manera que el 24 de

junio de 1531, cuando el fraile franciscano Fray Antonio de Segovia introdujo en

Mezquititlán (nombrado por él San Juan Bautista) la imagen de la Virgen que actualmente

se venera (Fig. 1), que fue denominada la Inmaculada Concepción (De la Cruz C., 2002

3

apud Fernández Poncela, 2007 op.cit.), con el objetivo de sustituir el culto prehispánico, el

espíritu de la Cihualpilli era ya el de la Virgen Santa Juana de Arco (Fig. 2), quien desde

entonces y hasta la fecha es la Virgen que se venera, tanto como la Cihualpilli, la

Inmaculada Concepción, la Virgen de San Juan de los Lagos o como Sanjuanita. Ya en la

época colonial, se registró otra aparición de la Virgen el 8 de Diciembre de 1630 y en esa

ocasión la Virgen le pidió a un joven tecuexe que le construyeran un templo para atender a

los devotos de su culto. Aquí cabe una observación en el sentido de que todas las deidades

femeninas prehispánicas fueron sustituidas por diferentes advocaciones de la Virgen María,

cuando en realidad se trataba de diferentes almas (por ejemplo, el espíritu de una doncella

Coca a quien llamaban Tonatzin fue remplazado nominalmente por el alma de Santa María

como la Virgen de Guadalupe, y el espíritu de una doncella Otomí que nombraban

Mayagüel por la misma alma de María como la Virgen de los Remedios), culto que

funciona como un sincretismo de las tradiciones del “México profundo” (Bonfil, 2009);

además, se ha informado que el espíritu de Santa María (la madre de Jesús de Nazaret),

reencarnó el 14 de junio de 1966 en Londres y no procede que continúe su veneración

como la Virgen María. Por lo que se refiere a las tradiciones religiosas del “México

profundo” se dice que la gente sigue venerando a sus antiguas deidades, incluso con rituales

prehispánicos, aunque las visiten en sus actuales representaciones.

El Primer Milagro

En relación al denominado Primer Milagro por la Iglesia Católica se tienen muchas

versiones, pero en general se atribuye a un milagro de la Virgen de San Juan de los Lagos

realizado en 1623, el que haya resucitado la hija de un cirquero de origen español, la cual

en un entrenamiento de saltos sobre dagas al hacer una maniobra en un salto cayó sobre las

dagas y perdió la vida, después de lo cual la amortajaron y llevaron a la Capilla de San Juan

Mezquititlán antes de enterrarla. Ya en la capilla una anciana tecuexe llamada María

Magdalena, esposa del sacristán, conmovida por el sufrimiento de la madre de la niña, fue

por la imagen de la Virgen y diciéndole a la madre de la difunta que le pidiera a la

Cihualpilli (quien era muy milagrosa) por la vida de su hija, puso la imagen en el pecho de

la niña y después de cuatro horas de plegarias ésta volvió a la vida. Por otra parte y además

de las diferentes versiones sobre los detalles del milagro, se tiene el testimonio de un óleo

4

(Fig. 3) que se encuentra en la Capilla del Primer Milagro (fundada en 1531), que fue la

primera ermita que se construyó. Nuestro interés en conocer el punto de vista esotérico

sobre este acontecimiento se derivó de la gran promoción que ha recibido el referido

acontecimiento1 y de que no hay precisión en las fechas que se comentan2, ni en el nombre

de la indígena3 que puso la imagen de la Virgen sobre el pecho de la niña para que volviera

a la vida (Bélard, 1951; Campa, 2002; Diócesis de San Juan de los Lagos, s/f; Fernández

Poncela op.cit.; Márquez, 1951 y Santoscoy, 1903).

Peregrinaciones

Si bien es cierto que las peregrinaciones a San Juan de los Lagos se realizaban desde la

época prehispánica (entonces Mezquititlán), sobre todo en el día de fiesta de la Cihualpilli,

y que actualmente se efectúan durante todo el año, las principales peregrinaciones que se

dan a partir de la época Colonial están asociadas a las fiestas anuales que estableció la

Iglesia Católica4, de las cuales la más antigua que se reporta es la del 15 de agosto a partir

de 1655, festejo que incluye la bendición con la imagen de la Virgen (Argüello s/f), y se

comenta que a pesar de que oficialmente la Iglesia Católica promovió el culto a la

Inmaculada Concepción5 y su festejo el 8 de diciembre desde 1666, la tradición del pueblo

impuso que el principal festejo oficial de la Virgen fuera el 2 de febrero (iniciando en

1869), que al parecer retoma la fecha de origen prehispánico. De todas las peregrinaciones

que se registran, la de mayor participación de peregrinos se da en la “Caravana de la fe”

que partiendo de la Ciudad de México el día 10 de enero va anexando contingentes en su

camino a San Juan de los Lagos, así se adhieren a ella peregrinos del Estado de México,

Querétaro, Hidalgo, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán y Jalisco, para llegar a San

Juan de los Lagos el día 1º de febrero. En esta Caravana la gente está organizada de tal

forma que se distribuyen cada año las diferentes cargas como la de alimentación y además,

cuentan con campamentos para hospedarse; en el contingente que sale del D.F. la gente

1 Con la excepción del milagro de Jesús de Nazaret de resucitar a Lázaro no se conoce otro milagro de

resucitación. 2 1563, 1623, 1630 y 1634. 3 Se han referido los nombres de Ana Lucía, Ana Graciana y María Magdalena. 4 El 2 de febrero, todo el mes de mayo, el 15 de agosto y el 8 de diciembre. 5 Fue coronada litúrgicamente como tal el 15 de agosto de 1904 por el Arzobispo de Guadalajara Don José de

Jesús Ortiz.

5

tiene el apoyo de una ambulancia que aparte de atender las urgencias de los peregrinos les

da masajes en las piernas para atenuar su cansancio.

El Festejo del 2 de Febrero

Coincidiendo con el día de la Virgen de la Candelaria, el principal festejo a la Virgen de

San Juan de los Lagos se verifica el 2 de febrero de cada año, fecha en la cual se presenta la

mayor participación de devotos, quienes llegan a San Juan de los Lagos de diferentes partes

de la República e incluso de los Estados Unidos. Desde una semana antes, la Catedral está

iluminada (Fig. 4), el altar está adornado suntuosamente con flores blancas, y el 2 de

febrero se celebran 7 misas, desde las 6:00 de la mañana hasta las 7:00 de la noche, con una

misa solemne (con varios ministros y coros) alrededor del medio día. Fuera de la Catedral

los devotos encienden cohetes desde las 5:00 de la mañana y en el atrio de la iglesia grupos

de danzantes (Fig. 5) con trajes regionales (algunos de tipo prehispánico) le bailan a la

Virgen, independientemente de las condiciones meteorológicas que se presenten. Las

puertas de la iglesia se abren y cierran en lapsos de tiempo indefinidos para dar acceso a los

peregrinos que esperan afuera su turno para pasar a visitar a la Virgen. Algunos de los

visitantes que van en contingentes llevan banderas y estandartes que identifican su

población de origen; hay grupos de devotos que van acompañados de mariachis para

cantarle las mañanitas a la Virgen; en la parte baja del altar hay una balaustrada que separa

el espacio destinado a los sacerdotes (llamado presbiterio) del espacio ocupado por los

devotos, esta balaustrada se llena de flores en ramos y arreglos, y de veladoras, que el

sacristán va retirando cuando no queda lugar, para dejar espacio a otras ofrendas. Por la

noche, generalmente a las 8:00 hrs, se encienden juegos pirotécnicos en el atrio de la iglesia

(Fig. 6). Este día los comerciantes ambulantes (generalmente fuereños), invaden la mayoría

de las calles aledañas a la Catedral (incluyendo la plaza central), por su parte, los

sanjuanenses tienen comercios establecidos principalmente en las calles de Juárez e

Hidalgo, aparte de los restaurantes que se ubican en diferentes vialidades, y muchos

vecinos que habitan en las rutas turísticas aprovechan espacios dentro y fuera de sus casas

para exhibir mercancías de diferente tipo (principalmente dulces, cuadros con imágenes

religiosas, blusas y playeras con diseños de la Virgen).

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Conclusiones

La religiosidad del pueblo mexicano, sobre todo la del “México profundo”, se materializa

en cultos como el que se le rinde a la Virgen de San Juan de los Lagos, en donde las

peregrinaciones, los cantos, las danzas y las plegarias, manifiestan la fe de un pueblo que

encuentra en la veneración a la Virgen su catarsis, consuelo y esperanza para tener una vida

más llevadera, esto independientemente de que el pueblo ponga en segundo término las

prácticas litúrgicas y sacramentales oficiales (Giménez, 1978 apud Fernández Poncela,

2007 op.cit.), lo cual se evidencia en la poca participación en la eucaristía de la mayoría de

los devotos, quienes generalmente entran a la parroquia, elevan unas cuantas plegarias y

salen para dar espacio a los peregrinos que esperan su oportunidad para entrar a visitar a la

Virgen.

Por otra parte, aunque la Iglesia Católica no reconoce la reencarnación, es importante que

sea consecuente y considere lo que dicen algunos pasajes de la Biblia, como el de Mateo

11:11-15, que en este caso manifiestan el conocimiento que sobre la reencarnación tenía

Jesús de Nazaret y su poder para leer la mente, información que de reconocer la Iglesia la

llevaría a una reforma profunda de sus creencias y dogmas, pues tendría que aceptar que la

veneración a Santa María como las diferentes advocaciones de la Virgen María debe de

terminar, pues su espíritu ha vuelto a encarnar. En ese sentido, se tendrá que aceptar que la

veneración a la Inmaculada Concepción en San Juan de los Lagos se debe dirigir a la

Virgen Santa Juana de Arco, quien es el alma que atiende las plegarias ofrecidas a la

Virgen de San Juan de los Lagos y por lo mismo no se le debe rezar el Ave María. Esta

última consideración deberá hacerse extensiva a las demás Vírgenes veneradas en la Iglesia

Católica, ya que no todas las advocaciones de la Virgen María correspondieron a su

espíritu, pues con las excepciones de la Virgen de Fátima y la Virgen de Lourdes, todas las

demás corresponden a espíritus de diferentes santas, generalmente originarias de los lugares

en donde las han venerado.

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Fig. 1 La Virgen de San Juan de los Lagos como La Inmaculada Concepción.

Fig. 2 La Virgen Santa Juana de Arco.

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Fig. 3 Óleo sobre “El Primer Milagro”.

Fig. 4 La Catedral de San Juan de los Lagos iluminada en los días de fiesta.

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Fig. 5 Danzantes en el Atrio de la Catedral de San Juan de los Lagos.

Fig. 6 Juegos pirotécnicos con la imagen de la Virgen Sanjuanita.