El Cine y La Novela Negra Norteamericana_000

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El cine y la novela negra norteamericana 26 al 30 de noviembre. Miércoles a domingo, a las 16, 19 y 21.30 hrs. En el marco del III Festival Internacional Santiago Negro que organiza el Centro Cultural de España, exhibimos en conjunto con el Instituto Chileno norteamericano, un ciclo de destacadas películas estadounidenses basadas en diversas novelas negras. ENTRADA LIBERADA. La muestra será complementada con una mesa redonda integrada por el guionista español David Muñoz (“El espinazo del diablo”, de Guillermo del Toro), junto con el crítico de cine y escritor chileno Pepe Román y el programador y docente del Diplomado de teoría y crítica de cine del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile Felipe Blanco. Viernes 28 de noviembre, 19.30 hrs. ENTRADA LIBERADA. RESEÑAS El halcón maltés, de John Huston (1941, 100') John Huston realizó la tercera adaptación de la novela que Hammett publicó en 1929 y su éxito fue tal que opacó a las ya entonces olvidadas versiones rodadas por Roy del Ruth y William Dieterle. Huston, como director debutante además, realizó un rodaje complejo en el que priorizó lentes de gran angular, contrapicados y decorados con techo, casi de la misma manera en que Welles había sacado adelante Ciudadano Kane cinco meses antes.

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El Cine y La Novela Negra Norteamericana

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El cine y la novela negra norteamericana

26 al 30 de noviembre. Miércoles a domingo, a las 16, 19 y 21.30 hrs. En el marco del III Festival Internacional Santiago Negro que organiza el Centro Cultural de España, exhibimos en conjunto con el Instituto Chileno norteamericano, un ciclo de destacadas películas estadounidenses basadas en diversas novelas negras. ENTRADA LIBERADA.

 La muestra será complementada con una mesa redonda integrada por el guionista español David Muñoz  (“El

espinazo del diablo”, de Guillermo del Toro), junto con el crítico de cine y escritor chileno Pepe Román y el programador y docente del Diplomado de teoría y crítica de cine del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile Felipe Blanco. Viernes 28 de noviembre, 19.30 hrs. ENTRADA LIBERADA.

 

RESEÑAS

 

El halcón maltés, de John Huston (1941, 100')

John Huston realizó la tercera adaptación de la novela que Hammett publicó en 1929 y su éxito fue tal que opacó a las ya entonces olvidadas versiones rodadas por Roy del Ruth y William Dieterle. Huston, como director debutante además, realizó un rodaje complejo en el que priorizó lentes de gran angular, contrapicados y decorados con techo, casi de la misma manera en que Welles había sacado adelante Ciudadano Kane cinco meses antes. La película se mantiene fiel a la novela original, especialmente en el cinismo y dureza en la interpretación que Bogart hizo del detective Sam Spade. Su popularidad encendió la mecha del género negro que en el lustro siguiente viviría su período de gloria en Estados Unidos.

 

The Big Sleep, de Howard Hawks (1946, 114')

Luego de una más que satisfactoria experiencia rodando Tener y no tener, con Bogart y Bacall, Howard Hawks reunió nuevamente a la pareja para su adaptación homónima de la novela de Raymond Chandler. Luego de afinar algunos detalles del libro para no erizar a la censura, Hawks construyó una película con dobles fondos que tiene en el centro la figura de un ex militar y a sus

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dos hijas herederas de su imperio. El guión de William Faulkner asume los cabos sueltos que deja el relato original de Chandler a quien, con todo, le gustó inicialmente el resultado. En 1946 el narrador escribió a un amigo: “Si ve The Big Sleep, su primera mitad al menos, comprenderá lo que puede hacer con esta clase de historias un director con el don de la atmósfera y el necesario toque de sadismo oculto”.

 

Detour, de Edgar G. Ulmer (1945,  67')

Pocas historias hay tan malditas como la de esta película de muy bajo presupuesto dirigida por el gran Edgar G. Ulmer, “el menos conocido de los cineastas americanos”, como escribió Francois Truffaut en 1956. Lo que sería un viaje a Hollywood para seguir a su novia y encontrar fortuna se convierte para Al, pianista de un club nocturno, en un tour al infierno cuando, mientras hace dedo en Arizona, provoca accidentalmente la muerte de un apostador. Ulmer narra con economía y rapidez -pocos planos para resolver escenas- la historia de un hombre condenado desde su origen y que, a partir de una jugada del destino, se inmiscuye en la zona oscura del sueño americano.

 

Laura, de Otto Preminger (1944,  88')

Preminger capturó la esencia intrincada de la novela de Vera Caspary, con sus dos puntos de vista en la crónica del relato. Lo más relevante no está ahí, sino en la manera en que el director incorpora, en la onírica escena de la aparición de Laura, una dimensión que acerca el relato a la necrofilia. La cinta sigue los pasos de un detective frío y cerebral por aclarar el asesinato de una bellísima chica en su departamento, y lo que Preminger entrega, además de un astuto y perfecto relato de misterio, es la descripción de un hombre enamorado de una muerta.

 

Casta de malditos, de Stanley Kubrick (1956, 85')

Este fue el segundo largo de Kubrick que logró realizarse sólo por las buenas relaciones del director con United Artists, ya que su filme anterior, Miedo y deseo, resultó un fracaso de taquilla. La adaptación de la novela Atraco perfecto, de Lionel White, fue la primera tomada por Kubrick del formato literario, lo que se volvería habitual en el realizador hasta Ojos bien cerrados. La cinta narra el plan del ex presidiario Johnny Clay para reunir a cuatro hampones y llevar a cabo el asalto a un hipódromo durante una importante carrera. La cinta sigue el modelo de Mientras la ciudad duerme, de Huston, pero se distancia de él al darle a su filme el aspecto de una crónica radial. Jim Thompson, figura importante de la narrativa criminal, fue el encargado de los diálogos.

 

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Mientras la ciudad duerme, de John Huston (1950,  112')

Clásico en el subgénero de planeamiento y ejecución de un robo, este filme ha tenido una profunda influencia posterior, desde Casta de malditos, Rififí y Topkapi, hasta Perros de la calle, de Tarantino. Basada en una historia de William R. Burnett -representante de la veta Crook Story de la novela criminal- el relato forma parte de una trilogía sobre la corrupción del aparato público en virtud de la extensión de los tentáculos del crimen organizado. La versión de Huston enfatiza ese status  y en su filme, lujosamente fotografiado por Harold Rosson, analiza la manera en que la corrupción moral cruza las clases sociales. En ese sentido el vértice más inquietante es el personaje del doctor Erwin Riedenschneider (interpretado por Sam Jaffe), líder intelectual del robo, cuya debilidad está en una cuasi adolescente Marilyn Monroe.

 

Pacto de sangre, de Billy Wilder (1944, 107')

No hubo buenas relaciones entre Wilder y el guionista, Raymond Chandler, a quien siempre le disgustó la prosa “faux naïf”, de James M. Cain. Con todo, Pacto de sangre fue el trabajo más exitoso de Chandler en Hollywood y pieza clave no sólo en el cine de Wilder, sino en todo el género, en la medida que establece un motivo clave: asesinar para cobrar un seguro de vida, y el estatuto de la femme fatale como gatillador. Wilder, adicionalmente, le dio un realismo inusitado a su película fotografiando Los Angeles en exteriores.

 

La calle escarlata, de F. Lang (1945, 103')

La novela La Chienne, de Georges de la Fourchardière, había sido rodada en 1931 por Renoir, y la Paramount había adquirido los derechos de la novela para que la hiciera Ernst Lubitsch, pero finalmente la filmó Lang.  Con un guión lo suficientemente distanciado del filme original, escrito por Dudley Nichols, esta versión permitió además situar la acción en Greenwich Village, entonces lo más parecido a Montmartre en Nueva York. Cristopher Cross es un cajero empobrecido casado con una mujer que no ama y para quien encerrarse a pintar cuadros los domingos es lo único que lo libera de una existencia que aborrece. Así conoce a una bella mujer, “Lizzy Legs” March, de quien se enamora y por quien cometerá un robo en su oficina para mantenerla y ese es el primer paso que pondrá a Cross en caída libre. “El destino de Robinson en la película es el destino del artista al que le importa mucho más la pintura que ganar dinero”, expresará años después Lang en una conversación con Peter Bogdanovich.

 

Sed de mal, de O. Welles (1958, 95')

Por sobre el lugar que tiene Sed de mal en la obra de Orson Welles, probablemente esté entre sus cumbres y ciertamente es un filme más maduro que Ciudadano Kane. Parte de su carácter de obra maldita se debe a la pugna que el director sostuvo durante mucho tiempo con Universal a

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propósito de la versión estrenada en 1958 y la concepción original de Welles. La versión de este director, recuperada hace poco más de una década, probablemente no cambia demasiado la lógica del filme, pero sí evidencia su cuidadosa concepción visual en la que sería su última obra realizada en Estados Unidos en condiciones de producción estandarizadas. Sed de mal será la culminación en un proceso de degeneración de la figura del policía que el cine negro abordó con una pureza inmaculada a mediados de los años treinta y que fue degradando a partir de la década siguiente. “A pesar de que Orson Welles se vuelve torpe y viejo a capricho de Sed de mal, su cámara caracolea con la fogosidad de un joven. Todos los planos de esta película revelan su amor por el cine y el placer que le produce hacerlo”, escribió Truffaut a propósito de este obra.

 

El cartero llama dos veces, de Tay Garnett (1946,  113')

James M. Cain escribió algunos de las más oscuros relatos criminales y aunque muchos de ellos fueron llevados al cine, como Ligeramente escarlata, Pacto de sangre, Mildred Pierce o mariposa, ninguna de ellas alcanzó la popularidad de El cartero llama dos veces, de la que se hicieron tres versiones para cine entre 1942 (Visconti) y 1981 (Rafelson). La versión de Garnett es la más popular y tiene el aroma del mal lejos de la gran urbe, tanto como producto de la Depresión pero también por las incombustibles pasiones eróticas de una mujer que convence a un vagabundo para que asesine a su marido.

 Por Felipe Blanco.

 

PROGRAMACIÓN

 

FECHA16hrs 19hrs 21:30hrs

Mi 26El halcón maltés, de J. Huston (1941, 100')

The Big Sleep, de H. Hawks (1946, 114')

Mientras la ciudad duerme

J 27 Detour, de E. G. Ulmer (1945,  67')Laura, de O. Preminger (1944,  88')

Casta de malditos, de S. Kubrick (1956, 85')

V 28Mientras la ciudad duerme, de J. Huston (1950,  112')

      19:30 hrs    Mesa redonda+ Pacto de sangre, de B. Wilder (1944, 107')

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S 29 ///////////////////////////////////////////////////La calle escarlata, de F. Lang (1945, 103')

 

D 30 Sed de mal, de O. Welles (1958, 95')El cartero llama dos veces, de T. Garnett (1946,  113')

La calle escarlata