El Conflicto Cristero en Zacatecas Según Los Expedientes Judiciales Federales (1926-1936)

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Relaciones. Estudios de historia y sociedad ISSN: 0185-3929 [email protected] El Colegio de Michoacán, A.C México Rubio Hernansaez, Luis El conflicto cristero en Zacatecas según los expedientes judiciales federales (1926-1936) Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. XXVII, núm. 107, 2006, pp. 123-143 El Colegio de Michoacán, A.C Zamora, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13710705 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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  • Relaciones. Estudios de historia y sociedadISSN: [email protected] Colegio de Michoacn, A.CMxico

    Rubio Hernansaez, LuisEl conflicto cristero en Zacatecas segn los expedientes judiciales federales (1926-1936)

    Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. XXVII, nm. 107, 2006, pp. 123-143El Colegio de Michoacn, A.C

    Zamora, Mxico

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    R E L A C I O N E S 1 0 7 , V E R A N O 2 0 0 6 , V O L . X X V I I

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    R E L A C I O N E S 1 0 7 , V E R A N O 2 0 0 6 , V O L . X X V I I

    EL CONFLICTO CRISTERO EN ZACATECAS SEGNLOS EXPEDIENTES JUDICIALES FEDERALES (1926-1936)

    Luis Rubio Hernansaez*UNIVERSIDAD AUTNOMA DE ZACATECAS

    a intencin de este trabajo es dar una visin del conflic-to en esta entidad a travs de una fuente que ha sido enmi opinin muy poco utilizada. Me refiero a los expe-dientes judiciales sobre delitos federales. Si tenemos encuenta que es competencia federal desde la rebelin

    hasta el asalto a una estacin de ferrocarril, el incendio y robo de ofici-nas pblicas, la detencin de conductores de correspondencia y otrosms, podremos comprender el amplio campo de investigacin que estosexpedientes pueden llegar a cubrir. Un campo que espero completarloen el futuro con los recursos de amparos federales.1

    Los expedientes judiciales tienen una indudable ventaja informati-va, ya que mientras los partes e informaciones tanto gubernamentalescomo cristeras tienden a desvirtuar los hechos en alguna forma, por elcontrario los expedientes buscan esclarecer unos acontecimientos den-tro de una investigacin promovida por un juez y con el objetivo deslin-dar responsabilidades. En el caso de Zacatecas poseen adems un valoraadido debido a que en los aos setenta se incendi buena parte delArchivo de Gobierno del Estado donde se encontraban las fuentes deeste periodo. Por otro lado sirve para contrastar con otras informacio-nes, como veremos en algn ejemplo.

    Estos expedientes se encuentran en la Casa de la Cultura Jurdica dela Suprema Corte, sede Zacatecas, reunidos por cajas y aos; an no seencuentran catalogados los correspondientes a este tiempo. En total, sehan consultado veinte cajas que comprenden esta dcada. Hay que ob-servar que siguen apareciendo expedientes relacionados con el tema en

    L

    * [email protected] Deseo expresar mi profundo agradecimiento al licenciado Abel Villalobos, director

    de la Casa de la Cultura Jurdica del Poder Federal en Zacatecas, y a todo su equipo sincuya colaboracin no hubiera podido llevarse a cabo este estudio.

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    los aos sucesivos, aunque en menor medida, pero que demuestran has-ta que punto se extendi en el tiempo este conflicto. Nos centraremos enel periodo antes mencionado.

    Se realiz una seleccin de todos los expedientes que tuvieran unarelacin con problemtica poltica y religiosa en la entidad, sin excluirotros conflictos aunque no fueran propiamente de la Cristiada; con-vencidos como estamos que estas problemticas (como por ejemplo elmovimiento escobarista) no pueden obviarse del marco de inestabilidadgeneral propia del estado de Zacatecas en este periodo. Zacatecas fue sinduda una de las entidades ms afectadas por la situacin creada a razdel enfrentamiento religioso de 1926. De hecho, como se mencionaba, seextiende mucho ms all de los lmites temporales de este trabajo.

    En total se localizaron 168 expedientes, algunos anexos a otros. Deellos, 160, han sido elaborados en Zacatecas, en Coahuila 3, en Aguasca-lientes 3; 1 en Jalisco y 1 en Mxico DF.

    En cuanto a la problemtica poltica y religiosa podemos dividirlos:a) El problema religioso y el conflicto Cristero: 151b) La asonada de Serrano de 1927: 1c) El movimiento de Escobar: 9d) Atentado contra el presidente Ortiz Rubio: 1e) El movimiento de Delahuerta: 1f) Conflictos electorales entre obregonistas y callistas: 2g) Dudosos: 3

    El relativo al movimiento delahuertista fue uno de los elaborados enAguascalientes en 1924; por causas que desconozco aparece clasificadoentre los de 1929 en el Juzgado de Distrito de Zacatecas, quizs porquefue remitido desde la otra capital en fecha tarda. Es sin embargo de in-ters, pues constata que los lugares donde se dio parte del apoyo a estemovimiento (Calvillo, can de Juchipila, antiguo cantn de Colotln)fueron en gran parte los lugares del movimiento cristero posterior. En l,el jefe delahuertista, seor Archiga (quien afirma haber sido nombradocomandante de armas y gobernador provisional del estado por el gene-ral Estrada),2 pone como causa del movimiento el organizar una defen-

    2 Archivo del Poder Judicial de la Federacin; Sede Zacatecas, a partir de ahora(APJF), Exp: 6/29, caja 24

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    sa contra los llamados agraristas, planteando ya de hecho el futuro en-frentamiento entre cristeros y agraristas.

    Los dudosos pueden parecer delitos de orden comn, pero en el con-texto de la guerra pueden entraar dudas. Uno se refiere al incendio in-tencionado de la casa de un comit agrario, otro al robo de caballospropiedad del gobierno por desconocidos, y otro ms al corte de la lneatelegrfica y robo de cable, los tres en el contexto del gran enfrentamien-to de 1926-1929. Los referidos a las elecciones muestran de forma muyclara los obstculos que los elementos laboristas ponan al Comit Obre-gonista en los comicios de 1928, y de hecho anticipan el movimiento deEscobar de meses despus. El referido a Ortiz Rubio es difcil de catalo-gar. Se trata contra un diputado del propio Congreso del estado queprcticamente anuncia el atentado que tendra lugar contra el presiden-te de la Repblica poco despus, y al tiempo un prximo cambio de go-bierno; aunque en ningn momento aparece el trmino vasconcelista,puede ser entendido en este contexto. Con todo, como se puede obser-var, es la problemtica religiosa y la guerra cristera, sin duda, la temti-ca fundamental de los expedientes con ms de 90%.

    Por aos los expedientes son 1926 (7), 1927 (37),3 1928 (51), 1929 (22),1930 (10), 1931 (2), 1932 (5), 1933 (1), 1934 (5), 1935 (15), 1936 (13). Aun-que no todos, como hemos afirmado, corresponden al conflicto religioso,si lo son la mayora. A simple vista, se puede observar lgicamente quelos mayores ndices corresponden a los aos fuertes de la primera Cris-tiada (1926-1929), para luego producirse un descenso hasta de nuevo in-crementarse en el nuevo alzamiento de 1934-1936 en relacin con el lla-mado plan de Cerro Gordo. El ao 1929 es interesante, ya que el nmerode expedientes referidos a ste es relativamente bajo, y adems 9 de ellosestn relacionados con el movimiento del general Escobar. Una raznque se podra argir es que a mediados del ao termin el conflicto conlos llamados arreglos; sin embargo, esto no parece suficiente para ex-plicar el bajo porcentaje. De hecho durante los primeros meses de 1929los cristeros de Zacatecas alcanzaron sus mximos niveles de actuacin,y llegaron a las proximidades de la capital (toma de Calera, incendio de

    3 En realidad son 38, pero uno de los expedientes corresponde a 1928, y fue anexadoa otro de 1927.

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    la estacin de Guadalupe). Ms bien parece que las autoridades se des-entendieron de ellos debido al control que los cristeros tenan sobre am-plias zonas del territorio (lo que impeda llevar a cabo las averiguacio-nes), y se concentraron en el escobarismo representado en la entidadpor el diputado Aguilera y el antiguo presidente de la Repblica, gene-ral Gutirrez entre otros.

    Todos los expedientes del ao 1926 estn relacionados de una u otraforma con el conflicto religioso, As como casi todos los de 1927 (si in-cluimos los dudosos) salvo uno dedicado al levantamiento de Serrano.Tambin casi todos los de 1928, salvo los dos relacionados con el proble-ma electoral, y dos dudosos. En el ao 1929 tenemos 9 del escobarismo,y el relacionado con el movimiento delahuertista. Para 1930 tenemos elcaso dudoso del diputado antes mencionado, y dos procesos instruidosen averiguacin de expedientes desaparecidos correspondientes a 1926(uno de ellos se refera al asalto de oficinas pblicas por Quintanar a razde los sucesos de Chalchihuites). Todos los restantes de ese ao, y hasta1936, tienen que ver con conflictos religiosos y lucha armada cristera.

    Los delitos que se persiguen los he agrupado por grupos temticos,as en 1926 tenemos:Sedicin, rebelin, complot, encubrimiento, trfico de armas: 6Delito en materia religiosa (desobediencia): 1

    En 1927:Asalto, incendio, robo de oficinas pblicas: 10Asalto, robo, violacin de correspondencia a conductores: 8Rebelin, sedicin etctera: 10Ataques, robos etctera, a vas de comunicacin (ferrocarriles y estaciones): 4Homicidio: 2Ultrajes: 1Excarcelacin de presos: 1Falsa alarma: 1Dudosos: 1

    1928:Asalto a conductores de correspondencia: 17A oficinas pblicas: 10

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    Estaciones y ferrocarriles: 64

    Rebelin: 10Delitos en materia religiosa: 2Cuestin electoral: 2Asalto a pagador del ejrcito: 1Dudosos: 2

    1929:Asalto a oficinas pblicas: 3Estaciones y ferrocarriles: 2Rebelin, homicidio: 6Relacionados con el movimiento de Escobar: 9Robo, homicidio: 1Delito en materia religiosa: 1

    1930:Asalto a oficinas pblicas: 2Rebelin: 2Estaciones y ferrocarriles: 1Averiguacin del paradero de expedientes: 2Delito en materia religiosa: 1Asalto conductor de correspondencia: 1Desobediencia: 1

    1931:Rebelin: 2

    1932:Rebelin: 3Delito en materia religiosa: 2

    1933:Rebelin: 1

    4 Incluye uno de homicidio instruido en Aguascalientes, y otro del DF, ambos pormuertes producidas en el asalto al tren de Palmira.

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    1934:Rebelin, sedicin: 3Delito en materia religiosa: 2Homicidio: 1

    1935:Rebelin, sedicin, colaboracin: 12Asalto, robo etctera, Oficinas pblicas: 1Delito en materia religiosa: 1Homicidio: 1

    1936:Asalto conductor correspondencia: 3Rebelin, sedicin, conspiracin: 8Delito materia religiosa: 1Robo: 1

    En el anlisis de estos delitos por orden temtico encontraremos unprimer gran grupo que incluye la rebelin, rebelin con homicidio, la sedi-cin, conspiracin, encubrimiento, etctera. Daremos algunos ejemplos.

    En 1926, se consignan dos casos de sedicin por recoger firmas con-tra la ley Calles. Uno de los casos se refiere al padre Arroyo y otros jve-nes de la ACMJ.5 stas son denuncias del entonces jefe de OperacionesMilitares del Estado, Eulogio Ortiz, y parece ms que nada una labor deentorpecimiento, ya que estos casos no podan prosperar ante un tribu-nal.6 Caso distinto es un grupo de vecinos del rancho El Tigre que enla noche de 4 agosto de ese ao se dirigieron a Villanueva con el objetode reabrir los templos.7 No llegaron a su destino debido a que los cabe-cillas, Antonio Len y Guadalupe Lozano, tras adelantarse a investigar,

    5 Este expediente complementa las memorias del padre Arroyo que se encuentran enla revista David. V. David vol. I, nm. 3 (1952), p. 49-50. Edic Facsimil, Mxico, 2000.

    6 En uno de los casos el juez recuerda que pedir firmas de forma pacfica para refor-mar la Constitucin, no slo no es ilegal, sino que la propia Constitucin lo contempla.APJF. Exp: 8 (1926), caja 18, foja 17.

    7 APJF, Exp: 26 (1926), caja 19.

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    regresaron diciendo que no era verdad que los templos estuvieran cerra-dos. Posiblemente, la autntica razn es que encontraron a las fuerzasfederales apercibidas, y por ello desistieron. Sin embargo, parte de estegrupo se enfrent, al poco tiempo, en un tiroteo con un destacamentodel ejrcito con la muerte de estos dos jefes, siendo ste el primer enfren-tamiento armado en el estado de Zacatecas que se sepa, y anterior a losfamosos sucesos de Chalchihuites.

    En 1928 tenemos, contra Pedro Miranda, acusado de insultar al go-bierno, de haber participado en un ataque contra tropas federales, y dedistribuir parque en su casa,8 en 1929, contra tres habitantes del ranchoel Obraje (municipio de Pinos) que se haban levantado al pasar una par-tida cristera, participando en el asesinato de seis campesinos que forma-ban el comit ejidal.9 En 1930, contra Gilardo Vizcano que era de la gen-te de Jos Velasco, pero este alega que ya se haba rendido en 1929.10 En1931, contra Hiplito Chvez que haba llegado desde Torren para diri-gir un levantamiento, fue mandado por el exgeneral Santos Snchezpara levantar bandera del vasconcelismo. Dijo que el partido haca unao haba enviado a tres representantes a Saltillo, entre los que pudoreconocer a Rene Capistrn Garza.11 En 1932, a los que resulten responsa-bles de enviar por correo pliegos incitando a la rebelin12 (entre esospliegos que se anexan hay un interesante llamado a los agraristas, que serepetir en proclamas posteriores); otro destacado ese ao es contra Fe-liciano Meza, ste estuvo alzado con el cabecilla Campos en el brevelevantamiento de 1932, luego se uni, aunque slo un da, al grupo deOropeza (a) El Toro Mantel, ste mandaba una partida cuyos miem-bros se decan entre s comunistas.13 En 1933, nuevamente contra Hip-

    8 APJF, Exp: 12 (1928), caja 22. 9 APJF, Exp: 29/29, caja 25.10 APJF, Exp: 14 (1930), caja 26.11 APJF, Exp: 23-931, caja 29. Este expediente nos habla de un plan conspiratorio que

    se extendera a diversos estados de la Repblica. Tambin se menciona como partici-pantes en reuniones a Ral Madero y Vito Alessio Robles. No hay duda que se trata deun movimiento cristero pero utilizando la bandera del vasconcelismo.

    12 APJF, Exp: 9-932, caja 30.13 Aunque Meza dice que desconoce lo que significa esa palabra. APJF, Exp: 18/932,

    caja 30, foja 5.

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    lito Chvez, recin salido de la crcel y de nuevo conspirando.14 En 1934,contra Jos Mara Cabral y socios por propaganda subversiva.15 En1935, contra Pedro Daz, jefe de la defensa de la Hacienda de Corrales(Sombrerete) acusado de entregar las armas de la propia defensa al ca-becilla Isabel Martnez,16 ese ao tambin contra el presidente municipalde Jalpa acusado de proporcionar armas al ya mencionado HiplitoChvez.17 1936, por encubrimiento contra los agraristas del ejido TierraBlanca que ocultaban al cabecilla Irineo Guilln, y por complots puespreparaban un alzamiento.18 En ocasiones un expediente da lugar de for-ma automtica al siguiente, este es el caso en 1929 del ataque que llevana cabo el padre Cabral, Manuel Ramrez de Olivas, J. Velasco y Tirso Ji-mnez en 1929 contra el poblado agrarista de Montesa.19 De inmediatose abre investigacin al propietario de la hacienda La Campana dondese pensaba ubicar este ejido; resultaba extrao que la tienda de la hacien-da hubiera sido llenada de mercancas seis das antes del ataque, y quelos cristeros al saquearla, supuestamente, se hubieran llevado los fardosan envueltos, y aun ms, el propio comisario de la hacienda haba reu-nido con sus peones la caballada de los agraristas, para entregrsela a losrebeldes.20

    Los ataques contra oficinas pblicas no slo constituyen un mediode obtener recursos sino la ocasin de negar al propio Estado su legiti-midad con el incendio de presidencias, archivos, etctera. As, son ataca-das las delegaciones de correos, las de hacienda, las alcaldas y los juz-gados. Por lo general despus del hecho, las autoridades levantaban unacta que era remitida a la capital. Por poner unos ejemplos. El primerose refiera al robo a mano armada de Pedro Quintanar en las oficinas deChalchihuites; en 1927 a la agencia de correos de Tepetongo llevada a

    14 APJF, Exp: 1-934, caja 31.15 APJF, Exp: 27/934, caja 32.16 APJF, Exp: 15-935, caja 33.17 APJF, Exp: 31-935, caja 34. Chvez merece un estudio por su constancia, sabemos

    que en 1937 estaba en la prisin de Aguascalientes por rebelin en ese estado, y que saligracias a la amnista del presidente Crdenas.

    18 APJF, Exp: 13-936, caja 3619 APJF, Exp: 27 (1929), caja 2520 APJF, Exp: 28/29, caja 25

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    cabo por el coronel Ochoa, y a las de Concepcin del Oro dentro del frus-trado levantamiento del primero de enero en esta poblacin, o a la deApozol llevada a cabo por Enrique Goroztieta y socios.21 En 1928, contralos incendiarios del archivo de San Jos de la Isla.22 En 1929, de nuevo laagencia de correos de Tepetongo.23 En 1930, se abren algunos expedien-tes sobre sucesos de aos anteriores, un hecho del que me ocupar msdetenidamente, pero que muestra con claridad que nunca hubo una am-nista real para los combatientes. Estos casos desaparecen prcticamenteen la segunda Cristiada, seguramente debido al mejor control del go-bierno de los centros de poblacin, y al menor nmero de rebeldes.

    Los conductores de la correspondencia estaban inermes ante las par-tidas que los detenan exigindoles las valijas y llevndose dinero, cartasy peridicos. Los casos son numerosos. Por lo general amonestaban a losconductores para que no continuaran su labor, pero rara vez les hacandao. No se registra ningn homicidio, y tan slo en un caso un conduc-tor sufri un simulacro de colgamiento. La ruta 1198 Teocaltiche (Jalis-co)-Nochistln (Zacatecas) es sin duda la ms castigada. Estos asaltosreaparecen durante la Segunda.24 Cabe preguntarse si en ocasionesesto no sera una forma simulada de obtener medios o comunicaciones;parece sospechoso que en el asalto del conductor de la ruta 901 porPerfecto Castan, se llevaran un envo Intl (internacional?) que eraremitido desde Aguascalientes a la seora Petra Cabral, de Huejuquilla,siendo conocida sta por su actividad en pro de la causa cristera.25

    Un grupo de delitos puede ser agrupado como ataques a las vas decomunicacin, es decir ataques a estaciones o trenes. Destaca la estacinde Canutillo donde el asalto se volvi algo casi rutinario.26 Caso impor-

    21 APJF, Exp: 64/927, caja 2122 APJF, Exp: 34 (1928), caja 2223 APJF, Exp: 4-29, caja 2424 En 1936 por asalto y robo del conductor de la ruta Valparaso-Fresnillo. APJF, Exp:

    8-936, caja 36. Todava en enero de 1941 se asalta la ruta Valparaso-Fresnillo, y no sonsimples bandidos, pues se especifica que es la partida rebelde de Ibarra: APJF, Exp:21/942, caja 46.

    25 APJF, Exp: 43/1927, caja 21. No se especifica ms sobre el envo, pero hay que recor-dar el apoyo de parte de la comunidad emigrante de Estados Unidos a la causa de losrebeldes.

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    tante que tuvo repercusiones nacionales fue el del ataque al tren de Ciu-dad Jurez en la estacin de Palmira.27 El ltimo que se abre al respectoes el incendio en mayo de 1929 de la estacin de Guadalupe, a once ki-lmetros de la capital del estado. Un incendio que por cierto no fue lle-vado con ningn sigilo, sino con numerosos disparos al aire y gritos deViva Cristo Rey! Y como dice sorprendido el velador en su declara-cin: Alguien tuvo que orlos; sin embargo parece que nadie sali en per-secucin.28 No hay informaciones de este tipo de delitos en la llamadaSegunda.29

    Los referidos a materia religiosa estn relacionados con las disposi-ciones constitucionales y la reglamentacin sobre delitos en materia reli-giosa. El primero corresponde a la consignacin del seminario mayor deZacatecas que se haba instalado en una casa particular.30 En 1928, sonconsignadas varias mujeres: en virtud de haberlas sorprendido in fra-gantemente el referido jefe militar con la organizacin de un claustro.31

    En octubre de 1929, a unas monjas en Guadalupe por lo mismo.32 En1930, contra el presbtero Macas de Villanueva por violar el artculo 80del decreto del 14 de junio de 1926. Macas es denunciado por trece habi-tantes de esta poblacin que se dicen los nicos liberales que viven enella. Le acusan de haber estado levantado y haber derramado sangre, locual es una ofensa a los principios de toda moral, y muy especialmentea la moral religiosa, de predicar contra todo libro, folleto o peridicoinstructivo; y porque es antipatritica la accin de este hombre que pro-pugna voz en cuello que las mujeres que visten a la moda son unas sin-

    26 En el quinto asalto, el jefe de estacin en el acta dice: como es costumbre lo pri-mero que hacen es preguntar por el jefe de estacin. APJF, Exp: 14 (1928),caja 22

    27 APJF, Exp: 16 (1927), caja 22.28 APJF, Exp: 20-930, caja 26.29 Me consta por los peridicos de un asalto en octubre de 1942 a la estacin de Ro-

    grande. Podra parecer obra de bandoleros, pero debemos recordar que en esta zona seproduce un importante levantamiento armado en diciembre de ese ao, la llamada Re-belin de los conscriptos que en mi opinin puede ser el ltimo levantamiento armadocon cierto carcter cristero en Mxico. Este levantamiento est an por estudiarse.

    30 Tambin este hecho se complementa con las memorias del padre Arroyo.31 Fue en la poblacin de Tepechitln. APJF, Exp: 53 (1928), caja 23.32 APJF, Exp: 42-29, caja 26.

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    vergenzas y sus esposos, padres y hermanos, son unos seres sin digni-dad adems de obligar a las mujeres a confesar diario tenindolas todoel da en la iglesia.33 En septiembre de 1932 contra varias mujeres de lahacienda de Tacoaleche, municipio entonces de Guadalupe, por organi-zar y verificar una procesin (era una rogativa para pedir la lluvia).34 En1934, la polica en Guadalupe allana una casa particular cuando se esta-ba celebrando la admisin de una novicia en la orden capuchina; se con-signa a las monjas, al sacerdote (que no estaba registrado), y a dos laicos(uno, el padre de la novicia).35 En 1936, contra el prroco de Nieves poratacar desde el plpito la enseanza socialista, y amenazando con exco-mulgar a los que enviaran a sus hijos a la escuela.36

    Aunque varios de los delitos de rebelin aparecen junto con homi-cidio, otros aparecen exclusivamente con este rubro o unidos a robo. Unproceso que se inicia en 1935 no aparece, sin embargo, registrado en eseao, sino ya en 1937. Se trata del asesinato del maestro rural Sal J. Mal-donado. La razn es que el agente del Ministerio Pblico Federal desis-ti de accin federal considerndolo un crimen orden comn, pues diceque no fue asesinado por razn de su trabajo, ni en la escuela (fue asesi-nado en las afueras de su lugar de residencia). Esta extraa resolucinllev el caso a la Suprema Corte de Justicia que dictamin en abril de1937 que s era de competencia federal, y haba sido asesinado por sermaestro federal.37 Por otro lado, Raby afirma en referencia a esto, quefueron asesinados dos maestros cerca de Tlatenango por defender a loscampesinos de los poderosos, sin embargo, el expediente demuestra queaunque efectivamente secuestraron a dos (compartan la misma vivien-da) slo mataron a Maldonado y la razn que da el otro maestro super-viviente tiene poco que ver con lo afirmado, segn l lo mataron porque

    33 APJF, Exp: 34/930, caja 28. Macias niega todo (con la excepcin de recomendar noleer ciertas cosas contrarias a la doctrina de la Iglesia), especialmente pone nfasis en queaunque se refugi en la sierra durante la guerra, nunca acompa a los cristeros. El casofue archivado.

    34 APJF, Exp: 21/932, caja 30.35 APJF, Exp: 20-934, caja 32. Se insertan al expediente dos fotografas tomadas du-

    rante la ceremonia de gran valor documental.36 APJF, Exp: 1/936, caja 36.37 APJF, Exp: 11-937, caja 37.

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    exiga a los habitantes del rancho donde laboraba terminar la escue-la.38 En ocasiones este delito se abre por la muerte de civiles a manos derebeldes, como el ciudadano que falleci en Fresnillo en el intercambiode fuego entre las fuerzas de Castan y del gobierno. Se inculpa a Cas-tan, aun cuando los testigos declaran que no saben de cual bando pro-vena el disparo que acab con su vida.39

    De los cabecillas cristeros en la primera fase (1926-1929) entre los en-causado o nombrados en algn momento tenemos a Enrique Goroztieta,Felipe Snchez, Pedro Sandoval, Perfecto Castan, Pedro Quintanar,Manuel Ramrez Olivas, Jos Velasco, Trino Castan, Tefilo Valdovi-nos, el padre Montoya, el padre Cabral, J. Natividad Guardado. Un he-cho que resulta interesante es que en ninguno de los expedientes, nicomo acusados ni tan siquiera mencionados, encontramos a figuras quejugaron un papel importante en este momento como D. Justo vila, Au-relio Acevedo o Sabino Salas. En la Segunda aparecen de nuevo inculpa-dos o mencionados Velasco, Trino Castan, Montoya, Guardado, msotros no aludidos antes especficamente como Gregorio Lpez, SalvadorEnrquez, Salvador Jurez (a) El Charro,40 Hiplito Chvez, Manuel Ol-vera, Ignacio Villarreal, Pepe Snchez y Santiago Rubio por nombrar al-gunos. Nuevamente se nota la falta de un personaje muy famoso quehubiramos esperado encontrar por ser una cabecilla, Jovita Valdovinos.

    Los expedientes se inician con la denuncia al juez de distrito, denun-cia que suele provenir del agente del ministerio pblico en la mayora delos casos, y en otros de la Jefatura de Operaciones Militares o incluso delpropio gobernador. Tras ello siguen las declaraciones de testigos o incul-pados, la documentacin y en su caso el libramiento de las rdenes deaprehensin. Es aqu donde debemos decir algo de forma clara y con-tundente; es rigurosamente inexacto, como se ha venido diciendo hastaahora, que se otorgara una amnista a los cabecillas cristeros que comba-tieron de 1926 a 1929 a raz de los acuerdos de los obispos con el presi-dente Portes Gil. Cosa muy diferente es que por circular nmero 316 de

    38 David L. Raby, Educacin y revolucin social en Mxico 1921-1940, Mxico, 1974, 1439 APJF, Exp: 12 (1927), caja 19.40 Este haba sido ayudante del general Lpez en la primera Cristiada, y se hizo re-

    belde en la segunda.

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    la Procuradura General de la Repblica del 10 de julio de 1929, se orde-na se desista de accin en todos los procesos por rebelin sea cual sea suestado. Sin embargo, esta circular slo se refiere al delito de Rebelin,y no a todas las otras acciones propias de la guerra de guerrillas quelleva consigo, como los ya mencionados asaltos a oficinas, a conductoresde correspondencia, a estaciones etctera.41 Todos los procesos conti-nan, y es ms, tras los acuerdos se siguen abriendo otros nuevos refe-ridos a hechos ocurridos durante el conflicto. Por ejemplo. el primer ex-pediente del ao 1930 es contra Pedro Sandoval por rebelin, robo yasalto a oficinas de San Juan Bautista del Teul en febrero de 1928;42 contraPedro Flores por destruccin de la agencia de correos de Huanusco ennoviembre de 1927,43 y no son los nicos. De esta forma los cabecillasque se rindieron, siguieron siendo oficialmente encausados y prfugosde la justicia. Tan slo unos pocos pudieron aprovecharse de esta deter-minacin de la Procuradura, como es el caso del hacendado Soto, acu-sado exclusivamente de rebelin por prestar ayuda a las fuerzas de JosMara Gutirrez, y de haber albergado en su hacienda de San JuanCapistrn a un cabecilla apellidado Blanco.44

    Algo parecido ocurre con la ley de amnista del presidente LzaroCrdenas en 1937. La procuradura ordena se suspendan los procesospor rebelin, y se contine por los otros delitos. En este caso, sin em-bargo, hay una diferencia sustancial. Pocos meses despus llegan a lamayora de los casos (pero no en todos) instrucciones de suspensindefinitiva.

    Sin embargo, las rdenes de aprehensin que se extienden a losdiversos estados tampoco parecen obtener resultados. Si los procesoscontinan, da la sensacin que no hay excesivo inters en capturar a losresponsables por parte de las autoridades. Por otro lado, en general loscasos eran suspendidos cuando el inculpado se hallaba sustrado a laaccin de la justicia. Sin embargo, algunas muertes de jefes como la de

    41 Desistasiempre que stos no se sigan, adems, por algn otro delito del ordencomn.

    42 APJF, Exp: 1/1930, caja 26.43 APJF, Exp: 22/930, caja 27.44 APJF, Exp: 37 (1928), caja 22. Se trata del general Carlos Blanco.

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    Tefilo Valdovinos en 1930 a manos del ejrcito, quizs puedan verse enel contexto de intentos de arresto por estos delitos.

    Tambin se denota una importante descoordinacin. Se libran rde-nes de aprehensin contra Pedro Quintanar a diversos estados de la Re-pblica posteriores a 1930, fecha en que fue asesinado en Chihuahua.Adems de la descoordinacin propiciada por el caos provocado por elpropio conflicto, no se puede evitar pensar en la tambin escasa colabo-racin de las autoridades militares. El caso ms destacado fue el de Per-fecto Castan quien fue apresado por las fuerzas del general Lpez, yposteriormente ejecutado (posiblemente lo correcto hubiera sido presen-tarlo ante las autoridades competentes, puesto que tena cargos pen-dientes). Aunque la captura de Castan era pblica, y haba salido enla prensa de Zacatecas, al solicitar informacin el juzgado a la Jefaturade Operaciones Militares sobre el posible fallecimiento de Castan, stale contesta que no tiene ningn antecedente respecto de su muerte.45 Dehecho el Agente del Ministerio Pblico al proponer al juez las averigua-ciones por el asalto al tren en Palmira, a instancias del abogado de ferro-carriles, dice de una forma irnica: no existe averiguacin que se trami-ta en ese juzgado por no haber consignado los hechos las autoridadesmilitares que seguramente tuvieron conocimiento del caso.46

    Las declaraciones de testigos e inculpados nos permiten adems ob-servar varios detalles. Las rdenes de aprehensin incluyen por ejemplola media filiacin de los acusados con su descripcin fsica, su forma devestir e incluso su nivel cultural. As Felipe Snchez: viudo, labra-dorcomo de 26 aos, bajo, color blanco, pelo negro, ceja negra, ojosazulesviste de charro.47

    Entre los dos movimientos podemos apreciar que en el segundo hayuna mayor intervencin de la ciudad y de la organizacin clandestina,cosa que no ocurre en la primera donde no dan expedientes de este tipo.Efectivamente son varios por rebelin que se inician en la propia capital,

    45 APJF, Exp: 11 (1928), caja 22, foja 46.46 APJF, Exp: 16, caja 22, foja 1. Quizs las autoridades militares consideraran la justi-

    cia oficial como demasiado benigna para los rebeldes, y de aqu su falta de colaboracin.47 APJF, Exp: 9 (1927), foja 28. De Pedro Sandoval: pantaln charro, sombrero texano,

    camisola tipo militarno sabe leer ni escribir. Ibid., Exp: 11 (1927), caja 19, foja 31.

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    y con gran abundancia de documentacin. Los objetivos fundamentalesde esta Segunda son abolir el artculo 3 Constitucional. Se puede de-ducir de lo estudiado hasta ahora una gran resistencia en el estado, tantoen la capital como en las zonas rurales, hacia la llamada enseanzasocialista.48

    Hay que decir que no todos los casos que deberan ser instruidos ojuzgados por la justicia federal aparecen. Muchos se pierden por la pro-pia situacin del contexto de rebelin, caos, incomunicacin y quizs elexceso de trabajo.49 Con todo, son una fuente, creo, de gran valor que nosest ayudando a la reconstruccin del conflicto en la entidad, y que creosera de utilidad su estudio en otros estados. Por otro lado estando muyligadas las entidades de Aguascalientes y el norte de Jalisco a Zacatecasno hay duda que los exmenes de los archivos de stas seran de granutilidad tambin para obtener mltiples detalles, y que de la misma for-ma que hay expedientes provenientes de otras entidades, debe haber al-gunos de Zacatecas all.50

    Independientemente de esto, creo que se puede demostrar de formapalpable la falsedad de una supuesta amnista a los combatientes de1926 a 1929; al menos en lo que se refiere a los cabecillas que son general-mente los inculpados. Si realmente la prometi el presidente Portes Gil,nunca se llev a la prctica. Y si no se comprometi o no se trat de ello,cosa que parece lo ms posible, creo se abren nuevas expectativas sobrelos polmicos acuerdos, y quizs representan la parte ms escandalosade los mismos.

    Por ltimo, quisiera llamar la atencin sobre un hecho. Estos expe-dientes contienen en muchos casos documentos, cartas, fotografas, ho-jas volantes, tambin peridicos y revistas, etctera. Que han sido anexa-

    48 Por ejemplo, el referido al prroco de Nieves antes mencionado demuestra el hos-tigamiento que sufra el maestro por parte de la poblacin.

    49 En el estado de Zacatecas fueron, al menos, asesinados cinco maestros durante laSegunda, pero slo aparecen los expedientes de dos, y uno de stos fue inicialmenterechazado como ya dijimos.

    50 Por ejemplo, la maestra Curiel fue asesinada en las cercanas de Colotln (Jalisco)por el cabecilla zacatecano Manuel Olvera. Huejuquilla El Alto, tambin Jalisco, fue la ca-pital provisional de Zacatecas por los cristeros en la fase 1926-1929.

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    das, y que forman un cuerpo documental del que en muchos casospuede que sean los nicos ejemplares de estos documentos que se con-serven en la actualidad.51

    Como ejemplo presentamos tres documentos, el primero encontradoen el que la Liga da a conocer los sucesos de Chalchihuites e insta al boi-cot, resulta obvio que la Liga de Zacatecas desconoca que dos nochesantes se haba iniciado de manera formal el levantamiento en el munici-pio de Valparaso, levantamiento que ya se mantendra los aos siguien-tes. El segundo manifiesto del jefe militar cristero del Estado a la pobla-cin durante la segunda fase del conflicto, producto de la desorientacina la que estaba siendo llevada por la actitud de la jerarqua eclesistica(y que en el fondo es un duro reproche contra la misma), y por ltimoun manifiesto a los agraristas tambin de la segunda fase. Se reproducenliteralmente y sin correcciones.

    DOCUMENTOS

    Anexo 1

    La Liga en la capital da a conocer los sucesos de Chalchihuites, y se rea-firma en una lucha legal y por medio del boicot.APJF. Exp. Nmero: 28 (1926), caja 19. Contra Aurelio Hurtado.

    ALERTA CATOLICOS CUMPLID FIELEMENTE EL PROGRAMADE LA LIGA DE LA DEFENSA RELIGIOSA

    51 Los primeros documentos anexados en 1926 son las firmas recogidas en Valparasocontra la ley Calles que ya mencionamos. Ms destacada es la hoja volante que reparteen Zacatecas, el 24 agosto de ese ao, dando cuenta del asesinato del padre Batis en Chal-chiuites, y reafirmando la Liga su disposicin a seguir combatiendo la legislacin pormedios legales y pacficos. Este volante se consider sedicioso, y por ello se abri proce-so. APJF, Exp: 28, caja 19. La documentacin incautada es mucho ms abundante en elsegundo periodo e incluye desde nombramientos militares hasta cartas del obispo deHuejutla al jefe militar cristero de Zacatecas.

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    Hasta estos momentos ninguno de ustedes ha de ignorar la suerteque estamos corriendo los catlicos, varios de nuestros hermanos hancado vctimas de las balas enemigas y ahora desgraciadamente toca alEstado de Zacatecas, el domingo pasado fue fusilado en el Municipio deChalchihuites, Zac., el respetable y nunca bien llorado seor cura donLuis Batis, por ordenes expresas del actual Jefe de Operaciones Militaresen este infortunado y catlico Estado. Se suplica encarecidamente unaoracin por nuestro PRIMER MARTIR.

    Se aproximan las fiestas Patrias, pero nos preguntamos a que Patriavamos a festejar, desde el momento en que se encuentra sangrante, pr-xima a exhalar los ltimos instantes, si nosotros la abandonamos, si nola cuidamos, si no evitamos que los que se hacen llamar nuestros Gober-nantes terminen de hundirla de acabar de una vez con ella

    Es precisamente lo que queremos los Catlicos de conviccin, todoslos que en da no muy lejano protestamos en un Templo de esta ciudady ante la Sagrada Imagen de CRISTO REY, que no la abandonaramos ja-ms, que la defenderamos aun a costa de nuestras vidas y en todos losmedios legales a nuestra Bendita Religin; pues bien, ahora que nos hanretirado de nuestros Templos, que nos quitan a los Sacerdotes y nos losasesinan cobardemente, que nos prohben por no sabemos que ley a de-mostrar pblicamente nuestra Santa Religin, con rtulos o estampasfijadas por dentro de las casas; hay tambin que demostrarles claramenteque nosotros estamos dispuestos a combatirlos, aunque no con la fuerzani respaldados con las bayonetas, pero de una manera franca y decididaCUMPLIR FIELMENTE CON EL PROGRAMA DE LA LIGA DE LA DEFENSA RELI-GIOSA, esto es, no asistir a fiestas de ninguna naturaleza, ni mucho menosa las que hacen llamar pomposamente fiestas Patrias, ya que esto signifi-cara otra burla ms para el Catolicismo y evitar as que se cumpladebidamente por todo el pueblo con lo dispuesto por la mencionada Ligade Defensa Religiosa, y que no estamos en el captulo de festejar en estostiempos a Nuestra querida Patria que la representa Nuestra Madre LAMORENITA DEL TEPEYAC! S la queris festejar como se merece, orad envuestras casas pidiendo por la Iglesia de Cristo en Mxico.

    CATOLICOS, NO PRESTEIS NINGUN APOYO AL GOBIERNO NI ASISTAIS A SUS FESTEJOS

    ADELANTE EL BOYCOT!!

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    Anexo 2

    El jefe militar cristero en Zacatecas realiza un manifiesto ante la desorien-tacin que produce la actitud del Delgado Apostlico, y sobre todo elobispo de la dicesis y otras personas durante el segundo movimiento.APJF. Exp. Nmero: 1 (1934), caja 31. Contra Hiplito Chvez porRebelin.

    ORIENTACION A LOS CATOLICOS

    Con respecto a la actitud asumida por varios seores sacerdotes y fielescon motivo de las declaraciones del Excmo. Sr. Delegado Apostlico ylas circulares del Excmo. Obispo esta Dicesis, contrarias a la accin ar-mada para defender LAS LIBERTADES ESENCIALES.

    PRIMERO: Declaramos de la manera ms clara y enftica que somoscatlicos. Apostlicos, romanos; que profesamos todos y cada uno de losDogmas de nuestra Adorable Religin; que confesamos todas las verda-des que la Santa Iglesia nos ensea y que somos obedientes y sumisossubditos de la jerarqua eclesistica; Que aceptamos gustosos su autori-dad, del Papa, de los Obispos y sacerdotes EN TODO LO QUE TENGANJURISDICCION

    SEGUNDO: Que ni por un momento tratamos de REBELARNOS contralas autoridades legtimas, ni civiles ni eclesisticas, contra las primerasPOR QUE NO EXISTEN, pues nuestro pas desgraciadamente est regidopor una tirana sectaria, que ha llegado al poder VIOLANDO TODOS LOSDERECHOS Y TODAS LAS LEYES y por consecuencia, no habiendo autori-dades LEGITIMAS es inconcluso QUE NO PODEMOS REBELARNOS CONTRAELLAS. Y en cuanto a las autoridades ECLESIASTICAS, la primera de ellas,el Sumo Pontfice NO HA PROHIBIDO a los catlicos el derecho de DEFEN-SA, l ha expresado SU OPINION (no mandato como falsamente asientanmuchos) de que no hay que ENARBOLAR BANDERA RELIGIOSA lanzn-dose a las armas; pero jams ha reprobado el derecho legtimo e indis-cutible que tienen las sociedades de defender sus LIBERTADES que es delo que trata la gloriosa GUARDIA NACIONAL.

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    TERCERO: Que no es verdad como falsamente se asienta en un impre-so, que tomamos el nombre de algn Obispo para engaar a los senci-llos; si ese impreso se refiere a las LUMINOSAS ENSEANZAS del heroi-co Obispo de Huejtl Mons. Manrique y Zarate declaramos que noTOMAMOS SU NOMBRE, EXPONEMOS SU PRUDENTISIMA Y SABIA DOCTRI-NA acerca de la ingente necesidad de reconquistar nuestras libertades, ysi eso hacemos es PORQUE NADIE, ABSOLUTAMENTE NADIE de los quetienen obligacin en conciencia, de hacerlo, LO HAN HECHO, y esevidente que SI TODOS CALLAN, tenemos que guiarnos por lasENSEANZAS de los que sin miedo al tirano hablan, y ms an cuandosus palabras no son de seglares sino que tienen la autoridad de Prncipede la Iglesia.

    CUARTO: NO LEBANTAMOS BANDERA RELIGIOSA, lo declaramos contoda honradez y con toda claridad; es ms, ni siquiera queremos que lossacerdotes como Ministros del Seor, intervengan en nuestros asuntoscomo directores, pues gravemente comprometeramos a la Iglesia conello, y ellos no podan tampoco tomar la direccin de asuntos blicos,pues les basta y nos basta con sus sabios consejos en el orden espiritual.

    POR TANTO MIENTEN A SABIENDAS, despus de echar estas declara-ciones, los que digan y propaguen, quien quiera que ellos sean, QUE SO-MOS REBELDES, QUE NO SOMOS BUENOS CATOLICOS, QUE PRETENDEMOSENGAAR A LOS SENCILLOS Y QUE TOMAMOS, PARA ESCUDARNOS, ELNOMBRE DE ALGUN OBISPO.

    CATOLICOS: nuestras libertades estn pisoteadas, hemos sido reclui-dos a la ms vil y degradante esclavitud en conciencia, pues tenemosobligacin de luchar por la reconquista de nuestras libertades.

    LA GUARDIA NACIONAL, que durante tres aos, tremol el estandartede la libertad del grito sublime de VIVA CRISTO REY: vuelve a invitarospara terminar la obra grandiosa que los desdichados arreglos llamadosModus Vivendi dejaron trunca.

    Ahora como entonces, la falsa prudencia, la cobarda y la incompren-sin sern nuestros principales enemigos, pero para quien nada le im-porta la vida, por tal de conquistar su libertad todo lo vence.

    La morenita del Tepeyac, Nuestra Madre Santisima de Guadalupenos dar valor para vencer a todos nuestros enemigos; Cristo Rey, nues-

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    tro Emperador Celestial a quien reclamamos y de quien esperamos lavictoria nos dar el triunfo, pues sabe que slo luchamos por conservarla herencia que nos dej al hacernos CIUDADANOS LIBRES de un pas ca-tlico y no es posible que pueda ms el puado de asesinos a sueldo dePlutarco Elias Calles que el pueblo mexicano luchando por la libertad.

    El j. Del S.C.E. en el Estado de ZacatecasMIGUEL OROSCO

    Anexo 3

    Manifiesto a los Agraristas. APJF, Expediente nmero: 9 (1932), caja 30. Contra quienes resultenresponsables.

    AGRARISTAS!

    Todos los tiranos comprenden que tarde o temprano, los pueblos sujetosa su tirana, tienen que romper sus cadenas y hacerse libres.

    Por esa razn los tiranos del mundo han procurado disponer deenorme fuerza militar para sustentarse, porque su nico apoyo es lafuerza bruta, y no la razn ni la ley; tienen que estar preparados paracuando el pueblo a quien esclavizan, cuando de su tirana airado selevanta y los aniquila

    Slo el Gobierno de Mxico, siendo el ms odioso tirano que han vis-to los siglos, tiene la suerte de que sin contar con grandes contingentesmilitares, pueda echar mano del pobre agricultor, quien tiene que soste-nerlo gratuitamente slo porque en lugar del arado le da el fusil.

    Oh, Agraristas engaados, en final de cuentas, que sois vosotros soisagricultores o sois soldados?

    Vosotros que tambin esclavos sois, porque nunca podis hacervuestra voluntad sin la del Amo que os manda; en lugar de venir a de-fender vuestros derechos de hombre, vais a sostener una tirana?

    Y esa es la herencia que vais a dejar a vuestros hijos. Ya estis decidi-dos a dejar que los bribones que esta educando el Tirano en la escuela

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    impa vengan maana a arrebataros vuestros hijos y a tratarlos comoanimales, slo porque as lo permite y an lo ordena el Amor Libreque viene a ensear el tirano

    Y decidme, os paga siquiera el tirano vuestro justo salario ya que entiempo preciao de sembrar os va a convertir en soldados?

    Decidme tambin, si lo haceis por conservar vuestras parcelas, quienos las quita?, la Guardia Nacional no viene reclamando parcelas denadie, viene reclamando las LIBERTADES que debe disfrutar todo hombrede razn.

    Y vosotros que tambin sois esclavos, ya habis perdido la raznOh, Agraristas engaados, abrid los ojos!

    Junio 1932

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