El Concepto Da Corporalidad. PIZARNIK
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El concepto da corporalidad: sexualidad, disolucin y
muerte en la poesa de Alejandra Pizarnik
Miquel ngel Sans Cabrer
Niu: 1216540
Fenomenologa y Hermenutica
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El ocultamiento del cuerpo a lo largo de la historia, y hasta bien avanzado el siglo XX,
es un hecho incuestionable que ha supuesto el olvido sistemtico de lo nico tangible
que posee el sujeto: un cuerpo que debe ser entendido no ya solamente como cosa fsica
que participa de les cualidades sensibles propias de las otras realidades materiales- sino
tambin como cuerpo vivido, tal como es experimentado interiormente, la vivencia
completamente original que tenemos del cuerpo como campo de localizacin de las
sensaciones, como rgano de la voluntad y portador del libre movimiento, y por medio
del cual el sujeto experimenta el mundo exterior. En este sentido, se deber esperar
hasta Husserl, y sobre todo en Merleau-Ponty, para encontrar una fenomenologa de la
corporalidad propiamente dicha, donde la dimensin del cuerpo recupere un papel
fundamental de toda reflexin fenomenolgica. El postulado Soy mi cuerpo
manifestado en su momento por Merleau-Ponty apunta hacia una nueva inauguracin
del sujeto, que a su vez se sustenta en la nocin de cuerpo propio, la cual pone de
manifiesto una corporalidad entendida en primera persona que incluye al sujeto y
viceversa; un sujeto consciente de su carnalidad y de su experiencia como parte
determinante de su constitucin. As, la relacin entre cuerpo y mundo se traduce en una
estrecha relacin entre la propia interioridad del individuo y la exterioridad del mundo,
donde el cuerpo constituye la dimensin misma en el que el mundo se hace posible, esto
es, donde converge y se proyecta.
Sin embargo, no es solamente en el campo filosfico donde el cuerpo adquiere una
importancia fundamental para toda reflexin existencial. Un claro ejemplo de ello lo
tenemos en la poesa, en la que la corporalidad constituy, y sigue siendo an en la
actualidad para muchos escritores, un pilar esencial para la elaboracin de una voz
potica propia, diferenciada del resto. Para darnos cuenta de ello solamente tenemos que
analizar las obras de autores como Artaud, Rimbaud, Lautramont o Beckett, entre
muchos otros. Sin embargo, hay un caso particular en el que esta problemtica es an
ms patente: estoy hablando de la poesa de Alejandra Pizarnik, una de los grandes
poetas femeninos aparecidos en la literatura hispano-americana durante el siglo XX. En
su poesa, aquel Soy mi cuerpo, declarado por Merleu-Ponty, se hace cabal, ya que el
cuerpo se reconoce como el punto de unin con el mundo y, al mismo tiempo, encarna
dentro de s dos movimientos: el cuerpo es marca y a la vez receptculo del deseo
truncado, no slo ertico, sino tambin del deseo de encontrar una identidad propia. Esa
misma imposibilidad de consumacin del deseo se completa mediante la conjugacin
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del erotismo con la muerte. Encontramos, pues, un erotismo que se halla en comunin
constante con las pulsiones de la muerte, en la que se contempla la escisin trgica del
sujeto y en la que se erige una potica marcada permanentemente por la angustia
existencial.
Si ponemos atencin a su obra, encontramos una dualidad patente en la escritura
pizarnikiana, esto es, el querer demandar tanto un cuerpo carnal como un lenguaje
sensible que haga emerger ese mismo cuerpo en la escritura. As, mientras que el
lenguaje se concibe como signo, desposedo de todo sentido y anclado en un carcter
ms corporal -en tanto que se cuestiona toda relacin entre forma y significado-, el
cuerpo es objeto de fragmentacin para, posteriormente, ser corporizado como signo.
As pues, este proceso se debe entender usando un concepto de Deleuze- como una
metafsica en movimiento, esto es, como un acto en constante desarrollo que busca la
identidad a travs de la conjuncin de los fragmentos que la constituyen. Se trata, por lo
tanto, de una escritura versada entorno a la reescritura del yo, de una identidad que se
busca y que tiene como meta desgastar la distancia que separa el pensamiento con el
cuerpo, la poesa con la carnalidad. Sin embargo, la recuperacin de esa identidad
admite solamente un nico camino, que al final deviene en necesidad: convertir el
cuerpo carnal entendido como cuerpo-ertico- en un cuerpo-potico, y viceversa, para
as configurar una identidad textual en la quede referida toda la dimensin del cuerpo, y
del sujeto mismo. Tanto uno como el otro son los reversos de una misma identidad, de
un mismo ser que se desdobla, y que se une a la vez, a travs de la textualidad.
La voz potica de Alejandra Pizarnik se articula a partir de una potica del cuerpo,
proyectndose una nueva corporalidad, la del cuerpo-verbo-textual, resultado de la
conjuncin del cuerpo-ertico y el cuerpo-potico. Como consecuencia, su cuerpo se
conecta obscenamente con la palabra misma, la cual exhala una sexualidad que la
conduce a un xtasis, y que le permite acercarse a una plenitud que desea
insaciablemente. Esta plenitud debe concebirse como continuidad: formado en el
espacio de lo discontinuo, lo fragmentario, el ser se ver lanzado a la bsqueda de una
identidad slo accesible momentneamente a travs de erotismo, del cuerpo-sexual. Un
erotismo que tiene como prctica extrema a la misma muerte, pues sta supone apertura
mxima, experiencia lmite de una potica corporal. El erotismo y la muerte constituyen
dos elementos esenciales para comprender la poesa pirzarnikiana, en la que el ser de la
poeta y el ser del poema se proyectan hacia lo Otro, en una especie de dimensin
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exttica, de una nada, que parece resolver la unin de los opuestos. Sin embardo, esta
misma operacin hacia lo Otro supone, al mismo tiempo, ver truncada esa plenitud tan
ansiada, esa identidad que quiere verse desplegada y completa. El motivo es obvio: si la
muerte es entendida como apertura mxima es porque conlleva la disolucin total del
sujeto, mientras que la operacin ertica se traduce siempre en una enajenacin del
cuerpo de la escritora en su propia fragmentacin y en el cuerpo textual. Es decir, el
mismo proceso que permite a la poeta dar unidad a los fragmentos de su identidad,
acaba siendo tambin un callejn sin salida, una apora irresoluble.
Una de las grandes paradojas que recorren la obra de Alejandra Pizarnik es la necesidad
de realizar la propia existencia a travs de la escritura: una existencia que se acaba
confundindose con la escritura, con lo que termina borrndose todo signo de identidad.
Como dice la misma autora es sus Diarios,
Hablar de s en un libro es transformarse en palabras, en lenguaje. Decir yo es
anonadarse, volverse un pronombre algo que est fuera de m. (Diarios; 2003: 334)
Por eso, la poeta se ver arrojada en un proceso circular en busca de una identidad
imposible de captar y dar unidad. La escritura de Pizarnik anhela una fusin entre sujeto
y cuerpo, a una identidad que no est supeditada a un adentro ni a un afuera. Aun as,
este deseo supone, a la vez, como dice la misma poeta, la supresin de las fronteras
habituales que separan el yo, t, l, nosotros, vosotros, ellos. Es decir, eliminada toda
diferencia respeto al Otro, se elimina todo rastro de identidad: la disolucin del ser es
inevitable. El resultado es una identidad y un cuerpo fragmentados, mltiples, que
hablan simultneamente desde distintas instancias del ser, creando un espacio donde
converge una gran multiplicidad de lecturas:
Algo en m no se abandona a la cascada de cenizas que me arrasa dentro de m con
ella, conmigo que soy ella y que soy yo, indeciblemente distinta de ella. (Diarios;
2003:152)
BIBLIOGRAFA
- Calafell, Nria. (2008). Sujeto, cuerpo y lenguaje en los Diarios de Alejandra
Pizarnik. Crdoba: Babel.
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- Rodrguez, Ana Mara. (2003). La disolucin en la obra de Alejandra Pizarnik.
Ensombrecimiento de la existencia y ocultamiento del ser. Buenos Aires:
Corregidor.
- Merleau-Ponty, M. (1984). Fenomenologa de la percepcin. Barcelona: Planeta-
Agostini.
- Pizarnik, Alejandra. (2003). Diarios. Barcelona: Lumen.
- Venti, Patricia. (2008). La escritura invisible. El discurso autobiogrfico en
Alejandra Pizarnik. Barcelona: Anthropos.