El Cruce - Septiembre 2014

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REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOMAS DE ZAMORA AÑO 6 I Nº38 I Sept.-Oct. 2014 Filosofía en stand up El filósofo del apellido difícil llevó a la tele su estilo de las aulas del secundario. Y en el teatro mezcla preguntas existenciales con canciones de Charly, Spinetta y Divididos. Filosofía en stand up DARÍO SZTAJNSZRAJBER Hasta siempre, Eduardo Un pilar de El Cruce y de AUNO, docente de la UNLZ y periodista de Página 12, Eduardo Videla nos dejó repentinamente a los 58 años. Su recuerdo será permanente. A 30 años del Nunca más Awada, la fuerza del deseo Dibuja Lucas Varela

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Informes especiales, artículos de Política, Sociedad, Cultura, Entrevistas, y mucho más.

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REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOMAS DE ZAMORA

AÑO 6 I Nº38 I Sept.-Oct. 2014

Filosofía en stand upEl filósofo del apellido difícil llevó a la tele su estilo de las aulas del secundario. Y en el teatro mezcla preguntas existenciales con canciones de Charly, Spinetta y Divididos.

Filosofía en stand upDARÍO SZTAJNSZRAJBER

Hasta siempre, EduardoUn pilar de El Cruce y de AUNO, docente de la UNLZ y periodista de Página 12, Eduardo Videla nos dejó repentinamente a los 58 años. Su recuerdo será permanente.

A 30 años del Nunca más

Awada, la fuerza del deseo

Dibuja Lucas Varela

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Sumario

Publicación bimestral de la Facultad de Ciencias Socialesde la Universidad Nacional de Lomas de Zamora

Director:Daniel Miguez

Consejo de Redacción:Jorge BenedettiLeonardo CastilloGermán FerrariGustavo NaónPablo RomanoLeonardo TorresiEduardo VidelaMartín Voogd

Escriben en este número:Jennifer AlmendrasJorge AloySoledad Arréguez ManozzoBelén EscobarMaría Luz CarmonaAlejandra Fernández GuidaYanina FuggettaAlfredo MeraGabriela NasoFernando NúñezMatías QuerciaJuan José RelmucaoSergio SánchezRubén TelecheaLais VázquezJuan Felipe Zaldívar

Ilustraciones:Reinaldo Cortés

Diseño:Pamela Royo

Contratapa y retiración:Rubén Ortiz

Fotografía:TélamBárbara FogliaNoelia Leiva

Servicio periodístico:Agencia Universitaria de Noticias y Opinión www.auno.org.ar

Contacto:[email protected]: 4282-8172 /6006Dirección: Camino de Cintura y Juan XXIII, Llavallol, provincia de Buenos Aires (CP: 1836)

ISSN, en trámiteDerechos de propiedad intelectual, en trámite.

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Editorial

Fotomérides: Mafalda

Darío Sztajnszrajber

A 30 años del Nunca más

Dibuje, maestro: Lucas Varela

Entrevista a Alejandro Awada

Juicio por jurados

“La plata de los jubilados”

Los 30 de Fierro

Escritores ocultos

Eduardo Videla

Periodismo con el celular

Historias de la mayor goleada

Poetas en el ring

Mambo

Cocina de autor

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EDITORIAL

La educación es un valor para la so-ciedad argentina. El gran punto de partida en términos históricos fue la Ley 1.420, sancionada en 1884 du-rante el Gobierno de Julio Argentino Roca. Esta norma estableció que a partir de ese momento la escuela pri-maria debía ser obligatoria y gratuita.El gobierno de Juan Domingo Perón marcó otro hito en 1949 al imponer la gratuidad de la universidad. La importancia de aquella decisión co-bra más dimensión cuando vemos que 65 años después los estudiantes en otros países de Latinoamérica es-tán luchando por ese objetivo.En la última década la educación argentina tuvo un salto cualitativo. A 122 años de la obligatoriedad de la primaria, en 2006 la Argentina estableció la misma condición para la escuela secundaria y la sala de 5 en el nivel inicial. Este año extendió la obligatoriedad a la sala de 4, algo fundamental para la equidad, ya que los chicos que concurren al jardín de infantes tienen una ventaja notoria en su futura trayectoria escolar. En poco tiempo nuestro país pasó de 7 años de educación obligatoria a 14.Claro que este tipo de leyes no son de cumplimiento automático. La Ley 1.420 tardó más de 70 años en ha-cerse realidad. Recién en los años `60 se logró que prácticamente to-

dos los chicos fueran a la primaria. Para conseguir que se cumpla total-mente la obligatoriedad del secun-dario los argentinos vamos a tardar mucho menos. Ya tenemos en la es-cuela secundaria al 58% de nuestros adolescentes y en el nivel inicial, al 91% de los chicos de cinco años, al 81% de los de cuatro y al 53% de los de tres. El próximo paso seguramen-te será hacer obligatoria la sala de 3.Otro mérito de nuestra educación en los últimos años es que no se con-tentó con que los chicos sólo estén en la escuela, sino que reparó de qué modo y para qué. A fines de los ’90 y principios de este siglo en muchas escuelas había tres -y en algunos ca-sos hasta cuatro- turnos por día. Eso se debía a que no había suficiente cantidad de escuelas o de maestros o de ambos factores. Por eso llegó a haber un alto porcentaje de turnos de dos horas y parte de esas dos ho-ras estaba dedicada a la alimentación de los alumnos. La calidad educativa inevitablemente se vio afectada. Con la construcción de 1.500 escuelas y la designación de unos 70.000 nue-vos docentes, y conjugado esto con el crecimiento del empleo, el principal espacio de la escuela volvió a ser el aula en vez del comedor. Para lo-grarlo fue necesaria otra ley esencial: la de financiamiento educativo, que

Por Daniel Miguez

La educación fortalecidaobliga a los gobiernos desde 2006 en adelante a destinar al menos el 6% del PBI a la educación, porcen-taje que actualmente es del 6,47%.El achicamiento de la brecha tec-nológica que significó la entrega de netbooks a los alumnos y la exten-sión a cuatro años de la carrera do-cente son sólo dos ejemplos de cómo la asignación de un mayor presu-puesto incidió directamente tanto en la inclusión como en la calidad educativa. Les quitó argumentos a quienes sostienen que la excelen-cia en la educación sólo se alcanza abandonando en el camino a los chi-cos más postergados.Aunque el conjunto de medidas tomadas en los últimos años para mejorar la educación alcanza para derribar el mito de que todo tiempo pasado fue mejor, está a la vista que queda mucho por hacer. Todos los componentes del sistema educativo pueden y deben ser mejorados: des-de la formación docente hasta la ex-tensión de la jornada escolar; desde el rol de los consejos escolares hasta nuevas fuentes de financiamiento; desde la autoridad del docente has-ta las normas de convivencia. Todo se puede hacer, pero sin abandonar un paradigma esencial: calidad e in-clusión son conceptos complemen-tarios y no contrapuestos.

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FOTOMERIDES A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE LA OBRA CUMBRE DE QUINO

A Joaquín Lavado, que llevaba ya diez años haciendo humor gráfico con el seudónimo de Quino, le habían pedido una historieta para publicitar las heladeras Mansfield de la fábrica Siam Di Tella. Los nombres de los personajes tenían que empezar como M. Y Quino tomó para la protagonista de la historieta el nombre de un bebé que aparecía en la película argentina Dar la cara, de 1962: Mafalda. La publicidad nunca se hizo, pero la historieta, medio siglo después, sigue recorriendo el mundo.

El nombre

Mafalda, la argentina de los ‘60

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A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE LA OBRA CUMBRE DE QUINO

En este edificio de Chile 371, en San Telmo, vivía Quino y en la historieta se transformó

en el frente del edificio de Mafalda.

El 29 de septiembre de 1964 Mafalda comienza a publicarse en la revista Primera Plana. Aparecen como personajes sólo Mafalda y su padre.

El 6 de octubre de 1964 se incorpora la madre de Mafalda.

El 19 de enero de 1965 aparece Felipe.

El 9 de marzo de 1965 se publica la última tira de Mafalda en Primera Plana.

El 15 de marzo de 1965 Mafalda “se muda” al diario El Mundo, cuando está por comenzar el jardín de infantes.

El 25 de marzo de 1965 aparece Manolito.

El 6 de junio de 1965 se presenta Susanita.

El 10 de febrero de 1966 aparece Miguelito.

En diciembre de 1966 el editor Jorge Álvarez lanza el primer libro recopilando las tiras.

En agosto de 1967 la madre de Mafalda queda embarazada.

El 22 de diciembre de 1967 cierra el diario El Mundo.

El 2 de junio de 1968, tras más cinco meses sin ser publicada en ningún medio, Mafalda vuelve a apa-recer en la revista Siete Días Ilustrados. Quino reto-ma la tira con un personaje nuevo: Guille.

En 1969 Umberto Eco publica la historieta en Italia, con el título de Mafalda, la contestataria. Mientras, en la tira, el papá de Mafalda compra un Citroen 2CV, auto económico y típico de la clase media ar-gentina de entonces.

El 15 de febrero de 1970 aparece el último personaje: Libertad.

A partir de 1970 Daniel Divinsky comienza a publi-car los 10 famosos libritos en su editorial Ediciones de la Flor.

El 25 de junio de 1973 Quino cree que ya es sufi-ciente y publica la última tira de Mafalda. Quino vol-vería a dibujar a Mafalda y otros personajes en for-ma esporádica para publicitar causas humanitarias.

MafaldaUna nena aguda y sarcástica que se preocupa por las guerras, el hambre y la injusticia. Ama a la paz y a los Beatles. El espíritu de gran parte de la generación de los `60.

FelipeLo agobia ir a la escuela y hacer los deberes. Fanático del Llanero Solitario. Pachorra, soñador y tímido. Vive en el mismo edificio que Mafalda y es su confidente.

ManolitoManuel Goreiro es hijo de un almacenero español. Conservador y obsesionado por el dinero. Es el úni-co de los amigos de Mafalda que trabaja ayudando al padre.

SusanitaSusana Clotilde Chirusi es chismosa y peleadora. Antítesis del feminismo de Mafalda, sueña con casarse y tener muchos hijos. Siente un amor no correspondido por Felipe.

MiguelitoMiguel Pitti es más chico que los anteriores y el más ingenuo. Es sincero sin diplomacia. Odia las tareas que le impone su mamá, como ir a hacer los mandados.

GuilleEs el hermanito de Mafalda. Travieso e irreverente, re-presenta a las “nuevas generaciones”. Contrariamente a su hermana, a él le encanta la sopa.

LibertadEs la última en sumarse al grupo. Bajita y revolu-cionaria, la une a Mafalda su interés por los temas sociopolíticos. Su mamá fuma –un símbolo de femi-nismo en los ´60- y es traductora de Sartre.

Los padresRepresentantes de la clase media de los `60. Él, cuyo nombre nunca apareció en la tira, trabaja en una compañía de seguros. Ella, Raquel, es ama de casa. Suelen no tener respuesta a los planteos existenciales y políticos de Mafalda y deben lidiar con las travesuras de Guille.

La cantidad de idiomas en que fue traducido Mafalda.

Línea de tiempo

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Todo puede ser de otra manera

FILOSOFÍA PARA MUCHOS

El simpático Darío Sztajnszrajber -¡ese apellido!- no se pierde

una en la vida. Autor y docente, un día lo llamaron para la tele y

dijo: “Bueno, vamos a probar.” El título showman no le va holgado:

si hasta baila y cuenta chistes en el teatro. Descontracturar, sí.

“Pero la filosofía no trae la felicidad.”

Por María Luz Carmona y Sergio SánchezFotos: Noelia Leiva

A los seis años ya se preguntaba cuál era el origen de las cosas. Como todo chico de su edad, tenía inquietudes existenciales. Pero empezó a encontrar algunas respuestas de un modo “in-édito”: a través de Dios. Es que hizo la primaria en un colegio religioso y Dios era una palabra que circulaba todo el tiempo adentro y afuera del aula. Sin embargo, con el paso de los años, ese tipo de respuestas ya no le convencían y empezó a buscar por otros caminos. Hasta que encontró otro lente para mirar el mundo: la filosofía. “La religión y la filosofía comparten la misma búsqueda pero divergen en el tipo de respuesta. La primera da respuestas, la segunda, no. Entonces, llegué desde la religión pero no fui cura ni rabino”, cuenta. La escritura siempre le había apasionado y gracias al consejo de un profesor de poesía no se metió de lleno en la carrera de Letras. Hoy, ya egresado de la UBA, Darío Sztajnszrajber es un filósofo poco convencional.

Conduce y protagoniza una serie de ficción en el canal Encuen-tro -ya va por su tercera temporada-, hace radio y encabeza una obra teatral, Desencajados, en la que aborda los grandes temas de la humanidad a través de la combinación de música y filosofía.Su llegada a los medios –principalmente a la televisión- no fue buscada. Cierto día, en la universidad Flacso, una alumna se le acercó después de una clase y le preguntó si le interesaba par-ticipar en un programa dedicado a la divulgación de la filosofía. Era Jesica Tritten, por entonces directora de contenidos del ca-nal del Ministerio de Educación de la Nación. Sorprendida por su modo particular de dar clases lo convocó para sumarse a un nuevo proyecto. “El programa de José Pablo Feinmann es muy exitoso y ahora nos gustaría acercar la filosofía a los jóvenes”, le dijo aquella vez. “Bueno, vayamos probando”, respondió Darío.

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Sería el comienzo de otra etapa en su vida. El desafío también tenía que ver con “bajar el len-guaje de la filosofía a lo coti-diano”. “Tengo veinte años de docente de secundaria, donde cada clase es una puesta en es-cena. Para mí la docencia tiene mucho de actuación, de con-moción. Es una experiencia es-tética, donde primero entra por ahí, después el contenido fluye, pero en la medida en que haya transferencia, y que el vínculo esté abierto, me parece que la cosa después circula sola. Eso es básicamente el rol del arte”.“Pensé que me iba a costar, pero no me costó”, responde, seguro, sobre el pasaje del aula a un es-tudio de televisión. “Lo que me di cuenta es que eso mismo que hacía en el aula, ahora lo hago ante una cámara y no cambio casi nada. Estoy trasladando la clase del aula a la televisión. Así doy clase. La cuestión pedagó-gica es la misma”.Sin embargo, para la tercera temporada de Mentira la ver-dad, el ciclo que conduce en En-cuentro, tomó clases de teatro durante un mes. “En la tercera temporada que vamos a estre-nar cambia un poco el formato. Ahora actúo. Todo me sucede a mí. No estoy afuera, soy el per-sonaje al que le ocurren una se-rie de situaciones graves”.Mentira la verdad es un pro-grama de ficción dedicado a los jóvenes. A través de un lenguaje cotidiano, sencillo y atractivo se abordan distintas temáticas uni-versales como el amor, el poder, la amistad, la verdad y identi-dad, siempre a través de una mirada filosófica contemporánea. Sztajnszrajber propone una mirada hacia atrás, de la mano de los principales referentes de este saber, como Platón, Aristóte-les, Nietzsche, Heidegger, Kant y Derrida. Pero al mismo tiempo actualiza esos pensamientos. Una de las propuestas es permitir-se pensar la realidad de diferentes maneras y no creer que hay una forma inobjetable de ver el mundo. “Lo interesante es que

el programa gusta –se alegra-. Es un modo de cuestionar que en la televisión se puede hacer solo programas de entretenimiento. La televisión es como la sociedad, un campo abierto”.

-¿Cómo fue el proceso de trasladar el lenguaje de la filosofía al de la televisión?-Fue arduo, tuvo todas las características de un proceso creativo. Hubo mucha pelea, prueba y error. Es un trabajo permanente

¿Está para camperón o campevita? #ServicioPeronológico #ChisteDeAutor

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que tiene tres patas: la productora, el canal y yo. Lo más difícil fue apostar al formato. Lo primero que pensamos fue que tenía que tener ficción y bajar la filosofía a lo cotidiano. Los temas y los abordajes los propongo yo y el canal se encarga de que pedagógicamente sea apropiado. Nietszche es el pensador más presente porque desde el nombre del programa está su idea de “filosofía a martillazos”. El programa no busca ser una clase de filosofía, sino una intervención sobre situaciones concretas

Darío Sz(tcétera)

YO SOY. Filósofo, ensayista, pro-fesor y presentador de televisión. Autor de Para animarse a leer a Platón (2012) y ¿Para qué sirve la filosofía? Pequeño tratado sobre la demolición (2013). Compilador y editor de Posjudaísmo (2007).

PROFE. En la Facultad Latinoa-mericana de Ciencias Sociales (Flacso) en las áreas de Comunica-ción y Educación, y en la materia Sociedad y Estado en el CBC de la UBA. Además, desarrolló una labor docente en la comunidad judía, en su cátedra del Seminario Rabínico Latinoamericano.

MAS. Fue gerente editorial de la Editorial de la UBA (Eudeba). Desde 2011, conduce el programa de tele-visión Mentira la verdad, y en 2013 El amor al cine (ambos por Canal Encuentro). En radio participó de El innombrable (por Radio Madre). En teatro, presentó Desencajados: Filo-sofía y Música, y Versus: la batalla del conocimiento, en Tecnópolis.

desde el discurso filosófico. Una interven-ción que tiene como objetivo descontrac-turar, resquebrajar, o sea, en ninguno de los casos llegamos a una conclusión últi-ma o definitiva sino que siempre estamos abriendo, deconstruyendo lo usual. Creo que esa es la tarea de la filosofía.

-¿Y esto a su vez puede generar angustia en el espectador?-La angustia es algo cosustancial de la filosofía. Me parece que huir de ella es escapar de una parte estructural de nues-tro ser, porque la angustia no es buena o

mala, es la conciencia que tenemos de nuestra finitud, la angus-tia existencial. Heidegger dice que la cotidianeidad es una ma-nera de obturar nuestra conciencia de finitud. Como eso genera angustia ¿qué hacemos? La sublimamos en los objetos, entonces ellos vienen a postergar esa angustia. Hay que recuperar esa sensación permanentemente sobre todo para correrse de esos valores instituidos que terminan siéndolo en función de intere-ses de mercado. Pero un mercado que no suele estar presente

¿Quién fue más ídolo de Newell´s? ¿Obberti o Berti? #FutbolRetro #ChisteDeAutor

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Disparador de búsquedas

-¿Tecnópolis vino a saldar una deuda en cuanto a la difusión democrática de la ciencia, la tecnolo-gía y el conocimiento?-Sí, no me cabe la menor duda. Creo que Encuentro y Tecnópolis son las dos manifestaciones más claras de una política de democratización del saber. Es el saber cada vez más al alcance de la ciudadanía y eso es la divulgación. El problema es que, como todo en este país, siempre se planteó la discusión en términos dicotómicos. Entonces es divulgación o investigación. Y si hacés divulgación ‘no sos académico’. Un saber tiene tres patas: la divulgación, la docencia y la investigación. El problema es que cada una tiene su lógica y se trata de que no compitan. Es más, muchas veces se maximizan, pero el investigador siempre mira con mala cara a la divulgación y entonces todo pro-yecto de divulgación del saber se volvió negativo, con un prejuicio muy fuerte. Eso está cambiando. Tecnópolis, a diferencia de Encuentro, suma además la cuestión de lo popular. Y genera que la divulgación del saber se vuelva también entretenimiento para sectores de la sociedad más desventajados. Los principales cuestionamientos a Tecnópolis pasan por ahí. Ser un producto cultural gra-tuito pone el dedo en la llaga en el mercado del entreteni-miento. Lo mismo pasa con la Televisión Pública. No creo que ningún chico que vaya a Tecnópolis vaya a aprender biología, matemática o filosofía, porque no está reempla-zando nada, pero sí va a inspirar una búsqueda, ese es el fin. Lo mismo con los programas de Mentira la verdad o el de Diego Golombek o el de Adrián Paenza: no están re-emplazando los contenidos, pero haciendo entretenido un saber están contribuyendo a que mucha gente se acerque. Y que después estudie. Es salir de la dicotomía y recuperar a la divulgación que tiene su propio estatus y sus aportes.

en términos económicos concretos. Me impacta más el mercado en una relación de amistad o de pareja. En la nueva temporada hacemos un capítulo sobre el amor y salimos a cuestionar la monogamia, porque entendemos que desde allí se construye la idea de amor como propiedad o como posesión, entonces ahí está lo mercantil de una manera muy presente. La filosofía no trae la felicidad. No se trata de esto.

-¿Qué le aporta la filosofía a los jóvenes y a la sociedad en ge-neral?-Hay una frase que en Mentira la verdad repetimos todo el tiempo: “todo puede ser de otra manera”. Y eso en filosofía se llama contingencia. Se opone a la idea de que todo está prees-tablecido o debe alcanzar a lo largo de un proceso un desarro-llo definitivo. Nosotros, en ese sentido, concebimos al ser como devenir. Todo cambia permanentemente, en la medida en que se enfrenta con un otro, con una diferencia, que nos saca de no-

sotros mismos. La filosofía es un ejercicio de desnaturalización y desnormalización permanente; entonces, en algún punto, nos libera. Pero no reconduciéndonos a tierra firme: nos pone arriba de un barco donde entendemos que la existencia es un viaje eterno, pero es al revés. Nacimos arriba de un barco, nacimos en el agua, y los puertos son lugares que construimos por el vértigo que provoca saber que estamos nadando infinitamente.

Transpiración

Este filósofo inquieto no sólo se le animó a la televisión, sino que desde el año pasado se metió de lleno en el mundo del teatro. Participó en la obra Versus: la batalla del conocimiento

“Cerrá, Sabina”. #Fonético #ChisteDeAutor

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Garpó + (cherano)“El mundial es una construcción que se coloca entre los consumos populares y las producciones mediáticas, entonces hacía falta un héroe. Es el “No logo” de Naomi Klein básico. Hacía falta un héroe. Messi no entró en el canon esperable del héroe pedido, entonces garpó Mascherano. Empezó a circular a partir de lo que se decía luego de los partidos, en las redes so-ciales. Y además, creo que pasó el límite de lo racional y se convirtió en una cuestión absurda. Fue quien evitó el gol en el partido contra Holanda que fue el último que ganamos y quedó como emblema. Tiene la contingen-cia que tiene el fútbol. Pasas de héroe a villano en un segundo. Y por otro lado, de algún modo, nos reconcilió con esos valores más puros de los que todo el mundo se mofa pero que nadie ejerce, porque Mascherano pasó a ser símbolo del esfuerzo, del trabajo colectivo”.

¿Y tu zaingó? ¿Y Quique? #Geografía #ChisteDeAutor

que se realizó el Tecnópolis y actualmente realiza Desencaja-dos, filosofía y música, en el ND/Teatro. Se trata de una pieza en la que aborda asuntos filosóficos y los combina con canciones inoxidables de la música argentina y latinoamericana. Divididos, Charly García, Fito Páez, Spinetta y Silvio Rodríguez se entre-mezclan con las grandes preguntas de la humanidad.“Aparece la cantante y la banda en vivo, y yo me voy metiendo en la escena con textos, reflexiones, humor, de todo un poco. Es un espectáculo que no tiene lógica ni género; una mezcla que funciona bárbaro. Y bailo, lloro y cuento chistes. Con eso logramos algo que para mí es básico en la filosofía: que tiene más que ver con el arte que con la ciencia. El que va a verla sale de algún modo conmovido. Y si eso sucede es porque sentís que el discurso filosófico te llegó a otro lugar. Cuestionamos la idea de tiempo productivo, vamos a los temas grandes con ‘tutti’. Y cuando te estás por tirar un tiro en la cabeza suena Divididos o Charly, entonces se compensa. Es una experiencia tremenda, muy intensa. Bajo dos kilos”.

Combo tres

Jacques Derrida. Estoy muy enamorado. Pero son amores. Me siento muy empatizado con su propuesta de deconstrucción. Sobre todo con la apuesta a la filosofía como texto. Hay un juego con las palabras, una poética con la que me siento identificado.

Platón. Es una brillantez literaria filosófica única, pero hay posturas que por antiguas son demasiado duras. La República es un libro del carajo, pero no estoy de acuerdo en la crítica sobre la democracia. Sin embargo, te hace pensar mucho y habilita una serie de dilemas fascinantes.

Filosofía de la mente. Está hoy muy en boga. Tiene su raíz en la filosofía analítica. Hace un análisis de la ciencia donde se entrama la filosofía con cuestiones neurobiológicas. Básicamente me aburre.

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DERECHOS HUMANOS

En el camino de la justicia

A 30 años del Nunca más

A tres décadas de la presentación del informe de la Conadep,

El Cruce recorrió los hechos más importantes en materia de

Derechos Humanos, los logros y desaciertos por los que transitó

el pueblo argentino en búsqueda de una reparación histórica,

que se cristaliza día a día con nuevos juicios contra el terrorismo

de Estado y la recuperación de nietos apropiados.

Por Lais Vázquez y Gabriela María NasoIlustración: Reinaldo Cortés

La consolidación de la democracia argen-tina fue una tarea colectiva que debió so-portar la sanción de leyes de impunidad, levantamientos armados, discursos en fa-vor del olvido y todo tipo de estrategias para ocultar la magnitud del terrorismo de Estado. En 2014 se cumplen 30 años de la presentación del Nunca más, uno de los primeros pasos para asumir el desafío, demostrar el plan sistemático de desa-parición de personas y comenzar el largo objetivo de juzgar a los genocidas. La Comisión Nacional sobre la Desapa-rición de Personas (Conadep) fue creada el 15 de diciembre de 1983 mediante un decreto del presidente Raúl Alfonsín con el objetivo de investigar la desaparición forzada de personas ocurrida durante la última dictadura cívico–militar (1976-1983) y reunir los datos en un informe. El organismo marcó un antes y un después

a nivel internacional, dado que fue la pri-mera Comisión de la Verdad en el mundo.Presidida por el escritor Ernesto Sabato, la Conadep estuvo integrada por perso-nalidades de ámbitos diversos: los ex rec-tores de la UBA Hilario Fernández Long y Ricardo Colombres; el cardiocirujano René Favaloro; el obispo metodista Carlos Gat-tinoni; los filósofos Gregorio Klimovsky y Eduardo Rabossi; el rabino Marshall Me-yer; el obispo católico Jaime de Nevares; la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú; y los diputados radicales Horacio Huarte, San-tiago López y Hugo Piucill.Después de recibir miles de declaraciones, verificar la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención y de acumular más de 50 mil páginas documentales, la Comisión finalizó su labor el 19 de sep-tiembre de 1984 con la certeza de que la dictadura militar produjo la más grande y

salvaje tragedia de nuestra historia. Al día siguiente una gigantesca marcha multipartidaria a Plaza de Mayo acompa-ñó a la Conadep en la entrega del infor-me Nunca más. Sabato fue el encargado de poner en manos del Presidente una copia de la documentación aportada por los sobrevivientes y familiares de los de-tenidos-desaparecidos, y por las organi-zaciones de Derechos Humanos (DDHH). El texto fue publicado por la Editorial Uni-versitaria de Buenos Aires (Eudeba) y hoy ya va por la octava edición, con reimpre-siones de cinco mil ejemplares cada año desde hace una década y traducciones al inglés, portugués, alemán, italiano y he-breo. Los organismos asumieron la tarea de custodiar la información recabada, que desde 2003 está a cargo del Archivo Na-cional de la Memoria (ANM).La documentación recogida, que registró 8.960 personas desaparecidas y demostró que los DDHH fueron violados de forma orgánica y sistemática, fue remitida a la Justicia que, entre el 22 de abril y el 9 de diciembre 1985, llevó adelante el juicio oral y público a los ex miembros de las Juntas Militares -conocido como “Juicio a las Juntas”- por los crímenes de lesa hu-manidad cometidos desde el poder. Por primera vez en toda América latina, los militares que planearon y llevaron adelan-

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te un golpe de Estado fueron enjuiciados y condenados por un tribunal civil. Jorge Ra-fael Videla y Emilio Eduardo Massera fueron sentenciados a prisión perpetua; Roberto Eduardo Viola, condenado a 17 años cárcel; Armando Lambruschini, a 8 años; y Orlando Ramón Agosti, a 4 años. Omar Graffigna, Leopoldo Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basi-lio Lami Dozo quedaron sobreseídos.El Nunca más abrió un camino, pero no contestaba todas las preguntas. La direc-tora general de Promoción y Transmisión de la Memoria de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), Sandra Raggio, destacó que el Informe “también tuvo sus limitaciones, en cuanto al relato de los hechos, en tanto despolitiza a las vícti-mas, no explica el proceso histórico ni por qué el Estado cometió esos crímenes”. En diálogo con El Cruce, Raggio valoró que, “aún así, tuvo el enorme mérito de cons-tituirse en un relato oficial que cuestionó y desmintió la versión de la dictadura, ba-sándose en el relato de las víctimas. Ese es, para mí, el aporte más relevante del Nunca más y su legado hasta el presente”.

¿Estrategia o error?

El 24 de diciembre de 1986, tras una serie de levantamientos militares, Alfonsín pro-mulgó la Ley de Punto Final (23.492), que promovía la aceleración de las causas y la fijación de un término de prescripciones de la acción penal. Se preveían plazos exi-guos de 30 y 60 días para denunciar nue-vos hechos y para procesar a quienes no lo hubieran sido. Al cumplirse esos términos se extinguía la acción penal.

A mediados de abril del año siguiente, el mayor Ernesto Barreiro de Córdoba se declaró en rebeldía. En Buenos Aires, el coronel Aldo Rico lideró el levantamiento “carapintada” y tomó la Escuela de Infan-tería de Campo de Mayo.El repudio masivo de la sociedad quedó demostrado en las movilizaciones en de-fensa de la democracia. Luego de cuatro días de tensión, el Domingo de Pascuas, Alfonsín se reunió con Rico en Campo de Mayo y, tras el encuentro, anunció la ren-dición de los sublevados ante una multi-tud reunida en la Plaza de Mayo. Queda-ron en la memoria colectiva dos frases de su discurso: “¡Felices Pascuas!” y “La casa está en orden”. Pero, ¿en verdad “la casa” quedaba “en orden”?Dos meses después, el Congreso aprobó la Ley de Obediencia Debida (23.521), que exculpaba a los oficiales de rango medio y bajo de las Fuerzas Armadas que se habían visto obligados a cumplir órdenes durante el régimen de facto. Esta interpretación de las responsabilidades militares durante la represión era una propuesta que Alfonsín ya había anunciado durante la campaña electoral de 1983.Ambas leyes limitaron la acción de la Jus-ticia, perjudicaron la credibilidad presi-dencial y comprometieron la continuidad de los juicios militares. “La obediencia debida es un trágico error histórico que vamos a tener que pagar muy caro”, ase-guraba el rabino Meyer, diez años des-pués de la entrega del Nunca más, en una entrevista con Página 12. En perspectiva, para el rabino Daniel Goldman, integrante de la comunidad Bet-El y miembro de la

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), los dos cuerpos lega-les formaron “parte de una estrategia en donde la democracia tenía que sostener-se en el poder para que los militares no avanzaran nuevamente”. “Estrategia des-agradable pero estrategia al fin”, remarcó en diálogo con El Cruce.

Un golpe a la memoria

A través de los diez decretos firmados el 7 de octubre de 1989 y el 29 de diciembre de 1990, el presidente Carlos Menem in-dultó a los civiles y militares procesados. Los jefes militares fueron excluidos de los

A 30 años del Nunca más

Chau, colimba

En marzo pasado, se cumplieron 20 años de la muerte del conscripto Omar Carras-co, una tragedia que marcó el fin del cuestionado servicio militar obligatorio, cono-cido como “la colimba”. El asesinato del joven de 18 años, crimen por el que fueron condenados el subteniente Ignacio Canevaro y los soldados Cristian Suárez y Víctor Salazar, empujó al presidente Carlos Menem a convertirlo en voluntario y rentado.En la actualidad, algunos sectores conservadores reclaman el retorno a la obliga-toriedad. Envueltos en el discurso de la “inseguridad” y de la “juventud perdida”, intentan derogar uno de los pocos logros del Estado en materia de Derechos Hu-manos durante los ’90.

Ocho años sin Julio López

Los discursos que pregonan no revol-ver el pasado se desarticulan cuando el “Nunca más” es violado. La segun-da desaparición de Jorge Julio López, el 18 de septiembre de 2006, es un traspié en la lucha contra la impuni-dad y muestra que los mecanismos represivos de la dictadura no están desarticulados en su totalidad.“La desaparición de López señala todo lo que aún falta consolidar en nuestra democracia. No sólo golpea, sino da cuenta de la impunidad con que todavía cuentan los perpetrado-res de hoy y de las limitaciones de la Justicia, que a ocho años del hecho no ha avanzado ni un paso en su es-clarecimiento”, sostuvo la directora general de Promoción y Transmi-sión de la Memoria de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), Sandra Raggio.López había sido secuestrado en oc-tubre de 1976 y alojado en los centros clandestinos de detención Pozo de Arana, Cuatrerismo y la Comisaría 5º de La Plata. Su testimonio en los “Juicios por la Verdad” y ratificado después de la derogación del Punto Final y la Obediencia Debida permi-tió que el ex director de Investigacio-nes bonaerense Miguel Etchecolatz fuera condenado a reclusión perpe-tua. Un día antes de que el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata leyera esa sentencia, López desapareció.

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decretos de 1989, que libraron a 227 de-tenidos, pero fueron incluidos en los del año siguiente. De este modo, quedaron en libertad Videla, Massera, Viola, Lambrus-chini, Ramón Camps y Carlos Guillermo Suárez Mason, entre otros. La decisión de Menem implicó un gran retroceso, dado que pulverizó los avances en materia de DDHH desde el regreso de la democracia. Goldman evaluó que “el tema de los indultos fue mucho más gra-ve” que la sanción de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. “Los indultos fueron un golpe a la memoria”, enfatizó. ¿Qué hacer ante este panorama desalenta-dor? ¿Cómo enfrentar las desilusiones de la democracia, cuyos presidentes no ayuda-ron a remediar el dolor ni bregaron por la Justicia? En cumplimiento de las recomen-daciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, durante 1998, en las ciudades de La Plata, Bahía Blanca, Mar del Plata y Mendoza, se llevaron adelante los “Juicios por la Verdad”, que buscaban el esclarecimiento de los hechos sin efectos penales para averiguar lo ocurrido con los desaparecidos de la dictadura.Familiares y sobrevivientes denunciaron la represión de los miembros de la Fuerzas Armadas, quienes fueron llevados a es-trados judiciales para brindar testimonio. Estos procedimientos permitieron recabar

información que luego fue utilizada en nuevas causas penales.

Consolidar la democracia

“Que quede bien claro: el terrorismo de Estado es una de las cosas más sangrien-tas que le pueden pasar a una sociedad. No hay nada que habilite el terrorismo de Estado, y menos la utilización de las Fuerzas Armadas.” El presidente Néstor Kirchner pronunció esas palabras el 24

de marzo de 2004, minutos después de ordenarle al jefe del Ejército, Roberto Bendini, que descolgara los cuadros de Videla y Bignone instalados en el Colegio Militar. Ese hecho simbólico era parte de una política de Estado con precedentes muy concretos. Un año antes, el Gobierno había impulsado la Ley 25.779, que de-claró la nulidad de la Obediencia Debi-da y Punto Final en el Congreso Nacio-nal. “El punto importante detrás de esto es la decisión política de que los Juicios por la Verdad puedan empezar a poner-se en práctica. Los críticos dicen: ‘¿Cómo termina el Gobierno usando a los orga-nismos de Derechos Humanos?’, como si la gente que participa en esos organis-mos fueran tontos, ilusos y cándidos, y el Gobierno hiciera lo que quiere. Es al revés, cómo nosotros terminamos usando las estructuras del Estado para establecer los caminos de Memoria, Verdad y Jus-ticia”, reflexionó Goldman. Para Valeria Barbuto, representante del directorio de organismos de DDHH en el Ente Público Espacio Memoria y directora ejecutiva de Memoria Abierta, estas políticas públicas “marcan un proceso avanzado, que hacen a una sociedad más democrática”.Junto con el dictamen de la Corte Supre-ma de Justicia sobre la inconstitucionali-

A 30 años del Nunca másÍndice de Abuelidad

El Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) se creó en 1987 mediante la Ley 23511, gracias a la lucha y perseverancia de las Abuelas de Plaza de Mayo, con el objetivo de realizar pruebas genéticas de filiación entre nietos y abuelos. Los miem-bros de Abuelas se reunieron con importantes científicos para determinar si su sangre podía servir para identificar a esos nietos, dado que sus padres habían sido secuestrados y desaparecidos. En 1982 el genetista argentino Víctor Penchaszadeh, quien estaba exiliado en Esta-dos Unidos, contactó a Abuelas con la genetista norteamericana Mary-Claire King. Ella, junto con un equipo de investigadores, logró arribar a lo que más tarde se conocería como “Índice de abuelidad”, un procedimiento científico que determina la filiación de un niño, en ausencia de sus padres, mediante el análisis de material genético de sus abuelos.El BNDG surgió ante la necesidad de contar con un espacio de obtención, almace-namiento y análisis de las muestras genéticas necesarias para el esclarecimiento de delitos de lesa humanidad en la Argentina. Allí se almacenan de modo sistemático el material genético y las muestras biológicas que constituyen los perfiles genéticos de cada uno de los miembros de las familias que fueron víctimas del terrorismo de Estado. Este organismo autónomo y autárquico viabiliza la búsqueda e identi-ficación de hijos de personas desaparecidas, que fueron secuestrados junto a sus padres o nacieron durante el cautiverio de sus madres.

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dad de los indultos en 2007, estos pasos imprescindibles permitieron que se rea-brieran las causas cerradas durante años contra los dictadores, genocidas, tortura-dores, apropiadores y cómplices civiles. Una de las condenas ejemplares fue la realizada a Videla, sentenciado en 2012 a 50 años de prisión por idear y ejecutar un plan sistemático para robar y ocultar be-bés. Ese año finalizó con 134 condenados, el número más alto de juzgamiento a los ejecutores del terrorismo de Estado.“El reconocimiento de las víctimas y la sanción a los responsables afianza la idea de que hay crímenes contra la humanidad. Además, Kirchner dejó sin efecto el decre-to del ex presidente Fernando de la Rúa, que impedía extraditar militares”, recordó Barbuto en diálogo con El Cruce.

Según el último informe de la Procura-duría de Crímenes contra la Humanidad, desde el retorno a la democracia en 1983, fueron condenados por delitos de lesa humanidad 529 represores. Al cierre de este número, continúan 17 juicios en todo el país y otros cinco co-menzarán antes de que concluya el año. Entre los llevados adelante, en agosto empezó el que investiga la apropiación del nieto recuperado Pablo Gaona Miran-da, desaparecido junto a sus padres el 14 de mayo de 1978, cuando tenía un mes de vida. Para el rabino Goldman, la recu-peración de la identidad “tiene una carga simbólica muy fuerte, porque es algo que trasciende la idea de lo político, y tiene que ver con la restitución de la dignidad que logra recapturar la idea de las utopías y del trabajo sin venganza”. En ese sen-tido, Barbuto consideró que “la reacción ante cada restitución significa que hay una

sociedad muy consciente de la importan-cia de la Memoria, la Verdad y la Justicia”.

Tarda en llegar y al final hay recompensa

Se cumplen 30 años de la presentación del Nunca más, pero los organismos de DDHH comenzaron su lucha antes, duran-te la dictadura, con el riesgo de sumarse a los 30 mil desaparecidos. Los familiares y ex detenidos nunca claudicaron frente a las adversidades.Cada vez que se recupera un nieto apro-piado por los genocidas –hasta el mo-mento suman 115 y se estima que hay aún 400 más–, la Argentina se encuentra con la satisfacción de confirmar aquello que siente: la lucha, la búsqueda y la esperan-za no son en vano. Un caso emblemático fue la aparición de Ignacio Guido Montoya Carlotto, el 114, que en el abrazo con su

Prólogo(s)

Uno de los puntos más polémicos del informe de la Conadep es la inter-pretación de la violencia política du-rante el terrorismo de Estado. “Du-rante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema de-recha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en mu-chos otros países”, comienza el pró-logo original del documento y más adelante agrega: “Nuestra misión no era la de investigar sus crímenes sino estrictamente la suerte corrida por los desaparecidos, cualesquiera que fueran, proviniesen de uno o de otro lado de la violencia”.Esta visión de los hechos, que plan-tea la “teoría de los dos demonios”, fue rectificada en la reedición de “Nunca Más” (2006), cuando se es-tableció la asimetría entre la violen-cia estatal y la utilizada por las orga-nizaciones populares. En esa oportunidad también se in-cluyó un anexo con un listado más completo de los desaparecidos y de los centros clandestinos de de-tención, y se estableció una base de datos unificada que conforma el Re-gistro Único de Víctimas del Terro-rismo de Estado.

A 30 años del Nunca más

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A 30 años del Nunca más

Pozo de Banfield: anverso y reversoPor Alejandra Fernández Guida

Anverso. Carlos es policía, tiene un aro en la lengua, tatuajes borrosos en sus brazos y la extraña habilidad de hablar sin sacar-se el cigarrillo de la boca. Hace ocho años que cuida el Pozo de Banfield. Desde una ventana que da al frente del edificio, Car-los ceba mate y le da de comer a sus pe-rros, Josefa y Tontito. Desde esa ventana escucha a los vecinos que pasan por la es-quina de Siciliano y Vernet hablando de él, del ex Centro Clandestino de Detención.Reverso. Ana vive en el Barrio Sitra, un puñado de edificios de idéntica estatu-ra sobre un terreno cercado. El Pozo es el paisaje que le devuelve la ventana de su cuarto desde hace seis décadas. En los años en los que ese Pozo chupaba gente, vio que desde unos camiones bajaban a pibes encapuchados, escuchó los rugidos de la tortura y hasta se chocó con la son-risa perversa de Ramón Camps, en alguna de sus visitas para supervisar la muerte. Piezas sueltas que no devolvieron a la ca-beza de Ana la imagen de un campo de concentración. Hoy pide que el lugar se abra como museo, que se liberen los fan-tasmas. Los de los detenidos-desapareci-dos, los propios.Anverso. El Pozo fue tapado por la lucha de militantes y vecinos que en 2006 logra-ron que el centro de detención dejara de funcionar como brigada policial. Después fue la Justicia la que dijo “el Pozo se mira pero no se toca”. Desde su ventana, Carlos me ofrece entrar: enciende su notebook, abre una carpeta y me muestra unas fotos recientes del interior del edificio. Se ven los pequeños calabazos, las salas de tor-tura, los baños, las oficinas de los oficia-les. Se escucha el ruido de las picanas, los gritos de las parturientas, los taconazos de las botas. Reverso. Raúl es el carnicero de la esquina. Dice que de pibe vio cómo construyeron el edificio. Que se detenía ante la imponen-cia de los sótanos. Lo extrañaba que en el

Banfield de los 70 se hiciera un edificio con esos pasadizos. Tiene la teoría de que los militares torturaban ahí abajo, por eso muchos vecinos no escucharon nada. A Raúl no le gusta ver el edificio arrugar-se. Juntó firmas de otros miles para que en una parte de lo que fue la Brigada de Banfield se convierta en una sala de primeros auxilios y el resto se use como Museo de la Memoria. Anverso. Carlos dice durante los meses posteriores a cierre del Pozo era normal que la gente pasara por el edificio e in-sultara. Hasta un día tiraron un piedrazo desde un auto que casi le rompe la cabe-za a otro de los custodios. El ex centro de detención, que también funcionó como maternidad clandestina, se había conver-tido en un referente de la atrocidad: el recordatorio permanente del secuestro, el exterminio de personas, la persecución de ideas y el robo de bebés.Reverso. Laura empuja su changuito a la salida de un supermercado chino que está frente al Pozo. Habla bajito. “Por las dudas”, dice. “Yo nunca vi nada”, es lo primero que le sale. Pero después cuen-ta que le llamaba la atención que en ese edificio se escuchara música tan fuerte. Música clásica, tango, detalla, poniéndo-le una banda de sonido al horror. Mira el edificio descascarado y dice que “desde que lo vaciaron, el barrio se llenó de de-lincuentes”. Pone el changuito sobre dos ruedas y se va.Anverso. A Carlos no le da miedo dormir solo en ese edificio de tres pisos que en-cierra el dolor de 300 torturados, parte de la verdad sobre el destino de las 97 per-sonas que están desaparecidas, y el pri-mer llanto de los bebés que nacieron en esa siniestra maternidad. Dice que está acostumbrado porque trabajó diez años en un cementerio. Que en el Pozo está tranquilo porque sabe que las voces que escucha siempre vienen de afuera.

abuela Estela de Carlotto resumió la felici-dad de un pueblo. “Ya tengo a mis 14 nie-tos conmigo. La silla vacía va a estar con él, los portarretratos vacíos, que lo están esperando, van a tener su imagen”, ma-nifestó la abuela de Plaza de Mayo cuan-do vio su sueño hecho realidad. Ignacio Guido era un músico comprometido con la causa de los DDHH antes de conocer su verdadera identidad, lo que sin dudas facilitó el acercamiento con su familia biológica. Pocos días después de saber el resultado de su análisis de ADN, ya habían compartido un asado, una conferencia de prensa, un concierto y varias entrevistas.Los avances fueron muchos en estas tres décadas, pero todavía hay mucho por hacer. Raggio afirmó que “sigue ha-biendo negacionismo, porque aún hay sectores que reivindican lo hecho por la dictadura”, y resaltó: “El ‘Nunca más’ fue

un gran avance en esto, pero hay que confirmarlo todos los días, y la aparición de Ignacio Guido Montoya Carlotto lo está haciendo hoy”.El trabajo incesante de los organismos de DDHH y la política estatal de reparación histórica colocan al país en un estatus de modelo a seguir a nivel internacional. En la actualidad las expresiones en favor de la dictadura son aisladas y marginales. Cada 24 de marzo todas las banderas se reúnen en un acto masivo para gritar al unísono en pos de la Memoria, la Verdad y la Justicia, con la convicción de que sólo mantener, manifestar y defender esa pos-tura hará posible profundizar el camino abierto por el Nunca más.

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JUICIO POR JURADOS

Hombres y mujeres en pugna

En la provincia de Buenos Aires, tribunales integrados por

ciudadanos comunes resolverán, después de ver pruebas

y escuchar alegatos, si un acusado es culpable o inocente.

Un promotor de los juicios por jurados evalúa prejuicios y

manifiesta su confianza en que los procesos serán más justos.

Por Jennifer Almendras

Según una encuesta, los argentinos consideran que Lanata es más honesto que Raúl Alfonsín.

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Las escenas nos resultan más conocidas por el cine de Ho-llywood que por la realidad local: un puñado de hombres y mu-jeres deliberando para luego dar su veredicto. Pero el juicio por jurados se encuentra contemplado en el artículo 118 de la Cons-titución, desde 1853, aunque nunca fue implementado. Hasta 2005, cuando lo empezó a instrumentar la provincia de Córdoba, o este año, cuando se puso en marcha en Neuquén. Ahora es el turno de la provincia de Buenos Aires, la de mayor población del país, donde el año pasado se promulgó la ley 14.543, que dispone su puesta en marcha: el jurado estará integrado por 12 titulares y 2 suplentes, de modo equitativo entre hombres y mujeres que tendrán compensación económica y debatirá con las pruebas y argumentos a la vista, sobre la inocencia o culpa-

bilidad del imputado. La Asociación Argentina de Juicio por Jurados (AAJJ) es una ONG que nuclea a abogados que están a favor de esta mo-dalidad de juicio y trabajan para que se lleve a la práctica en todo el país. Cristian Penna es abogado y miembro de su junta directiva. En una entrevista con El Cruce, destacó la importan-cia de que los ciudadanos sean juzgados por sus pares, que de a poco deberán acercarse a los asuntos de la justicia, derribó algunos prejuicios y explicó cómo funcionará el sistema en la provincia de Buenos Aires.

-¿Cuál es la utilidad del juicio por jurados desde el punto de vista jurídico, respecto del sistema actual?

En la misma encuesta opinan que Campagnoli es mas honesto que Jesucristo.

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-El juicio por jurados tiene una doble faceta. Por un lado, es una garantía y un derecho del imputado a ser juzgado por sus pares. Al mismo tiempo, es un derecho político de la ciudadanía y la sociedad a participar en la administración de justicia. Hoy, el Poder Judicial del Estado está lejos de la ciudadanía.

-¿Por qué otros países ya tenían está modalidad de juicio, como México o Estados Unidos y la Argentina no?-Es una cuestión de tradición, de cuidar ciertos intereses histó-ricos. Hay que preguntarse por qué el juicio por jurados tardó tanto en implementarse, si es que está en la Constitución desde 1853, además de haber sido contemplado en todas las refor-mas constitucionales. La respuesta la podemos encontrar en otra pregunta: ¿Por qué el pueblo argentino pudo votar en 1912 con la Ley Sáenz Peña pero solo lo hizo la mitad, mientras hubo que esperar tres décadas para que lo hicieran las mujeres? El parale-lismo es el mismo: al poder le cuesta ir cediendo o compartir ese poder, que se va filtrando de a poco. Este avance es fundamental para la construcción de la República.

-¿Por qué un jurado sería mejor que un juez para determinar la culpabilidad o no de un acusado? ¿Un jurado no podría ser influenciado por los medios?-La ventaja pasa desde el punto de vista del derecho político de la ciudadanía: es claramente un acercamiento, no se le puede pedir a una persona que confíe en algo de lo que no partici-pa. Hoy, los ciudadanos no tienen ningún tipo de participación en los asuntos de la justicia. Esta es la manera de convocar a ciudadanos a través de un mecanismo determinado, para que funcionen como veedores en un juicio y den o no la autorización al Estado para aplicar una pena. Desde el punto de vista del im-putado, es la garantía de un juicio de pares. Porque ser juzgado por pares permitiría mayor imparcialidad e independencia del juzgador. Durante tanto tiempo, por frenar el juicio por jurados se ha ido ensayando una serie de argumentos, excusas o justi-ficaciones para decir que no era conveniente instaurarlo. Entre ellos está la cuestión de desconfiar de la gente, si es influencia-ble por los medios, si es incorruptible, si está en condiciones de responsabilidad y de preparación para asumir esta función. La

respuesta es sí, las personas están preparadas. La supuesta in-fluencia de los medios afecta a todos, también a los jueces. Hoy un juez puede ser objeto de la influencia mediática en peor me-dida que cualquier ciudadano. Un juez trabaja, cobra un suel-do como juez y vive de ese sueldo. La instalación mediática de una “verdad” puede ejercer sobre él una presión tal que sienta que si falla de determinado modo puede perder el trabajo o ver truncada sus posibilidades de progreso en la carrera judicial. En cambio, un ciudadano es llamado a administrar justicia en forma meramente accidental y no tiene este tipo de presiones.

-¿Qué influencia podría darse en la decisión del jurado si el imputado genera simpatía o rechazo, como el caso de un fun-cionario que ya esté condenado de antemano por un campaña mediática?-La influencia de los medios y las simpatías atraviesan a todos los seres humanos. No hay sistema humano que sea infalible frente a determinadas influencias o presiones. Ahora bien, los ciudadanos que van a conformar el jurado pasan por determi-nados filtros, el último de los cuales es una audiencia de se-lección en la cual las partes interrogan a los testigos a efectos de evaluar si están en condiciones. Una de las cosas a evaluar es qué tan profundo pudo haber calado la información de los

Una mirada nacional

El 14 de junio de 2004, Néstor Kirchner presentó un proyecto de ley para implementar el sistema de Jui-cio por Jurados: “Se asiste desde hace largo tiempo a profundos reclamos que parten de diversos sectores de la comunidad de la República, particularmente referidos a la falta de independencia de ciertos órga-nos judiciales respecto del poder político, así como a demandas de un mayor control y participación de la ciudadanía en la actividad judicial. Se estima que la incorporación del juicio por jurados sería un efi-caz complemento de la justicia profesional, pudiendo contribuir a incrementar su prestigio.” El discurso del entonces presidente marca la existencia de dos necesidades: por un lado afrontar los reclamos de más seguridad y, por otro, contribuir a mejorar la ad-ministración de justicia.La presidenta Cristina Fernández de Kirchner también expresó su apoyo a la participación popular en el sistema judicial penal, en el acto de clausura del Congreso Nacio-nal sobre Democratización de la Justicia “La sociedad le habla a la justicia”, realizado en la Universidad Nacional de La Matanza, en mayo de 2013, al sostener que aspira a tener muchos foros como ese, a lo largo y a lo ancho del país “para discutir también otras cosas, como el juicio por jurados”.Actualmente, el proyecto está en discusión en la Comi-sión de Legislación Penal de Diputados.

Un clásico del cine

Los films estadounidenses popularizaron este tipo de sistema de enjuiciamiento a lo largo del mundo, como ocurrió con el clásico del cine norteamericano Doce hombres en pugna, dirigida por Sidney Lumet en 1957. Allí, once de los doce jurados aparecen con-vencidos de la culpabilidad de un joven acusado de ho-micidio. Pero el miembro restante tiene dudas, analiza otras circunstancias y logra que los otros vayan cam-biando de opinión.

Y Mitha Legrand, más honesta que Artigas.

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medios en esa persona y a partir de ahí, ambas partes, la fis-calía y la defensa tienen la posibilidad de excluir del jurado a quienes pueden no ser imparciales. Si le doy a ambos facul-tades para eliminar a aquellos que cada una de esas partes considera que van a estar en peores condiciones de evaluar la hipótesis que se le trasmite, quedan las personas ubicadas en el medio, las menos comprometidas con una hipótesis o con otra. Esto garantiza mayor imparcialidad. Una vez terminado el juicio, delibera cada ciudadano con otros once. Son doce per-sonas que deben ponerse de acuerdo. Los prejuicios que uno, dos o tres puedan tener van a tener que ser confrontados con las impresiones y las ideas que va a tener el resto del jurado. Esa deliberación, entre jueces profesionales, es prácticamente inexistente. Esto le da mayor calidad e imparcialidad a la deci-sión. No hay que subestimar la capacidad de cualquier ciuda-dano de distinguir la calidad de la información de los medios cuando toma conocimiento a través de un juicio de las pruebas que hay en un caso. Una cosa es una persona que opina con mala información o con datos manipulados por los medios, pero otra cosa es esa misma persona que está en un juicio, que ve a los testigos y escucha a las partes.

-¿A quién le correspondería establecer si un delito se cometió de manera intencional o accidental, si fue culposo o doloso?-Es interesante la pregunta. El veredicto de culpabilidad o no lo da el jurado, esa es su única función: prestar atención a todo el juicio a los efectos de ver si una persona es culpable o no de un determinado delito. Decidir si el delito es culposo o doloso, está dentro de estas facultades. Va a haber una acusa-ción que será por delitos dolosos, tal vez haya una acusación subsidiaria de la fiscalía por delito culposo y el jurado va a tener que evaluar si considera probado una u otra alterna-tiva, si considera que el hecho se produjo con conocimiento y voluntad de realización del tipo objetivo. O si lo hizo con imprudencia o negligencia. Eso lo va a determinar el jurado y va a ser el fiscal quien va a tener que convencerlo de esto. La defensa también va a intentar convencer al jurado de que las cosas ocurrieron de un modo diferente. Se utiliza el método dialéctico. Hay una tesis, la acusación, confrontada a una an-títesis, la defensa y de ese enfrentamiento surge la síntesis. El jurado va a decidir a cuál le cree, quien ha presentado las pruebas más convincentes.

-¿Cuáles fueron las impresiones que recibieron de la opinión pública sobre el juicio por jurados?-Las opiniones son diversas. En líneas generales, la propuesta ha sido bien recibida. Difícilmente la ciudadanía no celebre cuando se la convoca para darle el poder que nunca se le de-bería haber negado. Los juicios jamás deberían haberse reali-zado de otro modo que no sea con jurados, según los términos claros de nuestra Constitución. Desde luego, se escuchan al-gunos reparos que, según mi opinión, se basan en el desco-

nocimiento del sistema. Eso pasa con muchos abogados que desconfían de la institución, la cuestionan, evalúan al sistema de juicio por jurado desde los parámetros de nuestro sistema de justicia profesional. Eso es un grave error que se transmite a la gente. Se le transmiten determinados temores en forma sensacionalista. Por ejemplo: se le dice a los ciudadanos que un juicio dura dos o tres meses, lo cual es totalmente falso, sobre todo en el sistema penal ordinario. Un juicio, en la gran mayoría de los casos puede durar uno, dos o tres días. Podrá extenderse otros dos días, pero en casos muy raros. También dicen que pueden sufrir represalias por parte del imputado, lo que es más cinematográfico que otra cosa. En Córdoba, donde se implementa el juicio por jurados desde 2005, nunca hubo ningún tipo de represalias. Hoy es más comprometida la situa-ción de un testigo que se sienta frente al acusado y dice lo que vio. Despejando estas cuestiones, la impresión ha sido muy favorable y positiva.

Pequeño jurado ilustrado

*Los tribunales por jurado podrán ser convocados para juicios en los que se dirimen penas de 15 o más años. *Para ser jurado se requiere tener entre 21 y 75 años a la fecha del juicio; ser argentino nativo o naturalizado con no menos de cinco años de ciudadanía; entender plenamente el idioma nacional; tener ejercicio pleno de sus derechos (no estar limitado por cuestiones lega-les, penales y demás) y gozar de aptitud física y psíqui-ca suficientes para el desempeño del cargo.*40 días hábiles antes del inicio de un juicio, se sortea-rán 48 personas que serán convocadas inmediatamen-te a una audiencia de recusación por el juez, el fiscal y el defensor, para sopesar su imparcialidad, a través de una notificación, donde se les explicará la tarea, su significado y los requisitos, impedimentos e incompa-tibilidades para su desempeño. Puede haber recusa-ciones. Y entre los que resulten aceptados, serán sor-teados 12 jurados titulares y 6 suplentes, en mitades repartidas por género, que deberán presenciar todas las audiencias. Sus datos recién podrán ser conocidos por las partes el mismo día de inicio del juicio.Los tribunales por jurado estarán presididos por un juez del Tribunal en lo Criminal, que será quien dirija el debate oral. El jurado será el que decida en una reunión cerrada si existió el delito y, en caso afirmativo, si con-sideran al acusado culpable, no culpable o no culpable por razones de inimputabilidad. El juez, por su parte, decidirá el monto de la pena. Si la decisión del jurado es una absolución, será inapelable. Cualquier otra senten-cia podrá ser recurrida.

Che, una pregunta: ¿los medios influyen en la opinión de la gente?

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SEGURIDAD SOCIAL

Mitos sobre “la plata de los jubilados”

Ya se convirtió en un lugar común en el debate político mediático

hablar sobre el supuesto mal uso que el Estado realiza con los

fondos de la ANSES. Este artículo aborda un tema complejo

que, para comprenderlo en su totalidad, hay que retroceder

dos décadas, cuando el discurso neoliberal aseguraba que las

jubilaciones privadas resolverían el problema previsional.

Desde los últimos años, diversos sectores políticos y económicos formulan críticas, amplificadas por no pocos medios de co-municación, sobre el uso supuestamente indebido de “la plata de los jubilados” -es decir, de los fondos que la ANSES dispone para el pago de jubilaciones y otras pres-taciones-, porque, según cuestionan, sue-len ser aplicados a destinos reprobables.Un repaso histórico ayudará a introdu-cirnos en el tema. En setiembre de 1993 se sancionó la Ley 24.241, que estableció un desdoblamiento del sistema de ju-bilaciones y pensiones con un régimen mixto: el anterior esquema público (el llamado “de reparto”) pasaba a convivir con otro privado (“de capitalización”). El nuevo modelo comenzó a funcionar el 15 de julio de 1994, cuando se puso en marcha el sistema de aportes a las ad-ministradoras de fondos de jubilaciones y pensiones (AFJP). Hasta entonces, la jubilación en Argentina era pública, con la excepción de algunas cajas especiales, como las de profesionales.La reforma significó una de las mayores transferencias de recursos del Estado a compañías privadas de la historia argen-

Por Rubén Telechea (*)

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tina, ya que la mayor parte de los aportes y contribuciones originadas en el traba-jo fueron a parar a las AFJP, mientras el Estado debía seguir haciendo frente a las jubilaciones preexistentes y a gran parte de las nuevas: quienes tenían mayor edad no les convenía afiliarse a las AFJP, porque lo que podrían capitalizar era muy poco. Entonces se rompió una regla básica del sistema: los haberes de los jubilados se financian con los aportes de los trabaja-dores activos. Esto se cumplía en menor escala, puesto que el Estado debía pagar casi todas las jubilaciones, mientras que los aportes se perdieron en su mayoría. La consecuencia fue que el déficit fiscal existente se viera ampliado de manera exponencial y el Estado se vio obligado a tomar préstamos, que eran concedidos en gran medida por… las AFJP. O sea que, paradójicamente, los ingresos que el Es-tado dejaba de percibir porque pasaban a mano de los privados eran suplidos por préstamos que estas mismas entidades les daban, por supuesto que cobrando inte-reses jugosos. Por si esto fuera poco, las comisiones que cobraban las AFJP por administrar las car-

teras eran de tal magnitud (alrededor del 30%) que rozaban la estafa. Se calcula que por este concepto se apropiaron de unos 10.000 millones de dólares, lo que consti-tuyó la parte más importante del negocio.Otro recordado negocio de las AFJP pro-vino del llamado Megacanje, realizado en 2001 durante la presidencia de Fer-nando de la Rúa, a instancias del ministro de Economía Domingo Cavallo, que con-sistió en un canje de bonos por otros con el supuesto objetivo de alivianar el peso de la deuda a través de una extensión de los plazos de pago. Sin embargo, sucedió todo lo contrario: fue un fraude descomu-nal que no sólo no sirvió para alcanzar lo invocado, sino que además terminó des-encadenando la crisis económica, pero también social y política más grande de la historia argentina. ¿Cómo participaron las AFJP de este nego-ciado? La operatoria consistió en canjear bonos preexistentes por otros nuevos y, a cambio de ellos, los agentes interme-diarios cobraban una comisión. Muchos de estos bonos ya estaban dentro de las carteras de AFJP. Por lo tanto, cobraron abultadas sumas cuando en realidad hi-

cieron de intermediarios… de sí mismos. Como estos, se podrían mencionar otros ejemplos.

Volver al sistema público

Y mientras tanto, ¿en qué invertían las AFJP? ¿Y cuánto obtenían como rédito? En 2007 comenzaron a producirse algu-nos cambios en la legislación previsional (y su operatoria), que se perfeccionaron en octubre de 2008, cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió al Congreso un proyecto para reestatizar el sistema. La Ley 26.425 fue aprobada en noviembre y comenzó a regir al mes si-guiente. Con la reglamentación de la ley se definió también que el total de los activos de las AFJP se traspasaría en especie al Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Siste-ma Integrado Previsional Argentino (co-nocido como FGS). Estos activos estaban compuestos por depósitos a plazo fijo, bonos, acciones y otras inversiones. La parte de acciones merece una aclaración muy especial: las AFJP tenían distintas proporciones de participaciones accio-

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narias en empresas, pero consolidadas en un solo tenedor (la ANSES); esto llevó a que Estado Nacional sea propietario de 41empresas. Por ejemplo, del 9% del Grupo Clarín, 31% del Banco Macro, 25% de Telecom Argentina, 26% de Siderar (ex Somisa, hoy del Grupo Techint), 15% del Banco Patagonia, 20% del Grupo Galicia, entre otras. En cuanto al funcionamiento del sistema previsional, se vuelve a incorporar el crite-rio de solidaridad intergeneracional, ade-más de servir como instrumento tendien-te a afianzar la capacidad del Estado para instrumentar una política de administra-ción de activos financieros e intervención en la economía. En el sistema de reparto, ya no es el aporte de cada persona que acumula un capital para su jubilación, sino que el aporte se hace al Estado, sobre cu-yas espaldas recae luego la obligación del pago a los jubilados. Con el transcurso del tiempo, el sistema se va afianzando de manera muy marca-

da, a la vez que se produce un incremento notable en la cantidad de beneficiarios. En forma paralela (y no por casualidad), comienza el debate acerca del uso de “la plata de los jubilados”.

El dinero de todos

Aquella aseveración, en apariencia ino-cente, dispara en realidad dos falacias. En primer lugar, los fondos no provienen sólo de aportes y contribuciones de tra-bajadores y empleadores, sino que una parte muy significativa proviene de in-gresos tributarios (20% del Impuesto a las Ganancias, 11% del IVA, 15% de la masa coparticipable y otros como Bienes Per-sonales y los que gravan combustibles y cigarrillos), que sostienen el sistema, ya que en caso de no existir este sería defi-citario, en gran medida por la importante cantidad de empleados no registrados o registrados por un importe menor que el haber que efectivamente perciben. A pe-

sar de ello, en los últimos años, la ANSES ha consolidado su situación financiera como consecuencia de la recuperación del salario y los mayores aportes al siste-ma en razón del aumento de empleo y el crecimiento de la recaudación impositiva.Puesto en números, a pesar de lo que la mayoría de la población cree, sólo el 51% de los recursos de la ANSES tiene como origen el aporte previsional, mientras que alrededor del 49% surge de la recauda-ción impositiva antes mencionada (estos porcentajes varían de acuerdo con la evo-lución de la economía). Como se puede observar, el dinero del sistema de la se-guridad social surge de toda la población, desde los más ricos hasta los más pobres, sean trabajadores o desocupados. Es de-cir, esos recursos son generados por los activos (trabajadores) y sus empleadores, pero también por toda la población, in-cluidos los desocupados, en este caso en su carácter de consumidores. Por eso, hablar de “la plata de los jubila-

Los fondos buitres dicen que Cavallo fue el hombre que sacó a la argentina de la crisis.

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dos” es una falacia absoluta. Los fondos de la seguridad social son “para” los jubila-dos, no de ellos y si lo fueran, también se-rían de los trabajadores activos. Además, en el supuesto caso de que los fondos no alcanzaran en determinado momento para hacer frente a los pagos jubilatorios, será el Estado y no “los jubilados” quien deberá hacerse cargo de ello. Si siguiera el régimen de las AFJP y és-tas no pudieran hacer frente a los pagos porque sus fondos no alcanzaran, ¿quién terminaría haciéndolo? Obviamente que también el Estado. Por lo tanto, ni antes ni ahora la plata era “de los jubilados”.De todo ello se desprende que los mo-vimientos financieros de la ANSES son un flujo que depende de una suma de facto-res: cantidad de empleos en blanco, rela-ción de trabajadores activos con pasivos, cumplimiento de las empresas en el pago de los aportes y nivel de actividad econó-mica, ya que aquella dependencia estatal también determina la recaudación impo-sitiva que va al sistema previsional.

Otra falacia

La segunda crítica sostiene que “la plata de los jubilados se usa para cualquier cosa”, como inversiones financieras (algunas de ellas, al propio Estado), préstamos a em-presas que pasan situaciones apremiantes, para pagar la Asignación Universal por Hijo o para comprar netbooks del Plan Conectar Igualdad. Este último cuestionamiento ya fue aclarado infinidad de veces, pero vuel-ve cada tanto en boca de algún desinfor-mado (o malintencionado): según el decre-to 459/2010, las netbooks se financian con una partida del Presupuesto Nacional (art. 9). La ANSES sólo brinda su logística para la entrega. Pero suponiendo que fuera quien las comprara, hay que entender que como la mayoría de sus ingresos proviene de la recaudación impositiva, todo aquello que sirva para el crecimiento de la actividad económica, significará una mayor recauda-ción impositiva del Estado y por lo tanto… de la ANSES.La Asignación Universal por Hijo, además de ser un instrumento formidable de redis-

tribución del ingreso, es un poderoso dina-mizador de la economía, ya que quienes la perciben, al ser de sectores de bajos ingre-sos, deben volcarla al consumo, que genera mayores ingresos impositivos (por lo tanto,

también para la ANSES) y aumentan la can-tidad de puestos de trabajo que devienen en… más aportes que van a la ANSES. La misma explicación sirve para los (aislados) casos en que se concedieron préstamos a empresas comprometidas financieramente. El objetivo es mantener los puestos de tra-bajo que redundan en aportes al sistema. Además de que esos préstamos tienen un interés que una vez cobrado aumentará los fondos del sistema.

La ANSES invierte

Otra queja habitual está orientada a las inversiones. Quienes se oponen a que los fondos sean colocados buscando un ré-dito financiero, ¿pretenden que la plata quede en una caja fuerte o a lo sumo en una cuenta bancaria? ¿No entienden que los beneficios de las colocaciones son una base fundamental para capitalizar el fon-do y hacer frente a los pagos? ¿Creen que las AFJP guardaban el dinero y no inver-tían? “Guardar los fondos” a secas equiva-le a que pierdan valor. De todo esto se desprende que el me-jor mecanismo de sustentabilidad del fi-nanciamiento de la seguridad social y “la plata de los jubilados” es lograr un nivel creciente de aportes previsionales y de la actividad económica, lo que supone que la rentabilidad financiera de los fondos queda en segundo plano, porque lo fun-

damental es sostener y ampliar el consu-mo y el empleo, debido a que por ambos conceptos se retroalimenta la financia-ción de la ANSES.La segunda parte del mismo planteo es criticar que se le presta al propio Estado. Si bien no hay que ser ingenuos, ya que sabemos que en esto hay un fuerte con-tenido ideológico, consistente en “secar” todo lo posible al Estado para sea chico y débil, acá las preguntas que surgen son: ¿no recuerdan que las AFJP también invertían en el Estado? Y ahora que el sistema es estatal, ¿no es lógico que los costos financieros que el Estado debe afrontar vayan a beneficiar a otro orga-nismo del propio Estado en lugar de una institución privada? O planteado al revés: pensemos en un empresario que además de su industria o comercio tiene un ban-co, ¿dónde es el lugar lógico en el que va a tomar sus préstamos o realizar sus colocaciones? Es tan obvio que será en su propio banco que ofende la inteligencia y el sentido común de cualquier mortal cuando se le quiere negar esa posibilidad al Estado.Aunque no se puede dejar de reconocer que todavía los montos jubilatorios no alcanzan el nivel que todos desearíamos, es indudable que con la vuelta al régimen estatal Argentina recuperó sustentabili-dad en su sistema, los aumentos alcan-zados en los haberes jubilatorios en los últimos años han sido muy superiores a los de épocas pasadas, se amplió la canti-dad de beneficiarios logrando niveles de cobertura que son los más altos de la his-toria, se logró mayor eficiencia y control en la disponibilidad de los fondos, y, lo que posiblemente sea lo más importan-te de todo, volvió a primar el criterio de solidaridad, que nunca debió dejar de ser el eje del sistema. Por ello, en mi opinión esta es una de las tres medidas más im-portantes de carácter económico-social de la gestión kirchnerista, junto con la Asignación Universal por Hijo y la rena-cionalización de YPF.

* Profesor titular de Economía General en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

A los fondos buitres sus amigos los llaman holdouts

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Fogueado en el diseño, hace crecer una galería de personajes que van a los extremos de la ternura y

la maldad. “Contrastes que generan un misterio”, define. En una residencia para artistas en Francia

-donde está instalado- prepara una novela gráfica futurista, acaso su proyecto más ambicioso.

Un amigo me llama un día para preguntarme si en mi casa había un secador de pelo, porque tenía que secar un libro de su her-mano, que se había mojado con el agua del mate. Al ratito llegó con Estupefacto, de Lucas Varela. Lo que había en esas páginas era sublime: un montón de personajes despreciables, hermosos, patéticos, con glamour. Todo eso junto. La maldad era mostrada con un algo que generaba ternura.Para Lucas “esos contrastes generan un misterio que dan ganas de seguir investigando”. Ponen en marcha el impulso que lleva a dar vuelta la página. Antes usaba otros “recursos fáciles” para la salida humorística. Un He-Man arrodillado frente a un policía con el pantalón sobre los tobillos, por decir alguno. Pero ya no le gustan “ese tipo de parodias”. Es muy posible que no las vuelva a hacer.Lucas Varela es un ilustrador argentino que estudió diseño gráfi-co en la UBA. Tiene una capacidad amplia para hacer historietas densas y oscuras, o coloridas y chistosas; pósters para bandas o para festivales. Todo sin perder el estilo que lo caracteriza. Si lo conocés, si más o menos pudiste seguir el rastro múltiple de su trabajo, lo identificás enseguida. Esto lo hizo Lucas Varela, decís. Te puede llegar a las manos un ejemplar de Fierro, o dar con alguno de sus laburos en el Financial Times Magazine. Nunca pierde su impronta. -¿Influyeron, o ayudaron, en la búsqueda de tu estilo las

LUCAS VARELA

infografías que hiciste en Clarín o los trabajos para publi-cidades?-Para nada. Me dieron trabajo por mi currículum como dise-ñador gráfico y dibujante. Lo que sí me aportó el trabajo diario en una redacción es la velocidad de ejecución. El día a día era muy vertiginoso. Me ha influido mucho más la carrera de diseño gráfico en la Universidad de Buenos Aires. Para el mundo de la publicidad he trabajado muy poco. Pero todas esas veces fueron con resultados nefastos. Deseo en lo más profundo que la publi-cidad y todo su entorno ardan en el séptimo círculo del infierno.-¿Cómo es el proceso de tu trabajo para el Financial Times Magazine?-Allí hago una ilustración semanal que acompaña la columna de un periodista llamado Robert Shrimsley. Habla de temas gene-rales pero desde una ironía y un humor muy británicos, lo cual me entusiasma mucho para el dibujo. Los temas van desde las redes sociales a los manejos políticos del Reino Unido. Ya dibujé varias veces a la Reina en situaciones ridículas. Es un trabajo muy ameno y fluido en su desarrollo que me deja tiempo para hacer mis proyectos personales.-¿Te sentís más cómodo al trabajar con guiones propios o cuando es una colaboración con guionista?- Los dos aspectos me interesan. Me gusta el momento de com-partir ideas con el guionista e interpretarlas gráficamente. Es muy rico. En el trabajo solitario tengo más dudas y tardo más

Por Fernando Núñez

los gusanosy la Reina

Las redes,

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Ficha

• Estudió Diseño gráfico en la Universidad de Bue-nos Aires.• Trabajó con Carlos Trillo. Hicieron El Síndrome Guastavino...• También trabajo con Diego Agrimbau, Alejo Gar-cía Valdearena, Marcelo Birmajer, Gustavo Sala…• Vive en Francia, en la residencia artística de Mai-son Des Auters; en Angouleme, la capital de la his-torieta de Francia. El festival que se realiza todos los años ahí es uno de los más importantes de Europa. Junto a Diego Agrimbau ganó el premio Aaarg Dór a la mejor historieta alternativa por Diagnostics.

pero puedo profundizar en la introspección del mundo interior. Lo bueno es intercalar un trabajo solitario con uno en grupo.-¿Cómo fue trabajar con Trillo? Teniendo en cuenta lo dis-tinto de las temáticas en El cuerno escarlata y Sasha des-pierta, por citar algunas...-Tuve la suerte de conocerlo, hacerme amigo y trabajar con uno de los guionistas más importante de la historieta argentina. Se lo extraña a Carlos. Me divertía mucho con él. Hicimos unas his-torietas muy lindas y retorcidas.

Por estos días, Lucas vive en una residencia de Angouleme, en Francia. Llegó ahí acompañado de Diego Agrimbau, con quien realizó el cómic Diagnostics, que les dio el acceso a la beca que entrega la institución. En la obra se recorren los síntomas de “algunas patologías muy oscuras” como la afasia. “No hicimos un

retrato testimonial de los trastornos mentales, sino que usamos la distorsión que sufren los personajes para hablar del lenguaje de la historieta”, comenta.Después de concluir la tarea con Agrimbau, se embarcó en un proyecto personal. Es una novela gráfica, de corte comedia muda futurista, y espera que esté terminada a fin de año para que se publique en el 2015, en Francia. Hasta ahora, es lo más largo que hizo en solitario, y se divierte.

¿En qué te basás para elegir las paletas de colores que usás?-La intuición, simplemente. No hago ningún cálculo cromático. Ni sabría cómo hacerlo. Es tan fácil pintar en photoshop... Solo hay que saber ver el equilibrio en la combinación de colores.-En tu obra hay una constante, una manera de mostrar lo grotesco con cierta belleza. La maldad con algo de ternura.-Comparto la apreciación. Esos contrastes generan un misterio que dan ganas de seguir investigando.¿Podés contarme algo sobre la serie Worming?-Es la serie de dibujos y pinturas que hice con muchos gusanos. Es que son fáciles de dibujar los gusanos. Ya que no tienen bra-zos ni piernas. Son entre gusanos e intestinos. La interpretación es libre.-¿Alguna vez pensaste qué harías si no fueras dibujante?-No tengo ninguna fantasía de ese tipo.

los gusanos

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Hubo dos etapas diferentes. Pero el nombre es

el mismo. Y la mística. La gran revista argentina

de la historieta sigue abriendo lugar a los nuevos

talentos mientras recupera a los inoxidables

de un arte en el que siempre jugamos en las

grandes ligas. El Cruce conversó con Lautaro

Ortiz, uno de los editores de esta era.

La historieta argentina y la historieta en Argentina son dos rea-lidades que no siempre van de la mano. Las editoriales gran-des tienden a publicar el material extranjero en desmedro de la producción nacional, y hacen alguna excepción cuando ven el éxito asegurado de antemano.Entonces, para publicar en nuestro país, los autores tienen pocas chances: ingresar en el mercado laboral extranjero y llegar de manera indirecta; subir el material a la red; autogestionarse, o ir con una editorial pequeña de las que hay por todo el país.O pueden buscar que la Fierro publique el trabajo en sus páginas.Fierro es un clásico. Del inicio de su primera etapa se cumplen 30 años. Salió entre 1984 y 1992. Hay diferencias, pero el espí-ritu se mantiene en esta segunda “parte”. Hoy la revista sale el segundo sábado de cada mes con el diario Página/12. El director es el escritor y periodista Juan Sasturain. Lautaro Ortiz, el secre-tario de redacción, define a Fierro como “la revista de historieta argentina”.Para un autor no es una empresa faraónica llegar a Fierro. En sus páginas hay lugar. La filosofía editorial implica respetar el gusto de los editores como lectores de historietas. Así aparece la gente

de La Productora, de Angel Mosquito, o del fanzine Catzole, de Salvador Sanz. Hay al menos 29 libros recopilatorios de obras que salieron seriadas en Fierro.Otro punto valorable es el precio. Te pide 15 pesos para darte 64 páginas de historieta argentina, y de la pura. Con el agrega-do de algún texto narrativo, o un ensayo académico, que nunca vienen mal. O la siempre bienvenida Colección Continuará, que en sus dos ediciones, verde y amarilla, trajo a los lectores actua-les obras destacadas de hace tiempo. Por ahí se ponen buenos y publican Shotaro va a la guerra de Pablo Fayó, todo junto sin cortes comerciales. Lo demás te lo cuenta Lautaro Ortiz en esta entrevista con El Cruce.

- ¿Cómo surgió la idea de relanzar Fierro?- En 2005 Juan Sasturain compró la marca, que le pertenecía a Ediciones de la Urraca. Me dijo: “¿La hacemos?”. Claro, respondí. Después de 20 años de la primera Fierro, estaban dadas las con-diciones artísticas (había muchos dibujantes y guionistas jóvenes que habían hecho su experiencia durante los ‘90), y económicas para relanzar la revista. El arreglo fue con Página/12. De otra manera hubiese sido imposible, ya que el diario garantizaba la distribución y la visibilidad, en un mercado muy complicado.

- ¿Cuáles fueron los obstáculos más difíciles o persistentes que tuvieron en casi cien números?- Uno de ellos fue la comparación (inevitable) con la vieja Fie-rro. Nunca quisimos re-hacer la vieja revista, sino una nueva y respetar el espíritu de aquella primera experiencia: la historieta como arte.

- ¿Qué lugar te parece que ocupa Fierro en el ámbito del cómic nacional?- Fierro es la revista de historieta argentina, le guste a quien le

Fierro: 15 pesos alta revistaPor Fernando Núñez

UN CLASICO CUMPLE 30

¿Los castristas son los seguidores de Nelson Castro?

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guste o no le guste nada. Y no sólo porque es la única publica-ción dedicada a la historieta que se ha mantenido mes a mes en los kioscos de diarios. También porque los nuevos dibujantes y guionistas la buscan para publicar. Y esta aseveración no es pura pedantería, es una realidad.

- El trabajo que sale publicado suele ser bastante heterogéneo. Deja la impresión de que hay mucha libertad para los artistas. Entonces, ¿qué condiciones necesita reunir una obra para salir en Fierro?- No hay condiciones establecidas. Si el trabajo es bueno, inte-resante, si la propuesta gráfica y narrativa coincide con lo que buscamos, entonces va. Hemos publicado autores ya consagra-dos, y a los no tan conocidos que desde Fierro pudieron construir una obra: Rodrigo Minaverry, Fernando Calvi, Salvador Sanz....

- En esta era digital e inalámbrica ¿Cómo es la relación laboral con los artistas?-Yo he dicho en varias oportunidades que Fierro no tiene una redacción fija como en otras épocas Aunque sea Página/12 el si-tio fijo, hoy la redacción se traslada a un bar, una oficina, nuestra casa, o la de algún amigo. Hoy no hay casi originales en el senti-do clásico, sino que los originales son digitales. Es una redacción itinerante, de la misma manera que, en el fondo, es la historieta.

- ¿Lo más común es que las historietas surjan del ímpetu de los artistas o por sugerencia editorial?- Siempre hay sugerencias, conversaciones. Uno trata de con-ciliar lo que desea el autor con lo que necesita la revista. Todo se conversa. Los autores saben que tienen libertad para propo-ner nuevas historias y nosotros también nos manejamos con la libertad de publicar lo que tenemos ganas de publicar, lo que nosotros querríamos ver como lectores.

- A veces reflotan a un autor, o personaje, y le dan mucho espa-cio ¿Es un gusto de lectores que se dan?- De Sasturain aprendí muchas cosas: una de ellas es a respetar el deseo como lector: quiero publicar a tal autor y allá vamos. No hay mucho secreto: es sentir mes a mes que como lectores estamos satisfechos.

En el comienzo, óxido, metal y sexo

Los mejores de todos -consagrados y revela-ciones- pasaron por la vieja y premiada Fierro, que iluminó de atrevimiento un ambiente en-tusiasmo democrático.

En septiembre de 1984 -superprimavera democrática- salió a la calle Fierro. Historietas para sobrevivientes, publicada por Ediciones de la Urraca, que había impac-tado fuerte en el panorama editorial con Humor, ya en la dictadura. Fierro logró mantenerse, con una estabilidad variable, durante cien números. En el 5to salón del cómic de Barcelona logró el premio a la mejor revista de histo-rietas. El nombre fue tomado de una obra gauchesca de Raúl Roux que se publicaba en Patoruzito.Fierro daba lugar a la experimentación, le abría la puerta al under, apostaba a caballos de incierto pedigrí. A veces, que los caballos sean desconocidos no implica que estén matun-gos o que no tengan los genes necesarios para ganarse un lugar. Esa apuesta dio origen a nuevas líneas sanguíneas, a estirpes narrativas que renovaron las opciones de creación. Como pasó con Estaban Podetti y su desprolijidad, que es genial; con la dupla Max Cachimba – Pablo de Santis, que eran adolescentes cuando ganaron un concurso que organi-zó la revista y así se dio inicio a sus carreras; o con Pablo Fayó, con ese estilo despojado y efectivo.Si uno está de paseo por librerías de viejo o de saldo y se cruza con un número de la vieja Fierro, lo identifica fácil. El nombre de la publicación arriba, pintado de rojo estri-dente; alguna ilustración de Oscar Chichoni que colabora-ba para que se reconozca la marca, con mujeres sensuales, metal y óxido. Algo así fue la tapa del primer número, en el que comenzó La argentina a pedazos, de Ricardo Piglia con dibujos Enrique Breccia. Luego fueron Carlos Nine, So-lano López y El Tomi, entre otros, quienes ilustraron esta historia de “la violencia argentina a través de la ficción”.Fierro supo generar historietas donde las narraciones eran tan excelentes como los gráficos. El compromiso y la entrega de los artistas de historieta nacionales no es -ni ahora ni era en 1984- una novedad. Ediciones de la Urraca respetaba eso, y no retenía los originales para luego comercializarlos en Eu-ropa, en un robo descarado a la creatividad.Carlos Scolari, en su libro Historietas para sobrevivientes: Cómic y cultura de masas en los años 80 expone que Fierro reunió tres líneas historietísticas. Una era la de los autores nacionales que tenían éxito en otros países pero en el nues-tro no se los conocía. Por otro lado, trajo a los mejores expo-nentes de España, Francia e Italia. Y dio mucho protagonis-mo a las propuestas de los autores, jóvenes, o no tanto, que se animaban a alguna ruptura. El registro de estos artistas jóvenes, explica Scolari, tenía diversas fuentes. Estaban in-fluenciados por lenguajes que no pertenecían a la historieta como pósters, videos o tapas de discos.

¿Los fatalistas son los seguidores de Abel Fatala?

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El 17 de agosto murió repentinamente Eduardo Videla, editor

de El Cruce, AUNO y Página 12. Su ausencia produce un

vacío enorme. Lo homenajeamos reproduciendo algunos de los

mensajes que circularon tras conocerse la noticia de su muerte.

Dejó una huella imborrable

EL ADIOS A EDUARDO VIDELA

del lado del más débil, del que más ne-cesitaba. Tenía el don de pararse siempre en la vereda del bien. Vivía pendiente de lo más sagrado, sus hijos Mauro e Ivana. Y siempre estaba atento a las necesida-des de los alumnos. Les tendía la mano sin demagogia. Reparaba en cosas que a los otros nos pasaban por el costado. Muchos de ellos recibieron una mano sin saber que atrás estaba la iniciativa de Eduardo. Gracias por tu compromiso. Gracias por tu bondad. Gracias por tu lealtad. Gracias por tu amistad. Gracias por haber dado tanto, querido Eduardo”. (Daniel Miguez).****“Con la mirada siempre atenta para ver lo que otros muchas veces no veíamos, con una corrección atinada para mejorar o re-finar un texto periodístico, un consejo sa-bio o una humorada a tiempo para aliviar algún que otro intercambio de palabras. Así era Eduardo Videla, maestro de los que pasamos por la AUNO (…) Siempre pre-ocupado por darle voz y lugar a aquellos que suelen ser silenciados e invisibilizados por los grandes medios. Humilde, alejado de los egos que suelen dominar a las re-dacciones y respetado por sus colegas. Así se lo va a recordar. Así se lo va a extrañar. Duele su partida, cuando todavía no estaba cicatrizada —ni lo estará, claro— la herida de otro imprescindible como era Daniel Casal. Eduardo era uno de los motores de AUNO. Tanto es así que pasaba madruga-das corrigiendo errores para que el portal luciera de la mejor manera, para que las noticias tuvieran un trato justo, sin caer en subjetividades o parcialidades”. (Martín Voogd, fragmento de su nota en AUNO).****Para los que creemos que la verdadera Pa-

“Te fuiste hermanito querido, hiciste la última travesura y no me llamaste, te fuis-te sin avisar (…) Me quede sin el gran DT, sin el defensor ideal que abría las pier-nas para que le haga el caño y el arquero perfecto que sacaba la mano para que sea gol, y mi representante futbolístico. Me quede con el recuerdo de los campamen-tos y los almohadones que volaban de una punta a la otra de la casa, con los días de cancha viendo al Rojo y al Cele, el cine y el teatro. Me quedo con el dolor desga-rrador de haberte tenido y ahora ya no. Fuiste el hermano que la vida me dio y el amigo que de todos modos hubiera ele-gido, sin dudas, el fiel, el confidente y el cómplice y el que me tapaba las cagadas que yo hacía, el profesor que sin importar la hora que venías de trabajar, ni la que te tenías que levantar, te quedabas a mi lado para que apruebe una materia, y te debo quien soy. Te fuiste temprano, y como no iba a ser de otra manera, si tus días tenían treinta y seis horas, siempre ocupado, siempre aprendiendo cosas, inquietudes y desafíos, una vida plena, llena, porque a pesar de las obligaciones que te creabas, siempre había un lugar grande para los que querías (…)”. (José María Videla).****“Si hay una virtud que parece obvia para un

periodista, pero que cada vez escasea más, es la rigurosidad para tratar la información que tiene para comunicar. Eduardo Videla hizo de esa cualidad el pilar de su trayec-toria. Fue el hombre que nunca publicó un dato sin chequear, un antecedente sin co-rroborar, una opinión sin fundamentar (…) Eduardo Videla fue periodista y maestro de periodistas (…) Eduardo, también fuiste mi profesor, mi colega docente, mi compa-ñero de trabajo. Planeamos juntos cientos de notas y fatigamos cientos de cierres. Discutimos cientos de veces, nos amiga-mos otras tantas. Pensamos juntos todos los días cómo hacer un periodismo mejor. Fuiste un gran soporte para muchos. Para mí, también”. (Andrés Osojnik, fragmento de su nota en Página 12)****Su primer nombre era Marcos, pero se pre-sentaba como Eduardo. Así lo conocí cuan-do lo tuve como alumno en 1985 cuando el estilo afro de sus rulos empezaba a apla-carse. Tiempo después se sumó como ayu-dante en Periodismo Grafico y desde en-tonces hasta su muerte construimos juntos, con el querido Daniel Casal, un camino en AUNO y El Cruce. Se ponía todo al hombro. Los problemas propios y los ajenos. Era serio, súper responsable y, a la vez, sabía reírse. Era solidario sin alharaca. Siempre

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tria es la infancia (y un poco más), un do-lor como el que siento hoy por la pérdida de Eduardo Videla es fundacional. Eduar-do lo fue en mi vida, en la de grande. En aquellos años en los que AUNO era todo: la casa, el club, la escuela. Tipo serio como pocos, recuerdo sus sorprendentes risas ante los chistes que lo desacartonaban. Se reía como un nene. Y todos nos reíamos por verlo reír. Y enseñaba, todo el tiempo. Había que chequear hasta nuestro nombre antes de publicar algo. Inflexible, sentía-mos miedo de equivocarnos, de defraudar-lo en su enseñanza. Brindamos hace poco por el ascenso del rojo, a la distancia. Con la cercanía de los momentos vividos. Puta madre. No me puedo olvidar de Martín Hermida. No me puedo olvidar de Toma-te Casal. No me puedo olvidar de Eduardo Videla. Gracias. A los tres. Y suerte en el proyecto que estén encarando juntos. En la vereda de los tipos buenos. (Martín Glade).****“Eduardo Videla encanutaba unos pesitos para comprar la cerveza en las despedidas de los pasantes de Página 12, se sentaba conmigo en cada edición, se preocupaba en cada detalle, cada palabra, cada con-cepto. Lo quería todo el mundo y eso que sólo dejaba que conozcamos un mínimo porcentaje de las cosas que lo hacen un tipazo (…) Por cada nota, me llamaba dos o tres veces para que no se nos escapara nada. “¿Rocío? Sí, soy Eduardo Videla”, se presentaba siempre. Se comprometía con todo. (…) Todo era una maratón. (…) Lo salu-dan de la universidad, del diario, su familia, los docentes de la ciudad, las familias de una casa tomada sobre la que escribió, sus amigos. Nos vemos, Edu”. (Rocío Magnani).****

“Hay que seguir... El tema es cómo. Re-cordarte así. Gracias por todo, Eduardo”. (Leonardo Castillo)****“Se me murió uno de esos ángeles de la guarda que uno tiene en algún momento de su vida, el periodista argentino Eduardo Videla. Me duele mucho. Nunca olvidare sus enseñanzas, su paciencia y su ternura”. (Erwin Pérez).****“Te vamos a extrañar... Por tu sencillez, tu calidez, tu humildad. Prometemos home-najearte en AUNO todos los días dándole a ese trabajo la dedicación y preocupación que siempre le diste. Hasta siempre, Edu”. (María Daniela Yaccar).****“Triste, muy triste por la muerte de Eduar-do Videla.... Todos los compañeros que nos formamos en el periodismo dentro de la fa-cultad de Lomas tenemos con él una deuda intelectual inmensa”. (Alejandro Giuffrida).****“En uno de los festejos por el último Día del Periodista, estuve almorzando con Eduardo. Como siempre, una charla que combinó historias y periodismo. AUNO presente siempre, porque era esa casa grande que lo vio sonreír en tantos años de gran enseñanza para los que pasamos

por allí. Volvimos a hablar de la revista El Cruce y de las nuevas generaciones de jóvenes docentes. Y hablamos de cuánto extrañábamos al Tomate Casal. Ahora es-tarás hablando con él y nosotros perdien-do tan jóvenes a nuestros guías en esta profesión...”. (Ariel Maciel).****“Nos conocimos por los pasillos de Socia-les, en los comienzos de nuestra carrera. También se iniciaban los ‘80 y cada un@ de nosotr@s, transitaba por aquella facultad con temor en la mirada que superábamos al encontrar en el otro la mano amiga, la opinión con la que nos identificábamos, el debate en voz baja. Voces que despacito y lentamente comenzamos a alzar. Y a unir-nos en esa lucha por recuperar el Centro de Estudiantes y tantas otras conquistas y derechos que la dictadura genocida anu-ló. Con Eduardo nos conocimos al elegir-nos para realizar una investigación sobre los Pueblos Originarios (…) Conservo aquel trabajo que nos permitió compartir un compañerismo eterno”. (Claudia Dito).****“Un enorme dolor. Siempre estará en el recuerdo de quienes tuvimos la fortu-na de aprender de él en el periodismo y también por su don de buena gente”. (Pablo Romano).****“Un tipo sencillo, de bajo perfil, que se sentía más cómodo escuchando y solía ganarse el afecto como docente en virtud de su rigor profesional y conocimientos, que compartía generosamente con sus alumnos. (…) Siempre puso especial aten-ción en aquellos temas de escasa visibi-lidad en la mayoría de los medios y que tenían que ver con hechos y personajes que se movían detrás del foco de aten-ción habitual, demostración en esa op-ción periodística de su compromiso con los sectores más postergados de la so-ciedad. Una conducta que también mani-festó en su relación gremial y profesional con la UTPBA”. (Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires).

Gabriel Mariotto@gabmariotto. Gran dolor por la partida del amigo y compañero Eduardo Videla, periodista de raza. Junto a Tomatito Casal nos acompañarán para siempre.

Alberto Sileoni @AlbertoSileoni. Lamentamos el fallecimiento de Eduardo Videla, un gran profesional, que contribuyó a la difusión de las políticas públicas educativas.

Santiago Aragon @santiagoaragon. Gran dolor por la muerte de Eduardo Videla. Tenaz y labu-rante, nuestra Facultad perdió un valor muy grande para la formación periodística.

Martín Granovsky @granovskymartin. Murió Eduardo Videla, uno de los tipos más serios, rigurosos y sensibles con los que laburé.

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Noticias para la vida en movimiento

Todo va rápido: de la “prioridad a la web” a las prácticas pen-

sadas para el celular y los nuevos hábitos de consumo de noti-

cias. Periodismo desde la calle para encontrar al “lector”. Com-

partimos una experiencia y una guía de herramientas.

nueva figura con competencias y habilida-des específicas: el periodista móvil.

Ser Mo-Jo

Decidí seguir algunas pautas del perio-dismo de bolsillo tras la realización de un curso en línea del Centro Knight. Mi celular se transformó en pocas semanas en una redacción todo terreno. En medio de mensajes de WhatsApp y notificacio-nes de Facebook, el periodista móvil debe encontrar un tema para cubrir, reunir la información, editar los materiales y difun-dirlo en la red. El primer desafío es practicar la movilidad, la inmediatez, la interactividad y la multi-medialidad en primera persona. La tarea resultó ser una invitación a reinventarse, a pensar nuevas formas de producir no-ticias sin olvidarse que serán leídas desde un teléfono móvil. El smartphone vino a reemplazar mi block de notas. Así pasé del miedo a la página en blanco al inter-minable timeline de Twitter. Las bases son las mismas. A los principios y rigor periodístico, el comunicador ahora incorpora aplicaciones –programas que se instalan en los dispositivos para ayudar al usuario en una tarea específica- para tomar notas, grabar testimonios, filmar, editar textos y armar presentaciones en línea (Ver Apps para reportear desde tu smartphone).

Por Soledad Arréguez Manozzo@sol_arreguez

Hay más celulares que cepillos de dientes. Más personas tienen acceso a un teléfono móvil que a un baño en condiciones dig-nas. De los 6.8 billones de habitantes en el planeta, se estima que el 76 por ciento tiene un celular. La tendencia marca que pronto habrá más aparatos que personas en el mundo. La mobile era, inaugurada hace pocos años con la penetración de los dispositivos móviles a nuestra cotidianei-dad, llegó para quedarse. Está presente en todos lados, a toda hora. Quizás así se entienda que el primer rayo de luz que veo en la mañana sea la de mi LG2. Online 24 horas. Teléfono y a la vez, agenda, despertador, cámara de fotos, geolocalizador, reproductor de música, mapa satelital y hasta contador de pasos. Con múltiples funciones, la tecnología móvil se convirtió un fenómeno global en todos los aspectos de la vida, incluido el periodismo. Los medios no sólo deben pensar en formato digital sino también en móvil. Las pequeñas pantallas al alcance de la mano plantean la necesidad de repensar

MOJO, EL PERIODISMO MÓVIL

otras formas de contar historias. En este escenario, el periodismo móvil, conoci-do como MoJo por sus siglas en inglés (mobile journalism), ofrece herramientas, formatos y plataformas para la creación, difusión y consumo de noticias vía Wi-FI. Para adaptarse a estos tiempos, universi-dades y centros de formación alrededor del mundo están incorporando seminarios y talleres de introducción a la práctica del periodismo móvil. Miles de profesionales se suman al desafío de dirigir, escribir y distribuir noticias audiovisuales desde un smartphone o una tablet. Incluso se suman los medios de comuni-cación que incorporan a las redacciones la tecnología “wearable” que distingue a los dispositivos que los usuarios utilizan en al-guna parte de su cuerpo y que interactúan permanentemente con él. Por ejemplo, zapatillas con GPS integrado, relojes o an-teojos inteligentes como los Google Glass, desarrollados por el buscador estadouni-dense. Estas gafas ya comenzaron a utili-zarse en el campo periodístico. Más bien se trata de entender la emergencia de una

Si cae sobre una tira de asado, no cae al vacio. #ChisteDeAutor

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Comencé entonces a descargar software en mi LG y probar una herramienta tras otra. El teléfono inteligente agiliza las tareas: poder escribir esta nota mientras viajo a la Ciudad. Quizás por eso, para Simone, pe-riodista de Brasil, la vida móvil es mejor. “A pesar de tener un montón de cámaras para trabajar y también para llevar a mis viajes, uso mucho más mi teléfono inteligente para capturar todo lo que quiero. En mi tra-bajo, es imposible esperar para descargar una foto y sólo entonces enviarlo a mi pe-riódico”, cuenta en uno de los foros de las clases del Centro Knight sobre la temática.Courtney, periodista deportivo de la ciudad estadounidense de Siracuse, está atento al Twitter, actualiza y saca fotos de los even-tos que cubre. “Uso una plataforma de vi-deo llamada Tout (www.tout.com) para tomar videos cortos y postear directamente en mi cuenta. Empecé a usar mi teléfono para gra-bar entrevistas con los jugadores y entrena-dores. Hay muchos días en que tengo que escribir una historia desde mi coche o en la cafetería, así que es fácil ponerme los auri-culares y transcribir rápidamente”, relata. Tras las clases, la mayor dificultad que

encontré fue cómo hacer atractivas mis producciones en la galaxia Internet. El camino hacia el MoJo requiere pensar en los nuevos hábitos de consumo, en la presentación de la noticia y del diseño del producto. Hay que entender el com-portamiento de la audiencia online. Es así que empresas periodísticas alrededor del mundo desarrollaron portales y aplicacio-nes pensados exclusivamente para mobile (por ejemplo, el sitio mobile.nytimes.com del diario New York Times o la app Al To-que de Clarín). De a poco, las redacciones se animan a destinar mesas de trabajo sólo para periodismo móvil.

Del celular y otros artefactos

Los interesados en Mojo pueden dotar a sus dispositivos móviles con cámaras, len-tes y micrófonos que permitan capturar el material en excelente calidad para luego socializar en las diferentes plataformas. Incluso algunos se animan a los weara-bles. Tal es el caso de las gafas de realidad aumentada desarrolladas por Google que permiten dar órdenes por voz, acceder a Internet, tomar fotografías, grabar videos en alta definición, utilizar aplicaciones como GPS y hasta mostrar en tiempo real lo que la persona está viendo, por medio de una pequeña pantalla sobre una de las lentes. Hoy está disponible en el merca-do norteamericano (hasta agotar stock) en 1500 dólares más impuestos.

#EstudiarOnlineCentro Knight de la Universidad de Texas

https://knightcenter.utexas.edu/ UTN. Cursos de Extensión Universitaria http://

www.sceu.frba.utn.edu.ar/Periodismo.net http://www.periodismo.net/

La Primavera Arabe fue un laboratorio de registro “ciudadano” y distribución de noticias e imáge-nes desde las calles, durante las protestas. En esta escena, una experiencia organizada de un grupo

de chicas marroquíes, estudiantes de periodismo. Con el teléfono como principal dispositivo se repartieron en grupos por sus barrios para contar historias en pleno conflicto.

11 apps para informar desde el smartphone

Wordpress. Es un sistema de ges-tión de contenido enfocado a la

creación de bitácoras web. Permite es-cribir textos, editarlos y publicarlos en la web.

Evernote. Utilizada para organizar información mediante el archivo

de notas. Crea documentos, notas es-critas a mano o presentaciones, captu-ra artículos de la web y saca fotos para guardar en tu cuenta.

Snapseed. Editor de fotografías guardadas en tu celular. Permite

recortar, retocar y ajustar imágenes. También se pueden aplicar filtros y bor-des en simples pasos.

Ustream. Permite la transmisión de video y audio en vivo usando la

cámara de tu dispositivo. Se puede inte-ractuar con tu público, mediante chat y encuestas.

Lightt. Plataforma para capturar videos y editarlos fácilmente en lí-

nea.Vimeo. Subir, almacenar y com-partir videos de manera sencilla.

Vine. Crea videos cortos, de una du-ración máxima de seis segundos, en

loop para compartir en redes sociales.Dropbox. Es un servicio de aloja-miento de archivos multiplatafor-

ma en la nube. Permite sincroniza ar-chivos en línea y compartir archivos y carpetas con otros usuarios.

Flickr. Permite almacenar, sincro-nizar y compartir fotografías de for-

ma gratuita.Kicksend. Para enviar archivos pe-sados, de hasta 150 MB, a uno o va-

rios de tus contactos. Ideal para man-dar tu trabajo al editor.

Trendsmap. Para conocer las ten-dencias (trending topic) en Twitter

en tiempo real alrededor del mundo. Así sabrás de qué está hablando tu audiencia.

Los medios intentan adaptarse a los tiem-pos que corren. La CNN anunció que per-mitirá a la audiencia y periodistas amateur contribuir con material directamente des-de Google Glass. Con esta clase de dispo-sitivos, los periodistas podríamos acceder a un nuevo punto de vista. No sólo contar sino mostrar historias en primera persona.

Sebastián ¿Esteban, es? #ChisteDeAutor

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Historias máximas

A 40 AÑOS DE LA MAYOR GOLEADA DEL FÚTBOL ARGENTINO

Banfield 13 – Puerto Comercial 1, disputado el 6 de octubre de 1974

por el viejo Nacional, también dejó el hasta ahora indeleble récord de

los siete gritos de Juan Taverna en una misma tarde. El Cruce reunió

las sensaciones de un hincha de cada equipo, testigos presenciales

de los históricos 90 minutos en el Florencio Sola, y el testimonio de

Juan Tolú, el arquero que sufrió en carne propia la inspirada tarde del

‘Taladro’.

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“Es algo que un arquero ni se puede imaginar”

Por Juan Tolú (*)

La sensación en ese momento fue de bronca. Hoy lo miro como una anécdota más, digna de contar a los nietos, pero ese día estábamos abatidos. Llegar al vestua-rio tras el primer tiempo y que veas en el resultado un 7 a 0 es difícil de asimilar. ¿Cómo salís en el segundo tiempo? Todos cabizbajos, sin ganas de hablar. ¿Qué de-cís? ¿Con qué te motivás? Y, para colmo, el segundo tiempo siguió con la misma sintonía. Ellos no frenaron la marcha, y eso está muy bien porque no tenían por qué hacerlo, y nosotros no le encontramos la vuelta. Debo reconocer la actitud de los futbolistas de Banfield que se dedicaron a jugar, no hubo cargadas ni mucho menos.Ese partido, lamentablemente, terminó siendo inolvidable y quedamos en la his-toria del fútbol argentino. La realidad es que es difícil de explicar y hacer un aná-lisis de esos 90 minutos, porque fue todo muy rápido y casi que no nos dimos cuen-ta de cómo venía la mano. A tal punto que

en un cuarto de hora ya íbamos abajo en el marcador por cuatro goles. Eso, actual-mente sería imposible, con la habitual fricción y la falta de espacio que existe. Aquella jornada nos enfrentamos con un rival de una jerarquía increíble y que tuvo un momento soñado.Taverna metió siete goles, pero podría ha-ber hecho muchos más. Hizo lo que quiso cada vez que atacaba, como prácticamente todos sus compañeros. Lo concreto es que Banfield tenía una gran velocidad, jugaba rápido, y nosotros, que ya habíamos entra-do dormidos, no nos pudimos recuperar. Rara vez sucede que al adversario le salen todas y a vos, nada. Pero fue así y no hay posibilidad de poner excusas. Eran clara-mente superiores y lo demostraron durante ese duelo y a lo largo del certamen.Por nuestra parte, ese partido fue un golpe duro. Más allá de que me tocó padecer los trece goles y para el arquero eso es algo que ni se imagina en la carrera, el dolor fue

por el equipo. Estábamos muy ilusionados y no nos fue bien en el campeonato.La realidad es que para esa jornada viajaron a Buenos Aires muchos chicos que no esta-ban en condiciones de disputar un partido de esa magnitud. La razón es que muchos futbolistas del plantel se quedaron para afrontar un compromiso la Liga del Sur, que en Bahía Blanca se jugaba al mismo tiempo. Y no hubo comparaciones con el rival. Igual, al poco tiempo tuvimos nuestra re-vancha. Después le ganamos a All Boys, de locales. Y fue un alivio, sacarnos un gran peso de encima. No es fácil salir a jugar después de sufrir una tremenda go-leada. Lo hicimos y por suerte ganamos. Eso tampoco es para olvidar.

(*) Juan Tolú fue el arquero de Puerto Comer-cial que recibió los 13 goles de Banfield.

El recuerdo de Juanchi Taverna, el goleador

“Hice cinco goles en el primer tiempo y sobre la hora Ro-berto Goicoechea me anuló otro le-gítimo. En el ves-tuario, el técnico Héctor D’Angelo, trató de calmar a todo el equipo para que colaboraran y yo pudiera quebrar la marca de seis goles, que tenían Erico de Independiente, Sarlanga de Boca y Moreno de Argentinos. Pero me puse muy nervioso. Fal-taban tres minutos y recién pude convertir el sexto. Sobre la hora, Goicoechea dio un penal. Acerté y fue la mayor alegría de mi vida”. (*)

(*) Extraído del diario Clarín 6/10/1999.

Banfield: Ricardo La Volpe; Eduardo Pipastrelli, José Romero, José Terzaghi y Raúl Giustozzi; Silvio Sotelo, Hugo Mateos (Ricardo Girado) y Rubén Flotta; Enrique Lanza, Juan Taverna y Luis Roselli. DT: Héctor D’Angelo.Puerto Comercial: Juan Tolú; César Colman (Contardi), Raúl Lugones (Rubén Viani), Osvaldo Baley y Núñez; Mario Rachi, Enrique Dekker y Solís; Jalil, Juan Carlos Nani y Diego Romero. DT: Rufino Bugarini.Goles en el primer tiempo; 5, 7, 31, 37 y 39 Taverna (B), el primero de penal; 11 Lanza (B); 15 Roselli (B)Goles en el segundo tiempo; 2 José Romero (B); 7 Lanza (B); 13 Rachi (PC); 16 Roselli (B); 26 Pipastrelli (B); 42 y 43 Taverna (B), el segundo de penal.Cancha: Banfield.Árbitro: Roberto Goicoechea.Entradas vendidas: 1539

13 - 1

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Un tango pintado de verde y amarilloPor Marcelo Boccanera (*)

…”Vieja fotografía en sepia/ poblada de pes-cadores/en tus calles los mejores/van poster-gando sus sueños/por eso mando esta esquela/que pintaron de acuarela/ verde y amarillo el viento”. Marcelo Boccanera, “Mi viejo White”

No era poca cosa para un puerto tan gran-de, aunque poco conocido, de techos y paredes pintadas de colores y un inmen-so sueño de su gente (mezcla bellísima de pescadores y cantineros, de estibadores y peluqueros, de ferroviarios y marineros, de cantores y futboleros) que el club del pue-blo, Puerto Comercial de Ingeniero White, paseara su camiseta por primera vez en los estadios de Buenos Aires y sus alrededores. En viejas épocas ya habían desembarcado del Ferrocarril del Sud glorias como Tron-coso y Romano, pero especialmente Ernes-to Lazzatti, ídolo en Boca Juniors donde fue apodado El Pibe de Oro.Logramos la clasificación para el Campeo-nato Nacional de la mano del DT Antonio Simoncini, pero fuimos dirigidos ante “los River, los Racing, los San Lorenzo, los Inde-pendiente”, por Rufino Bugarini, hermano del Mingo Bugarini, amigo de mi viejo que tenía su bar en el empedrado camino hacia el puerto. Con el ansia a flor de piel, Puerto Comercial envió un equipo alternativo de chicos que promediaban los veintidós años, ya que la primera división se quedó en Ba-hía Blanca para disputar la no menos pre-ciada Liga del Sur. Entre los pibes, viajaron el arquero Juan Tolú, el defensor Osvaldo Baley (hermano de Chocolate Baley, arque-ro suplente de la Selección en el Mundial de 1978 y arquero titular del Huracán de Parque Patricios) y El Loco Juan Carlos Nan-ni, un nueve goleador que más tarde, con las camisetas de Lanús y de Boca, dejaría su sello, sus goles y sus festejos en esta lejana Buenos Aires.

El equipo de Guaite jugaba de local en la cancha de Olimpo de Bahía Blanca, club aurinegro donde el cantor Roberto Del Mar, mi viejo, dejó sus mejores interpre-taciones tangueras en los carnavales más recordados de la vida, acompañado por la Orquesta Típica de Luis Bonnat. Corría 1974, había muerto Juan Domingo Perón y se había filmado la gran película argen-tina “La Patagonia Rebelde”, de Héctor Olivera y basada en un libro de Osvaldo Bayer. Un 6 de octubre de ese año, justo un día antes de mis catorce abriles, ama-necimos mi viejo y yo, en la casa de Ban-field, las sonrisas y nuestros corazones de hinchas empantanados en aquella lejana cancha de tierra y salitre, con diminutas tribunas, cerquita del mar. El mismo esce-nario que lo había visto jugar a mi viejo en la 5° división, donde alternaba así una du-pla infalible en su vida: el tango y el fút-bol, el cantor y el jugador. Almorzamos los tallarines con bolognesa que los domin-gos amasaba Titina, mi madre, mientras cantaba sus zambas en la cocina. Un vaso de tinto Peñaflor que mi padre tomaba airoso y feliz… ¡y a la cancha del Taladro! Jugaba Puerto Comercial de Bahía Blanca en mi barrio desde que vinimos de Inge-niero White. Era EL PARTIDO para ir juntos. La “22”, la hinchada guaitense, contenta, escuchaba la Spica desde los bares, allá en mi puerto.Era una tarde soleada. Desde el túnel salía con la camiseta a bastones verdes y ama-rillos el glorioso equipo de mi querido Puerto, éramos unos diez tirando papeli-tos. Banfield aparecía con grandes juga-dores como Lavolpe, Pipastrelli, Giustozzi, Flotta, Lanza y Taverna. Era difícil, se sabía, mi viejo fumaba los Jockey Club uno tras otro, yo me agitaba queriendo entrar a la

cancha, puteaba al referí, alentaba… ¿qué iba a hacer? A los 15 minutos perdíamos 4 a 0 y al final del primer tiempo, el score era Banfield 7 – Puerto Comercial 0. ¡Po-bre el arquero Tolú, puesto ingrato si los hay! Mi viejo recordaba a Walter Baley, pa-dre de Chocolate, el mejor arquero de la historia del club. Segundo tiempo: a los 13 minutos Rachi pudo meter el primer y úni-co gol nuestro del partido, pero Banfield ya llevaba ocho pepas convertidas. Termi-namos el encuentro con trece adentro de la canasta, con un récord de Juanchi Taver-na que “nos regaló” siete ese día histórico tanto para el Taladro como para nosotros. Menos mal que mi viejo se reía…Volvimos caminando recordando tangos que Rober-to del Mar me enseñaba a media voz. Pen-sábamos en Guaite, en la Nona y el Nono, en las cantinas de Micho, de Tulio, en los tíos, los primos, y en el próximo viaje a ese otro Sur, las trece horas de tren, el va-gón comedor, los calamares rellenos que preparaba Tío Lito y el desembarco en la estación con las valijas repletas de sueños y esperanzas, como todos los años, como siempre. Así adornábamos los días, así acomodábamos el alma. Salimos de una pizzería, cruzamos la estación de Banfield y seguimos caminando rumbo a casa. Mi viejo cantaba a media voz el tango “Re-membranza”, me llevaba de la mano y yo lo escuchaba con la felicidad de ser el hijo de un gran cantor de tangos. Mientras la tarde caía, el cielo comenzaba a ponerse a azul oscuro con estrellas de talco, como el inmenso contorno de los espejos de la peluquería de mi abuelo Santiago… Allá, en mi querido Guaite.

(*) Marcelo Boccanera es hincha de Puerto Co-mercial, autor, compositor y cantor de tango.

Los políticos tendrían que tirar todos para el mismo lado #PartidoQueBarbaridad

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“Basta, que no les hagan más goles”Por Ariel Bargach (*)

Yo juro que me acuerdo. Bah, o creo que me acuerdo. “Basta. Que no les hagan más goles, si ya está…”. Eso dijo mi vieja esa tarde en que Banfield amontonaba conversiones (disculpen, puse goles en la oración anterior) contra los bahienses. Mi vieja no iba nunca a la cancha, territorio casi exclusivo de hombres por entonces. Un par de veces. Y por alguna razón que nunca supe, ese día fue. Y tiró eso de que ya estaba bien, que había que parar. Yo tenía 5 años. Y era habitué de la vieja pla-tea del lado de Banfield, o sea, la que es-taba más cerca de la popular local, porque ese era el lugar que mi viejo había elegido para siempre. Después, muchos años des-pués, tuvo que resignar la comodidad de una butaca y aceptar la tribuna impuesta por sus hijos. Pero para eso faltaba.La cosa es que tengo solo dos imágenes de ese partido, una sonora y otra visual. “Basta. Que no les hagan más goles, si ya está…”, es la primera, en la voz de mi vieja. La otra es casi un bajón. Porque me acuerdo de un penal. De que Juanchi Taverna patea el pe-nal y hace una caminata cortita, hasta ahí nomás, al alambrado. Un no-festejo. Supe después que ese día el hombre-récord hizo dos de penal, y especulo con que éste fue el segundo, porque era el último del par-tido, ya casi sobre la hora. Y por eso casi no hubo celebración. Mucho menos esas carreras alocadas tan siglo XXI.Y juro que no me acuerdo nada más. O creo que no me acuerdo nada más. ¿Pue-do acordarme de algo que viví a los 5? Todos los especialistas dirían que sí. Y largarían explicaciones sobre la memoria selectiva, lo que guardan cuerpo y men-te… No importa. Yo me acuerdo de eso. Claro que después leí y releí todo. A veces pasa que uno cree que se acuerda lo que en verdad leyó. Y todavía hoy, como esa vez estuve ahí, cuando salen esas estadís-ticas bastante inútiles, yo chequeo que no

nos roben y que ese partido siga siendo lo que es y que el Juanchi siga siendo lo que es.Sé, tengo claro, que otros miles de hinchas de Banfield deben decir que se acuerdan. Que se acuerdan de haber estado. Que hayan pasado 40 años acorta bastante la franja de potenciales asistentes, claro. Digamos que podemos registrar algo los que ya votamos en el 87, pongamos… Pero usted, ustedes saben cómo es esto. Todos deben haber estado en la cancha ese día. Pasa eso con las jornadas que entran en la historia, en esa particular concepción de la historia con manuales hechos por fanas.¿O no se dice eso del célebre gol carde-nístico del Racing del 67? ¿O no estuvie-ron todos los de Argentinos el día en que Diego humilló a Hugo Gatti con cuatro goles, después de que el arquero dijera que el gordito era un gordito, en el 80? ¿O acaso los de Independiente no hablan todos como si se hubieran sentado en la

tribuna la tarde del 78 en que el Rojo salió campeón

en Córdoba, ante Talleres, jugando con tres menos?Bueno, para los de Banfield es así: todos estuvimos el día del 13-1, porque nadie quiere perderse los récords (y mucho me-nos si fueron dos en el mismo partido); todos estuvimos en el 7-1 a Los Andes; todos estuvimos en el 5-0 a Lanús (en el último; ejem, porque más allá hubo otro), y todos estuvimos en La Boca el día de la vuelta con Julio Falcioni como DT. Mi vieja no. Mi vieja estuvo en un par, siem-pre de local. Y estuvo, sí, contra Puerto Comercial de Bahía Blanca. Y tiro eso: “Basta. Que no les hagan más goles, si ya está…”. Juro que me acuerdo. O creo que me acuerdo.

*Hincha de Banfield, docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ y periodista

de la agencia Télam.

Antes el periodismo era objetivo #PartidoQueBarbaridad

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“No hay fuerza

mayor que el deseo”

ENTREVISTA A ALEJANDRO AWADA

Por Alfredo Mera@SrOnoff

Fotos: Bárbara Foglia

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El actor camina los escenarios con la certeza de que el éxito y el crecimiento profesional

no provienen de lo material. Más bien, son consecuencia de la búsqueda de la realización

personal y de aprender a sentirse bien con uno mismo y con el entorno. En una charla con

El Cruce, repasa su carrera y su curtida experiencia de vida. También da su mirada sobre la so-

ciedad y la política. Y critica a los medios: “Me duele cuando la gente replica lo que dicen”.

Habla tranquilo, pausado. No porque se confiese feliz por el éxito que goza va a dejar de reflexionar sobre hacia dónde quiere ir. No es el suceso lo que lo define, aunque transcurra el año con lo que considera una experiencia fabulosa con El placard, primero en la temporada veraniega de Mar del Plata, luego de gira por otros puntos del país y ahora en la Capital. Aquel inicio en la Costa lo lleva a reflexionar: “Fue una fiesta todas las noches y nos fue maravillosamente bien. Estoy muy agradecido de haber compar-tido con Diego Peretti y Osvaldo Santoro. Disfruté del encuentro mucho más que lo laboral”, cuenta Alejandro Awada a El Cruce. Y ese grato encuentro sigue en tierras porteñas. Además, hay que sumarle su trabajo en cine, en El misterio de la felicidad, junto con Guillermo Francella e Inés Estévez. La película es la segunda producción nacional más vista del año, con 600 mil espectado-res, una circunstancia que queda relegada ante su experiencia personal: “Fue una dicha conocer y trabajar para Daniel Burman. Un excelente ser humano y un director brillante, además de gran guionista. Ojalá pueda laburar con él muchas veces más”.

-¿Qué priorizás a la hora de elegir un trabajo?-Me importa mucho quién me lo ofrece. Me pasó de haber tran-sitado experiencias con personas que me hacían ruido y luego terminé pasándola mal. Generalmente, cuando el proyecto es bello la persona es bella.

-¿Dejaste de lado propuestas que te gustaban porque no te convencía lo humano?-Estoy ligando bien últimamente, me estoy encontrando con personas bellas. Aunque si la convocatoria no es amorosa, a lo mejor me pongo el disfraz de actor y lo hago, si la recompen-sa económica es interesante o, a lo mejor, si el producto en sí es lo que me seduce. Pero mango más, mango menos, en este momento de mi vida me interesa mucho trabajar con personas amables, donde pueda intercambiar en paz y fundamentalmen-te pueda pasarla bien.

-¿Siempre fue así?-No. Tengo 52 y hace mucho que vengo trabajando conmigo,

intentando una vida más amorosa todos los días. Lo que tiene que ver con lo laboral es un aspecto. Durante mucho tiempo pensé que era lo más importante en mi vida. Hoy descubro que hay muchas cosas importantes, además del trabajo. Todo esto lo pensaba por miedo.

-¿Miedo a qué?-A la pobreza, a quedarme afuera, al futuro. Miedos. En reali-dad, son construcciones psíquicas, porque nunca coincidió con mi realidad. Una vez comprendido esto, en general desde que me levanto hasta que me acuesto, trato de pasarla bien, de estar relajado.

-Elegís los trabajos por las personas que lo integran. Tu hija es actriz, ¿te gustaría trabajar con ella?-Tuvimos una experiencia para la Televisión Digital Abierta. Ir juntos al trabajo fue muy lindo, pero en el momento de laburar me encontré con una colega. Eso me gustó más. Ella está labu-rando y embarcándose en unas cuantas cosas y a lo mejor, pren-do una vela, podemos volver a hacer algo juntos. Me encantaría volver a compartir con ella.

-¿Qué le marcás?-Lo que me tocó aprender es que, además de conocer mi ofi-cio, tengo que saber venderlo. El haber empezado de cuatro de copas, haber hecho todo el recorrido, tener que salir al ruedo a conseguir trabajo, me enseñó mucho como hombre y traba-jador. Siempre intenté que mi hija aprendiera eso. Quiero que haga su camino independientemente de mí. Si puedo darle una mano, encantado de la vida, pero me gusta que aprenda a ga-narse el mango y lo está haciendo. No me fue dado nada y a ella tampoco. Está consiguiendo transitar su camino con éxito, cosa que llena de satisfacción.

-Vivís la experiencia de que un hijo elija la profesión de su padre, algo que a tu papá no le pasó con vos. ¿Sentiste culpa por eso?-Yo soy culposo por excelencia, además de miedoso. Es proba-ble que me haya sentido en deuda con el mandato familiar. De

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hecho, no tengo un buen recuerdo de cómo fueron mis padres conmigo cuando era adolescente y un poco más grande tam-bién. Es probable que tenga deudas con mis padres, que yo no sea el hijo que soñaron, pero hoy estamos en paz. Mi padre se fue hace dos años y con él tuve un vínculo que pasó por todos lados. Hoy el recuerdo que tengo es amoroso, tengo ganas de abrazarlo.

-¿Cambiarías algo de lo que viviste?-Estoy orgulloso de mi camino, pero sé que no tuve la posibili-dad de elegir. Cuando era adolescente no tuve la chance de ha-cerme preguntas sobre qué quería hacer. Tenía que dedicarme a la actividad familiar y fracasé rotundamente, la pasaba muy mal. Fortuitamente me encaminé hacia este oficio, aunque no porque me haya dicho quiero ser actor. De pronto me encontré haciéndolo y me dije: “Ah, esto me gusta”. Ahí empecé.

-Alguna vez dijiste que el teatro también te alejaba de la sen-sación de soledad. -El teatro esencialmente es un hecho social. Trabajo mucho en relación con mis compañeros, el director o los técnicos. A eso hay que sumarle el público que, sin tener la mirada puesta en ellos, sí percibo lo que les va sucediendo. Es un intercambio per-manente. Trato de construir y de trabajar desde ese lugar. Es probable que desde esa manera de vincularme haya dejado de sentirme solo, lo cierto es que pasaron 30 años y sigo sintiendo mi soledad.

-¿Qué hacés con ella?-No la combato más. Entiendo que en un sentido nunca voy a dejar de estar solo. Tengo a mi mujer, mi hija, a mis amigos y compañeros. Tengo una vida social no del todo amplia (ríe), pero tengo una vida social. Así y todo, en un sentido, sigo solo. Y está bien. Me gusta.

Hace casi 30 años que es actor, casi el mismo tiempo que lleva con su psicoanalista. La sumatoria de ambos trabajos, tal vez, le permitió un conocimiento sobre sus sensaciones y una franque-za al hablar de ellas difíciles de encontrar en el medio. No le escapa a sus fragilidades ni deseos, aunque a veces lo prefiera. “Hay algo que me sucede que no sé a qué orden pertenece, pero que en el momento pasa. El fragmento de ese aquí y ahora requiere mucha concentración y todo desaparece. Milagrosa-mente, a veces consigo aplacar la mente, borrar lo que podría llamarse el yo y ser parte de un todo”, explica.

-¿Cómo es tu “yo” fuera del teatro?-Me tiene harto mi yo de todos los días, quiero que se vaya a la mierda y no vuelva más. Que no moleste y me deje vivir en paz. Tengo ganas de otra cosa, no sé ni dónde ni cuándo. Ayer imaginé que a lo mejor Silvio Rodríguez hablaba de eso: “Ojalá

pase algo que te borre de pronto…”. Tiene mil interpretaciones, a lo mejor una es esa.

-¿Y si no se va?-Intuyo que está empezando a sucederme. Tengo muchas ganas de estar relajado y observar. Quiero olvidarme de la construc-ción psíquica de lo que creo que soy, porque el ser es mucho más amplio que el yo. Aunque tiene mucho de chamuyo lo que estoy diciendo porque está el yo de ego, que también aparece.

-Cuando comenzaste a actuar, ¿no fue como empezar de cero?-Empecé a trabajar a los 24, ponele que ahí empezó el cero. Lo que me ayudó fue el deseo. Cuando lo descubrí, le metí con todo. Me caí mil veces, pero no había manera de frenarme. No hay fuerza mayor que el deseo. Ser honesto y genuino para transitar el camino de aprendizaje, no el de los resultados. A veces me pongo en viejo choto y digo: “Traten de encontrar lo que deseen y denle por ahí que no hay con qué darle”.

-También tuviste tu paso por la universidad, cursaste Ciencias Económicas. ¿Cómo lo recordás?-No sabía qué estaba haciendo ahí, sólo seguía un mandato. Fue en 1977, donde además de mi construcción familiar, no había que olvidarse de lo que pasaba socialmente. Era muy joven y, en el mejor de los sentidos, muy ignorante, no me podía preguntar qué quería. Estuve dos meses en una universidad y me dije por acá no es. Al año siguiente fui a otra y fue peor que la anterior. Ahí creo que empezaron las preguntas más interesantes.

-Para algo sirvió, entonces...-Le rajo al que te dice: “La cosa es así”. Lo único que me sirvió siempre fue la experiencia. En ese sentido soy un materialista dialéctico. Salgo a la cancha a aprender y reflexionar con lo que pasó en la cancha, para poder volver al otro día.

Desde la cuna en una familia tradicional, en su adolescencia en un estricto colegio alemán, en un par de fallidos intentos uni-versitarios, en el desvío de la ruta que lo llevaba directo a ser otro Awada que producía ropa y en el camino que dibujó como actor, está la educación que definió su vida. “Hay que profundi-zar en lo que realmente interesa, y practicarlo mucho. La edu-cación viene muy de la mano con el ser nosotros. El deseo, el gusto, las ganas, eso tiene que ser lo primero y de una manera lúdica y divertida”, enfatiza. Como pasó a la hora de definir su trabajo, cree que la base está en el conocimiento personal y aceptar la diversidad.

-¿Cómo imaginás que sería una educación ideal?-Mi respuesta es general. Fantaseo con que los jóvenes apren-dan lo que quieran aprender. Desde la primera educación. La idea de tener materias obligatorias me parece innecesaria. En-

-¿Viniste solo? -No, Conaprole” #VeraneoUruguayo #ChisteDeAutor

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tiendo que el joven desarrollándose en lo que desea, se cono-ce. Me encantaría que si un niño está interesado en algo en la escuela avance en ese terreno; después, si quiere, que adquiera educación general. Imagino que en la universidad pasa algo pa-recido. Creo que puede faltar mucha práctica.

-¿Cuál sería la solución?-Nunca entendí cómo existe la Secretaría de Cultura y el Minis-terio de Educación. Para mí debería ser al revés. La piedra fun-damental es la cultura y parte de la cultura es la educación. Me gusta pensar en la diversidad y aprovecharla, para que sean un lugar de encuentro. Los antagonismos no nos ayudaron nunca. Me gustaría que pudiéramos intercambiar más, que nos escu-

cháramos más.

-¿Sentís que eso no está pasando?-Me parece muy bien que cada uno sostenga la de cada uno, pero que podamos intercambiar. Estoy cansado de la necesidad de enemigos para aglutinar a la tropa. Me encantaría que no tomemos como algo personal los gustos del otro y que podamos construir desde la diferencia. Yo no me siento mejor que nadie porque me guste algo distinto. Creo que lo que acabo de decir es lo que mejor me representa hoy.

-En esto ingresa la política. ¿Ahí también te afecta la falta de intercambio?-Me distancié de amigos y familia por cuestiones coyunturales. Por eso y por lo que hacen los medios en relación con esto. Nos utilizan para sus intereses y titulan de una manera poco ama-ble. Muchas veces dije lo que dije y me sigue representando. A veces lo dije bien, a veces me equivoqué en la forma. Por consecuencia de eso perdí amigos y familia. Lo bueno de estas turbulencias es que después te encontrás con los otros desde un lugar diferente.

-¿Te interesa recuperarlos?-A algunos sí a otros no. Hay algunos con quienes me gustaría sentarme a conversar desde otro lugar. Lo que pasa es que no es fácil conversar con los demás serenamente, abrirse en paz. Como sociedad nos cuesta mucho. Estoy aprendiendo y en el aprender me doy cuenta de que muchas veces encuentro con quién y otras no.

-En el sentido de la apertura, vos hiciste una muy grande cuando hablaste de las adicciones en tu juventud. ¿Cuál sería la mejor manera de tratar el tema?-Que no se juzgue ni se califique al adicto. Es muy complejo el tema, no es para nada menor. Cuesta un Perú abandonar una adicción. Quien desee salirse de ese lugar debiera tener más centros públicos de atención y ser cuidados (sin ser obligados a nada) desde la reflexión y comprensión, desde el más viejo que el viento: “Conócete a ti mismo”. Como sociedad estamos muy verdes en ese sentido. Hay mucho prejuicio y poca reflexión.

-¿Y qué crees que sucede con los medios?-No saben nada y utilizan eso a su servicio. Puro título sin conte-nido. Lo más grave es que no hay un deseo genuino en meterse con ese problema, como no tienen interés de hacerlo con la pobreza. Estoy muy disgustado con los medios en general. Me utilizaron feo, pero no importa. No es conmigo la cosa, yo soy una nadita más dentro de los millones de naditas que estamos al servicio de ellos. Me importa la conclusión que tienen de la realidad y cómo la gente la compra y replica. Me indigna, me duele. ¿En qué sociedad quieren vivir?

Hector Starc #¿YHutchSalió? #ChisteDeAutor

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La madeja del olvidoRICHARD BRAUTIGAN

La literatura es una diosa arbitraria que oculta a muchos de sus

predicadores por razones que no vienen al caso dilucidar acá.

En esta nueva sección de El Cruce, intentaremos redescubrir a

algunos autores que, por diversos motivos, fueron condenados

a gozar sólo de 15 minutos de fama cuando, al menos,

debieron haber disfrutado del doble.

En 1967 un ignoto escritor norteamerica-no publicó La pesca de la trucha enAmérica (Trout fishing in America), sin ima-ginar que tan desconcertante título llega-ría, en pocas semanas, a la desconcertante cifra de 3.000.000 de ejemplares vendidos.Richard Brautigan (1935-1984), inmer-so por momentos en la Generación Beat, escribió suficiente material como para no ser olvidado: diez novelas, nueve libros de poemas y uno de cuentos. Y a pesar de que el reconocimiento internacional lo obtuvo casi de inmediato con su segunda novela, pareciera que nadie está exento del olvido.La vida de Brautigan no había resultado muy fácil hasta el momento en que la fama lo visitó. A los nueve años, su madre lo abandonó en una habitación de hotel. El cocinero, como pudo, y porque cre-yó que no había otra posibilidad, por un tiempo se hizo cargo de él. A los veinte, elaboró un meticuloso plan para obtener comida gratis. El primer paso consistía en tirar una piedra contra una comisaría,

pues su lógica indicaba que una vez in-gresado en la cárcel iba a recibir alimen-tos sin necesidad de pagarlos. El joven Brautigan parecía emular la lógica que había utilizado Soapy, aquel personaje del cuento “El policía y el himno” de O. Hen-ry, en su hora más famélica. Finalmente, consiguió que lo detuvieran, pero luego el plan se enturbió, ya que lo trasladaron a un hospital para enfermos mentales y le diagnosticaron paranoia, esquizofrenia y depresión. Tiempo después ironizó sobre su estadía en aquel hospital, diciendo que había recibido “suficientes electroshocks como para iluminar un pueblo”.Cuando Brautigan ya había conseguido el reconocimiento de la crítica y de los lecto-res en los EEUU, Francia y Japón, escribió en 1971 la novela El aborto. A partir de ese momento, la estridencia se convirtió en si-lencio: no encontró editor que se animara a publicarla. El riesgo editorial residía en el escándalo que pudiese provocar el libro, tanto en el plano religioso como en el po-lítico, y que redundaría, inevitablemente, en el económico. A partir de ese momento comenzó a tejerse el olvido.Mientras la novela seguía esperando por un editor, en la ciudad de Vermont se le realizó un reconocimiento insólito: Un tal Todd Lockwood fundó en 1990 la Richard Brautigan Library, en donde alojó el origi-nal rechazado. Todo lo que hizo fue reflo-tar parte de la trama de El aborto que, se-gún refieren, transcurre en una biblioteca que acoge los originales despreciados por

Por Jorge Aloy (*)

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ninguna de estas tajantes categorías, exis-te la que engloba y elimina dudas, llamada “Todo lo demás”. De cualquier modo, jamás hubo inconveniente alguno: a la Biblioteca Brautigan no asiste casi nadie.El sistema de ordenamiento “Mayonesa” tomó su nombre del último capítulo deLa pesca de la trucha en América que se denomina “El capítulo de la mayonesa”, cuya última palabra es, precisamente, mayonesa. Brautigan sentía una atracción fuera de lo común por esa palabra. El ca-pítulo precedente, “Preludio al capítulo de la mayonesa”, habla acerca del lenguaje y las conjeturas sobre su origen, pero su na-rrador aprovecha para señalar, a modo de declaración de principios: “Como expre-sión de una necesidad humana, siempre quise escribir un libro que terminase con la palabra ‘mayonesa’”.La Richard Brautigan Library funcionó hasta 2005 y recibió, en sus 15 años de existencia, 305 originales. Los títulos son llamativos. Por ejemplo, uno de ellos es Tres ensayos que conducen a la abolición del dinero. Es lógico que no lo quisieran publicar: lo que un editor desea obtener de un libro es dinero.En 2010, a través de un acuerdo entre el Museo Histórico y la UniversidadEstatal de Vancouver, la biblioteca volvió a funcionar. En la actualidad, además de cobijar los 305 “libros” encuadernados, recibe originales en PDF.Richard Brautigan desarrolló una prosa poética, vendió tres millones de ejempla-

las editoriales. Y como una biblioteca no necesita editores, sino lectores, Lockwood recibía originales con dos condiciones: que el autor se hiciera cargo de los gastos de encuadernación y que la obra hubiera sido rechazada por algún editor.En la Richard Brautigan Library los “libros” no se prestan, sólo se pueden leer in situ. Y rastrearlos en los anaqueles equivale a una inmensa proeza intelectual, ya que no se archivan bajo ningún orden conocido, sino a través de un sistema denominado “Ma-yonesa”. Este método clasifica a los libros en trece formas, y está basado en vagas generalizaciones, tales como “Libros de amor” o “Libros de aventuras” o “Libros del significado de la vida”, y si no pertenecen a

La última cena

Le vi inventar un nuevo señuelo gi-ratorio para la pesca de la trucha en América. Le vi empezar por hacer uso de su imaginación, y luego uti-lizó metal y pintura y anzuelos, pro-bando un poco esto y un poco aque-llo, y luego le dio movimiento a todo y se lo quitó y se lo volvió a dar pero de otra manera, y por fin el señuelo estuvo inventado. Llamó a sus jefes. Todos le echaron un ojo al señuelo y se desmayaron. Solo, de pie entre sus cuerpos, sostuvo el señuelo en la mano y le dio un nombre. Lo llamó “La última cena”. Y luego intentó re-animar a sus jefes.En pocos meses, aquel señuelo se convirtió en la gran sensación del siglo XX, desbancando otros acon-tecimientos menores como Hiroshi-ma o Mahatma Gandhi.En todo Estados Unidos se vendie-ron millones de “La última cena”. El Vaticano encargó diez mil, y por allá ni siquiera tienen truchas.

(Fragmento de La pesca de la trucha en América, Barcelona, Blackie Books, 2010, traduc-ción al español de Pablo Álva-rez Ellacuria)

res, fue un Mark Twain hippie, publicó su número de teléfono en los libros para que sus lectoras lo llamasen, pero no pudo evi-tar el designio que dejó el eco de aquel tango de Humberto Correa: “Es que la gola se va y la fama es puro cuento, y andando mal y sin vento, todo, todo se acabó...”.El olvido de Brautigan en EEUU había resultado tan emblemático que el 24 de octubre de 1984, cuando encontraron su cuerpo cubierto de gusanos, pocos sabían quién era. Semanas antes, ni siquiera se sabe cuántas, rendido a los pies de la de-presión se había pegado un tiro.Un último detalle: En la primitiva Bibliote-ca Brautigan poseían, como en cualquier institución, un estatuto. Este reglamento contemplaba una exigencia curiosa: todas las sillas de la Richard Brautigan Library debían estar rotas.¡Salud, Richard Brautigan!

(*) Profesor y Licenciado en Letras (UNLZ), Maestrando (UBA) en Estudios interdisci-plinarios de la subjetividad.

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Poetas en el ring

LITERATURA ANTI SOLEMNE

El Slam de poesía oral llegó a Argentina para quedarse y cada

vez convoca a más participantes. Además del formato de

competencia, genera el surgimiento de juegos artísticos,

no ligados al ámbito literario tradicional. Poetas, actores,

performers y público se mezclan en una experiencia única.

“¿Van a leer?”, pregunta el joven que cor-ta las entradas en la puerta de La Oreja Negra, un amplio bar de Palermo. Son las nueve de la noche de un domingo y hay promesa de mucha concurrencia. En las mesas que rodean al escenario, hay varios nerviosos leyendo sus apuntes y prepa-rando los últimos detalles de su perfor-mance. Todavía falta: primero se proyec-tará “Silencio, la palabra vuelve a tomarlo todo”, un mash-up sobre la historia del Slam en Buenos Aires. Luego, micrófono abierto y batalla de poetas. Esta noche, el torneo es por equipos.El Slam de poesía oral es un torneo que invita a poetas, actores, artistas o quien se anime a subirse al escenario e interpretar sus obras. El formato está inspirado en el boxeo: cada participante tiene tres minu-tos y un jurado seleccionado del público decide los ganadores. La idea nació en Estados Unidos en 1985 –“Poetry Slam”- cuando Mark Smith, un poeta de Chica-go, impulsó una competencia en el club de jazz “Get Me High Loung”. La iniciativa buscaba romper con la clásica lectura abu-rrida y hacer hincapié en la interpretación. El fenómeno creció durante la década del noventa y significó el acercamiento a la

poesía de un público muy heterogéneo. La competencia era una excusa que fun-cionaba como inclusión: cualquiera podía tomar el micrófono y “ser poeta”. “Me cagaba de embole”, cuenta Sagrado Sebakis – seudónimo de Sebastián Kirz-ner- al recordar los ciclos de poesía que iba a escuchar cuando no existía el Slam. Durante cuatro años, hizo un recorrido por el circuito literario de Buenos Aires: “Era muy aburrido escuchar a esos poetas diciendo ‘la tristeza que cae como sangre en la loza cuadriculada del vidrio’. Decime que te dejó tu marido y dejame de rom-per las pelotas. Necesitábamos un forma-to donde de verdad el poeta tuviera que jugarselá y poner el cuerpo en escena”. Sebastián Kirzner decidió traer el Slam a Buenos Aires, impulsado por Sol Fantín, su pareja de entonces y también poeta oral. A fines de 2011 arrancó el Slam porteño y fue un éxito de entrada. El “bar de los chasquidos” –nombre en clave que tiene su origen en la tendencia a “chasquear” los dedos para alabar al poeta- fue el lu-gar anfitrión del debut. Desde entonces hasta hoy la movida fue creciendo sin in-terrupciones: una vez por mes se celebra un torneo. En 2012 y 2013 el Slam llegó a

la feria del libro y llenó salas.Las últimas dos ediciones del torneo, en julio y agosto en La Oreja Negra, fueron Slam Alianzas: los poetas orales compiten por equipo. Esto es una novedad tam-bién importada desde Estados Unidos: “El formato por equipos en Estados Unidos es conocido. Acá no lo habíamos imple-mentado nunca y el hecho del equipo y la competencia es muy de Estados Unidos: allá todo es competible. Acá, competir nos parece una estupidez. Es una excusa para escuchar otras literaturas orales además de la tuya. Entonces no lo llamamos por equipos, lo llamamos alianzas”, explica Sagrado Sebakis.Ya son las once de la noche en La Oreja Negra y Eric Barenboim, el presentador del torneo, hace los honores. El bar está colmado por 200 personas que ocupan las sillas y el tablón que apuntan al escenario. El clima es distendido: el público se mez-cla con los poetas y no hay separación. No existe la mesa con los vasitos de agua y los micrófonos. El Slam impide cualquier solemnidad. Dieciocho “alianzas” se ano-taron para esta edición y el presentador llama a los primeros: Poesía Estéreo, la dupla que conforman Sagrado Sebakis y Diego Arbit.- “Escribo contra la soledad. Escribo ciu-dad. No escribo para la fama y la fortuna: la muerte nos llega a todos, el olvido nos lle-ga a todos. Si la fama y la fortuna vienen a mí con nobleza y honra, todo piola: el olvi-do nos llega a todos lo mismo”, recita uno.- “Recupero en la palabra la primera unión: vengo en son de paz: vengo en son. Leo en escena porque el cuerpo es compromiso. Recito porque hoy, sien-do tan fácil no estar, prefiero estar. Por

Por Juan Felipe Zaldívar

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público para armar, en 3 minutos y 20 se-gundos, un relato que tiene que ver más con lo teatral que con lo poético. Todo está permitido. La segunda y última ronda arranca luego de un breve intervalo. Entra en juego Lluvia Dorada, la dupla que for-man Dogo Nauta -seudónimo de Rodrigo Moloney- y Sonia García Espil:-“Trabajo, trabajo, trabajo (arrancan a dúo) / Cuestiones que no me atañen, las de permutar sin demasiado bienestar, las existentes horas de mi vida, para que alguien viva mejor que yo (sigue Dogo) / y ese mejor no es otra miseria que la de

lo irremplazable. Recito porque mis ojos contra los ojos-otros son un vínculo, una promesa, un compromiso”, sigue el otro.- “Recito porque dejar de lado de lado al público, es lo más fácil que existe”, reci-tan a dos voces Sebakis y Ardit, en este fragmento del texto Manifiesto, de Eric Barenboim.La primera ronda finaliza con la partici-pación de diez parejas y algunos experi-mentos que rompen el molde. La alianza Catarsis propone una performance con dos chicas que cantan, dos que recitan y varias personas que intervienen desde el

acercarlo a violar gorilas alvinos / No te confundas, esto no es vagancia, porque la vagancia no existe (remata Sonia)”.“Nosotros nos definimos como militantes de la palabra. Es muy punk nuestro estilo. Son textos muy directos, hablan de cosas de la sociedad y nuestro punto de vista”, se define Dogo Nauta. Sonia explica so-bre el contenido humorístico: “El humor no es el objetivo, es una herramienta. Podes decir algo que genera gracia pero no porque querés hacer reír, sino porque querés transmitir algo, una idea. Genera una complicidad”.El Slam Alianzas llega a su fin. Un grupo conformado por Sebakis, Barenboim, Pa-blo Arbit, Ignacio Perini, Mariana Bugallo y Nanu Nanu -todos poetas orales- se acercan al escenario con los trofeos. Ellos están detrás de la organización y se po-dría afirmar que son quienes eligen los ganadores. De todos modos, no está muy claro cómo es el sistema de puntajes, uno de los misterios irresueltos del Slam. Lue-go de premiar al cuarto, tercer y segundo puesto con copas menores, llega el turno de anunciar al ganador de la noche. Por un momento la tensión aumenta y hay ri-sas nerviosas en el público. Lluvia Dorada es la alianza campeona y Sebakis entrega la copa solemnemente. Por un instante, los poetas se elevan sobre el público.

Frutos

Uno de los mayores logros del Slam fue activar el circuito de lectura de poesía en Buenos Aires. Si bien, antes de 2011, existían espacios para la poesía oral, como la Feria del Libro Independiente Autónoma, la excusa de la competen-cia poética trajo el contacto entre muchos artistas que no se conocían o no se animaban a leer sus textos. A partir del Slam, empezaron a proliferar proyec-tos que, incentivados por la experiencia del torneo, proponían cosas nuevas, no solo del ámbito literario. Circuito Cerrado es uno de los ciclos que surge como una consecuencia directa. También el experimento “Sucede”, que sur-gió a partir de competidores del Slam y hoy es un éxito teatral.

Laboratorio de experimentación

Circuito Cerrado es un ciclo de arte organizado por Poesía Estéreo que ocurre todos los miércoles y sábados de trasnoche en El Emergente, bar del Abasto. La palabra clave de Cir-cuito Cerrado es experimentación: cada artista tiene ocho minutos para hacer lo que quiera, acompañado o no. No solo es poesía oral, aunque es lo que más prevalece. También hay músicos, actores, raperos, perfor-mers, payadores y hasta orquestas de djeridoo. Las variantes son infinitas y cada noche genera su propia par-ticularidad. “Circuito Cerrado invita a experimentar y a probar material. Viene un montón de gente. Decidi-mos no amplificar ya que obliga a po-ner el cuerpo. Aparecen situaciones muy interesantes, parecidas al Slam pero con más desarrollo”, resume Diego Arbit.

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“En la escena de la pelea se rompió el tra-je”, lamenta uno de los actores. “Dejá, yo le pego una cosida”, contesta despreocu-pado el director, iluminador, costurero y musicalizador de la Compañía Argentina de Teatro Libertario, Pablo Soler Jover.Al fondo de una pequeña sala, que con un pasillo improvisado permite la circulación de los espectadores que disfrutan de un fernet con alguna comida para acompa-ñar, hay un pequeño escenario cuya ilumi-nación depende de latas de tomate perfo-radas usadas como reflectores. El paisaje es oscuro y hay olor a choripán. En un cen-tro cultural de San Telmo, alrededor de 50 sillas están situadas frente al espacio donde se desempeñará el grupo de teatro anarquista que interpreta la obra Severino Di Giovanni, un homenaje al italiano im-pulsor del anarquismo en Argentina, fusi-lado en 1931, durante la dictadura de Félix Uriburu. El hecho tuvo testigos. Entre ellos, el escritor Roberto Arlt.“No usamos ni una silla como escenografía. Nos prometimos romper con el teatro de

la burguesía y eliminar todos sus objetos. No hay otra cosa que el actor, su cuerpo y su voz”, relata el dramaturgo, que exhibe en una hora la vida del conocido anarquis-ta. Después de casarse con su prima para salvarle la vida, Di Giovanni pisó Argentina con ella escapando del fascismo.“No necesitamos un teatro para hacer la obra. Si nos lo permitieran, la haríamos en una iglesia, en una letrina o en un as-censor”, cuenta. Llegar a componer esa “secta”, como califica Soler Jover al grupo de actores anarquistas que comparte ese espacio, fue “más difícil que limpiarse el culo con papel picado”. Sin embargo, el colectivo halló su identidad y tras inter-pretar la obra con entrada gratuita en ese pequeño reducto, ahora cena en un patio que comunica la sala con la entrada de un hostel, que funciona en el centro cultural, en la calle Humberto Primo. Así como los creyentes agradecen y rezan antes de probar un bocado en cada cena, el grupo de teatro libertario se lleva la comida a la boca luego del clásico grito

“Evviva l’Anarchia!” La compañía Argenti-na de Teatro Libertario tuvo que “acep-tar la dirección clásica del teatro”, pero “todas las decisiones son debatidas en asambleas”, como lo promovía el prota-gonista de su obra. Cuestionado por pro-vocar diferentes atentados para combatir a la autoridad y liberar presos políticos, Di Giovanni consultaba todo con su grupo de compañeros de lucha, con quien también solía juntarse para leerles textos y trans-mitirle sus conocimientos.A la hora de definir la anarquía, el grupo de teatro dice que es sinónimo de “liber-tad”. “No podemos alcanzar la libertad porque somos esclavos. Vamos a ser libres cuando podamos hacer lo que se nos can-ten las bolas”, considera el director, que resalta: “La anarquía es un orden com-partido y todas las personas aunque no se den cuenta, en algún momento del día, son anarquistas. Queremos la anarquía para repartir todo porque todo le perte-nece al hombre”. Con la anarquía hay una obligación de amarse.

Por Belén Escobar

COMPAÑÍA DE TEATRO LIBERTARIO

Hay una obligación de amarse

Severino di Giovanni se cansó de atacar edificios del poder para que ochenta años después un viaje de egresados salga 13.500 pesos. Pero no importa. En el Deep

Conurbano todavía existe gente auténtica y sanguínea que se las arregla para llevar al estudio la explosión de la calle. Y hay quienes apuestan por la anarquía sin necesidad

artística de una sola silla en una ciudad infestada de cámaras de seguridad. Todavía mantenemos esperanzas.

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Antes de sufrir su gran revolcón con Ale-mania, en los cuartos de final Brasil en-frentó un equipo que lo hizo sudar la gota gorda: Colombia. En la pizzería La Conti-nental, de Lomas, los porrones de cerveza iban y venían, los cortes de pizza también y el público hinchaba por el país tricolor. Los mozos estaban a las puteadas por el 2 a 1 brasilero. “Ojo que los de Holanda son Cebollitas, llegaron tres veces a la final y perdieron fuerte”, alentaba a futuro –pen-sando en la otra llave de la Copa- Julián T., vocalista de Los Totales, también integra-dos por batero Lucas Crets, el guitarrista Ariel Vega y el bajista Matías González. Muy fanático de su Racing Club corazón, para Julián la vida es un poco como el fútbol: las emociones se dirimen casi a la misma dimensión.2007: la cronología indica el nacimien-to de este puñado de músicos con su EP En el Parque y la inmediatez de un so-nido rockero y bien low fi en menos de diez minutos: “Vos me ponés de pie/ los engranajes de mi cuerpo funcionando otra vez”. 2010: Cayendo Precipicio. “Un disco más craneado y producido que nos hizo llegar a más lugares, ciudades don-de nunca habíamos tocado. Abrimos can-cha”. 2013: Pop Chabón es pop barrial del Deep Conurbano para el mundo “con un concepto más claro y mejor grabación”, y esa explosión sentimental que les es ca-racterística: “Su chaqueta de sábado luce tan feliz / trabajó ocho horas para luego pasear /el paso de la provincia a la capital / fue al festi del aguante y su cuerpo fue a incendiar”.

Hacelo vos mismo, pibe

Armar sus propias fechas, organizar ciclos, asociarse a sellos independientes; diseñar los flyers; autenticidad al palo. “Somos un poco rebeldes, sanguíneos, esa es nues-

tra marca, está en nuestra esencia y en las canciones que hacemos. Siempre estamos Los Totales, cuatro pibes de Bera que bus-can algo auténtico, ´hacer la tuya´, siempre en movimiento”. Y en movimiento llega-ron a Uruguay este año, para participar de dos fechas en Montevideo, luego de pasar por tocatas en San Miguel y Capital y for-mar parte del Festipulenta, epicentro por-teño del –no taaan nuevo- indie. En tanto, el Hacélo vos mismo va de la mano de esa cultura de barrio que se respira en sus dis-cos, vitales en cualquier terruño: la pelea de puño a puño en el bar, la metáfora del fútbol con la muerte, el arte y el under. ¿En el under hay músicos periodependientes? “Algunos van a los recis por YouTube. Hay como por ahí un grupo de reseñadores o periodistas esmerados en seguir inflando algo sin investigar. Existe una cuestión de darle crédito a algo que está totalmente gastado y que tampoco estaba tan bueno. A veces falta investigación y eso es bien propio del under. Estaría bueno hacer hin-capié en eso, en cambiarlo.” Por eso Julián y compañía tienen su propia metodología de trabajo y promete trabajo nuevo con un costado más psicodélico y canciones más

largas. “La idea de ir por ese lado nació de nuestra formación, cada uno le suma un sonido nuevo y color, generando un abanico de influencias muy grande sin perder nuestra esencia. Porque La cues-tión en el arte es simple, lo que hacés te gusta o no te gusta. No hay que dar de-masiada explicación ¿No?”. www.lostotales.bandcamp.com

Por Yanina Fuggetta

LOS TOTALES

La calle es su piedra angular

Favs totales

Los Caligaris (ARG). Una rara e interesante mezcla de cumbia, ska y punk rock. De Córdoba para el más allá, ofrecen dosis de música y humor.www.loscaligaris.net

Los Blueberries (UY). Rock de la banda oriental; punk y matices folk, arrancan en el 2007 con paralelismos a Los Kinks y los Beatles. Descarga gratuita: www.losblueberries.com,

Alborada Ediciones (ARG). Desde San Miguel, este sello edita discos y casettes independientes nacionales y extranjeros, organiza feria de fanzines y discos. https://es-la.facebook.com/alborada.ediciones

Severino di Giovanni se cansó de atacar edificios del poder para que ochenta años después un viaje de egresados salga 13.500 pesos. Pero no importa. En el Deep

Conurbano todavía existe gente auténtica y sanguínea que se las arregla para llevar al estudio la explosión de la calle. Y hay quienes apuestan por la anarquía sin necesidad

artística de una sola silla en una ciudad infestada de cámaras de seguridad. Todavía mantenemos esperanzas.

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Cocina de autor

Esa polifonía entre Monet y Renoir

¿Cómo llamarla? ¿Sub-jetividad? ¿Conciencia, discurso interior? Como sea; nadie sabe lo que ocurre en la cabeza de un escritor cuando éste se pone a escribir. El es-critor, menos que nadie. Yo escribí dos novelas. Una se llama Semana. La otra, Precipitaciones aisladas. Con mucho pudor, las he soltado para que deambulen por los anaqueles de las

librerías y, más felizmente, de las bibliotecas. Después de publicarlas, mantengo una certeza: que soy incapaz de des-cribir las operaciones simbólicas que ocurren mientras uno escribe. Pero acá va una aproximación: resuenan palabras. Sin embargo, nada es sencillo en el inasible universo de la creación de sentido. Esas palabras que resuenan no necesa-riamente terminan siendo parte de lo que uno escribe. Un ejemplo. Leí hace poco que, en el verano de 1869, dos pintores aún desconocidos y pobres se reunieron en La Gre-nouillère, un balneario muy frecuentado por la burguesía parisina de la época. Uno se llamaba Auguste Renoir; el otro, Claude Monet. No se sabe bien cómo ni por qué, los dos decidieron abordar el mismo paisaje. Pusieron sus ca-balletes uno junto al otro, eligieron un punto de vista similar y pintaron. Pasó un siglo y medio, y aquí estamos. Los dos cuadros es-tán exhibidos. El de Renoir en un museo de Estocolmo. El de Monet, en Londres. Son muy parecidos. En ambos hay grupos de personas, una glorieta junto al río, nadadores, bo-tes, una línea de árboles (tal vez álamos), el horizonte. Pero en la obra de Renoir hay un deliberado esfuerzo por repre-sentar con cierto detalle el espíritu de la época: la ropa de los burgueses, sus peinados, sus consumos. En cambio, en la obra de Monet hay una única obsesión: la luz. Se podría afirmar, simplificando, que Renoir se veía como un retratista de la vida moderna. Pretendía que su obra lle-

vara la impronta de su tiempo. Le preocupaba lo que pasaba en el mundo. Era, además de un artista, un cronista. A Mo-net, en cambio, lo que más le interesaba era la obra misma, su lenguaje. Quería modificar el modo de ver y representar el mundo. Era, además de un artista, un revolucionario. Juntos sentaron las bases del impresionismo y demostraron que crónica y revolución no son fenómenos ajenos entre sí, ni ajenos al arte. En estos días, escribo lo que parece ser mi tercera novela. Transcurre mayormente en el Himalaya. Hay sherpas y un montañista británico. Nieve y viento. No hay pintores im-presionistas, ni burgueses parisinos. Al menos por ahora. Y, sin embargo, la imagen de Monet y Renoir con sus caballe-tes contiguos ya no me abandona. Orbita cada palabra que elijo, va permeando mi novela. Se ha ganado un sitio entre las decenas de obsesiones –algunas más íntimas, otras más ideológicas; algunas más abstractas, otras decididamente estúpidas– que intento exorcizar cuando escribo. La prime-ra, la segunda o la octava novela. Da igual. Tendemos a creer que una oración, un párrafo, un obituario o un libro se escriben y se leen en forma secuencial. Del mis-mo modo en que se escucha la línea melódica de un oboe. Pero lo cierto es que se escriben y se leen y se interpretan y se entienden en medio de una polifonía atronadora. Con más de cien instrumentos demandando oído al unísono, y muchas veces desafinando. Aunque nos parezca extraño, justamente eso es lo que transforma la escritura y la lectura en algo que vale la pena, en algo que cambia realidades.

Sebastián Martínez Daniell es autor de dos novelas, Semana y Precipitacio-nes aisladas, que recibieron excelentes críticas y fueron publicadas por Entropía, una editorial independiente de la que él forma parte. También tiene en su haber obras teatrales y guiones de TV. Como periodista trabajó en agencias de noti-cias, programas de radio y diarios. Hoy alterna esa profesión con la escritura de su tercera novela.

Por Sebastián Martínez Daniell

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