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    Pontificia Universidad Católica de Chile.

    Instituto de sociología.

    EL CONSUMO Y LOS SECTORES MEDIOS EN EL CHILE DELOS 90: 

    Tesis para optar al titulo de magister en sociología.

    Tomas Ariztía.

    Profesor Guía: Guillermo Wormald.

    Santiago, Diciembre 2002. 

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    Agradecimientos:

     Agradezco en primer lugar a Guillermo Worlmad, Profesor Guía de esta tesis. Sin sudedicación y experiencia hubiera sido imposible llevar esta investigación a buentérmino.

    Muchas otras personas han colaborado directa o indirectamente en este trabajo. Agradezco a Juan Pablo Martinez de Prolam Y&R y al Instituto de Economía de la

    Universidad Católica de Chile por facilitarme los datos sobre consumo. Al profesorRene Ríos y a mis colegas Ignacio Arnold, Matías Bargsted, José Ossandón y PamelaUgalde por sus valiosos comentarios en las distintas etapas del estudio. No obstante loanterior, toda la responsabilidad por posibles errores es mía.

    Por último, pero no por ello menos importante, agradezco a mis padres por su apoyoincondicional. A ellos dedico esta tesis.

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    PRESENTACIÓN DEL ESTUDIO. ................................................................................. 5I. LAS TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES EN EL CHILE DE LOS90: “EL CASO DE LOS SECTORES MEDIOS”............................................................ 7 Antecedentes generales. ............................................................................................................ 7Sectores medios: en el centro de las transformaciones.............................................................. 9

    ¿Quiénes son los sectores medios?....................................................................................... 9

    Tres transformaciones significativas. .................................................................................... 13¿Desde donde leer estas transformaciones?............................................................................ 19 

    II. TRANSFORMACIONES EN EL CONSUMO: UNA CLAVE DE LECTURA PARACHILE. .......................................................................................................................... 24 A. El consumo como fenómeno multidimensional..................................................................... 24 

    La satisfacción de necesidades básicas y la clave del bienestar. ......................................... 25Consumo como expresión del valor de cambio en el mercado: la mirada económica. ......... 25La dimensión significativa del consumo................................................................................ 26

    Las diferentes dimensiones del consumo en Chile. .................................................................. 28 B. Hacia un análisis empírico del consumo............................................................................... 29 

    1. Mirar el consumo a través de la estructura del gasto........................................................ 29 

    III. EVOLUCIÓN Y CARACTERÍSTICAS DEL CONSUMO EN CHILE 1987-1997..... 34 A. Chile 1987-1997: Una mirada desde la clave bienestar. ...................................................... 34 

    Transformaciones generales................................................................................................................34La transformación de los sectores medios desde la clave del bienestar. ....................................37

    B. Cambios en el consumo: el despliegue de la dimensión significativa................................... 39 Corolario. ¿Hacia donde van los sectores medios?................................................................. 43 

    IV. CARACTERÍSTICAS DEL CONSUMO EN 1997. .................................................. 44 A. Estructura del consumo en 1997: la clave bienestar. ........................................................... 45 

    Necesidades básicas............................................................................................................ 45Consumo vinculado al bienestar........................................................................................... 46El consumo en bienestar: educación y movilidad.................................................................. 49

    B. Dimensión significativa del consumo.................................................................................... 50 

     A. El gasto en presentación de si mismo. ............................................................................. 50El Gasto en consumo cultural. .............................................................................................. 54El gasto en bienes durables.................................................................................................. 57  

    V. CONCLUSIÓN: EL DESPLIEGUE DEL CONSUMO SIGNIFICATIVO EN LOSAÑOS 90. ..................................................................................................................... 60Los antecedentes empíricos..................................................................................................... 60 Transformaciones en el consumo: mas allá del paradigma de la modernización y el desarrollo.................................................................................................................................................. 63 

    1. ¿Qué es lo explica las transformaciones en el consumo en los sectores medios? ........... 632. ¿Porque hay grupos dentro de los sectores medios que tienen un consumo significativo

     particularmente alto? ............................................................................................................ 643. ¿Consumo en el centro de lo social?................................................................................ 68  

    VI. BIBLIOGRAFÍA. ..................................................................................................... 70

    ANEXO I. “HACIA UNA APROXIMACIÓN SOCIOLÓGICA AL FENÓMENO DELCONSUMO” ................................................................................................................. 75Consumo: el hermano pobre la de investigación social. ........................................................... 75  A. El consumo, desde la clave del valor de uso........................................................................ 76 

    La satisfacción de necesidades básicas. .............................................................................. 76B.Consumo como expresión del valor de cambio en el mercado: la mirada económica. .......... 78 C. La dimensión significativa del consumo. .............................................................................. 80 

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    La mirada clásica: Veblen y el consumo como emulación. ................................................... 80Consumo y sociabilidad: Marcel Mauss. ............................................................................... 81Hacia una aproximación sociológica al consumo.................................................................. 82Mary Douglas: el consumo como mecanismo de información. ............................................. 83Pierre Bourdieu: La distinción social y el consumo estatutario.............................................. 83

    Consumo e identidad................................................................................................................ 84 

    ANEXO II. ASPECTOS METODOLÓGICOS............................................................... 88Bases de datos. ........................................................................................................................ 88 Comparabilidad en Chile........................................................................................................... 89 Formas de medición. ................................................................................................................ 89 Inferencia.................................................................................................................................. 89 Comparación internacional. ...................................................................................................... 90 Disponibilidad de bienes de consumo durables. ....................................................................... 90 

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    Presentación del estudio.

    Se puede afirmar, sin caer en exageraciones, que la década de los años noventa, yparticularmente el periodo que se cierra con la crisis económica de 1998, es uno de los

    periodos de la historia reciente de Chile que muestran una mayor cantidad deinterpretaciones. Mas allá de lo reciente del periodo, se ha levantado un amplioconsenso en torno al alcance y profundidad de las transformaciones que la sociedadchilena experimentó durante este período, el cual muchos autores han denominado ladécada del “boom”. Un correlato material de estas interpretaciones son la multitud delibros y ensayos acerca del periodo que actualmente pueden ser encontrados en laslibrerías. La gran mayoría son libros de divulgación orientados a la opinión pública, queen algunos casos, se han convertido en verdaderos éxitos de ventas.

    Sin duda el principal punto de convergencia de todos estos análisis es la referencia ala novedad. Ya sea para celebrar o para criticar, lo cierto es que tanto los medios decomunicación como los analistas simbólicos de mayor prestigio han llenado susdiscursos de referencias a la novedad de estos cambios. Nos referimos precisamentea aquellos autores que han articulado el debate público en torno a las

    transformaciones de los años 90. Entre las figuras de mayor relevancia se puedenmencionar Eugenio Tironi, Tomás Moulian, José Joaquín Brunner 1  y Pablo Halpernentre otros. Así,”Los nuevos chilenos” “los nuevos valores” o “las nuevas empresas”,son solo algunos de los epítetos que han surgido para explicar los cambios de losnoventa. Frente a los cuales algunos optan por denunciar el tenor oscuro de estastransformaciones desenmascarando su lado negativo, mientras otros prefierencelebrar la creciente irrupción y masificación de estas formas de vida modernas.

    Se puede observar que en el centro de esta batalla de interpretaciones hay dos temassumamente recurrentes. En primer lugar, las clases medias: ya sea para diagnosticarsu incorporación creciente a los beneficios de la modernidad o para discutircríticamente la emergencia de formas de vida “disciplinadas y despolitizadas”, lossectores medios y su condición durante los años 90, juegan un papel crucial en la

    lectura de las transformaciones de los años 90.Un segundo referente obligado es el fenómeno del consumo y las transformacionesque ha experimentado durante los años 90. Desde aquí, se dispara contra elconsumismo, se discuten las nuevas formas de segmentación de los consumidores oincluso, los mas aventurados, llegan a plantear la emergencia de un nuevo principio deintegración social.

    Curiosamente, aunque los cambios en el consumo y las transformaciones en la clasemedia son prácticamente un lugar común en todas estas interpretaciones acerca delos años 90, lo cierto es que es sumamente difícil encontrar alguna reflexiónsistemática y empírica en torno a las transformaciones del periodo en estos ámbitos;sobre todo si el interés es estudiar los cambios en el consumo precisamente en lasclases medias. En este sentido, pareciera que la reflexión al respecto se ha quedado

    estancada en un cúmulo de interpretaciones compartidas por unos y negadas porotros, las cuales, en el mejor de los casos, hacen una referencia lejana a la evidenciaempírica para justificar sus afirmaciones.

    Con estos antecedentes se pone de relieve la necesidad de desarrollar unainvestigación que contribuya a determinar empíricamente cuáles han sido los cambios

    1 Con respecto a esto, un libro que de cierta forma sintetiza esta reflexión es “Tironi versus Moulian:Izquierda y Capitalismo en 12 rounds”, el cual da cuenta del debate entre Moulian y Brunner. 2002,editorial el Mostrador.

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    y las particularidades de la estructura del consumo durante el periodo reciente. Estopor que sólo sobre un fundamento empírico, se puede elaborar una reflexiónconsistente en torno a los alcances e impactos sociales y culturales del consumo; ytravés de este, de las transformaciones que se han verificado en otros ámbitos de losocial.

    Como punto de partida, cabe señalar que esta es una investigación sociológica. Con

    esto se quieren decir dos cosas. En primer lugar, esto significa que se hace referenciaexplícita a los datos para tratar las transformaciones en el consumo. Sólo a partir delos datos, se proponen algunas hipótesis de interpretación de orden más amplio. Eneste sentido sólo llega a la discusión teórica desde un ámbito que se podría denominar“teorías de rango medio”.

    En segundo lugar, su carácter sociológico también implica la renuncia a cualquierintento de generar simplificaciones o interpretaciones globales. Aunque lecturas detipo general sean sumamente útiles para facilitar la toma de decisiones o paraalimentar debates políticos, este estudio intenta reflejar las transformaciones delconsumo en los sectores medios intentando dar cuenta –o por lo menos respetando-toda la complejidad del fenómeno. En último termino, esto significa renunciar de planoa las interpretaciones cercanas al blanco o al negro, para entrar en el ámbito de loscolores grises. Así, y como es de esperar del presente estudio se desprenden muchasmás preguntas que respuestas definitivas.

    La tesis está elaborada de la siguiente forma. En la primera sección se discuten lasprincipales transformaciones económicas del período tanto a nivel general como de lossectores medios. El foco del análisis consiste en develar la vinculación entre estastransformaciones (que como se verá presentan numerosas aristas), y los cambios quese dan a nivel del consumo. Sobre estos antecedentes, se propone el estudio de loscambios en el consumo desde una perspectiva que no se limite a contraposicionesdicotómicas del tipo escasez/abundancia o subdesarrollo/desarrollo.

    La segunda sección reflexiona sobre la forma que debe tomar un análisis del consumoen Chile, tanto desde un punto de vista conceptual como metodológico. Para esto, separte por dar cuenta de la naturaleza multidimensional de este fenómeno, para luegoproponer una forma de operacionalización y de acercamiento empírico que seaproductivo. La clave principal del análisis empírico es el estudio de la estructura delgasto de los hogares a través de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE.

    La tercera y la cuarta sección corresponden a los resultados del análisis. En la tercerasección se estudian las transformaciones del periodo 1987-1997 a nivel de la sociedaden su conjunto y en los sectores medios en particular. En este contexto, se desarrollasucintamente una comparación internacional y se discuten algunas interpretaciones.La cuarta sección se aboca a estudiar la estructura del consumo de los sectoresmedios en 1997. Sobre la base de los cambios anteriormente tratados, se intentareconocer qué grupos de hogares, al interior de estos sectores, han presentado lastransformaciones de mayor impacto. En esta línea, se proponen algunas hipótesis entorno al significado que presentan ciertos tipos de consumo.

    La quinta sección sintetiza las principales conclusiones del estudio. Para ordenar lareflexión estas se despliegan en dos niveles distintos. Primeramente se entrega unasíntesis de lo principales hallazgos empíricos. En segundo lugar, se discuten desdeuna perspectiva más amplia, algunos aspectos relevantes que se relacionan con lastransformaciones en el consumo en los estratos medios. El foco del análisis, estápuesto en elaborar ciertas hipótesis plausibles de interpretación, y en discutir losprincipales alcances y consecuencias del fenómeno.

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    Sección I.

    Las transformaciones económicas y sociales en el Chile de los90: “El caso de los sectores medios”.

    Antecedentes generales.En los últimos años 15 años Chile ha experimentado importantes transformacioneseconómicas. Aunque estas se pueden interpretar como la consolidación de un procesode crecimiento económico, lo cierto es que no sólo tienen que ver con la mejorasostenida de los niveles de ingreso de la población, sino que también dicen relacióncon la consolidación en Chile de un modelo económico (y de sociedad) de mercado;hecho que tiene consecuencias que van más allá de la mejora de la calidad de vida.

     A nivel agregado se pueden distinguir, a lo menos, cuatro transformacioneseconómicas durante este periodo. A continuación hacemos referencia a cada una deellas. No está demás decir que aunque estas se presentan en forma separada, en lapráctica están estrechamente vinculadas y forman parte de un mismo proceso detransformación social.

    Ciertamente, un primer dato que caracteriza el periodo que va desde el tercer tercio delos 80 hasta el segundo tercio de los 90 fue el crecimiento económico sostenido,fenómeno que se dio en forma correlativa a una mejora sostenida en prácticamentetodos los indicadores sociales2 En efecto, desde mediados de la década de los 80 laeconomía se embarcó en un camino de crecimiento que se mantuvo por más de 10años. Entre 1987 y 1997. Chile creció en torno al 7% anual 3, cifra que prácticamentedobla al promedio histórico de crecimiento. Como consecuencia de este proceso,durante el periodo en cuestión el ingreso real de todos lo deciles de ingresoprácticamente se dobló. Con este desempeño, a fines del período que comprendeentre 1984 y 1997 el país ostentaba un PIB per capita de US$ 5000, valor queajustado por el poder de compra se acerca al PIB per capita de países como España yPortugal (US$ 13.000)4. 

    Tabla 1. Ingreso promedio per capita del hogar por decil de ingreso per cápita del hogar1987-1998 (Pesos de noviembre de 1998)

    2 Excepción hecha de la distribución del ingreso la cual se mantuvo relativamente constante durante elperiodo.3 Para mayor información al respecto Ver Documento “Equidad desarrollo y ciudadanía” CEPAL 20004 Para mayor información al respecto ver La transformación económica de Chile. Larraín, F., Ed. (2000).El PIB se ajusta por el dólar americano.

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     Al mismo tiempo, los principales indicadores sociales mostraron una fuerte mejoríadurante estos años. Basta considerar, a modo de ejemplo, la fuerte disminución de latasa de mortalidad infantil, que cayó de 18,9 por 1000 en 1988 a 10,3 por 1000 en1998; o la disminución de la población que vive bajo la línea de pobreza que pasó de45% en 1987 a un 22% en 1998 (Larraín, 2000).

     Aunque, el periodo que comprende 1987-1997 puede ser considerado uno de los de

    mayor bonanza económica en la historia nacional -hecho sobre el cual existe unamplio consenso- lo relevante es destacar que este crecimiento se dio en conexióncon otros cambios de igual o mayor importancia. En otras palabras, se observa que lasprincipales transformaciones sociales no remiten exclusivamente al crecimientoeconómico, sino que también tienen que ver con el despliegue y consolidación de lasdinámicas del mercado dentro de la sociedad chilena. En esta línea, se puedendistinguir, a lo menos, tres transformaciones complementarias al crecimiento.

    Primeramente, y de forma correlativa al ciclo de expansión económica, durante esteperiodo se desarrolló un fuerte crecimiento de la oferta y la demanda interna de bienesde consumo. Esto significa que por primera vez el dinamismo de la economía tuvocomo correlato un cambio real en las dinámicas de acceso a bienes y servicios de lagran mayoría de los chilenos. Una versión paradigmática de este fenómeno son laexpansión de los supermercados y del mall. Durante el tramo que va desde fines delos años 80 hasta 1997, se consolidaron definitivamente estas formas de comercio.

    En forma relacionada, los datos muestran que entre 1987 y 1997 el sector comercio dela economía nacional creció sostenidamente, aumentando en forma importante suparticipación dentro del PIB. Dentro de este grupo los sectores que presentaron mayordinamismo y fuerza son los que se vinculan a vestuario, aparatos eléctricos y lossupermercados (Coloma, 2000). Si bien estos cambios guardan directa relación con lafase expansiva de la economía y el crecimiento de los ingresos, lo cierto es quetambién se pueden remitir a otros factores entre los que se destacan: la alta tasa depenetración de empresas extranjeras dedicadas al rubro del comercio detallista, lamasificación del crédito de consumo (al cual ya se hará referencia) y el abaratamientorelativo de numerosos bienes de consumo. 

    Un segundo hecho significativo tiene que ver con la reformulación del papel del estadoen numerosas áreas de la economía. Este proceso, que tiene como punto de partidalas transformaciones introducidas durante el régimen militar a principios de los añosochentas, se mantuvo y consolidó durante la década de los 90. En términos generales,el estado deja de cumplir una función activa en áreas en las cuales tradicionalmentesiempre jugó un papel sumamente activo. Un caso paradigmático lo constituye lamasificación del sistema de salud privado y la consolidación de la oferta educacionalprivada tanto a nivel de la educación escolar como de la educación superior; datos alos cuales haremos referencia más adelante.

    Un tercer antecedente, tiene que ver con los cambios en la estructura ocupacional.Durante este periodo se pueden observar transformaciones profundas en el ámbito delos mercados del trabajo. Aunque se observa un aumento sostenido de la fuerza detrabajo – prácticamente todo el periodo en contextos de pleno empleo- y de las

    remuneraciones reales durante el periodo de 1987 a 1997, también se masificannuevas formas de empleo atípicos de mayor flexibilidad y que carecen de estándaresmínimos de protección social (OIT, 1998) Esta dinámica se suma a un fuertedesplazamiento de la fuerza de trabajo hacia el sector servicios. Proceso que se hadenominado terciarización de la economía. Para el caso de Chile, es necesario afirmarque estas transformaciones no se vinculan necesariamente a una precarización de laestructura ocupacional sino también al surgimiento de nuevas ocupaciones en elsector servicios vinculadas a mayores niveles de capacitación, que como veremos

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    más adelante, se dan particularmente en el caso de los sectores medios En efecto, talcomo señalan Javier Martínez y Arturo León para el periodo de 1970 a 1995:

    “la fuerte caída en la significación de la clase obrera productiva, la terciarización yburocratización del trabajo asalariado bajo organización privada han sido los cambiosde mayor impacto” (Toloza ed, 1998. pp 307).

    Sin duda todas las transformaciones anteriormente mencionadas, son aristas de un

    sólo gran proceso. El Chile que emerge a fines de los noventa muestra cambiosprofundos tendientes a consolidar una sociedad en donde el mercado juega un papelcada vez más importante en la articulación de la vida social. Mirado desde aquí, elcrecimiento económico es sólo un factor adicional en la configuración de esteescenario.

    Sin embargo, la fuerza y la forma en que se sintieron estas transformaciones cambiansignificativamente conforme se pone el foco en distintos sectores de la sociedad. Esasí como, por ejemplo, los sectores mas necesitados, aunque vieron aumentar susingresos durante el periodo, también se vieron obligados a enfrentar otras formas deexclusión y a observar como se mantiene relativamente constante la brecha que lossepara de los grupos más adinerados.5  En este escenario, hay un sector de lasociedad que destaca por la magnitud y la particularidad con la cual recibió estas

    transformaciones: los sectores medios. 

    Sectores medios: en el centro de las transformaciones.

    Es ya casi un lugar común dentro de la opinión pública y de los principales analistassimbólicos del periodo afirmar que los sectores medios son aquel sector que sufriótransformaciones de mayor profundidad durante el periodo 87-97. Ahora bien,¿Quiénes constituyen precisamente este sector? ¿De que se tratan específicamenteestas transformaciones? Si bien hay un consenso en el diagnostico, claramente no lohay a nivel de las respuestas Para ordenar la reflexión, intentaremos definirprimeramente quienes son estos sectores medios; posteriormente se constatarácuales son las principales transformaciones que han experimentado durante el periodoen cuestión.

    ¿Quiénes son los sectores medios?

     Aunque existen numerosos intentos por definir a los sectores medios en Chile lo ciertoes esa discusión está lejos de estar solucionada. Una breve revisión de lasdefiniciones en torno de este concepto permiten distinguir, al menos, dos enfoquesdiferentes:

    Una definición desde la ocupación: la clase media

    En primer lugar se puede conceptualizar a los sectores medios desde el punto de vistade su situación ocupacional. Este paradigma, que en Chile representan los estudios deestratificación desarrollados por Javier Martínez (Martínez y León, 1998) (Martínez,2002) (Martínez y Tironi, 1985) definen a los estratos medios a partir de su posición en

    la estructura ocupacional6. Desde aquí, la lectura tiene que ver con una perspectiva debase clasista (Martínez y León, 1998), es decir toma como eje la posición de losactores en las relaciones sociales de trabajo. Así, los sectores medios corresponden aaquellos hogares cuyos jefes de hogar son asalariados, se desempeñan en lasburocracias, o tienen ocupaciones independientes de bajo nivel de prestigio.

    5  De hecho durante el periodo estudiado, no se observan avances significativos en cuanto a ladisminución de la brecha de ingresos.6 A nivel general se puede encontrar una conceptualización equivalente en Kerbo, 1998 y Bourdieu, 1982

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    Tabla 2. Ocupaciones que componen los sectores medios.

    Sectores medios asalariados Sectores medios independientes

    Empleados de comercio Comerciantes detallistas

    Burocracias estatales tradicionales Profesionales liberales

    Burocracias estatales modernas Artesanado modernoBurocracia moderna servicios privados Pequeña burguesía transportistaFuente: Martínez y León, 1998

    Entre otras cosas, una de las principales virtudes de este enfoque es que permitedeterminar con exactitud quienes pertenecen y quienes no pertenecen a estos grupos,facilitando los análisis de movilidad social y de las transformaciones en el ingreso. Adicionalmente, esta forma de clasificación permite reconocer cambios a nivelhorizontal y no se queda exclusivamente en definir estos estratos a partir de unescalamiento jerárquico. Desde aquí, por ejemplo, se puede reconocer tal como haceMartínez y León (1998), un creciente distanciamiento de estos grupos de las clasesbajas o un acercamiento a las clases altas, además de las variaciones en sucomposición ocupacional.

    Una segunda virtud, tiene que ver con el hecho de que este criterio conectaestrechamente con el estudio de la evolución y surgimiento de los sectores medios enChile, por cuanto los conecta con la tradicional mirada de los sectores medios comogrupos que se relacionan con el surgimiento y consolidación de las burocraciasestatales durante el segundo tercio del siglo XX (Martinez y Tironi, 1985)

    No obstante lo anterior, este enfoque presenta algunos problemas. El principal de ellostiene que ver con el hecho de que aventura una definición sustantiva de clase, la cualpresupone como principal variable de ordenación la posición ocupacional. En lamedida en que se observan numerosos hogares que no calzan adecuadamente con elmodelo propuesto esto limita las posibilidades del modelo. Así, la teoría se vedesafiada por la realidad, por cuanto no incorpora otros elementos en la definición delos sectores medios que pueden facilitar la identificación de estos sectores. Hablamos

    de variables tales como el capital cultural, el origen familiar y las valoracionesculturales entre otros.

    Una mirada desde el marketing. El estrato C2-C3.

    Una segunda forma de definir a los sectores medios tiene que ver con la clasificaciónpor estratos socioeconómico que comúnmente utilizan los estudios de marketing yopinión pública. Desde aquí, los sectores medios se definen básicamente a partir desu nivel de ingresos y poder adquisitivo. Tal como su nombre los define, vendrían a serel grupo que está en la mitad de la distribución.

     Aunque en último termino la variable principal de este enfoque es el ingreso, para ladeterminación del nivel socioeconómico se utiliza una batería de variablesrelacionadas a éste y nunca se pregunta directamente. Según la construcción de los

    niveles socioeconómicos utilizada por TIMEIBOPE (2002) las variables determinantesen la construcción del GSE son el nivel educacional del jefe de hogar, los bienes yservicios del hogar; y el tipo de ocupación principal del jefe de hogar. A partir de estasvariables se construye una escala de niveles socioeconómicos que permite distinguirdiferentes niveles de ingresos y poder adquisitivo. Según esta clasificación, lossectores medios corresponden a los grupos socioeconómicos C2 y C3. Sin embargo,aunque se ocupen numerosas variables, la construcción de estas escalas es lineal ensu resultado. Es decir, las variables se utilizan para aproximar a diferentes niveles deingreso y de poder adquisitivo; restando importancia a cualquier otra dimensión deestratificación que no sea el ingreso.

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    Tabla 3. Principales características de los sectores medios, según estratificaciónsocioeconómica.

    C2. Clase Media Alta C3. Clase Media Baja

    Educación del Sostenedor delhogar

    Técnica completa deeducación superior, técnicaincompleta

    Técnica incompleta.

    Media completa

     Actividad del sostenedor delhogar

    Empleados particulares ypúblicos de nivel medio.Propietarios de pequeñosnegocios

    Dueñas de casa. Propietariosde pequeños negocios.Desempleados.

    Características del entorno Veredas amplias. Áreasverdes bien ornamentadas

    Pavimento en regular estado.Calles medianamente limpias.

    Características de la vivienda Grande, cuidada. Jardín bienornamentado y pequeño

    Bloques Departamento, casatipo “Bloque antiguo”

    Fuente: Establishment survey.TIME IBOPE, 2002

    Por ejemplo, esta clasificación no incorpora elementos que permitan distinguir distintosgrupos dentro de los sectores C2 o los C37. Así, si bien las formas de medición son de

    un alto grado de elaboración, el objetivo sigue siendo únicamente situar estos gruposen relación con su ingreso y consumo potencial.

    Sectores medios: ¿una categoría residual?

    El enfoque de los niveles socioeconómicos tiene la virtud (que en algunos casos es unproblema) de que no hace una definición sustantiva de estratos medios. Así, en lapractica, no existe la posibilidad de que existan hogares que no coincidan con sudefinición: los sectores medios son los que están en la mitad en un continuo deingresos.

    Esta forma pragmática de definir a los sectores medios ha llevado a que numerosossociólogos terminen por pensar a estos sectores como una categoría “residual” dentrodel análisis sociológico: a fin de cuentas, los sectores medios serían aquellos hogares

    que no pueden ser situados en ninguno de los dos extremos de la estructura social.Lo curioso, es que no obstante este relativo desconocimiento o vacío en torno alconcepto de sectores medios, este resulta ser uno de los conceptos más utilizadospara justificar discursos políticos o incluso como mecanismo de autodefinición de laspersonas; de hecho, como muestran numerosos estudios, la mayoría de los chilenosse define como de clase media. Así, paradójicamente, este grupo sin una definición yun contenido claro, juega un papel crucial en la autodefinición y la identidad de loschilenos8.

    Sobre estos antecedentes se presenta la necesidad de tomar una decisión teórica ymetodológica crucial: ¿Qué se va a entender como sectores medios? En términosgenerales se ha optado por la segunda forma de acercamiento; vale decir, porestablecer un continuo de ingresos y por definir a los sectores medios como aquellos

    que están en la mitad de esta distribución. Ello por motivo de la disponibilidad de datos

    7 Esto ha sido reconocido como un problema incluso por las principales empresas de estudios de opinióny de mercado. De hecho, recientemente se ha articulado un debate para lograr incorporar otrosindicadores en la medición de los niveles socioeconómicos (Adimark, 2002). En todo caso, cabe señalarque la discusión pasa básicamente por la simplificación de las formas de medición, antes que en laincorporación real de nuevas dimensiones al espacio de estratificación.8 De hecho, según Martínez (2002) un 90% de los chilenos se declara de clase media. Según el autor,este dato mantiene una fuerte persistencia en el tiempo. La fuente son 50 encuestas realizada por laempresa QUANTA.

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    y las fuentes que se utilizaron. Sin embargo, a diferencia de la estratificacióneconómica del marketing que ocupa variables “proxis” del ingreso, se ocuparádirectamente la distribución del ingreso. Concretamente -y con algunas variacionesque serán oportunamente señaladas- se entiende por estratos medios a aquelloshogares y personas cuyos ingresos per-cápita de los hogares se encuentran en elcentro de la distribución. Es decir, aquellos hogares que no pueden ser caracterizadosni por su pertenencia a los grupos de mayores ingresos (10% de arriba) ni porpertenecer a los grupos de menores ingresos (40% de abajo), que pueden serdefinidos como pobres o vulnerables a la pobreza. Conforme a las posibilidades queotorgan las fuentes de datos, se trabajará con la estructura del ingreso según decilesde ingreso per cápita del hogar. Sin embargo, para los casos en que no existainformación disponible se desarrollará una definición aproximada a partir de quintiles.

     Ahora bien, al margen de las limitantes de los datos, por qué se eligió esta definiciónoperacional de clase media Se pueden reconocer dos antecedentes que respaldanesta decisión. En primer lugar, se define este criterio por cuanto permite evitar unadiscusión de mayor profundidad teórica –y por lo mismo a tener que tomar algún tipode decisión que limite futuras conclusiones- acerca de la definición de clase media. Eneste sentido -y en la medida en que el objetivo del estudio no es desarrollar unadefinición sustancial de estos sectores- se ha tomado una opción empírica y

    pragmática. Detrás de esto se encuentra la convicción de que es imposible hablar odefinir una sola “clase media”, sino que es mejor buscar en su interior a gruposdistintos que aunque pueden compartir un mismo nivel de ingreso difierensustancialmente en otras características. De la misma forma, tampoco se trata deimponer como único criterio de distinción la posición ocupacional, sino de estarabiertos a reconocer la validez de otros criterios de estratificación.

    En segundo lugar, y como es de esperar, cabe señalar que existe una importantesimilitud entre esta clasificación según ingreso, y la distribución por estratossocioeconómicos utilizada en el marketing y los estudios de opinión pública. A partir delos datos de TIMEIBOPE (2002), se puede reconocer que existen fuertescoincidencias en cuanto a las dos agrupaciones.

    Tabla 4. Distribución de estratos económicos a nivel nacional y deciles de ingreso (1)

    Estratosocioeconómico

    Distribución defrecuencia (2)

    Valor aproximado para

    distribución entre deciles

     ABC1 10% Decil 10

    C2 20% Decil 9-Decil 8

    C3 25% Decil 7-Decil 6

    D 35% Decil 5-Decil 4-Decil 3-Decil2

    E 10% Decil 1(1). Los cuadros achurados corresponden a los valores a definidos como sectores medios, queson coincidentes en la definición desde el ingreso per cápita del hogar y desde los estratossocioeconómicos.

    (2). La distribución de los estratos socioeconómicos tiene como fuente el estudio The chileanconsumer, Prolam Y&R, 2002.

    De la misma forma – y como se verá más adelante-, tampoco existen grandesdiferencias entre esta definición y la definición que pone el acento en la posiciónocupacional. De hecho, dentro de los deciles de ingreso que han sido consideradoscomo estratos medios se observan una gran cantidad de las ocupaciones de las queMartínez define como clase media.

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    Tabla 5 Tasa deuda de consumo/ ingreso según estrato socioeconómico.1997 (1)(2)

    Estrato

    Socioeconómico

    Deuda/ingreso

     AB 1.1

    C1 2.7

    C2 3,6

    C3 2

    D 1.2( 1) Corresponde a la deuda total del hogar dividido por el ingreso mensual. Los datos seexpresan en estratos socioeconómico, por lo cual se considera como estratos medios a lossectores C2-C3. (2) Corresponde al ingreso total del hogar dividido por el monto de la deuda.Fuente: Cámara de Comercio de Santiago. Deudas de consumo consolidadas por estratosocioeconómico. Antecedentes a Diciembre de 1995. 

     Aunque los estratos medios C2-C3 no concentran la mayor cantidad de familiasdeudoras, son aquellos que concentran la mayor tasa de endeudamiento. Es decir,son los sectores que ocupan con mayor fuerza este mecanismo para acceder a bienes

    de consumo. Esto se puede observar en el hecho de que concentran las tasas másaltas de deuda/ingreso.

    Mall y comercio detallista. Un segundo hecho que potenció el acceso al mercadointerno de los sectores medios dice relación con el crecimiento sostenido del comerciodetallista y su orientación preferente hacia la clase media. Si durante los años 80 elmall era sinónimo de riqueza, durante los 90 se produjo una fuerte democratización deeste tipo de centros comerciales. Se construyeron gran cantidad de ellos, la granmayoría situados en comunas habitadas por familias de los sectores medios. Así, talcomo afirma Coloma (2000) en un estudio sobre las contribuciones del sectorcomercio al crecimiento económico, durante los años noventa se amplió fuertemente laoferta de mall a los estratos medios y medios bajos. Proceso, que se ve reflejado en laedificación de estos centros comerciales en zonas de la ciudad en las que

    tradicionalmente no existían:“ A principios de los noventa, exactamente en agosto de 1990, nace el PlazaVespucio apuntando a los sectores medios en La Florida, comuna de clase mediaque ya mostraba un gran crecimiento hasta transformarse en la más populosa deSantiago, este concepto de apuntar hacia las capas medias y bajas lo mantendría elgrupo Mall Plaza con los siguientes centros comerciales que desarrollaría: PlazaOeste (Noviembre de 1994), Plaza del Trébol(Abril de 1995), Plaza Tobalaba(Diciembre de 1998), Plaza La Serena (Diciembre de1998). El Parque Araucotambién desarrolló un centro comercial orientado a los sectores medios, como es elcaso del centro comercial Arauco Maipú (Noviembre de 1993)” (Coloma et al, 2000. pp 38) 

    En este contexto, algunos autores han planteado que el mall emerge durante los años

    90 como uno de los emblemas nacionales para la clase media (PNUD 2002). Según elinforme del PNUD sólo un 3% de los entrevistados no tendrían cerca alguna plazacomercial de este tipo. Otros estudios (FLACSO 1997) indican que un 70% de losestratos medios asisten regularmente a un mall o a tiendas anclas.

    Como ya se ha mencionado se observa que esta incorporación al mercado interno delos estratos medios no se vincula exclusivamente a una mejora en sus ingresos sinoque también se ve profundamente potenciado por otras transformaciones; sobre todo,por el desarrollo de una fase más agresiva de penetración de las dinámicas demercado, desde la perspectiva de la oferta, la cual mucha veces no exige una mejora

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    correlativa en los ingresos. El crédito, por ejemplo, permite acceder al mercadodejando relativamente “entre paréntesis” las posibilidades del ingreso real. Lo mismosucede con el crecimiento de la oferta interna de bienes y servicios de consumo.Hecho que ha facilitado una disminución sostenida del precio relativo de los bienes yservicios de consumo durables durante el periodo, a la vez que aumentaimportantemente la variedad de éstos. En suma, se trata de nuevas formas de accesode estos grupos a las posibilidades del consumo que permiten potenciar –o maximizar-las limitaciones de su ingreso real.

    El retiro del estado: el caso de los sectores medios.

    Los sectores medios no sólo son el grupo que ha visto crecer con mayor fuerza susposibilidades de acceder al mercado, también han sido los principales protagonistasde lo que se puede denominar el “retiro del estad o” de áreas estratégicas de la vidaeconómica en donde desde hace décadas desempeñó un papel sumamenteimportante. Este proceso, es lo que algunos autores han denominado el “nuevo roleconómico social del estado” (Wormald y Ruiz Tagle, 1999) y comprende, al menos,tres hitos paradigmáticos:

    Privatización del sistema de pensiones. A partir de 1981 se produjo un paulatinodesplazamiento hacia los fondos de pensiones privados (AFP), hecho que significaque durante los noventa prácticamente la totalidad de los cotizantes estaban inscritosen este sistema. Esto se debe básicamente a que la incorporación a las AFP durantelos 90 se volvió un proceso obligatorio por ley. Así, como es de imaginar, la totalidadde los sectores medios vio pasar a manos privadas sus fondos de pensiones.

    La privatización de la salud. Durante fines de los años 80 y la década de los 90, seha desplegado un creciente proceso de privatización de la salud a través de lacreación de Isapres. Paulatinamente, la salud que provee el estado se ha idofocalizando en los grupos de menores recursos, dejando a los sectores medios enmanos del sistema privado de salud.

    Tabla 6. Forma de acceso a la salud de la PEA según quintil de ingreso autónomo en1990 y 1996 (porcentajes) (1)

    1990 1998

    Quintiles Fonasa Isapre FF:AA Particular Pública Isapre FF:AA Particular

    1 85 2.8 0.7 8.9 86.2 4 0.5 8.5

    2 78.6 6.5 2.1 10 73.9 13.2 1.7 10.1

    3 69.6 11.3 2.6 13.3 62.4 21.3 3.5 11.3

    4 57.6 21.6 3.9 14.1 47.1 33 5.4 13.1

    5 36.8 41.2 3.9 14.9 26 55.3 4.9 12.6

    TOTAL 67.7 15.1 2.5 12 61.9 23 3 10.9(1) Se excluye de la tabla al grupo no sabe/ no responde. Fuente: Wormald 2002, Con datos deMideplan 1999. 

     Así, tal como plantean Wormald y Ruiz Tagle (1999), los quintiles medios y superioresse desplazan con mayor fuerza hacia el sector privado. En este sentido, se puedeafirmar que son estos sectores, quienes han presentado una transformación de mayorimportancia, en orden a privatizar su acceso a la salud. 

    La privatización de la educación. Un tercer hecho relevante con respecto al retiro delestado tiene que ver con la creciente incorporación del sector privado en el sistemaeducacional. Durante el periodo en cuestión, el sector privado se incorpora con fuerzatanto a nivel de la educación escolar como a nivel de la enseñanza superior. Aunque elestado sigue siendo un actor crucial, sobre todo a nivel de los recursos, en términos de

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    la administración y el manejo de los establecimientos educacionales, éste pierde cadavez más presencia. Al igual que con el tema de la salud, se observa que los sectoresque han experimentado con mayor fuerza este “retiro” del estado son los que seencuentran en la mitad de la distribución de ingresos, es decir, los sectores medios.Como se ve en la tabla 7, en 1996, mas del 50% de las matriculas de el quintil IV, erande tipo particular pagado o particular subvencionado. Para el caso del quintil III estevalor ascendía a un 44%.

    Tabla 7. Población que asiste a un establecimiento educacional por quintil de ingresossegún nivel de enseñanza y dependencia. 1996.

    I II III IV V TotalEducación municipal 75 65 56 39 19.5 58.3Particular subvencionado 24 32.3 39.9 49.7 30.6 33.3Particular pagado 0.7 2 3.4 10.9 50 8.4Total 100 100 100 100 100 100Fuente: Datos Mineduc, elaboración propia. (1) Matriculas publicas equivale a las universidadesdel consejo de rectores más los CFT con aporte fiscal directo. Privado corresponde auniversidades privadas y CFT privados.

     A este dato, se suma el notable aumento de los establecimientos particulares. Duranteel periodo 1990-1996, el porcentaje de establecimientos particulares pagados conrespecto al total creció en un 40% mientras que los establecimientos municipalesdisminuyeron en un 5% (Mideplan, 2000)

    Modificaciones en la estructura ocupacional y estratificación de los sectoresmedios.

     Además del crecimiento de la demanda interna y a las transformaciones en el papeldel estado, existe un tercer ámbito de la vida económica en el cual los sectores mediosse vieron fuertemente impactados durante el periodo. Según numerosos autores(Martínez, 2002) (Tokman, 1999) (Wormald et al, 2002) durante los años 90 se puedeobservar una creciente transformación de la estructura ocupacional en términos de unvuelco hacia el sector servicios y privados y una creciente flexibilización laboral. Para

    comprender esta dinámica, vamos ha seguir los planteamientos de Wormald (2002)yMartínez y León (2000)

    Terciarización y privatización ocupacional.

    Desde el punto de vista ocupacional, la principal transformación que han sufrido lossectores medios tiene que ver con un creciente vuelco hacia ocupaciones del sectorservicios. Las magnitudes de este fenómeno las expresan nítidamente Martínez yLeón (1998).

    “Conviene señalar que en cifras gruesas estos cambios significan que en el plazo de25 años las posiciones medias asalariadas pasaron de 550.000 a 1.400.000, las posiciones media de las industria y construcción pasaron de 760.000 a 700.000 ylas posiciones obreras del sector servicios y comercio de 220.000 a 700.000”(León y

    Martinez, 2001. pp16) Aunque este hecho ha sido vinculado tradicionalmente en América Latina a una lógicade precarización, lo curioso para el caso de Chile es que también muestra una facetade generación de empleos a nivel formal con buenos niveles de ingresos, hecho por elcual la terciarización no puede ser asociada directamente con precarización.

     Adicionalmente, a la fuerza de este proceso de terciarización se produce un fuertevuelco desde las ocupaciones de los servicios públicos, hacia ocupaciones en elsector privado.

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    En este contexto, tanto la terciarización como la privatización de la estructuraocupacional llevan a desplegar un nuevo patrón de estratificación ocupacional la clasemedia. Es así como Wormald et al (2002) reconocen un cambio en los patrones deconformación de este sector:

    “podemos concluir que Chile sigue dando pasos hacia la constitución de una sociedadmesocrática. Sin embargo, a diferencia del antiguo patrón conformado principalmente

     por empleados del sector público y en la manufactura, hoy cobran crecienteimportancia los trabajadores en los sectores de servicio y de comercio, dentro y fuerade las actividades burocráticamente organizadas”(Wormald, 2002. pp 157) 

    Tabla 8. Evolución de la estratificación social en Chile: 1987-1998, en porcentajes.

    Categorías sociales 1987 1990 1995 1998 1987-1998

    I. Agricultura casa y pesca 19.7 18.8 15 13.4 -6.3

    II. Fuera de la agricultura 76 80.3 84.4 79.5 3.5

    1. Empresarios 2.4 3.1 2.7 2.4 0

    2. Sectores medios 29.2 31.4 36.2 37.2 8

    a. asalariados públicos 7.3 6.9 6.8 8.3 1

    b. asalariados privados 16 18.2 21.3 20.4 4.4

    c. Independientes 5.9 6.3 8.1 8.6 2.7

    3. Clase obrera 26.4 28 28.9 26 0

    a. minería 0.8 1 0.8 0.6 -0.2

    b. Industria y construcción 11.3 12.1 13.1 8.6 -2.7

    c. comercio y servicios 14.3 14.9 15 16.8 2.5

    4. Artesanado tradicional 4.8 5.2 5.4 5.9 1.1

    5. Grupos Marginales 13.2 12.6 11.2 8.0 -5.2

    III. Otros trabajadores no clasificados odesocupados

    4.3 0.9 0.6 7.1 2.8

    Total 100 100 100 100 -Fuente: Tomado de Wormald et al 2002. Datos seleccionados de los cuadros elaborados porM. Schkolnik en “impacto de la globalización en la estratificación social chilena” siguiendo lasclasificaciones utilizadas por A. León y J Martínez (1998) sobre datos de la encuesta nacionalde empleo del INE. Informe preliminar Santiago, 200.

    Diferenciación y flexibilización de la estructura ocupacional.

    Estos procesos de terciarización y privatización del trabajo en los sectores medios seproducen en el contexto de otras transformaciones que se vinculan a la globalizacióneconómica y la expansión de lógicas de trabajo flexible. Se trata del desarrollo detrabajos de buena calidad con altas exigencias de manejo tecnológico y, a la vez, el

    desarrollo de trabajos de mala calidad y mayores niveles de precariedad, dentro delsector servicios. Así, lo que pasa en último termino es que se genera una crecienteheterogeneidad de los sectores medios en torno a sus formas de inserción al trabajo.

    En este contexto, se observa también el despliegue de un proceso de flexibilizacióndel trabajo, el cual se relaciona estrechamente con las transformaciones a nivel delsistema económico mundial. Este proceso se da en el contexto de un vuelcoimportante hacia una complejización de la estructura productiva, en términos delincremento de las redes y cadenas productivas. Tal como afirman Wormald y Ruiz-Tagle (1999), refiriéndose a este tipo de relaciones:

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    “lo realmente nuevo parece ser la ampliación y complejización de este tipo dearreglos, (...) de esta forma,...”en las empresas productivas sometidas al fuertecompetencia que impone la globalización, tienden a multiplicarse los empleosadministrativos, y se entrega cada vez más a sub contratistas, tareas que noconstituyen el núcleo central de la empresa.”(Wormald y Ruiz Tagle, 1999. pp 68)

    ¿Cuál es el corolario de estas transformaciones? La investigación existente da cuentade una creciente desarticulación del orden sindical, acompañada de una precarizaciónlaboral entendida como una flexibilización de las condiciones de trabajo (tanto a nivelde contrato como del horario) (Tokman, 1999). Sin embargo, adicionalmente sepueden reconocer otros elementos. Según PNUD (PNUD, 2002) las transformacionesen la estructura laboral implican también un cambio de las valoraciones del trabajo. Loque existiría es una creciente desvaloración del trabajo como eje de la construcción deuna identidad personal y social. Este dato se condice con estudios realizados ensociedades desarrolladas en donde se ha demostrado que este proceso dedesarticulación de la centralidad del trabajo toma cada vez mayor fuerza (Sennet,1998). En este punto nos extenderemos más adelante.

    Los cambios en los estratos medios: conclusión.

    Como se ha planteado, los estratos medios constituyen aquel sector de la sociedadchilena que ha sentido con mayor fuerza las transformaciones económicas del periodoestudiado. Estas transformaciones no se mueven sólo en el vector del aumento de losingresos y de la incorporación al sistema de mercado interno, sino que también tieneque ver con una redefinición de su relación con las políticas y la intervención delestado– de las cuales se alejan crecientemente- y con una transformación delmercado del trabajo en términos del despliegue de nuevas formas de trabajovinculadas a estándares flexibles de empleo situadas en el sector servicios.

    Tabla 9. Principales transformaciones de los sectores medios durante los años 90.

    Clave Transformación Indicador

    Ingreso/ gasto Crecimiento importante delingreso y el gasto de los hogares.

    Se duplica el ingreso y el gastoper-capita durante el periodo

    Creciente masificación del créditode consumo

    Grupos con mayores deudas deconsumo

    Aumento de la oferta eincorporación al mercado.

    Crecimiento de la oferta de bienesde consumo hacia estos sectores

    Explosión del mall y del comerciodetallista en sectorestradicionalmente habitados porsectores medios

    Transformación del papeldel Estado

    Privatización de la educación y dela salud.

    Masificación de educación y saludadministrada por privados.

    Estratificación y estructuraocupacional

    Terciarización, Privatización yflexibilización de la estructuralaboral.

     Auge del sector servicios ycomercio. Creciente flexibilizaciónde los trabajos vinculados alsector. Incorporación detecnología.

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    ¿Desde donde leer estas transformaciones?

    La amplitud y relevancia de las transformaciones económicas reseñadasanteriormente despertaron y siguen despertando numerosas interrogantes por parte delos sociólogos en Chile, aún ahora después de algunos años en que el desempeñoeconómico -sin duda el principal indicador - a sido notablemente menos favorable. Eneste contexto, las preguntas apuntan desde el fenómeno de la exclusión social y larelación que hay entre este modelo económico y la persistencia de fuertes brechas dedesigualdad social; hasta las posibles implicancias que tendrían estastransformaciones económicas sobre el ámbito de la cultura. En todos estos casos, ytal como ya hemos esbozado, se puede reconocer que la condición de los sectoresmedios es un punto central en el debate, por cuanto estos encarnan los cambioseconómicos en cuestión.

    Una clave hermenéutica desde la cual se puede comprender esta reflexión consiste enla ya clásica distinción entre apocalípticos e integrados desarrollada por Humberto Eco(1965). A continuación haremos brevemente referencia a estos dos paradigmas desdedonde se han interpretado las transformaciones del periodo que nos interesa.

    Los apocalípticos: Por una parte están quienes tienen la visión de que Chile no sehan experimentado transformaciones significativas en términos de la calidad de vidadurante los años 90. Para este grupo de autores, que podríamos denominar losapocalípticos (dentro de los cuales podemos encontrar autores como Tomas Moulian oHugo Fazio), lo que hay es un “cuidadoso marketing del éxito económico (Moulian,1997), que se despliega a pesar de que se mantienen problemas estructurales delsubdesarrollo, tales como la concentración de los ingresos o el déficit de recursosculturales.

     Así, desde esta perspectiva los cambios en las dinámicas de consumo y lastransformaciones que han sufrido los sectores medios, sólo contribuyen a desplegarnuevas formas de ciudadanía en una lógica despolitizada. En este contexto, elconsumo opera como una forma de integración que sustituye el vinculo que provienede la política y que, en la práctica, es “un destacado y sutil mecanismo dedominación”(Moulian, 1997.) Según esta perspectiva, después de los años 90 aúnseguimos siendo pobres; el desarrollo económico es solo un simulacro o un mito.

    Como se puede observar, el énfasis en esta interpretación se pone en denunciar lospuntos de continuidad con las características propias de una sociedad de la escasez osubdesarrollada. De esta forma, la lectura de los aspectos positivos se ve atenuadapor la intención de resaltar los problemas que han implicado estas transformacioneseconómicas. En este contexto, los sectores medios, resultan encarnar la “suma detodos los males” del sistema impuesto: consumistas, sobre-endeudados y,adicionalmente, sin conciencia política.

    Los integrados:  Por otra parte, están quienes ponen el énfasis en la magnitud eimportancia de las transformaciones económica de los años 90, recalcando losaspectos positivos y su relación con los procesos de modernización. En este grupo deautores se pueden encontrar sociólogos como Eugenio Tironi o José JoaquínBrunner 11.  Desde aquí, se rescata que estas transformaciones se han traducido nosólo en mejoras sustantivas en la calidad de vida de los chilenos, sino también, en eldespegue definitivo de un proceso de modernización en distintos ámbitos de lasociedad. Así, pareciera que efectivamente el desarrollo económico está llegando aChile. Esta interpretación de Chile como un país que ha ingresado, en parte, al grupo

    11 Al respecto ver Malestar en la sociedad chilena ¿De que exactamente estamos hablando? JoseJoaquin Brunner. Revista de Estudios Públicos nº 72.

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    de las sociedades modernas de consumo es lo que defiende Eugenio Tironi en su libro“La irrupción de las masas y el malestar de las elites”. Para este sociólogo: “en ladécada última Chile se transformó definitivamente en una sociedad de consumo. Sulógica se ha estado diseminando desde su fuente que es el mercado, e impregna casitodos los dominios de la vida social” ( 1999, pp 227. )

    . Desde este enfoque, Chile aparececon una clara tendencia a consolidar el paso de una sociedad de la escasez a unasociedad de la abundancia; a concretar –en forma incipiente- su proceso demodernización. En este análisis la nueva clase media “emergente” ocupa un lugarparadigmático. Para Tironi, este grupo viene a representar la dinámica demasificación del acceso a los bienes y servicios de la modernidad. Así, la “clase mediaemergente” sería aquel grupo que pudo acceder definitivamente a los beneficios deldesarrollo.

    ¿Como leer estas dos interpretaciones contrapuestas? En términos generales, sepuede reconocer que tanto los apocalípticos como los integrados utilizan marcos deinterpretación que descasan en una teoría general de la modernización. Es decir, quedan cuenta de la realidad chilena a partir de la contraposición entre dos tipos distintosde sociedad: la sociedad moderna y la sociedad tradicional o subdesarrollada. Acontinuación presentamos sucintamente dos conceptualizaciones de este tipo, quepermiten aclarar el sentido de los discursos en torno al Chile de los 90.

    Una primera clave hermenéutica es la contraposición escasez/abundancia que ha sido desarrollada por John Kenneth Galbraith (1960) y es una variación de la clásicadistinción entre sociedades tradicionales  y sociedades modernas. Según este autor,por una parte están aquellas sociedades que presentan una escasez de bienes. Enellas, el consumo tiene que ver básicamente con la satisfacción de necesidadesbásicas, por lo que se mueve en lógicas cercanas a la supervivencia. En el otro polo,están aquellas sociedades que presentan una abundancia de bienes. En ellas existenaltos niveles de consumo orientado, no sólo a satisfacer necesidades de primer orden,sino también a satisfacer otro tipo de necesidades. Este segundo tipo de sociedades,que sobre la base de la abundancia material desarrollan una expansión inusitada delconsumo como forma de satisfacer deseos, pueden ser denominadas sociedades deconsumo. En estas, en la medida en que las necesidades básicas o reales están

    cubiertas las necesidades y deseos son “generados” por la propia oferta.Una versión contemporánea de la distinción propuesta por Galbraith es la que ofreceRonald Inglehart para explicar el paso de una sociedad con valoraciones materiales auna con valoraciones postmateriales. Para Inglehart, el cambio cultural y el cambioeconómico pueden ser ordenados en torno a patrones coherentes y previsibles.Reformulando la teoría de la modernización, el autor vincula estrechamente eldesarrollo económico con una serie de transformaciones a nivel de los valores y lacultura. La hipótesis de Inglehart es que en la medida en que las sociedades vanpasando de un estado de escasez  a uno de abundancia, la cultura evoluciona desdeun patrón donde se privilegian los valores que giran en torno a la supervivencia y laseguridad a uno en donde se privilegian los valores asociados a la calidad de vida y albienestar. Este cambio cultural es lo que Inglehart denomina el paso de los valoresmaterialistas a los valores postmaterialistas. El paso que se da desde una dinámica de

    las escasez material a una de la abundancia, deriva en una serie de transformacionesa nivel general que impactan no sólo el ámbito de los valores, sino también en otrosámbitos tales como el sistema político, la estructura de la familia y la religiosidad.

    La forma en que se lleva a cabo este cambio cultural es a través del reemplazo inter-generacional. En la medida en que las nuevas generaciones crecen en contextosinéditos de seguridad, se produce un cambio en el orden de las prioridades y losvalores. De esta forma, el cambio cultural sólo se puede comprender como un procesoa largo plazo de tipo intergeneracional.

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     Acentuando las transformaciones a nivel de la cultura, se observa que Ingleharttambién propone un patrón evolutivo en donde las sociedades se mueven entre dospolos, que en este caso serian el posmaterial y el material.

    Los antecedentes anteriores, permiten reconocer que, ya sea a partir de la distinciónentre sociedades opulentas y de la escasez, o través de la distinción entre sociedadesmateriales y posmateriales, lo que prima en el análisis es la contraposición entre dos

    tipos puros de sociedad. Si llevamos este análisis a la distinción entre apocalípticos eintegrados se puede reconocer con claridad como estas dos líneas de interpretaciónde los cambios en Chile enfatizan en su análisis alguno de los dos polos o tipos desociedad que propone una teoría de la modernización. Aunque no se expliciteabiertamente en el análisis, se puede reconocer con claridad quien se sitúa a que ladode la distinción. Por una parte, los “apocalípticos” tienden a reforzar en su análisis ellado del subdesarrollo y de la escasez. El Chile actual, es un Chile de las necesidadesmateriales. Por la otra, los “integrados” tienden a reforzar el lado de la modernización yla abundancia, o desde Inglehart, el creciente despliegue de las valoracionesposmateriales.

    Sin embargo, esta mirada dicotómica de los cambios en el Chile de los 90 adolece devarios problemas. En primer lugar el hecho de que se enmarque dentro de unparadigma de la modernización, que sitúa el cambio en un continuo que va desde lotradicional   a lo moderno, implica necesariamente incorporar horizontes normativos. Así, se favorece la reducción del análisis de estas transformaciones en términos deuna evaluación de las “cosas que faltan para hacer”. Aunque políticamente esto traemuchos beneficios, por cuanto permite orientar y debatir en el plano de las políticaspúblicas, lo cierto es que sociológicamente simplifica excesivamente el análisis. Lo quees una yuxtaposición compleja de fenómenos se ve reducido a un transito desde laabundancia a la escasez, o desde el subdesarrollo al desarrollo.

    En segundo lugar, aunque esta distinción no forzara una interpretación normativa, dejade lado la posibilidad de comprender la naturaleza de fenómenos que no adscriben nia un ni a otro polo de la distinción. En otras palabras, obliga a entender estastransformaciones en términos de un horizonte teleológico que va desde lo tradicional  hacia lo moderno. Cuando se trata de profundizar en el impacto que estas

    transformaciones tienen en la vida social, este esquema de análisis es demasiadoformal e impide distinguir las configuraciones particulares que adquieren los cambiosen el ámbito económico en el caso de sociedades como las nuestra, reduciendoinvoluntariamente el análisis a esquemas tipológicos.

    Sobre estos antecedentes, el desafío es intentar comprender estas transformacionessin reducir la complejidad de los cambios involucrados a las cercanía/distancia de tiposcomo desarrollo/subdesarrollo o escasez/abundancia. En este contexto, el presenteestudio intenta mirar las transformaciones al interior de los estratos medios tratando deir más allá de una implicación dicotómica, del tipo escasez /abundancia, sociedadmaterial/postmaterial o desarrollo/subdesarrollo. No se trata de negar la validezanalítica de estas categorías, sino de proponer nuevas distinciones que contribuyan aenriquecer el análisis.

    Una forma de articular un esquema de análisis de estas transformaciones económicasque se haga cargo de la complejidad que significa el despliegue de lógicas delmercado avanzadas en contextos de escasez o en contextos culturales particulares esel concepto de hibridaje  desarrollado por Nestor Garcia Canclini.(1990) Aunqueoriginalmente desarrollado para dar cuenta de exclusivamente de las transformacionesa nivel de la cultura, el concepto de hibridaje también permite clarificar la forma en quelas sociedades como las nuestros se hacen cargo de la modernidad y de lastransformaciones económicas y culturales que se le vinculan. El concepto de hibridaje 

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    hace referencia al proceso de mixturación y fusión de realidades culturales queprovienen de distintos ámbitos de la cultura latinoamericana.

    En concreto, el concepto de hibridaje  intenta hacer referencia a la forma en que serelacionan en el contexto latinoamericano, lo popular, lo moderno y lo masivo; dandoforma a una nueva síntesis cultural y social cuya originalidad se constituye justamenteen la forma en que se relacionan estos elementos. Para Canclini, las transformaciones

    en Latinoamérica irían justamente en la dirección de una creciente hibridación deestos tres ámbitos, los cuales en el origen se presentan en forma relativamenteindependiente. En este sentido, se pueden encontrar grandes vinculaciones entre esteplanteamiento y el concepto de sociedades fragmentadas utilizado por Mignione paradar cuenta de la forma mediante la cual el despliegue del individualismo transforma lassociedades. Al igual que Canclini, este autor propone un marco de análisis que va másallá de una teoría general de la modernización. Según Mignione, es necesarioreconocer que el impacto de la industrialización “se produce de manera diversificadaen el tiempo y en el espacio para diferentes grupos sociales o de individuos”(Mingione, 1993. pp 111) En último termino, el acento se pone en comprender lastransformaciones sociales de una manera variada y compleja, superando un enfoquepuramente evolutivo o direccional.

    Como ya se ha esbozado, la novedad del planteamiento del hibridaje con respecto auna interpretación que acentúa un análisis en términos de polos (escasez/abundancia, desarrollo/subdesarrollo), descansa en una crítica a la forma maniqueistaen que estas observan el cambio social. Según Canclini, esta tradición se imaginó quemodernidad significaba necesariamente el fin de las formas tradicionales. Lo planteadopor el marco interpretativo del hibridaje  es justamente lo contrario El desarrollo de losmercados y de la industria cultural no hacen desaparecer lo tradicional sino que loyuxtaponen y entrecruzan con otras lógicas, que provienen, entre otras fuentes, de lasdinámicas propias del mercado y de los medios de comunicación de masas. Así, lamodernidad avanzaría para Canclini por el lado de la capacidad de articular y redefinirdinámicas diferentes, antes que por la homogeneización o por la imposición de un soloprincipio de “sociedad desarrollada” u “opulenta”. Como se puede apreciar, entreambas perspectivas se produce un desplazamiento desde un concepto de modernidad

    sustantivo, que plantea la sustitución de toda lógica tradicional en las manos de lamodernidad, a un concepto de “modernidad híbrida” cuya naturaleza es justamentehacer convivir lo tradicional con lo moderno.

    En términos del enfoque, se puede afirmar que este es el punto de partida de lapresente investigación. Por cuanto intenta sustituir un análisis que enfatiza laidentificación puntos de continuidad y de ruptura con sociedades desarrolladas otradicionales, por un análisis que mira las transformaciones económicas desde laperspectiva del hibridaje. En otras palabras, se intenta estudiar estas transformacioneseconómicas y sociales como una serie de entrecruzamientos que involucran el mundode lo tradicional y de las escasez y lógicas de mercado altamente masificadas yespecializadas.

    Sin duda, partir de este dato de la complejidad y del hibridaje para analizar el impacto

    sociológico de las transformaciones económicas en los sectores medios imponeciertas limitaciones. La primera de ellas es que asumiendo la complejidad delfenómeno se hace imposible desarrollar interpretaciones globales sin caer ensimplificaciones exageradas o en formulas comunicacionales del tipo “los nuevoschilenos”, “los jaguares” o “el travestismo”. Lo anterior, obliga a tomar un punto deanálisis, una clave hermenéutica desde la cual poder abordar estas transformaciones.En segundo lugar, este marco de interpretación también obliga a matizar la fuerza delas conclusiones por cuanto sitúa el impacto de estas transformaciones económicas enel contexto de otros cambios que se han dado en otros sistemas societales.

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    El consumo como clave hermenéutica.

    Sobre estos antecedentes, se propone el consumo como una clave hermenéutica quepermite estudiar clarificadoramente las transformaciones económicas a las cuales seha hecho referencia. Por una parte, se observa con claridad que el consumo es unfenómeno que se encuentra en el eje de todas las transformaciones económicasanteriormente mencionadas. Aunque hay algunas relaciones que se observan

    abiertamente -como la relación entre el acceso de los estratos medios al mercado y elconsumo- hay otras -como la relación entre la terciarización y flexibilización deltrabajo- cuya relación, aunque menos obvia, no deja de ser sumamente relevante.

    Por otra parte, estudiar este fenómeno en los estratos medios es una clave deacercamiento que permite comprender también otros aspectos de lastransformaciones que han experimentado estos estratos durante los últimos 15 añosen Chile. En esta línea, y como se verá en la próxima sección, el estudio de loscambios en el consumo se puede vincular fácilmente a otras que se dan a nivel de lacultura. Así, el consumo opera como un fenómeno vinculante de los ámbitos de laeconomía y de lo simbólico. En otras palabras, opera como una clave que permitereflexionar sobre las transformaciones en otros ámbitos de lo social

    Con respecto a la naturaleza de este fenómeno se propone abordar el consumo desde

    una lógica multidimensional. Como se vera en la próxima sección, se trata deincorporar en el análisis distintas dimensiones del mismo fenómeno, reconociendoexplícitamente la importancia social y cultural de este fenómeno. Aunque pocodesarrollada en Chile, esta línea de análisis coincide con los planteamientosexpresados en el informe PNUD (2002) conforme a comprender el consumo como unnuevo espacio en la construcción de la subjetividad y de articulación de la vida social.

    Sobre estos antecedentes, la próxima sección se aboca a reflexionar sobre elfenómeno del consumo y las perspectivas que abre para el análisis sociológico de lasclases medias en Chile.

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    SECCION II.

    Transformaciones en el consumo: una clave de lecturapara Chile.

    La presente sección de la tesis se aboca a reflexionar sobre tres materiasfundamentales. Primeramente, define cuales son las distintas dimensiones y lasimplicancias del fenómeno del consumo desde el punto de vista sociológico.

    En segundo lugar, propone una clave de acercamiento al fenómeno que, a la vez quedar cuenta de las distintas dimensiones involucradas, intenta ser aplicable a nuestrarealidad.

    En tercer lugar, y sobre la base de lo anterior, se presenta una metodológia deacercamiento empírico, a la vez que se discuten las posibilidades y limitacionesinvolucradas.

    A. El consumo como fenómeno multidimensional12

    .

    Se puede afirmar, sin ser excesivo, que históricamente el consumo ha sido dejado delado como objeto de estudio por parte de la sociología de la vida económica. Estesesgo, tiene como fundamento una tendencia a poner en el centro de la vidaeconómica la actividad productiva. Desde aquí, fenómenos como el consumo tiendena ser considerados como un subproducto o un residuo en el análisis. El consumoqueda relegado a una actividad privada – a las fuerzas o arbitrios del individuo- que seencuentra fuera de los márgenes de lo social y que, por lo tanto, no mantiene ningunarelación prioritaria con el ámbito de la sociología económica. Así, cuando éste ha sidoconsiderado, es básicamente como corolario de un proceso de producción que leantecede en importancia; como una consecuencia que no mantiene relevancia en simisma. Esto es lo que Don Slater (1997) ha denominado el sesgo productivista el

    estudio de la vida económica.La literatura muestra que durante los últimos años se ha revertido en parte estatendencia de considerar el consumo como un producto secundario del análisis. Deaquí que se pueda afirmar -en cierto sentido- que el consumo ha sido redescubiertocomo objeto de estudio por parte de la sociología. En términos generales, se puederemitir este redescubrimiento a dos grandes causas.

    Por una parte, el fenómeno del consumo ha ido asumiendo creciente importanciacomo actividad y como eje de la vida social en las sociedades contemporáneas, hechopor el cuál emerge como un fenómeno de interés sociológico. Esta crecientecentralidad en la articulación de la vida social, ha sido denominado cultura delconsumo (consumer culture) (Slater, 1997) (Lury, 1996) por la literatura y ha adquiridopaulatina vigencia como objeto de estudio durante los últimos veinte años.

    Por otra parte, se ha producido una creciente revalorización por parte de la sociologíade la relación existente entre el mundo social y el mundo material desde el punto devista de lo simbólico. En este sentido, el consumo emerge como una actividad plenade significados sociales, la cual desde siempre ha operado haciendo visibles lascategorías de la cultura.

    12 Por motivos de extensión y coherencia el presente capitulo corresponde a una reflexión sintética acercade las distintas dimensiones del consumo. Para mayores antecedentes, ver Anexo 1. “Hacia unaaproximación sociológica al fenómeno del consumo.”

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    En lo que sigue, se describen las principales dimensiones que involucra el fenómenodel consumo. En términos generales y siguiendo a Alan Warde (Burrows ed, 1992) sepueden distinguir tres grandes ámbitos en el estudio del consumo. Estos se distinguensegún el énfasis y la significación que le atribuyen a este fenómeno. Como se verá, decada línea de interpretación se desprenden distintas posibilidades para el análisissociológico.

    La satisfacción de necesidades básicas y la clave del bienestar.

    Una primera aproximación consiste en estudiar el consumo poniendo el énfasis en laposibilidad que tiene de satisfacer necesidades. De hecho, resulta imposible desligara los objetos de la relación que mantienen con las necesidades humanas. Desdeaquí, el consumo  puede ser entendido como una acción orientada a vincular unanecesidad con un satisfactor. Consumir, en estos términos, significa satisfacernecesidades a través de bienes, que a su vez son producidos para satisfacer estasnecesidades. De esta forma, el valor que tienen los objetos se deriva de la capacidadque tienen los objetos de satisfacer necesidades. Esto es lo que se denomina el valorde uso de un bien.  Reconocer esta dimensión del valor del uso  es un datofundamental para cualquier estudio sobre consumo, sobre todo si este se lleva a caboal interior de una sociedad como la nuestra en donde claramente no predomina una

    dinámica de la abundancia. En este contexto, el estudio de la estructura del consumopermite observar también en qué medida los cambios en su estructura se hantraducido en una mejora en las condiciones materiales de la población y el aumentoen los niveles de bienestar. De hecho, durante los años 80 se produjo un ampliodebate acerca de si factible incorporar este horizonte de la satisfacción denecesidades como eje de la medición del desarrollo (Dell, 1978, en revista CEPAL1978.) 

    Consumo como expresión del valor de cambio en el mercado: la miradaeconómica.

    Una segunda lógica desde la cual se puede entender el consumo es desde el punto devista de la dimensión mercantil o el valor monetario de los objetos. Además de

    satisfacer necesidades, los objetos están insertos en un sistema de equivalencias debienes, lo cuál determina un precio que responde a las valoraciones economices y a laescasez relativa de cada bien. Tomando la distinción de Marx, entre valor de cambio yvalor de uso, se define esta perspectiva como valor de cambio13, en referencia a lavaloración que se le da a los bienes en el mercado.

    Esta forma de entender el consumo a través del valor de cambio que tienen los objetosen el mercado es uno de los principales foco de análisis de los economistas.Básicamente, la economía construye la ecuación de la demanda de consumo debienes como una función que depende del precio monetario de los productos. Lasdistintas valoraciones de precio se dan como consecuencia de la utilidad o beneficiomarginal que aporta cada producto a los consumidores. Así, el consumo se constituyecomo una de las instancias en donde se expresan con mayor claridad y fuerza lasleyes del mercado. Es el corolario de un proceso de asignación de productos que seorigina en la producción del bien para su venta en el mercado. Los principaleseconomistas que han tratado el tema del consumo son Friedman (1955) y Keynes(1936), aunque considerando elementos distintos, ambos intentan construir unaecuación en donde el consumo es una función de los ingresos.

    13  Baudrillaud utiliza este concepto para hacer referencia al valor signo que tienen los objetos comorepresentación lógicas de rango o prestigio social, esta forma de utilizar el concepto guarda mayorrelación con lo que mas tarde definiremos como la dimensión significativa del consumo. Por el momento,con valor de cambio se hace referencia a la dimensión monetaria y puramente economiza del valor de losobjetos.

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    La dimensión significativa del consumo.

    Una tercera mirada, tiene que ver con lo que hemos denominado una dimensiónsignificativa  del consumo. El fenómeno del consumo no sólo puede ser entendidodesde la óptica de la satisfacción de necesidades o desde la óptica del valor decambio. En cuanto fenómeno que se desarrolla dentro de coordenadas de la cultura,puede ser entendido también a partir de la capacidad que tienen los objetos de

    expresar significados sociales y culturales. Y en cuanto vehículo de la construcción delos vínculos sociales.

    Desde este horizonte, el consumo emerge como una forma particular de hacersecargo y de significar la relación de las personas con los objetos en todas lassociedades. Las personas no sólo interactúan directamente sino también a través de lamediación de cosas. En este sentido, el consumo es un fenómeno en donde el mundode lo simbólico y el mundo de lo material se encuentran íntimamente coludidos.Justamente este ámbito de la interacción y la relación entre objetos y significados -enel cual los bienes consumidos emergen como portadores de significados sociales- eslo que define a la dimensión significativa del consumo. Al reconocer esta dimensión,este fenómeno deja de moverse exclusivamente en el plano de lo material o de lopuramente económico, y emerge como una actividad que mantiene profundasvinculaciones con el ámbito de la cultura. En otras palabras, aparece como unaactividad plena de significados sociales y por lo tanto en el centro del interéssociológico. En esta línea, destacan los planteamientos de Mary Douglas o de PierreBourdieu.14 

    Una versión adicional de la dimensión significativa de los objetos, esta dada por lacapacidad que tienen los objetos de crear y recrear el vinculo social. Esta línea deanálisis, cuyos orígenes se encuentran en Mauss y en su estudio de los mecanismosde intercambio de sociedades primitivas, se ha expresado en Chile a través delanálisis del gasto que desarrollan los sociólogos Eduardo Valenzuela y CarlosCousiño. Desde este enfoque, el consumo - entendido como gasto inútil, o derrochefestivo- emerge como una forma de fundar el vínculo social en cuanto renunciaexplícitamente a la función utilitaria de los objetos. En este contexto, la función utilitariade los bienes quedaría completamente anulada con la función que cumple en cuanto

    articulador de relaciones sociales. Una forma concreta que asume este fenómeno,tiene que ver con la constitución de la fiesta y del regalo como una forma de consumoque permite fundar ritualmente el vinculo social en las sociedades latinoamericanas(Cousiño, 1990)

    Ilustración 1. Distintos énfasis en el análisis del consumo.

    Énfasis Disciplinapredominante

    Centro del análisis Clave delectura

    Valor de uso Políticas públicas –Política - ética

    Valor de los objetos en cuantohacen referencia a la satisfacciónde necesidades:

    BIENESTAR

    Valor de cambio Economía Valor de los bienes como objetos

    de calculo económico en elmercado. Principalmente monetario

    PRECIO

    Valor simbólico Sociología yantropología

    Capacidad de los objetos detransmitir significados sociales ypotenciar el vinculo social.

    SIGNIFICADO

    14 Para mayores antecedentes sobre los planteamientos de estos autores ver Anexo 1.

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    Consumo e identidad.

    En la medida que el consumo se vincula al ámbito de lo simbólico se puede relacionarcon el tema de la construcción de la identidad social, ya sea grupal o personal. En estecontexto, las decisiones de consumo pueden ser leídas como verdaderas estrategiasde diferenciación e identificación grupal.

    Una primera mirada en esta línea es la que ofrece Bourdieu (1988) Según este autor,

    las disposiciones de gusto operan como verdaderas estrategias de distinción eidentificación de diferentes grupos sociales. La construcción de la diferencia con losotros es un principio de identificación de los sujetos que comparten una mismaposición en la estructura social; es decir, que son depositarios de un mismo volumen yestructura de capital global, económico y cultural. Desde aquí, el núcleo identitario estapuesto en la capacidad que tienen los objetos (y los gustos) de distinguir y diferenciarlos diferentes grupos sociales.

    La relación entre consumo e identidad no sólo implica una operación de constituirsefrente al otro. Aunque son procesos muy vinculados, también se puede poner elénfasis en la capacidad que tiene el consumo de articular lógicas de identificación y deentregar elementos de autorreconocimiento o autodefinición. Esta es la segundamirada del consumo identitario. Desde aquí, los procesos de identificación y

    autorreconocimiento grupal a través del consumo y de los objetos, se puedendesplegar en estrategias explicitas y estructuradas -tal como son las organizacionesque exigen abiertamente símbolos (objetos) de pertenencia- o en umbrales de menorespecificidad. Este es el planteamiento que esta implícito en Douglas y Isherwood(1978) quienes definen al consumo como objetos de comunicación que marcan y dancuerpo a las relaciones sociales. De esta forma:

    “En el marco del tiempo y el espacio de los que dispone, el individuo utiliza elconsumo para decir algo sobre si mismo, su familia, su localidad, ya sea rural ourbana, la residencia fija o vacacional. El tipo de declaraciones que emite se relacionacon la clase de universo en el que esta inserto...”(Douglas, 1978. pp 83) 

    Una visión equivalente en cuanto a la posibilidad que tienen los objetos de construiridentificaciones grupales es la que desarrolla Michel Maffesoli (1997) Para este autor,

    en las sociedades contemporáneas es posible reconocer una nueva forma deconstrucción de la identidad grupal que ya no descansa en las instituciones quetradicionalmente otorgaban un sentido del nosotros –como pueden ser la religión, lanación o la clase social. Esta nueva lógica identitaria, remite a estrategias designificación que realizan a través del consumo y de otros mecanismos similares. Elautor denomina neo-tribalismo a este proceso de formación de identidades grupalesque opera a través de identificaciones subjetivas, múltiples y flexibles, que hacen delconsumo un mecanismo de construcción del nosotros.

    Una tercera perspectiva desde la cual se puede reconocer una dimensión identitariadel consumo, es aquella que conecta con los procesos de individualización que severifican en las sociedades contemporáneas. Desde este horizonte, el consumo facilitala construcción de identidades individuales, por cuanto las biografías y las identidades

    personales se “descuelgan” cada vez más de las estructuras sociales tradicionales.Esta es la línea de análisis de autores como Beck (1997, 1998), Slach (1997) oLipovestky (1998), quienes plantean que los objetos se convierten en ejes cada vezmas importantes en la autodefinición de las personas.

    Ilustración 2. Consumo y construcción de la identidad. Distintas posibilidades.

    Clave Función AutoresDistinción Marca diferencias sociales. Posición en la estructura BOURDIEUInformación Mecanismo de información y de identificación grupal.

    Construcción del nosotros.DOUGLAS, Mafessoly

    Individualización Construcción de la biografía personal LASCH, Lipotevsky

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    Las diferentes dimensiones del consumo en Chile.

     A partir de las observaciones anteriores, se vuelve sumamente relevante determinardesde qué dimensiones se va a estudiar el fenómeno del consumo en Chile. Aunqueen último termino las tres dimensiones del consumo mencionadas abren posibilidadespara el análisis; lo cierto es que existen dos de ellas que conectan directamente conlas transformaciones que han experimentado los sectores medios desde un prismasociológico. Estos son los cambios desde el punto de vista del valor de uso  y loscambios a nivel de la dimensión si